EL CONTROL EN
El
control es como un «proceso de observación y medida a través de la comparación
sistemática de los objetivos previstos con los resultados obtenidos. Y también
la capacidad de dominio o de regulación del sistema para alcanzar dichos
objetivos». En definitiva, el proceso de control se basa en estos tres pasos o
fases consecutivas:
a) Observación y medida de los resultados obtenidos por
los procesos de acción.
b) Comparación sistemática de estos resultados con los
objetivos previstos (estándares o normas) para determinar la existencia o no de
desviaciones.
c) Adopción, en su caso, de medidas o acciones
correctoras e, inclusive, de una replanificación o definición de nuevos
objetivos y cursos de acción.
El
proceso de control se concibe no sólo como la observación y verificación de si
los objetivos se cumplen o no, sino también como el sistema con capacidad para
regular todo el proceso y asegurar su eficacia. En este sentido, el control en
la función organizativa tiene que desempeñar estas cinco tareas básicas:
- Primero:
establecer los estándares o
«variables-norma» que se derivan de los objetivos fijados por los planes y por
el propio proceso de decisión.
-
Segundo:
determinar el procedimiento de captación
de información y de su contraste con aquellos estándares para el ejercicio
del control. Información que contará tanto de datos externos como internos o
según cual sea el contexto en que se mueva el objetivo, considerado como
usuario del proceso.
-
Tercero: comparar los resultados (información) con
los estándares y medir las desviaciones posibles a tenor de la estructura
dada al sistema de planificación.
- Cuarto: evaluar la importancia de las desviaciones
obtenidas en términos de coste-eficacia, es decir, en la medida en que
puedan afectar a la eficiencia organizativa y, por tanto, que sea más o menos
necesario actuar correctivamente o bien, dada su importancia, requerir la
elaboración de un nuevo plan.
- Quinto: proceder
a corregir, si fuera preciso, las
desviaciones obtenidas, actuando como una función de regulación sobre acciones,
decisiones, planes y objetivos según cual sea el tipo de proceso diseñado.
Como
se ha indicado, la primera tarea, y posiblemente la más importante del control,
sea el establecimiento correcto de los
estándares o «variables-norma», con las cuales el proceso correspondiente
va a determinar la mayor o menor eficiencia de la función directiva y,
consecuentemente, de la propia organización. Estos estándares pueden ser de
distinta naturaleza y utilizables en cada una de las clases en que se puede
ejercitar el control, así como en los diferentes procesos en que éste se
instrumenta, a saber:
Ejemplo: En una empresa de fabricación de automóviles
la producción de un determinado número de coches, 20.000 unidades al año.
Ejemplo: En el departamento de contabilidad, no
sobrepasar una determinada cuantía de exigible inmediato.
Ejemplo: En el departamento de calidad, no sobrepasar
un número concreto de errores de fabricación.
Ejemplo: En el departamento de ventas, alcanzar un
número concreto de unidades vendidas.