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Azerbaiyán ocupa otra vez Nagorno Karabaj en septiembre de 2023
El Alto Karabaj, un enclave de población armenia, cristiana, situado en Azerbaiyán, rodeado por territorios de población musulmana, tras un férreo bloqueo de más de nueve meses de hambre, fue invadido fulminantemente por el ejército azerí (azerbaiyano) el 19 de septiembre de 2023 y sometido aplastantemente en 24 horas. Entonces empezó la limpieza étnica. Un nuevo genocidio.
«Este es el segundo genocidio después de 1915 contra los armenios. ¡Y la comunidad mundial vuelve a mirar hacia otro lado!» El sacerdote austriaco Andreas Isakahyan describe la dramática situación en Armenia y Nagorno-Karabaj en una entrevista con «Krone».
Según las declaraciones del sacerdote, desde el inicio de la expulsión, más de 100,000 personas han huido a Armenia en tan solo cinco días.
Kath.net/InfoCatólica 3.10.2023
El sacerdote vienés advierte que estas personas están traumatizadas, hambrientas y debilitadas. Han perdido todo, tanto sus propias casas como su tierra natal. Durante el bloqueo de los últimos meses por parte de Azerbaiyán, muchas personas ya tenían muy poco que comer y no tenían acceso a medicamentos. También hubo numerosos abortos involuntarios entre las mujeres embarazadas.
Azerbaiyán califica a estas personas como «ocupantes» y «terroristas». Un padre que intentaba recoger granadas para sus hijos fue decapitado por islamistas azerbaiyanos. Nagorno-Karabaj es una región donde se enseñó la escritura armenia ya en el siglo IV.
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La diáspora armenia en España
El conflicto por el enclave en territorio de Azerbaiyán resuena en todo el planeta a través de los descendientes de armenios, que superan en número a los habitantes del país y se esfuerzan desde hace un siglo por preservar su cultura en el mundo
JORGE MORLA El País Madrid| 25 SEPT 2023
“Hay tres diásporas armenias distintas”, contextualiza Francisco Zurian Hernández, director de la cátedra de Estudios Armenios de la Universidad Complutense de Madrid. “La primera, claro, es la que huyó del país con el genocidio”. Se refiere al genocidio que los Jóvenes Turcos del Imperio Otomano llevaron a cabo sobre la población armenia desde 1915 —genocidio que ha sido reconocido por gran parte de la comunidad internacional (Francia, Alemania, Italia, Rusia o Estados Unidos) y por ayuntamientos y parlamentos autonómicos españoles, pero no por el Gobierno central—, y que dejó un millón y medio de muertos. “Esa diáspora se difunde por todo el orbe, de Latinoamérica, a Estados Unidos, pasando por Francia, la India, Siria, Líbano…”, cuenta Zurian, de origen armenio cuyo abuelo llegó de pequeño a Valencia. “La segunda se produce tras el desmoronamiento de la URSS, y la tercera con la crisis a partir de 2008, que coincide con el inicio de la presión sobre Nagorno Karabaj”, recapitula por teléfono el profesor, que señala que el número de armenios dentro del país ronda los tres millones mientras que el de la diáspora, si bien no se puede saber con certeza la cifra exacta, supera los diez".
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¿Cómo Ramzan Kadírov ha convertido Chechenia en un poder militar utilizado por Putin?
Fran Rodríguez@fjrm26 Cadena SER 12/04/2023
Chechenia es una república de mayoría musulmana que como explica Mira Milósevic-Juaristi, analista principal del Real Instituto Elcano: “Se trata de una sociedad tribal, como lo es la de Afganistán, es el mismo estilo”. Asegura Milósevic-Juaristi que aunque la sociedad occidental esté acostumbrada a funcionar según “márgenes democráticos”, allí lo que importa es “la voz de la tribu” y Vladimir Putin se ha convertido en un maestro del “divide y vencerás” con estos clanes.
Es en esta sociedad dividida dónde la familia Kadírov se convirtió en un clan poderoso y respetado gracias al padre del actual jefe o rais Ramzan Kadírov.
Akhmat Kadírov, el padre del actual dictador Ramzan Kadírov que impera en Chechenia, era un jefe islámico con la categoría de mufti, juez que puede dictar fatuas o decretos ejecutivos de la ley islámica. El respetado mufti Akhmat Kadírov luchó contra las tropas rusas en la primera guerra de Chechenia y alcanzó la independencia de facto, pero desestabilizada por el enfrentamiento entre los clanes y la llegada de yihadistas extranjeros, incluso talibanes, que luchaban entre sí por el poder en Chechenia sobre la base de una radicalización hacia el wahabismo. Putin manejó la división de los clanes y de los islamistas y consiguió pactar con el clan de los Kadírov, estos para conseguir el poder se apoyaron en Putin, lo que tenía como contrapartida la renuncia al separatismo. Se aliaronn con Rusia en la Segunda Guerra de Chechenia planteada por Vladimir Putin como una guerra contra el terrorismo y para eliminar la presencia de yihadistas en Rusia.
Tras unas elecciones supuestamente amañadas en 2003, Akhmat Kadírov fue proclamado presidente de la República Autónoma de Chechenia dentro de la Federación de Rusia. Al año siguiente murió víctima de un atentado con una bomba colocada bajo su asiento en un partido de fútbol. Y entonces, en 2004, llega al poder de hecho el actual jefe o rais Ramzan Kadírov, aunque no sería oficialmente presidente hasta 2007.
Ramzan Kadírov, hasta entonces bajo la respetada sombra de su padre le sustituye al frente del país y Vladimir Putin le propone un trato muy sencillo, según explica Milósevic-Juaristi: “Yo te doy el poder que quieras en Chechenia, tú te mantienes dentro de Rusia y yo espero que controles al radicalismo musulmán y que lo expreses mostrando tu lealtad a Rusia”.
Kadírov garantiza al Kremlin la fidelidad de Chechenia a la Federación Rusa, además de la seguridad de no volver a sufrir Rusia atentados como “los atentados más sangrientos perpetrados por terroristas chechenos como la toma de rehenes en el teatro Dubrovka de Moscú en 2002 que se saldó con 170 muertos o los de la escuela de Beslán en Osetia del Norte en donde murieron centenares de niños”, detalla Marta Ter. Y Rusia se evita padecer otra invasión del Daguestán.
Pero esa garantía de seguridad tiene precio porque, lamenta Ayala, “se permite que Kadírov haga dentro del país lo que quiera como suprimir a la oposición, y ha sido acusado de secuestros, asesinatos y torturas únicamente para mantenerse en el poder”. Además de haber impuesto un régimen sostenido sobre la sharía que anula cualquier posibilidad de seguridad e igualdad para las mujeres chechenas, coinciden los expertos. Ayala explica que hay una relación confusa entre el Kremlin y Kadírov. "El gobierno ruso asigna recursos a Chechenia para invertir en su desarrollo pero una parte importante de ellos acaba en los bolsillos del propio Kadírov" denuncia. El analista de Alternativas asegura que la república está poco industrializada y su economía es principalmente agrícola aunque disponen de recursos gasistas.
De hecho, en Chechenia no han sanado las heridas de las dos guerras en las que rusos y chechenos se mataron entre sí y la estabilidad del régimen de Kadírov se siente efímera. Narra la analista del Observatorio Eurasia Marta Ter que estuvo en Chechenia hace unos años y que estuvo viviendo en casa de un civil. Concretamente era un médico. “Me enseñó el sótano de su casa y estaba lleno de encurtidos y latas de conserva. Le dije que con eso podría vivir tres años y me respondió que estaban seguros de que iba a volver a sufrirse otra guerra allí y estaban preparados para afrontarla”.
El propio Vladimir Putin ha llegado a disolver a las fuerzas militares chechenas entre diferentes batallones de las fuerzas armadas rusas como toque de atención a la acumulación de poder de Kadírov en Chechenia, comenta Ter. Putin hizo una ordenación de las Fuerzas Armadas rusas y creó una nueva agencia que se llama "Guardia Nacional" o "Rosgvárdia" que directamente reporta al Presidente, a Putin. "Y los 220.000 hombres armados de Kadírov han quedado insertados en 15 batallones de la Guardia Nacional, que ahora están en Chechenia y en su mayoría son batallones mixtos y no reportan a Kadírov directamente". Y de estos 15 batallones hay 3 que sí que están formadas básicamente por chechenos y que reportan a Kadírov. "Le han dado ese pequeño margen de maniobra", apunta Ter. Putin ha fracturado y disgregado al "ejército privado de Kadírov" porque estaba viendo que empezaba a escaparse de su control, explica la experta del Observatorio Eurasia.
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Bajo el comunismo soviético, el Alto Karabaj fue constituido como República Autónoma (oblast) dentro de la República Socialista Soviética de Azerbaiján, como enclave separado de la República Socialista Soviética de Armenia. Los karabajíes trataban de ser amparados por la vecina Armenia, y ésta se prestaba a ampararlos. Este es el origen cercano del conflicto que, desde 1988, enfrenta Armenia a Azerbaiyán.
El 20 de febrero de 1988, el parlamento del Alto Karabaj votó a favor de que el enclave se separase de Azerbaiján y de su unión con Armenia. A continuación, un plebiscito en el enclave aprobó todo esto masivamente. Contra los armenios se sucedieron los progroms (matanzas de hombres armenios y violaciones de mujeres armenias) seguiuidos de huida de población armenia. En Bakú, la capital de azerbaiyán, había 250.000 armenios y sólo quedaron 36.000. Esto fue el plano inclinado hacia la guerra entre armenios y azeríes (azerbaiyanos) que estalló abiertamente en lo que se conoce como Primera Guerra de nagorno Karabaj (1991-1994) y que aceleró el proceso de disolución de la Unión Soviética. A su vez, la disolución de la Unión Soviética acentuó los enfrentamientos entre Armenia y Azerbaiyán y de éste con los karabajíes. Al desintegrarse la Unión Soviética en 1991, Azerbaiyán como las otras Repúblicas exsoviéticas quedó como República independiente; y una de sus primeras medidas fue suprimir el gobierno autónomo del Alto Karabaj, lo cual provocó la proclamación en el enclave por los karabajíes de la república independiente de Artsaj, también llamada de Nagorno Karabaj. Los armenios karabajíes se separaron como república de Nagorno Karabaj –autoproclamada oficialmente como República de Artsaj–. La escalada de la violencia se acentuó en 1992 En la primavera de 1993 las fuerzas armenias no solo controlaban el enclave, sino además algunas vecinas regiones de Azerbaiyán. El alto el fuego de 1994 bajo el patrocinio de Rusia, ponía fin a esta guerra con la victoria de los armenios de Karabaj y de Armenia.
Pero continuaron los enfrentamientos armados entre armenios y azeríes especialmente desde 2008. Al mismo tiempo que Azerbaiyán aumentaba enormemente su poderío militar mediante los recursos que obtenía de su petróleo. Hasta desembocar en 2020 en la Segunda Guerra de Nagorno Karabaj, cuando en plena plaga de Covid-19, Azerbaiyán desencadenó, con apoyo logístico de Turquía, un ataque fulminante que terminó con la clara derrota de los armenios y con el comienzo de la superioridad bélica y diplomática de Azerbaiyán. Tras seis semanas de guerra Nagorno Karabaj perdió ante Azerbaiyán en la guerra de 2020 una tercera parte de su territorio, todo lo que ganó con su victoria en la guerra de 1991-1994, en la que además había consolidado el control del territorio inicial de su autoproclamada República de Artsaj en el Alto Karabaj. Azerbaiyán recuperó en 2020 esos territorios que había perdido en 1994 , incluida la importante ciudad de Shusha.
La superioridad militar la consiguió Azerbaiyán a base de utilizar para potenciar su ejército la cuantiosa cantidad de dinero obtenida mediante la exportación de petróleo. Con el resultado de que el poderío militar de Azerbaiyán era ya muy superior al de los armenios del Alto Karabaj y de la República Armenia juntos. La superioridad diplomática azerí es aún mayor, porque contaban con el respaldo de Turquía y con la evolución de Rusia a una neutralidad favorable a Acerbaiyán; anteriormente la postura de Rusia era claramente opuesta al islamismo a causa de los enormes problemas terroristas que le había creado en Chechenia y fuera de ella. Pero Rusia buscaba la alianza de Turquía ya desde hace años y con especial y urgente interés desde el inicio, en febrero de 2022, de la actual guerra de Ucrania, en la que Rusia se encuentra totalmente aislada ante las potencias de Occidente encabezadas por Estados Unidos. Y no sólo buscaba Rusia el apoyo de Turquía, sino de todos los sectores islámicos posibles en el centro de Asia y en Oriente Medio, donde viene respaldando decisivamente el gobierno de Bachar el Asad en la guerra civil siria (2011-2021) y posteriormente, frente a los peligrosos sectores islamistas que trataron de derribarle con apoyo estadounidense; había solucionado ya sus problemas con los musulmanes de Chechenia entregándole el pleno gobierno de esa república autónoma al férreo poder de Ramzan Kadírov, junto grandes cantidades de dinero que pusieron a flote la economía chechena, y consiguiendo, mediante esa entrega del país al poder islámico manejado por Kadírov y las grandes sumas de dinero aportadas a ese poder en Chechenia, tropas de élite chechenas para su guerra en Ucrania. ültimamente Rusia está financiando la construcción de una enorme mezquita en Grozny. Frente a esto Armenia buscaba cada vez más visiblemente conectar precisamente con Occidente, lo cual agravaba su situación ante Rusia; y más aún por la conexiíón de Armenia con EEUU; y aún mucho más al acceder a que la conexión fuese visiblemte militar, con los estadounidenses y con la OTAN. La semana anterior al inicio de la actual invasión, el 11.09.2023 se habían iniciado en Armenia unas maniobras conjuntas con los estadounidenses. Además, ese acercamiento de Armenia a los enemigos de una Rusia que está en guerra incluye que Armenia envió por primera vez ayuda humanitaria a Ucrania y que el Parlamento armenio estaba a punto de ratificar el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI). Esta ratificación lleva consigo la obligación armenia de cumplir la orden de detención de Vladímir Putin dada por la CPI por supuestos crímenes de guerra cometidos en Ucrania. La diplomacia nortemericana ha proporcionado otra victoria a los musulmanes; claro que como es una derrota trágica de los cristianos, se ve que a los que mandan en esa diplomacia les compensa, se creen... ¿Pero gana algo Estados Unidos o pierde y mucho?
Azerbaiyán ya venía sometiendo desde diciembre de 2022 a los karabajíes a un férreo bloqueo, a causa del cual las 120.000 personas que integraban la población armenia del Alto Karabaj no podía ya subsistir desde el primer mes, diciembre de 2022. El bloqueo fue iniciado con el corte del corredor de Lachin, la única conexión con Armenia, realizado oficialmente no por las autoridades azeríes (azerbaiyanas), sino por sedicentes ecologistas. Este bloqueo, además de privar de toda posibilidad de subsistencia a los karabajíes, se intensificó hasta desembocar al final en la impermeabilización del enclave a toda persona que intentase entra, respecialmente a los informadores, para impedir que saliese ninguna noticia de lo que pasó desde la invasión fulminante de Azerbaiyán.
Azerbaiyán desencadenó el 19.09.2023 la invasión del enclave obteniendo la victoria total y aplastante en 24 horas, borrando del mapa la república de Artsaj o Nagorno Karabaj y desencadenando la huida en masa de los armenios del enclave hasta completar al parecer la limpieza étnica de la matanza con la huida.
El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, solicitó ayuda a las fuerzas rusas presentes en la zona. Rusia fue mediador en el acuerdo de alto al fuego entre los países en 2020 y desde entonces tiene fuerzas observadoras en el terreno con mandato hasta 2025, pero estas fuerzas se limitaron a pedir que se evitase un derramamiento de sangre entre las dos repúblicas, antiguamente partes del imperio soviético.
El fulminante ataque azerbaiyano de 19 de septiembre de 2023, tuvo lugar un día antes del previsto punto final de las maniobras armenio-estadounidenses en Armenia en las que participaban desde el 10 de septiembre 85 militares estadounidenses y 175 armenios.
Y Rusia no ayudó a los armenios.
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Nagorno Karabaj ya había perdido ante Azerbaiyán una tercera parte de su territorio en la guerra de 2020, todo lo que ganó con su victoria en la guerra de 1991-1994, en la que además había consolidado el control del territorio inicial de su autoproclamada República de Artsaj en el Alto Karabaj. Azerbaiyán recuperó en 2020 esos territorios que había perdido en 1994 , incluida la importante ciudad de Shusha, tomados por los armenios en la guerra de 1991-1994, a la que se suele denominar Primera Guerra de Nagorno Karabaj.
Para recuperar además el control del resto del Alto Karabaj, el martes 19.09.2023, el gobierno de Azerbaiyán desencadena un masivo ataque militar con artillería y aviación sobre el Alto Karabaj "justificándola" en su necesidad de hacer frente a lo que denomina "acciones terroristas" de las que estaba siendo víctima en el enclave armenio, tras denunciar la muerte de dos civiles y cuatro militares a causa de la explosión de sendas minas antipersona.
El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán "justifica" la puesta en marcha de las acciones militares para la restauración "constitucional de Azerbaiyán" en el Alto Karabaj.
"La continuada presencia de fuerzas armadas armenias en Karabaj es una grave amenaza a la paz y la estabilidad en la región", recoge el organismo azerí. Además, subraya que esta situación "va contra las cláusulas del acuerdo tripartito firmado el 10 de noviembre de 2020", que incluyó un alto el fuego tras la última guerra en Nagorno Karabaj.
Lo cierto es que la ofensiva se produce después de meses de bloqueo del Alto Karabaj por Azerbaiyán y de acumulación de tropas de Azerbaiyán en la frontera de Armenia, la cual alertó sobre la posibilidad de que estas acciones desembocasen en una nueva guerra, como las que ocurrieron en 1991 y en 2020, con el objetivo de Bakú de recuperar totalmente el control sobre el enclave.
La situación ya era insostenible en Karabaj, a finales de diciembre, después de tres semanas de bloqueo:
Sin comida, luz ni trabajo en el Karabaj: se cumple un mes del bloqueo de Azerbaiyán
El Ministerio de Exteriores de la república de Nagorno Karabaj –conocida oficialmente como República de Artsaj– denuncia que "Azerbaiyán ha lanzado una ofensiva militar a gran escala" y agrega que la capital, Stepanakert, y otras ciudades "están siendo atacadas intensamente con artillería".
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Nagorno Karabaj denuncia en Twitter que "las Fuerzas Armadas han violado el alto el fuego en la línea de contacto con el uso de artillería".
El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, solicitó ayuda a las fuerzas rusas presentes en la zona. Rusia fue mediador en el acuerdo de alto al fuego entre los países en 2020 y desde entonces tiene fuerzas observadoras en el terreno, quienes han pedido que se evite un derramamiento de sangre entre las dos repúblicas exsoviéticas.
Pero Rusia no ayudó a los armenios contra Azerbaiyán
Ereván acusa a Moscú de conocer de antemano los planes de Bakú para lanzar esta operación relámpago e ignorar los requerimientos armenios para activar la alianza militar de la que ambos países forman parte, el Tratado de Seguridad Colectiva, del que no es miembro Azerbaiyán.
El Kremlin hizo oídos sordos a la petición de ayuda armenia y optó por dar un aviso contundente a los armenios por sus crecientes devaneos con Occidente.
El 11.09.2023 se habían iniciado en Armenia unas maniobras conjuntas con los norteamericanos. Unos 85 militares estadounidenses y 175 efectivos armenios compartieron algunos de los entrenamientos estándar para operaciones de pacificación de la OTAN, organización que ha incrementado sus relaciones con Armenia.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, había indicado que estos ejercicios y la decisión de Armenia de participar en actividades semejantes con fuerzas de seguridad y militares de Occidente requerían un "análisis muy profundo".
Solo hubo un aviso. La semana siguiente, el Kremlin convocó al embajador armenio en Moscú para manifestarle su preocupación por los "pasos inamistosos" que estaba dando su país.
El 19 de septiembre, un día antes del previsto punto final de las maniobras armenio-estadounidenses, el ejército azerbaiyano atacó Nagorno-Karabaj. El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, acusó a sus "socios rusos", aliados desde la caída de la URSS, de no alertar a su gobierno sobre los planes en marcha de Azerbaiyán.
Además, ese acercamiento de Armenia a los enemigos de una Rusia que está en guerra incluye que Armenia envió por primera vez ayuda humanitaria a Ucrania y que el Parlamento armenio estaba a punto de ratificar el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI). Ese paso obligaría a la justicia armenia a ordenar la detención del presidente ruso, Vladímir Putin, si aparece por Ereván. Putin tiene una orden de detención por la CPI por presuntos crímenes de guerra cometidos en Ucrania.
Y el mandato de las fuerzas de paz rusas en Nagorno Karabaj, integradas por 2.000 efectivos, termina en 2025.
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Ya en febrero de 2023 escribía Mourenza en El País:
El dilema de Armenia: ni con Rusia ni sin ella
Entre los armenios se extiende la voluntad de alejarse de la esfera de influencia rusa, dado que Moscú no ha acudido en su defensa frente a Azerbaiyán
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En apenas 24 horas el ejército azerbaiyano logró su objetivo de lo que denominó una "operación antiterrorista", en las que tomó casi un centenar de posiciones enemigas y nudos de comunicaciones.
Tras la demoledora operación relámpago lanzada el 19.09.2023 por el ejército azerbaiyano contra el Alto Karabaj, los armenios del enclave no han tenido otra posibilidad que la rendición y el desarme, aceptado también por sus protectores de Ereván y recomendado por Moscú.
Nagorno Karabaj capitula el 20.09.2023 tras la masiva operación militar relámpago de Azerbaiyán.
Mueren 200 personas durante la operación militar azerbaiyana en Nagorno Karabaj
La situación para Nagorno Karabaj era insostenible después de que el enemigo hubiera roto la víspera sus defensas en varios sectores mediante ataques masivos de su artillería y aviación.
"Nagorno Karabaj no tenía y no tiene recursos para defenderse ante Azerbaiyán. Los armenios del Karabaj debían combatir hasta el final o rendirse, y es evidente que optaron por la segunda opción para evitar su completa eliminación. Se puede decir que Azerbaiyán ha solucionado el problema del Karabaj", comentó a Efe Amirán Salukvadze, general de brigada georgiano.
Las autoridades de Nagorno Karabaj solicitan a Bakú el inicio de las negociaciones para poner fin a las hostilidades. "La parte karabají se dirige a Azerbaiyán con el llamamiento del cese inmediato de las hostilidades y el arreglo de la situación actual en la mesa de las negociaciones", recoge el comunicado del Centro de Información de Nagorno Karabaj.
Las autoridades de Nagorno Karabaj aceptan negociar la integración del enclave del Alto Karabaj en Azerbaiyán.
De esta forma, la autoproclamada república de Nagorno Karabaj firmó su propio acta de defunción tras 32 años de existencia, desde que proclamó su independencia en 1991, poco antes de la desintegración de la Unión Soviética.
Lo más doloroso para los karabajíes es que también se alcanzó un acuerdo "para la disolución y el desarme completo de las formaciones armadas" del Ejército de Nagorno Karabaj.
Al respecto, Bakú precisó que "las formaciones armadas armenias ilegales depondrán las armas, abandonarán las posiciones de combate y los puestos militares y se desarmarán por completo".
Además, las unidades de las Fuerzas Armadas armenias también abandonarán el territorio del enclave, aunque Armenia mantiene que desde 2021 no hay desplegadas tropas armenias en la zona.
El contingente de paz ruso garantizará la implementación de la retirada y la entrega de todas las armas y equipos pesados, que serán inmediatamente destruidos.
Según la oficina del Defensor del Pueblo karabají, más de 7.000 civiles ya han sido evacuados de "las zonas de peligro", mientras los pacificadores rusos hablan de 2.261 personas, de ellas 1.049 niños.
Las imágenes del aeropuerto de Stepanakert muestran este miércoles a miles de personas concentradas en sus instalaciones con la esperanza de abandonar urgentemente la región, donde viven unos 120.000 karabajíes, con destino a Armenia.
Las autoridades azerbaiyanas dijeron haber abierto corredores humanitarios para evacuar a los karabajíes interesados en refugiarse en el país vecino, cuyas autoridades han exigido a los pacificadores rusos que protejan a la minoría armenia.
En su momento, Azerbaiyán había conminado a los karabajíes a aceptar la ciudadanía azerbaiyana para seguir viviendo en dicha región, una línea roja para muchos armenios, ya que la enemistad entre ambos pueblos tiene raíces muy profundas.
El presidente del Consejo de la Unión Europea, Charles Michel, solicitó el miércoles [20.09.2023] al presidente azerbaiyano, Ilham Alíev, que su país garantice los derechos y la seguridad de los armenios que viven en la disputada región de Nagorno Karabaj (Alto Karabaj), donde ha llevado a cabo una ofensiva militar en las últimas horas.
El vicesecretario general adjunto de política exterior y seguridad de la OTAN, Javier Colomina, también emplazó este miércoles [20.09.2023] a Azerbaiyán y a las autoridades de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj a reanudar las conversaciones para lograr "un acuerdo integral" tras el cese de las hostilidades.
Azerbiayán recalcó la importancia del desarme de las unidades armadas del Alto Karabaj y, sobre todo, de la desintegración de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj.
Por su parte, los karabajíes destacaron la necesidad de continuar debatiendo la solución del conflicto "en una atmósfera pacífica" y expresaron su disposición a celebrar más reuniones en un futuro próximo.
La reunión del 21.09.2023, que duró dos horas, fue pactada la víspera a raíz del alto el fuego alcanzado el 20.09.2023 entre las dos partes 24 horas después de que Azerbaiyán iniciara el 19.09.2023 una campaña militar que arrasó con el grueso de las fuerzas armenias karabajíes del enclave del Alto Karabaj y les obligó a capitular.
Una de las principales preocupaciones que deberá ser zanjada en futuras conversaciones es la garantía de seguridad para los 120.000 armenios que viven en Nagorno Karabaj, en medio de temores a posibles "limpiezas étnicas" por parte de Azerbaiyán.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinián, anunció que Armenia se prepara para recibir a 40.000 familias de esta región, pero insistió en que "los armenios de Nagorno Karabaj deben tener derecho a vivir de forma digna y segura en su patria y sus casas".
Esa reunión del 21.09.2023 coincidió con el 32º aniversario de la declaración de independencia de Armenia, que celebra esta fecha con dolor y entre protestas de la oposición.
De momento, Azerbaiyán, que había bloqueado durante más de nueve meses el enclave, aceptó enviar a la zona combustible, comida y medicinas para paliar la grave situación humanitaria que vive el Karabaj creada por su bloqueo, y que desde el primer mes era insostenible para la población armenia del Alto Karabaj.
La población de Nagorno Karabaj está en peligro ante la escalada bélica. Por ello, las autoridades karabajís piden a la comunidad internacional que se asegure la "libre circulación" de personas y vehículos en el corredor de Lachín, paso que conecta Armenia con el Alto Karabaj y que fue bloqueado del lado azerí.
Las restricciones a la ayuda humanitaria han provocado la escasez de alimentos y el desplazamiento de miles de personas. Según denuncia Acción contra el Hambre, el cierre del corredor ha creado una crisis humanitaria que pone en grave riesgo a más de 120.000 personas. Un número que se espera que pueda ir en aumento si continúan los ataques contra la población y las limitaciones al acceso de la asistencia humanitaria.
Marcella Maxfield, directora regional de Acción contra el Hambre en el Cáucaso Sur, explica en un comunicado que muchas familias se han visto obligas a huir de Nagorno Karabaj y han tenido que rehacer sus vidas en Armenia.
"Los ataques perpetrados contra la población civil empeoran aún más una situación ya de por sí grave. El acceso es imperativo -ahora más que nunca- para garantizar que la ayuda humanitaria pueda llegar a las personas afectadas [...] Es urgente encontrar una solución duradera a este conflicto sin resolver para que la población de la región pueda empezar a vivir y prosperar en un entorno pacífico y seguro", denuncia Maxfield.
Un gran problema que ahora tienen los Gobiernos de Bakú y Ereván es el de coordinar la previsible desbandada de refugiados armenios que dejarán Nagorno Karabaj, su asentamiento en Armenia y la vuelta de los miles de azerbaiyanos que, desde que comenzó el conflicto, dejaron la región separatista.
Tras la guerra de 2020, la población de cerca de 120.000 armenios de Nagorno Karabaj había quedado prácticamente aislada, pues los azerbaiyanos cortaron el paso de Lachin, una carretera clave para el enlace con Armenia y la llegada de bienes básicos. Organizaciones internacionales de derechos humanos denunciaron ese bloqueo y la imposibilidad de acceder a la maltratada región con ayuda humanitaria.
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Azerbaiyán tiene ahora una oportunidad para dedicar muchos de los recursos que había empleado en el conflicto con Armenia en asegurar su papel de puente entre Turquía y algunos países del Golfo Pérsico con el Asia Central exsoviético, de manos de la cooperación energética.
También es un elemento de contención de la estrategia iraní en el Caspio. Las buenas relaciones entre Azerbaiyán e Israel son un creciente elemento de preocupación para Teherán. Cuando se desató la ofensiva azerbaiyana, el Gobierno iraní llegó a acusar a "los sionistas" de Tel Aviv de estar detrás de la operación y advirtió a los israelíes de que debían abstenerse de apoyar movimiento alguno de fronteras en la región.
El nuevo ímpetu de Azerbaiyán en la región llevará a acercar si cabe más a Irán con Rusia. La competencia por los recursos de la cuenca del Caspio nunca fue un motivo de fricción entre Moscú y Teherán; al contrario siempre cerraron filas ante los proyectos energéticos de Azerbaiyán, tras los que se veía la mano de Estados Unidos y Europa, como el oleoducto Bakú-Ceyhan.
El apoyo indirecto de Irán a Rusia en la guerra de Ucrania ha afianzado si cabe más esos lazos, aunque al tiempo ha atraído si cabe más el interés de Estados Unidos en la zona y ahora la orfandad de Armenia abre oportunidades que Washington no puede desaprovechar.
A Europa le interesaría mucho que una Armenia sin influencia rusa se llevara bien con Azerbaiyán para aumentar las rutas de transporte del gas y petróleo del Caspio hacia Occidente. La UE importa de Azerbaiyán más de 8.000 millones de metros cúbicos de gas al año, imprescindibles ahora que se ha perdido la mayor parte del suministro ruso por la guerra de Ucrania.
Pero la potencia que tiene más que decir en este Gran Juego del Cáucaso es Turquía, aliada de Azerbaiyán y posiblemente una de las razones por las que Rusia ha respaldado este acuerdo de paz que perjudica a sus antiguos aliados armenios.
El mismo día del ataque azerbaiyano a Nagorno Karabaj, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en su comparecencia ante la Asamblea General de Naciones Unidas, manifestó el apoyo de su país a los pasos dados por Azerbaiyán para proteger su integridad territorial. Las cartas empezaban a ponerse encima de la mesa.
Aunque los ciudadanos armenios se manifestaban contra el primer ministro Pashinyan y la pasividad de las fuerzas de paz rusas, en realidad Moscú movía sus cartas diplomáticas en la sombra para impedir una masacre y de paso contentar a los turcos, los últimos amigos que le quedan a Rusia en Europa.
Turquía, una potencia regional que negocia con todos y en última instancia juega para sí misma, es la última garantía que le queda a Rusia para abrir una mesa de negociaciones si las cosas se dan mal en la guerra de Ucrania.
Llegado el momento, serán los turcos sus interlocutores ante británicos y estadounidenses, y será el peso de Turquía en la geopolítica del Mar Negro, el Mediterráneo y Asia Central la que permita alcanzar un eventual acuerdo in extremis si es necesario pasar por encima de los propios intereses ucranianos. En ese caso, le habrá merecido la pena a Moscú sacrificar el peón armenio.
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Fuentes: PÚBLICO
Azerbaiyán inicia una nueva campaña militar en el enclave de Nagorno Karabaj
Vuelco geopolítico en el Cáucaso tras la reconquista azerbaiyana de Nagorno Karabaj
El plan de Azerbaiyán de cambiar el orden geopolítico del Cáucaso Sur le enfrenta a Irán