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Exégesis bíblica moderna de los relatos de la creación

por John Baptist Ku, O.P.

https://cpb-us-e1.wpmucdn.com/sites.providence.edu/dist/4/182/files/2020/05/SPANISH-ThomisticEvolution18.pdf

E ste ensayo considerará las contribuciones de los estudios modernos en la interpretación de los relatos de la creación en la Escritura. Aunque la exégesis moderna difiere significativamente de un enfoque tomista, no se debe omitir en nuestra investigación sobre la forma de entender las narraciones de la creación, pues puede ser utilizada en armonía con el enfoque de Aquino para esbozar un relato más completo.

Una de las características de la exégesis bíblica moderna es su fuerte interés en buscar las fuentes originales. Por ejemplo, ¿Podemos discernir las manos de diferentes autores en el Pentateuco?, o ¿Los relatos de la creación en la Biblia toman prestados elementos de mitos paganos de la creación más antiguos?

Uno podría estar preocupado de que, al establecer que los relatos bíblicos de la creación están influenciados por historias paganas más antiguas, se quebranta la inspiración bíblica. Es decir, si la Biblia tiene fuentes paganas, entonces parecería que el texto no es original ni revelado por Dios, sino copiado de mitos más antiguos inventados por el hombre.

Sin embargo, la inspiración divina no se debería equiparar con la originalidad discontinua. Antes de que Dios eligiera a su pueblo Israel, haciendo una alianza con Abraham, ellos eran, naturalmente, igual que sus vecinos. Al revelarse a Su pueblo, Dios no sólo les dio una revelación completamente nueva, sino que también corrigió y purificó las nociones prevalecientes acerca de Sí mismo y del universo. Por lo tanto, si la poesía religiosa inspirada de Israel conserva vestigios de un pasado politeísta, tal como “Dios de los dioses” (Dt 10:17, Sal 84:7, Sal 136:2, Dn 11:36), no debemos intranquilizarnos.

Es más, no debemos sorprendernos de que los pueblos paganos podían hacer algunos juicios correctos acerca de Dios y del mundo en su poesía religiosa. Después de todo, como enseña Santo Tomás de Aquino, uno puede conocer por la sola razón que Dios existe y que es la causa de todas las criaturas.

En este ensayo vamos a revisar brevemente algunos de los temas presentes en los relatos bíblicos de la creación que los estudios modernos sobre la Escritura encuentran en fuentes paganas más antiguas, a saber: un creador personal, la producción impersonal de las cosas, creación mediante la separación de elementos, creación mediante una palabra, formación del hombre a partir de barro, el hombre hecho a la imagen del creador, y el conflicto con el caos y dragones o monstruos marinos. A partir de los ejemplos presentados, el lector podrá juzgar por sí mismo qué tan cercanas son las conexiones entre la Biblia y los mitos más antiguos. En cualquier caso, la evidencia debería ser suficiente para mostrar que si bien hubo una revelación original y única hecha a Israel, los relatos de la creación no articulan esta revelación de forma aislada de los vecinos de Israel.

Los estudiosos han establecido que miles de años antes de que se constituyera la nación de Israel, los pueblos en esa región ya tenían, en su mitología, un dios personal creador. Lo que es único acerca del Antiguo Testamento es que Dios está categóricamente afuera de la creación; él no es creado. Los otros relatos de la creación incluyen a los dioses dentro de la creación, incluso si son las más altas y más poderosas cosas en el universo.¹

1 Claus Westermann, Genesis: An Introduction, 25. Este ensayo lleva a Westermann a ser un representante de los estudios modernos de la Escritura. Documenta abundantemente a otros autores, señalando dónde está de acuerdo y dónde en desacuerdo con ellos.

Esto se ilustra, más adelante, con ejemplos. Para situar la cronología, tenemos que señalar aquí que las grandes epopeyas babilónicas como el Enuma Elish (c.1700 a.C.) y la Epopeya de Gilgamesh (c.1200 a.C.) son extraídas de mitos sumerios individuales más antiguos que después fueron integrados.²

2 Ibid., 23.

El material más antiguo en el Pentateuco se cree que data alrededor del año 900 a.C.³

3 The Oxford Dictionary of the Christian Church, 3rd ed., s.v. “Pentateuch.”

En los mitos de la creación antiguos hay una transición de una descripción de la producción espontánea de las cosas, a la atribución de su producción a un dios personal. En una etapa más tardía, se ofrece alabaza al dios creador. Los eruditos bíblicos modernos observan vestigios de las historias sobre el origen más antiguas, en la Biblia. Por ejemplo, en Gn 1:24: “Y dijo Dios: ‘Produzca la tierra vivientes según sus especies, ’” se puede ver el lenguaje de la producción espontanea de las cosas, ahora situado en el contexto de Dios ordenándolo.4

4 Westermann, 25-26.

Muchos relatos paganos antiguos de la creación implican un acto de división de elementos, por ejemplo, la luz de la obscuridad o la tierra del agua. Por ejemplo: en el Enuma Elish, Marduk, el dios de la luz, divide el cadáver del dragón Timat para producir los cielos y la tierra; en el mito de Gilgamesh, los cielos se fijan a una cierta distancia de la tierra; y en la narrativa egipcia, Shu, el dios del aire, separa a Geb, el dios de la tierra, de Nut, la diosa del cielo.5

5 Ibid., 33-34.

Esto no está ausente en la Biblia, donde leemos que Dios separó “la luz de las tinieblas,” “las aguas de debajo del firmamento, de las aguas de encima del firmamento,” y el agua de la tierra (Gn 1:4, 7, 9).

La presencia de la idea de crear a través de la expresión de una palabra se ha documentado en mitos paganos antiguos. En la literatura egipcia incluso encontramos la aprobación acompañada del resultado: “toda expresión del dios realmente vino a ser por aquello que fue concebido por el corazón y mandado por la lengua…. Por lo tanto, Ptah quedó satisfecho después de haber hecho todas las cosas y cada expresión divina.” Este tema se enfatiza en Génesis 1, donde leemos ocho veces que Dios expresó una orden de “que exista” mientras creaba cosas durante los seis días; y seis veces, se reporta que Dios después vio que “era bueno.” Sin embargo, no se puede establecer que exista dependencia dado que estos relatos fueron compuestos más o menos al mismo tiempo.6

6 Ibid., 38-39.

La historia de la formación del hombre a partir del barro parece ser el tema de la creación más común. Como ejemplo, en la narrativa egipcia, el dios alfarero Chnum creaba humanos a partir del barro utilizan do un torno de alfarero.7

7 Ibid., 35.

En Gn 2:7 leemos que “el Señor Dios modeló al hombre con barro del suelo y sopló en su nariz aliento de vida”. La idea del hombre siendo creado a imagen de dios no es tan antigua como la historia de su ser siendo creado a partir del barro, pero la idea, aunque menos explícita que en la Biblia, aparece en la Epopeya de Gilgamesh, donde Aruru crea a Enkidu a partir del barro después de concebir un “doble de Anu,” el dios del cielo.

El tema de la lucha que aparece en la literatura antigua de la creación, tal como la de Marduk matando a Tiamat, es reflejado en la Biblia en la literatura profética y en la sapiencial. Por ejemplo, encontramos al Señor librando una batalla y conquistando dragones, serpientes, monstros marinos, y el caos acuático en Job 26:12-13: “con su poder aquietó el mar, con su inteligencia quebrantó el caos; a su soplo despeja el firmamento, y su mano traspasó la Serpiente huidiza.”8

8 See also Ps 74:13-15, Ps 89:10-11, Isa 27:1, and Isa 51:9.

En los mitos babilónicos, la lucha contra el caos, que ya era un tema en los mitos sumerios más antiguos, se convirtió en un punto central en la historia de la creación.9

9 Ibid., 31.

Por el contrario, en la Biblia, Dios hace lo que Él desea, sin esfuerzo.

En conclusión, mientras que Israel comparte temas similares en su poesía religiosa con sus vecinos paganos –un hecho que no debe asustarnos-, hay una nueva revelación definitiva que funciona como un correctivo en todas estas narraciones. A través de algunas de estas mismas imágenes antiguas, las sagradas Escrituras enseñan de nuevo que sólo hay un Dios, no creado y omnipotente, la única fuente de todas las cosas y que ha dado al hombre la gran dignidad de haber sido hecho a imagen del Todopoderoso. TJE