Textos anteriores a 2021.. ...INDEX

textant28

 

El papa Francisco dice que el diablo es un mal pagador (Homilía en Santa Marta el 14.09.2015)
El Santo Padre ha observado que en el Génesis la serpiente es la más astuta, “es una encantadora, tiene la capacidad del encanto”.
La Biblia nos dice que “es un mentiroso, un envidioso, porque por la envidia del diablo, de la serpiente, ha entrado el pecado en el mundo”.
De este modo, Francisco ha recordado que “te promete muchas cosas pero a la hora de pagar, paga mal, es un mal pagador. Pero tiene esta capacidad de seducir, de encantar”.

Jacinto Verdaguer a la Inmaculada, reina de España

Oh Verge Immaculada,
per vostra Concepció,
d´Espanya Reina amada,
salvau vostra nació.

Concebuda sou Maria,
és lo càntic celestial,
que la terra al cel envia
com un himne triomfal.
Concebuda sou Maria,
sens pecat original.

Vós, Maria, sou l´estrella,
que guià Espanya al Nou Món,
la de l´alba hermosa i bella
de la glòria que se´ns pon.
Oh Maria, hermosa estrella
resplendiu d´Espanya al front.

Quan sa Reina era Maria,
nostre regne era el més gran:
sa bandera el món cobria
des d´Amèrica a Lepant.
Si a regnar torna Maria,
ses grandeses tornaran.

Vós d´Espanya sou la glòria,
Vós lo sol del Principat:
nostra pàtria i nostra història
Vós, oh Verge ens ho heu donat:
tronos són de vostra glòria
Covadonga i Montserrat.

Patrimoni ets de Maria
Oh d´Espanya hermós país!
Més avui l´error hi nia
Que et farà poble infeliç
Oh ! xafau-li el cap, Maria
que és la serp del paradís
Oh Virgen Inmaculada
por tu santa Concepción
de España, oh Reina amada,
salva ya a tu nación.

Concebida eres María
es el canto celestial
que la tierra al cielo envía
como un himno triunfal.
Concebida eres María
sin pecado original.

Tú María eres la estrella
que guió a España a Ultramar,
la del alba hermosa y bella
que a gloria nos fue a guiar.
Oh María, hermosa estrella
Ven a España a iluminar.

Cuando reinaba María,
nuestro reino daba espanto:
su enseña el mundo cubría
desde América a Lepanto.
Si a reinar vuelve María,
nuestro reino será santo.


Tú de España eres la gloria,
Tú el sol de este Principado:
nuestra patria y nuestra historia
Tú nos las has otorgado:
vivo está en nuestra memoria
el amor de tu cuidado.

¡Patrimonio es de María,
de España el bello país!
Pero hoy aquí el error anida
que lo hará un pueblo infeliz.
¡Oh, aplástalo ya María
,
que es de la sierpe cerviz!

 

---------------------------------------------

San Juan XXIII
proclamó que el objetivo del Concilio Vaticano II fue preparar el fundamento para que la ciudad terrenal se organice a semejanza de la Ciudad celeste, al decir el Papa que el Concilio,

«… mientras agrupa las mejores energías de la Iglesia y se esfuerza en hacer que los hombres acojan con mayor solicitud el anuncio de la salvación, prepara y consolida este camino hacia la unidad del género humano, que constituye el fundamento necesario para que la ciudad terrenal se organice a semejanza de la Ciudad celeste».
(San Juan XXIII: Discurso pronunciado en la Basílica vaticana el 11-X-1962, en la Inauguración Solemne del Concilio Vaticano II, párrafo 18).

Siendo por lo tanto ese fundamento, según esta enseñanza de san Juan XXIII, la unidad de la humanidad consolidada en la acogida por todos los hombres del anuncio de la salvación que hace la Iglesia.

Pon, Yahveh, en mi boca un centinela, un vigía a la puerta de mis labios (Sal 141,3).

Uno dice que tiene fe, el otro demuestra que la tiene obrando las obras que Dios quiere y así su fe es perfecta

¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar?
Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: «Dios os ampare; abrigaos y llenaos el estómago», y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve?
Esto pasa con la fe: si no tiene obras, por sí sola está muerta.
Alguno dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probaré mi fe.
...Por las obras la fe alcanzó su perfección» (Sant 2,14-18;22).

----------------

 

La conducta de los católicos en la vida política. Nota doctrinal de la Congregación para la Doctrina de la Fe del 24 de noviembre de 2002

Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite el último día (Jn 6,37-39).

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? (Sal 22,2).

Rafael Alberti y el monasterio de Santo Domingo de Silos

PÍO IX, 1846-1878 [De la Respuesta de la Sagrada Penitenciaría, año 1853]
[1.–]Preg.: Algunos fieles casados, basándose en la opinión de los médicos, están persuadidos de que cada mes hay días en los cuales no puede haber concepción ¿Deben ser inquietados aquellos que sólo usan del matrimonio en estos días, por lo menos si tienen razones legítimas para abstenerse del acto conyugal?
Resp.: No deben ser inquietados aquéllos de quienes se trata en esta pregunta, puesto que no hacen nada para evitar la concepción.”

Si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo (1Jn 2,1).

Ven corriendo a ayudarme (Sal 22,20)

Jesús se echó a llorar. (Jn 11,35).

 

En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando:

-«¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no: está escondido a tus ojos. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento de mi venida». (Lucas 19, 41-44).

 

Se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». (Lc 10,21-22).

"El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío" (Lc 14,33).

Quiero misericordia, y no sacrificios; conocimiento de Dios, más que holocaustos (Os 6,6).

Mientras iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino:
«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará» (Mt 20,17-19).

«Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos» (Mt 20,25-28).

"La misericordia de Dios se ha manifestado en la carne; ha adquirido rostro y corazón humanos: «Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna»” (Jn 3, 16). Pastoral de Cuaresma 2015 de los obispos de Navarra y de Vascongadas.

El Papa Francisco en Ecuador:

"Le pregunté a Jesús varias veces en la oración qué tiene este pueblo de distinto. Esta mañana, orando, se me impuso: aquella consagración al Sagrado Corazón.

Pienso que se lo debo decir, como un mensaje de Jesús. Todo esto de riqueza que tienen ustedes, de riqueza espiritual, de piedad, de profundidad, viene de haber tenido la valentía -porque fueron momentos muy difíciles-, la valentía de consagrar la Nación al Corazón de Cristo, ese Corazón Divino y humano que nos quiere tanto. Y yo los noto un poco con eso, divinos y humanos. Seguro que son pecadores, yo también, pero… pero el Señor perdona todo y… ¡Custodien eso!

Y después, pocos años después, la consagración al corazón de María. No olviden: esa consagración es un hito en la historia del pueblo de Ecuador y de esa consagración siento como que le viene esa gracia que tienen ustedes, esa piedad, esa cosa que los hace distintos" (Francisco, el 8 de julio de 2015 en el Santuario nacional mariano de El Quinche de Ecuador).

Santuario nacional mariano de El Quinche, Ecuador

Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto (Lucas 16,31).

 

El que educa a los pueblos ¿no va a castigar? (Sal 93,10).

Chesterton: "El mundo moderno se divide entre conservadores y progresistas. La función de los progresistas es cometer errores. La de los conservadores, impedir que los errores sean corregidos".

Dar testimonio

«Bendecid a Dios y proclamad ante todos los vivientes los bienes que os ha concedido, para bendecir y cantar su Nombre. Manifestad a todos los hombres las acciones de Dios, dignas de honra, y no seáis remisos en confesarle.
Bueno es mantener oculto el secreto del rey y también es bueno proclamar y publicar las obras gloriosas de Dios. Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre presentes y tienen entrada a la Gloria del Señor». (Tobías 12,6-7. 12,15).

-------------------------

-------------------------------

«Cuando recéis el Rosario, diréis después de cada misterio: “¡Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva todas las almas al Cielo, principalmente las más necesitadas" – "Ó meu Jesus, perdoai-nos, livrai-nos de fogo do inferno; levai as alminhas todas para o Céu, principalmente aquelas que mais preisarem"» (La Virgen María el 13 de julio de 1917 en Fátima a los tres pastorcillos).

Testimonios sobre los redactores de los cuatro evengelios

Texto de San Papías en un libro escrito hacia el año 130, hoy perdido, que conocemos a través de la Historia Eclesiástica de Eusebio de Cesarea:

"Marcos, que fue intérprete de Pedro, escribió con exactitud todo lo que recordaba, pero no en orden de lo que el Señor dijo e hizo. Porque él no oyó ni siguió personalmente al Señor, sino, como dije, después a Pedro. Éste llevaba a cabo sus enseñanzas de acuerdo con las necesidades, pero no como quien va ordenando las palabras del Señor, más de modo que Marcos no se equivocó en absoluto cuando escribía ciertas cosas como las tenía en su memoria. Porque todo su empeño lo puso en no olvidar nada de lo que escuchó y en no escribir nada falso".

Mateo “compuso su discurso en hebreo y cada cual lo fue traduciendo como pudo".

San Ireneo de Lyon, en el año 170:

Mateo, (que predicó) a los Hebreos en su propia lengua, también puso por escrito el Evangelio, cuando Pedro y Pablo evangelizaban y fundaban la Iglesia. Una vez que éstos murieron, Marcos, discípulo e intérprete de Pedro, también nos transmitió por escrito la predicación de Pedro. Igualmente Lucas, seguidor de Pablo, consignó en un libro «el Evangelio que éste predicaba». Por fin Juan, el discípulo del Señor «que se había recostado sobre su pecho» redactó el Evangelio cuando residía en Efeso.

El “fragmento muratorio”, año 170, contiene una lista de libros del Nuevo Testamento, que coincide con nuestro actual canon. El pergamino comienza en medio de una frase:

“el tercer libro del evangelio es aquel según Lucas”

“el cuarto evangelio es aquel de Juan, de los discípulos”.

San Clemente de Alejandría (150-215), según trae Eusebio de Cesarea:

Mateo, que en primer lugar predicó a los hebreos cuando ya estaba por dedicarse también a otros, expuso por escrito su Evangelio en su lengua materna, sustituyendo de este modo por escrito la falta de su presencia en medio de aquellos de los que se alejaba. Y, a su vez, Marcos y Lucas ya habían procedido a la entrega de sus respectivos Evangelios cuando se dice que Juan seguía haciendo uso de la predicación oral, y que finalmente se dedicó a escribirlo.

Los prólogos anti marcionitas, breves textos anónimos, que se incluyeron en antiguas Biblias, a modo de introducción de los evangelios.

El de Mateo se ha perdido, se supone que por corresponder a las primeras páginas del libro. El prólogo de Marcos indica que fue un intérprete de Pedro y que escribió en Italia. El de Lucas nos informa que era un médico, colaborador de Pablo, y que escribió para los creyentes griegos. El de Juan, finalmente habría sido dictado a Papías de Hierópolis, para oponerse a las doctrinas de Marción.

La tradición de los testimonios sobre los redactores de los cuatro evengelios proviene de los extremos del mundo civilizado antiguo:

San Papías escribió en Hierápolis, el primer territorio en recibir favorablemente la predicación cristiana, en la actual Turquía.

San Ireneo fue obispo de Lyon que se encuentra en el otro extremo del Imperio Romano.

San Clemente se asocia con Alejandría.

Los prólogos anti marcionitas parecen haber sido escritos en Roma.

"Tengo menos materia de confesión cuando estoy entre las peñas que cuando estoy entre los hombres" (San Juan de la Cruz en La Peñuela).

S. Alfonso María de Ligorio a Dios: “No conviene a una Misericordia tan grande como la vuestra olvidarse de una tan gran miseria como la nuestra.” (“Visitas al Stmo. Sacramento”, 16).

-----------------------------------------

Gracia y libertad

Los pecados se remiten «gratuitamente por la misericordia divina por causa de Jesucristo” (Concilio de Trento, sesión VI, cap. IX) [DS 1533].
"Se dice que somos justificados gratuitamente, porque nada de aquello que precede a la justificación, sea la fe, sean las obras, merece la gracia misma de la justificación» (Ibíd. cap. VIII) [DS 1532].

Paulo V en 1607 al clausurar la Controversia De Auxiliis:

«Que una y otra parte concuerden en lo capital de la verdad católica, y enseñen que Dios, con la eficacia de su gracia, nos excita a obrar y hace que queramos, y doblega y cambia las voluntades de los hombres, de lo cual se trata en esta causa; discrepen en el modo de explicarlo».

San Roberto Belarmino: «Algunos opinan que la eficacia de la gracia se constituye por el asentimiento y la cooperación humana, de modo que por su resultado se llama eficaz la gracia, a saber, porque obtiene su efecto, y obtiene su efecto porque la voluntad humana coopera. Esta opinión es absolutamente ajena a la doctrina de san Agustín, y en cuanto a lo que yo juzgo, incluso ajena a la doctrina de las Divinas Escrituras».

----------------

«Todo cuanto hay de ser y de acción en la obra mala se reduce a Dios como a su causa; más lo que hay en ella de defectuoso no es causado por Dios, sino por la causa segunda defectuosa».
(SANTO TOMÁS, Summa Theologiae, I, q. 49, a. 2, ad 2).

«Está al alcance del libre albedrío el impedir o no impedir la recepción de la gracia» (SANTO TOMÁS, Suma contra loa gentiles, III, c. 159).

«En la criatura intelectual hay dos propiedades o modos: a) su libertad; b) su defectibilidad. La primera es una perfección; la segunda, una imperfección, Cuando Dios mueve a la criatura racional guarda siempre el primer modo, moviéndola libremente, pues eso es perfección, y la moción divina no destruye ni disminuye, sino que conserva y aumenta todo lo que es perfección en la criatura. Pero respecto al segundo modo, esto es, a la defectibilidad, que es imperfección, no siempre se acomoda Dios a ella, sino que frecuentemente, por su liberalidad y misericordia, obra contra ella y sobre ella, como sucede en toda providencia especial» (FRANCISCO MARÍN-SOLA, Respuesta a algunas objeciones acerca del sistema tomista sobre la moción divina, en «La Ciencia Tomista» (Salamanca), 97 (1926), pp., 23-24).

«La premoción divina de la providencia natural general nunca falta para acto alguno proporcionado a la naturaleza a no ser que la criatura misma ponga impedimento a esa noción» (Francisco Marín-Sola, Nuevas observaciones acerca del sistema tomista sobre la moción divina, en «La Ciencia Tomista» (Salamanca), 99 (1926), pp. 321-397, p. 372).

Cuando los tomistas dicen que toda gracia es irresistible: «Se fijan mucho en el principio fundamental de Santo Tomás, de que la voluntad de Dios, por ser omnipotente, es eficacísima, y no se fijan tanto en el otro principio, no menos fundamental, de que Dios, siendo libre, no mueve siempre según toda la eficacia de su virtud, sino más o menos eficazmente, según le plazca». (FRANCISCO MARÍN-SOLA, Respuesta a algunas objeciones acerca del sistema tomista sobre la moción divina, en «La Ciencia Tomista», en La Ciencia Tomista (Salamanca), 97 (1926), pp. 5-74, p. 23).

«Tales mociones de la providencia  general no se extienden sino a los actos imperfectos, exigiéndose providencia especial y moción especial para los actos perfectos». (Francisco Marín-Sola, Nuevas observaciones acerca del sistema tomista sobre la moción divina, en «La Ciencia Tomista» (Salamanca), 99 (1926), p. 375).

  • F. MARÍN-SOLA, El sistema tomista sobre la moción divina, en «La Ciencia Tomista» (Salamanca), 94 (1925).
  • F. MARÍN-SOLA, Respuesta a algunas objeciones acerca del sistema tomista sobre la moción divina, en «La Ciencia Tomista» (Salamanca), 97 (1926)
  • F. MARÍN-SOLA, Nuevas observaciones acerca del sistema tomista sobre la moción divina, en «La Ciencia Tomista» (Salamanca), 99 (1926)
  • F. MARÍN-SOLA, Concordia tomista entre la moción divina y libertad creada, 4 vols., que terminó en Manila, manuscrito todavía pendiente de publicación. (Una copia mecanografiada de la obra estaba en España, en poder del filósofo y teólogo dominico Fr. Quintín Turiel (1933-2005).

«A esa concordia le hemos llamado Concordia tomista, porque tenemos el más decidido propósito de no apartarnos en nada, ni substancial ni accidental, de lo que nosotros creemos ser la verdaderamente de Santo Tomás. Eso no quitará el que, en cosas secundarias, nos apartamos algunas veces no de Santo Tomás, sino de ciertas opiniones que han sido sostenidas por gran número de tomistas, pero, que, por no tener conexión necesaria con los principios del Santo Doctor, las consideramos como accidentales para el tomismo» (F. MARÍN-SOLA, Introducción del manuscrito Concordia tomista entre la moción divina y libertad creada, 4 vols., que terminó en Manila, todavía pendiente de publicación. Una copia mecanografiada de la obra estaba en España, en poder del filósofo y teólogo dominico Fr. Quintín Turiel (1933-2005).p.1).

----------------------------

Pese al deterioro del pecado original, estamos inclinados al bien por naturaleza y lo queremos, pero obramos mal, como constatan san Pablo y antes el poeta Ovidio (43 aC-17 dC):

«Video meliora proboque, deteriora sequor» (veo lo que es mejor y lo apruebo, pero sigo lo peor, Ovidio, Metamorfosis VII,20).

«No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero… Es el pecado que habita en mí» (Rm 7,14-25).

Y es que, como enseña san Agustín, para obrar bien, para hacer las cosas como Dios manda:

"Necesitamos el don de su Espíritu para realizar lo que sabemos que debemos hacer" (San Agustín, ML 42,47-48).

Pero generalizadamente no seguimos la inspiración del Espíritu Santo, y el resultado es lo que diagnostica Santo Tomás:

«Sólo en el hombre parece darse el caso de que lo malo sea lo más frecuente (in solum autem hominibus malum videtur esse ut in pluribus); porque si recordamos que el bien del hombre, en cuanto tal, no es el bien del sentido, sino el bien de la razón, hemos de reconocer también que la mayoría de los hombres se guía por los sentidos, y no por la razón» (Santo Tomás: STh I,49, 3 ad5m).

«Los vicios se hallan en la mayor parte de los hombres» (Santo Tomás: I-II,71, 2 præt.3).

Y no seguimos la inspiración del Espíritu Santo, por someternos al mundo, al demonio y a la carne. Pero queda la esperanza en el amor inextinguible de Dios expresado y manifestado en Jesús:

«Vosotros estabais muertos por vuestros delitos y pecados, en los que en otro tiempo habeis vivido, siguiendo el espíritu de este mundo, bajo el príncipe de las potestades aéreas, bajo el espíritu que actúa en los hijos rebeldes; entre los cuales todos nosotros fuimos también contados en otro tiempo, y seguimos los deseos de nuestra carne … Pero Dios, por el gran amor con que nos amó… nos dió vida por Cristo: de gracia habéis sido salvados» (Ef 2,1-10; Concilio de Trento, Dz 1511).

«Dos cosas se requieren de nuestra parte respecto de las verdades que se nos proponen parar creer. Primera, que sean penetradas y captadas por el entendimiento, y es lo que compete al don de entendimiento. Segunda, que el hombre forme sobre ellas un juicio recto, que ordene a la adhesión a las mismas y la repulsa de los errores opuestos. Este juicio corresponde al don de sabiduría cuando se refiere a las cosas divinas; al don de ciencia, si versa sobre las cosas creadas, y al don de consejo, cuando considerasu aplicación a las acciones singulares» (Santo Tomás de Aquino, Summa Theologiae, q. 17, a. 6; cfr. la q. 9).

Tratado de la gracia y el libre albedrío de san Bernardo


-----------

La gracia y la libertad

Canals: La justificación viene de la gracia operante; el mérito, de la gracia cooperante.

Jesús a Gabrielle Bossis el 20 de agosto de 1943: «Yo recojo vuestra fe y la premio con una gracia. Y si tu te entregas a la Gracia, Yo respondo con una gracia aún mayor. Así es como, de peldaño en peldaño, podéis en poco tiempo alcanzar un grado que no sospecháis. Porque mis dones no pueden agotarse y mi alegría es la de comunicarme sin fin».

«Jesús dijo: “al que tiene se le dará más, y se hallará en la abundancia” [Mt 13,12]. Por una gracia fielmente recibida, Él me concedía una multitud de gracias nuevas» (Santa Teresa de Lisieux V,48r-v.).

---------------------

--------------------------------

Caminos

"Rectos son los caminos del Señor: los justos andan por ellos, los pecadores tropiezan en ellos" (Os 14,10).

"El Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal" (Sal 1,6).

«No te tuerzas ni a derecha ni a izquierda, aparta tu pie de la maldad» (Pr 4, 27).

En la Biblia de los LXX y en la Vulgata se añaden dos versículos:

«No te desvíes ni hacia la derecha ni hacia la izquierda, y aparta tu pie de la mala senda. Porque el Señor conoce los caminos que hay a la derecha, pero los que están hacia la izquierda son torcidos. El hará rectas tus sendas Y hará seguir en paz tus caminos» (Pr 4,26-27, Versión de los LXX).

«Ne declines ad dexteram neque ad sinistram; avertem pedem tuum a malo: vias enim quae ad dextris sunt novit Dominus: perversae vero sunt quae a sinistris sunt. Ipse autem rectos faciet cursus tuos, itinera autem tua in pace producet» (Pr 4,27. Vulgata Clementina).

Traducción propia:

«No te desvíes ni a la diestra ni a la siniestra; aparta tu pie del mal; porque los caminos que están a la derecha el Señor los conoce, y los que están a la siniestra son perversos. Mas Él hará correcta tu ruta, y que tengas buen viaje».  (Pr 4,27. Vulgata Clementina).

San Agustín explica estos versículos así:

"Hemos de entender que se desvía hacia la derecha quien quiere asignarse a sí mismo, y no a Dios, las mismas obras buenas que pertenecen a los caminos que hay a la derecha".
"Por eso… añadió a continuación: «El hará rectas tus sendas y hará seguir en paz tus caminos».
"Cuando te manda: «Haz rectos los senderos para tus pies y dirige tus caminos»entiéndelo de modo que sepas que, cuando así lo haces, Dios te otorga el que lo hagas. Así no te desviarás a la derecha, aunque vayas por los caminos que hay a la derecha, porque no confiarás en tu virtud, y tu virtud será justamente aquel que «hará rectas tus sendas y hará seguir en paz tus caminos»".
(San Agustín, Epistulae a los monjes del abad Valentín, 215, 5).

«Pero no conoce el Señor los caminos de la izquierda, los torcidos, esto es, los caminos de los impíos, porque no los hizo Él para el hombre, sino que el hombre se los hizo para sí».
(San Agustín, Epistulae a los monjes del abad Valentín, 215, 6).

«Dicen: “Hagamos el mal para que venga el bien”, ésos se desvían hacia la izquierda».
«No defendáis el libre albedrío de manera que le atribuyáis las buenas obras sin la ayuda de la gracia divina; pero tampoco defendáis la gracia de manera que, como si ya estuvieseis seguros de ella, améis las malas obras. Que la gracia de Dios os libre de tal cosa».
(San Agustín, Epistulae a los monjes del abad Valentín, 215, 8).

«Irse a la derecha es engañarse a sí mismo teniéndose por inmaculado; irse a la izquierda es, con no sé qué perversa y criminal seguridad, entregarse a toda clase de crímenes, como si no hubiera ningún castigo» (San Agustín, De peccatorum meritis  et remissione et de baptismo parvulorum, II, 5, 5.).

«“Los caminos que están a la derecha los conoce el Señor” , pues sólo Él está sin pecado y puede borrar nuestros delitos. “Los caminos de la izquierda son malvados”  y como tales pueden considerarse las codicias pecaminosas».
«A este propósito nos ofrecen una figura del Nuevo Testamento aquellos jóvenes de veinte años de quienes se dice que entraron en la tierra prometida (Num 14, 29 ss.) sin torcerse a la derecha ni a la izquierda (Jos 23, 6)».
«Sin torcerse a la derecha con una soberbia presunción de su propia justicia, ni a la izquierda con una complacencia segura en el pecado, entrará en la tierra de promisión. Allí no imploraremos ya el perdón de los pecados ni temeremos su castigo, porque viviremos libres por la gracia del Redentor, el cual, sin ser esclavo de pecado, redimió a Israel de todas sus iniquidades, ora de las cometidas con la vida propia, ora de las contraídas por el origen».
(San Agustín, De peccatorum meritis et remissione et de baptismo parvulorum, II, 35, 57).

"Ésta fue la orden que di a vuestros padres: «Escuchad mi voz.
Yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo; caminad por el camino que os mando, para que os vaya bien».
Pero no escucharon ni prestaron oído, caminaban según sus ideas, según la maldad de su corazón obstinado, me daban la espalda y no la frente" (Jer 7,23-24).

---------------------------

----------------------------------

La caridad ordena los actos de todas las virtudes al bien divino y la justicia legal ordena los actos de todas las virtudes al bien común

S. Tomás de Aquino, Summa Theologiae II-II q. 58 a. 6 co. “Decimos que la justicia legal es una virtud general, es decir, en cuanto ordena los actos de las otras virtudes a su fin, lo que es mover por imperio todas las otras virtudes. Pues, como la caridad puede ser llamada virtud general, en cuanto ordena los actos de todas las virtudes al bien divino, así también la justicia legal, en cuanto ordena los actos de todas las virtudes al bien común”.

 

"La historia demuestra con gran claridad que las mayorías pueden equivocarse. La verdadera racionalidad no queda garantizada por el consenso"
(
Benedicto XVI, 5 de octubre de 2007--------------LEER MÁS )
"Los principios morales, no dependen, del voto de las mayorías. Lo que está mal, está mal, aunque todos estén errados. Lo que es correcto, es correcto, aún cuando nadie esté del lado correcto" (Obispo Fulton Sheen)

--------------------

«Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra» (Is 49,6).

Volverán al Señor hasta de los confines del orbe; en su presencia se postrarán las familias de los pueblos (Sal 22,28).

Si le dejamos que siga así, todos creerán en él (Jn 11,48).

"Os digo: «Se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos». Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que estaba refiriéndose a ellos". (Mt 21,43-45).
[Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo (Mt, 21,23)].

Si algunas ramas fueron desgajadas, mientras tú - olivo silvestre - fuiste injertado entre ellas, hecho participe con ellas de la raíz y de la savia del olivo, no te engrías contra las ramas. Y si te engríes, sábete que no eres tú quien sostiene la raíz, sino la raíz que te sostiene (Rom 17,18)... Por su incredulidad fueron desgajadas, mientras tú, por la fe te mantienes. ¡No te engrías!; más bien, teme. Que si Dios no perdonó a las ramas naturales, no sea que tampoco a ti te perdone... Considera la bondad y la severidad de Dios: severidad con los que cayeron, bondad contigo, si es que te mantienes en la bondad; que si no, también tú serás desgajado (Rom 11,20-22).

En cuanto a ellos, si no se obstinan en la incredulidad, serán injertados; que poderoso es Dios para injertarlos de nuevo. Porque si tú fuiste cortado del olivo silvestre que eras por naturaleza, para ser injertado contra tu natural en un olivo cultivado, ¡con cuánta más razón ellos, según su naturaleza, serán injertados en su propio olivo! Pues no quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, «no sea que presumáis de sabios» [Pr 3,7]: el endurecimiento parcial que sobrevino a Israel durará hasta que entre la totalidad de los gentiles, y así, todo Israel será salvo, como dice la Escritura: «Vendrá de Sión el Libertador; alejará de Jacob las impiedades»[Is 59,2021]. «Y esta será mi Alianza con ellos, cuando haya borrado sus pecados» [Is 27,9]. En cuanto al Evangelio, son enemigos para vuestro bien; pero en cuanto a la elección amados en atención a sus padres. Que los dones y la vocación de Dios son irrevocables. En efecto, así como vosotros fuisteis en otro tiempo rebeldes contra Dios, mas al presente habéis conseguido misericordia a causa de su rebeldía, así también, ellos al presente se han rebelado con ocasión de la misericordia otorgada a vosotros, a fin de que también ellos consigan ahora misericordia. Pues Dios encerró a todos los hombres en la rebeldía para usar con todos ellos de misericordia. ¡Oh abismo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos! (Rom 11,23-32).

No lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó (Jn 11,51).

-----------------

 

«Dos cosas se requieren de nuestra parte respecto de las verdades que se nos proponen parar creer. Primera, que sean penetradas y captadas por el entendimiento, y es lo que compete al don de entendimiento. Segunda, que el hombre forme sobre ellas un juicio recto, que ordene a la adhesión a las mismas y la repulsa de los errores opuestos. Este juicio corresponde al don de sabiduría cuando se refiere a las cosas divinas; al don de ciencia, si versa sobre las cosas creadas, y al don de consejo, cuando considera su aplicación a las acciones singulares» (Santo Tomás de Aquino, Summa Theologiae, q. 17, a. 6; cfr. la q. 9).

 

«Dejasteis tal medicina y ungüento para nuestras llagas, que no las sobresanan, sino que del todo las quitan». (SANTA TERESA DE JESÚS, Vida,19,5).

«Dios es suma Verdad, y la humildad es andar en verdad, que lo es muy grande no tener cosa buena de nosotros, sino la miseria y ser nada; y quien esto no entiende, anda en mentira»
(SANTA TERESA DE JESÚS, Moradas VI, 10, 7.)

 

«Quisiera tratar de hacerle compender con una comparación muy sencilla cómo ama Jesús a las almas que confían en él, aun cuando sean imperfectas. Supongamos que un padre tiene dos hijos traviesos y desobedientes, y que, al ir a castigarlos, ve que uno de ellos se echa a temblar y se aleja de él aterrorizado, llevando en el corazón el sentimiento de que merece ser castigado; y que su hermano, por el contrario, se arroja en los brazos de su padre diciendo que lamenta haberlo disgustado, que lo quiere y que, para demostrárselo, será bueno en adelante; si, además, este hijo pide a su padre que lo castigue con un beso, yo no creo que el corazón de ese padre afortunado pueda resistirse a la confianza filial de su hijo, cuya sinceridad y amor conoce. Sin embargo, no ignora que su hijo volverá a caer más de una vez en las mismas faltas, pero está dispuesto a perdonarle siempre si su hijo le vuelve a ganar una y otra vez por el corazón... Sobre el primer hijo, querido hermanito, no le digo nada, usted mismo comprenderá si su padre podrá amarle tanto y tratarle con la misma indulgencia que al otro... » (SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS, Cartas, n. 258, 18.7.97, al abate Belliere).

 

«Te aseguro que Dios es mucho mejor de lo que piensas. Él se conforma con una mirada, con un suspiro de amor ... Y creo que la perfección es algo muy fácil de practicar, pues he comprendido que lo único que hay que hacer es ganar a Jesús por el corazón... Fíjate en un niñito que acaba de disgustar a su madre montando\par en cólera o desobedeciéndola: si se mete en un rincón con aire enfurruñado y grita por miedo a ser castigado, lo más seguro es que su mamá no le perdonará su falta; pero si va a tenderle sus bracitos sonriendo y diciéndole: "Dame un beso, no lo volveré a\par hacer', ¿no lo estrechará su madre tiernamente contra su corazón, y olvidará sus travesuras infantiles ... ? Sin embargo, ella sabe muy bien que su pequeño volverá a las andadas en la primera ocasión; pero no importa: si vuelve a ganarla otra vez por el corazón, nunca será castigado ... Ya en tiempos de la ley del temor, antes de la venida de Nuestro Señor, decía el profeta 1saías, hablando en nombre del Rey del cielo: "¿Podrá una madre olvidarse de su hijo... Pues aunque ella se olvide de su hijo, yo no os olvidaré jamás" (ls 49, 15). ¡Qué encantadora promesa! Y nosotros, que vivimos en la ley del amor, ¿no vamos a aprovecharnos de los amorosos anticipos que nos da nuestro Esposo ... ? ¡Cómo vamos a temer a quien se deja prender en uno de los cabellos que vuelan sobre nuestro cuello ... !
(Cfr. Cant 4, 9) (SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS, Cartas, n. 191, 12 de julio de 1896, a Leonia).

-----------------------------------------------

"Cuando yo diga al malvado: “Vas a morir”, si tú no hablas para advertir al malvado que abandone su mala conducta, el malvado morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre. Si tú, en cambio, adviertes al malvado para que se convierta de su mala conducta, y él no se convierte, él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida"
(Ezequiel 33,7-9).

No debemos dejar de encomendar a los que tuvieron una vida y una muerte santas, no sea que mientras les homenajeamos y nos beneficiamos de su vida y de su obra los estemos dejando olvidados en el purgatorio; además, si realmente no necesitasen esos sufragios, les beneficiarán a otros. Y como toda oración, en primer lugar le une al que reza con Dios.

«Id, presentaos en el Templo y decid al pueblo todo lo referente a esta Vida.»
(Hechos 5,20).

«Si no creéis que Yo Soy, moriréis por vuestros pecados» (Jn 8,24).

«Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que Yo Soy» (Jn 8,28).

 

 

El papa Benedicto XVI recuerda las enseñanzas de san Alfonso María de Ligorio sobre la oración

San Alfonso María de Ligorio tuvo una visión optimista, pero realista, de los recursos de bien que el Señor da a cada hombre, explica Benedicto XVI

El Ángel de España de Verdaguer

Pentecostés

«En cuanto a los dones espírituales, no quiero, hermanos, que estéis en la ignorancia... Nadie puede decir: «¡Jesús es Señor!» sino con el Espíritu Santo. Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra en todos.

»A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común, porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas. Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad.

»Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte. Y así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas.

»¡Aspirad a los carismas superiores! Y aun os voy a mostrar un camino más excelente.

»La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. La caridad no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia. Porque parcial es nuestra ciencia y parcial nuestra profecía. Cuando venga lo perfecto, desaparecerá lo parcial.

»Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido. Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad, estas tres. Pero la mayor de todas ellas es la caridad
(I Corintios 12,1, 3-11, 27-28, 31; I Corintios 13, 4-10, 12-13).

Buscad la caridad; pero aspirad también a los dones espirituales, especialmente a la profecía. Pues el que habla en lenguas no habla a los hombres sino a Dios... El que habla en lenguas, se edifica a sí mismo; el que profetiza, edifica a toda la asamblea.
(I Corintios 14,1-4)

------------------------

Los siete dones del Espíritu Santo

Catecismo:
1830 La vida moral de los cristianos está sostenida por los dones del Espíritu Santo.
Estos son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos del Espíritu Santo.
1831 Los siete dones del Espíritu Santo son:
sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David (cf Is 11, 1-2). Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.

Los dones del Espíritu Santo son hábitos sobrenaturales infundidos por Dios en las potencias del alma para recibir y secundar con facilidad las mociones del propio Espíritu Santo al modo divino o sobrehumano.
Los dones son infundidos por Dios. El alma no podría adquirir los dones por sus propias fuerzas ya que transcienden infinitamente todo el orden puramente natural. Los dones los poseen en algún grado todas las almas en gracia. Es incompatible con el pecado mortal.
http://www.corazones.org/espiritualidad/espiritu_santo/dones_espiritu.htm

Catequesis del Papa Francisco sobre los dones del Espíritu Santo

Catequesis de San Juan Pablo II sobre los dones del Espíritu Santo

El don de Inteligencia (Entendimiento) es una gracia del Espíritu Santo para comprender la Palabra de Dios y profundizar las verdades reveladas.

«Mediante este don el Espíritu Santo, que "escruta las profundidades de Dios" (1 Cor 2,10), comunica al creyente una chispa de capacidad penetrante que le abre el corazón a la gozosa percepción del designio amoroso de Dios. Se renueva entonces la experiencia de los discípulos de Emaús, los cuales, tras haber reconocido al Resucitado en la fracción del pan, se decían uno a otro: "¿No ardía nuestro corazón mientras hablaba con nosotros en el camino, explicándonos las Escrituras?" (Lc 24:32).

»Esta inteligencia sobrenatural se da... a los fieles que, gracias a la "unción" del Espíritu (cfr 1 Jn 2:20 y 27) poseen un especial "sentido de la fe" (sensus fidei) que les guía en las opciones concretas.

»Efectivamente, la luz del Espíritu, al mismo tiempo que agudiza la inteligencia de las cosas divinas, hace también mas límpida y penetrante la mirada sobre las cosas humanas. Gracias a ella se ven mejor los numerosos signos de Dios que están inscritos en la creación. Se descubre así la dimensión no puramente terrena de los acontecimientos, de los que está tejida la historia humana. Y se puede lograr hasta descifrar proféticamente el tiempo presente y el futuro. "¡Signos de los tiempos, signos de Dios!"».
(San Juan Pablo II, Catequesis sobre el Credo, 16-IV-1989)

«Dos cosas se requieren de nuestra parte respecto de las verdades que se nos proponen parar creer. Primera, que sean penetradas y captadas por el entendimiento, y es lo que compete al don de entendimiento. Segunda, que el hombre forme sobre ellas un juicio recto, que ordene a la adhesión a las mismas y la repulsa de los errores opuestos. Este juicio corresponde al don de sabiduría cuando se refiere a las cosas divinas; al don de ciencia, si versa sobre las cosas creadas, y al don de consejo, cuando considerasu aplicación a las acciones singulares» (Santo Tomás de Aquino, Summa Theologiae, q. 17, a. 6; cfr. la q. 9).

Jesús dijo a santa María Faustina Kowalska:

«La falta de confianza de las almas me hiere profundamente. Todavía más me duele la desconfianza de las almas que Yo he escogido. A pesar de mi Amor jamás agotado, desconfían de Mí, no les basta ni siquiera mi muerte». (D. 50).

Evidencia histórica a favor de los evangelistas

http://infocatolica.com/blog/esferacruz.php/1508260710-evidencia-historica-a-favor-d

Pato Acevedo, el 26.08.15 a las 7:10 PM

Al hablar sobre la historia de los evangelios y su confiabilidad, se ha vuelto un lugar común decir que son textos seudónimos. Se indica al pasar, como una verdad incuestionable, que no sabemos quién los escribió, pero que al menos estamos seguros que no fueron Mateo, Marcos, Lucas ni Juan. La Iglesia por su parte, se mantiene en afirmar el origen apostólico de los evangelios, dejando la cuestión acerca de los detalles de su composición a los expertos.

¿A qué viene dudar tanto de esa tradición?. Después de todo no hay nada extraordinario o milagroso en ella. Los evangelistas son mencionados en otros libros del Nuevo Testamento, dos de ellos apóstoles y dos compañeros de los apóstoles, que perfectamente podrían haber escrito lo que se les atribuye. Por otro lado, tampoco deja la impresión de una atribución “demasiado conveniente". Los evangelistas son reconocibles, pero tampoco son los más importantes líderes del cristianismo. De hecho, más bien son figuras oscuras, si los comparamos con san Pedro y san Pablo, Santiago, Bernabé apóstol o san Clemente, el segundo Papa.

En definitiva, no hay razón para desconfiar de la atribución tradicional… a menos que a alguien le moleste que los evangelistas transmitieran fielmente el mensaje puro y simple de Jesús.

Al indagar más a fondo en la cuestión, encontramos que el respaldo histórico en favor de estos autores es sólido y bien conocido.

En primer lugar, tenemos que hacia el año 130, Papías escribió un libro, hoy perdido, pero que conocemos a través del historiador eclesiástico Eusebio de Cesarea, donde señala:

Marcos, que fue intérprete de Pedro, escribió con exactitud todo lo que recordaba, pero no en orden de lo que el Señor dijo e hizo. Porque él no oyó ni siguió personalmente al Señor, sino, como dije, después a Pedro. Éste llevaba a cabo sus enseñanzas de acuerdo con las necesidades, pero no como quien va ordenando las palabras del Señor, más de modo que Marcos no se equivocó en absoluto cuando escribía ciertas cosas como las tenía en su memoria. Porque todo su empeño lo puso en no olvidar nada de lo que escuchó y en no escribir nada falso.

Más adelante, Papías dice que Mateo “compuso su discurso en hebreo y cada cual lo fue traduciendo como pudo".

Luego Ireneo de Lyon, en el año 170, escribió:

Mateo, (que predicó) a los Hebreos en su propia lengua, también puso por escrito el Evangelio, cuando Pedro y Pablo evangelizaban y fundaban la Iglesia. Una vez que éstos murieron, Marcos, discípulo e intérprete de Pedro, también nos transmitió por escrito la predicación de Pedro. Igualmente Lucas, seguidor de Pablo, consignó en un libro «el Evangelio que éste predicaba». Por fin Juan, el discípulo del Señor «que se había recostado sobre su pecho» redactó el Evangelio cuando residía en Efeso.

Así, los cuatro autores de los evangelios están plenamente identificados y son los mismos que encontramos en nuestras Biblias. Poco tiempo después, Clemente de Alejandría (150-215) también atestigua esta tradición, según nos cuenta Eusebio de Cesarea:

Mateo, que en primer lugar predicó a los hebreos cuando ya estaba por dedicarse también a otros, expuso por escrito su Evangelio en su lengua materna, sustituyendo de este modo por escrito la falta de su presencia en medio de aquellos de los que se alejaba. Y, a su vez, Marcos y Lucas ya habían procedido a la entrega de sus respectivos Evangelios cuando se dice que Juan seguía haciendo uso de la predicación oral, y que finalmente se dedicó a escribirlo.

A estos testimonios se agrega el de los prólogos anti marcionitas, breves textos anónimos, que se incluyeron en antiguas ediciones de la Biblia, a modo de introducción de los evangelios. El de Mateo se ha perdido, se supone que por corresponder a las primeras páginas del libro. El prólogo de Marcos indica que fue un intérprete de Pedro y que escribió en Italia. El de Lucas nos informa que era un médico, colaborador de Pablo, y que escribió para los creyentes griegos. El de Juan, finalmente habría sido dictado a Papías de Hierópolis, para oponerse a las doctrinas de Marción.

Los académicos investigan la datación y autenticidad estos documentos, pero lo relevante es que la tradición sobre los autores de los evangelios no es arbitraria ni escasa en evidencia. No es que alguien hay recibido la Biblia con los evangelios en ese orden y se conformara con decir “siempre se ha hecho así". Al contrario, se trata de una tradición bien documentada, que se remonta a los orígenes del cristianismo.

También es digno de destacar que la misma tradición proviene de diferentes extremos del mundo antiguo. Hierápolis se ubica en la actual Turquía, el primer territorio en recibir favorablemente la predicación cristiana. Ahí escribió Papías. Lyon se encuentra en el otro extremo del Imperio Romano, y desde allá nos llega la misma tradición por enseñanza de su obispo Ireneo. Clemente, por su parte se asocia con la ciudad egipcia de Alejandría, en el extremo sud oriental del mediterráneo. Finalmente, los prólogos anti marcionitas parecen haber sido escritos en Roma.

Observar todos estos testimonios, todos en el siglo II y de lugares tan alejados, demuestra que estamos ante una tradición firme y consolidada, no sujeta a vacilaciones ni dudas.

«No seáis niños en juicio. Sed niños en malicia, pero hombres maduros en juicio».
(I Corintios 14,20)