Acto de Consagración de Ucrania por sus obispos al Inmaculado Corazón de María
Los obispos de Ucrania animan a rezarlo después de cada Santa Misa y en privado
Amada Reina y Madre Nuestra, Reina del Santo Rosario, Auxilio
de los cristianos, Salvación del género humano, Virgen
Victoriosa, aquí nos postramos humildemente ante Ti, para que
lleves nuestras sinceras oraciones a Dios Todopoderoso en la
Trinidad.
Venimos con plena confianza suplicar misericordia y protección
para nuestra Patria en este tiempo dramático de guerra.
Madre de Misericordia, te lo pedimos no por nuestros méritos,
con los que no contamos, sino por la bondad de Tu Corazón y de
la Sangre salvadora de Cristo, Tu Hijo.
Que os toque el sufrimiento y los gritos de auxilio de tantas
personas. Ten piedad de los heridos y víctimas de los
bombardeos, de los huérfanos y de las viudas, de todos aquellos
que se vieron obligados a abandonar sus hogares y buscar refugio
en lugares más seguros. Pide misericordia por los que
dieron su vida defendiendo al prójimo y a nuestra Patria.
Oh Madre Inmaculada, pide a Dios la gracia de nuestra conversión,
te pedimos especialmente la conversión de Rusia y de todos
aquellos que están cegados por el odio o la sed de poder. ¡Pide
para nosotros ante todo aquellas gracias que pueden cambiar los
corazones humanos en un instante, y que prepararán y traerán la
paz tan codiciada! Sobre todo, tráenos el don de la paz
espiritual para que el Reino de Dios crezca en paz y armonía.
Reina de la Paz, consíguenos la gracia de la verdadera
reconciliación con Dios y entre nosotros, para que podamos
darnos una mano de ayuda y apoyo.
Trono de la sabiduría, inspira a todos los gobernantes tomar
decisiones sabias y fortalece los esfuerzos de quienes
contribuyen al fin de la guerra y a la paz.
Reina de los Apóstoles, pide para nuestros pastores el don de la
fe y el celo firmes en la realización de los Sacramentos, para
que en este tiempo estemos todos unidos en la mesa eucarística y
en la oración celosa.
Salud de los enfermos, fortalece a todo el personal médico y
voluntario que atiende a los enfermos y heridos, nutre su fuerza
espiritual y física. Sé salud para los enfermos, fortaleza
para los moribundos y consuelo para sus seres queridos.
Así como la Iglesia y toda la humanidad fueron consagradas al
Corazón de Tu Divino Hijo, y en Él esperamos convertirnos en
fuente inagotable de victoria y salvación para todos, así nos
consagramos para siempre a Ti y a Tu Inmaculado Corazón, nuestra
Madre y Reina, para que tu amor y tu cuidado aseguren la victoria
del Reino de Dios, y que nuestra Ucrania y todas las naciones
reconciliadas entre sí y con Dios te bendigan y te glorifiquen. ¡Amén!