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...Y además es imposible
Una cosa es la bendición general que todos,
buenos y malos, podemos recibir cuando al final de cada misa la
imparte el celebrante, cuando el Papa da la bendición Urbi et
Orbi, o cuando en la reserva del Santísimo se imparte con la
Hostia consagrada donde está el propio Jesucristo, Nuestro
Señor; y otra cosa es la pretendida bendición de quienes están
en cualquier tipo de unión fornicaria o de porneia en
cuanto tales, sea en un pseudomatrimonio homosexual, sea
en un pseudomatrimonio de casados divorciados, sea en una unión
adulterina o concubinaria de hecho, etc. El primer caso está
dentro del amor que Dios al rechazar todo pecado, sigue
teniéndonos a "nosotros, pecadores", y sigue mandando
Él y su Iglesia que tengamos todos: "rechaza el pecado y
ama al pecador". Pero en el segundo caso la
bendición es imposible, porque si algunos se presentan
a un eclesiástico diciendo que piden una bendición, porque
ellos viven en un arrejuntamiento o unión de porneía de
cualquier tipo, esto impide que se les dé la bendición, porque
sería ser bendecidos en cuanto tales "arrejuntaos"
o fornicarios, incluyendo en la bendición la de su unión
fornicaria, lo cual ha vuelto a ser prohibido por la Santa Sede
el 18.12.2023, según parece.
Una excepción que confirma la regla es lo que ya se practica con
los que se ponen tras los que van a comulgar pero con las manos
cruzadas sobre el pecho indicando genéricamente que no tienen
las disposiciones necesarias para recibir la comunión, sin
especificar su caso. A estos, el celebrante los bendice trazando
una cruz sobre su frente o imponiéndoles la mano en la cabeza,
porque está claro que no bendice su pecado, si es que lo hay;
los bendice a ellos, y no como pecadores en cuanto tales, porque
no especifican que lo sean, ni incluyen un intento de conseguir
que la Iglesia bendiga una unión fornicaria que tengan, sino que
evidencian que excluyen ese intento.
«Soplar y sorber no puede ser», «no se puede estar en Misa
y repicando», «dormir y guardar las eras, no hay manera». Tampoco
se puede "nadar y guardar la ropa".
«You cant have your cake and eat it too», es
decir, «no puedes comerte el pastel y a la vez tenerlo».
Otro error pastoral es el de la Declaración Fiducia Suplicans