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La plenitud terrena del Reino de Dios en la historia de la teología, tesis doctoral de Javier Pueyo

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Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplan mi gloria (Jn 17,24)

 

En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar.
Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros (Jn 14,2-3).

 

Os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré ... Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. (Jn 16,7;13)

 

El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho (Jn 14,26).

 

 

Vendrán todas las naciones a postrarse ante ti, y a dar, Señor, gloria a tu nombre
(Sal 86,9; Ap 15,4)

 

Y vi también como un mar de cristal mezclado de fuego,
y a los que habían triunfado de la Bestia y de su imagen y de la cifra de su nombre,
de pie junto al mar de cristal, llevando las cítaras de Dios.
Y cantan el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo:

«Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios Todopoderoso; justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de las naciones!
¿Quién no temerá, Señor, y no glorificará tu nombre?
Porque sólo tú eres santo,
y todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, [Sal 86,9]
porque han quedado de manifiesto tus justos designios».
(Ap 15,2-4)

 

«Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda».
(Mt 25,31-33)

Habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección de los muertos. Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo. Pero cada cual en su rango: Cristo como primicias; luego los de Cristo en su Venida. Luego, el fin, cuando entregue a Dios Padre el Reino, después de haber destruido todo Principado, Dominación y Potestad.
Porque debe Él reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo en ser destruido será la Muerte.
(1Cor 15,21-26. Biblia de Jerusalén)

Yo mismo apacentaré mis ovejas y las haré reposar - oráculo del Señor Dios -.
Buscaré la oveja perdida, recogeré a las descarriada; vendaré a las heridas; fortaleceré a la enferma; pero a la que está fuerte y robusta la guardaré: la apacentaré con justicia».

(Ez 34,15-16)

Yo me suscitaré un sacerdote fiel, que obre según mi corazón y mis deseos, le edificaré una casa permanente y caminará siempre en presencia de mi ungido.
(1 Sam 2,35)

«Como relámpago fulgurante que brilla de un extremo a otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su Día... el Día en que el Hijo del hombre se manifieste».
(Lc 17, 24;30)

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«Si alguien, de palabra o con hechos, se aleja de la fe y de la vida católica, y si no se enmienda, sea expulsado totalmente de nuestra fraternidad».
(San Francisco de Asís)

San Francisco de Asís:

(Textos citados por Jorge Soley en su muy buen artículo: Desvelando al verdadero San Francisco de Asís, publicado en InfoCatólica el 1.02.2019)

«No debemos desear nada más, ni querer nada más, ni en nada más encontrar placer y deleite, sino en nuestro Creador, Redentor y Salvador, el único Dios verdadero, que es el sumo bien, y todo bien, y el único que es bueno».
(Regla).

«Si alguien, de palabra o con hechos, se aleja de la fe y de la vida católica, y si no se enmienda, sea expulsado totalmente de nuestra fraternidad».
(Primera Regla).

«Los que aman las tinieblas más que la luz, negándose a observar los Mandamientos de Dios, son maldecidos por Él […]. En cualquier lugar, tiempo y manera en que el hombre muere en pecado mortal, el diablo […] le arranca el alma del cuerpo, causándole tal angustia y tribulación que nadie puede entenderlo si no lo ha sufrido […]. Así, el pecador pierde su alma y su cuerpo en su breve vida y termina en el infierno donde es atormentado eternamente».
(Segunda carta a los fieles).

Anunciar la palabra de Dios, para que [los incrédulos] pueden creer en Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, creador de todas las cosas, y en su Hijo Redentor y Salvador, a fin de que sean bautizados y convertido en cristianos, porque quien no nazca de nuevo por el agua y el Espíritu Santo no podrá entrar en el Reino de Dios”.
(Regla).

Hay que desear no tanto la salvación del cuerpo como la de las almas“. “La ley de Cristo, que se cumple en el amor, nos obliga a procurar la salvación de las almas más que la del cuerpo”.

«Cuando es Navidad, ¡no hay abstinencia que valga! Y si las paredes pudieran comer carne, ¡habría que dársela también a ellas!»

No es lícito tomar las cosas de otros o distribuir a los necesitados la propiedad de otros“.

"Los hermanos no lleven armas ofensivas, sino para defender a la Iglesia Romana, a la fe cristiana o a su tierra natal, o con el permiso de sus ministros“.
(Primera Regla).

Texto que el Papa emérito BXVI entregó a la Pontificia Universidad Urbaniana el 21 de octubre de 2014, con ocasión de la inauguración del "Aula Benedicto XVI" en la misma, y que fue leído por Mons. Georg Gänswein:

"¿Pero todavía sirve (la tarea misionera)? Se preguntan muchos hoy dentro y fuera de la Iglesia ¿de verdad la misión sigue siendo algo de actualidad? ¿No sería más apropiado encontrarse en el diálogo entre las religiones y servir junto las causa de la paz en el mundo? La contra-pregunta es: ¿El diálogo puede sustituir a la misión? Hoy muchos, en efecto, son de la idea de que las religiones deberían respetarse y, en el diálogo entre ellos, hacerse una fuerza común de paz. En este modo de pensar, la mayoría de las veces se presupone que las distintas religiones sean una variante de una única y misma realidad, que ‘religión’ sea un género común que asume formas diferentes según las diferentes culturas, pero que expresa una misma realidad. La cuestión de la verdad, que al comienzo movió a los cristianos más que a todos los demás, es aquí puesta entre paréntesis. Se presupone que la auténtica verdad sobre Dios, en último término, es inalcanzable y que, como mucho, lo que es inefable sólo puede hacerse presente con una variedad de símbolos. Esta renuncia a la verdad parece realista y útil para la paz entre las religiones del mundo. Y, sin embargo, es letal para la fe. En efecto, la fe pierde su carácter vinculante y su seriedad si todo se reduce a símbolos intercambiables en el fondo, capaces de remitirse sólo de lejos al inaccesible misterio de lo divino".

Santo Tomás de Aquino enseña que «muy bien puede fundarse una Orden religiosa para la vida militar, no con un fin temporal, sino para la defensa del culto divino, de la salud pública o de los pobres y oprimidos» (STh II-II, 188, 3).

Justo lo que hizo san Raimundo de Fitero al frente de sus cistercienses al fundar la Orden de Calatrava:
San Raimundo de Fitero abad fundó la Orden Militar de Calatrava y la encabezó al principio dándole la regla del Císter

Lo que concuerda con lo que prescribe san Francisco de Asís a sus frailes menores:

"Los hermanos no lleven armas ofensivas, sino para defender a la Iglesia Romana, a la fe cristiana o a su tierra natal, o con el permiso de sus ministros“.
(San Francisco de Asís, Primera Regla).

Y aclara santo Tomás de Aquino:

"Si alguno no reclama lo que es de otros cuando debe hacerlo, peca, ya que el hombre hace bien en dar lo suyo, pero no lo ajeno, y mucho menos debe descuidar las cosas del Señor, ya que, como dice San Juan Crisóstomo en Super Mt., es una gran impiedad no preocuparse por las injurias contra Dios” (STh, II-II, q. 188, a. 3, ad 1um).


"Tiene que derrumbarse necesariamente todo lo que no se apoya sobre la única piedra angular, que es Jesucristo".
(Pío XI, Encíclica
Divini Redemptoris de 19 de marzo de 1937, nº. 38).

«Hermanos y hermanas, hoy estamos delante de una manifestación del mal, descarada, agresiva y destructiva. Detrás y dentro de esto está el espíritu del mal que en su orgullo y en su soberbia se siente el señor del mundo y piensa que ha vencido. Esto quisiera decíroslo con la autoridad de hermano y de padre, ciertamente pequeño y pecador, pero que es el pastor de la Iglesia que preside en la caridad: en estos casos dolorosos veo la mano del mal que no perdona ni siquiera la inocencia de los pequeños».
(Papa Francisco, La protección de los menores en la Iglesia, 24 de febrero de 2019).

La Iglesia tiene el coraje de una madre que siente del deber de defender a los propios hijos de los peligros que derivan de la presencia de Satanás en el mundo, para llevarlos al encuentro con Jesús.
Una madre siempre defiende a sus hijos. Esta defensa consiste también en exhortar a la vigilancia: vigilar contra el engaño y la seducción del maligno. Porque si bien Dios ha vencido a Satanás, éste vuelve siempre con sus tentaciones; nosotros lo sabemos, todos nosotros somos tentados y hemos sido tentados.
Depende de nosotros no ser ingenuos. Él viene y ´como león rugiente gira buscando a quien devorar´. Y nosotros no tenemos que ser ingenuos, sino vigilar y resistir firmes en la fe. Resistir con los consejos de la madre, resistir con la ayuda de la Madre Iglesia, que como buena madre acompaña a sus hijos en los momentos difíciles.La Iglesia tiene el coraje de una madre que siente del deber de defender a los propios hijos de los peligros que derivan de la presencia de Satanás en el mundo, para llevarlos al encuentro con Jesús.
Una madre siempre defiende a sus hijos. Esta defensa consiste también en exhortar a la vigilancia: vigilar contra el engaño y la seducción del maligno. Porque si bien Dios ha vencido a Satanás, éste vuelve siempre con sus tentaciones; nosotros lo sabemos, todos nosotros somos tentados y hemos sido tentados.
(Papa Francisco, Audiencia General, miércoles, 3-09-2014).

El Papa Francisco en Ecuador:

"Le pregunté a Jesús varias veces en la oración qué tiene este pueblo de distinto. Esta mañana, orando, se me impuso: aquella consagración al Sagrado Corazón.

Pienso que se lo debo decir, como un mensaje de Jesús. Todo esto de riqueza que tienen ustedes, de riqueza espiritual, de piedad, de profundidad, viene de haber tenido la valentía -porque fueron momentos muy difíciles-, la valentía de consagrar la Nación al Corazón de Cristo, ese Corazón Divino y humano que nos quiere tanto. Y yo los noto un poco con eso, divinos y humanos. Seguro que son pecadores, yo también, pero… pero el Señor perdona todo y… ¡Custodien eso!

Y después, pocos años después, la consagración al corazón de María. No olviden: esa consagración es un hito en la historia del pueblo de Ecuador y de esa consagración siento como que le viene esa gracia que tienen ustedes, esa piedad, esa cosa que los hace distintos" (Francisco, el 8 de julio de 2015 en el Santuario nacional mariano de El Quinche de Ecuador).

Santuario nacional mariano de El Quinche, Ecuador

La verdadera y perfecta alegría según san Francisco de Asís

La ley de Cristo, que se cumple en el amor, nos obliga a procurar la salvación de las almas más que la del cuerpo”.
San Francisco de Asís

Los judíos no son responsables colectivamente de la muerte de Jesús (Catecismo de la Iglesia Católica de 1992, 597-598)
"Eres tú quien lo has crucificado y lo sigues crucificando todavía, deleitándote en los vicios y en los pecados", decía en la Edad Media san Francisco de Asís, como siempre nos han dicho los buenos pastores.
(S. Francisco de Asís, Admonitio, 5, 3).

Cristiano es mi nombre, y católico mi apellido (Christianus mihi nomen est; catholicus vero cognomen). El primero me denomina, mientras que el otro me instituye específicamente. De esta manera he sido identificado y registrado… Cuando somos llamados católicos, es por esta forma, que nuestro pueblo se mantiene alejado de cualquier nombre herético”
(San Paciano, obispo de Barcelona: Carta a Semproniano, hacia el año 375).

 

Antinatalidad y eutanasia

"Los padres devorarán a sus hijos, en medio de ti, y los hijos devorarán a sus padres" (Ez 5,10).

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Por eso la conversión tras la segunda venida de Cristo será no sólo de los hijos a los padres, sino también de los padres a los hijos:

He aquí que yo os envío al profeta Elías antes que llegue el Día de Yahveh, grande y terrible.
Él hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres; no sea que venga yo a herir la tierra de anatema (Za 3, 23-24).

 

 

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Cuerpo glorioso

Somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo.
Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de Su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. (Fil 3,20-21 Bibl CEE. Lectura de la misa del 6.11.2020)

En la resurrección de los muertos: se siembra corrupción, resucita incorrupción; se siembra vileza, resucita gloria; se siembra debilidad, resucita fortaleza;
se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Pues si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual. En efecto, así es como dice la Escritura (Gn 2,7): Fue hecho el primer hombre, Adán, alma viviente; el último Adán, espíritu que da vida.
Mas no es lo espiritual lo que primero aparece, sino lo natural; luego, lo espiritual.
El primer hombre, salido de la tierra, es terreno; el segundo, viene del cielo. Como el hombre terreno, así son los hombres terrenos; como el celeste, así serán los celestes. Y del mismo modo que hemos llevado la imagen del hombre terreno, llevaremos también la imagen del celeste.
Os digo esto, hermanos: La carne y la sangre no pueden heredar el Reino de los cielos: ni la corrupción hereda la incorrupción.
¡Mirad! Os revelo un misterio: No moriremos todos, mas todos seremos transformados. En un instante, en un pestañear de ojos, al toque de la trompeta final, pues sonará la trompeta, los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados.
En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad.
Y cuando este ser corruptible se revista de incorruptibilidad y este ser mortal se revista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita (Is 25,8): La muerte ha sido devorada en la victoria.
(1Co 15, 42-54)

Iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado.
Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran.
El les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?» Ellos se pararon con aire entristecido.
Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?»
El les dijo: «¿Qué cosas?»

(...)

...cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando.
Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado.
Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?»
Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos, que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!»
Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros»...
(Lc 24, 13-19; 30-36)

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El Verbo se hizo carne (Jn 1, 14).

Jesús en Cafarnaum: “El espíritu es el que hace vivir, la carne no aprovecha nada” (Jn 6, 63).

San Pablo: “completo en mi carne lo que falta de las tribulaciones de Cristo, por el bien de su Cuerpo, que es la Iglesia” (Col 1, 24).

“Esperábamos la paz y este bien no vino, el tiempo de la curación, y he aquí el horror, el tiempo de la restauración, y he aquí a todos turbados. Esperábamos la luz, y he aquí las tinieblas… y la justicia, y no viene, la salud, y se ha alejado de nosotros” (Jer 8, 15).

Nuestro Señor a santa Margarita en la Gran Revelación (1675): “Mira este Corazón que tanto ha amado a los hombres que no ha ahorrado nada hasta agotarse y consumirse por manifestar su amor”.

“La naturaleza humana de Cristo pertenece propiamente a la Persona Divina del Hijo de Dios que la ha asumido. Todo lo que es y hace en ella proviene de uno de la Trinidad... Así, en su alma como en su cuerpo, Cristo expresa humanamente los comportamientos divinos de la Trinidad” (CEC 470)

“la verdad del simbolismo natural, que relaciona al Corazón físico de Jesús con la persona del Verbo, descansa toda ella en la verdad primaria de la unión hipostática” (HA 59)

“nos amó con corazón de hombre” (Concilio Vaticano II, GS 22).

La devoción Sagrado Corazón es “la síntesis de toda religión y la norma de vida más perfecta” (Pío XI, Misserentisimus R 3).

San Ireneo: "Gloria Dei homo vivens"

Santo Tomás de Aquino: "Si Dios no fuese todo el bien del hombre no habría motivo para amarlo"

Lucas Pablo Prieto:

Por el Espíritu Santo la Iglesia va creciendo en la comprensión de la verdad (cf. Jn 16, 13)

"id " en el Corazón de Jesús está implicado todo el amor redentor del Verbo y de toda la Trinidad

"id" Toda la providencia de Dios se ordena a la comunicación del Espíritu Santo...es por el Sagrado Corazón por lo que nos llega. San Juan lo afirma explícitamente:

“Como dijo la Escritura, «de su corazón brotarán ríos de agua viva». [Jesús] dijo esto a propósito del Espíritu que recibirían los que creyeran en él; pues todavía no había [sido dado el] Espíritu, porque Jesús no había sido aún glorificado” (Jn 7, 38-39).

... el Corazón de Jesús es la fuente absoluta de todo bien sobrenatural porque el amor redentor del Verbo humanado es toda la razón de que nos sea comunicado.

San Luis María Grignon de Montfort: "Cómo y cuándo quién lo sabe, pero yo bien sé que reinará de una forma muy distinta a la que dicen los escrituristas".

San Agustín: vuelta de Elías, conversión de los judíos, persecución del anticristo, actuación de Cristo como juez, resurrección de los muertos y separación de buenos y malos (CD XX, 30)

Santa Teresita desde la gracia de Navidad. “Desde aquella noche bendita ya no conocí la derrota en ningún combate, sino que, al contrario, fui de victoria en victoria y comencé, por así decirlo, una carrera de gigantes” (Ms A 44v).

Santa Teresita se ofreció para lo que Dios anhela y nos mendiga, que es que queramos lo que ansía darnos que es su amor, que es Él mismo, dársenos Él mismo, se ofreció como víctima de su amor: “¡Jesús mío!, que sea yo esa víctima dichosa. ¡Consume tu holocausto con el fuego de tu divino amor!” (Ms A 84r).

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Enciclopedia filosófica on line: http://www.philosophica.info/index.html

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  1. Corpus thomisticum

http://www.corpusthomisticum.org/

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"El bien en cuanto tal es difusivo" (SEUDODIONISIO AEROPAGITA, De Divinis Nominibus, IV, 1: PG 3, 693B)
(Santo Tomás, Cont. Gent. I, c.37. Summa Theol., 1, q.20, a.1 ad 3; Ibíd., q.60, a.3, ad 2; 1-2, q.28, a.1 sed contra; In III Sent., d.27, q.1, a.1).

“Aunque el sentido propio del término difundir parece implicar la operación de la causa eficiente, sin embargo, en un sentido lato puede entrañar la referencia a cualquier causa, así como influir, hacer y otros términos semejantes. Así, pues, cuando se dice que el bien es difusivo según su concepto propio, no debe entenderse la efusión en cuanto implica la operación de la causa eficiente, sino en cuanto implica la referencia a la causa final, y tal difusión no requiere de ninguna potencia sobreañadida al ente. Y el bien supone capacidad difusiva a modo de causa final y no como causa agente, ya sea porque el agente, en cuanto es tal, no es la medida y perfección de la cosa, sino su inicio, ya sea porque el efecto participa de la causa agente sólo en cuanto a la asimilación de la forma, en cambio la cosa alcanza el fin según todo su ser, y en esto consistía la razón de bien”. (Santo Tomás, De Verit., q.21, a.1 ad 4).

San Juan Pablo II, en la Constitución apostólica Scripturarum thesaurus, promulgó en 1979 la edición típica llamada Neovulgata (25 abril 1979; AS 71 (1979), 557-559)

El Concilio de Trento estableció el carácter «auténtico» de la Vulgata en el decreto Insuper (DS 1506)

“Curad a los enfermos” (Lc 10, 9)

 

«Esperábamos la paz, y este bien no vino; el tiempo de la curación, y he aquí el terror» [Jer 8,15 y Jer 14,19].

 

Benedicto XV (6 de enero de 1921) escribió una bellísima encíclica, «Sacra propediem» con ocasión del VII Centenario de la Fundación de la Tercera Orden Franciscana. En que exhorta a abrazar con mucho fervor esta Tercera Orden.
Benedicto XV tenía conocimiento de que algunos deformaban la realidad del Santo de Asís, y en esta parte dice:
«2. Verdadero espíritu de san Francisco. Ante todo conviene que cada cual fije sus ojos en los verdaderos rasgos del espíritu de san Francisco; pues el hombre de Asís que nos pintan algunos en nuestros días, pergeñado en el estudio de los modernistas, como poco afecto a esta cátedra apostólica, y como dechado de cierta vana y etérea religiosidad, ese tal no puede llamarse Francisco, ni santo».

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el 16 de junio de 1875 Pío IX consagró el orbe católico al Sagrado Corazón de Jesús

el 11 de junio de 1899 León XIII consagró a todo el género humano al Sagrado Corazón de Jesús

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Él y yo, 1230. 5 de abril de 1942. Pascuas. Jesús a G B:
"Yo resucité para vosotros. No para Mi sola Gloria, sino para
que todos vosotros creyerais y esperarais vuestra propia resurrección.
https://www.religionenlibertad.com/estoy_a_la_puerta_y_llamo/8949929/Habla-como-Yo-en-la-humildad.html

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De la primera Regla de San Francisco:

[Cap. XVI: De los que van entre sarracenos y otros infieles]
Entre otras cosas, cuando el creyente tiene ya el permiso, debe anunciar a Cristo, sin necesidad de entrar en litigio ni contiendas, y enseña también:

«Un modo consiste en que no entablen litigios ni contiendas, sino que estén sometidos a toda humana criatura por Dios (1 Pe 2,13) y confiesen que son cristianos. El otro modo consiste en que, cuando vean que agrada al Señor, anuncien la palabra de Dios, para que crean en Dios omnipotente, Padre e Hijo y Espíritu Santo, creador de todas las cosas, y en el Hijo, redentor y salvador, y para que se bauticen y hagan cristianos, porque el que no vuelva a nacer del agua y del Espíritu Santo, no puede entrar en el reino de Dios (cf. Jn 3,5), (6-7)».

El sacerdote Ignacio Larrañaga, fallecido en octubre del 2013, en “El hermano de Asís”, dice sobre el debate que hubo en la Roma pontificia cuando Francisco solicitaba la aprobación del Papa Inocencio III de la Regla que había elaborado para su orden:

En esto se puso de pie la venerable figura del cardenal de San Pablo, y dijo:

"Hermanos del Sacro Colegio Cardenalicio. Me complace veros juzgar fríamente. Considero que es deber vuestro atajar fantasías artificiales. Tenemos que ser consecuentes y no cortar nunca el lazo de la coherencia. Si Sus Eminencias opinan que no se debe aprobar esta forma de vida por ser imposible de practicar, yo les pregunto: ¿qué otra cosa propone este Pobrecito de Dios sino cumplir al pie de la letra e íntegramente el Evangelio del Señor Jesús? Si este programa es impracticable —continuó—, entonces, ¡seamos consecuentes!, el Evangelio mismo es también utopía y su autor un fantaseador. Ahora, si el Evangelio es imposible, ¿qué sentido tiene la Iglesia? ¿Qué significa y para qué vale el Colegio Cardenalicio y el Papa mismo? ¿Y qué hacemos nosotros aquí? Concluyamos: Todos nosotros somos unos impostores".

Un rayo caído en medio no hubiese causado tanto efecto. Los cardenales quedaron en silencio y mirando al suelo. Era obvio; en adelante, el que levantara la voz para impugnar aquella Regla, era un embaucador. Ni el dialéctico más audaz podría tomar en sus manos aquella brasa ardiente. El debate mismo quedaba abortado. Lo único que cabía era levantar la sesión.

«Si alguien, de palabra o con hechos, se aleja de la fe y de la vida católica, y si no se enmienda, sea expulsado totalmente de nuestra fraternidad»
(San Francisco de Asís)

Explica Newman que las tentaciones que surgen de nuestra naturaleza, son aprovechadas por el demonio, para que sus incitaciones al mal sean recibidas como de manera connatural. «Satanás tienta a través de la naturaleza (humana) y no contra ella», También incrementan estas tentaciones nuestros anteriores pecados cometidos por ellas. Más concretamente: «los hábitos de pecado que añadimos a nuestra mala naturaleza antes de volvernos a Dios. He aquí otra fuente de corrupción. En lugar de purgar los elementos malos dentro de nosotros quizá hemos consentido en ellos durante años, y es seguro que han dado sus frutos de muerte. Así pues, el pecado de Adán crece y se multiplica en nosotros».
John Henry Newman, Sermones parroquiales, Madrid, Ediciones Encuentro, p. 2007, vol. I, serm. 7, pp. 108-118, p. 113

«pecado inadvertido, inevitable, resultado de anteriores transgresiones, sale aún de nuestros corazones todos los días con sólo actuar y pensar. Así mediante los pecados de juventud, el poder de la carne se ejerce sobre nosotros como una segunda naturaleza, creadora de pecado, que ayuda a la malicia del demonio» (ib. p. 113-114)

 

https://www.proyectoemaus.com/sobre-la-venida-del-anticristo-y-el-katejon/

https://www.letraslibres.com/mexico-espana/libros/contrarrevolucion-o-resistencia-la-teoria-politica-carl-schmitt-carmelo-jimenez-segado

https://lecturasdenuestrotiempo.files.wordpress.com/2018/07/ldnt-iii-katecc81chon-eschatocc81n-y-ecc81tica.pdf

https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/4966/1/JOSE%20MARIA%20MONFORTE.pdf

 

Forment, E. IX. Las mociones divinas

http://www.sotodelamarina.com/2015/01/Q2/20150116sapientia_christiana.htm

Forment, E. (1997).  Cómo acceder a la Verdad: Ciencia - Naturaleza - Conciencia. Espíritu, XLV (115),  33-59

ARISTÓTELES: “el bien humano viene a ser la actividad del alma conforme a la virtud” (Ética a Nicómaco I, 7, 1098a 12-16).

 

«la gracia no anula la naturaleza, sino que la perfecciona» (SANTO TOMÁS, Summa Theologiae. I, q. 1, a. 8, ad. 2)

«Como dice San Agustín en De doctrina christiana, 2, c. 40, "si acaso los llamados filósofos han dicho alguna verdad en armonía con nuestra fe, debemos reivindicarla para nuestro uso, como a injustos poseedores, Y por esto, San Agustín, imbuído de las doctrinas de los platónicos, recogió cuanto en ellas halló conforme con la fe y corrigió lo que era contrario a ella».
(SANTO TOMÁS, Summa Theologíae, l, q. 84, a. 5)

Etienne Gilson: la filosofía de Santo Tomás «permanece perpetuamente abierta al futuro» por su doctrina del ser, que contiene como en germen todas las otras cuestiones: el ente es "lo que tiene ser" y el ser es el acto primero y perfección suprema participado por los entes creados

Dios es máximamente cognoscible en Sí, pero no lo es para nosotros. Nuestro entendimiento se halla con relación a Dios como el ojo del murciélago respecto al sol.
(Santo Tomás, Summa contra gentes, libro I , Cap. 3; Aristóteles, II libro de la Metafísica, 993b9-12).

Definición clásica de persona de Boecio: «substancia individual de naturaleza racional».
(BOECIO,  la persona y las dos naturalezas, c.3)

«Persona es el subsistente distinto en naturaleza racional».
(Santo Tomás de Aquino, Cuestiones disputadas sobre la Potencia de Dios, q. 9, a. 4, in c.)

 

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1892, Encíclica Inter gravissimas, publicada en francés como Au milieu des sollicitudes.

el Ralliement está expresado a partir del parráfo n. 15 del texto. Allí se afirma que si bien en Francia se han sucedido en el siglo XIX imperio, monarquía y república, cualquiera de estas formas de gobierno «es buena siempre que tienda rectamente a su fin, es decir, al bien común para el cual fue instituida la autoridad social». En virtud de este principio –continúa- los católicos como cualquier ciudadano son libres de preferir una u otra forma de gobierno, ya que no se oponen a las exigencias de la sana razón ni a las máximas de la doctrina católica.

 

Cada una de las formas de gobierno es buena en sí misma, y la adopción de una u otra en una nación procede del conjunto de circunstancias históricas o nacionales, pero siempre humanas, que engendran y hacen surgir en los pueblos sus leyes tradicionales y hasta fundamentales, y estas son las que determinan la forma particular de gobierno.

La expresión concreta del Ralliement se encuentra en el n. 17: «Todos los ciudadanos tienen el deber de aceptar tales formas de gobierno, y no intentar nada para destruirlas o modificarlas». Más adelante añade: «De esta suerte se explica por sí misma la sabiduría con que procede la Iglesia al conservar relaciones con los numerosos gobiernos que en menos de un siglo ha tenido Francia, siempre con violentas y hondas conmociones. Semejante proceder es la línea de conducta más segura y saludable para todos los franceses en sus relaciones civiles con la república, que es el actual gobierno de su patria»

 

«los verdaderos derechos del hombre nacen precisamente de sus deberes para con Dios»

Pío XI, sucesor de Benedicto XV , en una carta de septiembre de 1926, aprobó la intervención del cardenal de Burdeos, y finalmente resolvió la polémica dando la razón a los adversarios de la Acción Francesa.

 

En la alocución consistorial del 20 de diciembre de 1926, el Papa decía:

«En ningún caso está permitido a los católicos adherir a las iniciativas y la escuela de aquellos que colocan los intereses de partido por encima de la religión y quieren poner a esta al servicio de lo primero. Tampoco está permitido exponer a los demás, y en especial a los jóvenes a influencias o doctrinas que constituyen un peligro para la integridad de la fe y las costumbres y para la formación católica de la juventud».

 

El 31 de diciembre de 1926 se publicó el decreto de la Congregación del Santo Oficio condenando varias obras de Maurras. Se difundía finalmente la decisión que Pío X había retenido, aunque se añadían otros dos libros de Maurras: Si le coup de force est possible y La Politique religieuse

 

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«Yo les daré celos con un pueblo que no es pueblo,
con una nación fatua los irritaré» (Dt 32, 21).

"Como dice también en Óseas (2,25): «Llamaré pueblo mío al que no es mi pueblo: y amada mía a la que no es mi amada»" (Rom 9,25).

"Pregunto: ¿Es que Israel no comprendió? Moisés es el primero en decir: «Os volveré celosos de una que no es nación; contra una nación estúpida os enfureceré» (Dt 32, 21).
Isaías, a su vez, se atreve a decir: «Fui hallado de quienes no me buscaban; me manifesté a quienes no preguntaban por mi» (Is 65,1).
Mas a Israel dice: «Todo el día extendí mis manos hacia un pueblo incrédulo y rebelde» (Is 65,2).
(Rom 10,19-21)

Israel no consiguió lo que buscaba; mientras lo consiguieron los elegidos. Los demás se endurecieron.
(Rom 11,7).

Y pregunto yo: ¿Es que han tropezado para quedar caídos? ¡De ningún modo! Sino que su caída ha traído la salvación a los gentiles, para llenarlos de celos.
Y, si su caída ha sido una riqueza para el mundo, y su mengua, riqueza para los gentiles ¡qué no será su plenitud!
Os digo, pues, a vosotros, los gentiles: Por ser yo verdaderamente apóstol de los gentiles, hago honor a mi ministerio, pero es con la esperanza de despertar celos en los de mi raza y salvar a alguno de ellos.
Porque si su reprobación ha sido la reconciliación del mundo ¿qué será su readmisión sino una resurrección de entre los muertos?
Y si las primicias son santas, también la masa; y si la raíz es santa también las ramas.
Que si algunas ramas fueron desgajadas, mientras tú - olivo silvestre - fuiste injertado entre ellas, hecho participe con ellas de la raíz y de la savia del olivo, no te engrías contra las ramas. Y si te engríes, sábete que no eres tú quien sostiene la raíz, sino la raíz que te sostiene.
Pero dirás: Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado.
¡Muy bien! Por su incredulidad fueron desgajadas, mientras tú, por la fe te mantienes. ¡No te engrías!; más bien, teme. Que si Dios no perdonó a las ramas naturales, no sea que tampoco a ti te perdone.
Así pues, considera la bondad y la severidad de Dios: severidad con los que cayeron, bondad contigo, si es que te mantienes en la bondad; que si no, también tú serás desgajado.
En cuanto a ellos, si no se obstinan en la incredulidad, serán injertados; que poderoso es Dios para injertarlos de nuevo.
Porque si tú fuiste cortado del olivo silvestre que eras por naturaleza, para ser injertado contra tu natural en un olivo cultivado, ¡con cuánta más razón ellos, según su naturaleza, serán injertados en su propio olivo!
Pues no quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, no sea que presumáis de sabios (Pr 3,7): el endurecimiento parcial que sobrevino a Israel durará hasta que entre la totalidad de los gentiles, y así, todo Israel será salvo, como dice la Escritura: «Vendrá de Sión el Libertador; alejará de Jacob las impiedades» (Is 59,20-21). «Y esta será mi Alianza con ellos, cuando haya borrado sus pecados» (Is 27,9).
En cuanto al Evangelio, son enemigos para vuestro bien; pero en cuanto a la elección amados en atención a sus padres.
29 Que los dones y la vocación de Dios son irrevocables.
30 En efecto, así como vosotros fuisteis en otro tiempo rebeldes contra Dios, mas al presente habéis conseguido misericordia a causa de su rebeldía, así también, ellos al presente se han rebelado con ocasión de la misericordia otorgada a vosotros, a fin de que también ellos consigan ahora misericordia.
32 Pues Dios encerró a todos los hombres en la rebeldía para usar con todos ellos de misericordia.
33 ¡Oh abismo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!
34 En efecto, «¿quién conoció el pensamiento de Señor?» O «¿quién fue su consejero?» O «¿quién le dio primero que tenga derecho a la recompensa?» (Is 40,13-28), (1Co 2 11-16).
35 Porque de él, por él y para él son todas las cosas. ¡A él la gloria por los siglos! Amén.
(Rom 11,11-35).

13 ¿Quién abarcó el espíritu de Yahveh, y como consejero suyo le enseñó?
14 ¿Con quién se aconsejó, quién le explicó y le enseñó la senda de la justicia, y le enseñó la ciencia, y el camino de la inteligencia le mostró?

15 Las naciones son como gota de un cazo, como escrúpulo de balanza son estimadas. Las islas como una chinita pesan.
16 El Líbano no basta para la quema, ni sus animales para holocausto.
17 Todas las naciones son como nada ante él, como nada y vacío son estimadas por él.
18 Pues ¿con quién asemejaréis a Dios, qué semejanza le aplicaréis?
19 El fundidor funde la estatua, el orfebre con oro la recubre y funde cadenas de plata.

20 El que presenta una ofrenda de pobre escoge madera incorruptible, se busca un hábil artista para erigir una estatua que no vacile.
21 ¿No lo sabíais? ¿No lo habíais oído? ¿No os lo había mostrado desde el principio? ¿No lo entendisteis desde que se fundó la tierra?
22 El está sentado sobre el orbe terrestre, cuyos habitantes son como saltamontes; él expande los cielos como un tul, y los ha desplegado como una tienda que se habita.

23 El aniquila a los tiranos, y a los árbitros de la tierra los reduce a la nada.
24 Apenas han sido plantados, apenas sembrados, apenas arraiga en tierra su esqueje, cuando sopla sobre ellos y se secan, y una ráfaga como tamo se los lleva.
25 ¿Con quién me asemejaréis y seré igualado?, dice el Santo.
26 Alzad a lo alto los ojos y ved: ¿quién ha hecho esto? El que hace salir por orden al ejército celeste, y a cada estrella por su nombre llama. Gracias a su esfuerzo y al vigor de su energía, no falta ni una.

27 ¿Por qué dices, Jacob, y hablas, Israel: «Oculto está mi camino para Yahveh, y a Dios se le pasa mi derecho?»
28 ¿Es que no lo sabes? ¿Es que no lo has oído? Que Dios desde siempre es Yahveh, creador de los confines de la tierra, que no se cansa ni se fatiga, y cuya inteligencia es inescrutable.
(Is 40,13-28)

 

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5 Se revelará la gloria de Yahveh, y toda criatura a una la verá. Pues la boca de Yahveh ha hablado.»
6 Una voz dice: «¡Grita!» Y digo: «¿Qué he de gritar?»

9 Súbete a un alto monte, alegre mensajero para Sión; clama con voz poderosa, alegre mensajero para Jerusalén, clama sin miedo. Di a las ciudades de Judá: «Ahí está vuestro Dios».
10 Ahí viene el Señor Yahveh con poder, y su brazo lo sojuzga todo. Ved que su salario le acompaña, y su paga le precede.
(Is 40,5-6; 9-10)

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«Como dice San Agustín en De doctrina christiana, 2, c. 40, "si acaso los llamados filósofos han dicho alguna verdad en armonía con nuestra fe, debemos reivindicarla para nuestro uso, como a injustos poseedores, pues hay en las doctrinas de los gentiles ciertas fábulas supersticiosas que debe evitar todo cristiano que proceda del paganismo". Y por esto, San Agustín, imbuído de las doctrinas de los platónicos, recogió cuanto en ellas halló conforme con la fe y corrigió lo que era contrario a ella».
(Santo Tomás: Summa Theologíae, l, q. 84, a. 5)

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Para poner la filosofía al servicio de la Teología, Santo Tomás emprendió la tarea de incorporar el pensamiento de Aristóteles, por considerarlo verdadero. Su opción por el aristotelismo no fue por querer seguir una moda intelectual, ni por las circunstancias de su tiempo, ni por realizar una especie de revolución intelectual frente a la teología anterior, que utilizaba elementos platónicos y agustinianos, ni tampoco por afinidad o interés por Aristóteles o por la cultura griega. Santo Tomás asumió la filosofía de Aristóteles, incorporándola al patrimonio de las concepciones filosóficas tradicionales, que ya habían sido integradas en el pensamiento cristiano, para proporcionarle nuevos elementos verdaderos. A Santo Tomás lo que le interesaba era la verdad de las cosas, y desde esta actitud hay que entender el aristotelismo de su síntesis teológica-filosófica.
(Eudaldo Forment Giralt: Santo Tomás en García Morente. Espíritu: cuadernos del Instituto Filosófico de Balmesiana, ISSN 0014-0716, 
Año 35, Nº. 93, 1986, pág. 20
https://www.revistaespiritu.org/wp-content/uploads/2018/02/ESP093-Arti%CC%81culo.-Forment-Giralt.pdf)

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