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Santa Marta en otra ocasión también hizo lo único importante

Es santa Marta la primera que hace lo único importante en la ocasión que nos presenta el evangelio del 29.07.2019 (Jn 11,19-38):

"Cuando Marta supo que había venido Jesús, le salió al encuentro, mientras María permanecía en casa".

Luego, trae san Juan la confesión de fe de santa Marta; una de más emocionantes.
Como preludio ya Marta insinúa la petición de que Jesús resucite a Lázaro y su fe en ello; y después, su grandioso acto en el que, junto con su fe, le expresa a Jesús que le quiere a Él más que a sus dones:

"Dijo Marta a Jesús:
«Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano. Pero aun ahora yo sé que cuanto pidas a Dios, Dios te lo concederá».

Le dice Jesús:
«Tu hermano resucitará».

Le respondió Marta:
«Ya sé que resucitará en la resurrección, el último día».

Jesús le respondió:
«Yo soy la resurrección El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?»

Le dice ella:
«Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que iba a venir al mundo».

San Juan reivindica a Marta y la hace quedar muy bien, como corresponde, en este evangelio de hoy. Pero también queda María a su gran altura habitual, porque en el trozo que sigue se ve que, cuando se entera de que ha llegado Jesús, también acude a Él a toda prisa, renunciando tambiém a seguir en su retiro doliente y a la observancia de su luto, en cuanto Marta

"fue a llamar a su hermana María y le dijo al oído:
«El Maestro está ahí y te llama».

Ella, en cuanto lo oyó, se levantó rapidamente, y se fue donde él.
Jesús todavía no había llegado al pueblo; sino que seguía en el lugar donde Marta lo había encontrado.
Los judíos que estaban con María en casa consolándola, al ver que se levantaba rápidamente y salía, la siguieron pensando que iba al sepulcro para llorar allí.

Cuando María llegó donde estaba Jesús, al verle, cayó a sus pies y le dijo:
«Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto».

Viéndola llorar Jesús y que también lloraban los judíos que la acompañaban, se conmovió interiormente, se turbó y dijo:
«¿Dónde lo habéis puesto?»
Le responden:
«Señor, ven y lo verás».

Jesús se echó a llorar.

Los judíos entonces decían:
«Mirad cómo le quería».
Pero algunos de ellos dijeron:
«Este, que abrió los ojos del ciego, ¿no podía haber hecho que éste no muriera?»

Entonces Jesús se conmovió de nuevo en su interior y fue al sepulcro".
(Jn 11,19-38).

En vez de tener preocupaciones, expresarle amor a Jesús