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La devoción al Sagrado Corazón y su crisis..
Santa Margarita María Alacoque
En marzo de 1824, el papa León XII la proclamó venerable; el 18 de septiembre de 1864, Pío IX la beatificó. Fue canonizada por Benedicto XV el 13 de mayo de 1920.
El beato papa Pío IX explicó que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús la quiso Nuestro Señor para encender la caridad en todos y para que así caminemos según su Corazón, como Dios quiere: La devoción al Sagrado Corazón de Jesús es para encender la caridad en todos y que, inflamados de amor, caminemos según su Corazón agradándole a Dios
Así lo enseñó en 1864 el beato Pío IX, Papa, en el Breve de beatificación de Margarita María Alacoque y en la encíclica Quanta Cura que venía con el SyllabusEl propio Jesús, el Verbo hecho carne, le reiteró también a sor María del Divino Corazón que el verdadero núcleo de esta devoción es la unión personal con Él:
"Una vez, hablando de este mismo asunto de las comuniones, dijo que su deseo había sido establecer el culto de su Divino Corazón, y que ahora que este culto exterior estaba introducido por sus apariciones a la bienaventurada Margarita María y extendido por todas partes, Él quería también que el culto interno se estableciese más y más; es decir, que las almas se habituasen a unirse cada vez más con Él interiormente y a ofrecerle sus corazones como morada".
(Soeur Marie du Divin Coeur, Luis Chasle, cap. VIII, pg. 240, ed. 1925, París).
....El carisma profético de santa Margarita..... ... La mayor promesa del Sagrado Corazón de Jesús es la de su reinado...
Bula de canonización de santa Margarita María Alacoque de mayo de 1920
Breve de beatificación de Margarita María Alacoque en 1864
..El Corazón de Jesús dibujado por santa Margarita María Alacoque
Santa Margarita María Alacoque tiene todo el aspecto de haber recibido el don de profecía. Podría ser declarada profetisa o profeta por nuestra Santa Madre Iglesia Jerárquica. Esto no debe extrañar si recordamos que hasta el siglo XIII nunca nadie había sido declarado doctor de la Iglesia y ahora ya hay 36 doctores y doctoras. Y dice Canals: "La Iglesia no ha declarado hasta ahora nunca profeta a un santo. Pero tampoco había declarado doctor a santo alguno antes de 1200. Me pregunto si no llegará algún día en que la Iglesia reconocerá públicamente, en algunos santos, su carisma profético ...y si entre estas personas santas declaradas profetas no se contará, en lugar preferente, a santa Margarita María de Alacoque, mensajera del Sagrado Corazón, anunciadora de su Reinado sobre los hombres «a pesar de sus enemigos»" (El carisma profético de santa Margarita, CRISTIANDAD, nn 887 - 888. Jun - Jul 2005. Pág. 7).
En otro lugar, Canals había afirmado ya, en 1997, la realidad del carisma profético de santa Margarita María. En efecto, explicando el culto y la devoción al sagrado Corazón de Jesús, desarrollado en los tiempos modernos en la Iglesia Católica, dice Canals:
"Al afirmar que este culto está plenamente fundado en el dogma católico, y por esto mismo deriva de la divina revelación expresada en la sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia, en modo alguno hay que negar que su crecimiento y evolución progresiva sería incomprensible sin las revelaciones recibidas con carisma profético por santa Margarita María Alacoque. Si se quisiese prescindir de ellas, no se hablaría de la devoción aprobada en el Magisterio y presente en la liturgia" (Francisco Canals, Obras Completas, vol. 4A, pág. 249).
Y sobre todo, Canals había fundamentado la idea en la conferencia que pronunció el 31 de mayo de 1991 en el Monasterio de las Salesas de Barcelona:
Santa Margarita María ha sido la santa profeta del mensaje que se ha concretado en la espiritualidad y en la liturgia de la que conocemos hoy como devoción y culto al Corazón de Jesús.
Santa Teresita del Niño Jesús es también la profeta de la confianza filial en Dios, del abandono en los brazos paternales de Dios y de la entrega al Amor Misericordioso.
Actualidad de la reparación Francisco Canals Vidal (1922 2009) Revista Cristiandad de Barcelona, núm. 728, enero de 1992, págs. 9 - 14
Conferencia pronunciada por Canals el 31 de mayo de 1991 en el Monasterio de las Salesas de Barcelona.
El Padre Orlandis también, lógicamente, califica de profecía las revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús a santa Margarita María Alacoque, tal como en los escritos de ésta ha sido recibido por los Papas y nos ha sido dado conocer:
La manifestación al mundo del Sagrado Corazón de Jesús en las revelaciones de Paray-le-Monial a santa Margarita María Alacoque "es una verdadera profecía de que Él reinará en el mundo a pesar de sus enemigos y esto porque por esta nueva redención destruirá el imperio de Satanás y sobre las ruinas del mismo levantará el imperio de su Amor".
(Ramón Orlandis, S. I.: Pensamientos y Ocurrencias. 1934. Cristiandad, núm. 269, de 1 de junio de 1955).
No se trata de algo como los profetas del Antiguo Testamento. No, la Revelación se terminó al morir los apóstoles y al terminarse los libros del Nuevo Testamento.
Todavía forman parte de la Revelación las profecías de san Pablo, como la profecía de la conversión de Israel que anuncia san Pablo como profeta:
"Había en la Iglesia fundada en Antioquía profetas y maestros: Bernabé, Simeón llamado Níger, Lucio el cirenense, Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo".
(Hch 13,1).
No quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, no sea que presumáis de sabios (Pr 3,7): el endurecimiento parcial que sobrevino a Israel durará hasta que entre la totalidad de los gentiles, y así, todo Israel será salvo, como dice la Escritura: «Vendrá de Sión el Libertador; alejará de Jacob las impiedades» (Is 59,20-21). «Y esta será mi Alianza con ellos, cuando haya borrado sus pecados» (Is 27,9).
En cuanto al Evangelio, son enemigos para vuestro bien; pero en cuanto a la elección amados en atención a sus padres. Que los dones y la vocación de Dios son irrevocables.
En efecto, así como vosotros fuisteis en otro tiempo rebeldes contra Dios, mas al presente habéis conseguido misericordia a causa de su rebeldía, así también, ellos al presente se han rebelado con ocasión de la misericordia otorgada a vosotros, a fin de que también ellos consigan ahora misericordia.
Pues Dios encerró a todos los hombres en la rebeldía para usar con todos ellos de misericordia.
(Rom 11,25-32).
Y forma parte de la Revelación todo el contenido del libro de los Hechos de los Apóstoles:
El Martirologio Romano dice el 8 de abril: "Conmemoración de san Ágabo, profeta, que, según atestiguan los Hechos de los Apóstoles, movido por el Espíritu Santo anunció una gran hambre sobre toda la tierra, así como las dificultades que Pablo tuvo que soportar de los gentiles (s. I)".
San Ágabo, originario de Judea, es mencionado dos veces en los Hechos de los Apóstoles. En el capítulo 11, como uno de los profetas que fueron de Jerusalén a Antioquía durante la predicación de Pablo y de Bernabé. En Antioquía anunció un hambre universal; y esto se cumplió en la época de Claudio. Y en el capítulo 21 de los Hechos de los Apóstoles, donde también se menciona a otras pesonas que profetizaban.
"En Antioquía fue donde, por primera vez, los discípulos recibieron el nombre de «cristianos».
Por aquellos días bajaron unos profetas de Jerusalén a Antioquía.
Uno de ellos, llamado Ágabo, movido por el Espíritu, se levantó y profetizó que vendría una gran hambre sobre toda la tierrra, la que hubo en tiempo de Claudio.
Los discípulos determinaron enviar algunos recursos, según las posibilidades de cada uno, para los hermanos que vivían en Judea.
Así lo hicieron y se los enviaron a los presbíteros por medio de Bernabé y de Saulo".
(Hech. 11,26-30)
Arribamos a Tiro, pues allí la nave debía dejar su cargamento. Habiendo encontrado a los discípulos nos quedamos allí siete días.
Ellos, iluminados por el Espíritu, decían a Pablo que no subiese a Jerusalén.
... Fuimos de Tiro a Tolemaida ... Al siguiente partimos y llegamos a Cesarea; entramos en casa de Felipe, el evangelista, que era uno de los Siete, y nos hospedamos en su casa.
Tenía éste cuatro hijas vírgenes que profetizaban.
Nos detuvimos allí bastantes días; bajó entre tanto de Judea un profeta llamado Ágabo; se acercó a nosotros, tomó el cinturón de Pablo, se ató sus pies y sus manos y dijo:
«Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al hombre de quien es este cinturón. Y le entregarán en manos de los gentiles». Al oír esto nosotros y los de aquel lugar le rogamos que no subiera a Jerusalén.
Entonces Pablo contestó:
«¿Por qué habéis de llorar y destrozarme el corazón? Pues yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, sino a morir también en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús».
Como no se dejaba convencer, dejamos de insistir y dijimos: «Hágase la voluntad del Señor».
Transcurridos estos días y hechos los preparativos de viaje, subimos a Jerusalén.
(Hech. 21,3-4;7-15)
Se trata del ejercicio del don de profecía posterior a la terminación de la Revelación, que Dios da a algunos para beneficiar a todos, resaltando y llamando la atención sobre los aspectos de lo ya contenido en la Revelación, que Dios quiere que se resalte en cada momento.
En lo que Dios ha revelado por medio de san Pablo, aparece el don de profecía reiteradamente:
"Hay diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios que obra en todos. A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común. Porque a uno se le da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe, en el mismo Espíritu; a otro, carismas de curaciones, en el único Espíritu; a otro, poder de milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas. Pero todas estas cosas las obra un mismo y único Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad".
(I Co 12, 4-11)."Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte.
Y así los puso Dios en la Iglesia, primeramente como apóstoles; en segundo lugar como profetas; en tercer lugar como maestros; luego, los milagros; luego, el don de las curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas".
(I Co 12, 28-29).Teniendo dones diferentes, según la gracia que nos ha sido dada, si es el don de profecía, ejerzámoslo en la medida de nuestra fe; si es el ministerio, en el ministerio; la enseñanza, enseñando; la exhortación, exhortando. El que da, con sencillez; el que preside, con solicitud; el que ejerce la misericordia, con jovialidad.
(Rom 12, 6-8)."Él mismo dio a unos el ser apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelizadores; a otros, pastores y maestros"
(Ef 4,11).
Canals menciona el don de profecía de santa Teresa del Niño Jesús y de santa Margarita María.
Santa Margarita María ha sido la santa profeta del mensaje que se ha concretado en la espiritualidad y en la liturgia de la que conocemos hoy como devoción y culto al Corazón de Jesús.
Santa Teresita del Niño Jesús es también la profeta de la confianza filial en Dios, del abandono en los brazos paternales de Dios y de la entrega al Amor Misericordioso.
Actualidad de la reparación Francisco Canals Vidal (1922 2009) Revista Cristiandad de Barcelona, núm. 728, enero de 1992, págs. 9 - 14
Conferencia pronunciada por Canals el 31 de mayo de 1991 en el Monasterio de las Salesas de Barcelona.
El Padre Orlandis también, lógicamente, califica de profecía las revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús a santa Margarita María Alacoque, tal como en los escritos de ésta ha sido recibido por los Papas y nos ha sido dado conocer:
La manifestación al mundo del Sagrado Corazón de Jesús en las revelaciones de Paray-le-Monial a santa Margarita María Alacoque "es una verdadera profecía de que Él reinará en el mundo a pesar de sus enemigos y esto porque por esta nueva redención destruirá el imperio de Satanás y sobre las ruinas del mismo levantará el imperio de su Amor".
(Ramón Orlandis, S. I.: Pensamientos y Ocurrencias. 1934. Cristiandad, núm. 269, de 1 de junio de 1955).
Refiere Santa Margarita María:
"Un día estando delante del Santísimo Sacramento... me descubrió las maravillas inexplicables de Su Corazón Sagrado Y me dijo:
«Mi Divino Corazón está tan apasionado de Amor por los hombres y por ti en particular que, no pudiendo ya contener en Sí Mismo las llamas de Su ardiente Caridad, le es preciso comunicarlas por tu medio y manifestarse a todos para enriquecerlos con los preciosos Tesoros que te estoy descubriendo, los cuales contienen las Gracias santificantes y saludables necesarias para separarles del abismo de perdición»" [27 de diciembre de 1673].
"Me hizo ver que el ardiente deseo que tenía de ser amado de los hombres y de apartarlos del camino de perdición donde Satanás los precipita en tropel, le había hecho formar el designio de manifestar su Corazón a los hombres con todos los tesoros de amor, de misericordia, de gracia, de santificación y de salvación que contiene... Pero es preciso honrarlo bajo la figura de ese Corazón de carne, cuya imagen quería que se expusiera...
Esta devoción era como un supremo esfuerzo de su amor, que quería favorecer a los hombres ... para sacarlos del imperio de Satán, que Él pretendía arruinar para colocarnos bajo la dulce libertad del imperio de su amor, el cual quería restablecer en los corazones de todos los que quisieran abrazar esta devoción" [1674].
Explica Santa Margarita María:
«Es ésta una devoción que no quiere ser forzada ni violentada. Basta darla a conocer y después dejar al divino Corazón el cuidado de penetrar los corazones que Él mismo ha destinado para Sí con la unción de su gracia. ¡Felices los que sean de este número!»
La unción es la presencia y la acción del Espíritu Santo, la Gracia Increada, en el alma, como explica Rodríguez Molero:
Pero vosotros, tenéis unción (crisma) procedente del Santo y sabéis todo... En cuanto a vosotros, la unción que de Él habéis recibido permanece en vosotros y no necesitáis que nadie os enseñe; sino su unción todas las cosas -y es verdadera y no mentira- y según os enseñó, permaneced en Él.
(I Jn 2,20;27).
(Francisco Rodríguez Molero, S.J.: Comentario de la Primera Epístola de San Juan, en La Sagrada Escritura, texto y comentario por profesores de la Compañía de Jesús, Nuevo Testamento III, BAC, 1962, pp. 408-409; 417-418).
Jesús a santa
Margarita María Alacoque le suplicaba que le queramos: Le refería Jesús a santa Margarita María, en 1674, su exceso de amor a los hombres y que a cambio no recibía de ellos más que ingratitudes:
Y que tengamos compasión de Él y participemos en su dolor A principios de enero de 1681 se presentó Jesús ante santa Margarita María Alacoque cargado con una cruz, cubierto de heridas, y chorreando sangre, mientras decía la divina víctima con voz dolorosamente triste:
Jesús a santa Margarita María se le quejaba de que nadie le da descanso en su dolor:
Y se le quejaba de que nadie se esfuerce en apagar su sed de ser amado en el Santísimo Sacramento
Estas palabras de Nuestro Señor están recogidas en la Bula de canonización por Benedicto XV de santa Margarita María Alacoque de 13 de mayo de 1920, como percibidas por ella en 1674:
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«Reinará por fin el divino Corazón, a pesar de los que a ello quieran oponerse. Satanás quedará confundido con todos sus partidarios. ¡Dichosos aquellos de quienes será servido para establecer su imperio! Paréceme que Él es semejante a un rey que no piensa en dar sus recompensas mientras va haciendo sus conquistas y triunfando de sus enemigos, pero sí cuando reine victorioso en su trono. El adorable Corazón de Jesús quiere establecer su reinado de amor en todos los corazones y destruir y arruinar el de Satanás». (Carta de Santa Margarita de 1690).
Sobre la transmisión por santa Margarita María Alacoque de la enseñanza del reinado del Sagrado Corazón de Jesús en la propia persona, tenemos el dato del inapreciable testimonio de la madre Saumaise, superiora de Paray le Monial en la época de santa Margarita María. Este testimonio está contenido nada menos que en la Bula de canonización de santa Margarita María Alacoque por el papa Benedicto XV en 1920:
Santa Margarita María Alacoque transmitió así con su ejemplo, y no sólo con sus palabras de la Carta 133, la enseñanza que recibió del propio Jesús, el Verbo hecho carne, de que Su Sagrado Corazón anhela darnos nuestro máximo bien que es la total plenitud del reino de Dios en nosotros, concedernos que vivamos totalmente según Dios, con la renuncia a darnos cualquier gusto y con la aceptación e incluso la búsqueda de los padecimientos y humillaciones que Dios disponga y su ofrecimiento alegre.
El beato papa Pío IX explicó que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús la quiso Nuestro Señor para encender la caridad en todos y para que así caminemos según su Corazón, como Dios quiere:
El propio Jesús, el Verbo hecho carne, le reiteró también a sor María del Divino Corazón que el verdadero núcleo de esta devoción es la unión personal con Él:
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"Yo creo que se cumplirán aquellas
palabras que hacía oír de continuo al oído del corazón de su
indigna esclava entre las dificultades y oposiciones que había
al principio de esta Devoción:
«Reinaré a pesar de Mis enemigos
y de cuantos se opongan a ello».
(Carta 131, segunda de Aviñón, al Padre
Juan Croiset, S. I., 10 de agosto de 1689. Vida y obras de Santa
Margarita María Alacoque publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada,
S. I. 2ª ed, 1948. Pág. 439).
«Él me fortificaba con estas palabras, que oía yo en lo más íntimo de mi corazón con un regocijo inconcebible: ¡Reinaré, a pesar de mis enemigos y de todos los que a ello quieran oponerse!» (Otra carta de Santa Margarita al Padre Croisset).
Nada temas, Yo reinaré a pesar
de Mis enemigos y de todos aquellos que quieran oponerse
(Santa Margarita María Alacoque: Autobiografía,
92).
"Es preciso que amemos a este Sagrado
Corazón con todas nuestras fuerzas... Él establecerá
su imperio; y reinará a
pesar de todos sus enemigos y de la oposición que se le haga".
(Carta nº 88. A la Madre Saumaise, 6 de junio de 1688. Vida y
obras de Santa Margarita María Alacoque publicadas por J. Mª
Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed, 1948. Pág. 353).
"Espero que
el Divino Corazón reine a pesar de Satanás y de cuantos se
opongan".
(Carta nº 106. A la Hermana La Barge, del 21 de agosto de 1689.
Vida y obras de Santa Margarita María Alacoque publicadas por J.
Mª Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed, 1948. Pág. 391).
Jesucristo le dijo a
Santa Margarita María Alacoque sobre la oración en
el huerto de Getsemaní: Aquí es donde sufrí interiormente más que en todo el resto de mi pasión, al sentirme totalmente abandonado por el cielo y la tierra, cargado con todos los pecados de los hombres Y para unirte a mí, en la humilde oración que presentarás a mi Padre en medio de todas las angustias, te levantarás entre las once y la medianoche para postrarte durante una hora, conmigo |
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Acte de consécration au Sacré Coeur
de Jésus de Ste Marguerite-Marie.
Je donne et consacre au Sacré Ceur de Notre Seigneur
Jésus-Christ ma personne et ma vie, mes actions, peines et
souffrances, pour ne plus vouloir me servir d'aucune partie de
mon être que pour lhonorer, aimer et glorifier. C'est ici
ma volonté irrévocable que d'être tout à Lui et faire tout
pour son amour, en renonçant de tout mon cur à tout ce
qui pourrait Lui déplaire.
Je vous prends donc, ô Sacré Cur, pour l'unique objet de
mon amour, le protecteur de ma vie, l'assurance de mon salut, le
remède de ma fragilité et de mon inconstance, le réparateur de
tous les défauts de ma vie et mon asile assuré à l'heure de ma
mort.
Soyez donc, ô Ceur de bonté! ma justification envers Dieu
le Père et détournez de moi les traits de sa juste colère. O
Ceur d'amour ! je mets toute ma confiance en vous, car je
crains tout de ma malice et de ma faiblesse, mais j'espère tout
de votre bonté.
Consumez donc en moi tout ce qui vous peut déplaire ou résister
! Que votre pur amour vous imprime si avant dans mon cur
que jamais je ne vous puisse oublier, ni être séparée de vous
que je conjure, par toutes vos bontés, que mon nom soit écrit
en vous, puisque je veux faire consister tout mon bonheur et
toute ma gloire à vivre et à mourir en qualité de votre
esclave.
Ainsi soit-il.
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«Es omnipotente el que desconfía
enteramente de sí mismo para confiar únicamente en Mí».
(Jesús a santa Margarita María Alacoque en junio de
1675).
El 20 de julio de 1685,
fiesta de santa Margarita, caía en viernes. Era el día
de su santo y Margarita María refiere acerca de esa
fecha:
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"Las víctimas deben ser inocentes" (Autobiografía de santa Margarita María Alacoque, VIII. Vida y obras de Santa Margarita María Alacoque publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed, 1948. Pág. 151).
"Nunca debe, quien al cielo aspira, buscar
otro camino que la cruz"
(Autobiografía, 5. Vida y obras de Santa
Margarita María Alacoque publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada,
S. I. 2ª ed, 1948. Pág. 449, pág. 122).
"Querer amar a Dios sin sufrir por
su amor, no es más que una ilusión".
(Carta nº 108. A la Hermana Joly, del 28 de agosto de 1689. Vida
y obras de Santa Margarita María Alacoque publicadas por J. Mª
Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed, 1948. Pág. 397).
"Él vale diez millones de veces más que
todos sus dones, los cuales no pueden ser considerados más que
con relación a su amor".
(Carta 132, tercera de Aviñón, al Padre Juan Croiset, S. I. del
15 de septiembre de 1689. Vida y obras de Santa Margarita María
Alacoque publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed,
1948. Pág. 449).
"La santidad de Dios no puede sufrir la
menor mancha en un alma que conversa con Él. Esta santidad es
como un fuego devorador que penetra y consume hasta la médula de
los huesos y exterminaría mil veces a los pecadores si esta
amorosa misericordia no se pusiera de por medio; pues es
inexorable".
(Carta 132, tercera de Aviñón, al Padre Juan Croiset, S. I. del
15 de septiembre de 1689. Vida y obras de Santa Margarita María
Alacoque publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed,
1948. Págs. 449-450).
"Dios es mi todo, y todo, fuera de Él, es nada para mí".
El Corazón de Jesús tanto
cuidado tendrá de vosotros cuanto os confiéis y abandonéis a
Él.
Cuando no miramos más que a Dios, ni buscamos otra cosa que su
divina gloria, no hay nada que temer.
En la voluntad de Dios encuentra su paz nuestro corazón, y el
alma su alegría y su descanso.
Todas las más amargas amarguras no son más que dulzura en este adorable
Corazón, donde todo se trueca en amor.
Es preciso darlo todo para tenerlo todo; el amor divino
no sufre mezcla de cosa alguna.
Es bueno caminar por la fuerza de su Amor en sentido contrario a
nuestras inclinaciones, sin otro placer ni contento sino el de no
tener ninguno.
Las cruces, desprecios, dolores y aflicciones son los verdaderos tesoros
de los amantes de Jesucristo crucificado.
El mayor bien que podemos tener en esta vida es la conformidad
con Jesucristo en sus padecimientos.
Ámalo con todas tus fuerzas, piensa siempre en Él, deja que Él
haga contigo y para ti todo lo que Él desee, no
ansíes nada más.
Solo el corazón humilde puede entrar en el Sagrado
Corazón de Jesús, conversar con Él, amarle y ser
amado de Él.
Solo en el total desasimiento de ti mismo y de todo lo
que no es Dios hallarás la verdadera paz y dicha
perfecta, porque no teniendo nada, lo hallarás todo en
el Sagrado Corazón de Jesús.
Sé pobre de todo, y el Corazón de Jesús te
enriquecerá.
Olvídate de ti mismo y
entrégate a Él, y Él tendrá cuenta y cuidado de ti.
No puedo decirte más sino que el anonadamiento de ti
mismo te elevará a la unión del Soberano Bien.
Olvidándote, lo poseerás, y abandonándote a
Él, Él te poseerá.
No hay cosa que tanto me contente, como la reserva que guardó
tan exactamente en el discurso de la pasión. A imitación suya,
no abramos la boca sino para orar por los que nos afligen y
maltratan.
Cuando te levantes, entra en el Sagrado Corazón de
Jesús y conságrale tu cuerpo, tu alma, tu corazón y
tu ser por completo, para solamente vivir por su amor y gloria.
Puedo ver, tan claro como el día, que una vida que no tiene el
amor de Jesucristo vive la más grande miseria.
Aplíquense a amar y sufrir amando. Cuando
adquirimos la perfecta sabiduría, entonces haremos todo lo que
Dios desea de nosotros.
Nuestro corazón es tan pequeño, que no caben en él dos amores;
y habiendo sido creado sólo para el divino, no puede
tener descanso cuando se halla con otro.
Basta amar al Santo de los Santos, para llegar a ser santos.
Anda despacio, procurando adaptar tu vida interior y exterior al
modelo de la humilde mansedumbre del Corazón de Jesús.
Este divino Corazón es pura dulzura, humildad y
paciencia, por lo tanto, debemos esperar... El sabe
cuándo actuar.
El Corazón de Jesús es un tesoro oculto e
infinito que no desea más que manifestarse a
nosotros.
Yo vil y miserable criatura, prometo a mi Dios someterme y
sacrificarme a todo lo que pida de mi; inmolando mi corazón al
cumplimiento de todo lo que sea de su agrado, sin reserva de otro
interés más que de su mayor Gloria y puro amor, al cual consagro
y entrego todo mi ser y todos mis momentos.
Nada quiero sino tu Amor y tu Cruz, y esto me basta para ser
Buena Religiosa, que es lo que deseo.
Recuerda que la perfección consiste en conformar la vida y las
acciones totalmente a las virtudes sagradas del Corazón
de Jesús, especialmente su paciencia, su
mansedumbre, su humildad y su caridad. Como resultado,
nuestra vida interior y exterior llega a ser una imagen viva de
El.
Pienso que aquel gran deseo de nuestro Señor de
que su Sagrado Corazón sea honrado con un culto especial tiende
a que se renueven en nuestras almas los efectos de la redención.
El Sagrado Corazón, en efecto, es una fuente inagotable, que no desea
otra cosa que derramarse en el corazón de los humildes, para que
estén libres y dispuestos a gastar la propia
vida según su beneplácito.
Este Corazón divino es un abismo de todos los
bienes, en el que todos los pobres necesitan sumergir sus
indigencias: es un abismo de gozo, en el que hay que sumergir
todas nuestras tristezas, es un abismo de humildad
contra nuestra ineptitud, es un abismo de misericordia para los
desdichados y es un abismo de amor, en el que debe ser sumergida
toda nuestra indigencia.
Si nadas en un mar de distracciones,
ponlas en el fondo de tranquilidad del Sagrado Corazón,
que te alcanzará una victoria segura.
La cruz es en este mundo el patrimonio de los escogidos.
Siempre que te suceda algo penoso, aflictivo, injurioso, di a ti
mismo: Acepta lo que te manda el Sagrado Corazón de
Jesucristo para unirte a sí.
Por encima de todo, conserva la paz del corazón, que es el mayor
tesoro. Para conservarla, nada ayuda tanto como el renunciar a la
propia voluntad y poner la voluntad del Corazón divino
en lugar de la nuestra, de manera que sea ella la que
haga en lugar nuestro todo lo que contribuye a su gloria, y
nosotros, llenos de gozo, nos sometamos a él y confiemos en él
totalmente.
¿Quieren saber ahora, hermanos muy amados, lo que hizo Jesús
conmigo para adaptarme a la misión que había de confiarme?.. Me
inspiró, al mismo tiempo que una sed abrasadora de inmolarme, la
capacidad divina de sufrir..., de vivir muriendo de amor para hacer
conocer y amar al Amor que no es Amado.
Acérquense al Tabernáculo del Rey de amor...vengan, llevándole
gozosos, como ofrenda de apostolado, las dolencias.
Ofrézcanle como rico tesoro las flaquezas
dolorosas de la salud quebrantada.
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Promesas del Sagrado Corazón de Jesús en la
carta 141 "a su director", transmitida por el P.
Croiset.
(Carta 141, "a su director", transmitida por el P.
Croiset S. I. Vida y obras de Santa Margarita María Alacoque
publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed, 1948. Págs.
495-496).
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Las grandes revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús a santa Margarita María Alacoque 1673-1675
El 27 de diciembre de 1673 ocurrió la primera de las grandes revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús a santa Margarita María Alacoque. Estando ella ante el Santísimo, le dijo Jesús:
«Mi divino Corazón está tan apasionado de amor por los hombres, y por ti en particular, que no pudiendo ya contener en sí mismo las llamas de su caridad ardiente, le es preciso comunicarlas por tu medio y manifestarse a todos para enriquecerlos con los preciosos tesoros que te descubro, los cuales contienen las gracias santificantes y saludables necesarias para separarles del abismo de perdición».
(Autobiografía, Cap. IV. Vida y obras de Santa Margarita María Alacoque publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed, 1948. Pág. 115).
En la segunda de las grandes revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús, que debió ocurrir en un primer viernes de mes del año 1674, dice Margarita María:
"Me hizo ver que el ardiente deseo que tenía de ser amado por los hombres y de apartarlos del camino de la perdición, donde los precipita Satanás en tropel, le había hecho formar el designio de manifestar su Corazón a los hombres para sacarlos del imperio de Satán, que Él pretendía arruinar, para colocarnos bajo la dulce libertad del imperio de su amor".
(Carta 133, cuarta de Aviñón, al Padre Juan Croiset, S. I. del 3 de noviembre de 1689. Vida y obras de Santa Margarita María Alacoque publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed, 1948. Págs. 460-461).
En la tercera de las grandes revelaciones, el primer viernes de junio, de 1674, Jesús le confía a Margarita María lo que su Sagrado Corazón quiere de ella y de todos:
En la cuarta de las grandes revelaciones, en la octava del Corpus Christi, entre el 13 y el 20 de junio de 1675; le pide Jesús una Fiesta especial para honrar Su Corazón:
«He aquí este Corazón que tanto ha amado a los hombres, hasta agotarse y consumirse para demostrarles Su Amor,
»y en reconocimiento no recibo de la mayor parte más que ingratitud, por la frialdad y desprecio con que Me tratan en este Sacramento del Amor.
»Pero lo que más Me duele es que sean corazones consagrados a Mí los que así Me tratan.
»Por eso te pido, que sea dedicado el primer viernes, después de la octava del Corpus, a celebrar una Fiesta especial para honrar Mi Corazón,
»comulgando ese día y reparando, a fin de expiar las injurias que he recibido durante el tiempo que he estado expuesto en los altares».
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Revelaciones 1673-1675
Primera de las grandes revelaciones. 27 de diciembre de 1673
"Un día, estando delante del Santísimo Sacramento, me encontré toda penetrada por esta divina presencia, y me abandoné a este Espíritu, entregando mi corazón a la fuerza de su amor. Me hizo reposar por muy largo tiempo sobre su pecho divino, en el cual me descubrió las maravillasde su amor y los secretos inexplicables de su Corazón Sagrado Él me dijo:
«Mi divino Corazón está tan apasionado de amor por los hombres, y por ti en particular, que no pudiendo ya contener en sí mismo las llamas de su caridad ardiente, le es preciso comunicarlas por tu medio y manifestarse a todos para enriquecerlos con los preciosos tesoros que te descubro, los cuales contienen las gracias santificantes y saludables necesarias para separarles del abismo de perdición»".
(Autobiografía, Cap. IV. Vida y obras de Santa Margarita María Alacoque publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed, 1948. Pág. 115).
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Segunda de las grandes
revelaciones, que debió ocurrir en un primer viernes de mes del
año 1674, según el P. Hamon.
Así le refiere santa Margarita María al P. Croiset
esta segunda de las grandes revelaciones:
Se me presentó el Corazón Divino como en un trono de llamas, más ardiente que el sol y transparente como un cristal con su adorable llaga. Estaba rodeado de una corona de espinas, que simbolizaba las punzadas que nuestros pecados le inferían; y una cruz encima significaba que desde el primer instante de su Encarnación, es decir, desde que fue formado este Sagrado Corazón, fue implantada en Él la cruz. Desde aquellos primeros momentos, se vio lleno de todas las amarguras que debían causarle las humillaciones, pobreza, dolor y desprecio que la Sagrada Humanidad debía sufrir durante todo el curso de su vida y de su sagrada Pasión.
Me hizo ver, continúa Margarita María, que el ardiente deseo que tenía de ser amado por los hombres y de apartarlos del camino de la perdición, adonde los precipita Satanás en tropel, le había hecho formar el designio de manifestar su Corazón a los hombres, con todos los tesoros de amor, de misericordia, de gracia, de santificación y de salvación que contiene. A todos aquellos que quisieren tributarle y procurarle todo el amor, el honor y la gloria que esté en su poder, los enriquecerá con abundancia y profusión con esos divinos tesoros del Corazón de Dios que es la fuente de ellos.
Pero es preciso honrarle bajo la figura de ese Corazón de Carne, cuya imagen quería que se expusiera y que llevara yo sobre mi corazón, para grabar en él su amor y llenarlo de todos los dones de que Él estaba lleno, y destruir todos sus movimientos desarreglados.
Me aseguró que tiene singular placer en ser honrado bajo la figura de este Corazón de carne cuya imagen quería que se expusiera en público a fin de mover por este medio el corazón insensible de los hombres, añadió.
Me prometió que derramaría en abundancia todos los dones, de que está lleno, sobre el corazón de todos los que le honren.
Y dondequiera que esta imagen fuere expuesta para ser honrada, derramaría sus gracias y bendiciones.
Esta devoción era como un supremo esfuerzo de su amor, que quería favorecer a los hombres en estos últimos tiempos con esta redención amorosa, para sacarlos del imperio de Satán, que Él pretendía arruinar, para colocarnos bajo la dulce libertad del imperio de su amor, que quería restablecer en los corazones de todos los que quisieran abrazar esta devoción.
(Carta 133, cuarta de Aviñón, al Padre Juan Croiset, S. I. del 3 de noviembre de 1689. Vida y obras de Santa Margarita María Alacoque publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed, 1948. Págs. 460-461).
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Tercera de las grandes
revelaciones. Probablemente el primer viernes de junio, del mismo
año 1674 de la segunda gran revelación.
Jesús le confía lo que su Sagrado Corazón quiere de
ella y de todos:
"Me dijo que todas las noches del jueves al viernes me levantase a la hora que Él me señalaría para rezar cinco Pater y cinco Avemarías postrada en tierra haciendo cinco actos de adoración que Él me había enseñado, para rendirle homenaje en la extrema agonía que Él sufrió la noche de su Pasión".
(Fragmentos autobiográficos, IV. Vida y obras de Santa Margarita María Alacoque publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed, 1948. Pág. 195).
"Una vez entre otras, escribe Santa Margarita en su Autobiografía, V, estando expuesto el Santísimo Sacramento, después de sentirme completamente retirada al interior de mí misma por un recogimiento extraordinario de todos mis sentidos y potencias, se me presentó Jesucristo, mi Divino Maestro, todo radiante de gloria, con sus cinco llagas, que brillaban como cinco soles; y por todas partes salían llamas de su sagrada humanidad, especialmente de su adorable pecho, el cual parecía un horno encendido. Abrióse éste y me descubrió su amantísimo y amabilísimo Corazón, que era la viva fuente de estas llamas.
"Entonces fue cuando me descubrió las maravillas inexplicables de su puro amor y el exceso a que le había conducido el amor a los hombres, de los cuales no recibía sino ingratitudes y desprecios.
«Lo que me es mucho más sensible, me dijo, que todo lo que sufrí en mi pasión, tanto que si me me correspondiesen con algo de amor, estimaría poco todo lo que hice por ellos y, querría, si fuese posible, hacer aún más, pero sólo tienen frialdades y desaires para todos mis afanes. Tú al menos dame el gusto de suplir su ingratitud tanto como puedas».
"Y como yo le manifestase mi impotencia, me respondió:
«Toma, ahí tienes con qué suplir todo cuanto te falta».
"Y al mismo tiempo se abrió aquel Divino Corazón y salió de Él una Llama tan ardiente que creí ser consumida, pues quedé toda penetrada por ella y ya no podía soportarla, cuando le rogué que tuviera compasión de mi flaqueza.
«Yo seré tu fuerza, me dijo, nada temas, pero has de estar atenta a mi voz y a cuanto te pido para disponerte al cumplimiento de mis designios.
»Primeramente, me recibirás sacramentado siempre que te lo permita la obediencia, sean cuales fueren las mortificaciones y humillaciones que que vengan sobre ti, las cuales debes recibir por mi amor.
»Comulgarás, además, todos los primeros viernes de cada mes. Y todas las noches del jueves al viernes te haré particípe de la tristeza mortal que tuve que sufrir en el Huerto de los Olivos. Esta tristeza te reducirá, sin que tú puedas comprenderlo, a una especie de agonía más dura de soportar que la muerte. Y a fin de acompañarme en la humilde oración que hice entonces a mi Padre, en medio de todas mis angustias, te levantarás entre once y doce de la noche, para postrarte conmigo durante una hora con el rostro en tierra, ya para calmar la cólera divina, pidiendo misericordia por los pecadores, ya para dulcificar en algún modo la amargura que sentí en el abandono de mis apóstoles, la cual me obligó a reprocharles que no hubiesen podido velar una hora Conmigo, y durante esta hora harás lo que yo te enseñe.
»Pero oye, hija mía, no creas a la ligera a todo espíritu, ni te fíes, porque Satanás está rabiando por engañarte. Por eso, no hagas nada sin permiso de los que te guían, a fin de que, contando con la autoridad de la obediencia, él no pueda engañarte, ya que no tiene poder alguno sobre los obedientes».
(Autobiografía, cap. V. Vida y obras de Santa Margarita María Alacoque publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed, 1948. Págs. 117-118
Y Bougaud, Histoire de la bienheureuse Marguerite Marie, paris, 1900, pp. 243-245).
Cuarta de las grandes revelaciones. Sucedió dentro de la octava del Corpus Christi del año 1675, o sea entre el 13 y el 20 de junio; probablemente el 16 de junio de 1675.
Relata Margarita:
"Estando una vez en presencia del Santísimo Sacramento, un día de su octava (probablemente el 16 de junio de 1675), recibí de Dios gracias excesivas de su amor, y sintiéndome movida del deseo de corresponderle en algo y rendirle amor por amor, me dijo:
«No puedes darme mayor prueba que la de hacer lo que Yo tantas veces te he pedido».
Entonces, descubriendo Su Divino Corazón me dijo:
«He aquí este Corazón que tanto ha amado a los hombres, y que nada ha perdonado, hasta agotarse y consumirse para demostrarles su amor,
»y en reconocimiento no recibo de la mayor parte sino ingratitud, ya por sus irreverencias y sacrilegios, ya por la frialdad y desprecio con que me tratan en este Sacramento del amor.
»Pero lo que me es aún mucho más sensible es que son corazones que me están consagrados los que así me tratan.
»Por eso te pido, que sea dedicado el primer viernes, después de la octava del Corpus, a celebrar una fiesta especial para honrar Mi Corazón,
»comulgando ese día y reparando su honor por medio de un respetuoso ofrecimiento, a fin de expiar las injurias que ha recibido durante el tiempo que ha estado expuesto en los altares.
»También te prometo que mi Corazón se dilatará para derramar en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le rindan este honor y procuren que se le tribute»".
(Autobiografía, cap. VII. Vida y obras de Santa Margarita María Alacoque publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed, 1948. Pág. 142).
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Promesa de los Nueve Primeros Viernes
Un viernes, en la sagrada comunión, me dijo estas Palabras:
«Te prometo, en la excesiva Misericordia de Mi Corazón, que Su Amor Omnipotente concederá a todos los que comulguen Nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la Gracia de la penitencia final; no morirán en Mi desgracia y sin haber recibido los Sacramentos; Mi divino Corazón será su Asilo seguro en el último momento».
(Carta de Santa Margarita a la Madre Saumaise, de Mayo de 1688).También está en la .Bula de canonización por Benedicto XV de santa Margarita María Alacoque de 13 de mayo de 1920 .
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Las propuestas a los reyes en general y las famosas promesas al rey de Francia condicionadas a su consagración al Sagrado Corazón:
Me parece que este Divino Corazón desea entrar con pompa y magnificencia en las casas de los príncipes y reyes para ser en ellas tan honrado, cuanto fue ultrajado y despreciado y humillado en Su Pasión He aquí las Palabras que oí referentes a nuestro rey:
«Haz saber al hijo mayor de Mi Sagrado Corazón, que así como se obtuvo su nacimiento temporal por la devoción a los méritos de Mi Sagrada Infancia, así alcanzará su nacimiento a la gracia y a la gloria eterna por la consagración que haga de su persona a Mi Corazón adorable, que quiere alcanzar victoria sobre el suyo y, por su medio, sobre los de los grandes de la Tierra».
(Carta a la Madre Saumaise, de junio de 1689).
Quiere establecer Su Imperio en la corte de nuestro gran monarca, de quien desea servirse para la ejecución de este Designio que tendrá lugar del modo siguiente:
Debe hacer un edificio, donde se coloque el cuadro de este Divino Corazón para recibir en él la Consagración y homenajes del rey y de toda la corte.
Además, este Divino Corazón quiere ser el protector y defensor de su sagrada persona, contra todos sus enemigos visibles e invisibles, de los cuales quiere defenderle, y asegurar su salvación por este medio; por lo cual le ha escogido como a su fiel amigo, a fin de que consiga autorización de la Sede apostólica para que se pueda celebrar la Misa en Su honor, y obtenga al mismo tiempo los otros privilegios que han de acompañar a esta Devoción del Sagrado Corazón, por medio de la cual quiere concederle a él los tesoros de Sus Gracias, de santificación y de salvación, derramando abundantemente Sus Bendiciones sobre todas sus empresas, que hará prosperar para gloria Suya, dando feliz éxito a sus ejércitos, y victoria contra la malicia de sus enemigos. Dichoso él si se aficiona a esta Devoción, que le conseguirá un reino eterno de honor y de gloria en el Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo.
(Carta a la Madre Saumaise, del 28 de agosto de 1689).
El Corazón de Jesús tiene un gran deseo de que esta Devoción entre en los palacios de los reyes y príncipes de la tierra, a fin de que allí reciba tanto placer, siendo amado y honrado de los grandes, como grandes fueron las amarguras y angustias que experimentó cuando en Su Pasión fue tan despreciado, ultrajado y humillado.
Y esta devoción serviría de gran protección a la persona de nuestro rey (el de Francia).
(Carta de Santa Margarita al padre Croiset, del 15 de septiembre de 1689).
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Jesús le dijo a santa Margarita María:
«Tengo sed, pero una sed tan ardiente de ser amado por los hombres en el Santísimo Sacramento, que esta sed me consume y no hallo a nadie que se esfuerce según mi deseo en apagármela, correspondiendo de alguna manera a mi amor».
(Carta 133, cuarta de Aviñón, al Padre Juan Croiset, S. I. del 3 de noviembre de 1689. Vida y obras de Santa Margarita María Alacoque publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed, 1948. Pág. 464).«Hija mía, tu deseo de recibirme ha penetrado tan dentro de mi Corazón que, si no hubiese instituido este Sacramento de amor, lo instituiría ahora para hacerme tu alimento. Me agrada tanto que deseen recibirme que, todas las veces que el corazón forma este deseo, otras tantas lo miro amorosamente para atraerle a mí».
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San Francisco de Sales, el viernes siguiente a la octava del Corpus de año 1610, le escribió a santa Juana Francisca Fremiot de Chantal:
"Buenos días, mi muy querida hija. Esta noche Dios me ha hecho pensar que nuestra casa, nuestra Orden de la Visitación, es suficientemente importante, por su gracia, para llevar su blasón, su emblema, su eficaz grito de batalla. He pensado, querida Madre, que si usted está de acuerdo, adoptemos como nuestro escudo de armas un Corazón atravesado por dos flechas, rodeado de espinas y que sirva de base a una cruz en la que estén grabados los sagrados nombres de Jesús y de María".
Sesenta y cinco años después, santa Margarita María Alacoque, religiosa de la Orden de la Visitación, recibió del Señor Jesús, el Verbo hecho carne, el encargo de conseguir que la Iglesia estableciese una fiesta litúrgica el viernes siguiente a la octava de Corpus, en honor de su Sagrado Corazón, que le mostró con la herida de la lanza, rodeado de espinas, con una cruz clavada en lo alto y envuelto en llamas ardientes y luminosas.
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Santa Margarita María Alacoque: Autobiografía. Traducción española en Vida y obras de Santa Margarita María Alacoque publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed, 1948.
Vida de santa Margarita María en sus propias palabras, traducción inglesa: https://web.archive.org/web/20110717225838/http://sacredheart.vndv.com/sacred2.htm
Gauthey, Mgr, archevêque de Besançon
Vie et Oeuvres de sainte Marguerite-Marie Alacoque.
T. I. Vie. - T. 2. Oeuvres. T. 3. Documents.
3 volumes in-8°. T. 1, 650 p. ; t. 2, 862 p. ; t. 3, 831 p. [65].
Nouvelle édition authentique, publiée par le monastère de la
Visitation de Paray-le-Monial, d'après la troisième édition
qui avait été totalement refondue et notablement augmentée par
Mgr Gauthey, archevêque de Besançon
Gigord, éditeur 1920
Mons. Gauthey: Vida y Obras de Santa Margarita María Alacoque. Traducción española del Primer Monasterio de la Visitación. Madrid. 1921. [Incluye la Bula de canonización de 1920, de Benedicto XV, y su traducción].
A. Hamon, S.I.: Vida de la beata Margarita María. Traducción española, Ed. Subirana, 1916
Mons. Bougaud: Histoire de la Bienheureuse Marguerite-Marie
Vida y obras de Santa Margarita María Alacoque publicadas por J. Mª Sáenz de Tejada, S. I. 2ª ed, 1948.
Otra fuente: https://aparicionesdejesusymaria.blog/2016/10/17/santa-margarita-ma-alacoque-revelaciones-del-corazon-de-jesus/