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El Papa Francisco declara Venerable a Sor Lucía de Fátima en 2023

Fuente ACI Prensa 22.06 2023

El martes 22 de junio de 2023, el Papa Francisco declaró Venerable a Sor Lucía de Fátima, a la que se le apareció la Virgen de Fátima junto a los otros dos pastorcillos ya canonizados.

Lúcia de Jesus e do Coração Immaculado fue monja de la Orden de las Carmelitas Descalzas. Nació el 28 de marzo de 1907 en Aljustrel (Portugal) con el nombre de Lúcia dos Santos y falleció el 13 de febrero de 2005 en Coimbra (Portugal). 

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Fuente Abel Camarasa, ACI Prensa, 22 de junio de 2023

Abel Camasca es comunicador social. Fue por muchos años productor de EWTN Noticias y del programa “Más que Noticias” en Radio Católica Mundial.

El infierno

En la primera entrevista que concedió Sor Lucía a un medio de comunicación, indicó que “el infierno es una realidad. Es un fuego sobrenatural y no físico, y no puede ser comparado al fuego que arde, de madera o de carbón”.

Por ello pidió a los sacerdotes seguir predicando sobre el infierno. 

Asimismo enfatizó que el ateísmo es “el mayor instrumento utilizado por el demonio en nuestros días”, porque niega a Dios y abre paso a actos diabólico como el aborto.

El Papa

Sor Lucía desde pequeña rezaba por el Santo Padre. Con las apariciones de la Virgen y sus visiones místicas, los pastorcitos decidieron incluso rezar tres Ave María por el Pontífice luego de cada Rosario. 

En su primera entrevista, la religiosa afirmó que “quien no está con el Papa no está con Dios; y quien quiera estar con Dios tiene que estar con el Papa”.

San Juan Pablo II fue muy cercano a ella y se reunió con Sor Lucía en tres ocasiones, los 13 de mayo de 1982, 1991 y 2000. El Pontífice polaco, en el mensaje enviado por el funeral de la vidente, señaló: “Siempre me he sentido sostenido por el don cotidiano de su oración”.

En la segunda aparición de la Virgen de Fátima, el 13 de junio de 1917, la pequeña Jacinta le pidió a la Madre de Dios que los llevara al cielo. Nuestra Señora le respondió que se llevaría “en breve” a Jacinta y Francisco, pero que Lucía se quedaría un tiempo más. “Jesús quiere servirse de ti para darme a conocer y amar”, le indicó la Virgen.

Las apariciones de Pontevedra y Tuy

Antes de ingresar en la Orden de las Carmelitas Descalzas, Sor Lucía estuvo en el convento de las Doroteas en Pontevedra, España. Allí tuvo una nueva aparición de la Madre de Dios con el Niño Jesús. En esa ocasión se le reveló la devoción de los 5 primeros sábados de mes como reparación del Corazón de María.

Además, en la capilla de las Doroteas de Tuy, España, la Virgen de Fátima se le apareció al lado de la Santísima Trinidad y le indicó que había llegado el momento en que Dios le pedía al Papa que se consagre Rusia a su Inmaculado Corazón, en unión con todos los obispos del mundo.

La aparición de Tuy en 1929

Fuente Abel Camasca ACI Prensa, 12 de mayo de 2023 https://www.aciprensa.com/noticias/sabias-que-la-virgen-de-fatima-se-le-aparecio-a-sor-lucia-con-la-santisima-trinidad-96802

En el libro “Memorias de la Hermana Lucía”, se narra este hecho, que fue transcrito de los apuntes de la vidente por su propio director espiritual, el P. José Bernardo Gonçalves. La visión se produjo el 13 de junio de 1929 en la capilla de las Hermanas Doroteas de Tuy, en España.

Lucía estaba rezando una Hora Santa desde las 11:00 p.m. hasta la medianoche, cuando de pronto todo el recinto se iluminó de manera sobrenatural.

Sobre el altar apareció una cruz de luz. Arriba se veía el rostro de un hombre con el cuerpo hasta la cintura. En su pecho había una paloma de luz y en la cruz había un hombre clavado.

Del rostro del crucificado y de una herida en su pecho caían gotas de sangre hacia una gran hostia, y de ésta hacia un cáliz más abajo. Al lado derecho de la cruz estaba la Virgen.

“Era Nuestra Señora de Fátima, con su Inmaculado Corazón... en la mano izquierda..., sin espada ni rosas, pero con una corona de espinas y llamas”, describió Lucía. 

Sobre el altar apareció una cruz de luz. Arriba se veía el rostro de un hombre con el cuerpo hasta la cintura. En su pecho había una paloma de luz y en la cruz había un hombre clavado.

Del rostro del crucificado y de una herida en su pecho caían gotas de sangre hacia una gran hostia, y de ésta hacia un cáliz más abajo. Al lado derecho de la cruz estaba la Virgen.

“Era Nuestra Señora de Fátima, con su Inmaculado Corazón... en la mano izquierda..., sin espada ni rosas, pero con una corona de espinas y llamas”, describió Lucía.

Al lado izquierdo aparecieron unas letras cristalinas que decían: “Gracia y Misericordia”.

En ese momento, Lucía cayó en la cuenta de que estaba ante la Santísima Trinidad. “Y recibí luces sobre este misterio que no me es permitido revelar”, añadió.

La Virgen de Fátima le indicó que ya había llegado el momento en que Dios le pedía al Sumo Pontífice, “en unión con todos los obispos del mundo”, la consagración de Rusia a su Corazón para salvar a esa nación.

“Son tantas las almas que la justicia de Dios condena por pecados cometidos contra Mí, que vengo a pedir reparación; sacrifícate por esta intención y reza”, enfatizó la Virgen.

Lucía cuenta que compartió lo sucedido con su confesor, quien le pidió poner por escrito lo que la Madre de Dios estaba solicitando. Luego la Virgen María le habló, en su interior, quejándose.

“No han querido atender mi petición... Al igual que el rey de Francia se arrepentirán, y la harán, pero ya será tarde. Rusia habrá esparcido ya sus errores por todo el mundo, provocando guerras, persecuciones a la Iglesia: el Santo Padre tendrá que sufrir mucho”, precisó la Madre de Dios.

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Fue llevada a un hospital de Lisboa. Su mamá la acompañó por unos días, pero tuvo que regresar a casa. Fue sometida a una operación en la que le quitaron dos costillas y los dolores que sufrió fueron insoportables.

Jacinta le contó a una enfermera que la Virgen se le había aparecido para decirle que pronto vendría a buscarla y que desde ese momento ya no padecía de dolores.

Tres días después, el 20 de febrero de 1920, la santa manifestó que se sentía mal y pidió los últimos sacramentos.

Logró confesarse y rogó que le llevaran rápido la Comunión antes de que muriera. Sin embargo, no pudo cumplir su último deseo, porque falleció.