HISTORIA DE LA ROPA Y LAS FIBRAS TEXTILES

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El hombre es el único animal que se . Desde el principio de los tiempos hasta nuestros días, su vestimenta ha sufrido numerosas transformaciones que en la mayoría de los casos han sido debidas al descubrimiento de nuevos y materiales.
El tejido, una de las primeras actividades artesanales, ya se practicaba en el , como lo demuestran los fragmentos de fibras de lino hallados en los restos de poblados lacustres de Suiza.
Lino: Los primeros en utilizar el lino fueron los . Dado que los primeros tejidos de lino por lo general eran blancos, esta materia se convirtió en un de pureza.
Lana: Las ovejas se criaban por su lana -además de por su carne y su piel- en toda la zona . Sicilia y el sur de Italia proporcionaban lana a para la confección de prendas de vestir.
Algodón: Aunque el algodón es la textil más común en la actualidad, fue la última fibra natural en alcanzar importancia comercial. Los primeros colonos ingleses ya cultivaban algodón; con la introducción de la de algodón, inventada en 1793 por el estadounidense Eli Whitney, el algodón se convirtió en la fibra más importante del mundo en cuanto a su cantidad, su bajo costo y su utilidad.
Seda: La fuente de dicha fibra no fue conocida por los hasta el siglo VI d.C., cuando unos viajeros que volvían de China trajeron de contrabando a Occidente huevos del de seda; a partir de ellos empezaron a criarse gusanos en Grecia e Italia. Cuando empezó la II Guerra Mundial, suministraba el 90% de la producción mundial de seda en bruto.
El se introdujo en la década de 1930. Esta fibra, más resistente que la , se utiliza mucho en la confección de prendas de vestir, calcetería, tela de paracaídas y cuerdas. La utilización de fibras artificiales condujo a numerosos cambios en la economía textil. Los países altamente industrializados, que antes estaban obligados a algodón y lana como materias primas para los textiles, pasaron a fabricar sus propias fibras a partir de recursos disponibles como el carbón, el petróleo o la celulosa.
El mundo de la moda está comenzando a descubrir una nueva forma de hacer confección: la ropa . Se trata de prendas dotadas de pequeños circuitos computerizados que interactúan con el entorno, controlan el cuerpo humano y permiten la comunicación a través de Internet.
La principal característica de la ropa inteligente es que, además de al cuerpo humano de las inclemencias climáticas, integra pequeñas computadoras inalámbricas que permiten al individuo mucho mejor al entorno que le rodea y reaccionar ante él.
El MIT fue el pionero en incorporar Remembrance Agent (RA -agentes de recuerdo-), unos diminutos dispositivos que recopilan datos de todo lo que rodea al individuo y los almacenan en su memoria para poder disponer posteriormente de esta información en tiempo real y en todo momento.
Además, los textiles inteligentes se caracterizan por actuar de forma autónoma. Así, por ejemplo, ya se están desarrollando telas tejidas con hilos de cobre que funcionan con la energía que el propio cuerpo humano y, que por tanto, no necesitan de ninguna ni batería. Después, estas telas son capaces de suministrar energía a todos los diminutos dispositivos electrónicos que integran.
Con el fin de detectar el estado de salud en todo momento, hay empresas que han desarrollado una tecnología inalámbrica que gracias a electrodos insertados en sujetadores, calzoncillos o cinturones permite realizar un seguimiento de las señales corporales y almacenar los datos recogidos en una memoria electrónica durante meses.
Otros científicos han diseñado una chaqueta que se adapta a la ambiente, de tal manera que se activa para dar calor cuando baja la temperatura o se ilumina cuando es de noche. O un microchip que transforma las prendas en ropa . Así, un chaleco podría decirle al consumidor con qué color de camisa puede combinarlo o qué cuidados necesita al lavarse.