Las 181 monjas de Lerma y La Aguilera constituidas como Iesu Communio.... ...Las monjas de Iesu Communio explican lo que es su comunidad ....INDEX
Iesu Communio funda en 2017 una nueva comunidad en la localidad valenciana de Godella
ReL 17 05 2017 http://www.religionenlibertad.com/iesu-communio-funda-una-nueva-comunidad-valencia-trasladaran-56858.htm
Iesu Communio abre una nueva etapa en
su corta historia como instituto religioso. La orden
fundada por sor Verónica Berzosa y que ha asombrado incluso al
propio Vaticano por la enorme cantidad de vocaciones y la
juventud de sus miembros abrirá su primera comunidad fuera de
Burgos.
El pequeño comunicado de este instituto religioso comenzaba así:
Dios abre a Iesu Communio un nuevo camino. El
lugar escogido para fundar esta nueva comunidad será la
localidad valenciana de Godella, perteneciente a la
Archidiócesis que dirige el cardenal Cañizares.
Aún no han concretado una fecha pero ya han informado que se
celebrará una Eucaristía en el que será su nuevo convento para
dar gracias a Dios. Y para ello han invitado a todo el que quiera
asistir. También se desplazarán a Valencia todas
las religiosas de Iesu Communio que estén en disposición de ir,
exceptuando las hermanas más mayores.
Irán 50 religiosas pero esperan ser más
Al nuevo convento se trasladarán de momento cincuenta religiosas de
las más de 200 que estaban en Burgos aunque desearían ampliar
las celdas hasta 72.
En un comunicado de la Archidiócesis de Burgos se informa que
fundar una comunidad religiosa con el mismo carisma es un
aspecto que el instituto no había experimentado todavía.
La oportunidad ha llegado desde el Arzobispado de Valencia, que
ofreció a estas religiosas ocupar un convento
recientemente abandonado por las Hermanas Salesas. Allí
deberán realizar algunas obras de mejora para cumplir la ley y
adaptarse a la nueva realidad.
Iesu Communio, un vergel vocacional
En la actualidad forman la comunidad 206 religiosas dedicadas a
la oración y a hacer apostolado, aunque este
número aumentará en breve con el ingreso de cuatro nuevas
chicas en las próximas semanas.
Tal y como recuerda el Arzobispado de Burgos, todo comenzó en
1984, cuando una joven Verónica María Berzosa ingresaba
en el monasterio de la Ascensión de las Damas Pobres de Santa
Clara de Lerma. En aquel momento, la comunidad de religiosas
estaba formada por veinticinco profesas solemnes. Y es que tras
23 años de ausencia de vocaciones, la llegada de sor Verónica
adquiría especial relevancia. Diez años después de su
admisión, sor Verónica fue nombrada maestra de novicias. A los
dos años de su nombramiento, tenía a su cargo a siete novicias
y once postulantes. De este grupo de jóvenes religiosas brotaba
una especial alegría, fruto de pertenecer a Jesucristo. Y todas
ellas fueron creciendo en una especial sensibilidad en la
comprensión y sintonía con los Padres de la Iglesia.
Tal era el flujo de jóvenes llamadas a aquella forma de vida
religiosa, que dicho monasterio resultó ser
insuficiente para acogerlas a todas. Al mismo
tiempo, las Hermanas Clarisas del monasterio de Briviesca y de
Nofuentes (Burgos) habían pedido ser recibidas en Lerma. Se
hacía necesario un nuevo lugar para acoger a las numerosas
religiosas y atender a las personas que las visitaban. Así
finalmente lograron establecerse en el santuario de San Pedro
Regalado, situado en La Aguilera, cerca de Lerma.
Un carisma especial
En marzo de 2009, la madre abadesa sor Blanca María,
debía cesar en su cargo ya que no podía ser reelegida al haber
agotado sus mandatos. La Comunidad eligió a sor Verónica como
abadesa, que hasta ese momento seguía siendo maestra de novicias.
Las Hermanas solicitaron al Prefecto de la Congregación para los
Institutos de Vida Consagrada, cardenal F. Rodé, ser
constituidas en una única comunidad en dos sedes diferentes (Lerma
y La Aguilera) y con un único gobierno. Dicha
solicitud fue aceptada en junio de 2009 por un periodo de tres
años, con el encargo de establecer claramente lo que las
Hermanas se sentían llamadas a realizar.
El 8 de diciembre de 2010, quedaba decretado que el monasterio
autónomo de la Ascensión de Lerma se transformaba en un nuevo
instituto religioso de derecho pontificio denominado Iesu
Communio. A la par que se aprobaban sus constituciones ad
experimentum por cinco años, se reconocía a sor Verónica
Berzosa como fundadora y la confirmaba como superiora general del
nuevo instituto. Además, se encomendaba al arzobispo de Burgos
el especial cuidado y vigilancia de la vida del nuevo instituto,
sin perjuicio de la autonomía de vida y gobierno propia de un
instituto religioso. Transcurridos los cinco primeros
años ad experimentum, la Santa Sede los ha prorrogado por otro
lustro más, como es lo habitual en estos casos.