....Antes del alba...Zolli, el Gran Rabino de Roma bautizado católico en 1945....Aportaciones urgentes a la teología de la historia: el reino de Dios.......Escritos 2022..... Escritos 2021.....Textos 2022 ....Textos 2021......Fátima....INDEX.

El itinerario de un intelectual en la balanza

Entrevista a Gabriele Rigano por Giovanni Ricciardi


Gracias a un ensayo de Gabriele Rigano, basado en documentos inéditos del archivo de la comunidad judía de Roma, se vuelve a hablar del "caso Zolli", la historia del gran rabino de la Ciudad Eterna que al final de la Segunda Guerra Mundial pidió ser bautizado y tomó el nombre de Eugenio, en homenaje a Pío XII. Entrevista con el autor
Entrevista a Gabriele Rigano por Giovanni Ricciardi
Gabriele Rigano, El caso Zolli.  El itinerario de un intelectual a caballo entre religiones, culturas y naciones, Guerini and Associates, Milán 2006, 432 pp., euro 24,50
Gabriele Rigano, Il caso Zolli. Milano, 2006, 432 pp.

“La conversión es un acto de la gracia de Dios, no puedo gloriarme de nada, absolutamente de nada. Cuando ha llegado la hora de la gracia, me he convertido". Así resumió Israel Zolli, en retrospectiva, el significado de su paso de la Sinagoga a la Iglesia en febrero de 1945. Sobre el caso del gran rabino de Roma que después de la Segunda Guerra Mundial tomó el bautismo con el nombre de Eugenio -en homenaje a Pío XII-, mucho se ha escrito y a veces con acentos polémicos. Sobre Zolli se publica ahora una biografía de Gabriele Rigano, Il caso Zolli. El itinerario de un intelectual a caballo entre religiones, culturas y naciones. El autor, discípulo de Andrea Riccardi, tuvo por primera vez acceso a documentos inéditos del Archivo de la comunidad judía de Roma, en cuyos círculos su obra fue apreciada por la seriedad de su planteamiento. Y una halagadora reseña de su libro, aparecida en Avvenire, se reproduce en el sitio web de la Unión de las Comunidades Judías Italianas.

30Giorni se ha entrevistado con Rigano.
 -¿De dónde viene tu interés por Eugenio Zolli? 

GABRIELE RIGANO: En los últimos años ha resurgido el interés por este personaje, en relación con la polémica sobre Pío XII y el nazismo. El tema fue abordado, en publicaciones católicas o judías, a menudo de manera polémica o apologética.

He intentado, a través de una investigación rigurosa en fuentes inéditas, finalmente poner algunos puntos firmes sobre algunos aspectos debatidos pero nunca explorados: en particular el "misterio" de su conversión, pero también su papel en la compleja historia de la deportación de los judíos de Roma en octubre de 1943. Sobre este segundo aspecto pude reconstruir las posiciones y el debate interno de la comunidad judía romana entre el 8 de septiembre y el 16 de octubre, día de la redada nazi en el Gheto

-¿Cuál fue el papel de Zolli en esta situación?

RIGANO: Después del 8 de septiembre [de 1843, cuando Badoglio anuncia el armisticio de Italia con los aliados, firmado el 3.09.1943], para Zolli estaba muy claro que no había manera de tratar con los alemanes. Y ya el día 10 propuso a los líderes laicos de la comunidad cerrar la sinagoga, ocultar las listas de judíos romanos e inmediatamente pasar a la clandestinidad, organizando un comité de asistencia para garantizar que incluso los judíos más pobres pudieran encontrar refugio. Pero estas propuestas no fueron escuchadas: los americanos estaban a doscientos kilómetros de Roma y se pensaba que llegarían en pocas semanas. Por ello, los líderes de la comunidad judía romana, como el presidente Ugo Foà, pero también el de la Unión de comunidades judías italianas Dante Almansi, consideraron oportuno seguir comportándose "normalmente", para no llamar la atención del mando alemán.

-Sin embargo, las leyes raciales estaban en vigor desde 1938. Con los alemanes en casa, ¿qué esperanza podía haber?
RIGANO: La comunidad, después de 1938, había mantenido canales de comunicación con el régimen fascista. A pesar de ser despedidos, hombres como Foà y Almansi, altos funcionarios del Estado, habían logrado, gracias a sus conexiones, evitar las consecuencias más graves para los judíos. La vida era difícil, pero la sensación era que siempre se podían encontrar formas de compromiso con las autoridades. Además, hasta el 8 de septiembre no había salido ninguna deportación ni de Italia ni de los territorios puestos bajo mando militar italiano. La trágica ilusión era la de creer que era posible llegar a un acuerdo incluso con los alemanes.

-¿Era posible que los judíos de Roma no supieran lo que estaba pasando en Europa?
RIGANO: Los medios no dejaron escapar ninguna noticia. Pero en 1943 los primeros veteranos de la campaña rusa y, tras el armisticio, los refugiados judíos de Yugoslavia y el sur de Francia tras las tropas italianas que abandonaban esos territorios, trajeron consigo las primeras trágicas noticias. Sin embargo, hay una tendencia a no dar peso a estos testimonios, por una especie de represión psicológica, pero también porque se creía que en Roma, la "ciudad abierta" por excelencia, ciertas cosas no podían suceder.

-¿Solo Zolli creía estas historias?
RIGANO: Zolli había vivido durante años en Trieste. Allí había recogido muchos testimonios sobre lo que sucedía en Alemania, donde también tenía familiares y contactos académicos. Así que era natural que tendiera a dar crédito a esos informes. Los miembros de las organizaciones judías de ayuda que estaban en contacto con los refugiados también estuvieron de acuerdo con él. Pero su posición sigue siendo minoritaria, también porque el rabino no era muy popular entre sus fieles.

-¿Por qué razón?
RIGANO: Porque no es italiano, viene de la Galicia polaca y en comparación con los judíos romanos tiene una sensibilidad diferente, caracterizada por un enfoque muy "científico" de la vida religiosa. Entonces, su relación con el judaísmo no es del todo ortodoxa. Por ejemplo, no toma en gran consideración los preceptos judíos. Da una interpretación "espiritual", tal vez influenciada en esto por las corrientes del judaísmo reformado alemán. Los rumores han estado circulando, desde los días en que era rabino en Trieste, sobre su enfoque "indiferente" a las normas dietéticas. Además, Zolli tiene una marcada simpatía por el cristianismo, "excesiva" para un rabino, aunque de mente abierta. 

-¿Cómo se acerca al cristianismo?
RIGANO: Zolli es filólogo. Su acercamiento al cristianismo se produce a través de su interés por el método histórico-crítico, que comenzaba a aplicarse a la Sagrada Escritura en los círculos protestantes alemanes. Para acercarse a este método se ve "obligado" a formarse en primer lugar en obras que analicen el Nuevo Testamento. Y sus cursos en la Universidad de Padua a menudo se enfocan en comparaciones entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Pero, en cierto momento, Zolli también comenzó a leer los Evangelios por placer, tal vez impactado por la actitud de Jesús hacia la Ley, cercana a su sensibilidad. Esta simpatía cada vez más profunda por la figura de Cristo se traduce en una obra de 1938: El Nazareno. Aquí Zolli compara a Jesús con figuras del Antiguo Testamento, y, por ejemplo, observa que, si el siervo de Dios cantado por Isaías tuviera rostro, sin duda se acercaría al rostro de Jesús, afirmación natural para un cristiano, pero para un rabino, casi "escandaloso".

El rabino Israel Zolli en la sinagoga de Roma, 31 de julio de 1944. La Ciudad Eterna ha sido liberada por las tropas aliadas y Zolli, acompañado de otro rabino estadounidense, lee un mensaje de agradecimiento
El rabino Israel Zolli en la sinagoga de Roma, 31 de julio de 1944.
La Ciudad Eterna ha sido liberada por las tropas aliadas
y Zolli, acompañado de otro rabino estadounidense,
lee un mensaje de agradecimiento

-¿Cómo un judío tan "poco ortodoxo" se convierte en Gran Rabino de Roma?
RIGANO: El rabino anterior, David Prato, había sido expulsado en 1938, antes de las leyes raciales, por judíos con sentimientos fascistas, porque simpatizaba abiertamente con el sionismo. El sionismo estaba mal visto por el fascismo, porque implicaba una "pertenencia dual". ¿Cómo se puede ser italiano y patriota cuando se añora el nacimiento de un nuevo estado? Para esto Il Tevere, un periódico romano "fascistísimo", atacó a Prato inmediatamente después de su nombramiento. Y los judíos de "fe" fascista entienden que deben deshacerse de él, para proteger a la comunidad de los "excesos sionistas" y de la sospecha del régimen. Pero entonces no consiguen reemplazarlo fácilmente. Y es lógico: Prato había sido despedido de mala manera, mientras tanto habían entrado en vigor las leyes raciales y el gran rabino de Roma ahora tendría que entrar en contacto con autoridades abiertamente antisemitas. Así, después de varios intentos fallidos, a principios de 1939, se llega, por exclusión, a Zolli, a pesar de que era un rabino muy "mencionado". 

¿Tenían mucho peso los judíos de "fe" fascista dentro de la comunidad romana?
RIGANO: Hasta 1938 los judíos antifascistas son una pequeña minoría, en la que prevalecía el elemento sionista. La mayoría son fascistas, como los demás italianos. Está claro que con las leyes raciales [1938] las cosas cambian. Pero un pequeño grupo de judíos, fascistas de primera hora o incluso ex escuadristas, siguen aferrándose desesperadamente al régimen. Ven en las leyes raciales la consecuencia inevitable de los "excesos sionistas". Reafirmar la lealtad al Duce es su forma de defender a todos los judíos. Esperan que este apego indefinido pueda ayudar a que Mussolini cambie de opinión. Porcentualmente hablando son pocos, pero hacen ruido y tienen una gran influencia en la gestión de la comunidad romana, como demuestra la vicisitud de David Prato.

-¿Cómo se comporta Zolli después del 8 de septiembre?
RIGANO: Ante el desacuerdo con los líderes de la comunidad, decide salvarse con su familia, sintiéndose particularmente en riesgo, como rabino y como apátrida. Primero se esconde en la casa de unos amigos judíos, luego, tras la "vicisitud" de los 50 kilos de oro, es hospedado por los Pierantoni, una familia de antifascistas ligada al Partido de Acción. Mantiene contacto con la comunidad, pero no da a conocer su paradero.

-¿Cuál es su papel en la vicisitud del oro?
RIGANO: Kappler pide a los judíos que recolecten 50 kilos de oro, bajo pena de deportación de 200 cabezas de familia. En ese momento, tanto Zolli como los jefes de la comunidad se dirigen al Papa, a espaldas uno de los otros, temiendo que no sería posible llegar a la cantidad requerida. Pío XII se declara disponible, aunque los judíos podrán entonces reunir la cantidad por sí mismos. Sin embargo, la deportación se produce igual. Inmediatamente después del 16 de octubre, las puertas de Letrán y de los conventos de Roma se abren para esconder a los escapados.

-¿La iniciativa de abrir los conventos fue directamente deseada por el Papa?
RIGANO: Diría que sí: la dinámica de aquellos días deja pocas dudas al respecto. Se estaban realizando negociaciones entre la Santa Sede y el mando alemán para obtener garantías de que se respetarían las zonas extraterritoriales sancionadas por el Concordato de 1929. Pero el Vaticano también logró sacar una promesa de que, en general, todas las casas religiosas gozarían de un trato especial. Después del 16 de octubre no hubo "un vía libre formal", lo que era impensable en la Roma ocupada. Pero uno de los primeros lugares que se abre a todos, judíos, antifascistas y desertores, es Letrán. Y este es un claro signo de la voluntad del Papa: Letrán es la cátedra de Pedro, nada puede allí suceder sin que el Papa quiera. Además, se publica una cursiva en el Osservatore Romano sobre la "caridad universal del Papa", que se extiende a todos, "sin distinción de religión o raza". Von Weiszacker, embajador alemán ante la Santa Sede, pero no nazi, lo interpreta como la respuesta de Pío XII a la deportación de los judíos romanos y escribe a Berlín en este sentido, pero minimizando su significado para evitar repercusiones para la Santa Sede.

-¿Se queda Zolli con los Pierantoni hasta la liberación?
RIGANO: No. Cuando el hijo de los Pierantoni, comprometido en la actividad clandestina del Partido de Acción, fue arrestado en febrero de 1944 -más tarde moriría en las Fossas Ardeatinas-, Zolli buscó otro refugio y encontró hospitalidad en una familia católica no vinculado a la Resistencia. Permanecerá allí hasta junio de 1944. Es allí donde, según su autobiografía [Antes del Alba], madura finalmente la decisión de convertirse al cristianismo.

-El mismo Zolli especifica que su conversión "es el resultado de una larga maduración, del contacto asiduo con el Evangelio y del amor a Jesús que nació en él y se desarrolló poco a poco, hasta la elección definitiva”. Pero en junio vuelve a su puesto de rabino…
RIGANO: Son meses de grandes contrastes. Cuando se presenta para retomar su puesto es mal recibido, se le acusa de abandonar el "puente de mando". Zolli responde que les ha rogado a todos que huyan desde el primer momento, pero se encuentra con un muro de hostilidad. Serán los norteamericanos quienes lo impondrán por la fuerza, creyendo encontrar en él la expresión de los círculos judíos menos comprometidos con el fascismo. Zolli, por un lado, ya en agosto fue a ver al padre Dezza, rector de la Gregoriana, para pedirle el bautismo. Por otro lado, hace todo, hasta diciembre, para evitar su renuncia como rabino. Imposible decir qué lo llevó al paso decisivo. Es posible que la hostilidad de sus correligionarios jugara un papel.

-Sin embargo, en su autobiografía incluso habla de una "visión" de Cristo, que tuvo el "Día de la Expiación" de 1944 en la sinagoga...
RIGANO: La autobiografía fue escrita en italiano entre 1947 y 1954 y publicada en inglés en los Estados Unidos Unidos en 1954, poco antes de su muerte. Esa experiencia "mística" se encuentra en el texto en inglés, pero falta en el original italiano, encontrado hace unos años por su sobrino Enrico De Bernart. Y el mismo Zolli, en la introducción, precisa que su conversión "es fruto de una larga maduración, del contacto asiduo con el Evangelio y del amor a Jesús que nació en él y se fue desarrollando poco a poco, hasta la elección definitiva".

-¿Cómo fue su vida como católico?
RIGANO: Los jesuitas le ayudan de muchas maneras, le dan hospedaje y le confían una cátedra en el Instituto Bíblico. Pero Zolli nunca podrá sentirse a gusto en el "mundo católico". A sus conferencias sobre el Nuevo Testamento asisten no más de cinco o seis personas. Su método de enseñanza se presenta extraño, demasiado "judaico", con constantes referencias a la literatura rabínica y talmúdica y sobre todo con ese enfoque filológico que entonces huele a modernismo. Además, desde la década de 1930, Zolli había colaborado asiduamente con las revistas de Buonaiuti. Y La Civiltà Cattolica no escatima críticas a los libros publicados [por Zolli] después de la conversión. En resumen, Zolli sigue siendo siempre un personaje "liminal", nunca a gusto ni en el mundo judío ni en el católico.

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Intervista con Gabriele Rigano di Giovanni Ricciardi

http://www.30giorni.it/articoli_id_10606_l1.htm

Grazie a un saggio di Gabriele Rigano, basato su documenti inediti dell’archivio della comunità ebraica di Roma, torna a far parlare il “caso Zolli”, la vicenda del rabbino capo della Città eterna che alla fine della Seconda guerra mondiale chiese il battesimo e prese il nome di Eugenio, in omaggio a Pio XII. Intervista con l’autore

L’itinerario di un intellettuale in bilico
Gabriele Rigano, Il caso Zolli. L’itinerario di un intellettuale in bilico tra fedi, culture e nazioni,  Guerini e Associati, 
Milano 2006, 432  pp., euro 24,50
Gabriele Rigano, Il caso Zolli. L’itinerario di un intellettuale in bilico tra fedi, culture e nazioni, Guerini e Associati, Milano 2006, 432 pp., euro 24,50

«La conversione è un atto di grazia di Dio. Non posso gloriarmi di nulla, proprio di nulla. Giunta l’ora della grazia, mi sono convertito». Così Israel Zolli riassumeva, a posteriori, il senso del suo passaggio dalla Sinagoga alla Chiesa nel febbraio del 1945. Sul caso del rabbino capo di Roma che dopo la Seconda guerra mondiale prese il battesimo col nome di Eugenio – in omaggio a Pio XII – molto si è scritto e talora con accenti polemici. Su Zolli esce ora una biografia di Gabriele Rigano, Il caso Zolli. L’itinerario di un intellettuale in bilico tra fedi, culture e nazioni. L’autore, allievo di Andrea Riccardi, ha avuto per la prima volta accesso a documenti inediti dell’Archivio della comunità ebraica di Roma, nei cui ambienti il suo lavoro è stato apprezzato per la serietà dell’impostazione. E una lusinghiera recensione del suo libro, apparsa su Avvenire, è riprodotta nel sito dell’Unione delle comunità ebraiche italiane. 

30Giorni lo ha incontrato.
-Da dove nasce il suo interesse per Eugenio Zolli?
GABRIELE RIGANO: Negli ultimi anni c’è stato un ritorno d’interesse per questo personaggio, in rapporto alla querelle su Pio XII e il nazismo. Il tema era affrontato, nella pubblicistica cattolica o ebraica, spesso in modo polemico o apologetico. Ho tentato, attraverso una rigorosa ricerca su fonti inedite, di mettere finalmente dei punti fermi su alcuni aspetti dibattuti ma mai approfonditi: in particolare il “mistero” della sua conversione, ma anche il suo ruolo nella complessa vicenda della deportazione degli ebrei di Roma nell’ottobre del 1943. Su questo secondo aspetto ho potuto ricostruire le posizioni e il dibattito interno alla comunità ebraica romana tra l’8 settembre [proclamación del armisticio de Italia con los aliados firmado el 3.09.1943] e il 16 ottobre, giorno della retata nazista nel Ghetto.

-Quale fu il ruolo di Zolli in questo frangente?
RIGANO: Dopo l’8 settembre, per Zolli era chiarissimo che non c’era modo di trattare coi tedeschi. E già il 10 propone ai dirigenti laici della comunità di chiudere la sinagoga, nascondere le liste degli ebrei romani e passare subito alla clandestinità, organizzando un comitato di assistenza per far sì che anche gli ebrei più poveri possano trovare rifugio. Ma queste proposte non furono ascoltate: gli americani erano a duecento chilometri da Roma e si pensava che sarebbero entrati in capo a poche settimane. Perciò i responsabili della comunità ebraica romana, come il presidente Ugo Foà, ma anche quello dell’Unione delle comunità ebraiche italiane Dante Almansi, ritenevano opportuno continuare a comportarsi “normalmente”, per evitare di attirare l’attenzione del comando tedesco. Un repentino passaggio alla clandestinità poteva essere interpretato come una provocazione.

-Eppure le leggi razziali erano in vigore dal 1938. Con i tedeschi in casa, che speranze potevano esserci?
RIGANO: La comunità, dopo il 1938, aveva mantenuto dei canali di comunicazione col regime fascista. Uomini come Foà e Almansi, alti funzionari dello Stato, nonostante il licenziamento erano riusciti, grazie alle loro conoscenze, a evitare per gli ebrei le conseguenze più gravi. La vita era difficile, ma la sensazione era quella che si potessero sempre trovare forme di compromesso con le autorità. Del resto, fino all’8 settembre nessuna deportazione era mai partita né dall’Italia né dai territori posti sotto comando militare italiano. La tragica illusione fu quella di credere che anche coi tedeschi fosse possibile trovare un punto d’accordo.

-Possibile che a Roma gli ebrei non sapessero ciò che accadeva in Europa?
RIGANO: Gli organi d’informazione non lasciavano trapelare notizie. Ma nel 1943 i primi reduci della campagna di Russia e, dopo l’armistizio [settembre 1943], gli ebrei profughi dalla Iugoslavia e dalla Francia meridionale al seguito delle truppe italiane che lasciavano quei territori, portano con sé le prime tragiche notizie. Eppure si tende a non dare peso a queste testimonianze, per una sorta di rimozione psicologica, ma anche perché si credeva che a Roma, “città aperta” per eccellenza, certe cose non potessero accadere.

-Solo Zolli credeva a questi racconti?
RIGANO: Zolli era vissuto per anni a Trieste. Lì aveva raccolto molte testimonianze su ciò che accadeva in Germania, dove aveva anche parenti e contatti accademici. Perciò era naturale che tendesse ad accreditare quelle notizie. Anche i membri delle organizzazioni di assistenza ebraiche, che erano a contatto con i profughi, gli davano ragione. Ma la sua resta una posizione di minoranza, anche perché il rabbino non era molto popolare tra i suoi fedeli.

-Per quale motivo?
RIGANO: Perché non è un italiano, viene dalla Galizia polacca e rispetto agli ebrei romani ha un’altra sensibilità, caratterizzata da un approccio molto “scientifico” alla vita religiosa. Poi, il suo rapporto con l’ebraismo non è del tutto ortodosso. Ad esempio non tiene in gran conto la precettistica ebraica. Ne dà un’interpretazione “spirituale”, forse influenzato in ciò da correnti dell’ebraismo riformato tedesco. Circolano voci, fin dai tempi in cui era rabbino a Trieste, sul suo approccio “disinvolto” alle regole alimentari. Inoltre, Zolli ha una spiccata simpatia per il cristianesimo, “eccessiva” per un rabbino, sia pure di larghe vedute.

-Come si accosta al cristianesimo?
RIGANO: Zolli è un filologo. Il suo approccio al cristianesimo avviene tramite l’interesse per il metodo storico-critico, che cominciava ad essere applicato alla Sacra Scrittura in ambienti protestanti tedeschi. Per accostarsi a questo metodo è “costretto” a formarsi anzitutto su opere che analizzano il Nuovo Testamento. E i suoi corsi all’Università di Padova vertono spesso su comparazioni tra Antico e Nuovo Testamento. Ma, a un certo punto, Zolli inizia a leggere i Vangeli anche per diletto, colpito forse dall’atteggiamento di Gesù verso la Legge, vicino alla sua sensibilità. Questa simpatia sempre più profonda per la figura di Cristo si traduce in un’opera del 1938: Il Nazareno. Qui Zolli paragona Gesù a figure dell’Antico Testamento, e, ad esempio, osserva che, se il servo di Dio cantato da Isaia avesse un volto, si avvicinerebbe senza dubbio al volto di Gesù. Un’affermazione naturale per un cristiano, ma, per un rabbino, quasi “scandalosa”.

Il rabbino Israel Zolli nella sinagoga di Roma, il 31 luglio 1944. La Città eterna è stata liberata dalle truppe alleate e Zolli, accompagnato da un altro rabbino statunitense, legge un messaggio di ringraziamento
Il rabbino Israel Zolli nella sinagoga di Roma, il 31 luglio 1944.
La Città eterna è stata liberata dalle truppe alleate
e Zolli, accompagnato da un altro rabbino statunitense,
legge un messaggio di ringraziamento

-Come fa un ebreo così “poco ortodosso” a diventare rabbino capo di Roma?
RIGANO: Il rabbino precedente, David Prato, era stato cacciato nel 1938, prima delle leggi razziali, dagli ebrei di sentimenti fascisti, perché simpatizzava apertamente per il sionismo. Il sionismo era malvisto dal fascismo, perché implicava una “doppia appartenenza”. Come si fa a essere italiani e patrioti quando si vagheggia la nascita di un nuovo Stato? Per questo Il Tevere, “fascistissimo” quotidiano romano, attacca Prato subito dopo la nomina. E gli ebrei di “fede” fascista capiscono che se ne devono liberare, per proteggere la comunità dalle “intemperanze sioniste” e dal sospetto del regime. Ma poi non riescono facilmente a sostituirlo. Ed è logico: Prato era stato allontanato in malo modo, nel frattempo erano entrate in vigore le leggi razziali e il rabbino capo di Roma sarebbe venuto ora a contatto con autorità apertamente antisemite. Così, dopo vari tentativi andati a vuoto, all’inizio del 1939, si arriva, per esclusione, a Zolli, nonostante fosse un rabbino molto “chiacchierato”.

-Tanto peso avevano gli ebrei di “fede” fascista in seno alla comunità romana?
RIGANO: Fino al 1938 gli ebrei antifascisti sono una piccola minoranza, in cui prevale l’elemento sionista. La maggior parte è fascista, come gli altri italiani. È chiaro che con le leggi razziali le cose cambiano. Ma un piccolo gruppo di ebrei, fascisti della prima ora o addirittura ex squadristi, resta disperatamente aggrappato al regime. Essi vedono nelle leggi razziali l’inevitabile conseguenza delle “intemperanze sioniste”. Riaffermare la fedeltà al duce è il loro modo di difendere tutti gli ebrei. Sperano che quest’accattamento a oltranza possa servire a far ricredere Mussolini. Percentualmente parlando sono pochi, però fanno rumore e hanno una grande influenza nella gestione della comunità romana, come dimostra la vicenda di David Prato.

-Come si comporta Zolli dopo l’8 settembre?
RIGANO: Visto il dissenso coi capi della comunità, decide di mettersi in salvo con la famiglia, sentendosi particolarmente a rischio, come rabbino e come apolide. Si nasconde prima in casa di amici ebrei, poi, dopo la “vicenda” dei 50 chili d’oro, è ospitato dai Pierantoni, una famiglia di antifascisti legata al Partito d’azione. Mantiene i contatti con la comunità, ma non fa sapere dove si trova.

Qual è il suo ruolo nella vicenda dell’oro?
RIGANO: Kappler chiede agli ebrei di raccogliere 50 chili d’oro, pena la deportazione di 200 capifamiglia. A quel punto, sia Zolli che i capi della comunità, l’uno all’insaputa degli altri, temendo che non fosse possibile raggiungere la quantità richiesta, si rivolgono al Papa. Pio XII si dichiara disponibile, anche se poi gli ebrei riusciranno da soli a raccogliere la cifra. Comunque la deportazione avviene lo stesso. Subito dopo il 16 ottobre, le porte del Laterano e dei conventi romani si aprono per nascondere gli scampati.

-L’iniziativa di aprire i conventi fu direttamente voluta dal Papa?
RIGANO: Direi proprio di sì: la dinamica di quei giorni lascia pochi dubbi in proposito. Erano in corso trattative tra la Santa Sede e il comando tedesco per ottenere garanzie che le zone extraterritoriali sancite dal Concordato del 1929 fossero rispettate. Ma il Vaticano riuscì anche a strappare la promessa che, in linea generale, tutte le case religiose avrebbero goduto di un trattamento particolare. Dopo il 16 ottobre non ci fu un “via libera formale”, cosa impensabile nella Roma occupata. Ma uno dei primi luoghi che si apre a tutti, ebrei, antifascisti e disertori, è il Laterano. E questo è un segnale chiaro della volontà del Papa: il Laterano è la cattedra di Pietro, nulla vi può avvenire senza che il Papa non voglia. Inoltre, il 25 ottobre esce un corsivo dell’Osservatore Romano sulla «carità universale del papa», che si estende verso tutti, «senza distinzioni di religione o di razza». Von Weiszacker, ambasciatore tedesco presso la Santa Sede, ma non nazista, lo interpreta come la risposta di Pio XII alla deportazione degli ebrei romani e scrive a Berlino in questo senso, sminuendone però il significato per evitare ripercussioni per la Santa Sede.

-Zolli rimane dai Pierantoni fino alla liberazione?
RIGANO: No. Quando il figlio dei Pierantoni, impegnato nell’attività clandestina del Partito d’azione, viene arrestato nel febbraio del 1944 – morirà poi alle Fosse Ardeatine –, Zolli cerca un altro rifugio e trova ospitalità presso una famiglia cattolica non legata alla Resistenza. Vi rimarrà fino al giugno del 1944. È lì che, stando alla sua autobiografia [Prima dell'alba], matura definitivamente la decisione di farsi cristiano.

-Lo stesso Zolli precisa che la sua conversione «è frutto di una lunga maturazione, dell’assiduo contatto con il Vangelo e dell’amore per Gesù che in lui nacque e si sviluppò a poco a poco, fino alla scelta definitiva». Ma a giugno torna al suo posto di rabbino…
RIGANO: Sono mesi di grandi contrasti. Quando si presenta per riprendere il suo posto è male accolto, gli si rinfaccia l’abbandono del “ponte di comando”. Zolli risponde di aver scongiurato tutti di darsi alla fuga fin dal primo momento, ma incontra un muro di ostilità. Saranno gli americani a imporlo a forza, pensando di trovare in lui l’espressione degli ambienti ebraici meno compromessi col fascismo. Zolli, da un lato, già in agosto va a trovare padre Dezza, rettore della Gregoriana, per chiedere il battesimo. Dall’altro, fa di tutto, fino a dicembre, per scongiurare le sue dimissioni da rabbino. Impossibile dire che cosa lo abbia spinto al passo decisivo. È possibile che l’ostilità dei suoi correligionari abbia giocato un ruolo, ma è pur vero che in Zolli l’attrattiva per il cristianesimo rimonta a molti anni prima.

Eppure nella sua autobiografia parla addirittura di una “visione” di Cristo, da lui avuta nel “Giorno dell’espiazione” del 1944 in sinagoga…
RIGANO: L’autobiografia fu scritta in italiano tra il 1947 e il 1954 e pubblicata in inglese negli Stati Uniti [1954], poco prima della sua morte. Quell’esperienza “mistica” si trova nel testo inglese, ma manca nell’originale italiano, ritrovato pochi anni fa dal nipote Enrico De Bernart. E lo stesso Zolli, nell’introduzione, precisa che la sua conversione "è frutto di una lunga maturazione, dell’assiduo contatto con il Vangelo e dell’amore per Gesù che in lui nacque e si sviluppò a poco a poco, fino alla scelta definitiva".

-Come fu la sua vita da cattolico?
RIGANO: I gesuiti lo aiutano in molti modi, gli danno alloggio e gli affidano una cattedra all’Istituto biblico. Ma Zolli non riuscirà mai a sentirsi a suo agio nel “mondo cattolico”. Le sue lezioni sul Nuovo Testamento non sono frequentate da più di cinque o sei persone. Il suo metodo d’insegnamento appare strano, troppo “ebraicamente connotato”, con continui riferimenti alla letteratura rabbinica e talmudica e soprattutto con quell’approccio filologico allora in odore di modernismo. Del resto, fin dagli anni Trenta, Zolli aveva assiduamente collaborato alle riviste di Buonaiuti. E La Civiltà Cattolica non risparmia critiche ai libri pubblicati [per Zolli] dopo la conversione. Zolli resta insomma sempre un personaggio “liminare”, mai a suo completo agio né nel mondo ebraico né in quello cattolico.

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Nota del Editor

Buonaiuti fue modernista, pero se fue convirtiendo en las sucesivas fases de la condena del modernismo y de sus secuelas por los Papas, san Pío X en la Pascendi y Pío XII en la Humani Generis.

Ahora interesa para empezar que el gran rabino de Roma, Israel Zolli, conmovido interiormente por la inmensa caridad del venerable Pío XII durante las persecuciones contra el pueblo de Israel, siendo judío, se hizo católico el 13 de febrero de 1945 y recibió el bautismo con el nombre de Eugenio Pío, en honor del Papa, porque el Papa era Pío XII, cuyo nombre era Eugenio Pacelli; conmovido Zolli interiormente por la inmensa caridad del venerable Pío XII hacia los judíos durante las persecuciones contra el pueblo de Israel en la Segunda Guerra Mundial.

Y a continuación interesan las expresiones de fe y de amor de Zolli hacia Jesús, el Verbo hecho carne, judío descendiente de David, a través de su padre legal José casado con su madre siempre virgen, María, de la cual Él nació virginalmente.

Dice Zolli:

«Solo Jesucristo puede conducirnos hacia arriba. Volverse a Jesús significa ascender. Jesús es el camino y la guía más sublime. Jesús mío, te amo. Soy todo tuyo. Soy bienaventurado de ser tuyo. Quiero serlo cada vez más, ahora y en la hora de la muerte". «Del Calvario al Cielo, sólo hay un paso. Tengo el Crucifijo ante mis ojos. La Cabeza augusta rodeada de una corona de espinas y sus brazos abiertos para abrazar y estrechar a todos los hombres a su Doliente Corazón. Ni oro ni gemas, sino gotas de sangre y sudor de muerte».A los que siguen siendo judíos, pero rechazando inconsecuentemente a Jesús, y le atacan por el consecuente paso que él ha dado, les dice: “Mi Dios se reveló al mundo, después de Moisés y los profetas, en Jesucristo. Siento un amor ardiente, llameante por Jesús y por el amor de Jesucristo he renunciado a todo… Nada pedí y nada recibí de vosotros. Todavía os amo en el nombre del Señor".Esto no tiene nada de modernista, sino todo lo contrario.

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Romano Penna cita a Eugenio Zolli en una entrevista de Lorenzo Cappelletti publicada en el nº. 5 de 2008 de 30 Días http://www.30giorni.it/articoli_id_18126_l2.htm

El sacerdote Romano Penna fue profesor durante 25 años en la Pontificia Universidad Lateranense. Estudioso del Nuevo testamento, en especial del Corpus paolinum, y de los orígenes cristianos. Su último trabajo era en 2008 un nuevo comentario de la Carta a los Romanos del que habían salido los dos primeros volúmenes (ya en una primera reimpresión) y era inminente la salida del tercero.

"Pablo se considera un judío, es un judío en Cristo. Es por esto por lo que no usa nunca el léxico de la conversión. Pablo no es un convertido. El judío no se convierte. Hay una frase célebre del rabino de Roma Eugenio Zolli, que fue bautizado después de la Segunda Guerra Mundial: «Yo no soy un convertido, soy uno que ha llegado»; porque el convertido es aquel que da la espalda a su pasado, en cambio el judío no da la espalda, va adelante. Pablo, por supuesto, conoce un cambio. Lo muestra en Filipenses 3, 7: «Pero lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa de Cristo»".

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N. del E.

En realidad no hay contradicción. Evitemos el malentendido. Ya se entiende que todos tenemos que convertirnos constantemente a Nuestro Señor Jesucristo, el Verbo hecho carne, y seguir convirtiéndonos constantemente siendo ya miembros de la Iglesia Católica; y esta, la Iglesia de Jesucristo, el Verbo hecho carne, dice constantemente de sí misma, por ejemplo en la oración de los fieles, durante la misa, que está siempre necesitada de reforma en sus instituciones y de conversión en sus miembros. En el Apocalipsis, como en otros libros de la Sagrada Escritura, se va repitiendo insistentemente: "conviértete, conviértete, arrepiéntete, arrepiéntete, arrepiéntete, arrepiéntete... arrepiéntete". El tercer misterio luminoso del rosario, tal como lo formuló san Juan Pablo II, es "El anuncio del Reino de Dios por Jesús, invitando a la conversión". Jesús, el Verbo hecho carne, el Mesías prometido, es enviado a los issraelitas. La inmensa mayoría con sus autoridades religiosas al frente no le reciben. Estas autoridades le rechazan, le condenan a muerte, le entregan a los paganos, a los romanos y les exigen que le den muerte. un pequeño resto de Israel creen en Él y le siguen. Los primeros cristianos son judíos, judíos que esperan al Mesías, y por ser judíos son cristianos, le reciben. Zolli hace lo mismo. Otros judíos que se han hecho bautizar últimamente hacen esto mismo, son cristianos por ser judíos que esperan al Mesías y reconocen que es Jesucristo, Nuestro Señor y reciben la fe en Él como Mesías y como Dios Hijo, como el Verbo hecho carne. Los cristianos de todas las etnias, somos sarmientos de la vid que es Jesús, el Verbo hecho carne. Somos el nuevo Pueblo de Dios, el nuevo Israel, hijos de Abraham por la fe en Yahvé, Dios, revelado inicialmente en el Antiguo Testamento y revelado en plenitud en el Nuevo Testamento por Jesús, el Verbo hecho carne. Los de origen étnico diferente del judío somos azebuche, olivo silvestre, injertado en el genuino olivo de los descendientes de Abraham, y todos los cristianos procedentes de todos los pueblos, etnias, naciones y lenguas, incluidos los hebreos, somos todos sarmientos injertados en la vid que es Jesús, el Verbo hecho carne. La única referencia es Jesucristo, Nuestro Señor. Es san Pablo el que enseña de parte de Dios que lo que cuenta para ser del pueblo de Israel, no es la ascendencia étnica, ni la circuncisión, o no circuncissión, sino la fe en Dios y en Jesús el Verbo hecho carne, el Mesías enviado por Dios. A Él nos tenemos que convertir siempre constantemente los de etnia judía y los de las demás etnias. Que Dios nos lo conceda por misericordia, suplicamos.

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