Son aquellas en las cuales el estudio radiográfico no revela lesión
ósea. Sin embargo, ello no significa en modo alguno que la lesión, por
este solo hecho, deje de tener gravedad. Lesiones de tipo III pueden
llegar a adquirir un pronóstico peor que el de una fractura maleolar.
Corresponden a lesiones de ligamentos y cápsula articular, de
magnitud variable de acuerdo con la violencia del traumatismo.
Según sea la magnitud del daño se pueden clasificar en dos
grupos:
·Entorsis.
·Esguinces.
Conceptos
Entorsis: corresponde a una lesión de poca
magnitud, con distensión cápsulo-ligamentosa, sin ruptura de sus fibras.
El cuadro es doloroso, produce edema del tobillo y generalmente no hay
equímosis en el sitio de la lesión.
Es
un término poco usado entre nosotros, y en la práctica se prefiere usar el
término de esguince.
Es
una medida de buena prudencia clínica, ya que no resulta fácil ni seguro
diferenciar entre una u otra lesión, toda vez que la sintomatología no
permite siempre una diferenciación diagnóstica.
En
el esguince, en cambio, hay una lesión con desgarro de magnitud
variable en el aparato cápsulo-ligamentosos de la articulación del
tobillo.
Dentro del concepto "esguince", se incluyen lesiones de diverso
grado de gravedad; desde aquéllas en las cuales ha habido un desgarro
parcial del ligamento, hasta aquéllas en las cuales hay una destrucción
completa del aparato cápulo ligamentoso de la articulación. Hay ruptura de
los ligamentos externos, internos y aun de parte de la membrana interósea.
Así, se pueden distinguir tres grados:
Grado I : leves, con ruptura parcial del ligamento externo o
interno.
Grado II : de gravedad mediana, con ruptura del ligamento
pero sin signos clínicos de subluxación de la articulación.
Grado III : muy graves. Con signos clínicos de desgarro de
ligamento interno, externo y aun de los tibio-peroneos. Con seguridad hay
desgarro capsular. Por ello la articulación ha sufrido lesión grave en su
estabilidad; en lesiones de este tipo debe considerarse como seguro que ha
habido en cierto grado una subluxación, sea externa o interna, de la
articulación del tobillo, aun cuando el examen radiográfico no logre
demostrar la lesión.