Estilos de liderazgo.

 En la práctica de la dirección, los estilos de liderazgo tienen más importancia que las teorías. Un estilo de liderazgo es una forma de comportarse el líder ante sus seguidores. Los principales estilos de liderazgo son:

 
Los líderes autocráticos toman las decisiones sin consultar a sus subordinados, tienden a ser dogmáticos y orientados a la asignación de tareas, y esperan de forma absoluta que sus subordinados acaten su mando. Por el contrario, los líderes democráticos hacen que sus subordinados participen en la toma de las decisiones. Antes de tomar una decisión, solicitan opiniones e ideas del grupo; tienden a ser más abiertos, facilitan la cooperación y apoyan a los miembros del grupo más que los autocráticos. Los líderes que siguen el estilo laissez faire dan muy poca orientación, o ninguna, a sus subordinados, limitándose a dejar que ellos decidan por sí mismos.

 
En la figura siguiente se han representado los distintos grados de ejercicio de la auto­ridad en los estilos de liderazgo. Evidentemente, a medida que el uso de la autori­dad es menor, el margen de libertad que resta a los subordinados va siendo mayor.

 

Autocrático      Democrático    Laissez faire

 

En el nivel 1 el líder toma las decisiones sin consultar y se limita a ponerlas en conocimiento del grupo para que se ejecuten. El uso de la autoridad se va redu­ciendo hasta llegar al nivel 7 en el cual el líder se limita a permitir que los subordi­nados desarrollen libremente sus funciones dentro de los límites definidos por sus superiores. Se han representado siete niveles, pero, como es obvio, se trata de una elección aleatoria. En realidad, existen infinitos niveles, como infinitos son los esti­los de dirección.

Algunos consideran que existe un estilo de liderazgo que es el mejor para todas las situaciones, que existe un estilo óptimo e ideal. Sin embargo, el enfoque contin­gencial señala que las diferentes situaciones precisan estilos de liderazgo diferentes.

Por ejemplo, si una persona está al frente de un grupo de empleados nuevos que realizan tareas rutinarias, podría ser efectivo un estilo algo autocrático. Sin embar­go, si a esa persona se le pone al frente de un grupo bien formado, que conoce su trabajo y que es responsable, posiblemente sea preferible un estilo democrático o, incluso, «dejar hacer». La flexibilidad de estilo es una cualidad importante en los buenos líderes por la cual son capaces de adaptar su estilo a cada situación.