Estructura.
La estructura del sistema de dirección está compuesta de dos
sistemas que interactúan con el proceso de dirección:
- El «subsistema de decisión», es el aspecto principal
de la función directiva y por el que se desarrollan las actividades y tareas
para lograr los objetivos fijados, tomar decisiones correctas
- El «subsistema de información», sistema básico para
que las decisiones puedan ser tomadas eficiente y eficazmente, tanto a nivel
global de la organización como para cada unidad o componente de la misma y sea
cual sea la fase del proceso de dirección.
Esta estructura se relaciona con dichos subsistemas y con sus
propios elementos o componentes (sistemas explicativos de cada fase o función
específica de dirección) a través de unas relaciones directivas, unas de carácter
jerárquico (autoridad) y otras de índole funcional, según cual sea su posición
en la estructura organizativa o su grado de influencia en las actividades, y
otras de carácter informativo y de coordinación entre las distintas partes,
relaciones necesarias para lograr las citadas respuestas.
Finalmente,
el proceso de dirección o administrativo, en sí mismo, como referente
explicativo de la propuesta clásica de la función directiva de H. Fayol, se
representa, de forma secuencial:
- El sistema de planificación se
encargará de establecer los procesos y las tareas para que se puedan
establecer los objetivos y fijar las líneas de actuación para su
cumplimiento (programas y presupuestos).
- El sistema de organización, en su
enfoque macroorganizativo, diseñará la estructura de organización y en su
enfoque microorganizativo establecerá las acciones propias de la función
organizativa, tal y como se va a presentar seguidamente.
- El sistema de gestión recoge el
conjunto de funciones y tareas que atienden a la solución operativa de las
cuestiones planteadas por los flujos de trabajo, actuando con los grupos
organizativos o equipos de trabajo y coordinando las acciones resultantes
de los diferentes sistemas.
- Por último, el sistema de control se preocupa de
la observación y medida de los resultados, respecto a los objetivos
planificados para la organización y a cómo el «proceso administrativo» se
desarrolla según las condiciones previstas, de forma que, de ser
necesario, se produzca la adecuada regulación o replanificación del
«proceso de dirección».