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EL SECRETO DE MARÍA de San Luis María Grignion de Montfort
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Índice General --------------
Concepto ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... Nº. ---- Pág.
El gran secreto para llegara ser santos ......... ......... ......... ......... ......... .... ............................... .. 1 -------- 1
Primera parte
Oficio de María en nuestra santificación
A Necesidad de santificarnos por medio de María ......... ......... ......... ......... ......... .... ......... 3 -------- 1
B - ¿Por qué María nos es necesaria? ......... ......... ......... ......... ......... ... ................................. .. 7 --------- 2
Conclusión de esta primera parte ......... ......... ......... ......... ......... ... .............................. ... 23 -------- 5
Segunda parte
La Verdadera Devoción a la Virgen o santa esclavitud de amor
A - Elección de la Verdadera o perfecta devoción ......... ......... ......... ......... ......... .......... 24 ........... 5
B - Naturaleza y extensión de la Verdadera Devoción a María llamada Esclavitud de amor ......... .. .. 29 -------- 6
C - Excelencia de la Santa Esclavitud que proviene de que hace pasar toda la vida del alma, por María, la mediadora 34 -------- 6
D - Prácticas interiores de la Santa Esclavitud, su espíritu y sus frutos ......... ......... ......... ........... 42 -------- 8
Tres advertencias importantes ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ..... ... 49 -------- 9
Frutos maravillosos de esta práctica interior de la Santa Esclavitud ......... ......... ......... ......... ... 52 -------- 9
La Santa Esclavitud de los Últimos Tiempos ......... ......... ......... ......... ........... 57 -------- 10
E - Prácticas exteriores de la Santa Esclavitud ......... ......... ......... ......... ......... 59 -------- 10
Oración a Nuestro Señor Jesucristo ......... ......... ......... ......... ......... ......... .............. .. 65 -------- 11
Oración a Nuestra Señora para sus fieles esclavos ......... ......... ......... ......... ........... . 67 -------- 11
Cultivo y crecimiento del Árbol de la Vida o manera de hacer que María viva y reine en nuestras almas .. .. 69 -------- 12
Consagración de sí mismo a Jesucristo, la Sabiduría Encarnada, por las manos de María ......... ......... 13
Ave Maris Stella ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... . .. 15
Veni Creator ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ... 15
Magnificat ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... .. 16
Coronilla de alabanzas A la Santísima Virgen María ......... ......... ......... ......... ......... ......... ... .. 16
El Secreto de María - Juan Pablo II ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... . 17
La Esclavitud Mariana en san Ildefonso, Arzobispo de Toledo ......... ......... ......... ......... ..... .. 18
Títulos publicados ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... .. .. 18
Índice por Puntos ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... .. 19
Santo Rosario ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... ......... .... . 21
EL GRAN SECRETO PARA LLEGAR A SER SANTO
1. EL SECRETO Y SUS CONDICIONES
Aquí tienes, alma predestinada, un secreto que me ha enseñado el Altísimo, y que en ningún libro antiguo ni moderno he podido encontrar. Voy a confiártelo con la gracia del Espíritu Santo; pero con estas condiciones:
1ª Que no lo comuniques sino a las personas que lo merezcan, por sus oraciones, sus mortificaciones, sus limosnas, sus persecuciones, su abnegación y su celo por el bien de las almas. 2ª Que te valgas de él para hacerte santa y espiritual; porque la importancia de este secreto se mide por el uso que de él se hace. Cuidado con cruzarte de brazos, sin trabajar; que mi secreto se convertirá en veneno y vendrá a ser tu condenación (1)
(1) No se tome demasiado a la letra esta amenaza con que el fervoroso misionero pretende aguijonear a los que creyéndose seguros con la práctica mal entendida de esta devoción se duermen en la tibieza. Los que al leer estas palabras se retrasen de practicar lo que en este libro se enseña son semejantes a los que, estando en gracia de Dios no quieren comulgar, por no tener que dar cuenta a Dios de tantas comuniones. A unos y a otros les cae de lleno la parábola del siervo perezoso, que por no perder su talento lo escondió en la tierra.
3ª Que todos los días de tu vida des gracias a Dios, por el favor que te hace al enseñarte un secreto que no mereces saber. Y a medida que lo vayas poniendo en práctica en las acciones ordinarias de la vida, comprenderás su precio y excelencia; que, al principio, por la multitud y gravedad de los pecados y aficiones secretas que te atan, sólo imperfectamente lo conocerás.
2. PREPARACIÓN A RECIBIRLA.
No te dejes llevar de ese deseo precipitado de conocer la verdad, que no es natural; [di primero devotamente, de rodillas, el Ave Mari Stella y Veni Creator (págs. 83 y 84)], para pedir a Dios la gracia de entender y saborear este misterio divino (2) .
(2). No descuidemos este encargo de orar, como aviso de cajón sin consecuencia alguna. Si muchos no están iniciados en el secreto de esta devoción, es porque olvidan que para penetrar en el huerto cerrado de María se necesita implorar con instancia el favor del Espíritu Santo, «que lo penetra todo, hasta las profundidades de Dios» (2 Co 9). Véase a este propósito el primer aviso del Árbol de la Vida (n. 70) y el fin de la oración a Nuestro Señor Jesucristo (n. 66) (P. Lhoumeau.)
Como tengo poco tiempo para escribir y tú tienes poco para leer, te lo diré en compendio.
Primera parte
Oficio de María en nuestra santificación
A. Necesidad de santificarse por medio de María
3. ES VOLUNTAD DE DIOS QUE NOS SANTIFIQUEMOS
Lo que de ti quiere Dios, alma, que eres su imagen viva, comprada con la sangre de Jesucristo, es que llegues a ser santa, como Él, en esta vida, y glorificada, como Él, en la otra. Tu vocación cierta es adquirir la santidad divina; y todos tus pensamientos, palabras y obras, tus sufrimientos, los movimientos todos de tu vida a eso se deben dirigir; no resistas a Dios, dejando de hacer aquello para que te ha criado y hasta ahora te conserva. ¡Qué obra tan admirable! El polvo trocado en luz, la horrura en pureza, el pecado en santidad, la criatura en su Criador, y el hombre en Dios. Obra admirable, repito, pero difícil en sí misma, y a la naturaleza por sí sola imposible. Nadie si no Dios con su gracia y gracia abundante y extraordinaria puede llevarla a cabo; la creación de todo el universo no es obra tan grande como ésta.
4. PARA SANTIFICARSE HAY QUE PRACTICAR LAS VIRTUDES.
Y tú, alma, ¿cómo lo conseguirás? ¿Qué medios vas a escoger para levantarte a la perfección a que Dios te llama? Los medios de salvación y santificación son de todos conocidos; señalados están en el Evangelio, explicados por los maestros de la vida espiritual, practicados por los santos. Todo el que quiera salvarse y llegar a ser perfecto necesita:
a) humildad de corazón,
b) oración continua,
c) mortificación universal,
d) abandono en la Divina Providencia y
e) conformidad con la voluntad de Dios.
5. PARA PRACTICAR LA VIRTUD NECESITAMOS DE LA GRACIA DE DIOS.
Para poner en práctica todos estos medios de salvación y santificación, nadie duda que la gracia de Dios es absolutamente necesaria y que, más o menos, a todos se da... Más o menos digo, porque Dios, a pesar de ser infinitamente bueno, no da a todos el mismo grado de gracia, aunque da a cada uno la suficiente. El alma fiel con mucha gracia hace grandes cosas, y con poca gracia pequeñas. Lo que avalora y hace subir de quilates nuestras acciones es la gracia dada por Dios y seguida por el alma. Estos principios son incontestables.
6. PARA HALLAR GRACIA HAY QUE HALLAR A MARÍA.
Todo se reduce, pues, a hallar un medio fácil con que consigamos de Dios la gracia necesaria para ser santos, y éste es el que te voy a enseñar. Digo, pues, que para hallar esta gracia de Dios hay que hallar a María.
B. ¿Por qué María nos es necesaria? (3)
(3) Después de haber afirmado en el párrafo A (n. 3 y 6) la necesidad de santificarnos por medio de María, nos da aquí el S. Montfort en una magistral demostración las razones teológicas de esta necesidad. Este párrafo B, es una verdadera «Suma» de Teología Mariana, en que los puntos de vista dogmáticos, ascéticos y aun místicos mutuamente se encadenan y completan. Cada una de las pruebas pide ser seriamente estudiada, meditada y profundizada, a fin de que nuestra alma, convencida de la gran necesidad que tiene de la Santísima Virgen, pueda vivir conforme a las grandes verdades aquí expuesta
7. PORQUE MARÍA SOLA HA HALLADO GRACIA DELANTE DE DIOS.
1, Sólo María es la que ha hallado gracia delante de Dios, ya para sí, ya para todos y cada uno de los hombres en particular; que ni los patriarcas, ni los profetas, ni todos los santos de la ley antigua pudieron hallarla.
8. PORQUE MARÍA SOLA ES MADRE DE LA GRACIA.
2. Ella es la que al Autor de toda gracia dio el ser y la vida, y por eso se la llama [Mater gratiae,] Madre de Dios.
9. PORQUE MARÍA SOLA POSEE DESPUÉS DE JESÚS LA PLENITUD DE LA GRACIA.
3. Dios Padre, de quien todo don perfecto y toda gracia desciende, como fuente esencial dándole al Hijo, le dio todas las gracias; de suerte, que, como dice San Bernardo, se le ha dado en él y con él la voluntad de Dios.
10. PORQUE MARÍA ES LA TESORERA DE TODAS LAS GRACIAS DE JESÚS.
4. Dios la ha escogida por tesorera, administradora y dispensadora de todas las gracias, de suerte que todas las gracias y dones pasan por sus manos y conforme al poder que ha recibido (según San Bernardino) reparte Ella a quien quiere, como quiere, cuando quiere y cuanto quiere, las gracias del Eterno Padre, las virtudes de Jesucristo y los dones del Espíritu Santo(4) .
(4). Nótese bien que, siendo María tesorera de todas las gracias, dependemos por consecuencia de Ella para todo socorro que nos venga de lo alto: es decir, para la gracia santificante en todos sus grados, para la concesión de todos los dones del Espíritu Santo y aun para todos los favores temporales ordenados a nuestro último fin. Esta verdad pide de nuestra parte perfecta correspondencia a la acción de María y por lo mismo disposición para depender activa y pasivamente de Ella, que es precisamente el objeto de la Verdadera Devoción, según Montfort, y que se explicará más abajo con el título de Santa Esclavitud de Amor.
11. PORQUE PARA TENER A DIOS POR PADRE HAY QUE TENER A MARÍA POR MADRE.
5. Así como en el orden de la naturaleza es necesario que tenga el niño padre y madre, así en el orden de la gracia es necesario que el verdadero hijo de la Iglesia tenga por Padre a Dios y a María por Madre; y el que se jacte de tener a Dios por padre, sin la ternura de verdadero hijo para con María, engañador es, que no tiene más padre que el demonio.
12. PORQUE LOS MIEMBROS DE JESÚS DEBEN SER FORMADOS POR LA MADRE DE JESÚS.
6. Puesto que María ha formado la cabeza de los predestinados, Jesucristo, tócale a ella el formar los miembros de esa cabeza, los cristianos: que no forman las madres cabezas sin miembros, ni miembros sin cabeza. Quien quiera, pues, ser miembro de Jesucristo, lleno de gracia y de verdad, debe formarse en María, mediante la gracia de Jesucristo, que en ella plenamente reside, para de lleno comunicarse a los verdaderos miembros de Jesucristo y a los verdaderos santos. (5)
(5) Si llamamos a María Madre nuestra, no es tan sólo por un sentimiento de piedad y gratitud, en retorno de su amor y su protección, sino porque tan realmente es nuestra Madre por la gracia, como Madre de Cristo por la carne. Esta maternidad espiritual de María, consecuencia de su maternidad divina, es una de las verdades en que se funda la devoción del Santo Grignion de Montfort (P. Lhomeau.)
13. PORQUE EL ESPÍRITU SANTO HA PRODUCIDO A LOS PREDESTINADOS POR MEDIO DE MARÍA.
7. El Espíritu Santo, que se desposó con María, y en Ella, por Ella y de Ella, produjo su obra maestra, el Verbo encarnado Jesucristo, como jamás la ha repudiado, continúa produciendo todos los días en Ella y por Ella a los predestinados, por verdadero aunque misterioso modo.
14. PORQUE MARÍA ESTÁ ENCARGADA DE ALIMENTAR LAS ALMAS.
8. María ha recibido de Dios particular dominio sobre las almas, para alimentarlas y hacerlas crecer en Él. Aun llega a decir San Agustín que en este mundo los predestinados todos están encerrados en el seno de María, y que no salen a la luz hasta que esta buena Madre les conduce a la vida eterna. Por consiguiente, así como el niño saca todo su alimento de la madre, que se lo da proporcionado a su debilidad, así los predestinados sacan todo su alimento espiritual y toda su fuerza de María (6)
(6) Trátase aquí de la vida de dependencia que un infantico tiene respecto a su madre. Imposible practicar la vida de infancia (que tanto quería Santa Teresa del Niño Jesús) sin estar estrechamente unidos con nuestra Madre, dependiendo en todo su influjo. Por no comprender esto fracasan tantas almas en sus santos propósitos de vivir en la infancia espiritual. Sin María no hay infantes, sino monstruos o entecos: con María todo es fácil y proporcionado a nuestra debilidad; todo conforme a las aspiraciones profundas que nos impelen a Ella, a Jesús, a Dios.
15. PORQUE MARÍA DEBE HABITAR EN LOS PREDESTINADOS.
9. María es a quien ha dicho el Padre: [in Jacob inhabita], hija mía, mora en Jacob es decir, en mis escogidos, figurados por Jacob; María es a quien ha dicho el Hijo: [in Israel haereditare], hereda en Israel, madre querida, es decir, en los predestinados; María es, al fin, a quien ha dicho el Espíritu Santo: [in electis meis mitte radices,] arraiga fiel esposa, en mis elegidos. Quienquiera, pues, que sea elegido o predestinado, tiene a María por moradora de su casa, es decir, de su alma(7) y la deja echar raíces de humildad profunda, de caridad ardiente y de todas las virtudes.
(7) Mora María en nuestras almas, no por presencia de ubicuidad, propia de la Divinidad tan sólo, sino por otras tres maneras de estar presente, por visión, por acción y por unión mística.
I. Nos ve en Dios y por el título único de Madre de Jesús y de nuestras almas, su conocimiento penetra hasta lo más íntimo de nuestro ser; su mirada y su pensamiento están, por lo tanto, en nosotros; aunque nosotros no estemos dispuestos a agotar el manantial de riquezas que este modo de presencia supone para nosotros, ni a portarnos con la seriedad y la alegría propia del alma que esto comprende y consiente en vivir por completo a la vista de su Soberana y su Madre.
II. Obra Ella sobre nosotros y en nosotros y también por medio de nosotros. Influye hasta dentro de nosotros por sus oraciones, por sus virtudes, por las gracias que nos transmite, por la educación que nos da, por los consejos y las órdenes con que nos gobierna.
III. María mora en nosotros principalmente porque en el alma que está en gracia se da un estado de amor sobrenatural, que implica presencia de unión mística con Nuestro Señor y con María, en la cual, según los teólogos y maestros de la vida espiritual, el ser que ama está en el amado y recíprocamente. Cf. Pseudodyonisio, Div. Nom. IV, 13 y 15; Santo Tomás I-II, q. 28)
Si aun en el orden natural el amor, como tal, toca directamente e indirectamente a su objeto, independientemente de la distancia física que les separa, ¿qué decir del amor sobrenatural y del todo divino, que hace seamos uno en Cristo y en el Padre, como dice Nuestro Señor? En virtud, pues, de este amor sobrenatural tenemos con María una unión de presencia verdaderamente inefable. Nuestras cotidianas faltas e imperfecciones nos impiden con frecuencia comprenderla y gustarla; que tal unión no se revela magníficamente sino a las almas sencillas y fieles llenas de pureza y amor.
Por parte de María no queda; siempre su amor maternal la transporta así al medio de nuestras almas. Plegue a Dios que por nuestra parte haya valeroso esfuerzo para la unión con ella y aun para la unidad amorosa con esta Madre del Amor hermoso.
16. PORQUE MARÍA ES EL MOLDE VIVIENTE DE DIOS Y DE LOS SANTOS.
Molde viviente de Dios, forma Dei, llama San Agustín (*) a María y, en efecto, lo es. Quiero decir que en ella sola se formó Dios hombre, al natural, sin que rasgo alguno de divinidad le faltara; y en ella sola también puede formarse el hombre en Dios, al natural, en cuanto es capaz de ello la naturaleza humana, con la gracia de Jesucristo.
(*) El texto aludido no parece ser de san Agustín, pero sí de un autor antiguo y respetable, acaso de san Fulberto de Chartres. Cf. Migne, PL T. 39c, 2(131).
De dos maneras puede un escultor sacar al
natural una estatua o retrato:
primera, con fuerza y saber y buenos
instrumentos puede labrar la figura en materia dura e informe;
segunda, puede vaciarla en un molde.
Largo, difícil, expuesto a muchos tropiezos es el primer modo;
un golpe mal dado, de cincel o de martillo, basta, a veces, para
echarlo a perder todo.
Pronto, fácil y suave es el segundo, casi sin
trabajo y sin gastos, con tal que el molde sea perfecto
y que represente al natural la figura; con tal que la materia de
que nos sirvamos sea manejable y de ningún modo resista a la
mano.
17. MOLDE PERFECTO EN SÍ MISMO, Y QUE NOS HACE PERFECTOS EN JESUCRISTO.
El gran molde de Dios, hecho por el Espíritu Santo, para formar al natural un Dios-hombre, por la unión hipostática, y para formar un hombre-Dios por la gracia, es María. Ni un solo rasgo de divinidad falta en este molde(8); cualquiera que se meta en él y se deje manejar, recibe allí todos los rasgos de Jesucristo, verdadero Dios; y esto de manera suave y proporcionada a la debilidad humana, sin grandes trabajos ni agobios; de manera segura y sin miedo de ilusiones, que no tiene aquí parte el demonio, ni tendrá jamás entrada donde esté María; de manera, en fin, santa e inmaculada sin la menor mancilla de culpa.
(8) Nada le falta a María: es molde perfecto y divino presto siempre a recibir a las almas, para transformarlas en Jesucristo. De nuestra parte sí que falta con mucha frecuencia una disposición que es indispensable; no estamos bastante flexibles, bastante manejables para la acción de María. A la verdad no nos damos sino muy poco, muy parcialmente y con la mucha actividad natural, y por eso Jesús está todavía poco formado en nuestras almas. Entremos con sencillez, pero entremos francamente y sin reserva en María y llegaremos pronto a ser santos.
18. DE UN MODO PURO Y DIVINO.
¡Oh alma querida, cuánto va del alma formada en Jesucristo, por los medios ordinarios de la que, como los escultores, se fía de su pericia, y se apoya en su industria, al alma bien tratable, bien desligada, bien fundida, que sin estribar en sí, se mete dentro de María y se deja manejar allí por la acción del Espíritu Santo! ¡Cuántas tachas, cuántos defectos, cuántas tinieblas, cuántas ilusiones, cuánto de natural y humano hay en la primera! Y la segunda, ¡cuán pura es y divina y semejante a Jesucristo!
19. PORQUE MARÍA ES EL PARAÍSO Y EL MUNDO DE DIOS.
No hay ni habrá jamás criatura, sin exceptuar bienaventurados, ni querubines, ni serafines de los más altos en el mismo cielo, en que Dios muestre tanto sus perfecciones internas y externas como en la divina María. María es el paraíso de Dios y su mundo inefable, donde el Hijo de Dios entró para hacer maravillas, para guardarle y tener en él sus complacencias. Un mundo ha hecho para el hombre peregrino, que es la tierra que habitamos; otro mundo para el hombre bienaventurado, que es el paraíso; mas para sí mismo, ha hecho otro mundo y lo ha llamado María; mundo desconocido a casi todos los mortales de la tierra, e incomprensible a los ángeles y bienaventurados todos del cielo, que, admirados de ver a Dios tan elevado de todos ellos, tan alejado y oculto en ese mundo de la divina María, claman sin cesar: «Santo, Santo, Santo».
20. PARAÍSO EN QUE EL ESPÍRITU SANTO HACE ENTRAR AL ALMA, PARA QUE HALLE EN ÉL A DIOS.
Feliz y mil veces feliz es en la tierra el alma a quien el Espíritu Santo revela el secreto de María para que lo conozca, a quien abre este huerto cerrado, para que en él entre, y esta fuente sellada para que de ella saque el agua viva de la gracia y beba en larga vena de su corriente. Esta alma no hallará sino a Dios solo, sin las criaturas, en esta amabilísima criatura; pero a Dios, al par que infinitamente santo y sublime, infinitamente condescendiente y al alcance de nuestra debilidad. Puesto que en todas partes está Dios, en todas, hasta en los infiernos, se le puede hallar: pero no hay sitio en que la criatura encontrarle pueda tan cerca y tal al alcance de su debilidad como en María, pues para eso bajó a ella. En todas partes es el pan de los fuertes y de los ángeles, pero en María es el pan de los niños (9)
(9) Hermoso pensamiento que traduce aquella invitación de la Sabiduría: «Venid, comed mi pan y bebed el vino que os he mezclado» (Prov, 9) y nos explica también las sorprendentes maravillas de la gracia, que con esta devoción negocian los que en ella perseveran. Nótese que este método de formación espiritual es prácticamente el de la educación materna. Tenemos la debilidad y las necesidades de los infantes, y María tiene el amor infatigable de una madre que a todos provee y todo lo facilita. A manera de niños, no tenemos más que descuidar de nosotros y estar en todo bajo la dependencia de nuestra Madre.
21. PORQUE MARÍA, LEJOS DE SER OBSTÁCULO, LANZA A LAS ALMAS EN DIOS Y LAS UNE A ÉL.
Nadie, pues, se imagine, como ciertos falsos iluminados, que María, por ser criatura, es impedimento para la unión con el Creador. No es ya María quien vive, es Jesucristo solo, es Dios solo quien vive en ella. La transformación de María en Dios excede a la de San Pablo y otros santos más que el cielo se levanta sobre la tierra. Sólo para Dios nació María, y tan lejos está de ¡retener! consigo a las almas que, por el contrario, hace que remonten hasta Dios su vuelo, y tanto más perfectamente las une con él, cuanto con ella están más unidas. María es eco admirable de Dios, que cuando se grita: María, no responde más que: Dios; y cuando con Santa Isabel se la saluda bienaventurada, no hace más que engrandecer a Dios. Si los falsos iluminados, de quienes tan miserablemente ha abusado el demonio, hasta en la oración, hubieran sabido hallar a María y por María a Jesús y por Jesús a Dios, no hubieran dado tan terribles caídas. Una vez que se ha encontrado a María, y por María a Jesús y por Jesús a Dios Padre, se ha encontrado todo bien, como dicen las almas santas. Inventa,etc (10) .
(10) El texto a que alude aquí el Santo es, sin duda, éste de Alberto Magno (o de Ricardo de San Lorenzo, según otros): «Inventa Maria, invenitur omne bonum. Hallada María, hallado todo bien». (De laudibus Mariae, 1,2).
Quien dice todo, nada exceptúa, toda gracia y amistad cerca de Dios, toda seguridad contra los enemigos de Dios, toda verdad contra la mentira, toda facilidad para vencer las dificultades en el camino de la salvación, toda dulzura y gozo en las amarguras de la vida.
22. PORQUE MARÍA ES QUIEN DA LA GRACIA DE LLEVAR CON PACIENCIA Y ALEGRÍA LAS CRUCES.
Y no es que esté exento de sufrimientos y cruces el que ha encontrado a María, mediante la verdadera devoción: lejos de eso, más que a ningún otro le asaltan, porque María, que es la madre de los vivientes, da a sus hijos los trozos del Árbol de la Vida, que es la cruz de Jesucristo; mas al repartirles buenas cruces, les da gracias para llevarlas con paciencia y aun con alegría (de suerte que las cruces que da Ella a los suyos son cruces de dulce, almibaradas más bien que amargas); o si por algún tiempo gustas la amargura del cáliz, que necesariamente han de beber los amigos de Dios, la consolación y gozo que esta buena Madre hace suceder a la tristeza, les alienta infinito para llevar otras cruces, aun más amargas y pesadas.
CONCLUSIÓN DE ESTA PRIMERA PARTE
23. PARA SER SANTO HAY QUE SABER HALLAR A MARÍA, LA «MEDIANERA DE TODAS LAS GRACIAS», POR MEDIO DE UNA DEVOCIÓN VERDADERA
La dificultad está, pues, en saber hallar de veras a la divina María, para dar con la abundancia de todas las gracias. Dueño absoluto Dios, puede por sí mismo comunicar lo que ordinariamente no comunica sino por medio de María; y aun negar que alguna vez así lo haga, sería temerario(11); pero según el orden establecido por la Divina Sabiduría como dice Santo Tomás, no se comunica Dios ordinariamente a los hombres, en el orden de la gracia, sino por María. Para subir y unirse a Él, preciso es valerse del mismo medio de que Él se valió para descender a nosotros, para hacerse hombre y para comunicarnos sus gracias; y ese medio es la verdadera devoción a la Santísima Virgen.
(11) En su tratado tan teológico de La Verdadera Devoción (nn 23, 24, 25, etc.; en El Amor de la Sabiduría Eterna, n 207; y aquí mismo nn 10 y 35), el Santo afirma claramente el oficio universal de la Santísima Virgen en la colación de toda gracia; y no puede caber duda acerca de su modo de pensar tan frecuentemente manifestado que se le puede llamar el Doctor de la Mediación Universal (Verdadera Devoción, 25).
En este n. 23 que sirve de conclusión a toda la primera parte del Secreto, se trata de lo que importa a nuestras almas hallar a María, es decir, de nuestro propio oficio, de nuestra marcha con relación a Ella. El sentido, pues, de la presente frase es éste, sin duda alguna; no se puede negar que Dios concede a veces gracias que no se le piden explícitamente por intercesión de María; aunque ordinariamente son fruto, no sólo de su intercesión, que es universal, sino también de súplicas dirigidas a la Santísima Virgen, ya por nosotros, ya por otras almas.
* * *
«¿Podemos llamar de otra manera al tiempo, a la época en que vivimos, que apellidándolo tiempo y época de la Virgen nuestra Señora? ¿No ves en el mundo entero qué lección de amor, de fervor extraordinario, íbamos a decir de santa locura, por la Madre de Dios? ¿por la medianera de todas las cosas, por la corredentora del linaje humano, por la divina gobernadora, por la que tiene las llaves de toda gracia, de todo don perfecto, de todo bien que desciende del cielo? Lo que siempre ha sido verdad; lo que siempre ha sido un dogma católico, se vive ahora más que nunca; es la palpitación de millones de hijos de la Virgen María, que la aman, que la veneran; es el triunfo de todas las naciones de Nuestra Señora de Fátima , que nos toca a Nos vivir en estos últimos tiempos ; es la era de la Virgen María».
(Pío XII: Carta al director del Secretariado General de las Congregaciones Marianas. 1949).
* * *
SEGUNDA PARTE
LA VERDADERA DEVOCIÓN A LA VIRGEN O SANTA ESCLAVITUD DE AMOR
A. ELECCIÓN DE LA VERDADERA O PERFECTA DEVOCIÓN
24. HAY MUCHAS DEVOCIONES VERDADERAS.
Hay muchas devociones a la Virgen Santísima y verdaderas: que no hablo aquí de las falsas.
25. 1º LA DEVOCIÓN SIN PRÁCTICA ESPECIAL.
Consiste la primera en cumplir con los deberes de cristiano, evitando el pecado mortal, obrando más por amor que por temor, rogando de tiempo en tiempo a la Santísima Virgen y honrándola como Madre de Dios, sin ninguna otra especial devoción para con Ella.
26. 2º LA DEVOCIÓN CON PRÁCTICAS PARTICULARES.
La segunda tiene para la Virgen más altos sentimientos de estima, amor, veneración y confianza; induce a entrar en las cofradías del santo Rosario y del escapulario, a rezar la corona o el santo rosario, a honrar las imágenes y altares de María, a publicar sus alabanzas, a alistarse en sus congregaciones. Y esta devoción (con tal que nos abstengamos de pecar) buena es, santa y laudable; pero no tan a propósito como la que sigue para apartar a las almas de las criaturas y desprenderlas de sí mismas a fin de unirlas a Jesucristo.
27. 3º LA DEVOCIÓN PERFECTA: LA ESCLAVITUD DE AMOR. (12)
La tercera manera de devoción a la Santísima Virgen, de muy pocas personas conocida y practicada; es almas predestinadas, la que os voy a descubrir.
(12) La perfección de esta devoción proviene:
1º de que nos consagra sin reserva alguna por tiempo y eternidad
2º de que esta total obligación se hace por manos de María; así en su acto esencial de consagración como en las manifestaciones de su vida espiritual que de él fluyen
B. NATURALEZA Y EXTENSIÓN DE LA VERDADERA DEVOCIÓN A MARÍA LLAMADA ESCLAVITUD DE AMOR
28. NATURALEZA DE ESTA DEVOCIÓN: CONSAGRACIÓN COMO ESCLAVO DE AMOR Y VIDA MARIANA.
Consiste en darse todo entero, como esclavo, a María y a Jesús por Ella; y además en hacer todas las cosas con María, en María, por María y para María (13)
Voy a explicar estas palabras
(13) Nótese bien que esta devoción lleva consigo esencialmente dos cosas
1º Darse todo entero, que es la consagración, el acto primordial y radical, que nos constituye a los ojos de Jesús y de María en un estado nuevo, a la manera del profeso, que por su profesión entra en un estado nuevo para él, el de religión..
2º Vivir conforme a las exigencias tan amables de esta consagración, es decir, buscando en todas las cosas la unión con María; al modo que el religioso después de su profesión procura obrar conforme a las reglas de perfección religiosa y a las normas de su instituto. Al hacer esta comparación con el estado religioso y la vida no entendemos que la consagración de la Santa Esclavitud obligue por sí misma como voto; bajo pena de pecado: decimos solamente que pide una vida de unión con María realmente conforme al espíritu y al fervor de su consagración. Notemos que esta consagración de la Santa Esclavitud es la más Perfecta que se puede hacer, por su extensión y por su espíritu.
29. EXTENSIÓN DE ESTE SACRIFICIO: TOTAL ABANDONO EN MANOS DE MARÍA.
Hay que escoger un día señalado para entregarse, consagrarse y sacrificarse; y esto ha de ser voluntariamente y por amor, sin encogimiento, por entero y sin reserva alguna; cuerpo y alma, bienes exteriores y fortuna, como casa, familia, rentas; bienes interiores del alma, a saber: sus méritos, gracias, virtudes y satisfacciones (14)
(14) Se ve por estas explicaciones a cuánto se extiende esta consagración, que llamó el Santo renovación perfecta de las promesas del bautismo. Renovamos, efectivamente, por medio de María nuestra donación a Cristo Nuestro Señor. Notemos que abandonando a la Virgen Santísima el valor de nuestras buenas obras, damos a esta consagración, salvo el voto y sus consecuencias, la importancia y el mérito del acto heroico (P. Lhoumeau).
Es preciso notar aquí que con esta devoción se inmola el alma a Jesús por María, con un sacrificio, que ni en orden religiosa alguna se exige, de todo cuanto el alma más aprecia; y del derecho que cada cual tiene para disponer a su arbitrio del valor de todas sus oraciones y satisfacciones; de suerte que todo se deja a disposición de la Virgen Santísima, que a voluntad suya lo aplicará, para la mayor gloria de Dios, que sólo Ella perfectamente conoce.
30. MARÍA VIENE A SER SEÑORA DEL VALOR DE NUESTRAS OBRAS.
A disposición suya se deja todo el valor satisfactorio e impetratorio de las buenas obras; así que, después de la oblación que de ellas se ha hecho, aunque sin voto alguno, de nada de cuanto bueno hace es ya uno dueño; la Virgen Santísima puede aplicarlo; ya a un alma del purgatorio para aliviarla o libertarla, ya a un pobre pecador para convertirle.
También nuestros méritos los ponemos con esta devoción en manos de la Virgen Santísima; pero es para que nos los guarde, aumente y embellezca; puesto que ni los méritos de la gracia santificante, ni los de la gloria podemos unos a otros comunicarnos. Dámosle, sin embargo, todas nuestras oraciones y obras buenas, en cuanto son satisfactorias e impetratorias, para que las distribuya y aplique a quien le plazca. Y si después de estar así consagrados a la Santísima Virgen, deseamos aliviar algún alma del purgatorio, salvar a algún pecador, sostener a alguno de nuestros amigos con nuestras oraciones, mortificaciones, limosnas, sacrificios, preciso es pedírselo humildemente a Ella, y estar a lo que determine, aunque no lo conozcamos: bien persuadidos de que el valor de nuestras acciones, administrado por las manos mismas de que Dios se sirve para distribuirnos sus gracias y dones, no podrá menos de aplicarse a la mayor gloria suya.
31. TRES SUERTES DE ESCLAVITUD: LA ESCLAVITUD DE AMOR ES LA MÁS PERFECTA CONSAGRACIÓN A DIOS.
He dicho que consistía esta devoción en entregarse a María en calidad de esclavo(15); y es de notar que hay tres clases de esclavitud.
1ª Esclavitud de naturaleza; buenos y malos son de esta manera siervos de Dios.
2ª Esclavitud forzada; los demonios y los condenados son de este modo esclavos de Dios.
3ª Esclavitud de amor y voluntaria; y con ésta debemos consagrarnos a Dios por medio de María del modo más perfecto con que puede una criatura consagrarse a su Criador.
(15) Esclavo es palabra que suena mal en el siglo XX, siglo de independencia y siglo también ¡ay! de anarquía. Sin embargo, con la humildad y obediencia de la santa esclavitud es como se aplasta la cabeza de la serpiente del orgullo, causa de tantos pecados. Y ¡además no son tan raros los esclavos en el siglo XX! ¿No hay esclavos del respeto humano, de la ambición, del dinero y de otras pasiones más vergonzosas? Y, por fortuna, hay también esclavos de la palabra dada, de la conciencia y del deber. La santa esclavitud pertenece a este segundo grupo. Ser esclavo de María es ser esclavo de la palabra dada en el bautismo y ratificada después; ser esclavo del honor divino de que estamos investidos por la gracia; ser esclavo de la conciencia, voz de Dios y del deber religiosamente aceptado y cumplido.
(Mons. Garnier, Obispo de Luçon. Carta pastoral del 11 de marzo de 1927).
32. DIFERENCIA ENTRE CRIADO Y ESCLAVO.
Notad además que de criado a esclavo hay mucha diferencia. El criado pide paga por sus servicios; el esclavo, no. El criado está libre para dejar a su señor cuando quiera, y no le sirve sino a plazos; el esclavo no puede dejarle sin faltar a la justicia, pues se le ha entregado para siempre. El criado no da a su señor derecho de vida y muerte sobre su persona; el esclavo se le entrega por completo, de suerte que su señor pudiera hacerle morir sin que la justicia le inquietara. Pero fácilmente se echa de ver que el esclavo forzado vive en sujeción más estrecha, tal que no puede propiamente convenir a un hombre sino con respecto a su Criador. Por eso entre los cristianos no hay tales esclavos; sólo entre los turcos e idólatras los hay así.
33. DICHA DE LAS ALMAS ESCLAVAS DE AMOR.
¡Feliz y mil veces feliz el alma generosa que, esclava de amor, se consagra enteramente a Jesús por María, después de haber sacudido en el bautismo la esclavitud tiránica del demonio!
C. EXCELENCIA DE LA SANTA ESCLAVITUD QUE PROVIENE DE QUE HACE PASAR TODA LA VIDA DEL ALMA, POR MARÍA, LA MEDIADORA
34. «PASAR POR MARÍA» ES IMITAR A LAS TRES DIVINAS PERSONAS.
Muchas luces necesitaría yo para describir perfectamente la excelencia de esta práctica; sólo de corrida tocaré algunos puntos.
1. El entregarse así a Jesús por María es imitar a Dios Padre, que no nos ha dado a Jesús sino por María; es imitar a Dios Hijo, que no ha venido a nosotros sino por María, y como nos ha dado ejemplo para que según hizo Él hagamos nosotros, nos ha invitado a ir a Él por el mismo camino que Él ha venido, que es María; es imitar al Espíritu Santo, que no nos comunica sus gracias y dones, sino por María. «¿No es justo, dice San Bernardo, que vuelva la gracia a su Autor por el mismo canal por donde se nos ha transmitido?»
35. ES HONRAR A JESÚS.
2. Ir de este modo a Jesús por María es verdaderamente honrar a Jesucristo, pues es dar a entender que por razón de nuestros pecados, no somos dignos de acercarnos directamente ni por nosotros mismos a su infinita santidad, y que nos hace falta María, su Santísima Madre, para que sea nuestra abogada y mediadora con nuestro mediador que es Él. Esto es al mismo tiempo acercarnos a Él como medianero y hermano nuestro y humillarnos ante Él, como ante nuestro Dios y nuestro juez; es, en una palabra, practicar la humildad, que arrebata siempre el corazón de Dios.
36. ES MEDIO PARA PURIFICAR Y EMBELLECER NUESTRAS ACCIONES.
3. Consagrarse así a Jesús por María es poner en manos de María nuestras buenas acciones, que, aunque parezcan buenas, están muchas veces manchadas y son indignas de que las mire y las acepte Dios, ante quien no son puras las estrellas. ¡Ah!, roguemos a esta buena Madre y Señora, que después de recibir nuestro pobre presente, Ella lo purifique, Ella lo santifique, Ella lo suba de punto y lo embellezca de tal suerte, que le haga digno de Dios. Todas las rentas de nuestra pobre alma, para el Padre de familia Dios, son menos de lo que sería para un rey la fruta gusanienta que para pagar su arriendo le presentara un pobre colono de su majestad. ¿Qué haría este pobre hombre si fuera listo y tuviera cabida con la reina? Acudiría a ella, que -llena de bondad para con el pobre campesino y de respeto para el rey- ¿no quitaría a la fruta lo que tuviera de agusanado y de podrido y la pondría en fuente de oro, rodeada de flores? Y el rey, ¿no la recibiría sin inconveniente y aun con gusto, de manos de la reina, que tanto quiere al campesino, el obsequio del arrendatario? ¿Deseas ofrecer alguna poca cosa?, dice San Bernardo. Por manos de María procura entregarla, si no quieres sufrir repulsa.
37. PORQUE SIN MARÍA NUESTRAS ACCIONES SON POCA COSA. ¡Hay, buen Señor! ¡qué poca cosa es todo cuánto hacemos! Pero pongámoslo, con esta devoción, en manos de María. Una vez que del todo nos hayamos dado a ella, en cuanto darnos podamos, despojándonos en su honor de todo, Ella, infinitamente más generosa, por un huevo dará un buey; Ella se comunicará del todo a nosotros, con sus méritos y virtudes; Ella colocará nuestros presentes en la bandeja de oro de su caridad; Ella, como Rebeca a Jacob, nos revestirá de los hermosos vestidos de su primogénito y unigénito Jesucristo, es decir, de sus méritos, que a la disposición de Ella están; y así, como esclavos y domésticos suyos, después de habernos despojado de todo para honrarla, tendremos dobles vestidos; trajes, galas, perfumes, mé
ritos y virtudes de Jesús y de María, en el alma del esclavo de Jesús y de María, desnudo de sí mismo y fiel a su desnudez. 38. ES EJERCITAR LA CARIDAD CON EL PRÓJIMO. 4. Entregarse así a la Santísima Virgen, es ejercitar en el más alto grado posible la caridad con el prójimo; puesto que es dar a María lo que más apreciamos para que de ello disponga en favor de vivos y difuntos. 39. ES MEDIO PARA CONSERVAR Y AUMENTAR LA GRACIA DE DIOS EN NUESTRA ALMA. 5. Esta es la devoción con que se ponen en seguro las gracias, méritos y virtudes, haciendo depositaria de ellos a María y diciéndola: «Toma, querida dueña mía: he aquí lo que con la gracia de tu querido Hijo he hecho de bueno; por mi debilidad e inconstancia, por el gran número y malicia de mis enemigos, que día y noche me acometen, no soy capaz de guardarlo. ¡Ay!, que todos los días estamos viendo caer en el lodo los cedros del Líbano, y venir a parar en aves nocturnas las águilas que se levantan hasta el sol. Así mil justos caen a mi izquierda y a mi diestra diez mil (Ps. 90, 7); pero Tú, mi poderosa y más que poderosa Princesa, tenme que no caiga; guarda todos mis bienes, que no me los roben; te confío en depósito todos mis bienes. Bien sé quién eres; por eso me fío por completo de Ti. Tú eres fiel a Dios y a los hombres y no permitirás que perezca nada de cuanto a Ti se confía; eres poderosa y nadie podrá dañarte, ni arrebatarte de entre las manos lo que tienes. (16) (16) Siguiéndola, no te descaminas; rogándola, no te desesperas; pensando en Ella, no te fatigas; siéndote ella propicia, llegas (al puerto deseado). y en otra parte: (17) (17) Detiene al Hijo para que no hiera; detiene al diablo para que no dañe; detiene a las virtudes para que no huyan; retiene a los méritos para que no se pierdan; detiene a las gracias para que no se escapen. Estas son palabras de San Bernardo, que en sustancia expresan todo lo que acabo de decir. Aunque no hubiera otro motivo para excitarme a esta devoción, sino el ser medio seguro para conservar y aumentar en mí la gracia de Dios, debía yo abrasarme de entusiasmo por ella. 40. ES LA VERDADERA LIBERACIÓN DE NUESTRA ALMA. Esta devoción torna el alma verdaderamente libre, con la libertad de los hijos de Dios. Ya que por amor a María se reduce uno a la esclavitud, esa querida Señora le ensancha y dilata en recompensa el corazón, y le hace marchar a pasos de gigante por el camino de los mandamientos de Dios. Ahuyenta el disgusto, la tristeza, el escrúpulo. Esta fue la devoción que el Señor enseñó a la madre Inés de Jesús (18) (18) Religiosa de la Orden de Santo Domingo, muerta en olor de santidad en el convento de Langeat, en Auvernia (1634),
como medio seguro para salir de grandes penas y perplejidades en que se hallaba «Hazte esclava de mi Madre», le dijo. Hízolo así, y al momento sus penas cesaron. (19) . (19). Este remedio no solamente se ha de aconsejar a las almas a quienes la falta de formación espiritual, o la timidez, o la inexperiencia, hace escrupulosas o excesivamente timoratas, sino también se empleará con éxito para las más adelantadas, a las que Dios purifica con penas interiores, como lo acredita el ejemplo de la Madre Inés de Jesús. 41. ES SEGUIR EL CONSEJO DE LA IGLESIA Y EL EJEMPLO DE LOS SANTOS. Para autorizar esta devoción convendría contar aquí las bulas e indulgencias de los Papas, los decretos de los Obispos en favor suyo, las cofradías establecidas en su honor, el ejemplo de muchos santos y grandes personajes que la han practicado; pero todo esto lo paso en silencio. D. Prácticas interiores de la Santa Esclavitud, su espíritu y sus frutos 42. LA FÓRMULA «ÚNICA» DE ACTIVIDAD ESPIRITUAL. He dicho, además, que esta devoción consiste en hacer todas las cosas con María, en María, por María y para María. (20) (20) Hemos creído conveniente en esta «edición tipo» respetar el orden de la fórmula tal como se halla en la copia más antigua del «Secreto de María», porque en la Verdadera devoción el orden es el siguiente: por María, con María, en María y para María. Este es el orden lógico de la gradación en la unión; por, indica el medio; con, la compañía; en, el descanso y la unidad; para, el fin. Aquí el Santo se coloca en otro punto de vista, porque se dirige directamente a un alma. Sin modificar el sentido propio de cada expresión, coloca en primer lugar, como práctica esencial, el obrar con María. Tiende así a mostrarnos que si nos descuidamos en tomar a la Virgen Santísima por modelo e imitarla en todas nuestras acciones, nuestra vida mariana será ilusoria. Que se imita lo que se ama; si, pues, no se imita a María no se la ama, no puede uno entonces llamarse su esclavo de amor. Del mismo modo que Cristo Nuestro Señor en la fórmula de perfección que nos dio nos pide ser perfectos como nuestro Padre Celestial es perfecto, el Santo parece resumirlo todo diciendo: imitad a María; sed perfectos como María y seréis perfectos como Jesús os lo pide. Menciona después el obrar en María para hacernos comprender que nuestra unión con ella no es sólo la presencia del modelo, aun imitado y amado, sino la unión íntima, propiedad del amor ardiente, que transforma espiritualmente al amante en el amado (como se ha dicho en la nota del n. 15). Así sólo después de haber indicado estos dos movimientos de obras con María y en María, habla Montfort de las otras dos condiciones de la vida del esclavo; obrar por María y para María. 43. SU ESPÍRITU DE DEPENDENCIA INTERIOR DE JESÚS Y MARÍA. TOMAR ESTE ESPÍRITU Y PERSEVERAR EN ÉL. No basta entregarse por esclavo a María una vez sola; ni aun es bastante hacerlo todos los meses o todas las semanas. Devoción harto pasajera sería ésa, que no elevaría el alma a la perfección a que si bien se practica la puede levantar. No es muy difícil alistarse en una cofradía, ni aún abrazar esta devoción y rezar diariamente algunas oracio
nes prescritas; lo difícil es entrar en el espíritu de ella, que es hacer que el alma en su interior dependa y sea esclava de la Santísima Virgen y de Jesús por Ella. Muchas personas he hallado que con admirable entusiasmo se han sometido a tan santas esclavitudes exteriormente; pero muy pocas que hayan cogido el espíritu de esta devoción y menos todavía que hayan perseverado en él. 44. LAS CUATRO NORMAS DE LA FÓRMULA OBRAR «CON» MARÍA. 1. La práctica esencial de esta devoción consiste en hacer todas las acciones con María; es decir, tomar a la Virgen Santísima por modelo acabado en todo lo que se ha de hacer. 45. CONDICIONES PREVIAS: RENUNCIA Y UNIÓN DE INTENCIONES, QUE ENTREGA EL ALMA A LA ACCIÓN DE MARÍA. 2. Por eso antes de hacer cualquier cosa hay que desnudarse de sí mismo y de sus mejores modos de ver; (21) (21) Dos condiciones previas y muy importantes: renunciarse a sí mismo y perderse en María. Doble movimiento y muy sencillo, pero que pone a nuestra alma en la verdad de su nada y la eleva hasta la sublimidad de la acción y de los intereses de María. Estas condiciones previas indica Montfort con ocasión de la primera exposición de su cuádruple fórmula. Por eso se encuentran en el Secreto con la palabra con y en la Verdadera Devoción con la palabra por. hay que anonadarse delante de Dios, como quien de su cosecha es incapaz de todo bien sobrenatural y de toda acción útil para la vida eterna; hay que recurrir a la Virgen Santísima y unirse a sus intenciones, aunque no se conozcan; hay que unirse por María a las intenciones de Jesucristo, es decir, ponerse en manos de la Virgen Santísima como instrumento, para que Ella obre en nosotros, y haga de nosotros lo que bien le parezca, para gloria de su hijo Jesucristo, para gloria del Padre: de suerte que no hay vida interior, ni operación del espíritu que de ella no dependa. 46. OBRAR «EN» MARÍA. 3. Hay que hacer todas las cosas en María (22) (22) En indica un descanso y una intimidad en la unión, que llega hasta la unidad. Según la expresión del Santo, hay que «entrar y morar» dentro de María, en sus intenciones y sentimientos. Por la dependencia que para con ella guardamos, por el influjo de su acción, que nos rodea, viene a ser María como nuestra atmósfera, nuestro mundo, el sitio en que vivimos y respiramos, y si esta disposición del alma es habitual, tenemos en ella nuestra morada. De esta suerte somos moralmente unos con la Virgen Santísima, y podemos decir que estamos en ella y que Ella habita en nosotros, con tal que se entienda en el sentido antes explicado. (P. Lhoumeau.) es decir, que hay que irse acostumbrando a recogerse dentro de sí mismo, para formar un pequeño esbozo o retrato espiritual de la Santísima Virgen (23) (23) Qué entiende el Santo por esta imagen espiritual no nos parece muy claro. El imaginarse sensiblemente la figura de la Virgen Santísima es muy útil para algunas personas; pero para otras puede ser muy útil para algunas personas; pero para otras puede ser dañoso a la salud y expuestos a ilusiones. De todos modos, se puede alcanzar la presencia habitual y la vida en María, a que principalmente se refiere el Santo, sin representación alguna sensible.
Ella será para el alma oratorio en que dirija a Dios sus plegarias, sin temor de ser desechada. Torre de David para ponerse en seguro contra los enemigos. Lámpara encendida para alumbrar las entrañas del alma y abrasarla en amor divino. Recámara sagrada para ver a Dios en Ella y con Ella. María, en fin, será únicamente para esta alma su recurso universal y su todo. Si ruega será en María; si recibe a Jesús en la Sagrada Comunión le meterá en María para que allí tenga Él sus complacencias. Si algo hace será en María; y en todas partes y en todo hará actos de desasimiento de sí misma. 47. OBRAR «POR» MARÍA. Jamás hay que acudir a Nuestro Señor, sino por medio de María, por su intención y su crédito para con él, de suerte que nunca le hallemos solo cuando vayamos a pedirle. (24) (24) Por intercesión de María quiere decir también conformándose con sus oraciones y quereres. Por eso San Luis M. pidiéndonos en la Verdadera Devoción que obremos por María, dice que debemos para eso obedecerla en todas las cosas. Esta explicación se completa con la nota del n. 50. 48. OBRAR «PARA» MARÍA. Finalmente, hay que hacer todas las acciones para María, es decir, que como esclavos que somos de esta augusta Princesa, no trabajemos más que para Ella, para su provecho y gloria, como fin próximo y para gloria de Dios, como fin último. Debe esta alma en todo lo que hace renunciar al amor propio, que casi siempre, aun sin darse cuenta, se toma a sí mismo por fin, y repetir muchas veces en el fondo del corazón: por Vos, mi amada Señora, hago esto o aquello, voy aquí o allá, sufro tal pena o tal injuria. TRES ADVERTENCIAS IMPORTANTES 49. NO CREER QUE ES MÁS PERFECTO IR A JESÚS DERECHO SIN PASAR POR MARÍA. (25) (25) No significa este aviso que no pueda uno dirigirse directamente a Nuestro Señor para contemplarle, rogarle, etc..., ni que a cada acción se deba pensar actual y distintamente en la Santísima Virgen; porque si bien el S. Montfort nos ha dicho que es un acto de ofrecimiento o de consagración, aún renovado cada mes o cada semana (y puede añadirse cada día), si no es más que un acto pasajero, no nos arraiga en el espíritu de esta devoción que es hábito, pero también observa aquí que este mirar a María no es más que una mirada general e imperceptible, y es claro que para eso la intención virtual basta. Guárdate bien, alma predestinada, de creer que es lo más perfecto ir todo derecho a Jesús, (26) (26) Nótese que no dice «guárdate de ir todo derecho a Jesús» sino «de creer que eso es lo más perfecto». todo derecho a Dios; tu obra, tu intención poco valdrá; pero yendo por María será la obra no tuya, sino de María en ti, y será por consiguiente, muy levantada y muy digna de Dios. (27) (27) Es ilusión muy común, que el demonio ¡ay! torna muy tenaz, aún entre las personas más deseosas de unión con Nuestro Señor, creer que servir a María es obstáculo. Esto viene de falta de reflexión. Se figuran a María como un objeto
material interpuesto, que impide nuestro acceso a Nuestro Señor. Se olvida que María es la introductora única escogida por el mismo Dios para unir las almas a Jesús. Incontestablemente lo prueba el Evangelio, por el oficio de María en la Encarnación, en la Visitación, en la Natividad, cuando lleva a Jesús al Precursor, le presenta a los pastores y magos, le pone en manos de Simeón y lo mismo en el Calvario. Jamás la presencia y la intercesión de María estorban el impulso espontáneo del alma hacia el Divino Maestro. Muy al contrario. María es quien provoca el movimiento afectuoso de nuestra alma, lo sostiene y conduce a la perfección. Sin ella estamos solos y somos indignos. Con ella y por ella nos vemos llevados a Dios «No más, queridos cohermanos en el sacerdocio (escribe el Cardenal Mercier), no más, almas fieles, os dejéis llevar de la idea de que es más sencillo e igualmente seguro para vosotros ir a Dios por Jesús sin recurrir a María. Hay que respetar el plan divino». 50. NO HACERSE VIOLENCIA PARA SENTIR Y GUSTAR. «AMÉN» DEL ALMA. Guárdate bien de hacerte violencia para sentir y gustar lo que dices y haces; dilo y hazlo todo con la fe viva que María tuvo en la tierra, y que a su tiempo Ella te comunicará. Deja a tu Soberana, pobre esclavillo, la vista clara de Dios, los transportes, los gozos, los placeres, las riquezas, y no tomes para ti más que la fe pura, llena de disgusto, de distracciones, de fastidio, de sequedad. Di amén (así sea) a todo lo que hace en el cielo María, tu Soberana. Nada mejor puedes hacer por ahora. (28) (28) Este «amén» del alma es prácticamente la actuación del perfecto abandono. No es necesario pronunciarlo con la boca; es, sobre todo, una actitud del alma, un movimiento de la voluntad, que aún en medio de las tristezas y agonías se adhiere sin reserva a todas las disposiciones providenciales de Jesús y de María, siempre llenas de misericordia y de amor. 51. NO INQUIETARSE SI NO SE GOZA AÚN DE LA PRESENCIA DE MARÍA. Cuidado con atormentarte, porque no gozas de la dulce presencia de la Santísima Virgen. No es para todos esta gracia... y cuando por su gran misericordia favorece Dios con ella, muy fácilmente el alma la pierde, si no es fiel en recogerse con frecuencia. Si tal desgracia te ocurriese, vuélvete dulcemente a tu Soberana y canta tu culpa. (29) (29) Cuando el Santo dice aquí que este favor no es para todos, habla de una gracia excepcional y en un grado muy alto; no trata de contradecir lo que afirmó en el n. 15 de la presencia de María en las almas (v. la nota del mismo número). FRUTOS MARAVILLOSOS DE ESTA PRÁCTICA INTERIOR DE LA SANTA ESCLAVITUD 52. LA EXPERIENCIA LOS ENSEÑA. Infinitamente más de lo que aquí te digo, te enseñará la experiencia y tantas riquezas y gracias hallarás en la práctica si eres fiel en lo poco que aquí te enseño, que te quedarás sorprendida y con el alma llena de júbilo. 53. HAY QUE «TRABAJAR» PARA TENER EN SÍ EL ALMA Y EL ESPÍRITU DE MARÍA. Trabajemos, pues, alma querida, y hagamos de manera que por la fiel práctica de esta devoción, el alma de
María sea con nosotros para alegrarnos en Dios su Salvador. Palabras son éstas de San Ambrosio. No vayáis a creer que fuera mayor felicidad habitar en el seno de Abraham, que se llama paraíso, que en el seno de María, en el que el Señor puso su trono. Son palabras del sabio Abad Guerrico. 54. LA SANTA ESCLAVITUD ESTABLECE LA VIDA DE MARÍA EN NUESTRA ALMA. Infinidad de efectos produce en el alma esta devoción fielmente practicada; pero el principal es hacer que de tal modo viva María en un alma de la tierra, que no sea ya más el alma quien vive, sino María en ella; porque, por decirlo así, el alma de María viene a ser su alma. Pues cuando por una gracia inefable, pero verdadera, la divina María es Reina del alma, ¿qué maravillas no hace en ella? Como es Ella la obradora de las grandes maravillas, sobre todo dentro de los corazones, trabaja allá, a escondidas del alma misma: que si se diera cuenta de esas obras echaría a perder su hermosura. 55. MARÍA HACE VIVIR A NUESTRA ALMA EN JESÚS Y A JESÚS EN NUESTRA ALMA. Como Ella es dondequiera la Virgen fecunda, en todas las almas en que vive hace brotar la pureza de corazón y de cuerpo, la pureza de intenciones y designios y la fecundidad de buenas obras. No creas, alma querida, que María, la más fecunda de las puras criaturas, la que llegó hasta el punto de producir un Dios, permanezca oculta en un alma fiel. Ella sin cesar hará vivir el alma para Jesucristo y hará vivir a Jesucristo en el alma. Si, como lo fue al nacer en el mundo, es Jesucristo fruto de María en cada una de las almas; sin duda que en aquellas donde particularmente Ella habita es singularmente Jesucristo fruto y obra suya. 56. MARÍA VIENE A SERLO TODO PARA EL ALMA DESPUÉS DE JESÚS. En fin, que para estas almas María viene a serlo todo, después de Jesucristo. Ella esclarece su espíritu con su fe pura. Ella profundiza su corazón con su humildad. Ella con su caridad le acrecienta y le abrasa. Ella le purifica con su pureza. Ella le ennoblece y ensancha con su maternidad. Pero, ¿adónde voy a parar? No hay modo de enseñar, si no se experimentan, estas maravillas de María, maravillas increíbles a las gentes sabias y orgullosas, y aun al común de los devotos y devotas. LA SANTA ESCLAVITUD DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS 57. POR MARÍA LLEGARÁ EL REINADO DE JESÚS AL FIN DE LOS TIEMPOS. Así como por María, vino Dios al mundo la vez primera en humildad y anonadamiento, ¿no podría también decirse que por María vendrá segunda vez, como toda la Iglesia le espera, para reinar en todas partes y juzgar a los vivos y a los muertos? ¿Cómo y cuándo?, ¿quién lo sabe? Pero yo bien sé que Dios, cuyos pensamientos se apartan de los nuestros más que el cielo de la tierra, vendrá en el
tiempo y en el modo menos esperado de los hombres, aun de los más sabios y entendidos en la Escritura Santa, que está en este punto muy oscura. 58. POR LA SANTA ESCLAVITUD, PRACTICADA POR GRANDES SANTOS, MARÍA TRAERÁ EL REINADO DE JESÚS. Pero todavía debe creerse que al fin de los tiempos, y tal vez más pronto de lo que se piensa, suscitará Dios grandes hombres llenos del Espíritu Santo y del espíritu de María por los cuales esta Divina Soberana hará grandes maravillas en la tierra para destruir en ella el pecado y establecer el reinado de Jesucristo su Hijo sobre el corrompido mundo; y por medio de esta devoción a la Santísima Virgen, que no hago más que descubrir a grandes rasgos, empequeñeciéndola con mi miseria, estos grandes personajes saldrán con todo. E. PRÁCTICAS EXTERIORES DE LA SANTA ESCLAVITUD 59. SU IMPORTANCIA. Además de la práctica interna de esta devoción, hay otras externas, que no se deben omitir ni despreciar. 60. CONSAGRACIÓN Y RENOVACIÓN. La primera es entregarse, en algún día señalado, a Jesucristo, por manos de María, cuyos esclavos nos hacemos, comulgar al efecto en ese día y pasarlo en oración. Y esta consagración ha de renovarse a lo menos todos los años en el mismo día. 61. OFRENDA DE UN TRIBUTO A LA SANTÍSIMA VIRGEN. La segunda dar todos los años en el mismo día un pequeño tributo a la Santísima Virgen es testimonio de servidumbre y dependencia; tal es siempre el homenaje de los esclavos para con sus señores. Consiste, pues, este tributo en alguna mortificación, limosna o peregrinación, o en algunas oraciones. El bienaventurado Marín, según testifica su hermano San Pedro Damiano, tomaba todos los años en el mismo día la disciplina pública delante de un altar de la Santísima Virgen. No pido ni aconsejo este fervor; pero, si no se le da mucho a María, debe al menos ofrecerse lo que se la presente con humildad y agradecido corazón. 62. CELEBRAR ESPECIALMENTE LA FIESTA DE LA ANUNCIACIÓN. La tercera es celebrar todos los años con devoción particular la fiesta de la Anunciación, que es la fiesta principal de esta devoción establecida para honrar e imitar la sujeción en que el Verbo eterno por amor nuestro se puso. 63. REZAR LA CORONILLA Y EL MAGNIFICAT. La cuarta práctica externa es rezar todos los días (sin que haya obligación bajo pena de pecado por faltar a ello) la coronilla de la Santísima Virgen compuesta de tres Padrenuestros y doce Avemarías; rezar, frecuentemente el Magnificat, que es el único canto que tenemos de María, para dar gracias a Dios por sus beneficios y para atraer
otros nuevos; sobre todo no se ha de dejar de decir después de la Sagrada Comunión, para dar gracias, como según opina el sabio Gersón, la Santísima Virgen lo decía. 64. LLEVAR LA CADENILLA (30) (30) El texto de este número se publica en esta edición por primera vez (véase también sobre este asunto la Verdadera Devoción, números 236-242). Llevar en privado la cadenilla jamás ha estado prohibido por las Congregaciones Romanas. Si se deseara adoptar esta práctica sería bueno juntar a la cadenilla la medalla de la Archicofradía de María, Reina de los Corazones, teniendo en cuenta que la medalla y no la cadenilla es la insignia de la Archicofradía. La quinta es llevar una cadenilla bendita al cuello, al brazo o al pie o a través del cuerpo. Esta práctica puede en absoluto omitirse, sin perjuicio de lo esencial de esta devoción; sin embargo, sería pernicioso despreciarla y condenarla y no sin daño descuidarla. He aquí las razones de llevar esta señal exterior: 1. Para librarse de las funestas cadenas del pecado original y actual, que nos han tenido atados. 2. Para honrar las sogas y ataduras amorosas con que nuestro Señor tuvo a bien ser atado para tornarnos verdaderamente libres. 3. Ya que estas ataduras son de caridad, para hacernos recordar que debemos obrar movidos por esta virtud. 4. Y en fin, par recordarnos nuestra dependencia de Jesús y de María en calidad de esclavos, pues acostumbraban ellos a llevar cadenas semejantes. Muchos grandes hombres que se hicieron esclavos de Jesús y María estimaban tanto estas cadenas, que se quejaban de que no se les permitiera arrastrarlas públicamente a los pies como los esclavos de los turcos. ¡Oh cadenas más preciosas y más gloriosas que los collares de oro y piedras preciosas de todos los emperadores pues que nos atan a Jesucristo y a su Santísima Madre y son su marca y librea! Hay que notar que conviene que estas cadenas si no son de plata, sean a lo menos de hierro, para llevarlas con comodidad. ORACIÓN A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO 65. Dejadme, amabilísimo Jesús mío, que me dirija a Vos, para atestiguaros mi reconocimiento por la merced que me habéis hecho con la devoción de la esclavitud, dándome a vuestra Santísima Madre para que sea Ella mi abogada delante de vuestra Majestad, y en mi grandísima miseria mi universal suplemento. ¡Ay, Señor! tan miserable soy, que sin esta buena Madre, infaliblemente me hubiera perdido. Sí, que a mí me hace falta María, delante de Vos y en todas partes; - me hace falta para calmar vuestra justa cólera, pues tanto os he ofendido y todos los días os ofendo; - me hace falta para detener los eternos y merecidos castigos con que vuestra justicia me amenaza, - para pediros, - para acercarme a Vos y
- para daros gusto; - me hace falta para salvar mi alma y la de otros; - me hace falta, en una palabra, para hacer siempre vuestra voluntad, buscar en todo vuestra mayor gloria. ¡Ah, si pudiera yo publicar por todo el universo esta misericordia que habéis tenido conmigo! ¡Si pudiera hacer que conociera todo el mundo que si no fuera por María estaría yo condenado! ¡Si yo pudiera dignamente daros las gracias por tan grande beneficio! María está en mí. Haec facta est mihi. ¡Oh, qué tesoro! ¡Oh, qué consuelo! Y, de ahora en adelante, ¿no seré todo para Ella? ¡Oh, qué ingratitud! Antes la muerte. Salvador mío queridísimo, que permitáis tal desgracia, que mejor quiero morir que vivir sin ser todo de María. Mil y mil veces, como San Juan Evangelista al pie de la cruz, la he tomado en vez de todas mis cosas. ¡Cuántas veces me he entregado a Ella! Pero si todavía no he hecho esta entrega a vuestro gusto, la hago ahora, mi Jesús querido, como Vos queréis la haga. Y si en mi alma o en mi cuerpo veis alguna cosa que no pertenezca a esta Princesa augusta, arrancadla, os ruego, arrojadla lejos de mí; que no siendo de María, indigna es de Vos. 66. INVOCACIÓN FINAL AL ESPÍRITU SANTO ¡Oh, Espíritu Santo! Concededme todas las gracias, plantad, regad y cultivad en mi alma el árbol de la vida verdadero, que es la amabilísima María, para que crezca y florezca y dé con abundancia el fruto de vida. ¡Oh, Espíritu Santo! Dadme mucha devoción y mucha afición a María; que me apoye mucho en su seno maternal y recurra de continuo a su misericordia, para que en ella forméis dento de mí a Jesucristo, al natural, crecido y vigoroso hasta la plenitud de su edad perfecta. Amén. ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA PARA SUS FIELES ESCLAVOS 67. ¡Salve, María, amadísima Hija del Eterno Padre; salve, María, fidelísima esposa del Espíritu Santo; salve, María, mi amada Madre, mi amable Maestra, mi poderosa Soberana; salve, gozo mío, gloria mía, mía por misericordia; y yo soy todo vuestro por justicia, pero todavía no lo soy bastante. De nuevo me entrego a Vos todo entero en calidad de eterno esclavo, sin reservar nada, ni para mí, ni para otros. Si algo veis en mí que todavía no sea vuestro, tomadlo en seguida, os lo suplico, y haceos dueña absoluta de todos mis haberes para destruir y desarraigar y aniquilar en mí todo lo que desagrade a Dios y plantar, levantar y producir todo lo que os guste. - La luz de vuestra fe disipe las tinieblas de mi espíritu; - vuestra humildad profunda ocupe el lugar de mi orgullo; - vuestra contemplación sublime detenga las distracciones de mi fantasía vagabunda; - vuestra continua vista de Dios llene de su presencia mi memoria, - el incendio de caridad de vuestro corazón abrase la
tibieza y frialdad del mío; - cedan el sitio a vuestras virtudes mis pecados; - vuestros méritos sean delante de Dios mi adorno y suplemento. En fin, queridísima y amadísima Madre, haced, si es posible, que no tenga yo más espíritu que el vuestro para conocer a Jesucristo y entender sus divinas voluntades; que no tenga más alma que la vuestra para alabar y glorificar al Señor; que no tenga más corazón que el vuestro para amar a Dios con amor puro y con amor ardiente como Vos. 68. No pido visiones, ni revelaciones, ni gustos, ni contentos, ni aun espirituales. Para Vos el ver claro, sin tinieblas; para Vos el gustar por entero sin amargura; para Vos el triunfar gloriosa a la diestra de vuestro Hijo, sin humillación; para Vos el mandar a los ángeles, hombres y demonios, con poder absoluto, sin resistencia, y el disponer en fin, sin reserva alguna de todos los bienes de Dios. Esta es, divina María, la mejor parte que se os ha concedido, y que jamás se os quitará, que es para mí grandísimo gozo. Para mí y mientras viva no quiero otro sino el experimentar el que Vos tuvisteis; creer a secas, sin nada ver y gustar; sufrir con alegría, sin consuelo de las criaturas; morir a mí mismo, continuamente y sin descanso; trabajar mucho hasta la muerte por Vos, sin interés, como el más vil de los esclavos. La sola gracia, que por pura misericordia os pido, es que en todos los días y en todos los momentos de mi vida diga tres amenes: amén (así sea) a todo lo que hicisteis sobre la tierra cuando vivíais: amén a todo lo que hacéis al presente en el cielo; amén a todo lo que obráis en mi alma, para que en ella no haya nada más que Vos, para glorificar plenamente a Jesús en mí, ahora y en la eternidad. Amén. CULTIVO Y CRECIMIENTO DEL ÁRBOL DE LA VIDA o en otros términos: Manera de hacer que María viva y reine en nuestras almas Nota del Editor Después de habernos descubierto el secreto de la santidad, que consiste en darse todo entero a Jesús por María en calidad de esclavo y en hacerlo todo con María, en María, por María y para María, el Santo quiere proveer de un código de vida práctica al alma de buena voluntad, a quien Dios atrae por el camino de la Santa Esclavitud. Este camino es sublime; es la vida de los más perfectos, accesible a los humildes. Pero, ¿cómo prácticamente vivir esta vida? ¿Qué hacer? ¿Qué conducta observar? A esta cuestión propuesta por muchas almas, responde aquí el Santo. Comparando la Santa Esclavitud con el árbol de la vida, plantado por el Espíritu Santo en nuestra alma, nos da una serie de consejos de importancia capital. Escritos al potente soplo del Espíritu Santo y de María tienen inagotable fecundidad. Hay que leerlos y releerlos, y cuanto más se les medite y procure seguir, más se descubrirá su pro
fundidad, prudencia, victoriosa eficacia y sabiduría divina. 69. LA SANTA ESCLAVITUD ES EL VERDADERO ÁRBOL DE LA VIDA. Alma predestinada ¿has comprendido por obra del Espíritu Santo lo que acabo de decirte? Entonces da gracias a Dios; que es un secreto que casi todo el mundo ignora. Si has hallado el tesoro escondido en el campo de María, la perla preciosa del Evangelio, tienes que venderlo todo para comprarla; tienes que hacer el sacrificio de ti mismo en manos de María y perderte dichosamente en Ella para hallar allí a Dios sólo. Si el Espíritu Santo ha plantado en tu corazón el verdadero Árbol de la Vida que es la devoción que acabo de explicarte, has de poner todo cuidado en cultivarle para que dé fruto a su tiempo. Es esta devoción el grano de mostaza de que habla el Evangelio, que siendo, al parecer, el más pequeño de los granos, llega, sin embargo, a ser muy grande: y tan alto sube su tallo, que las aves del cielo, es decir, los predestinados, anidan en sus ramas y en el calor del sol reposan a su sombra y en él se guarecen de las fieras. He aquí, almas predestinadas, la manera de cultivarle: 70. MANERA DE CULTIVARLE. 1º Plantado este árbol en un corazón muy fiel, quiere estar expuesto a todos los vientos, sin apoyo alguno humano; este árbol, que es divino, quiere estar siempre sin criatura alguna que le pudiera impedir levantarse a su principio, que es Dios. Así que no ha de apoyarse uno en su industria, o en sus talentos naturales, o en su crédito o en la autoridad de los hombres, hay que recurrir a María y apoyarse en su socorro. 71. CONTINUA MIRADA DEL ALMA. 2º El alma, donde este árbol se ha plantado, ha de estar, como buen jardinero, sin cesar ocupada en guardarle y mirarle. Porque este árbol que es vivo y debe producir frutos de vida, quiere que se le cultive y haga crecer con el continuo mirar o contemplación del alma. Y este es el negocio del alma, que quiere llegar a ser perfecta, pensar en esto continuamente, aun de modo que sea ésta su principal ocupación. 72. VIOLENCIA A SÍ MISMO. 3º Hay que arrancar y cortar las espinas y cardos, que con el tiempo pudieran ahogar este árbol e impedir que diera fruto... es decir, que hay que ser fiel en cortar y tronchar, con la mortificación y abnegación de sí mismo, todos los placeres inútiles y vanas ocupaciones con las criaturas; en otros términos: crucificar la carne, guardar silencio y mortificar los sentidos. 73. FUERA AMOR PROPIO. 4º Hay que tener cuidado de que las orugas no le dañen. Estas orugas que comen las hojas verdes y destruyen las hermosas esperanzas de fruto que el árbol daba, son el amor propio y el amor de las comodidades... porque el amor de sí mismo y el amor de María no se pueden en manera alguna conciliar.
74. HORROR AL PECADO. 5º No hay que dejar que las bestias se acerquen a él. Estas bestias son los pecados, que, con sólo su contacto, podrían matar el Árbol de la Vida. 75. FIDELIDAD EN LOS EJERCICIOS. 6º Hay que regar con frecuencia este árbol divino, haciendo con fervor los ejercicios de piedad, confesiones, comuniones y otras oraciones públicas y particulares, sin lo cual dejaría de dar fruto. 76. PAZ EN LAS PRUEBAS. 7º No hay que acongojarse si el viento le agita y sacude, porque es necesario que el viento de las tentaciones sople para derribarle, y que las nieblas y heladas le rodeen para perderle; es decir, que esta devoción a la Santísima Virgen, necesariamente ha de ser acometida y contradicha; pero con tal que se persevere en cultivarla nada hay que temer. 77. EL FRUTO DEL ÁRBOL DE LA VIDA ES EL AMABLE Y ADORABLE JESÚS. Si así cultivas tu Árbol de la Vida, recientemente plantado en ti por el Espíritu Santo, yo te aseguro, alma predestinada, que en poco tiempo crecerá tan alto, que las aves del cielo harán morada en él y vendrá a ser tan perfecto que dará a su tiempo el fruto de honor y de gracia, es decir, el amable Jesús, que siempre ha sido y siempre será el único fruto de María. Dichosa el alma en quien está plantado el Árbol de la Vida, María; más dichosa aquella en que ha podido crecer y florecer; dichosísima aquella en que da su fruto y lo conserva hasta la muerte, y por los siglos de los siglos. Amén. Entiéndalo quien pueda. (31) (31) «Entiéndalo quien pueda» «¿Quién es el sabio que lo entiende?» Con estas frases apocalípticas termina S. Luis M. su obra, para dar a entender que es misteriosa su doctrina y se necesita particular luz del Espíritu Santo para comprenderla Y en efecto, la experiencia nos ha enseñado que hay personas de muy poca instrucción que entienden este libro y sabios que no lo entienden; pecadores que se convierten con su lectura y personas piadosas que no se dan cuenta de su importancia; muchos a quienes no les entra este libro la primera vez que lo leen y los mueve mucho la segunda o la tercera. Aconsejamos, pues, a los que no hayan sacado notable fruto de esta lectura, que la repasen despacio después de pedir luz a la Santísima Virgen La palabra Dios solo con que se cierra este y otros escritos de S. Luis, no son, como alguno ha pensado al verlas aquí puestas, contestación al «qui tenet teneat» sino lema, semejante al de San Ignacio A.M.D.G. D I O S S O L O
CONSAGRACIÓN DE SÍ MISMO A JESUCRISTO, LA SABIDURÍA ENCARNADA, POR LAS MANOS DE MARÍA Advertencia del Editor Pide S. Luis M. a los que esta consagración hacer quieran, que se preparen a ella con treinta días de ejercicios espirituales, compatibles con las ocupaciones de la vida cotidiana. «Después (escribe) de haber empleado doce días, a lo menos, en vaciarse el espíritu del mundo contrario al de Jesucristo, emplearán tres semanas en llenarse de Jesucristo por medio de la Santísima Virgen: la primera, en pedir conocimiento de sí mismos; la segunda, en conocer a la Santísima Virgen; la tercera, en conocer a Jesucristo. (Verdadera Devoción. Número 227-228.) El día convenido, y después de la comunión, recitarán la fórmula de consagración y el mismo día la firmarán. Será bueno pagar algún tributo a Jesucristo y a su Santísima Madre.» (V. D. 232.) Se recomienda con insistencia que se hagan inscribir en la Archicofradía de María, Reina de los corazones, instituida especialmente para agrupar a los esclavos de Jesús y María. Una vez hecha esta consagración hay que vivirla y renovarla frecuentemente. Nunca, por otra parte, se hará de la misma manera en cuanto al espíritu, pues aunque las palabras sean, sin duda, las mismas, su sentido será tanto más profundo y su importancia tanto mayor, cuanto el alma más se ejercite en esta sublime manera de vida espiritual, con más efectiva dependencia de Jesús y de María. Que esta oblación es cosa que ha de ser vivida y constantemente se ha de desarrollar. * * * Oración a la Divina Sabiduría. ¡Oh, Sabiduría eterna y encarnada! ¡Oh, muy amable y adorable Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, Hijo único del Padre eterno y de María siempre virgen! Cuatro actos preparatoria: Adoración Os adoro profundamente en el seno y los esplendores de vuestro Padre, durante la eternidad, y en el seno virginal de María, vuestra dignísima Madre, en el tiempo de vuestra Encarnación. Acción de gracias Os doy gracias por haberos anonadado, tomando la forma de esclavo, para sacarme de la cruel esclavitud del demo
Satisfacción por medio de humilde confesión de faltas. Os alabo y glorifico porque tuviste a bien someteros en todo a María, vuestra Santa Madre, con el fin de hacerme, por medio de Ella vuestro fiel esclavo. Pero, ¡Ay de mí! ingrato e infiel como soy! no he guardado para con vos los votos y las promesas que con tanta solemnidad os hiciera en mi bautismo: no he cumplido con mis obligaciones. No merezco ser llamado hijo ni esclavo vuestro, y, como no hay en mí nada que no merezca vuestros rechazos y vuestra cólera; ya no me atrevo a acercarme por mí mismo a vuestra santa y augusta Majestad. Oración. Necesidad de María Por eso acudo a la intercesión y misericordia de vuestra santísima Madre, que me habéis dado como mediadora para con Vos; y por su intermedio espero alcanzar de Vos la contrición y el perdón de mis pecados, la adquisición y conservación de la Sabiduría. Oración a María Os saludo, pues, ¡Oh María inmaculada! Tabernáculo viviente de la Divinidad, en donde la eterna Sabiduría escondida quiere ser adorada por los ángeles y los hombres. Os saludo, ¡Oh, Reina del cielo y de la tierra! a cuyo imperio está sometido todo cuanto está por debajo de Dios. Saludos a María coronada de grandeza, de poder y de bondad Os saludo, ¡oh Refugio seguro de los pecadores! cuya misericordia no ha faltado a nadie Atended los deseos que tengo de la divina Sabiduría, y recibid para ello los votos y las ofrendas que en mi bajeza os presento. Consagración propiamente dicha. Previa y completa renuncia al mal Yo,............... pecador (a) infiel, renuevo y ratifico hoy en vuestras manos los votos de mi bautismo: renuncio por siempre a Satanás, a sus seducciones y a sus obras, y me entrego del todo a Jesucristo, la Sabiduría encarnada, para llevar mi cruz en su seguimiento todos los días de mi vida
Y a fin que le sea más fiel de lo que hasta ahora he sido, os escojo hoy, ¡oh María! en presencia de toda la corte celestial como Madre y Señora mía. Donación absoluta Os entrego y consagro, en calidad de esclavo, mi cuerpo y mi alma, mis bienes interiores y exteriores, y el mismo valor de mis buenas acciones pasadas, presentes y futuras, dejándoos un entero y pleno derecho de disponer de mí y de cuanto me pertenece, sin excepción alguna, según vuestro agrado, para la mayor gloria de Dios en el tiempo y la eternidad. Oración final a María Recibid, ¡oh Virgen bondadosa! esta pequeña ofrenda de mi esclavitud, en honor y unión a la sumisión que la Sabiduría eterna se dignó observar para con vuestra maternidad; Ofrenda de la presente consagración en homenaje al poder que ambos tenéis sobre este gusanillo y miserable pecador; y en acción de gracias por los privilegios con los que Os quiso gratificar la Santísima Trinidad. Oraciones de fidelidad Afirmo en alta voz que de ahora en adelante quiero, como verdadero esclavo vuestro, procurar vuestro honor y obedeceros en todo. Tres peticiones: Ser recibido por Jesús ¡Oh Madre admirable!, presentadme a vuestro querido Hijo, en calidad de esclavo eterno a fin de que Él que por Vos me rescató por Vos me reciba. Obtener la Sabiduría ¡Oh Madre de misericordia!, hacedme la gracia de alcanzar la verdadera Sabiduría de Dios, y colocarme para ello en el número de los a quienes amáis, enseñáis, dirigís, cauce y protegéis como a hijos y esclavos vuestros.
Ser un fiel esclavo ¡Oh Virgen fiel!, haced de mí en todo un tan perfecto discípulo, imitador y esclavo de la Sabiduría eterna, Jesucristo vuestro Hijo, que, por vuestra intercesión y vuestro ejemplo, llegue a la plenitud de sus edad en la tierra y de su gloria en los cielos. Amén. Quien pueda comprender, que comprenda ¿Quién es el sabio y quién es el inteligente? «Entiéndalo quien pueda» «¿Quién es el sabio que lo entiende?» Con estas frases apocalípticas termina S. Luis M. su obra, para dar a entender que es misteriosa su doctrina y se necesita particular luz del Espíritu Santo para comprenderla. Y en efecto, la experiencia nos ha enseñado que hay personas de muy poca instrucción que entienden este libro y sabios que no lo entienden; pecadores que se convierten con su lectura y personas piadosas que no se dan cuenta de su importancia; muchos a quienes no les entra este libro la primera vez que lo leen y los mueve mucho la segunda o la tercera. Aconsejamos, pues, a los que no hayan sacado notable fruto de esta lectura, que la repasen despacio después de pedir luz a la Santísima Virgen. La palabra Dios solo con que se cierra este y otros escritos de S. Luis, no son, como alguno ha pensado al verlas aquí puestas, contestación al «qui tenet teneat» sino lema, semejante al de San Ignacio A.M.D.G.
DIOS SOLO
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AVE MARIS STELLA ¡Salve, Estrella del mar, Santa Madre de Dios, y la siempre Virgen, feliz puerta del cielo! Por recibir aquel Ave de la boca de Gabriel, trocando el nombre de Eva, establécenos en la paz. Libera a los cautivos, da la vista a los ciegos. Ahuyenta nuestros males, consíguenos todos los bienes. Muestra que eres Madre: por Ti reciba nuestras preces El que, por nosotros nacido, quiso ser del todo tuyo. ¡Oh,Virgen incomparable, entre todos la más dulce, líbranos de los pecados, y haznos mansos y castos! Concédenos una vida pura. Ábrenos un camino seguro, para que, viendo a Jesús, gocemos de dicha eterna. Sea a Dios Padre la alabanza el honor, a Cristo el Señor, lo mismo al Espíritu Santo, a los Tres, una misma gloria. Amén. VENI CREATOR Ven, Espíritu Creador, visita las almas de los tuyos. Llena de la gracia de lo alto los corazones que has hecho. Te llaman el Paráclito, el Don de Dios altísimo, Fuente viva, Fuego y Amor, y la Unción espiritual. De la diestra paterna el Dedo, cumples todo lo prometido. Infundes tus siete dones, hablando con nuestras voces. Tu luz brille en nuestros sentidos. Arda tu amor en nuestros pechos. Seamos por Ti fortalecidos, cuando flaquean nuestros cuerpos.
Rechaza lejos al enemigo, y sin tardar danos la paz. Que, siendo Tú nuestro guía, evitemos todo peligro. Haznos conocer al Padre, y siempre mejor al Hijo. Y creamos en todo tiempo que eres de ambos Espirado. A Dios Padre sea la gloria, y al Hijo resucitado, y al Espíritu Paráclito por los siglos de los siglos. Amén. V. Enviad vuestro Espíritu, y todo renacerá. R. Y renovaréis la faz de la tierra. Oh Dios, que con la iluminación del Espíritu Santo enseñasteis los corazones de los fieles: concedednos gustar en el mismo Espíritu lo que es recto y gozar siempre de su consolación. Por Cristo Señor nuestro. Amén. CÁNTICO MAGNIFICAT (Lc 1, 46-55) Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí y su nombre es santo. Y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación sobre los que le temen. Él hizo proezas con su brazo: dispersó a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Acogió a Israel su siervo, acordándose de su misericordia -como lo había anunciado a nuestros Padresen favor de Abraham y su descendencia para siempre. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era al principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
CORONILLA DE ALABANZAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA V. Dígnate aceptar mis alabanzas, Virgen Santísima R. Dame fuerza contra tus enemigos. 1. Para honrar la grandeza de María - Padrenuestro... - Dios te salve, María... V. Bienaventurada eres, oh, Santa Madre de Dios, pues llevaste en tu seno al Señor y Creador del mundo; R. engendraste al que te formó, permaneciendo siempre virgen. V. Alégrate, Virgen María. R. Exulta de alegría. - Dios te salve, María... V. Oh, Virgen Santísima, no sé con qué alabanzas honrarte dignamente, R- porque llevaste en tu seno al que no pueden contener los cielos. V. Alégrate, Virgen María. R. Exulta de alegría. - Dios te salve, María... V. Toda hermosa eres, oh, María inmaculada, R. y no hay en tí mancha alguna. V. Alégrate, Virgen María. R. Exulta de alegría. - Dios te salve, María... V. Los dones de Dios brillan más en tu alma, oh, Virgen María, R. que las estrellas en el cielo.. V. Alégrate, Virgen María. R. Exulta de alegría. - Gloria al Padre... 2. Para honrar el poder de María - Padrenuestro... - Dios te salve, María... V. Gloria a ti, Reina del universo, R. condúcenos contigo a la felicidad del cielo. V. Alégrate, Virgen María. R. Exulta de alegría. - Dios te salve, María... V. Gloria a ti, Tesorera de las gracias del Señor, R. dános participar en los dones de Dios. V. Alégrate, Virgen María. R. Exulta de alegría. - Dios te salve, María... V. Gloria a ti, Medianera entre Dios y los hombres, R. haz que sea más íntimo nuestro encuentro con Cristo. V. Alégrate, Virgen María. R. Exulta de alegría. - Dios te salve, María... V. Gloria a ti, Triunfadora del error y del mal, R. sé nuestra piadosa guía en el camino del Evangelio. V. Alégrate, Virgen María. R. Exulta de alegría. - Gloria al Padre...
3. Para honrar la bondad de María - Padrenuestro... - Dios te salve, María... V. Gloria a ti, Refugio de los pecadores, R. intercede por nosotros ante el Señor. V. Alégrate, Virgen María. R. Exulta de alegría. - Dios te salve, María... V. Gloria a ti, Madre de los huérfanos y de los pobres, R. haznos propicio al Padre omnipotente. V. Alégrate, Virgen María. R. Exulta de alegría. - Dios te salve, María... V. Gloria a ti, Alegría de los justos, R. condúcenos contigo a las alegrías del cielo. V. Alégrate, Virgen María. R. Exulta de alegría. - Dios te salve, María... V. Gloria a ti, prestísima ayuda nuestra en la vida y en la muerte, R. llévanos contigo al Reino de los cielos. V. Alégrate, Virgen María. R. Exulta de alegría. - Gloria al Padre... Oremos: Dios te salve, María, Hija de Dios Padre, Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo, Dios te salve, María, Esposa del Espíritu Santo, Dios te salve, María, Templo de la Santísima Trinidad, Dios te salve, María, Señora mía, mi tesoro, mi belleza, Reina de mi corazón, Madre, vida, dulzura y esperanza mía queridísima, más aún, mi corazón y mi alma. Soy todo tuyo, oh Virgen benditísima, y todo lo mío es tuyo. More en mí tu alma para engrandecer al Señor. More en mí tu espíritu para regocijarse en Dios. Oh Virgen fidelísima, ponte como un sello sobre mi corazón, para que en ti y por ti permanezca fiel al Señor. Concédeme, por tu bondad, la gracia de contarme en el número de los que amas, enseñas, diriges, nutres y proteges como hijos. Haz que, despreciando por tu amor todos los consuelos terrenos, aspire continuamente a los bienes celestiales, hasta que, por medio del Espíritu Santo, tu Esposo fidelísimo, y de ti, Esposa fidelísima, sea formado en mi Jesucristo, tu Hijo, para gloria del Padre celestial. Amén.
«Rezarán todos los días de su vida, pero sin considerarlo carga obligatoria, la Coronilla de la Santísima Virgen, compuesta de tres Padrenuestros y doce Avemarías, en honor de sus 12 privilegios y grandezas. Esta práctica es muy antigua, pues tiene su fundamento en la Sagrada Escritura; San Juan vio una mujer coronada de doce estrellas, vestida de sol y con la luna a sus pies (Ap 12, 1) Hay muchas maneras de rezarla bien, las cuales sería muy largo de referir; el Espíritu Santo les enseñará a aquellos y a aquellas que sean más fieles a esta devoción. Sin embargo, para decirla de la manera más sencilla, es necesario decir en primer término: Dignaos escuchar mis alabanzas, ¡oh Virgen Santísima!; En seguida se rezará el Credo, después un Padre nuestro con cuatro Avemarías y Gloria; luego otro Padrenuestro con las Averías y Gloria, y así hasta terminar. Al fin se dice: Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita. Esta es la primera oración mariana conocida en la historia de la Iglesia (siglo IV) * * * EL SECRETO DE MARÍA Luis María Grignion de Montfort invita a poner toda la confianza en la santísima Virgen, tan inseparablemente unida a Jesús que 'primero se separaría la luz del Sol'. Permanece como un incomparable poeta y discípulo de la Madre del Salvador. En nuestro tiempo, cuando la devoción a María está llena de vida, pero no siempre suficientemente clara, será bueno volver a encontrar el fervor y el tono justo del Padre de Montfort, para dar a la Virgen el verdadero lugar y aprende a orarle: '¡Oh Madre de Misericordia! Alcanzádme la verdadera Sabiduría de Dios, colocándome para ello entre aquella a quienes amas, enseñas y diriges...' Los invito a hacer fructificar la preciosa herencia de san Luis María, tesoro que no debe ser escondido. Su enseñanza abarca los temas que toda la Iglesia medita en la proximidad del gran Jubileo; va señalando el camino de la verdadera Sabiduría, que es necesario abrir a tantos jóvenes que buscan el sentido de sus vida y el arte de vivir. Juan Pablo II, con motivo del quincuagésimo aniversario de la canonización de san Luis Mª. Grignion de Montfort
LA ESCLAVITUD MARIANA EN SAN ILDEFONSO, ARZOBISPO DE TOLEDO (607-669)
Así comienza su libro La perpetua virginidad de María:
"¡Oh Señora mía y Soberana Señora, Madre de mi Señor, humildísima sierva de vuestro Hijo, Madre del Creador del mundo! Yo os ruego y os pido que me deis el espíritu de vuestro Hijo, mi Redentor, de tal manera que yo conozca cosas verdaderas y dignas de Vos, hable cosas verdaderas y dignas de Vos, y diga lo que de verdadero y digno debo decir de Vos."
El capítulo XII cierra su tratado con un encendido ofrecimiento de si mismo al servicio de María:
"Postrado a vuestros pies, ¡oh Virgen única, Madre de Dios!, ¡Oh Cooperadora de la Encarnación de mi Dios!, yo, siervo de vuestro Hijo, os ruego me concedáis el unirme firmemente a Dios y a Vos, el someterme a Vuestro Hijo y a Vos, el seguir a Vuestro Hijo y a Vos. A Él como a mi Creador; a Vos como a la Madre de mi Creador; a Él como al Señor de los ejércitos, a Vos como a la sierva del dueño de todas las cosas; a Él como a Dios, a Vos como a la Madre de Dios; a Él como a Redentor; a Vos, como el instrumento de mi redención... Si yo soy vuestro siervo, es porque vuestro Hijo es mi Señor. Vos sois mi soberana, porque sois la esclava de mi Señor. Yo soy siervo de la Sierva de mi Señor, porque vos, mi Soberana, sois la Madre de mi Señor. ¡Oh Jesús, que yo pueda servir a vuestra Madre de forma que pueda demostraros que estoy a vuestro servicio! Reina ella sobre mí, para que yo esté seguro de agradaros a Vos. No disminuya jamás su dominio sobre mí para que eternamente seáis Vos mi Señor... Si deseo llegar a ser el siervo fiel de la Madre, es para ser siervo fiel del Hijo. Si quiero servir a su Madre, es para que el Hijo sea mi Señor. Para demostrar que estoy al servicio del Señor, doy como prueba el dominio que su madre ejerce sobre mí..., porque servir a su esclava es servir al Señor, y redunda en honor del Hijo todo lo que se concede a la Madre, como se convierten en honor del rey los homenajes de sumisión a la reina. ¡Con qué entusiasmo deseo ser siervo de esta Soberana! ¡Con qué fidelidad me quiero someter a su yugo! ¡Con qué perfección intento ser dócil a sus mandatos! ¡Con qué perfección intento ser dócil a sus mandatos! ¡Con qué ardor trato de no sustraerme a su dominio! ¡Con qué avidez deseo de no dejar de estar nunca en el número de sus verdaderos siervos! Séame pues concedido el servirla por deber; que sirviéndola merezca sus favores y pueda ser siempre irreprensible siervo suyo".
Gabriel María Roschini, O.S.M. LA MADRE DE DIOS según la fe y la teología. Segunda edición española. Ed. Apostolado de la Prensa, S.A. Madrid 1958. pág. 370- 371.
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TÍTULOS PUBLICADOS de San Luís María Grignion de Montfort en Castellano -
El Secreto de María. - Tratado de la Verdadera Devoción a la S. Virgen. - El Amor de la Sabiduría eterna. - Carta circular a los Amigos de la Cruz. - El Secreto Admirable del Santísimo Rosario.
De otros autores -
Preparación Consagración Total a Jesús en María. - Camino Montfortiano de la Verdadera Devoción a María, por Frank Duff. - El Carisma doctoral de S. Luís María Grignion de Montfort, por Eduard Vivas i Llorens. - Examen de conciencia del esclavo de amor de Jesús en María, por J.M. Hupperts, S.M.M. - Biografía de San Luís María de Montfort, por Jesús Fernández Soto. - Un mes con María, por Dr. Joan-Antoni Mateo García. - María y la debilidad de Dios, por Jean Morinay. - Manual de los grupos de Esclavitud Mariana de amor (GEM). - Mini-Manual de los GEM.
* * * TÍTULOS PUBLICADOS de San Luís María Grignion de Montfort en Catalán -
El Secret de Maria - Tractat de la Verdadera Devoció a la Sant. Verge. - LAmor de la Saviesa eterna. - LAmor de la Saviesa eterna. (Montserrat) De otro autor - Un mes amb Maria, por Dr. Joan-Antoni Mateo García.
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A JESÚS POR MARÍA
DIOS SOLO
ÍNDICE POR PUNTOS
1. El Secreto y sus condiciones.
2. Preparación a recibirla.
3. Es voluntad de Dios que nos santifiquemos.
4. Para santificarse hay que practicar las virtudes.
5. Para practicar la virtud necesitamos de la gracia de Dios.
6. Para hallar Gracia hay que hallar a María. 7. Porque María sola ha hallado Gracia delante de Dios.
8. Porque María sola es Madre de la Gracia.
9. Porque María sola posee después de Jesús la plenitud de la Gracia.
10. Porque María es la tesorera de todas las Gracias de Jesús.
11. Porque para tener a Dios Padre hay que tener a María por Madre.
12. Porque los miembros de Jesús deben ser formados por la Madre de Jesús.
13. Porque el Espíritu Santo ha producido a los predestinados por medio de María.
14. Porque María está encargada de alimentar las almas.
15. Porque María debe habitar en los predestinados.
16. Porque María es el molde viviente de Dios y de los Santos.
17. Molde perfecto en sí mismo, y que nos hace perfectos en Jesucristo.
18. De un modo puro y divino.
19. Porque María es el paraíso y el mundo de Dios.
20. Paraíso en que el espíritu Santo hace entrar al alma, para que halle en él a Dios.
21. Porque María, lejos de ser obstáculo lanza a las almas en Dios y las une a Él.
22. Porque María es quien da la gracia de llevar con paciencia y alegría las cruces.
23. Para ser Santo hay que saber hallar a María, la «Medianera de todas las Gracias», por medio de una devoción verdadera.
24. Hay muchas devociones verdaderas.
25. 1º La devoción sin práctica especial.
26. 2º La devoción con prácticas especiales.
27. 3º La devoción perfecta: La Esclavitud de Amor.
28. Naturaleza de esta devoción: Consagración como esclavo de amor y vida mariana. 29. Extensión de este sacrificio: total abandono en manos de María.
30. María viene a ser Señora del valor de nuestras obras.
31. Tres suertes de esclavitud: La esclavitud de amor es la más perfecta consagración a Dios.
32. Diferencia entre criado y esclavo.
33. Dicha de las almas esclavas de amor
34. «Pasar por María.» Es imitar a las tres Divinas Personas.
35. Es honrar a Jesús.
36. Es medio para purificar y embellecer nuestras acciones.
37. Porque sin María nuestras acciones son poca cosa.
38. Es ejercitar la caridad con el prójimo.
39. Es medio para conservar y aumentar la Gracia de Dios en nuestra alma.
40. Es la verdadera liberación de nuestra alma.
41. Es seguir el consejo de la Iglesia y el ejemplo de los Santos.
42. La fórmula «única» de actividad espiritual.
43. Su espíritu de dependencia interior de Jesús y María. Tomar este espíritu y perseverar en él.
44. Las cuatro normas de la fórmula obrar «con» María.
45. Condiciones previas: renuncia y unión de intenciones, que entrega el alma a la acción de María.
46. Obrar «en» María.
47. Obrar «por» María.
48. Obrar «para» María.
49. No creer que es más perfecto ir a Jesús derecho sin pasar por María
50. No hacerse violencia para sentir y gustar. «Amén» del alma.
51. No inquietarse si no se goza aún de la presencia de María.
52. La experiencia los enseña.
53. Hay que «trabajar» para tener en sí el alma y el espíritu de María.
54. La Santa esclavitud establece la vida de María en nuestra alma.
55. María hace vivir a nuestra alma en Jesús y a Jesús en nuestra alma.
56. María viene a serlo todo para el alma después de Jesús.
57. Por María llegará el reinado de Jesús al final de los tiempos.
58. Por la Santa esclavitud, practicada por grandes santos, María traerá el reinado de Jesús.
59. Su importancia (prácticas exteriores).
60. Consagración y renovación.
61. Ofrenda de un tributo a la Santísima Virgen
62. Celebrar especialmente la fiesta de la Anunciación.
63. Rezar la Coronilla y el Magnificat.
64. Llevar la cadenilla.
65. Oración a Nuestro Señor Jesucristo.
66. Invocación al espíritu Santo.
67. Oración a Nuestra Señora para sus fieles esclavos.
68. No pido visiones
69. La Santa esclavitud es el verdadero Árbol de la Vida.
70. Manera de cultivarlo.
71. Continua mirada del alma.
72. Violencia a sí mismo.
73. Fuera amor propio.
74. Horror al pecado.
75. Fidelidad en los ejercicios.
76. Paz en las pruebas.
77. El fruto del Árbol de la Vida es el amable y adorable Jesús.
A Consagración de sí mismo a Jesucristo, la Sabiduría encarnada, por las manos de María.
B Ave Maris Stella
C Veni Creator.
D Magnificat.
E Coronilla.
F El Secreto de María Juan Pablo II.
G La esclavitud Mariana en San Ildefonso, (607-669)
Rezo del Santo Rosario Montfortiano
SANTO ROSARIO
Características montfortianas: En cada Avemaría de las distintas decenas del Rosario, después del nombre de Jesús, se dice una palabra que resume el Misterio, para tenerlo continuamente presente, en nuestro interior, o mejor dicho, situarnos en el lugar físico del misterio. En cada misterio se indica un fruto a obtener.
INICIO DEL REZO DEL SANTO ROSARIO
Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
OFRECIMIENTO Señor Dios nuestro, dirigid y guiad todos nuestros pensamientos, palabras y obras a mayor honra y gloria vuestra. Y Vos, Virgen Santísima, alcanzadnos de vuestro Hijo, que con toda atención y devoción podamos rezar vuestro santísimo Rosario, el cual os ofrecemos por la exaltación de la santa Fe católica, por nuestras necesidades espirituales y temporales, por el bien y sufragio de los vivos y difuntos que sean de vuestro mayor agrado y de nuestra principal obligación. Los misterios que meditaremos hoy son los de:
GOZO: Lunes y sábado.
LUZ: Jueves.
DOLOR: Martes y viernes.
GLORIA: Miércoles y Domingo.
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MISTERIOS DE GOZO - Lunes y Sábado
1º La Encarnación del Hijo de Dios
Se caracteriza efectivamente por el gozo que produce el acontecimiento de la encarnación. Esto es evidente desde la anunciación, cuando el saludo de Gabriel a la Virgen de Nazaret se une a la invitación a la alegría mesiánica: «Alégrate, María». A este anuncio apunta toda la historia misma del mundo. En efecto, si el designio del Padre es de recapitular en Cristo todas las cosas, el don divino con el que el Padre se acerca a María para hacerla Madre de su Hijo alcanza a todo el universo. A su vez, toda la humanidad está como implicada en el fiat con el que Ella responde prontamente a la voluntad de Dios.
CANTO 1º
Bajando del cielo el ángel de Dios anuncia el misterio de la Encarnación. Ave, Ave, Ave María. (2 veces)
CANTO 2º
Viene Jesús, el Señor. (2 veces) Él viene (3 veces). Viene. Viene Jesús, el Señor. Fruto: Humildad de Corazón.
En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: ENCARNADO
En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria
Final: ¡Jesús, María y José, os amo!, salvad almas.
ORACIONES VARIAS
PADRE NUESTRO, que estás en el cielo; santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
DIOS TE SALVE, MARÍA, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. Jesús. Santa María, Madre de Dios (y Madre nuestra); ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
GLORIA al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
CANTO 1º
Entonación Fátima:
Meses: Enero Marzo Mayo Agosto Octubre - Diciembre
CANTO 2º
Entonación Carismática
Meses: Febrero Abril Junio Julio Septiembre Noviembre
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MISTERIO DE GOZOS - Lunes y Sábado
2° La Visitación a su prima santa Isabel
El regocijo se percibe en la escena del encuentro con Isabel, dónde la voz misma de María y la presencia de Cristo en su seno hacen «saltar de alegría» a Juan. CANTO 1º La Virgen María saluda a Isabel y su alma engrandece de Dios la merced. Ave, Ave, Ave María (2 veces) CANTO 2º Llama Jesús, el Señor. (2 veces) Él llama (3 veces). Llama. Llama Jesús, el Señor. Fruto: Caridad con el prójimo En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: SANTIFICADOR En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria Final: María, madre de gracia, madre de piedad, de amor y de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
MISTERIOS DE GOZO - Lunes y Sábado
3° El Nacimiento del Hijo de Dios Repleta de gozo es la escena de Belén, donde el nacimiento del divino Niño, el Salvador del mundo, es cantado por los ángeles y anunciado a los pastores como «una gran alegría»
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CANTO 1º
Radiante una estrella anuncia en Belén nacido entre pajas al Dios de Israel. Ave, Ave, Ave María (2 veces)
CANTO 2º
Nace Jesús, el Señor. (2 veces) Él nace (3 veces). Nace. Nace Jesús, el Señor.
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Fruto del misterio: Pobreza evangélica
En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: POBRE NIÑO
En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria
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Final: Oh María sin pecado concebida. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos
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MISTERIOS DE GOZO - Lunes y Sábado
4° La Presentación de Jesús en el Templo
Pero ya los dos últimos misterios, aun conservando el sabor de la alegría, anticipan indicios del drama. En efecto, la presentación en el Templo, a la vez que expresa la dicha de la consagración y extasía al viejo Simeón, contiene también la profecía de que el Niño será «señal de contradicción» para Israel y de que una espada traspasará el alma de la Madre.
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CANTO 1º Al templo llevando al Niño Jesús un rito ella cumple de humilde virtud. Ave, Ave, Ave María (2 veces)
CANTO 2º Sana Jesús, el Señor. (2 veces) Él sana (3 veces). Sana. Sana Jesús, el Señor.
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Fruto: Ofrecemos de todo corazón a Dios y guardar pureza de cuerpo y alma.
En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: SACRIFICADO
En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria
* * *
Final: ¡Oh Jesús mío! perdonad nuestros pecados, libradnos del fuego del infierno y llevad al cielo a todas las almas, especialmente, las más necesitadas de Vuestra divina misericordia.
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MISTERIOS DE GOZO - Lunes y Sábado
5° El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo
Gozoso y dramático al mismo tiempo es también el episodio de Jesús de 12 años en el templo. Aparece con su sabiduría divina mientras escucha y pregunta, y ejerciendo sustancialmente el papel de quien 'enseña'. La revelación de su misterio de Hijo, dedicado enteramente a las cosas del Padre, anuncia aquella radicalidad evangélica que, ante las exigencias absolutas del Reino, cuestiona hasta los más profundos lazos de afecto humano. José y María mismos, sobresaltados y angustiados «no comprendieron» sus palabras.
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CANTO 1º
Con crueles angustias lo buscó doquier, cuando El entre sabios enseña la Ley. Ave, Ave, Ave María (2 veces)
CANTO 2º
Santo es Jesús, el Señor. (2 veces) Él es santo (3 veces). Santo. Santo es Jesús, el Señor
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Fruto: Buscar y hallar a Jesús por María en todas las cosas
En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: SANTO DE LOS SANTOS En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria * * * Final: ¡Jesús, María y José, os amo!, salvad almas.
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MISTERIOS DE LUZ - Jueves
1° El Bautismo de Jesús
Misterio de luz es ante todo el Bautismo en el Jordán. En él, mientras Cristo, como inocente que se hace 'pecado' por nosotros, entra en el agua del río, el cielo se abre, y la voz del Padre lo proclama Hijo predilecto, y el Espíritu Santo desciende sobre El para investido de la misión que le espera.
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CANTO 1º Él es el amado» se oyó en el Jordán al ser bautizado Jesús por san Juan. Ave, Ave, Ave María (2 veces)
CANTO 2º Tierno es Jesús, el Señor. (2 veces) Él es tierno (3 veces). Tierno Tierno es Jesús, el Señor
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Fruto: Aprender de Jesús la humildad y comprender que el que se humilla será ensalzado.
En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: BAUTIZADO En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria
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Final: ¡Jesús, María y José, os amo!, salvad almas.
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MISTERIOS DE LUZ - Jueves 2° Jesús en las bodas de Caná Misterio de luz es el comienzo de los signos en Caná, cuando Cristo, transformando el agua en vino, abre el corazón de los discípulos a la fe gracias a la intervención de María, la primera creyente. * * * CANTO 1º Hagan lo que Él diga» les dijo María, a los que en las Bodas el vino servían. Ave, Ave, Ave María (2 veces) CANTO 2º Brinda Jesús, el Señor. (2 veces) Él brinda (3 veces). Brinda Brinda Jesús, el Señor. * * * Fruto: Confiar en el poder intercesor de María. En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: QUE SE MANIFIESTA DIOS En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria * * * Final: María, madre de gracia, madre de piedad, de amor y de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
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MISTERIOS DE LUZ - Jueves 3° El Anuncio del Reino de Dios Misterio de luz es la predicación con la cual Jesús anuncia la llegada del reino de Dios e invita a la conversión, perdonando los pecados de quien se acerca a Él con humilde fe, iniciando así el ministerio de misericordia que Él continuará ejerciendo hasta el fin del mundo, especialmente a través del sacramento de la reconciliación confiado a la Iglesia. * * * CANTO 1º Jesús anunciando el reino de Dios, invitaba a todos a la conversión. Ave, Ave, Ave María (2 veces) CANTO 2º Bueno es Jesús, el Señor. (2 veces) Él es bueno (3 veces). Bueno. Bueno es Jesús, el Señor. * * * Fruto: Docilidad a la Palabra de Dios y conversión de corazón. En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: QUE TE PROCLAMA EL REINO DE DIOS En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria * * * Final: Oh María sin pecado concebida. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos
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MISTERIOS DE LUZ - Jueves 4° La Transfiguración de Jesús Misterio de Luz por excelencia es la Transfiguración, que según la tradición tuvo lugar en el Monte Tabor. La gloria de la divinidad resplandece en el rostro de Cristo, mientras el Padre lo acredita ante los apóstoles extasiados para que lo «escuchen» y se dispongan a vivir con El el momento doloroso de la Pasión, a fin de llegar con El a la alegría de la Resurrección y a una vida transformada por el Espíritu Santo. * * * CANTO 1º En lo alto del monte se transfiguró, la gloria del Padre allí les mostró. Ave, Ave, Ave María (2 veces) CANTO 2º Luz es Jesús, el Señor. (2 veces) Él es luz (3 veces). Luz. Luz es Jesús, el Señor. * * * Fruto: Que la esperanza de la gloria con Jesús nos anime a llevar la cruz. En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: TRANSFIGURADO En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria * * * Final: ¡Oh Jesús mío! perdonad nuestros pecados, libradnos del fuego del infierno y llevad al cielo a todas las almas, especialmente, las más necesitadas de Vuestra divina misericordia
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MISTERIOS DE LUZ - Jueves 5° La institución de la Santísima Eucaristía Misterio de luz es, por fin, la institución de la Eucaristía, en la cual Cristo se hace alimento con su Cuerpo y su Sangre bajo las especies de pan y del vino, dando testimonio de su amor por la humanidad «hasta el extremo» y por cuya salvación se ofrecerá en sacrificio. * * * CANTO 1º Misterio sublime del amor de Dios, es la Eucaristía que Jesús nos dio. Ave, Ave, Ave María (2 veces) CANTO 2º Dios es Jesús, el Señor. (2 veces) Él es Dios (3 veces). Dios. Dios es Jesús, el Señor. * * * Fruto: Que nos sintamos amados de Jesús y requeridos a amar al hermano. En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: QUE SE TE DA HOMBRE Y DIOS VERDADERO En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria * * * Final: ¡Jesús, María y José, os amo!, salvad almas. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
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MISTERIOS DE DOLOR - Martes y Viernes 1º La oración de Jesús en el Huerto El Rosario escoge momentos de la Pasión, invitando al orante a fijar en ellos la mirada de su corazón y a revividos. El itinerario meditativo se abre con Getsemaní, donde Cristo vive un momento particularmente angustioso frente a la voluntad del Padre, contra la cual la debilidad de la carne se sentiría inclinada a revelarse. Allí, Cristo se pone en lugar de todas las tentaciones de la humanidad y frente a todos los pecados de los hombres, para decirle al Padre: «no se haga mi voluntad, sino la tuya» Este «sí» suyo cambia el «no» de los progenitores en el Edén. * * * CANTO 1º Contempla, alma mía, a tu Dios y Señor, sumido en angustia, haciendo oración. Ave, Ave, Ave María (2 veces) CANTO 2º Gime Jesús, el Señor. (2 veces) El gime (3 veces). Gime Gime Jesús el Señor. * * * Fruto: Sentir gran dolor y contrición de nuestras culpas En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: AGONIZANTE En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria * * * Final: ¡Jesús, María y José, os amo!, salvad almas.
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MISTERIOS DE DOLOR - Martes y Viernes 2 º La Flagelación del Señor Y cuánto le costaría esta adhesión a la voluntad del Padre se muestra en estos misterios de dolor: Comenzaron a escupirle en el rostro y darle puñetazos. Y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, se lo entregó (Pilato) para que lo crucificaran. * * * CANTO 1º Desgarran sus carnes azotes sin fin: mis culpas merecen castigo tan ruin. Ave, Ave, Ave María (2 veces) CANTO 2º Sufre Jesús, el Señor. (2 veces) Él sufre (3 veces), Sufre. Sufre Jesús, el Señor. * * * Fruto: Tener mortificados nuestros sentidos y hacer digna penitencia de nuestros pecados En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: AZOTADO En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria * * * Final: María, madre de gracia, madre de piedad, de amor y de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
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MISTERIOS DE DOLOR - Martes y Viernes 3º La Coronación de espinas Y despojándole de sus vestiduras le echaron encima una clámide de púrpura, y tejiendo una corona de espinas se la pusieron sobre la cabeza y en la mano derecha una caña; y doblando ante Él la rodilla se burlaban diciendo: «¡Salve, rey de los judíos!» * * * CANTO 1º Corona de espinas taladra su sien: mas yo le proclamo por Dios y por Rey. Ave, Ave, Ave María (2 veces) CANTO 2º Reina Jesús, el Señor. (2 veces) Él reina (3 veces). Reina. Reina Jesús, el Señor. * * * Fruto: Huir de toda soberbia y vanidad y despreciarlos honores y gloria del mundo. En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: CORONADO DE ESPINAS En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria * * * Final: Oh María sin pecado concebida. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos
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MISTERIOS DE DOLOR - Martes y Viernes 4° La subida al Calvario Tomaron a Jesús que, llevando la cruz, salió al sitio llamado Calvario, que en hebreo se dice Gólgota, donde le crucificaron. Escribió Pilato un título y lo puso sobre la Cruz: Jesús Nazareno, rey de los judíos. * * * CANTO 1º Un duro madero soporta mi Bien mis culpas cargaron un peso tan cruel. Ave, Ave, Ave María (2 veces) CANTO 2º Lleva la cruz, el Señor. (2 veces) Él lleva (3 veces). Lleva. Lleva la cruz, el Señor. * * * Fruto: llevar cristianamente nuestra cruz, pensando que así seguimos a Jesús y acompañamos a María En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: CARGADO CON LA CRUZ En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria * * * Final: ¡Oh Jesús mío! perdonad nuestros pecados, libradnos del fuego del infierno y llevad al cielo a todas las almas, especialmente, las más necesitadas de Vuestra divina misericordia.
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MISTERIOS DE DOLOR - Martes y Viernes 5º La muerte en Cruz del Señor Se ve sumido en la mayor ignominia: ¡Ecce homo! En este oprobio no sólo se revela el amor de Dios, sino el sentido mismo del hombre. Ecce homo: quien quiera conocer al hombre, ha de saber descubrir su sentido, su raíz y su cumplimiento en Cristo, Dios que se humilla por amor «hasta la muerte y muerte de cruz» Los misterios de dolor llevan al creyente a revivir la muerte de Jesús poniéndose al pie de la cruz junto a María, para penetrar con ella en la inmensidad del amor de Dios al hombre y sentir toda su fuerza regeneradora. * * * CANTO 1º Con dura congoja, clavado en la cruz, salvándome muere mi dulce Jesús. Ave, Ave, Ave María (2 veces) CANTO 2º Muere Jesús, el Señor. (2 veces) Él muere (3 veces). Muere. Muere Jesús, el Señor. * * * Fruto: Que se conviertan los pecadores, perseveren los justos y sean libradas las almas del purgatorio En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: CRUCIFICADO En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria * * * Final: ¡Jesús, María y José, os amo!, salvad almas.
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MISTERIOS DE GLORIA - Miércoles y Domingo 1º La Resurrección del Señor ¡El es el Resucitado! El Rosario ha expresado siempre esta convicción de fe, invitando al creyente a superar la oscuridad de la Pasión para fijarse en la gloria de Cristo en su Resurrección y en su Ascensión. Contemplando al resucitado, el cristiano descubre de nuevo las razones de la propia fe y revive la alegría no solamente de aquellos a los que Cristo se manifestó, sino también el gozo de María que experimentó de modo intenso la nueva vida del Hijo glorificado. * * * CANTO 1º ¡Hosanna! ¡Aleluya! el orbe exclamó, al ver del sepulcro salir al Señor. Ave, Ave, Ave María (2 veces) CANTO 2º Vive Jesús, el Señor. (2 veces) Él vive (3 veces). Vive. Vive Jesús, el Señor. * * * Fruto: Amar y servir al Señor con todo el fervor de nuestra alma. En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: RESUCITADO En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria * * * Final: ¡Jesús, María y José, os amo!, salvad almas.
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MISTERIOS DE GLORIA - Miércoles y Domingo 2º La Ascensión del Señor Y habiendo dicho esto (que recibirían el Espíritu Santo...), los sacó fuera hacia Betania; y levantando las manos, los bendijo. Y sucedió que, mientras El los bendecía, se desprendió de ellos y mirándolo ellos se fue elevando y llevado en alto al cielo. Y una nube interpuesta debajo se lo ocultó a su vista. Y el Señor Jesús fue encumbrado hasta el cielo, donde está sentado a la diestra de Dios. * * * CANTO 1º Regresas al Padre, mi Dios y mi Rey: en medio del gozo, no olvides tu grey. Ave, Ave, Ave María (2 veces) CANTO 2º Sube Jesús, el Señor. (2 veces) Él sube (3 veces). Sube. Sube Jesús, el Señor. * * * Fruto: Gran deseo del cielo y vivo agradecimiento a Jesús por María En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: QUE SUBE A LOS CIELOS En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria * * * Final: María, madre de gracia, madre de piedad, de amor y de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
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MISTERIOS DE GLORIA - Miércoles y Domingo 3° La venida del Espíritu Santo El tercer misterio glorioso, Pentecostés, muestra el rostro de la Iglesia como una familia reunida con María, avivada por la efusión impetuosa del Espíritu y dispuesta para la Evangelización. * * * CANTO 1º ¡Espíritu Santo de Dios fuego y luz! Desciende trayendo saber y virtud. Ave, Ave, Ave María (2 veces) CANTO 2º Salva Jesús, el Señor. (2 veces) Él salva (3 veces). Salva. Salva Jesús, el Señor. * * * Fruto: Que el Espíritu Santo habite siempre en nuestras almas por María. En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: QUE TE LLENA DEL ESPÍRITU SANTO En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria * * * Final: Oh María sin pecado concebida. Rogad por nosotros que recurrimos a Vos
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MISTERIOS DE GLORIA - Miércoles y Domingo 4º La Asunción de la Virgen De este modo los misterios de gloria alimentan en los creyentes la esperanza en la meta escatológica, hacia la cual se encaminan como miembros del Pueblo de Dios peregrino en la historia. Esto le impulsará necesariamente a dar testimonio valiente de aquel «gozoso anuncio» que da sentido a toda la vida. * * * CANTO 1º Del valle del llanto al reino de amor asciende mi Madre, la Madre de Dios Ave, Ave, Ave María (2 veces) CANTO 2º Ama Jesús, el Señor. (2 veces) Él ama (3 veces). Ama. Ama Jesús, el Señor. * * * Fruto: Ser hijos muy devotos de tan divina Madre En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: QUE TE RESUCITA En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria * * * Final: ¡Oh Jesús mío! perdonad nuestros pecados, libradnos del fuego del infierno y llevad al cielo a todas las almas, especialmente, las más necesitadas de Vuestra divina misericordia
MISTERIOS DE GLORIA - Miércoles y Domingo 5º La coronación de Nuestra Señora Al fin, coronada de gloria, -«Apareció en el cielo un gran signo: una mujer envuelta en el sol, con la luna bajo sus pies y sobre su cabeza una corona de doce estrellas»- María resplandece como Rema de los Ángeles y los Santos, anticipación y culmen de la condición escatológica de la Iglesia. El remate y fin de la misión de María: Como Reina, ayuda en la salvación del mundo, desde el cielo. Su Corazón Inmaculado está con nosotros en la tierra. «Yo me quedo con el Corazón Inmaculado de María en la tierra.» (dijo Lucia de Fátima). * * * CANTO 1º Tu frente circunda corona imperial: del cielo eres Reina, del mundo eres Paz. Ave, Ave, Ave María (2 veces) CANTO 2º Premia Jesús, el Señor. (2 veces) Él premia (3 veces). Premia Premia Jesús, el Señor. * * * Fruto: La perseverancia final. En cada Avemaría, después del nombre de Jesús, diremos la palabra: QUE TE CORONA En reverencia: Padrenuestro, 10 Avemarías y Gloria * * * Final: ¡Jesús, María y José, os amo!, salvad almas.
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ACCION DE GRACIAS Infinitas gracias os damos, Soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de vuestra generosa mano. Dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros os saludamos con una Salve:
Salve, Regina, mater misericordiae: Vita, dulcedo, et spes nostra, salve. Ad te clamamus, exsules filii Hevae. Ad te suspiramus, gementes et flentes in hac lacrimarum valle. Eia ergo, Advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte. Et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende. O clemens, o pia, o dulcis Virgo María.
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Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti clamamos, los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos tan misericordiosos. Y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡oh dulce siempre Virgen María!.
------- Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar y gozar de las promesas de Ntro. Señor Jesucristo. Amén.
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Esclava del Señor. Señor, ten piedad. Espejo de justicia. Vaso digno de honor. Vaso insigne de devoción. Rosa mística. Torre de David. Torre de marfil. Casa de oro. Arca de la alianza. Puerta del cielo. Estrella de la mañana. Salud de los enfermos. Refugio de los pecadores. Consoladora de los afligidos. Auxilio de los cristianos. Reina de los ángeles. Reina de los patriarcas. Reina de los profetas. Reina de los apóstoles. Reina de los mártires. Reina de los confesores. Reina de las vírgenes. Reina de todos los santos. Reina concebida sin pecado original. Reina asunta al cielo. Reina del Santísimo Rosario. Reina de la familia. Reina de la paz. Reina de los esclavos de amor. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo: Perdónanos Señor. Escúchanos Señor. Ten misericordia de nosotros.
LETANÍA DE NUESTRA SEÑORA
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad. Señor, ten piedad. Cristo, óyenos. Cristo óyenos. Cristo, escúchanos. Cristo escúchanos. Dios Padre celestial. Ten misericordia de nosotros Dios Hijo Redentor del mundo. Dios Espíritu Santo. Santa María. Ruega por nosotros. Santa Madre de Dios. Santa Virgen de las vírgenes. Madre de Cristo. Madre de la divina gracia. Madre purísima. Madre castísima. Madre intacta. Madre incorrupta. Madre inmaculada. Madre amable. Madre admirable. Madre del buen consejo. Madre del Creador. Madre del Salvador. Madre de la Iglesia. Virgen prudentísima. Virgen digna de veneración. Virgen digna de alabanza. Virgen poderosa. Virgen clemente. Virgen fiel.
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Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
ORACIÓN Te pedimos, Señor, que nosotros tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión gloriosa de Santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo, y concédenos, para siempre, las alegrías del cielo. Por Cristo Ntro. Señor Amén.
* Por las intenciones del Santo Padre. (Padren.-Ave-Gloria)
* Por las almas de los fieles difuntos.
* Por la sanación de los enfermos.
SALVE MADRE Salve, Madre, en la tierra de mis amores te saludan los cantos que alza el amor. Reina de nuestras almas, flor de las flores muestra aquí de tus glorias los resplandores, que en el cielo tan sólo te aman mejor. Virgen santa, Virgen pura, vida, esperanza y dulzura del alma que en ti confía, Madre de Dios, Madre mía. Mientras mi vida alentare, todo mi amor para ti, más si mi amor te olvidare, Madre mía, Madre mía, aunque mi amor te olvidare, tú no te olvides de mí.