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Hay tomismo y no personalismo en Gaudium et spes 24

Enseña el Concilio Vaticano II en la Gaudium et spes, nº 24:

"Todos han sido creados a imagen y semejanza de Dios... y todos son llamados a un solo e idéntico fin, esto es, Dios mismo... El hombre, única criatura terrestre a la que Dios ha amado por sí mismo, no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás (Lc 17,33: Quien intente guardar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará).

Y enseña santo Tomás de Aquino, en la Suma contra los Gentiles:

"Las criaturas racionales superan a todas las otras, en perfección de naturaleza y dignidad de fin. En perfección de naturaleza, porque sólo la criatura racional tiene dominio de su acto, actuándose libremente al obrar ... En dignidad de fin, porque sólo la criatura intelectual alcanza con su operación el mismo fin último del universo, a saber, conocer y amar a Dios" (Santo Tomás de Aquino, III C.G. cap. 111).

Y que "el hombre es una criatura a la que Dios ha amado por sí mismo" también es tomismo de santo Tomás, en las antípodas de la perspectiva autoteleológica personalista de base kantiana.

En efecto, enseña santo Tomás de Aquino allí mismo:

"El ser de las cosas procede de la divina voluntad... Por consiguiente, los entes que son siempre, quiérelos Dios por ellos mismos (sunt propter se a Deo volita)... Las sustancias intelectuales son las que más se aproximan al ser sempiterno, porque son incorruptibles y además son inmutables, excepto cuando eligen" (III C.G. cap. 112, nº 7).

Y san Juan Crisóstomo:

«Es el hombre, grande y admirable figura viviente, más precioso a los ojos de Dios que la creación entera» (San Juan CrisóstomoSermones in Genesim, 2,1: PG 54, 587D - 588A).

Lo que pasa es que el Sagrado Concilio Vaticano II, por proceder, como todos los Concilios, del Espíritu Santo, hay que tomarlo para aceptar su enseñanza, en continuidad con los demás Concilios y con lo demás del Magisterio, y no para juzgarlo inquisitorialmente, como hacen los que se toman como si fuese un dogma supremo definido, este sí, por el Concilio Vaticano II que "este Concilio no es dogmático, sino pastoral" y, por consiguiente, dicen ellos, "lo que dice este Concilio V2, no obliga", excepto esto que ellos imponen como dogma supremo, a saber, "el Concilio Vaticano II no es dogmático, sino pastoral y, por consiguiente, lo que dice este Concilio Vaticano II, no es obligatorio aceptarlo". Lo que ellos dicen, sí. Porque lo dicen ellos.

Enseña también santo Tomás de Aquino que la persona humana es lo más perfecto que hay en la naturaleza:

«Persona significat id quod est perfectissimum in tota natura, scilicet substantia in rationali natura»,
“persona significa lo más perfecto que hay en toda la naturaleza, a saber, el ser subsistente de naturaleza racional” (Santo Tomás: Suma Teológica, I, q. 29, a. 3, in c).

Y en otro texto, sobre la dignidad de la persona:

«La persona designa una cierta naturaleza con un modo de existir. La naturaleza, que incluye la persona en su concepto, es la más digna de todas, es decir la naturaleza intelectual según su género. Análogamente el modo de existir que incluye el concepto de persona, es el más digno, esto es algo que existe por sí» (Santo Tomás: Quaestiones Disputatae, cuestion 9 De Potentia).

Y no, no hay que suponer, entonces, que la causa segunda es fin de sí misma.

No dice eso el texto de Gaudium et spes, nº 24, sino que todos los hombres son llamados a un solo e idéntico fin, esto es, Dios mismo.

El propio santo Tomás de Aquino en el libro citado explica que no se quiere decir que no estén ordenadas a Dios las causas segundas, cuando se dice que Dios ordena a las criaturas intelectuales por ellas:

"Al decir que la divina providencia ordena las sustancias intelectuales por ellas, no entendemos que ellas mismas no estén ordenadas ulteriormente a Dios y a la perfección del universo, pues se dice que son gobernadas por ellas, y las demás para ellas, porque los bienes que reciben de la divina providencia no se les dan para utilidad de otro... " (III C.G. cap. 112, nº 10).

Y lo que enseña el Concilio Vaticano II en la Gaudium et spes, nº 24 es:

"Dios, que cuida de todos con paterna solicitud, ha querido que los hombres constituyan una sola familia y se traten entre sí con espíritu de hermanos. Todos han sido creados a imagen y semejanza de Dios, quien hizo de uno todo el linaje humano y para poblar toda la haz de la tierra (Act 17,26), y todos son llamados a un solo e idéntico fin, esto es, Dios mismo.

Por lo cual, el amor de Dios y del prójimo es el primero y el mayor mandamiento. La Sagrada Escritura nos enseña que el amor de Dios no puede separarse del amor del prójimo: ... cualquier otro precepto en esta sentencia se resume : Amarás al prójimo como a ti mismo ... El amor es el cumplimiento de la ley (Rom 13,9-10; cf. 1 Io 4,20). Esta doctrina posee hoy extraordinaria importancia a causa de dos hechos: la creciente interdependencia mutua de los hombres y la unificación asimismo creciente del mundo.

Más aún, el Señor, cuando ruega al Padre que todos sean uno, como nosotros también somos uno (Io 17,21-22), abriendo perspectivas cerradas a la razón humana, sugiere una cierta semejanza entre la unión de las personas divinas y la unión de los hijos de Dios en la verdad y en la caridad. Esta semejanza demuestra que el hombre, única criatura terrestre a la que Dios ha amado por sí mismo, no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás (Lc 17,33: Quien intente guardar su vida, la perderá; y quien la pierda, la conservará)".

También lo enseña nuestra Santa Madre Iglesia Jerárquica en su Catecismo de 1992:

CEC 355 "Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó" (Gn 1,27). El hombre ocupa un lugar único en la creación: "está hecho a imagen de Dios".

CEC 356 De todas las criaturas visibles sólo el hombre es "capaz de conocer y amar a su Creador" (GS 12,3); es la "única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma" (GS 24,3); sólo él está llamado a participar, por el conocimiento y el amor, en la vida de Dios. Para este fin ha sido creado y ésta es la razón fundamental de su dignidad:

«¿Qué cosa, o quién, fue el motivo de que establecieras al hombre en semejante dignidad? Ciertamente, nada que no fuera el amor inextinguible con el que contemplaste a tu criatura en ti mismo y te dejaste cautivar de amor por ella; por amor lo creaste, por amor le diste un ser capaz de gustar tu Bien eterno» (Santa Catalina de SienaIl dialogo della Divina providenza, 13).

CEC 357 Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar.

CEC 358 Dios creó todo para el hombre (cf. GS 12,1; 24,3; 39,1), pero el hombre fue creado para servir y amar a Dios y para ofrecerle toda la creación:

«¿Cuál es, pues, el ser que va a venir a la existencia rodeado de semejante consideración? Es el hombre, grande y admirable figura viviente, más precioso a los ojos de Dios que la creación entera; es el hombre, para él existen el cielo y la tierra y el mar y la totalidad de la creación, y Dios ha dado tanta importancia a su salvación que no ha perdonado a su Hijo único por él. Porque Dios no ha cesado de hacer todo lo posible para que el hombre subiera hasta él y se sentara a su derecha» (San Juan CrisóstomoSermones in Genesim, 2,1: PG 54, 587D - 588A).

Canals incluye en sus 81 tesis tomistas de 2003 las de los números 76 y 77 que concuerdan con lo enseñado en el Concilio Vaticano II en la Gaudium et spes, nº 24 acerca de que "el hombre es una criatura a la que Dios ha amado por sí mismo":

76. "Las criaturas racionales sobrepasan en dignidad a todas las otras, por la perfección de su naturaleza y la dignidad de su fin. En la perfección de su naturaleza, porque sólo la criatura racional tiene dominio de sus actos, actuando libremente al obrar ... en la dignidad del fin, porque sólo la criatura intelectual alcanza con su operación el mismo fin del universo, conociendo y amando a Dios" (III C.G. cap. 111).

77. Por esto, santo Tomás afirma que "sólo la criatura racional es intentada por sí misma en el universo, y todas las otras cosas lo son por causa de ella" (III C.G. cap. 112), y entiende que la divina Providencia ordena todas las realidades no personales a las personales, que son aquellos entes no ordenados a la utilidad, ni subordinados al provecho o conservación de naturalezas universales, sino valiosos y amables por sí mismos, en su individual personalidad.

Canals lo afirma también así:

"Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó" (Gn 1,27). Esta creación a imagen de Dios significa que en todo el universo visible el hombre es la única criatura que por ser consciente y capaz de conocimiento y de amor, por ser un ente personal, puede ser elevada a participar en la vida divina. La persona es el único ente querido por sí mismo en todo el universo, y todas las demás cosas se ordenan a ella. (Canals, F., Obras completas, 4A, pág. 229).

 

 

Canals incluye en sus 81 tesis tomistas de 2003 las de los números 76 y 77 que concuerdan con lo enseñado en el Concilio Vaticano II en la Gaudium et spes, nº 24 acerca de que "el hombre es una criatura a la que Dios ha amado por sí mismo":

76. "Las criaturas racionales sobrepasan en dignidad a todas las otras, por la perfección de su naturaleza y la dignidad de su fin. En la perfección de su naturaleza, porque sólo la criatura racional tiene dominio de sus actos, actuando libremente al obrar ... en la dignidad del fin, porque sólo la criatura intelectual alcanza con su operación el mismo fin del universo, conociendo y amando a Dios" (III C.G. cap. 111).

77. Por esto, santo Tomás afirma que "sólo la criatura racional es intentada por sí misma en el universo, y todas las otras cosas lo son por causa de ella" (III C.G. cap. 112), y entiende que la divina Providencia ordena todas las realidades no personales a las personales, que son aquellos entes no ordenados a la utilidad, ni subordinados al provecho o conservación de naturalezas universales, sino valiosos y amables por sí mismos, en su individual personalidad.

(Algunas tesis características de la síntesis filosófica de Santo Tomás [81 tesis tomistas propuestas por Canals en 2003 en RIIAL, incluyendo las 24 de 1914 y las 27 de 2001]).

Es tomismo. Como los otros muchos textos de Santo Tomás de Aquino, en la Suma contra los Gentiles, libro III, caps. 111 y 112

"El fin último del universo es Dios, a quien sólo la criatura racional puede alcanzar en sí mismo, es decir, conociéndole y amándole, como se patentiza en lo dicho (c. 25 y siguientes). Luego únicamente la criatura intelectual es buscada por sí misma, todas las otras por ella" (III C.G. cap. 112, nº 3).

III C.G. cap. 111 "Quod speciali quadam ratione creaturae rationales divinae providentiae subduntur"

"Oportet tamen aliquam rationem providentiae specialem observari circa intellectuales et rationales naturas, prae aliis creaturis. Praecellunt enim alias creaturas et in perfectione naturae, et in dignitate finis. In perfectione quidem naturae, quia sola creatura rationalis habet dominium sui actus, libere se agens ad operandum... In dignitate autem finis, quia sola creatura intellectualis ad ipsum finem ultimum universi sua operatione pertingit, scilicet cognoscendo et amando DeumConstat autem ex praemissis (c. 17) finem ultimum universi Deum esse, quem sola intellectualis natura consequitur in seipso, eum scilicet cognoscendo et amando, ut ex dictis patet (c. 25 sqq.). Sola igitur intellectualis natura est propter se quaesita in universo, alia autem omnia propter ipsam" (III C.G. cap. 112, nº 3).

"Disponuntur igitur a Deo intellectuales creaturae quasi propter se procuratae, creaturae vero aliae quasi ad rationales creaturas ordinatae" (III C.G. cap. 112, nº 1).

"Per divinam providentiam intellectualibus creaturis providetur propter se, ceteris autem creaturis propter ipsas" (III C.G. cap. 112, nº 2).

"Inter omnes autem partes universi, nobiliores sunt intellectuales creaturae: quia magis ad similitudinem divinam accedunt. Naturae ergo intellectuales sunt propter se a divina providentia procuratae, alia vero omnia propter ipsas" (III C.G. cap. 112, nº 4).

"Convenienter igitur alia propter substantias intellectuales providentur a Deo" (III C.G. cap. 112, nº 5).

"Manifestum est ergo quod propter substantias intellectuales omnia divinitus providentur" (III C.G. cap. 112, nº 6).

"Esse autem rerum ex divina voluntate profluxit, ut ex superioribus est manifestum. Quae igitur semper sunt in entibus, sunt propter se a Deo volita: quae autem non semper, non propter se, sed propter aliud. Substantiae autem intellectuales maxime accedunt ad hoc quod sint semper, quia sunt incorruptibiles. Sunt etiam immutabiles, nisi solum secundum electionem. Ergo substantiae intellectuales gubernantur quasi propter se, aliae vero propter ipsas" (III C.G. cap. 112, nº 7).

"Creatura autem rationalis divinae providentiae substat sicut secundum se gubernata et provisa, non solum propter speciem" (Contra Gentiles, lib. 3 cap. 113 nº 1).

"Sola autem creatura rationalis est capax directionis qua dirigitur ad suos actus non solum secundum speciem, sed etiam secundum individuum: habet enim intellectum et rationem, unde percipere possit quomodo diversimode sit aliquid bonum vel malum secundum quod congruit diversis individuis, temporibus et locis" (Contra Gentiles, lib. 3 cap. 113 nº 4).