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9 de cada 10 católicos de nacimiento están dejando la Iglesia en Estados  Unidos y es importante encontrar una parroquia vibrante o un movimiento católico donde los hijos puedan vivir la fe

Por Tessa Gervasini

 

Tessa Gervasini es pasante de Catholic News Agency y miembro de College Fix. Recientemente se graduó de la Texas Christian University con una licenciatura en comunicación estratégica.

 

ACI Prensa,14 de agosto de 2025

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.

Un estudio reciente ha encontrado un aumento en el número de católicos estadounidenses que están dejando la Iglesia. Para combatir este problema, los autores de la investigación sugieren crear lazos comunitarios más fuertes entre los católicos, especialmente entre los niños.

Michael Rota, profesor de filosofía en la Universidad de St. Thomas, y Stephen Bullivant, profesor de Teología y Sociología en la Universidad de St. Mary, realizaron el estudio que examina el declive en la práctica religiosa entre los estadounidenses nacidos en familias católicas, utilizando datos de la Encuesta Social General (General Social Survey, GSS).

La GSS ha consultado a una gran muestra representativa de estadounidenses varias preguntas sobre religión durante los últimos 50 años, datos que Rota y Bullivant analizaron para escribir Religious Transmission: A Solution to the Church’s Biggest Problem (Transmisión religiosa: una solución al mayor problema de la Iglesia), publicado por la Church Life Journal de la Universidad de Notre Dame.

Los datos revelaron que en 1973, el 84% de los participantes criados como católicos todavía se identificaban como católicos cuando fueron encuestados como adultos, pero en 2002 ese porcentaje bajó al 74%. Para 2022, había caído al 62%.

En 1973, aproximadamente el 34% de los participantes criados como católicos asistían a Misa semanalmente (o con mayor frecuencia) cuando eran adultos. Para 2002, ese número había caído al 20%, y en 2022 había bajado al 11%.

El estudio reportó que la Iglesia está perdiendo a 9 de cada 10 católicos de nacimiento, y la mayoría se está volviendo no afiliada religiosamente.

En general, ha habido un declive en el número de estadounidenses que priorizan la fe. En 2013, el 72% de los estadounidenses consideraban la religión como lo más importante en sus vidas, o entre muchas cosas importantes, pero en 2023, sólo el 53% dijo lo mismo.

Estas disminuciones se deben a “conexiones sociales más débiles entre los católicos, la ‘brecha de valores’ entre la moral católica y la moral estadounidense dominante, y el internet y los teléfonos inteligentes”, dijo Rota a “EWTN News Nightly” en una entrevista el 13 de agosto.

“Antes de la década de 1950, el joven católico promedio habría visto en su círculo social un gran consenso sobre la fe y sobre la importancia de adorar a Dios en alguna religión o denominación”, dijo Rota. “Hoy, no es así”.

Los jóvenes católicos “son mucho más propensos a tener muchos amigos no católicos, probablemente familiares no católicos. En la cultura en general, hay muchas voces anti-católicas y anti-religiosas. Eso pone presión sobre los jóvenes a medida que crecen”.

Rota explicó que “la brecha de valores” es un problema porque “en los años 30 la moral católica y la moral estadounidense dominante estaban muy cercanas. Ahora, en temas relacionados con la sexualidad, el matrimonio, y temas de vida, están bastante opuestas”.

El último tema que los investigadores analizaron son los cambios que ha provocado internet. Rota dijo: “Cuando internet apareció a finales de los 90, vimos un gran aumento en el porcentaje de jóvenes que no se identifican con ninguna religión”.

“Los seres humanos son socializados por sus familias, su red social cercana, pero también por la cultura en la que están. Y lo que internet y los teléfonos inteligentes han hecho es cambiar el equilibrio de lo que tiene más influencia”.

Los estadounidenses, especialmente los niños, necesitan más comunidad católica. Se ha vuelto más difícil encontrar comunidad ya que “hoy... nuestros vecinos son más heterogéneos en términos de religión”, pero “los padres necesitan buscar intencionalmente relaciones cercanas con otros católicos y poner a sus hijos en situaciones donde hagan amistades con otros católicos”.

También debe haber “más actividad religiosa”, dijo Rota. “Sólo ir a Misa dominical y salir... ya no funciona para transmitir la fe a nuestros hijos, porque la cultura más amplia ya no los guiará de regreso a la fe. Más bien, es más probable que los aleje”.

Para ayudar a “que los jóvenes católicos de cuna mantengan su identidad católica a medida que crecen”, Rota sugirió que ambos padres compartan la misma religión y que padres e hijos sean activos religiosamente. Dijo que es importante que los niños vean que la fe hace una diferencia en la vida cotidiana y que tengan tanto compañeros como mentores adultos que apoyen la fe y que no sean sus padres.

Los padres deberían encontrar “una parroquia vibrante o un movimiento católico donde puedan vivir la vida de discipulado en comunidad”, dijo.