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El obispo de Beauvais anuncia en 2018 el milagro número 70 de la Virgen de Lourdes
La Razón Efe 11 de febrero de 2018 https://www.larazon.es/religion/la-iglesia-francesa-anuncia-un-nuevo-milagro-de-la-virgen-de-lourdes-NH17673169
La Iglesia francesa anunció hoy el milagro número 70 atribuido a la Virgen de Lourdes en la persona de una monja que acudió en julio de 2008 en peregrinación a ese santuario del sur de Francia y quedó curada de una enfermedad que arrastraba desde hacía más de 40 años y que le había dejado inválida.
El obispo de Beauvais -en cuya diócesis vive la monja-, Jacques Benoit-Gonnin, declaró "el carácter prodigioso, milagroso" y "el valor de signo divino" de la curación de Bernadette Moriau, "obtenido por la intercesión de la bienaventurada Virgen María, Nuestra Señora de Lourdes", según un comunicado.
Una declaración decidida al término de un procedimiento abierto por la Oficina Médica Internacional de Lourdes, que había establecido que el restablecimiento de Moriau "se mantiene inexplicado en el estado actual de los conocimientos científicos".
Esta francesa de 78 años, que es monja franciscana desde los 19, sufría de problemas lumbares y ciáticos desde 1966 que degeneraron en déficit neurológico en 1987, lo que desde entonces prácticamente le impedía caminar.
Según el relato de la diócesis de Beauvais, en julio de 2008 hizo una peregrinación al santuario de Lourdes coincidiendo con el 150 aniversario de las supuestas apariciones allí de la Virgen.
A la vuelta a su comunidad religiosa en Bresles, en la tarde del 11 de julio de ese año se puso a caminar sin ayuda y de forma totalmente autónoma.
Benoit-Gonnin justificó la calificación de milagrosa para esos hechos porque el restablecimiento fue "repentino, instantáneo, duradero" y sin explicación médica.
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El septuagésimo milagro reconocido oficialmente en Lourdes
C.L. / ReL 12 de febrero de 2018 https://www.religionenlibertad.com/septuagesimo-milagro-lourdes-cristianos-para-los-medicos-era-62371.htm
Este domingo, 11 de febrero de 2018, festividad de la Virgen de Lourdes, el obispo de Beauvais, Noyon y Senlis, Mons. Jacques Benoit-Gonnin, se dirigió a los fieles de su diócesis para anunciarles "una hermosa gracia que el Señor ha hecho en la diócesis": la curación milagrosa de Sor Bernadette Moriau, que se convierte así en la septuagésima curación milagrosa certificada por la exigente comisión médica de Lourdes.
La diócesis está situada en el departamento francés de L'Oise, cincuenta kilómetros al norte de París.
Sor Bernadette es una religiosa de 78 años, nacida cerca de Valenciennes, junto a la frontera belga. Religiosa de las Franciscanas Oblatas del Sagrado Corazón de Jesús, ingresó en la congregación a los 19 años en Nantes, donde fueron fundadas a finales del siglo XIX por la Madre María Teresa de la Cruz (Sophie-Victorine Gazeau de La Brandanière, 1829-1911).
Incurable
Padecía una patología en la llamada cola de caballo o cauda equina, agrupación
nerviosa en el extremo de la médula espinal fundamental para la
movilidad de las extremidades inferiores y la funcionalidad de
los órganos pélvicos. Fue operada cuatro veces de
la columna vertebral, la primera en 1968 y la última en
1975. No hubo ninguna mejoría y a partir de 1988 fue quedando
progresivamente inválida por las consecuencias neurológicas de
su enfermedad. En 1994 empezó a tomar morfina para
paliar su dolor incapacitante. Llevaba un corsé
lumbar, y además a partir del año 2000 le pusieron una sonda
para orinar, dado que la parálisis le afectaba también
a la vejiga. En 2004 un pie se le torció a consecuencia de lo
mismo, y tenía que llevar una prótesis día
y noche para intentar corregirlo.
"Yo sabía que no podría mejorar",
explica Sor Bernadette en un vídeo difundido por la diócesis
este domingo.
En diciembre de 2006 se trasladó desde Nantes
de nuevo al norte, al departamento de L'Oise donde hoy vive, y
comenzó a tratarla el doctor Christophe Fumery,
quien en febrero de 2008 le propuso ir a Lourdes como enferma.
"Yo había estado ya allí acompañando a otros, en la
época en la que aún podía caminar, pero nunca
había pensando en ir para mí", recuerda: "Pero
me dije, ¿por qué no? Me llamo Bernadette [como la santa
vidente, Bernadette Soubiroux], y es el 150º aniversario de las
apariciones [1858], podría ser una gracia". Se apuntó para
la peregrinación de julio.
"Jesús pasaba entre nosotros"
Espiritualmente fue una experiencia intensa: "Me
impactó pasar por la gruta, esa presencia
misteriosa de María y de la pequeña Bernadette.
Realmente me impactó. Luego participé en el sacramento de la
reconciliación y recibí junto a los enfermos el sacramento de
la Unción, que para mí supuso una fuerza para continuar el
camino.
Luego tuvo lugar la procesión del Santísimo y la
bendición de los enfermos en la basílica de San Pío X: "Realmente
me impactó, porque yo estaba en una silla, no podía ir muy
lejos. Era Jesús quien pasaba entre nosotros y nos
bendecía por mediación de nuestro obispo. Y en mi
oración sentí como una voz que me decía: Estoy ahí, veo
tus sufrimientos y el de tus hermanos y hermanas enfermos.
Ofrécemelo todo. Yo recé mucho por los enfermos, pero nunca
había pedido mi curación, porque no se me ocurrió,
pensaba que terminaría mis días así. Pero realmente sentí esa
presencia de Jesús.
El día 8 de julio regresaron: Volví muy
cansada del viaje y muy dolorida, pero realmente feliz".
Tres días después tuvo lugar el milagro.
"Es costumbre hacer una Adoración todas las semanas",
explica: "El día 11 estaba en la capilla con una hermana, Sor
María Albertina. La adoración era a las cinco de la
tarde, y a las 17.45 reviví la experiencia de la
presencia de Jesús que había vivido en la
basílica, en la bendición de los enfermos. ¡Yo estaba en
comunión con Lourdes, no podía ser de otra manera! Sentí un bienestar
en todo mi cuerpo".
Sor Bernadette concluyó su turno de adoración y regresó a su
celda: "Volví a mi habitación sobre las seis, y allí una
voz me dijo: Quítate tus aparatos. Yo, sin
saber qué me pasaba, sin plantearme nada, me lo quité todo, en
un acto de fe, como cuando en el Evangelio Jesús le dice al
paralítico: Levántate, toma tu camilla y vete. Para
mi sorpresa, podía moverme. Mi pie, que estaba torcido,
se recolocó. Fui a donde estaba la hermana y le dije: Mira
lo que me está pasando".
La religiosa no lo dudó. Cortó el circuito de
neuroestimulación que llevaba, dejó de tomar morfina de golpe y
dejó de sondarse. "No tuve ningún síndrome de
abstinencia de la morfina", añade.
Su conmoción personal fue intensa: "Me derrumbé,
estuve llorando varios días. Me preguntaba qué me pasaba,
porque no me lo podía ni imaginar". Su cuñada vio a verla
y salieron de paseo por el bosque: "Anduve varios
kilómetros, algo que no había podido hacer desde
hacía años".
Perplejidad médica
Era un fin de semana. El lunes acudió al médico:
"Llegué a las siete de la mañana, llorando, diciéndole
no sé qué me pasa. Él vio el cambio. Me dijo que
se sentía feliz. Me examinó y no encontró ningún
signo clínico".
Al poco tiempo acudió a Nantes a una cita
prevista desde hacía tiempo en la unidad del dolor: "Me vieron
cuatro médicos, que se sorprendieron de verme así. Ninguno puso
en duda lo que me pasaba. Fueran o no cristianos,
para ellos era imposible que yo me curase".
Sor Bernadette explica que, del mismo modo que acudió a Lourdes
por indicación del doctor Fumery, fue él mismo
quien se tomó "muy a pecho" lograr el reconocimiento
de la curación: "Enseguida hizo un informe. Yo tenía un
informe médico completo con cartas de los hospitales e historia
clínica de todos los sitios por los que había pasado", que
eran varios porque "en la vida religiosa se viaja, no se
está siempre en el mismo lugar. Así que pude
aportar todos esos documentos".
El reconocimiento
Ese dossier se envió a Lourdes el 11
de diciembre de 2008, y en julio de 2009, durante una nueva
peregrinación, Sor Bernadette compareció en una gran sala ante
"unas ochenta personas del mundo médico".
Tras ser interrogada y examinada la documentación, el doctor
Alessandro de Franciscis, quien ese mismo año había
sido nombrado por el obispo de Tarbes y Lourdes como 15º Médico
Permanente del santuario y presidente de la Oficina de
Constataciones Médicas que examina cada caso de posible
curación, preguntó a todos los científicos presentes si se
abría o no el dossier. No hubo dudas.
"El dossier se abrió, y a partir de ahí
todos los años me vieron expertos y pasé controles de todo tipo,
incluso de psiquiatría", explica la religiosa: "A
partir de ese momento tuve que someterme a muchos
controles, porque es muy estricto. Pero al mismo
tiempo ha sido una experiencia, porque he conocido gente muy
comprensiva, ha sido un descubrimiento. Es cierto que hay que
querer pasar por ello, y yo he querido porque la gracia que he
recibido no la podía guardar para mí, significaba poder dar
testimonio de las maravillas de Dios y de los beneficios de Dios".
La gran pregunta y su respuesta
Sor Bernadette vive "con emoción" el hecho de
que su curación haya sido el septuagésimo milagro
reconocido oficialmente en Lourdes. Pero una pregunta le
rondó la cabeza desde el principio, y aún hoy: "¿Por
qué se hizo misericordia conmigo? ¿Por qué a mí?
¿Por qué, Señor? ¿Por qué yo? ¡Hay tantas personas que son
más jóvenes que yo, personas con discapacidades o enfermas, y
yo soy una persona anciana que podía terminar mis días así!".
Pero no hay respuesta: "Poco a poco, en la oración he
descubierto finalmente que es el misterio de Dios,
tal vez lo comprenda más adelante".
Y tiene claro para qué ha de servir: "Para el servicio de
la misión. Me he dicho, 'He recibido este don en la Iglesia, y
es en la Iglesia donde debo vivirlo, en la misión'. No es para
mí, para Bernadette, yo no soy una vedette, eso no
me interesa. Es para que yo lo dé a mi vez".
Ha seguido yendo a Lourdes acompaando enfemos, algunos terminales,
y a sus familias. He acompañado luego a grandes
enfermos, en el final de la vida, he acompañado familias. Oigo
muchas cosas. He oído a personas decirme que hago un bien cuando
paso. Estoy habitada por esta gracia, no puedo mirar
para mí misma".