Incitación a la fornicación hasta en algunas escuelas de Secundaria
ReL 13.01.2012
La incitación a la fornicación es continua en
los medios de comunicación, en el cine, en la televisión,
incluso hasta en algunas escuelas de Secundaria, dentro de los
programas escolares" ha escrito el obispo de Córdoba,
Demetrio Fernández, en su más reciente carta pastoral.
En su misiva "Huid de la fornicación", monseñor
Fernández señala que "el Evangelio de Jesucristo tiene
repercusiones en todos los ámbitos de la persona, también en el
campo de la sexualidad", ya que ésta, "vista con ojos
limpios, es el lenguaje y la expresión del amor
verdadero, de un amor que no busca sólo su interés y su
satisfacción, sino que es donación, entrega. Un amor
que busca la felicidad del otro y que está dispuesto al
sacrificio y a la renuncia. Un amor que tiene su ámbito y su
cauce en el matrimonio estable y bendecido por Dios".
La castidad humaniza
El prelado explica que "la castidad es la virtud que
educa la sexualidad, haciéndola humana y sacándola de
su más brutal animalidad. Cuando la sexualidad está
bien encauzada, la persona vive en armonía consigo misma y en
armonía con los demás, evitando toda provocación o
violencia. La castidad viene protegida por el pudor".
En cambio, continúa Fernández, "cuando la sexualidad
está desorganizada, es como una bomba de mano, que
puede explotar en cualquier momento y herir al que la lleva
consigo. Y esto sea dicho para todos los estados de vida: para la
persona soltera, en la que no hay lugar para el ejercicio de la
sexualidad, para la persona casada, que ha de saber administrar
sus impulsos en aras del amor auténtico, para la persona
consagrada, que vive su sexualidad sublimada en un amor más puro
y oblativo".
"Virgen a los 30"
Más adelante, el obispo alude a la reciente publicación de un
libro, "en el que una candidata a Miss Venezuela explica su experiencia con un
título que lo dice todo: ´Virgen a los 30´. Precisamente, no alcanzó el título al que se
presentaba por no aceptar la propuesta de la fornicación, que al
parecer era una condición (no escrita) del concurso". El
libro, constata el obispo, "se ha convertido en
´bestseller´ entre los jóvenes y las jóvenes de su entorno,
de nuestro tiempo".
Así, prosigue, "es posible llegar virgen al
matrimonio, aunque el ambiente no sea favorable.
Es posible vivir una consagración total, de alma y cuerpo, al
Señor como una ofrenda al Señor que beneficia a los demás. Es
posible ser fiel al propio marido, a la propia mujer"
. Paar ello, precisa, "la gracia de Dios es capaz de
organizar nuestra sexualidad humana y hacerla progresivamente
capaz de expresar el amor más auténtico, el único que hace
feliz a toda persona humana".
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Vivian Sleiman
Juan Antonio Ruiz LC/ReL 7.01.2012
Vivian Sleiman es una joven venezolana de
origen libanés, que ha convertido en bestseller el
relato de su vida. Una historia que tiene como título un reto
que, a primera vista, parecía llamado al fracaso: Virgen a
los treinta. Y, sin embargo, sus libros son
preferidos por las adolescentes de su país mucho más
que al mismísimo Harry Potter. ¿Cuál es el secreto de su
éxito?
Ante todo, conviene subrayar que Vivian no es fea. Alta y
espigada (mide 1,79 metros), de piel blanca y cabello negro, se
presentó al concurso de Miss Venezuela en el 2001,
teniendo como talla los famosos 90-60-90. Era favorita... pero no
ganó. ¿La razón? Se retiró cuando uno de los sujetos
del jurado quiso llevársela a la cama como condición
para alzarse con la corona.
En un artículo aparecido en el diario español ABC -en donde
también aparece la dramática historia de su familia- Vivian
reveló que tardó sólo cuatro meses en escribir su libro:
«Escribirlo fue para mí una catarsis». Y es que su sencillo
relato lo presenta desde el palco de quien quiere «preservar
la virginidad hasta encontrar el amor verdadero».
Y no es que Vivian no sienta nada. Para los suspicaces, aclara:
«Si no me he entregado a ningún hombre, no es porque
sea frígida, ni tampoco porque no sea capaz de sentir;
no, soy una mujer apasionada, con la hormonas siempre a flor de
piel, que siente con mucha intensidad (a veces creo que el doble)
las cosas normales del día a día».
Sólo que tomó la decisión de permanecer virgen, no por
obligación, sino por convicción, hasta que llegue el
momento: «Nunca me planteé llegar así a los treinta, pero son
vicisitudes que suceden en la vida. Yo me he preguntado mucho si,
en pleno siglo XXI, el mundo está equivocado o yo estoy
equivocada. Como mujer me he sentido frustrada en muchas
ocasiones. Hoy día me siento fortalecida, me siento bien,
no me siento ni mejor ni peor que otras, simplemente soy yo,
Vivian Sleiman».
Su testimonio es un oasis en medio de una Venezuela líder en
embarazos prematuros, un país donde es frecuente que las niñas
de doce y catorce años hayan perdido la virginidad, o
donde las muchachas venden en internet su primera vez por miles
de dólares.
De hecho, Vivian está dispuesta a dar charlas en los colegios y
escuelas para sensibilizar y educar a las adolescentes
sobre su experiencia virginal.