...La crisis en 2023....INDEX
El acuerdo de la Santa Sede y la dictadura comunista de Xi se va deshaciendo
Según un texto de George Weigel que publica Zént Noticias First Things Denver, 17.08.2023, ha sido un golpe autoinfligido a la política china del Vaticano el anuncio en julio de 2023 de que el Papa Francisco había «reconocido» al obispo Joseph Shen Bin como obispo de Shanghái, a pesar de que el obispo había sido «transferido» a la diócesis más importante y prestigiosa de China por el régimen de Xi Jinping, no por el Papa.
Según ese texto de Weigel, Vatican News describió como una entrevista con el Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, lo que en realidad era una auto-entrevista o auto interrogatorio, pues el cardenal había enviado las preguntas y respuestas pre-escritas a los diversos instrumentos de los medios de comunicación del Vaticano para su publicación.
Según ese texto de Weigel, hay una revelación sorprendente en ese auto interrogatorio donde el cardenal Parolin señala que dos traslados anteriores de obispos dentro de China «se llevaron a cabo sin la participación de la Santa Sede», y Parolin dice ahí que «este modo de proceder parece no tener en cuenta el espíritu de diálogo y de colaboración establecido por la parte vaticana y la parte china a lo largo de los años».
Según ese texto de Weigel, el régimen que impera en China continental es un régimen totalitario que lleva a cabo la vigilancia más amplia del mundo sobre su propia población, construye campos de concentración genocidas para minorías étnicas y religiosas, bloquea la investigación internacional sobre su papel en la irrupción mundial del Covid-19 y anuncia públicamente que todas las religiones en China deben ser «sinicizadas» (es decir, subordinadas al concepto que el régimen tiene de lo que China es y debe ser)
Según ese texto de Weigel, es una ingenua suposición del "Vaticano" que el régimen que impera en China continental está interesado en el «diálogo y la colaboración», que hay algo de autodesprecio y estratégicamente poco inteligente (por no hablar de moralmente desagradable) en llevar el lenguaje diplomático al extremo de decir, como hizo el cardenal, que la conversación entre el Vaticano y Pekín continuaría, «confiando en la sabiduría y la buena voluntad de todos», que todos los regímenes totalitarios a lo largo de la historia sin excepción han tratado de subordinar las comunidades cristianas a la ideología del régimen, ya sea el nazismo, el leninismo o el «pensamiento Xi Jinping»
Según ese texto de Weigel, el régimen que impera en China continental tiene programa actual de llevar al clero católico de Hong Kong al continente para instruirlo en la sinicización y la misma incapacidad -u obstinado rechazo- para comprender la naturaleza de un régimen como el de Xi Jinping se hizo evidente en la esperanza del cardenal de que se elaboraran «estatutos adecuados» para una conferencia episcopal china.
Según ese texto de Weigel, hay un llamamiento del cardenal Parolin a las autoridades chinas para que establezcan una «oficina de enlace estable» para la Santa Sede en la China continental que haga que el diálogo entre el Vaticano y Pekín sea «más fluido y fructífero»: una petición, informó Gerard OConnell, corresponsal de América en el Vaticano, que el régimen chino ya ha rechazado antes, al tiempo que exigía que la Santa Sede cerrara su «oficina de estudios» en Hong Kong.
Según ese texto de Weigel, ciertos diplomáticos italianos del Vaticano buscan una embajada de la Santa Sede en Pekín, pero eso exigiría romper las relaciones diplomáticas de la Santa Sede con Taiwán, y una embajada no añadiría nada a la influencia de la Santa Sede sobre el régimen de Pekín, a la vez que silenciaría aún más la voz pública del Vaticano.
Según ese texto de Weigel, "hay pocos entusiastas de la actual política hacia China en el Colegio Cardenalicio, y es imperativo un examen de la misma durante el próximo interregno papal y esa discusión debería comenzar con el entendimiento de que, por muy nobles que sean sus intenciones, la política actual es un fracaso que está dañando la autoridad moral y el testimonio de la Iglesia".