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Rezar y trabajar por la unidad de España

No podemos estar sin hacer nada frente a los separatistas mientras llega la prometida conversión de los españoles y dentro de ella la de los catalanes. Entre otras cosas porque es doctrina de la Iglesia contra el jansenismo, y ya antes contra el bayismo, que no todos los actos de los infieles y de los pecadores son pecado (DS 2308, 2311, 2401, 2402; DS 1925, 1927, 1937, 1940).

Pueden defender la unidad los aún no convertidos; y también estos pueden renunciar a la separación si soñaban con ella. Y de hecho muchos de ellos así lo hacen: defienden la unidad o renuncian a la separación.

Y las normas morales con sus incentivos y sus medidas coercitivas disuasorias frente a los que pueden cometer agresiones, no parar en los semáforos en rojo o no pagar los debidos impuestos, por ejemplo, no se pueden desactivar mientras no se llega a esa deseada y prometida conversión; y algo evitan y disuaden.

En cambio algunos que dicen ser creyentes, como Junqueras, son separatistas. Y Novell y otros eclesiásticos han apoyado el separatismo. Canals decía que a algunos les habían ordenado con dispensa... del sentido común; y que de ahí venían muchos problemas.

Y el justo peca siete veces al día, dice la Biblia. Mucho más los que no somos santos. Y por ese camino se puede llegar a rechazar a Dios.

De hecho el nacionalismo empezó a ser sembrado en el XIX cuando la población era creyente y en particular había un amplio sector de contaminados y contaminantes de nacionalismo en el clero.

Era un plan de la Alta Venta de los carbonarios meter esa cizaña del nacionalismo entre los eclesiásticos italianos para captarlos y en definitiva para impulsar la descristianización. Ese plan decimonónico fue conocido y publicado. En la revista Cristiandad de Barcelona fue también reproducido.

(Revista Cristiandad de Barcelona, nº 45, 1 de febrero de 1946, págs. 53-54; nº 52, 15 de mayo de 1946; 53, 1 de junio de 1946; y nº 967, febrero de 2012, págs. 25-26)
(Jacques Crétineau-Joly; La Iglesia Romana y la Revolución, 1867, tomo II, págs. 52-57)

En España el nacionalismo también tenía un amplio sector eclesiástico en Vascongadas y en Cataluña.

Fue a comienzos del XX cuando se sembraron en el catalanismo las ideas de la Ilustración y del europeísmo laicista, por obra de Eugeni D'Ors, Xenius, cuando era catalanista, como atestigua Josep Pla, que dice que los que entonces eran jóvenes como él, acogían el noucentisme [novecentismo] de las Glosas del Glosari dorsiano como revelaciones que asumían embelesados. Realmente el nacionalismo era y es alucinante; y si es laicista, doblemente.

Y es un hecho que la extensión del nacionalismo, basado en la falsa doctrina liberal del pueblo soberano, ha descristianizado aún más intensamente a las regiones que domina, que el liberalismo en general a las naciones de Occidente, que ya es decir, pero que está a la vista de todos.

Por todo ello tenemos que rezar y trabajar por la conversión de todas las tierras de España. Y tenemos que rezar y trabajar por la unidad de España. Ora et labora.

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La siembra del nacionalismo para descristianizar

Instruccióde la Alta Venta de 1919:
(Jacques Crétineau-Joly; La Iglesia Romana y la Revolución, 1867, tomo II, pág. 56)
(Revista Cristiandad de Barcelona, nº 45, febrero de 1946, págs. 53-54; y nº 967, febrero de 2012, págs. 25-26)«Nuestro objetivo final es el de Voltaire y el de la Revolución Francesa, esto es, el anonadamiento del catolicismo y de toda idea cristiana» (ib. pág.53).

»Procurad con preferencia que los que se alisten en la milicia clerical tomen gusto en vuestras conversaciones. Desplegad a sus ojos el esplendor antiguo de la Roma pontificia, y como en lo íntimo de los corazones italianos existe cierto amor hacia la Roma republicana, confundid sagazmente los dos recuerdos uno en otro. Excitad, encended esas naturalezas poseídas de ardor y de patriótico orgullo. Empezad por ofrecerles, en secreto siempre, libros inofensivos, poesías que rebosen de énfasis nacional, y poco a poco llevaréis a vuestros discípulos al grado de conocimiento necesario. Cuando en todos los puntos a la vez del estado eclesiástico ese trabajo de cada día habrá diseminado nuestras ideas como la luz, entonces podréis apreciar lo acertado del consejo que en este momento os damos».

»Los acaecimientos que a nuestro modo de ver van muy aprisa, serán por necesidad dentro de pocos meses causa de la intervención armada de Austria... La revolución que en Italia se medita sólo producirá desgracias y proscripciones en cuanto no están sazonados para ella los hombres nilas cosas, y tardarán mucho en estarlo; pero en estas mismas calamidades podéis hallar con facilidad otra cuerda que hacer vibrar en el corazón de los clérigos jóvenes. Beneficiad el odio que por los extranjeros se siente; haced que il tedesco (el alemán) sea ridículo y aborrecible aún antes de su prevista intervención; a la idea de supremacía pontificia añadid siempre el antiguo recuerdo de las guerras del Sacerdocio y del Imperio; reanimad las pasiones no extinguidas del todo de los güelfos y gibelinos, y de este modo os iréis formando a poca costa una reputación de buenos católicos y puros patriotas».

»Y esta fama ha de llevar nuestras doctrinas entre el clero novel y en los conventos. Transcurridos pocos años ese mismo clero habrá invadido todos los cargos por la fuerza de las cosas ... y deberá elegir el Pontífice que haya de reinar, pontífice que, como la mayor parte de sus contemporáneos, estará por necesidad más o menos imbuido en los principios italianos y humanitarios que hoy vamos a poner en circulación. Imperceptible grano de mostaza ... y ya veréis un día la abundosa cosecha que la simiente de hoy produce». (J. Crétineau-Joly; La Iglesia Romana y la Revolución, 1867, tomo II, pág. 56).---------------------------