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Las asechanzas de Satanás
En la versión española de la oración a san Miguel, se cambia asechanzas por acechanzas.
Y no es lo mismo.
Según la RAE:
asechanza
De asechar.
1. f. Engaño o artificio para hacer daño a alguien. U. m. en pl.
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acechanza
1. f. Acecho, espionaje, persecución cautelosa.
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Y en latín,
insidias, (de insidiae, insidiarum): asechanzas, emboscada, ataque a traición.
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Asechanzas, las que pone Satanás continuamente.
Acechar, lo que le hacían los fariseos a Jesús.
Cambiar asechanzas por acechanzas, aparentar un error de ultracorrección del habla seseísta, para tomar en realidad el papel de víctima.
Pero poco importa la motivación subjetiva. Lo que queda es el hecho de un acto pontificio que vuelve a poner en vigor, y no sólo en el ámbito privado, la oración en la que se le pide a san Miguel que, con el poder de Dios, encierre en el infierno a Satanás y a sus ángeles maléficos:
El Papa, como se anuncia el 29.09.2018, ha decidido invitar a todos los fieles a rezar cada día el Santo Rosario, durante todo el mes mariano de octubre de 2018 y le ha encargado al Director internacional del Apostolado de la Oración que difunda su llamamiento a todos los fieles del mundo, invitándoles a terminar el rezo del Rosario con la antigua invocación «Sub Tuum Praesidium», y con la oración a San Miguel Arcángel prescrita por León XIII para ser rezada al finalizar la misa.
La invocación «Sub Tuum Praesidium» es la siguiente:
«Sub tuum praesidium confugimus Sancta Dei Genitrix. Nostras deprecationes ne despicias in necessitatibus, sed a periculis cunctis libera nos semper, Virgo Gloriosa et Benedicta».
[Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡oh Virgen, gloriosa y bendita!].
Y la oración a San Miguel Arcángel prescrita por León XIII es:
«Sancte Michael Archangele, defende nos in proelio; contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium. Imperet illi Deus, supplices deprecamur: tuque, Princeps militiae caelestis, Satanam aliosque spiritus malignos, qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo, divina virtute, in infernum detrude. Amen».
[San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén].