... Santa Margarita María Alacoque...Textos...Artículos...INDEX
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús es para encender la caridad en todos y que, inflamados de amor, caminemos según su Corazón agradándole a Dios
Así lo enseñó en 1864 el beato Pío IX, Papa, en el Breve de beatificación de Margarita María Alacoque y en la encíclica Quanta Cura que venía con el Syllabus, respectivamente
«Jesús autor y consumador de nuestra fe [Heb 12,2], que, movido por su excesiva caridad, después de haber tomado la débil naturaleza mortal, se ofreció á Dios en el ara de la cruz corno víctima inmaculada para redimirnos de la afrentosa esclavitud del pecado, no ha tenido más vehemente deseo que el de encender de todos modos en las almas de los hombres las llamas de caridad que abrasan su Corazón, según vemos en el Evangelio que así lo aseguró a sus discípulos, en los siguientes términos:
"He venido a prender fuego a la tierra, ¡y cuánto deseo que ya esté ardiendo!" (Lc 12,49)
»Por lo mismo, y á fin de inflamar más y más este fuego de la caridad, ha querido que se estableciese y propagase en la Iglesia la veneración y el culto de su Sagrado Corazón: Y ¿quién habrá tan duro y rebelde que no se sienta movido á volver amor por amor a ese Corazón suavísimo, que fue traspasado y herido por cruel lanzada a fin de ofrecer a nuestra alma un abrigo y un refugio donde pueda estar á cubierto y en seguridad contra los asaltos y las redes del enemigo?»
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«Hemos creído conveniente excitar la piedad de todos los fieles para ... que llenos de fe acudan siempre a nuestro Señor Jesucristo, que con su sangre nos redimió para Dios, y con mucho empeño y constancia pidan a su dulcísimo Corazón, víctima de su ardentísima caridad para con nosotros, que con los lazos de su amor atraiga a sí todas las cosas a fin de que inflamados los hombres con su santísimo amor, caminen según su Corazón dignamente, agradándole a Dios en todo, fructificando en toda especie de buenas obras.
Quocirca omnium fidelium pietatem excitare existimavimus, ut ... in plenitudine fidei semper confugiant ad Dominum Nostrum Iesum Christum, qui redemit nos Deo in sanguine suo, Eiusque dulcissimum Cor flagrantissimæ erga nos caritatis victimam enixe iugiterque exorent, ut amoris sui vinculis omnia ad seipsum trahat, utque omnes homines, sanctissimo suo amore inflammati, secundum Cor Eius ambulent digne Deo per omnia placentes, in omni bono opere fructificantes.obras».
(Beato Pío IX, Papa, Encíclica Quanta Cura, 1864)
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