Aportaciones urgentes a la teología de la historia....Artículos....Textos....INDEX.
La Puerta Dorada de Jerusalén
La Puerta Dorada de Jerusalén. También llamada Puerta de la
Misericordia o Puerta Oriental, este acceso se
ubica en la muralla occidental del Monte del Templo. A pesar de
llevar varios siglos tapiada, todavía se dice
que está a la espera de un milagro para que vuelva a
abrirse cuando el Mesías regrese y resuciten los muertos. La
puerta es original del siglo V y permaneció en uso hasta 1541,
cuando el sultán Solimán el Magnífico ordenó
tapiarla. Según la tradición judía, la Puerta Dorada
solo se abrirá cuando llegue el Mesías, que entrará en
Jerusalén atravesando esta puerta.En tiempos de Jesús,
una puerta anterior a la Puerta Dorada, llamada Puerta de Susa,
se usaba para rituales. La tradición cristiana dice que
Jesús entró a Jerusalén por la Puerta de la Misericordia el
Domingo de Ramos.
P. de Jaffa, Puerta de Sion, P. del
Estiércol o de la Basura, P. Dorada, P. de los
Leones o de San Esteban, P. de Herodes, P. de Damasco, P. Nueva
Jerusalén está rodeada por una muralla histórica construida durante el siglo XVI por orden del sultán otomano Solimán el Magnífico. Esta muralla, que abarca unos 4 kilómetros, tiene ocho puertas principales
Esto dice el Señor Dios: «El pórtico oriental
del atrio interior estará cerrado los días de trabajo. Estará
abierto los sábados y el día de luna nueva. El
príncipe entrará desde fuera por el vestíbulo del pórtico
exterior, y se quedará junto a las jambas de la puerta. Los
sacerdotes ofrecerán entonces los holocaustos y los sacrificios
de comunión del príncipe; este se postrará sobre el
umbral del pórtico y volverá a salir. El pórtico
quedará abierto hasta el atardecer.También la gente del pueblo
se postrará delante del Señor a la entrada del pórtico los
sábados y los días de luna nueva. Los sábados,
el príncipe ofrecerá al Señor el holocausto de seis corderos y
un carnero sin defecto, una ofrenda vegetal de cuarenta y cinco
kilos de cereal por el carnero, y por los corderos una ofrenda a
discreción, y siete litros y medio de aceite. En el día
de luna nueva ofrecerá un novillo del ganado sin
defecto, seis corderos y un carnero sin defecto, cuarenta y cinco
kilos de cereal junto con el novillo y otros cuarenta y cinco por
el carnero, como ofrenda vegetal. Por los corderos, lo que pueda,
y siete litros y medio de aceite, por cada cuarenta y cinco kilos.
El príncipe deberá entrar y salir por el vestíbulo del
pórtico. Cuando la gente del pueblo se presente delante del
Señor durante las fiestas para adorarlo, los
que entren por el pórtico septentrional saldrán por el pórtico
meridional, y los que entren por el pórtico meridional saldrán
por el pórtico septentrional. No saldrán por el pórtico por el
que entraron, sino por el de enfrente. El príncipe entrará y
saldrá en medio de ellos. En las fiestas y en las
solemnidades habrá una ofrenda vegetal de cuarenta y
cinco kilos por cada novillo y por cada carnero, y siete litros y
medio de aceite. Por los corderos, una ofrenda a discreción.
Cuando el príncipe haga una ofrenda voluntaria al Señor, sea
holocausto o sacrificio de comunión, se le abrirá la
puerta oriental y ofrecerá su holocausto o su
sacrificio de comunión como lo hace el sábado. Cuando haya
salido se cerrará el pórtico. Cada mañana ofrecerá como
holocausto al Señor un cordero de un año, sin defecto. Cada
mañana ofrecerá junto con él ocho kilos de cereales y dos
litros y medio de aceite para amasar la harina. Esta ofrenda para
el Señor se hará siempre, es un precepto definitivo. Se
ofrecerá cada mañana el cordero, la ofrenda vegetal y el aceite,
como holocausto perpetuo, siempre». Esto dice el Señor Dios:
«Si el príncipe hace una donación a uno de sus hijos, esta
donación pasa al patrimonio de sus hijos y es parte de los
bienes hereditarios. Pero si hace una donación de su propiedad a
uno de sus siervos, esta pertenecerá al siervo solamente hasta
el año jubilar y retornará luego al príncipe. La heredad será
solo para sus hijos. El príncipe no tomará nada de la heredad
del pueblo, despojándolos de su propiedad. Solamente a partir de
su propiedad personal podrá constituir el patrimonio de sus
hijos, para que nadie en mi pueblo sea despojado de su
posesión». Después el hombre me hizo pasar, por la entrada que
está al lado del pórtico, a las cámaras sagradas que miran
hacia el norte, destinadas a los sacerdotes. Al fondo vi un
espacio por el lado oriental. Me dijo: «Este es el lugar donde
los sacerdotes cocerán las víctimas de los sacrificios por la
culpa y por los pecados y prepararán las ofrendas vegetales, sin
sacarlas al atrio exterior. Así el pueblo no entrará en
contacto con lo sagrado». Luego me hizo salir al atrio exterior
y recorrer sus cuatro ángulos. En cada ángulo había un patio
pequeño, los cuatro de la misma dimensión: veinte metros de
largo por quince de ancho. Estaban cerrados por una pared, en
cuya parte inferior había. unos hornos. Y me dijo: «Estos son
los hornos donde los servidores del templo cocerán los
sacrificios del pueblo».
(Ez 46, 1-24)