Sufrimientos espirituales de Jesús, el Verbo hecho carne
El peor sufrimiento de Jesús en su Pasión fue el abandono, la desolación, la noche oscura del alma. Él en la cruz dio a conocer su abandono para que lo supiésemos.
Ya durante la oración en el huerto de Getsemaní, Jesús sufrió un miedo indecible ante lo que se le avecinaba. Este miedo, que Él quiso que supiésemos que padeció, signfica que ya no disponía del don de fortaleza; lo que parece indicar que le habían sido eclipsados o retirados los dones del Espíritu Santo.
En el huerto llegó a pedirle al Padre que, si podía ser, pasase de Él aquel cáliz. Se lo pidió con la oración perfecta, que es añadir: "hágase Tú voluntad y no la mía". No podía ser, porque Jesús ya había instituido la Eucaristía. Había dado a comer el pan consagrado diciendo no sólo "esto es mi cuerpo", sino "esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros". Y diciendo no sólo "este es el cáliz de mi sangre", sino "que será derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados". Y ahora tenía que entregar su cuerpo y derramar su sangre.
Jesús hizo y sufrió todo esto tan atroz, incluyendo el abandono, la desolación, la noche oscura del alma, por amor al Padre con obediencia total hasta la muerte y por amor misericordioso a cada uno de nosotros, para que pudiésemos tener su reino salvador en nuestra alma, para que le pudiésemos tener como rey salvador de cada uno personalmente y de todos colectivamente. Para que pudiésemos hacer la voluntad de Dios, también en la tierra.
Esta fue Su fuerza, el amor más fuerte que la muerte.
Publicado con mi nombre en InfoCatólica, 1/04/2018 12:24 PM http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=31933
Y reinará Jesús, el Verbo hecho carne, en todos los hombres (varones y mujeres) y en todas las naciones, como tiene anunciado, prometido y profetizado.