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Santa Maria Faustina Kowalska
DIARIO
La Divina Misericordia en mi alma
Editorial de los Padres Marianos de la Inmaculada
Concepción de la Santísima Virgen Maria
Edición cuarta autorizada
Stockbridge, Massachussets 2001
PROLOGO
DE LA PRIMERA
EDICION
Padre
Estanislao Serafín Michalenko, M.I.C, Vicepostulador
de la causa de canonización de la beata Sor Faustina.
Stockbridge Eden Hill, 5 de octubre de 1996
Al dar a conocer el Diario en castellano nos sentimos
muy felices de haber podido satisfacer, con la gracia de Dios, el
anhelo de muchas almas que deseaban conocer este testimonio
espiritual y místico sobre la Divina Misericordia.
Su autora, la beata (santa) Maria Faustina del
Santísimo Sacramento, de la Congregación de la Madre de Dios de
la Misericordia, de Cracovia, Polonia, lo escribió por orden de
su Director Espiritual, el rev. P. Miguel Sopocko, queriendo
además cumplir y obedecer la voluntad de Jesús:
Hija Mía, se diligente en apuntar cada frase
que te digo sobre Mi misericordia porque están destinadas
para un gran numero de almas que sacaran provecho de ellas (Diario,
1142).
Su
misión era transmitir lo que quería Nuestro Señor, es decir
que todo el mundo conociera la Misericordia de Dios. Su Diario
es un impresionante relato de las ascensiones y de la
oscuridad del alma, es un testimonio de una fe difícil e
inquebrantable. Es, ante todo, un testimonio de la confianza
total s la infinita misericordia de Cristo.
El
Diario está contenido en seis cuadernos. Sor Faustina escribía
como pensaba y como hablaba. Cada frase es una fuente de
conocimiento divino.
En
1980, el Santo Padre Juan Pablo II, dedicó a la
Divina Misericordia su segunda encíclica: Rico
En misericordia. Sería muy de desear su estudio
detallado para indicar los puntos de contacto entre el Diario de
Sor Faustina y la mencionada encíclica. Los puntos de contacto
son seguramente numerosos porque se inspiran en la misma fuente,
es decir, la revelación de Dios y las enseñanzas de Cristo.
Ahora
un poco de la historia de la devoción a la Divina Misericordia.
Sor Faustina en su Diario escribió:
"Oh Dios mío, Amor mío, porque sé que en
el momento de la muerte empezará mi misión" (#1729).
Pues,
así fue. Después de su muerte, el 5 de octubre de 1938, la
devoción a la Divina Misericordia, aunque con muchas
dificultades, se ha propagado por todo el mundo como "un
incendio" . La confianza en la Divina Misericordia fue
transmitida a los Estados Unidos por el rev. P. José
Jarzebowski, de la Congregación de los Padres marianos
de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen Maria. El
supo del Mensaje de la Divina Misericordia gracias al confesor de
Sor Faustina, el Rev. P. Miguel Sopocko.
Después de su milagrosa liberación de manos de los hitlerianos
y los rusos, pasando por el Lejano Oriente, en 1941 vino a los
Estados Unidos. El Rev. P. José animó a sus
hermanos de la futura Provincia de San Estanislao Kostka, a
propagar el Mensaje de la Divina Misericordia. En poco tiempo, la
devoción a la Divina Misericordia llegó a México junto con el Rev.
P. Jarzebowski.
Para
nosotros es una satisfacción muy especial el presentar el Diario
de la beata (santa) Faustina Kowalska, a toda la población de
habla hispana, a todas las naciones del mundo que no lo poseían
en esta versión, y que seguramente apreciarán su valor
incuestionable y lo extraordinario de las enseñanzas teológicas
contenidas en el mismo, despertando en el lector un mejor
conocimiento de la Misericordia de Dios, de manera que Jesús sea
mejor conocido y más tiernamente amado como Rey de la
Misericordia.
La
presente primera edición es autorizada. La Editorial de
los Padres Marianos, deseando participar espiritualmente en este
importante acto, entrega a manos de los lectores el Diario de
la beata (santa) Faustina. Esperamos que
además de ser una expresión de veneración y de memoria,
indicará también cómo amar, escuchar y suplicar a Dios
Misericordioso.
Padre
Estanislao Serafín Michalenko, M.I.C.
Vicepostulador
de la causa de canonización de la beata Sor Faustina.
Stockbridge
Eden Hill, 5 de octubre de 1996
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INTRODUCCION
A LA PRIMERA EDICION EN POLACO
Andrzej M. Deskur, Arzobispo Titular de
Tene, Roma, 20 de diciembre de 1980
Al
presentar esta edición del Diario de Sor Faustina Kowalska,
estoy plenamente consciente de ofrecer un documento de la mística
católica de un valor excepcional no sólo para mística
católica de un valor excepcional no sólo para la Iglesia en
Polonia, sino también para la Iglesia Universal. Es una edición
critica y fidedigna, preparada por la Postulación (=en el
proceso informativo) de Sor Faustina, bajo la supervisión de la
Arquidiócesis de Cracovia, órgano competente en este terreno.
El
Diario cuyo tema es la devoción a la Divina Misericordia,
últimamente se hizo muy actual por dos razones:
Primero,
la Congregación para la Enseñanza de la fe, con su declaración
de hace dos años, revocó definitivamente los
reparos presentados anteriormente por la Congregación del Santo
Oficio, acerca de los escritos de Sor Faustina. La revocación de
la "Notificación" hizo que la devoción a la Divina
Misericordia, presentada en el mencionado Diario, ha
cobrado una nueva vitalidad en todos los continentes, de lo que
dan prueba numerosos testimonios que llegan continuamente a la
Postulación y a la Congregación a la que Sor Faustina
perteneció.
Segundo,
la encíclica últimamente publicada Dives in misericordia del
Papa Juan Pablo II ha enfocado, felizmente, la mirada de la
Iglesia y también la del mundo laico hacia este admirable
atributo de Dios, y, al mismo tiempo, este extraordinario aspecto
de la economía de la salvación, que es la misericordia de Dios.
Sería
oportuno presentar un detallado estudio para indicar la
convergencia entre el Diario de Sor Faustina y la citada
encíclica. Estos puntos de contacto seguramente son numerosos,
ya que toman la inspiración de la misma fuente, es decir de la
revelación de Dios y de la enseñanza de Cristo. Además
nacieron en el mismo ambiente espiritual de Cracovia, ciudad
donde, según sé, está la más antigua iglesia dedicada al
culto de la Divina Misericordia. Cabe subrayar también que fue
el propio cardenal Carol Wajtyla, el entonces arzobispo de
Cracovia, quien empezó trámites para abrir el proceso de
beatificación de Sor Faustina Kowalska y dió inicio a este
proceso.
A
la luz de lo dicho, el Diario de Sor Faustina ha cobrado una
enorme importancia para la espiritualidad católica y de allí la
necesidad de preparar su edición fidedigna para evitar la
deformación del texto por personas que, tal vez actúen de buena
fe, pero no estén suficientemente preparadas para ello. De este
modo se evitarán ediciones que difieran entre sí, e incluso
contengan contradicciones, tal y como sucedió con el diario
espiritual de santa Teresa del Niño Jesús, Historia de un
Alma.
Durante
una lectura superficial del Diario llama la atención la
sencillez del lenguaje e incluso las faltas gramaticales y
estilísticas. Pero el lector debe tener presente que la autora
del Diario tenía apenas una formación básica, no
completa. Las enseñanzas teológicas expuestas en el Diario no
dejan en el lector la menor duda de que son de carácter
extraordinario. Ya este contraste entre la formación de Sor
Faustina y lo sublime que es su enseñanza teológica indica la
influencia especial de la gracia de Dios.
Deseo recordar aquí mi encuentro con la bien conocida
alma mística de [los] nuestros, Sor Speranza, que en Colle
Valenza, cerca de Todi, Italia, dio inicio al santuario Amore
Misericordioso, lugar de numerosas peregrinaciones. Le pregunté
a Sor Speranza si conocía los escritos de Sor Faustina y qué
pensaba de ellos. Me contestó con sencillez: "Los escritos
contienen una enseñanza maravillosa, pero durante su lectura hay
que tener presente que Dios habla a los filósofos con el
lenguaje de filósofos y a las almas sencillas con lenguaje
sencillo, y que sólo a estas últimas revela las verdades
ocultas para los sabios y los sensatos de este mundo".
Antes de terminar esta introducción, me permito citar
un recuerdo personal más. En 1952, asistí por primera vez a una
solemne beatificación en la basílica de San Pedro. Después de
la ceremonia unas personas que también habían participado en
ella, me preguntaron: ¿Quién era el beatificado o la
beatificada? La pregunta me produjo gran confusión, porque en
aquel momento ni siquiera me recordaba quienes eran esos
beatificados, aunque me daba cuenta de que el sentido de una
beatificación consiste, realmente, en proporcionar al pueblo de
Dios un modelo de vida para contemplar e imitar.
Entre los beatos y candidatos a subir a los altares,
figuran dos polacos. Todo el mundo los conoce y sabe quienes han
sido, que han hecho durante sus vidas y que mensaje nos han
traído. Son: el beato (san) Maximiliano Kolbe, mártir del amor
y Sor (santa) Faustina Kowalska, apóstol de la Divina
Misericordia.
Andrzej M. Deskur
Arzobispo Titular de
Tene
Roma, 20 de diciembre de 1980
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INTRODUCCION
Sor
Ma. Elzbieta Siepak. De la Congregación de las Hermanas
de la Madre de Dios de la Misericordia
- Santa María Faustina Kowalska, apóstol
de la divina Misericordia, conocida actualmente en el
mundo entero, ha sido incluida por los teólogos entre
los destacados místicos de la Iglesia.
Nació
como la tercera hija entre diez hermanos de una pobre y piadosa
familia campesina de la aldea de Glogowiec. En el santo bautizo,
celebrado en la iglesia parroquial de Swinice Warckie, se le
impuso el nombre de Elena. Desde pequeña se
destacó por la piedad, el amor a la oración, la laboriosidad y
la obediencia, y por una gran sensibilidad ante la pobreza humana.
Su educación escolar no duró ni siquiera tres años: al cumplir
14 años abandonó la casa familiar para trabajar de sirvienta
en Aleksandrów y Lodz, y mantenerse a sí misma y ayudar a sus
padres.
Ya
desde los 7 años Elena sintió en su alma el llamado a la vida
religiosa (dos años antes de recibir la Primera Comunión), pero
sus padres no le dieron el permiso para que entrara en el
convento. Ante la negativa, la niña intentó apagar dentro de
sí el llamado de Dios; sin embargo, apresurada por la visión de
Cristo sufriente y las palabras de reproche:
¿Hasta cuándo Me harás sufrir, hasta cuándo
Me engañarás? (Diario, 9)
empezó
a buscar ser aceptada en algún convento. Pero donde llamaba la
despedían. Finalmente, el 1 de agosto de 1925, pasó el umbral
de la clausura de la casa de la Congregación de las Hermanas de
la Madre de Dios de la Misericordia, en la calle Zytnia, en
Varsovia. En su Diario confesó:
Me pareció que entré en la vida del paraíso. De
mi corazón brotó una sola oración, la de acción de
gracias (Diario, 17).
Unas
semanas después sintió una fuerte tentación de trasladarse a
otro convento donde pudiera tener más tiempo para rezar.
Entonces, el Señor Jesús, enseñándole su faz desgarrada y
martirizada, dijo:
Tú Me causarás un dolor semejante, si sales de
esta Congregación. Te he llamado aquí y no a otro lugar, y
te tengo preparadas muchas gracias (Diario, 19).
En
la Congregación recibió el nombre de Sor María Faustina. El
noviciado lo pasó en Cracovia, donde en presencia del obispo
Estanislao Rospond hizo los primeros votos y cinco años después
los votos perpetuos de castidad, pobreza y obediencia. Trabajó
en distintas casas de la Congregación. Pasó los períodos más
largos en Cracovia, Plock y Vilna trabajando como cocinera,
jardinera, y portera.
Para
quien la observara desde fuera nada hubiera delatado su
extraordinaria y rica vida mística. Cumplía sus deberes con
fervor, observaba fielmente todas las reglas del convento, era
recogida y piadosa, pero a la vez natural, alegre, llena de amor
benévolo y desinteresado al prójimo.
Toda
su vida se concentraba en caminar con constancia a la cada vez
más plena unión con Dios y en una abnegada colaboración con
Jesús en la obra de la salvación de las almas.
Jesús mío -confesó en el Diario- Tú sabes que
desde los años más tempranos deseaba ser una gran santa, es
decir, deseaba amarte con un amor tan grande como ninguna
alma Te amó hasta ahora (Diario 1372).
El
Diario revela la profundidad de su vida espiritual. Una lectura
atenta de estos escritos permite conocer un alto grado de unión
de su alma con Dios, permite conocer hasta qué punto Dios se
entregó a su alma y evidencia también sus esfuerzos y combates
en el camino hacia la perfección cristiana. El Señor la colmó
de muchas gracias extraordinarias: los dones de contemplación y
de profundo conocimiento del misterio de la Divina Misericordia,
visiones, revelaciones, estigmas ocultos, los dones de profecía,
de leer en las almas humanas, y de desposorios místicos. Colmada
de tantas gracias, escribió:
Ni las gracias ni las revelaciones, ni los éxtasis,
ni ningún otro don concedido al alma la hacen perfecta, sino
la comunión interior del alma con Dios.
Mi santidad y perfección consisten en una estrecha
unión de mi voluntad con la voluntad de Dios
(Diario, 1107).
El
austero modo de vida y los agotadores ayunos que practicaba desde
antes de entrar en el convento, debilitaron tanto su organismo
que siendo postulante, fue enviada al balneario de Skolimów,
cerca de Varsovia, para recuperar la salud. Tras el primer año
de noviciado, le vinieron experiencias místicas sumamente
dolorosas; las de la llamada noche oscura, y
luego, sufrimientos espirituales y morales
relacionados con la realización de su misión que le fue
encomendada por el Señor. Sor Faustina se ofreció como
víctima por los pecadores y con este propósito
experimentó también diversos sufrimientos para, a través de
ellos, salvar las almas de aquellos. En los últimos años de su
vida aumentaron los sufrimientos interiores, la llamada noche
pasiva del espíritu y las dolencias del cuerpo: se
desarrolló la tuberculosis que atacó los
pulmones y el sistema digestivo. A causa de ello dos veces fue
internada en el hospital de Pradnik en Cracovia, por varios meses.
Extenuada
físicamente por completo, pero plenamente adulta de espíritu y
unida místicamente con Dios, falleció en olor de santidad, el 5
de octubre de 1938, a los 33 años, de los que 13 fueron en el
convento. Su cuerpo fue sepultado en la tumba común, en el
cementerio de la Comunidad en Cracovia--Lagiewniki, y luego,
durante el proceso informativo en 1966, trasladado a la capilla.
A
esta sencilla monja, sin grandes estudios, pero valerosa y
abandonada totalmente en Dios, el Señor Jesús le confió una
gran misión: el mensaje de la misericordia dirigido a todo el
mundo.
"Te envío --dijo-- a toda la
humanidad con Mi misericordia. No quiero castigar a la
humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla a Mi
Corazón Misericordioso (Diario, 1588). Tú eres la
secretaria de Mi misericordia; te he escogido para este cargo,
en ésta y en la vida futura (Diario, 1605), (... ...) para
que des a conocer a las almas la gran misericordia que tengo
con ellas, y que las invites a confiar en el abismo de Mi
misericordia" (Diario, 1567).
- La misión de Sor Faustina consiste,
en resumen, en recordar una verdad de la fe, conocida
desde siempre, pero olvidada, sobre el amor
misericordioso de Dios al hombre y en transmitir nuevas
formas de culto a la Divina Misericordia, cuya práctica
ha de llevar a la renovación religiosa en el espíritu
de confianza y misericordia cristianas.
El
Diario que Sor Faustina escribió durante los últimos 4
años de su vida por un claro mandato del Señor Jesús,
es una forma de memorial, en el que la autora registraba, al
corriente y en retrospectiva, sobre todo los "encuentros"
de su alma con Dios. Para sacar de estos apuntes la esencia de su
misión, fue necesario un análisis científico. El mismo fue
hecho por el conocido y destacado teólogo, Padre profesor Ignacy
Rózycki. Su extenso análisis fue resumido en la
disertación titulada "La Divina Misericordia. Líneas
fundamentales de la devoción a la Divina Misericordia". A
la luz de este trabajo resulta que todas las publicaciones
anteriores a él, dedicadas a la devoción a la Divina
Misericordia transmitida por Sor Faustina, contienen solamente
algunos elementos de esta devoción, acentuando a veces
cuestiones sin importancia para ella. Por ejemplo, destacan la
letanía o la novena, haciendo caso omiso a la Hora de la
Misericordia. El mismo Padre Rózycki hace referencia a ese
aspecto diciendo: "Antes de conocer las formas concretas de
la devoción a la Divina Misericordia, cabe decir que no figuran
entre ellas las conocidas y populares novenas ni letanías".
La
base para distinguir éstas y no otras oraciones o prácticas
religiosas como nuevas formas de culto a la Divina Misericordia,
lo son las concretas promesas que el Señor Jesús prometió
cumplir bajo la condición de confiar en la bondad de Dios y
practicar misericordia para con el prójimo. El Padre Rózycki
distingue cinco formas de la devoción a la
Divina Misericordia.
a. La imagen de Jesús Misericordioso. El esbozo
de la imagen le fue revelado a Sor Faustina en la visión del 22
de febrero de 1931 en su celda del convento de Plock.
"Al anochecer, estando yo en mi celda --escribe
en el Diario-- ví al Señor Jesús vestido con una túnica
blanca. Tenía una mano levantada para bendecir y con la otra
tocaba la túnica sobre el pecho. De la abertura de la
túnica en el pecho, salían dos grandes rayos: uno rojo y
otro pálido. (...) Después de un momento, Jesús me dijo: Pinta
una imagen según el modelo que ves, y firma: Jesús, en Ti
confío (Diario 47). Quiero que esta imagen (...) sea
bendecida con solemnidad el primer domingo después de la
Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la
Misericordia" (Diario, 49).
El
contenido de la imagen se relaciona, pues, muy estrechamente con
la liturgia de ese domingo. Ese día la Iglesia lee el Evangelio
según San Juan sobre la aparición de Cristo resucitado en el
Cenáculo y la institución del sacramento de la penitencia (Jn
20, 19-29). Así, la imagen presenta al Salvador resucitado que
trae la paz a la humanidad por medio del perdón de los pecados,
a precio de su Pasión y muerte en la cruz. Los rayos de la
Sangre y del Agua que brotan del Corazón (invisible en
la imagen) traspasado por la lanza y las señales de los
clavos, evocan los acontecimientos del Viernes Santo (Jn 19, 17-18,
33-37). Así pues, la imagen de Jesús Misericordioso une en sí
estos dos actos evangélicos que hablan con la mayor claridad del
amor de Dios al hombre.
Los
elementos más característicos de esta imagen de Cristo son los
rayos. El Señor Jesús, preguntado por lo que significaban,
explicó:
"El rayo pálido simboliza el Agua que
justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que
es la vida de las almas (...). Bienaventurado quien
viva a la sombra de ellos" (Diario, 299).
Purifican
el alma los sacramentos del bautismo y de la penitencia,
mientras que la alimenta plenamente la Eucaristía. Entonces,
ambos rayos significan los sacramentos y todas las
gracias del Espíritu Santo cuyo símbolo
bíblico es el agua y también la nueva alianza
de Dios con el hombre contraída en la Sangre de Cristo.
A
la imagen de Jesús Misericordioso se le da con frecuencia el
nombre de imagen de la divina Misericordia. Es
justo porque la Misericordia de Dios hacia el hombre se reveló
con la mayor plenitud en el misterio pascual de Cristo.
La
imagen no presenta solamente la Misericordia de Dios, sino que
también es una señal que ha de recordar el deber cristiano de confiar
en Dios y amar activamente al prójimo.
En la parte de abajo --según la voluntad de Cristo-- figura la
firma: "Jesús, en Ti confío".
"Esta imagen ha de recordar las exigencias
de Mi misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte que
sea, es inútil" (Diario, 742).
Así comprendido el culto a la imagen, a saber, la
actitud cristiana de confianza y misericordia, vinculó el Señor
Jesús promesas especiales de: la salvación eterna, grandes
progresos en el camino hacia la perfección cristiana, la gracia
de una muerte feliz, y todas las demás gracias que le fueren
pedidas con confianza.
"Por medio de esta imagen colmaré a las
almas con muchas gracias. Por eso quiero, que cada alma tenga
acceso a ella" (Diario, 570).
b. La Fiesta de la Misericordia. De entre todas
las formas de la devoción a la Divina Misericordia reveladas por
Sor Faustina, ésta es la que tiene mayor importancia.
El Señor Jesús habló por primera vez del establecimiento de
esta Fiesta en Plock en 1931, cuando comunicó a Sor Faustina su
deseo de que pintara la imagen:
"Deseo que haya una Fiesta de la
Misericordia. Quiero que esta imagen que pintarás con el
pincel sea bendecida con solemnidad el primer domingo
después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser
la Fiesta de la Misericordia" (Diario, 49).
La elección del primer domingo después de la Pascua de
Resurrección para la Fiesta de la Misericordia, tiene su
profundo sentido teológico e indica una estrecha relación entre
el misterio pascual de redención y el misterio
de la Divina Misericordia. Esta relación se ve subrayada aun
más por la novena de coronillas a la Divina
Misericordia que antecede ala Fiesta y que empieza el Viernes
Santo.
La fiesta no es solamente un día de adoración especial
de Dios en el misterio de la misericordia, sino también el
tiempo en que Dios colma de gracias a todas las personas.
"Deseo --dijo el Señor Jesús-- que
la Fiesta de la Misericordia sea un refugio y amparo para
todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores (Diario,
699). Las almas mueren a pesar de Mi amarga Pasión. Les
ofrezco la última tabla de salvación, es decir, la Fiesta
de Mi Misericordia. Si no adoran Mi misericordia morirán
para siempre" (Diario, 965).
Las promesas extraordinarias que el Señor Jesús
vinculo a la Fiesta demuestran la grandeza de la misma.
"Quien se acerque ese día a la Fuente de
Vida --dijo Cristo-- recibirá el perdón total de las culpas
y de las penas" (Diario, 300).
"Ese día están abiertas las entrañas de
Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre
aquellas almas que se acercan al manantial de Mi misericordia;
(...) que ningún alma tenga miedo de acercarse a Mí, aunque
sus pecados sean como escarlata" (Diario, 699).
Para poder recibir estos grandes dones hay que cumplir
las condiciones de la devoción a la Divina Misericordia (confiar
en la bondad de Dios y amar activamente al prójimo), estar en
estado de gracia santificante (después de confesarse) y recibir
dignamente la Santa Comunión.
"No encontrará alma ninguna la
justificación --explicó Jesús-- hasta que no se
dirija con confianza a Mi misericordia y por eso el primer
domingo después de la Pascua ha de ser la Fiesta de la
Misericordia. Ese día los sacerdotes deben hablar a las
almas sobre Mi misericordia infinita" (Diario, 570).
c. La coronilla a la Divina Misericordia. El
Señor Jesús dictó esta oración a Sor Faustina entre el 13
y el 14 de septiembre de 1935 en Vilna, como una
oración para aplacar la ira divina (vea el Diario, 474 -- 476).
Las personas que rezan esta coronilla ofrecen a Dios
Padre "el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad"
de Jesucristo como propiciación de sus pecados, los pecados de
sus familiares y los del mundo entero. Al unirse al sacrificio de
Jesús, apelan a este amor con el que Dios Padre ama a Su Hijo y
Él a todas las personas.
En esta oración piden también "misericordia para
nosotros y el mundo entero" haciendo, de este modo, un acto
de misericordia. Agregando a ello una actitud de confianza y
cumpliendo las condiciones que deben caracterizar cada oración
buena (la humildad, la perseverancia, la sumisión a la voluntad
de Dios), los fieles pueden esperar el cumplimiento de las
promesas de Cristo que se refieren especialmente a la hora de la
muerte: la gracia de la conversión y una muerte serena. Gozarán
de estas gracias no solo las personas que recen esta coronilla,
sino también los moribundos por cuya intención la recen otras
personas.
"Cuando la coronilla es rezada junto al
agonizante --dijo el Señor Jesús-- se aplaca la ira
divina y la insondable misericordia envuelve al alma" (Diario,
811).
La promesa general es la siguiente:
"Quienes recen esta coronilla, me complazco
en darles todo lo que me pidan (Diario, 1541, ... ...) si
lo que me pidan está conforme con Mi voluntad". (Diario,
1731).
Todo lo que es contrario a la voluntad de Dios no es
bueno para el hombre, particularmente para su felicidad eterna.
"Por el rezo de esta coronilla -- dijo
Jesús en otra ocasión -- Me acercas la humanidad"
(Diario, 929).
"A las almas que recen esta coronilla, Mi
misericordia las envolverá ( ... ...) de vida y
especialmente a la hora de la muerte". (Diario, 754).
d. La Hora de la Misericordia. En
octubre de 1937, en unas circunstancias poco aclaradas por Sor
Faustina, el Señor Jesús encomendó adorar en la hora de su
muerte:
"Cuantas veces oigas el reloj dando
las tres, sumérgete en Mi misericordia, adorándola y
glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero
y, especialmente, para los pobres pecadores, ya que en ese
momento, se abrió de par en par para cada alma" (Diario,
1572).
El
Señor Jesús definió bastante claramente los propios modos de
orar de esta forma de culto a la Divina Misericordia.
"En esa hora --dijo a Sor Faustina--
procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan tus
deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos
entra un momento en la capilla y adora
en el Santísimo Sacramento a Mi Corazón que está lleno de misericordia. Y si no puedes
entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde
estés, aunque sea por un brevísimo instante" (Diario,
1572).
El
Padre Rózycki habla de tres condiciones para que sean escuchadas las
oraciones de esa hora:
- La oración ha de ser dirigida a Jesús.
- Ha de ser rezada a las tres de la tarde.
- Ha de apelar a los valores y méritos de
la Pasión del Señor.
"En esa hora --prometió Jesús-- puedes
obtener todo lo que pidas para ti o para los demás. En esa
hora se estableció la gracia para el mundo entero: la
misericordia triunfó sobre la justicia" (Diario,
1572).
e.
La propagación de la devoción a la Divina Misericordia. Entre
las formas de devoción a la Divina Misericordia, el Padre
Rózycki distingue además la propagación de la devoción a la
Divina Misericordia, porque con ella también se relacionan
algunas promesas de Cristo.
"A las almas que propagan la devoción a Mi
misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre
cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte
no seré para ellas el Juez, sino el Salvador Misericordioso"
(Diario, 1075).
La
esencia del culto a la Divina Misericordia consiste en la actitud
de confianza hacia Dios y la caridad hacia el prójimo. El
Señor Jesús exige que "sus criaturas confíen en Él"
(Diario, 1059) y hagan obras de misericordia: a través de sus
actos, sus palabras y su oración.
"Debes mostrar misericordia al prójimo
siempre y en todas partes. No puedes dejar de hacerlo, ni
excusarte, ni justificarte"(Diario, 742).
Cristo
desea que sus devotos hagan al día por lo menos un acto de amor
hacia el prójimo.
La propagación de la devoción a la Divina Misericordia
no requiere necesariamente muchas palabras, pero sí, siempre,
una actitud cristiana de fe, de confianza en Dios, y el
propósito de ser cada vez más misericordioso.
Un ejemplo de tal apostolado lo dio Sor Faustina durante
toda su vida.
f. El culto a la Divina Misericordia tiene como fin
renovar la vida religiosa en la Iglesia en el espíritu de
confianza cristiana y misericordia. En este contexto hay que leer
la idea de "la nueva Congregación" que encontramos en
las páginas del Diario. En la mente de la propia Sor Faustina
este deseo de Cristo maduró poco a poco, teniendo cierta
evolución: de la orden estrictamente contemplativa al movimiento
formado también por Congregaciones activas, masculinas y
femeninas, así como por un amplio círculo de laicos en el mundo.
Esta gran comunidad multinacional de personas constituye una sola
familia unida por Dios en el misterio de su misericordia, por el
deseo de reflejar este atributo de Dios en sus propios corazones
y en sus obras y de reflejar su gloria en todas las almas. Es una
comunidad de personas de diferentes estados y vocaciones que
viven en el espíritu evangélico de confianza y misericordia,
profesan y propagan con sus vidas y sus palabras el inabarcable
misterio de la Divina Misericordia e imploran la Divina
Misericordia para el mundo entero.
La misión de Sor Faustina tiene su profunda
justificación en la Sagrada Escritura y en algunos documentos de
la Iglesia. Corresponde plenamente a la encíclica Dives in
misericordia del Santo Padre Juan Pablo II.
¡Para mayor gloria de la Divina Misericordia!
Cracovia--Lagiewniki
Sor
Mª. Elzbieta Siepak,
de
la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia
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CUADRO
CRONOLOGICO DE LA VIDA DE SANTA MARIA FAUSTINA KOWALSKA, DE LA
CONGREGACION DE LAS HERMANAS DE LA MADRE DE DIOS DE LA
MISERICORDIA
25 de agosto de 1905 -- Sor Faustina nace en la
aldea de Glgowiec (actualmente la provincia De Konin).
27 de agosto de 1905 - Es bautizada en la
parroquia de San Casimiro en Swinice Warckie (diócesis de
Wloclawek), y recibe el nombre de Elena.
1912 - Por primera vez oye en su alma la voz
que la llama a la vida perfecta.
1914 - Recibe la Primera Comunión.
Septiembre
de 1917 - Comienza la educación en la escuela primaria.
1919 - Empieza a trabajar [como
sirvienta] en casa de los amigos de la familia
Bryszewski en Aleksandrów Lódzki.
30 de octubre de 1921 - Recibe el Sacramento de
la Confirmación administrado por el obispo Vicente Tymieniecki
en Aleksandrów Lódzki.
1922 - Vuelve a la casa familiar para pedir a
los padres el permiso de entrar en un convento, recibe la
negativa.
Otoño
de 1922 - Elena va a Lódz. Durante un año trabaja
[como sirvienta] en la tienda de Marcjanna Sadowska, en
la calle Abramowskiego 29 (2 II 1923
(1 VII 1924)
Julio
de 1924 - Sale a Varsovia con la intención de entrar en un
convento. Se presenta en la casa de la Congregación de la Madre
de Dios de la Misericordia, en la calle Zytnia 3/9. La Superiora
promete recibirla, pero antes le encomienda reunir una pequeña
dote.
1 de agosto de 1925 -- Después de un año de trabajo
como sirvienta, Elena Kowalska vuelve a presentarse a la
Superiora del convento en la calle Zytnia. Es admitida al
postulantado.
23 de enero de 1926 - Va a la casa del noviciado
en Cracovia.
30 de abril de 1926 - Recibe el hábito y el
nombre de Sor María Faustina.
Marzo--abril
de 1927 -- Pasa por un periodo de oscuridad espiritual, que
durará un año y medio.
16
de abril de 1928 - El Viernes Santo el ardor del amor divino
penetra a la novicia sufriente que olvida los sufrimientos
experimentados, conoce con más claridad lo mucho que Cristo
sufrió por ella.
30
de abril de 1928 - Al terminar el noviciado y después del
retiro espiritual de 8 días, hace los primeros votos (temporales).
6--10
de octubre de 1928 - El Capítulo General que se celebra en
la Congregación elige como Superiora General a la Madre
Micaela Moraczewaska que va a ser la Superiora de Sor
Faustina durante toda la vida. Será también su ayuda y consuelo
en los momentos difíciles.
31
de octubre de 1928 - Sale a casa de la Congregación en
Varsovia, en la calleZytnia, para trabajar en la cocina.
21
de febrero -- 11 de junio de 1929 Viaja a Vilna para
sustituir a una hermana que tiene su tercera probación.
Junio
de 1929 - Es mandada a la recién fundada casa de la
Congregación en la calle Hetmanska, en Varsovia.
7
de julio de 1929 - Una breve estancia en Kiekrz, cerca de
Poznan, para sustituir en la cocina a una hermana enferma.
Octubre
de 1929 - Sor Faustina está en la casa varsoviana de la
Congregación, en la Calle Zytnia.
Mayo--junio
de 1930 - Viene a la casa de la Congregación en Plock.
Trabaja en la panadería, en la cocina y en la tienda adjunta a
la panadería.
22
de febrero de 1931 - Tiene una visión del Señor que le
encomienda pintar una imagen según el modelo que ella ve. [Visión
de Plock].
Noviembre
de 1932 - Sor Faustina viene a Varsovia para su
tercera probación (de cinco meses), a la que las
hermanas de la Congregación se someten antes de hacer los votos
perpetuos. Antes de la probación tiene el retiro espiritual en
Walendów.
18
de abril de 1933 - Sale a Cracovia para celebrar el retiro
espiritual de 8 días, antes de los votos perpetuos.
1
de mayo de 1933 - Hace los votos
perpetuos (el obispo Estanislao
Rospond preside la ceremonia).
25
de mayo de 1933 - Viaja a Vilna.
2
de enero de 1934 - Por primera vez visita al pintor E.
Kazimirowski que ha de pintar la imagen de la Divina
Misericordia.
29
de marzo de 1934 - Se ofrece por los pecadores y
especialmente por aquellas almas que han perdido confianza en la
Misericordia de Dios.
Junio
de 1934 - Queda terminada la imagen de la Divina Misericordia
[la versión de Vilna de 1934]. Sor Faustina llora porque
el Señor Jesús no es tan bello como en la visión.
12
de agosto de 1934 - Un fuerte desfallecimiento de Sor
Faustina. El Padre Miguel Sopocko le administra
el sacramento de los enfermos.
13
de agosto de 1934 - Mejoría del estado de salud de Sor
Faustina.
26
de octubre de 1934 - Cuando Sor Faustina, junto con las
alumnas, regresa del jardín para cenar (a las seis menos diez),
ve al Señor Jesús encima de la capilla en Vilna
tal y como lo vio en Plock, es decir con
los rayos pálido y rojo. Los rayos envuelven la capilla
de la Congregación, la enfermería de las alumnas y después se
extienden sobre el mundo entero. [Visión
de Vilna]
15
de febrero de 1935 - Recibe la noticia de una grave
enfermedad de su madre, y va a la casa familiar en Glogowiec. En
el camino de regreso a Vilna, se detiene en Varsovia para ver a
la Madre General, Micaela Moraczewska, y a su antiguo maestra,
Sor María Josefa Brzoza.
19
de octubre de 1935 Sale a Cracovia para participar en el
retiro espiritual de 8 días.
8
de enero de 1936 - Hace una visita al arzobispo Romuald
Jalbrzykowski, Metropolitano de Vilna y le comunica que el
Señor Jesús exige la Fundación de una Congregación nueva.
21
de marzo de 1936 - Sale de Vilna y viene a Varsovia.
25
de marzo de 1936 - Es trasladada a la casa de la
Congregación en Walendów.
Abril
de 1936 - Es trasladada a la casa en la localidad de Derdy (a
2 Km. De Walendów).
11
de mayo de 1936 - Sale de Derdy y va a Cracovia para estar
allí hasta su muerte.
14
de septiembre de 1936 - Un encuentro con el arzobispo
Jalbrzykowski, quien, estando de paso Cracovia, visita la casa de
la Congregación.
19
de septiembre de 1936 - Un examen en el sanatorio de Pradnik
(hoy, el hospital Juan Pablo II).
9
de diciembre de 1936 - 27 de marzo de 1937 Estancia en el
hospital de Pradnik.
29
de julio - 10 de agosto de 1937 Estancia en el balneario de
Rabka.
21
de abril de 1938 - Empeoramiento del estado de salud y el
retorno de Sor Faustina
Agosto
de 1938 - Última carta a la Superiora General en la que Sor
Faustina pide perdón por las desobediencias de toda la vida y la
que termina con las palabras: "Hasta la vista en el
cielo".
25
de agosto de 1938 - Sor Faustina recibe el sacramento de los
enfermos.
2
de septiembre de 1938 - Al visitar a Sor Faustina en el
hospital, el Padre Sopocko la encuentra en éxtasis.
7
de septiembre de 1938 - El regreso del hospital al convento.
5
de octubre de 1938 - A las once menos cuarto de la noche, Sor
María Faustina Kowalska, tras largos sufrimientos soportados con
gran paciencia, ha ido a encontrarse con el Señor para recibir
la recompensa.
7
de octubre de 1938 - Su cuerpo fue sepultado en la tumba
común, en el cementerio de la Comunidad, situado al fondo del
jardín de la casa de la Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia en Cracovia-Lagiewniki.
21
de octubre de 1965 - En la arquidiócesis de Cracovia es
iniciado el proceso Informativo sobre la beatificación de Sor
Faustina.
25
de noviembre de 1966 - Traslado de los restos mortales de Sor
Faustina del Cementerio a la capilla de las Hermanas de la Madre
de Dios de la Misericordia en Cracovia-Lagiewniki.
20
de septiembre de 1967 - Una solemne sesión presidida por el
cardenal Karol Wojtyla pone el punto final al proceso informativo
diocesano. Las actas del proceso son enviadas a Roma.
31
de enero de 1968 - Con decreto de la Congregación para la
Causa de los Santos se abre el proceso de beatificación de la
Sierva de Dios Sor Faustina.
19
de junio de 1981 - La Sagrada Congregación de la Causa de
los Santos, después de completar la investigación de todos los
escritos de la Sierva de Dios Sor Faustina, emite un documento
declarando que "nada se interpone para continuar" con
su causa.
7
de marzo de 1992 - En presencia del Santo Padre, la
Congregación de la Causa de los Santos promulga el decreto de
las Virtudes Heroicas mediante el cual la Iglesia reconoce que
Sor Faustina practicó todas las virtudes de manera heroica. Como
resultado, ella recibe el título de "Venerable" Sierva
de Dios y se abre el camino para verificar el milagro atribuido a
su intercesión.
21 de diciembre de 1992 - El Santo Padre publica
la aceptación del milagro como concedido por la intercesión de
Sor Faustina y anuncia la fecha para su solemne beatificación.
18 de abril de 1993 - Sor Faustina es beatificada
por el Papa Juan Pablo II en Roma el primer domingo después de
Pascua (día revelado por Nuestro Señor a Sor Faustina
como la Fiesta de la Misericordia).
30 de abril de 2000 - La beata Faustina es
canonizada por el Papa Juan Pablo II en Roma el primer domingo
después de Pascua, en la Fiesta de la Misericordia.
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PRIMER CUADERNO
La Divina Misericordia en mi Alma
DIARIO
Sor Faustina
(1)*
[*Las cifras entre paréntesis redondo ( ) indican la página del
manuscrito. Las palabras entre paréntesis cuadrado [] han sido
agregadas por la Editorial para aclarar pasajes del texto].
1 Oh Amor Eterno, mandas
pintar Tu Santa Imagen [1]
y nos revelas la fuente inconcebible de la
misericordia.
Bendices a quien se acerca a Tus rayos,
Y el alma negra se convierte en nieve.
Oh
dulce Jesús, aquí [2] has establecido el trono de Tu
misericordia
Para dar alegría y ayudar al pecador,
De Tu Corazón abierto, como de un manantial puro,
Fluye el consuelo para el alma y el corazón contrito.
Que
el honor y la gloria para esta imagen
No dejen de fluir de las almas de los hombres,
Que cada corazón glorifique la Divina Misericordia
Ahora y por los siglos de los siglos y en cada hora.
Oh,
Dios mío
2 Cuando miro hacia el futuro, me atemorizo,
Pero ¿por qué sumergirse en el futuro?
Para mi solamente el momento actual es de gran valor,
Ya que quizá el futuro nunca llegue a mi alma.
El
tiempo que ha pasado no está en mi poder.
Cambiar, corregir o agregar,
No pudo hacerlo ningún sabio ni profeta,
Así que debo confiar a Dios lo que pertenece al pasado.
Oh
momento actual, tú me perteneces por completo,
Deseo aprovecharte cuanto pueda,
Y aunque soy débil y pequeña,
Me concedes la gracia de tu omnipotencia.
Por
eso, confiando en Tu misericordia,
Camino por la vida como un niño pequeño
Y cada día Te ofrezco mi corazón
Inflamado del amor por Tu mayor gloria.
______________________________________________________________________
* La cifra árabe entre paréntesis ( ) localizada al
principio o dentro del texto, indica la pagina correspondiente en
el manuscrito del Diario. Por otra parte las palabras entre
paréntesis cuadrado [] han sido agregadas por la Editorial para
aclarar pasajes del texto.
Las
cifras que se encuentran al margen del texto del Diario permiten
al lector encontrar diferentes temas en el índice de temas,
personas y localidades.
______________________________________________________________________
(2)
+
JMJ
3 Dios y las almas
Oh, Rey de Misericordia, guía mi alma.
Sor M. Faustina
Del Santísimo Sacramento
Vilna, 28 VII 1934
4
Oh Jesús mío, por la confianza en Ti
Trenzo miles de coronas y sé
Que todas florecerán
Y sé que florecerán cuando las
Ilumine el Sol Divino.
+
Oh gran y Divino Sacramento
Que ocultas a mi Dios
Jesús acompáñame en cada momento,
Y ningún temor invadirá mi corazón.
(3) + Vilna, 28 VII 1934
JMJ + Primer cuaderno
Dios y las almas
5 Seas adorada, oh Santísima
Trinidad, ahora y siempre,
Seas alabada en todas Tus Obras y en todas Tus criaturas.
Que la grandeza de Tu misericordia, oh Dios, sea Admirada y
glorificada.
6 Debo tomar nota [3] de los encuentros de mi
alma Contigo, oh Dios, en los momentos particulares de Tus
visitas. Debo escribir de Ti, oh Inconcebible en la misericordia
hacia mi pobre alma. Tu santa voluntad es la vida de mi
alma. He recibido este mandato de quien Te sustituye
para mi, oh Dios, aquí en la tierra y que me enseña Tu santa
voluntad: Jesús Tú ves que difícil es para mí escribir, y que
no sé describir claramente lo que siento en el alma. Oh Dios,
¿puede la pluma describir cosas para las cuales, a veces, no hay
palabras? Pero me mandas escribir, oh Dios, esto me basta.
Varsovia, 1 VIII 1925
Ingreso en el convento
7 Desde los siete años sentía la
suprema llamada de Dios, la gracia de la vocación a la
vida consagrada. A los siete años por primera vez oí la voz de
Dios en mi alma, es decir, la invitación a una vida más
perfecta. Sin embargo, no siempre obedecí la voz de la gracia.
No encontré a nadie quien me aclarase esas cosas.
8
El decimoctavo año de mi vida, insistente pedido a mis padres el
permiso para entrar en un convento; una categórica negativa de
los padres. Después de esa negativa me entregué a las vanidades
de la vida [4] sin hacer caso alguno a la voz de la gracia,
aunque mi alma (4) en nada encontraba satisfacción. Las
continuas llamadas de la gracia eran para mi un gran tormento,
sin embargo intenté apagarlas con distracciones. Evitaba a Dios
dentro de mi y con toda mi alma me inclinaba hacia las criaturas.
Pero la gracia divina venció en mi alma.
9 Una vez, junto con una de
mis hermanas fuimos a un baile [5]. Cuando todos se divertían
mucho, mi alma sufría [tormentos] interiores. En el momento en
que empecé a bailar, de repente vi a Jesús junto a mí. A
Jesús martirizado, despojado de sus vestiduras, cubierto de
heridas, diciéndome esas palabras:
"¿Hasta cuándo Me harás sufrir,
hasta cuándo Me engañaras?"
En aquel momento dejaron de sonar los alegres
tonos de la música, desapareció de mis ojos la compañía en
que me encontraba, nos quedamos Jesús y yo. Me senté junto a mi
querida hermana, disimulando lo que ocurrió en mi alma con un
dolor de cabeza. Un momento después abandoné discretamente a la
compañía y a mi hermana y fui a la catedral de San Estanislao
Kostka. Estaba anocheciendo, había poca gente en la catedral.
Sin hacer caso a lo que pasaba alrededor, me postré en cruz
delante del Santísimo Sacramento, y pedí al Señor que se
dignara hacerme conocer qué había de hacer en adelante.
10
Entonces oí esas palabras:
"Ve inmediatamente a Varsovia, allí
entrarás en un convento".
Me
levanté de la oración, fui a casa y solucioné las cosas
necesarias. Como pude, le confesé a mi hermana lo que había
ocurrido en mi alma, le dije que me despidiera de mis padres, y
con un solo vestido, sin nada más, llegué a Varsovia.
11 Cuando bajé del tren y vi que cada uno se fue
por su camino, me entró miedo: ¿Qué hacer? ¿A dónde
dirigirme, si no conocía a nadie? Y dije a la Madre de Dios: María,
dirígeme, guíame. Inmediatamente oí en el
alma estas palabras: que saliera de la ciudad a una
aldea [6] donde pasaría una noche tranquila. Así lo hice y
encontré todo tal y como la Madre de Dios me había dicho.
12 Al día siguiente, a
primera hora regresé a la ciudad y entré en la primera iglesia
[7] que encontré y empecé a rezar para que siguiera
revelándose en mí la voluntad de Dios. Las Santas Misas
seguían una tras otra. Durante una oí estas palabras:
"Ve a hablar con este sacerdote [8] y dile
todo, y él te dirá lo que debes hacer en adelante".
Terminada
la Santa Misa (5) fui a la sacristía y conté todo lo que había
ocurrido en mi alma y pedí que me indicara en qué convento
debía estar.
13 Al principio el sacerdote
se sorprendió, pero me recomendó confiar mucho en que Dios lo
arreglaría. "Entretanto yo te mandaré [dijo] a
casa de una señora piadosa [9], donde tendrás alojamiento hasta
que entres en un convento". Cuando me presenté en
su casa, la señora me recibió con gran amabilidad. Empecé a
buscar un convento, pero donde llamaba me despedían [10]. El
dolor traspasó mi corazón y dije al Señor: Ayúdame,
no me dejes sola. Por fin llamé a nuestra puerta [11].
14 Cuando [salió] a mi encuentro la Madre
Superiora [12], la actual Madre General Micaela, tras una breve
conversación, me ordenó ir al Dueño de la casa y preguntarle
si me recibía. En seguida comprendí que debía preguntar al
Señor Jesús. Muy feliz fui a la capilla y pregunté a Jesús: Dueño
de esta casa, ¿me recibes? Una de las hermanas de esta casa me
ha dicho que Te lo pregunte.
En seguida oí esta voz:
"Te recibo, estás en Mi Corazón".
Cuando regresé de la capilla, la Madre
Superiora, primero me preguntó: "Pues bien, ¿te ha
recibido el Señor?". Contesté que sí. "Si el Señor
te ha recibido, yo también te recibo".
15 Tal fue mi ingreso. Sin embargo, por varias
razones, más de un año tuve que estar en el mundo, en casa de
esta piadosa señora [13], pero no volví ya a mi casa.
En
aquella época tuve que luchar contra muchas dificultades, sin
embargo Dios no me escatimaba en su gracia. Mi añoranza de Dios
se hacia cada vez más grande. Esta señora, aunque muy piadosa,
no comprendía la felicidad que da la vida consagrada y en su
bondad, empezó a proyectarme otros planes de vida, pero yo
sentía que tenía un corazón tan grande que nada podía
llenarlo.
16 Entonces, me
dirigí a Dios con toda mi alma sedienta de Él. Eso [fue] durante la Octava de Corpus
Cristi [14]. Dios llenó mi
alma con la luz interior para que lo conociera más profundamente
como el bien y la belleza supremos. Comprendí cuánto me amaba
Dios. Es eterno Su amor hacia mí. Eso fue
durante las vísperas. Con las palabras sencillas que brotaban
del corazón, hice a Dios (6) el voto de castidad
perpetua. A partir de aquel momento sentí una mayor
intimidad con Dios, mi Esposo. En aquel momento hice una
celdita en mi corazón donde siempre me encontraba con Jesús.
17 Por fin, llegó el momento cuando se abrió
para mí la puerta del convento. Eso fue el primero de
agosto [15], al anochecer, en vísperas de la fiesta de
la Madre de Dios de los Ángeles. Me sentía sumamente feliz, me
pareció que entré en la vida del paraíso. De mi corazón
brotó una sola oración, la de acción de gracias.
18 Sin embargo, tres semanas después vi que
aquí había muy poco tiempo para la oración y que muchas otras
cosas me empujaban interiormente a entrar en un convento de regla
más estricta. Esta idea se clavó en mi alma, pero no había en
ella la voluntad de Dios. No obstante, la idea, es decir la
tentación, se hacia cada vez mas fuerte hasta que un día
decidí hablar con la Madre Superiora y salir decididamente. Pero
Dios guió las circunstancias de tal modo que no pude hablar con
la Madre Superiora [16]. Antes de acostarme, entré en una
pequeña capilla [17] y pedí a Jesús la luz en esta cuestión,
pero no recibí nada en el alma, solo me llenó una extraña
inquietud que no llegaba a comprender. A pesar de todo decidí
que a la mañana siguiente, después de la Santa Misa, le
comunicaría a la Madre Superiora de mi decisión.
19 Volví a la celda, las hermanas estaban ya
acostadas y la luz apagada. No sabia qué hacer [conmigo]. Me
tiré al suelo y empecé a rezar con fervor para conocer la
voluntad de Dios. En todas partes había un silencio como en el
tabernáculo. Todas las hermanas como las hostias blancas,
descansan encerradas en el cáliz de Jesús, y solamente desde mi
celda Dios oye el gemido de mi alma. No sabia que
después de las nueve, sin autorización no estaba permitido
rezar en las celdas [18]. Después de un momento, en mi
celda se hizo luz y en la cortina vi. el rostro muy
dolorido del Señor Jesús. Había llagas
abiertas en todo el rostro y dos grandes
lágrimas caían en la sobrecama. Sin saber lo que todo
eso significaba, pregunte a Jesús: Jesús, ¿Quién te
ha causado tanto dolor? Y Jesús contestó:
"Tú Me vas a
herir dolorosamente si sales de este convento. Te
llamé aquí y no a otro lugar y te tengo preparadas muchas
gracias".
Pedí perdón al Señor Jesús e inmediatamente
cambié la decisión que había tomado.
Al
día siguiente fue día de confesión. Conté todo lo que había
ocurrido en mi alma, y el confesor [19] me contestó que había
en ello una clara voluntad de Dios que debía quedarme [en] esta
Congregación y que ni siquiera podía pensar en otro convento. A
partir de aquel momento me siento siempre feliz y contenta.
20 Poco después me enfermé [20]. La querida
Madre Superiora me mandó de vacaciones junto con otras dos
hermanas [21] a Skolimów, muy cerquita de Varsovia. En aquel
tiempo le pregunté a Jesús: ¿Por quién debo rezar
todavía? Me contestó que la noche siguiente me haría
conocer por quien debía rezar.
Vi
al Ángel de la Guarda que me dijo seguirlo. En
un momento me encontré en un lugar nebuloso, lleno de fuego y
había allí una multitud de almas sufrientes.
Estas almas estaban orando con gran fervor, pero sin
eficacia para ellas mismas, solo nosotros podemos
ayudarlas. Las llamas que las quemaban, a mi no me tocaban. Mi
Ángel de la Guarda no me abandonó ni por un solo momento.
Pregunté a estas almas ¿Cuál era su mayor tormento? Y me
contestaron unánimemente que su mayor tormento era la
añoranza de Dios, Vi a la Madre de Dios que
visitaba a las almas en el Purgatorio, Las almas llaman
a Maria "La Estrella del Mar". Ella les trae alivio.
Deseaba hablar más con ellas, sin embargo mi Ángel de la Guarda
me hizo seña de salir. Salimos de esa cárcel de sufrimiento. [Oí
una voz interior]que me dijo:
"Mi misericordia no lo desea, pero la
justicia lo exige".
A
partir de aquel momento me uno más estrechamente a las almas
sufrientes.
21 Fin del postulantado [29 IV 1926].
Las Superioras [22] me mandaron al noviciado a Cracovia. Una
alegría inimaginable reinaba en mi alma. Cuando llegamos al
noviciado [23], la hermana ...[24] estaba muriendo. Unos días
después vino la hermana ... y me mandó ir a la Madre Maestra [25]
y decirle que su confesor, Padre Rospond [26] celebrara en su
intención una Santa Misa y tres jaculatorias. Al principio
consentí, pero al día siguiente pensé que no iría a la Madre
Maestra, porque no entendía bien si había sido un sueño o (8)
realidad. Y no fui. La noche siguiente se repitió lo mismo pero
más claramente, no lo dudaba. No obstante a la mañana siguiente
decidí no decirlo a la Maestra. Se lo diría sólo cuando la
viera durante el día. Un momento después la encontré en el
pasillo [a aquella hermana fallecida], me reprochaba [que] no
había ido en seguida y mi alma se llenó de gran inquietud.
Entonces fui inmediatamente a hablar con la Madre Maestra y le
conté todo lo que había sucedido. La Madre dijo que ella lo
arreglaría. En seguida la paz volvió a mi alma y tres días
después aquella hermana vino y me dijo: "Dios se lo pague".
22 Durante la toma de hábito [27] Dios me dio
a conocer lo mucho que iba a sufrir. Vi claramente a que me
estaba comprometiendo. Fue un minuto de ese sufrimiento. Dios
volvió a colmar mi alma con muchos consuelos.
23 Al final del primer año de noviciado, en
mi alma empezó a oscurecer. No sentía ningún consuelo
en la oración, la meditación venia con gran esfuerzo, el miedo
empezó a apoderarse de mí. Penetré más profundamente en mi
interior y lo único que vi. fue una gran miseria. Vi también
claramente la gran santidad de Dios, no me atrevía a levantar
los ojos hacia El, pero me postré como polvo a sus pies y mendigué
su misericordia. Pasaron casi seis meses y el estado de
mi alma no cambió nada. Nuestra querida Madre Maestra [28] me
daba ánimo [en] esos momentos difíciles. Sin embargo este
sufrimiento aumentaba cada vez más y más. Se acercaba el
segundo año del noviciado. Cuando pensaba que debía hacer los
votos, mi alma se estremecía. No entendía lo que leía,
no podía meditar. Me parecía que mi oración
no agradaba a Dios. Cuando me acercaba a los santos
sacramentos me parecía que ofendía aun más a Dios.
Sin embargo el confesor [29] no me permitió omitir ni una sola
Santa Comunión. Dios actuaba en mi alma de modo singular.
No entendía absolutamente nada de lo que me
decía el confesor. Las sencillas verdades de la fe se
hacían incomprensibles, mi alma sufría sin poder
encontrar satisfacción en alguna parte.(9) Hubo un momento en
que me vino una fuerte idea de que era rechazada por Dios.
Esta terrible idea atravesó mi alma por
completo. En este sufrimiento mi alma empezó a agonizar. Quería
morir pero no podía. Me vino la idea de ¿a
qué pretender las virtudes? ¿Para qué
mortificarme si todo es desagradable a Dios? Al decirlo a la
Madre Maestra, recibí la siguiente respuesta: Debe saber,
hermana, que Dios la destina para una gran santidad. Es una
señal que Dios la quiere tener en el cielo, muy cerca de sí
mismo. Hermana, confié mucho en el Señor Jesús.
Esta
terrible idea de ser rechazados por Dios, es
un tormento que en realidad sufren los condenados.
Recurría a las heridas de Jesús, repetía las palabras de
confianza, sin embargo esas palabras se hacían un
tormento aún más grande. Me presenté delante del
Santísimo Sacramento y empecé a decir a Jesús: Jesús,
Tú has dicho que antes una madre olvidará a su niño recién
nacido que Dios olvide a su criatura, y aunque ella lo olvide, Yo,
Dios, no olvidaré a Mi criatura. Oyes, Jesús,
¿Cómo gime mi alma? Dígnate oír los gemidos dolorosos de Tu
niña. En Ti confío, oh Dios, porque el cielo y la tierra
pasarán, pero Tu Palabra perdura eternamente. No
obstante, no encontré alivio ni por un instante.
24 Un día, al despertarme, mientras me ponía
en la presencia de Dios, empezó a invadirme la desesperación.
La oscuridad total del alma. Luché cuanto pude
hasta el medio día. En las horas de la tarde empezaron a
apoderarse de mí los temores verdaderamente mortales,
las fuerzas físicas empezaron a abandonarme. Entré
apresuradamente en la celda y me puse de rodillas delante del
crucifijo y empecé a implorar la misericordia. Sin embargo,
Jesús no oyó mis llamamientos. Me sentí despojada
completamente de las fuerzas físicas, caí al suelo, la
desesperación se apoderó de toda mi alma, sufrí
realmente las penas infernales, que no difieren
en nada de las del infierno. En tal estado permanecí durante
tres cuartos de hora. Quise ir a la Maestra pero no tuve fuerzas.
Quise llamar, la voz me faltó, pero, felizmente, en la celda
entró una de las hermanas [30]. Al verme en el estado tan
extraño, en seguida aviso a la Maestra. La Madre vino en seguida.
Al entrar en la celda dijo estas palabras: En nombre de
la santa obediencia [31], levántese del suelo.
Inmediatamente alguna fuerza me levantó del suelo y me puse de
pie junto a la querida Maestra. (10) En una conversación cordial
me explicó que era una prueba de Dios, Hermana, tenga una gran
confianza, Dios es siempre Padre aunque somete a pruebas. Volví
a mis deberes como si me hubiera levantado de la tumba. Los
sentidos impregnados de lo que mi alma había experimentado.
Durante el oficio vespertino mi alma empezó a agonizar
en una terrible oscuridad; sentí que estaba bajo el
poder de Dios Justo y que era objeto de su desdén. En esos
terribles momentos dije a Dios: "Jesús que en el Evangelio
Te comparas a la más tierna de las madres, confío en Tus
palabras, porque Tú eres la Verdad y la Vida. Jesús confío en
Ti contra toda esperanza, contra todo sentimiento que esta dentro
de mí y es contrario a la esperanza. Haz conmigo lo que quieras,
no me alejare de Ti, porque Tú eres la fuente de mi vida".
Lo terrible que es este tormento del alma, solamente lo puede
entender quien experimentó momentos semejantes.
25 Durante la noche me visitó la Madre de Dios
con el Niño Jesús en los brazos. La alegría llenó mi alma y
dije: "María, Madre mía, ¿sabes cuánto sufro?" Y la
Madre de Dios me contestó:
"Yo sé cuánto sufres, pero no
tengas miedo, porque yo comparto contigo tu sufrimiento y
siempre lo compartiré".
Sonrió cordialmente y desapareció. En seguida
mi alma se llenó de fuerza y de gran valor. Sin embargo eso
duró apenas un día. Como si el infierno se hubiera conjurado
contra mí. Un gran odio empezó a irrumpir [en]
mi alma, el odio hacia todo lo santo y divino.
Me parecía que esos tormentos del alma iban a formar parte de mi
existencia por siempre. Me dirigí al Santísimo Sacramento y
dije a Jesús: "Jesús, Amado de mi alma, ¿no ves que mi
alma está muriendo anhelándote? ¿Cómo puedes ocultarte tanto
a un corazón que Te ama con tanta sinceridad? Perdóname, Jesús.
Que se haga en mi Tu voluntad. Voy a sufrir en silencio como una
paloma, sin quejarme. No permitiré a mi corazón ni un solo
gemido".
26 Final del noviciado. El
sufrimiento no disminuyó nada. El debilitamiento físico,
exención de todos los ejercicios espirituales [32], es decir, la
sustitución de los mismos por jaculatorias [33].
El Viernes Santo [34], Jesús lleva mi corazón al ardor
mismo del amor. Eso fue durante la adoración vespertina.
De inmediata me penetró la presencia de Dios. Me olvidé de todo.
Jesús me hizo conocer cuanto ha sufrido (11) por mí.
Eso duró muy poco tiempo. Una añoranza tremenda. El deseo de
amar a Dios.
27 Los primeros votos [35]. Un
ardiente deseo de anonadarme por Dios mediante el amor activo,
pero inadvertido incluso para las hermanas más cercanas.
Después
de los votos, la oscuridad reinó en mi alma todavía
durante casi seis meses. Durante la oración Jesús
penetró toda mi alma. La oscuridad cedió. En
el alma oí esas palabras:
"Tú eres Mi alegría, tú eres el deleite
de Mi Corazón".
A
partir de aquel momento sentí en el corazón, es decir dentro de
mí, a la Santísima Trinidad. De modo sensible,
me sentía inundada por la luz divina. Desde aquel momento mi
alma está en la comunión con Dios, como el niño con su querido
padre.
28 En algún momento Jesús me dijo:
"Ve a la Madre Superiora
[36] y dile que te permita llevar el cilicio [37] durante
siete días, y durante la noche te levantarás una vez y
vendrás a la capilla".
Contesté que sí, pero tuve cierta dificultad en hablar
con la Superiora. Por la noche Jesús me preguntó:
"¿Hasta cuando lo vas a aplazar?"
Decidí decirlo a la Madre Superiora durante el primer
encuentro. Al día siguiente, antes del medio día, vi. que la
Madre Superiora iba al refectorio y como la cocina, el refectorio
y la habitación de Sor Luisa están casi contiguas, entonces
invité a la Madre Superiora a la habitación de Sor Luisa y le
comunique lo que el Señor Jesús solicitaba. La Madre Superiora
me contestó: "No le permito llevar ningún cilicio.
En absoluto. Si el Señor Jesús le da la fuerza
de un gigante, yo le permitiré estas mortificaciones.
Me disculpé con la Madre por haberle ocupado el tiempo y salí
de la habitación. Entonces vi. al Señor Jesús en la puerta de
la cocina y dije al Señor: "Me mandas ir a pedir estas
mortificaciones y la Madre Superiora no quiere permitírmelas".
Entonces Jesús me dijo:
"Estuve aquí durante la conversación con
la Superiora y sé todo. No exijo tus mortificaciones, sino
la obediencia. Con ella Me das una gran gloria y adquieres
méritos para ti".
29 Al saber una de las Madres, de mi
relación tan estrecha con el Señor Jesús, dijo que era una
ilusa. Me dijo: "Jesús mantiene esas relaciones con los
santos y no con las almas pecadoras como la suya, hermana".
(12) Desde aquel momento era como si yo desconfiara de Jesús.
Durante una conversación matutina dije a Jesús: "Jesús,
¿no eres Tú una ilusión?" Jesús me contesto:
"Mi amor no
desilusiona a nadie".
30 + Una vez, estaba yo reflexionando sobre la
Santísima Trinidad, sobre la esencia divina. Quería penetrar y
conocer necesariamente, quién era este Dios... En un instante mi
espíritu fue llevado como al otro mundo, vi un resplandor
inaccesible y en él como tres fuentes de
claridad que no llegaba a comprender. De este resplandor salían
palabras en formas de rayos y rodeaban el cielo y la
tierra. No entendí nada de ello, me entristecí mucho. De
repente del mar del resplandor inaccesible, salió
nuestro amado Salvador de una belleza inconcebible, con las
llagas resplandecientes. Y de aquel resplandor se oyó
la voz:
"Quién es Dios en su esencia,
nadie lo sabrá, ni una mente angélica ni humana".
Jesús me dijo:
"Trata de conocer a Dios a través
de meditar sus atributos".
Tras un instante, Jesús trazó con la
mano la señal de la cruz y desapareció.
31 + Una vez vi. una multitud de gente en
nuestra capilla y delante de ella, y en la calle por no caber
dentro [38]. La capilla estaba adornaba para una solemnidad.
Cerca del altar había muchos eclesiásticos, además de nuestras
hermanas y las de muchas otras Congregaciones. Todos estaban
esperando a la persona que debía ocupar lugar en el alter. De
repente oí una voz de que era yo quien iba a ocupar lugar en el
altar. Pero en cuanto Salí de la habitación, es decir del
pasillo, para cruzar el patio e ir a la capilla siguiendo la voz
que me llamaba, todas las personas empezaron a tirar contra mí
lo que podían: lodo, piedras, arena, escobas. Al primer momento
vacilé si avanzar o no, pero la voz me llamaba aun con más
fuerza y a pesar de todo comencé a avanzar con valor. Cuando
crucé el umbral de la capilla, las Superioras, las hermanas y
las alumnas [39] e incluso los Padres empezaron a golpearme con
lo que podían, así que, queriendo o no, tuve que subir rápido
al lugar destinado en el altar.
En
cuanto ocupé el lugar destinado, (13) la misma gente y las
alumnas, y las hermanas, y las Superioras, y los Padres, todos
empezaron a alargar las manos y a pedir gracias. Yo no les
guardaba resentimiento por haber arrojado contra mí todas esas
cosas, y al contrario tenía un amor especial a las personas que
me obligaron a subir con más prisa al lugar del destino. En
aquel momento una felicidad inconcebible inundó mi alma y oí
esas palabras:
"Haz lo que quieras, distribuye gracias como
quieras, a quien quieras y cuando quieras".
La
visión desapareció enseguida.
32 Una vez oí estas palabras:
"Ve a la Superiora y pide que te
permita hacer todos los días una hora de adoración durante
9 días; [en] esta adoración intenta unir tu oración con Mi
Madre. Reza con todo corazón en unión con María, también
trata de hacer el Vía Crucis en este tiempo".
Recibí el permiso, pero no para una hora
entera, sino para el tiempo que me permitían los deberes.
33 Debía hacer aquella novena por intención
de mi patria. En el séptimo día de la novena vi a la Madre de
Dios entre el cielo y la tierra, con una túnica clara. Rezaba
con las manos junto al pecho, mirando hacia el cielo. De su
corazón salían rayos de fuego, algunos se dirigían al cielo y
otros cubrían nuestra tierra.
34 Cuando conté algunas de estas cosas al
confesor [40], me dijo que podían venir verdaderamente de Dios,
pero también podían ser ilusiones. Como me trasladaba a menudo,
no tenía a un confesor permanente, además tenía una dificultad
increíble [en] explicar estas cosas. Rezaba con ardor que Dios
me diera esta enorme gracia de tener al director espiritual. La
recibí solo después de los votos perpetuos, cuando fui a Vilna.
Es el Padre Sopocko [41]. Dios me permitió
conocerle primero interiormente, antes de venir a Vilna [42].
Oh, si hubiera tenido al director espiritual
desde el principio, no hubiera malgastado tantas gracias de Dios.
El confesor puede ayudar mucho al alma, pero también
puede destruir mucho. Oh, como los confesores deben
prestar atención a la actuación de la gracia de Dios en las
almas de sus penitentes. Es una cuestión de gran importancia. De
las gracias que hay en el alma se puede conocer su estrecha
relación con Dios.
36 (14) Una vez fui llamada al juicio de Dios.
Me presenté delante del Señor, a solas. Jesús se veía como
durante la Pasión. Después de un momento, estas heridas
desaparecieron y quedaron sólo cinco: en las manos, en los pies
y en el costado. Inmediatamente vi. todo el estado de mi alma tal
y como Dios la ve. Vi claramente todo lo que no agrada a Dios. No
sabía que hay que rendir cuentas ante el Señor, incluso de las
faltas más pequeñas. ¡Qué momento! ¿Quién podrá
describirlo? ¡Presentarse delante del tres veces Santo! Jesús
me preguntó:
"¿Quién eres?"
Contesté: "Soy Tu sierva, Señor".
"Tienes la deuda de un día de
fuego en el Purgatorio".
Quise arrojarme inmediatamente a las llamas del
fuego del Purgatorio, pero Jesús me detuvo y dijo:
"¿Qué prefieres, sufrir ahora
durante un día o durante un breve tiempo en la tierra?"
Contesté: "Jesús, quiero sufrir
en el Purgatorio y quiero sufrir en la tierra los más grandes
tormentos aunque sea hasta el fin del mundo".
Jesús dijo:
"Es suficiente una cosa. Bajarás a
la tierra y sufrirás mucho, pero durante poco tiempo y
cumplirás Mi voluntad y Mis deseos. Un fiel siervo Mío te
ayudará a cumplirla".
"Ahora, pon la cabeza sobre Mi pecho, sobre Mi Corazón y de él
toma fuerza y fortaleza para todos los sufrimientos, porque
no encontrarás alivio ni ayuda ni consuelo en ninguna otra
parte. Debes saber, que vas a sufrir mucho, mucho, pero que
esto no te asuste. Yo estoy contigo".
37 Poco después de ese [suceso] me enfermé [43].
Las dolencias físicas fueron para mí una escuela de paciencia.
Sólo Jesús sabe cuantos esfuerzos de voluntad tuve que hacer
para cumplir los deberes [44].
38 Jesús, cuando quiere purificar un alma,
utiliza los instrumentos que Él quiere. Mi alma se siente
completamente abandonada por las criaturas. A veces la intención
más pura es interpretada mal por las hermanas [45]. Este
sufrimiento es muy doloroso, pero Dios lo admite y hay que
aceptarlo, ya que a través de ellos nos hacemos más semejantes
a Jesús. Durante mucho tiempo no pude [comprender] una cosa, a
saber, ¿por qué Jesús me mandó informar de todo a las
Superioras? Y las Superioras no creían en mis palabras,
manifestándome compasión como si estuviera bajo la influencia
de la ilusión o la imaginación.
Debido
a que [temía] que estaba en ilusión, decidí evitar a Dios
dentro de mí, temiendo las ilusiones. (15) Sin embargo la gracia
de Dios me perseguía a cada paso. Y cuando menos lo esperaba,
Dios me hablaba.
39 + Un día Jesús me dijo que iba a castigar
una ciudad, que es la más bonita de nuestra patria. El castigo
iba a ser igual a aquel con el cual Dios castigó a Sodoma y
Gomorra. Vi la gran ira de Dios y un escalofrió traspasó mi
corazón. Rogué en silencio. Un momento después Jesús me dijo:
"Niña Mía, durante el sacrificio,
únete estrechamente Conmigo y ofrece al Padre Celestial Mi
Sangre y Mis Llagas como propiciación de los pecados de esta
ciudad. Repítelo ininterrumpidamente durante toda la Santa
Misa. Hazlo durante siete días".
Al séptimo día vi a Jesús en una nube clara
y me puse a pedir que Jesús mirara aquella ciudad y todo nuestro
país. Jesús miró con bondad. Al ver la benevolencia de Jesús
empecé a rogarle por la bendición. De repente Jesús dijo:
"Por ti bendigo al país entero".
Y con la mano hizo una gran señal de la cruz
encima de nuestra patria. Al ver la bondad de Dios, una gran
alegría llenó mi alma.
40 + El año 1929. Una vez
durante la Santa Misa sentí la cercanía de Dios de un modo muy
particular, a pesar de que me defendía de Dios y le daba la
espalda. A veces rehuía a Dios porque no quería ser victima del
espíritu maligno, dado que más de una vez me habían dicho que
lo era. Esta incertidumbre duró mucho tiempo. Durante la Santa
Misa, antes de la Santa Comunión, tuvo lugar la renovación de
los votos [46]. Al levantarnos de los reclinatorios empezamos a
repetir la formula de los votos y de repente, el Señor Jesús se
puso a mi lado, vestido con una túnica blanca, ceñido con un
cinturón de oro y me dijo:
"Te concedo el amor eterno para que
tu pureza sea intacta y para confirmar que nunca
experimentarás tentaciones impuras".
Jesús se quitó el cinturón de oro y ciñó
con él mis caderas. Desde entonces no experimento ningunas
turbaciones contrarias a la virtud, ni en el corazón ni en la
mente. Después comprendí que era una de las gracias más
grandes que la Santísima Virgen Maria obtuvo para mí, ya que
durante muchos años le había suplicado recibirla. A partir de
aquel momento tengo mayor devoción a la Madre de Dios. Ella me
ha enseñado a amar interiormente a Dios y cómo cumplir su santa
voluntad en todo. "Maria, Tu eres la alegría, porque por
medio de Ti, Dios descendió a la tierra [y] a mi corazón".
41 (16) Una vez vi. a un siervo de Dios en
peligro de pecado grave que iba a ser cometido un momento
después. Empecé a pedir a Dios que me cargara con todos los
tormentos del infierno, todos los sufrimientos que quisiera, pero
que liberase a ese sacerdote y lo alejara del peligro de cometer
el pecado. Jesús escuchó mi súplica y en un momento sentí
en la cabeza la corona de espinas. Las espinas de la
corona penetraron hasta mi cerebro. Esto duró
tres horas. El siervo de Dios fue liberado de aquel pecado y Dios
fortaleció su alma con una gracia especial.
42 + En un momento, el día de la
Navidad, siento que me envuelve la omnipotencia, la
presencia de Dios. Otra vez evito dentro de mí el encuentro con
el Señor. Pedí a la Madre Superiora el permiso de ir a "Józefinek"
[47], [para] visitar a las hermanas. La Madre Superiora nos dió
el permiso y una vez terminado el almuerzo, empezamos a
prepararnos. Las hermanas ya me estaban esperando en la puerta.
Fui corriendo a la celda a buscar la capita, en el umbral vi. al
Señor Jesús quien me dijo estas palabras:
"Ve, pero Yo Me tomo tu corazón".
De pronto sentí que no tenía corazón
en el pecho. Como las hermanas me llamaron la atención
de que debía darme prisa porque ya era tarde, en seguida me fui
con ellas. Pero un gran descontento empezó a molestarme. Una
añoranza penetró mi alma, sin embargo, nadie, excepto Dios,
sabía lo que había pasado en mi alma.
Tras
pasar apenas un momento en "Józefinek", dije a las
hermanas: Volvamos a casa. Las hermanas pidieron un pequeño
descanso, sin embargo mi espíritu no llegaba a calmarse. Les
expliqué que teníamos que volver a casa antes de que
oscureciera y había un buen trecho de camino por hacer, y
regresamos a casa enseguida. Cuando la Madre Superiora nos
encontró en el pasillo, me preguntó: ¿No han salido todavía o
ya están de vuelta? Contesté que ya habíamos regresado porque
no quería volver de noche. Me quité la capita e inmediatamente
fui a la capilla. En cuanto entré, Jesús me dijo:
"Ve a decir a la Madre
Superiora que no has vuelto para estar en casa antes del
anochecer, sino porque te he quitado el corazón".
Aunque
me costó mucho, fui (17) a ver a la Madre Superiora y le
expliqué sinceramente el motivo por el cual había vuelto tan
pronto y pedí perdón al Señor por todo lo que no le agrada. En
aquel momento Jesús inundó mi alma de gran alegría. Entendí
que no hay satisfacción fuera de Dios.
43 Una vez vi a dos hermanas que iban a entrar
en el infierno. Un dolor inexpresable me rasgó el alma; pedí a
Dios por ellas, y Jesús me dijo:
"Ve a decir a la
Madre Superiora que estas dos hermanas están en ocasión de
cometer un pecado grave".
Al día siguiente se lo dije a la Superiora.
Una de ellas ya se había arrepentido y se encontraba en estado
de fervor y la otra aun estaba [en] un gran combate.
44 Un día Jesús me dijo:
"Abandonaré esta casa ... porque
hay cosas que no Me gustan en ella".
Y la Hostia salió del tabernáculo y descansó
en mis manos y yo [con] alegría La coloqué en el tabernáculo.
Eso se repitió otra vez y yo hice con Ella lo mismo, sin embargo
[eso] se repitió la tercera vez y la Hostia se transformó en el
Señor Jesús vivo, y Jesús me dijo:
"No Me quedaré aquí más tiempo".
De repente, en mi alma se despertó un inmenso
amor a Jesús y dije: "Yo no Te dejaré ir de esta
casa Jesús". Y Jesús desapareció nuevamente y la
Hostia descansó en mis manos. Otra vez La puse en el cáliz y La
encerré en el tabernáculo. Y Jesús se quedó con nosotras.
Durante tres días trate de hacer la adoración reparadora.
45 Una vez me dijo Jesús:
Dile a la Madre General que en esta casa
sucede tal cosa que no Me gusta y que Me ofende mucho.
No le dije inmediatamente, pero la inquietud
que Dios me infundió no me permitió esperar más y no tardé
nada en escribir a la Madre General y la paz entró en mi alma.
46 A menudo sentí la Pasión del Señor Jesús
en mi cuerpo; aunque esto fue invisible, me alegro de eso, porque
Jesús quiere que sea así. Eso duró muy poco tiempo. Estos
sufrimientos incendiaban mi alma con un fuego de amor hacia Dios
y hacia las almas inmortales. El amor soportará todo, el amor
continuará después de la muerte, el amor no teme nada ...
(18) + 1931, 22
de febrero
47 Al anochecer, estando
en mi celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca.
Tenía una mano levantada para bendecir y con la otra tocaba la
túnica sobre el pecho. De la abertura de la túnica en el pecho,
salían dos grandes rayos: uno rojo y otro pálido. En silencio,
atentamente miraba al Señor, mi alma estaba llena del temor,
pero también de una gran alegría. Después de un momento,
Jesús me dijo:
"Pinta una imagen según el modelo
que vez, y firma*: Jesús, en Ti confío. Deseo que esta
imagen sea venerada primero en su capilla y [luego] en
el mundo entero.
----------
*
Jesús exigía que la imagen llevase, como firma, y no como
inscripción estas palabras:
"Jesús, en Ti confío".
--------------------
48
"Prometo que el alma que venere
esta imagen no perecerá. También prometo, ya aquí en la
tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la
hora de la muerte. Yo Mismo la defenderé como Mi gloria.
49 Cuando le dije al confesor [48] recibí como
respuesta que eso se refería a mi alma. Me dijo: "Pinta
la imagen de Dios en tu alma". Cuando salí del
confesionario, oí nuevamente estas palabras:
"Mi imagen está en tu alma. Deseo
que haya una Fiesta de la Misericordia. Quiero que esta
imagen que pintarás con el pincel, sea bendecida con
solemnidad el primer domingo después de la Pascua de
Resurrección; ese domingo deber ser la Fiesta de la
Misericordia".
50 +
"Deseo que los sacerdotes proclamen
esta gran misericordia que tengo a las almas pecadoras. Que
el pecador no tenga miedo de acercase a Mi. Me queman las
llamas de la misericordia, deseo derramarlas sobre las almas
humanas".
Jesús
se quejó conmigo con estas palabras:
"La desconfianza de las almas desgarra Mis
entrañas. Aún mas Me duele la desconfianza de las almas
elegidas; a pesar de Mi amor inagotable no confían en Mí.
Ni siquiera Mi muerte ha sido suficiente para ellas. ¡Ay de
las almas que abusen de ella!"
51 (19) Cuando dije a la Madre Superiora [49]
lo que Dios me pedía, me contestó que Jesús debía
explicarlo más claramente a través de alguna señal.
Cuando
pedí al Señor Jesús alguna señal como prueba de que
verdaderamente Él era Dios y Señor mío y de que de Él venían
estas peticiones, entonces dentro de mí oí esta voz:
"Lo haré conocer a las Superioras a través
de las gracias que concederé por medio de esta imagen".
52 Cuando quise liberarme de estas
inspiraciones,
Dios me dijo que en el día del
juicio exigiría de mí un gran número de almas.
Una
vez, cansadísima por las múltiples dificultades que tenia por
el hecho de que Jesús me hablaba y exigía que fuese pintada la
imagen, decidí firmemente, antes de los votos perpetuos, pedir
al Padre Andrasz [50] que me dispensara de estas
inspiraciones interiores y de la obligación de pintar la imagen.
Al escuchar la confesión, el Padre Andrasz me dio la siguiente
respuesta: "No la dispenso de nada, hermana y no le
está permitido sustraerse a estas inspiraciones interiores, sino
que debe decir todo al confesor, eso es necesario, absolutamente
necesario, porque de lo contrario se desviará a pesar de estas
grandes gracias del Señor. De momento usted se confiesa conmigo,
pero ha de saber que debe tener un confesor permanente, es decir
un director espiritual".
53 Me afligí muchísimo. Pensaba poder
liberarme de todo y había pasado todo lo contrario: una orden
clara de seguir las demandas de Jesús. Y otra vez el tormento de
no tener al confesor permanente. Si durante algún tiempo me
confieso [con alguno], no puedo descubrir mi alma delante de él
en cuanto a las gracias; es la causa de un dolor inexpresable. Le
pido a Jesús que conceda estas gracias a otra persona, porque yo
no sé aprovecharlas y solamente las malgasto.
"Jesús, ten compasión de mi, no me
encomiendes cosas tan grandes, ves que soy un puñado de polvo
inútil".
Sin embargo, la bondad de Jesús no tiene
límites, me prometió una ayuda visible en la tierra y [la]
recibí poco después (20) en Vilna. En el Padre Sopocko
reconocí esa ayuda de Dios. Le había conocido en una visión
interior antes de llegar a Vilna. Un día lo vi. en
nuestra capilla entre el altar y el confesionario. De repente en
mi alma oí una voz:
He aquí la ayuda visible para ti en la
tierra. Él te ayudará cumplir Mi voluntad en la tierra.
54 + Un día cansada de esas incertidumbres,
pregunté a Jesús:
"Jesús, ¿eres Tú mi Dios o eres un
fantasma? Las Superioras me dicen que existen ilusiones y toda
clase de fantasmas. Si eres mi Señor, Te pido, bendíceme".
De repente, Jesús hizo una gran señal de la
cruz encima de mi, y yo me santigüé. Cuando pedí perdón a
Jesús por haberle hecho esa pregunta, Jesús contestó que con
esta pregunta no le causé ningún disgusto y el Señor me dijo
que mi confianza la agradaba mucho.
55 1933.+ Consejos espirituales que me
dio el Padre Andrasz, S.J.
Primero: Hermana, usted no debe evitar estas
inspiraciones interiores, sino que debe decir siempre todo al
confesor. Si usted reconoce que estas inspiraciones
interiores atañen, es decir son provechosas para su alma o
para otras almas, sígalas y no las descuide, sino
consúltelas siempre con su confesor.
Segundo: Si estas inspiraciones no concuerdan con la
fe y con el espíritu de la Iglesia, se deben rechazar
inmediatamente, porque vienen del espíritu maligno.
Tercero: Si estas inspiraciones no se refieren a las
almas en general, ni a su bien en particular, no se preocupe
mucho por ellas, hermana, y no les haga caso en absoluto.
No obstante, no decida por sí sola en esta materia,
en este sentido o en otro, porque puede desviarse a pesar de
estas grandes gracias del Señor. Humildad, humildad y
siempre humildad porque por nosotros mismos no podemos hacer
nada. Todo esto es solamente la gracia de Dios.
Me dice que Dios exige mucha confianza de las almas,
pues sea la primera en mostrar esa confianza. Una palabra
más: Acepte todo esto con serenidad.
(21)
Las palabras de uno de los confesores [51]:
Hermana, Dios está preparándole muchas gracias
especiales, pero procure que su vida sea pura como las
lágrimas delante del Señor sin hacer caso a lo que puedan
pensar de usted. Que le baste Dios, Solo Él.
Al
final del noviciado el confesor [52] me dijo estas palabras:
Camine por la vida haciendo el bien para que yo
pueda escribir en las páginas de su vida: Vivió haciendo el
bien; que Dios realice esto en usted, hermana.
En otra oportunidad el confesor me dijo:
Pórtese delante del Señor como la viuda del
Evangelio que puso en la alcancía una monedita de poco valor;
pero para Dios, ésta pesó más que las grandes ofrendas de
los demás.
Otro día recibí esta enseñanza:
Procure que quien trate con usted, se aleje feliz.
Difunda a su alrededor la fragancia de la felicidad porque de
Dios ha recibido mucho y por eso sea generosa con los demás.
Que todos puedan alejarse de usted felices aunque hayan
apenas rozado el borde de su túnica [53]. Recuerde bien las
palabras que le estoy diciendo ahora.
Otra vez me dijo estas palabras:
Permita que el Señor empuje la barca de su vida a
la profundidad insondable de la vida interior.
Algunas palabras del coloquio con la Madre Maestra al
final del noviciado:
Que su alma, hermana, se distinga particularmente
por la sencillez y la humildad. Camine por la vida como una
niña, siempre confiada, siempre llena de sencillez y
humildad, contenta de todo, feliz de todo. Allí donde otras
almas se asusten usted, hermana, pasa tranquilamente gracias
a la sencillez y la humildad. Recuerde para toda la vida que
como las aguas descienden de las montañas a los valles, las
gracias del Señor descienden sólo sobre las almas humildes.
56 Oh Dios mió, entiendo bien que exiges de mi
la infancia espiritual, porque me la pides continuamente a
través de Tus representantes.
(22) Los sufrimientos y contrariedades al
inicio de la vida religiosa me habían asustado, me habían
quitado el valor. Por eso rogaba continuamente que Jesús me
hiciera más fuerte y me concediera el vigor de su Santo
Espíritu para poder cumplir en todo su santa voluntad ya que
desde el comienzo conocía y conozco mi debilidad. Sé bien lo
que soy por mi misma, porque Jesús descubrió a los ojos de mi
alma todo el abismo de mi miseria y por lo tanto me doy cuenta
perfectamente que todo lo que hay de bueno en mi alma es sólo su
santa gracia. El conocimiento de mi miseria me permite conocer al
mismo tiempo el abismo de Tu misericordia. En mi vida interior,
con un ojo miro hacia el abismo de miseria y de bajeza que soy yo,
y con el otro hacia el abismo de Tu misericordia, oh Dios.
57 Oh, mi Jesús, Tú eres la vida de mi vida,
Tú sabes bien que lo único que deseo es la gloria de Tu nombre
y que las almas conozcan Tu bondad. ¿Por qué las almas Te
evitan, oh Jesús?, no lo entiendo. Oh si pudiera dividir mi
corazón en partículas mínimas y ofrecerte, oh Jesús, cada
partícula como un corazón entero para compensarte, aunque
parcialmente, por los corazones que no Te aman. Te amo, Jesús,
con cada gota de mi sangre y la derramaría voluntariamente por
Ti para darte la prueba de mi amor sincero. Oh Dios, cuanto más
Te conozco, tanto menos Te puedo entender, pero esa incapacidad
de comprenderte me permite conocer lo grande que eres, oh Dios. Y
esa incapacidad de comprenderte incendia mi corazón hacia Ti
como una nueva llama, oh Señor. Desde el momento en que
permitiste, oh Jesús, sumergir la mirada de mi alma en Ti,
descanso y no deseo nada más. He encontrado mi destino en el
momento en que mi alma se sumergió en Ti, en el único objeto de
mi amor. Todo es nada en comparación Contigo. Los sufrimientos,
las contrariedades, las humillaciones, los fracasos, las
sospechas que enfrento, son espinas que incendian mi amor hacia
Ti, Jesús.
Locos
e irrealizables son mis anhelos. Deseo ocultarte que estoy
sufriendo. No quiero ser recompensada jamás por (23) mis
esfuerzos y mis buenas obras. Oh Jesús, Tú Mismo eres mi
recompensa. Tú me bastas, oh Tesoro de mi corazón. Deseo
compartir los sufrimientos del prójimo, esconder mis
sufrimientos en mi corazón no sólo ante el prójimo, sino
también ante Ti, oh Jesús.
El
sufrimiento es una gran gracia. A través del sufrimiento el alma
se hace semejante al Salvador, el amor se cristaliza en el
sufrimiento. Cuanto más grande es el sufrimiento, tanto mas puro
se hace el amor.
58 + Una noche vino a visitarme una de nuestras
hermanas que había muerto hacia dos meses antes.
Era una de las hermanas del primer coro. La vi en un estado
terrible. Toda en llamas, la cara dolorosamente torcida. [La
visión] duró un breve instante y desapareció.
Un escalofrió traspasó mi alma y aunque no sabia donde sufría,
en el purgatorio o en el infierno, no obstante redoblé mis
plegarias por ella. La noche siguiente vino de nuevo, pero la vi.
en un estado aun más espantoso, entre llamas más terribles, en
su cara se notaba la desesperación. Me sorprendí mucho que
después de las plegarias que había ofrecido por ella la vi. en
un estado más espantoso y pregunté: ¿No te han ayudado nada
mis rezos? Me contestó que no le ayudaron nada mis rezos y que
no le iban a ayudar. Pregunté: ¿Y las oraciones que toda la
Congregación ofreció por ti, tampoco te han ayudado? Me
contestó que nada. Aquellas oraciones fueron en provecho de
otras almas. Y le dije: Si mis plegarias no te ayudan nada,
hermana, te ruego que no vengas a verme. Y desapareció
inmediatamente. Sin embargo yo no dejé de rezar. Después de
algún tiempo volvió a visitarme de noche, pero en un estado
distinto. No estaba entre llamas como antes y su rostro era
radiante, los ojos brillaban de alegría y me dijo que yo tenia
el amor verdadero al prójimo, que muchas almas se aprovecharon
de mis plegarias y me animó a no dejar de [interceder] por las
almas que sufrían en el purgatorio y me dijo que ella no iba a
permanecer ya por mucho tiempo en el purgatorio. ¡Los
juicios de Dios son verdaderamente misteriosos!
59 (24) 1933. Una vez oí en mi alma esta voz:
Haz una novena por la patria. La novena
consistirá en las letanías de todos los santos. Pide el
permiso al confesor.
Durante
la confesión siguiente obtuve el permiso y a la noche empecé
enseguida la novena.
60 Terminando las letanías vi una gran
claridad y en ella a Dios Padre. Entre la luz y la tierra vi a
Jesús clavado en la cruz de tal forma que Dios, deseando mirar
hacia la tierra, tenia que mirar a través de las heridas de
Jesús. Y entendí que Dios bendecía la tierra en consideración
a Jesús.
61 Jesús, Te agradezco por esta gran gracia,
es decir por el confesor que Tu Mismo Te dignaste elegirme y que
me hiciste ver primero en una visión, antes de conocerlo [personalmente]
[54]. Cuando había ido a confesarme con el Padre Andrasz, pensaba
que iba a ser liberada de estas inspiraciones interiores.
El Padre me contesto que no podía liberarme de ellas,
y dijo: Ruegue hermana para [obtener] un director
espiritual.
Después
de una breve y ferviente plegaria vi de nuevo al Padre
Sopocko en nuestra capilla, entre el confesionario y el
altar. En aquel tiempo me encontraba en Cracovia. Fueron estas dos
visiones que me fortalecieron en el espíritu, tanto
más que lo encontré tal cual lo había visto en las visiones,
tanto en Varsovia durante la tercera probación [55], como en
Cracovia.
"Te
agradezco, Jesús, por esta gran gracia".
Ahora
tiemblo cuando oigo, a veces, a un alma diciendo que no tiene
confesor, es decir director espiritual, porque sé que graves
daños tuve yo cuando no tenía esta ayuda. Sin el director
espiritual es fácil desviarse del camino.
62 ¡Oh vida gris y monótona, cuantos tesoros
encierras! Ninguna hora se parece a la otra, pues la tristeza y
la monotonía desaparecen cuando miro todo con los ojos de la fe.
La gracia que hay para mí en esta hora no se repetirá en la
hora siguiente. Me será dada en la hora siguiente, pero no será
ya la misma. El tiempo pasa y no vuelve nunca. Lo que contiene en
si, no cambiaria jamás; lo sella con el sello para la eternidad.
63 (25) + El Padre Sopocko
debe ser muy amado por el Señor. Lo digo porque pude comprobar
cuánto Dios se preocupa por él en ciertos momentos; al ver esto
estoy enormemente contenta de que el Señor tenga tales elegidos.
1928. Excursión a Kalwaria [56].
64 Había venido a Vilna por dos meses para
sustituir a una hermana [57] que había ido a la tercera
probación, pero permanecí algo más de dos meses. Un día la
Madre Superiora [58], deseando complacerme, me dio el permiso de
ir, en compañía de otra hermana [59], a Kalwaria para hacer el
llamado "paseo de los caminitos". .Me alegré mucho.
Debíamos ir en barco, a pesar de que estaba tan cerca, pero tal
fue el deseo de la Madre Superiora. Por la noche me dijo Jesús:
Yo deseo que te quedes en casa.
Contesté: "Jesús, ya todo esta preparado,
debemos salir por la mañana, ¿Qué voy a hacer ahora?"
Y el Señor me contestó:
Esta excursión causará daño a tu alma.
Contesté a Jesús: "Tú puedes siempre
remediarlo, dispón las circunstancias de tal forma que
se haga Tu voluntad".
En ese momento se oyó la campanilla para el
descanso. Con una mirada saludé a Jesús y fui a la celda.
Por
la mañana hacía un día hermoso, mi compañera se alegraba [pensando]
que tendríamos una gran satisfacción, que podríamos visitar
todo, pero yo estaba segura de que no saldríamos, aunque hasta
el momento no había ningún obstáculo que nos lo impidiera.
Primero
debíamos recibir la Santa Comunión y salir en seguida después
del agradecimiento. De repente, durante la Santa Comunión, la
esplendida mañana que hacia, cambió completamente. Sin saber de
donde, vinieron las nubes y cubrieron todo el cielo, y empezó
una lluvia torrencial. Todos se extrañaban, ya que en
un día tan bello ¿Quién podía esperar la lluvia, y que
cambiara así en tan poco tiempo?
(26) La Madre Superiora me dice: Cuánto siento
que ustedes, hermanas, no puedan ir.
Contesté: Querida Madre, no importa que no
podamos ir, la voluntad de Dios es que nos quedemos en casa.
Sin embargo nadie sabía que era un claro deseo
de Jesús que me quedara en casa. Pasé todo el día en el
recogimiento y la meditación; agradecí al Señor por haberme
hecho quedar en casa. En aquel día Dios me concedió muchas
consolaciones celestiales.
65 Un día en el noviciado, cuando la Madre
Maestra me había destinado a la cocina de las niñas, me afligí
mucho por no estar en condiciones de cargar con las ollas que
eran enormes. Lo mas difícil para mi era escurrir las patatas, a
veces se caía la mitad de ellas. Cuando se lo dije a la Madre
Maestra me contestó que poco a poco me acostumbraría y
adquiriría práctica. No obstante esta dificultad no
desaparecía ya que mis fuerzas iban disminuyendo cada día y
debido a la falta de fuerzas me apartaba cuando venia el momento
de escurrir las patatas. Las hermanas se dieron cuenta de que
evitaba ese trabajo y se extrañaban muchísimo; no sabían que
no podía ayudarlas a pesar de empeñarme con todo fervor y sin
ningún cuidado para mi misma. Al mediodía, durante el examen de
conciencia me quejé al Señor por la falta de fuerzas. De
repente oí en el alma estas palabras:
A partir de hoy te resultará muy fácil.
Aumentaré tus fuerzas.
Por la noche, cuando vino el momento de
escurrir las patatas corrí la primera, confiada en las palabras
del Señor. Cogí la olla con facilidad y las escurrí bastante
bien. Pero cuando quité la tapadera para hacer salir el vapor,
en vez de patatas vi en la olla ramilletes de rosas rojas, tan
bellas que es difícil describirlas. Jamás había visto
semejantes. Me quedé sorprendida sin entender su significado,
pero en aquel momento oí una voz en mi alma:
Tu pesado trabajo lo transformo en
ramilletes de las flores más bellas y su perfume sube hasta
Mi trono.
Desde ese momento traté de escurrir las
patatas no solamente durante la semana (27) asignada a mí en la
cocina [60] sino que trataba de sustituir en este trabajo a otras
hermanas durante su turno. Pero no solamente [en] este trabajo,
sino en cada trabajo pesado trataba de ser la primera en ayudar,
porque había experimentado cuanto agradaba eso a Dios.
66 ¡Oh tesoro inagotable de la pureza de la
intención que haces perfectas y tan agradables a Dios todas
nuestras acciones!
"Oh
Jesús, Tú sabes que débil soy, por eso quédate siempre
conmigo, guía mis acciones, todo mi ser. Tú, mi mejor Maestro.
De verdad, oh Jesús, me invade el miedo cuando veo mi miseria,
pero a la vez me tranquilizo viendo Tu misericordia
insondable que es más grande que mi miseria desde toda
una eternidad. Y esta disposición de ánimo me reviste de Tu
poder. Oh gozo que se deriva del conocimiento de mi misma, Oh
verdad inmutable. Eterna es Tu firmeza.
67 Cuando, poco tiempo después de mis primeros
votos, me enfermé [61] y a pesar del cordial y
cariñoso cuidado de las Superioras, a pesar de los tratamientos
médicos, no estaba ni mejor ni peor, entonces empezaron a
llegarme voces de que fingía. Y así comenzó
mi sufrimiento, se duplicó y duró un tiempo bastante largo. Un
día me quejé ante Jesús de que yo era una carga para las
hermanas. Me contestó Jesús:
No vives para ti, sino para las almas.
Otras almas se beneficiarán de tus sufrimientos. Tus
prolongados sufrimientos les darán luz y fuerza para aceptar
mi Voluntad.
68 El sufrimiento mas grande para mi era la
impresión de que mis oraciones y mis buenas obras no agradaban
al Señor. No me atrevía a mirar hacia el cielo. Eso me
producía un sufrimiento tan grande que cuando estaba en la
capilla para los ejercicios espirituales comunitarios, terminados
aquellos, la Madre Superiora [62] me llamaba y me decía: Pida,
hermana, a Dios, gracia y consolación, porque yo misma veo y (28)
me lo dicen otras hermanas, que al sólo verla, hermana, usted
suscita compasión. De verdad, no sé qué hacer con usted. Le
ordeno no afligirse por nada. Sin embargo, todos esos
coloquios con la Madre Superiora no me dieron alivio, ni me
aclararon nada. Una oscuridad aún más densa me
ocultaba a Dios. Busqué ayuda en el confesionario, pero tampoco
allí la encontré. Un sacerdote virtuoso quiso ayudarme, pero yo
estaba tan preocupada que ni siquiera supe explicar mis
tormentos y eso me causó sufrimientos aún mayores. Una
tristeza mortal se apoderó de mi alma hasta tal punto
que no lograba ocultarla y se manifestaba también exteriormente.
Perdí la esperanza. La noche cada vez más oscura.
El sacerdote con quien me confesaba me dijo: Yo veo en
usted, hermana, unas gracias particulares y estoy completamente
tranquilo por usted. ¿Por qué, pues, se atormenta tanto?
Pero, en aquel entonces, yo no lo entendía, pues me extrañaba
enormemente cuando por penitencia me hacia rezar el Te Deum
o el Magnificat, o a veces, al atardecer, debía correr
rápidamente por el jardín o reírme ruidosamente diez
veces al día. Esas penitencias me asombraban mucho,
pero a pesar de ellas ese sacerdote no me ayudó mucho. El Señor
quería, quizá, que yo lo alabase con el sufrimiento. El
sacerdote me consolaba [diciendo] que encontrándome en
ese estado agradaba más a Dios que si estuviera inundada de las
más grandes consolaciones. Qué gracia tan grande de Dios,
hermana, que usted en el actual estado de tormentos espirituales
en que se encuentra, no ofenda a Dios, sino que trata de
ejercitarse en las virtudes. Yo observo su alma, veo en ella
grandes planes de Dios y gracias especiales, y viendo esto en
usted, hermana, doy gracias al Señor. Sin embargo y a
pesar de todo mi alma se encontraba en suplicios y tormentos
inexpresables. Imitaba al ciego que se fía de su guía y agarra
con fuerza su mano y ni por un momento me alejaba de la
obediencia que era mi tabla de salvación en la prueba de fuego.
69 (29) + Jesús, Verdad Eterna, fortalece mis
fuerzas débiles. Tú, oh Señor, lo puedes todo. Sé que sin Ti
mis esfuerzos no valen nada. Oh Jesús, no Te ocultes ante mí,
porque no puedo vivir sin Ti. Escucha el llamado de mi alma; no
se ha agotado, Señor, Tu misericordia pues ten piedad de mi
miseria. Tu misericordia supera la inteligencia de los ángeles y
de los hombres juntos, y aunque me parece que no me escuchas, no
obstante he depositado mi confianza en el mar de Tu misericordia
y sé que mi esperanza no será defraudada.
70 Sólo Jesús sabe cuán pesado y difícil es
cumplir con los deberes cuando el alma se encuentra en ese estado
de tormentos interiores, las fuerzas físicas
están debilitadas y la mente ofuscada. En el silencio de mi
corazón me repetía: Oh Cristo, para Ti las delicias y el honor
y la gloria, y para mi el sufrimiento. No retrasaré ni un solo
paso para seguirte, aunque las espinas hieran mis pies.
71 Cuando me enviaron para un tratamiento a la
casa de Plock, tuve la suerte de adornar con flores la capilla.
Eso fue en Biala [63]. La Hermana Tecla no siempre tenía tiempo,
pues a menudo yo sola adornaba la capilla. Un día recogí las
más bellas rosas para adornar la habitación de cierta persona.
Al acercarme al pórtico, vi al Señor Jesús que estaba de pie
en ese pórtico y me preguntó amablemente:
Hija Mía, ¿a quién llevas estas
flores?
Mi silencio fue la respuesta al Señor, porque
en aquel momento me di cuenta de que tenía un sutil apego a esa
persona de lo que antes no me daba cuenta. Jesús desapareció en
seguida. En el mismo instante tiré las flores al suelo y fui
delante del Santísimo Sacramento con el corazón lleno de
agradecimiento por la gracia de haberme conocido a mi misma.
Oh
Sol Divino, en Tus rayos el alma ve aun los mas pequeños
granitos de polvo que no Te agradan.
72 (30) Jesús, Verdad Eterna, Vida nuestra, Te
suplico e imploro Tu misericordia para los pobres pecadores. Dulcísimo Corazón de mi Señor, lleno de piedad y de misericordia insondable, te
suplico por los pobres pecadores. Oh
Sacratísimo Corazón,
Fuente de Misericordia de donde brotan rayos de gracias
inconcebibles sobre toda la raza humana. Te pido luz para los
pobres pecadores. Oh Jesús, recuerda Tu amarga Pasión y no
permitas que se pierdan almas redimidas con tan Preciosa,
Santísima Sangre Tuya. Oh Jesús, cuando considero el alto
precio de Tu Sangre, me regocijo en su inmensidad porque una sola
gota habría bastado para salvar a todos los pecadores. Aunque el
pecado es un abismo de maldad e ingratitud, el precio pagado por
nosotros jamás podrá ser igualado. Por lo tanto, haz que cada
alma confié en la Pasión del Señor y que ponga su esperanza en
su misericordia. Dios no le negara su misericordia a nadie. El
cielo y la tierra podrán cambiar, pero jamás se agotara
la misericordia de Dios. ¡Oh, que alegría arde en mi
corazón, cuando contemplo Tu bondad inconcebible, oh Jesús mío!
Deseo traer a todos los pecadores a Tus pies para que glorifiquen
Tu misericordia por los siglos de los siglos.
73 Oh mi Jesús, a pesar de la noche oscura
en torno mío y de las nubes sombrías que me cubren el horizonte,
sé que el sol no se apaga. Oh Señor, aunque no Te puedo
comprender ni entiendo Tu actuación, confío, sin embargo en Tu
misericordia. Si es Tu voluntad, Señor, que yo viva siempre en
tal oscuridad, seas bendito. Te pido una
sola cosa, no dejes que Te ofenda de ningún modo. Oh
Jesús mío, solo Tú conoces las añoranzas y los sufrimientos
de mi corazón. Me alegro de poder sufrir aunque
sea un poco por Ti. Cuando siento que el sufrimiento supera mis
fuerzas, entonces me refugio en el Señor en el Santísimo
Sacramento y un profundo silencio es mi oración
al Señor.
(31)
Confesión de una de nuestras alumnas.
74 Desde el momento en el que una fuerza
misteriosa empezó a apremiarme a que solicitara aquella Fiesta y
a que fuera pintada la imagen, no puedo lograr la paz.
Algo me satura por completo y, sin embargo, me invade el temor de
si solo es una ilusión. Estas dudas siempre venían de fuera,
porque en el fondo de mi alma sentía que era el Señor quien
traspasaba mi alma. El confesor con quien me confesaba entonces
me decía que existían casos de ilusiones, y yo sentía que
aquel confesor parecía tener miedo de confesarme. Era para mí
un tormento. Al haberme dado cuenta de que tenía poco apoyo por
parte de los hombres, me refugié aun más en el Señor Jesús,
en el mejor Maestro. En algún momento, cuando me invadió la
duda de si la voz que oía era del Señor, me dirigí a Jesús en
un coloquio interior, sin pronunciar una palabra. De repente
alguna fuerza penetró mi alma, dije: Si Tú eres verdaderamente
mi Dios que estás en comunión conmigo y me hablas, Te pido,
Señor, que esa alumna [64] se confiese hoy mismo y esa señal me
fortalecerá. En ese mismo instante aquella muchacha pidió la
confesión.
75 La Madre de la clase, sorprendida de su
cambio repentino, no tardó en buscar a un sacerdote y esa
persona se confesó muy arrepentida. De inmediato oí en mi alma
la siguiente voz:
¿Me crees ahora?
Otra vez una fuerza extraña llenó mi alma, me
reforzó y me fortaleció hasta tal punto que yo misma me
asombré de haber podido dudar por un momento. Sin embargo estas
dudas siempre venían de fuera y eso me llevó a encerrarme aun
más en mi misma. Al sentir durante la confesión la
incertidumbre del confesor, no descubro mi alma a fondo sino que
solamente me acuso de mis pecados. Si el sacerdote mismo no tiene
serenidad, no la da a otras almas.
Oh
sacerdotes, cirios encendidos que alumbran las almas, que su
claridad no oscurezca jamás. Comprendí que no era la voluntad
de Dios que descubriera entonces el fondo de mi alma. Dios me
concedió esta gracia mas tarde.
76 (32) Jesús mió, guía mi mente, toma
posesión absoluta de todo mi ser, enciérrame en el fondo de Tu Corazón y protégeme del
asalto del enemigo. En Ti toda mi esperanza. Habla a través de
mi boca cuando yo, miseria absoluta, esté con los poderosos y
los sabios para que reconozcan que esta causa es Tuya y de Ti
proviene.
Tinieblas y tentaciones
77 Mi mente estaba extrañamente obscurecida,
ninguna verdad me parecía clara. Cuando me hablaban de Dios, mi
corazón era como una roca. No lograba sacar del corazón ni
un solo sentimiento de amor hacia Él. Cuando con un
acto de voluntad trataba de permanecer junto a Dios,
experimentaba grandes tormentos y me parecía que con ello
causaba una ira mayor de Dios. No podía absolutamente meditar
tal y como meditaba anteriormente. Sentía un gran vacío en mi
alma y no conseguía llenarlo con nada. Empecé a sentir
el hambre y el anhelo de Dios, pero veía toda mi
impotencia. Trataba de leer despacio, frase por frase y meditar
del mismo modo, pero fue en vano. No comprendía nada de
lo que leía. Delante de los ojos de mi alma estaba constantemente
todo el abismo de mi miseria. Cuando iba a la capilla
por algunos ejercicios espirituales, siempre experimentaba aun
más tormentos y tentaciones. A veces, durante toda la Santa Misa
luchaba con los pensamientos blasfemos que
trataban de salir de mis labios. Sentía aversión
por los santos sacramentos. Me parecía que no sacaba ninguno de
los beneficios que los santos sacramentos ofrecen. Me acercaba [a
ellos] solamente por obediencia al confesor y esa ciega
obediencia era para mi el único camino que debía seguir y [mi]
tabla de salvación. Cuando el sacerdote me explicó que ésas
eran las pruebas enviadas por Dios y que, "con el estado en
que te encuentras no sólo no ofendes a Dios, sino que le agradas
mucho, (33) es una señal que Dios te ama inmensamente y que
confía en ti, porque te visita con estas pruebas". No
obstante esas palabras no me consolaron, me parecía que no se
referían en nada a mí. Una cosa me extrañaba. A veces cuando
sufría enormemente, en el momento de acercarme a la
confesión, de repente todos estos terribles tormentos cesaban;
pero cuando me alejaba de la rejilla, todos esos tormentos volvían
a golpearme [con] mayor furia. Entonces me postraba delante del Santísimo
sacramento y repetía esas palabras: Aunque me mates, yo
confiaré en Ti [65]. Me parecía que agonizaba en aquellos
dolores. El pensamiento que más me atormentaba era que yo era rechazada
por Dios. Luego venían otros pensamientos: ¿Para
qué empeñarme en las virtudes y en buenas obras? ¿Para
qué mortificarme y anonadarme? ¿Para qué
hacer votos? ¿Para qué rezar? ¿Para
qué sacrificarme e inmolarme? ¿Para qué
ofrecerme como victima en cada paso? ¿Para qué,
si ya soy rechazada por Dios? ¿Para qué estos
esfuerzos? Y aquí solamente Dios sabe lo que ocurría en mi
corazón.
78 Terriblemente atormentada por estos
sufrimientos entré en la capilla y de la profundidad de mi alma
dije estas palabras: Haz conmigo, Jesús, lo que Te plazca. Yo Te
adoraré en todas partes. Y que se haga en mi Tu voluntad, oh
Señor y Dios mío, y yo glorificaré Tu infinita misericordia. Después
de este acto de sumisión cesaron estos terribles tormentos.
De repente vi a Jesús que me dijo:
Yo estoy siempre en tu corazón.
Un gozo inconcebible inundó mi alma y [llenó]
de gran amor de Dios que inflamó mi pobre corazón. Veo que Dios
nunca permite [sufrimientos] por encima de lo que podemos
soportar. Oh, no temo nada; si manda al alma grandes
tribulaciones, la sostiene con una gracia aun mayor,
aunque no la notamos para nada. Un solo acto de confianza en tal
momento da más gloria a Dios que muchas horas pasadas en el gozo
de consolaciones durante la oración. Ahora veo que si Dios
quiere mantener a un alma en la oscuridad, no la
iluminará ningún libro ni confesor.
79 (34) Oh Maria, Madre y Señora mía,
Te ofrezco mi alma y mi cuerpo, mi vida y mi muerte
y todo lo que vendrá después de ella. Pongo todo en tus manos,
oh mi Madre. Cubre mi alma con tu manto virginal
y concédeme la gracia de la pureza de corazón, alma y cuerpo.
Con tu poder defiéndeme de todo enemigo,
especialmente de aquellos que esconden su malicia bajo una
máscara de virtud. Oh Espléndida Azucena, Tu eres mi espejo, oh
mi Madre.
80 Jesús, Divino prisionero del amor, cuando
considero Tu amor y como Te has anonadado por mi, mis sentidos
desfallecen. Encubres Tu Majestad inconcebible y Te humillas rebajándote a mi, un ser
miserable. Oh Rey de la Gloria, aunque ocultas
Tu hermosura, el ojo de mi alma
desgarra el velo. Veo a los coros de ángeles que te honran
incesantemente y a todas las potencias celestiales que Te alaban
sin cesar y que Te dicen continuamente: Santo,
Santo, Santo.
Oh
¿Quién comprenderá Tu amor y Tu misericordia insondable hacia
nosotros? Oh prisionero del amor, encierro mi pobre corazón en
este tabernáculo para adorarte sin cesar día y noche. No sé de
ninguna objeción a esta adoración, y aunque estoy físicamente
lejos de Ti, mi corazón esta siempre Contigo. Nada puede impedir
mi amor hacia Ti. No existe ningún obstáculo para mí. Oh
Jesús Te consolare por todas las ingratitudes, por las
blasfemias, por la tibieza, por el odio de los impíos, por los
sacrilegios. Oh Jesús, deseo arder como victima pura y anonadada
delante del trono de Tu escondite. Te ruego incesantemente por los pecadores agonizantes.
81 Oh Santa Trinidad, Dios Uno e Indivisible,
bendito seas por este gran regalo y testamento de misericordia.
Oh Jesús mío, para compensarte por los blasfemos,
callaré cuando me reprendan injustamente, para
satisfacerte aunque sea en una pequeña parte. En mi alma Te
estoy cantando continuamente un himno y nadie lo puede sospechar
ni entender. El canto de mi alma lo conoces sólo Tú, oh Creador
y Señor mío.
82 (35) No me dejaré arrebatar por el trabajo
hasta el punto de olvidarme a Dios. Pasaré todos los momentos
libres a los pies del Maestro oculto en el Santísimo Sacramento. Él me enseña desde los
años más tiernos.
83 Escribe esto: Antes
de venir como el Juez Justo, vengo como el Rey de
Misericordia. Antes de que llegue el día de la justicia, les
será dado a los hombre este signo en el cielo.
Se apagará toda luz en el cielo y habrá una
gran oscuridad en toda la tierra. Entonces, en el cielo
aparecerá el signo de la cruz y de los orificios
donde fueron clavadas las manos y los pies del salvador,
saldrán grandes luces que durante algún tiempo iluminarán
la tierra. Eso sucederá poco tiempo antes del ultimo día.
84 Oh Sangre y Agua que brotaste
del Corazón de Jesús, como una Fuente de Misericordia para
nosotros, en Ti confío.
Vilna,
2 VIII 1934
85 El viernes, después de la Santa Comunión
fui trasladada en espíritu delante del trono de Dios. Delante
del trono de Dios vi las Potencias Celestiales que adoran a Dios
sin cesar. Más allá del trono vi. una claridad inaccesible a
las criaturas; allí entra solamente el Verbo Encarnado como
Intercesor. Cuando Jesús entró en esa claridad, oí estas
palabras:
Escribe enseguida lo que vas a oír:
Soy el Señor en Mi Esencia y no conozco mandatos ni
necesidades. Si llamo a las criaturas a la vida, esto es el
abismo de Mi misericordia.
En aquel mismo momento me vi. en nuestra
capilla, como antes en mi reclinatorio. La Santa Misa terminó.
Ya tenía escritas estas palabras.
86 + Cuando vi cuánto debía sufrir mi
confesor [66] a causa de la obra que Dios realizaba a través de
él, me espanté durante un momento y dije al Señor:
"Jesús, después de todo esta obra es
Tuya, pues ¿por qué (36) Te portas con él de tal modo que
parece que se la dificultas, mientras exiges que la lleve
adelante?
Escribe que día y noche Mi mirada descansa sobre
él y permito estas contrariedades para multiplicar sus
méritos. Yo no recompenso por el resultado positivo sino por
la paciencia y el trabajo emprendido por Mí.
Vilna,
26 X 1934, Viernes
87 Cuando iba con las alumnas [67] de la huerta
a cenar, eran las seis menos diez, vi al Señor Jesús encima de
nuestra capilla bajo la misma apariencia que tenía cuando lo
había visto por primera vez. Tal y como está pintado en esta
imagen. Esos dos rayos que salían del Corazón de Jesús,
envolvieron nuestra capilla y la enfermería y después toda la
ciudad y se extendieron sobre el mundo entero. Eso duró quizás
unos cuatro minutos y desapareció. Una de las jovencitas que
estaba junto a mí, un poco detrás de las otras, también vio
esos rayos, pero no vio a Jesús ni vio de dónde salían esos
rayos. Quedó muy impresionada y [lo] contó a otras muchachas.
Las muchachas empezaron a reírse de ella, [diciendo] que fue una
alucinación o tal vez la luz de un aeroplano, pero ella se
obstinaba fuertemente en su opinión y decía que nunca en su
vida había visto tales rayos. Cuando las jovencitas le
reprochaban que a lo mejor era un reflector, ella contestó que
conocía la luz del reflector. Rayos como aquellos nunca los
había visto. Después de la cena esa muchacha se dirigió a mí
y me dijo que esos rayos la habían impresionado tanto que no
conseguía calmarse; habría hablado continuamente de ello, sin
embargo no vio al Señor Jesús. Y me recordaba esos rayos sin
cesar poniéndome así en cierta dificultad, dado que no le
podía decir que había visto al Señor Jesús. Oré por esa
querida alma pidiendo que el Señor le concediera las gracias que
ella tanto necesitaba. Mi corazón se alegró porque Jesús Mismo
se hace conocer en su obra. Aunque por ese motivo tuve grandes
disgustos, no obstante por Jesús se puede soportar todo.
88 (37) + Cuando fui a la adoración, sentí la
cercanía de Dios. Después de un momento vi a Jesús y a Maria.
Esta visión llenó mi alma de alegría y le pregunté al Señor:
¿Cuál es tu voluntad, Jesús, en esta cuestión en la que el
confesor me ordena preguntar? Jesús me contestó:
Es Mi voluntad que esté aquí y que no
se dispense a sí mismo.
Y pregunté a Jesús si estaba bien la
inscripción: "Cristo, rey de Misericordia",
Jesús me contestó:
Soy Rey de Misericordia
Y no dijo "Cristo".
Deseo que esta imagen sea expuesta en
público el primer domingo después de Pascua de
Resurrección. Ese domingo es la Fiesta de la Misericordia. A
través del Verbo Encarnado doy a conocer el abismo de Mi
misericordia.
89 Sucedió que, tal y como el Señor había
pedido, el primer acto de veneración a esta imagen por parte del
público [68] tuvo lugar el primer domingo después de Pascua.
Durante tres días la imagen estuvo expuesta en público, y
recibió la veneración pública porque había sido colocada en
Ostra Brama, en un ventanal, en lo alto, por eso se la veía
desde muy lejos. Durante esos tres días en Ostra Brama fue
celebrada con solemnidad la clausura del Jubileo de la Redención
del Mundo, el 19 centenario de la Pasión del Salvador. Ahora veo
que la obra de la Redención está ligada a la obra de la
misericordia que reclama el Señor.
90 Un día vi interiormente lo mucho que iba a
sufrir mi confesor.
"Los amigos lo abandonarán y todos se
opondrán a usted y las fuerzas físicas disminuirán. Lo vi.
como un racimo de uva elegido por el Señor y arrojado bajo la
prensa de los sufrimientos, su alma. Padre, en algunos momentos
estará lleno de dudas respecto a mi y a esta obra".
Y vi como si Dios Mismo le fuera contrario, y
pregunté al Señor ¿por qué se portaba así con él?, como si
le dificultara lo que le encomendaba. Y el Señor dijo:
Me porto así con él para dar
testimonio de que esta obra es Mía. Dile que (38) no tenga
miedo de nada, Mi mirada esta puesta en él, día y noche. En
su corona habrá tantas espinas cuantas almas se salven a
través de esta obra. Yo no premio por el éxito en el
trabajo sino por el sufrimiento.
91 "Jesús mío, sólo Tú sabes cuántas
persecuciones sufro, y solamente porque Te soy
completamente fiel a Ti y a Tus órdenes. Tú eres mi fuerza;
apóyame para que siempre cumpla con fidelidad todo lo que exiges
de mí. Yo, por mi misma, no puedo hacer nada, pero si Tú me
apoyas, todas las dificultades son nada para mí. Oh Señor, veo
que desde el primer momento en que mi alma recibió la capacidad
de conocerte, mi vida es una lucha continua y cada vez mas
violenta. Cada mañana durante la meditación me preparo para la
lucha de todo el día, y la Santa Comunión es mi garantía de
que venceré, y así sucede. Temo el día en que no tenga la
Santa Comunión,. Este Pan de los fuertes me da toda la fuerza
para continuar esta obra y tengo el valor de cumplir todo lo que
exige el Señor. El valor y la fortaleza que están en mi no son
míos, sino de quien habita en mi, la Eucaristía. Jesús mío,
¡qué grandes son las incomprensiones! A veces, si no tuviera la
Eucaristía, no tendría la fuerza para seguir el camino que me
has indicado".
92 La humillación es [mi] alimento cotidiano.
Comprendo que la esposa acepta todo lo que atañe a su Esposo,
por eso la vestimenta del desprecio que le ha cubierto a Él debe
cubrirme a mí también. En los momentos en que sufro mucho,
trato de callarme, porque desconfío de la lengua que en esos
momentos es propensa a hablar de si misma, en lugar de servirme
para alabar a Dios por todos los beneficios y dones que me han
sido proporcionados. Cuando recibo a Jesús en la Santa Comunión,
le ruego con fervor que se digne sanar mi lengua para que no
ofrenda con ella ni a Dios ni al prójimo. Deseo que mi lengua
alabe a Dios sin cesar. Grandes culpas se cometen con la lengua.
Un alma no llegará a la santidad si no tiene cuidado con su
lengua.
93 (39) + Resumen del Catecismo de los
votos religiosos [69].
P. ¿Qué es un voto?
R.
El voto es una promesa hecha a Dios voluntariamente de realizar
actos cada vez más perfectos.
P.
¿Obliga el voto en la materia prescrita por los mandamientos?
R.
Si. Realizar un acto en la materia prescrita por los mandamientos
tiene doble valor y dobles meritos, mientras que descuidarlo es
un delito doble y una maldad, porque si se quebranta un voto,
entonces al pecado contra el mandamiento se agrega el pecado
de sacrilegio.
P.
¿Por que los votos religiosos tienen tan alto valor?
R.
Porque constituyen el fundamento de la vida religiosa, aprobada
por la Iglesia, en la que los miembros unidos en una Comunidad
religiosa, se comprometen a tender incesantemente a la
perfección por medio de los tres votos religiosos de pobreza,
castidad y obediencia, según la regla de la Congregación.
P.
¿Qué significa tender hacia la perfección?
R.
Tender hacia la perfección significa que el estado religioso,
por si solo, no exige la perfección ya adquirida, sino que
obliga, bajo la pena de pecado, a un trabajo diario para
alcanzarla. Por lo tanto, un religioso que no quiere
perfeccionarse, descuida la principal obligación de su estado.
P.
¿Qué son los votos religiosos (solemnes)?
R.
Los votos religiosos (solemnes) son tan absolutos que sólo el
Santo Padre puede dispensar de ellos y solamente en casos
excepcionales.
P.
¿Qué son los votos simples?
R.
Son los votos menos absolutos, de los votos perpetuos y anuales
que dispensa la Santa Sede.
(40)
P. ¿Qué diferencia hay entre el voto y la virtud?
R.
El voto abarca solamente lo que es mandado por la regla, bajo la
pena de pecado, mientras que la virtud se eleva más alto y
facilita cumplir el voto, y en caso contrario, al quebrantar el
voto se falta a la virtud y la daña.
P.
¿A qué comprometen los votos religiosos?
R.
Los votos religiosos obligan a pretender alcanzar las virtudes y
a la sumisión total a los Superiores y a la regla,
con lo cual el religioso entrega su persona a favor de la
Congregación, renunciando a todos los derechos sobre ella y
sobre sus actividades que dedica al servicio de Dios.
El
voto de pobreza
El
voto de pobreza es una renuncia voluntaria al derecho de
propiedad o de su uso, para agradar a Dios.
P.
¿A qué objetos se refiere el voto de pobreza?
R.
A todos los bienes y objetos pertenecientes a la Congregación. A
lo que uno ha entregado, objetos o dinero, como han sido
aceptados, ya no tiene derecho. Todas las limosnas o donaciones,
que uno recibiría a titulo de agradecimiento u otro, pertenecen
a la Congregación. Todo ingreso por trabajo o incluso rentas, no
pueden ser usadas sin violar el voto.
P.
¿Cuándo se infringe o viola el voto según el séptimo
mandamiento?
R.
Se infringe cuando sin permiso se toma para si o para alguien una
cosa perteneciente a la casa; cuando sin permiso se guarda alguna
cosa con la finalidad de apropiarse de ella; cuando sin
autorización se vende o cambia alguna cosa perteneciente a la
Congregación; cuando se usa una cosa con otra finalidad a la
encomendada por el Superior; cuando se da o se recibe de
alguien cualquier cosa sin permiso; cuando se destruye o
estropea algo por negligencia; cuando al trasladarse de una casa
a otra se lleva algo sin permiso. En caso de infringir el voto de
pobreza el religioso (41) debe igualmente la restitución a la
Congregación.
La
virtud de la pobreza
Es
una virtud evangélica que compromete al corazón a separarse de
los bienes temporales a lo cual el religioso esta obligado
estrictamente en virtud de su profesión.
P.?Cuando
se peca contra la virtud de la pobreza?
R.
Cuando se desean cosas contrarias a esta virtud: cuando se toma
apego a alguna cosa, cuando usa cosas superfluas.
P.
¿Cuántos y cuáles son los grados de pobreza?
R.
En la practica de la profesión hay cuatro grados de pobreza: no
disponer de nada sin depender de los Superiores (estricta
materia del voto); evitar la opulencia, conformarse con
lo indispensable (constituye la virtud); tender de buena
gana a las cosas mas míseras y esto con
satisfacción interior; como la celda, la ropa, la comida,
etcétera; estar contento de la escasez.
El
voto de castidad
P. ¿A qué obliga este voto?
R.
A renunciar al matrimonio y a evitar todo lo que está prohibido
por el sexto y el noveno mandamientos.
P.
¿La falta contra la virtud es una violación del voto?
R.
Cualquier falta contra la virtud es a la vez una violación del
voto, porque en esto no hay tal diferencia entre el voto
y la virtud como en la pobreza y en la obediencia.
(42)
P. ¿Todo pensamiento malo es pecado?
R.
No todo pensamiento malo es pecado, pero llega a serlo solamente
cuando a la reflexión de la mente se una la conformidad de la
voluntad y el consentimiento.
P.
¿Además de los pecados contra la castidad hay algo más que
perjudica la virtud?
R.
La virtud se ve perjudicada por la falta de control de los
sentidos de la imaginación, y de los sentimientos, la
familiaridad y las amistades sentimentales.
P.
¿Cuáles son los métodos para conservar la virtud?
R.
Combatir las tentaciones interiores con la presencia de Dios y
además luchar sin temor. En cuanto a las tentaciones exteriores,
evitando las ocasiones. En total hay siete
métodos principales. El primero, la guarda de los sentidos, y [luego]
evitar las ocasiones, evitar el ocio, alejar
prontamente las tentaciones, evitar cualquier amistad y
especialmente las particulares, [cultivar] el
espíritu de mortificación, revelar las tentaciones al confesor.
Además
hay cinco medios para conservar la virtud: la
humildad, el espíritu de oración, la observancia de la modestia,
la fidelidad a la regla, una devoción sincera a la Santísima
Virgen Maria.
El
voto de la obediencia
El
voto de la obediencia es superior a los dos primeros, ya que en
realidad es el que constituye el holocausto, y
es el más necesario porque forma y mantiene en vida toda la
estructura religiosa.
P.
¿A qué obliga el voto de obediencia?
R.
Con el voto de obediencia el religioso promete a Dios obedecer a
sus legítimos superiores en todo lo que le manden en virtud de
la regla. El voto de obediencia hace al religioso dependiente de
su Superior en virtud de la regla durante toda su vida y en todos
los asuntos. El religioso comete un pecado grave contra el voto
cada vez que no obedece una orden recibida (43) en virtud de la
obediencia o de la regla.
La
virtud de la obediencia
La
virtud de la obediencia va mas allá del voto, abarca la regla,
los decretos, e incluso los consejos de los Superiores.
P.
¿Es necesaria al religioso la virtud de la obediencia?
R.
La virtud de la obediencia es tan necesaria al religioso que
aunque obrase bien [pero] en contra de la obediencia, (sus
actos) se convertirían en malos o sin mérito.
P.
¿Se puede pecar gravemente contra la virtud de la obediencia?
R.
Se peca gravemente si se desprecia la autoridad o la orden del
Superior; si de la desobediencia resulta un daño espiritual o
temporal para la Congregación.
P.
¿Qué faltas ponen en peligro el voto?
R.
Los prejuicios y antipatías hacia el Superior, murmuraciones y
críticas, la holgazanería y la negligencia.
Los
grados de obediencia
Ejecución
solicita y total. La obediencia de la voluntad, cuando la
voluntad impulsa al intelecto a someterse a la opinión del
Superior. San Ignacio da, además, tres métodos que facilitan [la
obediencia]: siempre ver a Dios en el Superior, cualquiera que
sea; justificar interiormente la orden o la opinión del Superior;
aceptar cada orden como si fuera de Dios, sin discutir y sin
reflexionar. El medio general -- la humildad. No hay nada
difícil para una persona humilde.
94 (44) Oh Señor mió, incendia mi amor hacia
Ti, para que entre tormentas, sufrimientos y pruebas, no
desfallezca mi espíritu. Tú ves que débil soy yo. El amor lo
puede todo.
95 + Un conocimiento más profundo de Dios y el
terror del alma.
Al principio Dios se hace conocer como santidad,
justicia, bondad, es decir misericordia. El alma no conoce todo
esto a la vez, sino singularmente en relámpagos, es decir en los
acercamientos de Dios. Eso no dura mucho tiempo, porque no
podría soportar esta luz. Durante la oración el alma recibe un
relámpago de esta luz, que le imposibilita orar al alma como
hasta entonces. Puede esforzarse cuanto quiera, y esforzarse a
orar como antes, todo en vano, se hace absolutamente imposible
continuar rezando como se rezaba antes de recibir esta luz. La
luz que tocó al alma, es viva en ella y nada la puede extinguir
ni obscurecer. Este relámpago de conocimiento de Dios arrastra
su alma e incendia el amor hacia Él. Pero a la vez este mismo
relámpago permite al alma conocer lo que es y ella ve todo su
interior en una luz superior y se levanta horrorizada y asustada.
Sin embargo no permanece en aquel espanto, sino que empieza a
purificarse y humillarse, postrarse ante el Señor, y estas luces
se hacen más fuertes y más frecuentes; cuanto más cristalina
se hace el alma, tanto mas penetrantes son estas luces. Sin
embargo si el alma ha respondido fiel y resueltamente a
estas primeras gracias, Dios la llena con sus consuelos
y se entrega a ella de modo sensible. Entonces el alma entra casi
en relación de intimidad con Dios y se alegra enormemente;
piensa que ya ha alcanzado el grado designado de perfección, ya
que los errores y los defectos están dormidos
en ella y piensa que ya no los tiene. Nada le parece difícil,
esta preparada para todo. Empieza a sumergirse en Dios y a
disfrutar de las delicias de Dios. Es llevada por la gracia y no
se da cuenta en absoluto de que puede llegar el momento de la
prueba y de la lucha. Y en realidad este estado no dura mucho
tiempo. Llegarán otros momentos, pero debo mencionar que el alma
responde con mas fidelidad a la gracia de Dios si tiene un
confesor experimentado a quien confía todo.
96 (45) + Pruebas enviadas por Dios
a un alma particularmente amada. Tentaciones y
oscuridades: Satanás.
El
amor del alma no es todavía como Dios lo desea. De repente el
alma pierde la presencia de Dios. Se manifiestan en ella
distintas faltas y errores con los cuales tiene que llevar a cabo
una lucha encarnizada. Todos los errores levantan la cabeza, pero
su vigilancia es grande. En el lugar de la anterior presencia de
Dios ha entrado la aspereza y la sequía
espiritual, no encuentra satisfacción en los ejercicios
espirituales, no puede rezar, ni como antes, ni
como oraba ahora. Lucha por todas partes y no encuentra
satisfacción. Dios se le ha escondido y ella no
encuentra satisfacción en las criaturas, y ninguna criatura sabe
consolarla. El alma desea a Dios apasionadamente, pero ve su
propia miseria, empieza a sentir la justicia de Dios. Ve como si
hubiera perdido todos los dones de Dios, su mente está como
nublada, la oscuridad envuelve toda su alma,
empieza un tormento inconcebible. El alma ha
intentado presentar su estado al confesor, pero no ha
sido comprendida. Se hunde en una inquietud aun mayor. Satanás
comienza su obra.
97 La fe queda expuesta al
fuego, la lucha es dura, el alma hace esfuerzos, persevera
junto a Dios con un acto de voluntad. Con el permiso de
Dios, Satanás sigue más adelante, la esperanza y el
amor están puestos a prueba. Estas tentaciones son terribles,
Dios sostiene al alma ocultamente. Ella no lo
sabe, ya que de otra forma no podría resistir. Y Dios sabe lo
que puede mandar al alma. El alma [es] tentada de
incredulidad respecto a las verdades reveladas, a la
falta de sinceridad frente al confesor. Satanás le dice:
Mira, nadie te comprenderá ¿para que hablar de todo esto? En
sus oídos suenan las palabras de las cuales ella queda
aterrorizada y le parece que las pronuncia contra Dios. Ve lo que
no le gustaría ver. Oye lo que no quiere oír, y es terrible no
tener en tales momentos al confesor experto. Ella soporta sola
todo el peso; pero dentro de lo que está en su poder, debe
buscar a un confesor bien informado, porque puede quebrarse bajo
este peso, y ocurre con frecuencia que está al borde del
abismo. (46) Todas estas pruebas son duras y difíciles.
Dios no las da a un alma que anteriormente no haya sido admitida
a una comunión mas profunda con Él, y no haya disfrutado de las
dulzuras del Señor, y también Dios tiene en eso sus fines
insondables para nosotros. Muchas veces Dios prepara de modo
semejante al alma a los designios futuros y a grandes obras. Y
quiere probarla como oro puro, pero éste no es todavía el fin
de la prueba. Existe todavía la prueba de las pruebas,
esto es [sentir] el rechazo total por parte de Dios.
+ La prueba de las pruebas,
El abandono absoluto - la desesperación.
98 Cuando el alma sale victoriosa de las
pruebas anteriores, aunque quizás tropezando, pero sigue
luchando y con profunda humildad clama al Señor:
"¡Sálvame porque perezco!". Y está todavía en
condiciones de luchar.
Ahora
una terrible oscuridad envuelve al alma. El alma
ve dentro de si solamente pecados. Lo que siente es terrible. Se
ve completamente abandonada de Dios, siente como si
fuera objeto de su odio y se encuentra al borde de la
desesperación. Se defiende como puede, intenta
despertar la confianza, pero la oración es para ella un
tormento todavía mayor, le parece que empuja a Dios a
una mayor ira. Esta colocada en un altísimo pico que se
encuentra sobre un precipicio.
El
alma anhela fervientemente a Dios, pero se
siente rechazada. Todos los tormentos y suplicios del
mundo son nada en comparación con la sensación en la
que se encuentra sumergida, es decir, el rechazo por parte de
Dios. Nadie la puede aliviar. Ve que se encuentra sola, no tiene
a nadie en su defensa. Levanta los ojos al cielo, pero "sabe"
que no es para ella, todo "está"
perdido para ella. De una oscuridad cae en una oscuridad
aun mayor, le parece que ha perdido a
Dios para siempre, a ese Dios que tanto amaba. Este pensamiento
le produce un tormento indescriptible. Sin
embargo no se conforma con eso, intenta mirar al
cielo, pero en vano; eso le causa un tormento todavía mayor.
99 (47) Nadie puede iluminar tal alma si Dios
quiere mantenerla en las tinieblas. Este rechazo por
parte de Dios ella lo siente muy vivamente, de modo terrorífico.
De su corazón brotan gemidos dolorosos, tan dolorosos que ningún
sacerdote los puede comprender si no lo ha pasado él mismo.
En esto el alma padece todavía sufrimientos por parte del
espíritu maligno. Satanás se burla de ella:
"Ves, ¿seguirás siendo fiel? He aquí la recompensa,
estás en nuestro poder". Pero Satanás tiene tanto poder
sobre aquella alma cuanto Dios permite: Dios
sabe cuánto podemos resistir. "¿Y qué has ganado por
haberte mortificado? ¿Y qué has conseguido siendo fiel a la
regla? ¿A qué todos estos esfuerzos? Estás rechazada por Dios".
La palabra "rechazada" se convierte en
fuego que penetra cada nervio hasta la médula de los huesos.
Traspasa todo su ser por completo. Viene el momento
supremo de la prueba. El alma ya no busca ayuda en
ninguna parte, se encierra en si misma y pierde de vista todo y
es como si aceptara este tormento de rechazo. Es un momento que
no sé definir. Es la agonía del alma. Cuando
ese momento empezó a acercarse a mí por primera vez, fui
liberada de él en virtud de la santa obediencia. La Maestra de
novicias al verme se asustó y me mandó a confesarme; pero el
confesor no me entendió, no experimenté
siquiera una sombra de alivio. "¡Oh Jesús, danos
sacerdotes con experiencia!"
Cuando
dije que experimentaba en mi alma tormentos del infierno,
me contestó que él estaba tranquilo por mi alma, porque veía
en mi alma una gran gracia de Dios. Sin embargo yo no comprendí
nada de eso y ni un pequeño rayo de luz penetró en [mi] alma.
100
Ahora ya empiezo a sentir la falta de las fuerzas fisicas y ya no
llego a cumplir las tareas. Ya no puedo ocultar los sufrimientos:
aunque no digo ni una palabra de lo que sufro, no obstante el
dolor que se refleja en mi rostro, me delata y la Superiora ha
dicho que las hermanas vienen a ella y le dicen que cuando me ven
en la capilla, sienten compasión por mi, tan espantoso es el
aspecto que tengo. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, el alma
no es capaz de ocultar este sufrimiento.
101 Jesús, sólo Tu sabes
cómo el alma gime en estos tormentos, sumergida en la oscuridad,
y con todo eso tiene hambre y sed de Dios, como los labios
quemados [tienen sed] del agua. Muere y aridece; muere de
una muerte sin morir, es decir no puede morir. Sus
esfuerzos son nada; está bajo una mano poderosa. (48) Ahora su
alma pasa bajo el poder del Justo. Cesan todas las tentaciones
externas, calla todo lo que la rodea, como un moribundo, pierde
la percepción de lo que tiene alrededor, toda su alma esta
recogida bajo el poder del justo y tres veces santo Dios.
Rechazada por la eternidad. Este es el momento supremo
y solamente Dios puede someter un alma a tal prueba, porque sólo
Él sabe que el alma es capaz de soportarla. Cuando el alma ha
sido compenetrada totalmente por este fuego infernal,
cae en la desesperación. Mi alma experimentó
este momento cuando estaba sola en la celda. Cuando el alma
comenzó a hundirse en la desesperación, sentí que estaba
llegando mi agonia, entonces cogí un pequeño crucifijo
y lo estreché fuertemente en la mano; senti que mi
cuerpo iba a separarse del alma y aunque deseaba ir a las
Superioras, no tenia ya las fuerzas fisicas, pronuncie
las ultimas palabras, confio en Tu misericordia, y me
pareció que había impulsado a Dios a una ira aun mayor, y
me hundi en la desesperación, y solamente de vez en
cuando de mi alma irrumpia un gemido doloroso, un gemido sin
consuelo. El alma en la agonia. Y me parecia que
ya me quedaria en ese estado, porque no habria salido de él con
mis propias fuerzas. Cada recuerdo de Dios es un mar
indescriptible de tormentos, y sin embargo hay algo en el
alma que anhela fervientemente a Dios, pero a ella le
parece que es solamente para que sufra mas. El recuerdo del amor
con el que Dios la rodeaba antes, es para ella un tormento nuevo.
Su mirada la traspasa por completo y todo ha sido quemado por
ella en su alma.
102 Después de un largo momento, al entrar en
la celda una de las hermanas me encontró casi muerta.
Se asustó y fue a la Maestra que en virtud de la santa
obediencia me ordenó levantarme del suelo y en seguida
senti las fuerzas fisicas, y me levanté del suelo temblando toda.
La Maestra se dio cuenta inmediatamente del
estado de mi alma, me habló de la inconcebible misericordia
de Dios y dijo: "No se preocupe por nada,
hermana, se lo ordeno en virtud de la santa obediencia".
Y continuó: "Ahora veo que Dios la llama a una gran
santidad, el Señor la desea tener cerca de sí, permitiendo
estas cosas, tan pronto. Sea fiel a Dios, hermana, porque esto es
una señal de que la quiere tener en lo alto del cielo".
Pero yo no entendí nada de estas palabras.
103 (49) Al entrar en la capilla, senti como si
todo se hubiera alejado de mi alma; como si yo hubiera salido
recientemente de la mano de Dios, senti que mi alma era
intangible, que yo era una niña pequeña. De repente vi
interiormente al Señor quien me dijo:
No tengas miedo, hija Mia, Yo estoy
contigo.
En aquel mismo momento desaparecieron
todas las tinieblas y los tormentos, los sentidos [fueron]
inundados de una alegría inconcebible, las
facultades del alma coladas de luz.
104 Quiero decir también que, aunque mi alma
ya estaba bajo los rayos de su amor, no obstante, las
huellas del suplicio soportado quedaron en mi cuerpo dos días
más. El rostro pálido como de una muerta y los ojos
inyectados de sangre. Sólo Jesús sabe lo que sufrí. Comparado
con la realidad, es pálido lo que he escrito. No sé expresarlo,
me parece que he vuelto del mas allá. Siento aversión a todo lo
que esta creado. Me abrazo al Corazón
de Dios, como el niño recién
nacido al pecho de su madre. Miro todo con ojos distintos. Estoy
consciente de lo que el Señor ha hecho en mi alma con una
palabra; de esto vivo. El recuerdo del martirio
sufrido me da escalofríos. No hubiera creído que es posible
sufrir tanto si yo misma no lo hubiera pasado. Es un
sufrimiento totalmente espiritual.
105 Sin embargo, en todos estos sufrimientos y
combates no abandoné la Santa Comunión. Cuando
me pareció que no debía recibirla, entonces iba a ver a la
Maestra y le decía que no podía ir a la Santa Comunión, que me
parecía que no debía recibirla. Sin embargo ella no me
permitía abandonar la Santa Comunión; y yo iba a
recibirla, y me daba cuenta de que sólo la obediencia me había
salvado. La Maestra misma me dijo después que "estas
experiencias habían pasado pronto solamente porque usted,
hermana, fue obediente. [Fue por] el poder de la obediencia que
usted pasó tan valientemente [la prueba]". Es verdad que el
Señor mismo me liberó de este suplicio, pero la fidelidad a la
obediencia le agradó.
106
Aunque estas cosas son espantosas, no obstante ningún alma
debería asustarse demasiado, porque Dios nunca da por encima de
lo que podemos soportar. Y por otra parte, quizás nunca nos dé
a nosotros suplicios semejantes, y lo escribo porque si el Señor
quiere llevar un alma a través de (50) tales sufrimientos, que
no tenga miedo, sino que sea fiel a Dios en todo lo que depende
de ella. Dios no hará daño al alma, porque es el Amor Mismo
y por este amor inconcebible la llamó a la existencia. Pero
cuando yo me encontraba angustiada, no lo comprendía.
107 Oh Dios mío, he conocido que no soy de
esta tierra, el Señor me lo ha inculcado en mi alma, [en] alto
grado. Estoy presente más en el cielo que en la tierra, aunque
no descuido en nada mis deberes.
107 En esos momentos no tenía al director
espiritual y no conocía ninguna dirección. Rogaba al Señor,
pero no me daba ningún director. Jesús Mismo es mi
Maestro desde la niñez hasta ahora. Me ha conducido a
través de todas las selvas y todos los peligros; veo claramente
que solamente Dios pudo llevarme por un peligro tan grande sin
ningún daño ni perjuicio y mi alma quedó intacta y vencía
siempre todas las dificultades que eran inimaginables. Salía
[...] [70]. Sin embargo el Señor me dio el director,
pero más tarde.
109 Después de esos sufrimientos el alma se
encuentra en gran pureza de espíritu y en una gran cercanía con
Dios, aunque tengo que decir que durante los tormentos
espirituales, ella está cerca de Dios, pero está ciega.
La mirada de su alma está envuelta en tinieblas y Dios está mas
cerca de esta alma sufriente, pero todo el secreto está
precisamente en que ella no lo sabe. No sólo afirma que Dios la ha abandonado, sino que dice ser el objeto de su odio. ¡Qué
enfermedad tan grave de la vista del alma que deslumbrada por la
luz de Dios, afirma que Él está ausente, mientras es
tan fuerte que la ciega!. Sin embargo, conocí después
que Dios está más cerca de ella en aquellos momentos
que en cualquier otra circunstancia, ya que con la ayuda normal
de la gracia no podría superar las pruebas. La omnipotencia de
Dios y una gracia extraordinaria operan aquí,
porque al no ser así, sucumbiría bajo el primer golpe.
110 Oh Divino Maestro, esto [es] solamente Tú
obra en mi alma. Tú, oh Señor, no temes poner al alma al borde
de un abismo terrible, donde ella se asusta y tiene miedo y Tú
vuelves a llamarla. Estos son Tus misterios inconcebibles.
111 (51) Cuando en estos tormentos del
alma trataba de acusarme en la confesión de los
detalles mas pequeños, aquel sacerdote se extrañó de que no
cometía faltas más graves y me dijo las siguientes palabras: Si
en estos tormentos, hermana, usted es tan fiel a Dios, esto
ya me da prueba de que Dios la sostiene con su gracia particular
y si usted no lo entiende, no se preocupe. Es extraño,
sin embargo, que en estas cosas los confesores no pudieran ni
comprenderme, ni tranquilizarme, hasta el encuentro con el Padre
Andrasz y luego con el Padre Sopocko.
112 + Algunas palabras sobre la confesión y
los confesores. Recordaré solamente lo que experimenté y viví
en mi propia alma. Hay tres cosas por las cuales el alma no saca
provecho de la confesión en aquellos momentos excepcionales.
La
primera es que el confesor conoce poco los caminos
extraordinarios y muestra asombro si un alma le revela los
grandes misterios que Dios realiza en el alma. Este asombro suyo
pone en alarma a un alma sutil, y advierte que el confesor está
indeciso en expresar su opinión; y si el alma nota esto, no se
tranquiliza, sino que tiene aun más dudas después de la
confesión de cuantas tenia antes de ella, porque siente que el
confesor la tranquiliza, [pero] él mismo no está seguro. O bien,
lo que me ha ocurrido a mí, que el confesor, sin poder penetrar
algunos misterios del alma, le rehúsa la confesión, muestra un
cierto temor al acercarse esa alma a la rejilla. ¡Cómo puede un
alma en tal estado, adquirir tranquilidad en el confesionario,
visto que es tan sensible a cada palabra del confesor!. Según mi
parecer, en estos momentos de visitas especiales de Dios en el
alma, si [el sacerdote] no la entiende, debería referirla a un
confesor con experiencia y conocimiento, o él mismo adquirir
luces para dar al alma lo que ella necesita, y no rehusarle
simplemente la confesión, porque de este modo la expone a un
gran peligro y más de un alma puede abandonar el camino, en el
cual Dios quería tenerla de modo particular. Es una cosa de gran
importancia, porque yo misma lo experimenté, [esto es] que ya
empezaba a vacilar a pesar de estos singulares dones de Dios;
aunque Dios Mismo me tranquilizaba, no obstante
deseaba siempre tener el sello de la Iglesia.
(52)
La segunda cosa es que el confesor no permite expresarse
sinceramente, manifiesta la impaciencia. El alma entonces se
calla y no dice todo y por lo tanto no saca provecho, cuando
sucede que el confesor empieza a someter al alma a pruebas, y sin
conocerla, en vez de ayudarle, le hace daño. Y eso porque ella
sabe que el confesor no la conoce, dado que no le ha permitido
revelarse completamente en cuanto a las gracias, ni tampoco en
cuanto a la miseria. Pues la prueba no es apropiada. Tuve algunas
pruebas de las cuales me reí. Expresaré mejor esto con las
palabras de que el confesor es el médico del alma, y, ¿cómo el
médico, sin conocer la enfermedad, puede dar una medicina
apropiada? Nunca. Porque no tendrá ningún efecto deseado, o le
recetará demasiado fuerte y agravará la enfermedad y a veces,
Dios no lo quiera, puede provocar la muerte, porque [es]
demasiado fuerte. Lo digo por experiencia, que en algunos casos fue
Dios Mismo que me sostenía.
La
tercera cosa es que, a veces el confesor da poca importancia a
las cosas pequeñas. En la vida espiritual no hay nada pequeño.
A veces, una cosa aparentemente pequeña descubre algo de gran
importancia, y para el confesor es un haz de luz para conocer al
alma. Muchos matices espirituales se esconden en cosas pequeñas.
No
se levantará jamás un magnifico edificio si tiramos los
ladrillos pequeños. De ciertas almas Dios exige una gran pureza,
pues les envía un conocimiento mas profundo de la miseria.
Iluminadas con la luz [que viene] de lo alto, conocen mejor lo
que agrada a Dios y lo que no le agrada. El pecado es según el
conocimiento y la luz del alma, lo mismo también las
imperfecciones, aunque ella sabe que lo que se refiere
estrictamente al sacramento es el pecado. Pero estas pequeñas
cosas tienen una gran importancia en la aspiración hacia la
santidad y el confesor no las puede menospreciar. La paciencia y
la benevolencia del confesor abren el camino a los más profundos
secretos del alma. El alma casi inconscientemente revela la
profundidad abismal y se siente más fuerte y más resistente,
ahora lucha con más valor, hace más esfuerzos, porque sabe que
debe rendir cuenta de ello.
(53) Recordaré una cosa más respecto al
confesor. En ocasiones tiene que experimentar, tiene que poner a
prueba, tiene que ejercitar, tiene que poner a prueba, tiene que
ejercitar, tiene que conocer si está tratando con la paja o con
el hierro, o con el oro puro. Cada una de estas tres almas
necesita ejercitarse de un modo diferente. El confesor debe
necesariamente formarse una opinión clara de cada una, para
saber lo que puede soportar en determinados momentos,
circunstancias y casos. En cuanto a mí, después de muchas
experiencias, cuando me di cuenta de no ser comprendida, no
revelaba mi alma y no turbaba mi tranquilidad. Pero esto sucedió
solo, desde el momento en que todas estas gracias estaban bajo el
juicio del confesor con discernimiento, instruido y con
experiencia. Ahora sé como comportarme en ciertos casos.
113 Y deseo nuevamente decir tres palabras al alma que
desea decididamente tender hacia la santidad y obtener frutos, es
decir, provechos de la confesión.
La primera, total sinceridad y apertura. El más santo y
más sabio confesor no puede infundir por la fuerza en el alma lo
que él desea si el alma no es sincera y abierta. El alma
insincera, cerrada se expone a un gran peligro en la vida
espiritual y el Señor Jesús Mismo no se ofrece a tal alma de
modo superior, porque sabe que ella no sacaría ningún provecho
de estas gracias particulares.
La segunda palabra, la humildad. El alma no saca el
debido provecho del sacramento de la confesión si no es humilde.
La soberbia mantiene al alma en la oscuridad. Ella no sabe y no
quiere penetrar exactamente en lo profundo de su miseria, se
enmascara y evita todo lo que la debería sanar.
La tercera palabra es la obediencia. El alma
desobediente no conseguirá ninguna victoria, aunque el Señor
Jesús Mismo la confiese directamente. El más experto confesor
no ayudará nada a tal alma. El alma desobediente se expone a
gran peligro y no progresará nada en la perfección y no se
defenderá en la vida espiritual. Dios colma generosamente con
gracias al alma, pero al alma obediente.
114 (54) + Oh, ¡qué gratos son los himnos que fluyen
de un alma víctima! Todo el cielo queda admirado por tal alma,
especialmente si es probada por Dios. [Ella] dirige hacia Él sus
nostálgicos lamentos. Su belleza es grande, porque fluye de Dios.
Camina por la selva de la vida herida por el amor divino. Toca la
tierra con un solo pie.
115 + El alma, al salir de aquellos tormentos, es
profundamente humilde. La pureza de su alma es grande. Sin
reflexionar, en cierto modo, ella sabe mejor lo que conviene
hacer en un momento determinado y lo que [conviene] abandonar.
Siente el más delicado toque de la gracia y es muy fiel a Dios.
Ella reconoce a Dios desde lejos y goza de Dios
incesantemente. En muy poco tiempo descubre a Dios en las almas
de otras personas y en general en su alrededor. Al alma es
purificada por Dios Mismo. Dios, como puro Espíritu, introduce
al alma en la vida puramente espiritual. Dios Mismo primero
preparó y purificó a esta alma, es decir la hizo capaz para una
estrecha convivencia con Él. De modo espiritual ella está en la
comunión con el Señor en un descanso de amor. Habla con el
Señor sin uso de los sentidos. Dios llena al alma con su luz. Su
mente, iluminada, ve claramente y distingue los grados en esta
vida espiritual. Ve como se unía a Dios de un modo imperfecto,
cuando participaban los sentidos y la espiritualidad estaba unida
a los sentidos, aunque de una manera ya superior y especial, no
obstante imperfecta. Existe la unión con el Señor superior y
más perfecta, es decir la intelectual. Aquí el alma se ve más
protegida de las ilusiones, su espiritualidad es más profunda y
más pura. En una vida donde intervienen los sentidos, uno está
más expuesto a las ilusiones. Debería ser mayor la prudencia de
ella misma [del alma] y de los confesores. Hay momentos, en los
cuales Dios introduce al alma en el estado puramente espiritual.
Los sentidos se apagan y están como muertos. El alma está unida
a Dios de manera mas intima posible, está sumergida en la
divinidad, su conocimiento es total y perfecto, no parcial, como
antes, sino general y completo. Se deleita en ello. Pero quiero
hablar todavía de los momentos de la prueba. En tales momentos
es necesario que los confesores tengan paciencia con esa alma.
Pero la mayor paciencia la debe tener el alma consigo misma.
116 (55) Oh Jesús mió, Tú sabes lo que experimenta mi
alma al recordar aquellos tormentos. Más de una vez me he
extrañado de que los Ángeles y los santos queden silenciosos
cuando un alma soporta semejantes sufrimientos. Sin embargo ellos
nos aman muy especialmente en tales momentos. Más de una vez mi alma gritó hacia Dios, como un niño pequeño grita con todas sus fuerzas
cuando la madre tapa su rostro y él no la puede
reconocer. Oh Jesús mío, por esas pruebas de amor, sea gloria y
honor a Ti. Tu misericordia es grande e inconcebible. Oh Señor,
todos Tus proyectos respecto a mi alma están llenos de Tu
misericordia.
117 Recordaré aquí que los que conviven con tal
persona no deben agregar sufrimientos exteriores,
ya que de verdad cuando el alma tiene el cáliz lleno hasta el
borde, a veces justamente esta gota que nosotros agregamos a su
cáliz, será aquella que sobra y rebosará el cáliz de la
amargura. ¿Y quién responde por aquella alma? Guardémonos de
agregar sufrimientos a los demás, porque eso no agrada al Señor.
Si las hermanas o las Superioras supieran o sospecharan que el
alma dada está soportando esas pruebas y a pesar de eso, por su
parte le agregaran sufrimientos, pecarían mortalmente y Dios
Mismo pediría por esta alma. No hablo aquí de los casos que por
[su] naturaleza son pecados, sino que hablo de algo que en otro
momento sería pecado. Tengamos cuidado de tener a aquellas almas
sobre nuestra conciencia. Es un gran defecto de la vida religiosa
y de la vida en general que, al ver a un alma en sufrimiento,
siempre se tienen ganas de agregarle aun más.
No hablo de todos, pero sí existen. Nos permitimos hacer juicios
de todo tipo y hablamos allí donde muchas veces no deberíamos
repetirlo.
118 La lengua es un órgano pequeño, pero hace cosas
grandes. Una religiosa que no es callada, nunca llegará a la
santidad, es decir no será santa. No se haga ilusiones; a no ser
que el Espíritu de Dios hable por ella, en tal caso no debe
callar. Pero para poder oír la voz de Dios, hay que tener la
serenidad en el alma y observar el silencio, no un silencio
triste, sino un silencio en el alma, es decir al recogimiento en
Dios. Se pueden decir muchas cosas sin interrumpir el silencio y,
al contrario, se puede hablar poco y romper continuamente el
silencio. Oh, que daños irreparables causa no guardar (56) el
silencio. Se hace muchos daños al prójimo, pero sobre todo a su
propia alma.
119 Según mi opinión y mi experiencia, la regla del
silencio debería estar en el primer lugar. Dios no se da a una
alma parlanchina, que como un zángano en la colmena zumba mucho,
pero no produce miel. El alma hablantina está vacía en su
interior. No hay en ella ni virtudes fundamentales, ni intimidad
con Dios. Ni hablar de una vida más profunda, ni de una paz
dulce, ni del silencio en el que mora Dios. El alma sin gustar la
dulzura del silencio interior, es un espíritu inquieto y
perturba este silencio en los demás. Vi a muchas almas en los
abismos infernales por no haber observado el silencio. Ellas
mismas me lo dijeron cuando les pregunté cuál había sido la
causa de su ruina. Eran almas consagradas. Oh Dios mío, qué
dolor al pensar que podrían estar no solamente en el paraíso,
sino hasta ser santas. Oh Jesús, Misericordia, tiemblo al pensar
que debo rendir cuenta de la lengua, en la lengua está la vida,
pero también la muerte, a veces con la lengua matamos, cometemos
un verdadero asesinato ¿Y podemos considerar esto como una cosa
pequeña? De verdad, no entiendo estas conciencias. Conocí a una
persona que, al enterarse por otra de cierta cosa que se decía
de ella... se enfermó gravemente, perdió allí mucha sangre y
muchas lágrimas y luego vino una triste consecuencia, no causada
por la espada sino por la lengua. Oh mi Jesús
120 He pasado al tema del silencio, pero no quiero
hablar de esto, sino de la vida del alma con Dios y de su
respuesta a la gracia. Cuando el alma ha sido purificada y el
Señor está en relación de intimidad con ella, ahora se
concentra toda la fuerza del alma en tender hacia Dios. Pero ella
de por sí no puede nada. Aquí solamente Dios arregla todo, el
alma lo sabe y está consciente de ello. Ella vive todavía en el
destierro y comprende bien que [puede] haber todavía días
nublados y lluviosos, pero ella debe mirar todo esto con la
actitud distinta a la mantenida hasta ahora. No se refugia en una
paz engañosa, sino que se dispone a la lucha. Ella sabe que es
de la estirpe guerrera. Ahora se da cuenta mejor de todo.
121 (57) + Una serie de gracias que Dios derrama sobre
el alma después de aquellas pruebas de fuego. Goza de una
estrecha unión con Dios. Tiene muchas visiones sensibles y
espirituales, oye muchas palabras sobrenaturales y a veces
órdenes precisas; pero a pesar de estas gracias, no se basta a
sí misma. Tanto menos precisamente, porque Dios la visita con
estas gracias, debido a que está expuesta a varios peligros y
puede fácilmente caer en la ilusión. Debería pedir a Dios un
guía espiritual, pero no solamente pedir un guía, sino que
solicitar y buscar a un director que entienda las cosas como el
caudillo que tiene que conocer los caminos por los cuales conduce
a la batalla. A un alma que está unida a Dios, es necesario
prepararla para grandes y encarnizados combates.
+ Después de estas purificaciones y pruebas, Dios trata
con el alma de modo especial, pero el alma no siempre colabora
con estas gracias. No porque ella misma de por si no quiera
colaborar, sino que enfrenta tan grandes dificultades interiores
y exteriores que, de verdad, hace falta un milagro para que esa
alma se mantenga a estas alturas. Aquí necesita obligatoriamente
al director. A menudo llenaban mi alma de dudas y algunas veces [mi
alma] se asustaba de por sí, al pensar que después de todo yo
era una ignorante, no entendía muchas cosas y menos todavía las
cosas espirituales. No obstante, cuando las dudas aumentaban,
buscaba luz en un confesor o en las Superioras. Pero no obtenía
lo que deseaba.
122 Cuando me descubrí ante las Superioras, una de
ellas [71] conoció mi alma y el camino por el cual Dios quería
conducirme. Siguiendo sus indicaciones, empecé a avanzar
rápidamente en el camino de la perfección. Sin embargo eso no
duró mucho tiempo. Al descubrir mi alma mas a fondo, no recibí
lo que deseaba y a la Superiora estas gracias le parecieron
inverosímiles, así que ya no pude obtener nada de ella. Me
decía que no era posible que Dios conviviera tan íntimamente
con una criatura. Yo temo por usted, hermana, si acaso no sea
alguna ilusión. (58) Tomé consejo de un sacerdote. Pero el
confesor no me entendió y dijo: Es mejor que usted, hermana,
hable de estas cosas con las Superioras. Y así andaba de las
Superioras al confesor, del confesor a la Superioras, pero sin
encontrar la paz. Estas gracias de Dios empezaron a ser para mí
un gran sufrimiento. Más de una vez dije directamente al Señor:
Jesús, tengo miedo de Ti, ¿no eres acaso algún fantasma?
Jesús siempre me tranquilizaba, pero yo siempre desconfiaba. Una
cosa extraña, cuanto mas yo desconfiaba, tanto Jesús me daba
mas pruebas de que Él era el autor de estas cosas.
123 + Al darme cuenta de que no obtenía ninguna
tranquilidad de las Superioras, decidí no hablar más de esas
cosas puramente interiores. Por fuera procuraba, como una buena
religiosa, hablar de todo con las Superioras, pero de la
necesidad del alma hablaría solamente en el confesionario. Por
muchas y muy justas razones entendí que la mujer no es
llamada para discernir tales misterios. Me expuse a
muchos sufrimientos inútiles. Durante mucho tiempo fui
considerada como poseída por el espíritu maligno y me miraban
con lástima y la Superiora tomó precauciones respecto a mi.
Llegaba a mis oídos que las hermanas me miraban como si yo fuera
así. Y oscurecía el horizonte alrededor. Empecé a evitar estas
gracias de Dios, pero si ello no estaba en mi poder. De repente
me invadió un recogimiento tan grande, que en contra de la
voluntad me sumergí en Dios y el Señor me tenía a su lado.
124 En los primeros momentos mi alma siempre está un
poco asustada, pero después una paz y una fuerza extrañas
llenan mi alma.
125 + Hasta aquí se pudo soportar todo. Pero cuando el
Señor me pidió que pintara esta imagen, entonces de verdad,
empezaron a hablar y a mirarme como a una histérica y una
exaltada, y eso empezó a propagarse aun más. Una de las
hermanas vino para hablar conmigo en privado. Y se puso a
compadecerme. Me dice: Oigo hablar que usted, hermana, es una
exaltada, que tiene algunas visiones. Pobre hermana, defiéndase
de ello. (59) Fue sincera aquella alma y lo que había oído me
lo dijo con sinceridad. Pero tuve que oír cosas semejantes todos
los días. Solamente Dios sabe cuánto eso me atormentaba.
126 Sin embargo decidí soportar todo en silencio y no
dar explicaciones a las preguntas que me hacían. A algunas les
irritaba mi silencio, especialmente a las más curiosas. Otras,
las de pensamiento más profundo, decían que seguramente Sor
Faustina estaría muy cerca de Dios, visto que tenia la fuerza de
soportar tantos sufrimientos. Y veía delante de mi como dos
grupos de jueces. Traté de conseguir el silencio interior y
exterior. No decía nada referente a mi persona, aunque era
interrogada por algunas hermanas directamente. Mi boca calló.
Sufría como una paloma, sin quejarme. Sin embargo algunas
hermanas encontraban casi un placer en inquietarme de cualquier
modo. Les irritaba mi paciencia, sin embargo Dios me daba tanta
fuerza interior, que lo soportaba con calma.
127 + Me di cuenta de que en aquellos momentos no
tendría la ayuda de nadie y empecé a rezar, y a pedir al Señor
un confesor. Anhelaba que algún confesor me dijera esta única
palabra: Quédate tranquila, estás en un buen camino, o bien
rechaza todo eso, porque no viene de Dios. Sin embargo no
encontraba a un sacerdote tan decidido que me dijera estas
palabras claras en nombre del Señor. Pues, continuaba en la
incertidumbre. Oh Jesús, si es Tu voluntad que viva en tal
incertidumbre, sea bendito Tu Nombre. Te ruego, Señor, Tú Mismo
guía mi alma y quédate conmigo, porque sola soy nada.
128 Pues ya soy juzgada por todos lados, ya no queda
nada de lo que hay en mi que se haya escapado al juicio de las
hermanas; pero, en cierto sentido, ya se agotó todo y empezaron
a dejarme en paz. Mi alma atormentada descansó un poco, pero
conocí que en aquellas persecuciones el Señor estuvo muy cerca
de mí. Eso duró un brevísimo instante. Estalló nuevamente una
violente tempestad. Ahora las sospechas
anteriores se hicieron seguras para ellas, y hay que escuchar
nuevamente las mismas canciones. Así lo dispone el Señor. Pero
lo extraño es que, incluso por fuera, empezaran para mi (60)
distintas adversidades [72]. Esto provocó distintos sufrimientos,
conocidos solamente por Dios. Sin embargo trataba como podía,
hacer todo con la intención más pura posible. Veo que soy
vigilada en todas partes como un ladrón: en la capilla, cuando
hago mis deberes, en la celda [73]. Ahora sé que además de la
presencia de Dios tengo siempre la presencia humana; de verdad,
más de una vez esta presencia humana me molestó mucho. Hubo
momentos en que reflexionaba si desvestirme o no para lavarme. De
verdad, mi pobre cama también fue controlada muchas veces. A
veces me daba risa saber que no dejaban en paz ni siquiera la
cama. Una hermana me dijo, ella misma, que cada noche me miraba
en la celda, para ver como me comportaba en ella. Sin embargo los
Superiores son siempre los Superiores. Y si bien me humillaban
personalmente y más de una vez me llenaron de dudas, no obstante
siempre me permitieron lo que exigía el Señor, aunque no tal y
como yo pedía, pero si de otro modo satisficieron las demandas
del Señor y me permitieron esas penitencias y mortificaciones.
129 Un día, una de las Madres se enojó tanto
conmigo y me humilló tanto, que pensé que no lo soportaría. Me
dijo: Extravagante, histérica, visionaria, vete de mi
habitación, no quiero conocerte. Todo lo que pudo cayó sobre mi
cabeza. Al volver a la celda, me caí de cara al suelo delante de
la cruz y miré a Jesús sin poder pronunciar ni una sola palabra.
Y sin embargo ocultaba a los demás y disimulaba como si no
hubiera pasado nada entre nosotras. Satanás siempre
aprovecha tales momentos, comenzaron a venirme los
pensamientos de desánimo: He aquí tu premio por la fidelidad y
la sinceridad. ¿Cómo ser sincera, si se es tan incomprendida?
Oh Jesús, Jesús, ya no aguanto más. Otra vez caí al suelo
bajo aquel peso y comencé a sudar y el miedo empezó a dominarme.
No tengo en quien apoyarme interiormente. De repente oí en mi
alma la voz:
No tengas miedo, Yo estoy contigo,
y una luz extraña iluminó mi mente y comprendí que no
debía someterme a tales tristezas y una fuerza me llenó, y
salí de la celda con un nuevo ánimo para enfrentar los
sufrimientos.
130 (61) Sin embargo empecé a
descuidarme un poco [74]. No hacia caso a estas
inspiraciones interiores, trataba de distraerme. Pero a pesar del
ruido y de las distracciones, veía lo que pasaba en mi alma. La
Palabra divina es muy elocuente y nada puede sofocarla. Empecé
a evitar el encuentro del Señor en mi propia alma,
porque no quería ser victima de la ilusión. Sin embargo el
Señor en cierto modo me persiguió con sus done y, de verdad,
experimentaba, por turno, sufrimientos y alegrías. No menciono
aquí diferentes visiones y gracias que en aquel tiempo Dios me
concedió, porque las tengo apuntadas en otro lugar [75], pero
diré que aquellos distintos sufrimientos ya llegaron al colmo y
me decidí acabar con estas dudas antes de los votos
perpetuos. Durante todo el tiempo de la probación
rogué por la luz de un sacerdote, a quien debía revelar mi alma
hasta lo más profundo. Y rogué a Dios que Él mismo me ayudara
en esto y me diera la gracia de contar las cosas más secretas
que había entre mi y el Señor, y que me predispusiera a que yo
considerara cualquier cosa que aquel sacerdote decidiera como
decidida por Jesús Mismo. No importa cuál será el juicio sobre
mi, yo deseo solamente la verdad y una respuesta decidida a
ciertas preguntas. Me he encomendado a Dios completamente y mi
alma desea la verdad. No puedo seguir viviendo en dudas; aunque
en el alma tenia una certeza tan grande de que esas cosas
procedían de Dios que ofrecería mi vida por ellas, sin embargo
por encima de todo eso puse la opinión del confesor y decidí
comportarme de acuerdo con lo que él consideraría justo y
según sus indicaciones. Veo aquel momento [como] el que
decidirá de cómo debo comportarme durante toda la vida. Sé que
de él [aquel momento] dependerá todo. No tiene importancia si
lo que me dirá será de acuerdo con mis inspiraciones o todo lo
contrario, eso ya no me importa. Yo deseo conocer la verdad y
seguirla.
Oh Jesús, Tú puedes ayudarme. Y a partir de
aquel [momento] empecé. Escondo todas las gracias en el alma y
espero a quien el Señor me mandará. Sin dudar en nada en mi
corazon, rogué al Señor que Él Mismo se dignara ayudarme en
estos momentos y el ánimo entró en mi alma.
132 (62) Debo mencionar todavía que hay
algunos confesores que ayudan al alma y son, según puede parecer,
Padres espirituales, pero hasta cuando todo va bien; y cuando el
alma tiene mayores necesidades, entonces son indecisos y no
pueden, o más bien no quieren entender al alma. Procuran
liberarse de ella lo antes posible, pero si el alma es humilde
siempre saca alguna pequeña ventaja. A veces, Dios Mismo envía
un rayo de luz a lo profundo del alma, por su humildad y su fe. A
veces, el confesor dice lo que no pensaba decir en absoluto y él
mismo no se da cuenta de ello. Oh, que el alma crea que son las
palabras del Señor Mismo; aunque tenemos que creer que cada
palabra en el confesionario es de Dios, pero lo de he mencionado
mas arriba, es algo que viene directamente de Dios. Y el alma
siente que el sacerdote no depende de sí mismo sino que dice lo
que no quisiera pronunciar. Pues, de este modo Dios recompensa la
fe. Lo experimenté muchas veces en mi misma. Me sucedió una vez
al confesarme con un cierto sacerdote, muy docto y muy estimado.
Siempre me era severo y contrario en esas cosas, pero una vez me
dijo: Debes saber, hermana, que si Dios quiere que hagas eso,
pues no debes oponerte. A veces, Dios quiere ser alabado de este
modo. Quédate tranquila, si Dios ha empezado, terminará, pero
te digo: La fidelidad a Dios y la humildad, y una vez mas la
humildad. Recuerda lo que te he dicho hoy. Me alegré y pensé
que tal vez aquel sacerdote me hubiera entendido. Pero las
circunstancias fueron tales que no me confesé nunca más con él.
133 + Una vez, me llamó una de las Madres de mayor edad
y de un cielo sereno empezaron [a caer] truenos de fuego, de tal
modo que ni siquiera sabia de que se trataba. Pero poco después
entendí que se trataba de lo que no dependía de mí. Me dijo:
Quítese de la cabeza, hermana, que el Señor Jesús trate con
usted tan familiarmente, con una persona tan mísera, tan
imperfecta. El Señor Jesús trata solamente con las almas santas,
recuérdelo bien. Reconocí que tenia plenamente razón, porque
yo soy miserable, sin embargo confió en la misericordia de Dios.
Cuando me encontré con el Señor, me humillé y dije: Jesús,
según dicen, ¿Tú no tratas con las personas miserables?
Quédate tranquila, hija Mía, precisamente a
través de tal miseria quiero mostrar el poder de Mi
misericordia.
Entendí que la Madre quiso solamente humillarme.
134 (63) + Oh Jesús mío, me has sometido a muchas
pruebas en mi corta vida, entendí muchas cosas, incluidas tales
que estoy sorprendida. Oh, que bueno es someterse en todo a Dios
y permitir a Dios obrar en el alma con toda la plenitud.
135 En la tercera probación el Señor me dio a
entender que me ofreciera a Él para que pudiera hacer conmigo lo
que le agradaba. Debo estar siempre delante de Él como victima.
En un primer momento me asuste, sintiéndome infinitamente
miserable y conociéndome bien, contesté al Señor una vez más:
Soy la miseria misma, ¿Cómo puedo ser rehén?
Hoy no lo entiendes. Mañana te lo daré
a conocer durante la adoración.
El corazón y el alma me temblaban. Estas
palabras se imprimieron tan profundamente en mi alma. La Palabra
de Dios es viva. Cuando vine a la adoración, sentí en el alma
que entre en el tempo de Dios viviente, cuya Majestad es grande e
inconcebible. Y el Señor me dio a conocer lo que son frente a
Él incluso los espíritus más puros. Aunque por fuera no veía
nada, la presencia de Dios me envolvió por completo. En aquel
momento mi mente fue iluminada de modo singular. Delante de los
ojos de mi alma pasó una visión, como aquella que el Señor
Jesús tuvo en el Huerto de los Olivos. Primero los sufrimientos
físicos y todas las circunstancias que los aumentan; los
sufrimientos espirituales en toda su extensión y los de los
cuales nadie sabrá. En aquella visión entra todo: sospechas
injustas, pérdida del propio buen nombre. He descrito eso de
modo resumido, pero el conocimiento de eso fue tan claro que lo
que viví después no difería en nada de lo que conocí en aquel
momento. Mi nombre debe ser "victima". Cuando la
visión terminó, un sudor frió fluyó por mi frente.
136 Jesús me dio a conocer que aunque no lo
aceptara, no obstante podría salvarme y Él no disminuiría las
gracias que me había concedido y seguiría en la misma intimidad
conmigo, esto es que aunque no aceptara este sacrificio, la
generosidad de Dios no disminuiría. Y el Señor me dio a conocer
que todo el misterio dependía de mí, de mi consentimiento
voluntario a ese sacrificio con toda la conciencia de mi mente.
En este acto voluntario y consciente está todo el poder y valor
delante de su Majestad. Aunque no me sucediera nada de aquello a
lo que me había ofrecido, delante del Señor es como si ya todo
(64) hubiera sucedido. En aquel momento entendí que entraba en
unión con la Majestad inconcebible. Sentí que Dios esperaba mi
palabra, mi consentimiento. De repente mi alma se sumergió en el
Señor y dije: Haz conmigo lo que Te agrade, me someto a Tu
voluntad. Desde hoy Tu santa voluntad es mi alimento. Seré fiel
a Tus demandas, con la ayuda de Tu gracia. Haz conmigo lo que Te
agrade. Te suplico, Señor, quédate conmigo en cada momento de
mi vida.
137 Súbitamente, cuando acepté este
sacrificio con la voluntad y el corazón, la presencia de Dios me
traspasó totalmente. Mi alma fue sumergida en Dios e inundada de
una felicidad tan grande que no alcanzo a describirla ni siquiera
parcialmente. Sentía que su Majestad me envolvía. Fui fusionada
con dios de modo singular. Vi una gran complacencia de Dios hacia
mí e igualmente mi espíritu se sumergió en Él. Consciente de
haberme unido con Dios, siento que soy amada de modo particular,
y recíprocamente, amo con toda la fuerza de mi alma. Un gran
misterio se produjo durante aquella adoración, un misterio entre
yo y el Señor; y me parecía que iba a morir de amor bajo su
mirada. Aunque hablé mucho con el Señor pero sin una palabra. Y
el Señor dijo:
Eres un deleite para Mi Corazón, desde
hoy cada acción tuya, la más pequeña, encuentra la
complacencia en Mis ojos, cualquier cosa que hagas.
En aquel momento me sentí reconsagrada. La
envoltura del cuerpo es la misma, pero el alma es otra, en ella
mora Dios con toda su predilección. No un sentimiento, sino una
realidad consciente a la que nada me puede ofuscar. Un gran
misterio se entrelazó entre Dios y yo. El ánimo y la fuerza
quedaron en mi alma. Al salir de la adoración, con serenidad
miré a los ojos de todo lo que antes tanto temía.
138 Cuando salí al pasillo, en seguida tuve un
gran sufrimiento y humillación por parte de cierta persona. Lo
acepté sometiéndome a la voluntad superior y me
estreché profundamente al Sacratísimo
Corazón de Jesús, el Señor,
dando a conocer que estaba dispuesto a aquello a lo que me había
ofrecido. El sufrimiento brotó como de debajo de la tierra, la
misma Madre Margarita se extrañó. A las otras se les perdonan
muchas cosas, porque de verdad, no vale la pena hacerles caso,
pero a mi no se me perdona nada, cada palabra es analizada, cada
paso controlado. Una de las hermanas me dijo: Prepárese (65),
hermana, a aceptar una pequeña cruz que la espera de parte de la
Madre Superiora, ¡cuánto lo siento por usted! Y yo en mi alma
estoy contenta de eso y desde hace mucho tiempo estoy preparada
para ello. Al ver mi valor, se sorprendió. Ahora veo que el alma
de por sí no puede mucho, pero con Dios puede todo. He aquí lo
que puede la gracia de dios. Son pocas las almas que siempre
están atentas a la inspiración de Dios, pero aún menos
numerosas son las almas que siguen fielmente la inspiración de
Dios.
139 Sin embargo, el alma fiel a Dios no puede
confirmar por sí sola sus inspiraciones, tiene que someterlas al
control de un sacerdote muy culto y experimentado, y hasta no
tener certeza, debe mantener una actitud de incredulidad. Que no
se fíe por sí sola de estas inspiraciones y de todas las
gracias superiores, porque puede exponerse a muchos daños.
Aunque
el alma distingue en seguida las inspiraciones falsas de las que
proceden de Dios, no obstante debe ser prudente, porque hay
muchas cosas dudosas. A dios le gusta y se alegra cuando el alma
no se fía de Él Mismo por Él Mismo; porque lo ama, es prudente
y pregunta y obra en ella es verdaderamente Dios. Y al asegurarse
por un confesor instruido, esté tranquila y se entregue a Dios
según sus indicaciones, es decir según las indicaciones del
confesor.
El amor puro es capaz de grandes empresas y no
lo destruyen ni las dificultades ni las contrariedades, si el
amor [es] fuerte [a pesar] de grandes dificultades, también es
perseverante en la vida cotidiana, gris, monótona. Sabe que para
agradar a Dios, una cosa es necesaria, es decir hacer las cosas
mas pequeñas con gran amor, amor y siempre amor.
140
El amor puro no se equivoca, tiene singularmente mucha luz y no
hará nada que no agrade a Dios. Es ingenioso en hacer lo que es
más agradable a Dios y no hay nadie que lo iguale; es feliz
cuando puede anonadarse y arder como un sacrificio puro. Cuanto
más se entrega, tanto mas es feliz. Además, nadie sabe
presentir los peligros desde tan lejos como él; sabe quitar la
máscara y sabe con quién trata.
141 (66) + Pero mis tormentos están llegando a
su fin. El Señor me da la ayuda prometida, la veo en dos
sacerdotes es decir en los Padres Andrasz y Sopocko. Durante los
ejercicios espirituales antes de los votos perpetuos [76], por
primera vez fui tranquilizada profundamente [77] y después fui
guiada en la misma dirección por el Padre Sopocko. En esto se
cumplió la promesa del Señor.
142 Cuando fui tranquilizada e instruida sobre
cómo avanzar por estos caminos de Dios, mi espíritu se
regocijó en el Señor y me parecía que no caminaba, sino que
corría; me fueron desatadas las alas para el vuelo y empecé a
volar hacia el ardor mismo del sol y no bajaré hasta descansar
en Aquel, en el cual mi alma se sumergió para la eternidad. Y me
entregué completamente a la influencia de la gracia. Son
grandiosos los descensos divinos hacia mi alma. No me retiro, ni
me excuso, sino que me ahogo en Él, como en mi único tesoro.
Soy una sola cosa con el Señor, en cierto modo desaparece el
abismo entre nosotros, el Creador y la criatura. Durante unos
días mi alma estaba en casi continuo éxtasis. La presencia de
Dios no me abandonaba ni por un momento. Y mi alma permanecía en
una continua unión amorosa con el Señor. Sin embargo eso no me
impedía cumplir mis deberes. Sentía que era transformada en el
amor, ardía toda, pero sin [daño]. Me sumergía continuamente
en Dios, Dios me atraía hacia Sí con tanta fuerza y fortaleza,
que en algunos momentos no me daba cuenta de estar en la tierra.
Durante mucho tiempo había reprimido la gracia de Dios y la
había temido, ahora Dios Mismo, por medio del Padre Andrasz
eliminó todas las dificultades. Mi espíritu fue dirigido hacia
el sol y floreció en sus rayos para Él Mismo, ya no entien [aquí
interrumpe y en un párrafo nuevo empieza una idea nueva].
143 + Malgasté muchas gracias de Dios, porque
siempre tenia miedo de la ilusion. Y aunque Dios me atraia a Sí
con tanta fuerza que a menudo no estaba en condiciones de
oponerme a su gracia, cuando de repente era sumergida en Él y en
aquellos momentos Jesús me llenaba tanto con su paz que después,
aunque quisiera inquietarme, no podria. Entonces oí en mi alma
estas palabras:
Para que estés tranquila de que soy Yo
el autor de todas estas demandas [hechas] a ti te daré una
tranquilidad tan profunda, (67) que aunque quisieras
inquietarte y asustarte, hoy no estaría en tu poder, pero el
amor inundará tu alma hasta hacerte olvidar de ti misma.
144 Más tarde Jesús me dio otro sacerdote [78],
delante del cual me ordenó descubrir mi alma. En el primer
momento lo hice con cierta vacilación, pero una severa
amonestación de Jesús dijo a mi alma una profunda humildad.
Bajo su direccion mi alma avanzo rapidamente en el amor de Dios y
muchas exigencias del Señor fueron cumplidas en la práctica [79].
Muchas veces su ánimo y la profundidad de su humildad me
hicieron reflexionar.
145 Oh, qué mísera es mi alma que malgastó
tantas gracias. Me escapaba de Dios, y Él me perseguia con sus
gracias. Muchas veces recibia las gracias de Dios cuando menos
las esperaba. Desde el momento en que el Señor me dio un
director espiritual, soy mas fiel a la gracia. Gracias al
director y su vigilancia sobre mi alma entendi lo que es la
direccion espiritual y cómo la ve Jesús. Jesús me amonestaba
por el menor descuido y acentuaba que los asuntos que yo confiaba
al confesor, Él Mismo los juzgaba,
cualquier desobediencia frente a él, Me
alcanza a Mí.
Cuando, bajo su dirección, mi alma empezo a
gozar del profundo recogimiento y paz, a menudo oia en el alma
estas palabras:
Fortalécete para la lucha,
a veces repetidas más de una vez.
+
Muchas veces Jesús me da a conocer lo que no le agrada en mi
alma, y más de una vez me amonestó por cosas que parecian
insignificantes, pero que en realidad tenian gran importancia, me
amonestaba y adiestraba como un Maestro. Durante muchos años me
educó Él Mismo, hasta el momento en que me dio un director
espiritual. Antes Él Mismo me daba a conocer lo que no entendia,
y ahora me hace preguntar [por] todo al confesor y a menudo me
dice asi:
Y Yo te contestaré por su boca, quédate
tranquila.
(68)
No me ha sucedido todavía recibir una respuesta contraria a lo
que exigia el Señor y que yo presenté al director espiritual [80].
A veces ocurre que Jesús me recomienda algunas cosas, de las
cuales nadie tiene conocimiento y cuando me acerco a la rejilla,
lo mismo me recomienda el confesor, pero eso no es frecuente.
+
Cuando el alma recibió mucha luz y muchas inspiraciones durante
largo tiempo y cuando los confesores le confirmaron la
tranquilidad y la procedencia de ellas [las inspiraciones], si su
amor es grande, ahora Jesús le da a conocer que es el tiempo
para poner en practica lo que recibió. El alma conoce que el
Señor cuenta con ella y este conocimiento le da mas fuerza, ella
sabe que, para ser fiel, tendra que exponerse a distintas
dificultades mas de una vez, pero ella confia en Dios y gracias a
esta confianza llega alli a donde Dios la llama. Las dificultades
no la espantan, son para ella como el pan de cada día no la
espantan nada, ni asustan, como al soldado que continuamente esta
en el combate, no le espanta el tronar de los cañones. [Está]
lejos de asustarse, pero aguza los oidos, de qué lado ataca el
enemigo, para vencerlo. No hace nada ciegamente, sino que examina,
reflexiona profundamente y sin contar consigo, reza ardientemente
y pide consejo de oficiales expertos y con discernimiento; y
comportándose asi, gana casi siempre.
Hay
ataques, cuando el alma no tiene tiempo de reflexionar, ni de
pedir consejo, ni de nada; entonces se debe luchar por la vida o
por la muerte; a veces es bueno recurrir a la
herida del Corazón de Jesús, sin
contestar una sola palabra y por ese [acto] mismo el enemigo
está derrotado.
Durante
el tiempo de la paz el alma hace esfuerzos al igual que en el
tiempo de la lucha. Tiene que ejercitarse mucho, porque de lo
contrario ni hablar de la victoria. El tiempo de la paz lo
considero como el tiempo de preparación para la victoria. Tiene
que vigilar continuamente, vigilancia y, una vez mas, vigilancia.
El alma que reflexiona recibe mucha luz. El alma disipada se
expone a si misma a la caída y que no se sorprenda si cae. Oh
Espíritu Divino, Guía del alma, es sabio aquel a quien Tú
adiestras. Pero, para que el Espíritu Divino pueda obrar en el
alma se necesita silencio y recogimiento.
146 (69) La oración. A
través de la oración el alma se arma para enfrentar cualquier
batalla. En cualquier condición en que se encuentre un alma,
debe orar. Tiene que rezar el alma pura y bella, porque de lo
contrario perdería su belleza; tiene que implorar el alma que
tiende a la pureza, porque de lo contrario no la alcanzaría;
tiene que suplicar el alma recién convertida, porque de lo
contrario caería nuevamente; tiene que orar el alma pecadora,
sumergida en los pecados, para poder levantarse. Y no hay alma
que no tenga el deber de orar, porque toda gracia fluye por medio
de la oración.
147 Recuerdo que recibí luz en la mayor
abundancia durante la adoración de media hora que hacia
todos los días durante la Cuaresma, postrándome en
cruz delante del Santísimo Sacramento. En aquel tiempo me
conocí mas profundamente a mi y a Dios. Para hacer aquella
oración encontré muchos obstáculos, a pesar de tener el
permiso de las Superioras. El alma debe saber que para orar y
perseverar en la oración, tiene que armarse de paciencia y con
esfuerzo superar las dificultades exteriores e interiores. Las dificultades
interiores: el desaliento, la aridez, la pereza, las tentaciones;
las exteriores: el respeto humano y la necesidad de respetar los
momentos destinados a la oración. Yo misma experimenté
que si no rezaba la oración en el momento establecido,
después tampoco la rezaba, porque no me lo permitían los
deberes y si la recé, fue con gran dificultad, porque el
pensamiento huía hacia los deberes. Me sucedió también esta
dificultad que si el alma había rezado bien la oración y había
salido de ella con un profundo recogimiento interior, otras
personas perturbaban ese recogimiento. Así, pues, es necesaria
la paciencia, para perseverar en la oración. Me sucedió más de
una vez que cuando mi alma estaba sumergida en Dios más
profundamente y sacaba mayor provecho de la oración, y la
presencia de Dios la acompañaba durante el día, y en el trabajo
había más concentración y más perfección, y más empeño en
el deber, no obstante me sucedía que justamente entonces
recibía el mayor número de reproches de ser negligente,
indiferente a todo, porque las almas menos recogidas quieren que
las demás se les parezcan, ya que constituyen para ellas un
remordimiento continuo.
148 (70) + Un alma noble y delicada puede ser
también la más sencilla, pero de sentimientos delicados; tal
alma en todo ve a Dios, lo encuentra en todas partes, sabe
encontrar a Dios incluso en las cosas más insignificantes. Para
ella todo tiene algún significado, aprecia mucho todo, agradece
a Dios por cada cosa, de cada cosa saca provecho para el alma y
dirige a Dios toda alabanza. Confía en Él y no se impresiona
cuando llega el momento de la prueba. Sabe que Dios siempre es el
mejor Padre y da poca importancia a las consideraciones humas.
Sigue fielmente el más pequeño soplo del Espíritu Santo, goza
por este Huésped espiritual y se agarra a Él como un niño a la
madre. Allí otras almas se detienen y asustan. Ella sigue
adelante sin temor y sin dificultad.
149 Cuando el Señor Mismo quiere estar al lado
de un alma y guiarla, aleja todo lo que es exterior. Cuando me
enfermé y fui trasladada a la enfermería, tuve muchos disgustos
por este motivo. Éramos dos las internadas en la enfermería. A
Sor N. venían a visitarla otras hermanas; a mi, nadie me visitó.
Es verdad que la enfermería es una sola, pero cada una tiene su
propia celda. Las noches de invierno eran largas, la Hermana N.
tenía la luz, los auriculares de la radio y yo ni siquiera pude
preparar las meditaciones por falta de luz.
Así
pasaron casi dos semanas, una noche me quejaba al Señor de tener
muchos tormentos, de no poder ni siquiera preparar las
meditaciones por no tener luz y me dijo el Señor que vendría
todas las noches y me dictaría los temas para la meditación del
día siguiente. Los temas se referían siempre a su dolorosa
Pasión. Me decía:
Contempla Mi tormento delante de Pilato.
Y
así, punto por punto, durante toda la semana contemplé su
dolorosa Pasión. Desde aquel momento una gran alegría entró en
mi alma y ya no deseaba ni visitas, ni luz. Me bastaba Jesús por
cada cosa. Las Superioras, cuidaban muchísimo a las enfermas,
sin embargo, el Señor dispuso las cosas de tal manera que me
sentí abandonada. Pero este mejor Maestro, para poder obrar
directamente en el alma, apartará todo lo que es creado. Más de
una vez sufrí tantas y tan distintas persecuciones y tormentos,
que la misma Madre M. [81] me dijo: En su camino, hermana, los
sufrimientos brotan directamente de debajo de la tierra. Me dijo:
Yo la miro, hermana, (71) como si estuviera crucificada, pero he
observado que Jesús de algún modo entra en esto. Sea fiel al
Señor, hermana.
150 + Deseo anotar un sueño que tuve
sobre Santa Teresa del Niño Jesús. Era todavía
novicia y tenía ciertas dificultades que no lograba resolver.
Eran dificultades interiores relacionadas con las dificultades
exteriores. Hice muchas novenas a varios santos, sin embargo la
situación se hacia cada vez más pesada. Mis sufrimientos debido
a esto eran tan grandes que ya no sabia como seguir viviendo;
pero de repente me vino la idea de rogar a Santa Teresa
del Niño Jesús. Empecé la novena a esta Santa, porque
antes de entrar [en el convento] le tenia una gran devoción.
Ahora la había descuidado un poco, pero en esta necesidad,
empecé a rogar nuevamente con todo el fervor. El quinto día de
la novena soñé con Santa Teresa, pero como si estuviera
todavía en la tierra. Me encubrió a mí el conocimiento de que
era santa y comenzó a consolarme, que no me entristeciera por
ese asunto, sino que confiara más en Dios. Me dijo: Yo
también sufrí muchísimo. Pero yo no estaba muy convencida
de que ella hubiera sufrido mucho y le dije que me parecía que:
Tú no sufriste nada. Pero Santa Teresa contestó, asegurándome
que había sufrido mucho y me dijo: Sepa hermana, que dentro
de tres días usted resolverá este asunto de la mejor manera. Como
yo no estaba muy dispuesta a creerla, ella se me dio a conocer
como santa. Entonces la alegría llenó mi alma y le dije: Tú
eres santa. Y ella me contestó: Si, soy santa y tú ten
confianza en que resolverás este asunto dentro de tres días. Y
le dije: Santa Teresita, dime si estaré en el cielo. Me
contestó: Estarás en el cielo, hermana. ¿Y seré santa?
Me contestó: Serás tan santa como yo, pero tienes que
confiar en el Señor Jesús. Y le pregunté si [mi] padre y [mi]
madre estarían en el cielo, si (72) [la frase sin terminar]. Me
contestó: Estarán. Y pregunté todavía: Y mis hermanas y
hermanos, ¿estarán en el cielo? Me contesto que rogara por
ellos mucho, sin darme una respuesta clara. Entendí que
necesitaban muchas oraciones.
Fue un sueño y según dice el proverbio [polaco]: el
sueño es una ilusión, mientras Dios es certeza, pero tal y como
me había dicho, al tercer día resolví ese difícil problema
con gran facilidad. Según me había dicho, se cumplió en todos
los detalles lo referente al asunto. Fue un sueño, pero tuvo su
significado.
151 + Una vez, estaba en la cocina con la
Hermana N. [82] y ella se enfadó un poco conmigo y como
penitencia me ordenó sentarme en la mesa,
mientras ella se puso a trabajar mucho, a arreglar, a fregar, y
yo estaba sentada sobre la mesa. Otras hermanas
venían y se sorprendían de que estaba sentada en la
mesa, cada una dijo lo que quiso. Una, que yo era
holgazana, otra que era extravagante. En aquel entonces, yo era
postulante. Otras decían ¿Qué clase de hermana será ésta?
Pero, yo no podía bajar, porque aquella hermana me ordenó, bajo
obediencia [83], quedarme sentada hasta que me permitiera bajar.
De verdad, solamente Dios sabe cuántos actos de mortificación
hice entonces.
Pensaba
que iba a quemarme por la vergüenza. Dios Mismo lo permitía a
veces para mi formación interior, pero el Señor me recompensó
por aquella humillación con un gran consuelo. Durante la
bendición lo vi. bajo un aspecto de gran belleza. Jesús me
miró amablemente y dijo:
Hija Mía, no tengas miedo de los sufrimientos.
Yo estoy contigo.
152 Una noche estaba yo de guardia [84] y
sufría tanto en el alma por esta imagen que debía pintar, que
ya no sabía qué hacer. Los continuos intentos de hacerme creer
que era una ilusión y por otro lado, un sacerdote me dijo que
quizás a través de esta imagen, Dios quisiera ser adorado, por
eso de debía procurar pintarla. Pero mi alma estaba muy cansada.
Al entrar en la pequeña capilla, acerqué mi cabeza al
tabernáculo y llamé (73), y dije: Jesús, mira que grandes
dificultades tengo por esta imagen, y oí una voz que salía del
tabernáculo:
Hija Mía, tus sufrimientos ya no
durarán mucho tiempo.
153 Un día vi. dos caminos: un camino ancho,
cubierto de arena y flores, lleno de alegría y de música y de
otras diversiones. La gente iba por este camino bailando y
divirtiéndose, llegaba al final sin advertir que ya era el final.
Pero al final del camino había un espantoso precipicio, es decir
el abismo infernal. Aquellas almas caían ciegamente en ese
abismo; a medida que llegaban, caían. Y eran tan numerosas que
fue imposible contarlas. Y vi. también como camino o mas bien un
sendero, porque era estrecho y cubierto de espinas y de piedras,
y las personas que por él caminaban [tenían] lagrimas en los
ojos y sufrían distintos dolores. Algunas caían sobre las
piedras, pero en seguida se levantaban y seguían andando. Y al
final del camino había un esplendido jardín, lleno de todo tipo
de felicidad y allí entraban todas aquellas almas. En seguida,
desde el primer momento olvidaban sus sufrimientos.
154 Cuando era la adoración de las Hermanas de la
Familia de Maria [85], al anochecer, con una de las hermanas fui
a esa adoración. Cuando entre en la capilla, la presencia de
dios envolvió mi alma en seguida. Oraba así como en ciertos
momentos, sin decir una palabra. De repente vi. Al Señor que me
dijo: Has de saber que si descuidas la cuestión de pintar
esta imagen y de toda la obra de la misericordia, en el día del
juicio responderás de un gran numero de almas. Después de
estas palabras del Señor cierto temblor y un temor entraron en
mi alma. No lograba tranquilizarme sola. Me sonaban estas
palabras: Sí, el día del juicio divino deberé responder no
solamente de mi misma, sino también de otras almas. Estas
palabras se grabaron profundamente en mi corazón. Cuando volví
a casa, entré en el pequeño Jesús [86], caí de cara al suelo
delante del Santísimo sacramento y dije al Señor: Haré todo lo
que este en mi poder, pero te ruego, quédate siempre conmigo y
dame fortaleza para cumplir Tu santa voluntad, porque Tú puedes
todo, y yo no puedo nada por mi misma.
- (74) + Desde hace algún tiempo me sucede
sentir en el alma cuando alguien reza por mi, lo siento
inmediatamente en el alma; y en cambio cuando algún alma
me pide la oración, aunque no me lo diga, yo lo siento
igualmente en el alma. Lo siento como una inquietud, como
si alguien me llamara; cuando rezo, obtengo la paz.
- Una vez deseaba mucho acercarme a la Santa
Comunión, pero tenia cierta duda y no me acerqué.
Sufrí terriblemente a causa de ello. Me parecía que el
corazón se me reventaría del dolor. Cuando me dedique a
mis tareas, con el corazón lleno de amargura, de repente
Jesús, se puso a mi lado y me dijo: Hija Mía, no
dejes la Santa Comunión, a no ser que sepas bien de
haber caído gravemente, fuera de esto no te detengan
ningunas dudas en unirte a Mi en Mi misterio de amor. Tus
pequeños defectos desaparecerán en Mi amor como una
pajita arrojada a un gran fuego. Debes saber que Me
entristeces mucho, cuando no Me recibes en la Santa
Comunión.
- + Por la noche, al entrar en la pequeña
capilla, oí en el alma estas palabras: Hija Mía,
considera estas palabras: y sumido en la angustia, oraba
mas tiempo. Cuando empecé a reflexionar mas
profundamente sobre ellas, mucha luz me ilumino que de
tal fatigosa oración depende a veces nuestra salvación.
- + Cuando fui a Kiekrz [87], para sustituir
algún tiempo a una de las hermanas [88], una tarde
atravesé la huerta y me detuve a la orilla del lago, y
durante un largo momento me quedé pensando en aquel
elemento de la naturaleza. De repente vi a mi lado al
Señor Jesús que me dijo amablemente: Lo he creado
todo para ti, esposa Mía, y has de saber que todas las
bellezas son nada en comparación con lo que te he
preparado en la eternidad. Mi alma fue inundada de un
consuelo tan grande que me quedé allí hasta la noche y
me pareció que estuve un breve instante. Aquel día lo
tenia libre, destinado al retiro espiritual de un día [89],
(75) pues tenia plena libertad para dedicarme a la
oración. Oh, que infinitamente bueno es Dios, nos
persigue con su bondad. Con mucha frecuencia el Señor me
concede las mayores gracias cuando yo no las espero en
absoluto.
- + Oh, Hostia Santa, Tú estás encerrada
para mi
en un cáliz de oro,
para que en la grande selva del exilio
yo camine pura, inmaculada, intacta,
y que lo haga el poder de Tu amor.
Oh, Hostia Santa, habita en mi alma,
Purísimo Amor de mi corazón;
Que Tu luz disipe las tinieblas;
Tú no niegas la gracia a un corazón humilde.
Oh, Hostia Santa, Delicia del Paraíso,
Aunque ocultas Tu belleza
y Te presentas a mí en una miga de pan
la fuerte fe desgarra este velo.
160 + El día de la cruzada [90] &ndash que es el
quinto día de cada mes, cayó en el primer viernes.
Hoy es mi día para estar de guardia delante de Jesús.
En este día mío, mi tarea es compensar al Señor por todos los
insultos y faltas de respeto, rogar para que en este día no se
cometa ningún sacrilegio. En aquel día mi espíritu estaba
inflamado de un amor singular hacia la Eucaristía. Me parecía
que estaba transformada en el ardor. Cuando, para tomar la Santa
Comunión, me acerqué al sacerdote que me daba a Jesús, otra
Hostia se pego a la manga y yo no sabia cual tomar. Cuando estaba
deliberando así un momento, el sacerdote impaciente, hizo una
señal con la mano para que la tomara. Cuando tomé la Hostia que
me entregaba, la otra me cayó en las manos. El sacerdote fue al
final del comulgatorio para distribuir la Santa Comunión y yo
tuve al Señor Jesús en las manos durante todo ese tiempo.
Cuando el sacerdote se acercó otra vez, le di la Hostia para que
la pusiera en el cáliz, porque en el primer momento, al haber
recibido a Jesús, no pude decir que la otra había caído solo
después de haberla pasado. Cuando tenía la Hostia (76) en las
manos, sentí tanta fortaleza del amor que durante el día entero
no pude comer nada, ni recobrar el conocimiento. De la Hostia oí
estas palabras: Deseaba descansar en tus manos, no solamente
en tu corazón, y de repente en aquel momento vi. al Niño
Jesús. Pero al acercarse el sacerdote, otra vez vi la Hostia.
161 Oh Maria, Virgen Inmaculada,
Puro cristal para mi corazón,
Tú eres mi fuerza, oh ancla poderosa,
Tú eres el escudo y la defensa para el corazón débil.
Oh Maria, Tú eres pura e incomparable,
Virgen y Madre a la vez
Tú eres bella como el sol, sin mancha alguna,
Nada se puede comparar con la imagen de Tu alma
Tu belleza encantó el ojo del tres veces Santo,
Y bajó del cielo, abandonando el trono de la sede
eterna,
Y tomó el cuerpo y la sangre de Tu Corazón,
Durante nueve meses escondiéndose en el Corazón de la
Virgen
Oh Madre, Virgen, nadie comprenderá,
Que el inmenso Dios se hace hombre,
Sólo por amor y por su insondable misericordia,
A través de Ti, oh Madre, viviremos con Él eternamente.
Oh Maria, Virgen Madre y Puerta Celestial,
A través de Ti nos ha llegado la salvación
Todas las gracias brotan para nosotros
a través de Tus manos
Y me santificara solamente un fiel seguimiento de Ti.
Oh Maria, Virgen, Azucena mas bella,
Tu corazón fue el primer tabernáculo para Jesús en la
tierra,
Y por eso porque Tu humildad fue la más profunda,
Y por eso fuiste elevada por encima de los coros de los
ángeles y de los santos.
Oh Maria, dulce Madre mía,
Te entrego el alma, el cuerpo y mi pobre corazón,
Sé [tú] la custodia de mi vida,
Y especialmente en la hora de la muerte,
En el último combate.
- (77) JMJ. Jesús, en Ti confío. Año 1937,
mes I, día 1
Anotación
para el control interior del alma. Examen particular &ndash
unirme a Cristo misericordioso. Práctica: el silencio interior,
estricta observancia del silencio.
La
conciencia
Enero
Dios y el alma, silencio.
Victorias
- 41, caídas - 4.
Jaculatoria:
Y Jesús callaba.
Febrero
Dios y el alma, silencio.
Victorias
- 36, caídas - 3
Jaculatoria:
Jesús, en Ti confío.
Marzo
Dios y el alma, silencio.
Victorias
- 51, caídas - 2.
Jaculatoria:
Jesús, incendia mi corazón con amor.
Abril
Dios y el alma, silencio.
Victorias
- 61, caídas - 4.
Jaculatoria:
Con Dios lo puedo todo.
Mayo
Dios y el alma, silencio.
Victorias
- 92, caídas - 3.
Jaculatoria:
En su Nombre está mi fuerza.
Junio
Dios y el alma, silencio.
Victorias
- 64, caídas - 1
Jaculatoria:
Todo para Jesús.
Julio
Dios y el alma, silencio.
Victorias
- 62, caídas - 8
Jaculatoria:
Jesús, descansa en mi corazón.
Agosto
Dios y el alma, silencio.
Victorias
- 88, caídas - 7
Jaculatoria:
Jesús, Tú sabes &hellip.
Septiembre
Dios y el alma, silencio.
Victorias
&ndash 99, caídas 1
Jaculatoria:
Jesús, escóndeme en Tu Corazón.
Octubre
Dios y el alma, silencio.
Victorias
41, caídas 3
Jaculatoria:
Maria, úneme a Jesús.
[Aquí
viene otra anotación retiro].
Noviembre
Dios y el alma, silencio. Victorias, caídas.
Jaculatoria:
Oh Jesús mío, misericordia.
Diciembre
Dios y el alma, silencio. Victorias, caídas.
Jaculatoria:
Te saludo, Hostia viviente.
163 (78) JMJ Año 1937
Ejercicio general
+
Cuantas veces respira mi pecho, cuantas veces late mi corazón,
cuantas veces pulsa la sangre en mi cuerpo, esa cantidad por mil,
es el número de veces que deseo glorificar Tu misericordia, oh
Santísima Trinidad.
+
Deseo transformarme toda en Tu misericordia y ser un vivo reflejo
de Ti, oh Señor. Que este más grande atributo de Dios, es decir
su insondable misericordia, pase a través de mi corazón al
prójimo.
Ayúdame,
oh Señor, a que mis ojos sean misericordiosos, para que yo
jamás recele o juzgue según las apariencias, sino que busque lo
bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarla.
Ayúdame
a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las
necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y
gemidos.
Ayúdame,
oh Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás
hable negativamente de mis prójimos sino que tenga una palabra
de consuelo y perdón para todos.
Ayúdame,
oh Señor, a que mis manos sean misericordiosas y llenas de
buenas obras para que sepa hacer sólo el bien a mi prójimo y
cargue sobre mí las tareas más difíciles y más penosas.
Ayúdame
a que mis pies sean misericordiosos para que siempre me apresure
a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi
cansancio. Mi reposo verdadero está en el servicio a mi prójimo.
Ayúdame,
oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso para que yo
sienta todos los sufrimientos de mi prójimo. A nadie le
rehusaré mi corazón. Seré sincera incluso con aquellos de los
cuales sé que abusarán de mi bondad. Y yo misma me encerrare en
el misericordiosísimo Corazón de Jesús. Soportaré mis propios
sufrimientos en silencio. Que tu misericordia, oh Señor mío,
repose dentro de mí.
+
Tú Mismo me mandas ejercitar los tres grados de la misericordia.
El primero: la obra de misericordia, de cualquier tipo que sea.
El segundo: la palabra de misericordia; si no puedo llevar a cabo
una obra de misericordia, ayudaré con mis palabras. El tercero:
la oración. Si no puedo mostrar misericordia por medio de obras
o palabras, siempre puedo mostrarla por medio de la oración. Mi
oración llega hasta donde físicamente no puedo llegar.
Oh
Jesús mío, transfórmame en Ti, porque Tú puedes hacer todo.
[En
este lugar hay cuatro páginas en blanco].
164 (83) + JMJ Varsovia, año 1933
La probación antes de los votos perpetuos [91]
Cuando
supe que debía salir a la probación, la alegría latió en mi
corazón frente a la gracia tan inconcebible, como lo es el voto
perpetuo. Fui donde estaba el Santísimo Sacramento y cuando me
sumergí en una oración de gracias, oí en el alma estas
palabras: Niña Mía, tú eres Mi deleite, tú eres la
frescura de Mi Corazón. Te concedo tantas gracias, cuantas
puedes llevar. Siempre que quieras agradarme, habla al mundo de
Mi gran e insondable misericordia.
165 Algunas semanas antes de que me anunciaran la
probación, al haber entrado yo un momento en la capilla, Jesús
me había dicho: En este momento las Superioras están
anunciando cuales de las hermanas tendrán los votos perpetuos.
No todas obtendrán esta gracia, pero son ellas mismas las que
tienen la culpa. Quien no se beneficia de las gracias pequeñas
&ndash no recibirá las grandes. Pero a ti, niña Mía, esta
gracia es concedida. Un asombro gozoso envolvió mi alma y
eso porque unos días antes una de las hermanas me había dicho,
usted hermana, no tendrá la tercera probación. Yo misma
procurare que usted no sea admitida a los votos. No había
contestado a aquella hermana, pero eso fue muy desagradable para
mí, sin embargo traté de esconder mi dolor, cuanto pude.
Oh,
Jesús, que admirable es Tu obrar. Ahora veo que los hombres por
si solos pueden muy poco, porque tuve la probación tal y como me
había dicho Jesús.
166 En la oración siempre encuentro luz y
fortaleza del espíritu, aunque a veces hay momentos pesados y
muy desagradables, hasta tal punto que a veces no se alcanza a
comprender que tales cosas pueden suceder en un convento. Por
razones misteriosas Dios lo permite a veces, pero eso sucede
siempre para que en el alma destaque una virtud, o para que se
forme. Para esto sirven los disgustos.
167 (84) Hoy [noviembre de 1932] llegué a
Varsovia para la tercera probación. Tras un cordial saludo con
las queridas Madres, entré un momento en la pequeña capilla. La
presencia de Dios inundó mi alma y oí estas palabras: Hija
Mía, deseo que tu corazón sea formado a semejanza de Mi
Corazón misericordioso. Debes ser impregnada completamente de Mi
misericordia.
La
querida Madre Maestra [92] en seguida me preguntó si este año
había hecho los ejercicios espirituales. Contesté que no. &ldquoPues,
primero, tiene que hacer usted por lo menos tres días de
ejercicios espirituales.&rdquo
Gracias
a Dios, en Walendów [93] había ejercicios espirituales de ocho
días, así que pude aprovecharlos. Sin embargo empezaron las
dificultades cuando se trató de ir a esos ejercicios. Cierta
persona estaba muy en contra, y yo ya no iba a partir. Después
de comer fui a una adoración de cinco minutos. Entonces vi. a
Jesús que me dijo: Hija Mía, te estoy preparando muchas
gracias que recibirás durante los ejercicios espirituales, que
empezarás mañana. Contesté: Jesús, los ejercicios han
empezado ya, y yo no voy a ir. Y me dijo: Tú, prepárate,
porque mañana empezarás los ejercicios espirituales y tu salida,
Yo la arreglaré con tus Superioras. Y Jesús desapareció
repentinamente. Me puse a pensar en cómo sucedería eso. Pero en
un solo instante dejé de pensarlo, dedicando ese momento a la
oración, pidiendo al Espíritu Santo que me diera la luz para
conocer toda la miseria que soy. Y después de un instante Salí
de la capilla a mis deberes. Poco después la Madre General [94]
me llama y me dice: Hermana, hoy mismo usted irá a Walendów con
la Madre Valeria, para que ya desde mañana pueda empezar los
ejercicios espirituales. Afortunadamente está [aquí] la Madre
Valeria, entonces irán juntas. No habían pasado dos horas y ya
estaba en Walendów. Me ensimismé un momento y entendí que
solamente Jesús pudo solucionar las cosas de esta manera.
- (85) Cuando me vio aquella persona que se
oponía intensamente a que yo hiciera los ejercicios
espirituales, mostró su sorpresa y su descontento. Sin
embargo yo, sin reparar en nada, la saludé cordialmente
y fui a hacer una visita al Señor, para pedir
instrucciones cómo comportarme durante los ejercicios
espirituales.
- Mi conversación con el Señor Jesús
antes de empezar los ejercicios espirituales. Jesús me
dijo que esos ejercicios serian un poco diferente de los
otros. Al tratar Conmigo procurarás alcanzar una
profunda calma. Eliminaré todas las incertidumbres al
respecto. Yo sé que ahora estás tranquila, mientras te
estoy hablando; pero en cuanto deje de hablar, empezarás
a buscar dudas, pero has de saber que fortaleceré tu
alma hasta tal punto que aunque quisieras inquietarte no
estaría en tu poder. Y como prueba de que soy Yo quien
te habla, el segundo día de los ejercicios espirituales
irás a confesarte con el sacerdote que dirige los
ejercicios. Irás a él en cuanto termine la meditación
y preséntale los temores que tienes respecto a Mi, y Yo
te contestaré por su boca y entonces terminarán tus
dudas. Durante esos ejercicios espirituales observa un
silencio tan riguroso como si en tu alrededor no
existiera nada. Hablarás solamente Conmigo y con el
confesor, a las Superioras les pedirás solamente
penitencias. Me alegré muchísimo de que el Señor
Jesús me hubiera mostrado tanta benevolencia y de que se
hubiera humillado hacia mí.
- Primer día de los ejercicios espirituales.
Por la mañana procuré ser la primera en llegar a la
capilla, antes de la meditación tuve todavía un momento
para la oración al Espíritu Santo y a la Santísima
Madre. Pedí ardientemente a la Virgen que me obtuviera
la gracia de ser fiel a esas inspiraciones interiores y
que yo cumpliera fielmente toda la voluntad de Dios.
Inicié esos ejercicios con un ánimo muy especial.
171 (86) Lucha por mantener el silencio. Como
sucede normalmente, a los ejercicios espirituales vienen hermanas
de varias casas. Una de las hermanas que yo no había visto desde
hacia mucho tiempo, vino a mi celda y dijo que tenia algo que
decirme. No le contesté nada y ella se dio cuenta de que yo no
quería romper el silencio. Me contestó: No sabia, hermana, que
usted fuera tan rara, y se fue. Entendí que esa persona no tenia
otro interés hacia mi que el de satisfacer su curioso amor
propio. Oh Dios mantenme en la fidelidad.
172 El Padre [95] que dirigía los ejercicios
espirituales, era de América. Vino a Polonia por poco tiempo y
coincidió que nos predicara los ejercicios a nosotras. En ese
hombre se reflejaba una profunda vida interior. Su aspecto
revelaba la grandeza del espíritu; la mortificación y el
recogimiento caracterizaban a aquel sacerdote. Sin embargo, a
pesar de las grandes virtudes que aquel sacerdote poseía,
experimenté enormes dificultades para revelarle mi alma en
cuanto a las gracias, porque en cuanto a los pecados es siempre
fácil, pero en lo que se refiere a las gracias, de verdad tengo
que imponerme un gran esfuerzo y aun con esto no digo todo.
- Tentaciones de Satanás durante las
meditaciones. Me invadió extrañamente el temor de que
el sacerdote no me entendiera o no tuviera tiempo para
que pudiera exponerle todo. ¿Cómo le hablaré de todo
esto? Si fuese el Padre Bukowski, me resultaría más
fácil, pero a este jesuita lo veo por primera vez. En
ese momento me vino a la mente el consejo del Padre
Bukowski [96], quien me había dicho que cuando hiciera
los ejercicios espirituales, debería tomar nota, aunque
brevemente, de la luz que Dios me mandaría y por lo
menos de eso darle cuenta, aunque brevemente. Oh Dios
mío, un día y medio me ha pasado tan fácilmente: ahora
esta empezando la lucha de vida o muerte. Dentro de media
hora debe haber la meditación y después tengo que ir a
confesarme. Satanás me hace creer que si las Superioras
dijeron que mi vida es una ilusión, ¿para qué
preguntar todavía (87) y molestar al confesor? Después
de todo, la M. X [97] te dijo que Jesús no tiene ese
tipo de relaciones con almas tan miserables; lo mismo te
dirá ese confesor. ¿A qué hablar de esto? Al fin y al
cabo no son pecados, y la Madre X te dijo explícitamente
que todos esos contactos con el Señor Jesús son un
sueño, pura histeria, pues, ¿para qué hablar de eso a
ese sacerdote? Vas a hacer mejor si lo rechazas todo como
una ilusión. Mira, cuántas humillaciones sufriste y
cuántas sufrirás todavía, además las hermanas saben
que eres histérica. ¡Oh Jesús!, grité con toda la
fuerza de mi alma. Justo en aquel momento el Padre salió
para dar la conferencia. Habló brevemente, como si
tuviera prisa. Terminada la conferencia se sentó en el
confesionario. Miré alrededor, ninguna hermana se
acercaba. Me levanté rápidamente de mi reclinatorio y
en un momento estaba junto a la rejilla. No hubo tiempo
para ninguna reflexión.
- En vez de hablar al Padre de mis dudas que
me fueron infundidas respecto a Jesús, comencé a
relatarle todas las tentaciones que he descrito arriba.
Sin embargo el confesor se dio cuenta en seguida de mi
situación y dijo: Hermana, usted no confía en Jesús,
porque se comporta con usted con tanta benevolencia. Pues,
hermana, este completamente tranquila. Jesús es su
Maestro y su comunión con Jesús no es ni una histeria,
ni un sueño, ni una ilusión. Sepa hermana, que está en
el buen camino. Trate de ser fiel a estas gracias y no
debe evitarlas. No es nada necesario que usted hable de
estas gracias interiores a las Superioras, si no fuera
por una orden clara de Jesús, y antes consulte al
confesor. Pero si Jesús pide alguna cosa que está al
exterior, entonces, tras consultar al confesor, usted
debe cumplir lo que el Señor pide, aunque eso la cueste
muchísimo. Y por otra parte, usted, hermana tiene que
hablar de todo con el confesor. No hay absolutamente otro
camino para usted. Ore, hermana (88), para obtener un
director espiritual, porque en el caso contrario, usted
desperdiciará estos grandes dones de Dios. Le repito
otra vez esté tranquila, usted está en el buen camino.
Ignore todo y siempre sea fiel al Señor Jesús, sin
reparar en lo que digan de usted, hermana. Precisamente
con tales almas miserables el Señor Jesús trata de esta
manera y cuánto mas usted se humille, tanto mas Jesús
se unirá a usted.
- Cuando me alejé de la rejilla, una
alegría inconcebible inundó mi alma hasta tal punto que
me retiré a un lugar apartado en el jardín, para
esconderme de las hermanas y permitir al corazón
desbordarse plenamente hacia Dios. La presencia de Dios
me penetró por completo y en un solo momento toda mi
nada se sumergió en Dios y en aquel momento sentí, es
decir distinguí las Tres Personas Divinas que habitaban
en mí, y la paz que tenia en el alma era tan grande que
me asombraba yo misma, de cómo había sido posible estar
intranquila.
- + Propósito: Fidelidad a las
inspiraciones interiores, aunque eso me costara no sé
cuánto. No hacer nada por mi misma sin consultar antes
al confesor.
- +Renovación de los votos. Desde la
primera hora, cuando me desperté, en seguida mi alma se
sumergió entera en Dios, en este océano de amor.
Sentía que estaba toda sumergida entera en Él. Durante
la Santa Misa mi amor hacia Él alcanzó una gran
intensidad. Después de renovar los votos y de la Santa
Comunión, de repente vi. al Señor Jesús que me dijo
con benevolencia: Hija Mía, mira Mi Corazón
misericordioso. Cuando me fijé en este Corazón
Santísimo, salieron los mismos rayos que están en la
imagen, como Sangre y Agua, y entendí lo grande que es
la misericordia del Señor. Y Jesús volvió a decir muy
amablemente: Hija Mía, habla a los sacerdotes de esta
inconcebible misericordia Mía. Me queman las llamas de
la misericordia, las quiero derramar sobre las almas,
[y] las almas no quieren creer en Mi bondad. De
repente Jesús desapareció. Sin embargo, todo el día mi
espíritu estuvo (89) sumergido en la sensible presencia
de Dios, a pesar del ruido y de la conversación que
suele haber después de los ejercicios espirituales. A mi
eso no me molestó nada. Mi espíritu estaba en Dios, a
pesar de que exteriormente yo tomaba parte en las
conversaciones y hasta fui con una visita a Derdy [98].
- Hoy empezamos la tercera probación [99].
Nos reunimos las tres junto a la M. Margarita, porque las
demás hermanas tenían la tercera probación en el
noviciado. La Madre Margarita empezó con una plegaria y
una explicación sobre lo que consiste la tercera
probación, y recordó lo grande que es la gracia de los
votos perpetuos. De repente me vino un gran llanto. En un
solo momento, delante de los ojos de mi alma aparecieron
todas las gracias de Dios y me vi. tan miserable e
ingrata frente a Dios. Las hermanas empezaron a
reprenderme ¿por qué se puso a llorar tanto? Pero la
Madre Maestra me defendió y dijo que eso no la asombraba.
Terminada
la hora fui delante del Santísimo sacramento y como la miseria y
la nada más
grandes,
le suplique por su misericordia y que se dignara sanar y
purificar mi pobre alma. De repente oí estas palabras: Hija
Mía, todas tus miserias han sido quemadas en el fuego de Mi amor,
como una pajita arrojada en unas llamas enormes. Y con esta
humillación atraes a ti y a otras almas todo el mar de Mi
misericordia. Y contesté: Jesús, forma mi pobre corazón
según Tu divina complacencia.
- Durante todo el periodo de la probación
mi tarea fue la de ayudar a la hermana en el vestuario [100].
Esta tarea me dio muchas ocasiones para ejercitarme en
las virtudes. Más de una vez, iba tres veces [seguidas]
a llevar ropa interior a ciertas hermanas y no era
suficiente para satisfacerlas. Pero conocí también
grandes virtudes de algunas hermanas, que pedían siempre
traerles (90) lo peor de todo el vestuario. Admiraba ese
espíritu de humildad y de mortificación.
- + Durante el Adviento se despertó en mi
alma un vivo deseo de Dios. Mi espíritu anhelaba a Dios
con toda la fuerza de su ser. En aquel tiempo el Señor
me dio mucha luz para que conociera sus atributos.
El
primer atributo que el Señor me dio a conocer, fue su Santidad.
Esta Santidad es tan grande que delante de Él tiemblan todas las
Potencias y todas las Fuerzas. Los espíritus puros encubren sus
rostros y se sumergen en adoración permanente, y la única
expresión de su adoración sin límites es Santo&hellip La
Santidad de Dios es derramada sobre la Iglesia de Dios y sobre
cada alma que vive en ella pero no en grado igual. Hay almas
completamente divinizadas, pero hay también almas apenas vivas.
El
segundo atributo que el Señor me dio a conocer, fue su Justicia.
Su Justicia es tan grande y penetrante que llega hasta el fondo
de la esencia de las cosas y delante de Él todo se presenta en
desnuda verdad, y nada podría continuar subsistiendo.
El
tercer atributo fue el Amor y la Misericordia. Y entendí que el
mayor atributo es el Amor y la Misericordia. El une la criatura
al Creador. El amor más grande y el abismo de la misericordia
los reconozco en la Encarnación del Verbo, en su redención, y
de esto entendí que éste es el más grande atributo de Dios.
- Hoy limpiaba la habitación de una de las
hermanas. A pesar de que trataba de limpiarla con máximo
esmero, ella me seguía diciendo durante todo el tiempo:
Aquí hay polvo, allí una manchita en el suelo. A cada
señal suya yo pasaba y repasaba lo mismo, hasta diez
veces (91), para tenerla contenta. No es el trabajo que
cansa sino la habladuría y las exigencias desmedidas. No
la satisfizo mi martirio de un día entero, sino que fue
a la Maestra para quejarse. Le digo, Madre, ¡qué
hermana tan desatenta!, no sabe apresurase. Al día
siguiente fui a hacer el mismo trabajo sin una palabra de
explicación. Cuando volvió a molestarme, pensé: Jesús,
es posible ser un mártir silencioso; las fuerzas
disminuyen no por el trabajo, sino por este martirio.
- Comprendí que algunas personas tienen un
don especial de atormentar a los demás. Los ejercitan a
más no poder. Pobre aquella alma que cae bajo su mano.
No cuenta nada, las mejores cosas son juzgadas al revés.
+
Vigila de la Noche Buena
Hoy me uní estrechamente a la Santísima Virgen, viví
sus momentos íntimos. Por la noche, antes de partir &ldquooplatek&rdquo*,
entré en la capilla, para intercambiarlo espiritualmente con las
personas queridas y pedí a la Virgen las gracias para ellas. Mi
espíritu estaba sumergido completamente en Dios. Durante la
Santa Misa de Medianoche vi. al Niño Jesús en la Hostia; mi
Espíritu se sumergió en Él. Aunque era un Niñito, su
Majestad penetró mi alma. Me impresionó profundamente este
misterio, este gran humillarse de Dios, este inconcebible
anonadamiento Suyo. Durante toda la fiesta de la Navidad lo tuve
vivo en el alma. Oh, nosotros nunca comprenderemos este gran
humillarse de Dios; cuanto mas lo medito [aquí la frase ha
quedado interrumpida].
_____________________________________________________________________________
* En Polonia antes de empezar la
cena de la Nochebuena, todos los miembros de la familia y otras
personas reunidas en torno a la mesa navideña, parten &ldquooplatek&rdquo
(leer &ndash opuatek, que es un trozo de la hostia no
consagrada) y se dan augurios para todo el año. Es una
tradición muy antigua y muy difundida.
183 Una mañana, después
de la Santa Comunión, oí esta voz: Deseo que Me acompañes
cuando voy a los enfermos. Contesté que estaba de acuerdo,
pero un momento después reflexioné: ¿Cómo voy a hacerlo? Dado
que las hermanas del segundo coro [101] no acompañan al
Santísimo Sacramento, siempre van las Hermanas Directoras. (92)
Pensé que Jesús lo solucionaría. Pocos minutos después, la
Madre Rafaela mandó llamarme y me dijo: Hermana, usted va a
acompañar al Señor Jesús, cuando el sacerdote visite a los
enfermos. Y durante todo el tiempo de la probación, siempre iba
con luz, acompañando a Jesús y como un oficial de Jesús
procuraba siempre ceñirme con un pequeño cinturón de hierro [102],
porque no estaría bien acompañar al Rey vestida como de
costumbre. Esa mortificación la ofrecía por los enfermos.
184 + La Hora Santa. Durante esta hora procuraba
meditar la Pasión del Señor. No obstante mi alma fue inundada
de gozo y de repente ví. al pequeño Niño Jesús. Y su Majestad
me penetró y dije: Jesús, Tú eres tan pequeño, pero yo sé
que Tú eres mi Creador y Señor. Y Jesús me contestó: Lo
soy y trato contigo como un niño para enseñarte la humildad y
la sencillez.
Todos
los sufrimientos y las dificultades las ofrecía a Jesús como
una ofrenda floral para el día de nuestros desposorios perpetuos.
Nada me resultaba difícil al recordar que lo hacia por mi Esposo,
como una prueba de mi amor hacia Él.
185 Mi silencio para Jesús. Procuraba mantener
un gran silencio por Jesús. En medio del mayor
ruido, Jesús siempre encontraba silencio en mi corazón,
aunque a veces eso me costó mucho. Pero por Jesús, ¿qué puede
resultar grande por Aquel a quien amo con toda la fuerza de mi
alma?
186 + Hoy, Jesús me dijo: Deseo que conozcas
mas profundamente el amor que arde en Mi Corazón por las almas y
tu comprenderás esto cuando medites Mi Pasión. Apela a Mi
misericordia para los pecadores, deseo su (93) salvación. Cuando
reces esta oración con corazón contrito y con fe por algún
pecador, le concederé la gracia de la conversión. Esta oración
es la siguiente:
187 Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de
Jesús como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti
confío.
- En los últimos días de carnaval,
mientras celebraba la Hora Santa, vi. Al Señor Jesús
sufriendo la flagelación. ¡Oh, que suplicio
inimaginable! Cuán terriblemente sufrió Jesús durante
la flagelación! Oh pobres pecadores, ¿cómo se
encontrarán el día del juicio, con este Jesús a quien
ahora están torturando tanto? Su Sangre fluyó sobre el
suelo y en algunos puntos la carne empezó a separarse. Y
vi. en la espalda algunos de sus huesos descarnados&hellip
Jesús emitía un gemido silencioso y un suspiro.
189 En cierta ocasión Jesús me dió a conocer
lo mucho que le agrada el alma que observa fielmente la regla. El
alma obtiene mayor recompensa por ser fiel a la regla que por las
penitencias y por grandes mortificaciones. Pero si éstas son
emprendidas fuera de la regla, aunque también reciben la
recompensa, pero no superior a la de la regla.
190 Durante una adoración el Señor me pidió
que me ofreciera a Él como victima por un sufrimiento que
serviría de reparación en la causa de Dios y no solamente en
general por los pecados del mundo, sino en particular por las
faltas cometidas en esta casa. Dije en seguida que sí, que
estaba dispuesta. No obstante, Jesús me dio a conocer lo que
debía sufrir y en un solo momento se presentó y pasó delante
de los ojos de mi alma todo el martirio. Primero, mis intenciones
no serian reconocidas, varias sospechas y desconfianzas, toda
clase de humillaciones y contrariedades, no las enumero todas. (94)
Delante de los ojos de mi alma todo se presentó como una
tempestad sombría, de la que un momento después iban a soltarse
rayos, que estaban esperando solamente mi consentimiento. Mi alma
quedó espantada durante un momento. De repente sonó la
campanilla para el almuerzo. Salí de la capilla temblorosa e
indecisa. Sin embargo aquel sacrificio estaba continuamente
delante de mi, porque ni había decidido aceptarlo ni tampoco
había dicho no al Señor. Quería someterme a su voluntad. Si
Jesús Mismo me la asignaba, estaba preparada. Pero Jesús me dio
a conocer que era yo quien debía aceptar voluntariamente y con
pleno conocimiento, porque si no, no tendría ningún significado.
Todo su valor consistía en mi acto voluntario frente a Él, pero
al mismo tiempo el Señor me dio a conocer que eso estaba en mi
poder. Lo podía hacer, pero [podía] también no hacerlo. En
aquel momento contesté: Jesús, acepto todo, cualquier cosa que
quieras mandarme; confío en Tu bondad. En un instante sentí que
con este acto rendí un gran honor a Dios. Pero me armé de
paciencia. Al salir de la capilla, me enfrenté en seguida con la
realidad. No quiero describirlo con detalles, pero hubo tanto
cuanto pude soportar, no hubiera podido soportar ni una gota más.
191 + Una mañana, oí en el alma estas palabras:
Ve a la Madre General [103] y dile que tal cosa, en tal
casa no Me agrada. No puedo decir qué cosa ni en que casa,
pero a la Madre General se lo dije, aunque me costó muchísimo.
192 Una vez me cargué con una espantosa
tentación que atormentaba a una de nuestras alumnas en la casa
de Varsovia. Era la tentación del suicidio. Sufrí durante siete
días y después de siete días Jesús le concedió la gracia y
entonces terminó mi sufrimiento. Es un gran sufrimiento. A
menudo me cargo con tormentos de nuestras alumnas. Jesús me lo
permite, y los confesores [también] [104].
193 (95) Mi corazón es la morada estable de
Jesús. Además de Jesús nadie tiene acceso a él. De Jesús
recojo fuerzas para luchar contra todas las dificultades y
contrariedades. Deseo transformarme en Jesús para poder
dedicarme perfectamente a las almas. Sin Jesús no me acercaría
a las almas, porque sé lo que soy yo por mi misma. Absorbo a
Dios en mí, para entregarlo a las almas.
194 + 27 III. Deseo cansarme, trabajar,
anonadarme por nuestra obra de salvacion de las almas inmortales.
No importa si estos esfuerzos acortan mi vida, dado que ella ya
no me pertenece, porque es la propiedad de la Congregación. Por
la fidelidad a la Congregación deseo ser util a toda la Iglesia.
195 Oh Jesús, hoy mi alma está como
ensombrecida por el sufrimiento. Ni un solo rayo de luz. La
tormenta arrecia y Jesús está dormido. Oh mi Maestro, no voy a
despertarte, no voy a interrumpir Tu dulce sueño. Yo creo que
Tú me estás fortificando, sin que yo lo sepa.
Hay
horas enteras en las cuales Te adoro, oh Pan Vivo, entre una gran
aridez del alma. Oh Jesús, Amor Puro, no necesito consolaciones,
me alimento de Tu voluntad, oh Soberano. Tu voluntad es el fin de
mi existencia. Me parece que el mundo entero está a mi servicio
y depende de mi. Tu, oh Señor comprendes mi alma en todas sus
aspiraciones.
Jesús, cuando yo misma no puedo cantarte el himno del
amor, admiro el canto de los serafines, tan amados por Ti. Deseo,
como hacen ellos, ahogarme en Ti. A tal amor nada puede detenerlo,
porque ninguna fuerza tiene poder sobre él. El se parece a un
relámpago que ilumina la oscuridad, (96) pero no se queda en
ella. Oh Maestro mío, Tú Mismo modela mi alma según Tu
voluntad y Tus proyectos eternos.
- Cierta persona se propuso como tarea
ejercitarme de distintos modos en la virtud. Un día me
detuvo en el pasillo y empezó por decirme que no tenia
por que llamarme la atención, no obstante me mandó
estar de pie durante media hora enfrente de la pequeña
capilla [105] y esperar a la Madre Superiora, y cuando
aquella regresara después del recreo [106], inculparme
de diversas cosas, que ella me dijo para que me acusara
de ellas. Aunque en el alma no tenia la menor idea de eso,
no obstante obedecí y esperé media hora a la Superiora.
Cada hermana que pasaba a mi lado, miraba sonriendo. Al
haberme acusado frente a la Madre Superiora [107], me
mandó al confesor, cuando me acerqué a la confesión,
el sacerdote se dio cuenta en seguida de que eso era algo
que no procedía de mi alma, y que yo no tenia la menor
idea de aquellas cosas y se extrañó de que aquella
persona hubiera podido decidirse a dar tales órdenes.
197 Oh Iglesia de Dios, tú eres la mejor madre,
sólo tu sabes educar y hacer crecer al alma. Oh, cuanto amor y
cuanta veneración tengo para la Iglesia, la mejor de las madres.
- Una vez el Señor me dijo: Hija Mía,
tu confianza y tu amor impiden Mi justicia y no puedo
castigar porque Me lo impides. Oh. Cuanta fuerza
tiene el alma llena de confianza.
- Cuando pienso en los votos perpetuos y en
quien es Aquel que desea unirse a mí, este pensamiento
me induce a meditar sobre Él durante horas enteras.
¿Cómo va a suceder esto? Tú eres Dios y yo una
criatura Tuya, Tú eres el Rey Inmortal y yo una mendiga
y la miseria misma. Pero ahora ya lo tengo todo claro en
realidad, (97) este abismo, Señor, lo llenarán Tu
gracia y amor. Este amor llenará el abismo que hay entre
Tú, Jesús, y yo.
- Oh Jesús, que profundamente herida queda
un alma cuando trata siempre de ser sincera y la acusan
de hipocresía, y la tratan con desconfianza. Oh Jesús,
Tu has sufrido esto también para dar una reparación a
Tu Padre.
- Deseo esconderme de manera que ninguna
criatura conozca mi corazón, Oh Jesús, solo Tú conoces
mi corazón y lo posees totalmente. Nadie conoce nuestro
secreto; con una mirada nos entendemos mutuamente. Desde
el momento en que nos hemos conocido, soy feliz. Tu
grandeza me llena plenamente. Oh Jesús, cuando estoy en
el último lugar y el más bajo de las postulantes,
incluso las más jóvenes, entonces me siento en el lugar
apropiado para mí. No sabía que en aquellos rinconcitos
oscuros el Señor había colocado tanta felicidad. Ahora
entiendo que incluso en la cárcel, de un corazón puro
puede prorrumpir una abundancia de amor por Ti. Señor.
Las cosas exteriores no tienen importancia para un amor
puro, él penetra todo. Ni las puertas de una cárcel, ni
las puertas del cielo presentan alguna fuerza para él.
Él llega a Dios Mismo y nada es capaz de apagarlo. Para
él no existen barreras, es libre como un rey y tiene la
entrada libre en todas partes. La muerte misma tiene que
bajar la cabeza frente a él&hellip
202 Hoy ha venido a visitarme una hermana mía de
sangre [108]. Cuando me ha contado sus intenciones, he temblado
de miedo, ¿es posible esto? Esta querida alma bella frente a
Dios, no obstante unas grandes tinieblas habían bajado sobre
ella y no sabia defenderse. Todo lo veía en negro. El buen Dios
me la ha confiado, durante dos semanas puede trabajar sobre ella.
Sin embargo, cuantos sacrificios me ha costado, solamente Dios lo
sabe. Por ninguna otra alma he llevado al trono de Dios tantos
sacrificios, sufrimientos y oraciones como por ella. (98) Sentía
que había forzado a Dios a concederle la gracia. Cuando pienso
en todo esto, veo un verdadero milagro. Ahora veo cuanto poder
tiene la plegaria de intercesión ante Dios.
- Ahora, en esta Cuaresma, a menudo siento
la Pasión del Señor en mi cuerpo; todo lo que sufrió
Jesús, lo vivo profundamente en mi corazón, aunque por
fuera mis sufrimientos no se delatan por nada, solamente
el confesor sabe de ellos.
- Una breve conversación con la Madre
Maestra [109]. Cuando le pregunte por algunos detalles
para progresar en la vida interior, esta santa Madre me
contesto a todo con gran claridad de argumentos. Me dijo:
Si usted, hermana, continua cooperando así con la gracia
de Dios, estará a un paso de una estrecha unión con
Dios. Usted, comprende en que sentido lo digo. Que la
fidelidad a la gracia del Señor sea su característica.
No a todas las almas Dios las conduce por este camino.
- +Pascua de resurrección. Hoy
durante la ceremonia pascual, vi. al Señor Jesús [en]
un gran esplendor se acercó a mi y me dijo: Paz a
ustedes, hijos Míos, y levantó la mano y nos
bendijo. Las llagas de las manos y de los pies, y del
costado no estaban borradas sino resplandecientes. Luego
me miró con tanta benevolencia y amor, que mi alma se
sumergió totalmente en Él, y me dijo: Has tomado
gran parte en Mi Pasión, por eso te doy esta gran
participación en Mi gloria y en Mi alegría. Toda la
ceremonia pascual me pareció un minuto. Un extraño
recogimiento envolvió mi alma y se mantuvo durante toda
la fiesta. La amabilidad de Jesús es tan grande que es
imposible expresarla.
- (99) Al día siguiente, después de la
Santa Comunión oí la voz: Hija Mía, mira hacia el
abismo de Mi misericordia y rinde honor y gloria a esta
misericordia Mía, y hazlo de este modo: Reúne a todos
los pecadores del mundo entero y sumérgelos en el abismo
de Mi misericordia. Deseo darme a las almas, deseo las
almas, hija Mía. El día de Mi Fiesta, la Fiesta de la
Misericordia &ndash recorrerás el mundo entero y
traerás a las almas desfallecidas a la fuente de Mi
misericordia. Yo las sanaré y las fortificaré.
- Hoy recé por un alma agonizante que
estaba muriendo sin los santos sacramentos, aunque los
deseaba ardientemente. Pero ya era demasiado tarde. Se
trata de una pariente mía, la esposa de un tío paterno.
Era un alma querida de Dios. En aquel momento no hubo
distancia para nosotras.
- Oh vosotros, pequeños, insignificantes
sacrificios cotidianos, sois para mi como las flores del
campo con las cuales cubro los pies del amado Jesús. A
veces, yo comparo estas pequeñeces con las virtudes
heroicas, porque para su incesante continuidad exigen
heroísmo.
- Durante los sufrimientos no busco ayuda de
las criaturas, sino que Dios es todo para mí, aunque a
veces me parece que el Señor tampoco me escucha. Me armo
de paciencia y de silencio, como la paloma que no se
queja ni muestra dolor cuando le quitan sus pequeños.
Deseo volar hacia el ardor mismo del sol y no quiero
detenerme entre el humo y la neblina. No me cansaré,
porque me he apoyado en Ti ¡mi fuerza!
- Ruego ardientemente al Señor que se digne
reforzar mi fe para que en mi gris vida cotidiana no me
guíe según las consideraciones humanas, sino según el
espíritu. Oh, como todo atrae al hombre hacia la tierra,
pero una fe viva mantiene el alma en una espera mas alta
y al amor propio le asigna el lugar que le corresponde,
es decir, el último.
- (100) + Una oscuridad terrible cae
nuevamente sobre mi alma. Me parece que estoy bajo la
influencia de ilusiones. Cuando fui a confesarme para
obtener luz y serenidad, no las encontré. El confesor [110]
me creó todavía mas dudas de las que tenía antes. Me
dijo: No puedo entender qué poder obra en usted, hermana,
tal vez Dios o tal vez el espíritu maligno. Al alejarme
del confesionario, empecé a considerar sus palabras.
Cuanto más las contemplaba, tanto mas mi alma se hundía
en la oscuridad. ¿Qué hacer, Jesús? Cuando Jesús se
acercaba a mí bondadosamente, yo tenía miedo. ¿Eres
verdaderamente Tú, Jesús? Por un lado me atrae el amor,
por el otro el miedo. Que tormento, no sé describirlo.
- Cuando fui a confesarme de nuevo, recibi
la respuesta: Yo no la entiendo a usted, hermana, es
mejor que usted no se confiese conmigo. Dios mio, yo
tengo que hacerme tanta violencia antes de decir
cualquier cosa sobre mi vida interior y he aquí la
respuesta que obtengo ¡yo no la entiendo!
- Cuando me alejé del confesionario fui
asaltada por innumerables tormentos. Fui delante del
Santisimo sacramento y dije: Jesús, sálvame. Tu ves que
soy debil. Entonces escuche estas palabras: Durante
los ejercicios espirituales, antes de los votos perpetuos,
te daré una ayuda. Fortalecida por estas palabras,
comencé a avanzar sin pedir consejo a nadie; sin embargo
sentia tanta desconfianza hacia mi misma, que decidí
acabar con esas dudas una vez por todas. Asi pues,
esperaba ansiosamente esos ejercicios espirituales que
debian preceder los votos perpetuos; ya unos dias antes
pedia incesamente al Señor la luz para el sacerdote que
iba a confesarme, para que él decidiera de una vez,
categóricamente, sí o no, y yo pensaba: Estaré
tranquila una vez por toda.s Pero estaba preocupada si
alguien quisiera escuchar todas esas cosas. Sin embargo,
decidi no pensar nada en eso, y tener toda la confianza
en el Señor. Me resonaban esas palabras: &ldquoDurante
los ejercicios espirituales.&rdquo
- (101) Todo ya está preparado. Mañana por
la mañana hemos de salir a Cracovia para los ejercicios
espirituales. Hoy entré en la capilla para agradecer a
Dios las innumerables gracias que me había concedido
durante esos cinco meses. Mi corazon estaba profundamente
conmovido frente a trantas gracias y la tutela de las
Superioras.
- Hija Mia, quedate tranquila, Me encargo
de todos los asuntos. Yo Mismo los resolveré con las
Superioras y con el confesor. Habla con el Padre Andrasz
con la misma sencilles y confianza con la que hablas
Conmigo.
- Hoy [18 IV 1933] llegamos a Cracovia. Qué
alegria encontrarme nuevamente aquí, donde aprendi a dar
los primeros pasos en la vida espiritual. La querida
Madre Maestra, [111] siempre la misma, alegre y llena de
amor al projimo. Entré un momento en la capilla; la
alegria inundó mi alma. En un momento me acordé de todo
un mar de gracias que había recibido aquí siendo
novicia.
- Y hoy empezamos a reunirnos todas para ir
por una hora al noviciado. La Madre Maestra M. Josefa nos
dirigió algunas palabras y preparó el plan de los
ejercicios espirituales. Cuando nos decia esas pocas
palabras, me vino delante de los ojos todo lo bueno que
esa querida Madre había hecho por nosotras. Senti en el
alma un gran agradecimiento hacia ella. La pena de estar
en el noviciado por ultima vez, estrechó mi corazon. Ya
debo luchar con Jesús, trabajar con Jesús, sufrir con
Jesús; en una palabra, vivir y morir con Jesús. La
Maestra ya no seguira mis pasos para instruirme,
advertirme, amonestarme, alentarme o reprenderme. Sola,
siento un extraáo miedo. Oh Jesús, da algun remedio.
Sí, tendré la Superiora, es verdad, pero desde ahora
estaré mas sola.
- Cracovia 21 IV 1933
+
A la mayor gloria de Dios.
Ejercicios
espirituales de ocho dias antes de los votos perpetuos.
- Hoy empiezo los ejercicios espirituales.
Jesús, Maestro mio, guiame, dispon de mi según Tu
voluntad, purifica mi amor para que sea digna de Ti, haz
de mi lo que desea Tu misericordiosisimo Corazon. Jesús,
en estos dias estaremos a solas, hasta el momento de
nuestra union; mantenme, Jesús, en el recogimiento del
espiritu.
- Por la noche el Señor me dijo: Hija
Mia, que nada te asuste ni te perturbe, mantén una
profunda tranquilidad, todo está en Mis manos, te haré
entender todo por la boca del Padre Andrasz. Sé como una
niña frente a él.
Un
momento delante del Santisimo Sacramento.
- Oh Señor y mi eterno Creador, ¿cómo
podré agradecerte por esta gran gracia de que Te
dignaste elegirme a mi, miserable, como Tu esposa y me
unes a Ti con un vinculo eterno? Amabilisimo tesoro de mi
corazon, Te ofrezco todos los actos de adoración y de de
agradecimiento de las almas santas, de los coros
angelicos y me uno especialmente a Tu Madre, Oh Maria,
Madre mia, Te ruego humildemente, cubre mi alma con Tu
manto virginal en este momento tan importante de mi vida,
para que asi, me haga mas agradable a Tu Hijo y pueda
glorificar dignamente la misericordia de Tu Hijo delante
del mundo entero y durante toda la eternidad.
- (103) Hoy no pude entender la meditacion,.
Mi espiritu estaba admirablemente sumergido en Dios. No
pude forzarme a pensar en lo que el Padre decia durante
los ejercicios espirituales. A menudo no está en mi
poder pensar según determinados esquemas, mi espiritu
esta con el Señor y tal es mi meditacion.
- Algunas palabras de mi conferencia con la
Madre Maestra Maria Josefa. Me aclaró muchas cosas y me
tranquilizó respecto a la vida interior, [diciendo] que
estoy en el buen camino. Le agradeci al Señor Jesús por
esta gran gracia, ya que ella era la primera entre las
Superioras que no me engendraba dudas en este aspecto. Oh,
cuán infinitamente bueno es Dios.
- Oh Hostia Viva, mi unica Fortaleza, Fuente
de Amor y de Misericordia, abrazo al mundo entero,
fortifica a las almas debiles. Oh, bendito sea el
instante y el momento en que Jesús [nos] dejó su
misericordiosisimo Corazon.
- Sufrir sin quejarse, consolar a los demas
y ahorar sus propios sufrimientos en el Sacratisimo
Corazon de Jesús. Todos los momentos libres de los
deberes los pasaré a los pies del Santisimo Sacramento.
A los pies del Señor buscaré luz, consuelo y fuerza.
Incesantemente mostraré el agradecimiento a Dios por la
gran misericordia hacia mi, sin olvidarme jamas de los
beneficios [que] me ofrecio y especialmente la gracia de
la vocacion.
Me
esconderé entre las hermanas como una violeta pequeña entre las
azucenas. Deseo florecer para mi Creador y Señor, olvidarme de
mi misma, anonadarme completamente a favor de las almas
inmortales es un deleita para mi.
225 (104) + Algunos de mis propositos.
En lo que concierne a la confesion, elegiré lo que mas
me humilla y cuesta. A veces una pequeñez cuesta mas que algo
mas grande. Antes de cada confesion recordare la Pasion del
Señor Jesús y con esto despertaré la contrición del corazon.
Si es posible, con la gracia de Dios, ejercitarse siempre en el
dolor perfecto. A esta contrición le dedicaré mas tiempo. Antes
de acercarme a la rejilla, entraré en el Corazon abierto y
misericordiosisimo del Salvador. Cuando me aleje de la rejilla,
despertaré en mi alma una gran gratitud hacia la Santisima
Trinidad por este extraordinario e inconcebible milagro de la
misericordia que se produce en el alma; y cuanto mas miserable es
mi alma, tanto mejor siento que el mar de la misericordia de Dios
me absorbe y me da una enorme fuerza y fortaleza.
226 Las reglas que desobedezco con mas frecuencia: a
veces interrumpo el silencio, no obedezco el llamado de la
campanilla, a veces me meto en los deberes de los demas; haré
los maximos esfuerzos para corregirme.
Evitar a las hermanas que murmuran y si no es posible
evitarlas, por lo menos callar en presencia de ellas, dando a
entender lo penoso que es para nosotras escuchar cosas similares.
No
hacer caso a las consideraciones humanas, sino que tener en
cuenta mi propia conciencia, el testimonio que me da. Tener a
Dios como testigo de todas las obras. Comportarme ahora y
resolver cada asunto mio de tal modo como quisiera solucionarly y
comportarme en el momento de la muerto. Por eso en cada asunto
siempre tener presente a Dios.
Evitar los supuestos permisos [112]. Relatar a las
Superioras aun las cosas pequeñas, si es posible detalladamente.
Fidelidad en las practicas de piedad; no pedir con facilidad
excepciones de las practicas de piedad; callar, excepto durante
el recreo; evitar bromas y palabras chistosas que hacen reir a
los demas y rompen el silencio; valorar enormemente (105) las mas
pequeñas prescripciones; no dejarse llevar por el frenesi del
trabajp; interrumpir un momento para mirar hacia el cielo; hablar
poco con la gente, pero mucho con Dios; evitar la familiaridad;
fijarse poco en quien está conmigo y quien está en contra; no
compartir con otros lo que he tenido que soportar; evitar de
comunicarse en voz alta durante el trabajo; en los sufrimientos
conservar la serenidad y el equilibrio; en los momentos
difíciles recurrir a las llagas de Jesús, en las llegas de
Jesús buscar consuelo, alivio, luz y fuerza.
- + El las pruebas trataré de ver la
amorosa mano de Dios. No hay nada tan constante como el
sufrimiento; él siempre hace fielmente compañía al
alma. Oh Jesús, en el amor hacia Ti no me dejaré
superar por nadie.
228 + Oh Jesús, escondido en el Santísimo sacramento,
ves que hoy salgo del noviciado [113], haciendo los votos
perpetuos. Jesús, Tu conoces mi debilidad y mi pequeñez, por lo
tanto desde hoy de modo mas particular paso a tu noviciado. Sigo
siendo novicia, pero novicia Tuya, Jesús, y Tu serás mi Maestro
hasta el último día. Todos los días vendré a Tus pies a tomar
lecciones. No emprenderé sola la mas pequeña cosa sin
consultarte antes, como a mi Maestro, Oh Jesús, estoy tan
contenta de que Tu Mismo me hayas atraído y recibido en tu
noviciado, es decir en el Tabernáculo. Pronunciando los votos
perpetuos no me vuelvo en absoluto una religiosa perfecta no, no.
Sigo siendo una pequeña y débil novicia de Jesús y trataré de
alcanzar la perfección como en los primeros días del noviciado,
procurando tener la disposición del alma que tenia en el primer
día, en que se abrió para mi la puerta del convento.
Con
la confianza y la sencillez de un niño pequeño, me entrego a Ti,
Señor Jesús, mi Maestro; Te dejo una libertad absoluta de guiar
mi alma. Guíame por los caminos que Tu quieras; no voy a
averiguarlos. Te seguiré confiada. Tu Corazón misericordioso lo
puede todo.
La
pequeña novicia de Jesús &ndash Sor Faustina
- 6) + Al comienzo de los ejercicios
espirituales Jesús me dijo: En estos
ejercicios espirituales, seré Yo Mismo quien
dirija tu alma; quiero confirmarte en la
tranquilidad y en el amor. Y así me
transcurrieron los primeros días. Al cuarto día
comenzaron a atormentarme grandes dudas de que
¿no me encontraba, acaso, en una falsa
tranquilidad? De pronto oí estas palabras: Hija
Mía, figúrate que eres la reina de toda la
tierra y que tienes la posibilidad de disponer de
todo según te parezca; tienes toda posibilidad
de hacer el bien que te agrade y de repente, a tu
puerta llama un niño muy pequeño, todo
tembloroso, con lagrimas en los ojos, pero con
gran confianza en tu bondad y te pide un pedazo
de pan para no morir de hambre, ¿Cómo te
comportarías con este niño? Contéstame, hija
Mía. Y dije: Jesús, le daría todo lo que
me pida, pero también mil veces más. Y el
Señor me dijo: Así Me comporto Yo con tu
alma. Durante estos ejercicios espirituales no
solamente te daré la tranquilidad, sino también
tal disposición de ánimo, que aunque quieras
inquietarte, no podrás. Mi amor ha tomado
posesión de tu alma y quiero que te fortifiques
en él. Acerca tu oído a Mi Corazón y olvídate
de todo, y considera Mi inconcebible misericordia.
Mi amor te dará la fuerza y el ánimo que te es
necesario en esta obra.
- Oh Jesús, Hostia Viva, Tú eres
mi madre, Tú eres todo para mi. Vendré a Ti, oh
Jesús, con sencillez y con amor, con fe y con
confianza. Compartiré todo Contigo, como un
niño con la madre amada, los gozos y los
sufrimientos, en una palabra todo.
- Cuando pienso en que Dios se une a
mí por medio de los votos o más bien yo a Él,
nadie puede comprender lo que experimenta mi
corazón. Ya ahora Dios me da a conocer toda la
inmensidad de su amor con el que me ha amado ya
antes de los siglos, mientras yo he comenzado a
amarlo solamente en el tiempo. Su amor es
grandísimo, puro y desinteresado y mi amor hacia
Él es para conocerlo. Cuanto más lo conozco,
tanto (107) mas ardiente y fuertemente lo amo y
mis acciones son más perfectas. Sin embargo
cuando pienso que dentro de pocos días voy a
hacerme una sola cosa con el Señor por medio del
voto perpetuo, un gozo tan inconcebible inunda mi
alma que no logro describirlo en absoluto. Desde
la primera vez que conocí al Señor, la mirada
de mi alma se ha hundido en Él por la eternidad.
Cada vez que el Señor se acerca a mí, y se
produce en mí un conocimiento mas profundo,
crece en mi alma un amor más perfecto.
- + Antes de la confesión oí en el
alma estas palabras: Hija Mía, dile todo y
descubre tu alma delante de él como lo haces
delante de Mi. No tengas miedo de nada; para tu
tranquilidad pongo a ese sacerdote entre Yo y tu
alma, y las palabras que te contestará son Mías.
Descubre delante de él las cosas más secretas
que tienes en el alma. Yo le daré luz para que
conozca tu alma.
- Al acercarme a la rejilla sentí
en el alma una facilidad tan grande para hablar
de todo, que mas tarde yo misma me extrañaba.
Sus respuestas dieron a mi alma una tranquilidad
muy profunda. Sus palabras fueron, son y quedaran
para siempre unas columnas de fuego que
iluminaron y seguirán iluminando mi alma en su
aspiración a la máxima santidad.
Las indicaciones que recibí del Padre Andrasz, las
tengo apuntadas en otra pagina de este cuaderno [114].
234 Terminada la confesión, mi espíritu se sumergió
en Dios y permanecí orando durante tres horas, y me parecieron
unos pocos minutos. Desde entonces no pongo obstáculos a la
gracia que obra en mi alma. Jesús sabia por que yo tenia miedo
de tratar con Él [115], y no se ofendía en absoluto. Desde el
momento en que el Padre me aseguró que no se trataba de ningunas
ilusiones, sino de la gracia de Dios, trato de ser fiel a Dios en
todo. Ahora veo que son pocos los sacerdotes que comprenden toda
la profundidad de la acción de Dios en el alma. Desde aquel
momento tengo las alas desatadas para el vuelo (108) y deseo
volar hacia el ardor mismo del sol. Mi vuelo no se detendrá
hasta que no descanse en Él por la eternidad. Si volamos muy
alto, toda la oscuridad, la niebla y las nubes las tenemos debajo
de los pies y toda la parte sensitiva de nuestro ser tiene que
someterse al espíritu.
- Jesús, deseo la salvación de las almas,
almas inmortales. En el sacrificio desahogaré mi
corazón, en el sacrificio que ni siquiera alguien
sospecha; me anonadaré y quemaré inadvertidamente en el
sagrado fuego del amor de Dios. La presencia de Dios es
la ayuda para que mi sacrificio sea perfecto y puro.
- Oh, qué equivocas son las apariencias y
los juicios injustos. Oh, cuantas veces la virtud sufre
la opresión solo porque es silenciosa. Convivir
sinceramente con quienes molestan continuamente, eso
requiere un gran espíritu de sacrificio. Uno siente que
sangra, pero las heridas no se ven. Oh Jesús, cuantas
cosas nos revelará solamente el ultimo día. ¡Que
alegría! De nuestros esfuerzos no se pierde nada.
- La Hora Santa. En esta hora de adoración
conocí todo el abismo de mi miseria. Todo lo que hay de
bueno en mi, es Tuyo, Señor, pero como soy tan miserable
y pequeña, tengo el derecho de contar con Tu infinita
misericordia.
- El anochecer, Jesús, mañana por la
mañana he de pronunciar los votos perpetuos [116]. Pedí
a todo el cielo y la tierra, y todo lo que existe llamé
a agradecer a Dios por esta gran e inconcebible gracia.
De repente oí estas palabras: Hija Mía, tu corazón
es el cielo para Mí. Todavía un momento de oración
y después hay que salir corriendo ya que nos echan de
todas partes, porque arreglan todo para mañana; la
capilla, el refectorio, la sala, y la cocina, y nosotras
debemos acostarnos (109). Pero de dormir ni hablar. La
alegría quitó el sueño. Pensaba ¿qué habrá en el
cielo si ya aquí, en este destierro, Dios colma mi alma
de tal modo?
- La oración durante la Santa Misa en el
día de los votos perpetuos. Hoy dejo mi corazón en la
patena donde esta colocado Tu Corazón, Jesús, y hoy me
ofrezco junto a Ti, a Dios, Padre Tuyo y mío, como
victima de amor y de adoración. Padre de misericordia,
mira la ofrenda de mi corazón, pero a través de la
herida del Corazón de Jesús.
1933 año V. 1 día.
La unión con Jesús en el día de los votos perpetuos.
Oh Jesús, Tu Corazón desde hoy es mi propiedad y mi corazón es
Tu propiedad exclusiva. El simple recuerdo de Tu Nombre, Jesús,
es una delicia para mi corazón. De verdad, no podría vivir ni
un instante sin Ti, oh Jesús. Hoy mi alma esta anegada en Ti,
como en su único tesoro, Mi amor no conoce impedimentos en dar
pruebas a su Dilecto.
Las palabras del Señor Jesús durante los votos
perpetuos: Esposa Mía, nuestros corazones están unidos por
la eternidad. Recuerda a quien [te] has consagrado&hellip
no es posible referir todo.
Mi petición [hecha] en el momento cuando me postré en
cruz bajo el paño fúnebre [117]. Rogué al Señor que me
concediera la gracia de no ofenderle nunca, con ningún pecado,
ni el más pequeño, ni tampoco con una imperfección, voluntaria
y conscientemente.
Jesús, en Ti confío, Jesús, Te amo con todo el
corazón.
En los momentos más difíciles Tú eres mi Madre.
Por amor hacia Ti, oh Jesús, yo muero hoy completamente
para mi misma y empiezo a vivir para la mayor gloria de Tu santo
Nombre.
- + El amor. Por amor, oh Santísima
Trinidad, me ofrezco a Ti como victima de
adoración, como holocausto de mi total
anonadamiento y con este anonadamiento de mi
misma, deseo la exaltación de tu Nombre, oh
Señor. Como un pequeñito pimpollo de rosa me
arrojo a Tus pies, oh Señor; que el perfume de
esta flor sea conocido solamente por Ti.
- Tres peticiones en el día de los votos
perpetuos, Jesús, yo sé que en el día de hoy no me
negaras nada.
Primera petición. Oh Jesús, mi amadísimo Esposo, Te
ruego por el triunfo de la Iglesia, sobre todo en Rusia y en
España, por la bendición para el Santo Padre Pío XI y todo el
clero, por la gracia de conversión para los pecadores
empedernidos; Te pido, oh Jesús, una bendición especial y luz
para los sacerdotes ante los cuales me confesaré durante toda mi
vida.
Segunda petición. Por una bendición para nuestra
Congregación, por gran fervor en la Congregación. Bendice, oh
Jesús, a la Madre General y a la Madre Maestra, y a todo el
noviciado, y a todas las Superioras, a mis queridísimos padres;
concede, oh Jesús, Tu gracia a nuestras alumnas, fortalécelas
firmemente con Tu gracia para que las que dejan nuestras casas,
no Te ofendan mas con ningún pecado. Oh Jesús, Te ruego por la
patria, defiéndela de los ataque de los enemigos.
Tercera petición. Oh Jesús, Te ruego por las almas que
mas necesitan la oración. Te ruego por los agonizantes, sé
misericordioso con ellos. Te ruego también, oh Jesús, por la
liberación de todas las almas del purgatorio.
Oh, Jesús, Te recomiendo las personas siguientes: mis
confesores, las personas recomendadas a mis plegarias, ciertas
persona&hellip., el Padre Andrasz, el Padre Czaputa y aquel
sacerdote que conocí en Vilna [118], que ha de ser mi confesor,
cierta alma&hellip(111) y cierto sacerdote, cierto religioso
a quien &ndash Tu lo sabes, Jesús &ndash debo muchísimo,
y todas las personas que son recomendadas a mi plegaria. Oh
Jesús, en este día Tú puedes hacer todo para aquellos por los
cuales Te ruego. Para mi Te ruego, Señor, transfórmame
completamente en Ti, mantenme siempre en el santo fervor para Tu
gloria, dame la gracia y la fuerza del espíritu para cumplir en
todo Tu santa voluntad. Te agradezco, oh mi amadísimo Esposo,
por la dignidad que me has ofrecido y especialmente por las
insignias reales que desde hoy me adornan, y que ni siquiera los
Ángeles tienen, que son; la cruz, la espada y la corona de
espinas. Pero sobre todo, oh Jesús mío, Te agradezco por Tu
Corazón. Él me basta por todo.
Oh Madre de Dios, Santísima Maria, Madre mía, Tu ahora
eres mi Madre de modo más particular y esto porque Tu amado Hijo
es mi Esposo, pues los dos somos Tus hijos. Por consideración a
Tu Hijo, debes amarme, Oh Maria, Madre mía amadísima, dirige mi
vida interior de modo que sea agradable a Tu Hijo.
+ Oh Santo, Omnipotente Dios en este momento de la
enorme gracia con la cual me unes a Ti para siempre, yo, pequeña
nulidad, me arrojo a Tus pies con el mayor agradecimiento, como
una pequeña, desconocida florecita y la fragancia de esta flor
de amor subirá todos los días a Tu trono.
En los momentos de la lucha y los sufrimientos, de las
tinieblas y las tempestades, de la añoranza y la tristeza, en
los momentos de las pruebas difíciles, en los momentos en los
cuales no seré comprendida por ninguna criatura y mas bien seré
condenada y despreciada por todos, recordaré el día de los
votos perpetuos, el día de una inconcebible gracia de Dios.
(112) 1 V 1933
241 JMJ. Propósitos especiales de los ejercicios
espirituales. El amor al prójimo primero: ser servicial con las
hermanas; segundo: no hablar de los ausentes y defender el buen
nombre del prójimo; tercero: alegrarse de los éxitos del
prójimo.
242 + Oh Dios, cuanto deseo ser una niña pequeña. Tú
eres mi Padre, Tú sabes lo pequeñita y débil que soy, pues Te
ruego, tenme cerca de Ti en todos los momentos de mi vida y
especialmente en la hora de la muerte. Oh Jesús, yo sé que Tu
bondad supera la bondad de la mas tierna de las madres.
- Agradeceré al Señor Jesús por cada
humillación, rogaré especialmente por la persona que me
ha dado la oportunidad de humillarme. Me anonadaré a
favor de las almas. No reparar en ningún sacrificio,
tirándose bajo los pies de las hermanas como una
pequeña alfombra, sobre la cual pueden no solo caminar,
sino que pueden también limpiarse los pies. Mi lugar
esta bajo los pies de las hermanas. Lo procuraré en la
práctica de manera inadvertida para los ojos humanos,
Basta que Dios lo vea.
- Han empezado ya los días grises,
cotidianos. Han pasado los momentos solemnes de los votos
perpetuos, pero en el alma ha quedado mucha gracia de
Dios. Siento que soy toda de Dios, siento que soy su hija,
siento que soy totalmente la propiedad de Dios. Lo noto
incluso física y sensiblemente. Estoy completamente
tranquila por todo, porque sé que el deber del Esposo es
pensar en mí. Me he olvidado completamente de mi misma.
Mi confianza está puesta sin límites en su
misericordiosísimo Corazón. Estoy continuamente unida a
Él. Veo como si Jesús no pudiera ser feliz sin mi y yo
sin Él. Aunque entiendo bien que siendo Dios es feliz en
Si mismo, y para ser feliz no necesita absolutamente
ninguna criatura, no obstante su bondad lo fuerza a darse
a las criaturas, y esto con una generosidad inconcebible.
- (113) Oh Jesús mío, ahora procuraré el
honor y la gloria de Tu Nombre, luchando hasta el día en
que Tu Mismo me digas: Basta. A cada alma que me ha
confiado, oh Jesús, procuraré ayudarla con la oración
y el sacrificio, para que Tu gracia pueda obrar en ella.
Oh gran Amante de las almas, oh Jesús mío, Te agradezco
por esta gran confianza, ya que Te has dignado confiar
estas almas a nuestro cuidado. Oh días grises de trabajo,
para mi no son tan grises en absoluto, porque cada
momento me trae nuevas gracias y la oportunidad de hacer
el bien.
- + 25 IV 1933
Permisos
mensuales [119]
Pasando,
entrar en la capilla.
En
los momentos libres de los deberes, rezar.
Tomar,
dar, prestar alguna cosa pequeña.
Almorzar
y merendar.
A
veces no podré participar en el recreo.
A
veces tampoco podré participar en los ejercicios comunes.
A
veces no podré participar en las plegarias de la noche ni de la
mañana.
A veces continuar con mis ocupaciones un momento
después de las nueve y otras veces hacer las practicas de piedad
después de las nueve.
Si
tengo un momento libre, escribir o anotar algo.
Hablar
por teléfono.
Salir
de casa.
Cuando
estoy en la ciudad, entrar en una iglesia.
Visitar
a las hermanas enfermas.
Entrar
en las celdas de otras hermanas en caso de necesidad.
A
veces beber agua fuera del horario.
Pequeñas
mortificaciones
La
coronilla a la Divina Misericordia con los brazos en cruz.
Los
sábados una parte del rosario con los brazos en cruz.
A
veces alguna plegaria postrándome en cruz.
Los
jueves la Hora Santa.
Los
viernes una mortificación mayor por los pecadores moribundos.
- (114) Oh Jesús, Amigo del Corazón
solitario, Tu eres mi puerto, Tu eres mi paz, Tu eres mi
Única salvación. Tú eres la serenidad en los momentos
de lucha y en el mar de dudas. Tú eres el rayo brillante que
ilumina el sendero de mi vida. Tú eres todo para el alma
solitaria. Tú comprendes al alma, aunque ella permanezca callada.
Tú conoces nuestras debilidades y como un buen medico consuelas
y curas, ahorrándonos sufrimientos, como un buen experto.
- Las palabras del obispo [120] que figuran
en la ceremonia de los votos perpetuos de las hermanas:
&ldquoToma este cirio en tu mano, en señal de
iluminación celestial y de amor ardiente.&rdquo
Al entregar el anillo: &ldquoTe desposo a Jesucristo,
Hijo del Padre Altisimo, el Cual te guarde sin mancilla. Recibe
este anillo cono signo de eterna alianza que contraes con Cristo,
Esposo de las vírgenes. Que éste sea para ti el anillo de la
fidelidad, el signo del Espiritu Santo para que te llames esposa
de Cristo y si le sirves fielmente, seas coronada por la
eternidad.
- + Jesús, en Ti confio, confio en el mar
de Tu misericordia, Tu eres la madre para mi.
- + Este año 1933 es para mi
particularmente solemne, porque en este año del Jubileo
de la Pasion del Señor hice los votos perpetuos. Mi
sacrificio lo he unido de modo singular al sacrificio de
Jesús Crucificado para asi hacerme mas agradable a Dios.
Todas mis tareas las hago con Jesús, por Jesús y en
Jesús.
- Despues de los votos perpetuos, todavía
me quedé en Cracovia todo mayo, porque mi destinacion
oscilaba entre Rabka y Vilna. Cuando una vez la Madre
General [121] me preguntó: ¿Por qué usted, hermana, se
queda tan silenciosa y no se prepara para ir a alguna
parte? Contesté: Yo quiero sólo la voluntad de Dios.
Donde usted, querida Madre, me mande, sin mi
intervención, yo sabré que sera para mi la pura
voluntad de Dios.
(115) La Madre General me respondió: Muy bien. Al dia
siguiente la Madre General me llamó y dijo: Como deseaba tener
la pura voluntad de Dios, pues usted hermana, va a Vilna. Le
agradeci y esperaba el dia en el que me dijeran de salir. Sin
embargo una alegria y un temor a la vez llenaron mi alma. Sentia
que alli Dios me preparaba grandes gracias, pero tambien grandes
sufrimientos. De todas maneras, hasta el 27 de mayo me quedé en
Cracovia. Como no tenia una tarea fija e iba solamente a ayudar
en la huerta y como coincidió que trabajaba sola, durante todo
el mes tuve la posibilidad de hacer los ejercicios espirituales
según el sistema de los jesuitas. En ellos recibí mucha luz de
Dios.
- + Pasaron cuatro dias después de los
votos perpetuos. Traté de hacer la Hora Santa. Era el
primer jueves del mes. En cuanto entré en la capilla, la
presencia de Dios me inundó. Sentia claramente que el
Señor estaba a mi lado. Un momento después vi al Señor
todo cubierto de llagas, y me dijo: Mira, con quien te
has desposado. Yo comprendi el significado de esas
palabras y contesté al Señor: Jesús, Te amo mas
viendote tan herido y anonadado que como Te viera en Tu
Majestad. Jesús preguntó: ¿Por qué? Contesté:
Una gran Majestad me da miedo a mi, a esta pequeñita
nulidad que soy, mientras que Tus llagas me atraen a Tu
Corazon y me hablan de Tu gran amor hacia mi. Después de
esta conversación se hizo el silencio. Miraba
atentamente sus santas llagas y me sentia feliz sufriendo
con Él. Sufriendo no sufria, porque me sentia feliz
conociendo la profundidad de su amor y una hora me pasó
como si fuera un minuto.
- + No juzgar nunca a nadie, para los demas
tener el ojo indulgente y para mi severo. Relacionar todo
a Dios y en mis propios ojos sentirme lo que soy, es
decir la mas grande miseria y la nulidad. En los
sufrimientos estar paciente y tranquila, sabiendo que con
el tiempo todo pasará.
- (116) + De los momentos que vivi durante
los votos perpetuos, mejor no debo hablar de ellos.
Estoy en Él y Él está en mi. En el momento en que el
obispo me puso el anillo, Dios penetró todo mi ser y como no sé
expresarlo, dejo este momento en silencio. Desde los votos
perpetuos mis relaciones con dios se hicieron tan estrechas como
nunca antes. Siento que amo a Dios y siento tambien que Él me
ama. Mi alma, habiendo conocido a Dios, no sabria vivir sin Él.
Me es mas agradable una hora a los pies del altar, pasada en la
mas grande aridez del espiritu, que cien años de deleites en el
mundo. Prefiero ser una muchacha de los mandados en el convento
que una reina en el mundo.
- + Esconderé a los ojos de la gente
cualquier cosa buena que haga, para que sólo Dios sea mi
recompensa; y como una pequeña violeta escondida entre
la hierba no hiere el pie de la persona que la pisa, sino
que emana perfume, [y] olvidandose completamente de si
misma, trata de ser gentil con la persona por la que fue
pisada. Aunque para la naturaleza esto es muy difícil,
la gracia de Dios viene en ayuda.
- + Te agradezco, oh Jesús, esta gran
gracia de permitirme conocer todo el abismo de mi miseria;
yo sé que soy un abismo de nulidad y si Tu santa gracia
no me sostuviera, en un solo momento me volveria a la
nada. Pues, con cada latido del corazon, Te agradezco, oh
Dios, Tu gran misericordia conmigo.
- Mañana he de salir para Vilna. Hoy fui a
confesarme con el Padre Andrasz, este sacerdote que tiene
un profundo espiritu de Dios, el que me ha desatado las
alas para el vuelo, hacia las mayores alturas. Me ha
tranquilizado en todo y me hace creer en la Divina
Providencia. Tú confia y avanza con valor. Después de
esa confesion he sentido una misteriosa fuerza (117)
divina. El Padre ha insistido en que sea fiel a la gracia
de Dios y dijo: Si continuas conservando la sencillez y
la obediencia, no te sucederá nada malo. Confia en Dios,
estás en el buen camino y en buenas manos estás, en las
manos de Dios.
- + Por la noche me quedé mas tiempo en la
capilla. Hablaba con el Señor de cierta alma. Animada
por su bondad, dije: Jesús, me has dado a este Padre que
ha comprendido mis inspiraciones y vuelves a quitármelo.
¿ Qué voy a hacer en Vilna? No conozca a nadie, hasta
el dialecto, de aquella gente es ajeno para mi. Y me dijo
el Señor: No tengas miedo, no te dejaré sola. Mi
alma se sumergio en la oracion de agradecimiento por
todas las gracias que el Señor me concedió por medio
del Padre Andrasz.
De súbito recordé aquella vision en la que había
visto a un sacerdote entre el confesionario y el altar, confiando
en conocerlo algun dia y volvieron bien claras las palabras que
había escuchado: Él te ayudará a cumplir Mi voluntad en la
tierra.
- Hoy, 27 de [mayo de 1933] voy a Vilna. Al
salir delante de la case, eché una mirada a toda la
huerta y a la casa; al dirigir la mirada al noviciado, de
repente por mis mejillas rodaron las lagrimas. Recordé
todos los beneficios y las gracias que el Señor me
había concedido. De reprente e inesperadamente vi al
Señor junto al florero, que me dijo: No llores, Yo
estoy siempre contigo. La apresencia de Dios que me
penetró mientras el Señor Jesús estaba hablando, duró
todo el tiempo del viaje.
- Tenía el permiso de detenerme en
Czestochowa. Por primera vez vi. a la Santísima Virgen
cuando a las cinco de la madrugada fui para asistir al
descubrimiento de la imagen. Estuve orando sin
interrupción hasta las once y me parecía que acababa de
llegar. La Madre Superiora del lugar [122] mandó una
hermana para llamarme a desayunar y porque estaba
preocupada (118) de que yo no perdiera el tren. La Virgen
me dijo muchas cosas. Le ofrecí mis votos perpetuos,
sentía que yo era su niña y Ella mi Madre. No me
rehusó nada de lo que yo le había pedido.
- + Hoy ya estoy en Vilna. Pequeñas casitas,
dispersas, forman el convento. Me parecen algo extrañas
después de los grandes edificios de Józefów. Hay
solamente dieciocho hermanas. La casita es pequeña, pero
la armonía en esta Comunidad es grande. Todas las
hermanas me recibieron muy cordialmente, lo que me dio
mucho animo antes de afrontar las fatigas que me
esperaban. La Hermana Justina [123] hasta había lavado
el piso con motivo de mi llegada.
- + Cuando fui a la Bendición, Jesús
me iluminó sobre como comportarme con ciertas personas.
Con todas mis fuerzas me abracé al Dulcísimo Corazón
de Jesús al ver que exteriormente seria expuesta a
distracciones debido a la tarea que iba a tener en la
huerta y por la que tenia que mantener contactos con
laicos.
- + Llegó la semana de la confesión y con
alegría vi. a aquel sacerdote al que había conocido
antes de venir a Vilna. Lo había conocido en una visión.
En ese momento, oí en el alma estas palabras: He
aquí Mi fiel siervo, él te ayudará a cumplir Mi
voluntad aquí en la tierra. Sin embargo yo no me
hice conocer de él, tal y como lo deseaba el Señor. Y
durante algún tiempo luché con la gracia. En cada
confesión la gracia de Dios me penetraba misteriosamente,
pero yo no le revelé mi alma y pensaba no confesarme con
este sacerdote. Tras este propósito una inquietud
terrible se adueñó de mi alma. Dios me reprochó
enérgicamente. Cuando revelé toda mi alma a este
sacerdote, Jesús derramó sobre mi alma todo un mar de
gracias. Ahora comprendo lo que es la fidelidad a una
simple gracia y cómo ella atrae toda una serie de otras
gracias.
- (119) + Oh Jesús, mantenme a tu lado,
mira lo débil que soy, por mi misma no avanzaré ni un
paso, por eso Tu, oh Jesús, tienes que estar
continuamente conmigo, como la madre cerca de su niño
débil, y aun mas.
- Empezaron los días de trabajo, de lucha y
de sufrimientos. Todo va con su ritmo de convento. Uno
queda siempre novicio, tiene que aprender y conocer
muchas cosas, porque si bien la regla es igual, cada casa
tiene sus propias costumbres, por eso cada cambio es un
pequeño noviciado.
- 5 VIII 1933 fiesta de Nuestra Señora de
la Misericordia [124].
Hoy recibí una gracia grande e inconcebible, puramente
interior, por la cual agradeceré a Dios en esta vida y por la
eternidad&hellip..
- Jesús me dijo que yo le agradaría mas
meditando su dolorosa Pasión, y a través de esta
meditación mucha luz fluye sobre mi alma. Quien quiera
aprender la verdadera humildad, medite la Pasión de
Jesús. Cuando medito la Pasión de Jesús, se me aclaran
muchas cosas que antes no llegaba a comprender. Yo quiero
parecerme a Ti, oh Jesús, a Ti crucificado, maltratado,
humillado. Oh Jesús, imprime en mi alma y en mi corazón
Tu humildad. Te amo, Jesús, con locura. Te [amo]
anonadado, como Te describe el profeta [125], que por los
grandes sufrimientos no lograba ver en Ti el aspecto
humano. En este estado Te amo, Jesús, con locura. Dios
Eterno e Inmenso, ¿qué ha hecho de Ti el amor&hellip.?
268 11 X 1933 &ndash jueves. Procuré hacer la Hora
Santa, pero la empecé con gran dificultad. Algún anhelo
comenzó a desgarrar mi corazón. Mi mente quedó ofuscada de
manera que no lograba entender las formas simples de las
plegarias. Y así pasó una hora de oración o más bien de lucha.
Decidí orar otra hora, pero los sufrimientos interiores
aumentaron. Una gran (120) aridez y un gran disgusto. Decidí
orar durante la tercera hora. En esa tercera hora de plegaria que
decidí hacer arrodillada sin ningún apoyo, mi cuerpo empezó a
reclamar un descanso. Sin embargo yo no cedí nada. Extendí las
manos en forma de cruz y sin pronunciar una palabra, seguí así
con un acto de voluntad. Un momento después me quité el anillo
del dedo y pedí a Jesús que mirara ese anillo que es el
símbolo de nuestra unión eterna y ofrecí al Señor Jesús los
sentimientos del día de los votos perpetuos. Un momento después
sentí que una ola de amor empezaba a inundar mi corazón. Un
repentino recogimiento del espíritu, el silencio de los sentidos,
la presencia de Dios penetra al alma. Sé únicamente que estamos
Jesús y yo. Lo vi., bajo la misma apariencia que [tenia] cuando
lo vi en el primer momento después de los votos perpetuos,
cuando también hacia la Hora Santa. Jesús se presentó delante
de mí inesperadamente, despojado de las vestiduras, cubierto de
llagas en todo el cuerpo, con los ojos llenos de sangre y de
lágrimas, la cara desfigurada, cubierta de salivazos. De repente
el Señor me dijo: La esposa debe asemejarse a su Esposo.
Entendí estas palabras en profundidad. Aquí no hay lugar para
ninguna duda. Mi semejanza a Jesús debe realizarse a través del
sufrimiento y la humildad. Mira lo que ha hecho Conmigo el
amor por las almas humanas, hija Mía; en tu corazón encuentro
todo lo que Me niega el numero tan grande de almas. Tu corazón
es un descanso para Mí, muchas veces guardo las gracias grandes
para el fin de la plegaria.
269 Una vez, mientras hacia una novena al Espíritu
Santo por mi confesor, el Señor me contestó: Te lo di a
conocer [126] antes de que las Superioras te enviaran
aquí; como tú te comportarás con el confesor, así Yo Me
comportaré contigo. Si te escondes de él, aunque se trata de la
más pequeña de Mis gracias, Yo también Me esconderé de ti y
te quedarás sola. Y yo hice según el deseo de Dios y una
profunda paz reinó en mi alma. Ahora entiendo cuánto Dios
defiende a los confesores y cuánto se pone de parte de ellos.
270 (121) Un consejo del Rev. Sopocko.
Sin humildad no podemos agradar a Dios. Ejercítate en
el tercer grado de la humildad, es decir no solamente no recurras
a explicaciones y justificaciones cuando te reprochen algo, sino
que alégrate de la humillación.
Si las cosas de las que me hablas, proceden
verdaderamente de Dios, entonces prepara tu alma a grandes
sufrimientos. Encontrarás desaprobaciones y persecuciones. Te
van a mirar como a una histérica, una extravagante, pero Dios no
escatimará su gracia. Las verdaderas obras de Dios siempre
enfrentan dificultades y se caracterizan por el sufrimiento. Si
Dios quiere realizar algo, tarde o temprano, lo realizará, lo
realizará a pesar de las dificultades y tú, mientras tanto,
ármate de gran paciencia.
271 Cuando el Rev. Sopocko fue a la Tierra Santa,
confesaba a la Comunidad el Padre jesuita, Dabrowski [127].
Durante una confesión me preguntó si estaba consciente de la
vida superior que había en mi alma y que era de un grado
sumamente alto. Contesté que estaba consciente de ello y de lo
que sucedía en mi interior. A esto el Padre me contestó: No le
está permitido, hermana, destruirlo en su alma ni [puede]
modificar nada por sí misma. No en todas las almas es evidente
esta gran felicidad de la vida superior, en usted, hermana, es
visible, porque es de un grado altísimo. Tenga cuidado, hermana,
de no malgastar estas grandísimas gracias de Dios, grande por su
[la frase interrumpida].
272 Antes, sin embargo, este Padre me había expuesto a
muchas pruebas. Y cuando le dije que el Señor quería de mí
aquellas cosas [128], se burló de mí y me hizo venir a
confesarme a las ocho de la noche. Y cuando fui a las ocho, el
hermano estaba cerrando ya la iglesia. Y cuando le dije que
informara al Padre que yo había venido (122) y que había sido
el Padre que me había dicho venir a esa hora, el buen frailecito
fue y advirtió al Padre. El Padre le ordenó decirme que a esa
hora los Padres no confesaban. Y volví a casa con nada y no me
confesé más con él, pero hice por él una hora de adoración y
ciertas mortificaciones, para impetrarle la luz de Dios para que
pudiera entender las almas. Pues, cuando el Rev. Sopocko salía y
él lo sustituía, me vi. obligada a confesarme con él. Sin
embargo, si bien antes no quería reconocerlas, ahora me obliga a
una gran fidelidad a estas inspiraciones interiores. A veces Dios
permite que sucedan esas cosas, pero sea adorado en todo. Pero es
necesaria, sin embargo, una gran gracia para no vacilar.
273 Ejercicios espirituales anuales 10 I 1934.
Oh Jesús mío, se acerca nuevamente el momento en que
me quedaré Contigo a solas. Oh Jesús, Te ruego con todo mi
corazón, permíteme conocer lo que no Te agrada en mí y al
mismo tiempo dame a conocer lo que tengo que hacer para agradarte
más. No me niegues esta gracia y quédate conmigo. Yo sé que
sin Ti, oh Señor, mis esfuerzos valen poco. Oh, cuánto me
alegro de Tu grandeza, oh Señor. Cuanto más Te conozco, tanto
mas ardientemente Te deseo y anhelo.
274 Jesús me concedió el conocimiento de mi misma. En
esta luz de Dios veo mi defecto principal, es la soberbia, su
característica el cerrarme en mi misma, la falta de sencillez en
las relaciones con la Madre Superiora [129].
La segunda iluminación, respecto al hablar. A veces
hablo demasiado. Para un asunto que podría ser solucionado con
dos o tres palabras, yo empleo demasiado tiempo. Mientras tanto
Jesús desea que ese tiempo yo lo emplee para pequeñas plegarias
con indulgencias por las almas del Purgatorio. Y me dice el
Señor que cada palabra será pesada el Día del Juicio.
(123) La tercera iluminación, respecto a nuestra regla.
Evito poco las ocasiones que llevan a infringir la regla y
especialmente en lo que concierne al silencio. Me comportaré
como si la regla hubiera sido escrita solamente para mí y no es
asunto mío ver cómo se comportan los demás, con tal que yo me
comporte como Dios desea.
Propósito. Cualquier cosa que Jesús desee de mi y que
se refiera a cosas exteriores, ir en seguida a decirlo a las
Superioras; en el trato con la Superiora procuraré ser abierta y
sincera como un niño.
275 Jesús ama a las almas escondidas. Una flor
escondida es la que mas perfume tiene dentro de sí. Buscar un
retiro para el Corazón de Jesús en mi propio interior. En los
momentos difíciles y dolorosos Te entono, oh Creador, un himno
de la confianza, porque el abismo de mi confianza hacia Ti, hacia
Tu misericordia, es inconmensurable.
276 Desde el momento en que empecé a amar el
sufrimiento, este mismo dejó de ser sufrimiento para mí. El
sufrimiento es el alimento continuo de mi alma.
- No hablaré con cierta persona, porque sé
que a Jesús esto no le agrada y ella no saca de eso
ningún provecho.
- A los pies del Señor, Oh Jesús escondido,
Amor eterno, Vida nuestra, Divino Insensato que Te has
olvidado de Ti Mismo y nos ves solamente a nosotros. Aún
antes de crear el cielo y la tierra, nos llevabas en Tu
Corazón. Oh Amor, oh abismo de Tu humillación, oh
misterio de felicidad, ¿por qué es tan pequeño el
numero de los que Te conocen? ¿Por qué no encuentras
reciprocidad? Oh Amor Divino, ¿por qué ocultas Tu
belleza? Oh Inconcebible e Infinito, cuanto más Te
conozco Te comprendo menos; pero como no alcanzo a
comprenderte, comprendo más Tu grandeza. No envidio el
fuego a los serafines, porque en mi corazón tengo
depositado un don mayor. (124) Ellos Te admiran en
éxtasis, pero Tu Sangre se une a la mía. El amor, es el
cielo que nos está dado ya aquí en la tierra. Oh, ¿por
qué Te escondes detrás de la fe? El amor rasga el velo.
No hay velo delante de los ojos de mi alma, porque Tu
Mismo me has atraído desde la eternidad al seno de un
amor misterioso. Oh indivisible Trinidad, único Dios, a
Ti honor y gloria por todos los siglos.
279 Dios me dio a conocer en qué consiste el verdadero
amor y me concedió la luz cómo demostrárselo en la práctica.
El verdadero amor a Dios consiste en cumplir la voluntad de Dios.
Para demostrar a Dios el amor en la práctica, es necesario que
todas nuestras acciones, aun las más pequeñas, deriven del amor
hacia Dios. Y me dijo el Señor: Niña Mía, mas que nada Me
agradas a través del sufrimiento. En tus sufrimientos físicos,
y también morales, hija Mía, no busques compasión de las
criaturas. Deseo que la fragancia de tus sufrimientos sea pura,
sin ninguna mezcla. Exijo que te distancies no solamente de las
criaturas, sino también de ti misma. Hija Mía, quiero
deleitarme con el amor de tu corazón: amor puro, virginal,
intacto, sin ninguna sombra. Hija Mía, cuanto más amaras el
sufrimiento, tanto mas puro será tu amor hacia Mí.
280 Jesús me ordena celebrar la Fiesta de la
Divina Misericordia el primer domingo después de la Pascua de
Resurrección por el recogimiento interior y por mortificación
exterior. Durante tres horas llevé un cinturón [de hierro],
orando incesantemente por los pecadores y para obtener
misericordia para el mundo entero; y Jesús me dijo: Hoy Mi
mirada se posa con complacencia sobre esta casa.
281 Siento muy bien que mi misión no terminara
con mi muerte, sino que empezará. Oh almas que dudan, les
descorreré las cortinas del cielo para convencerlas de la bondad
de Dios, para que ya no hirieran más el Dulcísimo Corazón de
Jesús con desconfianza. Dios es Amor y Misericordia.
282 (125) Una vez el Señor me dijo: Mi Corazón ha
sido conmovido por una gran compasión hacia ti, hija Mía
queridísima, cuando te he visto hecha pedazos por el gran dolor
que sufrías mientras deplorabas tus pecados. Yo veo tu amor tan
puro y sincero que te doy la prioridad entre las vírgenes, tú
eres el honor y la gloria de Mi Pasión. Veo cada humillación de
tu alma y nada se escapa a Mi atención; elevo a los humildes
hasta Mi trono, porque así es Mi voluntad.
- Oh Dios único en la Santísima Trinidad,
deseo amarte como hasta ahora ninguna alma humana Te ha
amado; y aunque soy particularmente mísera y pequeñita,
no obstante arrojé muy profundamente el ancla de mi
confianza en el abismo de Tu misericordia, oh Dios y
Creador mío. A pesar de mi gran miseria no tengo miedo
de nada, sino que espero cantar eternamente el himno de
la gloria. Que no dude alma ninguna mientras viva, aunque
sea la mas miserable, cada una puede ser una gran santa,
porque es grande el poder de la gracia de Dios. De
nosotros depende solamente no oponernos a la actuación
de Dios.
- Oh Jesús, ojala pudiera transformarme en
una neblina delante de Ti para cubrir la tierra con el
fin de que Tu santa mirada no vea los terribles crímenes.
Oh Jesús, cuando miro el mundo y su indiferencia frente
a Ti, siempre me vienen lágrimas a los ojos, pero cuando
miro un alma consagrada que es tibia, entonces mi
corazón sangra.
- 1934. Una vez vine a mi celda y estaba tan
cansada que antes de comenzar a desvestirme tuve que
descansar un momento, y cuando estaba desvestida, una de
las hermanas me pidió que le trajera un vaso de agua
caliente. A pesar del cansancio, me vestí rápidamente y
le traje el agua que (126) deseaba, aunque de la cocina a
la celda había un buen trecho de camino y el barro
llegaba a los tobillos. Al entrar en mi celda vi. un
copón con el Santísimo Sacramento y oí esta voz: Toma
este copón y llévalo al tabernáculo. En un primer
momento vacilé, pero me acerqué y cuando toqué el
copón, oí estas palabras: Con el mismo amor con que
te acercas a Mi, acércate a cada una de las hermanas y
todo lo que haces a ellas Me lo haces a Mi. Después
de un momento me di cuenta de que estaba sola.
- + Una vez, cuando se hacia la adoración
por nuestra patria, un dolor estrechó mi alma y empecé
a orar de modo siguiente: Jesús Misericordiosísimo, Te
pido por la intercesión de Tus Santos y, especialmente,
por la intercesión de Tu Amadísima Madre, que Te crió
desde la niñez, Te ruego bendigas a mi patria. Jesús,
no mires nuestros pecados, sino las lagrimas de los
niños pequeños, el hambre y el frío que sufren. Jesús,
en nombre de estos inocentes, concédeme la gracia que Te
pido para mi patria. En aquel instante vi. al Señor
Jesús con los ojos llenos de lagrimas y me dijo: Ves,
hija Mía, cuánta compasión les tengo; debes saber que
son ellos los que sostienen el mundo.
- + Oh Jesús mío, cuando observo la vida
de las almas, veo que muchas Te sirven con cierta
desconfianza. Y en ciertos momentos, especialmente cuando
hay ocasión para demostrar el amor hacia Dios, justo
entonces veo cómo estas almas huyen del campo de batalla.
Entonces me dijo Jesús: ¿Tu también, hija Mía,
quieres comportarte así? Le contesté al Señor: Oh
no, Jesús mío, no me retiraré del campo de batalla,
aunque el sudor de la muerte bañe mi frente, no dejaré
caer de la mano la espada, hasta que no descanse a los
pies de la Santísima Trinidad. Para cualquier cosa que
hago, no cuento con mis propias fuerzas, sino con la
gracia de Dios. Con la gracia de Dios el alma puede
superar victoriosamente las más grandes dificultades.
- (127) + Una vez, hablé con Jesús
mucho tiempo de nuestras alumnas y animada por su bondad
le pregunté si también entre nuestras alumnas tenia
almas que eran un consuelo para su Corazón. Y el Señor
me contestó que las tenia, pero su amor es débil,
por eso las confío a tu cuidado especial; ruega por
ellas.
Oh Dios Inmenso, admiro Tu bondad. Tú eres el Señor de
las huestes celestiales y Te humillas de ese modo hacia una
miserable criatura. Oh, con que ardor deseo amarte con cada
latido de mi corazón. No me basta toda la superficie de la
tierra, el cielo es demasiado pequeño y el espacio celeste es
nada. Únicamente Tu solo me bastas, Dios Eterno. Sólo Tú
puedes llenar la profundidad de mi alma.
- Los momentos más felices para mi son
aquellos cuando me quedo a solas con mi Señor. En
aquellos momentos conozco la grandeza de Dios y mi propia
miseria.
Una vez Jesús me dijo: No te extrañes si a veces
sospechan de ti injustamente. Yo por amor a ti, fui el primero en
beber este cáliz de sufrimientos injustos.
- Un día, cuando estaba muy conmovida por
la eternidad y sus misterios, mi alma empezó a tener
miedo y después de reflexionar un momento mas, empezaron
a atormentarme varias dudas. Entonces Jesús me dijo: Niña
Mía, no tengas miedo de la casa de tu Padre. Deja a los
sabios de este mundo las investigaciones inútiles. Yo
quiero verte siempre como una niña pequeña. Pregúntale
todo con sencillez a tu confesor y Yo te contestaré por
su boca.
- En cierta ocasión conocí a una persona
que pensaba cometer un pecado grave. Pedí al Señor que
me enviara los peores tormentos, para que aquella alma
fuera preservada. (128) De repente sentí en la cabeza el
atroz dolor de la corona de espinas. Eso duró bastante
tiempo, pero aquella persona permaneció en la gracia de
Dios. Oh Jesús, que fácil es santificarse; es necesario
solamente un poco de buena voluntad. Si Jesús descubre
en el alma ese poquito de buena voluntad, entonces se
apresura a entregarse al alma y nada puede detenerlo, ni
los errores, ni las caídas, nada en lo absoluto. Jesús
tiene prisa por ayudar a esa alma, y si el alma es fiel a
esta gracia de Dios, entonces en muy poco tiempo puede
llegar a la máxima santidad a la que una criatura puede
llegar aquí en la tierra. Dios es muy generoso y no
rehúsa a nadie su gracia, da más de lo que nosotros le
pedimos. La fidelidad en el cumplimiento de las
inspiraciones del Espíritu Santo es el camino mas corto.
- + Cuando un alma ama sinceramente a Dios,
no debe tener nada en su vida espiritual. Que se someta a
la influencia de la gracia y que no ponga límites a la
unión con el Señor.
- + Cuando Jesús me fascinó con su belleza
y me atrajo a si, entonces vi. lo que no le agradaba en
mi alma y decidí eliminarlo a toda costa y con la ayuda
de la gracia lo eliminé en seguida. Esta generosidad le
agrado al Señor y desde aquel momento Dios empezó a
concederme gracias superiores. No hago ningunos
razonamientos en la vida interior, no analizo nada por
cuales caminos me lleva el Espíritu Divino; me basta
saber que soy amada y que yo amo. El amor puro me permite
conocer a Dios y comprender muchos misterios. El confesor
es para mí un oráculo, su palabra es sacrosanta para
mí, estoy hablando del director espiritual [130].
- + Una vez el Señor me dijo: Compórtate
como un mendigo que cuando recibe una limosna grande no
la rehúsa, sino que mas bien agradece con mas
cordialidad; y tu también, si te concedo unas gracias
mas grandes, no las rehúses diciendo que eres indigna.
Yo lo sé; pero tu mas bien alégrate y goza, y toma
tantos (129) tesoros de Mi Corazón cuantos puedes llevar,
ya que haciendo así Me agradas mas. Te diré algo más:
no tomes estas gracias solamente para ti, sino también
para el prójimo, es decir invita a las almas con las
cuales estás en contacto a confiar en Mi misericordia
infinita. Oh cuanto amo a las almas que se Me han
confiado totalmente, haré todo por ellas.
- + En ese momento Jesús me preguntó: Niña
Mía, ¿cómo van tus ejercicios espirituales?
Contesté: Jesús, Tu bien sabes como me van. Si, lo
sé, pero quiero oírlo [de] tu boca y [de] tu
corazón. Oh mi Maestro, cuando Tu me guías todo me va
con facilidad y Te ruego, Señor, no Te alejes nunca de
mi. Y me dijo Jesús: Sí, estaré siempre junto a ti
si eres siempre una niña pequeña y no tengas miedo de
nada; como he sido aquí tu principio, así seré
también tu fin. No cuentes con ninguna criatura, ni
siquiera en la cosa más pequeña, ya que esto no Me
agrada. Yo quiero estar en tu alma solo. Fortificaré tu
alma y te daré luz, y conocerás por la boca de Mi
sustituto que Yo estoy en ti, y la inquietud se
desvanecerá como una niebla ante los rayos del sol.
- + Oh Bien Supremo, deseo amarte como hasta
ahora nadie Te ha amado en la tierra. Deseo adorarte con
cada momento de mi vida y unir estrechamente mi voluntad
a Tu santa voluntad. Mi vida no es monótona ni gris,
sino variada como un jardín de flores perfumadas, donde
no sé que flor recoger primero; el lirio del sufrimiento
o la rosa del amor del prójimo o la violeta de la
humildad. No voy a enumerar estos tesoros que cada día
tengo en abundancia. Es una gran cosa saber aprovechar el
momento presente.
- + Oh Jesús, Luz Suprema, haz que yo me
conozca y penetra con Tu luz mi alma oscura, y llena de
Ti el abismo de mi alma, ya que solamente Tu [&hellip..].
- Oh Jesús mío, Vida, Camino y Verdad, Te
ruego, tenme cerca de Ti, como la madre estrecha al seno
a su niño pequeño, ya que yo no soy solamente una niña
incapaz, sino un cúmulo de miseria y de nulidad.
- (130) + Un secreto del alma. Vilna 1934
Una vez, cuando el confesor me mandó preguntar al
Señor Jesús por el significado de los dos rayos que están en
esta imagen [113]; contesté que sí, que se lo preguntaría al
Señor.
Durante la oración oí interiormente estas palabras: Los
dos rayos significan la Sangre y el Agua. El rayo pálido
simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo
simboliza la Sangre que es la vida de las almas &hellip&hellip&hellip&hellip&hellip&hellip&hellip&hellip&hellip&hellip&hellip&hellip.
Ambos rayos brotaron de las entrañas mas profundas
de Mi misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto en
la cruz por la lanza.
Estos rayos protegen a las almas de la indignación
de Mi Padre. Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos,
porque no le alcanzara la justa mano de Dios. Deseo que el primer
domingo después de la Pascua de Resurrección sea la Fiesta de
la Misericordia.
- + Pide a Mi siervo fiel [132] que en
aquel día hable al mundo entero de esta gran
misericordia Mía; que quien se acerque ese día a la
Fuente de Vida, recibirá el perdón total de las culpas
y de las penas.
+ La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se
dirija con confianza a Mi misericordia.
+ Oh, cuánto Me hiere la desconfianza del alma. Esta
alma reconoce que soy santo y justo, y no cree que Yo soy la
Misericordia, no confía en Mi bondad. También los demonios
admiran Mi justicia, pero no creen en Mi bondad.
Mi Corazón se alegra de este titulo de misericordia.
- Proclama que la misericordia es el
atributo más grande de Dios. Todas las obras de Mis
manos están coronadas por la misericordia.
- (131) + Oh Amor Eterno, deseo que Te
conozcan todas las almas que has creado. Desearía
hacerme sacerdote, para hablar incesantemente de Tu
misericordia a las almas pecadoras, hundidas en la
desesperación. Desearía ser misionero y llevar la luz
de la fe a los países salvajes para darte a conocer a
las almas y morir en el martirio, sacrificada por ellas
como Tu has muerto por mi y por ellas. Oh Jesús, sé
perfectamente que puedo ser sacerdote, misionero y
predicador, puedo morir en el martirio anonadándome
totalmente y negándome a mi misma por el amor hacia Ti,
Jesús, y hacia las almas inmortales. Un gran amor sabe
transformar las cosas pequeñas en cosas grandes y
solamente el amor da valor a nuestras acciones; y cuánto
mas puro se hace nuestro amor, tanto menos tendrá por
destruir en nosotros el fuego del sufrimiento, y el
sufrimiento dejará de serlo para nosotros. Se
convertirá en un gozo. Con la gracia de Dios he recibido
ahora esta disposición del corazón, de que nunca estoy
tan feliz como cuando sufro por Jesús, al que amo con
cada latido del corazón.
- Una vez, cuando tenia un gran sufrimiento,
dejé mi trabajo para correr a Jesús y pedirle que me
ayudara. Después de una corta plegaria volvi al trabajo
llena de entusiasmo y alegria. En ese momento una hermana
me dijo: Sin duda, hermana, usted tiene hoy muchas
consolaciones, dado que está tan radiante. Dios
seguramente no le da ningun sufrimiento, sino
exclusivamente consolaciones. Contesté: Usted, hermana,
está equivocada, ya que justamente cuando sufro mucho,
mi gozo es mayor, mientras que cuando sufro poco, tambien
mi gozo es mas pequeño. Pero aquella alma me daba a
entender que no me comprendia. Traté de explicarselo:
Cuando sufrimos mucho, tenemos una gran oportunidad de
demostrarle a Dios que lo amamos, mientras cuando
sufrimos poco, tenemos poca posibilidad de demostrar a
Dios nuestro amor y cuando no sufrimos nada, entonces
nuestro amor no es grande ni puro. Con la gracia de Dios
podemos llegal [al punto] en que el sufrimiento se
transformará para nosotros en gozo, puesto que el amor
sabe hacer tales cosas en las almas puras.
- (132) + Oh Jesús mío, mi única
esperanza, Te agradezco este gran libro que has abierto
delante de los ojos de mi alma. Este gran libro es Tu
Pasión afrontada por amor hacia mí. De este libro he
aprendido cómo amar a Dios y a las almas. En él están
encerrados inagotables tesoros para nosotros. Oh Jesús,
que pocas son las almas que Te entienden en Tu martirio
de amor. Oh, que grande es el fuego del amor purísimo
que arde en Tu Sacratísimo Corazón. Feliz el alma que
ha entendido el amor del Corazón de Jesús.
- Mi mayor deseo es que las almas Te
conozcan, que sepan que eres su eterna felicidad, que
crean en Tu bondad y que alaben Tu infinita misericordia.
- He rogado a Dios que me conceda la gracia
de que mi naturaleza sea fuerte y resistente a las
influencias que a veces quieren distraerme del espíritu
de la regla y de las pequeñas normas, ya que éstas son
como pequeñas polillas que quieren destruir en nosotros
la vida interior y sin duda la destruirán, si el alma es
consciente de estas pequeñas transgresiones y a pesar de
eso, las toma a la ligera como cosas de poco importancia.
En una orden religiosa yo no veo nada de poca importancia.
No me importa que a veces me expongo a disgustos e
ironías, lo importante es que mi espíritu esté en
buena armonía con el espíritu de las reglas, de los
votos y de las normas religiosas.
Oh Jesús mío, deleite de mi corazón, Tu conoces mis
deseos. Quisiera esconderme a los ojos humanos, viviendo de modo
como si no viviera. Quiero vivir pura como una flor de campo;
quiero que mi amor esté dirigido siempre hacia Ti, como la flor
que gira siempre hacia el sol. Deseo que el perfume y la frescura
de la flor de mi corazón estén siempre guardados exclusivamente
para Ti. Quiero vivir bajo Tu mirada divina, ya que Tu solo me
bastas. Cuando estoy Contigo, oh Jesús, no tengo miedo de nada,
porque nada puede dañarme.
- (133) + 1934. Una vez, durante la Cuaresma,
encima de nuestra capilla y de nuestra casa, vi. una gran
claridad y una gran oscuridad. Vi la lucha de estas dos
potencias&hellip..
308 1934. Jueves Santo. Jesús me dijo: Deseo que te
ofrezcas como victima por los pecadores y, especialmente, por las
almas que han perdido la esperanza en la Divina Misericordia.
Dios y las almas. &ndash Acto de ofrecimiento.
309 Ante el cielo y la tierra, ante todos los coros de
los angeles, ante la Santísima Virgen Maria, ante todas las
Potencias Celestes declaro a Dios, Uno y Trino, que hoy en unión
con Jesucristo, Redentor de las almas, me ofrezco voluntariamente
como victima por la conversión de los pecadores y especialmente
por las almas que han perdido la esperanza en la Divina
Misericordia. Este ofrecimiento consiste en que tomo [con] la
total sumisión a la voluntad de dios, todos los sufrimientos, y
los temores, y los miedos que llenan a los pecadores y en cambio
les cedo todas las consolaciones que tengo en el alma, que
provienen de mi comunión con Dios. En una palabra, les ofrezco
todo: las Santas Misas, las Santas Comuniones, las penitencias,
las mortificaciones, las plegarias. No temo los golpes, los
golpes de la Justicia de Dios, porque estoy unida a Jesús. Oh
Dios mío, con esto deseo compensarte por las almas que no
confían en Tu bondad. Contra toda [la esperanza] confío en el
mar de Tu misericordia. Oh Señor y Dios mío, mi destino&hellip
mi destino para la eternidad, no pronuncio este acto de
ofrecimiento basándome en mis propias fuerzas, sino en el poder
que deriva de los meritos de Jesucristo. Este acto de
ofrecimiento lo repetiré todos los días con la siguiente
plegaria que Tu Mismo me enseñaste, oh Jesús: Oh Sangre y
Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como Fuente de
Misericordia para nosotros, en Ti confío..
Sor M. Faustina del Santísimo Sacramento
Jueves Santo, durante la Santa Misa,
29 d., 3 m., 1934 año {29 de marzo de 1934].
- (134) Te doy una pequeña parte en la
Redención del genero humano. Tú eres el alivio en el
momento de Mi Agonía.
- Al haber recibido el permiso de mi
confesor [133] para hacer este acto de ofrecimiento, en
poco tiempo conocí que este acto fue agradable a Dios,
ya que empecé a sentir sus consecuencias. En un momento
mi alma se hizo como una roca: árida, llena de tormentos
y de inquietud. Varias blasfemias e imprecaciones
retumbaban en mis oídos. La desconfianza y la
desesperación se albergaron en mi corazón. He aquí la
condición de los miserables que yo había tomado sobre
mí. En un primer momento me asusté mucho de estos
horrores, pero con la primera confesión fui
tranquilizada.
- + Una vez, cuando fui a confesarme fuera
del convento, sucedió que mi confesor [134] estaba
celebrando la Santa Misa. Un momento después vi. sobre
el altar al Niño Jesús que cariñosamente y con
alegría extendía sus manitas hacia el, pero aquel
sacerdote, un momento después, tomo este bello Niño en
las manos y lo partió y lo comió vivo. En un primer
momento sentí aversión a ese sacerdote por comportarse
así con Jesús, pero en seguida fui iluminada al
respecto y conocí que el sacerdote era muy agradable a
Dios.
- + Una vez, cuando estaba en [el taller] de
aquel pintor [135] que pintaba esa imagen, vi. que no era
tan bella como es Jesús. Me afligí mucho por eso, sin
embargo lo oculté profundamente en mi corazón. Cuando
salimos del taller del pintor, la Madre Superiora [136]
se quedó en la ciudad para solucionar diferentes asuntos,
yo volví sola a casa. En seguida fui a la capilla y
lloré muchísimo. ¿Quién te pintará tan bello como
Tú eres? Como respuesta oí estas palabras: No en la
belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza
de esta imagen, sino en Mi gracia.
- + En cierta ocasión, cuando por la tarde
fui a la huerta, el Ángel Custodio me dijo: Ruega por
los agonizantes. Comencé en seguida el rosario por
los agonizantes junto con las jovencitas que ayudaban en
la huerta. Terminando el rosario rezamos varias
invocaciones por los agonizantes. Terminadas las
plegarias, las alumnas se pusieron a hablar alegremente.
(135) A pesar del ruido que hacían oí en el alma estas
palabras: Ruega por mí. Como no lograba entender bien
estas palabras, me alejé unos pasos de las alumnas,
pensando en ¿quién podría ser aquel que me hacia rezar?
De repente oí estas palabras: Soy Sor [137]&hellip.
Esa hermana estaba en Varsovia, mientras yo estaba
entonces en Vilna. Ruega por mí hasta que te diga cesar.
Estoy agonizando. En seguida empecé a orar con fervor
por ella al Corazón agonizante de Jesús y, sin
descansar, rogué así desde las tres hasta las cinco de
la tarde. A las cinco oí esta palabra: Gracias. Entendí
que ya había muerto. No obstante, al día siguiente,
durante la Santa Misa rogué con fervor por su alma. Por
la tarde llegó una tarjeta que decía que la hermana
&hellip. había fallecido a tal hora. Me di cuenta de
que era la misma hora en la que me dijo ruega por mi.
- Oh Madre de Dios, Tu alma estuvo sumergida
en el mar de amargura, mira a Tu niña y enséñale a
sufrir y a amar en el sufrimiento. Fortalece mi alma,
para que el dolor no la quebrante. Madre de la gracia,
enséñame a vivir en Dios.
- Una vez me visitó la Virgen Santísima.
Estaba triste con los ojos clavados en el suelo; me dio a
entender que tenía algo que decirme, pero por otra parte
me daba a conocer como si no quisiera decírmelo. Al
darme cuenta de ello, empecé a pedir a la Virgen que me
lo dijera y que volviera la mirada hacia mí. En un
momento Maria me miró sonriendo cordialmente y dijo: Vas
a padecer ciertos sufrimientos a causa de una enfermedad
y de los médicos, además padecerás muchos sufrimientos
por esta imagen, pero no tengas miedo de nada. Al
día siguiente me puse enferma y sufrí mucho, tal y como
me lo había dicho la Virgen, pero mi alma está
preparada para los sufrimientos. El sufrimiento es el
compañero permanente de mi vida.
- Oh Dios mío, mi única esperanza, en Ti
he puesto toda mi confianza y sé que no me
desilusionaré.
- (136) A veces, después de la Santa
Comunión, siento la presencia de Dios de modo particular,
sensible. Siento que Dios está en mi corazón. Y el
hecho de sentir a Dios en el alma, no me impide en
absoluto cumplir mis tareas; aún cuando realizo los más
importantes asuntos que requieren atención, no pierdo la
presencia de Dios en el alma y quedo estrechamente unida
a Él. Con Él voy al trabajo, con Él voy al recreo, con
Él sufro, con Él gozo, vivo en Él y Él en mi. No
estoy nunca sola, ya que Él es mi compañero permanente.
Siento su presencia en cada momento. Nuestra familiaridad
es estrecha a causa de la unión de la sangre y de la
vida.
- 9 VIII 1934. La adoración nocturna del
jueves [138]. Hice la adoración desde las once hasta las
doce. Hice esta adoración por la conversión de los
pecadores empedernidos y especialmente por los que
perdieron la esperanza en la Divina Misericordia.
Meditaba sobre lo mucho que Dios sufrió y lo grande que
es el amor que nos mostró, y nosotros no creemos que
Dios nos ama tanto. Oh Jesús, ¿Quién lo comprenderá?
¡Qué dolor para nuestro Salvador! Y ¿Cómo puede
convencernos de su amor si [su] muerte no llega a
convencernos? Invité a todo el cielo a que se uniera a
mi para compensar al Señor la ingratitud de ciertas
almas.
- Jesus me enseñó cuánto le agrada la
plegaria reparadora; me dijo: La plegaria de un alma
humilde y amante aplaca la ira de Mi Padre y atrae un mar
de bendiciones. Después de la adoración, a medio
camino hacia mi celda, fui cercada por una gran jauría
de perros negros, enormes, que saltaban y aullaban con
una intencion de desgarrarme en pedazos. Me di cuenta de
que no eran perros sino demonios. Uno de ellos dijo con
rabia: Como esta noche nos has llevado muchas almas,
nosotros te desgarraremos en pedazos. Contesté: Si tal
es la voluntad de Dios misericordiosísimo, desgárrenme
en pedazos, porque me lo he merecido justamente, siendo
la mas miserable entre los pecadores y Dios es siempre
santo, justo e infinitamente misericordioso. A estas
palabras, los demonios todos juntos contestaron: Huyamos
porque no está sola, sino que el Todopoderoso está con
ella. Y desaparecieron del camino como polvo, como rumor,
mientras yo tranquila, terminando el Te Deum, iba
a la celda contemplando la infinita e insondable
misericordia Divina.
- 12 VIII 1934
- Un desmayo repentino, sufrimiento
preagónico. No era la muerte, es decir el pasaje a la
verdadera vida, sino una muestra de los sufrimientos de
la misma. La muerte es espantosa a pesar de darnos la
vida eterna. De repente me sentí mal, la falta de
respiración, la oscuridad delante de los ojos, la
sensación del debilitamiento de los miembros este
sofocamiento es atroz. Un instante de este sofocamiento
es infinitamente largo&hellip A pesar de la confianza,
viene también un extraño miedo. Deseé recibir los
últimos santos sacramentos. Sin embargo la Confesión
resulta muy difícil a pesar del deseo de confesarme. Uno
no sabe lo que dice; comienza a decir una cosa, deja la
otra sin terminar. Oh, que Dios preserve a cada alma de
aplazar la confesión a la última hora. Conocí el gran
poder de las palabras del sacerdote que descienden sobre
el alma del enfermo. Cuando pregunté al Padre espiritual
si estaba preparada para presentarme delante de Dios y si
podía estar tranquila, recibí la respuesta: Puedes
estar completamente tranquila no solamente ahora, sino
después de cada confesión semanal. La gracia de Dios
que acompaña estas palabras del sacerdote es grande. El
alma siente la fortaleza y el arrojo para la lucha.
- Oh Congregación, madre mía, ¡que dulce
es vivir en ti, pero todavía mejor es morir!
- Recibidos los últimos santos sacramentos,
se produjo una mejoría total. Me quedé sola, eso duró
una media hora y el ataque se repitió, pero ya no tan
fuerte, porque el tratamiento medico lo impidió.
Mis sufrimientos los uní a los sufrimientos de Jesús y
los ofrecí por mí y por la conversión de las almas que no
confiaban en la bondad de Dios. De repente mi celda se llenó de
figuras negras, llenas de furia y de odio hacia mí. Una de ellas
dijo: Maldita tú y Aquel que está en ti, porque ya empiezas a
atormentarnos en el infierno. En cuanto pronuncié: Y el Verbo se
hizo carne y habitó entre nosotros, en seguida esas figuras
desaparecieron ruidosamente.
324 Al día siguiente me sentía muy débil, pero ya no
experimentaba ningún sufrimiento. Después de la Santa Comunión
vi. Al Señor Jesús bajo la apariencia que ya había visto
durante una de las adoraciones. La mirada del Señor traspasó mi
alma por completo y ni siquiera el más pequeño polvillo se
escapó a su atención. Y dije a Jesús: Jesús, pensé que me
ibas a llevar. Y Jesús me contestó: Aun no se ha cumplido
plenamente Mi voluntad en ti; te quedaras todavía en la tierra,
pero no mucho tiempo. Me agrada mucho tu confianza, pero el amor
ha de ser más ardiente. (138) El amor puro da fuerza al alma
en la agonía misma. Cuando agonizaba en la cruz, no pensaba
en Mí, sino en los pobres pecadores y rogaba al Padre por ellos.
Quiero que también tus últimos momentos sean completamente
semejantes a los Míos en la cruz. Hay un solo precio con el cual
se compran las almas, y éste es el sufrimiento unido a Mi
sufrimiento en la cruz. El amor puro comprende estas palabras, el
amor carnal no las comprenderá nunca.
325 Año 1934. El día de la Asunción de la Santísima
Virgen no fui a la Santa Misa. La doctora [139] no me lo
permitió, pero oré con fervor en la celda. Poco después vi. a
la Virgen que era de una belleza indescriptible y que me dijo: Hija
mía, exijo de ti oración, oración y una vez más oración por
el mundo, y especialmente por tu patria. Durante nueve días
recibe la Santa Comunión reparadora, únete estrechamente al
sacrificio de la Santa Misa. Durante estos nueve días estarás
delante de Dios como una ofrenda, en todas partes, continuamente,
en cada lugar y en cada momento, de día y de noche, cada vez que
te despiertes, ruega interiormente. Es posible orar interiormente
sin cesar.
- Una vez Jesús me dijo: Mi mirada en
esta imagen es igual a la mirada en la cruz.
327 Una vez el confesor {140} me preguntó cómo debía
ser colocada la inscripción, ya que todo eso no cabía en la
imagen.
Contesté que rezaría y que daría la respuesta la
semana siguiente. Al alejarme del confesionario, y pasando cerca
del Santísimo Sacramento, recibí el entendimiento interior de
cómo debía ser la inscripción. Jesús me recordó lo que me
había dicho la primera vez, es decir, que estas tres* palabras
debían ser puestas en evidencia. Las palabras son éstas: Jesús,
en Ti confío. Entendí que Jesús deseaba que fuera colocada
esa frase, pero además de estas palabras no daba otras órdenes
precisas.
Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de
venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese
recipiente es esta imagen con la firma: Jesús, en Ti confío.
328 Oh, Amor purísimo, reina totalmente en mi
corazón y ayúdame a cumplir Tu santa voluntad del modo más
fiel posible.
- (139) Al final del retiro espiritual de
tres días, me di cuenta que estaba andando por un camino
escalabroso y tropezaba a cada instante, y veía que
detrás de mi iba otra figura que me sostenía
continuamente y yo no estaba contenta de esto y pedí a
esa figura que se apartara de mi, porque yo quería andar
sola. Sin embargo, esa figura a la que yo no lograba
reconocer, no me dejó ni por un instante. Eso me
impacientó, me volví hacia ella y la rechacé de mí.
En aquel instante reconocí en esa figura a la Madre
Superiora [141] y en el mismo momento vi. que no era la
Madre Superiora, sino el Señor Jesús que me miró
profundamente y me dio a conocer lo mucho que le dolía
cuando en las cosas más pequeñas yo no trataba de
cumplir la voluntad de la Superiora que es Mi voluntad.
Pedí vivamente perdón al Señor y esa advertencia la
tomé muy a pecho.
- + Una vez me dijo el confesor que rogara
según su intención, y comencé una novena a la
Santísima Virgen. Esa novena consistía en rezar nueve
veces la Salve Regina. Al final de la novena vi. a
la Virgen con el Niño Jesús en los brazos y vi también
a mi confesor que estaba arrodillado a sus pies y hablaba
con Ella. No entendía de que hablaba con la Virgen
porque estaba ocupada en hablar con el Niño Jesús que
había bajado de los brazos de la Santísima Madre y se
acercó a mí. No dejaba de admirar su belleza. Oí
algunas palabras que la Virgen le decía, pero no oí
todo. Las palabras son éstas: Yo no soy no sólo la
Reina del Cielo, sino también la Madre de la
Misericordia y tu Madre. En ese momento extendió la
mano derecha en la que tenia el manto y cubrió con el al
sacerdote. En ese instante la visión desapareció.
- Oh, qué grande es la gracia de tener al
director espiritual. Se progresa mas rápidamente en las
virtudes, se conoce mas claramente la voluntad de Dios,
se la cumple mas fielmente, se avanza en un camino cierto
y seguro. El director espiritual sabe evitar las rocas
contra las cuales [el alma] podría estrellarse. Dios me
concedió esta gracia más bien tarde, pero gozo de ella
mucho, viendo como Dios consiente los deseos del director
espiritual. Menciono un solo hecho de entre un millar que
me sucede. Como de costumbre, una noche pedí al Señor
Jesús que me diera los puntos para la meditación del
día siguiente [142]. Recibí la respuesta: Medita
sobre el profeta Jonás y sobre su misión.
Agradecí al Señor, pero dentro de mí empecé a pensar:
Que meditación tan diferente (140) de otras. Sin embargo, con
toda la fuerza del alma trataba de meditar y en aquel profeta me
descubrí a mi, en el sentido de que yo también con frecuencia
me excusaba delante de Dios [diciendo] que otra persona podría
cumplir mejor su santa voluntad, sin entender que Dios lo puede
todo, que tanto mas destaca todo su poder, cuanto mas mísero es
el instrumento que utiliza. Dios me lo explicó. Por la tarde
hubo confesion de la Comunidad. Cuando presenté al director
espiritual el temor que me envuelve a razon de esta mision [143]
a la que Dios me utiliza como un instrumento inhábil, el Padre
espiritual me contestó que queramos o no queramos, debemos
cumplir la voluntad de Dios y me dio el ejemplo del profeta Jonas.
Terminada la confesion, contemplaba como el confesor sabia que
Dios me había mandado meditar sobre Jonás, ya que yo no le
había hablado de eso. Entonces oí estas palabras: El
sacerdote, cuando Me sustituye, no es él quien obra, sino Yo a
traves de él, sus deseos son Mios. Veo como Jesús defiende
a sus sustitutos. Él Mismo interviene en su actuar.
- + Jueves. Al empezar la Hora Santa, queria
sumergirme en la agonia de Jesús en el Huerto de los
Olivos. De repente oí en el alma la voz: Medita los
misterios de la Encarnación. Y de pronto, delante de
mi aparecio el Niño Jesús de una belleza
resplandeciente. Me dijo cuánto agradaba a Dios la
sencillez del alma. Aunque Mi grandeza es inconcebible,
trato solamente con los pequeños, exijo de ti la
infancia del espiritu.
- Ahora veo claramente cómo Dios obra por
medio del confesor y cómo es fiel a sus promesas. Hace
dos semanas el confesor me ordenó meditar sobre la
infancia del espiritu. Al principio eso me resultaba algo
difícil, sin embargo, el confesor sin hacer caso a mi
dificultad, me ordenó continuar la meditacion sobre la
infancia del espiritu. En la practica esta infancia debe
manifestarse asi: El niño no se ocupa del pasado ni del
futuro, sino que aprovecha el momento presente. Deseo
destacar esta infancia del espiritu en usted, hermana, y
doy a eso mucha importancia.
- Veo cómo [el Señor Jesús] se inclina a
los deseos del confesor, ya que en este periodo no se me
aparece como maestro en la plenitud de fuerzas y de
humanidad como adulto, sino que se me aparece como un
niño pequeño. Este Dios infinito, se humilla hasta mí
bajo la apariencia de un niñito pequeño. Pero la mirada
de mi alma no se detiene en la superficie. Aunque tomas
la apariencia de un niñito pequeño, yo veo en Ti al
Inmortal, al Infinito Señor de los señores, adorado (141)
dia y noche por los espiritus puros, para el cual arden
los corazones de los serafines con el fuego del amor
purisimo. Oh Cristo, oh Jesús, deseo superarlos en el
amor hacia Ti. Les pido el perdon, oh espiritus puros,
por haber osado compararme con ustedes. Yo, un abismo de
miseria, una vorágine de miseria, pero Tu, oh Dios, que
eres un abismo inconcebible de misericordia, absórbeme
como el ardor del sol absorbe una gota de rocio. Tu
mirada amorosa allana todo abismo. Me siento sumamente
feliz de la grandeza de Dios. Ver la grandeza de Dios, es
para mi absolutamente suficiente para sentirme feliz por
toda la eternidad.
- Una vez, al ver a Jesús bajo la
apariencia de un niñito pequeño, pregunte: Jesús,
¿Por qué ahora tratas conmigo tomando el aspecto de un
niñito pequeño? Después de todo, yo veo en Ti a Dios
Infinito, al Creador y a mi Señor. Jesús me contesto
que hasta que yo no aprendiera la sencillez y la humildad,
trataria conmigo como a un niño pequeño.
- + 1934. Durante la Santa Misa en la que
Jesús fue expuesto en el Santisimo Sacramento, antes de
la Santa Comunión vi dos rayos que salian de la Hostia
Santisima, tal y como estan pintados en la imagen; uno
rojo y otro palido. Se reflejaban sobre cada una de las
hermanas y sobre las alumnas, pero no sobre todas de modo
igual. Sobre algunas estaban apenas esbozados. Era el dia
en que terminabamos los ejercicios espirituales de las
jovencitas.
- 22 XI 1934 + Una vez, el Padre espiritual
[144] me ordenó reflexionar bien sobre mi, y analizar si
no había en mi algun apego a alguna cosa o criatura o a
mi misma, y si no había en mi una inclinación a hablar
inútilmente, ya que todo eso impedia al Señor Jesús
administrar libremente en mi alma. Dios está celoso de
nuestros corazones y quiere que lo amemos exclusivamente
a Él.
- Cuando comencé a reflexionar
profundamente sobre mi, no noté estar apegada a alguna
cosa, pero, como en todas mis cosas, tambien en ésta
tenia miedo de mi misma y no me fiaba de mi misma.
Cansada de este minucioso analisis, fui delante del
Santisimo Sacramento y rogué a Jesús con toda la fuerza
de mi alma: Jesús, Esposo mio, Tesoro de mi corazon, (142)
Tú sabes que Te conozco solamente a Ti y que no conozco
otro amor fuera de Ti, pero, Jesús, si tomara apego a
cualquier cosa fuera de Ti, Te ruego y te suplico, Jesús,
por el poder de Tu misericordia, hazme morir
inmediatamente, porque prefiero morir mil veces, que
engañarte una vez en la cosa mas pequeña.
- En aquel momento, Jesús se presentó
subitamente delante de mi, no sé de dónde,
resplandeciente de una belleza indecible, con una tunica
blanca, con las manos levantadas, y me dijo estas
palabras: Hija Mia, tu corazon es Mi descanso, es Mi
complacencia. En él encuentro todo lo que un gran numero
de almas Me niega. Dilo a Mi sustituto. Y
repentinamente no vi nada mas, solamente todo un mar de
consolaciones entró en mi alma.
- Ahora comprendo que nada puede ponerme
barreras en el amor hacia Ti, Jesús, ni el sufrimiento,
ni las contrariedades, ni el fuego, ni la espada, ni la
muerte misma. Me siento mas fuerte que todo eso. Nada
puede compararse con el amor. Veo que las cosas mas
pequeñas, cumplidas por un alma que ama sinceramente a
Dios, tienen un valor inestimable en los ojos de sus
santos.
- 11 V 1934. Una mañana, después de haber
abierto la puerta para dejar salir a nauestra gente [145]
que traia el pan, entré un momento en la pequeña
capilla, para hacer a Jesús una visita de un minuto y
para renovar las intenciones del dia. Oh Jesús, hoy
todos los sufrimientos, las mortificaciones, las
plegarias, las ofrezco por el Santo Padre para que
apruebe esta Fiesta de la Misericordia. Pero, Jesús,
debo decirte todavía una palabra. Estoy muy sorprendida
de que me ordenas hablar de esta Fiesta de la
Misericordia, mientras esta Fiesta [146] según me dicen,
ya existe, entonces ¿para qué he de hablar de ella?
Y Jesús me contestó: ¿Quién, de entre la gente,
sabe de ella? Nadie. Y hasta aquellos que han de proclamarla y
enseñar a la gente esta misericordia, muchas veces ellos mismos
no lo saben; por eso quiero que la imagen sea bendecida
solemnemente el primer domingo después de Pascua y que se la
venere públicamente para que cada alma pueda saber de ella.
Haz una novena según la intencion del Santo Padre,
que debe constar de treinta y tres actos, es decir de repetir
este mismo numero de veces la oracion a la misericordia que te he
enseñado.
- (143) El sufrimiento es el tesoro mas
grande que hay en la tierra, purifica al alma. En el
sufrimiento conocemos quien es nuestro verdadero amigo.
El amor verdadero se mide con el termómetro del
sufrimiento.
343 Oh Jesús, Te doy gracias por las pequeñas cruces
cotidianas, por las contrariedades con las que tropiezan mis
propositos, por el peso de la vida comunitaria, por una mala
interpretación de [mis] intenciones, por las humillaciones por
parte de los demas, por el comportamiento aspero frente a
nosotros, por las sospechas injustas, por la salud debil y por el
agotamiento de las fuerzas, por repudiar yo mi propia voluntad,
por el anonadamiento de mi propio yo, por la falta de
reconocimiento en todo, por los impedimentos hechos a todos [mis]
planes.
Te doy gracias, Jesús, por los sufrimientos interiores,
por la aridez del espiritu, por los miedos, los temores y las
dudas, por las tinieblas y la densa oscuridad interior, por las
tentaciones y las distintas pruebas, por las angustias que son
difíciles de expresar y especialmente por aquellas en las que
nadie nos comprende, por la hora de la muerte, por el duro
combate durante ella,m por toda la amargura.
Te agradezco, Jesús, que has bebido el caliz de la
amargura antes de darmelo endulzado. He aquí, he acercado los
labios a este caliz de Tu santa voluntad; hagase de mi según Tu
voluntad, que se haga de mi lo que Tu sabiduría establecio desde
la eternidad. Deseo beber hasta la ultima gotita el caliz de la
predestinacion, no quiero analizar essta predestinacion; en la
amargura mi gozo, en la desesperación, mi confianza. En ti, oh
Señor, todo lo que da Tu Corazon paternal es bueno; no pongo las
conglobaciones por encima de las amarguras, ni las amarguras por
encima de las consolaciones, sino que Te agradezco todo, oh
Jesús. Mi deleite consiste en contemplarte, oh Dios Inconcebible.
En estas existencias misteriosas está mi alma, es alli donde
siento que estoy en mi casa. Conozco bien la morada de mi Esposo.
Siento que en mi no hay ni una gota de sangre que no arda de amor
hacia Ti.
Oh Belleza Eterna, quien Te conoce una vez solamente, no
puede amar ninguna otra cosa. Siento la vorágine insondable de
mi alma y que nada la puede llenar, sino Dios Mismo. Siento que
me hundo en Él como un granito de arena en un océano sin fondo.
(144) 20 XII 1934
344 Una noche, al entrar yo en la celda, vi. al Señor
Jesús expuesto en la custodia, como si estuviera a cielo abierto.
A los pies del Señor Jesús vi a mi confesor y detrás de él a
un gran número de eclesiásticos de alto rango, con ropa que
nunca había visto, salvo en visión. Y detrás de ellos varias
clases de eclesiásticos; más allá vi. una multitud tan grande
de gente que no pude abarcarla con la vista. Vi saliendo de la
Hostia estos dos rayos que están en la imanten, que se unieron
estrechamente, pero no se confundieron y pasaron a las manos de
mi confesor, y después a las manos de los eclesiásticos y de
sus manos pasaron a las manos de la gente, y volvieron a la
Hostia&hellip y en aquel momento me vi. entrando en la celda.
- 22 XII 1934. Cuando me tocó en la semana
de ir a confesarme, llegué cuando mi confesor estaba
celebrando la Santa Misa. En la tercera parte de la Santa
Misa vi al Niño Jesús, un poco más pequeño que de
costumbre y con la diferencia de que tenía un
delantalcito de color violeta, mientras habitualmente lo
tenía blanco.
- 24 XII 1934. La Vigilia de la Navidad. Por
la mañana durante la Santa Misa sentí la cercanía de
Dios, mi espíritu se sumergió en Dios inconscientemente.
De repente escuché estas palabras: Tú eres una
morada agradable para Mí, en ti descansa Mi Espíritu.
Después de estas palabras sentí la mirada del Señor
dirigida al fondo de mi corazón y viendo mi miseria me humillé
en espíritu y admiré la gran misericordia de Dios, y que este
Altísimo Señor se acercaba a tal miseria.
Durante la Santa Comunión la alegría inundó mi alma,
sentía que estaba unida estrechamente a la Divinidad; su
omnipotencia absorbió todo mi ser, durante el día entero sentí
la cercanía de Dios de modo particular, y aunque los deberes no
me permitieron ir a la capilla ni por un momento durante todo el
día, sin embargo no hubo ni un instante en que no estuviera
unida a Dios, lo sentí dentro [145] de mi de una manera mas
sensible que cualquier otra vez. Saludaba sin cesar a la
Santísima Virgen, ensimismándome en su Espíritu, le rogaba
enseñarme un verdadero amor a Dios. De repente oí estas
palabras: Te revelaré el secreto de mi felicidad en la noche,
durante la Santa Misa.
La cena fue antes de las seis; a pesar de la alegría y
el ruido exterior que hay cuando se parte el &ldquooplatek&rdquo
[y durante] las felicitaciones mutuas, ni por un instante fui
privada de la presencia de Dios. Después de la cena nos
apresuramos con el trabajo y a las nueve pude ir a la adoración
a la capilla. Había obtenido el permiso de no acostarme, sino
esperar la Misa de Medianoche. Me alegré muchísimo; desde las
nueve hasta las doce tenias el tiempo libre. De nueve a diez hice
la adoración por mis padres y por toda mi familia; de diez a
once hice la adoración por mi director espiritual; primero
agradecí a Dios que se dignó darme aquí en la tierra esta gran
ayuda visible tal y como me lo había prometido y por otro lado,
pedí a Dios que le diera luz para que pudiera conocer mi alma y
guiarme según a Dios le agradaba. Desde las once hasta las doce
rogué por la Santa Iglesia y por el clero, por los pecadores,
por las misiones, por nuestras casas las indulgencias las ofrecí
por las almas del purgatorio.
- Las doce, 25 XII 1934.
Misa de Medianoche. En cuanto empezó la Santa Misa, el
recogimiento interior empezó a adueñarse de mí, el gozo
inundó mi alma. Durante el ofertorio vi. a Jesús en el altar, [era]
de una belleza incomparable. Durante todo el tiempo el Niñito
miró a todos, extendiendo sus manitas. Durante la elevación el
Niñito no miraba hacia la capilla, sino hacia el cielo; después
de la elevación volvió a mirarnos, pero muy poco tiempo, porque
como siempre fue partido y comido por el sacerdote. Pero el
delantalcito ya lo tenía blanco. Al día siguiente vi. lo mismo
y al tercer día igual. Es difícil expresar la alegría que
tenia en el alma. (146) Esta visión se repitió durante tres
Santas Misas, igual como en las primeras.
- Año 1934.
Primer jueves después de Navidad. Olvidé completamente
que hoy es jueves, por eso no hice la adoración. Junto con otras
[hermanas] fui al dormitorio a las nueve. Extrañamente no
lograba dormir. Me parecía que no había cumplido algo. En la
memoria hice un repaso de mis obligaciones y no pude recordar
nada; eso duró hasta las diez. A las diez vi el rostro
martirizado de Jesús. De Pronto Jesús me dijo estas palabras: Te
esperé para compartir contigo el sufrimiento, ya que ¿quien
puede comprender Mis sufrimientos mejor que Mi esposa? Pedí
el perdón a Jesús por ser tibia. Avergonzada, sin atreverme a
mirar a Jesús, pero con el corazón contrito, pedí que Jesús
se signara darme una espina de su corona. Jesús contestó que me
daría esa gracia, pero al día siguiente e inmediatamente la
visión desapareció.
- Por la mañana, durante la meditación
sentí una espina dolorosa en la parte izquierda de la
cabeza; el dolor duró el día entero, pensé
continuamente como Jesús había logrado soportar el
dolor de tantas espinas que hay en la corona. Uní mis
sufrimientos a los sufrimientos de Jesús y los ofrecí
por los pecadores. A las cuatro, al venir a la adoración,
vi a una de nuestras alumnas ofendiendo terriblemente a
Dios con los pecados impuros de pensamiento. Vi también
a cierta persona por la cual pecaba. Un temor atravesó
mi alma y pedí a Dios, por los dolores de Jesús, que se
dignara sacarla [de] esa horrible miseria. Jesús me
contestó que le concedería la gracia no por ella, sino
por mi plegaria; entonces comprendí cuánto deberíamos
rogar por los pecadores y especialmente por nuestras
alumnas.
- Nuestra vida es verdaderamente apostólica,
no sé imaginarme a una religiosa que viva en nuestras
Casas, es decir en la Congregación nuestra, que no
tenga el espíritu apostólico; el celo por la salvación de las
almas debería arder en nuestros corazones.
- (147) Oh Dios mío, cómo es dulce sufrir
por Ti, sufrir en los rincones mas secretos del corazón,
muy ocultamente, arder como una victima sin ser vista por
nadie, pura como el cristal, sin consolación alguna ni
compasión. Mi espíritu arde con el amor activo, no
pierdo tiempo en ninguna fantasía, tomo cada momento por
separado, ya que esto está en mi poder; el pasado no me
pertenece, el futuro no [es] mío, el tiempo presente
trato de aprovecharlo con toda el alma.
- 4 I 1935. Primer capitulo [147] de la
Madre Borgia.
Durante este capitulo la Madre [148] resaltaba la vida
de fe y la fidelidad en las cosas pequeñas. En la mitad del
capitulo oí estas palabras: Deseo que haya en ustedes mas fe en
el momento actual. ¡ Qué gran alegría Me da la fidelidad de Mi
esposa en las más pequeñas cosas! De repente miré el
crucifijo y vi que Jesús tenía la cabeza vuelta al refectorio y
que sus labios no se movían.
- Cuando lo dije a la Madre Superiora, me
contestó: Usted ve, hermana, como Jesús exige que
nuestras vidas sean de fe. Cuando la Madre se fue a la
capilla y yo me quedé para limpiar la habitación de
pronto percibí estas palabras: Di a todas las
hermanas que exijo que vivan con el espíritu de fe
respecto a las Superioras en el momento actual. Pedí
al confesor de liberarme de esta obligación.
- Cuando estaba hablando con cierta persona
que debía pintar esta imagen, pero que por ciertas
razones no la pintaba, durante la conversación con ella
oí esta voz en el alma: Deseo que sea más obediente.
Comprendí que los esfuerzos, aunque sean los mas
grandes, pero no tienen el sello de la obediencia, no son
agradables a Dios, estoy hablando de un alma consagrada.
Oh Dios, que fácil es conocer Tu voluntad en el convento.
Nosotras, almas consagradas, desde la mañana hasta la
noche tenemos claramente indicada la voluntad de Dios y
en los momentos de incertidumbre tenemos a las Superioras,
a través de las cuales habla Dios.
- (148) 1934 &ndash 1935. Víspera del
Año Nuevo. Recibí el permiso de no acostarme, sino de
orar en la capilla. Una de las hermanas me pidió ofrecer
por ella una hora de adoración. Le contesté que sí y
rogué por ella una hora entera. Durante la oración Dios
me dio a conocer cuánto esta pequeña alma le era
agradable.
La segunda hora de la adoración la ofrecí por la
conversión de los pecadores y, especialmente, estuve compensando
a Dios por las ofensas del momento actual: ¡cuánto Dios es
ofendido!
La tercera hora la ofrecí según la intención de mi
Padre espiritual, pedí con fervor la luz para él en un asunto
particular. Por fin dieron las doce, la última hora del año;
terminé en nombre de la Santísima Trinidad y también en nombre
de la Santísima Trinidad empecé la primera hora del Año Nuevo.
Pedí a cada Persona la bendición y con gran confianza miré
hacia el Año Nuevo, que seguramente no escatimaría sufrimientos.
356 Oh Santa Hostia, en la que está encerrado el
testamento de la Divina Misericordia para nosotros y,
especialmente para los pobres pecadores.
Oh Santa Hostia, en [la que] está oculto el Cuerpo y la
Sangre del Señor Jesús como testimonio de la infinita
misericordia hacia nosotros y, especialmente, hacia los pobres
pecadores.
Oh Santa Hostia, que contiene la vida eterna que [de] la
infinita misericordia es donada en abundancia a nosotros y,
especialmente, a los pobres pecadores.
Oh Santa Hostia, en la que está la misericordia del
Padre, del Hijo y del Espíritu santo hacia nosotros y,
especialmente, a los pobres pecadores.
(149) Oh Santa Hostia, en la que está encerrado el
precio infinito de la misericordia, que compensará todas
nuestras deudas y, especialmente, la de los pobres pecadores.
Oh Santa Hostia, en la que encierra la fuente de agua
viva que brota de la infinita misericordia hacia nosotros y,
especialmente, para los pobres pecadores.
Oh Santa Hostia, en la que está encerrado el fuego del
amor purísimo que arde del seno del Padre Eterno, como del
abismo de la infinita misericordia para nosotros y, especialmente,
para los pobres pecadores.
Oh Santa Hostia, en la que está guardado el remedio
para todas nuestras debilidades, [remedio] que mana de la
infinita misericordia, como de una fuente para nosotros y,
especialmente, para los pobres pecadores.
Oh Santa Hostia, en la que está encerrado el vínculo
de unión entre Dios y nosotros, gracias a la infinita
misericordia para nosotros y, especialmente para los pobres
pecadores.
Oh Santa Hostia, en la que están encerrados todos los
sentimientos del dulcísimo Corazón de Jesús hacia nosotros y,
especialmente, hacia los pobres pecadores.
Oh Santa Hostia, nuestra única esperanza en todos los
sufrimientos y contrariedades de la vida.
Oh Santa Hostia, nuestra única esperanza entre las
tinieblas y las tormentas interiores y exteriores.
Oh Santa Hostia, nuestra única esperanza en la vida y
en la hora de la muerte.
Oh Santa Hostia, nuestra única esperanza entre los
fracasos y el abismo de la desesperación.
Oh Santa Hostia, nuestra única esperanza entre las
mentiras y las traiciones.
Oh Santa Hostia, nuestra única esperanza entre las
tinieblas y la impiedad que sumergen la tierra.
Oh Santa Hostia, nuestra única esperanza entre la
nostalgia y el dolor, en el que nadie nos comprende.
(150) Oh Santa Hostia, nuestra única esperanza entre
las fatigas y la vida gris de todos los días.
Oh Santa Hostia, nuestra única esperanza cuando
nuestras ilusiones y nuestros esfuerzos se esfuman.
Oh Santa Hostia, nuestra única esperanza entre los
golpes de los enemigos y los esfuerzos del infierno.
Oh Santa Hostia, confiaré en Ti cuando las dificultades
excedan mis fuerzas y cuando mis esfuerzos resulten inútiles.
Oh Santa Hostia, confiaré en Ti cuando las tormentas
agiten mi corazón y el espíritu aterrorizado comience a
inclinarse hacia la desesperación.
Oh Santa Hostia, confiaré en Ti cuando mi corazón
comience a temblar y el sudor mortal nos bañe la frente.
Oh Santa Hostia, confiaré en Ti cuando todo se conjure
contra mí y la negra desesperación comience a introducirse en
mi alma.
Oh Santa Hostia, confiaré en Ti cuando mi vista se
apague para todo lo que es terrenal y mi espíritu vea por
primera vez los mundos desconocidos.
Oh Santa Hostia, confiaré en Ti cuando mis obligaciones
estén por encima de mis fuerzas y el fracaso sea mi destino
habitual.
Oh Santa Hostia, confiaré en Ti cuando el cumplimiento
de las virtudes me parezca difícil y mi naturaleza se rebele.
Oh Santa Hostia, confiaré en Ti cuando los golpes de
los enemigos sean dirigidos contra mí.
Oh Santa Hostia, confiaré en Ti cuando las fatigas y
los esfuerzos sean condenados por la gente.
Oh Santa Hostia, confiaré en Ti cuando Tu juicio
resuene sobre mí, en aquel momento confiaré en el mar de Tu
misericordia.
357 + Oh Santísima Trinidad, confío en Tu infinita
misericordia. Dios es mi Padre, entonces yo, su niña, tengo todo
el derecho sobre su Corazón Divino y cuanto más grandes son las
tinieblas, tanto mas plena debe ser nuestra confianza.
- No comprendo, cómo es posible no tener
confianza en Aquel que lo puede todo; con Él todo y sin
Él nada. Él, el Señor, no permitirá ni dejará que
queden confundidos aquellos que han puesto en Él toda su
confianza.
- (151) 10 I 1935. + Jueves. Por la noche,
durante la Bendición [149], comenzaron a
atormentarme los pensamientos de este tipo: Todo lo que
digo sobre esta gran misericordia de Dios ¿no es por
casualidad una mentira o una ilusión?... y quería
reflexionar sobre esto durante un momento; de repente oí
una voz interior clara y fuerte: Todo lo que dices
sobre Mi bondad es verdad y no hay expresiones
suficientes para exaltar Mi bondad. Estas palabras
fueron tan llenas de fuerza y tan claras que daría la
vida por ellas, de que procedían del Señor. Las
reconozco por una profunda serenidad que me acompañó en
aquellos momentos y que quedó después. Esta serenidad
me da una fortaleza y un poder tan grandes que nada son
todas las dificultades y las contrariedades, y los
sufrimientos, y la muerte misma. Esta luz me ha levantado
un velo del misterio de que todos los esfuerzos que
emprendo para que las almas conozcan la misericordia del
Señor, son muy agradables a Dios y de eso viene a mi
alma tanta alegría que no sé si en el paraíso puede
haber mayor. ¡Oh, si las almas quisieran escuchar al
menos un poco la voz de la conciencia y la voz, es decir
la inspiración del Espíritu Santo! Digo: Al menos un
poco, ya que si una vez nos dejamos influir por el
Espíritu de Dios, Él Mismo completará lo que nos falte.
360
+ Año Nuevo 1935
A Jesús le agrada participar en lo más pequeños
detalles de nuestra vida y a veces cumple mis deseos secretos,
aquellos que más de una vez le oculto a Él mismo, aunque sé
que para Él no puede haber nada secreto.
El día del Año Nuevo hay entre nosotras la costumbre
de sacar por suerte el patrono [150] particular para todo el año.
Por la mañana, durante la meditación, se despertó en mi uno de
estos deseos secretos: aquel que Jesús Eucarístico fuera mi
patrono particular también para ese año, como anteriormente.
Sin embargo, ocultando a mi Dilecto ese deseo, hablé con Él de
todo excepto de aquello que deseaba tenerlo como patrono. Al
venir al refectorio a desayunar, después de hacer la señal de
la cruz, empezó el sorteo de los patronos. Al acercarme a las
estampitas con los nombres de los patronos, tomé una, sin
reflexionar, sin leer (152) en seguida; quise mortificarme
algunos minutos. De repente oí una voz en el alma: Soy tu
patrono, lee. En aquel mismo momento miré la inscripción y
leí: &ldquoPatrono para el año 1935 la Santísima
Eucaristía.&rdquo Mi corazón se estremeció de alegría y
me alejé secretamente del grupo de las hermanas y fui delante
del Santísimo Sacramento, al menos por un breve instante y allí
me desahogué de los sentimientos de mi corazón. Sin embargo,
Jesús me llamó dulcemente la atención de que estuviera en
aquel momento junto con otras hermanas; fui inmediatamente,
ateniéndome a la regla.
361 Oh Santa Trinidad, Único Dios, inconcebible en la
grandeza de la misericordia hacia las criaturas y especialmente
hacia los pobres pecadores. Has revelado el abismo de Tu
misericordia inconcebible, impenetrable para toda mente humana o
angélica. Nuestra nulidad y nuestra miseria se hunden en Tu
grandeza. Oh Bondad infinita, ¿Quién puede adorarte dignamente?
¿hay algún alma que entienda tu amor? Oh Jesús, tales almas
existen, pero son pocas.
362 + Un día, durante la meditación matutina, oí esta
voz: Yo Mismo soy tu guía, he sido, soy y seré; pero como Me
pediste una ayuda visible, te la he dado. Lo había elegido antes
de que Me lo pidieras, porque esto lo requiere Mi causa. Has de
saber que las faltas que cometes contra él, hieren Mi Corazón;
evita especialmente actuar a tu gusto, que en cada cosa mas
pequeña haya un sello de la obediencia.
Con el corazón humillado y anonadado pedí el perdón
al Señor Jesús por aquellas faltas. Pedí el perdón también
al Padre espiritual y decidí más bien no hacer nada que hacer
mucho y mal.
- Oh Jesús bueno, Te agradezco por esta
gran gracia, es decir, de darme a conocer lo que soy por
mi misma, miseria y pecado, nada más. Por mi misma puedo
hacer una cosa solamente, es decir, ofenderte, oh Dios
mío, porque la miseria por si misma no puede hacer nada
mas sino ofenderte, oh Bondad infinita.
- (153) + Una vez me pidieron rezar por
cierta alma. Decidí hacer en seguida una novena a la
misericordia del Señor y a esa novena agregué una
mortificación que consistía en llevar en ambas piernas
una cadenita [151] durante la Santa Misa. Hacia tres
días que me ejercitaba en esa mortificación, cuando fui
a confesarme y dije al Padre espiritual que había
comenzado aquella mortificación con el supuesto permiso.
Pensaba que el Padre espiritual no tendría nada en
contra, sin embargo oí algo contrario, es decir, que no
hiciera nada sin permiso. Oh Jesús mío, otra vez el
arbitrio, pero no me desaniman mis caídas, sé
perfectamente que soy la miseria. A causa de mi salud no
recibí el permiso y el Padre espiritual se sorprendió
de cómo hubiera podido ejercitarme en mayores
mortificaciones sin su permiso. Le pedí perdón por mi
comportamiento arbitrario o mas bien por haberme guiado
por permisos supuestos y pedí que cambiara [esas
mortificaciones] por otras. El Padre espiritual me las
cambio por una mortificación interior que consistió en
meditar durante la Santa Misa ¿Por qué el Señor Jesús
se bautizo? Esta meditación no era para mi ninguna
mortificación, ya que hubo en ello una mortificación de
la voluntad, visto que yo no hacia lo que me gustaba,
sino lo que me había sido indicado y en eso consiste la
mortificación interior.
- Al alejarme del confesionario y empezar a
hacer la penitencia, oí estas palabras: He concedido
la gracia al alma, la cual Me habías pedido para ella,
pero no por tu mortificación que habías escogido tu
misma, sino solamente por el acto de obediencia total
frente a Mi suplente he dado la gracia a esta alma, por
la que has intercedido ante Mi y por la que has mendigado
la misericordia. Has de saber que cuando aniquilas en ti
tu propia voluntad, entonces la Mía reina en ti.
- Oh Jesús mío, ten paciencia conmigo.
Estaré ya mas atenta en el futuro; no lo fundo en mi
misma, sino en Tu gracia y en Tu bondad que es tan grande
para mi, una miserable.
- (154) + En cierta ocasión Jesús me hizo
conocer que cuando le ruego por alguna intención que a
veces me recomiendan, está siempre dispuesto a conceder
sus gracias, pero las almas no siempre quieren aceptarlas.
Mi Corazón esta colmado de gran misericordia para las
almas y especialmente para los pobres pecadores. Oh, si
pudieran comprender que Yo soy para ellas el mejor Padre,
que para ellas de Mi Corazón ha brotado Sangre y Agua
como de una fuente desbordante de misericordia; para
ellas vivo en el tabernáculo; como Rey de Misericordia
deseo colmar las almas de gracias, pero no quieren
aceptarlas. Por lo menos tú ven a Mí lo más a menudo
posible y toma estas gracias que ellas no quieren aceptar
y con esto consolaras Mi Corazón. Oh, qué grande es la
indiferencia de las almas por tanta bondad, por tantas
pruebas de amor. Mi Corazón esta recompensado solamente
con ingratitud, con olvido por parte de las almas que
viven en el mundo. Tienen tiempo para todo, solamente no
tienen tiempo para venir a Mi a tomar las gracias.
Entonces, Me dirijo a ustedes, almas elegidas,
¿tampoco ustedes entienden el amor de Mi Corazón? Y aquí
también se ha desilusionado Mi Corazón: no encuentro el
abandono total en Mi amor. Tantas reservas, tanta desconfianza,
tanta precaución. Para consolarte te diré que hay almas que
viven en el mundo, que Me quieren sinceramente en sus corazones
permanezco con delicia, pero son pocas. También en los conventos
hay almas que llena de alegría Mi Corazón. En ellas están
grabados Mis rasgos y por eso el Padre Celestial las mira con una
complacencia especial. Ellas serán la maravilla de los Ángeles
y de los hombres. Su número es muy pequeño, ellas constituyen
una defensa ante la Justicia del Padre Celestial e imploran la
misericordia por el mundo. El amor y el sacrificio de estas almas
sostienen la existencia del mundo. Lo que más dolorosamente
hiere Mi Corazón es la infidelidad del alma elegida por mí
especialmente; esas infidelidades son como espadas que traspasan
Mi Corazón.
- (155) 29 I 1935. En la mañana de este
martes, durante la meditación vi. interiormente al Santo
Padre celebrando la Santa Misa. Después del Pater
Noster conversó con Jesús sobre el asunto que
Jesús me había ordenado decirle. Aunque yo no lo dije
al Santo Padre personalmente, sino que estos asuntos
fueron tratados por otra persona {152], no obstante yo
sé, por conocimiento interior, que en este momento el
Santo Padre esta reflexionando sobre esta cuestión que
en poco tiempo se cumplirá según el deseo de Jesús.
- Antes de los ejercicios espirituales de
ocho días fui a mi director espiritual y le pedí
algunas mortificaciones para el tiempo de los ejercicios,
pero no obtuve el permiso para todo lo que había pedido,
sino solamente para algunas cosas. Recibí el permiso
para una hora de meditación de la Pasión del Señor
Jesús y para cierta humillación. Pero estaba un poco
descontenta de no haber recibido la autorización para
todo lo que había pedido. Cuando regresamos a casa,
entré un momento en la capilla; de repente escuché en
el alma una voz: Una hora de meditación de Mi
dolorosa Pasión tiene mayor merito que un año entero de
flagelaciones a sangre; la meditación de Mis dolorosas
llagas es de gran provecho para ti y a Mí Me da una gran
alegría. Me extraña que no hayas renunciado todavía
completamente a tu propia voluntad, pero Me alegro
enormemente de que este cambio se produzca durante los
ejercicios espirituales.
- Este mismo día, mientras estaba en la
iglesia esperando la confesión, vi. los mismos rayos que
salieron de la custodia y se extendieron por toda la
iglesia. Eso duró todo el tiempo del oficio; después de
la bendición [se proyectaron] sobre ambos lados y
volvieron a la custodia. Eran claros y transparentes,
como el cristal. Pedí a Jesús que se dignara incendiar
el fuego de su amor en todas las almas tibias. Bajo estos
rayos se calentaría el corazón aunque estuviera frío
como un pedazo de hielo, aunque fuera duro como una roca,
se volvería polvo.
+
371
(156) JMJ Vilna 4 II 1935
Ejercicios
espirituales de ocho días.
Oh Jesús, Rey de Misericordia, he aquí de nuevo el
momento en que estoy contigo a solas. Por eso Te suplico por todo
el amor con el que arde Tu Corazón Divino, aniquila en mí
completamente el amor propio y en cambio incendia mi corazón con
el fuego de Tu amor purísimo.
372 Al anochecer, terminada la predica, oí estas
palabras: Yo estoy contigo. Durante estos ejercicios
espirituales consolidaré tu paz y tu ánimo, para que no
desfallezcan tus fuerzas para el cumplimiento de Mis propósitos.
Por lo tanto durante estos ejercicios borraras absolutamente tu
propia voluntad y se cumplirá en ti toda Mi voluntad. Has de
saber que esto te costara mucho, por eso escribe en una página
en blanco estas palabras: Desde hoy no existe en mí mi propia
voluntad, y táchala. En otra página escribe estas palabras:
Desde hoy cumplo la voluntad de Dios en todas partes, siempre, en
todo. No te asustes de nada, el amor te dará fuerzas y
facilitara la realización.
- En la meditación fundamental sobre el
objetivo, es decir, sobre la elección del amor. El alma
tiene que amar, tiene la necesidad de amar; el alma tiene
que volcar su amor, pero no en el barro, ni en el vacío,
sino en dios. Cuanto me alegro meditándolo, ya que
siento claramente que en mi corazón esta solamente Él,
únicamente Jesús Mismo; y amo a las criaturas tanto
cuanto me ayudan a unirme a Dios. Amo a todos los hombres
porque veo en ellos la imagen de Dios.
374
(157) JMJ Vilna 4 II 1935
Desde hoy no existe en mí mi propia voluntad
En el momento en que me arrodillé para tachar mi propia
voluntad, como me había mandado el Señor, oí en el alma esta
voz: Desde hoy no tengas miedo del juicio de Dios, ya que no
serás juzgada.
+
(158) JMJ Vilna, 4 II 1935
Desde hoy cumplo la voluntad de Dios
En todas partes, siempre, en todo [153].
+
(159) JMJ Vilna, 8 II 1935
375 Trabajo interior particular, es decir, examen de
conciencia. Sobre negarme a mi misma y mi propia voluntad.
I. Negación de la razón, es decir, someterla a la
razón de aquellos que aquí en la tierra sustituyen para mí a
Dios
II. Negación de la voluntad, es decir, cumplir la
voluntad de Dios que se me revela a través de la voluntad de
aquellos que aquí sustituyen para mi a Dios y que esta expresada
en las reglas de nuestra Congregación.
III. Negación del juicio, es decir, aceptar
inmediatamente sin pensar, sin analizar, sin razonar cualquier
orden que recibo de aquellos que sustituyen para mi a Dios.
IV. Negación de la lengua. No le daré la mas pequeña
libertad; en un solo caso se la daré total, es decir en
proclamar la gloria de Dios. Siempre cuando recibo la Santa
Comunión, pido que Jesús se digne reforzar y limpiar mi lengua,
para que yo no hiera con ella al prójimo. De ahí que tenga el
máximo respeto para la regla que habla del silencio.
- Oh Jesús mío, tengo confianza en que Tu
gracia me ayudara a cumplir estos propósitos. A pesar de
que los puntos mencionados arriba están incluidos en el
voto de la obediencia, deseo ejercitarme en ello de modo
más especial, ya que es la esencia de la vida consagrada.
Oh Jesús Misericordioso, Te ruego ardientemente, ilumina
mi intelecto para que pueda conocerte mejor a Ti que eres
el Ser Infinito y para que pueda conocerme mejor a mí,
que no soy más que la nada.
377
(160) Sobre la confesión. De la confesión deberíamos obtener
dos beneficios:
1.
nos confesamos para ser sanados;
2.
para ser educados; nuestras almas necesitan una continua
educación, como el niño pequeño.
Oh Jesús mío, entiendo profundamente estas palabras y
se por experiencia que un alma con sus propias fuerzas no llegara
lejos, se cansara mucho sin hacer nada para la gloria de Dios; se
desvía constantemente porque nuestra mente es oscura y no sabe
distinguir su propia causa. Llamare una atención especial a dos
cosas: primero, elegiré para la confesión lo que mas me humilla,
aunque fuera algo muy pequeño, pero que me cuesta y por eso lo
confesare; segundo, me ejercitare en la contrición; no solamente
a ocasión de la confesión sino en cada examen de conciencia
suscitar en mi la contrición perfecta y, especialmente, antes de
ir a descansar. Una palabras más: el alma que desea sinceramente
progresar en la perfección, debe seguir estrictamente los
consejos del director espiritual. Tanta santidad cuanta
dependencia.
378 Una vez, mientras hablaba con el director de mi alma,
en un relámpago más veloz que el de un rayo, vi interiormente
su alma en gran sufrimiento, en tal tormento que son pocas las
almas a las cuales Dios prueba con este fuego. Este sufrimiento
se debe a esta obra. Llegara un momento en que esta obra que Dios
recomienda tanto, parecerá ser completamente destruida, y de
repente Dios intervendrá con gran fuerza que dará el testimonio
de la veracidad. Ella [la obra] será un nuevo esplendor para la
Iglesia, a pesar de estar en ella desde hace mucho tiempo. Nadie
puede negar que Dios es infinitamente misericordioso; Él desea
que todos lo sepan; antes de volver como Juez, desea que las
almas lo conozcan como Rey de Misericordia. Cuando venga este
triunfo, nosotros estaremos ya en la nueva vida, en la que no hay
sufrimientos, pero antes tu alma será saturada de amargura al
ver la destrucción de tus esfuerzos. Sin embargo esta
destrucción es solo aparente, ya que Dios no cambia lo que ha
establecido una vez. Pero aunque la destrucción (161) será
aparente, el sufrimiento será real. ¿Cuándo sucederá esto? no
sé; ¿Cuánto tiempo durara? No sé [154]. Pero Dios prometió
una gran gracia, especialmente a ti y a todos [155] que
proclamen esta gran misericordia Mía. Yo Mismo los defenderé en
la hora de la muerte como Mi gloria aunque los pecados de las
almas sean negros como la noche; cuando un pecador se dirige a Mi
misericordia, Me rinde la mayor gloria y es un honor para Mi
Pasión. Cuando un alma exalta Mi bondad, entonces Satanás
tiembla y huye al fondo mismo del infierno.
- Durante una adoración Jesús me prometió:
Con las almas que recurran a Mi misericordia y con las
almas que glorifiquen y proclamen Mi gran misericordia a
los demás, en la hora de la muerte Me comportaré según
Mi infinita misericordia.
Mi Corazón sufre, continuaba Jesús, a causa
de que ni las almas elegidas entienden lo grande que es Mi
misericordia; en su relación [conmigo] en cierto modo hay
desconfianza. Oh, cuanto esto hiere mi Corazón. Recuerden Mi
Pasión, y si no creéis en Mis palabras, creed al menos en Mis
llagas.
- No hago ningún movimiento, ningún gesto
a mi gusto, porque estoy vinculada a la gracia; siempre
estoy atenta a lo que es más agradable a Jesús.
- Durante una meditación sobre la
obediencia oí estas palabras: En esta meditación, el
sacerdote habla [156] de modo especial para
ti, has de saber que Yo Me presto su boca. Trate de
escuchar con la mayor atención y todo lo aplicaba a mi
corazón, tal como en cada meditación. Cuando el
sacerdote afirmo que el alma obediente se llena de la
fuerza de Dios&hellip Si [157], cuando eres
obediente, te quito tu debilidad y te doy Mi fortaleza.
Me sorprende mucho que las almas no quieran hacer este
cambio Conmigo. Dije al Señor: Jesús, ilumina Tú
mi alma, ya que de lo contrario también yo entenderé
muy poco de estas palabras.
- (162) Se que no vivo para mi, sino para un
gran numero de almas. Se que las gracias a mi concedidas
no son solamente para mi, sino para las almas. Oh Jesús,
el abismo de Tu misericordia se ha volcado en mi alma que
es el mismo de la miseria misma. Te agradezco, Jesús,
por las gracias y los pedacitos de la cruz que me das
para cada momento de la vida.
- Al comienzo de los ejercicios espirituales
vi. al Señor Jesús clavado en la cruz en el techo de la
capilla, mirando con gran amor a las hermanas, pero no a
todas. había tres hermanas a las cuales dirigió una
mirada severa. No sé, no sé por que razón, sé
solamente que es una cosa terrible ver tal mirada que es
una mirada del Juez severo. Aquella mirada no me
correspondía, sin embargo me paralizo el miedo; cuando
lo escribo, tiemblo toda. No me atreví a decir a Jesús
ni una sola palabra, las fuerzas físicas me abandonaron
y pensé que no resistiría hasta el fin de la predica.
Al día siguiente volví a ver lo mismo que la primera
vez y me atreví a decir estas palabras: Oh Jesús, que
grande es Tu misericordia. Al tercer día se repitió
otra vez la misma mirada sobre todas las hermanas con
gran benevolencia, excepto esas tres hermanas. Entonces,
me llene de atrevimiento que venia del amor hacia el
prójimo y dije al Señor: Tu eres la Misericordia misma,
como Tu Mismo me has dicho, pues Te ruego por el poder de
Tu misericordia, vuelve Tu mirada bondadosa también a
esas tres hermanas y si esto no es según Tu Sabiduría,
Te ruego hacer un cambio: Que Tu mirada bondadosa hacia
mi alma sea para ellas y que Tu mirada severa hacia sus
almas sea para mi. De súbito Jesús me dijo estas
palabras: Hija Mía, por tu amor sincero y generoso
les concedo muchas gracias, aunque ellas no Me las piden,
pero por la promesa que te he hecho. Y en aquel
momento envolvió también a esas tres hermanas con una
mirada misericordiosa. De gran gozo palpitó mi corazón
al ver la bondad de Dios.
- (163) Cuando me quedé en la adoración
entre las 9 y las 10, se quedaron también cuatro
hermanas más. Al acercarme al altar y empezar a meditar
la Pasión del Señor Jesús, un terrible dolor inundó
mi alma a causa de la ingratitud de tan grande numero de
almas que viven en el mundo, pero me dolía especialmente
la ingratitud de las almas elegidas particularmente por
Dios. No hay modo de expresarla ni de compararla. Al ver
esta mas negra ingratitud sentí como si el corazón se
me desgarrara, me abandonaron completamente las fuerzas
físicas y caí con la cara al suelo sin reprimir un
llanto irrefrenable. Cada vez que recordaba la gran
misericordia de Dios y la ingratitud de las almas, el
dolor traspasaba mi corazón y entendí cuanto eso hería
el Corazón dulcísimo de Jesús. Con un corazón
ardiente renové mi acto de ofrecimiento por los
pecadores.
- Con gozo y deseo he acercado los labios a
la amargura del cáliz que tomo de la Santa Misa todos
los días. La pequeña porción que Jesús me ha asignado
para cada momento y la cual no cederé a nadie. Consolare
incesantemente el dulcísimo Corazón Eucarístico,
tocare cánticos de agradecimiento en las cuerdas de mi
corazón, el sufrimiento es el tono mas armonioso.
Estaré muy atenta para presentir ¿con que puedo alegrar
Tu Corazón?
- Siento que Dios me permitirá levantar el
velo para que la tierra no dude de su bondad. Dios no
esta sujeto a eclipses ni a cambios, queda por la
eternidad Uno y [siempre] Él Mismo; a su voluntad nada
puede oponerse. Siento en mí una fuerza sobrehumana,
siento el arrojo y la fortaleza debidas a la gracia que
vive en mí. Comprendo a las almas que sufren en contra
de la esperanza, porque experimenté en mí este fuego.
Sin embargo Dios no da [sufrimientos] por encima de las
fuerzas. A menudo he vivido con la esperanza contra la
esperanza, y he empujado mi esperanza hasta la total
confianza en Dios. Que se haga conmigo lo que ha
establecido desde la eternidad.
- Seria muy impropio que una hermana
religiosa buscara alivio en el sufrimiento.
- [He aquí] lo que ha hecho la gracia y la
meditación del criminal más grande. El que muere tiene
un gran amor. &ldquoAcuérdate de mi cuando estés en
el paraíso.&rdquo El arrepentimiento sincero
transforma inmediatamente a un alma. La vida espiritual
debe practicarse con seriedad y con sinceridad.
- El amor debe ser reciproco. Como el Señor
Jesús HA bebido por mí toda la amargura, entonces yo,
su esposa, para dar prueba de mi amor hacia Él, aceptare
todas las amarguras.
- Quien sabe perdonar, se prepara muchas
gracias de parte de Dios. Siempre que mire la cruz,
perdonare sinceramente.
- La unión con las almas la hemos recibido
con el santo bautizo. La muerte refuerza el amor. Debo
ser siempre de ayuda para los demás. Si soy una buena
religiosa, seré útil no solamente a la Congregación
sino también a toda la patria.
- Dios ofrece las gracias de dos maneras: a
través de las inspiraciones y las iluminaciones. Si
pedimos una gracia, Dios la da, pero debemos querer
aceptarla; pero para aceptarla es necesaria la
abnegación. El amor no consiste en las palabras ni en
los sentimientos, sino en la acción. Es un acto de la
voluntad, es un don, es decir, una donación; el
intelecto, la voluntad, el corazón, debemos ejercitar
estas tres facultades durante la oración. Resucitare en
Jesús, pero primero tengo que vivir en Él. Si no me
separo de la cruz, entonces se manifestara en mí el
Evangelio. Todas mis deficiencias las completa en mi
Jesús, su gracia que obra sin cesar. La Santa Trinidad
me ofrece su vida abundantemente con el don del Espíritu
Santo. Las Tres personas divinas viven en mí. Si Dios
ama, [lo hace] con todo su Ser, con todo el poder de su
ser. Si Dios me ha amado así, ¿cómo [debo corresponder]
a esto yo, su esposa?
- (165) Durante una predica Jesús me dijo: En
el pequeño racimo elegido tú eres la uva dulce; deseo
que el jugo que circula en ti se transmita a otras almas.
- Durante la renovación [158] vi. al Señor
Jesús de lado de la epístola, con una túnica blanca y
un cinturón de oro, y en la mano tenía una espada
terrible. Eso duró hasta el momento en que las hermanas
comenzaran a renovar los votos. Súbitamente vi. una
claridad inconcebible, delante de esa claridad vi. una
nube blanca en forma de balanza. En aquel momento se
acerco el Señor Jesús y puso la espada sobre uno de los
platillos y éste con todo aquel peso, bajó hasta la
tierra y falto poco para que la tocara completamente.
Justo entonces las hermanas terminaron de renovar los
votos. De repente vi. a los ángeles que de cada una de
las hermanas tomaron algo en un recipiente de oro, en
forma como de un incensario. Cuando recogieron de todas
las hermanas y pusieron el recipiente en el segundo
platillo, éste prevaleció sobre el primero, en el cual
había sido puesta la espada. En aquel momento, del
incensario salio una llama que [alcanzó] la claridad. En
seguida oí una voz desde la claridad: Reponed la
espada en su lugar, la ofrenda es mayor. En aquel
momento Jesús nos dio a todos una bendición y todo lo
que yo veía desapareció. Las hermanas empezaron a
recibir la Santa Comunión, mi alma fue inundada de un
gozo tan grande que no logro describirlo.
- 15 II 1935. Viaje de uno días a la casa
familiar para ver a mi madre moribunda.
Al saber que mi madre estaba gravemente enferma y ya
cerca de la muerte, y que me pidió venir porque deseaba verme
una vez más antes de morir, en aquel momento se despertaron
todos los sentimientos del corazón. Como una niña que amaba
sinceramente a su madre, deseaba ardientemente cumplir su deseo,
pero deje a Dios la decisión y me abandone plenamente a su
voluntad; sin reparar en el dolor del corazón, seguía la
voluntad de Dios. En la mañana del día de mi onomástico, 15 de
febrero (166) la Madre Superiora me entregó otra carta de mi
familia y me dio el permiso de ir a la casa familiar para cumplir
el deseo y la petición de la madre moribunda. En seguida empecé
a prepararme para el viaje y ya al anochecer salí de Vilna. Toda
la noche la ofrecí por la madre gravemente enferma para que Dios
le concediera la gracia de que los sufrimientos que estaba
pasando no perdieran nada de su merito.
396 Durante el viaje tuve una compañía muy agradable,
ya que en el mismo compartimiento viajaban algunas señoras
pertenecientes [a una asociación religiosa mariana]; sentí que
una de ellas sufría mucho y que en su alma se desarrollaba una
lucha encarnizada. Comencé a rezar mentalmente por ella. A las
once las demás señoras pasaron al otro compartimiento para
platicar, mientras nosotras nos quedamos solas. Sentía que mi
plegaria había provocado en ella una lucha aun mayor. Yo no la
consolaba sino que rezaba con más ardor. Por fin, esa alma se
dirigió a mí y me pidió que le dijera si ella tenía la
obligación de cumplir cierta promesa hecha a Dios. En aquel
momento conocí dentro de mí qué promesa era y le contesté:
Usted está absolutamente obligada a cumplir esta promesa, porque
de lo contrario será infeliz durante toda su vida. Este
pensamiento no la dejará en paz. Sorprendida de esa respuesta
reveló delante de mi toda su alma.
Era una maestra que antes de examinarse hizo a Dios la
promesa de que si pasaba los exámenes se dedicaría al servicio
de Dios, es decir, entraría en el convento. Pero dijo: Después
de aprobar muy bien los exámenes ahora me he dejado llevar por
el torbellino del mundo y no quiero entrar en el convento, pero
la conciencia no me deja en paz, y a pesar de las distracciones
me siento siempre descontenta.
Tras una larga conversación esa persona fue
completamente cambiada y dijo que inmediatamente emprendería
gestiones para ser recibida en un convento. Me pidió que rogara
por ella; sentí que Dios no le escatimaría sus gracias.
397 Por la mañana llegué a Varsovia, y a las 8 de la
noche ya estaba en casa. Es difícil describir la alegría de los
padres y de toda la familia. (167) Mi madre mejoró un poco, pero
el medico no daba ninguna esperanza para su restablecimiento
completo. Después de saludarnos, nos arrodillamos todos para
agradecer a Dios por la gracia de podernos ver todos una vez mas
en la vida.
- Al ver como rezaba mi padre me avergoncé
mucho, porque yo después de tantos años en el
convento, no sabia rezar con tanta sinceridad y tanto
ardor. No dejo de agradecer a Dios por los padres que tengo.
- Oh, como ha cambiado todo en estos 10
años, todo es desconocido: el jardín era tan pequeño y
ahora es irreconocible, los hermanos y las hermanas eran
todavía pequeños y ahora no los puedo reconocer, todos
grandes y me sorprendí de no haberles encontrado tales
como eran cuando nos habíamos separado.
400` Stasio me acompañaba a la iglesia todos los días.
Sentía que aquella querida alma era muy agradable a Dios. El
ultimo día, cuando ya no había nadie en la iglesia, fui con él
delante del Santísimo Sacramento y rezamos juntos el Te Deum.
Tras un instante de silencio ofrecí esta querida alma al
dulcísimo Corazón de Jesús. ¡Cuánto pude rezar en esta
iglesia! Recordé todas las gracias que en este lugar había
recibido y que en aquel tiempo no comprendía y a menudo abusaba
de ellas; y me sorprendí yo misma de cómo había podido ser tan
ciega. Mientras reflexionaba y lamentaba mi ceguera, de súbito
vi. Al Señor Jesús resplandeciente de una belleza inexpresable
que me dijo con benevolencia: Oh elegida Mía, te colmaré con
gracias aun mayores para que seas testigo de Mi infinita
misericordia por toda la eternidad.
401 Aquellos días en casa me pasaron entre mucha
compañía porque todos quisieron verme y decirme algunas
palabras. Muchas veces conté hasta 25 personas. Les interesaron
mis relatos sobre la vida de los santos. Me imaginaba que nuestra
casa era una verdadera casa de Dios, porque cada noche se hablaba
en ella solo de Dios. Cuando, cansada de relatar y deseosa de la
soledad y del silencio, me aparté por la noche al jardín para
poder hablar con Dios a solas, ni siquiera conseguí esto, ya que
vinieron en seguida los hermanos y las hermanas y me llevaron a
casa y tuve que seguir hablando, todos los ojos clavados (168) en
mi. Pero logré encontrar el modo de tomar aliento, pedí a los
hermanos que cantasen para mi, porque tenían bellas voces y
además uno tacaba el violín y otro la mandolina, y así en ese
tiempo pude dedicarme a la oración interior sin evitar su
compañía. Me costó mucho el tener que besar a los niños.
Venias las vecinas con niños y pedían que los tomara al menos
un momento en brazos y les diera un beso. Consideraban eso como
un gran favor y para mi era una ocasión para ejercitarme en la
virtud, porque mas de uno estaba bastante sucio, pero para
vencerme y no mostrar aversión, a aquellos niños sucios les
daba dos besos. Una vecina trajo a su niño enfermo de los ojos,
los cuales estaban llenos de pus y me dijo: Hermana, tómalo en
brazos un momento. La naturaleza sentía aversión, pero sin
reparar en nada, tomé en brazos y besé dos veces los purulentos
ojos del niño y pedí a Dios por la mejoría. Tuve muchas
ocasiones para ejercitarme en la virtud. Escuché a todos que
decían sus quejas y advertí que no había corazones alegres,
porque no había corazones que amaran sinceramente a Dios, y no
me sorprendía nada. Me afligí mucho de que no pudiera ver a mis
dos hermanas. Sentí interiormente en que gran peligro se
encontraban sus almas. El dolor estrechó mi corazón solo al
pensar en ellas. Una vez, al sentirme muy cerca de Dios, pedí
ardientemente al Señor la gracia para ellas y el Señor me
contestó: Les concedo no solamente las gracias necesarias,
sino también las gracias particulares. Comprendí que el
Señor las llamaría a una más estrecha unión Consigo. Me
alegro enormemente de que en nuestra familia reine el amor tan
grande.
- Cuando me despedí de mis padres y les
pedí su bendición, sentí el poder de la gracia de Dios
que fluyó sobre mi alma. Mi padre, mi madre y mi madrina,
entre lágrimas, me bendijeron y felicitaron la máxima
fidelidad a la gracia de Dios, y pidieron que no olvidara
nunca las numerosas gracias que Dios me había concedido
llamándome a la vida consagrada. Pidieron mis oraciones.
(169) A pesar de que lloraban todos, yo no derramé ni
una sola lagrimita; traté de ser valiente y los consolé
a todos como pude, recordándoles el cielo y que allí no
habría mas separaciones. Stasio me acompaño al
automóvil; le dije cuanto Dios ama a las almas puras; le
aseguré de que Dios estaba contento con él. Mientras le
hablaba de la bondad de Dios y de cómo [Dios] piensa en
nosotros, se puso a llorar como un niño pequeño y yo no
me sorprendí porque es un alma pura, pues conoce a Dios
fácilmente.
- Cuando subí al automóvil, desahogué el
corazón y también me puse a llorar de alegría como una
niña, porque Dios concedía tantas gracias a nuestra
familia y me sumergí en una oración de agradecimiento.
- Por la noche estaba ya en Varsovia.
Primero saludé al Dueño de casa [159] y después
saludé a toda la Comunidad. Cuando, antes de ir a
descansar, fui a decir buenas noches al Señor y le pedí
perdón por haber hablado tan poco con Él durante mi
estancia en casa, oí en el alma una voz: Estoy muy
contento de que no hayas hablado Conmigo, y que hayas
dado a conocer Mi bondad a las almas y las hayas invitado
a amarme.
- La Madre Superiora [160] me dijo que al
día siguiente iríamos a Józefinek [161] las dos y que
yo tendría la oportunidad de hablar con la Madre General.
[162] Me alegré muchísimo de eso. La Madre General como
siempre, la misma, llena de bondad, serenidad y espíritu
de Dios; hablé con ella mucho tiempo. Asistimos a un
oficio de la tarde. Cantaron la Letanía del Sagrado
Corazón de Jesús. El Señor Jesús estaba expuesto en
la custodia, un momento después vi. al pequeño Señor
Jesús que salio de la Hostia y Él Mismo descansó en
mis brazos.
- Eso duró un breve momento, una enorme
alegría inundó mi alma. El Niño Jesús tenía el mismo
aspecto que cuando entré en la pequeña capilla junto
con la Madre Superiora, anteriormente mi Maestra, Maria
Josefina.
- Al día siguiente estaba ya en mi querida
Vilna. Oh, como me sentía feliz de haber vuelto a
nuestro convento. Me parecía como si entrara otra vez,
no dejaba de alegrarme del silencio y de la calma gracias
a las cuales el alma se sumerge en Dios tan fácilmente,
todos le ayudan en esto y nadie estorba.
(170) La Cuaresma.
- Cuando me sumerjo en la Pasión del Señor,
a menudo en la adoración veo al Señor Jesús bajo este
aspecto: después de la flagelación los verdugos tomaron
al Señor y le quitaron su propia túnica que ya se
había pegado a las llagas; mientras la despojaban
volvieron a abrirse sus llagas. Luego vistieron al Señor
con un manto rojo, sucio y despedazado sobre las llagas
abiertas. El manto llegaba a las rodillas solamente en
algunos lugares. Mandaron al Señor sentarse en un pedazo
de madero y entonces trenzaron una corona de espinas y
ciñeron con ella la Sagrada Cabeza; pusieron una caña
en su mano, y se burlaban de Él homenajeándolo como a
un rey. Le escupían en la Cara y otros tomaban la caña
y le pegaban en la Cabeza; otros le producían dolor a
puñetazos, y otros le taparon la Cara y le golpeaban con
los puños. Jesús lo soportaba silenciosamente. ¿Quién
puede entender, su dolor? Jesús tenía los ojos bajados
hacia la tierra. Sentí lo que sucedía entonces en el
dulcísimo Corazón de Jesús. Que cada alma medite lo
que Jesús sufría en aquel momento. Competían en
insultar al Señor. Yo pensaba ¿de dónde podía
proceder tanta maldad en el hombre? La provoca el pecado.
Se encontraron el Amor y el pecado.
- Cuando, junto con una hermana, estábamos
en un templo durante la Santa Misa, sentí la grandeza y
la Majestad de Dios; sentía que aquel templo estaba
impregnado de Dios. Su Majestad me envolvió; a pesar de
darme miedo me llenaba de calma y alegría; conocí que
nada podía oponerse a su voluntad. Oh, si todas las
almas [supieran] quién vive en nuestros templos, no
habría tantos insultos y tantas faltas de respeto en
aquellos lugares santos.
- Oh Amor eterno e inconcebible, Te pido una
gracia, ilumina mi mente con la luz de lo alto,
permíteme conocer y apreciar todas las cosas según su
valor. Al conocer la verdad, mi alma se llena de máxima
alegría.
- (171) 21 III 1935. Muchas veces durante la
Santa Misa veo al Señor en mi alma, siento su presencia
que me invade por completo. Siento su mirada divina,
hablo mucho con Él sin decir una sola palabra. Conozco
lo que desea su Corazón Divino y siempre hago lo que Él
prefiere. Amo hasta la locura y siento que soy amada por
Dios. En los momentos cuando me encuentro con Dios en la
profundidad de mis entrañas, me siento tan feliz que no
sé expresarlo. Estos momentos son cortos, porque el alma
no los soportaría mas, debería producirse la
separación del cuerpo. Aunque estos momentos son muy
cortos, no obstante su poder que pasa al alma permanece
muchísimo tiempo. Sin el menor esfuerzo siento un
profundo recogimiento que entonces me envuelve y que no
disminuye a pesar de que converso con la gente, ni me
molesta en el cumplimento de mis deberes. Siento su
constante presencia sin ningún esfuerzo del alma, siento
que estoy unida a Dios tan estrechamente como una gota de
agua con el océano sin fondo.
Este jueves sentí esta gracia al final de las oraciones;
duró excepcionalmente mucho tiempo, es decir, toda la Santa Misa,
pensaba que moriría de gozo. En esos momentos conozco mejor a
Dios y sus atributos, y también me conozco mejor a mi y mi
miseria, y me sorprende que Dios se humille tanto hacia un alma
tan miserable como la mía. Después de la Santa Misa me sentía
sumergida totalmente en Dios y tenia presente cada mirada suya a
la profundidad de mi corazón.
- Hacia el medio día entré un momento en
la capilla y otra vez el poder de la gracia golpeo mi
corazón. Mientras permanecía en recogimiento, Satanás
tomó un tiesto de flores y con rabia lo tiró al suelo
con toda su fuerza. vi. toda su furia y su envidia. No
había nadie en la capilla, así que me levanté y
recogí el tiesto roto y replanté la flor, y quise
ponerla rápidamente en su lugar antes de que alguien
viniera a la capilla. Sin embargo no lo logré, porque
entraron en seguida la Madre Superiora [163] y la hermana
sacristana [164] y algunas otras hermanas. La Madre
Superiora se sorprendió de que hubiera tocado algo en el
pequeño altar y (172) que el tiesto hubiera caído; la
sacristana mostró su descontento; yo traté de no
excusarme ni justificarme. Pero, al anochecer me sentía
muy agotada y no pude hacer la Hora Santa, y pedí a la
Madre Superiora el permiso de acostarme mas temprano. Una
vez acostada, me dormí en seguida; no obstante cerca de
las once, Satanás sacudió mi cama. Me desperté
inmediatamente y comencé a rezar con calma a mi Ángel
Custodio. De súbito vi. las almas que estaban expiando
en el purgatorio; su aspecto era como una sombra y entre
ellas vi. muchos demonios; uno de ellos trató de
molestarme arrojándose en forma de gato sobre mi cama y
mis pies, y era tan pesado como si [pesara] algunos pud*.
Todo aquel tiempo rezaba el rosario; de madrugada
aquellas figuras se fueron y pude dormirme. Por la mañana,
cuando fui a la capilla, oí en el alma la voz: Estás unida a
Mí y no tengas miedo de nada, pero has de saber, niña Mía, que
Satanás te odia; él odia muchas almas, pero arde de un odio
particular hacia ti, porque arrancaste a muchas almas de su poder.
* pud &ndash es una antigua medida de peso rusa
equivalente a 40 libras
- Jueves Santo, 18 IV
Por la mañana escuché estas palabras: Desde hoy
hasta la Resurrección no sentirás Mi presencia, pero tu alma se
llenara de gran añoranza, y en seguida un gran deseo inundo
mi alma; sentía la separación del amado Jesús y al acercarse
el momento de la Santa Comunión, vi. en el cáliz, en cada
Hostia el Rostro doliente de Jesús. A partir de aquel momento
sentí en mi corazón una añoranza aun mayor.
- Viernes Santo. A las tres de la tarde,
cuando entré en la capilla, oí estas palabras: Deseo
que esta imagen sea venerada en publico (173). Luego
vi al Señor Jesús que agonizaba en la cruz entre
terribles tormentos y del Corazón de Jesús salieron
estos dos rayos que están en la imagen.
- Sábado. Durante las vísperas vi. al
Señor Jesús resplandeciente como el sol, con una
túnica clara, y me dijo: Que se alegre tu corazón. Y me
inundó una gran alegría y me traspasó totalmente la
presencia de Dios que es un tesoro inexplicable para el
alma.
- Cuando esta imagen [165] fue expuesta, vi.
un vivo movimiento de la mano de Jesús que trazó una
gran señal de la cruz. Por la noche del mismo día, al
acostarme, vi. que la imagen estaba pasando sobre una
ciudad y aquella ciudad estaba cubierta de redes y de
trampas. Jesús, al pasar cortó todas las redes y por
fin trazó una gran señal de la santa cruz y
desapareció. Y yo me vi. rodeaba de muchas figuras
malignas que ardían de gran odio hacia mí. De sus bocas
salían diferentes amenazas, pero ninguna me tocó.
Después de un momento esa visión desapareció, pero no
pude dormirme durante mucho tiempo.
- 26 IV. El viernes, cuando estaba en Ostra
Brama durante las solemnidades en las cuales fue expuesta
esta imagen, estuve presente en la homilía que dijo mi
confesor [166]; la homilía fue sobre la Divina
Misericordia, fue la primera de las que exigía el Señor
Jesús desde hacia mucho tiempo. Cuando empezó a hablar
de esta gran misericordia del Señor, la imagen tomó un
aspecto vivo y los rayos penetraron en los corazones de
las personas reunidas, pero no en grado igual, unos
recibieron más y otros menos. Una gran alegría inundo
mi alma viendo la gracia de Dios.
(174)
Entonces oí estas palabras: Tú eres testigo de Mi misericordia,
por los siglos estarás delante de Mi trono como un vivo testigo
de Mi misericordia.
- Terminada la homilía, no esperé el final
del oficio, por que tenia prisa para volver a casa. Al
dar yo algunos pasos, me cerraron el camino toda una
multitud de demonios que me amenazaron con terribles
tormentos, y se dejaron oír las voces: Nos has quitado
todo por lo que habíamos trabajado tantos años. Cuando
les pregunté: ¿De donde llegan en tal multitud? Estas
figuras malignas me contestaron: De los corazones humanos,
no nos molestes.
- Viendo su tremendo odio hacia mi, entonces
pedí ayuda al Ángel Custodio y en un solo momento
apareció la figura luminosa y radiante del Ángel de la
Guarda que me dijo: No tengas miedo, esposa de mi Señor,
estos espíritus no te van a hacer ningún mal sin su
permiso Los espíritus malignos desaparecieron en seguida
y el fiel Ángel de la Guarda me acompañó de modo
visible hasta la casa misma. Su mirada era modesta y
serena, y de la frente brotaba un rayo de fuego.
Oh
Jesús, desearía fatigarme y cansarme, y sufrir durante toda la
vida por este único momento en que vi. Tu gloria, Señor, y los
beneficios de las almas.
Domingo,
28 IV 1935
- El primer domingo después de la Pascua de
Resurrección, es decir, Fiesta de la Misericordia del
Señor, clausura del Jubileo de Redención. Cuando fuimos
a esta solemnidad, el corazón me latía de alegría por
estar unidas estas dos solemnidades tan estrechamente.
Pedí a Dios la misericordia para las almas pecadoras.
Cuando terminó el oficio, y el sacerdote tomó el
Santísimo Sacramento para impartir la bendición,
súbitamente vi. al Señor Jesús con el mismo aspecto
que tiene en esta imagen. El Señor impartió la
bendición y los rayos se extendieron sobre todo el mundo.
De repente vi. una claridad inaccesible en forma de una
habitación de cristal, tejida de ondas de luz
impenetrable (175) a cualquier criatura o espíritu. Para
entrar en la claridad [había] tres puertas y en ese
instante Jesús, con el mismo aspecto que tiene en la
imagen, entró en aquel resplandor a través de la
segunda puerta, hasta el interior de la unidad. Es la
Unidad Trinitaria que es inconcebible, infinita. Oí la
voz: Esta Fiesta ha salido de las entrañas de Mi
misericordia y está confirmada en el abismo de Mis
gracias. Toda alma que cree y tiene confianza en Mi
misericordia, la obtendrá. Me alegré enormemente de
la bondad y de la grandeza de mi Dios.
29
IV 1935
- En víspera de exponer la imagen fui con
nuestra Madre Superiora a ver a nuestro confesor [167].
Cuando en la conversación fue abordado el tema de esta
imagen, el confesor pidió que una de las hermanas
ayudara a trenzar guirnaldas. La Madre Superiora dijo que
Sor Faustina ayudaría. Eso me alegró muchísimo. Cuando
regresamos a casa me dediqué en seguida a preparar los
ramos verdes y con ayuda de una de las alumnas los
transportamos. Ayudó también una persona que trabaja
cerca de la iglesia. A las siete de la tarde estaba ya
todo listo, la imagen estaba ya colgada; sin embargo
algunas señoras notaron que yo iba y venia por allí, ya
que seguramente mas estorbaba [168] que ayudaba, pues al
día siguiente preguntaron a las hermanas ¿qué cosa era
aquella bella imagen y qué significado tenia? Ustedes,
hermanas, lo sabrán seguramente, porque ayer una de las
hermanas la adornaba. Las hermanas muy sorprendidas
porque no sabían nada, todas quisieron verla y en
seguida sospecharon de mí. Decían: Sor Faustina lo
sabrá seguramente todo.
Cuando
empezaron a preguntarme, callaba, porque no pude decir la verdad.
Mi silencio incitó su curiosidad; redoblé mi vigilancia para no
mentir ni decir la verdad, porque no tenía permiso. Entonces
empezaron a mostrarme su descontento y reprocharme abiertamente:
¿Cómo (176) es posible que la gente de fuera lo sepa y nosotras
no? Empezaron diferentes juicios sobre mí. Sufrí mucho durante
tres días, pero una extraña fuerza entró en mi alma. Me
alegré de poder sufrir para Dios y para las almas que habían
obtenido su misericordia en esos días. Al ver tantas almas que
habían obtenido la misericordia de Dios en esos días, considero
nada las fatigas y el sufrimiento aunque sean las mas grandes y
aunque duren hasta el fin del mundo, porque ellos tienen limite
mientras las almas que se han convertido [son salvadas] de los
tormentos que nunca tienen fin. Experimentaba un gran gozo viendo
a otros que volvía a la fuente de la felicidad, al seno de la
Divina Misericordia.
- Viendo la dedicación y el empeño del
Padre Sopocko en este asunto, admiraba en él su
paciencia y su humildad; todo esto costó no sólo mucho
empeño y varios disgustos, sino también mucho dinero, y
todo lo subvencionó el Padre Sopocko. Veo que la
Providencia Divina lo había preparado a cumplir esta
obra de la misericordia antes de que yo lo pidiera a Dios.
Oh, que misteriosos son Tus caminos, Dios, y felices las
almas que siguen la voz de la gracia de Dios.
- Oh alma mía, adora al Señor por todo y
glorifica su misericordia, porque su bondad no tiene
limites. Todo pasará, pero su misericordia no tiene
límites ni fin; si bien la maldad llegue a llenar su
medida, en la misericordia no hay medida.
Oh
Dios mío, aun en los castigos con que hieres la tierra veo el
abismo de Tu misericordia, porque castigándonos aquí en la
tierra, nos liberas del castigo eterno. Alégrense, todas las
criaturas, porque están mas cerca de Dios en su infinita
misericordia que el niño recién nacido del corazón de su madre.
Oh Dios, que eres la Piedad misma para los más grandes pecadores
arrepentidos sinceramente; cuanto más grande es el pecador,
tanto mayor es el derecho que tiene a la Divina Misericordia (177).
- En un momento, 12 V 1935.
Por
la noche, apenas me acosté, me dormí, pero si me dormí
rápidamente, más rápidamente todavía fui despertada. Vino a
mí un Niño pequeño y me despertó. Este Niño podía tener
cerca de un año y me sorprendí de que hablara muy bien, ya que
los niños de esta edad no hablan nada o hablan de manera poco
comprensible. Era indeciblemente bello, parecido al Niño Jesús
y me dijo estas palabras: Mira al cielo. Y cuando miré al
cielo, vi. las estrellas brillantes y la luna. Ese Niño me
preguntó: ¿Ves la luna y las estrellas? Contesté que
las veía y Él me replicó con estas palabras: Aquellas
estrellas son las almas de los cristianos fieles y la luna son
las almas consagradas. Ves la gran diferencia de luz que hay
entre la luna y las estrellas, igual de grande es en el cielo la
diferencia entre el alma de un religioso y la de un cristiano
fiel. Y continúo que la verdadera grandeza está en amar
a Dios y en la humildad.
- Entonces vi. cierta alma que esta
separándose del cuerpo en terribles tormentos. Oh Jesús,
cuando lo escribo tiemblo toda, viendo las atrocidades
que atestiguan contra ella&hellip. Vi, como de un
abismo barroso salían almas de niños pequeños y más
grandes, de unos nueve años. Estas almas eran
repugnantes y asquerosas, semejantes a los monstruos mas
espantosos, a los cadáveres en descomposición, pero
esos cadáveres estaban vivos y atestiguaban en voz alta
contra el alma a la que yo veía agonizando; y el alma a
la que veía en agonía era un alma que en el mundo
había recibido muchos honores y aplausos, cuyo fin es el
vacío y el pecado. Por fin salio una mujer que en una
especie de delantal llevaba lagrimas y que atestiguo
mucho contra él.
- Oh hora terrible, (178) en la que se nos
presentaran todas nuestras obras en su completa desnudez
y [miseria]; ni una de ellas se pierde, nos acompañaran
fielmente hasta el juicio de Dios. No tengo palabras ni
términos de comparación para expresar cosas tan
terribles y aunque me parece que esta alma no esta
condenada, no obstante sus tormentos no difieren en nada
de los tormentos infernales, con la única diferencia de
que un día terminarán.
- Un momento después vi. nuevamente a ese
mismo Niño que me había despertado, y que era de una
belleza esplendida, y me repitió estas palabras: La
verdadera grandeza del alma está en amar a Dios y en la
humildad. Pregunté a ese Niño: ¿Cómo sabes que la
verdadera grandeza del alma está en amar a Dios y en la
humildad?, estas cosas las pueden saber solamente los
teólogos, mientras Tu ni siquiera has estudiado el
catecismo y ¿cómo lo sabes? Y Él me contestó: Lo
sé y sé todo, y en aquel momento desapareció.
- Pero yo no me dormí en absoluto, mi mente
estaba cansada de lo que empecé a meditar sobre lo que
había visto. Oh, almas humanas, conocen la verdad muy
tarde. Oh, abismo de la Divina Misericordia, derrámate
lo antes posible sobre el mundo entero, según lo que Tu
Mismo has dicho.
- Mayo de 1935. En un momento, cuando me di
cuenta de los grandes designios de Dios respecto a mi, me
asuste de su grandeza y me sentí completamente incapaz
de cumplirlos y empecé a evitar interiormente las
conversaciones con Él, y sustituía ese tiempo con la
oración oral. Lo hacia de humildad, pero pronto conocí
que no era una verdadera humildad, sino una gran
tentación de Satanás. Una vez, cuando en lugar de la
oración interior comencé a leer un libro espiritual,
oí en el alma estas palabras, explicitas y fuertes: Preparas
al mundo para Mi última venida. Estas palabras me
conmovieron profundamente y aunque fingía (179) como si
no las hubiera oído, no obstante las comprendí bien y
no tenia ninguna duda al respecto. Una vez, cansada de
esta lucha de amor con dios y de excusarme constantemente
de ser incapaz de cumplir esta obra, quise salir de la
capilla, pero alguna fuerza me detuvo, me sentía inmovilizada.
Entonces oí estas palabras: Piensas salir de la capilla,
pero no saldrás de Mí, porque estoy en todas partes;
tú sola no podrás hacer nada para ti misma, pero
Conmigo puedes todo.
- Durante la semana, cuando fui a mi
confesor [169] y descubrí el estado de mi alma y
especialmente que evito la conversación interior con
Dios, recibí la respuesta que no debía evitar la
conversación interior con Dios, sino que tenia que
escuchar las palabras que me decía.
- Actué según las indicaciones del
confesor y en el primer encuentro con el Señor, caí a
los pies de Jesús y con el corazón destrozado pedí
perdón por todo. Luego Jesús me levantó del suelo y me
sentó a su lado, y me permitió poner la cabeza sobre su
pecho para que pudiera comprender y percibir mejor los
deseos de su dulcísimo Corazón. Luego Jesús me dijo
estas palabras: Hija Mía, no tengas miedo de nada, Yo
estoy siempre contigo; cualquier adversario te puede
hacer daño solamente si Yo se lo permito. Tú eres Mi
morada y Mi estable descanso, por ti detengo la mano
castigadora, por ti bendigo la tierra.
- En el mismo instante siento algún fuego
en mi corazón, siento que voy a perder los sentidos, no
se que pasa alrededor de mi, siento que me traspasa la
mirada del Señor, conozco bien su grandeza y mi miseria,
un extraño sufrimiento penetra mi alma y un gozo que no
logro comparar con nada, me siento inerte en los brazos
de Dios, siento que estoy con Él y me disuelvo como una
gota de agua en el océano. No se expresar lo que
experimento; después de tal plegaria interior siento
fuerza y fortaleza para cumplir las mas difíciles
virtudes, siento aversión a todas las cosas que el mundo
aprecia, con toda mi alma deseo la soledad y el silencio.
- (180) V [mayo] de 1935. Durante el oficio
de cuarenta horas [170] vi. el rostro del Señor Jesús
en la Santa Hostia que estaba expuesta en la custodia;
Jesús miraba amablemente a todos.
- A menudo veo al Niño Jesús durante la
Santa Misa. Es sumamente bello, en cuanto a la edad,
parece que va a cumplir un año. Una vez, al ver el mismo
Niño en nuestra capilla durante la Santa Misa, me
invadió un fortísimo deseo y ansia irresistible de
acercarme al altar y de tomar al Niño Jesús. En el
mismo instante el Niño Jesús se puso junto a mi al
borde del reclinatorio y con las dos manitas se agarró a
mi brazo, encantador y alegre, su mirada llena de
profundidad y penetrante. Pero cuando el sacerdote
partió la Hostia, Jesús estaba en el altar y fue
partido y consumido por aquel sacerdote.
Después
de la Santa Comunión vi. al idéntico Jesús en mi corazón y
durante todo el día lo sentí física, realmente en mi corazón.
Un recogimiento muy profundo se apodero de mí inconscientemente
y no dije a nadie ni una palabra, evitaba en lo posible la
presencia de la gente, contestaba siempre a las preguntas
relacionadas con mis tareas, fuera de eso ni una palabra.
- 9 VI 1935. La venida del Espíritu Santo.
Al anochecer, cuando pasaba por la huerta, oí estas
palabras: Junto con tus compañeras imploraras la
misericordia por ustedes y por el mundo. Comprendí
que no estaré en la Congregación en la que estoy
actualmente [171]. Veo claramente que la voluntad de Dios
respecto a mi es otra; sin embargo, me excuso
constantemente delante de Dios de que yo soy incapaz de
cumplir esta obra. Jesús, es que Tu sabes perfectamente
lo que soy, y me puse a enumerar delante del Señor mis
insuficiencias y me escondía detrás de ellas para que
aceptara mis excusas de que era incapaz de cumplir (181)
sus proyectos. Luego oí estas palabras: No tengas
miedo, Yo Mismo completare lo que te falta. Estas
palabras me penetraron hasta el fondo y conocí aun más
mi miseria, conocí que la Palabra del Señor es viva y
penetra hasta el fondo. Entendí que Dios exigía de mí
un modo de vida más perfecto, sin embargo me excusaba
continuamente con mi incapacidad.
- 29 VI 1935. Cuando hablaba con el director
[172] de mi alma sobre diferentes cuestiones que el
Señor exigía de mi, pensaba que me contestaría que era
incapaz de cumplir esas cosas y que el Señor Jesús no
se servía de las almas tan miserables como yo, para las
obras que deseaba realizar. No obstante oí las palabras
de que en la mayoría de los casos Dios escogía
justamente a tales almas para realizar sus proyectos.
Pero este sacerdote era guiado por el Espíritu de Dios,
penetro el secreto de mi alma y los mas escondidos
secretos que había entre mi y Dios, y de los cuales no
le había hablado nunca antes; no se los había contado
porque yo mismo no los entendía bien y el Señor no me
había dado una orden clara para que lo dijera. El
secreto era éste que Dios exigía que hubiera una
congregación que proclamara la Divina Misericordia y la
implorase para el mundo.
- Cuando aquel sacerdote me preguntó si no
había tenido tales inspiraciones, contesté que no
había tenido órdenes precisas, pero en aquel instante
una luz penetró en mi alma y comprendí que el Señor
hablaba por medio de él; me defendía inútilmente
diciendo que no tenía una orden precisa, ya que al final
de la conversación vi. al Señor Jesús en el umbral,
con el mismo aspecto como esta pintado en la imagen, que
me dijo: Deseo que haya tal Congregación [173].
Eso duró un momento. (182) Pero no hablé de eso en
seguida, tenia prisa de volver a casa y repetía
continuamente al Señor: Yo soy incapaz de cumplir Tus
proyectos, oh Dios. Pero, lo curioso es que Jesús, sin
reparar en esta invocación mía me dio luz y me hizo
conocer cuanto le agradaba esta obra y no tomó en
consideración mi debilidad, sino que me dio a conocer
cuantas dificultades tenia que superar. Y yo, su pobre
criatura, no sabía decir otra cosa sino que era incapaz,
oh Dios.
- 30 VI 1935. Al día siguiente, una vez
comenzada la Santa Misa, vi. al señor Jesús de una
belleza inexpresable. Me dijo que exige que esa
Congregación sea fundada lo antes posible, y tú
vivirás en ella con tus compañeras. Mi Espíritu será
la regla de su vida. Su vida debe modelarse sobre Mí,
desde el pesebre hasta la muerte en la cruz. Penetra en
Mis secretos y conocerás el abismo de Mi misericordia
para con las criaturas y Mi bondad insondable, y harás
conocer ésta al mundo. A través de la oración
intermediaras entre la tierra y el cielo.
- Era el tiempo de acercarse a la Santa
Comunión. Jesús desapareció y vi. un gran resplandor.
Luego oí estas palabras: Te impartimos nuestra
bendición, y en aquel momento de ese resplandor
salio un rayo claro y traspaso mi corazón, un extraño
fuego se incendio en mi alma, pensaba que moriría de
gozo y de felicidad; sentí la separación del espíritu
con respecto al cuerpo, sentí una inmersión total en
Dios, sentí que era raptada por el Omnipotente como un
granito de polvo a los espacios desconocidos.
Temblando
de felicidad en los brazos del Creador, sentía que Él Mismo me
sostenía para que pudiera soportar la gran felicidad y mirar su
Majestad. Ahora sé que si (183) Él Mismo no me hubiera
fortalecido antes con la gracia, mi alma no habría sobrevenido
la muerte. La Santa Misa terminó no sé cuando, porque no era en
mi poder notar lo que sucedía en la capilla. Sin embargo, al
volver en mi, sentía la fortaleza y el valor para cumplir la
voluntad de Dios, nada me parecía difícil y si antes me
excusaba delante del Señor, ahora sentía el animo y la fuerza
del Señor que estaban en mi y le dije al Señor: Estoy preparada
para cada señal de Tu voluntad. Dentro de mí experimenté todo
lo que iba a pasar en el futuro.
- Oh Creador y Señor mío, aquí tienes
todo mi ser. Dispón de mí según Tu divina complacencia
y según Tus designios eternos y Tu misericordia
insondable. Que cada alma conozca cuan bueno es el Señor;
que ninguna alma tenga miedo de tratar con el Señor, y
que no se excuse de ser indigna y que nunca aplace para
después las invitaciones de Dios, ya que esto no agrada
a Dios. No hay alma mas miserable que yo, como
verdaderamente me considero, y estoy sorprendida de que
la Majestad Divina se humille tanto. Oh eternidad, me
parece que eres demasiado corta para glorificar la
infinita misericordia del Señor.
- Una vez, cuando la imagen estaba expuesta
en el altar, durante la procesión de Corpus Cristi
[174], cuando el sacerdote expuso el Santísimo
Sacramento y el coro empezó a cantar, los rayos de la
imagen traspasaron la Santa Hostia y se difundieron sobre
el mundo entero. Entonces oí estas palabras: A
través de ti, como a través de esta Hostia, los rayos (184)
de la misericordia pasaran al mundo. Después de
estas palabras un gran gozo penetró en mi alma.
- En una ocasión, cuando mi confesor [175]
celebraba la Santa Misa, como siempre vi. al Niño Jesús
en el altar desde el momento del ofertorio. Pero un
momento antes de la elevación el sacerdote desapareció
y se quedó Jesús y cuando llegó el momento de la
elevación Jesús tomó en sus manitas la Hostia y el
Cáliz y los levanto juntos y miró hacia el cielo y un
momento después vi. otra vez a mi confesor y pregunté
al Niño Jesús donde estaba el sacerdote mientras no lo
veía. Y Jesús me contestó: En Mi Corazón. Sin
embargo no pude comprender nada más de aquellas palabras
de Jesús.
- Una vez oí estas palabras: Deseo que
vivas según Mi voluntad en los más secretos rincones de
tu alma. Comencé a meditar estas palabras que
llegaron hasta lo más profundo de mi corazón. Aquel
día había confesión de la Comunidad [176]. Cuando fui
a confesarme, después de acusarme de los pecados, el
sacerdote me repitió las palabras que antes me había
dicho el Señor.
- El sacerdote me dijo estas palabras
profundas: Hay tres grados en el cumplimiento de la
voluntad de Dios. El primero: es cuando el alma cumple
todo lo que está notoriamente comprendido en los
reglamentos y en estatutos de la observancia exterior. El
segundo grado consiste en que el alma sigue las
inspiraciones interiores y las cumple. El tercer grado es
aquel en que el alma, entregándose a la voluntad de Dios,
le deja la libertad de disponer de ella, y Dios hace con
ella lo que le agrada, porque es un instrumento dócil en
sus manos. Y me dijo ese sacerdote que yo estaba en el
segundo grado del cumplimiento de la voluntad de Dios, y
que no tenia todavía el (185) tercer grado del
cumplimiento de la voluntad de Dios; no obstante debía
empeñarme para cumplir ese tercer grado de la divina
voluntad. Esas palabras penetraron mi alma por completo.
Veo claramente que muchas veces Dios da a conocer al
sacerdote lo que pasa en el fondo de mi alma; eso no me
sorprende nada, mas bien agradezco al Señor que tiene a
estos elegidos.
- Jueves, Adoración nocturna.
Al
venir a la adoración, en seguida me envolvió un recogimiento
interior y vi. Al Señor Jesús atado a una columna, despojado de
las vestiduras y en seguida empezó la flagelación. Vi a cuatro
hombres que por turno azotaban al Señor con disciplinas. El
corazón dejaba de latir al ver esos tormentos. Luego el Señor
me dijo estas palabras: Estoy sufriendo un dolor aun mayor del
que estás viendo. Y Jesús me dio a conocer por cuales
pecados se sometió a la flagelación, son los pecados impuros.
Oh, cuanto sufrió Jesús moralmente al someterse a la
flagelación. Entonces Jesús me dijo: Mira y ve el género
humano en el estado actual. En un momento vi cosas terribles:
Los verdugos se alejaron de Jesús, y otros hombres se acercaron
para flagelar los cuales tomaron los látigos y azotaban al
Señor sin piedad. Eran sacerdotes, religiosos y religiosas y
máximos dignatarios de la Iglesia, lo que me sorprendió mucho,
eran laicos de diversa edad y condición, todos descargaban su
ira en el inocente Jesús. Al verlo mi corazón se hundió en una
especie de agonía; y mientras los verdugos lo flagelaban, Jesús
callaba y miraba a lo lejos, pero cuando lo flagelaban aquellas
almas que he mencionado arriba, Jesús cerró los ojos y un
gemido silencioso pero terriblemente doloroso salió de su
Corazón. Y el Señor me dio a conocer detalladamente el peso de
la maldad de aquellas almas ingratas: Ves, he aquí un
suplicio mayor que Mi muerte. Entonces mis labios callaron y
empecé a sentir (186) en mi la agonía y sentía que nadie me
consolaría ni me sacaría de ese estado sino aquel que a eso me
había llevado. Entonces el Señor me dijo: Veo el dolor
sincero de tu corazón que ha dado un inmenso alivio a Mi
Corazón, mira y consuélate.
- Entonces vi. a Jesús clavado en la cruz.
Después de estar Jesús colgado en ella un momento, vi.
toda una multitud de almas crucificadas como Jesús. Vi
la tercera muchedumbre de almas y la segunda de ellas. La
segunda infinidad de almas no estaba clavada en la cruz,
sino que las almas sostenían fuertemente la cruz en la
mano; mientras tanto la tercera multitud de almas no
estaba clavada ni sostenía la cruz fuertemente, sino que
esas almas arrastraban la cruz detrás de si y estaban
descontentas. Entonces Jesús me dijo: Ves, esas almas
que se parecen a Mi en el sufrimiento y en desprecio,
también se parecerán a Mi en la gloria; y aquellas que
menos se asemejan a Mi en el sufrimiento y en el
desprecio, serán menos semejantes a Mi también en la
gloria.
La
mayor parte de las almas crucificadas pertenecían al estado
eclesiástico; vi también almas crucificadas que conozco y eso
me dio mucha alegría. De repente Jesús me dijo: En la
meditación de mañana reflexionaras sobre lo que has visto hoy. Y
en seguida el Señor Jesús desapareció.
- Viernes. Estaba enferma y no pude ir a la
Santa Misa. A las siete de la mañana vi a mi confesor
celebrando la Santa Misa durante la cual veía al Niño
Jesús. Al final de la Santa Misa la visión desapareció
y me vi, como antes, en la celda. Me llenó una alegría
inexpresable de que aunque no pude asistir a la Santa
Misa en nuestra capilla, la escuché de una iglesia muy
lejana. Jesús puede solucionar todo.
(187) 30 de julio de 1935
- Dio de San Ignacio. Recé fervorosamente a
este Santo reprochándole ¿Cómo podía mirarme y no
venia en ayuda en las cuestiones tan importantes como lo
es el cumplimiento de la voluntad de Dios? Le decía a
este Santo: Oh nuestro Patrono, que has sido inflamado
por el fuego del amor y del celo por la mayor gloria de
Dios, te ruego humildemente, ayúdame a cumplir los
designios de Dios. Fue durante la Santa Misa. Entonces al
lado izquierdo del altar vi a San Ignacio con un gran
libro en la mano, diciéndome estas palabras: Hija mía,
no soy indiferente a tu causa. Esta regla se puede
aplicar también a esta Congregación: indicando el libro
con la mano desapareció. Me alegré muchísimo viendo
cuanto los santos piensan en nosotros y lo estrecha que
es la unión con ellos. Oh bondad de Dios, que bello es
el mundo interior porque ya aquí en la tierra nos
relacionamos con los santos. Durante el día entero
sentí la cercanía de este querido Patrono mío.
- 5 de agosto de 1935: Fiesta de Nuestra
Señora de la Misericordia. Me preparé para esta fiesta
con mayor fervor que en los años anteriores. En la
mañana de ese día experimenté la lucha interior al
pensar que debía abandonar esta congregación que goza
de la protección especial de Maria. En esta lucha
transcurrió la meditación, la primera Santa Misa,
durante la segunda Santa Misa rezaba a la Santísima
Madre, diciéndole que me es difícil separarme de la
Congregación que esta bajo Tu protección especial, oh
Maria. Entonces vi a la Santísima Virgen, indeciblemente
bella, que se acercó a mí, del altar a mi reclinatorio
y me abrazó y me dijo estas palabras: Soy Madre de
todos gracias a la insondable misericordia de Dios. El
alma mas querida para mi es aquella que cumple fielmente
la voluntad de Dios. Me dio a entender que cumplo
fielmente todos los deseos (188) de Dios y así he
encontrado la gracia ante sus ojos. Sé valiente, no
tengas miedo de los obstáculos engañosos, sino que
contempla atentamente la Pasión de mi Hijo y de este
modo vencerás.
- Adoración nocturna.
Me
sentía muy sufriente y me parecía que no podría ir a la
adoración, sin embargo reuní toda la fuerza de mi voluntad y a
pesar de haberme caído en la celda, no reparaba en lo que me
dolía teniendo delante de los ojos la Pasión de Jesús. Al
venir a la capilla entendí interiormente lo grande que es la
recompensa que Dios nos prepara, no solamente por las buenas
obras, sino también por el sincero deseo de cumplirlas. Qué
gracia más grande de Dios es ésta.
Oh,
que dulce es trabajar por Dios y para las almas. No quiero
descansar en el combate, sino que lucharé hasta el último soplo
de vida por la gloria de mi Rey y Señor. No rendiré la espada
hasta que me llame delante de su trono; no temo los golpes porque
Dios es mi escudo. El enemigo debe tener miedo de nosotros y no
nosotros del enemigo. Satanás vence solamente a los soberbios y
a los cobardes, porque los humildes tienen la fortaleza. Nada
confunde ni asusta a un alma humilde. He dirigido mi vuelo hacia
el ardor mismo del sol y nada logrará bajármelo. El amor no se
deja encarcelar, es libre como una reina, el amor llega hasta
Dios.
- Una vez, después de la Santa Comunión,
oí estas palabras: Tú eres nuestra morada. En
aquel momento sentí en el alma la presencia de la
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo, me
sentía el templo de Dios, sentía que era hija del Padre;
no se explicar todo, pero el espíritu lo entiende bien.
Oh bondad infinita, cuánto Te humillas hasta una
miserable criatura.
- Si las almas quisieran vivir en el
recogimiento, Dios les hablaría en seguida, ya que la
distracción sofoca la voz de Dios.
- (189) Una vez el Señor me dijo: ¿Por
qué tienes miedo y tiemblas cuando estás unida a Mí?
No Me agrada el alma que se deja llevar por inútiles
temores. ¿Quién se atreve a tocarte cuando estás
Conmigo? El alma mas querida para Mi es la que cree
fuertemente en Mi bondad y la que Me tiene confianza
plenamente; le ofrezco Mi confianza y le doy todo lo que
pide.
- En cierta ocasión el Señor me dijo: Hija
Mía, toma las gracias que la gente desprecia; toma
cuantas puedas llevar. En aquel instante mi alma fue
inundada del amor de Dios. Siento que estoy unida al
Señor tan estrechamente que no cuento palabra con las
cuales podría expresar bien esta unión; siento que todo
lo que Dios tiene, todos los bienes y los tesoros, son
míos, aunque me ocupo poco de ellos, ya que me basta
solamente Él. En Él veo todo, fuera de Él, nada.
No busco la felicidad fuera de mi interior donde mora
Dios. Gozo de Dios en mi interior, aquí vivo continuamente con
Él, aquí existe mi relación mas intima con Él, aquí vivo con
Él segura, aquí no llega la mirada humana. La Santísima Virgen
me anima a relacionarme así con Él.
- Ahora ya no me da amargura cuando padezco
un sufrimiento, ni tampoco las grandes consolaciones me
exaltan; se han adueñado de mi la paz y el equilibrio
del espíritu que proviene del conocimiento de la verdad.
¿Qué
me importa vivir rodeada de corazones enemigos, si tengo la
plenitud de la felicidad en mi alma? O también, ¿a qué me
ayudará la bondad de otros corazones, si no tengo a Dios en mi
interior? Teniendo a Dios en mi interior ¿Quién puede
perjudicarme de algún modo?
+
(190)
JMJ Vilna, 12 VIII 1935
- Ejercicios espirituales de tres días.
Al
anochecer del día anterior a los ejercicios espirituales,
durante [la asignación] nocturna de los puntos [de la
meditación], oí estas palabras: Durante estos ejercicios
espirituales te hablaré por boca de este sacerdote para
asegurarte y fortalecerte sobre la veracidad de Mis palabras con
las cuales hablo en el fondo de tu alma. Aunque estos ejercicios
espirituales los hacen todas las hermanas, no obstante tengo una
atención especial por ti para fortalecerte y hacerte impávida
frente a todas las contrariedades que te esperan; por eso escucha
atentamente sus palabras y medítalas en el fondo de tu alma.
- Oh, cómo quedé sorprendida, dado que
todo lo que el Padre decía sobre la unión con dios y
sobre los impedimentos en esta estrecha unión, yo lo
experimentaba exactamente en el alma y lo oía de Jesús
que hablaba en el fondo de ella. La perfección consiste
en [esta] estrecha unión con Dios.
- En la meditación de las diez, el
sacerdote [177] habló de la misericordia de Dios y de la
bondad de Dios para con nosotros. Dijo que cuando
examinamos la historia de la humanidad, a cada paso vemos
esta gran bondad de Dios. Todos los atributos de Dios,
tales como la omnipotencia, y la sabiduría contribuyen a
revelarnos este máximo atributo, es decir, la bondad de
Dios. La bondad divina es el mayor atributo de Dios. Sin
embargo, muchas almas que tienden a la perfección, no
conocen esta gran bondad de Dios. Todo lo que el
sacerdote dijo en esa meditación sobre la bondad de Dios,
correspondía con lo que Jesús me había dicho [y] se (191)
refería exactamente a la Fiesta de la Misericordia.
Ahora de verdad [he comprendido] claramente lo que el
Señor me prometió y no tengo ninguna duda, la Palabra
de Dios es clara y explicita.
- Durante toda la meditación vi. al Señor
Jesús sobre el altar, con una túnica blanca, teniendo
en la mano mi cuaderno en el que estoy escribiendo estas
cosas. Durante toda la meditación Jesús hojeaba las
páginas del cuaderno y callaba, pero mi corazón no
lograba soportar el ardor que se había incendiado en mi
alma. A pesar de los esfuerzos de la voluntad para
dominarme y para no dejar conocer a los que me rodeaban
lo que pasaba en mi alma, al final de la meditación
sentí que no dependía de mí en absoluto. De repente
Jesús me dijo: No has escrito en este cuaderno todo
sobre Mi bondad hacia los hombres; deseo que no omitas
nada; deseo que tu corazón esté basado en una completa
tranquilidad.
- Oh Jesús, mi corazón deja de latir
cuando contemplo todo lo que haces por mí. Te admiro,
Señor, por humillarte tanto hasta mi alma miserable.
Qué métodos inexplicables usas para convencerme.
- Por primera vez en mi vida tengo los
ejercicios espirituales de este tipo: cada palabra del
sacerdote la entiendo de modo singular y claro, ya que
todo esto lo viví antes en mi alma. Ahora veo que Jesús
no deja en incertidumbre a un alma que lo ama
sinceramente. Jesús desea que un alma que se relaciona
con Él estrechamente, esté plenamente tranquila, a
pesar de los sufrimientos y las contrariedades.
- Ahora comprendo bien que lo que une mas
estrechamente el alma a Dios es negarse a si mismo, es
decir, unir su voluntad a la voluntad de Dios. Esto hace
verdaderamente libre al alma y ayuda al profundo
recogimiento del espíritu, hace livianas todas las penas
de la vida y dulce la muerte.
- (192) Jesús me dijo que si tengo alguna
duda respecto a esta Fiesta o a la fundación de esta
Congregación, o respecto a cualquier cosa de que te
hablé en el fondo de tu alma, te contestaré en seguida
por la boca de este sacerdote.
- Durante una meditación sobre la humildad
me volvió la vieja duda de que un alma tan miserable
como la mía, no cumpliría la tarea que el Señor
exigía. En el mismo momento en que yo analizaba esa duda,
el sacerdote que predicaba los ejercicios espirituales,
interrumpió el tema de la predica y dijo justamente lo
que yo tenia en duda, es decir, que Dios elige
generalmente a las almas mas débiles y mas simples como
instrumentos para realizar sus obras mas grandes, y ésta
es una verdad incontestable. Veamos a quiénes eligió
como Apóstoles, o veamos la historia de la Iglesia, qué
obras tan grandes realizaron las almas que eran las menos
aptas para hacerlo, porque justamente en esa forma las
obras de Dios se revelan como tales. Cuando mi duda
cedió completamente, el sacerdote volvió al tema sobre
la humildad.
Jesús, como siempre durante cada predica, estaba en el
altar y no me decía nada, sino que con su mirada penetraba
amablemente mi pobre alma que [ya] no tenia ninguna excusa.
- Jesús, Vida mía, siento bien que me
estas transformando en Ti, en lo secreto del alma donde
los sentidos perciben muy poco. Oh Salvador mío,
escóndeme entera en lo profundo de Tu corazón y
protégeme con Tus rayos de todo lo que me aleja de Ti,
Te suplico, oh Jesús, que estos dos rayos que salieron
de Tu Misericordiosísimo corazón, alimenten
continuamente mi alma.
- (193) El momento de la confesión.
El
confesor [178] me pregunto si en aquel momento estaba Jesús y si
lo veía. Si, está y lo veo. Me ordenó preguntar por ciertas
personas, Jesús no me contestó nada, pero lo miró. Pero
terminada la confesión, mientras hacia la penitencia, Jesús, me
dijo estas palabras: Ve y consuélalo de Mi parte. Sin
entender el significado de estas palabras, en seguida repetí lo
que Jesús me había ordenado.
- Durante todo el tiempo de los ejercicios
espirituales estuve sin cesar en contacto con Jesús y me
uní a Él con toda la fuerza de mi corazón.
- El día de la renovación de los votos. Al
comienzo de la Santa Misa como siempre vi a Jesús que
nos bendijo y entró en el tabernáculo. Luego vi a la
Santísima Virgen con una túnica blanca, un manto, azul,
y la cabeza descubierta, que desde el altar se me acercó,
me tocó con sus manos, me cubrió con su manto, y me
dijo: Ofrece estos votos por Polonia. Reza por ella. 15
VIII.
- En la noche del mismo día sentí en el
alma una gran nostalgia de Dios; no lo veo con los ojos
del cuerpo como antes, sino que lo siento y no comprendo;
eso me produce un anhelo y un tormento indescriptibles.
Me muero del deseo de poseerlo para sumergirme en Él por
la eternidad. Mi espíritu tiene a Él con todas las
fuerzas, no hay nada en el mundo que pueda consolarme.
Oh
Amor Eterno, ahora entiendo en qué estrechas relaciones de
intimidad estaba mi corazón Contigo. ¿Qué podrá satisfacerme
en el cielo o en la tierra fuera de Ti?, oh Dios mío, en Quien
se ahogó mi alma.
- (194) Una noche, cuando desde mi celda
miré al cielo y vi un esplendido firmamento sembrado de
estrellas y la luna, de repente entró en mi alma el
fuego de amor inconcebible hacia mi Creador, y sin saber
soportar el deseo que había crecido en mi alma hacia Él,
me caí de cara al suelo humillándome en el polvo. Lo
adoré por todas sus obras y cuando mi corazón no pudo
soportar lo que en él pasaba, irrumpí en llanto.
Entonces me tocó el Ángel Custodio y me dijo estas
palabras: El Señor me hace decirte que te levantes
del suelo. Lo hice inmediatamente, pero mi alma no
tuvo consuelo. El anhelo de Dios me invadió aun más.
- Un día en que estaba en la adoración, y
mi espíritu como si estuviera en agonía [añorándolo]
a Él y no lograba retener las lágrimas, vi a un
espíritu de gran belleza, que me dijo estas palabras: No
llores, dice el Señor. Un momento después pregunté:
¿Quién eres? Y él me contestó: Soy uno de los
siete espíritus que día y noche están delante del
trono de Dios y lo adoran sin cesar. Sin embargo este
espíritu no alivio mi añoranza, sino que suscitó en
mí un anhelo más grande de Dios. Este espíritu es muy
bello y su belleza se debe a una estrecha unión con Dios.
Este espíritu no me deja ni por un momento, me acompaña
en todas partes.
- Al día siguiente, durante la Santa Misa,
antes de la elevación, aquel espíritu empezó a cantar
estas palabras: Santo, Santo, Santo. Su voz era
como miles de voces, imposible describirlo. De repente mi
espíritu fue unido a Dios, en un momento vi la grandeza
y la santidad inconcebibles de Dios y al mismo tiempo
conocí (195) la nulidad que soy de por mi. Conocí mas
claramente que en cualquier otro momento del pasado, las
Tres Personas Divinas: el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo. Sin embargo su esencia es Una, como también la
igualdad y la Majestad. Mi alma se relaciona con las Tres
Personas, pero no logro explicarlo con palabras, pero el
alma lo comprende bien. Cualquiera que esté unido con
una de estas Tres Personas, por este mismo hecho está
unido con toda la Santísima Trinidad, porque su unidad
es indivisible. Esa visión, es decir, ese conocimiento
inundó mi alma de una felicidad inimaginable, por ser
dios tan grande. Lo que he descrito arriba, no lo vi con
los ojos, como anteriormente, sino dentro de mí, de modo
puramente espiritual e independiente de los sentidos. Eso
duró hasta el fin de la Santa Misa.
Ahora,
esto me sucede a menudo y no solamente en la capilla, sino
también durante el trabajo y cuando menos lo espero.
- Cuando nuestro confesor [179] estaba
ausente, yo me confesaba con el arzobispo [180]. Al
descubrirle mi alma, recibí esta respuesta: Hija mía,
ármate de mucha paciencia, si estas cosas vienen de Dios,
tarde o temprano, se realizaran y te digo estar
completamente tranquila. Yo, hija mía, te entiendo bien
en estas cosas; y ahora, en cuanto al abandono de la
Congregación y la idea de [fundar] otra, ni siquiera
pienses en esto, ya que seria una grave tentación
interior. Terminada la confesión, le dije a Jesús:
¿Por qué me mandas hacer estas cosas y no me das la
posibilidad de cumplirlas? De repente, después de la
Santa Comunión vi al Señor Jesús en la misma capilla
en la que me había confesado, con el mismo aspecto con
el que está pintado en esta imagen; el Señor me dijo: No
estés triste, le haré comprender las cosas que exijo de
ti. Cuando salíamos, (196) el arzobispo estaba muy
ocupado pero nos dijo volver y esperar un momento. Cuando
entramos otra vez en la capilla, oí en el alma estas
palabras: Dile lo que has visto en esta capilla. En
aquel momento entró el arzobispo y preguntó si no
teníamos nada que decirle. Sin embargo, aunque tenía la
orden de hablar, no pude porque estaba en compañía de
una de las hermanas. Todavía una palabra sobre la
confesión: Impetrar la misericordia para el mundo, es
una idea grande y bella, ruegue mucho, hermana, por la
misericordia para los pecadores, pero hágalo en su
propio convento.
- El día siguiente, viernes 13 XI 1935.
Por
la tarde, estando yo en mi celda, vi al ángel, ejecutor de la
ira de Dios. Tenía una túnica clara, el rostro resplandeciente;
una nube debajo de sus pies, de la nube salía rayos y
relámpagos e iban a las manos y de su mano salían y alcanzaban
la tierra. Al ver esta señal de la ira divina que iba a castigar
la tierra y especialmente cierto lugar, por justos motivos que no
puedo nombrar, empecé a pedir al ángel que se contuviera por
algún tiempo y el mundo haría penitencia. Pero mi suplica era
nada comparada con la ira de Dios. En aquel momento vi a la
Santísima Trinidad. La grandeza de su Majestad me penetró
profundamente y no me atreví a repetir la plegaria. En aquel
mismo instante sentí en mi alma la fuerza de la gracia de Jesús
que mora en mi alma; al darme cuenta de esta gracia, en el mismo
momento fui raptada delante del trono de Dios. Oh, que grande es
el Señor y Dios nuestro e inconcebible su santidad. No trataré
de describir esta grandeza porque dentro de poco la veremos todos,
tal como es. Me puse a rogar (197) a Dios por el mundo con las
palabras que oí dentro de mi.
- Cuando así rezaba, vi la impotencia del
ángel que no podía cumplir el justo castigo que
correspondía por los pecados. Nunca antes había rogado
con tal potencia interior como entonces. Las palabras con
las cuales suplicaba a Dios son las siguientes: Padre
Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la
Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor
Jesucristo, por nuestros pecados y los del mundo entero.
Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros.
- A la mañana siguiente, cuando entré en
nuestra capilla, oí esta voz interior: Cuantas veces
entres en la capilla reza en seguida esta oración que te
enseñé ayer. Cuando recé esta plegaria, oí en el
alma estas palabras: Esta oración es para aplacar Mi
ira, la rezarás durante nueve días con un rosario
común, de modo siguiente: primero rezarás una vez el
Padre nuestro y el Ave Maria y el Credo, después, en las
cuentas correspondientes al Padre nuestro, dirás las
siguientes palabras: Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y
la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo,
nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros
pecados y los del mundo entero; en las cuentas del Ave
Maria, dirás las siguientes palabras: Por su dolorosa
Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Para terminar, dirás tres veces estas palabras: Santo
Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros y del mundo entero [181].
- El silencio es una espada en la lucha
espiritual; un alma platicadora no alcanzará la
santidad. Esta espada del silencio cortará todo lo que
quiera pegarse al alma. Somos sensibles a las palabras y
queremos responder de inmediato, sensibles, sin reparar
si es la voluntad de Dios que hablemos. El alma
silenciosa es fuerte; ninguna contrariedad le hará daño
si persevera en el silencio. El alma (198) silenciosa es
capaz de la mas profunda unión con Dios; vive casi
siempre bajo la inspiración del Espíritu Santo. En el
alma silenciosa Dios obra sin obstáculos.
- Oh Jesús mío, Tu sabes, solamente Tú
sabes bien que mi corazón no conoce otro amor fuera de
Ti. Todo mi amor virginal es anegado en ti, oh Jesús,
por la eternidad. Siento bien que Tu Sangre divina
circula en mi corazón; no hay duda alguna que con Tu
preciosísima Sangre ha entrado en mi corazón Tu
purísimo Amor. Siento que moras en mí con el Padre y el
Espíritu Santo o más bien siento que yo vivo en Ti, oh
Dios inimaginable. Siento que me disuelvo en Ti como una
gota en el océano. Siento que estas fuera de mí y en
mis entrañas, siento que estas en todo lo que me rodea,
en todo lo que me sucede. Oh Dios mío, Te he conocido
dentro de mi corazón y Te he amado por encima de
cualquier cosa que exista en la tierra o en el cielo.
Nuestros corazones se entienden mutuamente, pero ningún
hombre lo comprenderá.
- La segunda confesión con el arzobispo [182].
Has de saber, hija mía, que si ésta es la voluntad de
Dios, tarde o temprano, se realizara, porque la voluntad
de Dios tiene que cumplirse. Ama a Dios en tu corazón,
ten&hellip[la frase queda interrumpida].
- 29 IX Fiesta de San Miguel Arcángel [183].
He quedado unida íntimamente a Dios. Su presencia me
penetra profundamente y me llena de serenidad, de
alegría y de asombro. Después de esos momentos de
plegaria estoy llena de fuerza, de una valentía
misteriosa para afrontar sufrimientos y la lucha; nada me
espanta, aunque el mundo entero esté en contra de mí;
todas las contrariedades tocan la superficie, pero no
tienen acceso a (199) mi interior, porque allí mora Dios
que me da fuerza, que me colma. Contra su escabel se
estrellan todas las emboscadas del enemigo. En estos
momentos de la unión Dios me sostiene con su poder; me
da su poder, y me capacita para amarlo. El alma nunca lo
alcanza con sus propios esfuerzos. Al comienzo de esta
gracia interior, me llenaba el miedo y empecé a guiarme,
es decir dejarme llevar por el temor, pero poco después
el Señor me dio a conocer cuanto eso le desagradaba.
Pero también esto lo decidió Él Mismo, mi tranquilidad.
- Casi cada solemnidad en la santa Iglesia
me da un conocimiento mas profundo de Dios y una gracia
especial, por eso me preparo a cada solemnidad y me uno
estrechamente al espíritu de la Iglesia. Qué alegría
ser una hija fiel de la Iglesia. Oh, cuanto amo a la
santa Iglesia y a todos quienes viven en ella. Los miro
como miembros vivos de cristo que es su Cabeza. Me
inflamo de amor con los que aman, sufro con los que
sufren, el dolor me consume mirando a los tibios y a los
ingratos; entonces procuro un amor tan grande hacia Dios
que compense por aquellos que no lo aman, que alimentan a
su Salvador con negra ingratitud.
- Oh Dios mío, estoy consciente de mi
misión en la santa Iglesia. Mi empeño continuo es
impetrar la misericordia para el mundo. Me uno
estrechamente a Jesús y me presento como victima que
implora por el mundo. Dios no me rehusará nada cuando le
suplico con la voz de Su Hijo. Mi sacrificio es nada por
si mismo, pero cuando lo uno al sacrificio de Jesús, se
hace omnipotente y tiene la fuerza para aplacar la ira
divina. Dios nos ama en Su Hijo, la dolorosa Pasión del
Hijo de Dios es un continuo aplacamiento de la ira de
Dios.
- (200) Oh Dios, cuanto deseo que las almas
Te conozcan, que sepan que las Te conozcan, que sepan que
las creaste por Tu amor inconcebible; oh Creador y Señor,
siento que descorreré las cortinas del cielo para que la
tierra no dude de Tu bondad.
Haz
de mi, oh Jesús, una victima agradable y pura delante del Rostro
de Tu Padre. Oh Jesús, transfórmame miserable y pecadora, en Ti,
ya que Tú puedes todo y entrégame a Tu Padre Eterno. Deseo
transformarme en la hostia expiatoria delante de Ti, pero en una
hostia no consagrada delante de los hombres; deseo que la
fragancia de mi sacrificio sea conocida sólo por Ti, Oh Dios
Eterno, arde en mi el fuego inextinguible de la suplica por Tu
misericordia; siento y comprendo que ésta es mi tarea, aquí y
en la eternidad. Tú Mismo me has ordenado hablar de esta gran
misericordia Tuya y de Tu bondad.
- En cierta ocasión comprendí, cuánto le
desagrada a Dios la acción, aunque sea la más laudable,
sin el sello de la intención pura; tales acciones
incitan a Dios más bien al castigo que a la recompensa.
Que en nuestra vida las haya lo menos posible, mientras
en la vida religiosa no deberían existir en absoluto.
- Con igual disposición recibo la alegría
y el sufrimiento, la alabanza y la humillación; recuerdo
que la una y la otra son pasajeras. ¿Qué me importa lo
que digan de mí? Ya hace mucho he renunciado de todo lo
que concierne a mi persona. Mi nombre es hostia, es decir,
victima, pero no en la palabra sino en la acción, en el
anonadamiento de mi misma, en asemejarme a Ti en la cruz,
oh Buen Jesús y Maestro mío.
- (201) Oh Jesús, cuando vienes a mi [en]
la Santa Comunión, Tu que Te has dignado morar con el
Padre y el Espíritu Santo en el pequeño cielo de mi
corazón, procuro acompañarte durante el día entero, no
Te dejo solo ni un momento. Aunque estoy en compañía de
otras personas o con las alumnas, mi corazón está
siempre unido a Él. Cuando me duermo, le ofrezco cada
latido de mi corazón, cuando me despierto, me sumerjo en
Él sin decir una palabra. Al despertarme, adoro un
momento la Santísima Trinidad y le agradezco por haberme
ofrecido un día mas, que una vez mas va a repetirse en
mi el misterio de la Encarnación de Su Hijo, que una vez
mas delante de mis ojos va a repetirse su dolorosa
Pasión. Trato entonces de facilitar a Jesús el paso a
través de mí a otras almas. Con Jesús voy a todas
partes, su presencia me acompaña en todas partes.
- En los sufrimientos del alma o del cuerpo
trato de callar porque entonces mi espíritu adquiere
fortaleza que viene de la Pasión de Jesús. Delante de
mis ojos tengo siempre su Rostro doloroso, insultado y
desfigurado, su Corazón divino, traspasado por nuestros
pecados y especialmente por la ingratitud de las almas
elegidas.
- Doble advertencia para que me preparase a
los sufrimientos que me esperaban [en] Varsovia; la
primera advertencia fue interior, a través de una voz,
escuchada, la segunda fue durante la Santa Misa. Antes de
la elevación vi a Jesús crucificado que me dijo: Prepárate
a los sufrimientos. Agradecí al Señor esta gracia
de haberme advertido y le dije al Señor que seguramente
no sufriré más que Tu, Salvador mío. No obstante me lo
tomé a pecho e iba fortaleciéndome con la plegaria y
con pequeños sufrimientos para poder soportar mayores
cuando llegasen.
- 19 X 1935
- Salida de Vilna a Cracovia para los
ejercicios espirituales de ocho días.
El
viernes por la noche durante el rosario cuando pensaba en el
viaje del día siguiente y en la importancia de la cuestión que
iba a presentar al Padre Andrasz [184], me invadió el miedo
viendo claramente mi miseria y mi inaptitud frente a la grandeza
de la obra de Dios. Aplastada por ese sufrimiento, me sometí a
la voluntad de Dios. En aquel instante vi a Jesús junto a mi
reclinatorio, con una túnica clara, y me dijo estas palabras: ¿Por
qué tienes miedo de cumplir Mi voluntad? ¿Crees que no te
ayudaré como hasta ahora? Repite cada exigencia Mía delante de
aquellos que Me sustituyen en la tierra y haz solamente lo que te
manden. En aquel momento una [gran] fuerza entró en mi alma.
- A la mañana siguiente vi. al Ángel
Custodio que me acompañó en el viaje hasta Varsovia.
Cuando entramos al convento desapareció. Cuando
pasábamos junto a una pequeña capillita para saludar a
las Superioras, en un momento me envolvió la presencia
de Dios y el Señor me llenó del fuego de su amor. En
tales momentos siempre conozco mejor la grandeza de su
Majestad.
Al
subirnos al tren de Varsovia a Cracovia, vi nuevamente a mi
Ángel Custodio junto a mí, que rezaba contemplando a Dios, y mi
pensamiento lo siguió, y cuando entramos en la puerta del
convento desapareció.
- Al entrar en la capilla, la Majestad de
Dios me envolvió otra vez, me sentía sumergida
totalmente en dios, toda sumergida en Él y penetrada,
viendo cuánto el Padre Celestial nos ama. Oh, qué gran
felicidad llena mi alma por el conocimiento de Dios, de
la vida de Dios. Deseo compartir esta felicidad con todos
los hombres, no puedo encerrar esta felicidad en mi
corazón solamente, porque sus rayos me queman y hacen
estallar mi pecho y mis entrañas. Deseo atravesar el
mundo entero y hablar a las almas de la gran misericordia
de Dios. Oh sacerdotes, ayúdenme en esto, usen las
palabras mas convincentes sobre su misericordia, porque
toda expresión es muy débil para expresar lo
misericordioso que es.
+
(203)
JMJ Cracovia 20 X 1935
- Ejercicios espirituales de ocho días.
Oh
Dios Eterno, Bondad misma, inconcebible en Tu misericordia por
ninguna mente humana ni angélica, ayúdame, una niña débil, a
cumplir Tu santa voluntad, tal y como me la das a conocer. No
deseo otra cosa que cumplir los deseos de Dios. He aquí, Señor,
mi alma y mi cuerpo, mi mente y mi voluntad, mi corazón y todo
mi amor y dispón de mí según Tus eternos designios.
- Después de la Santa Comunión mi alma fue
inundada nuevamente por el amor de Dios. Gozo de su
grandeza; aquí veo claramente su voluntad la cual debo
cumplir y a la vez veo mi debilidad y mi miseria, veo que
sin su ayuda no puedo hacer nada.
- En el segundo día de los ejercicios
espirituales.
Antes
de ir al locutorio del Padre Andrasz, sentí el miedo debido a
que, después de todo, el secreto existe solamente en el
confesionario; fue un temor infundado. La madre Superiora me
tranquilizó con una sola palabra. Pero cuando entré en la
capilla, oí en el alma estas palabras: Deseo que para con Mí
suplente seas tan sincera y simple como una niña, así como eres
Conmigo; de lo contrario te abandonaré y no Me relacionaré
contigo.
De
veras, Dios me concedió esta gran gracia de la confianza
absoluta y, terminada la conversación, Dios me concedió la
gracia de una profunda serenidad y de luz respecto a estas cosas.
- Oh Jesús, Luz eterna, ilumina mi mente,
fortalece mi voluntad e incendia mi corazón. Quédate
conmigo como me has prometido, porque sin Ti no soy nada.
Tú sabes, oh Jesús mío, lo débil que soy seguro que
no tengo que decírtelo, ya que tú eres quien sabe mejor
lo miserable que soy. En Ti toda mi fuerza.
- (204) El día de la confesión.
Desde
la primera hora empecé a sentir la lucha interior tan fuerte
como nunca antes. El abandono total de parte de Dios; sentí toda
la debilidad que soy, me agobiaban los pensamientos: ¿Por qué
debería abandonar este convento donde me quieren las hermanas y
las Superioras?, la vida [es] tan tranquila; ligada por los votos
perpetuos, cumplo mis deberes con facilidad; ¿por qué escuchar
la voz de la conciencia? ¿por qué seguir fielmente la
inspiración? ¿quién sabe de quién proviene? ¿no es mejor
comportarme como todas las hermanas? Quizá pueda sofocar las
palabras del Señor, sin hacerles caso. Quizá Dios no me pida
hacer cuentas de ellas en el día del juicio. ¿A dónde me
llevará esta voz interior? Si la sigo, me esperan terribles
tribulaciones, sufrimientos y contrariedades; tengo miedo del
futuro y en el día de hoy estoy agonizando.
Ese
sufrimiento duró el día entero con igual tensión. Al anochecer,
al acercarme a la confesión, a pesar de haberme preparado antes,
no pude confesarme en absoluto; recibí la absolución, me alejé
sin saber lo que pasaba conmigo. Al acostarme, el sufrimiento
creció al máximo grado, o mejor dicho se transformó en un
fuego que como un relámpago penetró todas las facultades del
alma, hasta la medula de los huesos, hasta la más secreta
célula del corazón. En ese sufrimiento no lograba hacer nada:
Que se haga Tu voluntad, Señor; pero en algunos momentos ni
siquiera pude pensar en eso; de verdad, me ahogaba un miedo
mortal y me tocaba el fuego infernal. En la madrugada reinó el
silencio y los sufrimientos desaparecieron en un abrir y cerrar
de ojos, pero sentía un agotamiento tan tremendo que no pude
hacer el mas pequeño movimiento; poco a poco me volvía las
fuerzas mientras hablaba con la Madre Superiora, pero solamente
Dios sabe cómo me sentí durante todo el día.
- Oh Verdad eterna, Palabra encarnada que
has cumplido la voluntad de Tu Padre de manera mas fiel,
hoy me vuelvo mártir de Tus inspiraciones por no poder
realizarlas, visto que carezco de mi propia voluntad; a
pesar de conocer claramente Tu santa voluntad (205)
dentro de mi, me someto en todo a la voluntad de las
Superioras y del confesor; yo la cumpliré en la medida
en que Tu me lo permitas por medio de Tu representante.
Oh Jesús mío, antepongo la voz de la Iglesia a la voz
con la cual Tú me hablas.
- Después de la Santa Comunión.
Vi
a Jesús, como siempre, diciéndome estas palabras: Apoya tu
cabeza en Mi brazo y descansa y toma fuerza. Yo estoy siempre
contigo. Dile al amigo de Mi Corazón, dile, que Me sirvo de tan
débiles criaturas para realizar Mis obras. Después mi
espíritu fue fortalecido con una extraña fuerza. Dile que le
permití conocer tu debilidad en la confesión, lo que eres por
ti misma.
- Cada lucha mantenida con valentía me trae
alegría y paz, luz y experiencia, animo para el futuro,
honor y gloria a Dios y a mí la recompensa final.
Hoy
es la fiesta de cristo Rey [185].
- Durante la Santa Misa rogué con fervor
que Jesús sea el Rey de todos los corazones, que la
gracia de Dios resplandezca en cada alma. Entonces vi a
Jesús, tal y como está pintado en esta imagen,
diciéndome estas palabras: Hija Mía, Me rindes la
mayor gloria cumpliendo fielmente Mis deseos.
- Oh, qué grande es Tu belleza, Jesús,
Esposo mío, Flor viva, vivificante, en la que está
encerrado el rocío que da la vida al alma sedienta. En
Ti se sumergió mi alma. Tu solamente eres el objeto de
mis aspiraciones y de mis deseos, úneme lo mas estrecho
posible a Ti y al Padre y al Espíritu Santo para que
viva y muera en Ti.
- Sólo el amor tiene importancia, es él
que eleva nuestras más pequeñas acciones hasta la
infinidad.
- Oh Jesús mío, de verdad, yo no sabría
vivir sin Ti, mi espíritu se ha fundido con el Tuyo.
Nadie lo comprenderá bien, primero hay que vivir de Ti
para conocerte en los demás.
- Cracovia 25 X 1935
- Propósitos después de los ejercicios
espirituales.
No hacer nada sin el permiso del confesor y la
aceptación de las Superioras en todo y especialmente en las
inspiraciones y las exigencias del Señor.
Todos los momentos libres los pasaré con el Huésped
Divino dentro de mí; procuraré mantener el silencio interior y
exterior para que Jesús descanse en mi corazón.
Mi descanso mas grato será en servir y ser disponible a
las hermanas. Olvidarme de mi misma y pensar en agradar a las
hermanas.
No me justificaré ni excusaré de ningún reproche que
me hagan, permitiré juzgarme por cualquiera y en cualquier modo.
Tengo a un solo Confidente a quien revelo todo y lo es
Jesús en la Eucaristía y en substitución de Él, el confesor.
En todos los sufrimientos del alma o del cuerpo, en las
tinieblas o en el abandono me callaré como una paloma sin
quejarme.
Me anonadaré en cada momento como una victima [postrándome]
a sus pies para impetrar misericordia por las pobres almas.
- Toda mi nulidad se ahoga en el mar de Tu
misericordia; con la confianza del niño me arrojo entre
Tus brazos, Padre de Misericordia, para compensarte de la
desconfianza de tantas almas que tienen miedo de confiar
en Ti. Oh, qué pequeño es el numero de almas que Te
conocen verdaderamente. Oh, cómo deseo que la Fiesta de
la Misericordia sea conocida por las almas. La
misericordia es la corona de Tus obras; Tú dispones todo
con el cariño de la madre más tierna.
+
506 (207) JMJ Cracovia 27 X 1935
Padre Andrasz &ndash consejo espiritual.
No hacer nada sin el consentimiento de las Superioras.
Esta cuestión hay que reflexionarla bien y rezar mucho. En estas
cosas hay que ser muy prudente, ya que usted, hermana, tiene
aquí la voluntad de Dios segura y evidente, porque está unida a
esta orden por los votos, perpetuos además; pues no debe haber
dudas, y lo que tiene dentro de si, son apenas relámpagos de la
creación de algo. Dios puede hacer algún cambio, pero estas
cosas suceden muy raramente. Hasta que usted no reciba un
conocimiento más evidente, no tenga prisa. Las obras de Dios van
lentamente; si son de Dios, los conocerá claramente y si no, se
esfumarán y usted obedeciendo no se extraviará. Pero debe
hablar de todo sinceramente con el confesor y escucharlo
ciegamente.
Ahora no le queda, hermana, otra cosa que aceptar el
sufrimiento hasta que esto se aclare, es decir, hasta la
solución de este problema. Su disposición respecto a estas
cosas es buena y siga así, llena de sencillez y de espíritu de
obediencia es una buena señal. Si usted, hermana, sigue en esta
disposición, Dios no le permitirá extraviarse; en la medida en
que es posible, mantenerse alejada de estas cosas y si, a pesar
de eso, suceden, tomarlas con tranquilidad, no tener miedo de
nada. Está en las buenas manos de Dios tan bueno. En todo lo que
me ha dicho, no veo ninguna ilusión ni contradicción a la fe:
éstas son las cosas buenas de por si y hasta seria bueno que
hubiera un grupo de almas que pidieran a Dios por el mundo,
porque todos necesitamos oraciones. Tiene un buen director
espiritual y aténgase a él y esté tranquila. Sea fiel a la
voluntad de Dios y cúmplala. En cuanto a las tareas, haga lo que
manden, tal y como lo manden aunque fuera una cosa mas humillante
y penosa. Elija siempre el último lugar y entonces le dirán:
Siéntate mas arriba. En el alma y en el comportamiento debe
considerarse la ultima de toda la casa y de toda la Congregación.
En todo y siempre la máxima fidelidad a Dios.
507 (208) Deseo, Jesús mío, sufrir y arder con el
fuego del amor en todos los acontecimientos de la vida.
Pertenezco a Ti entera, deseo abismarme en Ti, oh Jesús, deseo
perderme en Tu divina belleza. Tú me persigues, Señor, con Tu
amor, como un rayo del sol penetras dentro de mí y transformas
la oscuridad de mi alma en Tu claridad. Siento bien que vivo en
Ti como una chispa pequeñita absorbida por un ardor increíble,
en que Tú ardes, oh Trinidad impenetrable. No existe un gozo
mayor que el amor de Dios. Ya aquí en la tierra podemos gustar
la vida de los habitantes del cielo por medio de una estrecha
unidad con Dios, misteriosa y a veces inconcebible para nosotros.
Se puede obtener la misma gracia con la simple fidelidad del alma.
- Cuando se apodera de mi el sentido
de desgana y de monotonía en cuanto a mis
deberes, entonces me recuerdo de que estoy en la
casa del Señor donde no hay nada pequeño, donde
de la pequeña acción mía, llevada acabo con la
intención dirigida al cielo, puede depender la
gloria de la Iglesia y el progreso de mas de un
alma, pues no hay nada pequeño en el convento.
- Entre las contrariedades que estoy
experimentando, recuerdo que el tiempo de la
lucha no ha terminado, me armo de paciencia y de
este modo venzo a mi adversario.
- No busco con curiosidad la
perfección en ninguna parte, sino que penetro en
el espíritu de Jesús y contemplo sus acciones
que tengo relatadas en el evangelio y aunque
viviera mil años, no agotaría lo que en él
esta contenido.
- Cuando mis intenciones no son
aceptadas y [mas bien] condenadas, no me
sorprendo mucho, ya que sé que solamente Dios
penetra mi corazón. La verdad no se pierde y el
corazón herido se tranquilizara con el tiempo y
mi espíritu se fortalece en las contrariedades.
No siempre escucho lo que me dice el corazón,
sino que pido a Dios luz; cuando siento que he
recuperado el equilibrio, entonces hablo más.
- (209) El día de la renovación de
los votos. La presencia de Dios inundó mi alma.
Durante la Santa Misa vi. a Jesús que me dijo
estas palabras: Tú eres para Mí un gran gozo,
tu amor y tu humildad hacen que dejo los tronos
del cielo y Me uno a ti. El amor allana el abismo
que hay entre Mi grandeza y tu nulidad.
- El amor inunda mi alma, estoy
sumergida en el océano del amor, siento que me
desmayo y me pierdo completamente en Él.
- Oh Jesús, haz a mi corazón
semejante al Tuyo, o más bien transfórmalo en
Tu propio [Corazón] para que pueda sentir las
necesidades de otros corazones y, especialmente,
de los que sufren y están tristes. Que los rayos
de la misericordia descansen en mi corazón.
- Una vez, al anochecer, cuando
paseaba por la huerta rezando el rosario, llegué
hasta el cementerio [186], entreabrí la puerta y
me puse a rezar un momento y les pregunté a
ellas dentro de mí: ¿Seguramente serán muy
felices? De repente oí estas palabras: Somos
felices en la medida en que hemos cumplido la
voluntad de Dios&hellip y después, el
silencio como antes. Me ensimismé y pensé mucho
tiempo cómo yo cumplo la voluntad de Dios y
cómo aprovecho el tiempo que Dios me concede.
- Ese mismo día, cuando fui a
descansar, durante la noche me vino a visitar un
alma pequeña que golpeando en la mesilla de
noche, me despertó y pidió oración. Quise
preguntarle quien era, pero mortifiqué mi
curiosidad y uní esa pequeña mortificación a
la oración y la ofrecí por ella.
- Una vez, cuando fui a visitar a
una hermana enferma [187] que tenia ya ochenta y
cuatro años y se distinguía por muchas virtudes,
le pregunté: ¿Seguramente ya estará usted,
hermana, preparada a presentarse delante del
Señor? Me contestó que durante toda la vida
venia preparándose para esta ultima hora y
añadió que la edad no dispensa de la lucha.
- (210) + En víspera del día de
los difuntos, cuanto al atardecer fui al
cementerio que estaba cerrado, pero entreabrí un
poco la puerta y dije: Si desean, queridas almas,
alguna cosa, la haré con gusto, dentro de lo que
me permite la regla. Entonces oí estas palabras:
Cumple la voluntad de Dios. Nosotras somos
felices en la medida en que hemos cumplido la
voluntad de Dios.
- Por la noche aquellas almas
vinieron y me pidieron orar; recé mucho por
ellas. Mientras la procesión volvía del
cementerio, vi una multitud de almas que junto
con nosotras iban a la capilla, rezaban junto con
nosotras. Recé mucho porque tenia el permiso de
las Superioras [188].
- En la noche volvió a visitarme un
alma que ya había visto anteriormente, pero esa
alma no me pidió oraciones, sino que me
reprochó que antes yo era muy vanidosa y
soberbia, y ahora intercedes tanto por otros
teniendo aun algunos defectos. Contesté que
había sido muy soberbia y vanidosa, pero que ya
me confesé e hice penitencia por mi estupidez y
confío en la bondad de mi Dios, y si ahora caigo,
es más bien involuntariamente y nunca con
premeditación, aunque sea en la cosa más
pequeña. Sin embargo aquella alma empezó a
hacerme reproches: ¿Por qué no quieres
reconocer mi grandeza? Todos me reconocen por mis
grandes obras, ¿por qué solamente tú no me das
gloria? Entonces vi que en aquella figura estaba
Satanás y dije: A Dios Mismo es debido la gloria,
¡lárgate, Satanás! Y de inmediato esa alma
cayó en un abismo horrible, inconcebible,
indescriptible; y dije a aquella miserable alma
que yo se lo diría a toda la Iglesia.
- El sábado volvimos ya de Cracovia
a Vilna. En el camino pasamos por Czestochowa.
Cuando recé delante de la imagen milagrosa,
sentí que eran agradables [la frase interrumpida].
SEGUNDO
CUADERNO
Cantaré
por la eternidad
la
misericordia del Señor
La
Divina Misericordia
en
mi alma
DIARIO
Sor
M. Faustina
(1) +
JMJ
- + Cantaré eternamente la
misericordia del Señor
Delante de todo el pueblo,
Ya que éste es el mayor atributo de Dios
Y para nosotros un milagro continuo.
Brotas de la Divina Trinidad,
Pero de un único seno amoroso;
La misericordia del Señor aparecerá en el alma
En toda su plenitud, cuando caiga el velo.
De la fuente de Tu misericordia, oh Señor,
Fluyen toda felicidad y toda vida;
Y así, todas las criaturas y todas las cosas
Cantad con éxtasis el himno de la misericordia.
Las entrañas de la Divina Misericordia abiertas
Para nosotros,
Por la vida de Jesús extendido en la cruz;
No deberías dudar ni desesperar, oh pecador,
Sino confiar en la misericordia,
Porque tú también puedes ser santo.
Dos manantiales brotaron en forma de rayos,
Del Corazón de Jesús,
No para los ángeles, ni querubines, ni serafines,
Sino para salvar al hombre pecador.
(2) +
JMJ
523 Oh voluntad de Dios
Sé mi amor.
Oh Jesús mío, Tu sabes que por mi misma no hubiera
escrito ni una sola letra y si escribo es por una clara orden de
la santa obediencia [189].
Dios y las almas
Sor M. Faustina
del Santísimo sacramento [190]
524 + Oh Jesús, Dios oculto,
Mi corazón Te siente,
Aunque Te cubren los velos,
Tú sabes que Te amo.
525 (3) + Vilna, 24 XI 1935
JMJ + Segundo cuaderno
Dios sea adorado
Oh Santísima Trinidad, en la que esta encerrada la vida
interior de dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, oh gozo eterno,
inconcebible abismo de amor que Te derramas sobre todas las
criaturas y las haces felices, honor y gloria a Tu nombre por los
siglos de los siglos. Amen.
Cuando conozco Tu grandeza y Tu belleza, oh Dios mío,
me alegro indeciblemente por ser tan grande el señor a quien
sirvo. Con amor y alegría cumplo su santa voluntad y cuanto más
lo conozco, tanto mas ardientemente deseo amarlo. Me quema el
deseo de amarlo cada vez más.
526 (4) + El 14. Este jueves, mientras hacíamos la
adoración nocturna [191], al principio no pude rezar, una aridez
se adueñó de mí; no pude contemplar la dolorosa Pasión de
Jesús, pero me postré en cruz y ofrecí la dolorosa Pasión del
Señor Jesús al Padre Celestial como satisfacción por los
pecados del mundo entero. Al levantarme del suelo después de
aquella plegaria y al volver a mi reclinatorio, de repente vi a
Jesús junto a él. El Señor Jesús con el mismo aspecto que
tenia durante la flagelación, en la mano tenia la túnica blanca
con la que me vistió y un cinturón con el que me ciñó y me
cubrió con un manto rojo igual al que le cubría a Él en la
Pasión, y un velo del mismo color y me dijo: Tu y tus
compañeras tendrán un habito igual; Mi vida desde el nacimiento
hasta la muerte en la cruz será su regla. Contémplame y vive
según esto; deseo que penetres mas profundamente en Mi espíritu
(5) y [tengas presente] que soy manso y humilde de
Corazón.
- Una vez sentí en el alma un
apremio para que me pusiera a la obra y cumpliera
todo lo que Dios exigía de mí. Entré un
momento en la capilla, oí esta voz en el alma: ¿Por
qué tienes miedo? Piensas que Me faltará la
omnipotencia para ayudarte? Y [en] aquel
momento sentí en el alma una extraña fuerza y
me parecieron nada todas las contrariedades que
me habrían podido suceder [en] el cumplimiento
de la voluntad de Dios.
- El viernes, durante la Santa Misa,
siendo mi alma inundada por la felicidad de Dios,
oí en el alma estas palabras: Mi misericordia
pasó a las almas a través del Corazón divino
&ndash humano de Jesús, como un rayo de sol
a través del cristal. Sentí en el alma y
comprendí que cada acercamiento a Dios nos fue
dado por Jesús, en Él y por Él.
- (6) El día en que terminó la
novena en Ostra Brama, al anochecer [192],
cantadas las letanías, uno de los sacerdotes
trajo el Santísimo sacramento en la custodia;
cuando lo puso en el altar, en seguida vi al
pequeño Niño Jesús que tendía las manitas
hacia su Madre que en aquel momento tenia un
aspecto vivo. Mientras la Virgen me hablaba,
Jesús tendía las manitas hacia el pueblo
reunido. La Virgen Santísima me dijo aceptar
todas las exigencias de Dios como una niña
pequeña sin averiguar nada, lo contrario no
agrada a Dios. En el mismo instante el Niño
Jesús desapareció y la Virgen perdió el
aspecto vivo y la imagen quedo como era antes,
pero mi alma fue colmada de gozo y de gran
alegría y dije al Señor: Haz de mi lo que Te
agrade, estoy dispuesta a todo, pero Tu, oh
Señor, no Te alejas de mi ni por un momento.
(7) +
- JMJ En honor de la Santísima
Trinidad
Pedí a la Madre Superiora [193] el ayuno de cuarenta
días, tomando una vez al día una rebanada de pan y un vaso de
agua; sin embargo la Madre Superiora no me dio permiso para
cuarenta días, sino para siete días, de acuerdo con la opinión
del confesor [194]. &ldquoNo puedo exonerarla del todo de las
tareas, debido a que otras hermanas podrían notar algo; hermana,
yo le doy permiso de dedicarse, en la medida en que pueda, a la
plegaria y de tomar apuntes de algunas cosas, pero me será mas
difícil arreglar lo del ayuno, de verdad, aquí no logro
inventar nada.&rdquo Y dijo: Retírese, hermana, quizá me
ilumine alguna luz. En la mañana del domingo comprendí
interiormente que cuando la Madre Superiora me había destinado a
la puerta a la hora de comer, pensó en darme la oportunidad de
ayunar. Por la mañana no fui a desayunar, pero poco después fui
(8) a la Madre Superiora y pregunté: Si estoy en la puerta será
fácil no llamar la atención con mi persona. Y la Madre
Superiora me contestó: Cuando la destinaba [195] pensaba en esto.
En aquel momento comprendí que el mismo pensamiento yo lo había
sentido dentro de mí.
- 24 XI 1935. Domingo, primer día.
Fui inmediatamente delante del Santísimo
Sacramento y me ofrecí con Jesús que esta en el
Santísimo Sacramento, al Padre Eterno. Entonces
oí en el alma estas palabras: Tu intención y
la de tus compañeras es unirse a Mi lo mas
estrechamente posible a través del amor,
reconciliaras la tierra con el cielo, mitigaras
la justa cólera de Dios e impetrarás la
misericordia por el mundo. Confío a tu cuidado
dos perlas preciosas para Mi Corazón, que son
las almas de los sacerdotes y las almas de los
religiosos; por ellas rogarás de manera especial,
la fuerza de ellas vendrá de tu anonadamiento.
Las plegarias, los ayunos, las mortificaciones,
las fatigas y todos los sufrimientos, los unirás
a la oración, al ayuno, a la mortificación, a
la fatiga, al sufrimiento Mío y entonces
tendrán valor ante Mi Padre.
- Después de la Santa Comunión vi
al Señor Jesús que me dijo estas palabras: Hoy,
penetra en el espíritu de Mi pobreza y organiza
todo de tal modo que los más pobres no tengan
nada que envidiarte. No en los grandes palacios
ni en las esplendidas instalaciones, sino en el
corazón puro y humilde Me complazco.
- Al quedarme sola empecé a
reflexionar sobre el espíritu de pobreza. Veo
claramente que Jesús no poseía nada siendo el
Dueño del todas las cosas. El pesebre prestado;
camina por la vida haciendo el bien a todos sin
tener donde apoyar la cabeza. Y en la cruz veo el
colmo de su pobreza, ya que ni siquiera tiene
puesta una vestidura. Oh Jesús, a través del
solemne voto de pobreza deseo asemejarme a Ti; la
pobreza será mi madre. (10) No poseer nada
exteriormente ni disponer de nada como de mi
propiedad, ni tampoco desear algo interiormente.
Y en el Santísimo Sacramento ¡que grande es Tu
pobreza! ¿Hubo alguna vez un alma tan abandonada
como Tu, Jesús, en la cruz?
- La castidad, este voto se entiende
por si mismo, prohíbe todo lo que esta prohibido
por el sexto y el noveno mandamientos de Dios,
naturalmente; obras, pensamientos, palabras,
sentimientos, y &hellip.. Entiendo que el
voto solemne difiere del voto simple, lo entiendo
en toda la extensión. Cuando lo estaba
contemplando, escuché en el alma estas palabras:
Tu eres Mi esposa para la eternidad, tu pureza
debe ser mayor que la de los angeles, porque con
ningun angel tengo relacion de tan estrecha
intimidad como contigo. La más pequeña acción
de Mi esposa tiene un valor infinito, el alma
pura tiene una potencia incalculable delante de
Dios.
- (11) La obediencia. He venido
para cumplir la voluntad de Mi Padre. He sido
obediente a los padres, obediente a los verdugos,
soy obediente a los sacerdotes. Comprendo, Oh
Jesús, el espíritu de la obediencia y en que
consiste; no se refiere solamente a la ejecución
exterior, sino que abarca también la mente, la
voluntad y el juicio. Obedeciendo a las
Superioras, obedecemos a Dios. No tiene
importancia si es un ángel o un hombre que me
mande en nombre de Dios, tengo que ser obediente
siempre. No voy a escribir mucho sobre los votos
porque ellos son claros por si mismos y se basan
en lo concreto; aquí procuro mas bien dar una
idea de esta Congregación.
- + Resumen general [196].
Nunca habrá casas fastuosas, sino una modesta capilla y
junto a ella una pequeña Comunidad, un pequeño grupito de almas
que estará compuesto a lo mas por diez almas; además de ellas
habrá dos almas que atenderán distintas (12) necesidades de la
Comunidad por fuera del claustro, y prestarán varios servicios
en la iglesia. No llevaran hábitos, sino que vestirán como
laicas. Tendrán los votos pero simples y estarán estrictamente
sometidas a la Superiora, quien estará detrás de la reja.
Tendrán parte de todos los bienes espirituales de toda la
Comunidad, pero no podrán ser nunca más de dos, preferiblemente
una. Cada casa será independiente de las demás, pero si, todas
estarán muy estrechamente unidas por la regla y por los votos, y
por el espíritu. Sin embargo, {en} casos excepcionales, se
podrá enviar una hermana de una casa a otra; también es posible,
al fundar una casa, tomar algunas religiosas, si es necesario.
Cada casa estará sujeta al ordinario del lugar.
- Cada religiosa vivirá en una
celda individual, pero será conservada la vida
comunitaria, se reunirán todas para la oración,
la comida y el recreo. Cada religiosa, después
de emitir la profesión (13) nunca más vera el
mundo, ni siguiera por la reja que será tapada
con un paño oscuro, y también los coloquios
serán estrictamente limitados. Será como una
persona muerta a la que el mundo no comprende y
la que no comprende al mundo. Ha de presentarse
entre el cielo y la tierra, e implorar
incesantemente a Dios su misericordia para el
mundo, y la fortaleza para los sacerdotes, para
que sus palabras no resuenen en vano, y para que
ellos mismos logren mantenerse {en} esta
inconcebible dignidad, tan expuestos, sin ninguna
mancha&hellip. A pesar de ser pocas estas
almas, serán heroicas. No habrá lugar para las
almas cobardes ni débiles.
- Entre ellas no se dividirán en
ningunos coros ni en ningunas Madres, ni mamitas,
[197], ni reverendas, ni reverendísimas, sino
que todas serán iguales entre ellas, aunque
hubiera una gran diferencia en su origen. Sabemos
quien era Jesús y como se humilló y con quienes
se relacionaban Llevaran un habito como el que
Él llevaba durante la Pasión, pero no solamente
la vestidura, (14) sino que tienen que imprimir
en si las señales con las cuales Él fue
distinguido y éstas son: el sufrimiento y el
desprecio. Cada una tenderá a negarse a si misma
en grado máximo y a amar la humildad, y la que
más se distinga en esta virtud, será idónea a
presidir a las demás.
- Como dios nos ha hecho las
compañeras de su misericordia, o más bien,
incluso las dispensadoras, nuestro amor debe ser
grande para cada alma, comenzando por los
elegidos y terminando en el alma que no conoce a
Dios todavía. Con la oración y la
mortificación llegaremos hasta los países más
salvajes, abriendo el camino a los misioneros.
Recordaremos que, como el soldado en el frente no
puede resistir mucho tiempo sin el respaldo de la
retaguardia que no toma parte directamente en la
batalla, pero le provee de todo lo que necesite.
Para [el misionero] lo es la plegaria. Cada una
debe distinguirse por el espíritu del apostolado.
- (15) Por la noche, mientras
escribía, oí en la celda esta voz: No salgas de
esta Congregación, ten piedad de ti misma, te
esperan grandes sufrimientos. Cuando mire hacia
allí de donde salía la voz, no vi. nada y
continué escribiendo. De repente oí un ruido y
estas palabras: Cuando salgas, te destruiremos.
No nos atormentes. Cuando miré vi. muchos
monstruos feos; cuando hice con el pensamiento la
señal de la cruz, se disiparon todos
inmediatamente. Que horriblemente feo es Satanás;
pobras las almas que tienen que vivir en su
compañía, verlo solamente es mas repugnante que
todos los tormentos del infierno.
- Un momento después oí en el alma
esta voz: No tengas miedo de nada, no te
sucederá nada sin Mi voluntad. Después de
estas palabras del Señor una fuerza misteriosa
entró en mi alma; me alegro grandemente de la
bondad de Dios.
- (16) El postulantazo. La edad para
ser recibida. Puede ser recibida cada persona
desde los quince hasta los treinta anos. En
primer lugar hay que reparar en el espíritu que
inspira a la persona dada y en su carácter, si
tiene la fuerte voluntad y el valor para seguir
las huellas de Jesús, y esto con gozo y alegría,
porque Dios ama a un donador alegre; tiene que
despreciar al mundo y a si misma. La falta de la
dote nunca será un impedimento para ser aceptada;
también todas las formalidades deben ser claras,
no aceptar los casos complicados.
Sin embargo no pueden ser recibidas las personas
melancólicas, inclinadas a la tristeza, con enfermedades
contagiosas, caracteres ambiguos, recelosos, inadaptables a la
vida religiosa. Hay que tener mucho cuidado con la elección de
los miembros porque basta una persona no adaptada para provocar
confusión en todo el convento.
- La duración del postulantazo. El
postulantazo será de un año. (17) Durante ese
periodo la persona dada debe analizar si este
tipo de vida le gusta y si es apta o no para ella;
y también la Maestra debe observar atentamente
si la persona dada es apta o no lo es para este
tipo de vida. Después de un ano, si resulta que
tiene una buena voluntad y un sincero deseo de
servir a Dios, hay que recibirla en el noviciado.
- El noviciado ha de durar un año
continuo. A la novicia hay que instruirla sobre
las virtudes referentes a los votos y sobre su
importancia. La Maestra debe poner todo el
empeño en darles una formación sólida. Debe
ejercitarlas en la humildad ya que solamente el
corazón humilde observa los votos con facilidad
y experimenta grandes gozos que fluyen de Dios a
un alma fiel.
No serán cargadas con trabajos de responsabilidad para
que puedan dedicarse libremente a su propio perfeccionamiento.
Son obligadas rigurosamente a observar las reglas y las normas al
igual que las postulantes.
- (18) Después de un ano de
noviciado, si la novicia se ha mostrado fiel,
puede ser admitida a pronunciar los votos por un
ano; éstos deben repetirse durante tres anos;
entonces pueden asignársele ya los deberes de
responsabilidad; no obstante pertenecerá al
noviciado y una vez por semana tiene que asistir
a las conferencias junto con las otras novicias,
y los últimos seis meses los pasaran todas en el
noviciado para prepararse bien a la profesión
solemne.
- En lo que se refiere a la
alimentación, no comeremos carne; las comidas
serán tales que ni aun los pobres tendrán nada
que envidiarnos. Sin embargo los días festivos
pueden diferir un poco de los días regulares.
Comerán tres veces al día, observaran
rigurosamente los ayunos en el espíritu
primitivo y especialmente los dos grandes. Los
alimentos serán iguales para todas las hermanas,
excluyendo (19) cualquier excepción para que la
vida comunitaria sea observada en toda su
integridad, tanto en las comidas, como en el
vestir o el arreglo de la celda; pero si una de
las hermanas se pone enferma, debe gozar de todos
los favores.
- En cuanto a la oración. La
meditación de una hora, la Santa Misa y la Santa
Comunión, dos exámenes de conciencia, el oficio
[198], el rosario, la lectura espiritual, una
hora de oración durante la noche. En cuanto al
orden del día según las horas, se podrá
hacerlo mejor cuando comencemos a vivir según
este sistema.
- De repente oí en el alma estas
palabras: Hija Mía, te aseguro un ingreso
fijo del cual vivirás. Tu empeño debe ser la
total confianza en Mi bondad, el Mío, darte todo
lo que necesites. Me hago dependiente de tu
confianza; si tu confianza es grande Mi
generosidad no conocerá límites.
- (20) Sobre el trabajo. Siendo
personas pobres, ellas mismas, ejecutaran todos
los trabajos que haya en el convento. Cada una
debe estar contenta si le toca un trabajo
humillante o contrario a su naturaleza ya que le
será de ayuda para su formación interior. La
Superiora cambiara a menudo los deberes de las
hermanas y así las ayudara a separarse
completamente de esos pequeños detalles a los
que las mujeres sienten un gran apego. De verdad,
a veces me da risa cuando veo con mis ojos que
algunas almas han dejado cosas verdaderamente
grandes y toman apego a los trapitos, es decir a
la nadería. Cada una de las hermanas estará un
mes en la cocina, no excluyendo ni siquiera a la
Superiora. Que todas prueben cada fatiga que haya
en el convento, que todas tengan siempre la
intención pura en todo porque a Dios no le
agrada en absoluto la confusión.
- Que ellas mismas se acusen de las
desobediencias exteriores (21) y pidan a la
Superiora la penitencia; que la hagan en el
espíritu de humildad. Que se amen unas a otras
con el amor superior, con el amor puro, viendo en
cada hermana la imagen de Dios. La
característica singular de esta pequeña
Comunidad lo es el amor, así que no estrechen
sus corazones, sino que abracen al mundo entero,
ofreciendo misericordia a cada alma a través de
la oración, según su vocación. Si somos
misericordiosas en este espíritu, también
nosotros mismas alcanzaremos la misericordia.
- Cada una debería tener un gran
amor hacia la Iglesia. Como una buena hija que
ama a su madre y reza por ella, así cada alma
cristiana debe rezar por la Iglesia que para ella
es madre. ¿Y qué decir de nosotras, las
religiosas, que nos hemos comprometido
particularmente a rezar por la Iglesia? Pues,
qué grande es nuestro apostolado aunque tan
escondido. Estas pequeñas cosas de cada día
serán depositadas a los pies de Jesús como una
ofrenda de imploración por el mundo; pero para (22)
que la ofrenda sea agradable a Dios, tiene que
ser pura; para que la ofrenda sea pura, el
corazón tiene que liberarse de todos los apegos
naturales y dirigir todos los sentimientos hacia
el Creador, amando en Él a todas las criaturas,
según su santa voluntad. Y si cada una se
comporta así, en el espíritu de fervor, le
proporcionará alegría a la Iglesia.
- Además de los votos veo una regla
importantísima; aunque todas son importantes,
ésta la pongo en el primer lugar y es el
silencio. De verdad, si esta regla fuera
observada rigurosamente, yo estaría tranquila
por las demás. Las mujeres tienen una gran
inclinación a hablar. De verdad, el Espíritu
Santo no habla a un alma distraída y charlatana,
sino que, por medio de sus silenciosas
inspiraciones, habla a un alma recogida, a un
alma silenciosa. Si se observara rigurosamente el
silencio, no habría murmuraciones, amarguras,
maledicencias, chismes, no seria tan maltratado
el amor (23) del prójimo, en una palabra, muchas
faltas se evitarían. Los labios callados son el
oro puro y dan testimonio de la santidad interior.
- Pero en seguida quiero hablar de
otra regla, es decir del hablar. Callar cuando se
debe halar, es una imperfección y a veces hasta
un pecado. Así, que todas tomen parte en el
recreo, y que la Superiora no exima a las
hermanas del recreo, si no es por alguna razón
muy importante. Los recreos deben ser alegres en
el espíritu de Dios. Los recreos nos dan la
oportunidad de conocernos mejor; que cada una
exprese su opinión con sencillez para edificar a
las demás y no en el espíritu de alguna
superioridad ni, Dios nos libre, para reñir. Eso
no correspondería con la perfección ni con el
espíritu de nuestra vocación que debe
distinguirse por el amor. Dos veces al día
habrá recreos de media hora. Pero si alguna
hermana interrumpe el silencio (24) tiene la
obligación de acusarse en seguida ante la
Superiora y pedir la penitencia que la Superiora,
por esa falta, aplique una penitencia pública y
si no fuera así, ella misma respondería ante el
Señor.
- Sobre la clausura [199]. En los
lugares delimitados de la clausura no podrá
entrar nadie sin una autorización especial del
ordinario y esto en casos excepcionales, es decir,
la administración de los sacramentos a los
enfermos, o la asistencia y la preparación para
la muerte, o en ocasión de los ritos fúnebres.
Puede suceder también la absoluta necesidad de
dejar entrar a la clausura a un obrero para hacer
alguna reparación en el convento, pero antes
debe haber un permiso especial. La puerta que
conduce a la clausura debe estar siempre cerrada
y de la llave dispondrá solamente la Superiora.
- Sobre el acceso al locutorio.
Ninguna hermana irá al locutorio sin un permiso
especial de la Superiora y la Superiora no debe
conceder fácilmente los permisos para ir (25)
con frecuencia al locutorio. Las que han muerto
para el mundo, no deben volver a él ni siquiera
a través del coloquio. Pero si la Superiora
considera oportuno que alguna hermana vaya al
locutorio, debe atenerse a las siguientes
indicaciones: acompañe ella misma a aquella
hermana y si no puede, designe a una suplente, y
ésta está obligada a la discreción, no
repetirá lo que habrá oído en el locutorio,
pero informará de todo a la Superiora. Los
coloquios deben ser breves, a menos que el
respeto a la persona la detiene un poco, pero
nunca descorrerá la cortina, a no ser en casos
excepcionales, como puede ser por un insistente
pedido del padre o de la madre.
- Sobre las cartas. Cada hermana
puede escribir cartas selladas al ordinario de
quien depende la casa; fuera de eso, pedirán
permiso por cada carta y la entregaran abierta a
la Superiora, y la Superiora debe guiarse por el
espíritu de amor (26) y por prudencia. Tiene el
derecho de despachar o de retenerla, según lo
que será para la mayor gloria de Dios, pero
desearía mucho que de esos escritos haya lo
menos posible: ayudemos a las almas con la
plegaria y la mortificación y no con cartas.
- Sobre la confesión. El ordinario
designara a los confesores para la Comunidad,
tanto al ordinario como al extraordinario. El
confesor ordinario será uno y escuchara las
confesiones de toda la Comunidad una vez por
semana. El confesor extraordinario vendrá cada
tres meses y cada hermana tiene la obligación de
presentarse a él aunque no tenga la intención
de hacer una verdadera confesión. Ni el confesor
ordinario ni el extraordinario permanecerá en su
cargo mas de tres años; al final del trienio
habrá una votación secreta y según ella la
Superiora presentara el pedido de las hermanas al
ordinario; de todas maneras, el confesor puede
ser designado para el segundo y también para el
tercer (27) trienio. Las religiosas se confesaran
junto a la reja cerrada; también las
conferencias serán pronunciadas para la
Comunidad a través de la reja cubierta con la
cortina oscura. Las hermanas no hablaran nunca
entre si de la confesión ni de los confesores,
mas bien rueguen por ellos para que Dios los
ilumine en dirigir sus almas.
- Sobre la Santa Comunión. Las
hermanas no deben hablar de cuáles de ellas se
acercan a la Santa Comunión con menos frecuencia
y cuáles más a menudo. Se abstengan de dar
juicios en esta materia a la que no tienen
derecho; cualquier juicio respecto a esto
pertenece exclusivamente al confesor. La
Superiora puede preguntar a una hermana dada,
pero no para conocer la razón por la cual no se
acerca a la Santa Comunión, sino mas bien, para
facilitarle la confesión. Que las Superioras no
se atrevan a entrar en el ámbito de las
conciencias de las hermanas. A veces, la
Superiora puede disponer que la Comunidad ofrezca
(28) la Comunión por cierta intención. Cada una
debe aspirar a la máxima pureza del alma para
poder recibir diariamente al Huésped Divino.
- Una vez, al entrar en la capilla,
vi. los muros de una casa como abandonada [200],
las ventanas estaban sin cristales, las puertas
no terminadas sin hojas, sólo tenían los marcos.
De repente oí en el alma estas palabras: Aquí
debe estar aquel convento. A decir verdad, no
me agradó mucho que había de estar en aquellas
ruinas.
- Jueves. Me sentía muy apremiada
para dar comienzo a la obra lo antes posible,
según el deseo del Señor. Cuando fui a
confesarme, antepuse una opinión mía a la
opinión del confesor. En un primer momento no me
di cuenta de ello, pero mientras rezaba la Hora
Santa, vi. al Señor Jesús (29) con el aspecto
que tiene en la imagen y me dijo que comunicara
al confesor y a las Superioras todo lo que me
decía y exigía. Y haz solamente aquello para
lo que recibirás permiso. Y me dió a
conocer Jesús, lo mucho que le desagrada el alma
arbitraria; en aquella alma me reconocí a mi
misma. Advertí en mí la sombra de arbitrariedad,
me deshice en polvo delante de su Majestad y con
el corazón despedazado, le pedí perdón. Pero
Jesús no me permitió permanecer mucho tiempo en
tal disposición, sino que su divina mirada
llenó mi alma con un gozo tan grande que no
encuentro palabras para expresarlo. Y me dio a
conocer Jesús que debía preguntarle y
consultarle más. De verdad, qué dulce es la
mirada de mi Señor. Su mirada penetra mi alma
hacia los lugares mas secretos, mi espíritu se
entiendo con Dios sin pronunciar ni una sola
palabra; siento que Él vive en mi y yo en Él.
- (30) Una vez vi. aquella imagen [201]
[en] una pequeña capillita y en un momento vi.
que de aquella pequeña capillita se hizo un
templo grande y bello, y en aquel templo vi. a la
Santísima Virgen con el Niño en los brazos.
Luego el Niño Jesús desapareció de los brazos
de la Virgen y vi una imagen viva de Jesús
crucificado. La Virgen me dijo que me comportara
como Ella: a pesar de los gozos, siempre mirara
fijamente la cruz y me dijo también que las
gracias que Dios me concedía no eran solamente
para mí sino también para otras almas.
- El Niño Jesús que veo durante la
Santa Misa no es siempre igual, a veces muy
alegre, a veces no mira nada hacia la capilla.
Ahora, la mayoría de las veces está alegre
cuando nuestro confesor [202] celebra la Santa
Misa. Me sorprendí mucho al ver cuánto lo amaba
el pequeño Niño Jesús. A veces lo veo con un
delantalcito [203] de color.
- (31)Antes de venir a Vilna y antes
de conocer a este confesor, una vez había visto
una iglesia no muy grande y junto a ella esta
Comunidad. El convento tenía doce celdas, cada
religiosa iba a tener su celda particular. Vi al
sacerdote que ayudaba a arreglar el convento y a
quien conocí unos años mas tarde, pero ya lo
había conocido en visión. Vi su gran
abnegación en arreglar todo en aquel convento y
le ayudaba otro sacerdote que no he conocido
hasta el momento. Vi las rejas de hierro tapadas
con un paño oscuro. A aquella iglesia las
hermanas no iban.
- El día de la Inmaculada
Concepción de la Virgen. Durante la Santa Misa
oí el susurro de ropas y vi a la Santísima
Virgen en un misterioso, bello resplandor. Tenía
una túnica blanca con una faja (32) azul y me
dijo: Me das una gran alegría adorando a la
Santísima Trinidad por las gracias y los
privilegios que me ha concedido, y
desapareció enseguida.
- Sobre las penitencias y las
mortificaciones.
En el primer lugar están las mortificaciones interiores,
pero además practicaremos las mortificaciones exteriores,
definidas exactamente para que las practiquen todas. Estas son:
tres días por semana observaremos el ayuno estricto. Estos días
son: viernes, sábado y miércoles. Cada viernes, durante el
tiempo necesario para rezar el salmo 50, se someterán a la
disciplina [204], todas en la misma hora en sus propias celdas.
La hora indicada, las tres de la tarde, por los pecadores
agonizantes. Durante dos grandes ayunos [205], como los días del
trimestre [206], las vigilias [207], la comida consistirá en:
una vez al día un trozo de pan y un poco de agua.
Que cada una trate de practicar estas mortificaciones
que están prescritas (33) para todas, pero si alguna hermana
desea algo mas, pida el permiso a la Superiora. Una
mortificación general mas: ninguna hermana puede entrar en la
celda de otra sin un permiso especial de la Superiora, pero la
Superiora debe a veces entrar inadvertidamente en las celdas de
las hermanas, no para espiar, sino en el espíritu de amor y
responsabilidad que tiene antes Dios; ninguna cerrará nada con
llave, la regla será la llave general para todas.
- Un día, después de la Santa
Comunión vi repentinamente al Niño Jesús que
estaba junto a mi reclinatorio y al que se
agarraba con las dos manitas. Aunque era un Niño
pequeño, no obstante, me penetró el temor y el
miedo, viendo en Él a mi Juez, Señor y Creador
ante cuya santidad tiemblan los ángeles, y por
otra parte, mi alma fue inundada del amor (34)
inconcebible y me pareció que moría bajo su
influjo. Ahora veo que Jesús refuerza primero mi
alma y la hace capaz para relacionarme con Él,
porque de otro modo no podría soportar lo que
estoy experimentando en este momento.
- El comportamiento de las hermanas
para con la Superiora.
Que todas las hermanas respeten a la Superiora como al
Señor Jesús Mismo, tal y como lo mencione hablando del voto de
la obediencia. Que se porten con confianza infantil, sin murmurar
nunca ni criticar sus órdenes porque eso desagrada mucho a Dios.
Que cada una se guíe por el espíritu de fe para con las
Superioras, que pida con sencillez todo lo que necesite. Dios nos
guarde, y que nunca se repita ni ocurra que alguna de ustedes sea
el motivo de tristeza o de lágrimas de la Superiora. Que cada
una sepa que, como el cuarto mandamiento obliga a los hijos a
respetar a los padres, lo mismo se refiere a la religiosa para
con la Superiora. No es buena (35) la religiosa que se permite y
se atreve juzgar a la Superiora. Que sean sinceras con la
Superiora y le hablen de todo y de sus necesidades con la
sencillez de una niña.
Las hermanas se dirigirán a su Superiora de este modo:
le ruego, Hermana Superiora. Nunca le besaran la mano, pero cada
vez que la encuentren en el pasillo, como también cuando vayan a
la celda de la Superiora, dirán: Alabado sea Jesucristo,
inclinando un poco la cabeza.
Las hermanas entre si dirán: le ruego, hermana
agregando el nombre. Respecto a la Superiora deben guiarse por el
espíritu de la fe y no con sentimentalismo ni con adulaciones,
cosas indignas de una religiosa que la humillarían mucho. Una
religiosa debe ser libre como una reina y lo será si vive con el
espíritu de la fe. Debemos escuchar y respetar a la Superiora no
por ser buena, santa, prudente, no, no por todo esto, sino
solamente porque para nosotros ocupa el lugar de Dios y
escuchándola obedecemos a Dios mismo.
568 (36) El comportamiento de la Superiora para con las
hermanas.
La Superiora debe distinguirse por la humildad y el amor
hacia cada hermana, sin excepción alguna. Que no se deje guiar
por simpatía o por antipatía, sino por el espíritu de Cristo.
Debe saber que Dios le pedirá cuenta de cada hermana. Que no
diga sermones a las hermanas, sino que dé el ejemplo de una
profunda humildad y el de negarse a si misma, ésta será la
enseñanza mas eficaz para las que dependen de ella. Que sea
resuelta, pero nunca brusca; que tenga paciencia si la cansan con
las mismas preguntas, aunque tenga que repetir cien veces la
misma cosa, pero siempre con la misma calma. Que trate de
presentir todas las necesidades de las hermanas sin esperar que
le pidan ésta u otra cosa, porque son diversas las naturalezas
de las almas. Si ve que alguna hermana está triste o doliente,
trate de ayudarle de cualquier manera y de consolarla; que ruegue
mucho y pida luz para saber (37) cómo comportarse con cada una
de ellas porque cada alma es un mundo diferente. Dios tiene
distintos modos para tratar con las almas que, a veces, para
nosotros, son incomprensibles e inconcebibles, por eso la
Superiora debe ser prudente para no impedir la actuación de Dios
en ningún alma. Que nunca amoneste a las hermanas cuando está
nerviosa, además los reproches deben siempre ir acompañados por
palabras de estimulo. Hay que dar a conocer al alma su error para
que lo reconozca, pero no se la debe desalentar. La Superiora
debe distinguirse por el amor activo a las hermanas, debe
encargarse de todas las penas para aliviar a las hermanas; que no
exija ningunos servicios de las hermanas, que las respete como a
las esposas de Jesús y que esté dispuesta a servirles tanto de
día como de noche; debe mas bien pedir que ordenar. Que tenga el
corazón abierto a los sufrimientos de las hermanas y que ella
misma estudie y contemple fijamente el libro abierto, es decir, a
Jesús Crucificado. Que siempre pida con fervor la luz y,
especialmente, cuando tenga que arreglar algo de importancia con
alguna (38) hermana. Que se cuide de entrar en el ámbito de sus
conciencias, porque en este campo es el sacerdote que tiene la
gracia; pero sucede que algún alma sienta la necesidad de
desahogarse ante la Superiora, entonces la Superiora puede
recibir las confidencias de un alma, pero no se olvide del
secreto, porque nada disgusta mas a un alma que cuando se diga a
otros lo que ella dijo en confianza, es decir en secreto. Las
mujeres tienen siempre la cabeza débil respecto a esto; pocas
veces se encuentra a una mujer con la mente de hombre. Procure
una profunda unión a Dios y Dios gobernará a través de ella.
La Virgen santísima será la Superiora [208] de este convento y
nosotras seremos sus hijas fieles.
569 15 XII 1935. Hoy desde muy temprano una fuerza
misteriosa me empuja a obrar, no me deja en paz ni un momento; un
ardor misterioso se ha encendido en mi corazón empujándome a
obrar, no logro dominarlo; es un martirio silencioso conocido
solamente a Dios, pero que haga (39) de mi lo que a Él le agrade;
mi corazón está dispuesto a todo. Oh Jesús, mi queridísimo
Maestro, no te alejas de mí ni por un momento. Oh Jesús, Tu
sabes bien lo débil que soy por mi, por eso sé que mi debilidad
Te obliga a estar siempre conmigo.
570 Una vez vi al Señor Jesús con una túnica clara;
eso fue en el invernadero [209]. Escribe lo que te diré: Mi
deleite es unirme a ti, espero con gran ansia y añoro este
momento en que habitaré sacramentalmente en tu convento. Mi
espíritu descansara en aquel convento, bendeciré especialmente
las inmediaciones donde estará el convento. Por amor hacia
ustedes alejaré todos los castigos que la justicia de Mi Padre
administra merecidamente. Hija Mía, he inclinado Mi Corazón
hacia tus suplicas: tu tarea y empeño aquí en la tierra
es implorar la misericordia para (40) el mundo entero. No
encontrará alma ninguna la justificación hasta que no se dirija
con confianza a Mi misericordia y por eso el primer domingo
después de Pascua ha de ser la Fiesta de la Misericordia. Ese
día los sacerdotes han de hablar a las almas sobre Mi
misericordia infinita. Te nombro dispensadora de Mi misericordia.
Dile al confesor que la imagen esté expuesta en la iglesia y no
en el convento dentro de la clausura. Por medio de esta imagen
colmaré a las almas con muchas gracias, por eso, que cada alma
tenga acceso a ella.
- Oh Jesús mío, Verdad eterna, no tengo
miedo de nada, de ningunas dificultades, de ningunos
sufrimientos, temo solamente una cosa, es decir,
ofenderte. Oh Jesús, preferiría no existir que
entristecerte. Oh Jesús, Tu sabes que mi amor no conoce
a nadie, solamente a Ti, en ti se ahogó mi alma.
- (41) Oh, qué grande debe ser el
fervor de cada alma de este convento, si Dios desea morar
con nosotras. Que cada una tenga presente que si no somos
nosotras, almas religiosas, las que intercedan con Dios,
entonces ¿quién lo hará? Que cada una arda como una
victima pura de amor delante de la Majestad de Dios; pero
para ser agradable a Dios, debe unirse estrechamente a
Jesús; solamente con Él y por Él podemos agradar a
Dios.
- 21 XII 1935. Una vez el confesor [210]
dijo que fuera a ver aquella casa, si era la misma que yo
había visto en visión. Cuando fui con mi confesor a ver
la casa [211], o más bien las ruinas, con un solo
vistazo reconocí que todo era igual a lo que había
visto en visión. Cuando toqué las tablas que estaban
clavadas formando algo como una puerta, en el mismo
instante, una fuerza como un relámpago penetró mi alma
dándome (42) la certeza inquebrantable. Me alejé
rápido de aquel lugar con el alma llena de alegría; me
parecía que alguna fuerza me clavaba en aquel lugar. Me
alegré mucho de ver una conformidad absoluta de esas
cosas con las que había visto en la visión. Cuando el
confesor hablaba del arreglo de las celdas y de otras
cosas, encontré todo idéntico a lo que me había dicho
Jesús. Me alegro grandemente de que Dios obre por él,
pero no me sorprendo nada de que Dios le dé tanta luz,
ya que en el corazón puro y humilde mora Dios que es la
Luz Misma y todos los sufrimientos y todas las
contrariedades existen para que se manifieste la santidad
del alma. Al regresar a casa, entré en seguida en
nuestra capilla para descansar un momento, de repente oí
en el alma estas palabras: No tengas miedo de nada, Yo
estoy contigo, estos asuntos están en Mis manos y los
realizaré según Mi misericordia, y nada puede oponerse
a Mi voluntad.
574 (43) Año 1935, Vigilia de Navidad
Desde la primera hora mi espíritu estaba sumergido en
Dios, su presencia me traspasó por completo. Al anochecer, antes
de cenar, entré un momento en la capilla para, a los pies de
Jesús, compartir el &ldquooplatek&rdquo con los que
están lejos, a quienes Jesús ama mucho y a quienes yo agradezco
mucho. Mientras estaba compartiendo el &ldquooplatek&rdquo
en espíritu con cierta persona, oí en el alma estas palabras: Su
corazón es para Mí el paraíso en la tierra. Cuando Salí
de la capilla, en un solo momento me envolvió la omnipotencia de
Dios. Entendí cuánto Dios nos ama; oh, si las almas pudieran
darse cuenta y comprenderlo aunque sólo en parte.
575 El día de Navidad
La Misa de Medianoche. Durante la Santa Misa vi
nuevamente al pequeño Niño Jesús, extraordinariamente bello
que con alegría tendía las manitas hacia mí. (44) Después de
la Santa Comunión oí estas palabras: Yo siempre permanezco
en tu corazón, no solamente en el momento en que Me recibes en
la Santa Comunión, pero siempre. Viví estas fiestas en una
gran alegría.
- Oh Santa Trinidad, Dios eterno, mi
espíritu se sumerge en Tu belleza; para Ti los siglos no
son nada. Tú eres siempre el Mismo. Oh, qué grande es
Tu Majestad. Oh Jesús, ¿cuál es el motivo por el que
escondes Tu Majestad, has abandonado el trono del cielo y
estás con nosotros? El Señor me contestó: Hija Mía,
el amor Me ha traído y el amor Me detiene. Oh hija Mía,
si tú supieras qué gran mérito y recompensa tiene un
solo acto de amor puro hacia Mi, morirías de gozo. Lo
digo para que te unas a Mi constantemente a través del
amor, porque éste es el fin de la vida de tu alma; este
acto consiste en el acto de voluntad; has de saber que el
alma pura es humilde; (45) cuanto te humillas y te
anonadas ante Mi Majestad, entonces te persigo con Mis
gracias, hago uso de la omnipotencia para enaltecerte.
- Una vez, cuando el confesor me dio por
penitencia rezar un Gloria, eso me tomó mucho
tiempo, mas de una vez empezaba y no llegaba a terminar,
porque mi espíritu se unía a Dios y no lograba estar
presente en mi misma. En efecto, a veces, a pesar de mi
voluntad, me envuelve la omnipotencia de Dios y estoy
sumergida entera en Él por el amor y entonces no sé lo
que pasa alrededor de mi. Cuando dije al confesor que
esta breve oración me ocupaba a veces muchísimo tiempo
y que a veces no lograba rezarla, el confesor me mandó
rezarla en seguida en el confesionario. Sin embargo mi
espíritu se sumergía en Dios y no lograba pensar lo que
quería a pesar de hacer esfuerzos. Entonces el confesor
me dijo: Recítela conmigo. (46) Repetí cada palabra,
pero mientras repetía cada palabra, mi espíritu se
sumergía en la persona que nombraba.
- Una vez, Jesús me dijo de cierto
sacerdote que esos anos serian un adorno de su vida
sacerdotal. Los días de los sufrimientos parecen siempre
mas largos, pero también ellos pasaran aunque lo hagan
despacio, de manera que a veces nos parece que más bien
van para atrás. Pero su fin es cercano y después un
gozo eterno e inexpresable. La eternidad, ¿Quién puede
concebir y comprender al menos esta palabra que proviene
de Ti, oh Dios inconcebible, es decir, la eternidad?
- Sé que las gracias que Dios me concede, a
veces son exclusivamente para ciertas almas. Este
conocimiento me llena de un gran gozo; siempre me alegro
del bien de otras almas como si lo poseyera yo misma.
- (47) Una vez el Señor me dijo: Me
hieren más las pequeñas imperfecciones de las almas
elegidas que los pecados de las almas que viven en el
mundo. Me entristecí mucho por el hecho de que
Jesús padece sufrimientos a causa de las almas elegidas,
y Jesús me dijo: Estas pequeñas imperfecciones, no
es todo; te revelaré el secreto de Mi Corazón, lo que
sufro por parte de las almas elegidas: la ingratitud por
tantas gracias es el alimento continuo de Mi Corazón por
parte del alma elegida. Su amor es tibio, Mi Corazón no
puede soportarlo; estas almas Me obligan a rechazarlas de
Mí. Otras no tienen confianza en Mi bondad y nunca
quieren sentir la dulce intimidad en su corazón, pero Me
buscan por allí, lejos y no Me encuentran. Esta falta de
confianza en Mi bondad es lo que mas Me hiere. Si Mi
muerte no las ha convencido de Mi amor, ¿qué es lo que
las convencerá? Muchas veces un alma Me hiere
mortalmente y en tal caso nadie Me consolará. (48) Hacen
uso de Mis gracias para ofenderme. Hay almas que
desprecian Mis gracias y todas las pruebas de Mi amor; no
quieren oír Mi llamada, sino que van al abismo infernal.
Esta pérdida de las almas Me sumerge en la tristeza
mortal. En tales casos, a pesar de ser Dios, no puedo
ayudar nada al alma, porque ella Me desprecia;
disponiendo de la voluntad libre puede despreciarme o
amarme. Tú, dispensadora de Mi misericordia, habla al
mundo entero de Mi bondad y con esto consolarás Mi
Corazón.
- Muchas mas cosas te diré cuando hables
Conmigo en lo profundo de tu corazón; allí nadie puede
impedir Mi actuar, es allí donde descanso como en un
jardín cerrado.
- El interior de mi alma es como un mundo
grande y magnifico en el que vivimos Dios y yo. Fuera de
Dios nadie más tiene acceso a él. Al comienzo de mi
vida con Dios (49) me llenaba el temor y la ceguedad. Su
resplandor me cegó y pensaba que Él no estaba en mi
corazón, sin embargo eran los momentos cuando Dios
trabajaba en mi alma y el amor se hacia cada vez mas puro
y mas fuerte; y el Señor llevo mi voluntad a la mas
estrecha unión son su santa voluntad. Nadie puede
entender lo que estoy viviendo en este magnifico palacio
de mi alma donde estoy continuamente con mi Amadísimo.
Ninguna cosa exterior perturban mis relaciones con dios;
aunque usara las palabras más fuertes, no expresaría ni
una sombra de cómo mi alma está embriagada de felicidad
y de amor inexpresable, tan grande y tan puro como la
fuente de la que brota, es decir, Dios mismo. El alma es
totalmente embebida de Dios, lo siento físicamente y el
cuerpo participa en este gozo; aunque sucede que las
inspiraciones de Dios son diversas en la misma alma, sin
embargo provienen de la misma fuente.
- (50) En una ocasión vi a Jesús sediento
y a punto de desfallecer, y me dijo: Tengo sed. Cuando
le di agua al Señor, la tomó, pero no la bebió y
desapareció inmediatamente; estaba vestido como durante
la Pasión.
- Cuando contemplas en el fondo de tu
corazón lo que te digo, sacas un provecho mucho mayor
que si leyeras muchos libros. Oh, si las almas quisieran
escuchar Mi voz cuando les hablo en el fondo de sus
corazones, en poco tiempo llegarían a la cumbre de la
santidad.
- 8 I 1936. Cuando fui a ver al arzobispo [212]
y le dije que el Señor exigía de mi que rogara
impetrando la Divina Misericordia para el mundo, y que
surgiera una Congregación que implorase la Divina
Misericordia para el mundo, le rogué que me diera la
autorización para todo esto que Jesús quería de mi, el
arzobispo (51) me contestó con estas palabras: En cuanto
a las plegarias, hermana, le doy permiso e incluso la
animo a rogar lo máximo posible por el mundo e impetrar
por él la Divina Misericordia, porque todos necesitamos
la misericordia y seguramente tampoco el confesor le
impide, hermana, rogar según esta intención. Y en
cuanto a la Congregación, pues, espere un poco, hermana,
que las cosas se pongan un poco mas favorables; esta obra
en si es buena, pero no se debe tener prisa; si tal es la
voluntad de Dios, tarde o temprano, se realizará. ¿Por
qué no?, después de todo existen tantas otras
Congregaciones, pues también ésta surgirá, si Dios lo
quiere. Esté completamente tranquila. Jesús puede todo;
procure una estrecha unión con dios y esté de buen
ánimo. Estas palabras me llenaron de gran alegría.
- Al alejarme del arzobispo, oí en el alma
estas palabras: Para confirmar tu espíritu (52) hablo
por medio de Mis suplentes de acuerdo a lo que exijo de
ti. Pero debes saber que no siempre será así; te
contradecirán en muchas cosas y a través de esto se
manifestará Mi gracia y que esta obra es Mía, pero tu
no tengas miedo de nada, Yo estoy siempre contigo. Has de
saber también, hija Mía, que todas las criaturas, sepan
o no sepan, quieran o no quieran, siempre cumplen Mi
voluntad.
- Una vez, vi de repente al Señor Jesús en
una gran Majestad y me dijo estas palabras: Hija Mía,
si quieres, en este momento creo un mundo nuevo más
bello que éste y pasarás en él el resto de tus días. Contesté:
No quiero ningún mundo, yo Te deseo a Ti, oh Jesús,
deseo amarte con el amor con que Tú me amas; Te ruego
una cosa: Haz mi corazón capaz de amarte. (53) Me
sorprende mucho, Jesús mío, que hagas tal pregunta,
porque en realidad ¿qué haría yo con estos mundos
aunque me los des por millares? ¿Qué provecho tendría?
Tu sabes bien, Jesús, que mi corazón muere de nostalgia
por Ti; todo lo que está fuera de Ti, para mi no es nada.
En aquel momento no vi nada mas, pero una fuerza
envolvió mi alma y un extraño fuego se incendio en mi
corazón, y entré en una especia de agonía por Él;
entonces oí estas palabras: A ningún alma Me uno tan
estrechamente y de este modo como a ti y esto por la
profunda humildad y el amor ardiente que tienes por Mi.
- Una vez oí en mi interior estas palabras:
Percibo cada latido de tu corazón; has de saber, hija
Mía, que una mirada tuya hacia alguien Me heriría (54)
mas que muchos pecados cometidos por otra alma.
- El amor expulsa el temor del alma. Desde
que amé a Dios con todo mí ser, con toda la fuerza de
mi corazón, desde entonces cedió el temor y aunque me
digan no sé qué de su justicia, no le tengo miedo en
absoluto, porque lo conocí bien: Dios es el Amor y su
Espíritu es la paz. Y ahora veo que mis obras que
surgieron del amor son más perfectas que las obras que
cumplí por temor. He puesto mi confianza en Dios y no
tengo miedo de nada, me he entregado totalmente a su
santa voluntad; que haga de mi lo que quiera y yo, de
todas maneras, Lo amaré siempre.
- Cuando recibo la Santa Comunión, pido y
suplico al Salvador que sane mi lengua para que nunca
ofenda el amor del prójimo.
- (55) Oh Jesús, Tu sabes cuán ardiente es
mi deseo de esconderme para que nadie me conozca, excepto
Tu dulcísimo Corazón. Deseo ser una violeta pequeñita
escondida entre las hierbas, desconocida en un magnifico
jardín cerrado, donde crecen esplendidas rosas, y lirios.
La bella rosa y el maravilloso lirio se dejan ver desde
lejos, pero para ver la violeta pequeña hay que
encorvarse mucho, sólo su perfume permite descubrirla.
Oh, cuanto me alegro de poder esconderme así. Oh mi
Esposo divino, para Ti son la flor de mi corazón y el
perfume del amor puro. Mi alma se ha ahogado en Ti, Dios
eterno, desde el momento en que Tu Mismo me has atraído
hacia Ti; oh Jesús
- mío, cuanto más Te conozco, tanto mas
ardientemente Te deseo. Conocí en el Corazón de Jesús,
que para las almas elegidas en el cielo mismo hay otro
cielo al que no todos tienen acceso sino solamente las
almas elegidas. Una felicidad inconcebible en la que
será sumergida el alma. Oh Dios mío, es que no logro
describirlo ni siquiera en una mínima parte. (56) Las
almas están penetradas por su divinidad, pasan de
claridad en claridad, luz inmutable, pero nunca monótona,
siempre nueva, y que no cambia nunca. Oh Santa Trinidad,
déjate conocer a las almas.
- Oh Jesús mío, no hay nada mejor para un
alma que las humillaciones. En el desprecio está el
secreto de la felicidad; cuando el alma llega a conocer
que es una nulidad, la miseria personificada y que todo
lo que tiene de bueno en si misma, es exclusivamente don
de Dios, cuando el alma ve que todo lo que tiene en si le
ha sido dado gratuitamente y que de si tiene solamente la
miseria, esto la mantiene continuamente humilde delante
de la Majestad de Dios y Dios, viendo tal disposición
del alma, la persigue con sus gracias. Cuando el alma se
hunde en el abismo de su miseria, Dios hace uso de su
omnipotencia para enaltecerla. Si hay en la tierra un
alma verdaderamente feliz, ésta es solamente (57) un
alma verdaderamente humilde. Al principio el amor propio
sufre mucho a causa de eso, pero si el alma enfrenta
valerosamente repetidos combates, Dios le concede mucha
luz en la que ella ve lo miserable y engañoso que es
todo. En su corazón esta solamente Dios; un alma humilde
no confía a si misma, sino que pone su confianza en Dios.
Dios defiende al alma humilde y Él Mismo se introduce en
las cosas de ella y entonces el alma permanece en máxima
felicidad que nadie puede comprender.
- Una noche vino a mi una de las hermanas
difuntas que ya antes había venido a verme algunas veces;
la primera vez la vi en un estado de gran sufrimiento,
después los sufrimientos eran cada vez menores y aquella
noche, la vi resplandeciente de felicidad y me dijo que
ya estaba en el paraíso; y me dijo que Dios (58) probó
esta casa con aquella tribulación porque la Madre
General había dudado, no prestando fe a lo que yo había
dicho de esta alma. Pero ahora, como signo de que sólo
ahora está en el cielo, Dios bendecirá esta casa. Luego
se acercó a mí y me abrazó cordialmente y dijo: Tengo
que irme ya. Comprendí lo estrecha que es la unión
entre estas tres etapas de la vida de las almas, es decir,
la tierra, el purgatorio, el cielo.
- Noté muchas veces que Dios somete a
pruebas a algunas personas porque, según me dice, no le
agrada la incredulidad. Una vez, al ver que Dios sometio
a prueba a un arzobispo que estaba mal dispuesto y no
creia en esta causa [213]&hellip me dio lastima y
pedi a Dios por él y el Señor le dio alivio. A Dios le
desagrada mucho la desconfianza y por eso algunas almas
pierden muchas gracias. La desconfianza (59) de un alma
hiere su dulcisimo Corazón que está lleno de bondad y
de amor inconcebible hacia nosotros; porque es grande la
diferencia entre el deber del sacerdote que a veces no
debe creer, pero para convencerse mas profundamente de la
veracidad de los dones o de las gracias en cierta alma, y
cuando lo hace para guiar mejor a un alma y empujarla
hacia una mas profunda unión con dios; será grande e
incalculable su recompensa por ello. Pero menospreciar y
desconfiar de las gracias de Dios en un alma por no poder
penetrarlas ni entenderlas, esto no agrada al Señor.
Siento mucho por las almas que se encuentran con
sacerdotes inexpertos.
- Una vez un sacerdote [214] me pidio que
rogara según su intencion; prometi rogar y pedi una
mortificacion. Cuando recibi el permiso para (60) cierta
mortificacion, sentí en el alma el deseo de ceder en
aquel dia a aquel sacerdote todas las gracias que la
bondad de Dios me había destinado y pedi a Jesús que se
dignara destinarme todos los sufrimientos y todas las
tribulaciones exteriores e interiores que aquel sacerdote
iba a soportar aquel dia. Dios aceptó en parte este
deseo mio y en seguida, sin saber de dónde, empezaron a
surgir distintas dificultades y contrariedades hasta tal
punto que una de las hermanas dijo en voz alta estas
palabras: El Señor Jesús debe tener algun plan en que
todos ejerciten a Sor Faustina. Los hechos referidos eran
tan sin fundamento que algunas hermanas los afirmaban y
otras los negaban, mientras yo, en silencio, me ofrecia
por aquel sacerdote. Pero eso no fue todo; tuve
sufrimientos interiores. Primero me dominó y una
aversión hacia las hermanas, luego comenzó a
atormentarme una extrana inseguridad (61), no logré
concentrarme para rezar, varias cuestiones pasaban por mi
cabeza causandome preocupaciones. Cuando cansada entré
en la capilla, un extrano dolor estrechó mi alma y
empecé a llorar silenciosamente; entonces oí en el alma
esta voz: Hija Mia, ¿Por qué lloras? Si tu misma te
has ofrecido a este sufrimiento; debes saber que lo que
tú has recibido por aquella alma es una parte muy
pequena. El sufre todavía mas. Y le pregunté al
Señor: ¿Por qué Te comportas con él de este modo? El
senor me contestó que por la triple corona que le era
destinada: la de la virginidad, del sacerdocio y del
martirio. En aquel momento una gran alegria dominó mi
alma al ver una gran gloria que él recibiria en el cielo.
Entonces recé el Te Deum [215] por esta singular
gracia de Dios, es decir, por haber conocido que Dios se
comporta asi con aquellos a los cuales desea tener cerca
de Él. Pues, nada son todos los sufrimientos en
comparación con lo que nos espera en el cielo.
- (62) Un dia, después de nuestra Santa
Misa,a vi de repente a mi confesor [216] celebrando la
Santa Misa en la iglesia de San Miguel delante de la
imagen de Nuestra Senora. Estaba en el ofertorio de la
Santa Misa y vi al pequeño Nino Jesús que se estrechaba
a él como si estuviera huyendo de algo, en él buscando
refugio. Pero al llegar el momento de la Santa Comunión,
desapareció como siempre. De repente vi a la Santisima
Virgen que lo cubrió con su manto y dijo: Ánimo,
Hijo mio; valor, Hijo mio. Y dijo algo mas que yo no
alcancé oir.
- Oh, qué ardiente es mi deseo de que cada
alma glorifique Tu misericordia. Feliz el alma que invoca
la misericordia del Señor; experimentará lo que ha
dicho el Señor, es decir, que la defenderá como su
gloria, ¿y quién se atrava a luchar contra Dios? Que
toda alma exalta la misericordia del Señor (63) con la
confianza en su misericordia, durante toda su vida y
especialmente en la hora de la muerte. Alma querida, no
tengas miedo de nada, quienquiera que seas; y cuanto mas
grande es el pecador, tanto mayor derecho tiene a Tu
misericordia, Señor. Oh bondad inconcebible, Dios es el
primero en humillarse hacia el pecador. Oh Jesús, deseo
glorificar Tu misericordia para miles de almas. Yo sé
bien, oh Jesús, que debo hablar a las almas de Tu bondad,
de Tu inconcebible misericordia.
- En cierta ocasión una persona me pidio
rogar por ella; cuando me encontre con el Señor, le dije
estas palabras: Jesús, yo amo particularmente las almas
a las que amas Tú. Y Jesús me contestó con estas
palabras: Y Yo concedo gracias particulares a las
almas por las cuales tú intercedes delante de Mi.
- Jesus me defiende de manera misteriorsa,
de verdad, es una gran gracia de Dios que experimento
desde hace mucho tiempo.
- (64) Una vez, cuando una de las hermanas [217]
se enfermó y estaba a punto de morir, se reunió toda la
Comunidad [218] y estaba tambien presente un sacerdote
que le dio a la enferma la absolución; subitamente vi
una multitud de espiritus de las tinieblas. En aquel
momento, olvidandome que estaba en compania de las
hermans, tomé el aspersorio y los rocié con agua
bendita y desaparecieron en seguida. Pero cuando las
hermanas vinieron al refectorio, la Madre Superiora [219]
me llamó la atención a que no habria debido rociar a la
enferma en presencia del sacerdote al que correspondia
tal funcion. Acepté la admonición con espiritu de
penitencia, pero el agua bendita da un gran alivio a los
moribundos.
- Oh Jesús mio, Tu ves lo debil aque soy
por mi misma, por eso dirige Tu Mismo todas mis cosas.
Sabes, oh Jesús, que sin Ti no me acerco a ningun
problema, pero Contigo afrontaré las cosas mas
difíciles.
- (65) 29 I 1936. Por la noche, estando yo
en mi celda, vi repentinamente una gran claridad y en lo
alto de esta claridad una enorme cruz gris oscura y de
inmediato fui atraida cerca de esta cruz; pero mirandola
fijamente no comprendia nada y rezaba {para conocer} lo
que significaba. De pronto vi a Jesús y la cruz
desaparecio. El Señor Jesús estaba sentado entre una
gran luz, los pies y las piernas hasta las rodillas se
hundian en esta luz de modo que no los veia. Jesús se
inclinó a mi y me miró amablemente y me habló sobre la
voluntad del Padre Celestial. Me dijo que el alma mas
perfecta y santa es aquella que cumple la voluntad de su
Padre, pero son pocas estas almas. Con un amor singular
mira al alma que vive según su voluntad; y Jesús me
dijo que yo complo la voluntad de Dios de modo perfecto,
es decir, perfectamente y por eso Me uno a ti y Me
relaciono contigo de una manera tan particular y tan
estrecha. Dios envuelve con un amor inconcebible al
alma que (66) vive según su voluntad. Comprendi cuanto
Dios nos ama, cuán sencillo es aunque incomprensible,
que facil es tratar con Él aunque su Majestad es tan
grande. Con nadie me relaciono tan fácilmente y con
tanta soltura como con Él; ni siquiera la madre natural
con su hijo que la ama sinceramente se entienden tanto
como mi alma con Dios. Mientras estaba en esta unión con
el Señor, vi dos personas y no estaba escondido delante
de mi su interior; triste el estado de estas almas, pero
confio en que tambien ellas glorificarán la misericordia
del Señor.
- En el mismo momento vi tambien a cierta
persona [220] y en parte el estado de su alma y grandes
pruebas que Dios enviaba a esta alma; esos sufrimientos
tenian relacion con su mente y en una forma tan aguda que
me dio lastima y dije al Señor: ¿Por qué la tratas asi?
Y el Señor me contestó: Por su triple corona. Y
el Señor me dio a conocer qué gloria mas inefable le
espera al alma que es (67) semejante a Jesús doliente
aquí en la tierra; tal alma sera semejante a Jesús en
su gloria. El Padre Celestial honrará y estimará
nuestras almas en cuanto vea en nosotros la semejanza a
Su Hijo. Comprendi que esta semejanza con Jesús nos es
dada aquí en la tierra. Veo almas puras e inocentes a
las cuales Dios administra su justicia y estas almas son
las victimas que sostienen el mundo y completan lo que ha
faltado a la Pasion de Jesús; son pocas estas almas. Me
alegro enormemente de que Dios me haya permitido conocer
a tales almas.
- Oh Santa Trinidad, Dios eterno, Te
agradezco por haberme permitido conocer la grandeza y la
diferencia entre los grados de la gloria que dividen a
las almas. Oh, qué grande es la diferencia entre un solo
grado de mas profundo conocimiento de Dios. Oh, si las
almas pudiesen saberlo. Oh Dios mio, si pudiera
conquistar uno mas, soportaria con gusto todos los
tormentos que habian padecido {todos] los martires juntos.
(68) De verdad, todos estos tormentos me parecen nada en
comparación con la gloria que nos espera por toda la
eternidad. Oh Señor, sumerge mi alma en el océano de Tu
divinidad y concedeme la gracia de conocerte, porque
cuanto mejor Te conozco, tanto mas ardientemente Te deseo,
y mi amor hacia Ti se fortalece. Siento en mi alma un
abismo insondable que solamente Dios llena; me deshago en
Él como una gota en el océano; el Señor bajó hacia mi
miseria como un rayo de sol hacia la tierra infértil y
rocosa y, sin embargo, bajo el poder de sus rayos, mi
alma se cubrio de verde, de flores y de frutas y se
convirtió en un bello jardin para su descanso.
- Oh Jesús mio, a pesar de Tus gracias,
siento y veo toda mi miseria. Comienzo el dia luchando y
lo termino luchando; en cuanto aparto una dificultad, en
su lugar surgen (69) diez por superar, pero no me aflijo
por ello, porque sé muy bien que éste es el tiempo de
la lucha y no de la paz. Cuando la lucha se hace tan dura
que supera mis fuerzas, me arrojo como una nina en los
brazos del Padre Celestial y tengo confianza que no
pereceré. Oh Jesús mio, soy tan propensa al mal y eso
me obliga a vigilarme continuamente, pero nada me
desalienta, confio en la gracia de Dios, que abunda donde
la miseria es la mas grande.
- Entre las mas grandes dificultades y
contrariedades no pierdo la paz interior ni el equilibrio
en lo exterior y esto desanima a los adversarios. Entre
las contrariedades la paciencia refuerza al alma.
- 2 de febrero [1936]. Por la manana, al
despertarme al sonido de la campanilla, me entró un
sueno tan grande que no logrando despertarme del todo, di
un salto al agua fria y dos minutos después el sueno se
me quitó. Al venir a la meditación (70) se agolpó en
mi cabeza toda una confusion de pensamientos necios y
luché durante toda la meditación. Lo mismo ocurrio
durante las plegarias, pero cuando comenzó la Santa Misa,
en mi alma reinó una extrana calma y alegria. En ese
momento vi a la Santisima Virgen con el Nino Jesús y al
Santo Anciano [221] que estaba detrás de Nuestra Senora.
La Santisima Virgen me dijo: Aqui tienes el tesoro mas
precioso. Y me dio al Nino Jesús. Cuando tomé al
Nino Jesús en brazos, la Virgen y San José
desaparecieron; me quedé sola con el Ninito Jesús: Le
dije:
- Sé que eres mi Señor y Creador, a pesar
de ser tan pequeño. Jesús tendio sus bracitos y me
miraba sonriendo, mi espiritu estaba lleno de un gozo
incomparable. De reente Jesús desaparecio y la Santa
Misa llegó al momento de acercarse a la Santa Comunión.
Fui en seguida con otras hermanas a tomar la Santa
Comunión con el alma llena [de su presencia]. Después
de la Santa comunión (71) oí en el alma estas palabras:
Yo soy en tu corazón el mismo al que tuviste en tus
brazos. Entonces rogué al senor por cierta alma [222]
para que le concediera la gracia en la lucha y le quitara
esa prueba. Se hará según pides, pero su merito no
disminuirá. Una alegria reinó en mi alma por ser
Dios tan bueno y tan misericordioso; Dios concede todo lo
que pedimos con confianza.
- Despues de cada conversación con el
Señor mi alma es singularmente fortalecida, una profunda
calma reina en mi alma y me hace tan valiente que no temo
nada en el mundo; tengo un solo temor, el de entristecer
a Jesús.
- Oh Jesús mio, Te ruego por la bondad de
Tu dulcisimo Corazón, que se calme Tu ira y muestranos
Tu misericordia. Que Tus heridas sean nuestro escudo ante
la justicia (72) de Tu Padre. Te conoci, oh Dios, como
una Fuente de Misericordia con que se anima y alimenta
cada alma. Oh, qué grande es la misericordia del Señor,
por encima de todos sus atributos; la misericordia es el
mayor atributo de Dios, todo lo que me rodea, me habla de
ello. La misericordia es la vida de las almas, su
compasión es inagotable. Oh Señor, miranos y tratanos
según Tu piedad infinita, según Tu gran misericordia.
- Una vez tenia dudas de si lo que me había
sucedido, no hubiese ofendido gravemente a Jesús. Como
no lograba darme cuenta de ello, decidi no acercarme a la
Santa Comunión antes de confesarme, aunque en seguida
hice un acto de contrición, porque tengo la costumbre de
que después de la menor falta, me ejercito en la
contrición. En los dias en que no me acercaba a la Santa
Comunión (73) no sentia la presencia de Dios, sufria
indeciblemente a cause de esto, pero lo soportaba como el
castigo por el pecado. Sin embargo durante la confesion
recibi una amonestación, que podia acercarme a la Santa
Comunión, ya que lo que me había sucedido no era un
impedimento para recibir la Santa Comunión. Después de
la confesion recibi la Santa Comunión, y vi a Jesús que
me dijo estas palabras: Has de saber, hija Mia, que no
uniendote a Mi en la Santa Comunión Me ha desagradado
mas que [cometiendo] aquella pequena falta.
- Un dia vi una pequena capilla y dentro de
ella seis hermanas que estaban recibiendo la Santa
Comunión, administrada por nuestro confesor vestido con
un sobrepelliz y una estola [223]. En aquella capilla no
había ni adornos ni reclinatorios; después de la Santa
Comunión vi al Señor Jesús como aparece en la imagen.
Jesús estaba caminando y yo llamé: ¿Señor, cómo
puedes pasar y no decirme nada? Yo (74) no haré nada sin
Ti, tienes que quedarte conmigo y bendecirme a mi y a
esta Comunidad y a mi patria. Jesús hizo la senal de la
cruz y dijo: No tengas miedo de nada. Yo estoy siempre
contigo.
- Los dos ultimos dias angtes de la Cuaresma,
junto con las alumnas [224], tuvimos una hora de
adoración reparadora. Durante ambas horas vi al Señor
Jesús con el aspecto que tuvo después de la
flagelación; el dolor que estrechó mi alma era tan
grande que tenia la sensación de experimentar todos
estos tormentos en mi propio cuerpo y en mi propia alma.
- 1 III 1936. Ese dia durante la Santa Misa
me envolvio una extrana fuerza y un impulso para que me
pusiera a realizar los deseos de Dios [225]. Me vino una
comprensión tan clara de las cosas que el senor exigia
de mi que, verdaderamente, si dijera, o sea, me
justificara (75) diciendo que no comprendia algo de lo
que el Señor exigia de mi, mentiria. Porque el Señor me
da a conocer su voluntad explicita y claramente y en
estas cosas no tengo ni una sombre de duda. Y comprendi
que seria la ingratid mas grande diferir mas esta
cuestion que el Señor quiere realizar para su gloria y
para el provecho de un gran numero de almas y se sirve de
mi como de un miserable instrumento por el cual ha de
realizar sus eternos planes de misericordia. De verdad,
seria muy ingrata mi alma si se opusiera mas tiempo a la
voluntad de Dios. Ya nada me detiene en esto: ni la
persecución, ni el sufrimiento, ni el escarnio, ni las
amenazas, ni las suplicas, ni el hambre, ni el frio, ni
las lisonjas, ni las amistades, ni las contrariedades, ni
los amigos, ni los enemigos, ni las cosas que estoy
viviendo ahora, ni las cosas que vendran, ni el odio del
infierno nada me impedira cumplir la voluntad de Dios. Ya
nada me detiene en esto; ni la persecución, ni el
sufrimiento, ni el escarnio, ni las amenazas, ni las
suplicas, ni el hambre, ni el frio, ni las lisonjas ni
las amistades, ni las contrariedades, ni los amigos, ni
los enemigos, ni las cosas que estoy viviendo ahora, ni
las cosas que vendran, ni el odio del infierno nada me
impedira cumplir la voluntad de Dios. (76) No me apoyo en
mis propias fuerzas, sino en su omnipotencia, porque si
me ha dado la gracia de conocer su santa voluntad,
asimismo me concedera la gracia de poder cumplirla. No
puedo dejar de decir cuánto se opone a esta aspiracion
mi propia naturaleza despreciable que se presente con sus
ambiciones, y a veces en mi alma se arma una lucha tan
grande que, como Jesús en el Huerto de los Olivos,
tambien yo grito al Padre eterno: Si es posible aleja de
mi este caliz, pero no como yo quiero sino como Tu
quieres, oh Señor, que se haga Tu voluntad. No es un
secreto para mi todo lo que tendré que pasar, pero con
pleno conocimiento acepto todo lo que me enviarás,
Señor. Confio en Ti, Dios misericordioso y deseo ser la
primera en mostrar la confianza que exiges de las almas.
Oh Verdad eterna, ayúdame e ilumina en el camino de la
vida y haz que se cumpla en mi Tu voluntad.
(77) No deseo nada sin cumplir Tu voluntad, Dios mio; no
importa si me será facil o difícil. Siento que una fuerza
misteriosa me empuja a obrar, me detiene una sola cosa, la santa
obediencia. Oh Jesús mio, me apremias y por otra parte me
retienes y frenas. Oh Jesús mio, pero en esto tambien se haga Tu
voluntad. En tal estado permaneci durante algunos dias, sin
interrupción; las fuerzas fisicas disminuyeron y aunque no
decía nada a nadie, la Madre Superiora [226] notó mi
sufrimiento y dijo: He notado que usted, hermana, está cambiada
y muy palida. Me recomendó acostarme mas temprano y dormir mas
tiempo y mandó traerme un vaso de leche caliente por las noches.
Su corazón carinoso y verdaderamente materno deseaba ayudarme,
pero las cosas (78) exteriores no influyen en los sufrimientos
del espiritu y no alivian mucho. En el confesionario sacaba
fuerzas y consuelo de que ya no esperaria mucho para ponerme a la
obra.
- El jueves, cuando iba a la celda, encima
de mi vi la Sagrada Hostia en un gran resplandor. De
repente oí la voz que me parecia salir desde arriba de
la Hostia: En ella está tu fuerza, ella te defenderá.
Después de estas palabras la vision desaparecio,
pero en mi alma entró una fuerza y alguna luz misteriosa
sobre en qué consiste nuestro amor hacia Dios;
precisamente en cumplir la voluntad de Dios.
- Oh Santa Trinidad, Dios eterno, deseo
resplandecer en la corona de Tu misericordia como una
piedra pequenita cuya belleza depende de la luz (79) de
Tu rayo y de Tu misericordia inconcebible. Todo lo que
hay de bello en mi alma, es Tuyo, oh Dios; yo de por mi
siempre soy nade.
- Al comienzo de la Cuaresma pedi a mi
confesor una mortificacion para aquel periodo cuaresmal y
recibi la de no reducirme los alimentos, sino de meditar
durante las comidas sobre cómo Jesús en la cruz aceptó
el vinagre con hiel: seria una mortificacion. No sabia
que de ella sacaria un provecho tan grande para mi alma.
El provecho consistia en que meditaba continuamente su
dolorosa Pasion y cuando esstaba comiendo, no distinguia
lo que comia sino que estaba ocupada por la muerte de mi
Señor.
- Al comienzo de la Cuaresma pedi tambien el
cambio del examen particular de conciencia y recibi esto:
que todo lo que iba a hacer, lo haria con pura intencion
de reparacion por los pecadores. (80) Esto me mantiene en
una continua unión con Dios y esta intencion hace mas
perfectas mis obras, ya que todo lo que hago, lo hago por
las almas inmortales. Todas las penas y todas las fatigas
son nada cuando pienso que sirven para reconciliar las
almas pecadoras con Dios.
- Maria [es] mi instructora que me ensena
siempre cómo vivir para Dios. Mi espiritu resplande en
Tu dulzura y humildad, oh Maria.
- Una vez, cuando entré en la capilla por
cinco minutos de adoración y recé por cierta alma,
comprendi que no siempre Dios acepta nuestras plegarias
por aquellas almas por las cuales rogamos, sino que las
destina a otras almas, y no les llevamos alivio en las
penas que sufren en el fuego del purgatorio; sin embargo
nuestra plegaria no se pierde.
- (81) La relacion confidencial del alma con
Dios. Dios se acerca al alma de manera particular,
conocida solamente por Dios y el alma. Nadie se da cuenta
de esta unión misteriosa, es el amor que preside en esta
unión y solamente el amor realiza todo. Jesús se da al
alma de manera suave, dulce y en su profundidad está la
serenidad. Jesús le concede muchas gracias y la hace
capaz de compartir sus pensamientos eternos, y a veces le
revela al alma sus designios divinos.
- Cuando el Padre Andrasz me dijo que seria
bien que en la Iglesia de Dios existiera un grupo de
almas que impetraran la Divina Misericordia, porque, en
realidad, todos necesitamos la misericordia, [227]
después de estas palabras suyas una luz singular
penetró en mi alma. Oh, que bueno es el Señor.
- (82) 18 III 1936. Una vez pedi a Jesús
que Él Mismo diera el primer paso con algun cambio o con
algun acto exterior, o que me expulsaran porque yo sola
no era capaz de abandonar esta Congregación, y en este
estado de ánimo estuve agonizando mas de tres horas. No
lograba rezar, pero someti mi voluntad a la voluntad de
Dios. A la manana siguiente, la Madre Superiora [228] me
dijo que la Madre General [229] me trasladaba a Varsovia.
Contesté a la Madre que seria mejor, quiza, que ya no
fuera sino que saliera [de la Congregación] alli mismo,
en seguida. Consideraba que aquella era la senal exterior
que había pedido a Dios. La Madre Superiora no me
contestó a esto, pero un momento después volvio a
llamarme y dijo: Sabe usted, hermana, vaya a pesar de
todo; no piense que el viaje será un tiempo perdido
aunque tuviera que volver en seguida. Contesté: De
acuerdo, ire; a pesar de que el dolor me traspasó el
alma, porque (83) sabia que por este viaje, la causa se
aplazaria; no obstante, a pesar de todo, trato siempre de
ser obediente.
- Por la noche, mientras rezaba, la Virgen
me dijo: Su vida debe ser similar a la mia, silenciosa
y escondida; deben unirse continuamente a Dios, rogar por
la humanidad y preparar al mundo para la segunda venida
de Dios.
- Por la noche, durante la Bendicion [230],
por un momento ni alma estuvo en contacto directo con
Dios Padre; sentí que estaba en sus brazos como una nina
y oí en el alma estas palabras: No tengas miedo, hija
Mia, de nada, todos los adversarios quedarán destruidos
a Mis pies. Con estas palabras entraron en mi alma
una profunda serenidad y un extrano silencio interior.
- (84) Cuando me quejaba al Señor de que me
quitaba esta ayuda y de que estaria sola otra vez, sin
saber como actuar, oí estas palabras: Yo tengas miedo,
Yo estoy siempre contigo. Después de estas palabras
una profunda paz entró otra vez en mi alma. Su presencia
me penetró totalmente de manera sensible. Mi espiritu
fue inundado de luz y tambien el cuerpo participó en
esto.
- La noche del ultimo día en que iba a
salir de Vilna, una hermana [231], de edad ya avanzada,
me reveló el estado de su alma; me dijo que desde hacia
ya un par de años sufría interiormente, que le parecía
que todas las confesiones habían sido mal hechas y que
tenia dudas de si Jesús le había perdonado. Le
pregunté si había hablado de eso alguna vez al confesor.
Me contestó que ya muchas veces (85) había hablado de
eso al confesor y siempre los confesores me dicen que
esté tranquila; sin embargo sufro mucho y nada me da
alivio, y siempre me parece que Dios no me ha perdonado.
Le contesté: Obedezca, hermana, al confesor y esté
completamente tranquila, porque seguramente es una
tentación. No obstante, ella con lagrimas en los ojos,
suplicó que preguntara a Jesús si la había perdonado y
si sus confesiones habían sido buenas o no. Le contesté
enérgicamente: Pregunte usted misma, hermana, si no cree
a los confesores. Pero ella me apretó de la mano y no
quería dejarme hasta que le dijera que rogaría por ella
y le relataría lo que Jesús me contestaría. Llorando
amargamente no quería dejarme y me dijo: Yo sé, hermana,
que Jesús le habla, Y sin poder liberarme de ella. Por
la noche, durante la Bendición, oí en el alma
estas palabras: Dile que su desconfianza hiere más Mi
Corazón que los pecados que cometió. Cuando se lo
dije se puso a llorar como una niña y una gran alegría
entro en su alma. Comprendí que Dios deseaba consolar
esa alma por mi medio, por lo tanto, a pesar de que esto
me costó mucho, cumplí el deseo de Dios.
- Cuando entré un momento en la capilla
aquella misma noche, para agradecer a Dios por todas las
gracias que me había concedido en aquella casa, de
repente me envolvió la presencia de Dios. Me sentí como
una niña en las manos del mejor Padre y oí estas
palabras: No tengas miedo de nada. Yo estoy siempre
contigo. Su amor me penetró por completo; sentí que
entraba con Él en una intimidad tan estrecha que (870 no
tengo palabras para expresarla.
- De pronto vi junto a mi a uno de los siete
espíritus, radiante como antes, con aspecto luminoso; lo
veía [232] continuamente junto a mi cuando iba en tren.
Veía que sobre cada iglesia que pasábamos había un
ángel, pero en una luz mas pálida que la del espíritu
que me acompañaba en el viaje. Y cada uno de los
espíritus que custodiaban los templos, se inclinaba ante
el espíritu que estaba a mi lado.
En Varsovia, cuando entré por la puerta [del convento],
el espíritu desapareció; agradecí a Dios por su bondad, por
darnos a los ángeles como compañeros. Oh, qué poco piensa la
gente en que tiene siempre a su lado a tal huésped y, a la vez,
un testigo de todo. ¡Pecadores!, recuerden que tienen un testigo
de sus acciones.
- Oh Jesús mío, Tu bondad supera toda
inteligencia y nadie agotará Tu misericordia. Perdición
para (88) el alma que quiere perderse, porque para quien
desea salvarse, para él es el mar inagotable de
misericordia del Señor; ¿cómo puede un recipiente
pequeño contener en si un mar insondable?....
- Cuando me despedía de las hermanas y
estaba ya por partir, una de las hermanas, me pidió
mucho que la perdonara por haberme ayudado tan poco en
mis deberes, y no solamente por no haberme ayudado en mis
deberes, sino que por haber tratado siempre de
hacérmelos difíciles. Sin embargo yo dentro de mí la
consideraba mi gran bienhechora porque me había
ejercitado en la paciencia. Me ejercitaba hasta tal punto
que una de las hermanas de mayor edad se expresó así:
Sor Faustina es estúpida o santa, porque, a decir verdad,
una personal normal no soportaría que alguien le llevara
siempre la contraria. Yo sin embargo (89) me acercaba
siempre a ella con amabilidad. Aquella hermana se
empeñaba tanto en hacerme difícil el cumplimento de mis
deberes que, a pesar de mis esfuerzos, mas de una vez
consiguió estropear algo de lo que estaba bien hecho,
como ella misma confesó en la despedida, pidiéndome mil
disculpas. Sin querer analizar sus intenciones, tomé la
cosa como una prueba de Dios&hellip
- Me extraña muchísimo como es posible
tener una envidia tan grande. Yo, viendo el bien de
alguien, me alegro como si yo misma lo tuviera, la
alegría de los demás es mi alegría y el sufrimiento de
los demás es mi sufrimiento, porque si no fuera así no
me atrevería relacionarme con Jesús. El espíritu de
Jesús es siempre simple, apacible, sincero; cada malicia,
envidia, falta de bondad ocultada bajo una sonrisa de
afabilidad es un diablito inteligente; una palabra dura
pero que proviene del amor sincero, no hiere al corazón.
- (90) 22 III 1936. Al llegar a Varsovia,
entré un momento en la pequeña capilla para agradecer a
Jesús por el viaje feliz y pedí al Señor la ayuda y la
gracia en todo lo que me esperaba, sometiéndome en todo
a su santa voluntad. Oí estas palabras: No tengas
miedo de nada, todas las dificultades servirán para que
se realice Mi voluntad.
- El día 25 de marzo. Durante la
meditación matutina me envolvió la presencia de Dios de
modo singular, mientras reflexionaba sobre la grandeza
infinita de Dios y, al mismo tiempo, sobre su
condescendencia hacia la criatura. Entonces vi a la
Santísima Virgen que me dijo: Oh, cuán agradable es
para Dios el alma que sigue fielmente la inspiración de
su gracia. Yo di al mundo el Salvador y tu debes hablar
al mundo de su gran misericordia y preparar al mundo para
su segunda (91) venida. Él vendrá, no como un Salvador
Misericordioso, sino como un Juez Justo. Oh, qué
terrible es ese día. Establecido está ya es el día de
la justicia, el día de la ira divina. Los ángeles
tiemblan ante ese día. Habla a las almas de esa gran
misericordia, mientras sea un el tiempo para conceder la
misericordia. Si ahora tu callas, en aquel día tremendo
responderás por un gran numero de almas. No tengas miedo
de nada, permanece fiel hasta el fin, yo te acompaño con
mis sentimientos.
- Cuando llegué a Walendów, una de las
hermanas [233] al saludarme dijo: Como usted, hermana, ha
venido aquí, entonces todo irá bien ahora. Le pregunté:
¿Por qué lo dice usted, hermana? Y ella me contestó
que lo sentía dentro de si. Aquella alma estaba llena de
sencillez y era muy agradable al Corazón de Jesús.
Efectivamente aquella casa estaba en una extrema
situación económica [234]&hellip No voy a mencionar
todo aquí.
- (92) La confesión. Mientras me preparaba
a la confesión, dije a Jesús escondido en el Santísimo
Sacramento: Jesús Te pido, háblame por la boca de este
sacerdote [235] y para mí la señal será ésta: él,
naturalmente, no sabe nada de que Tú, Jesús, exiges de
mí esta fundación de la misericordia; pues, que me diga
algo sobre esta misericordia. Cuando me acerqué al
confesionario y empecé la confesión, el sacerdote me
interrumpió la confesión y empezó a hablarme de la
gran misericordia de Dios con tanta fuerza que nunca
antes escuché hablar así, y me preguntó: ¿Sabes que
la misericordia del Señor está por encima de todas sus
obras, que es la corona de sus obras? Escucha atentamente
aquellas palabras que el Señor me decía por la boca de
aquel sacerdote. Aunque creo que siempre en el
confesionario Dios habla por la boca del sacerdote, no
obstante en aquel momento lo constaté de modo singular.
(93) A pesar de que no revelé nada de la vida de Dios
que había en mi alma y me acusé solamente de las faltas,
no obstante aquel sacerdote me habló mucho de lo que
había en mi alma y me comprometió a la fidelidad a las
inspiraciones de Dios. Me dijo: Estás caminando por la
vida con la Santísima Virgen que contestó con fidelidad
a cada inspiración de Dios. Oh Jesús mío, ¿quién
logra comprender Tu bondad?
- Oh Jesús, aleja de mí los pensamientos
que no concuerdan con tu voluntad. Veo que nada mas me
retiene a esta tierra sino esta obra de la misericordia.
- Jueves. Durante la adoración de la tarde,
vi. a Jesús flagelado y martirizado que me dijo: Hija
Mía, deseo que dependas del confesor en las cosas más
pequeñas. Tus más grandes sacrificios no Me agradan si
los hacen sin el permiso (94) del confesor y al
contrario, el más pequeño sacrificio tiene una gran
importancia a Mis ojos si tiene el permiso del confesor.
Las mas grandes obras no tienen importancia a Mis ojos si
son fruto del propio arbitrio y muchas veces no
concuerdan con Mi voluntad, mereciendo mas bien un
castigo y no un premio; mientras la mas pequeña acción
tuya con el permiso del confesor es agradable a Mis ojos
y Me es intensamente querida. Convéncete de esto para
siempre, vigila sin cesar porque todo el infierno se
empeña en contra de ti a causa de esta obra, ya que
muchas almas se alejarán de la boca del infierno y
glorificarán Mi misericordia. Pero no tengas miedo de
nada, porque Yo estoy contigo; debes saber que por ti
misma no puedes nada.
- El primer viernes del mes, antes de la
Comunión, vi un gran copón (95) lleno de Hostias
consagradas. Una mano me lo puso enfrente este copón y
lo tomé en la mano, había en él mil Hostias vivas.
Luego oí una voz: Estas Hostias han sido recibidas
por las almas a las cuales has impetrado la gracia de una
sincera conversión durante esta Cuaresma. Eso fue
una semana antes del Viernes Santo. Pasé aquel día en
un profundo recogimiento interior, anonadándome para el
provecho de las almas.
- Oh, qué alegría es anonadarse por el
bien de las almas inmortales. Sé que un granito de trigo
para transformarse en alimento debe ser destruido y
triturado entre las piedras de molienda, así yo, para
que sea útil a la Iglesia y a las almas, tengo que ser
aniquilada, aunque por fuera nadie se dé cuenta de mi
sacrificio. Oh Jesús, deseo estar escondida por fuera,
como esta hostia en la cual el ojo no distingue nada, y
yo soy una hostia consagrada a Ti.
- (96) El Domingo de Ramos. Este domingo
experimenté de manera singular los sentimientos del
dulcísimo Corazón de Jesús; mi espíritu estaba allí
donde estaba Jesús. Vi a Jesús montado en un burrito, y
a los discípulos, y a una gran muchedumbre que iba
alegre junto a Jesús con ramos en las manos; y algunos
los tiraban bajo los pies donde pasaba Jesús y otros
mantenían los ramos en alto, brincando y saltando
delante del Señor sin saber qué hacer de alegría. Y vi
otra muchedumbre que salió al encuentro de Jesús, con
rostros igualmente alegres y con ramos en las manos,
gritando sin cesar de alegría; había también niños
pequeños, pero Jesús estaba muy serio; el señor me dio
a conocer lo mucho que sufría en aquellos momentos. Yo
no veía nada fuera de Jesús, que tenia el Corazón
saturado por la ingratitud {de los hombres].
- (97) La confesión trimestral. El Padre
Bukowski. Cuando una fuerza interior me apremió
nuevamente a que no aplazara mas esta causa, no
encontrando paz dije al confesor, Padre Bukowski, que ya
no podía esperar más tiempo. El padre me contestó:
Hermana, es una ilusión, el Señor Jesús no puede
exigir esto, usted tiene los votos perpetuos, todo esto
es una ilusión; usted, hermana, esta inventando alguna
herejía, y me gritaba en alta voz. Pregunté si todo era
ilusión; me contestó que todo. Y entonces ¿cómo debo
comportarme?; dígame, por favor. Pues usted, hermana, no
debe seguir ninguna inspiración, debe distraerse y no
hacer caso a lo que oiga en el alma, tratar de cumplir
bien sus deberes exteriores y no pensar nada en estas
cosas, vivir en una continua distracción. Contesté:
Esta bien, (98) porque hasta ahora me he guiado por mi
propia conciencia, pero ahora si usted, Padre, me ordena
no hacer caso a mi propio interior, no lo haré. Y dijo:
Si el Señor Jesús vuelve a decirle algo, dígamelo,
pero usted, hermana, no debe hacerlo. Contesté: Está
bien, trataré de ser obediente. No sé de dónde le vino
al Padre tanta severidad.
644 Cuando me alejé del confesionario, todo un enredo
de pensamientos oprimió mi alma: ¿Para qué ser sincera?; al
fin de cuentas lo que había dicho no eran pecados, pues no
estaba obligada a hablar de eso al confesor; y también, oh, qué
bueno es no necesitar mas de hacer caso a mi interior, con tal
que vayan bien las cosas por fuera. Ahora no tengo mas necesidad
de hacer caso a nada ni seguir estas voces interiores que a veces
me cuestan muchas humillaciones; ahora seré ya libre. Pero a su
vez, un extraño (99) dolor estrechó mi alma. Entonces ¿no
puedo relacionarme con aquel a quien anhelo tan ardientemente?
¿Con aquel que es toda la fuerza de mi alma? Comencé a gritar:
¿A quién iré, oh Jesús? Pero desde el momento de la
prohibición del confesor, una inmensa oscuridad cayó en mi alma;
tengo miedo de escuchar alguna voz dentro de mí para no
infringir así la prohibición del confesor, pero por otra parte
me muero de la nostalgia de Dios. Mi interior desgarrado; no
teniendo mi propia voluntad, me he confiado totalmente en Dios.
Esto sucedió el Miércoles Santo, el sufrimiento
aumentó todavía más el Jueves Santo. Cuando vine a la
meditación, entré en una especie de agonía, no sentía la
presencia de Dios, sino que toda la justicia de Dios pesó sobre
mí. Me vi. casi destruida por los pecados del mundo. Satanás
comenzó a burlarse de mi: Ves, ahora ya no te ocuparás de las
almas; mira, qué recompensa tienes; nadie te (100) va a creer
que esto lo quiere Jesús; mira, cómo sufres ahora, y lo que vas
a sufrir todavía. Después de todo el confesor te he liberado de
todo esto. Ahora puedo ya vivir según mi parecer, con tal que [todo]
vaya bien por fuera. Estos pensamientos terribles me atormentaron
durante una hora entera. Cuando se acercaba la Santa Misa, un
dolor estrujó mi corazón. ¿Debo salir de la Congregación? Y
dado que el Padre me dijo que era una herejía, ¿debo separarme
de la Iglesia? Grite al Señor con voz interior y dolorida:
Jesús, sálvame. Sin embargo ni un rayo de luz entró en mi alma
y sentí que las fuerzas me abandonaban, como si sucediera la
separación del cuerpo con respecto al alma. Me someto a la
voluntad de Dios y repito: Se haga de mí, oh Dios, lo que has
decidido, ahora en mí ya no hay nada mío. De súbito me inundó
la presencia de Dios y me compenetró totalmente, hasta la medula
de los huesos. (101) Era el momento de la Santa Comunión. Un
instante después de la Santa Comunión perdí el conocimiento de
todo lo que me rodeaba y de dónde estaba.
645 Entonces vi a Jesús así como está pintado en la
imagen y me dijo: Dile al confesor, que esta obra es Mía y Me
sirvo de ti como de un miserable instrumento. Y dije: Jesús,
yo no puedo hacer nada de lo que me ordenas ya que el confesor me
dijo que todo esto es una ilusión y que no puedo seguir Tus
ordenes; yo no haré nada de lo que ahora me recomendarás.
Perdóname, Señor, a mi no me está permitido nada, yo tengo que
ser obediente al confesor. Jesús, Te pido muchísimo perdón, Tu
sabes cuánto sufro por esta razón, pero ¿qué hacer?, Jesús,
el confesor me ha prohibido seguir Tus ordenes. Jesús escuchaba
amablemente y con satisfacción mi argumentación y mis lamentos.
Yo pensé (102) que esto ofendería mucho a Jesús y, al
contrario, Jesús estaba contento y me dijo amablemente: Relata
siempre al confesor todo lo que Yo te recomiendo y lo que te digo
y haz solamente aquello para lo cual recibirás el permiso; no te
perturbes ni tengas miedo de nada. Yo estoy contigo. Mi alma
se llenó de gozo, y desaparecieron todos los pensamientos que la
atormentaban, mientras entraron en el alma la certeza y la
valentía.
- Sin embargo, un momento después me
sumergí en la Pasión que Jesús sufrió en el Huerto de
los Olivos. Esto duró hasta la mañana del viernes. El
viernes experimenté la Pasión de Jesús, pero ya de
modo diferente. Aquel día, vino a nosotras de Derdy el
Padre Bukowski. Una fuerza misteriosa me empujó a ir a
confesarme y decir todo lo que me había pasado y lo que
Jesús me había dicho. Cuando lo dije al Padre, y él
estaba completamente cambiado, me contestó (103): No
tenga miedo de nada, hermana, no le va pasar nada malo,
ya que Jesús no lo permitirá. Como usted es obediente y
en esta disposición, no se preocupe de nada. Dios
encontrará el modo de realizar esta obra, tenga siempre
esta sencillez y sinceridad y hable de todo a la Madre
General. Lo que yo le había dicho, era para prevenirla,
porque las ilusiones se dan también en personas santas;
a esto puede mezclarse, a veces alguna sugerencia del
diablo y también alguna originada por nosotros mismos,
por eso debe ser prudente. Siga como hasta ahora; usted
ve que Jesús no se ha enojado por esto. Puede repetir
estas cosas que han sucedido a su confesor permanente.
- Comprendí que tengo que rezar mucho por
cada confesor para que el Espíritu (104) Santo los
ilumine, porque cuando me acerco al confesionario sin
rezar antes ardientemente, el confesor me comprende poco.
Ese Padre me animó a rogar fervientemente por la
intención de que Dios me permitiera conocer y comprender
mejor las cosas que exige de mí: Hermana, haga una
novena tras otra y Dios no rehusará sus gracias.
- Viernes Santo. A las tres de la tarde vi a
Jesús crucificado que me moró y dijo: Tengo sed. De
repente vi que de su costado salieron los dos mismos
rayos que están en la imagen. En el mismo momento sentí
en el alma el deseo de salvar las almas y de anonadarme
por los pobres pecadores. Junto a Jesús agonizante me
ofrecí al Padre eterno por el mundo. Con Jesús y por
Jesús (105) y en Jesús estoy unida a Ti, oh Padre
eterno. El Viernes Santo, Jesús sufrió ya de manera
distinta en el alma que el Jueves Santo.
- La Santa Misa de la Resurrección [12 IV
1936]. Cuando entré en la capilla, mi espíritu se
sumergió en Dios, en su único tesoro; su presencia [me]
inundó.
- Oh Jesús mío, Maestro y Director
espiritual, fortifícame, ilumíname en estos momentos
difíciles de mi vida, no espero ayuda de parte de los
hombres, en Ti toda mi esperanza. Siento que estoy sola
frente a tus deseos, Señor. A pesar de los temores y la
aversión de la naturaleza, cumplo Tu santa voluntad y
deseo cumplirla con máxima fidelidad en toda mi vida y
en la hora de la muerte. Oh Jesús, Contigo puedo todo,
haz de mi lo que Te agrade, dame solamente Tu Corazón
misericordioso y será suficiente para mi.
(106) Oh Jesús y Señor mío, ayuda para que se haga de
mi lo que has establecido antes de los siglos, estoy lista para
cada señal de Tu santa voluntad. Concede luz a mi mente para que
pueda conocer cuál es Tu santa voluntad. Concede luz a mi mente
para que pueda conocer cuál es Tu santa voluntad. Oh Dios, que
penetras mi alma, Tú sabes que no deseo nada mas sino Tu gloria.
Oh, voluntad divina, deleite de mi corazón, alimento de
mi alma, luz de mi intelecto, fuerza todopoderosa de mi voluntad,
ya que cuando me uno a Tu voluntad, Señor, entonces Tu potencia
obra a través de mí, ocupando el lugar de mi débil voluntad.
Todos los días trato de cumplir los deseos de Dios.
- Oh Dios inconcebible. La grandeza de Tu
misericordia sobrepasa cualquier entendimiento humano y
angélico puestos juntos. Todos los ángeles (107) y
todos los hombres salieron de las entrañas de Tu
misericordia. La misericordia es la flor del amor: Dios
es amor y la misericordia es su acción, en el amor se
engendra, en la misericordia se manifiesta. Por donde
miro, todo me habla de su misericordia, hasta la justicia
misma de Dios me habla de su insondable misericordia,
porque la justicia proviene del amor.
- A una palabra presto atención y de esta
palabra siempre dependo, y esta palabra es todo para mi,
por ella vivo y por ella muero y ésta es la santa
voluntad de Dios. Ella es mi alimento cotidiano, toda mi
alma está atenta para escuchar los deseos de Dios.
Cumplo siempre lo que Dios quiere de mí a pesar de que
alguna vez mi naturaleza tiemble y siente que su grandeza
supera mis fuerzas. Sé bien lo que soy por mi misma,
pero sé también lo que es la gracia de Dios que me
sostiene.
- (108) 25 IV 1936. Walendów. Aquel día el
sufrimiento de mi alma fue tan duro como pocas veces
antes. Desde la mañana sentía en el alma como la
separación del cuerpo con respecto al alma; sentía que
Dios me penetraba totalmente, sentía en mí toda la
justicia de Dios, sentía que estaba sola frente a Dios.
Pensé que una sola palabra del director espiritual me
calmaría completamente, pero ¿qué hacer?, él no
estaba allí. Sin embargo decidí buscar luz en la
confesión. Cuando descubrí mi alma, al sacerdote le
entró miedo de seguir escuchando mi confesión, lo que
me provocó un sufrimiento aún más grande. Cuando veo
el temor de un sacerdote, entonces no obtengo ninguna
tranquilidad interior, por eso decidí tratar de revelar
mi alma en todo, desde la cosa más grande hasta la más
pequeña, solamente ante el director espiritual y seguir
estrictamente sus indicaciones.
- Ahora comprendo que la confesión es
solamente (109) la declaración de los pecados y la
dirección espiritual es [algo] completamente diferente,
pero no quiero hablar de esto. Deseo relatar una cosa
extraña que me sucedió por primera vez; cuando el
confesor comenzó a hablarme, no comprendía ni una
palabra suya. De pronto vi. a Jesús crucificado que me
dijo: Busca la fuerza y la luz en Mi Pasión. Terminada
la confesión medite la tremenda Pasión de Jesús y
comprendí que lo que yo sufría era nada en comparación
con la Pasión del Creador y que cada imperfección,
hasta la mas pequeña, había sido la causa de aquella
tremenda Pasión. Luego mi alma fue compenetrada por un
gran arrepentimiento y solo entonces sentí que estaba en
el mar insondable de la misericordia de Dios. Oh, qué
pocas palabras tengo para expresar lo que siento.
Siento que soy como una gota de rocío absorta por el
profundo océano sin límites de la misericordia de Dios.
- (110) + 11 de mayo de 1º936. Llegué a
Cracovia y me puse contenta esperando que pudiera cumplir,
por fin, todo lo que exigía Jesús.
Una vez, al ver al Padre A. [236] y después de decirle
todo, recibí esta respuesta: Rece, hermana, hasta la fiesta del
Sagrado Corazón y agregue alguna mortificación, y el día de la
fiesta del Sagrado Corazón le daré la respuesta. Pero un día
oí en el alma esta voz: No tengas miedo de nada, Yo estoy
contigo. Después de estas palabras sentí en el alma un
apremio tan grande que sin esperar la fiesta del Sagrado Corazón,
declaré en la confesión que abandonaba la Congregación ya. [237]
El Padre me contestó: Si usted misma, hermana, ha tomado esta
decisión, tomará también la responsabilidad por si misma. Pues
vaya. Me alegré de que ya saliera.
A la mañana siguiente, de pronto me abandonó (111) la
presencia de Dios, una gran oscuridad envolvió mi alma, no
lograba rezar. Debido a este inesperado abandono de parte de Dios,
decidí aplazar esta cuestión un poco, hasta consultar con el
Padre.
El Padre Andrasz me contestó que los cambios de este
tipo suceden frecuentemente y no es un impedimento para obrar.
- La Madre General [238]. Cuando hablaba con
la Madre sobre todo lo que había sucedido, me dijo estas
palabras: Hermana, yo la guardo en el tabernáculo con
Jesús, a dondequiera vaya de allí, será la voluntad de
Dios.
- 19 de junio. Cuando fuimos a los jesuitas
para la procesión del Sagrado Corazón, durante las
vísperas, vi. los mismos rayos que están pintados en la
imagen, saliendo de la Santísima Hostia. Mi alma fue
invadida por un gran anhelo de Dios.
- (112) Junio de 1936. El coloquio con el
Padre Andrasz.
Ha de saber que estas cosas son difíciles y duras; su
director principal lo es el Espíritu Santo, nosotros podemos
solamente encaminar estas inspiraciones, pero su verdadero
director lo es el Espíritu Santo. Si usted hermana, ha decidido
salir por su iniciativa, yo ni le prohibo ni le ordeno, en esto
usted toma la responsabilidad por si misma. Esto lo digo para
usted, hermana, que puede comenzar a obrar; está en condiciones,
entonces puede. Estas son las cosas creíbles, todo lo que me ha
dicho ahora y anteriormente [239], es a favor, pero en todo esto
debe ser muy prudente y rezar mucho y pedir luz para mí.
- Durante la Misa celebrada por el Padre
Andrasz, vi al pequeño Niño Jesús que me dijo que
debía depender de él en todo: Ninguna acción hecha
de propio arbitrio, aunque (113) te cueste mucho
esfuerzo, no Me agrada. Comprendí esta dependencia.
- Oh Jesús mío, el día del juicio final
Tú pedirás cuenta de esta obra de la misericordia; oh
Juez justo, pero también Esposo mío, ayúdame a cumplir
Tu santa voluntad. Oh misericordia, virtud divina.
- 16 de julio. Hoy he pasado toda la noche
en oración; contemplaba la Pasión del Señor, y mi alma
estaba aplastada por la justicia de Dios. La mano de Dios
me ha tocado.
- 17 de julio. Oh Jesús mío, Tú sabes
qué grandes son las contrariedades con las cuales
tropiezo en esta causa, cuántas objeciones debo soportar,
cuántas sonrisas irónicas debo aceptar con serenidad.
Oh, por mi misma no lo (114) soportaría, pero contigo
puedo todo, oh Maestro mío. Oh, qué dolorosamente hiere una
sonrisa irónica, cuando uno habla con gran sinceridad.
- 22 de julio. Oh Jesús mío, sé que de la
grandeza del hombre da testimonio la obra y no la palabra
ni el sentimiento. Las obras que han brotado de nosotros,
éstas hablarán de nosotros. Oh Jesús mío, no me dejes
sonar, sino que dame el valor y la fuerza para cumplir Tu
santa voluntad.
Oh Jesús, si quieres dejarme en la incertidumbre, aun
hasta el fin de mi vida, sea bendito por ello Tu nombre.
Junio
- + Oh Jesús mío, cuánto me alegro de que
me hayas asegurado que esta Congregación surgirá. Ya no
tengo mas dudas en esto, ni una sombra, y veo la gran
gloria que dará a Dios; será un reflejo del mayor
atributo que tiene Dios, es decir, la Divina Misericordia.
Impetrarán incesantemente (115) la Divina Misericordia
para sí y para el mundo entero, y cada acto de
misericordia brotará del amor de Dios del que estarán
colmadas. Este gran atributo de Dios, tratarán de
asimilarlo y vivir de él, y procurarán que los demás
lo conozcan y tengan confianza en la bondad de Dios. Esta
Congregación de la Divina Misericordia será en la
Iglesia de Dios como una colmena en un magnifico jardín,
escondida, silenciosa. Las hermanas como abejas
trabajarán para alimentar con miel las almas de los
prójimos y la cera fluirá en honor de Dios.
+
29 de junio de 1936
- El Padre Andrasz me recomendó hacer una
novena según la intención de conocer mejor la voluntad
de Dios. Recé con fervor agregando una mortificación
del cuerpo. Al final de la novena recibí una luz
interior y la seguridad de que la Congregación surgiría
y que era agradable a Dios. A pesar de las dificultades (116)
y las contrariedades, en mi alma entró una tranquilidad
absoluta y una fuerza desde lo alto. Conocí que a la
voluntad de Dios nada se opondría, nada la anularía;
comprendí que debía cumplir esta voluntad de Dios a
pesar de las contrariedades, las persecuciones, los
sufrimientos de todo tipo, a pesar de la aversión y el
temor de la naturaleza.
- Comprendí que toda aspiración a la
perfección y toda la santidad consisten en cumplir la
voluntad de Dios. El perfecto cumplimiento de la voluntad
de Dios es la madurez en la santidad, aquí no hay lugar
a dudas. Recibir la luz de Dios, conocer lo que Dios
exige de nosotros y no hacerlo es un gran ultraje a la
Majestad de Dios. Tal alma merece que Dios la abandone
completamente; se parece a Lucifer que tenia una gran luz
y no cumplía la voluntad de Dios. Una misteriosa calma
entró en mi alma mientras contemplaba que a pesar de las
grandes dificultades, siempre seguí fielmente (117) la
voluntad de Dios conocida [por mi]. Oh Jesús, concédeme
la gracia de realizar Tu voluntad conocida [por mi], oh
Dios.
- 14 de julio. A las tres recibí una carta
[240]. Oh Jesús, Tu solamente sabes lo que sufro, pero
callaré, no lo diré a ninguna criatura, porque sé que
ninguna me consolará. Tú eres todo para mi, oh Dios, y
Tu santa voluntad es mi alimento; ahora vivo de lo que
viviré en la eternidad.
Tengo una gran veneración por San Miguel arcángel, él
no tuvo ejemplos en el cumplimiento de la voluntad de Dios y, sin
embargo, cumplió fielmente los deseos de Dios.
- + 15 de julio. Durante la Santa Misa me
ofrecí al Padre Celestial por medio del dulcísimo
Corazón de Jesús, como dispuesta a todo; que haga de mi
lo que le agrade; yo por mi misma soy una nulidad y en mi
miseria no tengo nada que sea digno, por lo tanto me
arrojo en el mar de Tu misericordia, oh Señor.
- (118) 16 de julio. De Jesús aprendo a ser
buena, de Aquel que es la bondad misma, para poder ser
llamada hija del Padre Celestial. Hoy, antes de mediodía,
tuve un gran disgusto; en ese sufrimiento traté de unir
mi voluntad a la voluntad de Dios y alabé a Dios con el
silencio. Por la tarde fui por cinco minutos a la
adoración, de repente, vi que la pequeña cruz que llevo
en el pecho, estaba viva; Jesús me dijo: Hija Mía,
el sufrimiento será para ti la señal de que Yo estoy
contigo. Después de estas palabras una gran
conmoción entró en mi alma.
- Oh Jesús, mi Maestro y mi Director
Espiritual, yo sé conversar solamente Contigo; con nadie
es tan fácil el coloquio como Contigo, oh Dios.
- En la vida espiritual siempre me tendré
de la mano del sacerdote. De la vida del alma y de sus
necesidades hablaré solamente con el sacerdote.
- (119) + 4 de agosto de 1936. Un tormento
interior de más de dos horas. Una agonía&hellip De
repente me penetra la presencia de Dios, siento que paso
bajo el poder del Dios justo, esta justicia me penetra
hasta la medula de los huesos, exteriormente pierdo las
fuerzas y el conocimiento. Súbitamente conozco la gran
santidad de Dios y mi gran miseria, en el alma nace un
tormento tremendo, el alma ve todas sus obras que no son
sin mancha. Después en el alma se despierta la fuerza de
la confianza&hellip. Y el alma con todas sus fuerzas
anhela a Dios, pero ve lo miserable que es y lo mísero
que es todo lo que la rodea. Y así, frente a aquella
santidad, oh, pobre alma&hellip.
- 13 de agosto. Durante el día entero
estuve atormentada por terribles tentaciones, me venían
a la boca blasfemias, una aversión a todo lo santo y
divino; no obstante luché todo el día; por la noche
comenzó a aplastarme la idea: ¿Por qué hablar de ello
al confesor?, (120) él se reirá de esto. Alguna
aversión y un desaliento envolvieron mi alma y me
parecía que en tal estado no podía acercarme de ningún
modo a la Santa Comunión. Al pensar que no iba a
acercarme a la Santa Comunión, un dolor tan tremendo
estrechó mi alma que faltó poco para que gritara en voz
alta en la capilla. No obstante me di cuenta de que
estaban otras hermanas y decidí ir al jardín y
esconderme para poder al menor llorar fuerte. De repente
Jesús
- se presentó junto a mí y dijo: ¿A
dónde piensas ir? No contesté nada a Jesús, pero
desahogué ante Él todo mi dolor y cesaron todas las
insidias de Satanás. Jesús me dijo que: La paz
interior que tienes es una gracia, y desapareció
súbitamente. Yo me sentía feliz y extrañamente
tranquilizada. De verdad, solo Jesús, Él, el Señor
Altísimo, puede hacer que en un momento vuelva una
tranquilidad tan completa.
- (121) + 7 de agosto de 1936
Cuando recibí este artículo [241] sobre la Divina
Misericordia junto con la imagen [242], la presencia de Dios me
envolvió de modo singular. Cuando me sumergí en la oración de
agradecimiento, de repente vi al Señor Jesús en una gran
claridad tal y como está pintado y a los pies de Jesús vi al
Padre Andrasz y al Padre Sopocko, los dos tenían plumas en la
mano y de las puntas de ambas plumas salían resplandores y fuego
semejantes a un relámpago que tocaba a una gran multitud de
gente que corría no sé a dónde. Apenas [alguien] era alcanzado
por aquel rayo, daba la espalda a la muchedumbre y tendía los
brazos a Jesús; algunos volvían con gran alegría y otros con
gran dolor y pena. Jesús miraba con gran amabilidad a los dos.
Un momento después me quedé a solas con Jesús y le dije:
Jesús, llévame ahora, porque Tu voluntad ya está cumplida, y
Jesús me contestó: (122) Todavía no toda Mi voluntad se ha
cumplido en ti, sufrirás todavía mucho, pero Yo estoy contigo,
no tengas miedo.
- Hablo mucho con el Señor del Padre
Andrasz y también del Padre Sopocko; sé que lo que pido
al Señor, no me lo niega y les concede lo que le pido.
He sentido, y sé, cuánto Jesús los ama; no lo describo
con detalles, pero lo sé y me alegro enormemente.
+ 15 de agosto de 1936
- Durante la Santa Misa celebrada por el
Padre Andrasz, un momento antes de la elevación, la
presencia de Dios penetró mi alma y que fue atraída
hacia el altar. Luego vi a la Santísima Virgen con el
Niñito Jesús. El Niño Jesús se tenia de la mano de la
Virgen; en un momento el Niño Jesús corrió alegremente
al centro del altar, y la Santísima Virgen me dijo: Mira,
con qué tranquilidad confío a Jesús en sus manos, así
también tú debes (123) confiar tu alma y ser como una
niña frente a Él. Después de estas palabras mi
alma fue llenada de una misteriosa confianza. La
Santísima Virgen vestía una túnica blanca,
singularmente blanca, transparente, sobre la espalda
tenia un manto transparente de color del cielo, es decir
como el azul, la cabeza descubierta, el cabello suelto;
esplendida e indeciblemente bella. La Santísima Virgen
miraba al sacerdote con gran benevolencia, pero un
momento después el Padre partió este esplendido Niño y
salio sangre verdaderamente viva; el sacerdote se
inclinó y tomó en si a Jesús vivo y verdadero. Lo
comió, no sé cómo esto sucede. Oh Jesús, Jesús, no
alcanzo a seguirte, porque Tú en un momento Te haces
inconcebible para mí.
- La esencia de las virtudes es la voluntad
de Dios; quien cumple fielmente la voluntad de Dios, se
ejercita en todas las virtudes. En todos los casos y
todas las circunstancias de la vida adoro y bendigo la
santa voluntad de Dios. La santa voluntad de Dios es el
objeto de mi amor. (124) En los mas secretos rincones de
mi alma vivo de su voluntad y por fuera obro en la medida
en que conozco interiormente que tal es la voluntad de
Dios. Los tormentos, los sufrimientos, las persecuciones
y todo tipo de contrariedades que vienen de la voluntad
de Dios, me son más agradables que los éxitos, los
elogios y las alabanzas que vienen de mi voluntad.
- Oh Jesús mío, buenas noches, la
campanilla me llama a dormir. Oh Jesús mío, ves que
estoy agonizando por el deseo de la salvación de las
almas; buenas noches, Esposo mío, me alegro de estar un
día mas cerca de la eternidad, y si mañana me permites
despertarme, oh Jesús, iniciaré un nuevo himno a Tu
gloria.
- + 13 de julio. Hoy, durante la meditación
entendí que no debo hablar nunca de mis propias
vivencias interiores; pero no ocultar nada al director
espiritual. Pediré a Dios especialmente la luz para el
director (125) de mi alma. Doy más importancia a la
palabra del confesor que a todas las iluminaciones
interiores que recibo.
- + Durante los tormentos mas duros fijo mi
mirada en Jesús crucificado; no espero ayuda de parte de
los hombres, sino que tengo mi confianza en Dios; en su
insondable misericordia está toda mi esperanza.
- + Cuanto más siento que Dios me
transforma, tanto mas deseo sumergirme en el silencio. El
amor de Dios realiza su obra en lo profundo de mi alma,
veo que empieza mi misión, la que me ha encomendado el
Señor.
- + Una vez, cuando rogaba mucho a los
santos jesuitas, de repente vi al Ángel custodio que me
llevó delante del trono de Dios; pasé (126) entre
grandes huestes de santos, reconocí a muchos por sus
imágenes; vi a muchos jesuitas que me preguntaron: ¿De
qué Congregación es esta alma? Cuando les contesté,
preguntaron: ¿Quién es tu director? Contesté que el
Padre Andrasz. Cuando quisieron seguir hablando, mi
Ángel Custodio hizo la señal de callar y pasé delante
del trono mismo de Dios. Vi una claridad grande e
inaccesible, vi el lugar destinado para mí en la
cercanía de Dios, pero cómo es, no sé, porque lo
cubría una nube, pero mi Ángel Custodio me dijo: Aquí
está tu trono, por la fidelidad en el cumplimiento de la
voluntad de Dios.
- + La Hora Santa. Jueves. En aquella hora
de plegaria Jesús me permitió entrar en el Cenáculo y
estuve presente durante lo que sucedió allí. Sin
embargo, lo que me conmovió mas profundamente fue el
momento [243] antes de la consagración en que Jesús
levantó (127) los ojos al cielo y entró en un
misterioso coloquio con su Padre. Aquel momento lo
conocemos debidamente sólo en la eternidad. Sus ojos
eran como dos llamas, el rostro resplandeciente, blanco
como la nieve, todo su aspecto majestuoso, su alma llena
de nostalgia. En el momento de la consagración descansó
el amor saciado, el sacrificio completamente cumplido.
Ahora se cumplirá solamente la ceremonia exterior de la
muerte, la destrucción exterior, la esencia está en el
Cenáculo. En toda mi vida no tuve un conocimiento tan
profundo de este misterio como en aquella hora de
adoración. Oh, con qué ardor deseo que el mundo entero
conozca este misterio insondable.
- Terminada la Hora Santa, cuando fui a mi
celda, conocí repentinamente cuánto Dios era ofendido
por una persona cercana a mi corazón. Al verlo, el dolor
traspasó mi alma, me arrojé en el polvo delante del
Señor e imploré misericordia. Durante dos horas,
llorando, rogando y flagelándome me opuse (128) al
pecado, y conocí que la Divina Misericordia envolvió a
aquella pobre alma. Oh, cuánto cuesta un solo, único
pecado.
- + Septiembre. El primer viernes. Por la
noche vi a la Santísima Virgen con el pecho descubierto,
traspasado por una espada. Lloraba lágrimas ardientes y
nos protegía de un tremendo castigo de Dios. Dios quiere
infligirnos un terrible castigo, pero no puede porque la
Santísima virgen nos protege. Un miedo tremendo
atravesó mi alma, ruego sin cesar por Polonia, por mi
querida Polonia que es tan poco agradecida a la
Santísima Virgen. Si no hubiera estado la Santísima
Virgen, para muy poco habrían servido nuestros esfuerzos.
Multipliqué mi empeño en las plegarias y sacrificios
por mi querida patria, pero veía que era una gota frente
a una oleada del mal. ¿Cómo una gota puede detener una
oleada? Oh, si, una gota por si sola es nada, pero
Contigo, Jesús, con valor haré frente a toda la oleada
del mal e incluso (129) al infierno entero. Tu
omnipotencia puede todo.
- En una ocasión, mientras iba por el
pasillo a la cocina, oí en el alma estas palabras: Reza
incesantemente esta coronilla que te he ensenado.
Quienquiera que la rece recibirá gran misericordia a la
hora de la muerte. Los sacerdotes se la recomendarán a
los pecadores como la ultima tabla de salvación. Hasta
el pecador mas empedernido, si reza esta coronilla una
sola vez, recibirá la gracia de Mi misericordia infinita.
Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo
conceder gracias inimaginables a las almas que confían
en Mi misericordia.
- Oh Jesús, Vida y Verdad, Maestro mío,
guía cada paso de mi vida para que proceda según Tu
santa voluntad.
- (130) + Una vez, vi la sede del Cordero de
Dios y delante del trono a tres santos: Estanislao Kostka,
Andrés Bobola y el príncipe Casimiro que intercedían
por Polonia. De pronto vi un gran libro que estaba
delante del trono y me dieron el libro para que leyera.
Aquel libro estaba escrito con sangre; sin embargo, no
pude leer nada más que el nombre de Jesús. De repente
oí una voz que me dijo: No ha llegado todavía tu
hora. Me quitó el libro y oí estas palabras: Tú
darás el testimonio de Mi misericordia infinita. En este
libro están inscritas las almas que han venerado Mi
misericordia. Me penetró una gran alegría viendo la
gran bondad de Dios.
- + Una vez conocí el estado de dos
hermanas religiosas que tras una orden de la Superiora
murmuraban interiormente y en consecuencia de esto dios
las privó de muchas gracias particulares. (131) El dolor
me estrujó el corazón al verlo. Oh Jesús, qué triste
es cuando nosotros mismos somos la causa de la perdida de
las gracias. Quien lo comprende permanece siempre fiel.
- + Jueves. Hoy, a pesar de estar muy
cansada, decidí hacer la Hora Santa. No pude rezar,
tampoco pude estar arrodillada, pero me quedé en
oración una hora entera uniéndome en espíritu a
aquellas almas que adoran a Dios de manera ya perfecta.
Pero al final de la hora, de repente vi a Jesús que me
miró profundamente y con una dulzura indecible me dijo: Tu
plegaria Me es inmensamente agradable. Después de
estas palabras entró en mi alma una fuerza misteriosa y
un gozo espiritual. La presencia de Dios impregnó mi
alma. Oh, lo que pasa en el alma cuando se encuentra a
solas con el Señor, ninguna pluma ha logrado expresar,
ni jamás lo expresara&hellip.
- (132) + Oh Jesús, comprendo que Tu
misericordia va mas allá de la imaginación y por tanto
Te suplico que hagas mi corazón tan grande que pueda
contener las necesidades de todas las almas que viven
sobre toda la faz de la tierra. Oh Jesús, mi amor se
extiende mas allá, hasta las almas que sufren en el
purgatorio y quiero expresar mi misericordia hacia ellas
mediante las plegarias que tienen las indulgencias. La
Divina Misericordia es insondable e inagotable como Dios
Mismo es insondable. Aunque usara palabras enérgicas
para expresar la Divina Misericordia, todo esto seria
nada en comparación con lo que es en realidad. Oh Jesús,
haz mi corazón sensible a todos los sufrimientos de mi
prójimo, sean de cuerpo de del alma. Oh Jesús mío, sé
que Te comportas con nosotros como nosotros nos
comportamos con el prójimo.
Oh Jesús mío, haz mi corazón semejante a Tu corazón
misericordioso. Jesús, ayúdame a pasar por la vida haciendo el
bien a todo el mundo.
- (133) 14 de septiembre de [1936]. Vino a
visitarnos el arzobispo de Vilna. Aunque estuvo con
nostras muy poco tiempo, tuve la posibilidad de hablar de
la obra de la misericordia con este venerable sacerdote.
Me manifestó mucha simpatía para la causa de la
misericordia: Esté completamente tranquila, hermana, si
está en los designios de la Divina Providencia, surgirá.
Mientras tanto pida una señal exterior más evidente;
que el Señor Jesús le dé a conocer esto con más
claridad. Espere todavía un poco. Jesús dispondrá las
circunstancias de modo que todo sea bien.
- 19 de septiembre [1936]. Cuando salimos
del medico [244] y entramos un momento en la pequeña
capilla que está en el sanatorio, oí en el alma estas
palabras: Niña Mía, todavía unas cuantas gotas en
el cáliz, no falta mucho. La alegría (134) inundó
mi alma, he aquí la primera llamada de mi Esposo y
Maestro. Se enterneció mi corazón y hubo un momento en
que mi alma se sumergió en todo el mar de la Divina
Misericordia; sentí que mi misión empezaba en toda la
plenitud. La muerte no destruye nada de lo que es bueno;
ruego muchísimo por las almas que padecen sufrimientos
interiores.
- En cierta ocasión, recibí dentro de mí
la luz respecto a dos hermanas; comprendí que no con
todos podemos comportarnos de la misma manera. Hay
personas que, de un modo extraño, saben trabar amistad y
como amigas, sacar palabra tras palabra, como para
aliviar, pero en un momento oportuno usan las mismas
palabras para causar disgustos. Oh Jesús mío, qué
extraña es la debilidad humana. Tu amor, Jesús, da al
alma esta gran sensatez en las relaciones con los demás.
- (135) + 24 de septiembre de 1936
La Madre Superiora [245] me ordenó rezar un misterio
del rosario en lugar de los demás ejercicios y acostarme de
inmediato. Una vez acostada me dormí en seguida porque estaba
muy cansada. Sin embargo, un momento después me despertó un
sufrimiento. Era un sufrimiento tan grande que no me permitía
hacer el mas pequeño movimiento, ni siquiera pude pasar la
saliva. Duró unas tres horas. Pensé despertar a la hermana
novicia con la que compartía el cuarto, pero pensé: ella no me
ayudará nada, pues que duerma, me da pena despertarla. Me
sometí completamente a la voluntad de Dios y pensaba que estaba
llegando para mi el día de la muerte, día por mi deseado. Tenia
la posibilidad de unirme a Jesús doliente en la cruz, no podía
rezar de otro modo. Cuando el sufrimiento cedió, comencé (136)
a sudar, pero no podía hacer ningún movimiento, porque volvía
el dolor anterior. En la mañana me sentía muy cansada, pero
físicamente no sufría más; no obstante no pude levantarme para
la Santa Misa. Pensé: Si después de tales sufrimientos no hay
muerte, entonces ¿qué grandes deben ser los sufrimientos
mortales?
697 Oh Jesús, Tu sabes que amo el sufrimiento y deseo
vaciar el cáliz de los sufrimientos hasta la ultima gota y, sin
embargo, mi naturaleza notó un ligero escalofrió y cierto temor,
pero en seguida mi confianza en la infinita misericordia de Dios
se despertó con toda su potencia y todo tuvo que ceder delante
de ella como la sombra delante de un rayo de sol. Oh Jesús, qué
grande es Tu bondad; la infinita bondad Tuya que conozco bien me
permite mirar con entereza a los ojos de la muerte misma. Sé que
nada puede sucederme sin su permiso. Deseo glorificar Tu
misericordia infinita en la vida, en la hora de la muerte y en la
resurrección y en la eternidad.
(137) + Oh Jesús mío, mi fuerza, mi paz y mi descanso,
en los rayos de Tu misericordia se sumerge mi alma todos los
días, no conozco ni un momento de mi vida en que no haya
experimentado Tu misericordia, oh Dios. En toda mi vida no cuento
con nada, sino con Tu misericordia infinita, oh Señor que es la
guía de mi vida. Mi alma está llena de la misericordia de Dios.
698+ Oh, cuánto hiere a Jesús la ingratitud de un alma
elegida. Su amor inefable padece un martirio. Dios nos ama con
todo su Ser infinito, cual Él es, y un polvo miserable desprecia
este amor. Mi corazón estalla de dolor cuando veo tal ingratitud.
- Una vez, oí estas palabras: Hija Mía,
habla al mundo entero de la inconcebible (138) misericordia
Mía. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio
y amparo para todas las almas y, especialmente, para los
pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas
de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre
las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia.
El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión
obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas.
En ese día están abiertas todas las compuertas divinas
a través de las cuales fluyen las gracias. Que ningún
alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como
escarlata. Mi misericordia es tan grande que en toda la
eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni
angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas
de Mi misericordia. Cada alma respecto a mi, por toda la
eternidad meditará Mi amor y Mi misericordia. La Fiesta
de la Misericordia ha salido de Mis entrañas (139, deseo
que se celebre solemnemente el primer domingo después de
Pascua. La humanidad no conocerá paz hasta que no se
dirija a la Fuente de Mi misericordia.
- + En una ocasión, cuando estaba muy
cansada y doliente y lo dije a la Madre Superiora,
recibí la respuesta de que debía familiarizarme con el
sufrimiento. Escuché todo lo que la Madre me dijo y un
momento después Salí. Nuestra Madre Superiora tiene
tanto amor al prójimo y, especialmente, a las hermanas
enfermas, que todos la conocen por ello, pero en cuanto a
mi, Jesús permitía que ella no me comprendiera y me
ejercitara mucho en este aspecto.
- Un día me sentía muy mal y fui al
trabajo, pero en cada instante me parecía que iba a
desmayarme; y el calor era tan grande que incluso sin
trabajo uno no soportaba (14) aquel calor, sin hablar ya
de si trabajaba y estaba doliente. Así, antes del
mediodía, interrumpí el trabajo y miré hacia el cielo
con gran confianza y le dije al Señor: Jesús, cubre el
sol porque ya no soporto más este calor y una cosa rara,
en aquel mismo instante, una nubecita blanca cubrió el
sol y a partir de aquel momento ya no hacía tanto calor.
Cuando, un momento después, empecé a reprocharme por no
haber soportado el calor y por haber pedido el alivio,
Jesús Mismo me tranquilizó.
- 13 de agosto de 1936. Esta noche me
penetra la presencia de Dios, en un solo instante conozca
la gran santidad de Dios. Oh, cómo me oprime esta
grandeza de Dios, ya que al mismo tiempo conozco todo mi
abismo y mi nulidad. Es un gran tormento, porque al
conocimiento sigue el amor. El alma se lanza con ímpetu
hacia Dios y se encuentran de frente dos amores: el
Creador y la criatura; (141) una gotita quiere medirse
con el océano. En un primer momento la gota quisiera
encerrar en sí este océano ilimitado, pero en el mismo
instante conoce que es una gotita y entonces queda
vencida, pasa toda a Dios como una gota al océano&hellip.
Al iniciarse aquel momento es un tormento, pero tan dulce
que el alma, experimentándolo, es feliz.
- Actualmente hago un examen de conciencia
particular: unirme con Cristo Misericordioso. Este
ejercicio me da una fuerza misteriosa, el corazón está
siempre unido a Aquel que desea, y las acciones reguladas
por la misericordia que brota del amor.
- Paso cada momento libre a los pies de Dios
escondido. Él es mi Maestro, le pregunto todo, con Él
hablo de todo, de allí saco fuerza y luz, allí aprendo
todo, de allí me llegan las luces sobre el modo de
comportarme con el prójimo. Desde el momento en que (142)
Salí del noviciado, me encerré en el tabernáculo con
Jesús, mi Maestro. Él Mismo me atrajo a este fuego de
amor vivo, alrededor del cual se concentra todo.
- 25 IX. Padezco sufrimientos en las manos,
los pies y el costado, en los lugares que Jesús tenia
traspasados. Experimento particularmente estos
sufrimientos cuando me encuentro con un alma que no está
en el estado de gracia; entonces rezo ardientemente que
la Divina Misericordia envuelva a aquella alma.
- 29 IX. En el día de San Miguel Arcángel
vi a este gran guía junto a mí que me dijo estas
palabras: El Señor me recomendó tener un cuidado
especial de ti. Has de saber que eres odiada por el mal,
pero no temas. ¡Quién como Dios! Y desapareció.
Sin embargo siento su presencia y su ayuda.
- (143) 2 X 1936. El primer viernes del mes.
Después de la Santa Comunión, de repente vi a Jesús
que me dijo estas palabras: Ahora sé que no Me amas
por las gracias ni por los dones, sino porque Mi voluntad
te es mas querida que la vida. Por eso Me uno a ti tan
estrechamente como a ninguna otra criatura.
- En aquel momento Jesús desapareció. La
presencia de Dios inundó mi alma; sé que estoy bajo la
mirada de este Soberano. Me sumergí totalmente en el
gozo que mana de Dios. El día entero viví sumergida en
Dios, sin ningún intervalo. Por la noche, entré en una
especie de desmayo, y en una extraña forma de agonía;
mi amor deseaba ser igual al amor de aquel Soberano;
estaba atraída hacia Él tan violentamente que, sin una
gracia especial de Dios, era imposible soportar en esta
vida tanta inmensidad de la gracia. Pero veo claramente
que Jesús Mismo me sostiene y me fortifica y me hace
capaz de relacionarme con Él. En esto el alma es activa
de modo singular.
- (144) 3 X 1936. Hoy, mientras rezaba el
rosario, vi de repente el copón con el Santísimo
Sacramento. El copón estaba descubierto y con bastantes
Hostias. Desde el copón salió una voz: Estas Hostias
fueron recibidas por las almas convertidas con tus
plegarias y tu sufrimiento. En aquel momento sentí
la presencia de Dios como una niña, me sentía
extrañamente una niña.
- Un día sentí que no aguantaría estar de
pie hasta la nueve y pedí a la Hermana N. darme algo de
comer porque iba a acostarme antes, ya que me sentía mal.
La Hermana N. me contestó: Usted, hermana, no está
enferma; han querido darle simplemente un descanso y por
eso han fingido la enfermedad. Oh Jesús mío, pensar que
la enfermedad ha avanzado hasta tal punto que el medico
me ha separado de las demás hermanas [246] para que no
se contagien, y he aquí cómo uno es juzgado. Pero está
bien así, todo es para Ti, Jesús mío. No quiero
escribir mucho de las cosas exteriores porque no son
ellas el motivo para (145) escribir; yo deseo
particularmente tomar nota de las gracias que el Señor
me concede, porque ellas no son solamente para mí, sino
para muchas almas.
- 5 X 1936. Hoy recibí una carta del Padre
Sopocko por la cual me enteré de que piensa hacer
imprimir una estampita del Cristo Misericordioso, y me
pidió enviarle cierta plegaria que quiere poner detrás,
si obtiene la autorización del arzobispo. Oh, con que
gozo tan grande se llena mi corazón por el hecho de que
Dios me ha permitido ver esta obra de su misericordia. Oh,
qué grande es esta obra del Altísimo; yo soy solamente
su instrumento. Oh, cuán ardiente es mi deseo de ver
esta Fiesta de la Divina Misericordia que Dios exige a
través de mi, pero si tal es la voluntad de Dios y si
ella se celebra solemnemente sólo después de mi muerte,
yo me alegro de ella ya ahora y la celebro dentro de mi
con el permiso del confesor.
- (146) + Hoy he visto al Padre Andrasz de
rodillas, sumergido en la plegaria y de súbito Jesús se
presentó a su lado, e impuso las dos manos sobre su
cabeza, y me dijo: Él te guiará, no tengas miedo.
- 11 de octubre. Esta noche, mientras
escribía sobre esta gran misericordia de Dios y sobre el
gran provecho para las almas, Satanás irrumpió en la
celda con gran rabia y furia, tomó el biombo y se puso a
despedazarlo y quebrarlo. En un primer momento me asusté
un poco, pero en seguida con un pequeño crucifijo hice
la señal de la santa cruz; la bestia se calmó en
seguida y desapareció. Hoy no vi esta figura monstruosa,
pero solamente su rabia; la rabia de Satanás es terrible.
El biombo, sin embargo, no estaba despedazado ni quebrado;
con toda tranquilidad seguí escribiendo. Sé bien que
sin la voluntad de Dios, aquel miserable no me tocará,
pero ¿por qué se porta así? Comienza a asaltarme
abiertamente (147) y con tanta rabia y tanto odio, pero
no perturba mi paz ni por un momento, y esta serenidad
mía provoca su rabia.
- + Hoy el Señor me dijo: Ve a la
Superiora y dile que deseo que todas las hermanas y las
alumnas recen la coronilla que te he enseñado. La deben
rezar durante nueve días y en la capilla, con el fin de
propiciar a Mi Padre e implorar la Divina Misericordia
para Polonia. Contesté al Señor que se lo diría a
la Superiora, pero antes debía consultar al Padre
Andrasz y decidí que en cuanto el Padre viniera, en
seguida lo consultaría. Cuando el Padre vino, las
circunstancias fueron tales que no pude verlo. No
obstante, yo no habría debido reparar en ningunas
circunstancias sino ir al Padre y arreglar el asunto.
Pensé que [lo haría] cuando viniera otra vez.
- Oh, cuánto (148) eso desagradó a Dios.
En un instante la presencia de Dios me abandonó, esta
gran presencia de Dios que está en mí incesantemente
incluso de modo sensible. Pero en aquel momento me
abandonó completamente; unas tinieblas dominaron mi alma
hasta tal punto que no sabia si estaba en el estado de
gracia o no. Debido a esto no me acerqué a la Santa
Comunión durante cuatro días. Después de cuatro días
vi al Padre Andrasz y le conté todo. El Padre me
consoló diciendo: No ha perdido la gracia de Dios, pero
de todos modos, dijo, sea fiel a Dios. En el momento en
que me alejé del confesionario, la presencia de Dios me
envolvió nuevamente como antes. Comprendí que la gracia
de Dios hay que aceptarla tal y como Dios la envía, del
modo como Él quiere, y se debe aceptar en la forma bajo
la cual Dios nos la envía.
- Oh Jesús mío, en este momento estoy
haciendo un propósito decidido y perpetuo, basándome en
Tu gracia y misericordia: la fidelidad a la más pequeña
de Tus gracias.
- (149) Durante toda la noche me preparaba
para recibir la Santa Comunión, ya que no pude dormir a
causa de los sufrimientos físicos. Mi alma se hundía en
el amor y la contrición.
- Después de la Santa Comunión oí estas
palabras: Ves lo que eres por ti misma, pero no te
asustes de eso. Si te revelara toda la miseria que eres,
morirías del horror. Has de saber, sin embargo, lo que
eres. Por ser tú una miseria tan grande, te he revelado
todo el mar de Mi misericordia. Busco y deseo tales almas
como la tuya, pero son pocas; tu gran confianza en Mi Me
obliga a concederte gracias continuamente. Tienes grandes
e inexpresables derechos sobre Mi Corazón, porque eres
una hija de plena confianza. No soportarías la
inmensidad de Mi amor que tengo por ti, si te lo revelara
aquí en la tierra en toda su plenitud. A menudo levanto
un poco el velo para ti, pero debes saber que es
solamente Mi gracia excepcional. Mi amor y Mi
misericordia no conocen límites.
- (150) Hoy escuché estas palabras: Has
de saber, niña Mía, que por ti concedo gracias a toda
la comarca, pero debes agradecerme por ellos, porque
ellos no Me agradecen por los beneficios que les concedo.
A base de tu agradecimiento seguiré bendiciéndolos.
- Oh Jesús mío, Tú sabes lo difícil que
es la vida comunitaria, cuántas incomprensiones y
cuántos malentendidos, muchas veces a pesar de la mas
sincera voluntad de ambas partes; pero éste es Tu
misterio, oh Señor, nosotros lo conoceremos en la
eternidad. Sin embargo, nuestros juicios deben ser
siempre benignos.
- El tener al director espiritual es una
gracia grande, es una grandísima gracia de Dios. Siento
que ahora no sabría avanzar sola en mi vida espiritual;
es grande el poder del sacerdote; no dejo de agradecer a
Dios por darme al director espiritual.
- (151) + Hoy escuché estas palabras: Ves
lo débil que eres y ¿cuándo podré contar contigo?
Contesté: Jesús, quédate siempre conmigo, porque soy
Tu niña pequeñísima; Jesús, Tu sabes lo que hacen los
niños pequeños.
- + Hoy escuché estas palabras: Las
gracias que te concedo no son solamente para ti, sino
también para un gran número de almas&hellip. Y en
tu corazón está continuamente Mi morada. A pesar de la
miseria que eres Me uno a ti y te quito tu miseria y te
doy Mi misericordia. En cada alma cumplo la obra de la
misericordia, y cuanto mas grande es el pecador, tanto
mas grande es el derecho que tiene a Mi misericordia.
Quien confía en Mi misericordia no perecerá porque
todos sus asuntos son Míos y los enemigos se
estrellarán a los pies de Mi escabel.
- (152) En vispero de los ejercicios
espirituales empecé a rogar que Jesús me diera al menos
un poco de saslud para que pudiera participar en los
ejercicios, porque me sentia tan mal que posiblemente
fuesen los ultimos para mi. Pero en cuanto empecé a
rezar, sentí en seguida un extrano descontento;
interrumpi la plegaria de suplica y me puse a agradecer
al Señor por todo lo que me enviaba, sometiendome
completamente a su santa voluntad, de inmediato sentí en
el alma una profunda calma.
+ La fiel sumisión a la voluntad de dios siempre y en
todas partes, en todos los casos y todas las circunstancias de la
vida, da a Dios una gran gloria; tal sumisión a la voluntad de
Dios, a sus ojos tiene un valor mayor que largos ayunos,
mortificaciones, y las mas severas penitencias. Oh, qué grande
es la recompensa por un solo acto de amorosa sumisión a la
voluntad de Dios. Mientras lo escribo mi alma cae en éxtasis,
¡cuánto Dios la ama y de cuánta paz goza el alma ya aquí en
la tierra!
+
(153)
JMJ Cracovia &ndash 1936
Oh voluntad de Dios, sé mi amor.
725 + Ejercicios espirituales de ocho dias, 20 X 1936
Oh Jesús mio, hoy me retiro al desierto para hablar
solamente Contigo, mi Maestro y Señor. Que la tierra calle,
hablame Tu solo, Jesús; Tu sabes que no comprendo otra voz que
la Tuya, oh buen Pastor. En la morada de mi corazón se encuentra
el desierto al que ninguna criatura tiene acceso. En él sólo
Tú eres el Rey.
726 + Cuando entré en la capilla por cinco minutos de
adoración, pregunté al Señor Jesús como debia hacer estos
ejercicios espirituales. Entonces oí en el alma esta voz: Deseo
que te transformes entera en amor y que ardas con el fuego como
una victima pura de amor&hellip.
- (154) Oh Verdad eterna, concedeme un rayo
de Tu luz para que Te conozca, oh Señor, y glorifique
dignamente Tu misericordia infinita y dame a conocer, al
mismo tiempo, a mi misma, atodo el abismo de miseria que
soy.
- + He elegido como patronos de estos
ejercicios espirituales a San Claudio de la Colombiére y
a Santa Gertrudis para que intercedan por mi ante la
Santisima Virgen y el Salvador Misericordioso.
- En esta meditación sobre la creación&hellip.
en un instante mi alma se ha unido a mi Creador y Señor;
durante esta unión he conocido mi fin y mi destino. Mi
objetivo es unirme estrechamente a Dios a traves del amor
y mi destino es adorar y glorificar la Divina
Misericordia.
El Señor me lo dio a conocer claramente y experimentar
incluso fisicamente. No termino de asombrarme cuando conozco y
experimento el amor sin limites de Dios, con el que Dios me ama.
¿Quién es Dios y quién soy yo? No puedo continuar (155)
reflexionando. Solamente el amor entiende el encuentro y la
unión entre estos dos espiritus, es decir Dios Espiritu y el
alma de la criatura. Cuanto mas lo conozco, tanto mas me sumerjo
en Él con todo el poder de mi ser.
- + Durante estos ejercicios espirituales
te tendré incesantemente junto a Mi Corazón para que
conozcas mejor Mi misericordia que tengo para los hombres
y, especialmente, para los pobres pecadores.
- El dia del comienzo de los ejercicios
espirituales, vino a verme una de las hermanas que había
llegado para pronunciar los votos perpetuos y me confió
que no tenia ninguna confianza en Dios, y que le
desanimaba cualquier cosa. Le contesté: Ha hecho bien,
hermana, al decirmelo; voy a rogar por usted. Y le dije
algunas palabras sobre cuánto duele a Jesús la falta de
confianza y especialmente si es por parte de un alma
elegida. Me dijo que a partir de los votos perpetuos se
ejercitaria en la confianza. Ahora sé que incluso a las
almas elegidas y adelantadas (156) en la vida religiosa o
espiritual, les falta el ánimo para confiar totalmente
en Dios. Y eso sucede porque pocas almas conocen la
insondable misericordia de Dios, su gran bondad.
- + La gran Majestad de Dios que me ha
penetrado hoy y sigue penetrando, ha despertado en mi un
gran temor, pero un temor reverencial y no un temor
servil que es muy distinto del temor reverencial. El
temor reverencial ha surgido hoy en mi corazón del amor
y del conocimiento de la grandeza de Dios y esto es un
gran gozo para el alma. El alma tiembla frente a la mas
pequena ofensa de Dios, pero esto no le perturba ni le
empana la felicidad. Donde impera el amor, alli todo va
bien.
- Me sucede, mientras escucho la meditación
[247], que una palabra me introduce en una mas estrecha
unión con el Señor y no sé lo que está diciendo el
Padre. Sé que estoy junto al misericordiosisimo Corazón
de Jesús, todo mi espiritu se hunde en Él, y en un solo
momento conozco (157) mas que durante largas horas de
busquedas intelectuales o de meditación. Son relámpagos
repentinos de luz que me permiten conocer una cosa tal y
como Dios la ve, tanto en los asuntos del mundo interior
como tambien en los del mundo exterior.
- Veo que Jesús Mismo actua en mi alma
durante estos ejercicios espirituales, yo trato solamente
de ser fiel a su gracia. He confiado totalmente mi alma a
la influencia de Dios, este Soberano celestial ha tomado
mi alma en la posesion absoluta; siento que estoy elevada
mas alla de la tierra y del cielo, hacia la vida interior
de Dios, donde conozco al Padre, al Hijo y al Espiritu
Santo, pero siempre en la unidad de su Majestad.
- + Me encerré en el caliz de Jesús para
consolarlo continuamente. Hacer todo lo que está en mi
poder para salvar a las almas, hacerlo a traves de la
oracion y el sufrimiento.
(158) + Trato de ser siempre para Jesús como una
aBetania [248], para que pueda descansar después de muchas
fatigas. En la Santa Comunión, mi unión con Jesús es tan
estrecha e indecible que aunque quisiera describirla, no sabria
porque no encontraria expresiones apropiadas.
- Esta noche vi a Jesús con el aspecto que
tenia en su Pasion: tenia los ojos levantados hacia su
Padre y rezaba por nosotros.
- A pesar de estar enferma decidi hacer hoy,
como de costumbre, la Hora Santa. En esta hora vi a
Jesús flagelado junto a la columna. Durante este
terrible tormento Jesús rezaba y un momento después me
dijo: Son pocas las almas que contemplan Mi Pasion con
verdadero sentimiento; a las almas que meditan
devotamente Mi Pasion, les concedo el mayor numero de
gracias.
- + No eres capaz de recibir ni siquiera
Mis gracias sin Mi ayuda particular &ndash tu sabes
lo que eres.
- (159) Hoy, después de la Santa Comunión,
he hablado muchisimo a Jesús de las personas que me son
particularmente queridas. Entonces oí estas palabras: Hija
Mia, no te esfuerces con tal locuacidad. A quienes amas
de modo particular, tambien Yo los amo de manera especial
y por consideración a ti los colmo de Mis gracias. Me
agrada cuando Me hablas de ellos, pero no lo hagas con
esfuerzos excesivos.
- + Oh Salvador del mundo, me uno a Tu
misericordia. Oh Jesús mio, uno todos mis sufrimientos a
los Tuyos y los deposito en el tesoro de la Iglesia para
el provecho de las almas.
- Hoy he estado en los abismos del infierno,
conducida por un ángel. Es un lugar de grandes tormentos,
¡qué espantosamente grande es su extensión! Los tipos
de tormentos que he visto: el primer tormento que
constituye el infierno, es la perdida de Dios; el segundo,
el continuo remordimiento de conciencia; el tercero,
aquel destino no cambiará jamas; (160) el cuarto
tormento, es el fuego que penetrará al alma, pero no la
aniquilará, es un tormento terrible, es un fuego
puramente espiritual, incendiado por la ira divina; el
quinto tormento, es la oscuridad permanente, un horrible,
sofocante olor; y a pesar de la oscuridad los demonios y
las almas condenadas se ven mutuamente y ven todos el mal
de los demas y el suyo; el sexto tormento, es la compania
continua de Satanas; el septimo tormento, es una
desesperación tremenda, el odio a Dios, las
imprecaciones, las maldiciones, las blasfemias. Estos son
los tormentos que todos los concondenados padecen juntos,
pero no es el fin de los tormentos. Hay tormentos
particulares para distintas almas, que son los tormentos
de los sentidos: cada alma es atormentada de modo
tremendo e indescriptible con lo que ha pecado. Hay
horribles calabozos, abismos de tormentos donde un
tormento se diferencia del otro. Habria muerto a la vista
de aquellas terribles torturas, si no me hubiera
sostenido la omnipotencia de Dios. Que el pecador sepa:
con el sentido que peca, con ese será atormentado por (161)
toda la eternidad. Lo escribo por orden de Dios para que
ningun alma se excuse [diciendo] que el infierno no
existe o que nadie estuvo alli ni sabe cómo es.
Yo, Sor Faustina, por orden de Dios, estuve en los
abismos del infierno para hablar a las almas y dar testimonio de
que el infierno existe. Ahora no puedo hablar de ello, tengo, la
orden de dejarlo por escrito. Los demonios me tenian un gran odio,
pero por orden de Dios tuvieron que obedecerme. Lo que he escrito
es una debil sombra de las cosas que he visto. He observado una
cosa: la mayor parte de las almas que alli estan son las que no
creian que el infierno existe. Cuando volvi en mi no pude
reponerme del espanto, qué terriblemente sufren alli las almas.
Por eso ruego con mas ardor todavía por la conversión de los
pecadores, invoco incesantemente la misericordia de Dios para
ellos. Oh Jesús mio, prefiero agonizar en los mas grandes
tormentos hasta el fin del mundo, que ofenderte con el menor
pecado.
+
- (162) JMJ
Hija Mia, si por medio de ti exijo de los hombres el
culto a Mi misericordia, tú debes ser la primera en distinguirte
por la confianza en Mi misericordia. Exijo de ti obras de
misericordia que deben surgir del amor hacia Mi. Debes mostrar
misericordia al projimo siempre y en todas partes. No puedes
dejar de hacerlo ni excusarte ni justificarte.
Te doy tres formas de ejercer misericordia al projimo:
la primera &ndash la accion, la segunda &ndash la palabra,
la tercera &ndash la oracion. En estas tres formas está
contenida la plenitud de la misericordia y es el testimonio
irrefutable del amor hacia Mi. De este modo el alma alaba y adora
Mi misericordia. Sí, el primer domingo después de Pascua es la
Fiesta de la Misericordia, pero tambien debe estar presente la
accion y pido se rinda culto a Mi misericordia con la solemne
celebración de esta Fiesta y con el culto a la imagen que ha
sido pintada. A traves de esta imagen concederé muchas gracias a
las almas; ella ha de recordar a los hombres las exigencias de Mi
misericordia, porque la fe sin obras, por fuerte (163) que sea,
es inútil. Oh Jesús mio, ayudame en todo, porque ves lo
pequena que soy, por eso cuento unicamente con Tu bondad, oh Dios.
+ Examen de conciencia particular
- Unión con Cristo misericordioso. Con el
corazón abarco el mundoentero y, especialmente, los
paises salvajes y perseguidos, para ellos pido
misericordia.
Dos propositos generales:
Primero: buscar el recogimiento interior y observar
rigurosamente la regla del silencio.
Segundo: fidelidad a las inspiraciones interiores;
llevarlas a la practica y a la accion, según la recomendación
del director espiritual.
En esta enfermedad deseo adorar la voluntad de Dios; si
está en mi poder, trataré de participar (164) en todos los
ejercicios comunes; agradeceré ardientemente al Señor por cada
disgusto y sufrimiento.
744 + Siento a menudo que no recibo ayuda de nadie menos
de Jesús, aunque mas de una vez necesito mucho las aclaraciones
de lo que el Señor pide.
Esta noche recibi de repente la luz de Dios respecto a
un asunto. Durante doce años reflexioné sobre cierta cuestion y
no logré comprenderla; hoy Jesús me dio a conocer lo mucho que
esto le agradó.
Festividad de Cristo Rey {25 X 1936]
745 Durante la Santa Misa me envolvio un ardor interior
de amor a Dios y el deseo por la salvacion de las almas tan
grande que no sé expresarlo. Siento que soy toda un fuego;
lucharé contra todo el mal con el arma de la misericordia. Ardo
del deseo de salvar a las almas; recorro el mundo entero a lo
largo y a lo ancho y penetro (165) hasta sus confines, hasta los
lugares mas salvajes para salvar a las almas. Lo hago a traves de
la oracion y el sacrificio. Deseo que cada alma glorifique la
misericordia de Dios, porque cada uno experimenta en si mismo los
efectos de esta misericordia. Los santos en el cielo adoran la
misericordia del Señor, yo deseo adorarla ya aquí en la tierra
y propagar su culto tal como Dios lo quiere de mi.
- Comprendi que en algunos, los mas duros
momentos, esptaré sola, abandonada de todos y tengo que
hacer frente a todas las tempestades y luchar con toda la
fuerza del alma incluso contra aquellos de los cuales
esperaba ayuda.
Pero no estoy sola, porque Jesús está conmigo, con Él
no tengo miedo de nada. Bien me doy cuenta de todo y sé que es
lo que Dios exige de mi. El sufrimiento, el desprecio, el
escarnio, la persecución, la humillación todo esto lo
compartiré siempre, no conozco otro camino, por un amor sincero,
la ingratitud. Este es mi sendero trazado por Jesús.
(166) Oh Jesús mio, mi fuerza y mi unica esperanza,
solamente en Ti toda mi esperanza. Mi confianza no se verá
defraudada.
- El dia de renovación de los votos [249].
La presencia de Dios penetra mi alma de modo no solamente
espiritual, sino que la siento aun fisicamente.
- 2 de noviembre [1936]. Por la tarde,
después de las visperas fui al cementerio [250].
Después de rezar un momento, vi a una de nuestras
hermanas que me dijo: Estamos en la capilla. Comprendi
que debia ir a la capilla y rezar alli para adquirir
indulgencias. Al dia siguiente, durante la Santa Misa vi
tres palomas blancas que se alzaron del altar hacia el
cielo. Comprendi que no solamente estas tres almas
queridas que habian visto fueron al cielo, sino tambien
muchas otras que habian muerto fuera de nuestro instituto.
Oh, qué bueno y misericordiosos es el Senor.
749 (167) Coloquio con el Padre Andrasz al final de los
ejercicios espirituales. Me sorprendió muchisimo una cosa que
noté durante todas las conversaciones en las cuales pedi
consejos e indicaciones del Padre, a saber: observé que el Padre
Andrasz a todas mis preguntas que le hacia sobre las cosas que el
Señor exigia de mi, me contestaba con tanta claridad y
determinación como si él mismo las hubiera vivido. Oh Jesús
mio, si hubiera mas guias espirituales como él, las almas bajo
su direccion llegarian a las cumbres de la santidad en poco
tiempo y no malgastarian tantas grandes gracias. Yo agradezco
continuamente a Dios por esta gran gracia de haberse dignado en
su bondad de poner en el camino de mi vida espiritual estas
columnas luminosas que iluminan mi camino, para que no me desvie,
ni me retrase en tender a unirme estrechamente al Señor. Tengo
un gran amor por la Iglesia que educa y conduce las almas a Dios.
(168)
31 X 1936. Coloquio con la Madre General [251].
750 Cuando hablé con la Madre General de la cuestion de
salir, de la Congregación recibi esta respuesta: Si el senor
Jesús exige que usted, hermana, abandone esta Congregación, que
me dé alguna senal de que Él lo quiere. Usted, hermana, ruegue
por este signo, porque yo tengo miedo de que usted no sea victima
de alguna ilusion, aunque, por otra parte, no quisiera poner
obstáculos a la voluntad de Dios ni oponerme a ella, ya que yo
tambien quiero cumplir la voluntad de Dios. Asi, pues, acordamos
que yo me quedara donde estaba, hasta el momento en el que el
Señor diera a conocer a la Madre General que era Él quien
exigia que yo saliera de la Congregación.
- Asi, pues, todo el asunto se aplazó un
poco. Ves, Jesús, que ahora depende solamente de Ti. A
pesar de estos grandes apremios estoy completamente
tranquila; yo por mi parte he hecho todo y ahora Te toca
a Ti, oh Jesús mio, y asi (169) resultará evidente que
la causa es Tuya. Yo por mi parte estoy totalmente de
acuerdo con Tu voluntad, haz de mi lo que quieras, oh
Señor, dame solamente la gracia de que Te ame cada vez
con mas ardor; esto es lo que me es mas querido, no deseo
nada mas fuera de Ti, Amor eterno. No importa por cuales
caminos me lleves, dolorosos o gozosos. Yo deseo amarte
con cada momento de mi vida. Me hacer ir, oh Jesús, a
cumplir Tu voluntad, iré; me haces quedarme, me quedaré;
no importa lo que sufra, en uno u otro caso. Oh Jesús
mio, si voy, sé lo que debo sobrellevar y soportar. Lo
acepto plenamente consciente, y con un acto de voluntad
ya he aceptado todo. No importa lo que está encerrado en
este cáliz para mi, me basta saber que lo ha dado la
mano amorosa de Dios. Si me haces volver de este camino y
me ordenas quedarme, me quedaré a pesar de todas las
urgencias interiores. Si las mantienes todavía (170) en
mi alma y me dejas en esta agonia interior, aunque sea
hasta el fin de la vida, lo acepto con plena conciencia
de la voluntad y con amorosa sumisión a Ti, oh Dios mio.
Si me quedo, me esconderé en Tu misericordia. Dios Mio,
tan profundamente que ningun ojo podrá verme. Deseo ser
en mi vida un incensario lleno de fuego oculto y que el
humo que se levanta hacia Ti, Hostia viva, Te sea
agradable. Siento en mi propio corazón que cada pequeño
sacrificio despierta un fuego de mi amor hacia Ti, aunque
de modo tan silencioso y escondido que nadie alcanza
verlo.
- Cuando dije a la Madre General que el
Señor exigia que la Congregación rezara esta coronilla
para propiciar la ira divina, la Madre me contestó que
de momento no podia introducir estas nuevas plegarias, no
aprobadas, pero deme, hermana, esta coronilla, tal vez
durante alguna adoración se pueda rezar, (171) vamos a
ver. Seria bueno que el Padre Sopocko editara algun
folletito con la coronilla. Seria mejor y mas facil
rezarla entonces en la Congregación, porque sin esto, es
un poco difícil.
- La misericordia del Señor la glorifican
en el cielo las almas de los santos que han experimentado
sobre sí esta misericordia infinita. Lo que aquellas
almas hacen en el cielo, yo lo empezaré ya aquí en la
tierra. Glorificaré a Dios por su bondad infinita y
trataré de que otras almas conozcan y adoren esta
inexpresable e inconcebible misericordia de Dios.
- + Promesa del Señor: A las almas que
recen esta coronilla, Mi misericordia las envolverá en
la vida y especialmente a la hora de la muerte.
- Oh Jesús mio, ensename a abrir las
entranas de la misericordia y del amor a todos los que me
lo pidan. Oh Jesús, mi Guia, ensename que todas las
plegarias y obras mias tengan impreso el sello de Tu
misericordia.
- (172) 18 XI 1936. Hoy traté de hacer
todas mis practicas de piedad antes de la bendicion,
porque me sentia mas enferma que de costumbre. Por eso,
una vez terminada la bendicion me acosté. Pero, al
entrar en el dormitorio, de repente conoci dentro de mi
que debia ir a la acelda de Sor N., porque ella
necesitaba ayuda. Entré en seguida en aquella celda y
Sor N. me dijo: Oh, qué suerte que Dios la ha traido
aquí, hermana. Y hablaba con una voz tan baja que apenas
la oia. Me dijo: Hermana, traigame, por favor, un poco de
té con limon porque tengo muchisima sed y no puedo
moverme por sufrir mucho; y efectivamente sufria mucho y
tenia mucha fiebre. La atendi y con ese poquito de té
apagó sus labios sedientos. Cuando entré en mi celda,
un gran amor de Dios envolvió mi alma y comprendi
cuánto había que hacer caso a las inspiraciones
interiores y seguirlas fielmente y la fidelidad a una
gracia atrae otras.
- (173) 19 XI [1936]. Hoy durante la Santa
Misa vi a Jesús que me dijo: Quédate tranquila, hija
Mia, veo tus esfuerzos que Me agradan mucho. Y el
Señor desapareció y era el momento de acercarse a la
Santa Comunión. Después de recibir la Santa Comunión,
de repente vi el Cenaculo y en él a Jesús y a los
apostoles; vi la institución del Santisimo Sacramento.
Jesús me permitió penetrar en su interior y conoci su
gran Majestad y al mismo tiempo su gran humildad. Esta
luz misteriosa que me permitió conocer su Majestad me
reveló a la vez lo que hay dentro de mi alma.
- Jesús me dio a conocer el abismo de su
dulzura y humildad, y me hizo saber que lo exigía de mí
decididamente. Sentí la mirada de Dios en mi alma que me
llenó de un amor inefable, pero comprendí que el Señor
miraba con amor mis virtudes y mis esfuerzos heroicos y
supe que ellos atraían a Dios hacia mi corazón. Por eso
comprendí que no era suficiente preocuparme solamente
por las virtudes ordinarias, sino que debía ejercitarme
(174) en las virtudes heroicas, aunque por fuera
parecieran cosas totalmente normales, sin embargo el modo
seria distinto, distinguido solamente por el ojo del
Señor. Oh Jesús mío, lo que escribí es solamente una
pálida sombra de lo que entiendo en el alma, éstas son
las cosas puramente espirituales, pero para describir
algo de lo que el Señor me da a conocer, tengo que
utilizar las palabras que me dejan insatisfecha porque no
reflejan la realidad.
- La primera vez que recibí estos
sufrimientos [252], fue así: después de los votos
anuales [253], un día, mientras rezaba vi una gran
claridad y de esa claridad salieron dos rayos que me
envolvieron y de repente sentí un tremendo dolor en las
manos, los pies y el costado y el sufrimiento de la
corona de espinas. Experimentaba este sufrimiento los
viernes, durante la Santa Misa, pero era un momento muy
breve. Eso se repitió unos cuantos viernes y después no
sentí ningunos sufrimientos hasta el momento actual, es
decir, hasta finales de septiembre (175) de este año. En
esta enfermedad, el viernes, durante la Santa Misa sentí
que me penetraron los mismos sufrimientos; y eso se
repita cada viernes y a veces cuando encuentro a alguna
alma que no está en el estado de gracia. Aunque eso
sucede raramente y el sufrimiento dura muy poco tiempo,
no obstante es terrible, y sin una gracia especial de
Dios no podría soportarlo. Y por fuera no tengo ningunas
señales de estos sufrimientos. ¿Qué va a venir
después? No sé. Todo sea por las almas&hellip.
- 21 XI [1936]. Jesús, ves que no estoy
gravemente enferma ni tampoco sana. Infundes en mi alma
el entusiasmo para actuar y no tengo fuerzas, arde en mí
el fuego de Tu amor y lo que no logro hacer con la fuerza
física, lo compensa el amor.
- Oh Jesús, mi espíritu Te añora mucho y
deseo mucho unirme a Ti, pero me retienen Tus obras. No
está todavía completo el número de almas que debo
llevarte. Deseo las fatigas, los sufrimientos, que se
cumpla en mi todo que has planeado (176) antes de todos
los siglos, oh Creador mío y Señor. Comprendo solamente
Tu palabra, solamente ella me da fuerzas. Tu Espíritu,
oh Señor, es el espíritu de la paz y nada perturba mi
interior, porque allí moras Tú, oh Señor.
Sé que estoy bajo Tu mirada especial, oh Señor. No
analizo con temor Tus designios respecto a mí; mi tarea es
aceptar todo de Tus manos, no tengo miedo de nada aunque la
tempestad está enfurecida y tremendo rayos caen alrededor de mí
y entonces me siento verdaderamente sola, no obstante mi corazón
Te siente y mi confianza aumenta considerablemente y veo todo Tu
omnipotencia que me sostiene. Contigo, Jesús, camino por la vida
entre arco iris y tormentas, con un grito de gozo, entonando un
himno de Tu misericordia. No interrumpiré este canto de amor
hasta que lo entone el coro angélico. No existe ninguna fuerza
que pueda detenerme en mi carrera hacia Dios. Veo que no siempre,
ni siquiera las Superioras entienden el camino por el Cual Dios
me lleva, y eso no me extraña.
- (177) En una ocasión vi al Padre Sopocko
rezando, reflexionando sobre este caso [254]. Vi como, de
repente, se apareció un círculo de luz encima de su
cabeza. Aunque nos separa alguna distancia, lo veo a
menudo, especialmente, cuando trabaja junto al escritorio,
a pesar del cansancio.
- 22 XI [1936]. Hoy, durante la confesión,
Jesús me habló por la boca de cierto sacerdote. Aquel
sacerdote no conocía mi alma y me acusé solamente de
los pecados; sin embargo él me dijo estas palabras:
cumple fielmente todo lo que Jesús exige de ti, a pesar
de las dificultades. Has de saber que aunque los hombres
se molestan contigo, Jesús no se cansa y nunca se
enfadará contra ti. No hagas caso de ninguna
consideración humana. En el primer momento esta
enseñanza me extrañó; comprendí que el Señor habló
a través de él, mientras él se dio poca cuenta de eso.
Oh sagrado Misterio, qué grandes tesoros contienes. Oh
fe santa, indicadora de mi camino.
- (178) 24 XI. Hoy, recibí una carta del
Padre Sopocko [255]. Por la carta supe que Dios Mismo
dirige esta causa y como el Señor la ha iniciado, del
mismo modo el Señor la guiará, y cuanto mayores son las
dificultades que veo, tanto mas tranquila estoy. Oh, si
en esta causa no hubiera una gran gloria de Dios ni el
provecho para muchas almas, Satanás no se opondría de
este modo, pero él intuye lo que va a perder. Ahora he
comprendido que lo que Satanás odia más es la
misericordia; ella es su mayor tormento. Pero la Palabra
del Señor no pasará, la Palabra de Dios es viva, las
dificultades no aniquilan las obras de Dios, sino que
demuestran que son de Dios&hellip..
- Una vez vi el convento de esta nueva
Congregación. Mientras lo recorría y visitaba todo, de
repente vi un grupito de niños cuya edad oscilaba entre
cinco y once años. Al verme, me rodearon y se pusieron a
gritar en voz alta: Defiéndenos del mal, y (179) me
llevaron a la capilla que estaba en aquel convento.
Cuando entré en la capilla, vi en ella a Jesús
martirizado: Jesús me miró bondadosamente y me dijo que
era ofendido gravemente por los niños. Defiéndelos
tú del mal. A partir de aquel momento ruego por los
niños, pero siento que la plegaria sola no es suficiente.
- Oh Jesús mío, Tú sabes qué esfuerzos
son necesarios para tratar sinceramente y con sencillez
con aquellos de los cuales nuestra naturaleza huye, o con
los que hicieron sufrir consciente o inconscientemente,
esto es imposible humanamente. En tales momentos más que
en otras ocasiones, trato de descubrir a Jesús en
aquellas personas y por este Mismo Jesús hago todo para
ellas. En tales acciones el amor es puro. Este
ejercitarse en la caridad templa el alma y la refuerza.
No espero nada de las criaturas, por lo tanto no
experimento ninguna desilusión; sé que la criatura es
pobre en si (180). Así, pues ¿qué puedo esperar de
ella? Dios es todo para mi, deseo valorar todo a la luz
de Dios.
- + Actualmente mi relación con el Señor
es plenamente espiritual; mi alma está tocada por Dios y
se sumerge entera en Él, hasta olvidarse de si misma.
Embebida de Dios, totalmente, se hunde en su belleza, se
hunde toda en Él. No sé describirlo, porque escribiendo
uso los sentidos y allí, en aquella unión, los sentidos
no funcionan; hay una fusión de Dios y del alma, hay una
vida tan grande en Dios a la que el alma es admitida que
es imposible expresarla con palabras. Cuando el alma
vuelve a la vida normal, entonces ve que esta vida es una
oscuridad, una niebla, una soñolienta confusión, unas
fajas que envuelven a un niño pequeño. En tales
momentos el alma recibe únicamente de Dios, porque ella
por si misma no hace nada, no hace el menor esfuerzo,
Dios hace todo en ella. Pero cuando el alma vuelve al
estado normal, ve que no está en su (181) poder
permanecer más en esta unión. Aquellos momentos son
breves, duraderos [en su efecto], el alma no puede
permanecer mucho tiempo en tal estado, porque por fuerza
se liberaría para siempre de los vínculos del cuerpo, a
pesar de ser sostenida milagrosamente por Dios. Dios da a
conocer claramente al alma cuánto la ama como si sólo
ella fuera el objeto de su complacencia. El alma lo
conoce de modo claro y casi sin velos, se lanza a todo
correr hacia Dios, pero se siente como una niña pequeña.
Sabe que esto no está en su poder, por lo tanto, Dios se
humilla hacia ella y la une consigo de manera&hellip..
aquí debo callarme porque lo que alma experimente, no
sé describirlo.
- Es una cosa extraña que aunque el alma
viviendo esta unión con Dios no sabe darle una forma
exacta ni definirla, no obstante, al encontrar otra alma
semejante, las dos se entienden mutuamente en estas cosas
a pesar de no hablar mucho consigo. El alma unida a Dios
de este modo reconoce con facilidad a otra alma semejante,
aunque (182) aquella no le revele su interior y sólo
hable normalmente con ella. Es una especie del parentesco
espiritual. No hay muchas almas unidas a Dios de este
modo, menos de lo que pensamos.
- He notado que Dios concede esta gracia a
las almas por dos razones: la primera es cuando el alma
ha de cumplir una gran obra que absolutamente supera sus
fuerzas, humanamente hablando. En el segundo caso, he
notado que Dios la concede para guiar y tranquilizar a
las almas semejantes, aunque el Señor puede conceder
esta gracia cómo le agrade y a quién le agrade. He
observado esta gracia en tres sacerdotes. Uno de ellos es
sacerdote seglar y dos son religiosos, y dos religiosas [recibieron
esta gracia], sin embargo no en el mismo grado.
- En cuanto a mi, he recibido esta gracia
por primera vez y por un brevísimo momento a la edad de
dieciocho [256] años, en la octava de Corpus Cristo, durante
las vísperas, cuando hice a Jesús el voto perpetuo (183)
de castidad. Vivía aun en el mundo, pero poco después
entré en el convento. Esta gracia duró un brevísimo
momento, pero la potencia de esta gracia es grandísima.
Después de aquella gracia hubo un largo intervalo. En
verdad, durante ese intervalo recibí del Señor muchas
gracias, pero de otra índole. Fue un periodo de pruebas
y de purificación. Las pruebas fueron tan dolorosas que
mi alma experimentó un abandono total de parte de Dios,
fue sumergida en grandes tinieblas. Noté y comprendí
que nadie lograría liberarme de aquellos tormentos y que
no podían comprenderme. Hubo dos momentos en que mi alma
fue sumergida en la desesperación, una vez por media
hora, otra vez, por tres cuartos de hora. En cuanto a las
gracias, no puedo describir exactamente su grandeza, lo
mismo se refiere a las pruebas de Dios. Aunque usara no
sé qué palabras, todo eso seria una pálida sombra. Sin
embargo el Señor me sumergió en estos tormentos y el
Señor me liberó. Eso duró un par de años y recibí
nuevamente esta gracia excepcional de la unión, (184)
que dura hasta hoy. Sin embargo también en esta segunda
unión hubo breves pausas. No obstante, desde hace algún
tiempo, no experimento intervalos, sino que me sumerge [la
gracia] cada vez mas profundamente en Dios. La gran luz
con la que es iluminado el intelecto, da a conocer la
grandeza de Dios, no para que conociera en Él los
distintos atributos, como antes, no ahora es de otro modo:
en un solo momento conozco toda la esencia de Dios.
- En el mismo instante el alma se hunde
entera en Él y siente una felicidad [257] tan grande
como los elegidos en el cielo. Aunque los elegidos en el
cielo ven a Dios cara a cara y son totalmente felices, de
modo absoluto, sin embargo su conocimiento de Dios no es
igual; Dios me lo ha dado a conocer. El conocimiento mas
profundo empieza aquí en la tierra, según la gracia,
pero en gran parte depende de nuestra fidelidad a la
gracia. Sin embargo, el alma que experimenta esta
inefable gracia de la unión, no puede decir que ve a
Dios cara a cara, ya que aquí hay un delgadísimo velo
de la fe; pero tan (185) delgado que el alma puede decir
que ve a Dios y habla con Él. Ella es &ldquodivinizada&rdquo,
Dios da a conocer al alma cuánto la ama y el alma ve que
las almas mejores y mas santas que ella no han recibido
esta gracia. Por eso la envuelve el sagrado estupor, y la
mantiene en una profunda humildad, y se hunde en su nada
y en ese sagrado estupor. Cuanto más se humilla, tanto
mas estrechamente Dios se une a ella y se humilla hacia
ella. En aquel momento el alma está como escondida, sus
sentidos inactivos, en un momento conoce a Dios y se
sumerge en Él. Conoce toda la profundidad del Insondable
y cuanto mas profundo es el conocimiento, tanto mas
ardientemente el alma lo anhela.
- Es grande la reciprocidad entre el alma y
Dios. Cuando el alma sale de su escondite, los sentidos
gustan de lo que ella se deleitó. Esto también es una
grandísima gracia de Dios, pero no es puramente
espiritual; en la primera fase los sentidos no toman
parte. Cada gracia da al alma fortaleza y fuerza para la
acción, valentía para [afrontar] los sufrimientos. El
alma sabe bien qué es lo que Dios quiere de ella y
cumple (186) su santa voluntad, a pesar de las
contrariedades. Sin embargo, en estas cosas el alma no
puede
------------------------------------------------------------------
- Avanzar sola, tiene que seguir el consejo
de un confesor iluminado, porque, de lo contrario, puede
desviarse o no obtiene ningún beneficio.
- + Comprendo bien, oh Jesús mío, que como
una enfermedad se mide con el termómetro y la fiebre
alta nos indica la gravedad de la enfermedad, así en la
vida espiritual el sufrimiento es el termómetro que mide
el amor de Dios en el alma.
- + Mi fin es Dios&hellip. Mi felicidad
es el cumplimiento de la voluntad de Dios y nada en el
mundo podrá turbarme esta felicidad, ninguna potencia,
ninguna fuerza.
- Hoy, el Señor estuvo en mi celda y me
dijo: Hija Mía, te dejaré en esta Congregación ya
poco tiempo. Te lo digo para que aproveches con más
diligencia las gracias que te concedo.
- (187) 27 XI [1936]. Hoy, en espíritu,
estuve en el cielo y vi estas inconcebibles bellezas y la
felicidad que nos esperan después de la muerte. Vi cómo
todas las criaturas dan incesantemente honor y gloria a
Dios; vi lo grande que es la felicidad en Dios que se
derrama sobre todas las criaturas, haciéndolas felices;
y todo honor y gloria que las hizo felices vuelve a la
Fuente y ellas entran en la profundidad de Dios,
contemplan la vida interior de Dios, Padre, Hijo y
Espíritu Santo, que nunca entenderán ni penetrarán.
Esta fuente de felicidad es invariable en su esencia,
pero siempre nueva, brotando para hacer felices a todas las
criaturas. Ahora comprendo a San Pablo que dijo: Ni el ojo vio,
ni oído oyó, ni entró al corazón del hombre, lo que Dios
preparó para los que le aman.
- Y Dios me dio a conocer una sola y única
cosa que a sus ojos tiene el valor infinito, y éste es
el amor de Dios, amor, amor y una vez mas amor, y con un
acto de amor puro (188) de Dios nada puede compararse. Oh,
qué inefables favores Dios concede al alma que lo ama
sinceramente. Oh, felices las almas que ya aquí en la
tierra gozan de sus particulares favores, y éstas son
las almas pequeñas y humildes.
- Esta gran Majestad de Dios que conocí mas
profundamente, que los espíritus celestes adoran según
el grado de la gracia y la jerarquía en que se dividen;
al ver esta potencia y esta grandeza de Dios, mi alma no
fue conmovida por espanto ni por temor, no, no
absolutamente no. Mi alma fue llenada de paz y amor, y
cuanto mas conozco a Dios tanto mas me alegro de que Él
sea así. Y gozo inmensamente de su grandeza y me alegro
de ser tan pequeña, porque por ser yo tan pequeña, me
lleva en sus brazos y me tiene junto a su Corazón.
- Oh Dios mío, que lastima me dan los
hombres que no creen en la vida eterna; cuánto ruego por
ellos para que los envuelva el rayo de la misericordia y
para que Dios los abrace a su seno paterno. Oh amor, oh
rey.
- El amor no conoce temor (189), pasa por
todos los coros angélicos que hacen guardia delante de
su trono. No tiene miedo de nadie; alcanza a dios y se
sumerge en Él como en su único tesoro. El querubín con
la espada de fuego que vigila el paraíso, no tiene poder
sobre él. Oh, puro amor de Dios, qué inmenso e
incomparable eres. Oh, si las almas conocieran Tu fuerza.
- + Hoy estoy muy débil, ni siquiera puedo
hacer la meditación en la capilla, sino debo ir a
acostarme. Oh Jesús mío, Te quiero y deseo glorificarte
con mi debilidad, sometiéndome totalmente a Tu santa
voluntad.
- + Tengo que vigilarme mucho, sobre todo
hoy, porque empieza a envolverme una excesiva
sensibilidad por todo. Las cosas que, estando yo de buena
salud, no llamarían mi atención, hoy me irritan. Oh
Jesús mío, mi escudo y mi fuerza, concédeme la gracia
de salir victoriosa de tales circunstancias. Oh Jesús
mío, transfórmame en Ti con el poder de Tu amor, para
que sea un digno instrumento para proclamar Tu
misericordia.
- (190) + Agradezco al Señor por esta
enfermedad y las dolencias físicas, porque tengo tiempo
para hablar con Jesús. Es mi deleita pasar largos
momentos a los pies de Dios oculto; y las horas me pasan
como minutos, sin saber cuándo. Siento que dentro de mí
arde un fuego, y no comprendo otra vida sino la del
sacrificio que fluye del amor puro.
- 29 XI [1936]. La Santísima Virgen me ha
ensenado como debo prepararme para la fiesta de la
Natividad del Señor. La he visto hoy sin el Niño Jesús;
me ha dicho: Hija mía, procura ser mansa y humilde
para que Jesús que vive continuamente en tu corazón
pueda descansar. Adóralo en tu corazón, no salgas de tu
interior. Te obtendré, hija mía, la gracia de este tipo
de la vida interior, que, sin abandonar tu interior,
cumplas por fuera todos tus deberes con mayor aplicación.
Permanece continuamente con Él en tu corazón. Él será
tu fuerza. Mantén el contacto con las criaturas si la
necesidad (191) y los deberes lo exigen. Eres una
morada agradable a Dios viviente, en la que Él permanece
continuamente con amor y complacencia, y la presencia
viva de Dios que sientes de modo mas vivo y evidente, te
confirmará, hija mía, en lo que he dicho. Trata de
comportarte así hasta el día de la Navidad, y después
Él Mismo te dará a conocer cómo deberás tratar con
Él y unirte a Él.
- 30 XI [1936]. Hoy, durante las vísperas
un dolor ha traspasado mi alma, veo que esta obra supera
mis fuerzas en cada aspecto. Soy una niña pequeña
frente a la inmensidad de esta obra y solo por una orden
clara de Dios procedo a cumplirla; y por otra parte
también estas grandes gracias se han hecho una carga
para mi y apenas la puedo llevar. Veo la incredulidad de
las Superioras y las dudas de todo tipo y en consecuencia
el comportamiento desconfiado hacia mí. Oh Jesús mío,
veo que también las gracias tan grandes pueden ser un
sufrimiento, y verdaderamente es así; (192 no sólo
puede haber sufrimientos por este motivo, sino que tienen
que existir como una característica de la actuación de
Dios. Entiendo bien que si Dios Mismo no reforzara al
alma en estas distintas pruebas, el alma por si misma no
lograría nada, pues Dios Mismo es su escudo. Durante las
vísperas, mientras continuaba contemplando esta especie
de mezcla del sufrimiento y de la gracia, oí la voz de
la Santísima Virgen: Has de saber, hija mía, que a
pesar de ser elevada a la dignidad de la Madre de Dios,
siete espadas dolorosas me han traspasado el corazón. No
hagas nada en tu defensa, soporta todo con humildad, Dios
Mismo te defenderá.
- 1 XII [1936]. Ejercicios espirituales de
un día.
Hoy, durante la meditación matutina, el Señor me ha
dado a conocer y comprender claramente el carácter invariable de
sus deseos. Y veo claramente que nadie puede liberarme de este
deber de cumplir la voluntad de Dios, conocida por mí. Una gran
falta de salud y de las fuerzas físicas no es una razón
suficiente, y no me dispense (193) de esta obra que el Señor
Mismo está realizando; debo ser solamente un instrumento en sus
manos. Pues, Señor, heme aquí para cumplir tu voluntad,
mándame según Tus eternos designios y predilecciones, dame
solamente la gracia de serte siempre fiel.
- Cuando hablaba con el Dios oculto, me ha
dado a conocer y comprender que no debo reflexionar mucho
ni tener miedo de las dificultades que puedo encontrar. Has
de saber que Yo estoy contigo, establezco las
dificultades, las supero, y en un solo instante puedo
cambiar las posturas contrarias en actitudes favorables a
esta causa. Durante el coloquio de hoy el Señor me
ha aclarado mucho, aunque no escribo todo.
- Dar siempre la prioridad a los demás en
todas las circunstancias, especialmente durante el recreo,
escuchar tranquilamente sin interrumpir aunque me
contaran diez veces lo mismo. Nunca preguntaré por la
cosa que me interese mucho.
- (194) Propósito: continuar lo mismo, es
decir unirme al cristo misericordioso.
Propósito general: recogimiento interior, silencio.
- Escóndeme, Jesús, en la profundidad de
Tu misericordia, y el prójimo me juzgue, entonces,
según le agrade.
- Nunca hablar de mis propias vivencias. En
el sufrimiento buscar alivio en la oración, en las dudas
mas pequeñas buscar solamente el consejo del confesor.
Tener el corazón siempre abierto para recibir los
sufrimientos de los demás y mis sufrimientos hundirlos
en el Corazón de Dios para que no se noten por fuera, si
es posible.
Tratar de mantener siempre el equilibrio aunque las
circunstancias sean extremadamente tormentosas. No permitir
turbar mi paz y mi silencio interior. Ninguna cosa puede
compararse con la paz del corazón. Si me reprochan algo
injustamente, no justificarme; si la Superiora quiere conocer (195)
la verdad sobre si tengo o no tengo razón, lo sabrá no
necesariamente de mi. Yo debo aceptar todo con una actitud
interior de humildad.
Viviré
este Adviento según las indicaciones de la Santísima Virgen:
mansa y humildemente.
- Vivo estos momentos con la Santísima
Virgen. Con inmensa añoranza espero la venida del Señor.
Mis deseos son grandes. Deseo que todos los pueblos
conozcan al Señor, deseo preparar a todas las naciones
para recibir al Verbo Encarnado. Oh Jesús, haz que la
fuente de Tu misericordia brote con mayor abundancia,
porque la humanidad está muy enferma y por eso más que
nunca necesita Tu compasión. Tu eres un mar ilimitado de
misericordia para nosotros, pecadores y cuanto mayor es
nuestra miseria, tanto mas grande es el derecho que
tenemos a Tu misericordia. Tú eres la fuente que hace
feliz a cada criatura por medio de Tu misericordia
infinita.
- (196) Hoy [9 XII 1936] salgo a Pradnik, a
las cercanías de Cracovia, para la curación; he de
estar allí tres meses. Me envía allí el gran cariño
de las Superioras y, especialmente, de nuestra querida
Madre General que tiene gran cuidado de las hermanas
enfermas. He aceptado esta gracia del tratamiento, pero
me someto totalmente a la voluntad de Díos, que Dios
haga de mi lo que le agrade.
- No deseo otra cosa que cumplir su santa
voluntad. Me uno a la Santísima Virgen y abandono
Nazaret para ir a Belén donde pasaré las fiestas de
Navidad, entre extraños, pero con Jesús, Maria y José,
porque ésta es la voluntad de Dios. Trato de cumplir en
todo la voluntad de Dios, no deseo sanarme más que morir.
Me abandono completamente a su misericordia infinita, y
como una niña pequeña vivo en absoluta tranquilidad;
procuro solamente que mi amor hacia Él sea cada vez mas
profundo y mas puro, para ser un deleita de su mirada
divina&hellip.
- (197) El Señor me dijo rezar esta
coronilla durante nueve días antes de la Fiesta de la
Misericordia. Debe iniciarse el Viernes Santo. Durante
este novenario concederé a las almas toda clase de
gracias.
- Cuando me dio un poco de miedo de tener
que estar sola durante largo tiempo fuera de la
Congregación, Jesús me dijo: No estarás sola,
porque Yo estoy contigo siempre y en todas partes; junto
a Mi Corazón no tengas miedo de nada. Yo Mismo soy el
artífice de tu salida. Has de saber que Mi ojo sigue con
atención cada movimiento de tu corazón. Te traslado a
aquel lugar aislado para conformar tu corazón según Mis
designios futuros. ¿De que tienes miedo? Si estás
Conmigo ¿quién se atreverá a tocarte? Me alegro
grandemente de que Me digas tus temores, Hija Mía,
háblame de todo simplemente y así como hablan los
hombres, Me complacerás muchísimo con esto; Yo te
entiendo, porque soy Dios &ndash Hombre. (198) Este
lenguaje simple de tu corazón Me es mas agradable que
los himnos compuestos en Mi honor. Has de saber, hija
Mía, que cuanto mas sencillo es tu lenguaje, tanto mas
Me atraes hacia ti. Y ahora, quédate tranquila junto a
Mi Corazón, deja la pluma y prepárate para salir.
- 9 XII 1936. Esta mañana he salido a
Pradnik. Me ha acompañado Sor Crisóstoma. Tengo una
habitación aislada sólo para mí; me parezco totalmente
a una carmelita. Cuando Sor Crisóstomo se ha ido y me he
quedado sola, me he sumergido en la plegaria,
confiándome a la protección especial de la Santísima
Virgen. Sólo ella está siempre conmigo. Ella, como una
buena Madre, mira todas mis vivencias y mis esfuerzos.
- Súbitamente vi a Jesús que me dijo: Quédate
tranquila, niña Mía, ves que no estás sola. Mi
Corazón vela por ti. Jesús me ha llenado de fuerza
respecto a cierta persona, siento la fortaleza en el alma.
- (199) Un principio moral
Cuando no se sabe qué es mejor, hay que reflexionar y
examinar y pedir consejo porque no se puede actuar en la duda de
la conciencia. En la incertidumbre, decirse a sí mismo:
cualquier cosa que haga estaría bien hecha, tengo la intención
de hacerla bien. Dios acepta lo que nosotros consideramos bueno,
y Dios lo acepta y considera bueno. No preocuparme si después de
algún tiempo, aquellas cosas no resulten ser buenas. Dios mira
la intención con la cual empezamos y según ella dará la
recompensa. Es un principio al que debemos atenernos.
- También hoy he ido a hacer una breve
visita [258] al Señor, antes de acostarme. Mi alma se ha
sumergido en Él como en mi único tesoro, mi corazón ha
descansado un momento junto al Corazón de mi Esposo. He
sido iluminada sobre como comportarme con las personas
que están alrededor de mí y he vuelto a mi soledad. El
medico [259] me ha dedicado su mayor cuidado, alrededor
de mi veo corazones muy bondadosos.
- (200) 10 XII [1936]. Hoy me levanté
temprano y todavía antes de la Santa Misa tuve la
meditación. Aquí la Santa Misa es a las seis. Después
de la Santa Comunión mi espíritu se ha sumergido en el
Señor como en el único objeto de mi amor. Me sentía
absorbida por su omnipotencia. Al regresar a mi soledad
me he sentido mal y he tenido que acostarme en seguida.
La hermana [260] me trajo gotas, pero me sentí mal
durante todo el día. Por la noche traté de hacer la
Hora Santa, sin embargo no pude hacerla, me uní
solamente a Jesús en sus sufrimientos.
- Mi habitación aislada está junto a la
sala de los hombres; no sabia que los hombres son tan
charlatanes; desde la mañana hasta altas horas de la
noche conversan sobre distintos temas; en la sala de las
mujeres hay mucho mas silencio. Siempre se acusa de esto
a las mujeres, pero he tenido la posibilidad de
convencerme [de lo contrario]. Me es difícil
concentrarme para rezar entre las carcajadas y los
chistes. No me molestan sólo cuando la gracia de Dios me
toma en su absoluta (201) posesión, ya que entonces no
me doy cuenta de lo que pasa alrededor de mí. Oh Jesús
mío, qué poco habla de Ti esta gente.
- De todo menos de Ti, Jesús. Y si hablan
poco, seguramente no pensarán nada; se ocupan del mundo
entero, pero acerca de Ti, oh Creador, el silencio. Me
pongo triste, oh Jesús, al ver esta inmensa indiferencia
e ingratitud de las criaturas. Oh Jesús mío, deseo
amarte por ellos y compensarte con mi amor.
- La Inmaculada Concepción
Desde la mañana temprana sentía la cercanía de la
Virgen Santísima. Durante la Santa Misa la vi tan
resplandeciente y bella que no encuentro palabras para expresar
ni siquiera la mínima parte de su belleza. Era toda blanca,
ceñida con una faja azul, el manto también azul, la corona en
su cabeza, de toda la imagen irradiaba un resplandor inconcebible.
Soy la Reina del cielo y de la tierra, pero especialmente la
madre [de su Congregación]. Me estrechó a su corazón y
dijo: Yo siempre me compadezco de ti. Sentí (202) la
fortaleza de su Inmaculado Corazón que se transmitió a mi alma.
Ahora comprendo porque desde hace dos semanas iba preparándome a
esta fiesta y la anhelaba tanto. Desde hoy procuraré la máxima
pureza del alma, para que los rayos de la gracia de Dios se
reflejen con toda su claridad. Deseo ser el cristal para
encontrar complacencia ante sus ojos.
- + Aquel día vi a cierto sacerdote rodeado
del resplandor que fluía de él; evidentemente aquella
alma ama a la Inmaculada.
- Una misteriosa añoranza envuelve mi alma,
me sorprendo de que ella no separe el alma del cuerpo.
Deseo a Dios, deseo sumergirme en Él. Entiendo que estoy
en un terrible destierro, toda la fortaleza de mi alma
muere por el anhelo de estar con Dios. Oh, habitantes de
mi patria, recuerdan a esta desterrada. ¿Cuándo caerán
los velos también para mí? Aunque veo y (203) casi
siento lo finito que es el velo que me separa del Señor,
yo deseo verlo cara a cara, pero que todo se haga según
Tu voluntad.
- 11 XII. Hoy no pude asistir a toda la
Santa Misa, estuve presente solamente en las partes más
importantes y después de comulgar, volví en seguida a
mi soledad. De repente me envolvió la presencia de Dios
y en aquel mismo momento experimenté la Pasión del
Señor durante un brevísimo momento. En aquel instante
conocí más profundamente la obra de la misericordia.
- Por la noche fui despertada súbitamente y
conocí que un alma me pedía la oración y que tenía
una gran necesidad de plegarias. Brevemente, pero con
toda mi alma pedí al Señor la gracia para ella.
- Al día siguiente, pasado ya el mediodía,
cuando entré en la sala vi a una persona agonizante y
supe que la agonía había empezado en la noche. Después
de haberlo verificado supe que había sido cuando (204)
se me pidió rezar. De repente oí en el alma la voz: Reza
la coronilla que te he enseñado. Corrí a buscar el
rosario y me arrodillé junto a la agonizante y con todo
el ardor de mi espíritu me puse a rezar esta coronilla.
De súbito la agonizante abrió los ojos y me miró, y no
alcancé a rezar toda la coronilla porque ella murió con
una misteriosa serenidad. Pedí ardientemente al Señor
que cumpliera la promesa que me había dado por rezar la
coronilla. El Señor me hizo saber que aquella alma
recibió la gracia que el Señor me había prometido.
Aquella alma fue la primera en experimentar la promesa
del Señor. Sentí cómo la fortaleza de la misericordia
cubría aquella alma.
- Al entrar en mi soledad, oí estas
palabras: Defenderé como Mi gloria a cada alma que
rece esta coronilla en la hora de la muerte, o cuando los
demás la recen junto al agonizante, quienes obtendrán
el mismo perdón. Cuando (205) cerca del
agonizante es rezada esta coronilla, se aplaca la ira
divina y la insondable misericordia envuelve al alma y se
conmueven las entrañas de Mi misericordia por la
dolorosa Pasión de Mi Hijo.
Oh, si todos conocieran qué grande es la misericordia
del Señor y cuánto todos nosotros necesitamos esta misericordia,
especialmente en aquella hora decisiva.
- + Hoy he librado una lucha por un alma con
los espíritus de las tinieblas. Qué odio tremendo tiene
Satanás por la Divina Misericordia; veo cómo se opone a
toda esta obra.
- + ¡OH Jesús misericordioso, tendido
sobre la cruz, ten presente la hora de nuestra muerte!
¡Oh Corazón misericordiosísimo de Jesús, abierto con
una lanza, protégeme a la hora de mi muerte! ¡Oh Sangre
y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como una
fuente de insondable misericordia para mí en la hora de
mi muerte! ¡Oh Jesús agonizante, Rehén de la
misericordia [261], apacigua la ira divina en la hora de
mi muerte!
- (206) + 12 XII [1936]. Hoy he estado
solamente en la Santa Comunión y un poco mas en la Santa
Misa. Toda mi fuerza está en Ti, Pan vivo. Me seria
difícil vivir un día sin recibir la Santa Comunión.
Él es mi escudo; sin Ti, Jesús, no sé vivir.
- Jesús, Amor mío, hoy me hizo comprender
cuánto me ama, aunque hay un abismo tan grande entre
nosotros: el Creador y la criatura, pero en cierto modo
es como si hubiera igualdad, el amor nivela este abismo.
Él Mismo se humilla hacia mí y me hace capaz de tratar
con Él. Me he sumergido en Él anonadándome casi
completamente y, sin embargo, bajo su mirada amorosa mi
alma adquiere fortaleza y fuerza y la conciencia de que
ama y es amada muy especialmente; sabe que el
Todopoderoso la defiende. Tal oración, aunque breve, sin
embargo da mucho al alma y las horas enteras de oración
ordinaria no dan al alma tanta luz como un breve momento
de oración superior.
- (207) + Por la tarde tuve mi primer
descanso al aire libre [262]. Hoy me visitó Sor Felicia
[263] trayéndome algunas cositas que necesitaba, unas
cuantas magnificas manzanas y los saludos de la querida
Madre Superiora y de las queridas hermanas.
- 13 XII [1936]. La confesión delante de
Jesús.
Cuando reflexioné que hacia tres semanas que no me
confesaba, irrumpí en llanto, viendo la fragilidad de mi alma y
ciertas dificultades. No me había confesado porque así fueron
las circunstancias: Cuando había confesión, yo estaba en la
cama aquel día. A la semana siguiente la confesión fue por la
tarde y por la mañana yo había salido al hospital. Esta tarde,
en mi habitación aislada entró el Padre Andrasz y se sentó
para que me confesara. Antes no dijo ni una palabra. Me alegré
grandemente porque deseaba muchísimo confesarme. Como siempre
revelé toda mi alma. El Padre me dio respuesta hasta a la cosa
más pequeña. Me sentía extrañamente feliz de poder (208)
decir todo. Como penitencia me dio: Letanías del Nombre de
Jesús. Cuando quería presentarle la dificultad que tenia
para rezar aquellas letanías, se levantó y me dio la
absolución. De repente un gran resplandor comenzó a salir de su
persona y vi que no era el Padre Andrasz sino Jesús. Sus
vestiduras eran claras como la nieve, y desapareció en seguida.
Al principio me quedé un poco inquieta, pero un rato después
cierta tranquilidad entró en mi alma. Noté que Jesús confiesa
como los confesores, sin embargo, durante esta confesión mi
corazón intuía extrañamente algo; en un primer momento no
logré comprender qué significaba eso.
- 16 XII [1936]. El día de hoy lo ofrecí
por Rusia, todos mis sufrimientos y mis oraciones los
ofrecí por este pobre país. Después de la Santa
Comunión Jesús me dijo que: No puedo soportar este
país más tiempo, no Me ates las manos, hija MIA. (209)
Comprendí que si no hubiera sido por las plegarias de
las almas queridas a Dios, habría vuelto a la nada toda
esta nación. Oh, cuánto sufro por este país que
expulsó a Dios de sus fronteras.
- + Oh, fuente inagotable de la Divina
Misericordia, derrámate sobre nosotros. Tu bondad no
tiene límites. Consolida, oh Señor, la potencia de Tu
misericordia sobre el abismo de mi miseria, porque Tu
piedad es sin límites. Misteriosa e inalcanzable es Tu
misericordia, que llena de asombro la mente humana y la
angélica.
- El Ángel Custodio me recomendó que
rezara por cierta alma, y a la mañana siguiente supe que
era un hombre que en aquel mismo instante había empezado
a agonizar. De modo sorprendente Jesús me da a conocer
que alguien necesita mi plegaria. De manera particular me
entero cuando mi oración la necesita un alma agonizante.
Ahora eso sucede más a menudo que antes.
- (210) El Señor Jesús me dio a conocer
cuánto le es agradable el alma que vive de la voluntad
de Dios, con esto da a Dios la mayor gloria&hellip.
- Hoy comprendí que aunque no hiciera nada
de lo que el Señor exige de mí, sé que recibiría la
recompensa como si hubiera cumplido todo, porque Dios ve
la intención con la que empiezo y aunque me llevara hoy
mismo, la obra no sufriría nada, porque Él Mismo es el
Dueño de la obra y del operario. Mi tarea es amarlo
hasta la locura; todas las obras son una gotita frente a
Él, el amor tiene la importancia y la fuerza y el
mérito. Reveló en mi alma amplios horizontes. El amor
nivela los abismos.
- 17 XII [1936]. Ofrecí el día de hoy por
los sacerdotes; hoy he sufrido más que cualquier otro
día, interior y exteriormente. No sabia que era posible
sufrir (211) tanto en un solo día. Traté de hacer la
Hora Santa en la que mi espíritu ha probado la amargura
del Huerto de los Olivos. Lucho sola, sostenida por su
brazo, contra toda clase de dificultades que se presentan
delante de mi como muros inmóviles, sin embargo tengo
confianza en la potencia de su nombre y no tengo miedo de
nada.
- En esta soledad Jesús Mismo es mi Maestro.
Él Mismo me educa y me enseña; siento que me encuentro
bajo su actuación particular. Por sus inexplicables
proyectos y sus insondables designios me une a Él de un
modo especial y me permite penetrar en los secretos
inconcebibles. Hay un secreto que me une al Señor del
que nadie puede saber, ni siquiera los ángeles; y aunque
quisiera decirlo, no lo sabría expresar; sin embargo
vivo de eso y viviré eternamente. Este secreto me
distingue de entre otras almas aquí en la tierra y [en]
la eternidad.
- (212) + ¡Oh día luminoso y bello en que
se cumplirán todos mis deseos! ¡Oh día deseado que
serás el ultimo de mi vida! Me alegro de ese último
toque que mi artista divino dé a mi alma, otorgando a mi
alma una belleza particular que me distinguirá de la
belleza de las demás almas. ¡Oh gran día en que se
confirmara el amor de Dios en mi! Aquel día, por primera
vez cantare delante del cielo y de la tierra el cántico
de la misericordia insondable del Señor. Es mi obra y mi
mensaje que el Señor me ha asignado desde el principio
del mundo. Para que el canto de mi alma sea agradable a
la Santísima Trinidad, guíe y modela Tu Mismo mi alma,
oh Espíritu de Dios. Me armo de paciencia y espero Tu
venida, oh Dios misericordioso, y [en cuanto] a los
dolores tremendos y los temores de la agonía, en aquel
momento mas que nunca confiare en el abismo de (213) Tu
misericordia y Te recordare, oh Jesús misericordioso,
dulce Salvador, todas las promesas que me has hecho.
- Esta mañana he tenido una aventura, se me
había parado el reloj y no sabia cuándo debía
levantarme y pensé qué lastima seria dejar la Santa
Comunión. Estaba siempre oscuro, pues no podía
orientarme cuándo era la hora de levantarme. Me vestí,
hice la meditación y fui a la capilla, pero estaba
todavía cerrada y en todas partes había silencio; me
sumergí en la oración, especialmente por los enfermos.
Ahora veo cuánto necesitan la oración. Por fin la
capilla fue abierta, me costo esfuerzo rezar porque me
sentía muy agotada y después de la Santa Comunión
volví en seguida a mi soledad. De repente vi al Señor
que me dijo: Debes saber, hija Mía, que Me es
agradable el ardor de tu corazón y como tu deseas
ardientemente unirte a Mi en la Santa Comunión, así
también Yo deseo donarme entero a ti y en (214) recompensa
de tu celo, descansa junto a Mi Corazón. En aquel
instante mi espíritu se ha sumergido en su Ser, como una
gota en el océano sin fondo, me sumerjo en Él como en
mi único tesoro; de esta manera he aprendido que el
Señor permite ciertas dificultades para su mayor gloria.
- 18 XII [1936]. Hoy he sentido angustia
porque hace ya una semana que no viene nadie a visitarme
[264]; cuando me quejaba ante el Señor, me contestó: ¿No
te es suficiente que Yo te visito todos los días? He
pedido perdón al Señor y la angustia ha desaparecido.
Oh Dios, fortaleza mía. Tú me bastas.
- Esta noche conocí que cierta alma
necesitaba mi oración. Rece con ardor, pero sentía que
era poco todavía, pues permanecí en la oración mas
tiempo. Al día siguiente conocí que precisamente en
aquella hora había empezado la agonía de cierta alma y
duró hasta la mañana. Conocí lo penosas que eran las
luchas por las que pasó. (215) El Señor Jesús me hace
saber extrañamente que el alma agonizante necesita mi
plegaria. Siento a aquella alma que me pide ayuda, de
modo vivo y claro. No sabia que existía tal unión con
las almas, y el Ángel Custodio me lo dice con frecuencia.
- El pequeño Niño Jesús, durante la Santa
Misa, es el gozo de mi alma. A menudo el espacio no
existe. Veo a cierto sacerdote que lo trae. Con un vivo
deseo espero la Navidad, vivo la espera con la Santísima
Virgen.
- ¡Oh Luz eterna que viernes a esta tierra,
ilumina mi mente y refuerza mi voluntad para que no me
detenga en los momentos de las pruebas difíciles! Que Tu
luz disipe toda sombra de duda, que Tu omnipotencia obre
a través de mí. En Ti confío, oh Luz increada, Tu, oh
Niño Jesús, eres mi ejemplo en el cumplimiento de la
voluntad de Tu Padre, Tú que dijiste: Vengo a cumplir Tu
voluntad, haz que yo también yo (216) cumpla fielmente
en todo la voluntad de Dios, Oh Divino Niño, otórgame
esta gracia.
- Oh Jesús mío, mi alma anhelaba los días
de las pruebas, pero cuando mi alma está ofuscada no me
dejes sola, sino que sostenme fuertemente junto a Ti, pon
un sello en mis labios para que el perfume de los
sufrimientos sea conocido y agradable solamente a Ti.
- Oh Jesús misericordioso, con qué
ardiente deseo Te has apresurado hacia el Cenáculo para
consagrar la Hostia que yo he de recibir durante mi vida.
Has deseado, oh Jesús, vivir en mi corazón. Tu sangre
viva se une a mi sangre. ¿Quién comprenderá esta
intima unión? Mi corazón encierra al Todopoderoso, al
Incomprensible. Oh Jesús, concédeme Tu vida divina, que
Tu sangre pura y generosa lata con toda la fuerza en mi
corazón. Te ofrezco todo mi ser (217), transfórmame en
Ti y hazme capaz de cumplir en toda Tu santa voluntad, de
compensarte con mi amor. Oh mi dulce Esposo, Tu sabes que
mi corazón no conoce a nadie fuera de de Ti. Has abierto
en mi corazón un abismo insaciable de amor por Ti; desde
el primer instante de conocerte, mi corazón Te ha amado
y se ha sumergido en Ti como en su único objeto. Que Tu
amor puro y omnipotente sea un estimulo para obrar.
¿Quién comprenderá y concebirá este abismo de
misericordia que ha brotado de Tu Corazón?
- He conocido por experiencia cuánta
envidia hay también en la vida de religiosos. Reconozco
que son pocas las almas verdaderamente grandes que
pisotean todo lo que no es Dios. Oh alma, fuera de Dios
no encontraras la belleza. Oh qué base tan frágil tiene
quien se eleva a costa de los demás. Qué pérdida.
- (218) 19 XII [1936]. Esta noche sentí en
el alma que alguna persona necesitaba mi oración. En
seguida me puse a rezar; de repente conocí interiormente
y sentí al espíritu que me lo pedía; recé hasta que
me sentí tranquila. La coronilla es una gran ayuda para
los agonizantes. A menudo rezo según la intención que
anteriormente conozco dentro de mí; siempre rezo hasta
el momento de sentir en mi alma que la plegaria ha
obtenido su efecto.
- Especialmente ahora, cuando estoy aquí,
en este hospital, experimento esta intima unión con los
agonizantes que al iniciarse la agonía me piden rezar.
Dios me ha dado un contacto misterioso con los
agonizantes. Como esto sucede con bastante frecuencia, he
tenido la posibilidad de verificar incluso la hora. Hoy,
a las once de la noche, fui despertada repentinamente, y
sentí claramente que junto a mi estaba un espíritu que
me pedía oraciones. Simplemente una fuerza misteriosa me
obligaba a rezar. Mi visión es puramente espiritual, por
medio de una luz repentina (219) que en aquel momento
Dios me concede. Rezo hasta el momento de sentir la
tranquilidad en el alma; no siempre dura el mismo tiempo,
a veces ocurre que después de un Ave Maria ya
estoy tranquila y entonces recito un De Profundis sin
orar mas; a veces sucede que rezo toda la coronilla y
sólo entonces llega la tranquilidad. Y puedo observar
también que cuando me siento forzada a orar por un
tiempo mas largo, es decir experimento aquella inquietud
interior, aquella alma afronta luchas mas duras y una
agonía más larga. La manera con que verifico la hora es
la siguiente: tengo el reloj y miro la hora; al día
siguiente cuando me hablan de la muerte de aquella
persona, pregunto la hora, y corresponde exactamente; lo
mismo sucede respecto a la agonía. Me dicen: Tal persona
está llevando una lucha muy dura y otra vez me dicen:
Hoy ha muerto tal persona, pero se ha dormido tan rápido
y tranquilamente. Sucede que la persona moribunda está
en el segundo o en el tercer pabellón, sin embargo para
el espíritu el espacio no (220) existe. Ocurre que tengo
el mismo conocimiento a unas centenas de kilómetros. Me
sucedió algunas veces con mis parientes y familiares y
también con las hermanas religiosas y las almas que de
vida no conocía en absoluto.
Oh Dios de la misericordia insondable que me permites
llevar alivio y ayuda a los agonizantes con mis plegarias
indignas, seas bendito tantas miles de veces cuantas estrellas
hay en el cielo y gotas de agua en todos los océanos. Que Tu
misericordia resuene en toda la extensión de la tierra y se
eleve hasta los pies de Tu trono, glorificando Tu mayor atributo,
es decir Tu misericordia inconcebible.
Oh Dios, esta misericordia insondable lleva a un nuevo
éxtasis a las almas santas y a todos los espíritus celestes.
Aquellos espíritus puros se sumergen en un sagrado estupor
glorificando esta inconcebible misericordia de Dios que los lleva
a un nuevo éxtasis; su adoración se cumple de manera perfecta.
Oh Dios eterno, cuanto deseo adorar este el más grande de Tus
atributos (221), es decir, Tu insondable misericordia. Veo toda
mi pequeñez y no puedo compararme con los habitantes del
paraíso que en una santa admiración, glorifican la misericordia
del señor. Pero yo también he encontrado un modo perfecto para
adorar esta inconcebible misericordia de Dios.
- Oh Jesús dulcísimo que Te has dignado
permitirme a mi miserable conocer esta insondable
misericordia Tuya; oh Jesús dulcísimo que quisiste
benignamente que yo hablara al mundo entero de esta
inconcebible misericordia Tuya, he aquí hoy tomo en las
manos estos dos rayos que brotaron de Tu Corazón
misericordioso, es decir, Sangre y Agua, y las derramo
sobre toda la faz de la tierra para que toda alma
experimente Tu misericordia y, al experimentarla, la
adore por los siglos infinitos. Oh Jesús dulcísimo que
en Tu inconcebible bondad. Te has dignado unir mi
corazón miserable a Tu Corazón tan misericordioso, pues
entonces es con Tu propio Corazón que adoro a nuestro
Dios Padre, como ningún alma jamás lo ha adorado.
- (222) 21 XII [1936]. Por las tardes ponen
el radio; así que, me hace falta el silencio. Hasta
mediodía no cesan las conversaciones y el ruido. Dios
mío, esperaba el silencio para poder hablar solamente
con el Señor y aquí es todo lo contrario. Sin embargo,
ahora no me molesta nada, ni las conversaciones ni el
radio. En una palabra, nada. La gracia de Dios ha hecho
que cuando rezo ni siquiera me doy cuenta dónde estoy,
sé solamente que mi alma está unida al Señor y así me
pasan los días en este hospital.
- + Quedo admirada por tantas humillaciones
y sufrimientos que afronta aquel sacerdote en toda esta
causa, lo veo en momentos particulares y le sostengo con
mi oración indigna [265]. Solo Dios puede dar tanta
valentía, porque de otra manera el alma cedería; pero
veo con alegría que todas estas contrariedades
contribuyen a una mayor gloria de Dios. El Señor tiene
pocas almas como éstas. Oh eternidad infinita, tú
revelaras los esfuerzos de las almas heroicas, porque la
tierra recompensa estos esfuerzos con ingratitud y odio;
estas almas no tienen amigos (223) son solitarias. Y en
esta soledad se fortalecen, sacan fuerza solamente de
Dios; aunque con humildad, pero también con arrojo
afrontan todas las tempestades que las azotan. Ellas,
como robles tan altos que llegan hasta el cielo, sin
inmóviles, y solamente en esto está su único secreto:
que de Dios sacan su fuerza y todo lo que necesitan lo
tienen para si mismas y para los demás. Llevan su peso,
pero saben y son capaces de cargar el peso de los demás.
Son verdaderas columnas resplandecientes en los caminos
de Dios que viven, ellas mismas, en la luz e iluminan a
los demás. Ellas mismas viven en las alturas y a los
otros, más pequeños, saben indicar y ayudar a [alcanzar]
estas alturas.
- + Oh Jesús mío, Tu ves que además de no
saber escribir, no tengo una pluma buena que a veces
escribe, de verdad, tan mal que tengo que componer frases
letra por letra; y todavía no es todo: tengo esta
dificultad de que tomo notas de estas cosas en secreto de
las hermanas, pues, a veces tengo que cerrar el cuaderno
a cada rato y escuchar pacientemente el relato (224) de
una persona dada, y el tiempo que tengo dedicado a
escribir pasa y cuando cierro repentinamente el cuaderno
se mancha. Escribo con el permiso de las Superioras y por
mandato del confesor. Es una cosa extraña que a veces
escribo pasablemente y otras veces apenas puede
descifrarme.
- 23 XII [1936]. Vivo este tiempo con la
Santísima Virgen y me preparo a este solemne momento de
la venida de Jesús. La Santísima Virgen me enseña
sobre la vida interior del alma con Jesús, especialmente
en la Santa Comunión. Solamente en la eternidad
conoceremos qué gran misterio realiza en nosotros la
Santa Comunión. ¡Oh los momentos más preciosos de mi
vida!
- Oh Creador mío, Te añoro. Tú me
comprendes, oh Señor mío. Todo lo que [hay] en la
tierra me parece una sombra pálida; yo Te anhelo y deseo.
Aunque haces por mi muchísimas cosas inconcebibles
porque Tu Mismo me visitas de modo singular, sin embargo
estas visitas no cicatrizan la herida del corazón, sino
que me incitan a una mayor 9225) nostalgia por Ti, Señor.
Oh. Llévame a donde estas, Señor, si ésta es Tu
voluntad. Tú sabes que estoy muriendo y estoy muriendo
por añorarte, pero no puedo morir. Oh muerte, ¿dónde
estás? Me atraes al abismo de Tu Divinidad y Te escondes
detrás de las tinieblas. Todo mi ser está sumergido en
Ti, sin embargo yo deseo contemplarte cara a cara.
¿Cuándo sucederá esto para mí?
- Me alegré muchísimo. La Madre Superiora
pidió al medico a través de Sor Crisóstomo que me
permitiera volver a casa para las fiestas y el medico [267]
lo concedió con gusto. Me puse contenta y lloré como
una niña pequeña. Sor Crisóstomo se sorprendió al ver
que tenia mal aspecto y que estaba muy cambiada. Y me
dijo: Sabes, Faustinita, probablemente vas a morir; debes
sufrir terriblemente. Contesté que aquel día sufría
mas que otros días, pero era nada, para salvar a las
almas no era demasiado. Oh Jesús misericordioso, dame
las almas de los pecadores.
- (226) 24 XII [1936]. Hoy, durante la Santa
Misa estuve particularmente unida a Dios y a su Madre
Inmaculada. La humildad y el amor de la Virgen Inmaculada
penetró mi alma. Cuanto más imito a la Santísima
Virgen, tanto mas profundamente conozco a Dios. Oh qué
inconcebible anhelo envuelve mi alma. Oh Jesús, ¿cómo
puedes dejarme todavía en este destierro? Me muero del
deseo por Ti, cada vez que tocas mi alma, me hieres
enormemente. El amor y el sufrimiento van juntos, sin
embargo no cambiaría este dolor que Tú me produces por
ningún tesoro, porque es el dolor de deleite
inconcebible y es la mano amorosa que produce estas
heridas a mi alma.
- Sor C. [268] vino por la tarde y me llevó
a casa para las fiestas. Estaba contenta de poder estar
junto con la Comunidad. Mientras atravesaba la ciudad me
imaginaba que era Belén. Al ver que toda la gente iba
con prisa pensé: ¿Quién medita hoy este Misterio
inconcebible en el recogimiento y en silencio? Oh Virgen
Purísima, Tu estás hoy de viaje y yo también estoy de
viaje. Siento que el viaje (227) de hoy tiene su
significado, Oh Virgen radiante, pura como el cristal,
toda sumergida en Dios, Te ofrezco mi vida interior,
arregla todo de manera que sea agradable a Tu Hijo; oh
Madre mía, yo deseo con muchísimo ardor que me des al
pequeño Jesús durante la Misa de Medianoche. Y en el
fondo de mi alma sentí la presencia de Dios tan viva que
con la fuerza de la voluntad tuve que contener el gozo
para no dejar ver por fuera lo que pasaba en mi alma.
- Antes de cenar entré un momento en la
capilla para compartir espiritualmente el &ldquooplatek&rdquo
con las personas queridas a mi corazón; las presenté
todas por nombre a Jesús y pedí gracias para ellas.
Pero no fue todo, recomendé al Señor a los perseguidos,
a los que sufrían y a aquellos que no conocían su
nombre y, especialmente, a los pobres pecadores. Oh
pequeñito Jesús, Te ruego con ardor, encierra a todos
en el mar de Tu misericordia inconcebible. Oh dulce,
pequeñito Jesús, toma mi corazón para que sea Tu
morada agradable y cómoda. Oh Majestad infinita con qué
dulzura Te acercaste a nosotros. (228) Aquí no hay
terror de los rayos de gran Yahvé, aquí está el dulce,
pequeñito Jesús; aquí ningún alma tiene miedo, aunque
Tu Majestad no ha disminuido sino que simplemente se ha
ocultado. Después de la cena me sentía muy cansada y
doliente, tuve que acostarme, no obstante velaba con la
Santísima Virgen en espera de la venida del Niñito.
- 25 XII [1936]. Misa de Medianoche. Durante
la Santa Misa la presencia de Dios me penetró por
completo. Un momento antes de la elevación, vi a la
Madre y al pequeño Niño Jesús, y al viejo Abuelo [269].
La Santísima Virgen me dijo estas palabras: Hija mía,
Faustina, toma este tesoro preciosísimo, y me dio al
pequeño Jesús. Cuando tomé a Jesús en brazos, mi alma
experimentó un gozo tan inconcebible que no estoy en
condiciones de describirlo. Pero una cosa extraña, un
momento después Jesús se hizo terrible, horroroso,
grande, doliente, y la visión desapareció. Poco
después llegó el momento de acercarse a la Santa
Comunión. Cuando recibí a Jesús en la Santa Comunión,
toda mi alma temblaba bajo la influencia de la presencia
de Dios. Al día siguiente vi (229) al divino Niñito un
breve momento durante la elevación.
- El segundo día de la fiesta vino a
nuestra casa el Padre Andrasz a celebrar la Santa Misa,
durante la cual vi al pequeño Jesús. Por la tarde fui a
confesarme; el Padre no me dio respuestas a ciertas
preguntas referentes a esta obra y dijo: Cuando estés
sana, entonces hablaremos concretamente y ahora trata de
aprovechar las gracias que Dios te concede y trata de
restablecerte del todo, y lo demás. Tú sabes cómo
debes comportarte y qué reglas seguir en estas cosas.
Por penitencia el Padre me hizo rezar la coronilla
- que me enseñó Jesús. Mientras rezaba la
coronilla, de repente, oí una voz: Oh, qué gracias
más grandes concederé a las almas que recen esta
coronilla; las entrañas de Mi misericordia se enternecen
por quienes rezan esta coronilla. Anota estas palabras,
hija Mía, habla al mundo de Mi misericordia para que
toda la humanidad conozca la infinita misericordia Mía.
Es una señal de los últimos tiempos, después de ella
vendrá (230) el día de la justicia. Todavía
queda tiempo, que recurran, pues, a la Fuente de Mi
Misericordia, se beneficien de la Sangre y del Agua que
brotó para ellos. Oh almas humanas, ¿dónde
encontrarán refugio el día de la ira de Dios?
Refúgiense ahora en la Fuente de la Divina Misericordia.
Oh, qué gran número de almas veo que han adorado la
Divina Misericordia y cantarán el himno de gloria por la
eternidad.
- 27 XII. Hoy volví a mi soledad [270].
Tuve un viaje agradable porque iba conmigo cierta persona
[271] que llevaba un niño a bautizar. La acompañamos
hasta la iglesia de Podgórze [272]. Para poder bajar, me
puso el niño en las manos. Al tomar el niño en brazos,
en una oración ardiente lo ofrecí a Dios para que un
día pudiera llevar una gloria especial al Señor; sentí
en el alma que el Señor miró esa pequeña alma de modo
especial. Al llegar a Pradnik, Sor N. [273] me ayudó a
llevar un paquete; cuando entramos en mi habitación
aislada, vimos un bellísimo ángel hecho de papel con la
inscripción: Gloria in&hellip. Me dio la
impresión de que era (231) de parte de la hermana
enferma a la que había enviado el pequeño árbol de
Navidad. Y así pasaron las fiestas. Nada es capaz de
sosegar la añoranza de mi alma. El anhelo por Ti, oh
Creador mío y Dios eterno, ni las solemnidades ni los
bellos cantos alivian mi alma, sino que me provocan una
mayor nostalgia. Al solo recuerdo de Tu nombre, mi
espíritu se lanza hacia Ti, oh Señor.
- Nota: En la edición de donde se copia
este texto, el numero 850 esta omitido.
- 28 XII [1936]. Hoy he iniciado la novena a
la Divina Misericordia. Es decir, en espíritu me
traslado delante de la imagen y rezo la coronilla que me
enseñó el Señor. El segundo día de la novena vi esta
imagen como si estuviera viva, rodeada de innumerables
agradecimientos y veía una gran multitud de personas que
acudían y vi que muchas de ellas eran felices. Oh Jesús,
con que alegría latió mi corazón. Hago esta novena
según la intención de dos personas, a saber el
arzobispo [274] y el Padre Sopocko. Ruego ardientemente
al Señor que inspire al arzobispo para que apruebe esta
coronilla tan agradable a Dios y esta imagen, que no
aplace ni retrace esta obra&hellip
- (232) Hoy repentinamente la mirada de Dios
me penetró como un relámpago; de súbito conocí los
mas pequeños polvillos de mi alma y al haber conocido mi
nada hasta el fondo, caí de rodillas y pedí perdón al
Señor y con gran confianza me arrojé en su misericordia
infinita. Tal conocimiento no me desalienta ni aleja del
Señor, sino que más bien despierta en mi alma un mayor
amor y una confianza ilimitada y el arrepentimiento de mi
corazón está unido al amor. Estos relámpagos
particulares conforman mi alma. Oh dulce rayo divino,
ilumíname hasta los rincones mas secretos y mas
profundos porque deseo alcanzar la máxima pureza del
corazón y del alma.
- Por la noche una grandísima añoranza se
adueñó de mi alma. Tomé el folleto [275] con la imagen
de Jesús misericordioso y lo estreché a mi corazón y
se me escaparon del alma estas palabras: Jesús, Amor
eterno, para Ti vivo, para Ti muero y deseo unirme a Ti.
Repentinamente vi al Señor en su belleza inconcebible
que me miró benignamente y dijo: (233) Hija Mía,
también Yo por amor hacia ti he bajado del cielo, por ti
he vivido, por ti he muerto y por ti he creado los cielos.
Y me abrazó a su Corazón y me dijo: Dentro de
poco; quédate tranquila, hija Mía. Al quedarme sola,
mi alma fue inflamada del deseo de sufrir hasta el
momento en que el Señor dijera: Basta. Y aunque tuviera
que vivir miles de años, a la luz de Dios veo que es
solamente un momento. + Las almas [la frase sin concluir].
- 29 XII [1936]. Hoy, después de la Santa
Comunión, oí en el alma una voz: Hija Mía, vigila,
porque llegaré inadvertidamente. Jesús, no quieres
decirme la hora que espero con tanto anhelo. Hija Mía,
para tu bien la conocerás, pero no ahora, vigila. Oh
Jesús, haz conmigo todo lo que Te agrade, sé que eres
el Salvador misericordioso y sé que no cambiarás
conmigo en la hora de la muerte. Si ahora me muestras un
amor tan singular y Te dignas unirte a mi de una manera
tan confidencial y cariñosa, entonces espero todavía (234)
más en la hora de la muerte. Tú, mi Señor, Dios mío
no puedes cambiarte, eres siempre el mismo; los cielos
pueden cambiar y todo lo que ha sido creado, pero Tu,
Señor, siempre el mismo, durarás por eternidad. Así
que, ven cómo quieras y cuándo quieras. Padre de la
Misericordia infinita, yo, Tu niña, espero con un vivo
deseo Tu venida. Oh Jesús, Tú has dicho en el santo
Evangelio: Te juzgo por tus labios, entonces Jesús, yo
siempre hablo de Tu misericordia inconcebible, por lo
tanto confío que me juzgarás según Tu misericordia
insondable.
- 30 XII 1936. Termina el año. Hoy hice el
retiro espiritual mensual. Mi espíritu penetró en los
beneficios con los cuales Dios me colmó durante todo el
año. Mi alma tembló a la vista de la inmensidad de las
gracias del Señor. De mi alma brotó el himno de
agradecimiento a Dios. Durante una hora entera me
sumergí en la adoración y en el agradecimiento,
considerando cada beneficio de Dios y también mis
pequeñas imperfecciones. (235) Todo lo que este año
encerró en sí, se fue al abismo de la eternidad. Nada
se pierde, me alegro de que nada se pierda.
+ 30 XII [1936] Ejercicios espirituales de un día.
- Durante la meditación matutina sentí
aversión y repugnancia por todo lo que está creado.
Todo es pálido a mis ojos, mi espíritu está apartado
de todo, deseo solamente a Dios Mismo, sin embargo tengo
que vivir. Es un martirio indescriptible. Dios se entrega
al alma de manera amorosa y la atrae al abismo de su
divinidad inconcebible, pero al mismo tiempo la deja
aquí en la tierra solamente para que sufra y agonice de
nostalgia por Él. Y este amor fuerte es tan puro que
Dios Mismo tiene en él su complacencia y a sus acciones
el amor propio no tiene acceso, porque aquí todo está
lleno completamente de amargura y entonces también es
completamente puro. La vida es una muerte continua,
dolorosa y tremenda y al mismo tiempo es el núcleo de
una vida verdadera y de una felicidad inconcebible y la
fuerza del espíritu, a través de eso [el alma] es capaz
de hacer grandes obras para Dios.
- (236) + Por la noche recé un par de horas,
primero por los padres y los parientes, por la Madre
General y por toda la Congregación y por las alumnas,
por tres sacerdotes [276] a quienes debo mucho; recorrí
el mundo entero a lo largo y a lo ancho y agradecí a la
insondable misericordia de Dios por todas las gracias
concedidas a los hombres y pedí perdón por todo con que
lo habían ofendido.
- Durante las vísperas vi al Señor Jesús
que miró mi alma dulce y profundamente. Hija Mía,
ten paciencia, ya dentro de poco. Aquella mirada
profunda y aquellas palabras infundieron en mi alma
fuerza, valor, entereza y una misteriosa confianza en que
yo cumpliría todo lo que Él quería de mí, a pesar de
enormes dificultades y la misteriosa convicción de que
el Señor estaba conmigo, y con Él podía todo. Nada son
para mí todas las potencias del mundo y de todo el
infierno, todo tiene que caer frente a la potencia de su
nombre. Dejo todo en Tus manos, oh Señor y Dios mío.
Único guía de mi alma, dirígeme según Tus eternos
deseos.
+
859 (237) JMJ Cracovia &ndash Pradnik, I I 1937
Jesús, en tí confío
+ Hoy a medianoche despedí el Año Viejo 1936 y di la
bienvenida al año 1937. En esta primera hora del año, con
temblor y temor, me enfrenté a nuevo periodo. Oh Jesús
misericordioso, Contigo enfrentaré con arrojo y audacia luchas y
batallas. En Tu nombre cumpliré todo y superaré todo. Oh Dios
mío, Bondad infinita Te ruego que Tu misericordia ilimitada me
acompañe siempre y en todo.
Entrando en este año, me envuelve el temor frente a la
vida, pero Jesús me saca de este temor dándome a conocer la
gran gloria que le traerá esta obra de la misericordia.
860 Hay momentos en la vida cuando el alma encuentra
alivio solamente en una profunda plegaria. Ojalá las almas
puedan perseverar en la oración en aquellos momentos. Esto es
muy importante.
+
(238)
JMJ Jesús, en Ti confío
+ Propósitos para el año 1937, día 1, mes I
- Propósito particular: continuar con lo
mismo, es decir, unirme a Cristo misericordioso, o sea
¿qué haría Cristo en ese o en aquel caso?, y con el
espíritu abrazar el mundo entero, especialmente Rusia y
España.
Propósitos generales
I. Rigurosa observancia del silencio, el recogimiento
interior.
II. En cada hermana ver la imagen de Dios y de este
estimulo debe provenir todo el amor al prójimo.
III. En cada momento de la vida cumplir fielmente la
voluntad de Dios y vivir de ella.
IV. Rendir cuentas fielmente de todo al director
espiritual y no emprender nada de importante sin acordarlo con
él. Trataré de revelar claramente los mas secretos rincones de
mi alma delante de él, recordando (239) que trato con Dios Mismo,
pero como sustituto está solamente un hombre, por lo tanto todos
los días debo pedir la luz para él.
V. En el examen de conciencia de la noche preguntarme:
¿Y si me llamara hoy mismo?
VI. No buscar a Dios, lejos, sino que en mi propio
interior tratar con Él cara a cara.
VII. En los sufrimientos y en las tribulaciones acudir
al tabernáculo y quedar en silencio.
VIII. Unir todos los sufrimientos, las plegarias, los
trabajos, las mortificaciones a los meritos de Jesús a fin de
implorar misericordia por el mundo.
IX. Los momentos libres, aunque breves, aprovecharlos
para rogar por los agonizantes.
X. Que no haya ni un día en mi vida, en el que no
recomiende fervorosamente la obra de nuestra Congregación. Nunca
hacer caso a la consideración humana.
XI. No tener familiaridad con nadie. Con las alumnas,
firmeza benévola, paciencia sin limites, castigarlas severamente
pero con un castigo de este tipo: plegaria y sacrificio de mi
misma; la fuerza que hay en el anonadarme por ellas es para (240)
ellas un continuo remordimiento de conciencia y se ablandan sus
corazones obstinados.
XII. La presencia de Dios es el fundamente de todas mis
acciones y mis palabras y mis pensamientos.
XIII. Aprovechar toda ayuda espiritual. Poner siempre el
amor propio en su debido lugar, es decir, en el último. Hacer
los ejercicios espirituales como si los hiciera por última vez
en la vida; de la misma manera cumplir todos mis deberes.
- 2 I [1937]. El nombre de Jesús. Oh, qué
grande es Tu nombre, oh Señor, es la fortaleza de mi
alma. Cuando las fuerzas faltan y las tinieblas se
agolpan en el alma, entonces Tu nombre es el sol cuyos
rayos iluminan, pero también calientan y el alma bajo su
influencia se vuelve bella e irradia el resplandor de Tu
nombre. Cuando oigo el dulcísimo nombre de Jesús, mi
corazón late con mas fuerza y hay momentos en que oyendo
el nombre de Jesús, caigo desvanecida. Mi espíritu se
lanza hacia Él.
- (241) Este día es para mi especialmente
importante, este día he ido por primera vez a hacer
pintar la imagen [277]; este día por primera vez, la
Divina Misericordia ha sido honrada exteriormente de
manera particular; a pesar de ser conocida desde hace
mucho, pero ahora en la forma deseado por el Señor. Este
día del dulcísimo nombre de Jesús me recuerda muchas
gracias particulares.
- 3 I. Hoy me visitó la Madre Superiora de
la comunidad que atiende el hospital, con una de sus
hermanas [278]. Un largo momento hemos hablado de cosas
espirituales. Me di cuenta de que era una gran asceta,
por eso nuestra conversación fue agradable a Dios.
Hoy ha venido a verme una señorita; me he dado cuenta
de que sufría, no tanto del cuerpo, como del alma. La he
confortado como he podido, pero mis palabras de consuelo no han
sido suficientes. Era una pobre huérfana que tenia el alma
inmersa en la amargura y en el dolor. Ha desnudado su alma
delante de mi y me ha revelado todo; he comprendido (242) que en
ese caso las palabras de simple consuelo eran insuficientes. He
rogado ardientemente al Señor por aquella alma y he ofrecido a
Dios mi alegría, para que se la dé a ella y a mi me quite toda
sensación de gozo. Y el Señor ha escuchado mi plegaria; a mi me
ha quedado el alivio de que ella ha sido consolada.
- Adoración. El primer domingo. Durante la
adoración fui tan apremiada a obrar [279] que rompí a
llorar y dije al Señor: Jesús, no me apresures, sino
que inspira a aquellos de los cuales sabes que retrasan
esta obra. Y oí estas palabras: Hija Mía, quédate
tranquila, ya dentro de poco.
- Durante las vísperas oí estas palabras: Hija
Mía, deseo descansar en tu corazón, ya que muchas almas
Me han arrojado hoy de su corazón, he experimentado una
tristeza mortal. Traté de consolar al Señor
ofreciéndole mil veces mi amor, sentí en el alma la
repugnancia por el pecado.
- (243) + Mi corazón bebe una continua
amargura, porque anhelo ir a Ti, Señor, a la plenitud de
la vida. Oh Jesús, qué horrible desierto me parece esta
vida, en esta tierra no hay alimento para mi corazón y
mi alma, sufro nostalgia por Ti, oh Señor. Me has dejado,
oh Señor, la Santa Hostia, pero ella incendia aun más
el anhelo de mi alma por Ti, Dios eterno y Creador mío.
Oh Jesús, deseo unirme a Ti, escucha los suspiros de Tu
esposa. Oh, cuánto sufro por no poder unirme todavía a
Ti, pero que se haga según Tus deseos.
- 5 I 1937. Esta noche he visto a cierto
sacerdote que estaba necesitado de oración por cierta
causa. He rogado con fervor porque esta causa es también
muy querida a mi corazón. Te agradezco, Jesús, por Tu
bondad.
- ¡Oh Jesús de la misericordia! Abraza al
mundo entero y estréchame a Tu Corazón&hellip.
Permite a mi alma, oh Señor, descansar en el mar de Tu
misericordia insondable.
- (244) 6 I 1937. Hoy, durante la Santa Misa
me he sumergido inconscientemente en la Majestad infinita
de Dios. Toda la inmensidad del amor de Dios inundaba mi
alma; en aquel momento particular he conocido cuánto
Dios se ha humillado por mi, este Señor de los señores.
¿Y qué soy yo, miserable, que Te relaciones así
conmigo? El asombro que me ha invadido después de
aquella gracia particular, se ha mantenido en forma muy
viva durante todo el día. Aprovechando la confianza a la
que el señor me admite, le he rogado por el mundo entero.
En tales momentos me parece que el mundo entero depende
de mí.
- + Oh Maestro mío, haz que mi corazón no
espere la ayuda de nadie, sino que trate siempre de
llevar a los demás la ayuda, el consuelo y todo alivio.
Tengo el corazón siempre abierto a los sufrimientos de
los demás y no cerraré mi corazón a sus sufrimientos,
a pesar de que por eso, con sorna fui llamada basurero,
es decir que cada uno tira (245) su dolor a mi corazón;
he contestado que todos tienen lugar en mi corazón, y a
cambio yo lo tengo en el Corazón de Jesús. Las bromas
referentes a las leyes de la caridad no estrecharán mi
corazón. Mi alma es siempre sensible a este aspecto y
sólo Jesús es mi estimulo para amar al prójimo.
- 7 I. Durante la Hora Santa el Señor me
concedió experimentar su Pasión. Compartí la amargura
de la Pasión de la que estaba colmada su alma. Jesús me
dio a conocer como el alma debe ser fiel a la oración, a
pesar de las tribulaciones y la aridez y las tentaciones,
porque de tal plegaria en gran medida depende a veces la
realización de los grandes proyectos de Dios; y si no
perseveramos en tal plegaria, ponemos impedimentos a lo
que Dios quiere hacer a través de nosotros o en nosotros.
Que cada alma recuerde estas palabras: Y encontrándose
en una situación difícil, rogaba más tiempo. Yo
prolongo siempre tal oración por cuanto me es posible y
compatible con mis deberes.
- (246) 8 I. En la mañana del viernes
cuando iba a la capilla a la Santa Misa, de repente vi en
la vereda una gran mata de enebro y en ella un gato
horrible que mirándome con maldad me impedía pasar a la
capilla. Una sola invocación del nombre de Jesús y todo
desapareció. Ofrecí un día entero por los pecadores
agonizantes. Durante la Santa Misa sentí de manera
particular la cercanía del Señor. Después de la Santa
Comunión miré con confianza al Señor y le dije: Jesús,
deseo mucho decirte una cosa, y el Señor me miró con
amor y dijo: ¿Y qué es lo que quieres decirme? Jesús,
Te pido por el inconcebible poder de Tu misericordia que
todas las almas que mueran hoy eviten el fuego infernal,
aunque fuesen los pecadores mas grandes; hoy es viernes,
el memorial de Tu amarga agonía en la cruz; como Tu
misericordia es inconcebible, los ángeles no se
sorprenderán. Y Jesús me abraza a su Corazón y dijo: Hija
(247) amada, has conocido bien el abismo de Mi
misericordia. Haré como lo pides, pero no dejes de
unirte continuamente a Mi corazón agonizante y satisfaz
Mi justicia. Debes saber que Me has pedido una gran cosa,
pero veo que te la ha dictado el amor puro hacia Mi, por
eso satisfago tu petición.
- Oh Maria, Virgen Inmaculada, tómame bajo
Tu protección más especial y custodia la pureza de mi
alma, de mi corazón y de mi cuerpo. Tú eres el modelo y
la estrella de mi vida.
- Hoy he experimentado un gran tormento en
el momento de la visita de nuestras hermanas. Me he
enterado de cierta cosa que ha herido mucho mi corazón,
sin embargo me he dominado de manera que las hermanas no
se han dado cuenta de nada. Ese dolor me rasgaba el
corazón durante largo momento, pero todo esto por los
pobres pecadores&hellip. Oh Jesús, por los pobres
pecadores&hellip. Oh Jesús, fuerza mía, quédate
cerca de mí, ayúdame&hellip..
- (248) 10 I 1937. Hoy he pedido al Señor
que me dé fuerza desde por la mañana, para que pueda
acercarme a la Santa Comunión. Oh Maestro mío, Te pido
con todo mi corazón sediento, si está conforme a Tu
santa voluntad, dame todos los sufrimientos y debilidades
que quieras, deseo sufrir día y noche, pero Te ruego
ardientemente, dame la fuerza en el momento en que debo
acercarme a la Santa Comunión. Ves, oh Jesús, que no
traen la Santa Comunión a los enfermos, por lo tanto si
no me fortaleces en este momento para que pueda bajar a
la capilla, ¿cómo Te recibiré en el Misterio de Amor?
Y Tu sabes cuánto mi corazón Te desea. Oh mi dulce
Esposo, ¿para qué tantos razonamientos? Tú sabes con
qué ardor Te deseo y si quieres, puedes hacérmelo. A la
mañana siguiente sentí como si estuviera completamente
sana, ya no venían ni desvanecimientos ni debilidades.
Sin embargo, al regresar de la capilla, todos los
sufrimientos y achaques volvieron en seguida, como si me
esperasen, pero no les tenía miedo (249) en absoluto,
porque me alimenté del Pan de los fuertes. Miro todo con
entereza, incluso en los ojos de la muerte misma.
- + Oh Jesús, escondido en la Hostia, mi
dulce Maestro y fiel Amigo, oh qué feliz es mi alma por
tener al amigo que siempre me hace compañía; no me
siento sola, a pesar de estar en aislamiento. Oh Jesús
Hostia, nos conocemos; esto me basta.
- 12 I 1937. Hoy, cuando entró a verme el
medico, no le gustó mucho mi apariencia. En realidad,
sufría más y la temperatura había aumentado
considerablemente. Naturalmente decidió que yo no iría
a comulgar hasta que la temperatura bajara completamente.
Contesté que sí, aunque el dolor estrechó mi corazón,
pero contesté que iría en cuanto bajara la fiebre.
Consintió. Cuando el medico se fue, le dije al Señor:
Oh Jesús, ahora depende de Ti si voy o no; y no lo
pensé mas, aunque cada momento me venia el pensamiento:
¿No voy a (250) tener a Jesús? No, es imposible, y
además no una vez, sino un par de días hasta que la
temperatura baje. Pero por la noche, le dije al Señor:
Jesús, si Te agradan mis Santas Comuniones, Te pido
humildemente, haz que mañana no tenga ni una décima de
fiebre. A la mañana medí la temperatura y pensé: Si
hay una sola décima, no me levantaré, ya que eso seria
en contra de la obediencia. Pero saqué el termómetro ni
una sola décima de fiebre. Me levanté en seguida y fui
a recibir la Santa Comunión. Cuando vino el medico y le
dije que no tenia ni una décima de fiebre y que fui a
recibir la Santa Comunión quedó asombrado, y le pedí
que no me dificultara ir a la Santa Comunión, porque eso
influiría negativamente en el tratamiento. El medico
contesto que: Para estar tranquilo en la conciencia y al
mismo tiempo no llevarle la contraria, hermana, acordemos
lo siguiente: si hace buen tiempo, no llueve, y usted,
hermana, se siente bien, entonces vaya, pero esté atenta
en esto en la conciencia. Me alegré de que hubiera un
medico tan bien dispuesto (251) hacia mi. Ves, Jesús, ya
he hecho lo que correspondía a mí, ahora cuento Contigo
y estoy completamente tranquila.
- Hoy he visto que el Padre Andrasz
celebraba la Santa Misa; antes de la elevación vi al
pequeño Jesús que estaba muy contento, con las manitas
tendidas y un momento después no veía nada más. Estaba
en mi habitación aislada y continuaba haciendo el
agradecimiento. Sin embargo, luego pensé: ¿Por qué el
Niño Jesús estuvo tan alegre? Porque no siempre había
estado tan alegre en mis visiones. De pronto oí dentro
de mí estas palabras: Porque estoy bien en su
corazón. Y eso no me sorprendió nada, porque sé
que ama mucho a Jesús.
- Mi unión con los agonizantes sigue siendo
muy estrecha. Oh, qué inconcebible es la Divina
Misericordia, ya que el Señor me permite ser de ayuda a
los agonizantes con mi indigna oración. En la medida en
que puedo, trato de estar cerca de cada agonizante.
Tengan confianza en dios, porque es bueno e inconcebible,
su misericordia supera nuestra comprensión.
- (252) 14 I 1937. Hoy Jesús ha entrado en
mi pequeña habitación aislada, con una túnica clara,
ceñido de un cinturón de oro; una gran Majestad
resplandecía de toda su silueta y dijo: Hija Mía,
¿por qué te dejas llevar por pensamiento de miedo? Contesté:
Oh Señor, Tu sabes por qué. Y me dijo: ¿Por qué?
Esta obra me asusta. Tú sabes que soy incapaz de
cumplirla. Y me dijo: ¿Por qué? Ves que no tengo
salud, no tengo instrucción, no tengo dinero, soy un
abismo de miseria, tengo miedo de tratar con la gente.
Jesús, yo deseo solamente a Ti, Tú puedes liberarme de
esto. Y el Señor me dijo: Hija Mía, lo que Me has
dicho es verdad. Eres muy miserable y a Mi Me ha agradado
realizar la obra de la misericordia precisamente a
través de ti que eres la miseria misma. No tengas miedo,
no te dejaré sola. Haz por esta causa lo que puedas, yo
completaré todo lo que te falta; tú sabes lo que está
en tu poder, hazlo. El Señor miró en lo profundo de
mi ser con gran benevolencia; pensé que iba a morir de
gozo bajo esta mirada. El Señor desapareció, se quedó
en mi alma (253) la alegría, la fuerza y el ánimo para
obrar, pero me sorprendí de que el Señor no quisiera
liberarme, y no cambiara nada de lo que dijo una vez; y a
pesar de toda esta alegría, hay siempre una sombra de
sufrimiento. Veo que el amor y el sufrimiento van juntos.
- Visiones como ésta no las tengo muchas,
pero más a menudo trato con el Señor de manera mas
profunda. Los sentidos quedan dormidos, pero, aunque
inadvertidamente, cada cosa llega a ser para mi más real
y más clara que como si la viera con los ojos. El
intelecto conoce más en un momento que durante largos
años de profundas reflexiones y meditaciones, tanto en
lo referente a la esencia de Dios, como respecto a las
verdades reveladas y también al conocimiento de su
propia miseria.
- Nada me perturba en esta unión con el
Señor, ni la conversación con el prójimo, ni ninguna
tarea, aunque tuviera que solucionar no sé qué
importante asunto, eso no me molesta nada; mi espíritu
está con Dios, mis entrañas están llenas de Dios, por
eso no lo busco fuera (254) de mi. Él, el Señor,
penetra mi alma como un rayo de luz el cristal puro. A mi
madre natural, estando encerrada en su seno, no estaba
tan unida a ella como a mi Dios; allá estaba la
inconsciencia mientras aquí está la plenitud de la
realidad y la conciencia de la unión. Mis visiones son
puramente interiores, pero las comprendo mejor y en
cambio me resulta más difícil expresarlas con palabras.
- ¡Oh, qué bello es el mundo del espíritu!
¡Y qué real es! En comparación a él, esta vida
exterior es una ilusión vana, una impotencia.
- Oh Jesús, dame fortaleza y sabiduría
para atravesar esta pavorosa selva, para que mi corazón
sepa soportar pacientemente el deseo ardiente de Ti, oh
Señor mío. Permanezco siempre en sagrado asombro cuando
siento que Te estás acercando a mí. Tu, el soberano del
trono terrible, bajas al miserable destierro y vienes a
una pobre mendiga que no tiene nada mas que la miseria;
no sé hospedarte, oh mi Príncipe, pero Tu sabes que Te
quiero con cada latido de mi corazón. Veo Tu
humillación, sin embargo Tu Majestad no disminuye (255)
a mis ojos. Sé que me amas con el amor del esposo y eso
me basta, a pesar de que nos separa un gran abismo,
porque Tu eres el Creador y yo Tu criatura. Pero el amor
es la única explicación de nuestra unión, fuera de él
todo es inconcebible; sólo con el amor se comprende la
inconcebible familiaridad con la que me tratas. Oh Jesús,
Tu grandeza me espanta y permanecería en un continuo
asombro y temor si no me tranquilizaras Tu Mismo; Tú me
haces capaz de tratar Contigo siempre antes de acercarte.
- 15 I 1937. La tristeza no vendrá a un
corazón que ama la voluntad de Dios. Mi corazón, lleno
de nostalgia por Dios, experimenta toda la miseria del
destierro. Avanzo con arrojo, a mi patria, aunque se
hieran los pies y en este camino me alimento de la
voluntad de Dios, ella es mi alimento. Sostenedme, oh
felices habitantes de la patria celestial, para que
vuestra hermana no pare en el camino. Aunque hay un
terrible desierto, camino con la frente alta y miro hacia
el sol, es decir al misericordioso Corazón de Jesús.
- (256) 19 I 1937. En el momento actual mi
vida pasa en un silencioso conocimiento [de la presencia]
de Dios. De Él vive mi alma silenciosa, y esta
consciente vida de Dios en mi alma es para mí una fuente
de felicidad y de fortaleza. No busco la felicidad fuera
de lo profundo de mi alma, donde mora Dios, estoy
consciente de ello. Siento como una necesidad de darme a
los demás, he descubierto en el alma la fuente de
felicidad, es decir, a Dios. Oh Dios mío, veo que todo
lo que rodea está colmado de Dios y sobre todo mi alma
adornada de la gracia de Dios. Comienzo ya a vivir de
aquello de lo que viviré en la eternidad.
- El silencio es un lenguaje tan poderoso
que alcanza el trono del Dios viviente. El silencio es su
lenguaje, aunque misterioso, pero poderoso y vivo.
- Oh Jesús, me das a conocer y entender en
qué consiste la grandeza del alma: no en grandes
acciones, sino en un gran amor. Es el amor que tiene el
valor y él confiere la grandeza a nuestras acciones;
aunque nuestras acciones sean pequeñas y comunes de por
si, a consecuencia del amor se harán grandes y poderosas
delante de Dios gracias (257) al amor.
- El amor es un misterio que transforma todo
lo que toca en cosas bellas y agradables a Dios. El amor
de Dios hace al alma libre; es como una reina que no
conoce el constreñimiento del esclavo, emprende todo con
gran libertad del alma, ya que el amor que vive en ella
es el estimulo para obrar. Todo lo que la rodea, le da a
conocer que solamente Dios es digno de su amor. El alma
enamorada de Dios y en Él sumergida, va a sus deberes
con la misma disposición con que va a la Santa Comunión
y cumple también las acciones mas simples con gran
esmero, bajo la mirada amorosa de Dios; no se turba si
con el tiempo alguna cosa resulta menos lograda, ella
está tranquila porque en el momento de obrar hizo lo que
estaba en su poder. Cuando sucede que la abandona la viva
presencia de Dios, de la que goza casi continuamente,
entonces procura vivir de la fe viva; su alma comprende
que hay momentos de descanso y momentos de lucha. Con la
voluntad está siempre con Dios. Su alma es como un
oficial adiestrado en la lucha, desde lejos ve dónde se
esconde el enemigo y está preparada para (258) el
combate, ella sabe que no está sola; Dios es su
fortaleza.
- 21 I [1937]. Hoy, desde la primera hora
estoy admirablemente unido al Señor. Por la noche ha
venido a visitarme el sacerdote del hospital; después de
un momento de conversar, he sentido que mi alma ha
comenzado a sumergirse mas en dios y he empezado a perder
la sensibilidad de lo que pasaba alrededor de mi. He
rogado ardientemente a Jesús: Dame la posibilidad de
conversar, y el Señor ha hecho que pudiera conversar
libremente con Él, pero ha habido un momento en que no
entendía lo que decía; oía su voz, pero no estaba en
mí poder comprender y me disculpaba de no comprender lo
que decía a pesar de oír su voz. Este es el momento de
la gracia de unión con Dios, pero imperfecta, porque por
fuera los sentidos funcionan de modo también imperfecto;
no hay una inmersión plena en Dios, es decir, la
suspensión de los sentidos, como sucede frecuentemente
que por fuera no se oye ni se ve nada, el alma entera
está sumergida libremente en Dios. Cuando esta gracia me
visita deseo estar sola, le pido a Jesús que (259) me
proteja de las miradas de las criaturas. De verdad, me
daba mucha vergüenza ante ese sacerdote, pero me he
tranquilizado, porque había conocido un poco mi alma
durante la confesión.
- Hoy, el Señor me ha dado a conocer en
espíritu el convento de la Vidita Misericordia; he visto
en él un profundo espíritu, pero todo pobre y muy
modesto. Oh Jesús mío, me haces tratar espiritualmente
con aquellas almas y quizás nunca ponga allí mi pie,
pero sea bendito Tu nombre y se haga lo que tu has
establecido.
- 22 I [1937]. Hoy es viernes. Mi alma está
en un mar de sufrimientos. Los pecadores me han quitado
todo; pero está bien así, he dado todo por ellos para
que conozcan que Tu eres bueno e infinitamente
misericordioso. Yo en todo caso Te seré fiel bajo el
arco iris y bajo la tempestad.
- Hoy el medico ha decidido que no debo ir a
la Santa Misa, sino solamente a la Santa Comunión.
Deseaba ardientemente asistir a la Santa Misa, pero el
confesor de acuerdo con el medico me ha dicho que sea
obediente. &ldquoEs la voluntad de Dios que usted sea
(260) sana y no le está permitido hermana, mortificarse
en nada; sea obediente y Dios le recompensará.&rdquo
Sentía que aquellas palabras del confesor eran palabras
del Señor Jesús y aunque me dolía dejar la Santa Misa,
ya que dios me concedía la gracia de ver al Niño Jesús,
no obstante antepongo la obediencia a toda otra cosa.
Me sumergí en la plegaria e hice la penitencia; de
súbito vi al Señor que me dijo: Hija Mía, has de saber que
con un acto de obediencia Me das mayor gloria que con largas
plegarias y mortificaciones. Oh, qué bueno es vivir en la
obediencia, vivir en la conciencia de que todo lo que hago es
agradable a Dios.
- 23 I [1937]. Hoy no he tenido ganas de
escribir; de repente he oído en el alma una voz: Hija
Mía, no vives para ti, sino para las almas. Escribe para
el bien de ellas. Conoces Mi voluntad en cuanto a
escribir, te la han confirmado muchas (261) veces
los confesores. Tú sabes lo que mas Me agrada y si
tienes alguna duda sobre Mis palabras, sabes a quién
debes preguntar. Le concedo luz para que juzgue Mi causa,
Mi ojo lo protege. Hija Mía, frente a él tienes que ser
como una niña, llena de sencillez y sinceridad, antepón
su opinión a todas Mis peticiones, él te guiará según
Mi voluntad; si no te permite cumplir Mis solicitudes,
quédate tranquila, no te juzgaré por ello; este asunto
quedará entre Yo y él. Tú debes obedecer.
- 25 I [1937]. Hoy mi alma está sumergida
en amargura. Oh Jesús, oh Jesús mío, hoy a cada uno le
está permitido añadir a mi cáliz de amargura, no
importa si es amigo e enemigo, cada uno puede hacerme
sufrir, y Tú, oh Jesús, estás obligado a darme
fortaleza y fuerza en estos difíciles momentos. Oh
Hostia Santa, sostenme y cierra mis labios a la
murmuración y a las quejas. Cuando guardo silencio, sé
que venceré.
- (262) 27 I [1937]. Advierto una notable
mejoría de mi salud. Jesús me lleva desde la puerta de
la muerte a la vida; en realidad faltaba poco para morir,
pero he aquí de nuevo el Señor me concede la plenitud
de la vida, aunque debo quedarme todavía en el sanatorio,
pero estoy casi completamente sana. Veo que no se ha
cumplido todavía en mí la voluntad de Dios, por lo
tanto tengo que vivir, porque sé que cuando cumpla todo
lo que dios ha establecido respecto a mí en la tierra,
no me dejará más tiempo en el destierro, porque mi casa
es el cielo. Pero antes de ir a la patria, tenemos que
cumplir la voluntad de Dios en la tierra, es decir,
superar hasta lo ultimo nuestras pruebas y nuestras
batallas.
- Oh Jesús mío, me devuelves la salud y la
vida, dame fortaleza para lucha, porque sin Ti no soy
capaz de hacer nada, dame fortaleza, porque Tu lo puedes
todo, ves que soy una niña débil y ¿Qué puedo [hacer]?
Conozco toda la omnipotencia de Tu misericordia y
confío en que me darás todo lo que necesite Tu débil niña.
- (263) ¡Cuánto he deseado la muerte! No
sé si alguna otra vez en la vida desearé tanto a Dios.
Hubo momentos en que me desmayaba por Él. Oh, qué fea
es la tierra cuando se conoce el cielo. Debo violentarme
para vivir. Oh voluntad de Dios, tú eres mi alimento.
- ¡Oh vida gris y llena de incomprensiones!
Se ejercita mi paciencia, y por lo tanto adquiero
experiencia, conozco muchas cosas y aprendo cada día y
veo que sé poco y continuamente descubro faltas en mi
comportamiento, pero no me desanimo por eso, sino que
agradezco a Dios que se digna concederme su luz para que
me conozca a mí misma.
- + Hay cierta persona que me ejercita en la
paciencia, tengo que dedicarle mucho tiempo. Cuando hablo
con ella, siento que miente y eso de continuo, pero como
me habla de cosas lejanas que no puedo verificar, pues
sus mentiras quedan impunes; sin embargo, interiormente
estoy convencida de que no es (264) verdad lo que me dice.
Una vez, cuando me vinieron dudas de que yo podía estar
equivocada mientras ella decía, quizá, la verdad, pedí
al Señor Jesús que me diera esa señal de que si ella
verdaderamente mentía, confesara ella misma una de las
cosas de las que yo estaba interiormente convencida que
mentía; y si ella decía la verdad, que el Señor Jesús
me quitara la convicción de que ella mentía. Poco
después volvió a venir y me dijo: Hermana, le pido
perdón, pero mentí en tal y tal cosa. Y comprendí que
la luz que tenía dentro de mí respecto a aquella
persona, no me había engañado.
- 29 I 1937. Hoy no me he despertado a
tiempo, tengo apenas un breve momento para no llegar
tarde a la Santa Comunión, porque la capilla dista un
buen trecho de nuestro pabellón [280]. Cuando Salí
afuera, la nieve llegaba a las rodillas, pero antes de
pensar que el medico no me hubiera permitido ir con tanta
nieve, ya estaba con (265 el Señor, en la capilla,
recibí la Santa Comunión y en seguida estuve de vuelta.
Oí en el alma estas palabras: Hija Mía, descansa
junto a Mi Corazón, conozco tus esfuerzos. Mi alma
se regocija mas cuando estoy junto al Corazón de mi Dios
30
I 1937. Retiro espiritual de un día.
- Voy conociendo cada vez más la grandeza
de Dios y me alegro por Él; trato con Él continuamente
en lo profundo de mi corazón; es en mi propia alma
dónde encuentro a Dios con la mayor facilidad.
- Durante la meditación oí estas palabras:
Hija Mía, Me das la mayor gloria a través de la
paciente sumisión a Mi voluntad, y te aseguras meritos
tan grandes que no alcanzarías ni con ayunos ni con
ningunas mortificaciones. Has de saber, hija Mía, que si
sometes tu voluntad a la Mía, atraes sobre ti Mi gran
complacencia; este sacrificio Me es agradable y lleno de
dulzura, en él tengo complacencia, él es poderoso.
- (266) + Examen de conciencia: continuar lo
mismo, unirme con el cristo misericordioso. Práctica: el
recogimiento interior, es decir, la rigurosa observancia
del silencio.
- + En los momentos difíciles, contemplaré
el clavado y silencioso Corazón de Jesús en la cruz y
de las llamas que brotan de su Corazón misericordioso
fluirá sobre mí la fortaleza y la fuerza para luchar.
- Cosa extraña que en invierno viene a mi
ventana un canario y durante un momento canta de
maravilla. Quise averiguar si estaba, quizá, por aquí
en alguna jaula, pero no, no estaba en ninguna parte,
tampoco en otro pabellón; una de las pacientes también
lo oyó, pero una sola vez y se sorprendió de ¿cómo un
canario pudiera cantar en una estación tan helada?
- + Oh Jesús, qué lástima me dan los
pobres pecadores. Oh Jesús, concédeles el
arrepentimiento y la contrición. Recuerda Tu dolorosa
Pasión. Conozco Tu misericordia infinita, no puedo
soportar que perezca el alma que Te costó tanto. Oh
Jesús, dame las almas (267) de los pecadores. Que Tu
misericordia descanse en ellas, quítame todo, pero dame
estas almas. Deseo convertirme en la hostia expiatoria
por los pecadores, que el cuerpo oculte mi sacrificio, ya
que Tu también ocultas Tu Sacratísimo Corazón en la
Hostia, a pesar de ser la inmolación viva.
Transfórmame en Ti, oh Jesús, para que sea una victima
viva y agradable a Ti; deseo satisfacerte en cada momento por los
pobres pecadores, el sacrificio de mi espíritu se oculta bajo la
envoltura del cuerpo, el ojo humano no lo alcanza, por lo tanto
es puro y agradable a Ti. Oh Creador mío y Padre de gran
Misericordia, confío en Ti, porque eres la Bondad Misma. Oh
almas, no tengan miedo de Dios, sino que tengan confianza en Él,
porque es bueno y su misericordia dura por los siglos.
- + Nos conocemos mutuamente con el Señor
en la morada de mi corazón. Sí, ahora yo Te hospedo en
la casita de mi corazón, pero se acerca el tiempo cuando
me llamarás a Tu morada que me habías preparado desde
la creación del mundo. Oh, ¿quién soy yo frente a Ti,
oh Señor?
- (268) El Señor me lleva al mundo
desconocido para mi, me da a conocer su gran gloria, pero
yo tengo miedo de ella, y no me dejaré influir por ella
en lo que esté en mi poder hasta que me asegure, por el
director espiritual, qué gracia es.
- En cierto momento, la presencia de Dios
penetró mi ser, mi mente fue singularmente iluminada en
cuanto al conocimiento de su Esencia; [Dios] me permitió
acercarme al conocimiento de su vida interior. Vi en
espíritu las Tres Personas Divinas, pero su Esencia es
única. Él es Solo, Uno, Único, pero en Tres Personas,
cada una de las cuales no es ni más pequeña ni más
grande; no hay diferencia ni en la belleza, ni en la
santidad, porque son Uno. Uno, absolutamente Uno. Su Amor
me ha llevado a este conocimiento y me ha unido a Él.
Cuando estaba unida con una [Persona Divina], estaba
unida también con la segunda y con la tercera. Así pues,
cuando nos unimos con una, por eso mismo nos unimos con
otras dos Personas al igual que con una. Una es la
voluntad, uno Dios, aunque en las Personas Trinitario.
Cuando al alma se entrega a una (269) de las Tres
Personas, entonces, con el poder de esa voluntad se
encuentra unida a las Tres Personas y está inundada de
la felicidad que fluye de la Santísima Trinidad; de esta
felicidad se alimentan los santos. La felicidad que brota
de la Santísima Trinidad, hace feliz a todo lo creado;
brota la vida que vivifica y anima cada ser que de Él
tiene principio. En aquellos momentos mi alma probó las
delicias divinas tan grandes, que me es difícil
expresarlas.
- Luego oí pronunciar unas palabras, y
fueron éstas: Quiero tomarte como esposa. Sin
embargo, el temor traspasó mi alma, pero sin aprensión
reflexionaba sobre ¿qué desposorio seria?; no obstante
cada vez mi alma se llena de temor, pero la paz es
mantenida en el alma por una fuerza superior.
En realidad, tengo los votos perpetuos y los hice con la
voluntad sincera y total. Y reflexiono continuamente ¿qué puede
significar esto?; siento e intuyo que es una gracia excepcional.
Cuando la contemplo, me desmayo por desear a Dios, pero en ese
desmayo la mente está clara y penetrada por la luz. Cuando estoy
unida a Él (270, me desmayo del exceso de felicidad, pero mi
mente está clara y limpia, sin confusiones. Humillas Tu Majestad
para tratar con una pobre criatura. Te agradezco, oh Señor, por
esta gran gracia que me hace capaz de tratar contigo. Oh Jesús,
Tu nombre es una delicia para mi; desde lejos percibo a mi Amado
y mi alma llena de anhelo descansa en sus brazos, no sé vivir
sin Él; prefiero estar con Él en los tormentos y en los
sufrimientos que sin Él entre las mas grandes delicias del cielo.
- 2 II 1937. Hoy, desde muy temprano, el
recogimiento de Dios penetra mi alma; durante la Santa
Misa pensaba ver al pequeño Jesús, como frecuentemente
lo veo, sin embargo, hoy durante la Santa Misa vi a
Jesús crucificado. Jesús estaba clavado en la cruz y
entre grandes tormentos. Mi alma fue compenetrada de los
sufrimientos de Jesús, en mi alma y en mi cuerpo, aunque
de modo invisible, pero igualmente doloroso. Oh, qué
misterios tan asombrosos ocurren durante la Santa Misa.
- Un gran misterio se hace durante la Santa
Misa. (271) Con qué devoción deberíamos escuchar y
participar en esta muerte de Jesús. Un día sabremos lo
que Dios hace por nosotros en cada Santa Misa y qué don
prepara para nosotros en ella. Sólo su amor divino puede
permitir que nos sea dado tal regalo. Oh Jesús, oh
Jesús mío, de qué dolor tan grande está penetrada mi
alma, viendo una fuente de vida que brota con tanta
dulzura y fuerza para cada alma. Y sin embargo veo almas
marchitas y áridas por su propia culpa. Oh Jesús mío,
haz que la fortaleza de Tu misericordia envuelva a estas
almas.
- + Oh Maria, hoy una espada terrible [281]
ha traspasado Tu santa alma. Nadie sabe de Tu sufrimiento,
excepto Dios. Tu alma no se quebranta, sino que es
valiente porque está con Jesús. Dulce Maria, une mi
alma a Jesús, porque sólo entonces podré resistir
todas las pruebas y tribulaciones, y sólo mediante la
unión con Jesús, mis pequeños sacrificios complacerán
a Dios. Dulcísima Madre, continúa enseñándome sobre
la vida interior. Que la espada del sufrimiento no me
abata jamás. Oh Virgen pura, derrama valor en mi
corazón y protégelo.
- (272) + El día de hoy es para mi
excepcional, a pesar de haber sufrido tanto, mi alma
está inundada de un gran gozo. En la habitación aislada
contigua a la mía, había una judía gravemente enferma;
hace tres días fui a visitarla, sentí un dolor en mi
alma al pensar que moriría en poco tiempo y que la
gracia del bautismo no lavaría su alma. Hablé con la
hermana que la cuidaba de administrarle el santo bautismo
al acercarse el último momento. Pero existía esa
dificultad de que siempre había judíos a su lado. Sin
embargo, sentí en el alma la inspiración de rogar
delante de la imagen que Jesús me había ordenado pintar.
Tengo un folleto en cuya cubierta figura la reproducción
de la imagen de la Divina Misericordia. Y le dije al
Señor: Jesús, Tu Mismo me has dicho que concederás
muchas gracias a través de esta imagen, por eso Te pido
la gracia del santo bautismo para esta judía; no importa
quién la bautice con tal de que sea bautizada. Después
de estas palabras fui extrañamente tranquilizada y tenia
la certeza absoluta de que el agua del santo bautismo
fluiría sobre su alma a pesar de las dificultades. Y
durante la noche (273), cuando ella estaba muy débil, me
levanté tres veces para estar con ella y esperar el
momento oportuno para alcanzarle esta gracia. Por la
mañana daba la impresión de sentirse mejor. Por la
tarde empezó a acercarse el último momento; la hermana
que la asistía dijo que seria difícil administrarle
aquella gracia porque estaban junto a ella. Y llegó el
momento cuando la enferma empezó a perder el
conocimiento, pues algunos comenzaron a correr para
buscar al medico y los demás en otras direcciones para
salvar a la enferma y sucedió que la enferma se quedó
sola y la hermana que la cuidaba la bautizó. Y antes de
que todos volvieran, su alma se había vuelto bella,
adornada de la gracia de Dios y expiró en seguida. La
agonía duró poco tiempo, fue como si se hubiera dormido.
De repente vi su alma de una belleza admirable entrando
en el cielo. Oh, qué bella es el alma en la gracia
santificante; el gozo dominó mi alma por haber obtenido
delante de la imagen una gracia tan grande para aquella
alma.
- Oh, qué grande es la Divina Misericordia.
Que la exalte toda criatura. Oh Jesús mío, esta alma Te
cantará el himno de la misericordia por toda la
eternidad. (274 No olvidaré la impresión que tuve en el
alma aquel día. Es ya la segunda gran gracia obtenida
aquí para las almas delante de esta imagen.
Oh, qué bueno es el Señor y lleno de compasión. Oh
Jesús, Te agradezco tanto por estas gracias.
918 5 II 1937. Oh Jesús mío, a pesar de todo, deseo
ardientemente unirme a Ti. Oh Jesús, si es posible, llévame a
Ti, porque me parece que mi corazón estallará por desearte
tanto.
Oh, cuánto siento estar en este destierro. ¿Cuándo
estaré en la casa de nuestro Padre y me llenaré de la felicidad
que fluye de la Santísima Trinidad? Pero si es Tu voluntad que
siga viviendo y sufriendo, entonces deseo lo que me has designado;
tenme en esta tierra hasta cuando Te plazca, aun hasta el fin del
mundo. Oh, voluntad de mi Señor, sé mi deleite y el encanto de
mi alma. Aunque la tierra está tan poblada, yo me siento sola y
la tierra es para mí un desierto espantoso, Oh Jesús, oh Jesús,
Tú sabes y conoces el ardor de mi corazón, solamente Tú, oh
Señor, puedes colmarme.
919 (275) + Hoy, cuando le llamé la atención a cierta
señorita que no pasara horas enteras en el pasillo con los
hombres, porque eso no convenía a una doncella decente, me
pidió perdón y prometió corregirse; se puso a llorar al darse
cuenta de su poco juicio. Mientras le decía esas pocas palabras
sobre la moral, los hombres de toda la sala se reunieron y
escucharon mis advertencias. Los judíos también escucharon en
parte y por su cuenta. Una persona me dijo después que acercaron
los oídos a la pared y escucharon atentamente. Yo sentía
extrañamente que ellos estaban escuchando, pero dije lo que
tenia que decir. Aquí las paredes son tan delgadas que aunque se
hable en voz baja, se oye.
- + Hay aquí cierta persona que antes era
nuestra alumna. Naturalmente me ejercita en la paciencia,
me visita varias veces al día; después de cada visita
estoy cansada, pero veo que es el Señor Jesús que me ha
mandado esta alma. Que todo Te alabe, oh Señor. La
paciencia da gloria a Dios. Oh, qué pobres son las almas.
- (276) 6 II [1937]. Hoy el Señor me ha
dicho: Hija Mía, Me dicen que tienes mucha sencillez,
entonces ¿por qué no Me hablas de todo lo que te
concierne aun de los mas pequeños detalles? Háblame de
todo. Has de saber que con esto Me procurarás mucho gozo.
Contesté: Pero, Señor, Tú lo sabes todo. Y Jesús
me contestó: Sí, Yo sé, pero tú no te justifiques
diciendo que Yo sé, sino que con la sencillez de una
niña, háblame de todo, porque tengo el oído y el
corazón vuelto hacia ti y tus palabras Me son agradables.
- + Al empezar esa gran novena por tres
intenciones, vi en la tierra un pequeño gusano y pensé:
¿De dónde ha salido en pleno invierno? De repente oí
en el alma estas palabras: Ves, Yo pienso en él y lo
mantengo y ¿qué es él en comparación contigo? ¿Por
qué se ha asustado tu alma un momento? Pedí perdón
al Señor por aquel momento; Jesús quiere que siempre
sea una niña y ponga en Él toda preocupación y me
someta ciegamente a su santa voluntad; Él se ha
encargado de todo.
- (277) 7 II [1937]. Hoy el Señor me dijo: Exijo
de ti un sacrificio perfecto y en holocausto, el
sacrificio de la voluntad; ningún otro sacrificio es
comparable a éste. Yo Mismo dirijo tu vida y dispongo
todo de manera que seas para Mí una ofrenda continua y
hagas siempre Mi voluntad, y para completar esta ofrenda
te unirás a Mí en la cruz. Conozco tus posibilidades.
Yo Mismo te ordenaré directamente muchas cosas y la
posibilidad de la ejecución la retrasaré y la haré
depender de los demás; aquello que las Superioras no
podrán alcanzar, lo completaré directamente Yo Mismo en
tu alma y en el fondo mas secreto de tu alma habrá un
sacrificio perfecto de holocausto, y esto no por algún
tiempo, sino que debes saber, hija Mía, que este
sacrificio durará hasta la muerte. Pero vendrá el
tiempo en que Yo, el Señor, cumpliré todos tus deseos;
tengo en ti Mi complacencia como en una Hostia viva; no
te espantes de nada, Yo estoy contigo.
- Hoy he recibido un recado reservado [282]
de la Superiora prohibiéndome estar junto a los
moribundos; así que, en vez de mi persona, enviaré a
los moribundos la obediencia y ella sostendrá las almas
(278) agonizantes. Esta es la voluntad de Dios, esto me
basta; aquello que no entiendo ahora, lo comprenderé
después.
- 7 II 1937. Hoy, con más fervor que en
cualquier otro momento, he rogado según la intención
del Santo Padre y de tres sacerdotes [283], para que Dios
les inspire lo que exige de mí, porque de ellos depende
la realización de esta obra. Oh, cuánto me he alegrado
de que el Santo Padre esté mejor de salud. Hoy escuché
como estaba hablando al Congreso Eucarístico [284] y con
el espíritu me he trasladado allí para recibir la
bendición apostólica.
- 9 II 1937. Últimos días de carnaval. En
estos dos últimos días de carnaval he conocido una
enorme cantidad de penas y de pecados. En un instante el
Señor me hizo saber los pecados cometidos estos días en
el mundo entero. Me he desmayado de espanto, y a pesar de
conocer todo el abismo de la Divina Misericordia, me he
sorprendido de que Dios permita existir a la humanidad. Y
el Señor me dijo quién sostiene la existencia de la
humanidad: son las almas elegidas. Cuando acabe el
número de los elegidos, el mundo dejará de existir.
- Durante estos dos días recibí la Santa
Comunión (279) como un acto de reparación y dije al
Señor Jesús: Oh Jesús, hoy ofrezco todo por los
pecadores. Que los golpes de Tu justicia se abatan sobre
mí, y el mar de la misericordia alcance a los pobres
pecadores. Y el Señor oyó mi plegaria. Muchas almas
volvieron al Señor mientras yo agonizaba bajo el peso de
la justicia de Dios. Sentía ser el blanco de la ira del
Altísimo. Por la noche mi sufrimiento alcanzó un estado
de abandono interior tan grande que los gemidos salían
de mi pecho sin querer. Me encerré con llave en mi
habitación aislada y comencé la adoración, es decir la
Hora Santa. El abandono interior y el experimentar la
justicia de Dios eran mi petición; mientras que el
gemido y el dolor que salían de mi alma ocuparon el
lugar del dulce coloquio con el Señor.
- De repente vi al Señor que me abrazó a
su Corazón y me dijo: Hija Mía, no llores, porque no
puedo soportar tus lágrimas; les daré todo lo que pidas,
pero deja de llorar. Y me llenó una gran (280)
alegría y mi espíritu, como siempre, se sumergió en
Él como en su único tesoro. Hoy hablé mas con Jesús,
animada por su bondad.
- Y cuando descansé junto a su dulcísimo
Corazón, Le dije: Jesús, tengo tantas cosas que decirte.
Y el Señor me dijo con gran dulzura: Habla, hija Mía.
Y empecé a expresar los sufrimientos de mi corazón,
a saber: que me preocupa mucho toda la humanidad, que no
todos Te conocen y los que Te conocen no Te aman como
mereces ser amado. Además veo que los pecadores Te
ofenden terriblemente y veo también la gran opresión y
persecución de los fieles, especialmente de tus siervos
y mas aun veo muchas almas que se precipitan ciegamente
en el terrible abismo infernal. Ves, oh Jesús, éste es
el dolor que penetra mi corazón y mis huesos, y aunque
me haces el don de Tu amor singular, e inundas mi
corazón con los torrentes de Tu alegría, esto no
atenúa los sufrimientos que acabo de mencionarte, sino
que mas bien penetran (281) mi pobre corazón de modo mas
vivo. Oh, qué ardiente es mi deseo de que toda la
humanidad vuelva con confianza a Tu misericordia;
entonces, tendrá alivio mi corazón viendo la gloria de
Tu nombre. Jesús escuchó este desahogo de mi corazón
con atención e interés, como si no supiera nada y casi
escondiendo ante mí el conocimiento de aquellas cosas,
así yo me sentía mas libre en hablar. Y el Señor me
dijo: Hija Mía, Me son agradables las palabras de tu
corazón y por el rezo de esta coronilla acercas a Mi la
humanidad. Después de estas palabras me encontré
sola, pero la presencia de Dios está siempre en mi alma.
- + Oh Jesús mío, cuando vaya a Tu casa y
me colmes de Ti mismo, y esto será para mi la plenitud
de la felicidad, no olvidaré la humanidad; deseo
levantar las cortinas del cielo para que la tierra no
dude de la Divina Misericordia. Mi descanso está en
proclamar Tu misericordia. El alma rinde la mayor gloria
a su Creador cuando se dirige con confianza a la Divina
Misericordia.
- (282) 10 II [1937]. Hoy es el Miércoles
de Ceniza.
Durante la Santa Misa, por un breve momento he
experimentado la Pasión de Jesús en mi cuerpo. La Cuaresma es
el periodo particular para el trabajo de los sacerdotes, es
necesario ayudarles en la salvación de las almas.
- Hace algunos días escribí a mi director
espiritual [285] pidiendo permiso para ciertas pequeñas
prácticas por el tiempo de la Cuaresma. Como no
disponía del permiso del medico para ir a la ciudad, he
tenido que hacerlo por carta. Sin embargo, hoy es el
Miércoles de Ceniza y no tengo aun la respuesta. Por la
mañana, después de la Santa Comunión he comenzado a
rogarle a Jesús que le inspire con su luz para que me
conteste y he conocido en el alma que el Padre no está
en contra de aquellas prácticas que le pedí y me
concede su permiso; y con tranquilidad he empezado a
ejercitarme en esas practicas que pedí. Ese mismo día,
por la tarde, he recibido la carta del Padre diciendo que
para las prácticas solicitadas me da su (283) permiso.
Me he alegrado muchísimo de que mi conocimiento interior
haya estado conforme a la opinión del Padre espiritual.
- Luego oí en el alma estas palabras: Obtendrás
una mayor recompensa por la obediencia y la dependencia
al confesor que por las prácticas mismas en las que te
ejercitarás. Hija Mía, has de saber y comportarte
según esto: aunque se trata de la cosa más pequeña,
pero con el sello de la obediencia a Mi sustituto será
una cosa agradable y grande a Mis ojos.
- Pequeñas prácticas para la Cuaresma. No
puedo ejercitarme en grandes mortificaciones, como antes,
a pesar de mi ardiente anhelo y deseo, ya que estoy bajo
un estricto control del medico, pero puedo ejercitarme en
cosas mas pequeñas: primero, dormir sin almohada,
sentirme un poco hambrienta, rezar todos los días la
coronilla que me ha ensenado el Señor, con los brazos en
cruz, de vez en cuando rezar con los brazos en cruz
durante un tiempo indeterminado (284) y rezando una
plegaria espontánea. La intención: para impetrar la
Divina Misericordia por los pobres pecadores y a los
sacerdotes el poder de suscitar el arrepentimiento de los
corazones pecadores.
- Mi unión con las almas agonizantes sigue
siendo como antes, estrecha. A menudo acompaño al alma
agonizante a gran distancia, pero experimento la mayor
alegría al ver que sobre esas almas se realiza la
promesa de la misericordia. El Señor es fiel, lo que
dice una vez, lo cumple.
- + Cierta alma que estaba en nuestro
pabellón, estaba muriendo, sufría tremendamente, estuvo
agonizando tres días, recobrando el conocimiento de vez
en cuando. Todos en la sala rogaban por ella. Yo también
deseaba ir, pero la Madre Superiora me había prohibido
visitar a los agonizantes, por eso rogaba por esa querida
alma en mi habitación aislada. Pero al saber que aun
sufría y que no se sabía cuánto tiempo iba a durar
todavía, repentinamente algo agitó mi alma y le dije al
Señor: Oh Jesús, si todo lo que hago Te es agradable, (285)
Te ruego, como una prueba de esto, que esa alma no sufra
mas, sino que pase en seguida a la felicidad eterna.
Pocos minutos después supe que aquella alma se había
dormido tan serena y rápidamente que ni siquiera dio
tiempo de encender la vela.
- + Diré una palabra más sobre el director
de mi alma. Una cosa extraña es que sean tan pocos los
sacerdotes que saben infundir al alma fortaleza, y ánimo,
y valor de modo que el alma, sin cansarse, avanza siempre.
Bajo una dirección de esta clase, el alma, aunque
disponiendo de poca fuerza, puede hacer mucho para la
gloria de Dios. Y he conocido con esto un secreto, a
saber, que el confesor, es decir, el director espiritual
no menosprecia las cosas pequeñas que el alma le expone.
Y el alma, al darse cuenta de que está controlada en
esto, comienza a ejercitarse y no omite la mas pequeña
ocasión de virtud y evita también las mas pequeñas
faltas, y de esto, como de pequeñas piedras surge el
magnifico templo (286) del alma. Y al contrario: si el
alma se da cuenta de que el confesor menosprecia esas
pequeñas cosas, también ella comienza a despreciarlas,
dejará de dar cuenta de ellas al confesor, y aun peor,
comenzará a descuidarse de las cosas pequeñas, y así,
en vez de avanzar, retrocede poco a poco. Y el alma se da
cuenta de ello sólo al caer ya en las cosas mas graves.
Y ahora surge una pregunta seria ¿de quién es la culpa?
¿De ella o del confesor, es decir, del director
espiritual? Aquí me refiero más bien al director
espiritual. Me parece que toda la culpa debe ser imputada
al director espiritual imprudente; y al alma hay que
atribuirle solamente este error de haber elegido al
director espiritual por sí sola. El director espiritual
había podido guiar bien al alma por los caminos de la
voluntad de Dios hacia la santidad.
- El alma debería rogar ardientemente por
el director espiritual durante un tiempo más largo, y
pedir a Dios que se dignara elegirlo Él Mismo. Lo que se
comienza con Dios, será de Dios, y lo que se comienza
con medios puramente humanos, será humano. Dios es tan
misericordioso que, para (287) ayudar al alma, Él Mismo
le asigna un guía espiritual, y la ilumina de que es
aquél delante del cual ella debe revelar los rincones
más secretos de su alma, como delante del Señor Jesús.
Y cuando el alma reflexione y conozca que todo ha sido
dirigido por Dios, pida ardientemente a Dios que le
conceda mucha luz para conocer su alma, y que no cambie a
tal director, a menos que haya una razón seria. Como
antes de elegir el director espiritual rogaba mucho y
ardientemente para conocer la voluntad de Dios, así
también cuando quiera cambiarlo, ruegue mucho y con
fervor para saber si es verdaderamente la voluntad de
Dios de que lo deje y elija ala otro. Si no hay una
evidente voluntad de Dios al respecto a esto, no lo
cambie, porque el alma por sí sola no llegará muy lejos
y Satanás quiere precisamente que el alma que tiende a
la santidad se guíe sola, ya que entonces, ni hablar de
que la alcance.
- Constituye una excepción el alma que Dios
Mismo guía directamente, pero en tal caso el director
espiritual en seguida (288) se da cuenta de que tal alma
es dirigida por dios Mismo. Dios se lo da a conocer de
modo claro y evidente; y tal alma, más que otra,
debería estar bajo un control más estricto del director
espiritual. En tal caso el director espiritual no tiene
tanto el deber de dirigir e indicar los caminos por los
cuales el alma debe caminar, cuanto, mas bien, el de
juzgar y confirmar que el alma sigue el camino justo y
que está guiada por un buen espíritu. En tal caso el
director no solamente debe ser santo, sino también
experimentado y prudente, y el alma debe anteponer su
opinión a la de Dios Mismo, ya que entonces estará a
salvo de las ilusiones y las desviaciones. El alma que no
sometiera tales inspiraciones al riguroso control de la
Iglesia, es decir, del director espiritual, con eso mismo
daría a conocer que la guía un espíritu malo. En esto
el director espiritual debe ser muy prudente y
experimentar al alma en la obediencia. Satanás puede
ponerse el manto de la humildad, pero no es capaz de
vestir el manto de la obediencia, (289) y es aquí dónde
se revela toda su maldad. Pero el confesor no puede
tenerle miedo exagerado a tal alma, porque si Dios le
confía un alma tan excepcional, también le da una gran
luz divina respecto a ella, ya que de otro modo ¿cómo
podría juzgar bien los misterios tan grandes que ocurren
entre el alma y Dios?
- Yo misma sufrí mucho y fui muy probada en
esto. Por lo tanto lo que escribo es solamente lo que he
experimentado personalmente. Hice muchas novenas y muchas
plegarias y muchas penitencias antes de que Dios me
enviara un sacerdote que comprendió mi alma. Habría
muchas más almas santas, si hubiera más directores
espirituales con experiencia y santos. Más de un alma
que tiende sinceramente a la santidad no logra salir por
sí sola cuando llegan los momentos de la prueba y
abandona el camino de la perfección. Oh Jesús, danos
sacerdotes celosos y santos.
- ¡Oh, cuán grande es la dignidad del
sacerdote! Pero también, ¡oh, gran responsabilidad del
sacerdote! Oh sacerdote, te ha sido dado mucho, pero de
ti se exigirá también mucho&hellip.
- (290) 11 II [1937]. Hoy es viernes.
Durante la Santa Misa sufrí unos dolores en mi cuerpo:
en los pies, en las manos y en el costado. Jesús Mismo
permite estos sufrimientos como reparación por los
pecadores. El momento es breve, pero el sufrimiento
grande; no sufro mas que un par de minutos, pero la
impresión queda mucho tiempo y es muy viva.
- + Hoy me siento tan abandonada en el alma
que no sé explicármelo. Me escondería de la gente y
lloraría sin cesar; nadie comprenderá al corazón
herido del amor, y cuando éste experimenta abandonos
interiores, nadie lo consolará. Oh almas de los
pecadores, me han arrebatado al Señor, pero, bien, bien;
conozcan lo dulce que es el Señor y todo el mar de
amargura inunde mi corazón; les he dado todas las
consolaciones divinas.
- + Hay momentos en los cuales no me tengo
confianza a mi misma, estoy profundamente convencida de
mi debilidad y miseria, y comprendo que en tales momentos
puedo perseverar solamente confiando en la infinita
misericordia (291) de Dios. La paciencia, la oración y
el silencio refuerzan el alma. Hay momentos en los cuales
el alma debe callar y no conviene que hable con las
criaturas; aquellos son los momentos de insatisfacción
de sí misma, y el alma se siente débil como un niño;
entonces se agarra con toda la fuerza a Dios. En tales
momentos vivo exclusivamente de la fe y cuando me siento
fortalecida por la gracia de Dios, entonces estoy más
valiente en la conversación y en las relaciones con el
prójimo.
- Por la noche el Señor me dijo: Descansa,
niña Mía, junto a Mi Corazón; veo que te has fatigado
muchísimo en Mi viña, y mi alma fue inundada del
gozo divino.
- 12 II [1937]. Hoy la presencia de Dios me
penetra totalmente como un rayo de sol. El anhelo de mi
alma por Dios es tan grande que en cada momento me
produce un desmayo. Siento que el Amor eterno toca mi
corazón, mi pequeñez no logra soportarlo, (292) sino
que me produce un desmayo; no obstante la fuerza interior
es muy grande. El alma desea igualar el Amor que la ama.
En tales momentos el alma tiene un conocimiento muy
profundo de Dios y cuanto mas lo conoce, tanto mas
ardiente, más puro es su amor hacia Él. Oh,
inconcebibles son los misterios del alma con Dios.
- A veces hay horas enteras cuando mi alma
está sumergida en el asombro viendo la Majestad infinita
que se humilla tanto hacia mi alma. Es incesante mi
asombro interior de que el Señor Altísimo tenga en mí
su complacencia y Él Mismo me lo diga; y yo me hundo aun
más en mi nada porque sé lo que soy por mi misma. Sin
embargo, debo decir que amo igualmente a mi Creador hasta
la locura, con cada latido del corazón, con cada nervio;
sin saberlo, mi alma se hunde, se hunde&hellip. en
Él. Siento que nada me separará del Señor, ni el cielo,
ni la tierra, ni la actualidad, ni el futuro, todo puede
cambiar, pero el amor nunca, nunca, él permanece siempre
el mismo. (293) Él, el Soberano Inmortal, me da a
conocer su voluntad para que lo ame de modo singular y
Él Mismo infunde en mi alma la capacidad para tal amor
con el cual desea que lo ame. Me sumerjo en Él cada vez
más y no tengo miedo de nada. El amor ha ocupado todo mi
corazón y aunque me hablaran de la justicia de Dios y de
cómo tiemblan delante de Él hasta los espíritus puros
y se cubren el rostro y sin cesar dicen: Santo, y
que de eso resulta que mis relaciones familiares con el
Señor es una falta de respeto para su honor y su
Majestad, ¡oh, no, no y una vez mas no! El amor puro
comprende todo. El máximo horror y la mas profunda
adoración, pero es en la mas profunda tranquilidad que
el alma está sumergida en Él por el amor y todo lo que
dicen exteriormente las criaturas no tiene influencia en
ella. Lo que le dicen de Dios, es una pálida sombra en
comparación a lo que ella vive interiormente con Dios y
a veces se extraña de que las almas admiren alguna
afirmación referente a Dios: porque para ella es el pan
de todos los días, porque ella sabe que lo que se logra
(294) expresar con palabras, no es al fin tan grande;
acepta y escucha todo con respeto, pero ella tiene su
vida particular en Dios.
- 13 II [1937]. Hoy, durante la Pasión [286],
he visto a Jesús martirizado, coronado de espinas y con
un pedazo de caña en la mano. Jesús callaba, mientras
los soldadotes rivalizaban torturándolo. Jesús no
decía nada, solamente me miró; en aquella mirada sentí
su tortura tan tremenda que nosotros no tenemos ni
siquiera una idea de lo que Jesús sufrió por nosotros
antes de la crucifixión. Mi alma está llena de dolor y
de nostalgia: sentí en el alma un gran odio por el
pecado, y la más pequeña infidelidad mía me parece una
montana alta y la reparo con la mortificación y las
penitencias. Cuando veo a Jesús martirizado, el corazón
se me hace pedazos; pienso en lo que será de los
pecadores si no aprovechan la Pasión de Jesús. En su
Pasión veo todo el mar de la misericordia.
+
949
(295) JMJ 12 II 1937
+ El Amor de Dios es la flor y la Misericordia es el
fruto.
Que el alma que duda lea estas consideraciones sobre la
Divina Misericordia y se haga confiada [287].
Misericordia Divina, que brota del seno del Padre, en Ti
confío.
Misericordia Divina, supremo atributo de Dios, en Ti
confío.
Misericordia Divina, misterio incomprensible, en Ti
confío.
Misericordia Divina, fuente que brota del misterio de la
Santísima Trinidad, en Ti confío.
Misericordia Divina, insondable para todo entendimiento
humano o angélico, en Ti confío.
Misericordia Divina, de donde brotan toda vida y
felicidad, en Ti confío.
Misericordia Divina, más sublime que los cielos.
Misericordia divina, fuente de milagros y maravillas.
Misericordia Divina, que abarca todo el universo.
Misericordia Divina, que baja al mundo en la Persona del
Verbo Encarnado.
(296) Misericordia Divina, que manó de la herida
abierta del Corazón de Jesús.
Misericordia Divina, encerrada en el Corazón de Jesús
para nosotros y especialmente para los pecadores.
Misericordia Divina, impenetrable en la institución de
la Sagrada Hostia.
Misericordia Divina, en la institución de la Santa
Iglesia.
Misericordia Divina, en el sacramento del Santo Bautismo.
Misericordia Divina, en nuestra justificación por
Jesucristo.
Misericordia Divina, que nos acompaña durante toda la
vida.
Misericordia Divina, que nos abraza especialmente a la
hora de la muerte.
Misericordia Divina, que nos otorga la vida inmortal.
Misericordia Divina, que nos acompaña en cada momento
de nuestra vida.
Misericordia Divina, que nos protege del fuego infernal.
Misericordia Divina, en la conversión de los pecadores
empedernidos.
Misericordia Divina, asombro para los ángeles,
incomprensible para los Santos.
Misericordia Divina, insondable en todos los misterios
de Dios.
Misericordia Divina, que nos rescata de toda miseria.
Misericordia Divina, fuente de nuestra felicidad y
deleite.
Misericordia Divina, que de la nada nos llamó a la
existencia.
Misericordia Divina, que abarca todas las obras de sus
manos.
Misericordia Divina, corona de todas las obras de Dios.
(297) Misericordia Divina, en la que estamos todos
sumergidos.
Misericordia Divina, dulce consuelo para los corazones
angustiados.
Misericordia Divina, única esperanza de las almas
desesperadas.
Misericordia Divina, remanso de corazones, paz ante el
temor.
Misericordia Divina, gozo y éxtasis de las almas santas.
Misericordia Divina, que infunde esperanza, perdida ya
toda esperanza.
950 + Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es
infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros
Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para
que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos
desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu
santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia Mismos.
951 + Oh, incomprensible e impenetrable misericordia de
Dios,
¿Quién puede glorificarte y adorarte dignamente?
Oh, supremo atributo de Dios todopoderoso,
Tú eres la dulce esperanza del pecador.
Oh estrellas, tierra y mar, unidos en un solo himno y
unánimemente y en señal de agradecimiento, canten la
incomprensible misericordia de Dios.
952 (298) Oh Jesús mío, Tu ves que Tu santa voluntad
es todo para mi. Me es indiferente lo que hagas de mi: me ordenas
ponerme a la obra, lo hago con tranquilidad, a pesar de saber que
no soy idónea para esto; me haces esperar por medio de Tus
sustitutos, así pues, espero con paciencia; llenas mi alma de
entusiasmo, y no me das la posibilidad de obrar; me atraes
detrás de Ti a los cielos, y me dejas en la tierra; infundes en
mi alma el anhelo de Ti, y Te escondes de mi. Muero por el deseo
de unirme Contigo por la eternidad, y no permites a la muerte
acercarse a mí. Oh voluntad de Dios, Tu eres mi alimento y el
deleite de mi alma; cuando me someto a la santa voluntad de mi
Dios, un abismo de paz inunda mi alma.
Oh Jesús mío, Tu no das la recompensa por el resultado
de la obra, sino por la voluntad sincera y el esfuerzo emprendido;
por lo tanto estoy completamente tranquila, aunque todas mis
iniciativas y mis esfuerzos quedaran frustrados ni fueran
realizados jamás. Si hago (299) todo lo que está en mi poder,
lo demás no es cosa mía y por eso las mas grandes tempestades
no perturban la profundidad de mi paz. En mi conciencia reside la
voluntad de Dios.
- + 15 II 1937. Hoy mis sufrimientos han
aumentado un poco, no solamente experimento mayores
dolores en todos los pulmones, sino también unos
extraños dolores en los intestinos. Sufro tanto cuanto
mi débil naturaleza logra soportar, todo por las almas
inmortales para impetrar la Misericordia Divina para los
pobres pecadores, para impetrar la fortaleza para los
sacerdotes. Oh, qué gran veneración tengo por los
sacerdotes y le pido a Jesús, Sumo Sacerdote, muchas
gracias para ellos.
- Hoy, después de la Santa Comunión el
Señor me dijo: Hija Mía, es Mi deleite unirme a ti;
Me rindes la mayor gloria cuando te sometes a Mi voluntad
y con esto atraes sobre ti un mar de bendiciones. No
tendría en ti una complacencia particular si no vivieras
de Mi voluntad. Oh mi dulce Huésped, por Ti estoy
dispuesta a todos los sacrificios, sin embargo Tu sabes
que (300) soy una debilidad misma, pero Contigo lo puedo
todo. Oh Jesús mío, Te ruego quédate conmigo en cada
momento.
- 15 II 1937. Hoy escuché en el alma estas
palabras: ¡Oh hostia agradable a Mi Padre! Has de
saber, hija Mía, que toda la Santísima Trinidad tiene
en ti su particular complacencia, porque vives
exclusivamente de la voluntad de Dios. Ningún sacrificio
es comparable a éste.
- + Después de estas palabras ha venido a
mi alma el conocimiento de la voluntad de Dios, es decir,
que miro todo desde un punto de vista superior, y todos
los acontecimientos y todas las cosas desagradables o
agradables, las acepto con amor, como demostración de la
particular predilección del Padre Celestial.
- En el altar del amor arderá la pura
ofrenda de mi voluntad; para que mi ofrenda sea perfecta,
me uno estrechamente al sacrificio de Jesús en la cruz.
Y cuando, bajo el peso de los grandes sufrimientos, mi
naturaleza tiemble y las fuerzas físicas y espirituales
disminuyan, entonces me esconderé profundamente en la
herida abierta del Corazón (301) de Jesús, callando
como una paloma, sin quejarme. Que todas mis
predilecciones, hasta las más santas y las más bellas y
las más nobles, estén siempre en el último plano y en
el primer lugar esté Tu santa voluntad. El mas pequeño
deseo Tuyo, oh Señor, me es mas querido que el cielo con
todos Tus tesoros. Sé bien que unas personas no me
comprenden, por eso mi ofrenda será más pura a Tus ojos.
- Hace algunos días vino a mi cierta
persona pidiéndome que rogara mucho por su intención,
porque tenía unos asuntos muy importantes y urgentes. De
repente sentí en el alma que eso no era agradable a Dios
y le contesté que no rogaría por esa intención, pero
que rogaría por ella en general. Unos días después esa
señora volvió a verme y me agradeció por no haber
rogado según su intención sino por ella, ya que tenía
un proyecto de venganza respecto a una persona a la cual
debía honor y respeto en virtud (302) del cuarto
mandamiento. El Señor la cambió interiormente y ella
misma reconoció su culpa, pero se extrañó de que yo
hubiera descubierto su secreto.
- + Hoy recibí la carta del Padre Sopocko
con felicitaciones por motivo de mi santo [288]. Me he
alegrado por las felicitaciones, pero me he entristecido
mucho por su salud. Lo sabía por el conocimiento
interior, pero no me lo creía; pero como me ha
contestado que es así, entonces también las demás
cosas, de las cuales no me ha escrito, son verdaderas, y
mi conocimiento interior no me engaña. Y me recomienda
subrayar todo de lo que sé que no procede de mí. Es
decir, todo lo que Jesús me dice, lo que oigo en el alma.
Me lo ha pedido ya mas de una vez, pero no he tenido
tiempo, ni tampoco, a decir verdad, me he apresurado,
pero al mismo tiempo ¿cómo sabe él que no lo he hecho?
Eso me ha sorprendido enormemente, pero ahora me pondré
a este trabajo con todo el corazón. Oh Jesús mío, la
voluntad de Tus sustitutos es Tu santa voluntad evidente,
sin sombra de duda.
- (303) 16 II 1937. Hoy, por equivocación
entré en la habitación aislada vecina, así que hablé
un momento con aquella persona. Al volver a mi
habitación, pensé en ella un momento, entonces el
Señor Jesús se presentó junto a mi y me dijo: Hija
Mía, ¿en qué estás pensando en este momento? Sin
pensar, me estreché a su Corazón, porque comprendí que
había pensado demasiado en la criatura.
- + Esta mañana, después de haber hecho
mis ejercicios espirituales, me puse en seguida a hacer
labor de gancho. Sentía el silencio en mi corazón y que
Jesús descansaba en él. Este profundo y dulce
conocimiento de la presencia de Dios me impulsó a decir
al Señor: Oh Santísima Trinidad que vives en mi
corazón, Te ruego, da la gracia de la conversión a
tantas almas cuantos puntos haré hoy con este gancho. De
pronto oí en el alma estas palabras: Hija Mía, tus
peticiones son demasiado grandes. Jesús, si para Ti
es mas fácil dar mucho que poco. Es verdad, Me es mas
fácil dar mucho al alma que poco, pero cada conversión
de un alma pecadora exige sacrificio. Y por eso,
Jesús, Te ofrezco (304) este sincero trabajo mío; este
sacrificio no me parece demasiado pequeño por un numero
tan grande de almas; pues, Tu, oh Jesús, durante treinta
anos salvabas las almas con el trabajo manual y como la
santa obediencia me prohíbe penitencias y grandes
mortificaciones, por eso Te ruego, oh Señor, acepta esas
pequeñeces con el sello de la obediencia como cosas
grandes. Entonces oí en el alma la voz: Hija Mía,
atiendo tu petición.
- + Veo, a menudo, a cierta persona
agradable a Dios. El Señor tiene en ella una gran
complacencia, no solamente porque se interesa por el
culto de la Misericordia Divina, sino también por el
amor que tiene a Dios, aunque no siempre siente este amor
en su corazón de modo sensible, y permanece casi siempre
en el Huerto de los Olivos. Sin embargo, es siempre
agradable a Dios y su gran paciencia vencerá todas las
adversidades.
- + Oh, si el alma que sufre supiera cuánto
Dios la ama, moriría de gozo y de exceso de felicidad.
Un día, conoceremos el valor del sufrimiento, pero
entonces ya no podremos sufrir. El momento actual es
nuestro.
- (305) 17 II 1937. Esta mañana, durante la
Santa Misa vi a Jesús doliente. Su Pasión se reflejó
en mi cuerpo, aunque de modo invisible, pero no menos
doloroso. Jesús me miró y dijo:
- Las almas mueren a pesar de Mi amarga
Pasión. Les ofrezco la última tabla de salvación, es
decir, la Fiesta de Mi misericordia [288a]. Si no
adoran Mi misericordia, morirán para siempre. Secretaria
de Mi misericordia, escribe, habla a las almas de esta
gran misericordia Mía, porque está cercano el día
terrible, el día de Mi justicia.
- + Hoy oí en el alma estas palabras: Hija
Mía, debes ponerte a la obra, Yo estoy contigo. Te
esperan grandes persecuciones y sufrimientos, pero que te
consuele la idea de que muchas almas se salvarán y se
santificarán por medio de esta obra.
- + Cuando me puse a la obra y subrayaba las
palabras del Señor [289] y volví a mirar todo, al
llegar a la pagina en la que tengo apuntados los consejos
y las indicaciones del Padre Andrasz, no sabia qué hacer:
subrayar o no; de repente oí en el alma estas palabras: Subraya,
porque estas palabras son Mías; he pedido prestada la
boca (306) del amigo de Mi Corazón para hablarte
por tu tranquilidad y tienes que atenerte a aquellas
indicaciones hasta la muerte. Me desagradaría mucho si
te alejaras de estas indicaciones; has de saber que Yo
Mismo lo puse entre Yo [y] tu alma, lo hago por tu
tranquilidad y para que no cometas errores.
- Desde que te confié a una particular
asistencia de los sacerdotes, quedas dispensada de rendir
cuenta de modo detallado a las Superioras de cómo Yo
trato contigo. Además de eso, debes ser como una niña
frente a las Superioras, pero de lo que cumplo en el
fondo de tu alma, habla sinceramente y de todo solamente
a los sacerdotes. Y observé que desde el momento en
que Dios me dio el director espiritual, no exigía que
hablara de todo como antes, a las Superioras, a
excepción de lo que se refería a las cosas exteriores.
Por el resto, solamente el director espiritual conoce mi
alma. Tener el director espiritual es una gracia
excepcional de Dios. Oh, qué pocas son las almas que
tienen esta gracia. Entre las mas grandes dificultades,
el alma vive continuamente en paz; todos los días,
después de la Santa Comunión, agradezco al Señor
Jesús por esta gracia y (307) cada día le pido al
Espíritu Santo la luz para él. En verdad, yo misma
sentí en el alma qué gran poder tienen las palabras del
director espiritual. Que la misericordia de Dios sea
adorada por esta gracia.
- + Hoy fui a hacer la meditación
delante del Santísimo Sacramento [290]. Cuando me
acerqué al altar, la presencia de Dios penetró mi alma,
fui sumergida en el océano de su divinidad y Jesús me
dijo: Hija Mía, todo lo que existe es tuyo. Y le
contesté al Señor: Mi corazón no desea nada fuera de
Ti solo, oh tesoro de mi corazón. Te agradezco, Señor,
por todos los dones que me ofreces, pero yo quiero
solamente Tu Corazón. Aunque los cielos son grandísimos,
para mi son nada sin Ti; Tú sabes muy bien, oh Jesús,
que me desmayo continuamente por desearte con vehemencia.
Has de saber, hija Mía, que lo que las demás almas
alcanzarán en la eternidad, tu lo gozas ya ahora. Y
de repente mi alma fue inundada de la luz del
conocimiento de Dios.
- Oh, si pudiera expresar al menos un poco
lo que mi alma vive junto al Corazón de la inconcebible
(308) Majestad. No sé expresarlo. Esta gracia la
comprende solamente el alma que la ha vivido por lo menos
una vez en la vida. Al volver a mi habitación aislada,
me pareció que volví de la verdadera vida a la muerte.
Cuando el medico vino para tomarme el pulso, quedó
asombrado: ¿Qué ha pasado, hermana? Un pulso así usted
no lo ha tenido nunca. Quisiera saber, sin embargo,
¿qué le ha provocado tal aceleración del pulso? ¿Qué
le podía decir? Si yo misma no sabía que tenía el
pulso tan acelerado. Sé solamente que estoy muriendo por
nostalgia de Dios, pero, naturalmente, no se lo dije ya
que ¿cómo lo puede remediar la medicina?
- 19 II 1937. La unión con los agonizantes.
Me piden oraciones; puedo rezar, el Señor me ha dado
misteriosamente el espíritu de la plegaria, estoy
continuamente unida a Él. Siento plenamente que vivo por
las almas, para conducirlas a Tu misericordia, oh Señor;
para tal fin ningún sacrificio es demasiado pequeño.
- (309) Hoy el doctor [291] ha decidido que
debo quedarme todavía hasta abril; la voluntad de Dios,
aunque deseaba volver ya con las hermanas.
- Hoy me enteré de la muerte de una de
nuestras hermanas [292] que falleció en Plock, pero vino
a verme antes de que me anunciaran su muerte.
- 22 II 1937. Hoy en la capilla del hospital
han empezado los ejercicios espirituales para las mujeres
de servicio, pero puede participar en ellos quien desee.
Hay una predica por día; el Padre Buenaventura, [293]
religioso escolapio, habla durante una hora entera, habla
directamente a las almas. He tomado parte en estos
ejercicios espirituales porque deseo mucho conocer a Dios
más profundamente y amarlo con más ardor, porque he
comprendido que cuanto mayor es el conocimiento, tanto
mas fuerte es el amor.
- Hoy escuché estas palabras: Ruega por
las almas para que no tengan miedo de acercarse al
tribunal de Mi misericordia. No dejes de rogar por los
pecadores. Tu sabes cuánto sus almas pesan sobre Mi
corazón; alivia Mi tristeza mortal; prodiga Mi
misericordia.
- (310) 24 II 1937. Hoy durante la Santa
Misa vi a Jesús agonizante; los sufrimientos del Señor
traspasan mi alma y mi cuerpo, aunque invisible, pero el
dolor es grande, dura muy poco tiempo.
- Durante el canto de la Pasión [294] me
compenetro tan vivamente de sus tormentos que no logro
retener las lágrimas. Desearía esconderme en alguna
parte para dar libre desahogo al dolor que me produce el
reflexionar sobre su Pasión.
- Cuando rogaba según la intención del
Padre Andrasz, comprendí cuán amado es de Dios. Desde
aquel momento le tengo un respeto aun más grande, como
para un santo. Estoy muy contenta de eso, lo he
agradecido fervorosamente a Dios.
- Hoy, durante la bendición vi a Jesús que
me dijo estas palabras: Obedece en todo a tu director
espiritual, su palabra es Mi voluntad; confírmate en lo
profundo del alma en que Yo hablo por su boca y deseo que
tu le reveles el estado de tu alma con la misma sencillez
(311) y sinceridad como lo haces delante de Mi. Te
repito una vez mas, hija Mía, has de saber que su
palabra es Mi voluntad para ti.
- Hoy vi al Señor con una gran belleza y me
dijo: Oh Mi querida hostia, ruega por los sacerdotes,
especialmente en este tiempo de cosecha [295]. Mi
Corazón ha encontrado en ti su complacencia y por ti
bendigo la tierra.
- He comprendido que estos dos años de
sufrimientos interiores que soporto sometiéndome a la
voluntad de Dios, para conocer mejor esta voluntad de
Dios, me han hecho progresar en la perfección más que
los pasados diez años. Desde hace dos años estoy en la
cruz, entre el cielo y la tierra, es decir, que estoy
sujeta al voto de la obediencia, debo escuchar a la
Superiora como a Dios Mismo; por otra parte, Dios Mismo
me da a conocer directamente su voluntad y por eso mi
tormento interior es tan grande que nadie (312) puede
imaginar ni comprender estos sufrimientos interiores. Me
parece más fácil dar la vida que vivir, a veces, una
hora en tal tormento. No voy a escribir mucho sobre eso,
porque es imposible describir; conocer directamente la
voluntad de Dios, y al mismo tiempo ser perfectamente
obediente a la voluntad de Dios, conocida indirectamente
por medio de las Superioras. Agradezco al Señor por
haberme dado el director espiritual, porque de otro modo
no habría dado ni un solo paso hacia adelante.
- + En estos días recibí una carta muy
grata de mi hermanita de 17 años que me suplica
encarecidamente de ayudarle a entrar en un convento [296].
Está dispuesta a todo sacrificio por Dios. De su escrito
se deriva que el Señor Mismo la guía. Gozo de la gran
misericordia de Dios.
- + Hoy la Majestad de Dios ha abrazado y ha
penetrado mi alma totalmente. La grandeza de Dios me
hunde y me inunda de modo que me sumerjo toda en su
grandeza; me disuelvo y desaparezco del todo en Él, mi
vida y vida perfecta.
- (313) Oh Jesús mío, yo comprendo bien
que mi perfección no consiste en que me recomiendas
realizar estas grandes obras, oh no, la grandeza del alma
no consiste en esto, sino en un gran amor hacia Ti. Oh
Jesús, entiendo en el fondo de mi alma que las más
grandes obras no pueden compararse con un acto de amor
puro hacia Ti. Deseo ser fiel a Ti y cumplir Tus deseos y
aplico las fuerzas y el intelecto en cumplir todo lo que
me mandes, oh Señor, pero no tengo ni una sombra de
apego. Cumplo todo esto, porque ésta es Tu voluntad.
Todo mi amor está anegado completamente no en Tus obras
sino en Ti Mismo, oh Creador mío y Señor.
- 25 II 1937. Rogué ardientemente por una
muerte feliz para cierta persona que sufría mucho.
Llevaba dos semanas entre la vida y la muerte. Tenia
lastima de esa persona, y le dije al Señor: Oh dulce
Jesús, si Te es agradable la causa que he iniciado para
Tu gloria, Te ruego llévala a Tu casa, (314) que
descanse en Tu misericordia. Y estaba extrañamente
tranquila. Un momento después vinieron a decirme que esa
persona que sufría tan terriblemente, ya había expirado.
- Vi a cierto sacerdote en dificultades y
rogué por él hasta que Jesús lo miró benignamente y
le concedió su fuerza.
- Hoy supe que una persona de mi familia
ofende a Dios y que está en un grave peligro de muerte.
Este conocimiento ha traspasado mi alma con un
sufrimiento tan grande que pensaba no poder soportar tal
ofensa a Dios. He pedido insistentemente perdón a Dios,
pero veía su gran indignación.
- Rogué según la intención de un
sacerdote para que Dios le ayudara en ciertos asuntos. De
repente vi al Señor Jesús crucificado; Jesús tenía
los ojos cerrados y estaba sumergido en los tormentos.
Hice una reverencia a sus cincollagas, a cada una por
separado y pedí la bendición para él. Jesús me hizo
conocer dentro de mi cuánto le era querida (315) esa
alma y sentí que de las llagas de Jesús fluyó la
gracia para esa alma que estaba tendida en la cruz como
Jesús.
- Señor mío y Dios, Tu sabes que mi alma
ha amado solamente a Ti. Mi alma entera se ha sumergido
en Ti, oh Señor. Aunque no cumpliera nada de lo que me
has dado a conocer, oh Señor, estaría completamente
tranquila, porque he hecho lo que estaba en mi poder. Yo
sé bien que Tu, oh Señor, no necesitas nuestras obras,
Tú exiges el amor.
- Amor, amor y una vez mas amor de Dios, no
hay nada mas grande que él ni en el cielo ni en la
tierra. La mayor grandeza es amar a Dios, la verdadera
grandeza está en el amor de Dios, la verdadera
sabiduría es amar a Dios. Todo lo que es grande y bello
está en Dios; fuera de Dios no hay ni belleza ni
grandeza.
Oh sabios del mundo y grandes intelectos reconozcan que
la verdadera grandeza está en amar a Dios. Oh, cuánto me
sorprendo que algunos hombres se engañen a si mismos diciendo:
no hay eternidad.
- (316) 26 II 1937. Hoy vi que los sagrados
misterios eran celebrados sin vestiduras litúrgicas y en
casas particulares, por una tormenta pasajera, y miré el
sol que ha salido del Santísimo Sacramento y se han
apagado, es decir, han quedado ofuscadas otras luces y
todos tenían los ojos vueltos hacia aquella luz; pero en
este momento no comprendo el significado.
- + Camino por la vida entre arcos iris y
tempestades, pero con la frente orgullosamente alta,
porque soy hija real, porque siento que la sangre de
Jesús circula en mis venas y he puesto mi confianza en
la gran misericordia del Señor.
- + He rogado al Señor que cierta persona
venga hoy a verme, que pueda verla una vez más y esto
será para mí una señal de que ella es llamada a entrar
en el convento que Jesús me manda fundar. Y una cosa
extraña, aquella persona ha venido y he tratado de
formarla un poco interiormente. He comenzado a indicarle
el camino de negarse a si misma y de sacrificio que ha
aceptado de buena gana. Pero he puesto todo este asunto
en las manos del Señor para que guié todo según le
agrade.
- (317) Hoy, al oír por el radio la
canción: &ldquoBuenas noches, oh Sagrada Cabeza de
mi Jesús&rdquo, súbitamente mi espíritu se
sumergió en Dios y el amor de Dios inundó mi alma;
durante un momento traté íntimamente con el Padre
Celestial.
- + Aunque no es fácil vivir en una
continua agonía,
Estar clavada en una cruz de variados sufrimientos,
Sin embargo, amando ardo de amor,
Y como un serafín amo a Dios, aunque soy débil.
Oh, es grande el alma que en medida de los sufrimientos
Permanece fiel junto a Dios y cumple su voluntad,
Y entre los mas grandes arcos iris y tempestades está
sin
consuelo,
Porque el puro amor de Dios endulza su suerte.
No es gran merito amar a Dios en la prosperidad
Y agradecerle cuando todo nos va bien,
Sino adorarlo entre las más grandes adversidades,
Y amarlo por Él Mismo y poner la confianza en Él.
Cuando el alma permanece en las sombras del Huerto de
los Olivos,
Solitaria entre la amargura y el dolor,
(318) Se eleva a la altura de Jesús,
Y aunque beba continuamente la amargura, no está triste.
Cuando el alma cumple la voluntad del Altísimo,
Así sea entre continuos dolores y torturas,
Acercando los labios al cáliz que le entregan,
Se vuelve firme y nada la intimida.
Aunque esté atormentada, repite: hágase Tu voluntad,
Espera con paciencia el momento en que será
transformada,
Ya que, aunque en las tinieblas más oscuras, oye la voz
de Jesús: Tú eres mía,
Y lo conocerá en toda la plenitud cuando caiga el velo.
- 28 II 1937. Hoy, durante un momento mas
largo he experimentado la Pasión del Señor Jesús y he
conocido que son muchas las almas que necesitan oraciones.
Siento que me transformo toda en plegaria para impetrar
la Divina Misericordia para cada alma. Oh Jesús mío, Te
recibo en mi corazón como prenda de misericordia para
las almas.
- Esta noche, al oír por el radio la
canción: &ldquoBuenas noches, oh Sagrada Cabeza de
mi Jesús:, de repente mi espíritu fue raptado en el
seno misterioso de Dios y comprendí en (319) qué
consiste la grandeza del alma y lo que tiene importancia
ante Dios: amor, amor y una vez mas amor. Y conocí que
lo que existe está saturado de Dios y me inundó un amor
tan grande de Dios que es imposible describirlo. Feliz el
alma que sabe amar sin reservas ya que en esto está su
grandeza.
- Hoy hice un día de retiro espiritual.
Cuando estaba en la última predicación [297], el
sacerdote habló de cuánto el mundo necesita la
Misericordia de Dios: [que] estos tiempos parecen
excepcionales, que la humanidad necesita mucho la
Misericordia de Dios y de la oración. Luego oí en el
alma una voz: He aquí las palabras para ti, haz todo
lo que está en tu poder en la obra de Mi misericordia.
Deseo que Mi misericordia sea venerada; le doy a la
humanidad la ultima tabla de salvación, es decir, el
refugio en Mi misericordia. Mi corazón se regocija de
esta Fiesta. Después de estas palabras comprendí
que nada puede liberarme de este deber que el Señor
exige de mí.
- Esta noche he sufrido tanto que pensaba
que se acercaba ya el fin de mi vida. Los médicos no
lograron definir qué enfermedad era. (320) Sentía como
si tuviera arrancadas todas las entrañas, sin embargo
tras unas horas de tales sufrimientos estoy sana. Todo
esto por los pecadores. Que Tu misericordia, oh Señor,
descienda sobre ellos.
- En el terrible desierto de la vida,
Oh mi dulcísimo Jesús,
Protege a las almas del desastre,
Ya que eres el manantial de la misericordia.
Que el resplandor de Tus rayos,
Oh dulce Guía de nuestras almas,
Con la misericordia cambie el mundo,
Y al recibir esta gracia, sirva a Jesús.
Debo recorrer un largo camino escarpado
Pero no tengo miedo de nada,
Porque para mi brota la fuente pura de misericordia,
Y con ella fluye la fuerza para los humildes.
Estoy agotada y rendida,
Pero la conciencia me da testimonio,
De que hago todo para la mayor gloria de Dios,
El Señor es mi descanso y mi herencia.
Fin del segundo cuaderno del manuscrito del Diario]
TERCER CUADERNO
Cantaré la misericordia del Señor
Sor Faustina del Santísimo Sacramento
Congregación de las Hermanas
De la Madre de Dios de la Misericordia
+
(1) JMJ [298
1001 Te doy gracias, oh Señor, Maestro mío,
Por haberme transformado toda en Ti
Y porque me acompañas a través de las adversidades de
la vida
No temo nada cuando estás en mi corazón.
+
JMJ
1002 La cena del Señor está servida,
Jesús se sienta a la mesa con los Apóstoles,
Todo su Ser está transformado en amor,
Porque tal fue el consejo de la Santísima Trinidad.
Deseo ardientemente cenar con ustedes,
Antes de sufrir mortalmente,
Me voy el amor me retiene con ustedes.
Derrama su sangre, da la vida porque ama inmensamente.
El amor se oculta bajo la apariencia del pan,
Se va, para quedarse con nosotros.
No fue necesario tal anonadamiento,
Pero el amor ardiente lo ocultó bajo esta especie.
Sobre el pan y el vino dice estas palabras:
Esto es Mi Sangre, esto es Mi Cuerpo.
A pesar de ser misteriosas, son palabras de amor.
Y pasó el cáliz a sus discípulos.
Se estremeció Jesús dentro de Si Mismo
Y dijo: uno de ustedes traicionará a su Maestro.
Callaron, un silencio de tumba,
Y Juan inclinó la cabeza sobre su pecho.
La cena terminada,
Vamos al Getsemaní,
El amor saciado,
Y allí ya está esperando el traidor.
+
- JMJ
- Oh, voluntad de Dios, tú eres mi alimento,
tú eres mi deleite. Anticipa, oh Señor, la Fiesta de la
Misericordia para que las almas conozcan el manantial de
Tu bondad.
Dios
y las almas
Sor
Faustina
Del
Santísimo Sacramento
- Cracovia, 1 III 1937
Oh voluntad de Dios omnipotente,
Tú eres mi deleite, tú eres mi gozo,
Cualquier cosa que me dé la mano de mi Señor
La aceptaré con alegría, sumisión y amor.
Tu santa voluntad, es mi quietud,
En ella se encierra toda mi santidad,
Y toda mi salvación eterna,
Ya que cumplir la voluntad de Dios es la mayor gloria.
La voluntad de Dios son sus distintos deseos,
Mi alma los cumple sin reserva,
Porque éstas son sus divinas aspiraciones
En los momentos en que Dios concede sus confidencias.
Señor, haz de mi lo que Te agrade,
No Te pongo ningún impedimento ni restricción,
Porque tú eres todo mi deleite y el amor de mi alma,
Y yo, igualmente, derramo ante Ti el torrente de mis
confidencias.
+
(3)
JMJ Cracovia 1 III 1937
+
Tercer Cuaderno
- Dios y las almas
Gloria y adoración a la Divina Misericordia fluya de
cada criatura por todos los siglos de los siglos.
- + Oh Señor y Dios mío, me haces escribir
de las gracias que me concedes. Oh Jesús mío, si no
fuera por una orden clara de los confesores [299] de
describir todo lo que sucede en mi alma, yo por mi misma
no escribiría ni una sola palabra. Y si escribo sobre mi,
es por una orden clara de la santa obediencia.
- + Sea gloria y honor a Ti, oh Santísima
Trinidad, Dios eterno; que la misericordia que brota de
Tus entrañas nos proteja de Tu justa ira. Que resuene la
alabanza a la inconcebible misericordia Tuya; en todas
Tus obras está el sello de Tu insondable misericordia,
oh Dios.
- 1 III 1937. El Señor me ha hecho saber
cuánto le desagrada un alma que habla mucho. En tal
alma no encuentro descanso. El ruido continuo Me cansa y
en ese ruido el alma no distingue Mi voz.
- Hoy pedí al Señor Jesús que pueda ver a
cierta persona y esto seria para mí una señal de que el
Señor la llama a este convento [que ha de fundarse]. Y
estuve con ella y comprendí que aquella querida alma
tiene la vocación y pedí al Señor que Él Mismo se
digne formar su alma. He hablado con ella de la vocación
muchas veces y lo demás lo hará el Señor.
- (4) + 5 III 1937. Hoy he sentido en mi
cuerpo la Pasión del Señor durante bastante tiempo; es
un gran dolor, pero todo por las almas inmortales.
- Hoy me visitó el Señor Jesús y me
estrechó a su Corazón y dijo: Descansa, niña Mía.
Yo siempre estoy contigo.
- + 8 III 1937. Hoy, mientras rezaba según
la intención del padre Andrasz, de repente he conocido
lo intimas que son las relaciones de esa alma con Dios, y
lo agradable que ella es al Señor; me alegré
enormemente, porque deseo muchísimo que todas las almas
estén unidas a Dios lo mas estrechamente posible.
- + Mientras rezaba hoy, se adueñó de mi
alma un deseo tan grande de ponerme a la obra que no
logré frenar ese entusiasmo. Oh, con qué ardor deseo
que las almas de esta Congregación se presenten delante
del trono de Dios e impetren continuamente la Divina
Misericordia por el mundo entero, adorando y alabando
esta inconcebible misericordia de Dios. Una fuerza
misteriosa me empuja a la acción.
- 12 III 1937. Vi la gran fatiga de cierto
sacerdote a quien el Señor ha trazado un camino difícil
y duro, pero son vivos los frutos de su trabajo. Ojala
Dios dé muchas almas como ésta que sepan amar a Dios
entre los mas grandes tormentos.
- + Hoy he sentido cuánto deseaba oraciones
cierta alma agonizante. Recé hasta sentir que ya expiró.
Oh, cuánta necesidad de plegarias tienen las almas
agonizantes. Oh Jesús, inspira las almas a rezar
frecuentemente por los agonizantes.
- (5) 15 III 1937. Hoy he entrado en la
amargura de la Pasión del Señor Jesús; sufrí solo
espiritualmente, conocí cuán terrible es el pecado. El
Señor me ha revelado toda la aversión al pecado.
Interiormente, en el fondo de mi alma, conocí lo
terrible que es el pecado, aunque sea el mas pequeño, y
lo mucho que torturó el alma de Jesús. Preferiría
padecer mil infiernos que cometer aun el más pequeño
pecado venial.
- El Señor me dijo: Deseo darme a las
almas y llenarlas de Mi amor, pero son pocas las almas
que quieran aceptar todas las gracias que Mi amor les ha
destinado. Mi gracia no se pierde; si el alma para la
cual está destinada no la acepta, la recibe otra alma.
- Siento, muchas veces, que ciertas personas
rezan por mi; lo noto de repente en mi alma, pero no
siempre sé quién es la persona que intercede por mi; y
sé también cuando alguna persona tiene un disgusto por
cualquier motivo que proviene de mi; también esto lo
conozco dentro de mi, aunque suceda muy lejos [300].
- 18 III 1937. Conocí cierta gracia que me
introduce en una estrecha familiaridad y unión con el
Señor. El Señor me la da a conocer a través de una luz
interior, me muestra su grandeza y su santidad, y con
cuánta benevolencia se humilla hacia mi; me enseña
exclusivamente su amor hacia mi y que es el Dueño de
todo absolutamente, y me dice que se da al alma,
suspendiendo todas las leyes de la naturaleza. Él actúa
como quiere.
- Estoy comprendiendo que los desposorios
interiores del alma con Dios son sin ninguna
manifestación exterior. Es un puro acto interior del
alma con Dios. Esta gracia me ha atraído hacia el ardor
mismo del amor de Dios, he conocido su Trinidad y la
absoluta Unidad de su Ser. Esta gracia difiere de las
demás gracias, es tan altamente espiritual que mi
imprecisa descripción no logra expresar ni una sombra de
ella.
- (6) + Tengo un gran deseo de esconderme:
quisiera vivir como si no existiera en absoluto; siento
una inclinación interior a esconderme profundamente de
modo que me conozca solamente el Corazón de Jesús.
Deseo ser una pequeña, silenciosa morada de Jesús para
que Él pueda descansar en ella. No dejaré acercarse a
ninguna cosa que pueda despertar a mi Amado. El
esconderme me permite tratar continua y exclusivamente
con mi Amado. Me relaciono con las criaturas sólo cuanto
eso agrada a mi Amado. Mi corazón ha amado al Señor con
todo el poder del amor y no conozco otro amor, porque
desde el principio mi alma se ha sumergido en el Señor
como en su único tesoro.
- + Aunque exteriormente tengo muchos
sufrimientos y distintas adversidades, no obstante esto
no disminuye mi vida interior ni por un momento, ni turba
mi recogimiento interior. No temo el momento del abandono
por parte de las criaturas, porque aunque me abandonaran
todos, no estaría sola, porque el Señor está conmigo y
aunque el Señor se ocultara también, el amor lo
encontraría, porque para el amor no existen ni puertas
ni guardias; ni siquiera el lúcido querubín con la
espada de fuego logra detener el amor; éste atraviesa
selvas y desiertos, se abre paso por entre tempestades,
rayos y tinieblas y llega a la fuente de la cual ha
salido y allí se quedará por la eternidad. Todo tiene
un fin, pero el amor, nunca.
- + Hoy he recibido naranjas; cuando la
hermana se fue, pensé: en vez de mortificarme y hacer
penitencias durante la Santa Cuaresma, ¿comeré
naranjitas? Si ya estoy un poco mejor. De repente oí una
voz en el alma: Hija Mía, Me agradas más si por
obediencia y por amor hacia Mí comes naranjas, que si
por tu propia voluntad ayunaras y te mortificaras. El
alma que Me ama mucho, debe, tiene que vivir de Mi
voluntad. Yo conozco tu corazón, sé que no lo satisface
nada, sino únicamente Mi amor.
- (7) + No sabría vivir sin el Señor; en
este aislamiento Jesús me visita a menudo, me instruye,
me tranquiliza, me reprende y me amonesta. Él Mismo
conforma mi corazón según sus deseos y su complacencia
divina, pero siempre lleno de misericordia y de bondad;
nuestros corazones están fundidos en uno.
- 19 III 1937. Hoy me uní a la adoración
que se celebra en nuestra casa, sin embargo mi alma
estaba llena de tormento y un extraño miedo traspasaba
mi corazón, por eso dupliqué mis rezos. De repente he
visto la mirada de Dios dirigida al fondo de mi corazón.
- Al sentarme para tomar un desayuno muy
sabroso, dije al Señor: Te doy gracias por estos dones,
sin embargo mi corazón agoniza por añorarte y nada de
lo que proviene de la tierra tiene sabor para mi; deseo
el alimento de Tu amor.
- Hoy una fuerza misteriosa me empujó a
actuar [301], tuve que resistir a ese impulso, porque de
lo contrario tomaria inmediatamente ese curso.
- 21 III 1937. Domingo de Ramos. Durante la
Santa misa mi alma fue sumergida en la amargura y los
sufrimientos de Jesús. Jesús me hizo saber cuánto
había sufrido en ese cortejo triunfal. Los "Hosanna"
resonaban en el Corazón de Jesús con "Crucificalo".
Jesús me lo hizo sentir de modo singular.
- El medico no me permitió ir a la Pasion a
la capilla [302], a pesar de que lo deseaba ardientemente;
pero he rezado en mi propia habitación. Entonces oí el
timbre en la habitación contigua, y entré y atendi a un
enfermo grave. (8) Al regresar a mi habitación aislada,
de pronto he visto al Señor Jesús que me ha dicho: Hija
Mia, Me has dado una alegria mas grande haciendome este
favor que si hubieras rezado mucho tiempo. Contesté:
Si no Te he atendido a Ti, oh Jesús mio, sino a este
enfermo. Y el Señor me contestó: Sí, hija Mia,
cualquier cosa que haces al projimo Me la haces a Mí.
- + Oh Jesús mio, dame la sabiduría,
dame una inteligencia grande e iluminada por Tu luz,
solamente para que Te conozca mejor, oh Señor, porque
cuanto mejor Te conozca, tanto mas ardientemente Te
amaré, unico Objeto de mi amor. En Ti se ahoga mi alma,
en Ti se deshace mi corazón; no sé amar a medias, sino
con todo el poder de mi alma y con todo el ardor de mi
corazón. Tu Mismo, oh Señor, has incendiado mi amor
hacia Ti, en Ti se ha sumergido mi corazón por la
eternidad.
- 22 III 1937. Hoy, mientrs hablaba con
cierta persona he conocido que su alma sufria mucho,
aunque por fuera fingia que no sufria nada y que estaba
alegre. Y he sentido una inspiración para decirle que lo
que la atormentaba era una tentacion. Cuando le he
revelado lo que la atormentaba, ha irrumpido en llanto y
ha dicho que precisamente por eso había venido a hablar
conmigo, porque sentia que eso la aliviaria. El
sufrimiento consistia en que, por un lado, a esa alma la
atraia la gracia de Dios, y por otro, el mundo. Padecia
una lucha tremenda hasta romper a llorar como una nina
pequena; se retiró aliviada y en paz.
- + Durante la Santa Misa vi al Señor
Jesús clavado en la cruz, entre grandes sufrimientos. Un
silencioso gemido salia de su Corazón, un momento
después dijo: Deseo, deseo la salvacion de las almas;
ayudame, hija Mia, a salvar las almas. Une tus
sufrimientos a Mi Pasion y ofrécelos al Padre Celestial
por los pecadores.
- (9) + Cuando veo que una dificultad
sobrepasa mis fuerzas, no pienso en ella ni la analizo ni
la penetro, sino que, como una nina, recurro al Corazón
de Jesús y le digo una sola palabra: Tú lo puedes todo.
Y me callo, porque sé que Jesús Mismo interviene en el
asunto y yo, en vez de atormentarme, dedico ese tiempo a
amarlo.
- Lunes Santo. Rogué al Señor que me
permitiera participar en su dolorosa Pasion, para que en
el alma y en el cuerpo sintiera su dolorosa Pasion en el
grado en que una criatura puede participar, a fin de que
sienta toda su amargura. Y el Señor me contestó que me
daria esta gracia el jueves, después de la Santa
Comunión, de modo singular.
- + Esta noche estaba muriendo un hombre,
todavía joven, pero sufria tremendamente. Empecé a
rezar por él esta coronilla que me ha ensenado el Señor.
La recé toda, sin embargo la agonia se prolongaba.
Queria empezar las Letanias a Todos los Santos, pero
de repente oí estas palabras: Reza esta coronilla. Comprendi
que esa alma necesitaba muchas oraciones y gran
misericordia. Me encerré en mi habitación aislada y me
postré en cruz delante de Dios implorando misericordia
para esa alma. Entonces sentí la gran Majestad de Dios y
la gran justicia de Dios. Temblaba del espanto, pero no
dejaba de suplicar a Dios la misericordia para esa alma,
y me he quitado del pecho la pequena cruz, la cruz de mis
votos [303] y la he colocado en el pecho del agonizante y
he dicho al Señor: Jesús, mira a esta alma con el amor
con que has mirado mi holocausto el dia de los votos
perpetuos y en virtud de la promesa que has hecho para
los agonizantes, a mi y a quienes invoquen Tu
misericordia para ellos. Y dejó de sufrir y expiró
sereno. Oh. Cuánto deberiamos rezar por los agonizantes;
aprovechemos la misericordia mientras es el tiempo de
compasión.
- (10) + Conozco cada vez mejor cuánto
necesita cada alma la Divina Misericordia durante toda la
vida, pero especialmente en la hora de la muerte. Esta
coronilla es para aplacar la ira divina, según me ha
dicho el [Señor] Mismo.
- + Me veo tan debil que si no tuviera la
Santa Comunión, caeria continuamente; una sola cosa me
sostiene y es la Santa Comunión. De ella tomo fuerza, en
ella está mi fortaleza. Temo la vida si algun dia no
recibo la Santa Comunión. Tengo miedo de mi misma.
Jesús oculto en la Hostia es todo para mi. Del
tabernáculo tomo fuerza, poder, valor, luz; es aquí
donde busco alivio en los momentos de tormento. No sabria
cómo glorificar a Dios si no tuviera la Eucaristía en
mi corazón.
- + Polonia, patria mia querida, oh si
supieras cuántos sacrificios y cuántas oraciones
ofrezco a Dios por ti. Pero presta atención y rinde
gloria a Dios, Dios te enaltece y te trata de manera
especial, pero has de ser agradecida.
- + Experimento un terrible dolor cuando veo
los sufrimientos del projimo. Todos los dolores del
projimo repercuten en mi corazón, llevo en mi corazón
sus angustias de tal modo que me agotan incluso
fisicamente. Quisiera que todos los dolores cayesen sobre
mi para llevar alivio al projimo.
- En medio de tremendas tribulaciones te
miro a Ti, oh Dios, y aunque una tormenta se cierne sobre
mi cabeza, sé que el sol no se apaga ni tampoco me
extranan las criaturas perversas y acepto con
anticipación todos los acontecimientos. Mi boca calla
cuando los oidos están saturados de escarnios. Entre los
mas grandes sufrimientos procuro el silencio de mi
corazón y me protejo de cualquier ataque con el escudo
de Tu nombre.
- (11) Un ardiente deseo de esta Fiesta [304]
inflama toda mi alma. En una ardiente oracion por
anticipar [la institución de] esta Fiesta encuentro un
poco de alivio. Y empecé una novena según la intencion
de ciertos sacerdotes para que Dios les conceda luz e
inspiración para tramitar la institución de esta Fiesta
y para que el Espiritu de Dios inspiro al Santo Padre en
toda esta causa.
La novena consiste en una hora de adoración delante del
Santisimo Sacramento. He rogado ardientemente a Dios por
anticipar esta Fiesta y he pedido al Espiritu Santo que inspire a
ciertas personas en toda esta causa. Termino esta novena el
Jueves Santo.
- + 23 III 1937. Hoy es el septimo dia de la
novena. Recibi una gracia grande e inconcebible; Jesús
tan misericordioso me prometio de que llegaré a ver la
solemne celebración de esta Fiesta.
- Este dia 23 es el Martes Santo y un dia en
el cual Dios me ha concedido muchas gracias.
- Subitamente me inundó la presencia de
Dios y de inmediato me vi en Roma, en la capilla del
Santo Padre, pero a la vez estaba en nuestra capilla, y
la solmnidad del Santo Padre y de toda la Iglesia estaba
estrechamente unida a nuestra capilla, y de manera
especial a nuestra Congregación; y participé al mismo
tiempo en la solemnidad de Roma y la de aquí. Esta
solemnidad estaba tan estrechamente unida a Roma que,
aunque escribo, no alcanzo a distinguir [la diferencia
entre una y otra], pero fue asi como lo vi. Vi al Señor
Jesús expuesto en la custodia en el altar mayor, en
nuestra capilla. La capilla estaba adornada solemnemente
y aquel dia podian entrar en ella todos, cualquier que
quisiera [305]. Hubo tanto gentio que yo no lograba
abarcarlo con la vista. Todos participaban en esa
solemnidad con gran alegria y muchso recibieron lo que
había deseado. (12) La misma solemnidad tenia lugar en
Roma, en un bello templo y el Santo Padre con todo el
clero celebraba esta solemnidad. Y de repente vi a San
Pedro que se puso entre el altar y el Santo Padre.
¿Quédecia San Pedro? No pude escucharlo, pero vi que el
Santo Padre comprendia sus palabras&hellip
- De pronto, algunos eclesiaticos que
desconozco, empezaron a examinarme y a humillarme, o mas
bien lo que había escrito, pero veia que Jesús Mismo me
defendia y les hacia comprender lo que no sabian.
- De subito vi que de la Santa Hostia
salieron los dos rayos que están pintados en la imagen y
se esparcieron sobre el mundo entero. Eso sucedió en un
solo momento, pero fue como si hubiera durado un dia
entero y nuestra capilla estuvo repleta de gente durante
todo el dia y todo ese dia fue pleno de gozo.
- Y de pronto vi al Señor Jesús vivo en
nuestro altar tal y como está pintado en la imagen. Sin
embargo, sentia que las hermanas y toda la gente no veian
a Jesús asi como lo veia yo. Jesús miró con gran
bondad y alegria al Santo Padre, y a ciertos sacerdotes,
y a todo el clero, y al pueblo y a nuestra Congregación.
- De repente fui raptada a la cercania de
Jesús y me presenté en el altar junto a Jesús y mi
espiritu fue llenado de una felicidad tan grande que no
puedo ni comprender ni describir. Un abismo de serenidad
y de descanso inundó mi alma. Jesús se inclinó hacia
mi y me dijo amablemente: ¿Qué deseas, hija Mia? Y
contesté: Deseo la gloria y el culto de Tu misericordia.
El culto ya lo recibo con la institución y la
celebración de esta Fiesta; ¿Qué deseas mas? Y
miré esta gran muchedumbre que veneraba la Divina
Misericordia y dije al Señor: Jesús, bendice a todos
los que están reunidos para rendirte honor a Tu
misericordia infinita. Jesús trazó con la mano la
señal de la santa cruz; la bendicion se reflejó en las
almas con un relámpago de luz. (13) Mi espiritu se
sumergió en su amor, sentí como si me disolviera en
Dios y desapareciera en Él. Cuando volvi en mi, una
profunda paz inundaba mi alma y le fue concedido a mi
mente comprender de manera milagrosa muchas cosas que
antes habian sido incomprensibles para mi.
- Soy sumamente feliz a pesar de ser la mas
pequena y no quisiera cambiar nada de lo que Dios me ha
dado. Ni siquiera con un serafín quisiera cambiar el
conocimiento interior que Dios me da de Si Mismo. Mi
unión interior con Dios es tal que ninguna criatura
puede comprenderla y, especialmente, el abismo de su
misericordia que me envuelve completamente. Soy feliz con
todo lo que me das.
- 24 III 1937. Miércoles Santo. Mi corazón
anhela a Dios, deseo unirme a Él; un ligero temor
atraviesa mi alma y a la vez una llama de amor incendia
mi corazón. El amor y el sufrimiento están unidos en mi
corazón.
- He experimentado un gran dolor en mi
cuerpo, pero siento que el Señor me sostiene, porque de
otro modo no lo soportaria.
- Oh Jesús mio, Te ruego por toda la
Iglesia: concedele amor y luz de Tu Espiritu, da poder a
las palabras de los sacerdotes para que los corazones
endurecidos se ablanden y vuelvan a Ti, Señor. Señor,
danos sacerdotes santos; Tu Mismo conservalos en la
santidad. Oh Divino y Sumo sacerdote, que el poder de Tu
misericordia los acompane en todas partes y los proteja
de las trampas y asechanzas del demonio, que están
siendo tendidas incesantemente para [atrapar a] las almas
de los sacerdotes. Que el poder de Tu misericordia, oh
Senor, destruya y haga fracasar lo que pueda empañar la
santidad de los sacerdotes ya que Tú lo puedes todo.
- (14) 25 III 1937. Jueves Santo. Durante la
Santa Misa vi al Señor que me dijo: Apoya tu cabeza
sobre Mi pecho y descansa. El Señor me abrazó a su
Corazón y dijo: Te daré una pequena parte de Mi
Pasion, pero no tengas miedo, sino que sé valiente; no
busques alivio, sino que acepta todo con sumisión a Mi
voluntad.
- Mientras Jesús se despedia de mi, un
dolor tan grande estrechó mi alma que es imposible
expresarlo. Me abandonaron las fuerzas fisicas, Sali
rapidamente de la capilla y me acosté en la cama. Me
olvidé de lo que pasaba alrededor de mi, mi alma estaba
deseando al Señor y toda la amargura de su Corazón
divino se comunicó a mi. Eso duró no mas de tres horas.
Rogué al Señor que me preservara de la vista de los que
me rodeaban. Aunque traté, no pude tomar ningun alimento
durante todo el dia, hasta la noche.
Deseaba ardientemente pasar toda la noche en la
oscuridad [306] con el Señor Jesús. Recé hasta las once, a las
once el Señor me dijo: Ve a descansar, te he hecho vivir
durante tres horas lo que he sufrido durante toda la noche. Y
en seguida me acosté en la cama.
Estaba completamente sin fuerzas fisicas, la pasion me
las quitó del todo. Todo el tiempo estaba como desmayada, cada
latido del Corazón de Jesús repercutia en mi corazón y
traspasaba mi alma. Ciertamente si ese martirio hubiera sido
solamente mio, habria sufrido menos, pero cuando miraba a Aquel a
quien mi corazón había amado con todas las fuerzas, que Él
sufria y yo no le podia dar ningun alivio, mi corazón se
despedazaba en el amor y la amargura. Agonizaba con Él y no
podia morir; pero no cambiaria ese martirio por todas las dichas
del mundo. En ese sufrimiento mi amor aumentó de modo indecible.
Sé que el Señor me sostenia con su omnipotencia ya que de otro
modo no habria podido resistir ni un momento. Vivi junto con Él
toda clase de tormentos de modo singular. El mundo no conoce
todavía todo lo que Jesús ha sufrido. (15) Le hice compania en
el Huerto de los Olivos y en la oscuridad del calabozo, en los
interrogatorios de los tribunales, estuve con Él en cada etapa
de su Pasion; no se ha escapado a mi atención ni un solo
movimiento, ni una sola mirada Suya, conoci toda la omnipotencia
de su amor y de su misericordia hacia las almas.
- 26 III 1937. Viernes. Desde por la manana
sentia en mi cuerpo el tormento de sus cinco llagas. El
sufrimiento duró hasta las tres. Aunque por fuera no
había ninguna huella, no obstante las torturas no eran
menos dolorosas. Me alegré de que Dios me protegiera de
las miradas de la gente.
- A las once Jesús me dijo: Hostia mia,
tú eres alivio para Mi Corazón martirizado. Pensé
que después de estas palabras mi corazón se quemaria. Y
me introdujo en una muy estrecha unión Consigo y mi
corazón se unió a su Corazón de modo amoroso y sentia
sus mas debiles latidos y Él los mios. El fuego de mi
amor, creado, fue unido al ardor de su amor eterno. Esta
gracia supera con su grandeza todas las demas. Su esencia
trina me envolvió toda y fui sumergida toda en Él, en
cierto sentido mi pequenez chocó contra el Soberano
Inmortal. Estaba sumergida en un amor inconcebible y en
un tormento inconcebible a causa de su Pasion. Todo lo
que tenia relacion son su Ser, se comunicaba tambien a mi.
- Jesus me había dado a conocer y presentir
esta gracia y hoy me la concedió. No me habria atrevido
ni siquiera soñar con esta gracia. Mi corazón está
como en un continuo extasis aunque exteriormente nada me
impide tratar con el projimo ni solucionar distintos
asuntos. No soy capaz de interrumpir mi extasis ni nadie
logra adivinarlo, porque le pedi que se dignara
protegerme de las miradas de los hombres. Y con esta
gracia entró en mi alma todo un mar de luz respecto al
conocimiento de Dios y de mi misma; y el asombro me
envuelve toda e introduce como en un nuevo extasis por
saber que Dios se dignó humillarse hasta mi, tan
pequeñita.
- (16) + A las tres, postrandome en curz,
rogué por el mundo entero. Jesús estaba terminando su
vida mortal, oí sus siete palabras, después me miro y
dijo: Amadisima hija de Mi Corazón, tú eres Mi
alivio entre terribles tormentos.
- Jesus me ordena hacer una novena antes de
la Fiesta de la Misericordia y debo empezarla hoy por la
conversión del mundo entero y para que se conozca la
Divina Misericordia. Para que cada alma exalte Mi
bondad. Deseo la confianza de Mis criaturas, invita a las
almas a una gran confianza en Mi misericordia insondable.
Que no tema acercarse a Mi el alma debil, pecadora y
aunque tuviera mas pecados que granos de arena hay en la
tierra, todo se hundirá en el abismo de Mi misericordia.
- Cuando Jesús dio el ultimo suspiro, mi
alma se sumergio en dolor y durante largo tiempo no pude
volver en mi. Encontré algun alivio en lagrimas. Aquel a
quien mi corazón ha amado, está muriendo. ¿Hay quién
pueda comprender mi dolor?
- Antes de anochecer oí en la radio cantos
y precisamente Salmos cantados por sacerdotes [307].
Rompi a llorar y todo el dolor se renovó en mi alma y
lloraba sin encontrar consuelo a mi dolor. De repente oí
en el alma una voz: No llores, no sufro mas. Y por la
fidelidad con la cual Me has acompanado en la Pasion y la
muerte, tu muerte será solemne y Yo te haré compania en
esa ultima hora. Amada perla de Mi Corazón, veo tu amor
tan puro, mas que el de los ángeles; mas, porque tú
luchas. Por ti bendigo al mundo. Veo tus esfuerzos por Mi
y encantan Mi Corazón.
Después de estas palabras no lloré mas, sino que
agradeci al Padre celestial por habernos enviado a Su Hijo y por
la obra de Redencion del género humano.
1062 (17) + Hice una hora de adoración en
agradecimiento por todas las gracias que me habian sido
concedidas y por toda la enfermedad; la enfermedad tambien es una
enorme gracia. Estuve enferma cuatro meses pero no recuerdo que
hubiera perdido por eso un solo minuto. Todo por Dios y por las
almas, deseo serle fiel en todas partes.
En esa adoración conoci todo el cuidado y la bondad con
la que Jesús me rodeaba y protegia de todo mal. Jesús, Te doy
gracias especialmente por haberme visitado en la soledad de mi
celda y Te agradezco por haber inspirado a mis Superioras para
que me enviaran a realizar ese tratamiento. Concédeles, Jesús,
la omnipotencia de Tu bendicion y recompénsales por todas las
pérdidas sufridas por mi.
1063 Hoy Jesús me ha ordenado consolar y tranquilizar a
cierta querida alma que se ha abierto ante mi contandome sus
dificultades; esa alma es agradable al Señor, pero ella no lo
sabe. Dios la mantiene en una profunda humildad. He cumplido la
recomendación del Senor.
- + Oh dulcisimo Maestro mio, oh buen Jesús,
Te doy mi corazón y Tú modélalo, fórmalo según Tu
agrado. Oh Amor inconcebible, abro el caliz de mi
corazón ante Ti, como un capullo de rosa se abre al
frescor del rocio; el perfume de la flor de mi corazón
es conocido sólo por Ti. Oh Esposo mio, que la fragancia
de mi sacrificio Te sea agradable, oh Dios inmortal, mi
eterna delicia, Tú eres mi cielo ya aquí en la tierra,
que cada latido de mi corazón sea un nuevo himno de
adoración a Ti, oh Santisima Trinidad. Su tuviera tantos
corazones cuantas gotas de agua hay en el océano,
cuantos granos de arena en toda la tierra, Te los
ofreceria todos, oh Amor mio, Tesoro de mi corazón. Con
cuántos me encuentre en la vida, deseo atraerlos todos a
amarte, oh Jesús mio, mi Belleza, mi Sosiego, mi unico
Maestro, Juez, Salvador y Esposo a la vez; sé que un
titulo atenúa el otro, he puesto todo en Tu misericordia.
- (18) + Oh Jesús mio, sostenme cuando
vengan los dias difíciles y nublados, los dias de las
experiencias, los dias de las pruebas, cuando el
sufrimiento y el cansancio empiecen a oprimir mi cuerpo y
mi alma. Sostenme, oh Jesús, dame fuerza para soportar
los sufrimientos. Pon una centinela a mis labios para que
no salga ni una sola palabra de queja ante las criaturas.
Toda mi esperanza es Tu Corazón misericordiosisimo, no
tengo nada en mi defensa, sólo Tu misericordia, en ella
toda mi confianza.
- 27 III 1937. Hoy he vuelto de Pradnik,
después de casi cuatro meses de curacion; agradezco
mucho a Dios por todo. He aprovechado cada momento para
alabar a Dios. Cuando entré por un momento en la capilla,
conoci cuánto sufriré y lucharé por toda esta causa.
Oh Jesús, mi fuerza, sólo Tú puedes ayudarme, dame
fuerzas.
- 28. La Resurrección. Durante la
celebración de la resurrección he visto al Señor en la
belleza y el resplandor y me dijo: Hija Mia, la paz
sea contigo; me bendijo y desapareció, mi alma se
llenó de alegria y de jubilo indescriptibles. Mi
corazón se fortaleció para la lucha y los sufrimientos.
- Hoy hablé con el Padre [308] que me ha
recomendado mucha prudencia en esstas repentinas
apariciones de Jesús. Mientras él hablaba de la Divina
Misericordia, en mi corazón ha entrado una fuerza y una
fortaleza extranas. Oh Dios mio, deseo tanto revelarlo
todo y, sin embargo, no puedo. El Padre me dice que &ldquoel
senor Jesús es muy generoso en darse al alma, pero por
otra parte es en cierto modo avaro. Aunque la generosidad
de Dios es grande [me dijo el Padre], no obstante sea
prudente, porque este repentino aparecer despierta
sospechas. Aunque todavía no veo en esto nada de malo,
ni nada que esté en contradicción con la fe. Sea un
poco mas prudente; cuando venga la Madre Superiora, puede
hablar con ella de estas cuestiones.&rdquo
- (19) 29 III 1937. Hoy, durante la
meditación vi al Señor en gran belleza que me dijo: La
paz sea contigo, hija Mia. Toda mi alma tembló de
amor por Él y le dije: Oh Señor, aunque yo Te quiero de
todo mi corazón, Te ruego que no Te me aparezcas, porque
el Padre espiritual me ha dicho que Tus repentinas
apariciones despiertan sospechas de que Tú eres, quizá,
alguna ilusion. Y aunque yo Te amo mas que mi vida y sé
que Tú eres el Señor y Dios mio, que tratas conmigo, no
obstante por encima de todo soy obediente al confesor.
Jesús escuchó con seriedad y bondad lo que le estaba
diciendo y me dijo: Dile al confesor que trato tan intimamente
con tu alma, porque no robas Mis dones y derramo todas las
gracias sobre tu alma, porque sé que no te apropiarás de ellas.
Y en señal de que su prudencia Me es agradable, no Me verás y
no te apareceré de este modo hasta que le relates lo que te he
dicho.
- + 2 IV 1937. Por la manana, durante la
Santa Misa, oí estas palabras: Dile a la Superiora
que deseo que la adoración se realice aquí según la
intencion de impetrar misericordia por el mundo.
- Oh Jesús mio, sólo Tú sabes lo que
está viviendo mi corazón. Oh Fuerza mia, Tú lo puedes
todo; y aunque yo me expongo a grandes sufrimientos,
siempre permaneceré fiel a Ti porque me sostiene una
particular gracia Tuya.
- 3 IV 1937. Hoy el Señor me dijo: Dile
al Reverendo Profesor [309] que en la Fiesta de Mi
Misericordia diga un sermón sobre Mi insondable
misericordia. Cumpli el deseo de Dios, sin embargo
ese sacerdote no ha aceptado el deseo del Señor; al
alejarme del confesionario, oí estas palabras: Haz lo
que te mando y quédate tranquila, este asunto está
entre él y Yo. Tú no responderás por esto.
- (20) 4 IV 1937. Domingo in Albis, es decir,
la Fiesta de la Misericordia. Por la manana, después de
la Santa Comunión mi alma ha sido sumergida en la
divinidad; estaba unida a las Tres Personas Divinas en
tal modo que cuando estaba unida a Jesús, a la vez [estaba
unida] al Padre y al Espiritu Santo. Mi alma estaba
inundada de una alegria inconcebible y el Señor me ha
dado a conocer todo el mar y el abismo de su misericordia
insondable.
Oh, si las almas quisieran comprender cuánto Dios las
ama. Todas las comparaciones asi sean las mas tiernas y las mas
fuertes son apenas una palida sombra frente a la realidad.
Cuando estaba unida al Señor, he conocido cuán
numerosas son las almas que adoran la Divina Misericordia.
1074 Cuando fui a la adoración escuché estas palabras:
Hija Mia amada, apunta estas palabras: Mi Corazón ha
descansado hoy en este convento. Habla al mundo de Mi
misericordia, de Mi amor.
Me queman las llamas de la misericordia, deseo
derramarlas sobre las almas de los hombres. Oh, qué dolor Me dan
cuando no quieren aceptarlas.
Hija mia, haz lo que esté en tu poder para difundir
la devocion a Mi misericordia. Yo supliré lo que te falta. Dile
a la humanidad doliente que se abrace a Mi Corazón
misericordioso y Yo la llenaré de paz.
Di, hija Mia, que soy el Amor y la Misericordia
Mismos. Cuando un alma se acerca a Mi con confianza, la colmo con
tal abundancia de gracias que ella no puede contenerlas en sí
misma, sino que las irradia sobre otras almas.
1075 A las almas que propagan la devocion a Mi
misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre
cariñosa [protege] a su niño recién nacido y a la hora
de la muerte no seré para ellas Juez sino (21) Salvador
misericordioso. En esta última hora el alma no tiene nada en su
defensa fuera de Mi misericordia. Feliz el alma que durante la
vida se ha sumergido en la Fuente de la Misericordia, porque no
la alcanzará la justicia.
- Escribe: Todo lo que existe está
encerrado en las entrañas de Mi misericordia mas
profundamente que un niño en el seno de la madre. Cuán
dolosamente Me hiere la desconfianza en Mi bondad. Los
pecados de desconfianza son los que Me hieren mas
penosamente.
- Durante la Santa Misa, la Hermana Maestra
[310] tocó un canto hermoso sobre la Divina Misericordia;
entonces rogué al Señor que le dé a conocer mas
profundamente el abismo de esta misericordia inconcebible.
- + Mientras me despedia del Señor antes de
acostarme, escuché estas palabras: Hostia querida a
Mi Corazón, por ti bendigo la tierra.
- 7 IV 1937. Hoy, en la capilla, cierta
persona entró, y yo sentí un terrible dolor en las
manos y en los pies y en el costado, como Jesús durante
la Pasion. Eso duró un breve instante, y asi conozco al
alma que no está en la gracia de Dios.
- En una ocasión vi al Santo Padre
reflexionando sobre esta causa [311].
- 10 IV 1937. Hoy, la Madre Superiora me dio
a leer un articulo sobre la Divina Misericordia, y estaba
en él una reproducción de la imagen que está pintada.
El articulo está publicado en el &ldquoTygodnik
Wilenski&rdquo [312] [Semanario de Vilna], nos lo ha
mandado a Cracovia el Padre Sopocko, ferviente apostol de
la Divina Misericordia. En el articulo vienen las
palabras que el Señor Jesús me ha dirigido a
- Mi, algunas palabras vienen [citadas] al
pie de la letra. Cuando he tomado este semanario en la
mano, una flecha de amor ha traspasado mi alma. Por tu
ferviente deseo anticipo la Fiesta de la Misericordia. Mi
espiritu se inflamó de un fuego de amor tan fuerte que
me parecia disolverme completamente en Dios.
- + Esta bella alma que difunde en el mundo
la obra de la Divina Misericordia es muy agradable a Dios
por su profunda humildad.
- Antes de cada gracia muy grande, mi alma
es sometida a una prueba de paciencia, porque la siento
pero no la poseo todavía. Mi espiritu se agita, pero la
hora aún no ha llegado. Esos momentos son tan
misteriosos que es difícil escribir de ellos.
- 13 IV 1937. Hoy tengo que permanecer en la
cama todo el dia. Me ha dado una tos violenta que me ha
debilitado tanto que no tengo fuerzas para caminar. Mi
espiritu se lanza a cumplir las obras divinas, pero las
fuerzas fisicas me han abandonado. En este momento no
llego a comprender Tu actuar, oh Señor, por eso repito
con un acto de voluntad amorosa: haz de mi lo que Te
agrade.
- Al ver que las tentaciones son tan grandes,
toda una oleada de dudas choca contra mi alma, el
desaliento está ya pronto y disponible, pero el Señor
fortalece la voluntad conta la cual, como contra una roca
se estrellan todas las asechanzas del enemigo. Veo
cuánta gracia actual cooperante Dios me concede y con la
cual me sostiene continuamente. Estoy muy débil y debo
todo unicamente a la gracia de Dios.
- + Cuando decidi un dia, ejercitarme en
cierta virtud, cai en el defecto contrario a esa virtud
diez veces mas que en otros dias. Por la noche, mientras
reflexionaba sobre ¿por qué hoy caia de manera tan
excepcional?, oí estas palabras: Has contado
demasiado contigo misma y muy poco Conmigo. Comprendi
la causa de mis caídas.
- (23) Curacion repentina.
Después de que escribi una carta al Padre Sopocko, el
domingo once de abril, de repente mi salud empeoró hasta tal
punto que no envié la carta, sino que esperaba una evidente
voluntad de Dios. Sin embargo mi salud empeoró tanto que tuve
que guardar cama. La tos me atormentaba tan terriblemente que me
parecia que si se repitiera todavía un par de veces, seguramente
seria el final.
1089 El catorce de abril me sentia tan mal que me
levanté con esfuerzo para ir a la Santa Misa. Me sentia mas
enferma que cuando me habian enviado a la curacion. Tenia un
fuerte estertor y una respiración ronca en los pulmones y unos
dolores extraños. Al recibir la Santa Comunión, yo misma no
sabia por qué, o mejor dicho, qué cosa me empujaba a esta
oracion y comencé a rezar de este modo: Jesús, que Tu Sangre
pura y sana circule en mi organismo enfermo, y que Tu Cuerpo puro
y sano transforme mi cuerpo enfermo, y que una vida sana y fuerte
palpite en mi, si es Tu santa voluntad que yo me ponga a esta
obra, y esto será para mi la señal evidente de Tu santa
voluntad.
Mientras asi rezaba, subitamente sentí como una
sacudida en todo el organismo y de repente me sentí
completamente sana. Tenia la respiración limpia como si nunca
hubiera estado enferma de los pulmones ni sentia dolores y para
mi era la senal de que debia ponerme a la obra.
1090 Y eso sucedió el ultimo dia de la novena que hacia
al Espiritu Santo. Después de esta curacion, repentinamente fui
unida al Señor Jesús de modo puramente espiritual. Jesús me
dio una fuerte convicción, o sea me afirmó respecto a sus
demandas. En tal cercania con el Señor Jesús permaneci el dia
entero y hablé de los detalles referentes a la Congragacion.
(24) Jesús volcó en mi alma fortaleza y entusiasmo
para actuar. Ahora comprendo que si el Señor exige algo del alma,
le da la posibilidad de realizarlo y a traves de la gracia la
hace capaz de cumplir lo que exige de ella. Y por lo tanto aunque
fuera el alma mas misera, al mandato del Señor puede emprender
cosas que superan su entendimiento; la senal por la cual se puede
reconocer que el Señor esta con esa alma es ésta cuando en el
alma aparece la fuerza y el poder de Dios que la hace valiente y
fuerte. En cuanto a mi, en un primer momento siempre me asusto un
poco de la grandeza del Señor, pero luego en mi alma entra una
paz profunda e imperturbable, una fuerza interior para [hacer] lo
que en un momento dado el Señor exige&hellip&hellip.
1091 Entonces oí estas palabras: Ve, dile a la
Superiora que estás sana.
Cuánto tiempo estaré sana, no lo sé ni lo pregunto;
sé solamente que actualmente gozo de buena salud; el futuro no
me pertenece. Pedi la salud como un testimonio de la voluntad de
Dios y no para buscar alivio en el sufrimiento.
- 16 IV 1937. Hoy, cuando la Majestad de
Dios me inundó mi alma, conoci que el Señor, aunque tan
grande, tiene una predileccion por las almas pequenas y
humildes. Cuanto [313] mas profundamente se humilla el
alma, tanto mas amablemente el Señor se acerca a ella;
uniéndose a ella estrechamente la eleva hasta su trono.
Feliz el alma que el Señor Mismo defiende. He aprendido
que solamente el amor tiene valor. El amor es una cosa
grande, nada puede compararse con un acto del puro amor
de Dios ninguna obra.
- + Oh Jesús, protegeme con Tu misericordia
y júzgame tambien con benevolencia, porque de otro modo
Tu justicia me puede condenar, con buena razon.
- (25) 17 IV. Hoy, durante la clase de
catecismo [314] he sido reafirmada en lo que había
conocido a traves del entendimiento interior y de lo que
vivo desde hace mucho tiemp, a saber: si el alma ama
sinceramente a Dios y está unida a Él interiormente,
entonces aunque por fuera vive en condiciones difíciles,
nada tiene el poder de oprimir su interior. Y entre la
corrupción puede ser pura e intacta, porque el gran amor
de Dios le da fuerza para luchar y Dios Mismo defiende de
modo especial, e incluso de manera milagrosa, al alma que
lo ama sinceramente.
- Cuando un dia, Dios me hizo saber
interiormente que no había perdido nunca la inocencia y
que a pesar de distintos peligros en los cuales me había
encontrado, Él Mismo me protegia para que quedara
intacta la virginidad de mi alma y de mi corazón ese dia
lo pasé en un ferviente agradecimiento interior.
Agradecia a Dios por haber dignado protegerme contra el
mal, pero tambien porque había encontrado gracia a sus
ojos y porque Él Mismo se había dignado asegurarme de
ella.
- Y algunos años mas tarde se dignó
confirmarme en esta gracia, y desde entonces no
experimento la rebeldia de los sentidos contra el alma.
Lo tengo descrito mas detalladamente en otro cuaderno [315].
Cada vez que recuerdo esta inconcebible gracia, una nueva
llama de amor y de agradecimiento a Dios brota de mi
corazón, y este amor me conduce a olvidarme
completamente de mi.
- Desde aquellos dias vivo bajo el manto
virginal de la Santisima Virgen, ella me cuida y me
instruye; estoy tranquila junto a su Inmaculado Corazón,
ya que soy debil e inexperta, por eso, como una nina me
abrazo a su Corazón. A pesar de afirmarme Dios en esta
virtud, vigilo
- continuamente y tengo miedo incluso de mi
propia sombra y es solamente porque he amado mucho a Dios.
- (26) Esta gracia divina me ha sido dada
solamente por ser yo la mas debil de entre todos los
seres humanos, por eso el Todopoderoso me ha rodeado de
su particular misericordia.
- 24 IV. Cada gracia mayor la siento antes,
y me invade un extrano anhelo y un gran deseo de Dios. La
espero, y cuanto mas grande es la gracia, tanto mayor es
el presentimiento y mayor la batalla que libro con el
adversario de mi salvacion.
A veces mi alma se encuentra en tal condicion que la
puedo describir haciendo una comparación: hay dos amigos
sinceros, uno de ellos sólo organiza un gran banquete al cual ha
invitado a su amigo; ambos esperan con ansia, pero el banquete es
a la hora establecida. Bien, los momentos anteriores a la gracia
son tan agitados que me es difícil describirlos. Los caracteriza
un inquieto deseo y el ardor del amor. Siento que el Señor esta,
pero no puedo sumegirme en Él completamente porque no ha llegado
la hora establecida. A veces, antes del momento de la gracia
estoy totalmente privada de todo: mente, voluntad, corazón; me
quedo sola y espero únicamente a Dios. Él Mismo lo hace dentro
de mi antes de su venida.
1101 23 IV 1937. Hoy empecé mi retiro espiritual de
tres dias [316].
Por la noche oí en el alma estas palabras: Hija Mia,
has de saber que te voy a hablar de modo especial a traves de
este sacerdote [317] para que no tengas dudas en cuanto a
Mis demandas. Ya desde la primera meditación, las palabras
de este sacerdote impresionaron mi alma, y fueron las siguientes:
no me está permitido oponerme a la voluntad de Dios, ni a los
deseos de Dios, cualesquiera que sean; y en cuanto esté
convencida de la certeza y la autenticidad de la voluntad de Dios,
deberé cumplirla y de esto nadie me puede dispensar. Cualquiera
(27) que sea esta voluntad, si la conozco, debo cumplirla. Esto
es solamente un pequeñísimo resumen, pero toda esta meditación
se me grabó en el alma y no tengo ninguna duda. Sé qué es lo
que Dios quiere de mi y lo que debo hacer.
1102 En la vida hay instantes y momentos del
conocimiento interior, o sea iluminaciones divinas, cuando el
alma es instruida interiormente sobre las cosas que no ha leido
en ningun libro ni nadie le ha ensenado. Estos son los momentos
de los conocimientos interiores que Dios Mismo concede al alma.
Se trata de grandes misterios&hellip. Muchas veces recibo la
luz y el conocimiento de la vida intima de Dios y [conozco] la
disposición interior de Dios y eso me llena de una confianza y
de un gozo indecibles que no alcanzo a contener en mi, deseo
disolverme toda en Él&hellip.
- + El núcleo del amor es el sacrificio y
el sufrimiento. La verdad ostenta una corona de espinas.
La oracion involucra el intelecto, la voluntad y el
sentimiento.
- Hoy hubo una bella predicación [318]
sobre la Divina Misericordia y sobre la bondad de Dios.
Durante la conferencia mi alma experimentó el ardor del
amor de Dios y he comprendido que la palabra de Dios es
viva.
- Los propositos particulares siguen siendo
los mismos, es decir: la unión con Cristo misericordioso
y el silencio.
La florecilla que deposito a los pies de la Santisima
Virgen en mayo es la de ejercitarme en la practica del silencio.
- (28) + Una virtud sin prudencia no es
virtud. Debemos rogar frecuentemente al Espiritu Santo
por la gracia de la prudencia. La prudencia se compone de:
la reflexion, la consideración razonable y el proposito
firme. La decisión final siempre nos pertenece a
nosotros. Nosotros debemos decidir, aunque podemos, y
debemos pedir consejos, y buscar la luz&hellip..
1107 Hoy, durante la meditación, Dios me ha dado la luz
interior y me ha hecho comprender la santidad y en qué consiste.
Aunque esto lo he oido ya muchas veces en las conferencias, no
obstante el alma lo comprende de otro modo cuando lo conoce a
traves de la luz de Dios que la ilumina.
Ni gracias, ni revelaciones, ni extasis, ni ningun otro
don concedido al alma la hace perfecta, sino la comunión
interior de mi alma con Dios. Estos dones son solamente un adorno
del alma, pero no constituyen ni la sustancia ni la perfección.
Mi santidad y perfección consisten en una estrecha unión de mi
voluntad con la voluntad de Dios. Dios nunca violenta nuestro
libre albedrío. De nosotros depende si queremos recibir la
gracia de Dios o no; si vamos a colaborar con ella o la
malgastamos.
1108 En la última prédica de la noche que preparaba a
la renovación de los votos, el Padre habló de la felicidad que
fluye de los tres votos y de la recompensa por la fiel
observancia de los mismos. De repente mi alma se sumergió en
grandes tinieblas interiores. En vez de alegria, mi alma se
llenó de amargura y un agudo dolor traspasó mi corazón. Me
sentia tan miserable e indigna de esta gracia y dándome cuenta
de esta miseria e indignidad no me habria atrevido acercarme a
los pies de la mas joven de las postulantes para besarlos. En mi
interior, las veia bellas y agradables a Dios y a mi me veia como
un abismo de miseria. Terminada (29) la prédica me tiré a los
pies del Dios Oculto entre lagrimas y dolor; me arrojé al mar de
la Divina Misericordia infinita y sólo alli encontré alivio. Y
sentia que toda la omnipotencia de su misericordia me envolvia.
- + 30. Hoy, renovación de los votos.
Apenas me he despertado me ha envuelto la presencia de
Dios y me siento una nina de Dios. El amor de Dios inundó mi
alma y me dio a conocer que todo depende de su voluntad y me ha
dicho estas palabras: Deseo conceder el perdón total a las
almas que se acerquen a la confesion y reciban la Santa Comunión
el dia de la Fiesta de Mi Misericordia. Y me dijo: Hija Mia, no
tengas miedo de nada, Yo siempre estoy contigo, aunque te parezca
que no esté; y tu humillación Me atrae desde el alto trono y Me
uno estrechamente a ti.
- 29 [IV 1937]. El Señor me ha dado conocer
las discusiones [319] que se han desarrollado en el
Vaticano sobre esta Fiesta: el dignatario Pacelli ha
trabajado mucho alli.
- Hoy la renovación, o sea la emision de
los votos y la solemne ceremonia. Mientras las hermanas
pronunciaban los votos, oí a los angeles cantar: Santo,
Santo, Santo, en diferentes tonos, y nadie es capaz de
expresar en terminos humanos la armonia de ese canto.
- Por la tarde hablé con mi querida Maestra,
la Madre Maria Josefa. Dimos una vuelta por el jardin y
hablé con ella un poco. Es siempre la misma, querida
Maestra, aunque ya no es Maestra sino Superiora y ya hace
diez años que hizo los votos. Me dijo que un alma
consagrada no puede vivir sin cruz y me reveló cierto
sufrimiento que yo habia tenido en Varsovia y del cual
nunca (30) le había hablado. Como si estuvieran vivas se
han presentado a los ojos de mi alma todas las gracias
que había recibido en el noviciado. Oh, cuánto se lo
agradezco. Cuando mi alma estaba sumergida en las
tinieblas y me parecia que estaba condenada, ella me
había arrancado de aquel abismo con el poder de la
obediencia.
- A menudo mi alma está aturdida por el
sufrimiento y ningun ser humano es capaz de comprender
mis tormentos.
- Mayo &ndash 1 V 1937. Hoy sentí la
cercania de mi Madre, la Madre Celestial. Antes de cada
Santa Comunión, ruego fervorosamente a la Madre de Dios
que me ayude a preparar mi alma para la llegada de Su
Hijo y siento claramente su proteccion sobre mi. Le ruego
mucho que se digne incendiar en mi el fuego del amor
divino con el ardia su puro corazón en el momento de la
Encarnación del Verbo de Dios.
- 4 V. Hoy fui a ver un momento a la Madre
General [320] y le pregunté: Querida Madre, ¿ha tenido
usted alguna inspiración en la cuestion referente a mi
salida del convento? La Madre General me contestó: Hasta
ahora siempre la retenia, hermana, pero ahora le dejo
toda la libertad. Si usted quiere, puede dejar la
Congregación o si usted prefiere, puede quedarse.
Entonces le contesté: Está bien. Pensé que iba a
escribir inmediatamente al Santo Padre pidiendo la
dispensa de mis votos. Al salir del encuentro con la
Madre General, unas tinieblas bajaron a mi alma como
antes. Es una cosa extraña que cada vez que pido el
permiso de salir, mi alma queda envuelta de esas
tinieblas y siento como si estuviera dejada a mi misma.
Cuando estaba en esa angustia espiritual, (31) decidi ir
en seguida con la Madre y contarle mi extrano tormento y
mi lucha. La Madre me contestó que esta salida mia era
una tentacion. Tras un rato de conversación he sentido
alivio, sin embargo las tinieblas perduraron. &ldquoLa
Divina Misericordia es bella y debe ser una obra de Dios
verderamente grande si Satanas se le opone tanto y quiere
destruirla.&rdquo Son las palabras de la querida
Madre General.
- Nadie comprendera ni entendera mis
tormentos, ni yo lograre describirlos, ni puede haber
otro sufrimiento mayor que éste. Los tormentos de los
martires no son mayores, ya que en tales momentos la
muerte seria para mi un alivio y no sé con qué comparar
estos sufrimientos, esta interminable agonia del alma.
- 5 V [1937]. Hoy, durante la confesion
revelé algo de mi alma, porque me vino la idea de que
era precisamente una tentacion lo de experimentar tan
duros sufrimientos y tinieblas en los momentos de pedir
el permiso de salir de la Congregación. El confesor [321]
me contestó que ése no era, quizá, el momento
establecido por Dios. Hay que rezar y esperar
pacientemente, pero si es verdad que la esperan grandes
sufrimientos. Tendrá que soportar muchos de ellos y
superar muchas dificultades, eso si es seguro; seria
mejor esperar todavía un poco y rezar mucho por un
conocimiento mas profundo y la luz de Dios. Estas cosas
son graves.
- Oh Dios mio. En estos momentos difíciles
no tengo a mi director espiritual, porque se fue a Roma [322].
Oh Jesús, ya que me lo quitaste, dirigeme (32) Tu Mismo,
porque sabes cuánto puedo soportar. Creo firmemente que
Dios no me puede dar por encima de lo que puedo [soportar].
Confio en su misericordia.
- En los momentos cuando estoy entre el
cielo y la tierra callo, porque aunque hablara ¿quién
comprenderia mis palabras? La eternidad revelará muchas
cosas de las cuales ahora no hablo&hellip&hellip
- Al salir del jardin veo cómo todo respira
la alegria de la primavera. Los arboles en flor emanan un
perfume embriagante; todo pulsa de alegria y los
pajaritos, cantando y gorjeando, adoran a Dios y me dicen:
Alégrate y goza, Sor Faustina, y mi alma está en las
tinieblas y en el tormento. Mi alma es muy sensible al
susurro de la gracia, sabe hablar con todo lo que está
creado y lo que me rodea y sé por qué Dios ha adornado
asi la tierra&hellip. Pero mi corazón no puede
regocijarse, porque el Amado se ha ocultado y no
descansaré hasta encontrarlo&hellip. No sé vivir
sin Dios, pero siento que tampoco Dios puede ser feliz
sin mi, aunque Él se basta a Sí Mismo absolutamente&hellip..
- 6 V [1937]. Ascensión del Señor.
Hoy, desde al amanecer mi alma está tocada por Dios.
Después de la Santa Comunión, durante un momento traté
intimamemte con el Padre celestial. Mi alma fue atraida al ardor
mismo del amor, comprendi que ninguna obra exterior puede
compararse con el puro amor de Dios&hellip.. Vi el gozo del
Verbo Encarnado y fui sumergida en la Divina Trinidad. Cuando he
vuelto en mi, la nostalgia inundó mi alma, el anhelo de unirme (33)
a Dios. Me ha envuelto el amor tan grande hacia el Padre
celestial que todo este dia lo considero como un continuo extasis
del amor. Todo el universo me ha parecido como una pequena gotita
frente a Dios. No hay felicidad mas grande que ésta, que Dios me
da a conocer interiormente, que le es agradable cada latido de mi
corazón, y cuando me muestra que me ama de modo particular. Esta
convicción interior con la que Dios afirma su amor hacia mi y lo
mucho que le es agradable mi alma, infunde en mi alma un abismo
de serenidad. Durante todo el dia no me fue posible ningun
alimento. Me sentia satisfecha hasta la saciedad con amor.
- Oh Dios de gran misericordia que Te
dignaste enviarnos a Tu Hijo unigenito como el mayor
testimonio de Tu insondable amor y misericordia. Tú no
rechazas a los pecadores, sino que tambien a ellos les
abriste el tesoro de Tu infinita misericordia del que
pueden recoger en abundancia tanto la justificación,
como toda santidad a la que un alma puede llegar. Oh
Padre de gran misericordia, deseo que todos los corazones
se dirijan con confianza a Tu infinita misericordia.
Nadie podrá justificarse ante Ti si no va acompanado por
Tu insondable misericordia. Cuando nos reveles el
misterio de Tu misericordia, la eternidad no bastará
para agradecer por ella debidamente.
- Oh, qué dulce es tener en el fondo del
alma aquello en lo que la Iglesia nos ordena creer.
Cuando mi alma está sumergida en el amor, resuelvo clara
y rapidamente las cuestiones mas complicadas. Solo Él es
capaz de caminar al borde de los precipicios y por las
cimas de las montañas. El amor, una vez mas el amor.
- (34) + 12 [V 1937]. Una extraña oscuridad
invade mi mente, estoy sumergida en la nada, en contra de
mis aspiraciones.
- 20 V. Después de un mes de gozar de buena
salud me ha venido la idea de que no sé si al senor le
gusta mas cuando le sirvo en la enfermedad o gozando de
la buena salud, que pedi. Y le dije al Señor: Jesús,
has de mi lo que Te guste. Y Jesús me devolvió al
estado anterior.
- Oh, qué dulce es vivir en el convento
entre las hermanas, pero hay que recordar que estos
ángeles están en los cuerpos humanos.
- En cierta ocasión vi a Satanas que tenia
prisa y estaba buscando a alguien entre las hermanas,
pero no la encontraba. Sentí en el alma la inspiración
de ordenarle en nombre de Dios que me dijera a quién
buscaba entre las hermanas. Y confesó, aunque de mala
gana: Busco las almas perezosas. Cuando volvi a ordenarle
en nombre de Dios que me dijera a qué almas del convento
tenia el acceso mas facil, me confesó otra vez de mala
gana que: A las almas perezosas y ociosas. Noté que
actualmente no hay tales almas en el convento. Que se
alegren las almas fatigadas y abrumadas por el trabajo.
- 22 V 1937. Hoy hace un calor difícil de
soportar; deseamos la lluvia, sin embargo no llueve.
Desde hace algunos dias el cielo se nubla, pero la lluvia
no llega. Al (35) mirar las plantas sedientas de lluvia,
me ha dado lastima y he decidido rezar esta coronilla
hasta que Dios envie la lluvia. Después de la merienda
el cielo se ha cubierto de nubes y ha caido una lluvia
torrencial sobre la tierra. He rezado esta plegaria
durante tres horas sin cesar. Y el Señor me ha dado a
conocer que a traves de esta oracion se puede obtener
todo.
- 23 [V 1937]. El dia de la Santisima
Trinidad.
Durante la Santa Misa de repente fui unida a la
Santisima Trinidad. Conoci su Majestad y su Grandeza. Estaba
unida con las Tres Personas. Cuando estaba unida a una de estas
venerables Personas al mismo tiempo estaba unida a las dos otras
Personas. La felicidad y el gozo que se comunicaron a mi alma son
indescriptibles. Me apena no poder expresar con palabras aquello
para lo cual no existen palabras.
- Oí lo siguiente: Dile a la Superiora
General que cuente contigo como con la hija mas fiel de
la orden. Después
- de esto comprendi dentro de mi lo que es
todo lo creado frente a Dios. Grande e inconcebible es su
Majestad y el hecho de humillarse hacia nosotros con
tanta benevolencia es por el abismo de su misericordia&hellip&hellip
- Todo acabará en este valle de lagrimas,
Terminarán las lagrimas y cesará el dolor.
Sólo una cosa no terminará&hellip.
El amor hacia Ti, Señor.
Todo acabará en este destierro,
Las pruebas y el desierto del alma,
Y aunque el alma quede por siempre en agonia,
Si tiene a Dios, nada la turbará.
1133 (36) 27 [V 1937]. Corpus Cristi.
Mientras oraba oí estas palabras: Hija Mia, que tu
corazón se llene gozo. Yo, el Señor, estoy contigo, no tengas
miedo de nada, estás en Mi Corazón. En aquel momento conoci
la gran Majestad de Dios, y comprendi que nada puede compararse
con un solo acto de conocimiento de Dios. Toda grandeza externa
desaparece como polvo frente a un solo acto del conocimiento mas
profundo de Dios.
1134 El Señor ha infundido en mi alma una paz tan
profunda que ya nada puede turbármela. A pesar de todo lo que
sucede alrededor de mi no pierdo la tranquilidad ni por un
instante; aunque se derrumbara el mundo entero, ni siquiera eso
seria capaz de turbar la profundidad y el silencio dentro de mi
donde descansa Dios. Todos los acontecimientos y las cosas mas
variadas que suceden estan bajo sus pies.
- Este conocimiento mas profundo de Dios me
da una total libertad, libertad espiritual y nada puede
perturbar mi estrecha unión con Él; ni siquiera las
potencias angelicas son capaces de hacerlo. Siento que
soy grande cuando estoy unida a Dios. Qué felicidad la
de tener el conocimiento de dios en el corazón y vivir
con Él en una estrecha intimidad.
- Cuando llegó aquí la procesion de Borek
[323] y Lo trajeron para reponerlo en nuestra capilla, de
repente oí la voz de la Hostia: Aquí está Mi
descanso. Durante la bendicion Jesús me dio a
conocer que dentro de poco aquí, en este lugar, se
celebrará un momento solemne. He encontrado Mi
complacencia en tu corazón y nada Me detendrá en
concederte gracias. La grandeza de Dios inunda mi
alma, y me ahogo y desaparezco y me pierdo en Él,
disolviéndome en Él&hellip.
- (37) 30 V [1937]. Hoy agonizo por Dios. El
deseo ardiente ha invadido toda mi alma; cuán
profundamente siento que estoy en el destierro. Oh Jesús,
¿cuándo llegará el momento deseado?
- 31 V. Mi alma atormentada no encuentra
ayuda en ninguna parte, unicamente en Ti Hostia Viviente.
En Tu Corazón misericordioso está toda mi confianza,
espero pacientemente Tu palabra, Señor.
- Oh, qué dolor experimenta mi corazón
cuando veo una hermana que carece del espiritu religioso.
¿Cómo puede uno agradar a Dios cuando estalla de
soberbia y de amor propio, y finge que procura la gloria
de Dios mientras se trata de su propia gloria. Eso me
hiere mucho. ¿Cómo puede tal alma unirse estrechamente
a Dios? Ni hablar de la unión con el Señor.
- 1 VI 1937. Hoy tuvimos aquí la procesion
de Corpus Cristo [324]. En el primer altar, de la
Hostia Santa salió el fuego y traspasó mi corazón, y
oí una voz: Aquí está Mi descanso. El ardor se
encendió en mi corazón, sentí que estaba transformada
toda en Él.
- Por la noche me hizo saber que todo lo que
es terrenal dura poco. Y todo lo que parece grande se
esfuma como el humo, y no da libertad al alma, sino
cansancio. Feliz el alma que entiende estas cosas y toca
la tierra con un solo pie. Descanso cuando estoy unida a
Ti, todo lo demas me cansa. Oh, cómo siento que estoy en
el destierro. Veo que nadie comprende lo que tengo dentro
de mi, sólo me entiendes Tu que estás oculto en mi
corazón y eternamente vivo.
- (38) 4 VI. Hoy es la fiesta solemne del
Sacratisimo Corazón de Jesús [325]. Durante la Santa
Misa conoci el Corazón de Jesús: el fuego con que arde
hacia nosotros y que es un mar de misericordia. Entonces
oí una voz: Apostol de Mi misericordia, proclama al
mundo entero Mi misericordia insondable, no te desanimes
por los obstáculos que encuentras proclamando Mi
misericordia. Estas dificultades que te hieren tan
dolorosamente son necesarias para tu santificación y
para demostrar que esta obra es Mia. Hija Mia, sé
diligente en apuntar cada frase que te digo sobre Mi
misericordia porque están destinadas para un gran numero
de almas que sacarán provecho de ellas.
- + En la adoración el Señor me dio a
conocer mas profundamente lo que se refiere a esta obra.
- Hoy pedi al Señor por todas las ofensas
que su Corazón divino sufre en nuestras casas.
- + 6 VI [1937]. Primer domingo del mes.
Elegi este dia para el retiro espiritual mensual.
La luz de la meditación matutina: cualquier cosa que
hagas conmigo, oh Jesús, yo Te amaré siempre, porque soy Tuya.
Me da igual si me dejas aquí o en otra parte, soy siempre Tuya.
Me someto con amor a Tus sapientísimos juicios, oh Dios,
y Tu voluntad, Señor, es mi alimento cotidiano. Tú que conoces
los latidos de mi corazón, sabes que palpita solamente por Ti,
Jesús mio. Nada logra apagar mi anhelo de Ti. Yo agonizo por Ti,
Jesús. ¿Cuándo me llevarás a Tu casa?
- (39) Que los mas grandes pecadores [pongan]
su confianza en Mi misericordia. Ellos mas que nadie
tienen derecho a confiar en el abismo de Mi misericordia.
Hija Mia, escribe sobre Mi misericordia para las almas
afligidas. Me deleitan las almas que recurren a Mi
misericordia. A estas almas les concedo gracias por
encima de lo que piden. No puedo castigar aún al pecador
mas grande si él suplica Mi compasión, sino que lo
justifico en Mi insondable e impenetrable misericordia.
Escribe: Antes de venir como juez justo abro de par en
par la puerta de Mi misericordia. Quien no quiere pasar
por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la
puerta de Mi justicia&hellip&hellip
- Cuando una vez me sentí ofendida por
cierto motivo y me quejaba ante el Señor Jesús me
contestó: Hija Mia, ¿por qué te importan tanto las
enseñanzas y las palabras de los hombres? Quiero
instruirte Yo Mismo, por eso dispongo las circunstancias
de modo que no puedas asistir a estas conferencias; en un
solo instante te haré conocer mas de lo que los demas
alcancen esforzándose muchos años.
- 20 VI [1937]. Nos parecemos mas a Dios
cuando perdonamos al projimo. Dios es amor, bondad y
misericordia&hellip. Cada alma y especialmente el
alma consagrada debe reflejar en sí Mi misericordia. Mi
Corazón está colmado de piedad y de misericordia para
todos. El corazón de Mi esposa tiene que ser semejante a
Mi Corazón, de su corazón tiene que brotar el manantial
de Mi misericordia para las almas, si no la desconoceré.
- (40) + En varias ocasiones noté cómo las
almas consagradas defienden su gloria fingiendo la gloria
de Dios, cuando no se trata tanto de la gloria de Dios
sino de la propia gloria. Oh Jesús, cuánto me hirió
eso. ¡Qué misterio descubrirá el dia de Tu juicio!
¿Cómo es posible robar los dones de Dios?
- Hoy tuve un gran disgusto de parte de
cierta persona seglar. A base de una cosa verdadera ha
contado muchas cosas inventadas, pero como todas esas
cosas han sido tomadas por verdaderas y difundidas por
toda la casa, cuando han llegado a mis oidos se me
oprimió el corazón. ¿Cómo es posible abusar de la
bondad de uno? Pero he decidido no decir ni una palabra
en mi defensa y a esa persona manifestarle aún mas
bondad. Pero me di cuenta de que tenia pocas fuerzas para
soportarlo tranquilamente, dado que el asunto se
prolongaba por semanas. Al ver que la tempestad estaba
por desencadenarse y que el viento empezaba a tirar la
arena directamente contra los ojos, he ido delante del
Santisimo Sacramento y he dicho al Señor Jesús: Jesús,
Te pido fuerza de Tu gracia actual cooperante, porque
siento que no tengo fuerzas para esta lucha. Protégeme
con Tu pecho.
De repente oí estas palabras: No tengas miedo, Yo
estoy contigo. Al alejarme del altar una fortaleza y una
tranquilidad misteriosas envolvieron mi alma y la tempestad que
azotaba golpeó contra mi alma como contra una roca y la espuma
de la tempestad cayó sobre aquellos que la habian provocado. Oh,
qué bueno es el Señor que pagará a todos según sus obras&hellip..
Que cada alma implore para si la ayuda de la gracia actual
cooperante, ya que a veces la gracia ordinaria no es suficiente.
1151 (41) + Cuando el dolor se adueña de toda mi alma
Y el horizonte oscurece como la noche,
Y el corazón esta desgarrado por la tortura de la
tribulacion,
Oh Jesús crucificado, Tú eres mi fuerza.
Cuando el alma ofuscada por el dolor,
Se esfuerza y lucha sin respiro,
Y el corazón agoniza en la amargura de la angustia,
Oh Jesús crucificado, esperanza de mi salvacion.
Y asi pasa dia tras dia,
Y el alma se hunde en un mar de amargura,
Y el corazón se diluye en lagrimas,
Oh Jesús crucificado, Tú me iluminas como la aurora.
Y cuando el caliz de amargura ya rebosa,
Y todo conspira contra ella,
Y el alma vive momentos de Getsemaní,
Oh Jesús crucificado, en Ti tengo mi defensa.
Cuando el alma consciente de su inocencia
Acepta de Dios estas pruebas,
Entonces el corazón es capaz de compensar
Las molestias con el amor,
Oh Jesús crucificado, cambia mi debilidad
En omnipotencia.
1152 No es cosa facil soportar alegremente los
sufrimientos y sobre todo los no merecidos. La naturaleza
corrupta se rebela y aunque la voluntad y el intelecto están por
encima del sufrimiento siendo capaces de hacer el bien a aquellos
que les hacen sufrir, sin embargo el sentimiento hace mucho ruido
y como un espiritu inquieto asalta la voluntad y el intelecto,
pero al ver que nada puede hacer por si solo, se calma y se
somete al intelecto y a la voluntad. Como una fealdad (42)
irrumpe en lo intimo, y hace mucho ruido al quererlo sólo
escuchar cuando no está atado corto por la voluntad y el
intelecto.
1153 23 VI [1937]. Mientras rezaba delante del Santisimo
Sacramento, subitamente mis sufrimientos fisicos desaparecieron y
oí en el alma una voz: Vez que en un instante puedo darte
todo, no estoy sujeto a ninguna ley.
24 VI [1937]. Después de la Santa Comunión oí estas
palabras: Has de saber, hija Mia, que en un solo instante
puedo darte todo lo que necesites para cumplir esta obra. Después
de estas palabras una luz singular ha quedado en mi alma y todas
las exigencias de Dios me parecen tan sencillas que hasta un nino
pequeño las podria cumplir.
- 27 VI [1937]. Hoy vi el convento de esta
nueva Congragacion [326]. Una casa amplia y espaciosa,
visité cada cuarto uno tras otro; vi que la divina
Providencia había provisto cada lugar de todo lo que era
necesario. Las personas que vivian en ese convento por el
momento llevaban trajes seglares, pero reinaba el
espiritu religioso en toda plenitud y yo organizaba todo
según lo deseaba el Señor. De repente fui amonestada
por una de nuestras hermanas: ¿Cómo puede usted,
hermana, cumplir tales obras? Contesté: No yo, sino el
Señor a traves de mi y tengo el permiso para todo.
Durante la Santa Misa me vino la luz y una profunda
comprensión de toda esta obra y en mi alma no quedó ni
una sombra de duda.
1155 (43) El Señor me ha hecho conocer su voluntad como
en tres aspectos, pero constituían una sola cosa.
La primera es aquella en la cual las almas apartadas del
mundo arderán como victimas ante el trono de Dios y pedirán
misericordia para el mundo entero&hellip. Implorarán
bendiciones para los sacerdotes y, a traves de la oracion,
prepararán al mundo para la venida final de Jesús.
1156 La segunda es la oracion unida con las obras de
misericordia. De modo especial protegerán del mal a las almas de
los ninos. La oracion y la obra de misericordia encierran en si
todo lo que aquellas almas deben hacer. En su grupo pueden ser
admitidas incluso las mas pobres y se empenarán en despertar el
amor y la misericordia de Jesús en este mundo lleno de egoismo.
- La tercera es la oracion y la actitud
caritativa no ligada por ningun voto, pero por
practicarlas participarán de todos los meritos y
privilegios de la Comunidad. A este grupo pueden
pertenecer todas las personas que viven en el mundo.
- El miembro de este grupo debe cumplir una
obra de misericordia al dia. Por lo menos, pero pueden
ser mas, porque cada uno puede cumplirlas fácilmente,
incluso el mas pobre, ya que es triple el modo de hacer
una obra de misericordia: la palabra misericordiosa,
perdonando y consolando; segundo, cuando no es posible
con la palabra, entonces rezando y esto tambien es una
obra de misericordia; tercero, las obras de misericordia.
Y cuando llegue el ultimo dia, seremos juzgados de esto y
según esto recibiremos la sentencia eterna.
- Los canales de las gracias divinas están
abiertos para nosotros, tratemos de aprovecharlos antes
de que venga el dia de la justicia de Dios y [será] un
dia terrible.
- (44) Una vez, cuando pregunté al Señor
cómo podia soportar tantos delitos y toda clase de
crímenes sin castigarlos, el Señor me contestó: Para
castigar tengo la eternidad y ahora estoy prolongándoles
el tiempo de la misericordia, pero ay de ellos si no
reconocen este tiempo de Mi visita. Hija Mia, secretaria
de Mi misericordia, no sólo te obligo a escribir y
proclamar Mi misericordia, sino que impetra para ellos la
gracia para que tambien ellos adoren Mi misericordia.
- Hoy mi alma ha experimentado un tormento
tan grande que he empezado a quejarme a Jesús: Jesús,
¿cómo puedes dejarme sola? Yo sola no hago ni siquiera
un paso adelante. Tú Te ocultas y me has quitado al
confesor y sabes, Jesús, que yo de por mi no sé nada
mas que malgastar Tus gracias. Oh Jesús, dispón las
circunstancias de modo que el Padre Andrasz vuelva. Sin
embargo la angustia ha quedado.
- Me ha ocurrido la idea de buscar a algun
sacerdote y contarle mis tormentos y varias inspiraciones
para que me las aclare y hasta he dicho esta idea a la
Madre Superiora. La Madre contestó: Le creo, hermana,
que puede sentir pesadumbre, pero de verdad ahora no
conozco a ningun sacerdote que pueda darle una respuesta
y dentro de poco volverá el Padre. Asi que, por ahora,
confie todo al Señor Jesús.
- Cuando fui para hablar un momento con el
Señor, oí en el alma una voz: [Hija] Mia, no te
daré la gracia de confiarte en otra parte, y aunque te
reveles no le daré a ese sacerdote la gracia de poder
comprenderte. En el momento actual Me agrada que te
soportes pacientemente a ti misma. (45) Hija Mia,
no es Mi voluntad que hables a todos de los dones que te
he concedido. Te he entregado al cuidado del amigo de Mi
Corazón y bajo su direccion se desarrollará tu alma. Le
he dado la luz para conocer Mi vida en tu alma.
- Hija mia, cuando estaba ante Herodes he
obtenido para ti la gracia de saber elevarte por encima
del desprecio humano y de seguir fielmente mis pasos.
Calla cuando no quieren reconocer tu verdad, ya que asi
eres mas convincente.
- Has de saber, hija Mia, que cuando
tiendes a la perfección, llevas a muchas almas a la
santidad y si no procuraras la santidad, por la misma
razon muchas almas permanecerian imperfectas. Has de
saber que su perfección dependera de tu perfección y la
mayor
- Parte de su responsabilidad recaera
sobre ti. Y me dijo: No temas, nina Mia, sino que
sé fiel a Mi gracia&hellip&hellip
- Satanas me confesó que soy el objeto de
su odio. Me dijo: Mil almas me hacen menos daños que tú
cuando hablas de la gran misericordia del Omnipotente.
Los mas grandes pecadores toman confianza y vuelven a
Dios y yo &ndash dice el espiritu maligno &ndash
pierdo tod, pero admas me persigues con esta misericordia
insondable del Omnipotente. He comprendido cuánto
Satanas odia la Divina Misericordia, no quiere reconocer
que Dios es bueno.
- (46) 29 VI 1937. Hoy, durante el desayuno
el Padre Andrasz saludó por telefono a toda la Comunidad;
volvio ya [de Roma] y esta misma tarde vino aquí. Todas
las hermanas profesas y las novicias y las dos clases de
alumnas se han reunido en el patio [327] y hemos esperado
al querido Padre. Las jovencitas lo han saludado con
cantos y poesias y le pedimos hablarnos de Roma y de las
muchas cosas bellas que había visitado alli. Nos
platicó durante mas de dos horas y por eso no hubo
tiempo para hablar a solas.
- Hoy mi alma entró en una intima unión
con el Señor. Me enseñó que siempre debo someterme a
su santa voluntad. En un solo instante te puedo dar
mas de lo que tú puedas desear.
- 30 VI 1937. Hoy el Señor me dijo: Muchas
veces he querido enaltecer esta Congregación, pero no
puedo por su soberbia. Hija Mia, has de saber que a las
almas soberbias no les concedo Mis gracias y hasta les
quito las ya concedidas.
- Hoy, Sor Yolanda [328] me propuso un pacto;
ella rezará por mi y que yo rece por su clase de Vilna.
Yo siempre rezo por nuestra obra, pero he decidido rezar
por la clase de Vilna durante dos meses, y Sor Yolanda
según mi intencion para aqwue aproveche la gracia de
Dios, cada dia rezará tres Ave Maria al Verbo Encarnado.
Nuestra amistad se ha hecho aún mas estrecha.
(47) 1 VII 1937. Mes de julio.
- Hoy mientras rezaba el Angelus, el Señor
me hizo comprender el amor inconcebible de Dios hacia los
hombres. Nos eleva hasta su divinidad. Se deja llevar por
el amor y su misericordia insondable. Aunque anuncias el
Misterio por medio del ángel, Tú Mismo lo realizas.
- A pesar de la paz profunda de que goza mi
alma, lucho continuamente y a veces libro una batalla
feroz para seguir fielmente mi camino, es decir el que el
Señor Jesús quiere que siga. Y mi camino es la
fidelidad a la voluntad de Dios en todo y siempre, y
especialmente en la fidelidad a las inspiraciones
interiores para ser un instrumento dócil en las manos de
Dios y llevar a cabo la obra de mi misericordia
insondable.
- (48) 4 VII 1937. Primer domingo de mes.
Retiro espiritual mensual.
Por la noche me preparé con gran esmero y recé mucho
tiempo al Espiritu Santo a que se dignara concederme su luz y me
tomara bajo su direccion especial. Recé tambien a la Madre de
Dios y al Angel Custodio y a los patronos [329].
1175 Fruto de la meditación.
Cualquier cosa que Jesús ha hecho, la ha hecho bien.
Pasó haciendo el bien. En su trato estaba lleno de bondad y de
misericordia. La compasión guiaba sus pasos. A los enemigos les
mostraba bondad, amabilidad, comprensión, a los necesitados
ayuda y consuelo.
Este mes he hecho el proposito: reflejar en mi con
fidelidad estos rasgos de Jesús aunque me costara mucho.
1176 Durante la adoración oí en el alma la voz: Me
resultan gratos tus esfuerzos, hija mia, deleite de Mi Corazón,
veo cada movimiento de tu corazón con el cual Me adoras.
- Propósito particular.
Continuar con lo mismo: unirme a Cristo misericordioso.
Por su dolorosa Pasion rogaré al Padre celestial por el mundo
entero. Punto de la regla: una rigurosa observancia del silencio.
Entrar en lo profundo de mi ser y agradecer a Dios por
todo, uniendome a Jesús: con Él, en Él y por Él doy gloria a
Dios.
- (49) Oh Señor, Amor mio, Te doy gracias
por el dia de hoy, por haberme permitido recoger el
tesoro de Tus gracias del manantial de Tu misericordia
insondable. Oh Jesús, no solamente en el dia de hoy,
sino en cada momento saco de Tu insondable misericordia
todo lo que el alma y el cuerpo puedan desear.
- 7 VII 1937. En los momentos de duda, es
decir cuando el alma es débil, ruegue a Jesús que obre
Él mismo; aunque sabe que debe actuar con la ayuda de la
gracia de Dios, no obstante en ciertos momentos deje toda
la actividad a Dios.
- 15 VII 1937. En cierta ocasión conoci que
seria trasladada a otra casa; ese conocimiento fue
puramente interior. Al mismo momento oí en el alma una
voz: No temas, hija Mia, Mi voluntad es que estés
aquí. Los proyectos humanos se desbaratarán y tienen
que ajustarse a Mi voluntad.
- Cuando permanecia cerca del Señor, dijo: ¿Por
qué tienes miedo de emprender la obra que te encomiendo?
Contesté: ¿Por qué en estos momentos me dejas sola,
Jesús, y no siento Tu presencia? Hija Mia, aunque no
Me percibas en las mas escondidas profundidades de tu
corazón, no puedes afirmar que no estoy alli. Retiro
solamente la percepción de Mi mismo, pero esto no debe
ser para ti un impedimento para cumplir Mi voluntad. Lo
hago por Mis inescrutables proyectos que conocerás mas
tarde.
Hija Mia, has de saber de una vez por todas que
solamente el pecado grave Me expulsa del alma, y nada mas.
- (50) + Hoy el Señor me dijo: Hija Mia,
deleite y complacencia Mia, nada Me detendrá en
concederte gracias. Tu miseria no es un obstáculo para
Mi misericordia. Hija Mia, escribe que cuanto mas grande
es la miseria de un alma tanto mas grande es el derecho
que tiene a Mi misericordia e [invita] a todas las
almas a confiar en el inconcebible abismo de Mi
misericordia, porque deseo salvarlas a todas. En la cruz,
la fuente de Mi Misericordia fue abierta de par en par
por la lanza para todas las almas, no he excluido a
ninguna.
- Oh Jesús, deseo vivir del momento actual,
vivir como si este dia fuera el ultimo de mi vida:
aprovechar con celo cada momento para la mayor gloria de
Dios, disfrutar de cada circunstania de modo que el alma
saque provecho. Mirar todo desde el punto de vista de que
sin la voluntad de Dios no sucede nada.
Oh Dios de insondable misericordia, abraza el mundo
entero y derramate sobre nosotros a traves del piadoso Corazón
de Jesús.
- En una ocasión anterior.
Por la noche vi al Señor Jesús crucificado. De las
manos y de los pies y del costado goteaba la Sacratisima Sangre.
Un momento después Jesús me dijo: Todo esto por la salvacion
de las almas. Reflexiona, hija Mia, sobre lo que haces tú para
su salvacion. Contesté: Jesús, cuando miro Tu Pasion no
hago casi nada para salvar las almas. Y el Señor me dijo: Has
de saber, hija Mia, que tu cotidiano, silencioso martirio en la
total sumisión a Mi voluntad introduce a muchas almas al cielo y
cuando te parezca que el sufrimiento sobrepasa tus fuerzas, mira
Mis llagas, (51) y te elevaras por encima del desprecio y
de los juicios humanos. La meditación de Mi Pasion te ayudara
elevarte por encima de todo. Entendi muchas cosas que antes
no había logrado comprender.
- 9 VII 1937. Por la noche vino a verme una
de las hermanas difuntas y pidio un dia de ayuno y que en
ese dia ofreciera por ella todas las practicas de piedad.
Le contesté que estaba de acuerdo.
- Al dia siguiente, a primera hora, expresé
la intencion de [ofrecer] todo por esa hermana. Durante
la Santa Misa, por un momento vivi su tormento, sentí en
el alma un hambre tan grande de Dios que me parecia que
estaba muriendo por el deseo de unirme a Él. Eso duró
un breve momento, pero comprendi lo que es el vivo deseo
de las almas del purgatorio.
- Inmediatamente después de la Santa Misa
pedi a la Madre Superiora el permiso para ayunar, sin
embargo no lo recibi por estar enferma. Al entrar en la
capilla oí estas palabras: Si usted, hermana, hubiera
ayunado, yo hubiera recibido el alivio sólo esta noche,
pero por la obediencia que le ha prohibido ayunar, he
recibido el alivio inmediatamente. La obediencia tiene un
gran poder. Después de estas palabras oí: Dios se lo
pague.
- Rezo frecuentemente por Polonia, pero veo
una gran indignación de Dios contra ella, por ser tan
ingrata. Hago todo el esfuerzo del alma para defenderla.
Recuerdo continuamente a Dios sus promesas de
misericordia. Cuando veo su indignación, me arrojo con
confianza en el abismo de misericordia y en él sumerjo
toda Polonia y entonces no puede hacer uso de su justicia.
Oh patria mia, cuánto me cuestas, no hay dia en que no
rece por ti.
- (52) (Una frase de San Vicente de Paul: El
Señor siempre toma parte en una obra cuando elimina
todos los medios humanos y nos ordena hacer algo que
sobrepasa nuestras fuerzas).
- + Jesús.- De todas Mis llagas, como de
arroyos, fluye la misericordia para las almas, pero la
herida de Mi Corazón es la Fuente de la Misericordia sin
limites, de esta fuente brotan todas las gracias para las
almas. Me queman las llamas de compasión, deseo
derramarlas sobre las almas de los hombres. Habla al
mundo entero de Mi misericordia.
- Mientras vivimos, el amor de Dios crece en
nosotros. Debemos procurar el amor de Dios hasta la
muerte. He conocido y he experimentado que las almas que
viven en el amor se distinguen por una gran perspicacia
en el conocimiento de las cosas divinas, tanto en su
propia alma como en las almas de los demas. Tambien las
almas simples, sin instrucción, se distinguen por
sabiduría.
- En la decimocuarta estacion experimento
una extrana sensación de que Jesús va bajo tierra.
Cuando mi alma es atormentada pienso solamente asi:
Jesús es bueno y lleno de misericordia y aunque la tierra se
abra bajo mis pies, no dejaré de tener confianza en Él.
- Hoy escuché esstas palabras: Hija Mia,
delicia de Mi Corazón, con deleite miro tu alma, envio
numerosas gracias unicamente por ti, detengo tambien
muchos castigos unicamente por ti; Me frenas y no puedo
exigir justicia; Me atas las manos con tu amor.
- (53) 13 VII 1937. Hoy Jesús me explicó
sobre cómo relacionarme con una de las hermanas que me
había preguntado por muchas cosas espirituales en las
cuales tenia dudas. Pero, en realidad, no era esto lo que
le interesaba sino que queria averiguar mi opinión sobre
esta cuestion, para tener algo para comentar sobre mi a
otras hermanas. Oh, si al menos hubiera repetido las
mismas palabras que yo le había dicho, sin alterarlas ni
agregar. Jesús me había avisado sobre esta alma. Decidi
rogar por ella, ya que solamente la oracion puede
iluminarla.
- Oh Jesús mio, nada puede disminuir mi
ideal, es decir mi amor que tengo por Ti. Aunque el
camino es tan tremendamente erizado de espinas, no tengo
miedo de avanzar; aunque el granizo de persecuciones me
cubra, aunque los amigos me abandonen, aunque todo
conspire contra mi y el horizonte se oscurezca, aunque la
tempestad comience a desatarse y siente que estoy sola y
tenga que hacer frente a todo, entonces, con toda
tranquilidad, confiaré en Tu misericordia, oh Dios mio,
y mi confianza no quedará defraudada.
- Hoy, en el refectorio, mientras se
acercaba una hermana encargada de servir, experimenté un
gran dolor en el lugar de las llagas de [Jesús]. Me ha
sido concedido conocer el estado de su alma. He rezado
mucho por ella.
- La tormenta se tranquilizó repentinamente.
Esta noche hubo una tormenta terrible. Me incliné cara
al suelo y empecé a rezar las Letanias de Todos los
Santos. Hacia el final de las letanias me dominó un
sueño tan grande que no pude de ningun modo terminar la
plegaria. De repente me levanté y le dije al Señor:
Jesús, (54) calma la tempestad, porque Tu niña no logra
seguir rezando mas tiempo y se ve vencida por el sueño.
Después de estas palabras abri la ventana de par en par
sin poner siquiera los ganchos. La Hermana N. me dijo:
¿Qué hace?, hermana, el torbellino arrancará la
ventana. Le contesté que durmiera tranquilamente, y en
seguida la tormenta se calmó del todo. Al dia siguiente
las hermanas hablaban de la repentina cesación de la
tormenta sin saber explicarla. No comenté nada al
respecto, sino pense: Jesús y Faustinita saben cómo
explicarlo&hellip..
- 20 [VII 1937]. Hoy me enteré de que debo
ir a Rabka [330]. He de partir sólo después del 5 de
agosto, pero pedi a la Madre Superiora que me permitiera
salir inmediatamente. No he ido a ver al Padre Andrasz y
pedi poder salir cuanto antes. La Madre Superiora se ha
sorprendido un poco de ¿por qué queria partir tan
pronto? Yo sin embargo no he explicado ni he aclarado el
porqué. Esto quedará un secreto por la eternidad. Para
tales circunstancias he hecho un propósito al cual me
atendré.
- 29 [VII 1937]. Hoy salgo a Rabka. Entré
un momento en la capilla y pedi al Señor Jesús un feliz
viaje. Sin embargo en mi alma [reinan] el silencio y la
oscuridad; sentí que estaba sola, que no tenia a nadie;
pedi a Jesús que estuviera conmigo. Luego sentí en el
alma un pequeño rayo de luz, [señal] de que Jesús
estaba conmigo, pero después de esa gracia, las
tinieblas aumentaron y la oscuridad se hizo aun mas
espesa en el alma. Luego dije: Hágase Tu voluntad. Tú
lo puedes todo. Mientras iba el tren y miraba por la
ventana el espléndido paisaje y las montañas empecé a
experimentar en el alma aún mayores tormentos.
- Mientras las hermanas me saludaban, se
aumentó mi sufrimiento. Quise esconderme y descansar un
momento en soledad, quedarme (55) sola. En tales momentos
ninguna criatura es capaz de consolarme y aunque quisiera
decir algo de mi, experimentaria un nuevo tormento; por
lo tanto en tales momentos callaba y en silencio me
sometia a la voluntad de Dios y eso me daba alivio. De
las criaturas no exijo nada; trato con ellas solamente si
es necesario. No haré confidencias a nadie a no ser que
sea necesario para la gloria de Dios. Me relaciono con
los angeles.
- Aquí, sin embargo, la salud va tan mal
que me veo obligada a quedarme en la cama. Sientos unos
extranos dolores agudos en todo el torax, ni siquiera
puedo mover la mano. Hubo una noche cuanto tuve que
permanecer acostada sin ningun movimiento, me parecia que
si me moviera se desgarraria todo en los pulmones. Esa
noche parecia no tener fin; me unia a Jesús crucificado
y rogué al Padre Celestial por los pecadores. Se dice
que la enfermedad de los pulmones no causa dolores tan
agudos, sin embargo yo experimento continuamente estos
dolores agudos. Aquí la salud ha empeorado tanto que
tengo que guardar cama y la Hermana N. ha dicho que aquí
no me sentiré mejor porque Rabka no hace bien a todos
los enfermos.
- Hoy, ni siquiera he podido ir a la Santa
Misa ni [acercarme] a la Santa Comunión, y entre los
sufrimientos de alma y del cuerpo me repetia: Hágase la
voluntad del Señor. Sé que Tu generosidad es ilimitada.
Entonces oí el canto de un angel que narró, cantando,
toda mi vida, todo lo que había contenido en si. Me he
sorprendido, pero tambien me he fortalecido.
- San Jose me pidió tenerle una devocion
constante. El mismo me dijo que rezara diariamente tres
oraciones y el Acuérdate [331] una vez al dia. Me
miró con gran bondad y me explicó lo mucho que está
apoyando esta obra. Me prometió su especialisima ayuda y
proteccion. Rezo diariamente las oraciones pedidas y
siento su proteccion especial.
- (56) 1 VIII 1937. retiro espiritual de un
dia.
Ejercicios espirituales del sufrimiento. Oh Jesús, en
estos dias de sufrimiento no soy capaz de rezar ninguna plegaria,
la opresión del cuerpo y del alma se ha multiplicado. Oh Jesús
mio, Tú ves bien que Tu nina es debil. No me esfuerzo mucho,
sino mas bien someto mi voluntad a la voluntad de Jesús. Oh
Jesús, Tú para mi eres siempre Jesús.
- Cuando fui a confesarme, no sabia ni
siquiera cómo hacerlo, sin embargo el sacerdote en
seguida se dio cuenta del estado de mi alma y me dijo: A
pesar de todo se salvará, está en un buen camino, pero
[Dios] puede no devolver la luz anterior; Dios puede
dejar su alma en estas tinieblas y en este oscurecimiento
hasta la muerte. No obstante, sométase en todo a la
voluntad de Dios.
- Hoy he iniciado la novena a la Santisima
Virgen [antes de la solemnidad] de la Asunción según
tres intenciones: la primera, para poder ver al Padre
Sopocko; la segunda, para que Dios anticipe [la
realización] de esta obra; la tercera, según la
intencion de mi patria.
- 10 VIII. Hoy vuelvo a Cracovia en compania
de una hermana. Mi alma envuelta en el sufrimiento; me
uno a Él continuamente con un acto de la voluntad, Él
es mi fuerza y mi fortaleza.
- Sé bendito, oh Dios, por todo lo que me
envias. Sin Tú voluntad nada sucede bajo el sol, no
logro penetrar Tus misterios respecto a mi, pero acerco
los labios al caliz que me es dado.
(57) Jesús, en Ti confio.
- Novena a la Divina Misericordia [332], que
Jesús me ordenó escribir y hacer antes de la Fiesta de
la Misericordia. Empieza el Viernes Santo.
Deseo que durante esos nueve dias lleves a las almas
a la Fuente de Mi Misericordia para que saquen fuerzas, alivio y
toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la
vida y especialmente en la hora de la muerte. Cada dia traerás a
Mi Corazón a un grupo diferente de almas y las sumergirás en
este mar de Mi misericordia. Y a todas estas almas Yo las
introduciré en la casad de Mi Padre. Lo harás en esta vida y en
la vida futura. Y no rehusaré nada a ningun alma que traerás a
la Fuente de Mi Misericordia. Cada dia pedirás a Mi Padre las
gracias para estas almas por Mi amarga Pasion.
Contesté: Jesús, no sé como hacer esta novena y qué
almas introducir primero en Tu muy misericordioso Corazón. Y
Jesús me contestó que me diria, dia por dia, qué almas debia
introducir en Su Corazón.
1210 Primer dia
Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a
todos los pecadores, y sumergelos en el mar de Mi misericordia.
De esta forma Me consolarás de la amarga tristeza [en] que
Me sume la pérdida de las almas.
1211 Jesus tan misericordioso, cuya naturaleza es la de
tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros
pecados, sino la confianza que (58) depositamos en Tu bondad
infinita. Acógenos en la morada de Tu muy compasivo Corazón y
nunca nos dejes salir de Él. Te lo suplicamos por Tu amor que Te
une al Padre y al Espiritu Santo.
Oh
omnipotencia de la Divina Misericordia
Salvacion
del hombre pecador,
Tú
[eres] la misericordia y un mar de compasión,
Ayudas a quien Te ruega con humildad
Padre eterno, mira con misericordia a toda la humanidad,
y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en
el Corazón de Jesús lleno de compasión, y por su dolorosa
Pasion muéstranos Tu misericordia para que alabemos su
omnipotencia por los siglos de los siglos. Amen.
- Segundo dia
Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y las
almas de los religiosos, y sumérgelas en Mi misericordia
insondable. Fueron ellas las que Me dieron fortaleza para
soportar Mi amarga Pasion. A traves de ellas, como a traves de
canales, Mi misericordia fluye hacia la humanidad.
1213 Jesus misericordiosisimo, de quien procede todo
bien, aumenta Tu gracia en nosotros para que realicemos dignas
obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean,
glorifiquen al Padre de misericordia que está en el cielo.
La fuente del amor de Dios,
Vive en los corazones limpios,
Purificados en el mar de misericordia,
Resplandecientes como las estrellas,
Claros como la aurora.
Padre eterno, mira con misericordia (59) al grupo
elegido de Tu viña, a las almas de los sacerdotes y a las almas
de los religiosos; otórgales el poder de Tu bendicion. Por el
amor del Corazón de Tu Hijo, en el cual están encerradas,
concédeles el poder de Tu luz para que puedan guiar a otros en
el camino de la salvacion, y a una sola voz canten alabanzas a Tu
misericordia sin limite por los siglos de los siglos. Amen.
- Tercer dia
Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y
sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Estas almas Me
consolaron a lo largo del Via Crucis. Fueron una gota de consuelo
en medio de un mar de amargura.
1215 Jesus infinitamente compasivo, que desde el tesoro
de Tu misericordia les concedes a todos Tus gracias en gran
abundancia, acógenos en la morada de Tu clementisimo Corazón y
nunca nos dejes escapar de Él. Te lo suplicamos por el
inconcebible amor Tuyo con que Tu Corazón arde por el Padre
celestial.
Son impenetrables las maravillas
de la misericordia,
No alcanza sondearlas ni el pecador ni el justo,
Miras a todos con compasión,
Y atraes a todos a tu amor.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas fieles
como herencia de Tu Hijo y por su dolorosa Pasion, concédeles Tu
bendicion y rodéalas con Tu proteccion constante para que no
pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la
legion de los angeles y los santos, glorifiquen Tu infinita
misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
- Cuarto dia
1216 Hoy, tráeme a los paganos* y aquellos que
todavía no Me conocen. Tambien pensaba en ellos durante Mi
amarga Pasion y su futuro celo consoló Mi Corazón. Sumergelos
en el mar de Mi misericordia.
1217 Jesus compasivisimo, que eres la luz del mundo
entero. Acoge en la morada de Tu piadosisimo Corazón a las almas
de los paganos que todavía no Te conocen. Que los rayos de Tu
gracia las iluminen para que tambien ellas unidas a nosotros,
ensalcen Tu misericordia admirable y no las dejes salir de la
morada de Tu compasivisimo Corazón.
La luz de Tu amor
Ilumine las tinieblas de las almas
Haz que estas almas Te conozcan,
Y junto con nosotros glorifiquen
Tu misericordia.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los
paganos y de los que todavía no Te conocen, pero que están
encerrados en el muy compasivo Corazón de Jesús. Atráelas
hacia la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran
felicidad que es amarte. Concédeles que tambien ellas ensalcen
la generosidad de Tu misericordia por los siglos de los siglos.
Amén.
- Quinto dia
Hoy, atráeme a las almas de los herejes y de los
cismáticos**, y sumérgelas en el mar de Mi misericordia.
Durante Mi amarga Pasion, desgarraron Mi cuerpo y Mi Corazón, es
decir, Mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, Mis llagas
cicatrizan [333] y de este modo alivian Mi Pasion.
(61) Tambien para aquellos que rasgaron
la vestidura de Tu unidad
Brota de tu Corazón la fuente de piedad.
La omnipotencia de Tu misericordia, oh Dios,
Puede sacar del error tambien a estas almas.
1219 Jesus sumamente misericordioso, que eres la bondad
misma, Tú no niegas la luz a quienes Te la piden. Acoge en la
morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas de los herejes y
las almas de los cismaticos y llevalas con Tu luz a la unidad con
la Iglesia; no la dejes alejarse de la morada de Tu compasivisimo
Corazón, sino haz que tambien ellas glorifiquen la generosidad
de Tu misericordia. Padre eterno, mira con misericordia a las
almas de los herejes y de los cismaticos que han malgastado Tus
bendiciones y han abusado de Tus gracias por persistir
obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor
de Tu Hijo y su amarga Pasion que sufrió por ellos ya que
tambien ellos estan acogidos en el sumamente compasivo Corazón
de Jesús. Haz que tambien ellos glorifiquen Tu gran misericordia
por los siglos de los siglos. Amén.
* Nuestro Señor originalmente usó las palabras "los
paganos". Desde el pontificado del Papa Juan XXIII, la
Iglesia ha juzgado apropiado el reemplazo de este término por la
denominación "los que no creen en Cristo" y "los
que no conocen a Dios" (ver el Misal Romano, 1970).
** Las palabras originales de Nuestro Señor son aquí
"herejes y cismáticos", ya que Él habló a Sor
Faustina según el contexto de su tiempo. Desde el Concilio
Vaticano II, las autoridades eclesiásticas han considerado
impropio usar esas denominaciones según las explicaciones
expuestas en el Decreto Conciliar sobre el Ecumenismo (No. 3). Es
apropiado usar en su lugar el término "los hermanos
separados". Sin embargo con el tiempo la Iglesia ha decidido
usar todavía otra denominación: "los hermanos que creen en
Cristo" (ver el Misal Romano, 1970).
1220 Sexto dia
Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y a las
almas de los niños pequeños, y sumérgelas en Mi misericordia.
Éstas son las almas más semejantes a Mi Corazón. Ellas Me
fortalecieron durante Mi amarga agonia. Las veia como angeles
terrestres que velarian al pie de Mis altares. Sobre ellas
derramo torrentes enteros de gracias. Solamente el alma humilde
es capaz de recibir Mi gracia; concedo Mi confianza a las almas
humildes.
- (62) Jesús, tan misericordioso, Tu Mismo
has dicho: Aprendan de Mi que soy manso y humilde de
corazón. Acoge en la morada de Tu compasivisimo
Corazón a las almas mansas y humildes y a las almas de
los ninos pequenos. Estas almas llevan a todo el cielo al
extasis y son las preferidas del Padre celestial. Son un
ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo
perfume se deleita Dios Mismo. Estas almas tienen una
morada permanente en Tu compasivisimo Corazón y cantan
sin cesar un himno de amor y misericordia por la
eternidad.
1222 De verdad el alma humilde y mansa
Ya aquí en la tierra respira el paraíso,
Y del perfume de su humilde corazón
Se deleita el Creador Mismo.
1223 Padre eterno, mira con misericordia a las almas
mansas y humildre sy a las almas de los ninos pequenos que están
encerradas en el muy compasivo Corazón de Jesús. Estas almas
son las mas semejantes a Tu Hijo. Su fragancia asciende desde la
tierra y alcanza Tu trono. Padre de misericordia y de toda bondad,
Te suplico por el amor que tienes por estas almas y el gozo que
Te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las almas
canten juntas las alabanzas de Tu misericordia por los siglos de
los siglos. Amén.
Septimo
dia
- Hoy, tráeme a las almas que veneran y
glorifican Mi misericordia de modo especial y sumérgelas
en Mi misericordia. Estas almas son las que mas
lamentaron Mi Pasion y penetraron mas profundamente en Mi
espiritu. Ellas son un reflejo viviente de Mi Corazón
compasivo. Estas almas resplandecerán con un resplandor
especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al
fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada
una en la hora de la muerte.
1225 (63) jesús misericordiosisimo, cuyo Corazón es el
amor mismo, acoge en la morada de Tu compasivisimo Corazón a las
almas que veneral y ensalzan de modo particular la grandeza de Tu
misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios Mismo.
En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen
adelante confiadas en Tu misericordia, y unidas a Ti, cargan
sobre sus hombros a toda la humanidad. Estas almas no serán
juzgadas severamente, sino que Tu misericordia las protegerá en
la hora de la muerte.
El alma que ensalza la bondad de su Señor
Es por Él particularmente amada.
Está siempre al lado de la fuente viva
Y saca gracias de la Divina Misericordia.
Padre eterno, mira con misericordia a aquellas almas que
glorifican y veneran Tu mayor atributo, es decir, Tu misericordia
insondable y que están encerradas en el compasivisimo Corazón
de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos
están llenas de obras de misericordia y sus corazones,
desbordantes de gozo, Te cantan, oh Altisimo, un cántico de
misericordia. Te suplico, oh Dios, muéstrales Tu misericordia
según la esperanza y la confianza que han puesto en Ti. Que se
cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo: A las
almas que veneren esta infinita misericordia Mia, Yo Mismo las
defenderé como Mi gloria durante sus vidas y especialmente en la
hora de la muerte.
1226 Octavo dia
Hoy tráeme a las almas que estan en la carcel del
purgatorio y sumergelas en el abismo de Mi misericordia. Que los
torrentes de Mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas
estas almas son muy amadas por Mi. Ellas cumplen con el justo
castigo que se debe a Mi justicia. Está en tu poder llevarles
alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro (64) de
Mi Iglesia y ofrécelas en su nombre&hellip. Oh, si
conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerias
continuamente por ellas las limosnas del espiritu y saldarias las
deudas que tienen con Mi justicia.
- Jesus misericordiosisimo, Tu Mismo has
dicho que deseas la misericordia; heme aquí que llevo a
la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas del
purgatorio, almas que Te son muy queridas, pero que deben
pagar su culpa adeudada a Tu justicia. Que los torrentes
de Sangre y Agua que brotaron de Tu Corazón, apaguen el
fuego del purgatorio para que tambien alli sea
glorificado el poder de Tu misericordia.
Del tremendo ardor del fuego del purgatorio
Se levanta un lamento a Tu misericordia.
Y reciben consuelo, alivio y refrigerio
En el torrente de Sangre y Agua derramado.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas que
sufren en el purgatorio y que estan encerradas en el muy
compasivo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa Pasion
de Jesús, Tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su
sacratisima alma fue inundada, muestra Tu misericordia a las
almas que estan bajo Tu justo escrutinio. No las mires sino a
traves de las heridas de Jesús, Tu amadisimo Hijo, ya que
creemos que Tu bondad y Tu compasión no tienen limites.
1228 Noveno dia
Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el
abismo de Mi misericordia. Estas almas son las que mas
dolorosamente hieren Mi Corazón. A causa de las almas tibias, Mi
alma experimentó la mas intensa repugnancia en el Huerto de los
Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de Mi este caliz, si
es Tu voluntad. Para ellas, la ultima (65) tabla de
salvacion consiste en recurrir a Mi misericordia.
- Jesus piadosisimo, que eres la compasión
misma, Te traigo a las almas tibias a la morada de Tu
piadosisimo Corazón. Que estas almas heladas que se
parecen a cadáveres y Te llenan de gran repugnancia se
calienten con el fuego de Tu amor puro. Oh Jesús tan
compasivo, ejercita la omnipotencia de Tu misericordia y
atráelas al mismo ardor de Tu amor y concédeles el amor
santo, porque Tú lo puedes todo.
El fuego y el hielo no pueden estar juntos,
Ya que se apaga el fuego o se derrite el hielo.
Pero Tu misericordia, oh Dios,
Puede socorrer las miserias aún mayores.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas tibias
que, sin embargo, estan acogidas en el piadosisimo Corazón de
Jesús. Padre de la misericordia, Te suplico por la amarga Pasion
de Tu Hijo y por su agonia de tres horas en la cruz, permite que
tambien ellas glorifiquen el abismo de Tu misericordia&hellip.*
1230 (66) Oh dia eterno, oh dia deseado,
Te espero con anhelo e impaciencia.
Ya dentro de poco el amor soltará el valo,
Y tú te volverás mi salvacion.
Oh dia esplendido, momento incomparable,
En que veré por primera vez a mi Dios,
Esposo de mi alma y Señor de los senores,
Siento que el temor no abrazará mi alma.
Oh dia solemnisimo, o dia resplandeciente,
En que el alma conocerá a Dios en su poder,
Y se sumergirá entera en su amor,
Y conocerá que han pasado las miserias del destierro
Oh dia feliz, oh dia bendito,
En que mi corazón se incendiará de ardor eterno hacia
Ti,
Porque ya ahora Te siento, aunque a traves del velo,
Tu, oh Jesús, en la vida y en la muerte eres mi extasis
y encanto.
Oh dia, que espero durante toda mi vida.
Y Te espero a Ti, oh Dios,
Ya que deseo solamente a Ti,
Sólo Tu estás en mi corazón y lo demás es nada.
Oh dia de delicias, de eternas dulzuras.
Oh Dios de gran Majestad, Esposo mio,
Tu sabes que nada satisface el corazón de una virgen,
Apoyo mi sien sobre Tu dulce Corazón.
* La Novena ha sido traducida siguiendo textualmente el
manuscrito de Sor Faustina, y por tratarse de un Documento
Válido, su Diaro difiere del Devocionario traducido y preparado
especialmente para uso de los fieles.
[Fin del tercer cuaderno del manuscrito del Diario].
CUARTO CUADERNO
DIARIO
Sor Faustina
(1) +
1231 JMJ Hoy, Jesús ha habitado en mi corazón,
Ha bajado del alto trono celestial,
El gran Señor, el creador del universo,
Ha venido a mí bajo la especie del pan.
Oh Dios eterno, encerrado en mi pecho,
Contigo tengo todo el cielo
Y con los ángeles Te entono: Santo.
Vivo para Tu gloria únicamente.
No Te unes con un serafín, oh Dios,
Sino con un miserable ser humano,
Que sin Ti no puede hacer nada,
Pero Tú eres siempre misericordioso
con el hombre.
Mi corazón es Tu morada
Oh Rey de eterna gloria,
Gobierna en mi corazón y reina en él
Como en un magnifico palacio.
Oh grande, inconcebible Dios,
Que Te has dignado bajar tanto,
Te rindo gloria humildemente
Y suplico que Te dignes salvarme.
(2) +
1232 JMJ Oh dulce Madre de Dios,
Sobre Ti modelo mi vida,
Tú eres para mí una aurora radiante,
Admirada me sumerjo toda en Ti.
Oh Madre, Virgen Inmaculada,
En Ti se refleja para mí el rayo de Dios.
Tú me enseñas cómo amar a Dios entre tormentas,
Tú eres mi escudo y mi defensa contra el enemigo.
Cracovia, 10 VIII 1937
1233 Sor Maria Faustina
Del Santísimo Sacramento
Oh Hostia santa, fuente de la dulzura divina,
Tú das fortaleza a mi alma,
Tú que eres omnipotente y Te encarnaste de la Virgen
Vienes oculto a mi corazón
Y no Te alcanza el poder de [mis] sentidos.
(3)
JMJ
- Cracovia, 10 VIII 1937
Cuarto diario
Todo para Ti, Jesús, y con cada latido de mi corazón
deseo adorar Tu misericordia y conforme a mis fuerzas deseo
animar a las almas a confiar en esta misericordia, como Tú Mismo
me has ordenado, Oh Señor.
1235 En mi corazón, en mi alma es noche oscura. Delante
de mi mente hay un muro impenetrable que me ha ocultado a Dios,
sin embargo estas tinieblas no han sido causadas por mí. Es
extraño este tormento que temo describir en toda su extensión,
pero aun en este estado trato de ser fiel a Ti, oh Jesús mío,
siempre y en todo; mi corazón late solamente para Ti.
1236 (4) 10 VIII 1937. Hoy he vuelto de Rabka a Cracovia,
me siento muy enferma. Sólo Jesús sabe cuánto sufro. En estos
días me he asemejado en todo a Jesús crucificado, me he armado
de paciencia para explicar a cada hermana el porqué de no poder
quedarme allí, y fue porque estaba peor de salud. Sabia, sin
embargo, que algunas hermanas no preguntaban para compadecer por
el sufrimiento, sino para añadir otros a los sufrimientos que
padecía.
1237 Oh Jesús, qué oscuridad me envuelve y qué
nulidad me penetra, pero Jesús mío, no me dejes sola,
concédeme la gracia de la fidelidad. Aunque no puedo penetrar el
misterio del abandono, pero está en mi poder decir: hágase Tu
voluntad.
- 12 VIII. Hoy estuve con el Padre Sopocko
que, pasando por Cracovia, vino aquí por un momento. Yo
deseaba verlo, Dios ha cumplido mi deseo. (5) Este
sacerdote es una gran alma, desbordante de Dios. Mi
alegría fue grande; agradecí a Dios por esta gran
gracia, ya que deseaba encontrarme con él para la mayor
gloria de Dios.
- Oh Hostia viva, Jesús oculto, Tu ves el
estado de mi alma. Por mi misma no soy capaz de
pronunciar Tu santo nombre. No puedo sacar del corazón
el ardor del amor, pero arrodillada a Tus pies penetro en
el tabernáculo con la mirada de mi alma, la mirada de la
fidelidad. Tú eres siempre el mismo, aunque en mi alma
hay un cambio. Confío en que llegue un momento en que
descubrirás Tu rostro y Tu niña verá nuevamente Tu
dulce semblante. Me asombro, Jesús, de que puedas
ocultarte de mi tanto tiempo; ¿cómo puedes retener la
inmensidad del amor que me tienes? En la morada de mi
corazón aguzo el oído y espero Tu venida, oh único
tesoro de mi corazón.
- (6) El Señor Jesús defiende mucho a Sus
sustitutos en la tierra. Está muy unido a ellos y me
ordena anteponer la opinión de ellos a la Suya. Conocí
la gran familiaridad que hay entre ellos, entre Jesús y
el sacerdote. Lo que dice el sacerdote, Jesús lo
defiende y muchas veces se conforma a sus deseos, y a
veces hace depender de la opinión [del sacerdote] sus
propias relaciones con un alma. Conocí esto muy bien en
las gracias particulares, hasta qué punto has compartido
con ellos el poder y el misterio, oh Jesús, mas que con
los ángeles. Me alegro de ello porque todo es para mi
bien.
- + Oh Jesús mío, qué difícil es
soportar este tipo de sufrimientos: si alguien, mal
dispuesto contra mi, me causa alguna molestia, me duele
menos, pero no puedo soportar si alguien me muestra su
amabilidad y pone trabas a (7) cada paso. Qué gran
fuerza de voluntad es necesaria para amar a tal alma para
Dios. A veces uno tiene que llegar hasta el heroísmo
para amar a tal alma como Dios manda. Si el contacto con
[esa persona] fuera escaso, seria más fácil soportarlo,
pero cuando se vive juntos y se experimenta eso a cada
paso, es necesario un gran esfuerzo.
- Jesús mío, penétrame toda para que
pueda reflejarte en toda mi vida. Divinízame de modo que
mis acciones tengan el valor sobrenatural. Haz que tenga
para cada alma, sin excepción, amor, compasión y
misericordia. Oh Jesús mío, cada uno de Tus santos
refleja en si una de Tus virtudes, yo deseo reflejar Tu
Corazón compasivo y lleno de misericordia, deseo
glorificarlo. Que Tu misericordia, oh Jesús, quede (8)
impresa sobre mi corazón y mi alma como un sello y éste
será mi signo distintivo en esta vida y en la otra.
Glorificar Tu misericordia es la tarea exclusiva de mi
vida.
- 15 VIII 1937. Indicaciones del Padre
Andrasz.
Los momentos de aridez y de sensación de la propia
miseria, permitidos por Dios, hacen conocer al alma lo poco que
puede por si sola; le enseñan cuánto debe apreciar las gracias
de Dios. Segundo, es la fidelidad a las practicas de piedad y a
los deberes, la fidelidad en general en todo, igual que en los
momentos de gozo. Tercero en lo que se refiere a estos asuntos,
hay que obedecer en todo al arzobispo [334], pero de vez en
cuando se puede recordar este asunto, sin embargo, con calma. (9)
A veces es necesario un poco de amarga verdad.
Al final de la conversación pedí que me permitiera
relacionarme con el Señor Jesús como antes. Me contestó: No
puedo dar ordenes a Jesús, pero si Él Mismo te atrae a si,
puedes seguir esta atracción mostrando siempre una gran
veneración, ya que es un gran Señor. Si realmente en todo esto
buscas la voluntad de Dios y deseas cumplirla, puedes estar
tranquila, Dios no permitirá ninguna desviación. En cuanto a
las mortificaciones y los sufrimientos, al modo en que las haces,
me lo relatarás la próxima vez. Confíate a la protección de
la Santísima Virgen.
- 15 VIII 1937. Durante la meditación la
presencia de Dios me penetró vivamente y conocí la
alegría de la Santísima Virgen en el momento de su
Asunción&hellip. Durante ese (10) acto [335] que se
realizó en honor de la Santísima Virgen, al final de
ese acto vi a la Santísima Virgen que me dijo: Oh,
qué grato es para mi el homenaje de su amor. Y en
ese mismo instante cubrió con su manto a todas las
hermanas de nuestra Congregación. Con la mano derecha
estrechó a la Madre General Micaela y con la izquierda a
mí, y todas las hermanas estaban a Sus pies cubiertas
con su manto. Luego la Santísima Virgen dijo: Cada
una que persevere fielmente hasta la muerte en mi
Congregación, evitará el fuego del purgatorio y deseo
que cada una se distinga por estas virtudes: humildad y
silencio, pureza y amor a Dios y al prójimo, compasión
y misericordia. Después de estas palabras
desapareció toda la Congregación, me quedé sola con la
Santísima Virgen que me instruyó sobre la voluntad de
Dios, cómo (11) aplicarla en la vida sometiéndome
totalmente a Sus santísimos designios. Es imposible
agradar a Dios sin cumplir su santa voluntad. Hija
mía, te recomiendo encarecidamente que cumplas con
fidelidad todos los deseos de Dios, porque esto es lo mas
agradable a Sus santos ojos. Deseo ardientemente que te
destaques en esto, es decir en la fidelidad en cumplir la
voluntad de Dios. Esta voluntad de Dios, anteponla a
todos los sacrificios y holocaustos. Mientras la
Madre celestial me hablaba, en mi alma entraba un
profundo entendimiento de la voluntad de Dios.
- Jesús mío, deleite de mi corazón,
cuando mi alma está llena de Tu divinidad, con igual
equilibrio acepto la dulzura y la amargura, la una y la
otra pasarán; en el alma guardo una sola cosa, es decir
el amor a Dios, lo solicito, por todo lo demás me
preocupo menos.
1246 (12) 16 [VIII 1937]. Después de la Santa Comunión
vi al Señor Jesús en gran Majestad y Jesús me dijo: Hija
Mía, en las semanas cuando no Me has visto ni has sentido Mi
presencia, estaba unido a ti mas profundamente que en los
momentos de éxtasis. Y la fidelidad y el perfume de tu plegaria
han llegado hasta Mí. Después de estas palabras mi alma fue
inundada del gozo de Dios, no veía a Jesús y podía pronunciar
solo una palabra, es decir: Jesús. Y después de pronunciar este
nombre, de nuevo mi alma era inundada de luz y de un recogimiento
más profundo que duró tres días sin interrupción. Sin embargo,
por fuera pude cumplir mis deberes.
Todo mi ser fue conmovido en Sus más secretas
profundidades. La grandeza de Dios no me espanta, sino que me
hace feliz; rindiéndole honor yo misma soy elevada. Viendo su
felicidad yo misma soy feliz, ya que (13) todo lo que hay en Él
fluye sobre mí.
1247 Conocí el estado de cierta alma y lo que en ella
no agrada a Dios. Lo supe de este modo: en un solo instante
experimento el dolor en las manos, los pies y el costado, en los
lugares donde fueron traspasados las manos, los pies y el costado
del Salvador; en tal momento tengo conocimiento del estado del
alma y de la clase de pecado.
- Deseo satisfacer a Jesús según la clase
[del pecado]. Hoy, durante siete horas he llevado una
cintura de cadenitas para impetrar por cierta alma la
gracia del arrepentimiento; a la séptima hora sentí
alivio, porque aquella alma en su interior ya recibía el
perdón aunque todavía no se había confesado. El pecado
de los sentidos: mortifico el cuerpo y ayuno según el
permiso que tengo; el pecado de soberbia: rezo con la
frente apoyada en el suelo; el pecado del odio (14): rezo
y hago una obra de caridad a la persona con la cual tengo
dificultades, y así, según la clase de pecados
conocidos, satisfago la justicia.
- 19 [VIII 1937]. Hoy, en la adoración el
Señor me hizo saber cuánto desea que el alma se
distinga en el amor activo y vi en mi interior cuán
grande es el número de almas que nos piden gritando:
Dénos a Dios; y ardió en mí la sangre apostólica. No
la escatimaré sino que la daré hasta la última gota
por las almas inmortales; aunque, quizá, Dios.no lo pida
físicamente, pero espiritualmente esto es posible para
mí, y no menos meritorio.
- Hoy comprendí que no debo pedir cierto
permiso y en esta cuestión contestar como lo desea la
Madre de Dios. De momento las explicaciones no son (15)
necesarias; me ha vuelto la paz. Recibí esta
inspiración mientras iba a hacer el examen de conciencia
y estaba muy preocupada por no saber cómo hacerlo. La
luz divina puede más en un instante que mis esfuerzos de
varios días.
- 22 VIII. Esta mañana vino a verme una
virgen, Santa Bárbara, y me ha recomendado ofrecer la
Santa Comunión por mi país durante nueve días. Y con
esto aplacarás la ira de Dios. Esta virgen tenia una
corona de estrellas y una espada en la mano, el
resplandor de la corona era igual al de la espada; tenia
una túnica blanca, el pelo suelto; era tan bella que si
no hubiera conocido a la Santísima Virgen, hubiera
pensado que era ella. Ahora comprendo que todas las
vírgenes se destacan por una belleza particular, irradia
de ellas una belleza especial.
- (16) + 25 VIII 1937. Hoy vino el Padre
Sopocko y se hospedó hasta el día treinta de este mes.
A pesar de que la visita estuvo acompañada de ciertos
disgustos, me alegré enormemente, porque solamente Dios
sabe cuánto deseaba encontrarme con él por aquella obra
que Dios realiza a través de él.
- + Mientras él celebraba la Santa Misa,
antes de la elevación vi al Señor Jesús crucificado
que despegaba la mano derecha de la cruz, y que la luz
que salía de la herida alcanzaba su hombro; eso se
repitió en tres Santas Misas. Entendí que Dios le dará
fuerza para cumplir esta obra a pesar de las dificultades
y las contrariedades. Esa alma, querida de Dios, es
crucificada por sufrimientos de distinta clase, pero eso
no me extraña porque Dios procede así con quienes ama
de modo singular.
- (17) + Hoy, 29 [de agosto] recibí el
permiso para una conversación mas larga con el Padre
Sopocko. Me enteré de que, a pesar de las dificultades,
la obra sigue adelante, la Fiesta de la gran Misericordia
ya está muy avanzada, y falta poco para su realización;
sin embargo hay que rezar todavía mucho para que cedan
ciertas dificultades.
- &ldquoAhora en cuanto a usted, hermana,
está bien que se encuentre en este estado de
indiferencia acerca de la voluntad de Dios y que esté
mas equilibrada y procure este equilibrio. Ahora, en
cuanto a todas estas cosas, usted, hermana, depende
estrechamente del Padre Andrasz; yo estoy completamente
de acuerdo con él. No haga nada por su propia cuenta,
sino que siempre y en todo consulte a su director
espiritual. Mantenga en todo el equilibrio y la mayor
calma posible. Una cosa mas, hice (18) imprimir esta
coronilla que ha de estar al dorso de la estampita y
también las invocaciones parecidas a las letanías
también al dorso de la estampita; también otra estampa
mas grande junto con algunas hojas con la novena a la
misericordia. Rece, hermana, para que esto sea autorizado&rdquo.
[336].
- 30. Esta mañana el Padre Sopocko partió.
Cuando me sumergí en la oración de acción de gracias
por la gran gracia de Dios de haber podido encontrarme
con él, fui unida de repente, de modo particular, al
Señor que me dijo: Es un sacerdote según Mi corazón,
Me agradan sus esfuerzos. Ves, hija Mía, que Mi voluntad
tiene que cumplirse y aquello que te he prometido lo
cumplo. A través de él derramo consuelo a las almas
dolientes, atormentadas; por medio de él Me ha
complacido difundir el culto a Mi misericordia (19).
A través de esta obra de misericordia se acercarán a Mi
mas almas de cuántas se habrían acercado si él hubiera
continuado absolviendo día y noche hasta el fin de su
vida, porque en tal caso el trabajaría apenas hasta el
fin de su vida, mientras que por esta obra trabajará
hasta el fin del mundo.
- Para verlo había hecho una novena, pero
ni siquiera la había terminado y Dios me concedió esta
gracia.
- Oh Jesús mío, aproveché poco esta
gracia, pero eso no dependía de mi, aunque por otro lado
sí, muchísimo.
- + Durante la conversación conocí su alma
atormentada. Esta alma crucificada, semejante a Jesús.
Allí donde espera un consuelo merecido, encuentra la
cruz; vive entre muchos amigos y no tiene a nadie fuera
de Jesús. De este modo Dios despoja el alma a la que ama
especialmente.
- (20) Hoy escuché estas palabras: Hija
Mía, sé siempre como una niña ante Mis sustitutos,
porque de otro modo no sacarás provecho de Mis gracias
que te envío a través de ellos.
- 1 IX 1937. vi al Señor Jesús como Rey [en]
gran Majestad mirando nuestra tierra con una mirada
severa, pero por la súplica de su Madre prolongó el
tiempo de la misericordia.
- 3 IX. Primer viernes del mes. Durante la
Santa Misa fui unida a Dios. Jesús me dijo que la más
pequeña cosa no sucede en el mundo sin su voluntad. Tras
esa visión mi alma entró en una extraña serenidad. Mi
tranquilicé completamente en lo referente a esta obra en
toda su extensión. Dios puede hacer conmigo lo que le
plazca, y yo lo bendeciré por todo.
- (21) Hasta este momento he pensado, con
cierto temor, a dónde me llevaran estas inspiraciones;
un temor todavía mayor se ha apoderado de mi cuando el
Señor me hizo entender que tenía que dejar esta
Congregación. Ya se cumple el tercer año desde aquel
momento y mi alma experimenta, alternativamente, una vez
el entusiasmo y el apremio para actuar y entonces tengo
mucho ánimo y fuerza, y otras veces, cuando se acerca el
momento decisivo para iniciar la obra, siento el abandono
de parte del Señor y al mismo tiempo un extraño temor
atraviesa mi alma y veo que aquella no es la hora
establecida por el Señor para empezar la obra. Son los
sufrimientos que ni siquiera sé describir. Sólo Dios
sabe lo que experimento día y noche&hellip Me parece
que las mas grandes torturas de los mártires me serian
mas livianas que lo que estoy pasando aunque sin derramar
una sola gota de sangre, pero todo esto por las almas,
por las almas, Señor....
- (22) Acto de total abandono a la voluntad
de Dios que es para mí el amor y la misericordia misma.
Acto de ofrecimiento
Oh Jesús Hostia que en este momento he recibido en mi
corazón y en esta unión Contigo me ofrezco al Padre celestial
como hostia expiatoria, abandonándome plena y absolutamente a la
misericordiosísima, santa voluntad de mi dios. Desde hoy, Tu
voluntad, Señor, es mi alimento. Tienes todo mi ser, dispón de
él según Tu divina complacencia. Cualquier cosa que Tu mano
paternal me ofrezca, la aceptaré con sumisión, serenidad y gozo.
No tengo miedo de nada, cualquiera que sea el modo en que quieras
guiarme; y con la ayuda de Tu gracia cumpliré cualquier cosa que
exijas de mí. Ya ahora no temo ninguna de Tus inspiraciones ni (23)
analizo con preocupación a dónde me llevaran. Guíame, oh Dios,
por los caminos que Tu quieras; tengo confianza absoluta en Tu
voluntad que es para mi el amor y la misericordia mismos. Me
haces quedarme en este convento, me quedaré; me haces comenzar
la obra, la comenzaré; me dejas en la incertidumbre hasta la
muerte respecto a esta obra, bendito seas; me darás la muerte en
el momento en que humanamente mi vida parecerá más necesaria,
bendito seas. Me llevarás en la juventud, bendito seas; me
harás alcanzar edad avanzada, bendito seas; me darás salud y
fuerzas, bendito seas; me clavarás en un lecho de dolor quizá
por toda la vida, bendito seas; me darás solamente desilusiones
y fracasos durante la vida, bendito seas; permitirás que mis mas
puras intenciones sean condenadas, bendito seas; darás luz a mi
mente, bendito seas; me dejarás en la oscuridad y en toda clase
(24) de angustias, bendito seas. Desde este momento vivo en la
mas profunda serenidad, porque el Señor Mismo me lleva en Sus
brazos. Él, el Señor de la misericordia insondable, sabe que lo
deseo solamente a Él en todo, siempre y en todo lugar.
- Oración. Oh Jesús, tendido sobre la cruz,
Te ruego, concédeme a gracia de cumplir fielmente con la
santísima voluntad de Tu padre, en todas las cosas,
siempre y en todo lugar. Y cuando esta voluntad de Dios
me parezca pesada y difícil de cumplir, es entonces que
Te ruego, Jesús, que de Tus heridas fluyan sobre mi
fuerza y fortaleza y que mis labios repitan: Hágase Tu
voluntad, Señor. Oh Salvador del mundo, Amante de la
salvación humana, [tú] que entre terribles tormentos y
dolor, Te olvidaste de Ti Mismo para pensar en la
salvación de las almas, compasivísimo Jesús,
concédeme la gracia de olvidarme de mi misma para que
pueda vivir totalmente por las almas, ayudándote en la
obra de salvación, según la santísima voluntad de Tu
Padre&hellip..
- (25) 5 IX [1937] [337]. El Señor me ha
dicho saber cómo la querida Madre Superiora me defiende
de &hellip.. con la oración, pero también con la
acción. Te agradezco, Jesús, por esta gracia, esto no
quedará en mi corazón sin gratitud, cuando estoy con
Jesús no me olvido de ella.
- 6 IX 1937. Hoy tengo el cambio de tarea,
del jardín al desierto de la puerta [338]. Fui a
conversar un momento con el Señor, le he pedido la
bendición y la gracia de cumplir fielmente con la tarea
que me fue asignada. Escuché estas palabras: Hija
Mía, Yo siempre estoy contigo; te he dado la posibilidad
de ejercitarte en las obras de misericordia que harás en
conformidad con la obediencia. Me darás un gran placer
si cada día, al anochecer hablas Conmigo especialmente
de este deber. He sentido que Jesús me había dado
una nueva gracia para este trabajo, pero a pesar de ello
me he ocultado más profundamente en su Corazón.
- (26) Hoy me he sentido peor que de
costumbre, pero en este día Jesús me dio más
oportunidades para ejercitarme en las virtudes. Y ha
sucedido que tenía un trabajo más penoso. La hermana de
la cocina me manifestó su descontento por haber llegado
tarde al almuerzo, aunque me fue completamente imposible
venir antes. Pero me sentía tan mal que he tenido que
pedir a la Madre Superiora el permiso de acostarme. Fui a
pedir a la Hermana N. reemplazarme en mi tarea; recibí
otra reprimenda: ¿Y qué, hermana, se ha cansado tanto
que va a acostarse de nuevo? ¡Vaya con este acostarse!
Escuché esto, pero no ha sido todo, he tenido que ir
todavía a pedir a la hermana que atiende a los enfermos
que me traiga la comida. Cuando se lo dije, ha saltado
detrás de mi de la capilla al pasillo para poder decir
lo que sentía: ¿Por qué va a acostarse, hermana? etc&hellip&hellip&hellip&hellip.Le
pedí no traerme nada (27). Lo relato muy brevemente,
porque no es mi intención escribir de estas cosas, pero
lo hago solamente para que no se comporten así con otra
alma, porque eso no agrada al Señor. En un alma que
sufre debemos ver a Jesús crucificado y no un parasito y
una carga para la Comunidad. Un alma doliente, sumisa a
la voluntad de Dios atrae más bendiciones divinas al
convento que todas las almas que trabajan. Pobre la casa
dónde no hay hermanas enfermas. A veces Dios concede
muchas y grandes gracias en consideración de las almas
que sufren y aleja muchos castigos solamente en atención
a esas almas.
- Oh Jesús mío, ¿cuándo miraremos a las
almas por motivos mas elevados? ¿Cuándo serán
creíbles nuestros juicios? Nos ofreces la oportunidad de
ejercitarnos en las obras de misericordia y nosotros nos
ejercitamos en los juicios. Para conocer si el amor de
Dios florece en una casa religiosa, hay que preguntar
¿cómo tratan a los enfermos, inválidos e inhábiles?
- (28) 10 IX [1937]. Durante la meditación
aprendí que cuanto mas pura es el alma, tanto mas
puramente espiritual es su relación con Dios; no hace
mucho caso a los sentidos ni a sus protestas. Dios es
espíritu, por lo tanto lo amo en espíritu y en verdad.
- Al darme cuenta de lo peligroso que es
estar en la puerta en la actualidad y eso a causa de los
disturbios revolucionarios y del odio que la gente mala
tiene hacia los conventos, he ido a hablar con el Señor
y le he pedido disponer que ninguna persona mala se
atreva acercase a la puerta. Oí estas palabras: Hija
Mía, en el momento en que has ido a la puerta he puesto
un Querubín encima de la puerta para que la vigile;
permanece tranquila. Cuando volví tras la
conversación que tuve con el Señor, vi una nubecita
blanca y en ella a un Querubín con las manos juntas [como
para orar], con la mirada como un relámpago; comprendí
que el fuego del amor de Dios ardía en aquella mirada&hellip..
- (29) 14 IX [1937]. Exaltación de la Santa
Cruz. Hoy supe que ese sacerdote [339] encuentra grandes
obstáculos en toda esta causa. Le son contrarias hasta
las almas piadosas, y celosas de la gloria de Dios, y el
hecho de que no se desanima se debe solamente a una
especial gracia de Dios.
- Jesús: Hija Mía, ¿crees, quizá, que
hayas escrito suficiente sobre Mi misericordia? Lo que
has escrito es apenas una gotita frente a un océano. Yo
soy el amor y la Misericordia Misma; no existe miseria
que pueda medirse con Mi misericordia, ni la miseria la
agota, ya que desde el momento en que se da [mi
misericordia] aumenta. El alma que confía en Mi
misericordia es la mas feliz porque Yo Mismo tengo
cuidado de ella.
- Experimento grandes sufrimientos del alma
al conocer una ofensa hecha a Dios. Hoy supe que no muy
lejos de nuestra puerta se han cometido pecados graves.
Era por la noche, recé (30) fervorosamente en la capilla,
y luego fui a flagelarme y cuando me arrodillé para
rezar, el Señor me hizo saber cuánto sufre el alma
rechazada por Dios. Me parecía que el corazón se me
despedazaba y al mismo tiempo supe cómo tal alma hiere
al misericordiosísimo Corazón de Jesús. Aquella pobre
criatura no quiere recibir la piedad de Dios; cuanto mas
Dios persigue al alma con su misericordia tanto más
severo se mostrará con ella.
- Secretaria Mía, escribe que soy mas
generoso para los pecadores que para los justos. Por
ellos he bajado a la tierra&hellip. Por ellos he
derramado Mi sangre; que no tengan miedo de acercase a Mi,
son los que mas necesitan Mi misericordia.
- 16 IX [1937]. Hoy deseaba ardientemente
hacer la Hora Santa delante del Santísimo Sacramento,
sin embargo la voluntad de Dios fue otra: a las ocho
experimenté unos dolores tan violentos que (31) tuve que
acostarme en seguida; he estado contorsionándome por
estos dolores durante tres horas, es decir hasta las once
de la noche. Ninguna medicina me alivió, lo que tomaba
lo vomitaba; hubo momentos en que los dolores me dejaban
sin conocimiento. Jesús me hizo saber que de esta manera
he tomado parte en su agonía en el Huerto y que Él
Mismo había permitido estos sufrimientos en reparación
a Dios por las almas asesinadas en el seno de las malas
madres. Estos dolores me han sucedido ya tres veces,
empiezan siempre a las ocho; [duran] hasta las once de la
noche. Ninguna medicina logra atenuar estos sufrimientos.
Cuando se acercan las once desaparecen solos y entonces
me duermo; al día siguiente me siento muy débil. La
primera vez eso me ocurrió en el sanatorio. Los médicos
no lograron diagnosticarlo; ni la inyección, ni ninguna
otra medicina me pudieron aliviar (32) y yo misma no
entendía qué clase de sufrimientos eran. Le dije al
medico que jamás en mi vida había tenido semejantes
dolores; el declaró que no sabia que dolores eran. Ahora
si, entiendo de qué dolores se trata, porque el Señor
me lo hizo saber&hellip. Sin embargo, al pensar que
quizá un día vuelva a sufrir así, me da escalofríos;
pero no sé si en el futuro sufriré otra vez de modo
similar, lo dejo a Dios; lo que a Dios le agrade enviarme,
lo recibiré todo con sumisión y amor. Ojalá pueda con
estos sufrimientos salvar del homicidio al menos un alma.
- Al día siguiente de estos sufrimientos
percibo el estado en que se encuentra las almas y su
disposición frente a Dios; me penetra un verdadero
conocimiento.
- Recibo la Santa Comunión de manera casi
angélica. Mi alma [está] inundada de la luz de Dios y
se alimenta de ella, (33) los sentidos están como
muertos; es la unión con el Señor totalmente espiritual,
es el gran predominio del espíritu sobre la naturaleza.
- El Señor me ha concedido el conocimiento
de las gracias con las cuales me colma continuamente.
Esta luz me ha penetrado hasta el fondo, y he entendido
estos favores inconcebibles que Dios me manifiesta. Me
quedé en la celda por un largo agradecimiento,
postrándome de cara al suelo y derramando lagrimas de
gratitud. No podía levantarme del suelo, porque cuando
quería hacerlo la luz divina me daba un nuevo
conocimiento de las gracias de Dios; sólo la tercera vez
pude levantarme del suelo. Como una niña sentía que
todo lo que poseía el Padre celestial era mío. Él
Mismo me ha levantado del suelo hasta su Corazón;
sentía que todo lo que existe era mío de modo exclusivo,
pero yo no deseaba nada, porque sólo me basta Dios.
- (34) Hoy supe con qué desagrado viene el
Señor a cierta alma en la Santa Comunión. Va a ese
corazón como a un calabozo para ser martirizado y
atormentado. Le he pedido perdón y compensé ese ultraje.
- El Señor me hizo saber que voy a ver a mi
hermano [340], pero no he podido comprender cómo me
encontraré con él, y por qué habría de venir aquí.
Yo sé que tiene la gracia de la vocación divina, pero
¿por qué habría de venir a verme? Sin embargo he
dejado de lado estos razonamientos y he creído que si el
Señor me dijo que vendrá, eso me basta. He unido a Dios
mis pensamientos sin ocuparme de la criatura, confiando
todo al Señor.
- + Cuando los mismos pobres vienen a la
puerta por segunda vez, los trato con mas dulzura y no
les manifiesto (35) que ya habían venido una vez para no
incomodarlos y entonces ellos me hablan libremente de sus
dolencias y sus necesidades.
Aunque la Hermana N. me dice que no se debe comportarse
así con los mendigos y me da con la puerta en las narices,
cuando ella no está los trato como los trataría mi Maestro. A
veces se da mas sin dar nada que dando mucho pero con rudeza.
- A menudo, el Señor me da a conocer dentro
de mi a las personas con las cuales trato en la puerta.
Un alma digna de compasión quiso decir algo
espontáneamente. Aprovechando la ocasión le hice
conocer con delicadeza en qué miserable estado estaba su
alma. Se alejó con una mejor disposición de ánimo.
- 17 IX [1937]. Oh Jesús, veo tanta belleza
diseminada alrededor por la cual (36) Te agradezco
continuamente; pero percibo que algunas almas son como
piedras, siempre frías e insensibles. Ni siquiera los
milagros las conmueven, tienen la mirada dirigida hacia
sus propios pies y así no ven nada fuera de si mismas.
- Me has rodeado durante la vida con Tu
protección afectuosa y cordial, mas de cuanto puedo
imaginar, ya que comprenderé Tu bondad en toda su
plenitud sólo cuando caigan los velos. Deseo que toda mi
vida sea un único agradecimiento para Ti, oh Dios.
- + Te agradezco, oh Dios, por todas las
gracias.
De las cuales me colmas continuamente,
Las que me iluminan como los rayos de sol,
Y con las cuales me indicas el camino seguro.
Gracias, oh Dios, por haberme creado,
Por haberme llamada a la existencia de la nada,
Y por grabar en mí Tu divino sello,
Y lo has hecho únicamente por amor.
(37) Gracias, oh Dios, por el santo bautismo,
Que me insertó en la familia divina,
Es un gran e inconcebible don de la gracia,
Que nos transforma las almas.
Gracias, oh Señor, por la confesión,
Por esta fuente de grandísima misericordia,
Que es inagotable,
Por este manantial inconcebible de gracias,
En el cual blanquean las almas manchadas por el pecado.
Gracias, oh Jesús, por la Santa Comunión,
En la cual Tu Mismo Te nos das.
Siento Tu Corazón latir en mi pecho,
Mientras Tu Mismo desarrollas en mí la vida divina.
Gracias, oh Espíritu Santo, por el sacramento
de la confirmación,
Que me arma Tu caballero
Y da fuerza al alma en cada momento,
Y me protege del mal.
Gracias, oh Dios, por la gracia de la vocación
A Tu servicio exclusivo
Dándome la posibilidad de amarte únicamente a Ti
Es un gran honor para mi alma.
(38) Gracias, oh Señor, por los votos perpetuos,
Por este vinculo de amor puro,
Por haberte dignado unir al mío Tu Corazón puro,
Uniendo mi corazón al Tuyo con un lazo de pureza.
Gracias, oh Señor, por el sacramento de la unción,
Que me fortificará en los últimos momentos
Para luchar y me ayudará a salvarme,
Y dará fuerzas al alma para que podamos gozar
eternamente.
Gracias, oh Dios, por todas las inspiraciones,
De las cuales me colma Tu bondad,
Por estas iluminaciones interiores del alma,
Que es imposible expresar, pero que el corazón percibe.
Gracias, oh Santísima Trinidad, por esta inmensidad de
gracias,
De las cuales me has colmado incesantemente durante toda
la vida.
Mi gratitud crecerá al despuntar la eterna aurora,
Cuando por primera vez entone Tus alabanzas.
- + A pesar del silencio del alma estoy
llevando a cabo una lucha continua con el enemigo del
alma. Cada vez descubro sus nuevas asechanzas y la
batalla arde de nuevo. (39) Me ejercito en tiempo de paz
y vigilo que el enemigo no me sorprenda sin estar yo
preparada; y cuando veo su gran furia entonces me quedo
en la fortaleza, es decir en el santísimo Corazón de
Jesús.
- 19 IX [1937]. Hoy el Señor me dijo: Hija
Mía, escribe que Me duele mucho cuando las almas
consagradas se acercan al sacramento del Amor solamente
por costumbre como si no distinguieran este alimento. No
encuentro en sus corazones ni fe ni amor. A tales almas
voy con gran renuencia, seria mejor que no Me recibieran.
- Dulcísimo Jesús, incendia mi amor por Ti
y transfórmame en ti, divinízame para que mis obras Te
sean agradables. Que eso pueda ser obtenido por el poder
de la Santa Comunión que recibo diariamente. ¡Cuánto
deseo ser completamente transformada en ti, oh Señor!
- (40) 19 IX 1937. Hoy me visitó mi hermano
Stasio. Me alegré enormemente de ver esta hermosa almita
que también piensa entregarse al servicio de Dios, o sea
Dios Mismo la atrae a su amor. Hablamos mucho tiempo de
Dios, de su bondad. Durante nuestra conversación conocí
lo agradable que es a Dios esta almita. Recibí el
permiso de la buena Madre Superiora de vernos más a
menudo. Cuando me pidió un consejo a dónde entrar, le
contesté: Si tú sabes mejor que es lo que el Señor
quiere de ti. Le mencioné la orden de los jesuitas, pero:
Entra en dónde te plaza. Prometí rezar por él y
decidí hacer una novena al Sagrado Corazón por
intercesión del Padre Pedro Skarga, con la promesa de
publicarlo en el Mensajero del Sagrado Corazón de Jesús
[341], porque tiene muchas dificultades en esta
iniciativa suya. Comprendí que en esta cuestión es más
provechosa la oración que el consejo&hellip..
- (41) 21 IX. Esta noche, al despertarme
varias veces he agradecido a Dios brevemente, pero de
todo corazón, por todas las gracias concedidas a mí y a
nuestra Congregación; he reflexionado sobre su gran
bondad.
- Al recibir la Santa Comunión le dije:
Jesús, esta noche he pensado tantas veces en Ti, y
Jesús me contesto: Y Yo también he pensado en ti
antes de llamarte a la existencia. Jesús, ¿de qué
modo pensaste en mi? En el modo de admitirte a Mi
eterna felicidad. Después de estas palabras el amor
de Dios ha inundado mi alma; no terminaba de asombrarme
de cuánto Dios nos ama.
- Cuando he caído nuevamente en el mismo
error a pesar del propósito sincero de evitarlo, aunque
esta caída era una pequeña imperfección y mas bien
involuntaria, no obstante sentí en el alma un dolor tan
vivo que interrumpí mi trabajo y (42) fui por un momento
a la capilla, y caí a los pies de Jesús; con amor y con
gran dolor pedí perdón al Señor, tanto mas avergonzada
que por la mañana, hablando con Él después de la Santa
Comunión le prometí fidelidad. De repente escuché
estas palabras: Si no hubiera sucedido esta pequeña
imperfección no habrías venido a Mí. Has de saber que
cada vez que vienes a Mí humillándote y pidiendo
perdón, Yo derramo sobre tu alma una inmensidad de
gracias y tu imperfección desaparece ante Mí y veo
solamente tu amor y tu humildad. No pierdes nada, sino
que ganas mucho&hellip..
- El Señor me ha ensenado que si un alma no
acepta las gracias que le han sido destinadas, en ese
mismo momento las recibe otra alma. Oh Jesús mío, hazme
digna de recibir las gracias, porque por mi misma no
puedo hacer nada, sin Tu ayuda no soy capaz ni siquiera
de pronunciar dignamente Tu nombre.
- (43) 25 IX [1937]. Cuando he conocido
cuán enormes son las dificultades en toda esta obra, fui
al Señor y le dije: Jesús, ¿no ves cómo dificultan Tu
obra? Y oí en el alma una voz: Haz lo que está en tu
poder y no te preocupes por lo demás; estas dificultades
demuestran que esta obra es Mía. Quédate tranquila si
haces todo lo que está en tu poder.
- Hoy abrí la puerta a la Madre Superiora y
supe que iba a la ciudad por la causa de la Divina
Misericordia [342]. Esta es la Superiora que mas ha
contribuido a la obra de la misericordia.
- Hoy pregunté imprudentemente a dos niños
pobres si de verdad no tenían nada de comer en casa. Los
niños no me contestaron nada, y se alejaron de la puerta.
Comprendí que les era difícil hablar de su miseria,
entonces (44) los alcancé apresuradamente e hice volver
dándoles lo que pude y para lo cual obtuve permiso.
- Muéstrame, oh Dios, Tu misericordia,
Según la compasión del Corazón de Jesús.
Escucha mis suspiros y mis súplicas.
Y las lagrimas de un corazón arrepentido.
Oh Dios omnipotente, siempre misericordioso,
Tu compasión [es] siempre inagotable,
Aunque mi miseria [es] grañidísima como el mar,
Tengo plena confianza en la misericordia del Señor.
Oh Trinidad eterna, oh Dios siempre benigno,
Tu compasión [es] ilimitada,
Por eso confío en el mar de misericordia
Y Te siento, Señor, aunque me separa un velo.
Que la omnipotencia de Tu misericordia, oh Señor,
Sea glorificada en el mundo entero,
Que su culto no termine jamás,
Alma mía, propaga la Divina Misericordia con ardor.
- (45) 27 IX [1937]. Hoy, con la Madre
Superiora fuimos a ver a cierto señor [343] donde se
están imprimiendo estampitas de la Divina Misericordia,
también las invocaciones [344] y la coronilla [345] que
han sido ya aprobadas [346]. Habíamos de ver también la
imagen más grande corregida [347]. Es muy parecida, me
he alegrado de eso grandemente. Al mirar la imagen me
traspasó el amor de Dios tan vivo que durante un momento
no sabia dónde estaba. Después de tratar este asunto
fuimos a la
- Iglesia de la Santísima Virgen Maria,
oímos la Santa Misa durante la cual el Señor me dijo
que gran numero de almas se salvará por medio de esta
obra. Luego entré en un coloquio intimo con el Señor
dándole gracias por haberse dignado concederme la gracia
de poder ver difundirse el culto de su insondable
misericordia. Me sumergí en una profunda plegaria de
agradecimiento. Oh, qué grande es la generosidad de Dios,
sea alabado el Señor que (46) es fiel a sus promesas&hellip..
- La Madre Irene [348] tiene extrañamente
mucha luz divina en cuanto a toda esta obra. Ella fue la
primera en autorizar la ejecución de los deseos del
Señor, a pesar de que llegó a ser mi Superiora sólo
dos años después de la revelación; no obstante fue la
primera en ir conmigo cuando se comenzó a pintar la
imagen {349] y ahora cuando se imprimen algunas cosas
sobre la Divina Misericordia y se reproducen las
pequeñas imágenes, ha sido ella nuevamente la que ha
ido conmigo por esta razón. Dios ha dispuesto todo de
manera singular, ya que de verdad el comienzo fue en
Vilna y ahora la voluntad de Dios ha guiado las
circunstancias de modo que la causa prosigue en Cracovia.
Yo sé lo agradable que es a Dios esta Superiora; veo que
Dios guía todo y quiere que en estos importantes
momentos yo esté bajo su protección&hellip. Gracias,
Señor, por las Superioras que viven en el amor y (47) en
el temor del Señor. Rezo muchísimo por ella, que ha
afrontado la mayor parte de las dificultades en esta obra
de la Divina Misericordia&hellip.
- 29 IX [1937]. Hoy comprendí muchos
misterios de Dios. Supe que la Santa Comunión perdura en
mí hasta la siguiente Santa Comunión. La presencia de
Dios, viva y sensible, dura en mi alma, este conocimiento
me sumerge en un profundo recogimiento sin ningún
esfuerzo de mi parte&hellip. Mi corazón es un
tabernáculo viviente en el cual se conserva la Hostia
viva. Nunca he buscado a Dios lejos, sino dentro de mi;
en la profundidad de mi propio ser convivo con mi Dios.
- Oh Dios mío, a pesar de todas las gracias
añoro continuamente la eterna unión con mi Dios; cuanto
mas lo conozco, tanto mas ardientemente lo deseo.
+
1304 (48) JMJ Con añoranza miro hacia el cielo sembrado
de estrellas,
Hacia el azul del firmamento impenetrable.
Hacia allí, a Ti, oh Dios, se lanza el corazón puro
Y desea liberarse de las cadenas del cuerpo.
Con ardiente deseo te miro, patria mía,
¿Cuándo terminará este destierro mío?
Así suspira hacia Ti, Jesús, Tu esposa,
Que por anhelarte vive agonizando.
Con nostalgia miro las huellas de los santos,
Que pasaron por este destierro a la patria,
Dejándome ejemplos de virtud y sus consejos
Y me dicen: paciencia, hermana,
Ya pronto caerán las cadenas.
Pero el alma ansiosa no oye estas palabras,
Ella desea vehementemente a su Dios y Señor
Y no entiende las palabras humanas,
Porque sólo de Él está enamorada.
Mi alma ansiosa, herida por el amor,
Se abre paso por entre todo lo creado,
(49) Y se une a la eternidad sin límites,
Al Señor a quien mi corazón está desposado.
A mi alma ansiosa, permítele, oh Dios,
Sumergirse en Tu Trinidad Divina,
Cumple mis deseos, por los cuales Te suplico
humildemente,
Con el corazón colmado del fuego de amor.
1305 Hoy vino a la puerta cierta alma pidiendo ser
recibida como alumna [350], sin embargo no fue posible acogerla.
Aquella alma necesitaba mucho nuestra casa. Mientras hablaba con
ella se ha renovado en mi la Pasión de Jesús. Cuando se alejó
me sometí a una de las mas grandes mortificaciones, pero la
próxima vez no dejaré que se vaya un alma como ésa. Sin
embargo, durante tres días sufrí mucho por esa alma. Cuánto
deploro que nuestros institutos sean tan pequeños y no puedan
albergar a un mayor número de almas queridas. Jesús mío, Tú
sabes cuánto sufro por cada ovejita extraviada.
- (50) + Oh humildad, flor hermosa, veo que
son pocas las almas que te poseen. ¿Será porque eres
tan bella y a la vez tan difícil de conquistar? Oh si,
una y otra cosa. Dios Mismo se complace en ella. Sobre un
alma humilde están entreabiertas las compuertas
celestiales y un mar de gracias fluye sobre ella. Oh,
qué bella es un alma humilde; de su corazón como de un
incensario se eleva toda clase de perfumes
particularmente agradables que atraviesan las nubes y
alcanzan a Dios Mismo y llenan de gozo su Santísimo
Corazón. A tal alma Dios no niega nada; tal alma es
omnipotente, ella influye en el destino del mundo entero;
a tal alma Dios la eleva hasta su trono y cuanto mas ella
se humilla tanto mas Dios se inclina hacia ella, la
persigue con Sus gracias y la acompaña en cada momento
con su omnipotencia. Tal alma está unida a Dios de modo
mas profundo. Oh humildad, arráigate profundamente en
todo mi ser. Oh Virgen Purísima, pero también
humildísima, ayúdame a conquistar una profunda humildad
(51). Ahora comprendo por qué hay tan pocos santos,
porque son pocas las almas profundamente humildes.
- Oh Amor eterno, abismo de misericordia, oh
Trina Santidad, pero única Divinidad que tienes un seno
amoroso para todos, como buen Padre no desprecias a nadie.
Oh Amor divino, manantial vivo derrámate sobre nosotros,
Tus indignas criaturas; que nuestra miseria no detenga
los torrentes de Tu amor, ya que Tu misericordia no tiene
limites.
- + Jesús, he notado como si Te ocuparas
menos de mí. Si, hija Mía, Me escondo detrás de tu
director espiritual [351]; él se ocupa de ti
según Mi voluntad, respeta cada palabra suya como si
fuera Mía propia; él es el velo detrás del cual Me
escondo. Tu director espiritual y Yo somos uno, sus
palabras son palabras Mías.
- (52) Mientras hago el Vía Crucis, a la
duodécima estación experimento una emoción profunda.
Aquí medito la omnipotencia de la Divina Misericordia
que ha pasado a través del Corazón de Jesús. Cada vez
que hago el Vía Crucis, en la herida abierta del
Corazón de Jesús encierro toda la pobre humanidad&hellip.
Y distintas personas que amo. De esta Fuente de
Misericordia han salido los dos rayos, es decir la Sangre
y el Agua; ellos con su inmensidad inundad el mundo
entero&hellip.
- Cuando uno está débil y enfermo hace
continuos esfuerzos para lograr hacer lo que todos hacen
normalmente; sin embargo no siempre es posible poder
hacer &ldquolo normal&rdquo, pero Te agradezco,
Jesús, por todo. No la grandeza de la obra sino la
grandeza del esfuerzo será premiada. Lo que se cumple
por amor no es pequeño, oh Jesús mío, ya que Tu ojo ve
todo. (53) No sé por qué me siento tan excepcionalmente
mal por la mañana; para levantarme de la cama tengo que
concentrar todas las fuerzas y a veces hasta recurrir al
heroísmo. Al recordar la Santa Comunión recobro un poco
más de fuerzas. Así pues, el día comienza con la lucha
y con la lucha termina. Cuando me acuesto me siento como
un soldado que vuelve del campo de batalla. Lo que
encierra en si este día, lo conoces solamente Tu,
Maestro y Señor mío.
- Meditación. Durante la meditación, la
hermana que tiene su reclinatorio al lado del mío,
carraspea y tose continuamente, a veces sin interrupción
Una vez me vino la idea de cambiar de lugar para el
tiempo de meditación, en vista que era ya después de la
Santa Misa; sin embargo pensé: si cambio de lugar la
hermana se dará cuenta y sentirá, quizá, un disgusto
por haberme alejado de ella. He decidido continuar en la
oración y en mi (54) lugar ofreciendo a Dios un acto de
paciencia. Al final de la meditación mi alma fue
inundada de tanta consolación enviada por Dios cuanta
pudo soportar mi corazón y el Señor me hizo saber que
si me hubiera alejado de esa hermana me habría alejado
también de las gracias que descendieron sobre mi alma.
- + Hoy Jesús vino a la puerta bajo la
apariencia de un joven pobre. Un joven macilento, en
harapos, descalzo y con la cabeza descubierta, estaba
pasmado de frió porque hacia un día lluvioso y frío.
Pidió algo de comer caliente. Pero cuando fui a la
cocina no encontré nada para los pobres; sin embargo
tras buscar un rato encontré un poco de sopa que
calenté y puse un poco de pan desmigajado. Se lo di al
pobre que lo comió. En el momento en que le retiraba el
vaso, me hizo saber que era el Señor del cielo y de la
tierra. En cuanto lo vi tal como es, desapareció de mis
ojos. (55) Cuando entré en la casa pensando en lo que
había sucedido en la puerta, oí estas palabras en el
alma: Hija Mía, han llegado a Mis oídos las
bendiciones de los pobres que alejándose de la puerta Me
bendicen y Me ha agradado esta misericordia tuya dentro
de los limites de la obediencia y por eso he bajado del
trono para gustar el fruto de tu misericordia.
- Oh Jesús mío, ahora está claro para mí
y he comprendido todo lo que ha sucedido hace un momento.
Presentía algo preguntándome ¿qué clase de pobre es
éste del cual transparenta tanta modestia? Desde aquel
momento mi corazón se ha encendido de un amor todavía
más puro hacia los pobres y los necesitados. Oh, cuánto
me alegro de que las Superioras me hayan asignado esta
tarea&hellip. Comprendo que la misericordia es
variada, que siempre y en todo lugar y en cada momento se
puede hacer el bien. El ardiente amor de Dios
incesantemente ve la necesidad de darse a los otros con
la acción, la palabra y la oración. Ahora comprendo (56),
Señor, Tus palabras que me has dicho anteriormente.
- + Oh, qué grandes esfuerzos tengo que
hacer para cumplir bien mis deberes siendo mi salud tan
débil. Sólo Tú lo sabes, oh Cristo.
- + En los momentos del abandono interior no
pierdo la serenidad, porque sé que Dios nunca abandona
al alma, a no ser únicamente cuando el alma misma, con
su infidelidad, rompe el lazo de amor. Sin embargo,
absolutamente todos los seres dependen del Señor y son
sostenidos por su omnipotencia. Unos son gobernados por
el amor, otros por la justicia; de nosotros depende bajo
qué autoridad deseamos vivir, visto que la ayuda de la
gracia en la medida suficiente no es negada a nadie. No
me asusta el aparente abandono. Me examino mas
profundamente si la culpa no es mía. Si no, bendito seas.
- (57) 1 X 1937. Hija Mía, necesito
sacrificios hechos por amor, porque sólo éstos tienen
valor para Mi. Es grande la deuda del mundo contraída
Conmigo, la pueden pagar las almas puras con sus
sacrificios, practicando la misericordia espiritualmente.
- Comprendo Tus palabras, Señor, y la
grandeza de la misericordia que ha de resplandecer en mi
alma. Jesús: Sé, hija Mía, que lo comprendes y
haces todo lo que está en tu poder, pero escríbelo para
muchas almas que a veces se afligen por no tener bienes
materiales, para practicar con ellos la misericordia. Sin
embargo, el mérito mucho más grande lo tiene la
misericordia espiritual que no necesita ni autorización
ni granero siendo accesible a cualquier alma. Si el alma
no practica la misericordia de alguna manera no
conseguirá Mi misericordia en el día del juicio. Oh, si
las almas supieran acumular los tesoros eternos, no
serian juzgadas, porque su misericordia anticiparía Mi
juicio.
- (58) 10 X [1937]. Oh Jesús mío, para
agradecerte por tantas gracias. Te ofrezco el alma y el
cuerpo, el intelecto y la voluntad y todos los
sentimientos de mi corazón. Con los votos me he
entregado toda a Ti, ya no tengo nada más que podría
ofrecerte. Jesús me dijo: Hija Mía, no Me has
ofrecido lo que es realmente tuyo. Me he ensimismado
y he constatado de que amaba a Dios con todas las fuerzas
de mi alma; y sin poder conocer que era lo que no había
dado al Señor, pregunté: Jesús, dímelo y Te lo daré
inmediatamente con generosidad del corazón. Jesús me
dijo amablemente: Hija, dame tu miseria porque es tu
propiedad exclusiva. En ese momento un rayo de luz
iluminó mi alma y conocí todo el abismo de mi miseria;
en ese mismo momento me abracé contra el Santísimo
Corazón de Jesús con tanta confianza que aunque tuviera
sobre la conciencia los pecados de todos los condenados,
no dudaría de la Divina (50) Misericordia, sino que, con
el corazón hecho polvo, me arrojaría en el abismo de Tu
misericordia. Creo, oh Jesús, que no me rechazarías
sino que me absolverías con la mano de quien Te
sustituye.
- Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida
brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió
para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable
Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate
sobre nosotros.
- A las tres, ruega por Mi misericordia,
en especial para los pecadores y aunque sólo sea por un
brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión,
especialmente en Mi abandono en el momento de Mi agonía.
Ésta es la hora de la gran misericordia para el mundo
entero. Te permitiré penetrar en Mi tristeza mortal. En
esta hora nada le será negado al alma que lo pida por
los méritos de Mi Pasión&hellip.
(60) +
JMJ
1321 Te saludo, misericordiosísimo Corazón de Jesús,
Viva fuente de toda gracia,
Único amparo y refugio nuestro,
En ti tengo la luz de la esperanza.
Te saludo, Corazón piadosísimo de mi Dios,
Insondable, viva fuente de amor,
De la cual brota la vida para los pecadores,
Y los torrentes de toda dulzura.
Te saludo, Herida abierta del Sacratísimo Corazón,
De la cual salieron los rayos de la misericordia
Y de la cual nos es dado sacar la vida,
Únicamente con el recipiente de la confianza.
Te saludo, inconcebible bondad de Dios,
Nunca penetrada e insondable,
Llena de amor y de misericordia, siempre santa,
Y como una buena madre inclinada sobre nosotros.
Te saludo, Trono de la misericordia, Cordero de Dios,
Que has ofrecido la vida por mí,
Ante el cual mi alma se humilla cada día,
Viviendo en una fe profunda.
[Fin del cuarto cuaderno del manuscrito del Diario].
QUINTO CUADERNO
Sor Faustina del Santísimo Sacramento
Congregación de las Hermanas
De la Madre de Dios de la Misericordia
+
(1) JMJ
1322 Navega la barca de mi vida
Entre las oscuridades y las sombras de la noche,
Y no veo ningún puerto,
Estoy a la merced del mar profundo.
La más pequeña tempestad podría hundirme,
Sumergiendo mi barca en el torbellino de las olas,
Si no vigilaras sobre mi Tu Mismo, oh Dios,
En cada momento de mi vida, en cada instante.
En medio del estruendo de las olas
Navego tranquilamente con confianza
Y, como una niña, miro adelante sin temor,
Porque Tu, oh Jesús, eres mi luz.
Todo alrededor es horror y espanto,
Pero mi paz es mas profunda que las profundidades del
mar
Porque quien está Contigo, Señor, no perecerá
Me lo asegura Tu amor divino.
Aunque alrededor hay muchos peligros,
No los temo, porque miro el cielo estrellado.
Y navego con denuedo y alegría,
Como corresponde a un corazón puro.
Pero sobre todo, únicamente
Por ser Tu mi timonero, oh Dios,
La barca de mi vida navega tan serenamente
Lo reconozco en la más profunda humildad.
+
(2) JMJ
1323 Dios Mío, Te amo.
Sor
Faustina
Del
Santísimo Sacramento
1324 Cracovia, 20 X 1937
+ Te saludo, oh Pan de los ángeles,
Con profunda fe, esperanza, amor,
Y de lo profundo del alma Te adoro,
Aunque soy una nulidad.
Te saludo, oh Dios oculto,
Y Te amo con todo el corazón,
No me estorban los velos del misterio,
Te amo como los elegidos en el cielo.
Te saludo, oh Cordero de Dios,
Que quitas las culpas de mi alma,
A quien acojo en mi corazón cada mañana,
Y Tú me ayudas en la salvación.
+
(3) JMJ
1325 Cracovia, 20 X 1937 Quinto diario
Oh Dios mío, que Te adore todo lo que hay en mi, oh
Creador y Señor mío, y con cada latido de mi corazón deseo
glorificar Tu misericordia insondable. Deseo hablar a las almas
de Tu bondad e invitarlas a confiar en Tu misericordia. Ésta es
mi misión que Tú Mismo me has confiado en esta y en la vida
futura.
- Hoy empezamos los ejercicios espirituales
de ocho días. Oh Jesús, Maestro mío, ayúdame que haga
estos santos ejercicios con el máximo fervor. Que Tu
Espíritu, oh Dios, me guíe al profundo conocimiento de
Ti, Señor, y al total conocimiento de mi misma, ya que
tanto mas Te amo cuanto mas Te conozco. Tanto mas me
despreciaré a mi misma cuanto más conoceré mi miseria.
Sé que Tú, Señor, no me negarás Tu ayuda. Deseo salir
santa de estos ejercicios espirituales, aunque no lo
noten los ojos (4) de los hombres ni tampoco la mirada de
las Superioras. Me someto toda a la acción de Tu gracia,
se cumpla completamente en mí Tu voluntad, Señor.
- Primer día. Jesús: Hija Mía, estos
ejercicios espirituales serán una continua
contemplación; te introduciré en estos ejercicios como
a un banquete espiritual. Junto a Mi Corazón
misericordioso meditarás sobre todas las gracias que tu
corazón ha recibido y una profunda paz reinará en tu
alma. Deseo que la mirada de tu alma esté siempre
clavada en Mi santa voluntad y con esto Me agradarás
muchísimo. Ningún sacrificio es comparable con éste.
Durante todos los ejercicios permanecerás junto a Mi
Corazón, no harás ningunas reformas, porque tu vida es
según Mi complacencia. No te turbará ni una sola
palabra del sacerdote que tiene los ejercicios.
- Oh Jesús mío, he hecho ya dos
meditaciones y veo que todo lo que me has dicho es verdad.
Experimento una profunda paz y esta paz (5) se deriva del
testimonio que me da la conciencia, es decir, que siempre
cumplo con Tu voluntad, oh Señor.
- En la meditación sobre el fin del hombre
comprendí que esta verdad está profundamente arraigada
en mi alma y por eso mis obras son más perfectas. Sé
por qué he sido creada; todas las criaturas juntas no me
sustituirán al Creador; sé que mi fin último es Dios,
por lo tanto en todo lo que hago tomo en consideración a
Dios.
- + Oh, qué bello es hacer los ejercicios
espirituales al lado del dulcísimo Corazón de mi Dios.
Estoy en un desierto con mi Esposo, nadie me molesta en
el dulce coloquio que tengo con Él.
- Oh Jesús, Tú Mismo Te dignaste poner el
fundamento al edificio de mi santidad, ya que mi
colaboración no ha sido grande. Por la indiferencia en
el uso que hago de las criaturas y en la elección de las
mismas. Tu me has ayudado, oh Señor, porque mi corazón
es débil por si mismo y por eso Te he rogado, Maestro
mío, que no Te fijes en el dolor de (6) mi corazón sino
que cortes todo lo que pueda retenerme en el camino del
amor. No Te entendía, Señor, en los momentos del
sufrimiento cuando cumplías la obra en mi alma, pero hoy
Te comprendo y gozo de la libertad del espíritu. Jesús
Mismo vigiló para que ninguna pasión enredara mi
corazón. He conocido bien de cuáles peligros me había
librado, y por eso mi agradecimiento a Dios no tiene
limites.
- Segundo día. Cuando meditaba sobre el
pecado de los ángeles y sobre su castigo inmediato, he
preguntado a Jesús: ¿Por qué los ángeles fueron
castigados inmediatamente después del pecado? Escuché
una voz: Por su profundo conocimiento de Dios. Ningún
hombre en la tierra, aunque fuera un gran santo, tiene
tal conocimiento de Dios como un ángel. Pero conmigo,
miserable, oh Dios, Te has mostrado misericordioso tantas
veces. Me llevas en el seno de Tu misericordia y me
perdonarás siempre cuando con el corazón contrito Te
suplique perdón.
- Un profundo silencio inunda mi alma, ni
una sola nubecita me tapa el sol, me expongo (7)
completamente a los rayos de este Sol para que su amor
realice en mi un cambio total. Quiero salir santa de
estos ejercicios espirituales a pesar de todo, es decir,
a pesar de mi miseria. Quiero volverme santa y confío en
que la Divina Misericordia puede hacer una santa de la
miseria que soy, porque después de todo tengo buena
voluntad. A pesar de todos los fracasos quiero luchar
como un alma santa y quiero comportarme como un alma
santa. No me desanimará nada como no se desanima un alma
santa. Quiero vivir y morir como un alma santa,
contemplándote, Jesús tendido en la cruz, como un
modelo para seguir. He buscado ejemplos alrededor de mí
y no he encontrado suficientes y he notado como si mi
santidad se retrasara; pero a partir de ahora he clavado
mi mirada en Ti, oh Cristo, que eres mi mejor guía.
Confío que bendecirás mis esfuerzos.
- + Durante la meditación sobre el pecado
el Señor me ha dado a conocer toda la maldad del pecado
y la ingratitud que en él se encierra. Siento en mi alma
una gran repugnancia hasta por el más pequeño pecado. (8)
Sin embargo estas verdades eternas que contemplo no
despiertan en mi alma ni una sombra de turbación o de
inquietud; a pesar de mi profunda preocupación por ellas,
mi contemplación no se interrumpe. En esta
contemplación no experimento arrebatos del corazón sino
una profunda paz y un singular recogimiento interior.
Aunque el amor es grande, hay un misterioso equilibrio:
ni siquiera recibir la Eucaristía me provoca emoción,
sino que me introduce en la más profunda unión donde mi
amor, fusionado al amor de Dios, son uno.
- + Jesús me ha ensenado que debo rezar por
las hermanas que hacen los ejercicios espirituales.
Mientras rezaba he conocido la lucha de ciertas almas [y]
he redoblado mis rezos.
- + En este profundo recogimiento puedo
juzgar mejor el estado de mi alma. Mi alma se parece al
agua límpida en la cual veo todo, tanto mi miseria como
la grandeza de las gracias de Dios, y de este verdadero
conocimiento mi espíritu se fortalece en una profunda
humildad. Expongo mi corazón a la acción de Tu gracia,
como el cristal a los rayos del sol; que Tu imagen divina
se refleje (9) en mi corazón tanto cuanto es posible
reflejarse en una criatura; Tu que vives en mi alma, [haz]
que a través de mi irradie Tu Divinidad.
- Cuando rezaba delante del Santísimo
Sacramento venerando las cinco llagas de Jesús, mientras
invocaba cada una de las llagas sentí que un torrente de
gracia manaba a mi alma ofreciéndome el gusto anticipado
del cielo y una confianza absoluta en la Divina
Misericordia.
- En el momento en que escribo estas
palabras he oído a Satanás gritando: Escribes todo,
escribes todo y por eso perdemos tanto. No escribas de la
bondad de Dios, Él es justo. Y dando aullidos de rabia,
desapareció.
- Oh Dios misericordioso que no nos
desprecias sino que continuamente nos colmas de Tus
gracias, nos haces dignos de Tu reino y en Tu bondad
llenas con los hombres los lugares abandonados por los
ángeles ingratos. Oh Dios de gran misericordia que has
apartado Tu santa vista de los ángeles rebeldes
dirigiéndola al hombre arrepentido (10), sea honor y
gloria a Tu misericordia insondable, oh Dios que no
desprecias al corazón humilde.
- Oh Jesús mío, siento que mi naturaleza
se ennoblece, pero a pesar de estas gracias tuyas no
muere del todo, por lo tanto mi vigilancia es continua.
Tengo que luchar contra muchos defectos sabiendo bien que
la lucha no humilla a nadie, sino la cobardía y la
caída.
- Cuando uno es delicado de salud debe
soportar mucho, ya que cuando está enfermo y no guarda
la cama, no es considerado enfermo. Por varios motivos
tiene continuamente la ocasión de sacrificios y a veces
de sacrificios muy grandes. Ahora comprendo que sólo la
eternidad hará conocer muchas cosas, pero comprendo
también que si Dios exige un sacrificio, no escatima su
gracia sino la concede al alma en abundancia.
- Oh Jesús mío, que mi sacrificio arda
silenciosamente delante de Tu trono; pero en toda la
plenitud del amor, implorándote misericordia para las
almas.
- (11) Tercer día. Durante la meditación
sobre la muerte me he preparado como para la muerte real;
hice el examen de conciencia y examiné minuciosamente
todas mis acciones de cara a la muerte, y por merito de
la gracia mis actos llevaban en si el sello del fin
ultimo, lo cual ha llenado mi corazón de gran
agradecimiento a Dios y he decidido servir en el futuro a
mi Dios con mas fidelidad. Lo primero, hacer morir
completamente al hombre viejo y empezar una vida nueva.
Por la mañana me he preparado para recibir la Santa
Comunión como si fuera la ultima de mi vida y después
de la Santa Comunión me he imaginado la muerte real y he
rezado oraciones por los agonizantes y luego el De
Profundis por mi alma, y mi cuerpo ha sido puesto en
el sepulcro y dije a mi alma: Mira, lo que es de tu
cuerpo, un montón de barro y una gran cantidad de
gusanos. He aquí tu herencia.
- Oh Dios misericordioso que todavía me
permites vivir, dame fuerza para que pueda vivir una vida
nueva, la vida del espíritu sobre la cual la muerte no
tiene poder. Y mi corazón se ha renovado y he iniciado
una vida nueva ya aquí en la tierra, la vida del amor de
Dios. Sin embargo no olvido que (12) soy la debilidad en
persona, pero no dudo ni por un momento en la ayuda de Tu
gracia, oh Dios.
- Cuarto día. Oh Jesús, me siento
singularmente bien junto a Tu Corazón durante estos
ejercicios espirituales. Nada perturba mi profunda paz;
con un ojo miro el abismo de mi miseria y con el otro ojo
el abismo de Tu misericordia.
- Durante la Santa Misa celebrada por el
Padre Andrasz, he visto al pequeño Niño Jesús sentado
en el cáliz de la Santa Misa con las manitas tendidas
hacia nosotros. Tras una profunda mirada me ha dicho
estas palabras: Vivo en tu corazón tal como Me ves en
este cáliz.
- Confesión. Después de dar cuenta de mi
conciencia he recibido las autorizaciones pedidas: la de
llevar brazaletes [352] media hora todos los días
durante la Santa Misa y en los momentos excepcionales, de
llevar el cinturón [353] por dos horas. [El Padre me
dijo:] Conserve, hermana, la mayor fidelidad al Señor
Jesús.
- (13) Quinto día. Por la mañana, al
entrar en la capilla me enteré que la Madre Superiora
había tenido cierto disgusto por mi causa. Eso me causó
mucho dolor. Después de la Santa Comunión, incliné mi
cabeza sobre el Sacratísimo Corazón de Jesús y le dije:
Oh Señor mio, Te ruego haz que todo el consuelo que
tengo en mi corazón por Tu presencia fluya sobre el alma
de mi querida Superiora que ha tenido un disgusto por mi
causa, sin que yo esté consciente de ello.
- Jesús me ha consolado [diciendo] que
ambas habíamos sacado un provecho para el alma. Yo, sin
embargo, supliqué al Señor que se dignara guardarme de
que alguien sufra por mi causa, ya que mi corazón no lo
soportaría.
- Oh Hostia blanca, Tu conservas el candor
de mi alma; temo el día en que no Te recibiera. Tu eres
el Pan de los ángeles y por consiguiente el Pan de las
vírgenes.
- Oh Jesús, mi modelo perfectísimo, con la
mirada clavada en Ti iré a través de la vida siguiendo
Tus huellas, ajustando la naturaleza a la gracia según
Tu santísima voluntad y la luz que ilumina mi alma,
confiando plenamente en Tu ayuda.
+
(14) JMJ
1352 Hoja del control interior [354]
Examen particular de conciencia.
Unión con Cristo misericordioso. Cuando estoy unida a
Jesús debo estar siempre y en todas partes fiel y unida
interiormente al Señor, y el exterior: fidelidad a la regla y
especialmente el silencio.
1353 Noviembre victorias - 53 caídas - 2
diciembre - 104 -
enero - 78 -1
febrero - 59 -1
marzo - 50
abril - 61
mayo
junio
julio
agosto
septiembre
octubre
- Cuando tengo dudas de cómo comportarme,
siempre pregunto al amor, él me da los mejores consejos.
1355
(15) Examen general de conciencia Año 1937 &ndash
25 X
Victorias Caídas
XI XII I II III IV V VI VII VIII IX X
Mandamiento de Dios
Voto de pobreza 9
Voto de castidad 7
Voto de obediencia 27 7
Reglas 7
Amor al prójimo 38 17 73 35 30 20 1,1,1,
Humildad 7 39 23 34 56 25 2,3,1,1,6
Paciencia 23 56 50 17 80 50
Benevolencia 11 45 37 28 37 20
Buen nombre del
Prójimo 15 25 3 1 1,
Santa Misa Santa Misa 6,2,1,12
y Santa Comunión 17 12 13 7 10 Santa Comunión 1,(12)
Meditación 6 5 10
Examen particular 7 5 11 1
Comportamiento con Dios
y con el confesor 5 5
- con las Superioras 7 1,1
- con las hermanas
Y alumnas 4 7
- con los laicos 20 2 2,1
1356 Sexto día. Oh Dios mío, estoy preparada a toda
voluntad Tuya. Cualquiera que sea el modo en que me guíes, Te
bendeciré. Cualquier cosa que exijas, la cumpliré con la ayuda
de Tu gracia. Cualquiera que sea Tu santa voluntad para conmigo
la aceptaré con todo el corazón y con toda el alma, sin reparar
en lo que me diga mi naturaleza corrupta.
- Una vez, pasando cerca de un grupo de
personas pregunté al Señor: ¿Están todos en el estado
de gracia, visto que no he sentido Tus dolores? El
hecho de que tú no has experimentado Mis dolores no
quiere decir que todos están en el estado de gracia. A
veces te hago sentir el estado de ciertas almas y te doy
la gracia de sufrir solamente porque te uso como un
instrumento para su conversión.
- Donde hay una verdadera virtud, allí debe
haber también sacrificio; toda la vida debe ser un
sacrificio. Las almas pueden ser útiles únicamente por
medio del sacrificio. Mis relaciones con el prójimo
pueden traer gloria a Dios a través del sacrificio de mi
misma; sin embargo, en este sacrificio debe haber el amor
de Dios, ya que en él todo se centra y adquiere valor.
- (17) Recuerda que cuando salgas de estos
ejercicios espirituales Me comportaré contigo como con
un alma perfecta. Deseo tenerte en Mis manos como un
instrumento idóneo para cumplir Mis obras.
- Oh Señor, que penetras todo mi ser y los
mas secretos rincones de mi alma, Tu ves que Te deseo
únicamente a Ti y nada mas sino cumplir con Tu santa
voluntad sin hacer caso de ninguna dificultad, ni
sufrimiento, ni humillación, ni alguna consideración
humana.
- Me es sumamente agradable este decidido
propósito tuyo de hacerte santa. Bendigo tus esfuerzos y
te daré la oportunidad de santificarte. Sé atenta para
que no se te escape ninguna oportunidad que Mi
providencia te dará para santificarte. Si no logras
aprovechar una oportunidad dada no pierdas la calma sino
que humíllate profundamente ante Mi y sumérgete toda
con gran confianza en Mi misericordia y así ganarás mas
de lo que has perdido, porque a un alma humilde se da con
mas generosidad, mas de lo que ella misma pida&hellip&hellip.
- (18) + Séptimo día. El conocimiento de
mi destino, es decir la seguridad interior de que
alcanzaré la santidad. Este profundo conocimiento ha
llenado mi alma del agradecimiento hacia Dios y he
atribuido toda la gloria a mi Dios, porque sé lo que soy
por mi misma.
- De estos ejercicios espirituales salgo
totalmente transformada por el amor de Dios. Mi alma
inicia seriamente y con bizarría una nueva vida aunque
por fuera esta vida no cambie nada y nadie lo perciba;
sin embargo el amor puro es el guía de mi vida y su
fruto exterior es la misericordia. Siento que estoy toda
penetrada por Dios y con este Dios camino por la vida
cotidiana, gris, fatigosa y penosa, confiando que Aquel a
quien siento en mi corazón transformará esta monotonía
en mi santidad personal.
- En un recogimiento profundo, junto a Tu
Corazón misericordioso, durante estos ejercicios
espirituales madura mi alma. En los rayos puros de Tu
amor mi alma ha cambiado su amargura (19)
transformándose en un fruto dulce y maduro; ahora puedo
ser plenamente útil a la Iglesia con mi santidad
personal que dará latidos de vida en toda la Iglesia,
puesto que todos formamos un mismo organismo en Jesús.
Por eso me empeño en que la tierra de mi corazón
produzca buenos frutos aunque el ojo humano, quizá, no
los perciba; sin embargo llegará un día en que se
podrá ver que muchas almas se han alimentado y se
alimentarán de este fruto.
- Oh Amor eterno que incendias en mi una
nueva vida, una vida de amor y de misericordia, apóyame
con Tu gracia para que responda dignamente a Tu llamada,
para que se cumpla en las almas a través de mi lo que Tu
Mismo has establecido.
Dios mío, veo el resplandor de las auroras eternas.
Toda mi alma se lanza hacia Ti, Señor, ya nada me detiene ni me
ata a la tierra. Ayúdame, Señor, a soportar con paciencia el
resto de mis días. La ofrenda de mi amor arde sin cesar ante Tu
Majestad, pero tan silenciosamente que solamente Tu ojo, oh Dios,
la ve, ningún otro es capaz de percibirla.
- (20) Oh Señor mío, aunque me ocupan
tantas cosas, aunque esta obra está en mi corazón,
aunque deseo el triunfo de la Iglesia, aunque deseo la
salvación de las almas, aunque me hieren todas las
persecuciones de Tus fieles, aunque me hace sufrir cada
caída de las almas, sin embargo, a pesar de todo, tengo
en el alma una profunda paz que ni los triunfos, ni los
deseos, ni las contrariedades son capaces de perturbar,
porque Tu, Señor y Dios mío, estás para mi por encima
de todas las cosas que permites que sucedan.
- Octavo día. Oh Señor mío, meditando
todos los beneficios al lado de Tu Sacratísimo Corazón,
he sentido la necesidad de una gratitud particular por
tantas gracias y beneficios divinos. Deseo sumergirme en
el agradecimiento ante la divina Majestad, durante siete
días y siete noches permanecer en la oración de acción
de gracias. Aunque por fuera cumpla todos mis deberes, no
obstante mi espíritu estará incesantemente delante del
Señor y todas las prácticas de piedad estarán
impregnadas del espíritu de agradecimiento. Por la noche,
media hora, arrodillada, a solas con el Señor en mi
celda; de noche, cada vez que me despertaré, (21) me
sumergiré en la oración de acción de gracias. Con esto
deseo compensar al menos en parte por la grandeza de los
beneficios de Dios.
- Sin embargo, para que todo esto fuera más
agradable a los ojos de Dios y para que a mi no me
quedara ni una sombra de duda, fui a ver a mi director
espiritual y le presenté el deseo que mi alma ha sentido
de sumergirse en este agradecimiento. He obtenido el
permiso para todo, con la excepción de no esforzarme a
orar de noche, cuando me despierte.
- Con cuánta alegría regresaba yo al
convento [355] y al día siguiente he comenzado este gran
agradecimiento con el acto de la renovación de los votos.
Toda mi alma se ha sumergido en dios y de todo mi ser
salía hacia Dios una sola llama, la de reconocimiento y
de agradecimiento. Las palabras no han sido muchas,
porque los beneficios de Dios como fuego ardiente
inflamaban mi alma y todos los sufrimientos y los
disgustos eran como leña tirada al fuego sin la cual el
fuego se habría apagado. Invoqué a todo el cielo y a la
tierra a unirse a mi agradecimiento.
- (22) Han terminado los ejercicios
espirituales, esos bellos días de permanecer a solas con
el Señor Jesús. He hecho estos ejercicios espirituales
tal como Jesús lo deseaba y como me había dicho el
primer día de los ejercicios, es decir en la máxima
serenidad he meditado los beneficios de Dios. Jamás en
mi vida he hecho unos ejercicios espirituales como éstos.
Con esta paz mi alma ha sido reforzada mas profundamente
que con choques o emociones. En los rayos del amor he
visto todo tal y como es en realidad.
- Al salir de estos ejercicios espirituales
me siento totalmente transformada por el amor de Dios. Oh
Señor, diviniza mis acciones para que adquieran meritos
para la eternidad y aunque mi debilidad es grande,
confío en el poder de Tu gracia que me sostendrá.
- Oh Jesús mío, Tu sabes que desde los
años mas tempranos deseaba ser una gran santa, es decir,
deseaba amarte con un amor tan grande como ninguna alma
Te amó hasta ahora. Al principio éstos eran mis (23)
deseos secretos, de los cuales sabía sólo Jesús. Hoy
no los alcanzo contener en el corazón, desearía gritar
al mundo entero: Amad a Dios, porque es bueno y su
misericordia es grande.
- Oh días cotidianos y llenos de monotonía,
los miro con ojo solemne y festivo. Qué grande y solemne
es el tiempo que nos ofrece la posibilidad de recoger
méritos para el cielo eterno; comprendo cómo lo
utilizarían los santos.
- 30 X 1937. Hoy, durante la ceremonia [356]
religiosa, durante la Santa Misa, en el segundo día de
acción de gracias, vi a Jesús en un aspecto de gran
belleza y me dijo: Hija Mía, no te he dispensado de
la acción. Le contesté: Señor, mi mano es débil
para tales obras. Sí, lo sé, pero unida a Mi diestra,
cumplirás todo. Sin embargo, sé obediente, sé
obediente a los confesores. Yo les daré la luz cómo
deben guiarte. Señor, yo quise dar comienzo a la
obra en Tu nombre, sin embargo, el Padre S. [357]
todavía la aplaza. Jesús me contestó: Lo sé, por
lo tanto haz lo que está en tu poder, pero no puedes
eximirte.
- (24) Noviembre &ndash 1 XI 1937
Hoy, después de las vísperas, la procesión fue al
cementerio; yo no pude ir porque estaba de guardia en la puerta,
pero eso no me impidió rezar por las queridas almas. Cuando la
procesión volvió del cementerio a la capilla, mi alma sintió
la presencia de muchas almas. Comprendí la gran justicia de Dios
y que cada uno tiene que pagar hasta el último céntimo.
- El Señor me ha dado la oportunidad de
ejercitarme en la paciencia por medio de una persona con
la cual cumplo la misma tarea. Es tan lenta que todavía
no he visto una persona tan lenta como ella; hay que
armarse de gran paciencia para escuchar su plática
aburrida.
- 5 XI. Esta mañana vinieron a la puerta
cinco desempleados que querían entrar a toda costa. La
Hermana N. tras discutir con ellos y sin poder
despedirlos, vino a la capilla (25) a hablar con la Madre
quien [358] me ordenó ir. Estaba aún lejos de la puerta
cuando oí sus insistentes golpes en ella. En un solo
momento me invadieron dudas y temor, no sabia si abrirles
o responder por la mirilla como había hecho la Hermana N.
Pero, de repente oí una voz en el alma: Ve y ábreles
la puerta y conversa con ellos con la misma dulzura con
la que hablas Conmigo. Abrí la puerta enseguida y me
acerqué al más amenazador y me puse a hablarle con
tanta dulzura y serenidad que ellos mismos no sabían
qué hacer y también empezaron a hablar con gentileza y
dijeron: ¿Qué hemos de hacer? Si el convento no puede
darnos trabajo. Y se han ido en paz. He sentido
claramente que Jesús, al que había recibido en la Santa
Comunión una hora antes, obró en sus corazones a
través de mí. Oh, qué bello es obrar bajo la
inspiración de Dios.
- Hoy me sentía peor y fui a la Madre
Superiora con la intención de pedirle permiso de poder
acostarme. Pero antes de pedirle permiso (26) de
acostarme, la Madre Superiora me dijo: Hermana, debe
arreglárselas sola en la puerta, porque me llevo la
niña para la col, ya que no hay nadie para ese trabajo.
Contesté que estaba bien y Salí de la habitación. Al
llegar a la puerta me sentí extrañamente fuerte y
cumplí con mi deber durante todo el día y me sentí
bien. Experimenté el poder de la santa obediencia.
- 10 XI [1937]. Cuando la querida Madre me
enseñó este librito [359] en el cual están la
coronilla y las letanías junto con la novena, pedí a la
Madre que me lo dejara hojear. Mientras lo hojeaba,
Jesús me hizo saber interiormente que: Ya muchas
almas han sido atraídas a Mi amor por esta imagen. Mi
misericordia actúa en las almas mediante esta obra. Supe
que muchas almas han experimentado la gracia de Dios.
- Supe que la Madre Superiora cargaría una
cruz bastante pesada unida a sufrimientos físicos, pero
que no durará mucho tiempo.
- (27) + Se me ocurrió la idea de no tomar
la medicina a cucharita llena sino un poco a la vez,
porque era cara. En el mismo momento escuché una voz: Hija
Mía, no Me gusta tal comportamiento, acepta con
agradecimiento todo lo que te doy a través de tus
Superioras y de este modo Me agradarás más.
- + Cuando murió Sor Doménica [360], a eso
de la una de la noche, vino a verme y me avisó que
había muerto. Recé por ella con fervor. A la mañana
siguiente las hermanas me dijeron que ya había muerto,
contesté que ya lo sabía porque había venido a verme.
La hermana enfermera [361] me pidió que ayudara a
vestirla. En un momento cuando me quedé con ella, el
Señor me reveló que sufría todavía en el purgatorio.
Redoblé mis oraciones por ella, pero a pesar del fervor
con el cual rezo siempre por las hermanas difuntas,
confundí los días y en vez de ofrecer tres días de
oraciones como prescribe la regla, por error ofrecí dos.
Al cuarto día me recordó que todavía le debía unas
oraciones, y que las necesitaba. En seguida (28) formulé
la intención de ofrecer un día entero por ella, pero no
solamente ese día, sino más, según me sugería el amor
al prójimo.
- Debido a que Sor Doménica después de
morir tenia un aspecto tan bonito que no daba la
impresión de cadáver, algunas hermanas expresaron la
duda: ¿Estará, acaso, en letargo? Y una de las hermanas
me dijo ir con ella y poner un espejito ante su boca para
ver si se empañaba, ya que si estuviera viva se
empañaría. Dije que sí e hicimos lo que habíamos
dicho, pero el espejito no se empañó, aunque nos
pareció que realmente se había empañado. Sin embargo,
el Señor me hizo saber cuánto eso le había disgustado
y fui amonestada severamente a no obrar jamás contra el
convencimiento interior. Me humillé profundamente ante
el Señor y le pedí perdón.
- Veo a cierto sacerdote que Dios ama mucho,
pero Satanás lo odia terriblemente porque lleva muchas
almas a una santidad elevada y tiene (29) en cuenta
únicamente la gloria de Dios. Pero pido a Dios que no le
falte paciencia con quienes le llevan continuamente la
contraria. Satanás, allí donde no puede hacer daño el
mismo, se sirve de los hombres.
- 19 XI. Hoy, después de la Santa Comunión
Jesús me dijo cuánto desea venir a los corazones
humanos. Deseo unirme a las almas humanas. Mi gran
deleite es unirme con las almas. Has de saber, hija Mía,
que cuando llego a un corazón humano en la Santa
Comunión, tengo las manos llenas de toda clase de
gracias y deseo dárselas al alma, pero las almas ni
siquiera Me prestan atención, Me dejan solo y se ocupan
de otras cosas. Oh, qué triste es para Mi que las almas
no reconozcan al Amor. Me tratan como una cosa muerta. He
contestado a Jesús: Oh tesoro de mi corazón, único
objeto de mi corazón y todo el deleite de mi alma, deseo
adorarte en mi corazón tal y como eres adorado en el
trono de Tu gloria eterna. Mi amor Te (30) desea
compensar, al menos en pequeña parte, por la frialdad de
un gran numero de almas. Oh Jesús, he aquí mi corazón
que es Tu morada a la que nada tiene acceso. Tú Mismo
descansa en él como en un bello jardín. Oh Jesús mío,
hasta pronto, ya debo ir al trabajo, pero Te manifestaré
mi amor con el sacrificio sin omitir ni dejar que se me
escape ninguna ocasión para ello.
- Cuando salí de la capilla la Madre
Superiora me dijo: Hermana, usted no irá a la clase de
catecismo [362], sino que va a estar de guardia. Está
bien, Jesús, así pues, durante todo el día tuve
excepcionalmente muchas ocasiones para hacer sacrificios,
no omití ninguna, gracias a la fuerza de ánimo que
saqué de la Santa Comunión.
- Hay momentos en la vida cuando el alma se
encuentra en un estado en que casi no comprende las
palabras humanas, todo la cansa y nada la calma menos una
plegaria fervorosa. En una oración fervorosa el alma
encuentra alivio y aunque quisiera explicaciones de las
criaturas, estas mismas le procurarían solamente una
mayor inquietud.
- (31) + Durante una oración aprendí
cuánto es agradable a Dios el alma del Padre Andrasz. Es
un verdadero hijo de Dios. En pocas almas esta filiación
de Dios se evidencia tan claramente y es porque tiene una
devoción especialísima a la Madre de Dios.
- Oh Jesús mío, aunque siento un gran
apremio, no puedo dejarme llevar por él y eso para no
estropear Tu obra con mi prisa. Oh Jesús mío, me haces
conocer Tus misterios y quieres que los trasmita a otras
almas. Ya dentro de poco se abrirá para mí la
posibilidad de actuar. Mi misión comenzará ya sin
obstáculos en el momento en que parecerá completamente
destruida. Tal es para esto la voluntad de Dios que no
cambiará a pesar de que muchas personas estarán en
contra, pero nada logrará cambiar la voluntad de Dios.
- Veo al Padre Sopocko, cuánto su mente
está ocupada y trabaja por la causa de Dios [363] ante
los dignatarios de la Iglesia para presentar los deseos
divinos. Gracias a sus diligencias una nueva (32) luz
resplandecerá en la Iglesia de Dios para el consuelo de
las almas. Aunque de momento su alma está colmada de
amargura como en recompensa por los esfuerzos que hace
para Dios, pero no será así. Veo su gozo que no será
perjudicado por nada; Dios le dará una parte de este
gozo ya aquí en la tierra. No he encontrado igual
fidelidad a Dios que aquella por la cual se distingue
esta alma.
- Hoy, en el refectorio, durante la cena he
sentido la mirada de Dios al fondo de mi corazón. Una
presencia tan viva ha penetrado mi alma que durante un
momento no me daba cuente donde estaba. La dulce
presencia de Dios inundaba mi alma y en algunos momentos
no comprendía lo que me decían las hermanas.
- Todo lo bueno que hay en mi es gracias a
la Santa Comunión, le debo todo. Siento que este sagrado
fuego me ha transformado totalmente. Oh, cuánto me
alegro de ser Tu morada, oh Señor; mi corazón es un
templo en que permaneces continuamente&hellip..
(33) JMJ
- Oh Jesús, deleite de mi alma, Pan de los
ángeles,
Todo mi ser se sumerge en Ti
Y vivo de Tu vida divina, como los elegidos en el cielo,
Y la autenticidad de esta vida no cesará aunque
descanse en la tumba.
Oh Jesús, Eucaristía, Dios inmortal,
Que permaneces continuamente en mi corazón,
Y cuando estás conmigo, ni siquiera la muerte puede
dañarme.
El amor me dice que Te veré al final de la vida.
Rebosada de Tu vida divina,
Miro tranquila hacia los cielos abiertos para mí,
Y la muerte avergonzada se irá con nada,
Porque Tu vida divina está encerrada en mi alma.
Y aunque por tu santa voluntad, oh Señor,
La muerte ha de tocar mi cuerpo,
Deseo que esta separación suceda cuanto antes,
Ya que con ella entraré en la vida eterna.
Oh Jesús, Eucaristía, vida de mi alma,
Tú me has elevado a las esferas eternas,
Por la Pasión y la agonía entre atroces tormentos.
1394 (34) 26 [XI 1937]
Retiro espiritual mensual de un día.
Durante estos ejercicios espirituales el Señor me ha
dado la luz de un más profundo conocimiento de su voluntad y al
mismo tiempo del total abandono a esta santa voluntad de Dios.
Esta luz me ha fortalecido en una paz profunda, dándome a
comprender que no debo tener miedo de nada menos el pecado.
Cualquier cosa que Dios me envíe, la aceptaré con una total
sumisión a su santa voluntad. Dondequiera que Él me ponga,
trataré de cumplir fielmente su santa voluntad y todo lo que le
agrade, siempre que esté en mi poder, aunque esta voluntad de
Dios fuera para mi dura y pesada como lo fue la voluntad del
Padre celestial para con Su Hijo que rezaba en el Huerto de los
Olivos. Pues, me he dado cuenta de que si la voluntad del Padre
celestial se cumple de este modo en Su amadísimo Hijo, entonces
precisamente de este mismo modo se cumplirá también en nosotros;
sufrimientos, persecuciones, ultrajes, deshonor con todo esto mi
alma se asemeja a Jesús. Y cuanto mas grande es el sufrimiento,
tanto mejor veo que me asemejo a Jesús. Éste es el camino mas
seguro. Si otro camino fuera mejor, Jesús me lo indicaría. Los
sufrimientos no me (35) quitan la paz en absoluto; pero por otra
parte, aunque gozo de una paz profunda, no obstante esta paz
profunda no me quita la sensación del sufrimiento. Aunque, a
veces, tengo la cara inclinada hacia la tierra y las lágrimas
corren en abundancia, sin embargo, en ese mismo momento mi alma
goza de una paz profunda y de felicidad&hellip&hellip
1395 Deseo esconderme en tu misericordiosísimo Corazón
como una gota de rocío en el cáliz. Enciérrame en este cáliz
para protegerme del frío de este mundo. Nadie comprenderá la
felicidad en la cual se deleita mi corazón en el escondite, a
solas con Dios.
- Hoy escuché en el alma una voz: Oh, si
los pecadores conocieran Mi misericordia no perecería un
número tan grande de ellos. Diles a las almas pecadoras
que no tengan miedo de acercarse a Mi, habla de Mi gran
misericordia.
- El Señor me ha dicho: La pérdida de
cada alma Me sumerge en una tristeza mortal. Tú siempre
Me consuelas cuando (36) rezas por los pecadores.
Tu oración quemas Me agrada es la oración por la
conversión de los pecadores. Has de saber, hija Mía,
que esta oración es siempre escuchada.
- Se acerca el Adviento, deseo preparar mi
corazón para la venida del Señor Jesús con la
docilidad y el recogimiento del espíritu, uniéndome a
la Santísima Virgen e imitando fielmente su virtud de la
docilidad por la cual encontró complacencia a los ojos
de Dios Mismo. Confío que a su lado perseveraré en este
propósito.
- Por la noche, al entrar por un momento en
la capilla sentí una tremenda espina en la cabeza. Eso
duró poco tiempo, pero su punzada fue tan dolorosa que
en un momento mi cabeza se cayó sobre el comulgatorio,
me parecía que la espina me penetraba en el cerebro;
pero eso es nada, todo para las almas, para impetrarles
la misericordia de Dios.
- Vivo de hora en hora, no sé proceder de
otro modo. El momento actual deseo aprovecharlo de manera
mejor posible cumpliendo fielmente todo lo que él me
ofrece. Me abandono a Dios en todo con inquebrantable
confianza.
- (37) Ayer recibí una carta del Padre
Sopocko. Supe que la causa de Dios si progresa aunque
lentamente. Me alegro de ello muchísimo y he redoblado
mis plegarias por toda esta obra. He conocido que en el
momento actual, respecto a esta obra, Dios exige de mi,
oración y sacrificio; mi acción podría realmente
destruir los proyectos de Dios tal y como me escribió el
Padre Sopocko en la carta de ayer. Oh Jesús mío,
concédeme la gracia de ser un instrumento ciego en tus
manos. He conocido de la carta cuánta luz Dios concede a
este sacerdote; eso me afirma en la convicción de que
Dios llevará a cabo esta obra a través de él a pesar
de las contrariedades que se multiplican. Sé bien que
cuanto más bella y más grande es la obra, tanto mas
tremendas son las tempestades que se desencadenan contra
ella.
- En sus inescrutables designios Dios
permite a veces que quienes han emprendido los mayores
esfuerzos por alguna obra, generalmente no gozan de los
frutos de esta obra aquí en la tierra. Dios conserva
todo su goce para la eternidad; pero, a pesar de todo, a
veces Dios da a conocer cuánto le son agradables los
esfuerzos (38) de tales almas y aquellos momentos
fortalecen las almas para los nuevos combates y pruebas.
Éstas son las almas que mas se parecen al Salvador el
cual en su obra fundada en la tierra probó solamente
amargura.
- Oh Jesús mío, seas bendito por todo; me
alegro de que se cumpla Tu santísima voluntad, eso me
basta absolutamente para ser feliz.
- Oh Jesús oculto, en Ti [esta] toda mi
fuerza. Ya en los años más tempranos Jesús en el
Santísimo Sacramento me ha atraído hacia Si. A los
siete años, cuando estaba en las vísperas y el Señor
Jesús estaba expuesto en la custodia, entonces, por
primera vez se me comunicó el amor de Dios y llenó mi
pequeño corazón y el Señor me hizo comprender las
cosas divinas; a partir de aquel día hasta hoy mi amor
al Dios oculto ha crecido hasta alcanzar la mas estrecha
intimidad. Todo el poder de mi alma procede del
Santísimo Sacramento. Todos los momentos libres los paso
conversando con Él; Él es mi Maestro.
- (39) 30 XI [1937]. Una noche, mientras
subía por la escalera, de repente me invadió un
extraño tedio de todo lo divino. Entonces oí a Satanás
que me decía: No pienses nada de la obra, Dios no es tan
misericordioso como tú dices. No reces por los pecadores,
porque ellos serán condenados a pesar de todo y por esta
obra de misericordia tú misma te expones a ser condenada.
De esta misericordia de Dios no hables nunca con el
confesor y especialmente con los Padres Sopocko y Andrasz.
En ese momento la voz tomó el aspecto del Ángel
Custodio. Entonces contesté: Sé quien eres, el padre de
la mentira [364]. Hice la señal de la santa cruz y aquel
ángel desapareció con gran estrépito y rabia.
- Hoy, el Señor me ha dado a conocer
interiormente que no me abandonará. Me ha dado a conocer
su Majestad y su santidad y al mismo tiempo su amor y su
misericordia hacia mi y un mas profundo conocimiento de
mi miseria; sin embargo esta gran miseria mía no me
priva de la confianza, sino al contrario, en la medida en
que conozco mi miseria fortalece (40) mi confianza en la
Divina Misericordia. He comprendido que todo depende del
Señor, sé que nadie me tocará ni siquiera un pelo sin
su voluntad.
- Hoy, mientras recibía la Santa Comunión
he visto una Hostia viva en el cáliz, la cual el
sacerdote me la dio. Al volver a mi lugar, he preguntado
al Señor: ¿Por qué una [sola] viva? Si estás
igualmente vivo en todas las Hostias. El Señor me
contestó: Es así, soy el Mismo en todas las Hostias,
pero no todas las almas Me reciben con una fe tan viva
como la tuya, hija Mía, y por eso no puedo obrar en sus
almas igual que en tu alma.
- Santa Misa celebrada por el Padre Sopocko.
Durante esta Misa a la que asistía, vi al pequeño
Jesús que tocando con un dedito la frente de aquel
sacerdote, me dijo: Su mente está unida estrechamente
a Mi mente; así que, quédate tranquila por Mi obra, (41)
no le permitiré equivocarse y tú no hagas nada sin
su permiso. Llenando así mi alma de gran
tranquilidad en cuanto a toda esta obra.
- + Hoy, el Señor Jesús me hace consciente
de Si Mismo y de su más tierno amor y del cuidado que
tiene de mí en una comprensión profunda de que todo
depende de su voluntad y que permite algunas dificultades
únicamente para nuestros meritos, para que se manifieste
claramente nuestra fidelidad. Al mismo tiempo recibí la
fuerza para sufrir y negarme a mi misma.
- Hoy es la vigilia de la Inmaculada
Concepción de la Santísima Virgen Maria. Durante la
comida, en un solo momento, Dios me hizo saber la
grandeza de mi destino, es decir, me hizo saber la
cercanía de Dios que no me será quitada por los siglos;
[me lo hizo conocer] de manera tan viva y evidente que
durante mucho tiempo he permanecido profundamente
sumergida en su viva presencia humillándome delante de
su grandeza.
+
- (42) JMJ
Oh Espíritu de Dios, Espíritu de verdad y de luz,
Vive en mi alma constantemente con Tu gracia divina.
Que Tu soplo disipe las tinieblas,
Y que las buenas obras se multipliquen en tu luz.
Espíritu de Dios, Espíritu de amor y de misericordia,
Que infundes en mi corazón el bálsamo de confianza,
Tu gracia afirma mi alma en el bien,
Dándole la fuerza irresistible, la perseverancia.
Oh Espíritu de Dios, Espíritu de paz y de alegría,
Que confortas mi corazón sediento
Y viertes en él la fuente viva del amor de Dios,
Y lo haces impávido para la batalla.
Oh Espíritu de Dios, huésped amabilísimo de mi alma,
Por mi parte deseo ser fiel a Ti.
Tanto en los días de alegría como en los tormentos,
Deseo siempre vivir en Tu presencia, oh Espíritu de
Dios.
O Espíritu de Dios que penetras mi ser en su totalidad,
Y me das a conocer Tu vida divina, trina,
Y me confías los secretos de Tu esencia divina,
Y unida a Ti de este modo, viviré por la eternidad.
- (43) + Con gran celo me he preparado para
celebrar la fiesta de la Inmaculada concepción de la
Madre de Dios. He prestado más atención al recogimiento
del espíritu y meditando sobre este privilegio exclusivo
de Ella; así que todo mi corazón se sumergía en Ella,
agradeciendo a Dios por haber concedido a Maria este gran
privilegio.
1413 Me he preparado no solamente con la novena común
que hace toda la Comunidad, sino que me he propuesto además
saludarla mil veces al día, rezando cada día en su honor mil
Avemarías durante nueve días.
+ Ya es la tercera vez que hago esta novena a la Virgen
Maria que consiste en rezar mil Avemarías diarias, es decir
nueve mil saludos forman toda la novena. No obstante, aunque la
he hecho ya tres veces en mi vida, y dos veces fueron cuando
cumplía mis deberes, no he perjudicado en nada mis tareas
cumpliéndolas con máxima exactitud, y además [la he hecho]
fuera de los ejercicios de piedad, o sea ni durante la Santa Misa,
ni durante la bendición, he rezado estas Avemarías. Una vez
hice esta novena cuando (44) estaba en el hospital. Más hace el
que quiere que el que puede. Fuera del recreo, rezaba y trabajaba;
en esos días no he pronunciado ni una sola palabra que no fuera
absolutamente necesaria, pero tengo que reconocer que esto
requiere mucha atención y esfuerzo, mas para honrar a la
Inmaculada no hay nada que sea demasiado.
1414 Solemnidad a la Inmaculada Concepción. Antes de la
Santa Comunión he visto a la Santísima Madre de una belleza
inconcebible. Sonriéndome me dijo: Hija Mía, por mandato de
Dios, he de ser tu madre de modo exclusivo
- y especial, pero deseo que también tu
seas Mi hija de modo especial. Deseo, amadísima hija
Mía, que te ejercites en tres virtudes que son mis
preferidas y que son las mas agradables [a] Dios:
la primera es la humildad, humildad y todavía una vez
mas humildad. La segunda virtud es la pureza; la tercera
es el amor a Dios. Siendo Mi hija tienes que resplandecer
de estas virtudes de modo especial. Tras la
conversación me abrazó a su corazón y desapareció.
- Cuando he vuelto en (45) mi, mi corazón
ha sido atraído extrañamente a las virtudes y me
ejercito en ellas fielmente, están como esculpidas en mi
corazón. Ese ha sido un gran día para mi, ese día he
estado como en una contemplación continua en la que el
solo recordar esta gracia me introducía en una
contemplación nueva y durante el día entero he
permanecido dando gracias sin terminar nunca porque el
recuerdo de esta gracia empujaba mi alma a sumergirse
nuevamente en Dios&hellip.
- Oh Señor mío, mi alma es la más
miserable y Tu Te humillas a ella tan bondadosamente. Veo
claramente Tu grandeza y mi pequeñez y por eso me alegro
de que seas tan poderoso e inmenso y me alegro
enormemente de ser yo tan pequeña.
- Oh Cristo doliente, salgo a Tu encuentro;
siendo Tu esposa tengo que ser semejante a Ti. El manto
de la ignominia que Te ha cubierto tiene que cubrirme
también a mí. Oh Cristo, tú sabes con qué ardor deseo
hacerme semejante a Ti. Haz que toda Tu Pasión sea
también mía, que todo (46) Tu dolor se vierta en mi
corazón. Confío que suplirás esto en mí de modo que
Tú consideres oportuno.
- + Hoy [es] la adoración nocturna. No
puedo participar en ella por mi salud débil, pero antes
de dormirme me uní a las hermanas que estaban en la
adoración. Entre las cuatro y las cinco, de pronto fui
despertada, oí una voz diciendo que tomara parte [en la
oración] con las personas que estaban en la adoración.
Conocí que entre las personas que estaban en la
adoración había un alma que rezaba por mí.
- Al sumergirme en la oración, fui
trasladada en espíritu a la capilla y vi al Señor
Jesús expuesto en la custodia; en lugar de la custodia
veía el rostro glorioso del Señor y el Señor me dijo: Lo
que tú ves [en] realidad, estas almas lo ven a
través de la fe. Oh, qué agradable es para Mi su gran
fe. Ves que aparentemente no hay en Mi ninguna traza de
vida, no obstante, en realidad ella existe en toda su
plenitud y además encerrada en cada Hostia. Pero para
que Yo pueda obrar en un alma, el alma debe tener fe. Oh,
cuánto Me agrada la fe viva.
- Tuvieron esta adoración (47) la Madre
Superiora y también otras hermanas. Pero conocí que la
oración de la Madre Superiora sacudió el cielo. Me
alegro de que haya almas tan agradables a Dios.
- Al día siguiente, cuando durante el
recreo pregunté ¿qué hermanas habían tenido la
adoración entre las cuatro y las cinco?, una de las
hermanas exclamó: ¿Por qué quiere saberlo?
¿Seguramente habrá tenido alguna revelación? Me callé
y no dije nada más y aunque fui interrogada por la Madre
Superiora, no pude contestar ya que el momento no era
oportuno.
- Una vez, una de las hermanas me confesó
que pensaba elegir a cierto sacerdote como su director
espiritual. Muy contenta me lo comunicó pidiendo que
rezara según esa intención, cosa que prometí. Mientras
rezaba supe que esa alma no sacaría ningún provecho
espiritual de aquella dirección. Y durante el siguiente
encuentro esa alma me habló de su alegría por aquella
dirección espiritual.
- Yo compartí su alegría, sin embargo,
cuando ella (48) se alejó, fui amonestada severamente.
Jesús me dijo que le contestara lo que Él me había
hecho conocer en la oración, lo cual hice en la primera
ocasión, a pesar de que me costó mucho.
- Hoy he sentido el dolor de la corona de
espinas durante un breve momento. Fue cuando rezaba
delante del Santísimo Sacramento por cierta alma. De
pronto he sentido un dolor tan violento que mi cabeza se
cayó sobre el comulgatorio; ese momento ha sido breve,
pero muy doloroso.
- Oh Cristo, dame las almas. Envía sobre mi
todo lo que quieras, pero a cambio, dame las almas. Deseo
la salvación de las almas, deseo que las almas conozcan
Tu misericordia. No tengo nada para mi, porque he
distribuido todo entre las almas, así que en el día de
juicio me presentaré delante de Ti sin nada, porque he
distribuido todo entre las almas y por eso no tendrás de
qué juzgarme y ese día nos encontraremos: el amor con
la misericordia&hellip&hellip
- +
(49) JMJ
Oh Jesús oculto, vida de mi alma,
Objeto de mi ferviente deseo,
Nada apagará Tu amor en mi corazón,
Me lo asegura la fuerza de nuestro amor mutuo.
Oh Jesús oculto, glorioso anticipo de mi resurrección,
En Ti se centra toda mi vida,
Tú, Hostia, me haces capaz de amar eternamente.
Y sé que también Tú me amarás como a Tu hija.
Oh Jesús oculto, mi purísimo amor,
Mi vida Contigo iniciada ya aquí en la tierra,
Se manifestará en toda su plenitud en la eternidad
futura,
Porque nuestro amor reciproco nunca cambiará.
Oh Jesús oculto, mi alma Te desea sólo a Ti,
Tu eres para mi mas que las delicias del cielo.
Más que todos los dones y gracias mi alma te espera
sólo a Ti,
Que vienes a mí bajo la apariencia del pan.
Oh Jesús oculto, toma ya mi corazón sediento de Ti,
Que arde por Ti con el puro fuego de serafín,
Camina por la vida siguiente Tus huellas, invencible,
Y con la frente alta como un caballero, a pesar de que
soy una joven débiles.
- (50) Desde hace un mes me siento peor, y
con cada expectoración siento la descomposición en los
pulmones. A veces sucede que siento la descomposición
total de mi propio cadáver; es difícil expresarlo
grande que es este sufrimiento. Aunque con la voluntad lo
acepto decididamente, no obstante para la naturaleza es
un gran sufrimiento, mayor que llevar el cilicio y
flagelarse a sangre. Aumentaba cuando iba al refectorio;
hacia grandes esfuerzos para comer algo, ya que las
comidas me causaban nauseas. En esa época empezaron
también unos dolores en los intestinos, todos los platos
mas picantes me causaban tremendos dolores; pues más de
una noche me retorcía entre terribles dolores y lagrimas
a favor de los pecadores.
- No obstante, pregunté al confesor qué
debía hacer: ¿seguir sufriendo por los pecadores o
pedir a la Madre Superiora una excepción para tomar
comidas más ligeras? El confesor decidió que debía
pedir a las Superioras las comidas ligeras; e hice según
las indicaciones del confesor viendo que esa humillación
era más agradable a Dios.
- (51) Un día me vino la duda de si era
posible sentir continuamente la descomposición del
organismo y al mismo tiempo andar y además trabajar,
¿no era, acaso, una ilusión? Pero, por otra parte, no
podía ser una ilusión porque me causaba un tremendo
sufrimiento. Mientras pensaba en eso, vino una de las
hermanas para conversar un momento. Tras algunos minutos
hizo una horrible mueca y me dijo: Hermana, yo siento
aquí el olor a cadáver. Se sorprendió mucho, pero dijo
que no podía soportarlo más. Cuando se alejó
comprendí que Dios había dado esa sensación a aquella
hermana para que yo no tuviera dudas y que de modo
simplemente milagroso ocultaba ese sufrimiento mío a
toda la Comunidad. Oh Jesús mío, solamente Tú conoces
la profundidad de mi sacrificio.
- No obstante, en el refectorio tuve que
soportar más de una sospecha de ser yo caprichosa.
Entonces, como siempre, voy rápidamente al tabernáculo,
me inclino delante del (52) copón y saco fuerzas para
conformarme a la voluntad de Dios. Lo que he escrito
todavía no es todo.
- Hoy, durante la confesión, [el Padre]
partiendo conmigo espiritualmente el &ldquooplatek&rdquo,
me ha deseado lo siguiente: Sea fidelísima a la gracia
de Dios, además impetre la misericordia de Dios para
usted y para el mundo entero, porque todos necesitamos
mucho, mucho, la Divina Misericordia.
- Dos días antes de las fiestas, en el
refectorio fueron leídas las siguientes palabras: &ldquoMañana
[es] el nacimiento de Jesucristo según la carne&rdquo
[365]. A estas palabras mi alma fue traspasada por la luz
y el amor de Dios; conocí más profundamente el misterio
de la Encarnación,. Qué grande es la Misericordia de
Dios que se encierra en el misterio de la Encarnación
del Hijo de Dios.
- Hoy el Señor me ha hecho conocer su ira
contra la humanidad que por sus pecados merece que sus
días sean acortados, pero también aprendí que la
existencia del mundo la sostienen las almas elegidas, es
decir, las ordenes religiosas. Ay del mundo si faltan las
ordenes religiosas.
+
- (53) JMJ
Cumplo cada acción de cara a la muerte,
La realizo ahora tal como deseo verla en mi última hora.
Aunque la vida pase rápido como el viento
Ninguna acción emprendida por Dios se perderá.
Siento la descomposición total de mi organismo,
Aunque sigo viviendo y trabajando todavía.
La muerte no será para mí una tragedia,
Porque la siento desde hace mucho tiempo.
Aunque para la naturaleza es muy penoso
Sentir continuamente su propio cadáver,
Pero no es tan temible si la luz de Dios ha penetrado el
alma,
Porque se despiertan en ella fe, esperanza, amor y
arrepentimiento.
Cada día hago grandes esfuerzos
Para participar en la vida comunitaria,
Y con ello impetrar gracias para la salvación de las
almas,
Protegiéndolas con mis sacrificios contra el fuego del
infierno.
Es que para la salvación aunque sea de una sola alma,
Merece la pena sacrificarse durante toda la vida
Y soportar los más grandes sacrificios y tormentos
Viendo lo grande que es la gloria que Dios recibe por
ello.
- (54) + Señor, aunque me das a conocer a
menudo los truenos de Tu indignación, sin embargo Tu ira
desaparece frente a un alma que se humilla. Aunque eres
grande, Señor, no obstante Te dejas vencer por un alma
sumisa y profundamente humilde. Oh humildad, virtud
preciosísima, qué pocas son las almas que te poseen. En
todas partes veo solamente la apariencia de esta virtud,
pero no veo la virtud misma. Aniquílame, oh Señor, a
mis propios ojos para que pueda encontrar gracia a Tus
santos ojos.
- + Vigilia (1937). Después de la Santa
Comunión la Madre de Dios me hizo conocer la
preocupación que tenia en el corazón por el Hijo de
Dios. Pero esa preocupación estaba llenísima de tal
aroma de sumisión a la voluntad de Dios que yo la
llamaría más bien deleite y no preocupación.
Comprendí cómo mi alma debe aceptar cualquier voluntad
de Dios. Es lastima que no sepa describirlo tal y como lo
conocí. Durante el día entero mi alma permaneció en un
recogimiento mas profundo del cual nada la pudo sacar, ni
los deberes ni las relaciones que tuve con laicos.
- (55) Antes de la cena entré un momento en
la capilla para compartir espiritualmente el &ldquooplatek&rdquo
con las personas que me aman y son queridas a mi corazón,
pero que estaban lejos. Primero me sumergí en una
oración profunda y pedí al Señor gracias para ellas y
después para cada una individualmente. Jesús me hizo
saber cuánto le agradaba eso, y una alegría aun mayor
llenó mi alma por ver que Dios ama particularmente a los
que nosotros amamos.
- + Cuando entré en el refectorio, durante
la lectura toda mi alma fue sumergida en Dios. Vi
interiormente la mirada de Dios [dirigida] a nosotros con
gran agrado. Me quedé a solas con el Padre celestial. En
aquel mismo instante conocí mas profundamente las tres
Personas Divinas que contemplaremos durante toda la
eternidad y después de millones de años nos daremos
cuenta de haber apenas comenzado nuestra contemplación.
Oh qué grande es la misericordia de Dios que admite al
hombre a una (56) participación tan grande en su divina
felicidad, pero al mismo tiempo un gran dolor traspasa mi
corazón por el hecho de que muchas almas han despreciado
esta felicidad.
- Cuando comenzamos a compartir el &ldquooplatek&rdquo,
reinó un amor sincero y reciproco. La Madre Superiora me
felicitó con estas palabras: Hermana, las obras de Dios
van despacio, pues no tenga prisa. En general, todas las
hermanas me desearon con sinceridad las cosas que yo
anhelaba grandemente. Vi que las felicitaciones surgían
verdaderamente del corazón, excepto una hermana que bajo
sus palabras escondió malicia, pero eso no me hizo
sufrir mucho porque mi alma estaba llenísima de Dios;
sin embargo me iluminó sobre el porqué Dios se comunica
tan poco a aquella alma y conocí que ella siempre se
buscaba a si misma hasta en las cosas santas. Oh qué
bueno es el Señor que no me permite extraviarme y sé
que me custodiará celosamente, pero sólo mientras
permanezca pequeña, porque a Él, Soberano Excelso, le
gusta tratar con los pequeños, mientras a los grandes
los observa desde lejos y se les opone.
- (57) Si bien quise velar un poco antes de
la Misa de Medianoche, no pude, me dormí en seguida,
también porque me sentía muy débil; pero cuando
tocaron las campanas para la Misa de Medianoche me
levanté inmediatamente aunque me vestí con gran
esfuerzo, ya que a cada momento me sentía desmayar.
- + Cuando vine a la Misa de Medianoche, una
vez empezada la Santa Misa, me sumergí toda en un
profundo recogimiento en el cual vi el portal de Belén
lleno de gran claridad. La Virgen Santísima envolvía a
Jesús en los pañales, absorta en gran amor; San José,
en cambio, todavía dormía. Sólo cuando la Virgen
colocó a Jesús en el pesebre, entonces la luz divina
despertó a José que también se puso a orar. Sin
embargo, un momento después me quedé a solas con el
pequeño Jesús que extendió sus manitas hacia mí y
comprendí que fue para que lo tomara en brazos. Jesús
estrechó su cabecita a mi corazón y con una mirada
profunda me hizo comprender que estaba bien así. En
aquel momento Jesús desapareció y sonó la campanilla
para (58) la Santa Comunión. Mi alma se desmayaba de
alegría.
- Sin embargo, al final de la Santa Misa me
sentía tan débil que tuve que salir de la capilla y
volver a mi celda. No pude participar con el té con la
Comunidad. No obstante mi alegría fue grande durante
toda la fiesta, porque mi alma permanecía unida al
Señor sin cesar. Conocí que cada alma quisiera gozar de
las alegrías divinas, pero no quiere renunciar de
ningún modo de las alegrías humanas mientras que estas
dos cosas son absolutamente incompatibles.
- Durante este periodo de festividades he
sentido que ciertas almas rezan por mí. Me alegro de que
ya aquí en la tierra exista tal unión y conocimiento
espiritual. Oh Jesús mío, sea gloria a Ti por todo.
- En los más grandes tormentos del alma
siempre estoy sola: pero no sola, porque estoy Contigo,
oh Jesús, mas aquí me refiero a los hombres. Ninguna
persona entiende mi corazón, sin embargo ahora eso no me
extraña, pero antes si me sorprendía cuando mis
intenciones (59) eran condenadas y mal interpretadas,
ahora eso no me extraña nada. Los hombres no saben
percibir el alma, ellos ven el cuerpo y juzgan según el
cuerpo; pero los pensamientos de Dios están tan lejos de
nuestros pensamientos como el cielo está lejos de la
tierra. Yo misma he experimentado que es bastante
frecuente que [366] [&hellip.]
- El Señor me dijo: Que no te interese
nada cómo se comportan los demás, tú, compórtate como
Yo te ordeno: has de ser un vivo reflejo de Mí a través
del Amor y la Misericordia. Contesté: Pero, Señor, a
menudo abusan de mi bondad. No importa, hija Mía, no te
fijes en eso, tú sé siempre misericordiosa para todos y
especialmente para los pecadores.
- + Oh, cuánto Me duele que muy rara vez
las almas se unan a Mi en la Santa Comunión. Espero a
las almas y ellas son indiferentes a Mí. Las amo con
tanta ternura y sinceridad y ellas desconfían de Mí.
Deseo colmarlas de gracias y ellas no quieren aceptarlas.
Me tratan como una cosa muerta, mientras que (60) Mi
Corazón está lleno de Amor y Misericordia. Para que tú
puedas conocer al menos un poco Mi dolor, imagina a la
más tierna de las madres que ama grandemente a sus hijos,
mientras que esos hijos desprecian el amor de la madre.
Considera su dolor. Nadie puede consolarla. Ésta es solo
una imagen débil y una tenue semejanza de Mi Amor.
- Escribe de Mi Misericordia. Di a las
almas que es en el tribunal de la misericordia donde han
de buscar consuelo [367]; allí tienen lugar los
milagros más grandes y se repiten incesantemente. Para
obtener este milagro no hay que hacer una peregrinación
lejana ni celebrar algunos ritos exteriores, sino que
basta acercarse con fe a los pies de Mi representante y
confesarle con fe su miseria y el milagro de la
Misericordia de Dios se manifestará en toda su plenitud.
Aunque un alma fuera como un cadáver descomponiéndose
de tal manera que desde el punto de vista humano no
existiera esperanza alguna de restauración y todo
estuviese ya perdido. No es así para Dios. El milagro de
la Divina Misericordia restaura a esa alma en toda su
plenitud. Oh infelices que no disfrutan de este milagro
de la Divina Misericordia; lo pedirán en vano cuando sea
demasiado tarde.
+
(61) JMJ Año 1938
Primero de enero
- Bienvenido, Año Nuevo, en que mi
perfección se refinará, Te agradezco de antemano, oh
Señor, por todo lo que me envíe Tu bondad. Gracias por
el cáliz de los sufrimientos del cual beberé cada día.
No atenúes su amargura, oh Señor, sino que fortalece
mis labios para que tomando la amargura sepa sonreír por
amor a Ti, oh Maestro mío. Te agradezco por todos los
consuelos y gracias que no soy capaz de enumerar y que
todos los días fluyen sobre mí como el rocío de la
mañana, silenciosa, inadvertidamente, de modo que no las
perciba el ojo de ninguna criatura curiosa y de las
cuales sabemos sólo Tú y yo, oh Señor. Por todo esto
Te doy gracias ya hoy, porque en el momento en que me des
el cáliz, mi corazón no será capaz, quizá, de
agradecerte.
- Así pues, con propósito lleno de amor,
hoy me someto totalmente a Tu santa voluntad, oh Señor,
y a Tus justísimo designios que para mi son siempre los
más bondadosos y llenos de misericordia, aunque a veces
no (62) los comprendo ni puedo penetrarlos. Oh Maestro
mío, heme aquí, yo, confiándote completamente el
timón de mi alma, guíala según Tu divina complacencia.
Me encierro en Tu en Tu compasivo Corazón que es un mar
de insondable misericordia.
- + Termino el año viejo con sufrimiento y
empiezo el año nuevo también con sufrimiento. Dos días
antes del año nuevo tuve que acostarme en la cama, me
sentía muy mal, una fuerte tos me debilitó y me
agotaron mucho los continuos dolores intestinales y
nauseas. Aunque no podía asistir a los oficios
comunitarios, no obstante, me unía en espíritu con toda
la Comunidad. Cuando a las once de la noche las hermanas
se levantaron para velar y saludar el Año Nuevo, desde
el anochecer hasta medianoche yo me doblé de dolores.
Uní mis sufrimientos a las plegarias de las hermanas que
velaban en la capilla en expiación por las ofensas
hechas a Dios por los pecadores.
- Cuando dieron las doce, mi alma se
sumergió en un recogimiento mas profundo y escuché en
el alma una vez: (63) No tengas miedo, niña Mía, no
estás sola, lucha con valor porque te sostiene Mi brazo;
lucha por la salvación de las almas, invitándolas a
confiar en Mi misericordia, ya que ésta es tu tarea en
ésta y en la vida futura. Después de estas palabras
comprendí más profundamente la Divina Misericordia.
Será condenada solamente el alma que lo quiera, porque
Dios no condena a nadie.
- Hoy es la fiesta del Año Nuevo. Por la
mañana me sentía tan mal que apenas pude ir a la celda
vecina para la Santa Comunión. No pude ir a la Santa
Misa, me sentía desmayar, por lo tanto hice la acción
de gracias en la cama. Deseaba muchísimo ir a la Santa
Misa y después de ella confesarme con el Padre Andrasz;
sin embargo me sentía tan mal que no pude ir ni a la
Santa Misa ni a confesarme, por esta razón mi alma
sufrió mucho.
Después del desayuno vino la hermana enfermera [368]
con la pregunta: ¿Por qué no ha ido usted, hermana, a la Santa
Misa? Contesté que no había podido.
Sacudió la cabeza con desprecio y dijo: Una fiesta tan
grande y usted no va a la Misa y salió de mi celda. Dos días
estuve en la cama doblándome de dolores; no me visitó y al
tercer día, cuando vino, (64) sin preguntarme siquiera si podía
levantarme, en seguida con voz irritada [preguntó] ¿por qué no
me había levantado para ir a la Santa Misa? Al quedarme sola
intenté levantarme, pero otra vez me sentí desmayar, así que
me quedé en la cama con toda tranquilidad. Sin embargo, mi
corazón tenía mucho que ofrecer al Señor uniéndose a Él
espiritualmente en la segunda Santa Misa. Después de la segunda
Santa Misa la hermana enfermera vino a verme, pero esta vez con
el termómetro, como enfermera. No tenía fiebre, pero estaba
gravemente enferma y no podía levantarme. Entonces escuché un
nuevo sermón, que no debía dejarme vencer por la enfermedad.
Contesté que sabía que entre nosotras una es considerada
gravemente enferma sólo cuando ya esta en agonía. Pero viendo
que continuaba con sus moralejas contesté que de momento no
necesitaba exhortaciones para ser mas diligente y nuevamente me
quedé sola en la celda.
El dolor me estrechó el corazón y la amargura me
inundó el alma y repetí estas palabras: ¡Bienvenido, Año
Nuevo! ¡Bienvenido, cáliz de amargura! Oh Jesús mío, mi
corazón se lanza hacia Ti, no obstante la gravedad de la
enfermedad no me permite (65) participar físicamente en los
oficios y soy acusada de pereza. El sufrimiento aumentó.
Después del almuerzo entró de paso por un momento la Madre
Superiora, pero se retiró en seguida. Pensaba pedir que viniera
a la celda el Padre Andrasz para que pudiera confesarme; sin
embargo me contuve de pedirlo por dos razones: primero para no
dar motivo de murmuraciones como había sucedido anteriormente
con la Santa Misa; segundo porque ni siquiera habría podido
confesarme, ya que sentía que me habría echado a llorar como
una niña. Un momento después vino una hermana y otra vez me
llamó la atención de que en la estufa había leche con
mantequilla ¿por qué no la toma, hermana? Contesté que no
había quien me la sirviera.
- + Cuando se hizo de noche, los
sufrimientos físicos aumentaron y se juntaron a ellos
los sufrimientos morales. La noche y el sufrimiento. La
solemne quietud nocturna me dio la posibilidad de sufrir
libremente. Mi cuerpo se tendió sobre el árbol de la
cruz, me doblé de terribles dolores hasta la once. Me
trasladé espiritualmente al tabernáculo y abrí el
copón apoyando mi cabeza en el borde del cáliz y todas
las lagrimas (66) cayeron silenciosamente sobre el
Corazón de Aquel que es el único que comprende el dolor
y el sufrimiento. Y en ese sufrimiento experimenté
dulzura y mi alma deseó esta dulce agonía que no
habría cambiado por ningún tesoro del mundo. El Señor
me concedió la fuerza del espíritu y el amor hacia
aquellos por los cuales me viene el sufrimiento. He aquí
el primer día del año.
- También ese día sentí la oración de
una bella alma que rezaba por mí dándome
espiritualmente su bendición sacerdotal; de mi parte
contesté con una oración ferviente.
- + Oh Señor benignísimo, eres tan
misericordioso que juzgas a cada uno según su conciencia
y conocimiento y no según las murmuraciones de los
hombres. Mi espíritu está cada vez más arrebatado y
alimentado de Tu sabiduría que conozco cada vez más
profundamente y aquí se me revela aun más claramente la
enormidad de Tu misericordia. Oh Jesús mío, todo este
conocimiento produce en mi alma este afecto que me
transformo en un fuego de amor hacia ti, oh Dios mío.
- (67) + 2 I 1938. Hoy, mientras me
preparaba a la Santa Comunión, Jesús exigió que
escribiera mas, no solamente de las gracias que me
concede, sino también de las cosas exteriores y eso para
la consolación de muchas almas.
- + Después de esta noche de sufrimientos,
cuando el sacerdote entró en la celda con el Señor
Jesús, un ardor tan gran envolvió todo mi ser que
sentía que si el sacerdote hubiera tardado un momento
mas, Jesús Mismo habría escapado de su mano y habría
venido a mi. Después de la Santa Comunión el Señor me
dijo:
- Si el sacerdote no Me hubiera traído a
ti, Yo Mismo habría venido bajo la misma apariencia.
Hija Mía, tus sufrimientos de esta noche han obtenido la
gracia de la misericordia para un gran numero de almas.
- + Hija Mía, debo decirte algo. Contesté:
Habla, Jesús, ya que estoy sedienta de Tus palabras. No
Me gusta que te dejes guiar por las murmuraciones de las
hermanas y que por esto no has podido confesarte con el
Padre Andrasz en la celda; has de saber que con esto les
has dado un motivo mayor para murmurar. (68)
Humillándome grandemente pedí perdón al Señor. Oh
Maestro mío, amonéstame, no me dejes pasar nada y no me
dejes errar.
- + Oh Jesús mío, cuando no soy
comprendida y mi alma está atormentada, deseo quedarme
un momento a solas Contigo. Las palabras de los mortales
no me consolarán; no me envíes, oh Señor, los
mensajeros que me digan sólo lo que proviene de ellos,
lo que les dicte su propia naturaleza. Tales consoladores
me cansan mucho.
- 61 1938. Hoy, cuando el capellán ha
traído al Señor Jesús, de la Hostia ha salido la luz
golpeando con un rayo mi corazón, llenándome de un gran
fuego de amor. Jesús me enseñó que debo responder con
más fidelidad a las inspiraciones de la gracia, que mi
vigilancia debe ser más sutil.
- + El Señor me ha hecho conocer también
que muchos obispos estaban reflexionando sobre esta
Fiesta [369], [también] un laico. Unos estaban
entusiasmados por la obra divina, otros se mostraban
incrédulos, pero, a pesar de todo, la obra de Dios
salió (69) gloriosa. La Madre Irene [370] y la Madre
Maria Josefa relataron algo delante de estos dignatarios,
pero no fueron interrogadas tanto por la obra cuanto por
mi misma. Ya no había dudas en cuanto a la obra, porque
la gloria de Dios ya resonaba.
- Hoy me siento mucho mejor, me alegro de
que pueda contemplar mas cuando haga la hora santa. De
repente oí la voz: No estarás sana y no aplaces el
sacramento de la confesión, porque eso no Me agrada. No
prestes mucha atención a las murmuraciones de los que te
rodean. Me sorprendí, ya que hoy me siento mejor,
pero no pensé más en eso. Cuando la hermana apagó la
luz, empecé la hora santa. Sin embargo, a los pocos
minutos comenzó a pasar algo con mi corazón. Hasta las
once sufrí silenciosamente, pero después me sentía tan
mal que desperté la Hermana N. que comparte el cuarto
conmigo y me dio unas gotas que me aliviaron un poco el
dolor así que pude acostarme. Ahora comprendo la
advertencia del Señor. Decidí llamar a cualquier
sacerdote al día siguiente y revelarle (70) los secretos
de mi alma. Pero eso no es todo, rezando por los
pecadores y ofreciendo todos los sufrimientos [sufrí los
ataques del demonio]. El espíritu maligno no podía
soportar esto.
- [Se me presentó bajo la forma de fantasma
y este] fantasma me dijo: No reces por los pecadores,
sino por ti misma, porque serás condenada. Sin hacer
caso alguno a Satanás, continuaba rezando con doble
fervor por los pecadores. El espíritu maligno gritó de
rabia: Oh, si tuviera poder sobre ti, y desapareció.
Conocí que mi sufrimiento y mi oración tenían atado a
Satanás y liberaron a muchas almas de sus garras.
- Oh Jesús, amante de la salvación humana,
atrae a todas las almas a la vida divina; que la grandeza
de Tu misericordia sea glorificada aquí en la tierra y
en la eternidad. Oh gran amante de las almas que en Tu
inagotable compasión has abierto los beneficiosos
manantiales de la misericordia para que se fortifiquen
las almas débiles durante esta peregrinación por la
vida. Tu misericordia, como un hilo de oro nos acompaña
durante toda la vida y mantiene el contacto entre nuestro
ser y Dios en cada aspecto; [Dios] no necesita nada para
ser feliz, pues todo es (71) únicamente la obra de su
misericordia. Mis sentidos se paralizan por la alegría
cuando Dios me da a conocer más a fondo este gran
atributo suyo, es decir su insondable misericordia.
- 7 I 1938. Primer viernes del mes. Por la
mañana, durante la Santa Misa, vi por un momento al
Salvador doliente. Lo que me extrañó fue que entre
grandes tormentos Jesús estaba tan tranquilo. Comprendí
que era una lección para mi sobre cómo debía
comportarme exteriormente entre varios sufrimientos.
- Durante un momento mas largo sentí el
dolor en las manos, los pies y el costado. De repente vi
a cierto pecador que se benefició de mis sufrimientos y
se acercó al Señor. Todo por las almas hambrientas para
que no se mueran de hambre.
- + Hoy me confesé con el capellán [371];
Jesús me consoló a través de este sacerdote. Oh Madre
mía, Iglesia de Dios, tú eres la verdadera madre que
comprende a sus hijos&hellip&hellip
- (72) Oh, qué bueno es que Jesús nos
juzgue según nuestras conciencias y no según las
habladurías y los juicios de los hombres. Oh bondad
inconcebible, Te veo lleno de bondad también en el
juicio mismo.
- Aunque estoy débil y la naturaleza
reclama un descanso, no obstante siento un soplo de la
gracia para vencerme a mi misma y escribir, escribir para
el consuelo de las almas que amo tanto y con las cuales
compartiré toda la eternidad. Deseo tan ardientemente la
vida eterna para ellas que todos los momentos libres,
aunque tan cortitos, los aprovecho para escribir y esto
tal y como Jesús desea.
- 8 I. Durante la Santa Misa tuve un
conocimiento instantáneo sobre el Padre S. [372], sobre
que nuestros esfuerzos comunes traen una gran gloria a
Dios y aunque estamos lejos, a menudo estamos juntos
porque nos une el mismo fin.
- Oh Jesús mío, único deseo mío, si bien
hoy deseaba recibirte en mi alma con un ardor más grande
que (73) nunca, no obstante ni alma, precisamente hoy,
está tan árida como nunca. Mi fe se fortalece, pues el
fruto de Tu venida, oh Señor, será abundante. Aunque a
veces llegas sin rozar mis sentidos, [porque] reinas en
la parte mas alta [de mi]; pero a veces también los
sentidos disfrutan de Tu llegada.
- A menudo, le pido a Jesús la inteligencia
iluminada por la fe. Lo expreso al Señor en estas
palabras: Jesús, dame la inteligencia una gran
inteligencia sólo par que pueda conocerte mejor; porque
cuanto [373] más Te conozca, tanto mas ardientemente Te
amaré. Jesús. Te pido una inteligencia poderosa para
que pueda comprender las cosas divinas y elevadas, Jesús,
dame una gran inteligencia con la que llegaré a conocer
Tu esencia divina y Tu vida interior, trinitaria.
Capacita mi mente con Tu gracia especial. Aunque yo
conozco la capacitación por la gracia que me concede la
Iglesia, no obstante existe un gran tesoro de gracias que
tu, oh Señor, concedes cuanto Te lo pedimos. Y si mi
súplica no Te agrada, Te pido que no me des inclinación
a tal oración.
- (74) Trato de conseguir la mayor
perfección para ser util a la Iglesia. Mi unión con la
Iglesia es muy amplia. Tanto la santidad como la caida de
cada alma repercute en toda la Iglesia. Yo, observandome
a mi misma y a los que estan cerca de mi, he comprendido
qué gran influencia ejerzo sobre otras almas, no a
traves de algunas hazañas heroicas, porque ellas son
llamativas por si mismas, sino por los actos pequenos
como el movimiento de la mano, la mirada y muchas otras
cosas que no menciono, pero que si actuan y se reflejan
en otras almas, lo que he observado yo misma.
- Oh, qué bueno es que la regla imponga un
silencio riguroso en los dormitorios y que no permita
permanecer en ellos excepto una necesidad absoluta.
Actualmente yo ocupo un pequeño cuarto donde dormimos
dos, per en el elmomento en que me sentí indispuesta y
tuve que acostarme, experimenté lo penoso que es cuando
otra persona está continuamente en el dormitorio. Sor N.
tenia un trabajo manual con el cual estaba sentada (75)
en el dormitorio casi todo el tiempo y otra hermana venia
a instruirla en ese trabajo. Es difícil describir
cuánto eso me cansaba; tanto mas que cuando se está
debil y se ha pasado la noche entre dolores, cada palabra
resuena en el cerebro, y especialmente cuando los ojos
empiezan a cerrarse por el sueño. ¡Oh regla, cuánto
amor hay en ti!....
- Durante las visperas, mientras se cantaba
el Magnificat, con las palabras &ldquomostró
la fuerza de su brazo&rdquo, un recogimiento mas
profundo envolvió mi alma y conoci y comprendi que el
Señor realizará pronto su obra en mi alma. Ahora no me
extrana que el Señor no me haya descubierto todo antes.
- + ¿Por qué estás triste hoy, Jesús?
Dime ¿quién ha causado Tu tristeza? Y Jesús me
contestó: Las almas elegidas que no poseen Mi
espiritu, que viven según la letra, esta letra la han
puesto por encima de Mi espiritu, por encima del espiritu
del amor. He basado toda Mi ley sobre el amor, sin
embargo no veo este amor ni siquiera en los conventos,
por eso la tristeza Me llena el Corazón.
+
- (76) JMJ
Oh Jesús mio, entre terribles amarguras y sufrimientos,
Siento que Tu divino Corazón me acaricia.
Como una buena madre me estrechas a Tu seno
Y ya ahora me haces gustar lo que el velo oculta.
Oh Jesús mio, en un terrible desierto,
entre el pavor,
Mi corazón siente la luz de Tu mirada,
Que ninguna tormenta podrá ofuscar,
Y me das la certeza interior de que me
amas mucho, oh Dios.
Oh Jeus mio, entre tan grandes miserias de la vida,
Tu, Jesús, me iluminas como una estrella y me defiendes
del naufragio.
Y aunque mi miseria es tan grande,
No obstante confio muchisimo en el poder de Tu
Misericordia.
Oh Jesús oculto, entre muchos combates de la ultima
hora,
La omnipotencia de Tu gracia descienda en mi alma
Para que en cuanto muera, pueda contemplarte
Cara a cara, como los elegidos del cielo.
Oh Jesús mio, rodeada de muchos peligros
Camino por la vida con un grito de gozo, con la cabeza
alta,
Ya que contra Tu Corazón, oh Jesús, lleno de amor
Se estrellan todos los enemigos y se disipan las
tinieblas.
- (77) + Oh Jesús, escóndeme en Tu
Misericordia y protege de todo lo que pueda asustar mi
alma; que no quede decepcionada la confianza que he
depositado en Tu misericordia. Protegeme con la
omnipotencia de Tu misericordia y ademas juzgame con
benevolencia.
- Hoy, durante la Santa Misa, junto a mi
reclinatorio he visto al Nino Jesús que parecia tener un
año, y que me pidió tomarlo en brazos. Cuando lo tomé
en brazos, se estrechó a mi corazón y dijo: Estoy
bien junto a tu corazón. Aunque eres tan pequeño,
yo sé que eres Dios. ¿Por qué tomas el aspecto de un
chiquitín para tratar conmigo? Porque quiero
enseñarte la infancia espiritual. Quiero que seas muy
pequeña, ya que siendo pequeñita te llevo junto a Mi
Corazón asi como tú Me tienes en este momento junto a
tu corazón. En ese momento me quedé sola, pero
nadie podrá comprender lo que sentia mi alma, estaba
toda sumergida en Dios como una esponja arrojada en el
mar&hellip..
- (78) + Oh Jesús mio, Tú sabes que me he
expuesto a mas de un disgusto por haber dicho la verdad.
Oh verdad, qué oprimida estás muchas veces y casi
siempre andas con una corona de espinas. Oh verdad eterna,
sostenme para que tenga el valor de decir la verdad
aunque tuviera que sellarla con mi vida. Oh Jesús, qué
difícil es creer en esto cuando se ve que la enseñanza
es una cosa y el comportamiento en la vida otra.
- Por eso, durante los ejercicios
espirituales, tras una larga observación de la vida, he
decidido clavar fuertemente mi mirada en ti, Jesús,
modelo perfectisimo. ¡Oh eternidad que descubrirás
muchos secretos y mostrarás la verdad!.......
- Oh Hostia viva, sostenme en este destierro
para que pueda seguir fielmente las huellas del Salvador.
No Te pido, oh Señor, que me bajes de la cruz, sino que
me permitas perseverar en ella. Deseo ser tendida sobre
la cruz como Tu, Jesús. Deseo experimentar todos los
tormentos y los dolores que Tú has sufrido, deseo beber
el caliz de la amargura hasta el fondo.
(79) La bondad de Dios
1485 La Misericordia de Dios oculto en el Santisimo
Sacramento; la voz del Señor que nos habla desde el trono de la
misericordia: Venid a Mi todos.
Dialogo de Dios misericordioso con el alma pecadora
- Jesús: No tengas miedo, alma pecadora, de tu
Salvador; Yo soy el primero en acercarme a ti, porque sé que por
ti misma no eres capaz de ascender hacia Mi. No huyas, hija, de
tu Padre; desea hablar a solas con tu Dios de la Misericordia que
quiere decirte personalmente las palabras de perdon y colmarte de
Sus gracias. Oh, cuánto Me es querida tu alma. Te he asentado en
Mis brazos. Y te has grabado como una profunda herida en Mi
Corazón.
- El alma: Señor, oigo Tu voz que me llama a
abandonar el mal camino, pero no tengo ni valor ni fuerza.
- Jesús: Yo soy tu fuerza, Yo te daré fuerza para
luchar.
- El alma: Señor, conozco Tu santidad y tengo miedo de
Ti.
- Jesús: ¿Por qué tienes miedo, hija Mia, del Dios
de la Misericordia? Mi santidad (80) no Me impide ser
misericordioso contigo. Mira, alma, por ti he instituido el trono
de la misericordia en la tierra y este trono es el tabernáculo y
de este trono de la misericordia deseo bajar a tu corazón. Mira,
no Me he rodeado ni de séquito ni de guardias, tienes el acceso
a Mi en cualquier momento, a cualquier hora del dia deseo hablar
contigo y deseo concederte gracias.
- El alma: Señor, temo que no me perdones un numero tan
grande de pecados; mi miseria me llena de temor.
- Jesús: Mi misericordia es mas grande que tu
miseria y la del mundo entero. ¿Quién ha medido Mi bondad? Por
ti bajé del cielo a la tierra, por ti dejé clavarme en la cruz,
por ti permití que Mi Sagrado Corazón fuera abierto por una
lanza, y abri la Fuente de la Misericordia para ti. Ven y tomas
las gracias de esta fuente con el recipiente de la confianza.
Jamás rechazaré un corazón arrepentido, tu miseria se ha
hundido en el abismo de Mi misericordia. ¿Por qué habrias de
disputar Conmigo sobre tu miseria? Hazme el favor, dame todas tus
penas y toda tu miseria y Yo te colmaré de los tesoros de Mis
gracias.
(81) &ndash El alma: Con tu bondad has vencido, oh
Señor, mi corazón de piedra; heme aquí acercandome con
confianza y humildad al tribunal de Tu misericordia, absuelveme
Tu Mismo por la mano de Tu representante. Oh Señor, siento que
la gracia y la paz han fluido a mi pobre alma. Siento que Tu
misericordia, Señor, ha penetrado mi alma en su totalidad. Me
has perdonando mas de cuanto yo me atrevia esperar o mas de
cuanto era capaz de imaginar. Tu bondad ha superado todos mis
deseos. Y ahora Te invito a mi corazón, llena de gratitud por
tantas gracias. Había errado por el mal camino como el hijo
prodigo, pero Tu no dejaste de ser mi Padre. Multiplica en mi Tu
misericordia, porque ves lo debil que soy.
-Jesus: Hija, no hables mas de tu miseria, porque Yo
ya no Me acuerdo de ella. Escucha, nina Mia, lo que deseo decirte:
estrechate a Mis heridas y saca de la fuente de la vida todo lo
que tu corazón pueda desear. Bebe copiosamente de la fuente de
la vida y no pararas durante el viaje. Mira el resplandor de Mi
misericordia y no temas a los enemigos de tu salvacion. Glorifica
Mi misericordia.
1486 (82) Dialogo entre Dios misericordioso y el alma
desesperada.
- Jesús: Oh alma sumergida en las tinieblas, no te
desesperes, todavía no todo está perdido, habla con tu Dios que
es el Amor y la Misericordia Misma. Pero, desgraciadamente,
el alma permanece sorda ante la llamada de Dios y se sumerge en
las tinieblas aún mayores.
- Jesús vuelve a llamar: Alma, escucha la voz de tu
Padre misericordioso.
En el alma se despierta la respuesta: Para mi ya no hay
misericordia. Y cae en las tinieblas aún mas densas, en una
especie de desesperación que le da la anticipada sensación del
infierno y la hace completamente incapaz de acercarse a Dios.
Jesús habla al alma por tercera vez, pero el alma está
sorda y ciego, empieza a afirmarse en la dureza y la
desesperación. Entonces empiezan en cierto modo a esforzarse las
entrañas de la misericordia de Dios y sin ninguna cooperación
de parte del alma, Dios le da su gracia definitiva. Si la
desprecia, Dios la deja ya en el estado en que ella quiere
permanecer por la eternidad. Esta gracia sale del Corazón
misericordioso de Jesús y alcanza al alma con su luz y el alma
empieza a comprender (83) el esfuerzo de Dios, pero la
conversión depende dde ella. Ella sabe que esta gracia es la
ultima para ella y si muestra un solo destello de buena voluntad
aunque sea el mas pequeño, la misericordia de Dios realizará el
resto.
-[Jesús]: Aquí actúa la omnipotencia de Mi
misericordia, feliz el alma que aproveche esta gracia.
- Jesús: Con cuánta alegria se llena Mi
Corazón cuando vuelves a Mi. Te veo muy debil, por lo tanto te
tomo en Mis propios brazos y te llevo a casa de Mi Padre.
- El alma como si se despertara: ¿Es posible que haya
todavía misericordia para mi? Pregunta llena de temor.
- Jesús: Precisamente tú, niña Mia, tienes el
derecho exclusivo a Mi misericordia. Permite a Mi misericordia
actuar en ti, en tu pobre alma; deja entrar en tu alma los rayos
de la gracia, ellos introducirá luz, calor y vida.
- El alma: Sin embargo me invade el miedo tan sólo al
recordar mis pecados y este terrible temor me empuja a dudar en
Tu bondad.
- Jesús: Has de saber, oh alma, que todos tus
pecados no han herido tan dolorosamente Mi corazón como tu
actual desconfianza. Despues de tantos esfuerzos de Mi (84) amor
y Mi misericordia no te fias de Mi bondad.
- El alma: Oh Señor, salvame Tu Mismo, porque estoy
pereciendo; sé mi Salvador. Oh Señor, no soy capaz de decir
otra cosa, mi pobre corazón esta desgarrado, pero Tu, Señor&hellip.
Jesús no permite al alma terminar estas palabras, la
levante del suelo, del abismo de la miseria y en un solo instante
la introduce a la morada de su propio Corazón, y todos los
pecados desaparecen [374] en un abrir y cerrar de ojos,
destruidos por el ardor del amor.
- Jesús: He aquí, oh alma, todos los tesoros de Mi
Corazón, toma de él todo lo que necesites.
- El alma: Oh Señor, me siento inundada por Tu gracia,
siento que una vida nueva ha entrado en mi y, ante todo, siento
Tu amor en mi corazón, eso me basta. Oh Señor, por toda la
eternidad glorificaré la omnipotencia de Tu misericordia;
animada por Tu bondad. Te expresaré todo el dolor de mi corazón.
- Jesús: Di todo, niña, sin ningun reparo, porque
te escucha el Corazón que te ama, el Corazón de tu mejor amigo.
- Oh Señor, ahora veo toda mi ingratitud y Tu bondad.
Tú me perseguias con Tu gracia y yo frustraba todos Tus
esfuerzos; veo que he merecido (85) el fondo mismo del infierno
por haber malgastado Tus gracias.
Jesús interrumpe las palabras del alma y [dice]: No
te abismes en tu miseria, eres demasiado debil para hablar; mira
mas bien Mi Corazón lleno de bondad, absorbe Mis sentimientos y
procura la dulzura y la humildad. Sé misericordiosa con los
demas como Yo soy misericordioso contigo y cuando adviertas que
tus fuerzas de debilitan, ven a la Fuente de la Misericordia y
fortalece tu alma, y no pararás en el camino.
- El alma: Ya ahora comprendo Tu misericordia que me
protege como una nube luminosa y me conduce a casa de mi Padre,
salvandome del terrible infierno que he merecido no una sino mil
veces. Oh Señor, la eternidad no me bastará para glorificar
dignamente Tu misericordia insondable, Tu compasión por mi.
- + Dialogo de Dios misericordioso con el
alma que sufre
- Jesús: Oh alma, te veo tan doliente, veo que ni
siquiera tienes fuerzas para hablar Conmigo. Por eso te hablaré
sólo Yo, oh Alma. Aunque tus sufrimientos fueran (86) grandisimos,
no pierdas la serenidad del espiritu ni te desanimes. Pero dime,
nina Mia, ¿quién se ha atrevido a herir tu corazón? Dimelo
todo, dimelo todo, sé sincera al tratar Conmigo, descubre todas
las heridas de tu corazón, Yo las curaré y tu sufrimiento se
convertirá en la fuente de tu santificación.
- El alma: Tengo tantas cosas variadas que no sé de
qué hablar primero ni cómo expresar todo esto.
- Jesús: Háblame simplemente, como se habla entre
amigos. Pues bien, nina Mia, ¿qué es lo que te detiene en el
camino de la santidad?
- El alma: La falta de salud me detiene en el camino de
la santidad, no puedo cumplir mis obligaciones, pues, soy un
sfrelotodo. No puedo mortificarme ni hacer ayunos rigurosos como
hacian los santos; (87) ademas no creen que estoy enferma y al
sufrimiento fisico se une el moral y de ello surgen muchas
humillaciones. Ves, Jesús, ¿cómo se puede llegar a ser santa
en tales condiciones?
- Jesús: Nina, realmente todo esto es sufrimiento,
pero no hay otro camino al cierlo fuera del Via Crucis. Yo Mismo
fui el primero en recorrerlo. Has de saber que éste es el camino
mas corto y el mas seguro.
- El alma: Señor, otra vez una nueva barrera y
dificultad en el camino de la santidad: por ser fiel a Ti me
persiguen y me hacen sufrir mucho.
- Jesús: Has de saber que el mundo te odia, porque
no eres de este mundo. Primero Me persiguió a Mi, esta
persecución es la señal de que sigues Mis huellas con fidelidad.
- El alma: Señor, me desanima tambien que ni las
Superioras ni el confesor entienden mis sufrimientos interiores.
Las tinieblas han ofuscado mi mente, pues, ¿cómo avanzar? Todo
esto me desanima mucho y pienso que las alturas de la santidad no
son para mi.
- Jesús: Asi pues, nina Mia, esta vez Me has contado
mucho. Yo sé que es un gran sufrimiento el de no ser (88) comprendida
y sobre todo por los que amamos y a los cuales manifestamos una
gran sinceridad, pero que te baste que Yo te comprendo en todas
tus penas y tus miserias. Me agrada tu profunda fe que, a pesar
de todo, tienes en Mis representantes, pero debes saber que los
hombres no pueden comprender plenamente un alma, porque eso
supera sus posibilidades. Por eso Yo Mismo Me he quedado en la
tierra para consolar tu corazón doliente y fortificar tu alma
para que no pares en el camino. Dices que unas tinieblas grandes
cubren tu mente, pues, ¿por qué en tales momentos no vienes a
Mi que soy la luz y en un solo instante puedo infundir en tu alma
tanta luz y tanto entendimiento de la santidad que no aprenderás
al leer ningun libro ni ningun confesor es capaz de enseñar ni
iluminar asi al alma. Has de saber ademas que por estas tinieblas
de las que te quejas, he pasado primero Yo por ti en el Huerto de
los Olivos. Mi alma estuvo estrujada por una tristeza mortal y te
doy a ti una pequeña parte de estos sufrimientos debido a Mi
especial amor a ti y el alto grado de santidad que te (89) destino
en el cielo. El alma que sufre es la que mas cerca está de Mi
Corazón.
- El alma: Pero una cosa mas, Señor: ¿qué hacer si me
desprecian y rechazan los hombres, y especialmente aquellos con
quienes tuve derecho de contar y ademas en los momentos de mayor
necesidad?
- Jesús: Nina Mia, haz el proposito de no contar
nunca con los hombres. Harás muchas cosas si te abandonas
totalmente a Mi voluntad y dices: Hágase en mi, oh Dios, no
según lo que yo quiera sino según tu voluntad. Has de saber que
estas palabras pronunciadas del fondo del corazón, en un solo
instante elevan al alma a las cumbres de la santidad. Me
complazco especialmente en tal alma, tal alma Me rinde una gran
gloria, tal alma llena el cielo con la fragancia de sus virtudes;
pero has de saber que la fuerza que tienes dentro de ti para
soportar los sufrimientos la debes a la frecuente Santa Comunión;
pues ven a menudo a esta fuente de la misericordia y con el
recipiente de la confianza recoge cualquier cosa que necesites.
- El alma: Gracias, oh Señor, por Tu bondad
inconcebible, por haberte dignado quedarte con nosotros en este
destierro donde vives con nosotros como Dios de la misericordia (90)
y difundes alrededor de Ti el resplandor de tu compasión y
bondad. A la luz de los rayos de Tu misericordia he conocido
cuánto me amas.
- Dialogo entre Dios misericordioso y el
alma que tiende a la perfeccion.
- Jesús: Me son agradables tus esfuerzos, oh alma
que tiendes a la perfección. Pero ¿por qué tan frecuentemente
te veo triste y abatida? Dime, nina Mia, ¿qué significa esta
tristeza y cuál es su causa?
- El alma: Señor, mi tristeza se debe a que a pesar de
mis sinceros propositos caigo continuamente y siempre en los
mismos errores. Hago los propositos por la manana y por la noche
veo cuánto me he desviado de ellos.
- Jesús: Ves, nina Mia, lo que eres por ti misma, y
la causa de tus caidas está en que cuentas demasiado contigo
misma y te apoyas muy poco en Mi. Pero esto no debe entristecerte
demasiado; estás tratando con el Dios de la Misericordia, tu
miseria no la agotará, ademas no he limitado el numero de
perdones.
- El alma: Si, lo sé todo, (91) pero me asaltan grandes
tentaciones y varias dudas se despiertan en mi y ademas todo me
irrita y desanima.
- Jesús: Nina Mia, has de saber que el mayor
obstáculo para la santidad es el desaliento y la inquietud
injustificada que te quitan la posibilidad de ejercitarte en las
virtudes. Todas las tentaciones juntas no deberian ni por un
instante turbar tu paz interior y la irritabilidad y el desanimo
son los frutos de tu amor propio. No debes desanimarte sino
procurar que Mi amor reine en lugar de tu amor propio. Por lo
tanto, confianza, nina Mia; no debes desanimarte, [sino que] venir
a Mi para pedir perdon, porque Yo estoy siempre dispuesto a
perdonarte. Cada vez que Me lo pides, glorificas Mi misericordia.
- El Alma: Yo reconozco lo que es mas perfecto y que Te
agrada mas, pero enfrento grandes obstáculos para cumplir lo que
conozco.
- Jesús: Nina mia, la vida en la tierra es una lucha
y una gran lucha por Mi reino, pero no tengas miedo, porque no
estás sola. Yo te respaldo (92) siempre, asi que apóyate
en Mi brazo y lucha sin temer nada. Toma el recipiente de la
confianza y recoge de la fuente de la vida no sólo para ti, sino
que piensa tambien en otras almas y especialmente en aquellas que
no tienen confianza en Mi bondad.
- El alma: Oh Señor, siento que mi corazón se llena de
Tu amor, que los rayos de Tu misericordia y Tu amor han penetrado
mi alma. Heme aquí, Señor, que voy para responder a Tu llamada,
voy a conquistar las almas sostenida por Tu gracia; estoy
dispuesta a seguirte, Señor, no solamente al Tabor, sino tambien
al Calvario. Deseo traer las almas a la Fuente de Tu Misericordia
para que en todas las almas se refleje el resplandor de los rayos
de Tu misericordia, para que la casa de nuestro Padre esté llena
y cuando el enemigo comience a tirar flechas contra mi, entonces
me cubriré con Tu misericordia como con un escudo.
- Dialogo entre Dios misericordioso y el
alma perfecta
- El alma: Señor y Maestro mio, deseo hablar Contigo.
- Jesús: Habla, porque te escucho en todo momento,
nina (93) amada; te espero siempre. ¿De qué deseas
hablar Conmigo?
- El Alma: Señor, primero derramo mi corazón a tus
pies como el perfume de agradecimiento por tantas gracias y
beneficios de los cuales me colmas continuamente y los cuales no
lograria enumerar aunque quisiera. Recuerdo solamente que no ha
habido un solo momento en mi vida en que no haya experimentado Tu
proteccion y Tu bondad.
- Jesús: Me agrada hablar contigo y tu
agradecimiento te abre nuevos tesoros de gracias, pero, nina Mia,
hablemos quizás no tan generalmente, sino en detalles de lo que
pesa mas sobre tu corazón; hablemos confidencial y sinceramente
como dos corazones que se aman mutuamente.
- El alma: Oh mi Señor misericordioso, hay secretos en
mi corazón de los cuales no sabe ni sabrá nadie fuera de Ti,
porque aunque quisiera decirlos nadie me comprenderia. Tu
representante sabe algo, dado que me confieso con él, pero tanto
cuanto soy capaz de revelarle de estos secretos, lo demas queda
entre nosotros por la eternidad, ¡oh Señor mio! (94) Me has
cubierto con el manto de Tu misericordia perdonandome siempre los
pecados. Ni una sola vez me has negado Tu perdon, sino que
teniendo compasión por mi, me has colmado siempre de una vida
nueva, la vida de la gracia. Para que no tenga dudas de nada, me
has confiado a una carinosa proteccion de Tu Iglesia, esta madre
verdadera, tierna que en Tu nombre me afirma en las verdades de
la fe y vigila que no yerre nunca. Y especialmente en el tribunal
de Tu misericordia mi alma experimenta todo un mar de
benevolencia. A los ángeles caidos no les has dado tiempo de
hacer penitencia, no les has prolongado el tiempo de la
misericordia. Oh Señor mio, en el camino de mi vida has puesto a
unos sacerdotes santos que me indican una via segura. Jesús, en
mi vida hay un secreto mas, el mas profundo, pero tambien el mas
querido para mi, lo eres Tu Mismo bajo la especie del pan cuando
vienes a mi corazón. Aquí está todo el secreto de mi santidad.
Aquí mi corazón unido al tuyo se hace uno, aquí ya no hay
ningun secreto, porque todo lo Tuyo es mio, y lo mio es Tuyo. He
aquí la omnipotencia y (95) el milagro de Tu misericordia.
Aunque se unieran todas las lenguas humanas y angelicas, no
encontrarian palabras suficientes para expresar este misterio del
amor y de Tu misericordia insondable. Cuando considero este
misterio del amor, mi corazón entra en un nuevo éxtasis de amor
y Te hablo de todo, Señor, callando, porque el lenguaje del amor
es sin palabras, porque no se escapa ni un solo latido de mi
corazón. Oh Señor, a pesar de que Te has humillado tanto, Tu
grandeza se ha multiplicado en mi alma y por eso en mi alma se ha
despertado un amor todavía mas grande hacia Ti, el unico objeto
de mi amor, porque la vida del amor y de la unión se manifiesta
por fuera como: pureza perfecta, humildad profunda, dulce
mansedumbre, gran fervor por la salvacion de las almas. Oh mi
dulcisimo Señor, velas sobre mi en cada momento y me inspiras
sobre cómo debo portarme en un caso dado; cuando mi corazón
oscilaba entre una y otra cosa, Tu Mismo intervenias, mas de una
vez, en solucionar el asunto. Oh, cuántas e innumerables veces,
con una luz repentina me hiciste conocer (96) lo que Te agradaba
mas. &ndash Oh, qué numerosos son estos perdones secretos de
los cuales no sabe nadie. Muchas veces has volcado en mi alma
fuerza y valor para avanzar. Tu Mismo eliminabas las dificultades,
para [375] de mi camino interviniendo directamente en la
actuación de los hombres. Oh Jesús, todo lo que Te he dicho es
una palida sombra frente a la realidad que hay en mi corazón. Oh
Jesús mio, cuánto deseo la conversión de los pecadores. Tu
sabes lo que hago por ellos para conquistarlos para Ti. Me duele
enormemente cada ofensa hecha contra Ti. Tu sabes que no escatimo
ni fuerzas, ni salud, ni vida en defensa de Tu reino. Aunque en
la tierra mis esfuerzos son invisibles, pero no tienen menos
valor a Tus ojos. Oh Jesús, deseo atraer las almas a la Fuente
de Tu Misericordia para que tomen la vivificante agua de vida con
el recipiente de la confianza. Si el alma desea experimentar una
mayor misericordia de Dios, acerquese a Dios con gran confianza y
si su confianza es sin limites, la misericordia de Dios será
para ella tambien sin limites. Oh Señor mio, (97) que conoces
cada latido de mi corazón, Tu sabes con qué ardor deseo que
todos los corazones latan exclusivamente por Ti, que cada alma
glorifique la grandeza de Tu misericordia.
- Jesús: Hia Mia amadisima, delicia de Mi corazón,
tu conversación Me es mas querida y mas agradable que el canto
de los angeles. Todos los tesoros de Mi Corazón estan abiertos
para ti. Toma de este Corazón todo lo que necesites para ti y
para el mundo entero. Por tu amor retiro los justos castigos que
la humanidad se ha merecido. Un solo acto de amor puro hacia mi,
Me es mas agradable que miles de himnos de almas imperfectas. Un
solo suspiro de amor Me recompensa de tantos insultos con los
cuales Me alimentan los impios. Tu mas pequena accion, es decir,
un acto de virtud adquiere a Mis ojos un valor inmenso y es por
el gran amor que tienes por Mi. En un alma que vive
exclusivamente de Mi amor, Yo reino como en el cielo. Mi ojo vela
sobre ella dia y noche y encuentro en ella Mi complacencia y Mi
oido está atento a (98) las súplicas y el murmullo de su
corazón y muchas veces anticipo sus ruegos. Oh nina amada por Mi
particularmente, pupila de Mi ojo, descansa un momento junto a Mi
Corazón y saborea aquel amor del cual te regocijarás durante
toda la eternidad.
Pero, hija, aún no estás en la patria; asi pues, ve
fortalecida con Mi gracia y lucha por Mi reino en las almas
humanas y lucha como una hija real y recuerda que pronto pasarán
los dias del destierro y con ellos la oportunidad de adquirir
meritos para el cielo. Espero de ti, hija Mia, un gran numero de
almas que glorifiquen Mi misericordia durante toda la eternidad.
Hija Mia, para que respondas dignamente a Mi llamada, recibeme
cada dia en la Santa Comunión &ndash ella te dará fuerza&hellip.
(99) Jesús, no me dejes sola en el sufrimiento. Tu
sabes, Señor, lo debil que soy. Soy un abismo de miseria, soy la
nadda misa. Por eso, ¿qué habria de extrano si me dejaras sola
y yo cayera? Soy una recien nacida, Señor, por eso no sé
sostenerme por mi misma. Sin embargo, a pesar de todo abandono,
confio, y a pesar de mis sentimientos, confio y me estoy
transformando completamente en la confianza, muchas veces a pesar
de lo que siento. No disminuyas ninguna de mis aflicciones, sólo
dame fuerza para soportarlas. Haz conmigo lo que Tu quieras,
Señor, sólo dame la gracia de poder amarte en cada
acontecimiento y circunstancia. Señor, no disminuyas mi caliz de
amargura, sólo dame fortaleza para que pueda beberlo todo.
Oh Señor, a veces, me elevas hacia el resplandor de las
visiones y otras veces me sumerges en una noche oscura y en el
abismo de mi nulidad y el alma se siente como si estuviera sola
en un gran desierto&hellip. Sin embargo, por encima de todo
confio en ti, Jesús, porque eres inmutable. La disposición de
mi animo es variable, pero Tu eres siempre igual, lleno de
misericordia.
- (100) + Oh Jesús, Fuente de la vida,
santificame. Fuerza mia, fortaléUnica luz de mi alma,
iluminame. Maestro mio, guiame; me confio a Ti como el
recien nacido al amor de su madre. Aunque todo se conjure
contra mi y aunque me falte tierra bajo los pies, estaré
tranquila junto a Tu Corazón. Tu siempre eres para mi la
mas tierna de las madres y superas a todas las madres. Te
cantaré mi dolor con el silencio y Tu me comprenderas
mejor que si me expresara de cualquier otro modo&hellip
- + Hoy el Señor me visitó y me dijo: Hija
Mia, no tengas miedo de lo que te sucederá, no te daré
por encima de tus fuerzas; conoces el poder de Mi gracia,
que eso te baste. Tras estas palabras el Señor me ha
dado a comprender mas profundamente la actuación de su
gracia.
- Antes de la Santa Comunión Jesús me ha
hecho conocer que no debo en absoluto dar credito (101) a
las palabras de una de las hermanas, porque a Él no le
gusta su astucia y su malicia. Hija Mia, no presentes
a esa persona ni tus ideas ni tu opinión. Le he
pedido perdon al Señor por lo que no le agradaba en esa
alma y le he suplicado que me fortalezca con su gracia en
el momento en que ella venga de nuevo a hablar conmigo.
Me había preguntado por muchas cosas a las cuales le
había contestado con todo el amor de hermana y como
prueba de que hablaba sinceramente, le había dicho
algunas cosas experimentadas por mi personalmente, sin
embargo las intenciones de aquella alma diferian de las
palabras que tenia en los labios&hellip
- + Oh Jesús mio, desde el momento en que
me he abandonado totalmente a Ti, no pienso en mi
absolutamente. Puedes hacer conmigo lo que Te agrade,
pienso en una sola cosa, es decir: ¿qué es lo que mas
prefieres?, ¿qué es, oh Señor, con lo que pueda
agradarte? Aguzo el oido y estoy atenta a cada ocasión;
no importa si por fuera, en tal caso, sea juzgada de otro
modo&hellip.
- (102) 15 I 1938. Hoy, cuando me visitó
esa misma hermana por la cual he sido amonestada por el
Señor, me armé espiritualmente para la lucha. Aunque
eso me costó mucho no me alejé nada de la
recomendación del Señor; sin embargo, casi una hora
despues, cuando la hermana no pensaba retirarse todavía,
llamé interiormente a Jesús a socorrerme. Entonces oí
en el alma una voz: No tengas miedo, te estoy mirando
en este momento y te ayudo; te envio ahora mismo dos
hermanas que vendrán a visitarte y entonces te
resultará facil continuar la conversación. Y en
aquel mismo momento entraron dos hermanas y entonces la
conversación se ha hecho muy facil, no obstante que
continuó todavía por media hora.
- Oh, qué bueno es invocar la ayuda de
Jesús durante la conversación. Oh, qué bueno es
impetrar para si gracias actuales en los momentos de
tranquilidad. Lo que me da el miedo mas grande son las
conversaciones aparentemente confidenciales, hay que
tener entonces mucha luz de Dios para poder conversar con
provecho para aquella alma y para si mismo. Dios concede
su ayuda, pero hay que pedirsela; que nadie confie
demasiado en si mismo.
- (103) 17 I 1938. Hoy, desde temprano, en
la manana, mi alma se encuentra en las tinieblas. No
logro ascender hasta Jesús, me siento como abandonada
por Él. No pediré luz a las criaturas, porque sé que
ellas no me iluminarán si Jesús quiere mantenerme en
las tinieblas. Me someto a su santa voluntad y sufro; sin
embargo la lucha está aumentando. Durante las visperas
quise unirme a las hermanas en la oracion. Cuando me
trasladé con el pensamiento a la capilla, mi espiritu se
sumergió en las tinieblas aún mayores.
- Se apoderó de mi un disgusto para todas
las cosas. Entonces oí la voz de Satanas: &ldquoMira,
qué contradictorio es todo lo que te da Jesús: te hace
fundar un convento y te envia la enfermedad; te manda
hacer gestiones para instituir la Fiesta de la
Misericordia mientras que el mundo no quiere tal Fiestas
en absoluto. ¿Por qué rezas por esta Fiesta? Esta
Fiesta es tan inoportuna.&rdquo Mi alma calla y reza
con un acto de buena voluntad sin entrar en dialogo con
el espiritu de las tinieblas. Sin embargo, se ha
adueñado de mi un tedio de la vida tan extraño que he
tenido que hacer un gran 4esfuerzo de la voluntad para
aceptarla&hellip (104) Y oigo otra vez las palabras
del tentador: &ldquoPide la muerte para ti manana
despues de la Santa Comunión. Dios te escuchará, ya que
te ha escuchado tantas veces y te ha dado todo lo que le
has pedido.&rdquo Me callo y rezo con un acto de
voluntad, o mas bien me someto a Dios pidiendole dentro
de mi que no me abandone en este momento. Son ya las once
de la noche, todas las hermanas estan durmiendo en sus
celdas, solamente mi alma lucha y con gra esfuerzo. El
tentador continua: &ldquo?Qué te importan otras
almas? Tu debes rezar solamente por ti misma. Los
pecadores, ellos se convertiran sin tus plegarias. Veo
que en este momento estas sufriendo mucho, y yo te doy un
consejo del cual dependerá tu felicidad: no hables nunca
de la Divina Misericordia y no invitesecialmente a los
pecadores a confiar en la sericordia, porque ellos se
merecen un justo castigo. Otras cosa importantisima: no
hables a los confesores de lo que pasa en tu alma y
especialmente a ese Padre extraordinario y a aquel
sacerdote de Vilna. Yo los conozco, sé quienes son, por
eso quiero advertirte (105) de ellos. Trata de ser una
buena hermana, basta con vivir como las demas, ¿por qué
te expones a tantas dificultades?&rdquo
- Yo sigo callada y con un acto de voluntad
persevero toda en Dios, a pesar de que un gemido se
escapa del corazón. Por fin el tentador se fue y yo,
extenuada, me dormi inmediatamente. Por la manana, cuando
recibi la Santa Comunión y entré inmediatamente en mi
celda, cai de rodillas y renové el acto de sumisión en
todo a la santisima voluntad de Dios. Te ruego, Jesús,
dame fuerza para luchar, que se haga de mi según Tu
santisima voluntad. Mi alma se ha enamorado de Tu
santisima voluntad.
- En ese momento vi a Jesús que me dijo: Estoy
contento de lo que haces y sigue tranquila si haces
siempre todo lo que está en tu poder para toda esta obra
de la misericordia. Ten la maxima sinceridad con el
confesor. Satanas no sacó ningun provecho con haberte
tentado, porque no entraste en conversación con él.
Continua asi. Hoy Me has rendido una gran gloria luchando
con tanta fidelidad. (106) Que tu corazón se
consolide y se afirme en que Yo siempre estoy contigo
aunque en el momento de la lucha no Me sientas.
- Hoy el amor de Dios me traslada al otro
mundo. Estoy sumergida en el amor, amo y siento que soy
amada y lo estoy viviendo con plena conciencia. Mi alma
se anega en el Señor conociendo la gran Majestad de Dios
y su propia pequenez, pero gracias a este conocimiento
aumenta mi felicidad&hellip. Este conocimiento es muy
vivo en el alma, muy fuerte y al mismo tiempo tan dulce.
- + Como ahora no puedo dormir bien de noche,
ya que no me lo permiten los dolores, visito todas las
iglesias y las capillas y adoro, aunque sea por poco
tiempo, al Santisimo Sacramento. Cuando vuelvo a mi
capilla, entonces rezo por ciertos sacerdotes que
proclaman y divulgan la misericordia de Dios. Rezo
tambien según la intencion del Santo Padre y para
impetrar la misericordia de Dios para los pecadores;
éstas son mis noches.
- (107) 20 I [1938]. Nunca soy servil ante
nadie. No soporto adulaciones y la humildad es solamente
la verdad, en una verdadera humildad no hay servilismo;
aunque me considero la mas pequena de todo el convento,
por otra parte estoy contenta con la dignidad de ser
esposa de Jesús&hellip. No importa que a veces oiga
decir que soy soberbia, ya que sé bien que el juicio
humano no logra descrubrir los motivos de las acciones.
- Al principio de mi vida religiosa,
inmediatamente despues del Noviciado, empecé a
ejercitarme en la humildad de modo especial, es decir, no
me bastaban las humillaciones que Dios me enviaba, sino
que yo misma las buscaba, y en un fervor exagerado, a
veces, me presentaba a las Superioras como no era en
realidad y ni siquiera tenia la idea de tales miserias.
Pero, poco despues Jesús me ensenó que la humildad es
solamente la verdad. Desde aquel momento he cambiado mi
manera de pensar siguiendo fielmente la luz de Jesús.
Comprendi que si un alma está con Jesús, Él no le
permitirá errar.
- (108) + Señor, Tu sabes que desde la
juventud siempre buscaba Tu voluntad y al conocerla,
procuraba cumplirla. Mi corazón estaba acostumbrado a la
inspiración del Espiritu Santo a quien permanezco fiel.
En medio del mayor bullicio, siempre he oido la voz de
Dios, siempre sé lo que pasa dentro de mi [alma]&hellip[376].
- Me esfuerzo por la santidad, ya que con
ella seré util a la Iglesia. Hago continuos esfuerzos en
lar virtudes, procuro imitar fielmente a Jesús y esta
serie de actos de virtud cotidianos, silenciosos, ocultos,
casi imperceptibles, pero si cumplidos con gran amor, los
pongo en el tesoro de la Iglesia de Dios para el provecho
comun de las almas. Siento interiormente como si fuera
responsable por todas las almas, siento claramente que
vivo no solamente para mi, sino [para] toda la Iglesia&hellip&hellip
- + Oh Dios incomprensible, mi corazón se
deshace de gozo porque me has permitido penetrar los
misterios de (109) Tu misericordia. Todo tiene comienzo
en Tu misericordia y todo termina en Tu misericordia&hellip.
- Toda gracia procede de la misericordia y
la ultima hora está llena de misericordia para con
nosotros. Que nadie dude en la bondad de Dios; aunque sus
pecados fueran negros como la noche, la misericordia de
Dios es mas fuerte que nuestra miseria. Una sola cosa es
necesaria: que el pecador entreabra, aun cuando sea un
poco, las puertas de su corazón a los rayos de la gracia
misericordiosa de Dios y entonces Dios realizará el
resto. Pero, infeliz el alma que ha cerrado la puerta a
la misericordia de Dios tambien en la ultima hora. Tales
almas han sumergido a Jesús en una tristeza mortal en el
Huerto de los Olivos; a pesar de esto de su compasivisimo
Corazón brotó la misericordia de Dios.
- 21 I [1938]. Jesús, seria verdaderamente
tremendo sufrir si no estuvieras Tu, pero justamente Tu,
Jesús, tendido en la cruz; me das fortaleza y siempre
acompanas al alma que sufre. Las criaturas abandonan al
hombre que sufre, pero Tu, oh Señor, eres fiel&hellip.
- (110) Sucede frecuentemente en la
enfermedad, como con Job en el Antiguo Testamento: cuando
uno camina y trabaja, todo está bien y perfecto, pero si
Dios envia una enfermedad, el numero de amigos empieza a
disminuir. Pero si están todavía, se interesan por
nuestro sufrimiento, y lo demas. Pero si Dios envia una
enfermedad mas larga, tambien estos amigos fieles
comienzan a abandonarnos poco a poco. Nos visitan con
menos frecuencia y a menudo sus visitas producen
sufrimientos. En vez de consolarnos, nos reprochan
algunas cosas que nos hacen sufrir mucho y el alma, igual
que Job, está sola; pero felizmente no está sola,
porque Jesús Hostia está con ella. Despues de haber
probado los sufrimientos mencionados anteriormente y
haber pasado toda la noche en amargura, por la manana,
cuando el capellan me trajo la Santa Comunión, con
fuerza de voluntad tuve que dominarme para no gritar a
plena voz: Bienvenido verdadero, unico Amigo. La Santa
Comunión me da fuerza para sufrir y luchar. Quiero decir
todavía una cosa que he experimentado: cuando Dios nos
envia (111) ni muerte ni salud, y eso se prolonga durante
años, las personas que nos rodean se acostumbran y
tratan a uno como si no estuviera enfermo. Entonces
empieza una serie de martirios silenciosos;
- solamente Dios sabe cuantos sacrificios le
ofrece tal alma. Una noche en que me encontraba tan mal
que no sabia cómo volver a la celda, de repente
encontré a la Hermana Asistente que estaba diciendo a
una de las Hermanas Directoras que fuera a la puerta con
un encargo; pero en cuanto me vio a mi le dijo: No,
hermana, usted no va a ir, irá Sor Faustina, porque
llueve mucho. Contesté que sí; fui y cumpli con el
mandado, pero sólo Dios lo sabe todo. Éste es solamente
un ejemplo entre muchos. A veces parece que una hermana
del segundo coro es de piedra, mientras que ella tambien
es un ser humano, tienel el corazón y los sentimientos&hellip.
- En tales casos Dios Mismo viene en ayuda,
porque de otro modo el alma no lograria soportar estas
pequenas cruces de las cuales no he escrito todavía ni
pienso escribir ahora, pero cuando tenga la inspiración
escribiré&hellip..
- (112) Hoy durante la Santa Misa vi a
Jesús, sufriendo como si agonizara en la cruz, que me ha
dicho: Hija Mia, medita frecuentemente sobre Mis
sufrimientos que padeci por ti y nada de lo que tu sufres
por Mi te parecerá grande. Me agrada mas cuando
contemplas Mi dolorosa Pasion; une tus pequeños
sufrimientos a Mi dolorosa Pasion para que adquieran un
valor infinito ante Mi Majestad.
- Hoy Jesús me dijo: Muchas veces Me
llamas maestro. Esto es agradable a Mi Corazón, pero no
olvides, alumna Mia, que eres alumna de un maestro
crucificado. Que te baste esta sola palabra. Tu sabes lo
que se encierra en la cruz.
- + He aprendido que la mayor fuerza está
oculta en la paciencia. Veo que la paciencia siempre
conduce a la victoria, aunque no inmediatamente, pero la
victoria se manifestará despues de años. La paciencia
va unida a la mansedumbre.
- (113) + Hoy he pasado toda la noche con
Jesús en el calabozo. Es una noche de adoración. Las
hermanas rezan en la capilla. Yo me uno a ellas
espiritualmente, porque la falta de salud no me permite
ir a la capilla. Pero como no he podido dormir en toda la
noche, la he pasado junto con Jesús en el calabozo.
Jesús me hizo conocer los sufrimientos que alli había
padecido. El mundo los conocerá el dia del juicio.
- Diles a las almas, hija Mia, que les
doy Mi misericordia como defensa, lucho por ellas Yo solo
y soporto la justa ira de Mi Padre.
- Hija Mia, di que esta Fiesta ha brotado
de las entrañas de Mi misericordia para el consuelo del
mundo entero.
- Oh Jesús, paz y descanso mio, Te ruego
por esta hermana, ilumínala para que cambie
interiormente, sostenla con Tu gracia fuertemente para
que tambien ella llegue a la perfección&hellip&hellip
- (114) + Hoy, antes de la Santa Comunión
el Señor me ha dicho: Hija Mia, hoy habla
abiertamente de Mi misericordia con la Superiora, porque
de entre las Superioras ha sido ella la que ha
participado mas en propagar Mi misericordia. Y
efectivamente, por la tarde vino la Madre y hablamos
sobre esta obra de Dios. La Madre me dijo que las
estampitas no habian salido muy bien y que se vendian mal.
Pero yo misma, me dijo, he tomado bastantes y las reparto
donde creo oportuno, y hago lo que puedo para que la obra
de la misericordia se difunda. Cuando se alejó, el
Señor me dijo cuánto le es querida esa alma.
- Hoy el Señor me dijo: He abierto Mi
Corazón como una Fuente viva de Misericordia. Que todas
las almas tomen vida de ella. Que se acerquen con gran
confianza a este mar de misericordia. Los pecadores
obtendran la justificación y los justos seran
fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su
confianza (115) en Mi misericordia, en la hora de
la muerte le colmaré el alma con Mi paz divina.
- El Señor me dijo: Hija Mia, no dejes
de proclamar Mi misericordia para aliviar Mi Corazón,
que arde del fuego de compasión por los pecadores. Diles
a Mis sacerdotes que los pecadores mas empedernidos se
ablandarán bajo sus palabras cuando ellos hablen de Mi
misericordia insondable, de la compasión que tengo por
ellos en Mi Corazón. A los sacerdotes que proclamen y
alaben Mi misericordia, les daré una fuerza prodigiosa y
ungiré sus palabras y sacudiré los corazones a los
cuales hablen.
- La vida comunitaria es difícil de por si,
pero es dos veces mas difícil familiarizarse con almas
soberbias. Oh Dios, concédeme una fe mas profunda para
que en cada hermana siempre pueda ver Tu santa imagen que
tiene grabada en su alma&hellip..
- (116) Amor eterno, llama pura, arde
incesantemente en mi corazón y diviniza todo mi ser
según Tu eterno designio por el cual me has llamado a la
existencia y a participar en Tu eterna felicidad. Oh
Señor misericordioso, me has colmado de estos dones
unicamente por misericordia; viendo que todo lo que tengo
me ha sido dado gratuitamente, adoro Tu bondad
inconcebible con la mas profunda humildad. Señor, el
asombro me inunda el corazón [al pensar] que Tu, Señor
absoluto, no necesitas a nadie y, sin embargo, por amor
puro Te humillas asi a nosotros. No dejo de asombrarme
nunca cuando el Señor entra en una familiaridad tan
estrecha con su criatura; es otra vez, su bondad
insondable. Siempre comienzo esta meditación y nunca la
termino, porque mi espiritu se sumerge en Él totalmente.
Qué delicia es amar con todas las fuerzas de su alma y,
a la vez, ser amada aún mas, sentirlo (117) y vivirlo
con plena conciencia de su ser no hay palabras para
expresarlo.
- 25 I [1938]. Jesús mio, qué bueno eres y
paciente; a veces nos miras como a los ninos pequenos.
Algunas veces Te rogamos y no sabemos ni siquiera qué es
lo que pedimos, porque al final de la plegaria cuando nos
das lo que Te hemos suplicado, no queremos aceptarlo.
- Un dia, vino a verme cierta hermana y me
pidió orar y me dijo que no podia resistar mas si [la
situación] continuaba asi mas tiempo. ¡Rece, hermana!
Le contesté que lo haria; empecé una novena a la divina
Misericordia, supe que Dios le concederia la gracia, pero
ella al recibirla, otra vez estaria descontenta. No
obstante yo continuaba rezando tal y como ella me había
pedido. Al dia siguiente vino la misma hermana; apenas
empezó la conversación y se puso a hablar de lo mismo,
le dije: Usted sabe, hermana, que en la oracion no
debemos obligar a Dios que no dé lo que queremos
nosotros, sino que, mas bien, debemos someternos a su
santa voluntad. (118) Pero a ella le parecia que lo que
pedia era indispensable. Al final de la novena, vino
nuevamente aquella hermana y me dijo: Ah, heermana,
Jesús me ha concedido esta gracia, pero ahora pienso de
otro modo. Rece, hermana, para que otra vez sea de modo
diferente. Le contesté: Si, rezaré para que en usted
hermana, se cumpla la voluntad de Dios y no lo que usted
desee&hellip.
- Oh misericordiosísimo Corazón de Jesús,
protégenos de la justa ira de Dios.
- + Cierta hermana me persigue continuamente
sólo porque Dios se relaciona conmigo tan estrechamente.
A ella le parece que todo lo dentro de mi es fingido.
Cuando le parece que cometo algun error, me dice: Tienen
visiones y hacen esta clase de errores. Lo ha comentado a
otras hermanas, y siempre en el sentido negativo,
difundiendo, mas bien la opinión de que se trata de una
medio loca. Un dia me dolio mucho el hecho de que esa
gota de inteligencia humana sabia indagar de este modo (119)
los dones de Dios. Despues de la Santa Comunión, pedi
que Dios la iluminara; sin embargo conoci que si esa alma
no cambiaba su disposición interior, no alcanzaria la
perfección.
- + Cuando me quejé a Jesús de cierta
persona: Jesús, ¿cómo es posible que esa persona emita
un juicio semejante incluso sobre la intención? El
Señor me contestó: No te extrañes de esto; esa alma
no se conoce a si misma, pues ¿cómo puede emitir un
juicio justo sobre otra alma?
- Hoy vi al Padre Andrasz rezando. Supe que
intercedia ante Dios tambien por mi. A veces, el Señor
me permite conocer quién reza por mi.
- Me he retirado un poco al segundo plano,
como si esta obra de Dios no me interesara. En este
momento no hablo de ella, pero toda mi alma está
sumergida en la oracion y suplico a Dios que se digne
anticipar este gran don, es decir, la Fiesta de la
Misericordia y veo que Jesús obra, nos da indicaciones
sobre cómo esto debe ser realizado. Nada sucede por
casualidad.
- (120) Hoy le dije al Señor Jesús: ¿Ves,
cuántas dificultades [hay] antes de que crean que Tu
Mismo eres el autor de esta obra? No todos lo creen ni
siquiera ahora. Quédate tranquila, niña Mia, nada
puede oponerse a Mi voluntad; a pesar de las
murmuraciones y la aversión de las hermanas, Mi voluntad
se cumplirá en ti en toda su plenitud hasta el ultimo
deseo y designio. No te aflijas a causa de eso, Yo
tambien fui piedra de escándalo para algunas almas.
- + Jesús se quejó conmigo cuánto le
dolia la infidelidad de las almas elegidas, y aún
hiere mas Mi Corazón su desconfianza despues de una
caida. Me doleria menos, si no hubieran experimentado la
bondad de Mi Corazón.
- He visto la ira de Dios que pesa sobre
Polonia. Y veo ahora que si Dios golpeara nuestro país
con los mayores castigos esto seria todavía su gran
misericordia, ya que por delitos tan graves, podría
castigarnos con (121) la destrucción eterna. Quedé
aterrorizada y el Señor descorrió el velo apenas un
poco. Ahora veo claramente que las almas elegidas
mantienen la existencia del mundo hasta que rebase la
medida.
- + He visto el esfuerzo en la oración de
cierto sacerdote. Su oración se parecía a la oración
de Jesús en el Huerto de los Olivos. Oh, si aquel
sacerdote supiera lo agradable que era su oración a Dios.
- Oh Jesús, me encierro en Tu
misericordiosísimo Corazón como en una fortaleza
inconquistable, para [defenderme] de las flechas de los
enemigos.
- Hoy he estado junto a una persona
agonizante que moría en mi comarca natal. La sostenía
con mis oraciones; después de un momento he sentido
dolores en las manos, los pies y el costado, durante un
breve momento&hellip&hellip
- (122) 27 I [1938]. Hoy, durante la Hora
Santa Jesús se quejó conmigo de la ingratitud de las
almas.
A cambio de los beneficios recibo la ingratitud; a
cambio del amor obtengo el olvido y la indiferencia. Mi Corazón
no puede soportarlo.
- En ese momento, en mi corazón ardió un
amor fortísimo a Jesús; ofreciéndome por las almas
ingratas, en ese momento me he sumergido toda en Él. Al
volver en mi, el Señor me ha dado a probar una pequeña
parte de esa ingratitud que inundaba su Corazón. Esa
experiencia duró poco tiempo.
1539 Hoy he dicho al Señor: ¿Cuándo me llevarás
Contigo? Yo ya me sentía tan mal y con gran impaciencia esperaba
Tu venida. Jesús me contestó: Debes estar siempre preparada,
pero ya no te dejaré por mucho tiempo en este destierro; tiene
que cumplirse en ti Mi santa voluntad. Ah, Señor, si Tu
santa voluntad no se ha cumplido todavía plenamente, aquí me
tienes preparada a todo lo que Tu quieras, oh Señor. (123) Oh
Jesús mío, me extraña solamente que Tu me des a conocer tantos
secretos y no quieras revelarme el secreto referente a la hora de
mi muerte. Y el Señor me contestó: Quédate tranquila, te la
haré conocer, pero ahora todavía no. Ah Señor mío, Te
pido perdón por haber querido saberlo. Tú sabes bien por qué,
ya que conoces mi corazón lleno de nostalgia que Te anhela
ardientemente. Tú sabes que no quisiera morir ni un minuto antes
de la hora que has establecido antes de los siglos.
Jesús ha escuchado mis confidencias con singular bondad.
1540 (124) 28 I [1938]. Hoy el Señor me dijo: Escribe,
hija Mía, estas palabras: Todas las almas que adoren Mi
misericordia y propaguen la devoción invitando a otras almas a
confiar en Mi misericordia no experimentarán terror en la hora
de la muerte. Mi misericordia las protegerá en ese último
combate&hellip.
- Hija Mía, anima a las almas a rezar la
coronilla que te he dado. A quienes recen esta coronilla,
Me complazco en darles lo que Me pidan. Cuando la recen
los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y
la hora de su muerte será feliz. Escríbelo para las
almas afligidas: Cuando un alma vea y conozca la gravedad
de sus pecados, cuando a los ojos de su alma se descubra
todo el abismo de la miseria en la que ha caído, no se
desespere, sino que se arroje con confianza en brazos de
Mi misericordia, como un niño en brazos de su madre
amadísima. Estas almas (125) tienen prioridad en
Mi Corazón compasivo, ellas tienen preferencia en Mi
misericordia. Proclama que ningún alma que ha invocado
Mi misericordia ha quedado decepcionada ni ha sentido
confusión. Me complazco particularmente en el alma que
confía en Mi bondad. Escribe: cuando recen esta
coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el
Padre y el alma agonizante no como el Juez justo sino
como el Salvador misericordioso.
1542
En ese momento el Señor me ha hecho saber lo celoso que es de mi
corazón.
Cuando aún entre las hermanas te sientas sola, sabes
que deseo que te unas a Mi más estrechamente. Me importa cada
latido de tu corazón; cada destello de tu amor se refleja en Mi
Corazón, estoy sediento de tu amor. Si, oh Jesús, pero mi
corazón tampoco sabría vivir sin Ti, porque aunque me
ofrecieran los corazones de todas las criaturas, ellas no
saciarían los profundos deseos de mi corazón.
1543 (126) Esta noche el Señor me dijo: Abandónate
toda a Mí en la hora de la muerte y Yo te presentaré a Mi Padre
como Mi esposa. Ahora te recomiendo unir de modo particular tus
acciones, aún sean las mas pequeñas, a Mis meritos, y entonces
Mi Padre las mirará con amor como si fueras Mías.
- No cambies el examen particular que te
he dado a través del Padre Andrasz, es decir, el de
unirte continuamente a Mi; esto es lo que hoy exijo de ti
decididamente. Sé como una niña para con Mis
representantes [377], porque Yo Me sirvo de sus bocas
para hablarte, para que no tengas duda en nada.
- Mi salud ha mejorado un poco. Hoy he
bajado al refectorio y a la capilla; aun no puedo
encargarme de los deberes, me quedo en la celda con la
lanzadera [378]. Este trabajo me atrae muchísimo, pero
todavía me canso hasta de un trabajo tan ligero. (127)
Veo que tengo muy pocas fuerzas. No tengo momentos de
ocio, porque cada instante de mi vida está lleno de
oración, sufrimiento y trabajo; adoro a Dios de uno o de
otro modo y si Dios me diera la vida otra vez, no se si
la aprovecharía mejor.
- El Señor me dijo: Me deleito con tu
amor; tu amor sincero es tan grato a Mi Corazón como la
fragancia de un capullo de rosa a primera hora de la
mañana cuando el sol no le ha secado todavía el rocío.
El frescor de tu corazón Me encanta, por eso Me uno a ti
tan estrechamente como a ninguna otra criatura&hellip.
- Hoy he visto los esfuerzos de este
sacerdote [379] por la causa de Dios. Su corazón empieza
a probar lo que colmaba el Corazón divino durante su
vida terrenal. Por los esfuerzos, la ingratitud&hellip.Pero
su celo por la gloria de Dios es grande&hellip..
- (128) 30 I `1938. Retiro espiritual de un
día.
Durante la meditación el Señor me indicó que mientras
el corazón lata en mi pecho, debo procurar siempre que el reino
de Dios se extienda en la tierra. He de luchar por la gloria de
mi Creador.
Sé que daré a Dios la gloria que espera de mi, si
trato de colaborar fielmente con la gracia de Dios.
- Deseo vivir en espíritu de fe, acepto
todo lo que me sucede como enviado por la voluntad
amorosa de Dios que desea sinceramente mi felicidad; por
eso todo lo que Dios me envíe lo aceptaré con sumisión
y agradecimiento sin hacer caso a la voz de la naturaleza
ni a las sugerencias del amor propio. Antes de emprender
una acción de mayor importancia reflexionaré un momento
para ver qué relación tiene con la vida eterna y cuál
es el motivo principal de hacerla: la gloria de Dios o el
bien de mi propia alma o el bien de otras almas. Si el
corazón me dice si, entonces seré inflexible en la
ejecución de dicha acción, (129) sin reparar en ningún
obstáculo ni sacrificio; no me dejaré desviar del
propósito que me haya propuesto, me bastará saber que
es grato a Dios. Y si conozco que una acción dada no
tiene nada que ver con lo dicho anteriormente, trataré
de elevarla a esferas más altas mediante una buena
intención. Y si conozco que algo proviene del amor
propio lo eliminaré en su origen.
- En los momentos de dudas no actuaré, sino
que buscaré cuidadosamente una explicación entre el
clero, y especialmente en mi director espiritual. No
justificarme de los reproches y las observaciones hechas
por cualquiera, excepto el caso de ser interrogada
directamente para dar testimonio de la verdad. Escuchar
con gran paciencia las confidencias de los demás,
encargarme de sus sufrimientos, confortándolos y
sumergir mis propios sufrimientos en el compasivísimo
Corazón de Jesús. Nunca salir de las profundidades de
su misericordia e introducir en ella al mundo entero.
- (130) Durante la meditación sobre la
muerte rogué al Señor que se dignara penetrar mi
corazón con los mismos sentimientos que tendría en el
momento de la muerte. Y la gracia de Dios me contestó
interiormente que había hecho lo que estaba en mi poder,
entonces podía estar tranquila. En ese momento en mi
alma se despertó una gratitud tan grande al Señor que
me eché a llorar de alegría como una niña.. Me
preparé para recibir la Santa Comunión a la mañana
siguiente como viático y recé por mí las plegarias de
los agonizantes [380].
- Entonces oí estas palabras: Tal como
estás unida a Mí en vida, así estarás unida en el
momento de la muerte. Después de estas palabras en
mi alma se despertó una confianza tan grande en la
Divina Misericordia que aunque tuviera en mi conciencia
los pecados del mundo entero y los pecados de las almas
condenadas, a pesar de todo esto, no dudaría de la
bondad de Dios, sino que me arrojaría sin pensar en el
abismo de la Divina Misericordia que siempre está
abierto para nosotros y con el corazón hecho polvo me
arrojaría (131) a sus pies abandonándome completamente
a su santa voluntad que es la misericordia misma.
- Oh Jesús mío, Vida de mi alma, Vida mía,
Salvador mío, mi dulcísimo Esposo y a la vez mi Juez,
Tu sabes que en esta ultima hora no contaré con ningún
merito mío, sino únicamente con Tu misericordia. Ya
desde hoy me sumerjo toda en este abismo de Tu
misericordia que siempre está abierto para cada alma.
Oh Jesús mío, yo tengo una sola tarea en la vida, en
la muerte y en la eternidad: y es adorar Tu misericordia
inconcebible. Ninguna mente profundizará en los misterios de Tu
misericordia, oh Dios, ni un ángel ni un hombre. Los ángeles se
asombran del misterio de la Divina Misericordia, pero no lo
pueden concebir. Todo lo que ha salido de las manos del Creador
está encerrado en un misterio inconcebible, es decir, en las
entrañas de su misericordia. Cuando lo considero mi espíritu
desfallece, el corazón se me deshace de alegría. Oh Jesús, a
través de Tu piadosísimo Corazón como a través de un cristal
han llegado (132) a nosotros los rayos de la Divina Misericordia.
- 1 II [1938]. Hoy estoy un poco peor de
salud, no obstante todavía participo en la vida
comunitaria de toda la Comunidad. Estoy haciendo todavía
grandes esfuerzos, que sólo Tu conoces, oh Jesús. Hoy,
en el refectorio pensé que no iba a resistir durante
todo el almuerzo. Cada comida me causa dolores tremendos.
- Hace una semana me visitó la Madre
Superiora y me dijo: A usted, hermana se le pega cada
enfermedad, porque usted tiene el organismo muy débil,
pero no es su culpa. Si otra hermana sufriera la misma
enfermedad, seguramente andaría, y usted ya debe estar
acostada. Esas palabras no me causaron disgusto, pero es
mejor no hacer tales comparaciones a las personas
gravemente enfermas, porque de todas maneras su cáliz
está lleno. Otra cosa, cuando las hermanas visitan a los
enfermos, no pregunten cada vez tan detalladamente:
¿Qué es lo que duele? (133) ¿cómo duele?, ya que
repetir continuamente a cada hermana lo mismo cansa
enormemente, especialmente cuando, de tiempo en tiempo,
hay que repetirlo varias veces al día.
- Cuando entré por un momento en la capilla,
el Señor me explicó que entre las almas elegidas tiene
algunas especialmente elegidas, que llama a una santidad
elevada, a una unión excepcional con Él. Éstas son las
almas seráficas de las cuales Dios exige que lo amen
más que otras almas; a pesar de que todas viven en el
convento, no obstante este amor mas intenso lo exige, a
veces, de una sola alma. Tal alma comprende la llamada,
porque Dios se la hacer conocer interiormente, pero puede
seguirla o puede no seguirla; del alma depende si es fiel
a las llamadas del Espíritu Santo, o si se opone al
Espíritu Santo. Supe que hay un lugar en el purgatorio
donde las almas satisfacen a Dios por este tipo de culpas;
entre diversos tormentos, éste es el más duro. El alma
marcada por Dios de modo especial (134) se distinguirá
de entre otras almas por una mayor gloria, por el
resplandor y por un mas profundo conocimiento de Dios; en
el purgatorio, por un sufrimiento mas profundo, porque
conoce mas a fondo y anhela mas violentamente a Dios; en
el infierno, sufrirá mas que otras almas, porque sabe
mas profundamente a quien ha perdido; este sello del amor
exclusivo de Dios no se borra en ella.
- Oh Jesús, mantenme en el santo temor para
que no malgaste las gracias. Ayúdame a ser fiel a las
inspiraciones del Espíritu Santo, permite, más bien,
que mi corazón estalle de amor hacia Ti, antes de que
descuide un solo acto de este amor.
- 2 II [1938]. Las tinieblas del alma. Hoy [es]
la fiesta de la Madre de Dios y en mi alma [hay] tanta
oscuridad. El Señor se ha escondido y yo estoy sola,
completamente sola. Mi mente está tan ofuscada que
alrededor de mi veo sólo fantasmas; ni un solo rayito de
luz entre en el alma, no me entiendo a mi misma ni a los
que me hablan. (135) Me han oprimido unas tentaciones
terribles contra la santa fe. Oh Jesús mío, sálvame.
No alcanzo a decir más. No puedo describirlas
detalladamente, porque tengo miedo de que, leyéndolas
alguien pueda escandalizarse. Me4 he sorprendido de que a
un alma le puedan invadir las tribulaciones de esta clase.
Oh huracán, ¿qué haces con la barquita de mi alma?
Esta tormenta duró un día entero y una noche. Cuando
entró la Madre Superiora y preguntó: Hermana, ¿no
quisiera usted aprovechar, porque va a confesar el Padre
Andrasz [381]?, contesté que no. Me parecía que ni el
Padre me comprendería y ni yo lograría confesarme.
Pasé toda la noche con Jesús en Getsemaní. Un continuo
gemido de dolor salía de mi pecho. La agonía natural
será mas leve, porque durante ella se agoniza y se muere
mientras aquí uno agoniza sin poder morir. Oh Jesús, no
creía que existieran sufrimientos de este tipo. La nada
es la realidad. Oh Jesús, sálvame, creo en Ti con todo
mi corazón, he visto muchísimas veces el resplandor de
Tu rostro y ahora - ¿dónde estás, Señor? Creo, creo y
una vez mas creo (136) en Ti, Dios único en la
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y en
todas las verdades que Tu santa Iglesia me ofrece para
creer. Sin embargo, las tinieblas no desaparecen y mi
espíritu se sumerge en una agonía todavía mayor. En
ese momento me invadió un tormento tan tremendo que
ahora me extraño de no haber exhalado el ultimo suspiro,
pero fue un momento breve.
- En aquel momento vi a Jesús de Cuyo
Corazón salían los dos mismo rayos y me envolvieron
toda. En aquel mismo instante desaparecieron mis
tormentos. Hija Mía, dijo el Señor, has de
saber que lo que has pasado ahora, es lo que eres por ti
misma; y sólo por fuerza de Mi gracia eres participe de
la vida eterna y de todos los dones que te concedo
generosamente. Y con estas palabras del Señor ha
venido un verdadero conocimiento de mi misma. Jesús me
enseña una humildad profunda y al mismo tiempo una
confianza absoluta en Él. Mi corazón está reducido a
cenizas, a polvo y aunque toda la gente me despreciara,
lo consideraría (137) una gracia también. Siento y
estoy profundamente convencida de ser una nulidad, de que
las verdaderas humillaciones serán mi alivio.
- 3 II [1938]. Hoy, después de la Santa
Comunión Jesús me ha dado de nuevo algunas indicaciones.
Primero: no luches sola contra la tentación, sino que
descúbrela inmediatamente al confesor y entonces la
tentación perderá toda su fuerza; segundo: en estas
pruebas no pierdas la calma, vive Mi presencia, pide la
ayuda de Mi Madre y la de los santos; tercero: ten la
certeza de que Yo te miro y te sostengo; cuarto; no
tengas miedo ni de las luchas espirituales ni de ninguna
tentación, porque Yo te sostengo con tal de que tú
quieras luchar; has de saber que la victoria siempre
está de tu lado; quinto: has de saber que con una lucha
intrépida Me das una gloria y ganas meritos para ti, la
tentación ofrece la posibilidad de demostrarme tu
fidelidad.
- Y ahora te diré lo más importante
para ti: una sinceridad sin límites con tu director
espiritual; si no aprovechas esta gracia según (138) mis
indicaciones, te la quitaré y entonces te quedarás sola
contigo misma y volverán a ti todas las tribulaciones
que conoces. No Me agrada que desaprovechas la
oportunidad cuando puedes encontrarlo y hablar con él.
Has de saber que es Mi enorme gracia si Yo doy a un alma
el director espiritual. Muchas almas Me lo piden y no a
todas les concedo esta gracia. En el momento en que te lo
he dado como director espiritual, le he dotado de una
nueva luz para que pueda conocer y comprender fácilmente
tu alma&hellip.
- Oh Jesús mío, mi única misericordia,
déjame ver en Tu rostro la alegría como señal de
reconciliación conmigo, porque mi corazón no alcanzará
a soportar Tu seriedad, si la prolongas todavía un
momento, se me partirá de dolor. Ves que ya estoy hecha
polvo.
- En aquel mismo momento me vi como en un
palacio y Jesús me dio la mano y me colocó a su lado
diciendo con dulzura: Esposa Mía, Me agradas siempre
con la humildad. La mayor miseria no Me impide (139) unirme
al alma, pero donde está la soberbia, no estoy Yo.
Cuando volví en mi contemplé todo lo que había
sucedido en mi corazón agradeciendo a Dios por su amor y su
misericordia que me había manifestado.
- Jesús mío, escóndeme; como Tú Te has
ocultado bajo la especie de una hostia blanca, así
escóndeme a los ojos de los hombres y esconde
especialmente Tus dones que me concedes con generosidad
para que por fuera no se delate lo que Tú obras en mí
alma. Delante de Ti soy una hostia blanca, oh Divino
Sacerdote, conságrame Tu Mismo y que mi transformación
sea conocida solo de Ti. Todos los días, como una hostia
expiatoria me presento delante de Ti y Te suplico la
misericordia para el mundo. Me anonadaré delante de Ti
en silencio y sin ser vista; en un profundo silencio mi
amor puro e indivisible arderá en holocausto y la
fragancia de este amor ascienda a los pies de Tu trono.
Tú eres el Señor de los señores, pero Te complaces en
los corazones pequeñitos y humildes&hellip..
- (140) Cuando entré por un momento en la
capilla, el Señor me dijo: Hija Mía, ayúdame a
salvar a un pecador agonizante; reza por él esta
coronilla que te he enseñado. Al empezar a rezar la
coronilla, vi a aquel moribundo entre terribles tormentos
y luchas. El Ángel Custodio lo defendía, pero era como
impotente ante la gran miseria de aquella alma; una
multitud de demonios estaba esperando aquella alma.
Mientras rezaba la coronilla, vi a Jesús tal y como
está pintado en la imagen. Los rayos que salieron del
Corazón de Jesús envolvieron al enfermo y las fuerzas
de las tinieblas huyeron en pánico. El enfermo expiró
sereno. Cuando volví en mi, comprendí la importancia
que tiene esta coronilla rezada junto a los agonizantes,
ella aplaca la ira de Dios.
- Cuando pedí perdón a Jesús por una
acción mía que poco después resultó imperfecta,
Jesús me tranquilizó con estas palabras: Hija Mía,
te recompenso por la pureza de la intención que has
tenido (141) en el momento de actuar. Se ha
alegrado Mi Corazón de que en el momento de actuar hayas
tenido presente Mi amor y esto de modo tan evidente;
todavía ahora sacas provecho de ello, y es la
humillación. Si, niña Mía, deseo que siempre tengas
una pureza de intención en tus mas pequeñas iniciativas.
- En el momento en que tomé la pluma en la
mano, recé brevemente al Espíritu Santo y dije: Jesús,
bendice esta pluma para que todo lo que me haces escribir
sea para la gloria de Dios. De repente oí una voz: Sí,
bendigo, porque en este escrito está el sello de
obediencia a la Superiora y al confesor y ya con esto
recibo gloria y muchas almas sacarán provecho para si.
Hija Mía, exijo que todos los momentos libres los
dediques a escribir de Mi bondad y misericordia; ésta es
tu misión y tu tarea en toda tu vida para que des a
conocer a las almas la gran misericordia que tengo con
ellas y que las invites a confiar en el abismo de Mi
misericordia&hellip..
- (142) Oh Jesús mío, creo en Tus palabras
y ya no tengo ninguna duda al respecto, ya que en una
conversación con la Madre Superiora, ella me dijo que
escribiera mas sobre Tu misericordia. Sus palabras
concordaron plenamente con Tu deseo. Oh Jesús mío,
ahora comprendo que si pides algo al alma, también das a
las Superioras la inspiración de permitirnos cumplir Tu
demanda, aunque sí sucede que no siempre se obtenga en
seguida; a veces nuestra paciencia es expuesta a prueba&hellip.
- + Oh amor eterno, Jesús, que Te has
encerrado en esta Hostia
Ocultando Tu divina Majestad y Tu belleza,
Lo haces para darte entero a mi alma
Y para no asustarla con Tu grandeza.
Oh amor eterno, Jesús, que Te has ocultado en el pan,
Bienaventuranza eterna, inimaginable fuente de felicidad
y gozo,
Que quieres ser mi paraíso en la tierra
Y lo eres cuando me comunicas Tu amor divino.
- (143) Oh Dios de gran misericordia, bondad
infinita, hoy toda la humanidad clama, desde el abismo de
su miseria, a Tu misericordia, a Tu compasión, oh Dios;
y grita con la potente voz de la miseria. Dios indulgente,
no rechaces la oración de los desterrados de esta tierra.
Oh Señor, bondad inconcebible que conoces perfectamente
nuestra miseria y sabes que por nuestras propias fuerzas
no podemos ascender hasta Ti, Te imploramos, anticípanos
Tu gracia y multiplica incesantemente Tu misericordia en
nosotros para que cumplamos fielmente Tu santa voluntad a
lo largo de nuestras vidas y a la hora de la muerte. Que
la omnipotencia de Tu misericordia nos proteja de las
flechas de los enemigos de nuestra salvación, para que
con confianza, como Tus hijos, esperemos Tu última
venida, ese día que conoces sólo Tú. Y a pesar de toda
nuestra miseria, esperamos recibir todo lo que Jesús nos
ha prometido, porque Jesús es nuestra esperanza; a
través de su Corazón misericordioso, como a través de
una puerta abierta, entramos en el cielo.
- (144) He notado que desde que entré en el
convento me hacían una sola critica, la que soy santa;
pero este sobrenombre fue siempre pronunciado con
sarcasmo. Al principio eso me hacia sufrir, pero cuando
me elevé mas, dejó de importarme. Sin embargo, una vez
cuando a causa de mi santidad fue afectada cierta persona,
sufrí mucho viendo que yo podía ser causa de los
disgustos de otras personas y me quejé con Jesús ¿por
qué era así? Y el Señor me contestó: ¿Te
entristeces por ello? Si tú lo eres. Dentro de poco Yo
Mismo lo manifestaré en ti y pronunciaré la misma
palabra: &ldquosanta&rdquo pero esta vez
solamente con amor.
- Te recuerdo, hija Mía, que cuántas
veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete
totalmente en Mi misericordia, adorándola y
glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo
entero y especialmente para los pobres pecadores, ya que
en ese momento se abrió de par en par para cada (145)
alma. En esa hora puedes obtener todo lo que pides
para ti y para los demás. En esa hora se estableció la
gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó
sobre la justicia. Hija Mía, en esa hora procura rezar
el Via Crucis, en cuanto te lo permitan los deberes; y si
no puedes rezar el Via Crucis, por lo menos entra un
momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento
a Mi Corazón que está lleno de misericordia. Y si no
puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí
donde estés, aunque sea por un brevísimo instante.
Exijo el culto a Mi misericordia de cada criatura, pero
primero de ti, ya que a ti te he dado a conocer este
misterio de modo más profundo.
- + Oh Dios mío, qué nostalgia siento hoy
por Ti. Oh, ya nada más atrae mi corazón, la tierra ya
no tiene nada para mí. Oh Jesús, cuánto me pesa este
destierro, cuánto se prolonga. O muerte, mensajera de
Dios, ¿cuándo me anunciarás este deseado momento que
me unirá a mi Dios por la eternidad?
- (146) Oh Jesús mío, que los últimos
días de mi destierro sean completamente conformes a Tu
santísima voluntad. Uno mis sufrimientos, mis amarguras
y mi agonía a tu sagrada Pasión y me ofrezco por el
mundo entero para obtener una abundancia de misericordia
para las almas y especialmente para las almas que viven
en nuestras casas. Confió firmemente y me someto por
completo a Tu santa voluntad que es la misericordia misma.
Tu misericordia será todo para mí en la última hora,
tal y como Tu Mismo me lo has prometido&hellip..
- + Sé bendito, Amor eterno, mi dulce
Jesús, que Te has dignado morar en mi corazón. Te
saludo, oh divinidad gloriosa que Te has dignado
humillarte por mi y anonadarte por amor hacia mi, hasta
reducirte a una tenue apariencia de pan. Te saludo,
Jesús, inmarcesible flor de humanidad, Tú eres el
único para mi alma. Tu amor es más puro que un lirio y
Tú presencia me agrada más que el perfume del jacinto.
Tu amistad es mas tierna (147) y mas sutil que el aroma
de la rosa, sin embargo mas fuerte que la muerte. Oh
Jesús, belleza inconcebible. &ldquoTe entiendes
perfectamente con las almas puras, porque sólo ellas son
capaces de heroísmo y de sacrificio. Oh dulce y rosada
sangre de Jesús, ennoblece mi sangre y transfórmala en
tu propia sangre. Que se haga esto en mí según Tu
designio.
- Has de saber, hija Mía, que entre Yo y
tú hay un abismo sin fondo que separa al Creador de la
criatura, pero Mi misericordia nivela este abismo. Te
elevo hasta Mí no por necesitarte, sino únicamente por
misericordia te ofrezco la gracia de la unión.
- Diles a las almas que no pongan
obstáculos en sus propios corazones a Mi misericordia
que desea muchísimo obrar en ellos. Mi misericordia
actúa en todos los corazones que le abren su puerta;
tanto el pecador como el justo necesitan (148) Mi
misericordia. La conversión y la perseverancia son las
gracias de Mi misericordia.
- Que las almas que tienden a la
perfección adoren especialmente Mi misericordia, porque
la abundancia de gracias que les concedo proviene de Mi
misericordia. Deseo que estas almas se distingan por una
confianza sin límites en Mi misericordia. Yo Mismo Me
ocupo de la santificación de estas almas, les daré todo
lo que sea necesario para su santidad. Las gracias de Mi
misericordia se toman con un solo recipiente y éste es
la confianza. Cuanto mas confíe un alma, tanto más
recibirá. Las almas que confían sin límites son Mi
gran consuelo, porque en tales almas vierto todos los
tesoros de Mis gracias. Me alegro de que pidan mucho,
porque Mi deseo es dar mucho, muchísimo. Me pongo triste,
en cambio, si las almas piden poco, estrechan sus
corazones.
- (149) + Sufro muchísimo cuando me
encuentro con la hipocresía. Ahora entiendo, Salvador
mío, porque reprendías tan severamente a los fariseos
por su hipocresía. A los pecadores empedernidos les
tratabas con más benevolencia cuando volvían a Ti
arrepentidos.
- Jesús mío, ahora veo que he pasado por
todas las etapas de la vida Contigo: la infancia, la
juventud, la vocación, la labor apostólica, el Tabor,
el Huerto de los Olivos y ahora ya estoy contigo en el
Calvario. Me he sometido espontáneamente a la
crucifixión y ya esto crucificada aunque camino todavía
un poco, pero estoy tendida en la cruz y siento
claramente que la fuerza de Tu cruz fluye sobre mi y que
Tu eres mi perseverancia. Aunque he oído, mas de una vez,
la voz de la tentación que me grita ¡baja de la cruz!,
la potencia de Dios me fortalece. Aunque los abandonos,
las tinieblas y diversos sufrimientos golpean mi corazón,
no obstante una misteriosa fuerza divina me sostiene y
fortifica. Deseo beber el cáliz (150) hasta la última
gota. Confío firmemente en que Tu gracia, que me sostuvo
en los momentos cuando estaba en el Huerto de los Olivos,
también me sostendrá ahora cuando estoy en el Calvario.
- Oh Jesús mío, Maestro, uno de mis deseos
a los Tuyos que Tu tuviste en la cruz: deseo cumplir Tu
santa voluntad; deseo la conversión de los pecadores;
deseo que sea adorada Tu misericordia; deseo que sea
anticipado el triunfo de la Iglesia; deseo que la Fiesta
de la Misericordia sea celebrada en el mundo entero;
deseo la santidad de los sacerdotes; deseo que haya una
santa en nuestra Congregación [382]; deseo que en toda
nuestra Congregación reine el espíritu de gran celo por
la gloria de Dios y la salvación de las almas; deseo que
las almas que viven en nuestras casas no ofendan a Dios,
sino que perseveren en el bien; deseo la bendición de
Dios para [mis] padres y para toda [mi] familia; deseo
que Dios conceda una luz particular mis guías
espirituales y especialmente al Padre Andrasz [383] y al
Padre Sopocko [384]; deseo una bendición particular (151)
para mis Superioras [385], bajo cuyas ordenes he estado y
especialmente para la Madre General [386] y la Madre
Irene y la Madre Maestra Josefa [387].
- Oh Jesús mío, ahora abrazo al mundo
entero y Te pido misericordia para él. Cuando me digas,
oh Dios, que ya basta, que ya se haya cumplido plenamente
Tu santa voluntad, entonces en unión Contigo, Salvador
mío, entregaré mi alma en manos del Padre celestial,
llena de confianza en tu misericordia insondable y
entonaré el primer himno a Tu misericordia cuando me
presente a los pies de Tu trono. ¡No te olvidaré, pobre
tierra!, aunque siento que me sumergiré inmediatamente
toda en Dios, como en un océano de felicidad, eso no me
impedirá volver a la tierra y dar ánimo a las almas e
invitarlas a confiar en la Divina Misericordia. Al
contrario, esa inmersión en Dios me dará unas
posibilidades ilimitadas de obrar.
- Mientras lo escribo oigo el rechinar de
dientes de Satanás que no puede soportar la misericordia
de Dios y arroja los objetos en mi celda; pero siento
dentro de mi una fuerza de Dios tan grande que no me
importa nada la rabia (152) del enemigo de nuestra
salvación y sigo escribiendo tranquilamente.
- Oh inconcebible bondad de Dios que nos
proteges a cada paso. Sea gloria incesante a Tu
misericordia por haberte fraternizado no con los ángeles
sino con los hombres. Éste es un milagro del misterio
insondable de tu misericordia. Toda nuestra confianza
está en ti, nuestro hermano primogénito, Jesucristo,
Dios verdadero y hombre verdadero. Mi corazón palpita de
alegría al ver lo bueno que es Dios para nosotros, los
humanos, tan miserables e ingratos y como prueba de su
amor nos ofrece un don inconcebible, es decir, a Si Mismo
en la Persona de Su Hijo. No lograremos penetrar este
misterio de amor a lo largo de toda la eternidad. Oh
humanidad, ¿por qué piensas tan poco en que Dios está
realmente entre nosotros? Oh Cordero de Dios, no sé qué
admirar en Ti primero: Tu mansedumbre, Tu vida oculta y
anonadamiento por la humanidad, o mas bien el milagro
incesante de Tu misericordia que transforma las almas (153)
y las resucita para la vida eterna. Aunque estás tan
oculto, Tu omnipotencia se manifiesta aquí más que en
la creación del hombre; aunque la omnipotencia de Tu
misericordia actúa en la justificación del pecador, sin
embargo Tu actuación es muy silenciosa y escondida.
- Una visión de la Santísima Virgen. Entre
una gran claridad vi a la Santísima Virgen con una
túnica blanca, ceñida de un cinturón de oro y unas
pequeñas estrellas, también de oro, en todo el vestido
y las mangas a triangulo guarnecidas de oro. Tenía un
manto de color de zafiro, puesto ligeramente sobre los
hombros, en la cabeza tenia un velo liviano transparente,
el cabello suelto, arreglado espléndidamente y una
corona de oro que terminaba en pequeñas cruces. En el
brazo izquierdo tenia al Niño Jesús. Nunca antes he
visto a la Santísima Virgen bajo este aspecto. Luego me
miró con ternura y dijo: Soy la Madre de los
sacerdotes. Después puso a Jesús en el suelo,
levantó la mano derecha hacia el cielo, y dijo: Oh
Dios, bendice a Polonia, bendice a los sacerdotes. Y
otra vez se dirigió a mí: Cuenta a los sacerdotes lo
que has visto. (154) Decidí decirlo al Padre [388]
en la primera ocasión, pero yo misma no logré
comprender nada de esa visión.
- Oh Jesús mío, Tu ves cuánta gratitud
tengo para el Padre Sopocko que ha hecho avanzar mucho Tu
obra. Esta alma tan humilde supo resistir todas las
tormentas y no se desanimó por las contrariedades, sino
que ha contestado fielmente a la llamada de Dios.
- + Una vez, atendía a los enfermos una
hermana tan negligente en su trabajo que verdaderamente
era necesario mortificarse bastante. Un día decidí
decirlo a las Superioras; pero oí en el alma una voz: Soporta
pacientemente, lo dirá otra persona. Sin embargo,
tal servicio continuo todo el mes. Cuando ya podía bajar
un poco al refectorio y al recreo, oí en el alma estas
palabras: Ahora otras hermanas hablarán (155) de
la negligencia en el servicio de esa religiosa, pero tú
cállate y no intervengas en este asunto. En ese
mismo instante empezó una discusión bastante áspera
sobre esa hermana, pero ella no logró encontrar nada en
su defensa y todas las hermanas a coro: Enmiéndese,
hermana y atienda mejor a los enfermos. Conocí que, a
veces, Jesús no desea que digamos algo por nuestra
iniciativa; Él tiene su modo y sabe cuándo es el
momento oportuno para hablar.
1588 Hoy escuché estas palabras:
En el Antiguo Testamento enviaba a los
profetas con truenos a Mi pueblo. Hoy te envío a ti a toda
la humanidad con Mi misericordia. No quiero castigar a la
humanidad doliente, sino que deseo sanarla, abrazarla a Mi Corazón misericordioso. Hago uso de los castigos cuando Me obligan a
ello; Mi mano resiste a tomar la espada de la justicia. Antes
del día de la justicia envío el día de la misericordia.
Contesté: Oh Jesús mío, Tú Mismo habla a
las almas, porque mis palabras no valen nada.
+
(156) JMJ
La espera del alma a la venida del Señor
No sé, oh Señor, a qué hora vendrás,
Por eso vigilo continuamente y presto atención,
Yo, Tu esposa por Ti escogida,
Porque sé que Te gusta venir inadvertidamente,
Pero el corazón puro desde lejos Te sentirá, Señor.
Te espero, Señor, entre la quietud y el silencio,
Con gran añoranza en el corazón,
Con un deseo irresistible.
Siento que mi amor hacia ti se vuelve fuego
Y como una llama ascenderá al cielo al final de la vida
Y entonces se realizarán todos mis deseos.
Ven ya, mi dulcísimo Señor,
Y lleva mi corazón sediento
Allí, donde estás Tú, a las regiones excelsas del
cielo,
Donde Tu vida dura eternamente.
La vida en la tierra es una agonía continua,
Mientras mi corazón siente que está creado para
grandes alturas,
Y no lo atraen nada las llanuras de esta vida,
Porque mi patria es el cielo. Ésta es mi fe
inquebrantable.
[Fin del quinto cuaderno del manuscrito del Diario]
SEXTO CUADERNO
Glorificaré la Divina Misericordia
por los siglos
Sor Faustina del Santísimo Sacramento
Congregación de las Hermanas
De la Madre de Dios de la Misericordia
+
(1) JMJ
- Glorifica, alma mía, la inconcebible
misericordia
De Dios, todo para su gloria&hellip&hellip
Cracovia, 10 II 1938
Sexto cuadernito
Sor Faustina del Santísimo Sacramento de
de la Congregación de las Hermanas
de la Madre de Dios de la Misericordia
1591 Mi corazón es atraído allá donde mi Dios se
oculta,
Donde
permanece con nosotros día y noche,
Envuelto
en una Hostia blanca,
Dirige
el mundo entero, se comunica con las almas.
Mi corazón es atraído donde mi Señor se oculta
Donde [está] su amor anonadado,
Pero mi corazón siente que allí esta el agua viva,
Mi Dios vivo, aunque oculto detrás de un velo.
1592 (2) 10 II 1938. Durante la meditación el Señor me
dio a conocer el gozo del cielo y el de los santos que se alegran
por nuestra llegada. Aman a Dios como el único objeto de su amor,
pero también nos aman a nosotros tierna y sinceramente; pero
esta alegría fluye a todos del rostro de Dios, porque lo vemos
cara a cara. Este rostro es tan dulce que el alma cae en un
continuo éxtasis.
- El Señor Mismo me impulsa a escribir
oraciones e himnos sobre su misericordia y estos actos de
adoración se agolpan en mis labios. He advertido que a
mi mente vienen ya formuladas las expresiones en honor de
la misericordia de Dios, por eso he decidido ponerlas por
escrito, si está en mi poder; siento un apremio de Dios
respecto a esto.
- Entró en mi [celda] por un momento una de
las hermanas, y tras una breve conversación sobre la
obediencia me dijo: Ah, ahora comprendo cómo se
comportaban (3) los santos. Gracias, hermana, una gran
luz ha entrado en mi alma, he sacado mucho provecho.
- Oh Jesús mío, es Tu obra, has sido Tu
quien habló a esta alma, porque la hermana ha entrado
cuando yo estaba completamente sumergida en Dios;
precisamente en aquel momento me abandonó el
recogimiento elevado. Oh Jesús mío, yo sé que para ser
un alma útil es necesario procurar la mas estrecha
unión Contigo, oh amor eterno. Una palabra de un alma
unida a Dios procura más bien a las almas que elocuentes
debates o prédicas de un alma imperfecta.
- + Vi el asombro del Padre Andrasz por mi
comportamiento, pero todo para la gloria de Dios. Oh,
grandísima es Tu gracia, Señor, que eleva el alma a las
alturas. Es grande mi gratitud a Dios por haberme dado a
un sacerdote inspirado, ya que en realidad habrías
podido dejarme en la incertidumbre y en las dudas, pero
Tu bondad (4) lo ha remediado. Oh Jesús mío, no soy
capaz de contar Tus beneficios&hellip.
- Hija Mía, la lucha continuará hasta
la muerte, le [pondrá fin] el ultimo suspiro;
vencerás con la mansedumbre.
- 13 II 1938. He visto con qué renuencia ha
ido Jesús a algunas almas en la Santa Comunión. Y me ha
repetido estas palabras: Voy a algunos corazones como
a otra Pasión.
- Durante la Hora Santa que trataba de hacer,
vi a Jesús doliente que me dijo estas palabras: Hija
Mía, no prestes tanta atención al recipiente de la
gracia, sino a la gracia misma que te doy, porque el
recipiente no siempre te gusta y entonces también las
gracias se hacen defectuosas. Quiero preservarte de ello
y deseo que nunca prestes atención al recipiente en que
te envío Mi gracia, sino que toda la atención de tu
alma (5) se centre en corresponder con máxima
fidelidad a Mi gracia.
- + Oh Jesús mío, si Tu Mismo no alivias
la añoranza de mi alma, nadie logrará consolarla ni
aliviarla. Cada vez que te acercas a mi, despiertas en mi
alma un nuevo éxtasis de amor, pero también una nueva
agonía, ya que a pesar de tus tan excepcionales
acercamientos a mi alma. Te amo de lejos y mi corazón
agoniza en un éxtasis de amor, porque ésta no es
todavía una unión eterna y total, aunque muy
frecuentemente Te relacionas conmigo sin ningún velo.
Con esto abres en mi alma y mi corazón el abismo de amor
y de anhelo por Ti, oh Dios. Y este abismo sin fondo de
desear a Dios en toda la plenitud, en la tierra no puede
ser llenado completamente.
- El Señor me dio a conocer cuánto desea
la perfección de las almas elegidas.
En mis manos, las almas elegidas son las luces que
arrojo en las tinieblas del mundo y lo ilumino. Como las
estrellas iluminan la noche, así las almas elegidas iluminan (6)
la tierra y cuanto más perfecta es el alma, tanto más luz
irradia en su torno y llega más lejos. Puede estar oculta y
desconocida aun a las personas más cercanas, no obstante su
santidad se refleja en las almas en lo más lejanos confines del
mundo.
- Hoy el Señor me dijo: Cuando te
acercas a la confesión, a esta Fuente de Mi Misericordia,
siempre fluye sobre tu alma la Sangre y el Agua que
brotó de Mi Corazón y ennoblece tu alma. Cada vez que
vas a confesarte, sumérgete toda en Mi misericordia con
gran confianza para que pueda derramar sobre tu alma la
generosidad de Mi gracia. Cuando te acercas a la
confesión debes saber que Yo Mismo te espero en el
confesionario, sólo que estoy oculto en el sacerdote,
pero Yo Mismo actúo en tu alma. Aquí la miseria del
alma se encuentra con Dios de la misericordia. Di a las
almas que de esta Fuente de la Misericordia (7) las
almas sacan gracias exclusivamente con el recipiente de
confianza. Si su confianza es grande, Mi generosidad no
conocerá límites. Los torrentes de Mi gracia inundan
las almas humildes. Los soberbios permanecen siempre en
pobreza y miseria, porque Mi gracia se aleja de ellos dirigiéndose
hacia los humildes.
- 14 II [1938]. Durante la adoración oí
estas palabras: Reza por una de las alumnas que
necesita mucho Mi gracia. Conocí que se trataba de N.,
recé mucho y la misericordia de Dios envolvió a aquella
alma.
- Durante la adoración, mientras repetía
varias veces [la invocación] Santo Dios, de repente me
envolvió una mas viva presencia de Dios y fui llevada en
espíritu ante la Majestad Divina. Y vi cómo rinden
gloria a Dios los ángeles y los santos del Señor. La
gloria que rinden a Dios es tan grande que no quiero
dejarme tentar de describirla, porque no soy capaz y
también para que las almas no piensen que (8) lo que he
escrito es todo. San Pablo, ahora comprendo porque no
quisiste describir el cielo [389] y sólo dijiste que lo
que el ojo no vio, ni el oído oyó, ni el corazón del
hombre anheló lo que preparó Dios para los que le aman
[390]. Así es, y todo lo que ha salido de Dios, a Él
vuelve y le rinde una gloria perfecta. Y ahora, al mirar
la gloria que yo rindo a Dios, ¡oh, qué miseria es! Es
una pequeñísima gotita en comparación a la perfecta
gloria celeste. Oh, qué buenos eres, oh Dios, que
aceptas también mi adoración y diriges benignamente tu
rostro hacia mi y me haces saber que Te es agradable
nuestra oración.
- Escribe sobre Mi bondad lo que te venga
a la cabeza. Contesté: Pero, Señor, ¿si escribo
demasiado? Y el Señor me respondió: Hija Mía,
aunque hablaras todas las lenguas de los hombres y de los
ángeles a la vez, no dirías demasiado, sino que (9)
glorificarías Mi bondad, Mi misericordia insondable,
apenas en una pequeña parte.
Oh Jesús mío, Tu Mismo pon las palabras en mi boca
para que pueda adorarte dignamente.
Hija Mía, quédate tranquila, haz lo que te digo.
Tus pensamientos están unidos a Mis pensamientos, pues escribe
lo que te venga a la cabeza. Tú eres la secretaria de Mi
misericordia; te he escogido para este cargo en ésta y en la
vida futura. Quiero que así sea, a pesar de todos los
obstáculos que te pondrán. Has de saber que no cambiará lo que
Me agrada.
En aquel momento, profundamente humillada, me sumergí
ante la Majestad de Dios. Pero cuanto más me humillaba, tanto
mas me penetraba la presencia de Dios&hellip..
- Oh Jesús, mi único consuelo. Oh, qué
terrible es el destierro; oh, qué selva he de atravesar.
Mi alma se abre paso entre la pavorosa espesura de
diferentes dificultades. Si no me sostuvieras Tu Mismo,
Señor, seria absolutamente imposible avanzar.
- (10) 16 [II 1938]. Mientras rezaba al vivo
Corazón de Jesús que está en el Santísimo sacramento
según la intención de cierto sacerdote, en un momento
Jesús me dio a conocer su bondad y me dijo: No le
daré por encima de sus fuerzas.
- + Al enterarme de ciertos sufrimientos y
dificultades que una persona enfrentaba en toda esta obra
de Dios, antes de la Santa Comunión pedí a Jesús que
me hiciera saber si acaso esos sufrimientos no hubieran
sido provocados por mi. Mi dulcísimo Jesús, Te suplico
por Tu infinita bondad y misericordia, permíteme saber
si en esta obra hay algo que no Te agrada, o si hay
alguna culpa mía. Si es así, Te ruego que al llegar a
mi corazón lo llenes de inquietud y me des a conocer Tu
descontento. Y si no hay culpa mía, afírmame en la paz.
Cuando recibí al Señor, mi alma fue llenada de una gran
paz y el Señor me comentó que la obra estaba puesta a
prueba, pero (11) con esto no era menos agradable a Dios.
Eso me alegró mucho, pero dupliqué mis oraciones para
que la obra saliera indemne del fuego de la prueba.
- Oh Jesús mío, qué bueno es estar en la
cruz, pero Contigo. Contigo, amor mío, mi alma está
continuamente tendida en la cruz y se llena de amargura.
El vinagre y la hiel rozan mis labios, pero está bien,
está bien que sea así, ya que tu Corazón divino,
durante toda la vida, siempre bebió amargura y a cambio
del amor recibiste la ingratitud. Estabas tan dolorido
que de Tus labios se escapó esta queja dolorosa con la
cual buscabas a quien Te consolara y no lo encontraste [391].
+ Mientras pedía al Señor que se dignara mirar cierta
alma que lucha sola contra muchas dificultades, en un solo
- instante el Señor me dijo que todos son
como el polvo bajo sus pies. Pues, no te aflijas, ves
que por si mismos ellos no pueden nada, y si les permito
parecer triunfar, lo hago por Mis impenetrables (12) designios.
Experimenté una gran serenidad al ver que todo
depende del Señor.
- + Cuando viene el capellán con el Señor
Jesús, hay momentos en los cuales me envuelve una muy
viva presencia de Dios y el Señor me muestra su santidad
y entonces veo el mas pequeño polvillo en mi alma y,
antes de cada Santa Comunión, desearía purificar mi
alma. Pregunté al confesor, y contestó que no es
necesario confesarme antes de cada Santa Comunión. La
Santa Comunión elimina estas pequeñeces y es una
tentación pensar en la confesión en el momento de
recibir la Santa Comunión. No he continuado explicando
más el estado de mi alma, porque no era mi director
espiritual sino sólo un confesor [392]. Y este
conocimiento no me ocupa tiempo por ser más rápido que
un relámpago, incendia en mí el amor, dejando el
conocimiento de mi misma&hellip..
- (13) + 20 II [1938]. Hoy, el Señor me
dijo: Necesito tus sufrimientos para salvar las almas.
Oh Jesús mío, haz conmigo lo que quieras. No he tenido
el valor de pedir a Jesús mayores sufrimientos, porque la noche
anterior sufrí tanto que no soportaría ni una gota más de lo
que el Mismo Señor Jesús me dio.
- Durante casi toda la noche tuve unos
dolores tan violentos que me parecía tener desgarradas
todas las entrañas. La medicina que había tomado la
vomité. Cuando me incliné al suelo, perdí el
conocimiento y así, con la cabeza apoyada (14) contra el
suelo, permanecí algún tiempo. Al volver en mi, me di
cuenta de que con todo el cuerpo cargaba sobre la cara y
la cabeza; empapada de vómitos, pensé que esto iba a
ser ya el final. La querida Madre Superiora y Sor
Tarcisia [393] trataban de ayudarme como podían. Jesús
pedía los sufrimientos y no la muerte. Oh Jesús mío,
haz conmigo lo que Te agrade. Dame solamente la fuerza
para sufrir. Si me sostiene Tu fuerza, aguantaré todo.
Oh almas, cuánto las amo.
- Hoy vino a verme una de las hermanas [394]
y me dijo: Hermana, tengo una sensación extraña, como
si algo me empujara a venir a verla y recomendarle
distintos asuntos míos antes de que usted muera, porque
usted los puede obtener y arreglar con Jesús; algo me
dice continuamente que usted hermana, lo puede obtener
para mi. Le he contestado sinceramente que si, que
sentía en el alma (15) que después de morir podré
obtener de Jesús mas que ahora. La recordaré, hermana,
delante de Su trono.
- Cuando entré un momento en el dormitorio
contiguo para visitar a las hermanas enfermas, una de las
hermanas me dijo: Hermana, cuando usted muera no le
tendré miedo en absoluto. Venga a verme después de
morir, porque quiero confiarle un secreto del alma para
que usted lo arregle con el Señor Jesús; yo sé que
usted lo puede obtener de Jesús para mí. Como habló en
público, le contesté de este modo: Jesús es muy
discreto, por lo tanto no revela a nadie los secretos que
existen entre Él y el alma.
- + Oh Señor mío, te agradezco por hacerme
semejante a Ti en el anonadamiento. Noto que mi envoltura
terrenal empieza a desmoronarse; estoy contenta de eso, (16)
porque ya dentro de poco me encontraré en la casa de mi
Padre.
- 27 II [1938]. Hoy me confesé con el Padre
A. [395], actué tal y como deseaba Jesús. Después de
la confesión una profunda luz inundó mi alma. Entonces
oí una voz: Y como eres una niña, permanecerás
junto a Mi Corazón; Me es más agradable tu sencillez
que las mortificaciones.
- Las palabras del Padre Andrasz: &ldquoVive
mas por la fe; reza para que la divina Misericordia se
difunda mas y que la obra esté en buenas manos, que la
dirijan bien. Tú procura ser aquí una buena religiosa
aunque pudiera ser como ya eres, pero procura ser aquí
una buena religiosa. Y ahora si sientes estas atracciones
divinas y conoces que es el Señor, síguelas. Dedica a
la oración todo el tiempo que está dedicado [a la
oración] y haz las anotaciones después de la oración&hellip.&rdquo
- (17) + Dos últimos días del carnaval.
Aumentaron mis sufrimientos físicos. Me uní mas
estrechamente al Salvador doliente pidiéndole
misericordia para el mundo entero, desenfrenado en su
maldad. Durante todo el día sentí el dolor de la corona
de espinas. Al acostarme no pude apoyar la cabeza en la
almohada; sin embargo, a las diez los dolores cesaron y
me dormí, pero al día siguiente me sentía agotada.
- + Oh Jesús Hostia, si Tú no me
sostuvieras, no sabría perseverar en la cruz, no
lograría soportar tantos sufrimientos, pero la fuerza de
Tu gracia me mantiene en un nivel mas elevado y hace
meritorios mis sufrimientos. Me das fuerza para avanzar
siempre y conquistar el cielo por asalto y tener amor en
el corazón por aquellos de los cuales recibo hostilidad
y desprecio. Con Tu gracia se puede todo.
1621 (18) 1 III 1938. Ejercicios espirituales de un día.
Durante la meditación he entendido que debo esconderme
en el Corazón de Jesús lo más profundamente posible.
Contemplar su dolorosa Pasión y penetrar en los sentimientos de
su divino Corazón que está lleno de misericordia para los
pecadores. Para impetrarles la misericordia me anonadaré en cada
momento, viviendo de la voluntad de Dios.
1622 Durante toda esta Cuaresma soy una hostia en Tus
manos, Jesús; sírvete de mí para que Tu Mismo puedas entrar en
los pecadores. Pide lo que quieras; ningún sacrificio me
parecerá demasiado grande cuando se trata de las almas.
- + A lo largo de todo este mes, la Santa
Misa y la Santa Comunión según la intención del Padre
Andrasz para que Dios le haga conocer aun mas
profundamente su amor y misericordia.
- Este mes me ejercitaré en tres virtudes
que me recomendó la Madre de Dios: en la humildad, (19)
la pureza y el amor de Dios, aceptando con profunda
sumisión la voluntad de Dios, todo lo que Él me envíe.
- 2 III [1938]. He empezado la santa
Cuaresma tal y como deseaba Jesús, abandonándome
plenamente a su santa voluntad y aceptando con amor todo
lo que me envíe. No puedo hacer mayores mortificaciones
por estar muy débil. La larga enfermedad ha agotado
completamente mis fuerzas. Me uno a Jesús a través del
sufrimiento. Cuando medito su dolorosa Pasión,
disminuyen mis sufrimientos físicos.
- El Señor me dijo: Te llevo a Mi
escuela por toda la Cuaresma; quiero enseñarte a sufrir.
Contesté: Contigo Señor, estoy preparada a todo. Y
escuché una voz: Puedes beber del cáliz del cual
bebo Yo; hoy te concedo este honor exclusivo.
- (20) Hoy sentí la Pasión de Jesús en
todo mi cuerpo y el Señor me hizo conocer la conversión
de ciertas almas.
- Durante la Santa Misa vi a Jesús tendido
en la cruz y me dijo: Discípula Mía, ten un gran
amor para aquellos que te hacen sufrir, haz el bien a
quienes te odian. Contesté: Oh Maestro mío, si Tú
ves que no les tengo el sentimiento del amor y eso me
entristece. Jesús me respondió: El sentimiento no
siempre está en tu poder; si tienes el amor lo
reconocerás por si tras experimentar disgustos y
contrariedades no pierdes la calma, sino que rezas por
aquellos que te han hecho sufrir y les deseas todo lo
bueno. Al volver [396] [&hellip]
+
- (21) JMJ
Soy una hostia en Tus manos,
Oh Jesús, Creador mío y Señor,
Silenciosa, escondida, sin hermosura
y sin encanto,
Porque
toda la belleza de mi alma
ha
sido reflejada en lo íntimo.
Soy una hostia en tus manos, oh divino Sacerdote,
Haz conmigo lo que te agrade.
Me abandono toda a Tu santa voluntad, Señor,
Porque ella es el deleite y el adorno de mi alma.
Soy en Tus manos, oh Dios, como una hostia blanca,
Te suplico, transfórmame en Ti,
Para que esté oculta en Ti completamente,
Encerrada en Tu Corazón misericordioso como en el cielo.
Soy en Tus manos como una hostia, oh Sacerdote eterno,
Que la hostia de mi cuerpo me oculte a los ojos humanos,
Que sólo Tus ojos valoren mi amor y mi abnegación,
Porque mi corazón siempre está unido a Tu Corazón
divino.
Soy en Tus manos, oh Mediador divino,
como una hostia expiatoria
Y ardo sobre el altar del holocausto,
(22) Molida y triturada por el sufrimiento como granos
de trigo,
Y todo por Tu gloria y por la salvación de las almas.
Soy una hostia que permanece en el tabernáculo de Tu
Corazón,
Camino por la vida sumergida en Tu amor
Sin temer nada en el mundo,
Porque Tu Mismo eres mi escudo, mi fuerza y mi defensa.
Soy una Hostia depositada en el altar de Tu Corazón,
Para arder del fuego de amor por todos los siglos,
Porque sé que me has elevado únicamente por Tu
misericordia.
Así pues, todos los dones y las gracias las convierto
para Tu gloria.
Soy una hostia en Tus manos, oh Juez y Salvador,
En la última hora de mi vida,
Que la omnipotencia de Tu gracia me lleve a la meta,
Que se distinga Tu piedad en el recipiente
de Tu misericordia.
- Oh Jesús mío, consolida las fuerzas de
mi alma para que el enemigo no gane nada. Sin Ti soy la
debilidad misma, sin Tu gracia no soy más que (23) el
abismo de miseria. La miseria es mi propiedad.
1631 Oh Herida de la Misericordia, Corazón de Jesús,
escóndeme en Tu profundidad como una gotita de Tu propia sangre
y no me dejes escapar de ella por la eternidad. Guárdame en tus
profundidades y Tu Mismo enséñame a amarte. Oh amor eterno, Tu
Mismo modela mi alma para que sea capaz de corresponder a Tu amor.
Oh Amor vivo, hazme capaz de amarte eternamente. Quiero
corresponder a Tu amor por la eternidad. Oh Cristo, una mirada
Tuya tiene para mí más valor que miles de mundos, que el cielo
entero. Tu, Señor, puedes hacer que mi alma sepa comprenderte en
toda la plenitud, [conocer] cómo eres. Yo sé y creo que Tu lo
puedes todo; si te has dignado darte a mi con tanta generosidad,
sé que puedes ser todavía mas generoso; introdúceme en una
intimidad Contigo hasta donde puede ser introducida la naturaleza
humana&hellip.
+
1632 (24) JMJ
Mis deseos son tan inconcebibles y tan grandes
Que nada es capaz de llenar el abismo de mi corazón.
Ni siquiera las más bellas criaturas escogidas del
mundo entero
Ni por un solo instante me sustituirían a Ti, oh Dios.
Con una sola mirada he penetrado el mundo entero en su
totalidad.
Y no he encontrado un amor semejante al de mi corazón,
He vuelto la mirada al mundo eterno, ya que éste es muy
pequeño para mí,
Mi corazón ha deseado el amor del Inmortal.
Mi corazón ha sentido que soy hija del Rey,
Que me encuentro en el destierro, en una tierra
extranjera,
He conocido que mi casa es un palacio celeste,
Sólo allí me sentiré como en mi propia patria.
Tú Mismo, oh Señor, has atraído mi alma hacia Ti.
Oh Soberano eterno, Tú Mismo Te has humillado hasta mí,
Dando a mi alma un conocimiento más profundo de Ti
Mismo.
Sé el misterio del amor por el cual me has creado.
El amor me ha hecho fuerte y valiente,
No tengo miedo ni de los Serafines ni del querubín que
vigila con la espada
Y paso libremente allí donde los demás tiemblan,
(25) Porque no hay de qué temer cuando el amor es el
guía.
Y, de repente, la mirada de mi alma se ha detenido en Ti,
Oh Señor Jesucristo tendido en la cruz,
He aquí mi amor con el que descansaré en la tumba,
He aquí mi Esposo, mi Señor y mi Dios inconcebible.
[A esta altura del manuscrito hay media página en
blanco] [397].
- (26) 10 III [1938]. Continuos sufrimientos
físicos. Estoy en la cruz con Jesús. En una ocasión la
Madre Superiora me dijo: Usted, hermana, carece de amor
al prójimo, porque como algo y luego sufre, perturbando
a las demás el descanso nocturno. Yo, sin embargo, tengo
la certeza de que estos dolores de las entrañas que
tengo no son provocados absolutamente por la comida, lo
mismo ha constatado el medico. Son unos dolores
orgánicos, o más bien una prueba de Dios. No obstante,
después de esa observación he tomado la decisión de
sufrir mas escondidamente y no pedir ayuda que de todas
formas es inútil, ya que vomito los remedios que tomo.
Un par de veces conseguí superar los ataques de los
cuales sabe sólo Jesús. Estos dolores son tan violentos
y fuertes que hasta quedo inconsciente. Tras su ataque,
cuando me desmayo y me cubro de sudor frió, entonces
empiezan a ceder poco a poco. A veces duran (27) hasta
tres horas o mas. Oh Jesús mío, que se haga Tu santa
voluntad, acepto todo de Tus manos. Si acepto los
éxtasis y los arrebatos de amor hasta olvidarme de lo
que sucede alrededor de mi, es también justo que acepte
con amor los sufrimientos que me quitan la lucidez de la
mente.
- Cuando vino el medico y yo no pude bajar
al locutorio como las demás hermanas, pedí que subiera
a verme porque no podía bajar por cierto impedimento. Un
momento después vino el medico a la celda y al
examinarme, dijo: Diré todo a la hermana enfermera.
Cuando vino la hermana enfermera, después de haberse
retirado el medico, le dije la razón por la cual no
había podido bajar al locutorio, pero ella me manifestó
su descontento. Y cuando le pregunté: Hermana, ¿qué ha
dicho el medico de mis dolores?, me contestó que no
había dicho nada, que no era nada. (28) Dijo que la
enferma está malhumorada, y se fue. Entonces dije a Dios:
Cristo, dame fuerza y fortaleza para sufrir, infunde en
mi corazón el amor puro a esta hermana. Luego, durante
toda la semana no me visitó ni por un momento. Sin
embargo, los dolores se repitieron con gran violencia y
duraron casi toda la noche y parecía que se acercaba el
fin. Las Superioras decidieron ir al otro medico y éste
constató que el estado era grave y me dijo: Es imposible
volver a una salud nueva. Se puede curar algo un poco
todavía, pero ya no se puede hablar de plena salud.
Recetó una medicina contra los dolores y después de
tomarla, los graves ataques no se repitieron. &ldquoPero
si usted, hermana, vuelve por aquí, trataremos de
mejorar su salud dentro de lo que todavía es posible.&rdquo
El medico insistió en que fuera allí a curarme. Oh
Jesús mío, qué misteriosos son Tus designios.
- Jesús me hace escribir todo esto (29)
para el consuelo de otras almas que serán expuestas, con
frecuencia, a semejantes sufrimientos.
- A pesar de sentirme muy débil, fui a
aquel medico, ya que tal era la voluntad de las
Superioras. La hermana que me acompañaba lo hacia de
mala gana. Me lo manifestó varias veces y por fin me
dijo: ¿Qué hacemos? No tengo dinero suficiente para el
taxi. No le contesté nada. Quizá no encontremos
carruaje. ¿Cómo haremos para recorrer este buen trecho
de camino? Ésas y muchas otras cosas las dijo
únicamente para inquietarme, porque las queridas
Superioras dieron dinero suficiente, y no faltaba. Al
conocer dentro de mi toda esta historia, me reí y dije a
aquella hermana que yo estaba completamente tranquila y
que tuviéramos confianza en Dios. Sin embargo conocí
que mi profunda calma la irritaba. Entonces me puse a
rezar según su intención.
- Oh Señor mío, todo esto (30) para Ti,
para impetrar misericordia a los pobres pecadores. Cuando
regresé estaba tan cansada que tuve que acostarme en
seguida; sin embargo era el día de la confesión
trimestral, traté de ir todavía a confesarme, porque
tenía la necesidad no sólo de la confesión sino
también de pedir consejo al director espiritual. Empecé
a prepararme, pero me sentía tan débil que decidí
pedir a la Madre Superiora el permiso de confesarme antes
de las novicias por sentirme débil [398]. La Madre
Superiora contestó: Busque, hermana, a la Madre Maestra
[399], si ella le permite confesarse antes de las
novicias, está bien. Pero quedaban sólo tres hermanas
para confesarse, por lo tanto esperé, tanto más que no
tenia fuerzas para buscar a la Madre Maestra. Pero cuando
entré en el confesionario me sentía tan mal que no
logré describir el estado de mi alma, apenas me confesé.
Conocí entonces cuánto se necesita (31) el espíritu [400];
la letra sola no hace crecer el amor.
- En el día de hoy han surgido ciertos
malentendidos entre la Superiora y yo. No ha sido su
culpa ni la mía; pero el sufrimiento moral ha quedado,
porque no pude aclarar el asunto por ser éste un secreto.
Por esto sufría, aunque con una sola palabra habría
podido revelar la verdad.
- 20 [III 1938]. Hoy he acompañado
espiritualmente a cierta alma agonizante. Le he obtenido
la confianza en la Divina Misericordia. Aquella alma
estaba al borde de la desesperación.
- Esta noche la conoces sólo Tu, oh Señor.
La he ofrecido por los pobres pecadores empedernidos para
impetrar Tu misericordia para ellos. Despedázame aquí,
quémame aquí, con tal de que me des las almas de los
pecadores y especialmente&hellip. Oh Jesús, Contigo
nada va perdido; Tú tienes todo, dame las almas&hellip
de los pecadores.
- (32) En la adoración durante el oficio de
las &ldquoCuarenta horas&rdquo, el Señor me dijo:
Hija Mía, escribe que las culpas involuntarias de las
almas no retienen Mi amor hacia ellas ni Me impiden
unirme a ellas; sin embargo las culpas, aunque sean las
mas pequeñas, pero voluntarias, frenan Mis gracias y a
tales almas no las puedo colmar de Mis dones.
- + Jesús me ha dado a conocer que todo
depende de su voluntad, dándome una profunda serenidad
respecto a toda esta obra.
- Escucha, hija Mía, aunque todas las
obras que surgen por Mi voluntad están expuestas a
grandes sufrimientos, sin embargo considera si alguna de
ellas estuvo expuesta a mayores dificultades que la obra
directamente Mía la obra de la Redención. No debes
preocuparte demasiado por contrariedades. El mundo no es
tan fuerte como parece, su fuerza es estrictamente
limitada. Has de saber, hija Mía, que si tu alma está
llena del fuego de Mi puro amor, entonces todas las
dificultades desaparecen como la niebla bajo el rayo del
sol y tienen miedo de atacar tal alma, y todos los
adversarios temen meterse con ella, porque sienten que
esa alma es mas fuerte que el mundo entero&hellip.
- Hija Mía, en toda esta obra de la
misericordia haz tanto cuanto te lo permita la obediencia,
pero presenta claramente al confesor hasta el mas
pequeño de Mis deseos y no puedes sustraerte de lo que
él decida, sino que debes cumplirlo fielmente, de otro
modo Yo no tendría mas Mi complacencia en ti&hellip.
- 25 III [1938]. Hoy vi a Jesús doliente
que se inclinó sobre mí y dijo murmurando
silenciosamente: Hija Mía, ayúdame a salvar los
pecadores. De súbito entró en mi alma un fuego de
amor por la salvación de las almas. Cuando volví en mi,
sabia (34) cómo salvar las almas y me preparé a mayores
sufrimientos.
- + Hoy [401] los dolores han aumentado,
además he sentido las heridas en las manos, los pies y
al costado; los he soportado con paciencia. He sentido la
rabia del enemigo de las almas, pero no me ha tocado.
- 1 IV [1938]. Hoy me siento pero otra vez.
La fiebre alta empieza a consumirme. No puedo tomar
alimentos, deseaba beber algo para reanimarme, pero
resultó que ni siquiera había agua en mi botellón. Oh
Jesús, todo para impetrar misericordia para las almas.
Apenas había renovado la intención con más amor,
entró una de las novicias y me dio una naranja grande mandada
por la Madre Maestra. He visto en ello el dedo de Dios. Eso se ha
repetido unas cuantas veces. (35) En aquel tiempo, aunque se
sabia de mis necesidades, sin embargo nunca recibí nada de comer
que me fortificara, a pesar de haberlo pedido, pero yo sabia que
Dios exigía sufrimientos y sacrificios. No describo con detalles
esas negativas, porque son muy delicadas y difíciles de creer,
pero Dios puede pedir sacrificios también de esta clase.
- Una vez quise decir a la Madre Superiora
que tenía una gran sed y pedir que me permitiera tener
en la celda algo para apagar esa sed [402], pero antes de
pedírselo, fue la Madre misma que comenzó a decir:
Hermana, que esta enfermedad termine de una vez, de un
modo o de otro. Usted tendrá que someterse a un
tratamiento o a no sé qué, pero así no puede continuar.
Cuando un momento después me quedé sola, dije: Cristo
¿qué hacer? ¿Pedirte la salud o la muerte? Sin tener
una orden clara me arrodillé y dije: Que se haga de mi
según Tu santa voluntad, Jesús, haz conmigo lo que Te (36)
agrade. En aquel momento me sentí como si estuviera sola
y me atacaron distintas tentaciones, sin embargo en una
oración ferviente encontré d y luz, y conocí que la
Superiora solamente me había puesto a prueba.
- No sé como pudo ser que la habitación
donde me encontraba, estaba muy descuidada, y a veces no
la limpiaban nada durante más de dos semanas. Muchas
veces nadie encendía la estufa y por esa razón mi tos
aumentaba. A veces pedía, y otras veces me faltaba el
valor para pedirlo. Una vez, cuando me visitó la Madre
Superiora y preguntó si seria, quizá, que calentaran
mas, contesté que no, porque ya hacia calor afuera y
teníamos la ventana abierta.
- El primer viernes del mes. Cuando tomé en
las manos &ldquoEl Mensajero del Corazón de Dios&rdquo
[403] y leí sobre la canonización de San Andrés Bobola,
de repente mi alma fue invadida (37) por un gran deseo de
que también en nuestra casa hubiera una santa y rompí a
llorar como una niña pequeña. Y el Señor Jesús me
dijo: No llores, tú la eres. Entonces la luz
divina inundó mi alma y se me dio a conocer cuánto
sufriría y dije al Señor: ¿Cómo va a ser esto si me
has hablado de otra Congregación? Y el Señor me
contestó: No es tu asunto saber cómo sucederá esto,
sino el de ser fiel a Mi gracia y hacer siempre lo que
está en tu poder y lo que te permite la obediencia&hellip..
- + Hoy entró en mi [habitación] una de
las hermanas y me dijo que cierta hermana se mimaba en su
enfermedad y agregó que eso la irritaba tanto que con
gusto le diría lo que pensaba de ella, pero no era de
ese convento. Le contesté que eso me había sorprendido
mucho: ¿Cómo usted, hermana, puede pensar así? fíjese
solamente ¿cuántas noches sin dormir tiene esa hermana
y cuántas lagrimas?...... La hermana cambió entonces su
manera de pensar.
- +
(38) JMJ
Alma mía, adora la misericordia del Señor,
Corazón mío, goza en Él plenamente,
Ya que has sido elegida por Él
Para difundir la gloria de su misericordia.
Nadie ha penetrado ni nadie logrará medir su bondad,
Su compasión es incalculable,
La experimente cada alma que se acerca a Él,
Él la protegerá y la estrechará a su seno
misericordioso.
Feliz el alma que ha confiado en Tu bondad
Y se ha anonadado plenamente a Tu misericordia,
Esa alma está llena de la serenidad del amor,
La defiendes en todas partes como a Tu niño.
Oh alma, quienquiera que seas tú en el mundo,
Aunque tus pecados sean negros como la noche,
No tengas miedo de Dios, tú, el niño débil,
Porque es grande el poder de la Divina Misericordia.
+
- (39) JMJ
Hacia la luz excelsa, donde reina mi Dios,
Se lanza mi alma,
Aspira mi corazón
Y todo mi ser se eleva hacia Ti.
Aspiro al mas allá, a Dios Mismo,
A la luz inconcebible, el ardor mismo del amor,
Porque mi alma y mi corazón han sido creados para Él
Y mi corazón lo ha amado desde la primera juventud.
Allá, en los destellos de la luz de Tu rostro
Descansará mi amor lleno de añoranza,
Realmente, una virgen en destierro agoniza por Ti,
Porque ella vive cuando está unida a ti.
+
JMJ
Mi día ya está por terminar,
Ya siento Tus eternos reflejos, oh Dios,
Nadie sabrá lo que siente mi corazón,
Mi boca callará en gran humildad.
(40) Ya voy a las bodas eternas,
Al cielo eterno, al espacio inconcebible,
No suspiro por el descanso ni por el premio,
Me atrae al cielo el puro amor de Dios.
Ya voy al encuentro Contigo, Amor eterno,
Con el corazón ansioso que Te desea.
Siento que Tu puro amor, oh Dios, habita en mi corazón
Y siento que mi destino eterno está en el cielo.
Ya voy a mi Padre, al cielo eterno,
Del destierro, de este valle de lagrimas.
La tierra no es capaz de retener más mi corazón puro,
Las alturas del cielo me han atraído a sí.
Ya voy, oh Esposo mío, para ver Tu gloria,
Que ya ahora llena mi alma de alegría,
Donde todo el cielo se sumerge en tu adoración.
Siento que mi adoración Te es agradable, aunque soy
nada.
En la felicidad eterna no olvidaré a los hombres en la
tierra,
Impetraré la misericordia de Dios para todos,
(41) Y recordaré especialmente a quienes fueron
queridos de mi corazón.
Ni la más profunda sumersión en Dios me impedirá
recordarles.
En estos últimos momentos no sé hablar con los hombres,
En silencio Te espero sólo a Ti, oh Señor.
Sé que llegará el momento cuando todos reconozcan
la obra de Dios en mi alma,
Sé que ésta es Tu voluntad, y así sucederá.
+
JMJ
1654 ¡Oh verdad, oh vida sembrada de espinas!
Para pasar por Ti victoriosamente
Hay que apoyarse en ti, oh Cristo,
Y estar siempre cerca de Ti.
Sin Ti, oh Cristo, no sabría sufrir,
De por mi no sabría afrontar las contrariedades,
Sola, no tendría el valor de deber de Tu cáliz,
Pero Tú, Señor, siempre estás conmigo y me guías
Por caminos misteriosos
Y yo, una niña débil, he comenzado a luchar en Tu
nombre
He luchado con valor, aunque a veces sin éxito,
(42) Y sé que Te han sido agradables mis esfuerzos,
Y sé que recompensas eternamente sólo el esfuerzo.
¡Oh verdad, oh lucha a vida y a muerte!
Al emprender la lucha como un oficial inexperto,
He sentido que tenía sangre de guerrero, pero era
todavía una niña,
Por eso, oh Cristo, necesitaba Tu ayuda y Tu defensa.
Mi corazón no descansará del esfuerzo ni de la lucha,
Hasta que Tu Mismo no me llames del campo de batalla.
Me presentaré delante de Ti no por la recompensa ni los
honores
Sino para sumergirme en Ti por la eternidad en la paz.
1655 + Oh Cristo, si el alma conociera de una vez todo
lo que sufrirá a lo largo de toda su vida, moriría de espanto
después de conocerlo, no acercaría a los labios el cáliz de la
amargura. Pero como le es dado dota a gota, lo vacía hasta el
fondo. Oh Cristo, si Tu Mismo no sostuvieras al alma, ¿qué
podría [hacer] por si misma? Somos fuertes, pero con Tu fuerza;
somos santos, pero con tu santidad; y solos, ¿qué somos? menos
que la nada&hellip.
- (43) + Jesús mío, Tu me bastas por todo
en el mundo. Aunque los sufrimientos son grandes, Tú me
sostienes. Aunque los abandonos son terribles, Tú me los
endulzas. Aunque la debilidad es grande, Tú me la
conviertes en fuerza. No sé describir todo lo que sufro;
y lo que he escrito hasta ahora es apenas una gota. Hay
momentos de sufrimientos que yo, de verdad, no sé
describir. Pero hay en mi vida también momentos cuando
mi boca calla y no tiene ni una sola palabra en su
defensa y se somete totalmente a la voluntad de Dios, y
entonces el Señor Mismo me defiende e interviene en mi
favor y su intervención se puede ver incluso por fuera.
Sin embargo, cuando advierto sus mayores intervenciones
que se manifiestan como castigos, entonces le suplico
ardientemente misericordia y perdón. Pero no siempre soy
escuchada. El Señor procede conmigo de modo misterioso.
Hay momentos en que Él Mismo permite terribles
sufrimientos, pero también hay momentos cuando no me
permite sufrir y elimina todo (44) lo que pudiera
entristecer mi alma. He aquí Sus caminos impenetrables e
incomprensibles para nosotros; nuestro deber es
someternos siempre a su santa voluntad. Hay misterios que
la mente humana jamás logrará penetrar aquí en la
tierra, nos los revelará la eternidad.
- 10 IV [1938] Domingo de Ramos. Estuve en
la Santa Misa, pero no tuve fuerza para ir a buscar la
palma [404]. Me sentía tan débil que apenas pude
resistir durante el tiempo de la Santa Misa. A lo largo
de la Santa Misa Jesús me dio a conocer el dolor de su
alma y sentí claramente como los himnos Hosanna resonaban
dolorosamente en su Sagrado Corazón. También mi alma
fue inundada de un mar de amargura y cada Hosanna me
traspasaba el corazón por completo. Toda mi alma fue
atraída a la cercanía de Jesús. Oí la voz de Jesús: Hija
Mía, tu compasión de Mi es un alivio para Mi, tu alma
adquiere una belleza particular meditando Mi Pasión.
- (45) Recibí la Santa Comunión arriba,
porque no me fue posible bajar a la capilla, ya que
estaba muy debilitada por haber sudado fuertemente y
cuando los sudores pasaron, vinieron los escalofríos y
la fiebre. Me sentía extremadamente débil. Hoy nos ha
traído la Santa Comunión uno de los Padres jesuitas [405].
Cuando dio el Señor a tres hermanas y luego a mi, pensé
que era la ultima y por eso me ha dado dos Hostias, pero
faltó para una de las novicias que estaba en otra celda.
El sacerdote fue otra vez y le llevó al Señor; sin
embargo Jesús me dijo: Entro en ese corazón con
renuencia; recibiste dos Hostias, porque demoro en llegar
a esa alma que se opone a Mi gracia. No me agrada ser
huésped de tal alma. En aquel momento mi alma fue
atraída a su cercanía y recibí una profunda luz
interior que me permitió comprender profundamente toda [la
obra] de la misericordia. Fue un relámpago, pero más
evidente que si lo hubiera observado durante horas
enteras con los ojos del cuerpo.
1659 (46) Pero, para escribir cualquier cosa, tengo que
usar palabras, aunque ellas no reflejan plenamente aquello con lo
cual mi alma gozó viendo la gloria de la Divina Misericordia. La
gloria de la Divina Misericordia ya resuena a pesar de los
esfuerzos de los enemigos y de Satanás mismo que odia muchísimo
la Divina Misericordia; como esta obra le arrebatará un gran
numero de almas, el espíritu de las tinieblas tienta a veces
violentamente a personas buenas para que obstaculicen esta obra.
Sin embargo, conocí claramente que la voluntad de Dios ya se
está cumpliendo, y se cumplirá hasta el último detalle. Los
más grandes esfuerzos de los enemigos no frustrarán ni siquiera
el más pequeña detalle de lo que el Señor ha establecido. No
importa que haya momentos en los cuales esta obra parece
completamente destruida; es entonces cuando ella se consolida.
1660 Mi alma ha sido colmada de una paz tan profunda
como nunca antes. Es una seguridad que viene de Dios y que no se
deja borrar por nada, es una profunda paz, que no se deja turbar
por nada, aunque (47) yo tuviera que pasar las mayores pruebas.
Estoy tranquila, Dios Mismo lo dirige todo.
- Durante el día entero permanecí en
acción de gracias y el agradecimiento me inundó el alma.
Oh Dios, qué bueno eres, qué grande es Tu misericordia.
Con Tus grandísimas gracias me visitas a mí, el más
miserable polvo que soy. Cayendo de bruces a Tus pies, oh
Señor, reconozco con toda la sinceridad de mi corazón
que no me he merecido ni la mas pequeña de Tus gracias y
si Tu Te das a mi tan generosamente es sólo por Tu
bondad inconcebible; por eso cuanto mas grandes son las
gracias que mi corazón recibe, tanto mayor es la
humildad en la cual se sumerge.
- + Oh Cristo, sufrir por Ti es un deleite
para el corazón y para el alma. ¡Prolónguense,
sufrimientos míos, al infinito para que pueda darte un
testimonio de mi amor. Acepto todo lo que Tu mano me
ofrece. Me basta Tu amor, oh Jesús. Te glorificaré en
el abandono y en las tinieblas, en los tormentos y en el
temor, (48) en los dolores y en la amargura, en los
tormentos del alma y en la amargura del corazón en todo
seas glorificado. Mi corazón está tan despegado de la
tierra que Tú solo me bastas plenamente. Ya no hay ni un
momento en mi vida para ocuparme de mi misma.
- Jueves Santo [406]. Hoy me he sentido
bastante fuerte para poder participar en las ceremonias
en la iglesia. Durante la Santa Misa se presentó [Jesús]
y me dijo: Mira Mi Corazón lleno de amor y de
misericordia que tengo por los hombres y especialmente
por los pecadores. Mira y medita sobre Mi Pasión. En
un instante experimenté y viví toda la Pasión de
Jesús en mi corazón extrañándome de que estas
torturas no me hubieran quitado la vida.
1664 Durante la adoración Jesús me dijo: Hija Mía,
has de saber que tu amor vivo y tu compasión que tienes de Mi,
Me fueron un consuelo en el Huerto de los Olivos.
1665 (49) Por la noche, durante la Hora Santa oí estas
palabras: Ves Mi misericordia por los pecadores que ahora se
manifiesta en todo su poder. Mira lo poco que has escrito de ella,
es apenas una gota. Haz lo que esté en tu poder para que los
pecadores conozcan Mi bondad.
1666 Viernes Santo. Vi al Señor Jesús martirizado,
pero no clavado a la cruz, antes de la crucifixión y me dijo:
Tú eres Mi corazón, habla a los pecadores de Mi misericordia.
Y el Señor me mostró interiormente todo el abismo de su
misericordia por las almas y conocí que lo que había escrito
era, verdaderamente, una gota.
1667 Sábado Santo. Durante la adoración el Señor me
dijo: Quédate tranquila, hija Mía, esta obra de la
misericordia es Mía, no hay nada tuyo en ella. Me agrada que
estés cumpliendo fielmente lo que te he recomendado, no has
agregado ni has quitado una sola palabra. Y me dio la luz
interior y (50) conocí que no había ni una palabra mía; a
pesar de las dificultades y las adversidades siempre, siempre
cumplí su voluntad que había conocido.
1668 Misa de Resurrección. Antes de la Misa de
resurrección me sentí tan débil que perdí la esperanza de
poder participar en la procesión que se hacia en la iglesia y le
dije al Señor Jesús, si Te son agradables mis oraciones,
fortaléceme para ese momento para que pueda tomar parte en la
procesión. En aquel mismo instante me sentí fuerte y segura de
poder ir junto con las hermanas.
1669 Cuando la procesión salió, vi a Jesús en un
resplandor más grande que el brillo del sol. Jesús me miró con
amor y dijo: Corazón de Mi Corazón, llénate de alegría. En
aquel mismo instante mi espíritu se sumergió en Él&hellip.
Al volver en mi, estaba andando en la procesión con las hermanas,
toda mi alma estaba sumergida en Él&hellip.
1670 (51) + Pascua. Durante la Santa Misa agradecí al
Señor Jesús por haberse dignado redimirnos y por este don mas
grande, es decir por haberse dignado ofrecernos su amor en la
Santa Comunión, o sea a Si Mismo. En aquel mismo instante fui
atraída al seno de la Santísima Trinidad y fui sumergida en el
amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Es difícil
describir estos momentos.
1671 En aquel momento rogué al Señor por cierta
persona y el Señor me contestó: Aquella alma Me es
particularmente querida. Me alegré de ello enormemente. La
felicidad de otras almas me llena de una nueva alegría y al
percibir en un alma algunos dones elevados, mi corazón asciendo
al Señor con una nueva adoración.
1672 19 IV [1938]. Durante el recreo una de las hermanas
[407] dijo: Sor Faustina está tan miserable de salud que apenas
anda, mejor que muera cuanto antes, porque será santa. Entonces
una de las hermanas directoras dijo: Sabemos que morirá, pero si
será santa, es otra cosa. Empezaron comentarios mordaces (52) al
respecto. Yo callaba; dije una palabra, pero al notar que la
conversación empeoraba, volví a callar.
- Actualmente recibo cartas de las hermanas
que están en otras casas y con las cuales estuve en el
noviciado [408]. A veces me hacen reír mucho y me
divierten. Son de esta clase: &ldquoQuerida Sor
Faustina, lamentamos mucho de que esté tan gravemente
enferma, pero nos alegramos mucho de que cuando el Señor
Jesús la lleve, usted, hermana, rezará por nosotras,
porque usted puede mucho ante el Señor.&rdquo Una de
las hermanas se expresó de este modo: &ldquoCuando
usted muera, hermana, rodéeme de su protección especial,
ya que me lo podrá hacer seguramente.&rdquo Una de
las hermanas se expresó así: &ldquoYo espero con
impaciencia que el Señor Jesús la lleve, ya que sé lo
que sucederá y deseo mucho la muerte para usted, hermana.&rdquo
Quise preguntarle qué era lo que pensaba de mi muerte, (53)
pero me mortifiqué y contesté: De mi, pecadora, será
lo mismo que de todos los pecadores, si la misericordia
de Dios no me protege.
- 20 IV [1938]. Salida a Pradnik [409].
Estaba muy preocupada porque iba a estar en una sala
común y expuesta a varias cosas; si fuera una semana o
dos, pero se trataba de un tiempo tan largo, dos meses o,
quizás, mas. Por la noche fui a hablar más tiempo con
el Señor Jesús. Cuando vi a Jesús, le abrí todo mi
corazón, le expuse todas las dificultades, miedos y
temores. Jesús me escuchó con amor y luego dijo: Quédate
tranquila, niña Mía, Yo estoy contigo, va con la mayor
calma. Todo está preparado, he ordenado, del modo que Me
es propio, preparar para ti una habitación aislada.
Tranquilizada, llena de gratitud, fui a descansar.
- Al día siguiente me acompañó Sor
Felicia [410]. Fui con una profunda serenidad y libertad
de espíritu. (54) Cuando llegamos, nos dijeron que
había una habitación aislada para Sor Faustina. Cuando
entramos en esa habitación nos sorprendimos al ver que
todo estaba preparado con esmero, muy limpio, cubierto de
manteles, adornado con flores, en la mesilla de noche las
hermanas [411] pusieron un bonito cordero pascual. En
seguida vinieron tres Hermanas del Sagrado Corazón [412]
que trabajan en ese sanatorio, mis viejas conocidas, y me
recibieron afectuosamente. Sor Felicia estaba sorprendida
con todo esto, nos despedimos cordialmente y se fue.
Cuando me quedé sola, a solas con el Señor Jesús, le
agradecí por esta gran gracia. Jesús me dijo: Quédate
tranquila, Yo estoy contigo. Cansada, me dormí. Por
la noche vino la hermana [413] que me iba a asistir.
- Mañana usted, hermana, no tendrá al
Señor Jesús porque está muy cansada y luego veremos
cómo será. Eso me dolió muchísimo, pero contesté con
gran calma: Está bien. Abandonándome completamente (55)
al Señor traté de dormir. Por la mañana hice la
meditación y me preparé para la Santa Comunión, aunque
no iba a recibir al Señor Jesús. Cuando mi anhelo y mi
amor llegaron al punto culminante, de repente, junto a mi
cama vi a un Serafín que me dio la Santa Comunión
diciendo estas palabras: He aquí el Señor de los
ángeles. Cuando recibí al Señor, mi espíritu se
sumergió en el amor de Dios y en el asombro. Eso se
repitió durante 13 días, sin tener yo la certeza de que
al día siguiente me la trajera, pero abandonándome a
Dios, tenía confianza en su bondad; sin embargo ni
siquiera me atrevía pensar si al día siguiente
recibiría la Santa Comunión de este modo.
El Serafín estaba rodeado de una gran claridad, se
transparentaba la divinización, el amor de Dios. Llevaba una
túnica dorada y encima de ella un sobrepelliz transparente y una
estola transparente. El cáliz era de cristal, cubierto de un
velo transparente. Apenas me dio al Señor, desapareció.
- Una vez, cuando tenia cierta duda que se
había despertado en mi poco antes de la Santa Comunión,
(56) de repente se presentó nuevamente el Serafín con
el Señor Jesús. Yo, sin embargo, pregunté al Señor
Jesús y sin recibir la respuesta, dije al Serafín: ¿Me
confesarás? Y él me contestó: Ningún espíritu en
el cielo tiene este poder. En ese mismo instante la
Santa Hostia se posó en mis labios.
- El domingo la hermana que me cuidaba dijo:
Bueno, hoy el sacerdote le traerá al Señor Jesús. Le
contesté: Está bien; y me lo trajo. Algún tiempo
después recibí el permiso de levantarme de la cama.
Así pues iba a la Santa Misa y a visitar al Señor.
- Después del primer examen el medico [414]
constató que el estado era grave. Sospecho, hermana, que
se trate de aquello por lo cual usted pregunta, pero,
bueno, Dios todopoderoso lo puede todo.
Al entrar en mi habitación aislada, me sumergí en una
oración de agradecimiento por todo lo que el Señor me había
enviado a lo largo de toda la vida, sometiéndome completamente a
su santísima voluntad. Un abismo de alegría y de paz inundó mi
alma. (57) Sentía una paz tan profunda que si en aquel momento
hubiera venido la muerte no le habría dicho espera, porque
todavía tengo asuntos por arreglar. No, la hubiera saludado con
alegría, porque estoy preparada para el encuentro con el Señor
no sólo desde hoy, sino desde el momento en que confié
completamente en la Divina Misericordia, abandonándome
plenamente a su santísima voluntad, llena de misericordia y de
compasión. Sé lo que soy de por mi&hellip..
- Domingo in Albis. Hoy me he ofrecido al
Señor nuevamente como victima de holocausto por los
pecadores. Jesús mío, si ya está acercándose el fin
de mi vida, Te suplico con la mayor humildad, acepta mi
muerte en unión Contigo como un sacrificio de holocausto
que hoy Te ofrezco con toda conciencia y pleno
consentimiento de la voluntad, por el triple fin:
Primero: que la obra de Tu misericordia se difunda en el
mundo entero y que la Fiesta de la Divina Misericordia sea
solemnemente aprobada y celebrada.
(58) Segundo: que los pecadores y especialmente las
almas agonizantes recurran a Tu misericordia obteniendo los
indecibles frutos de esta misericordia.
Tercero: que toda la obra de Tu misericordia sea
realizada según Tus deseos y por cierta persona que dirige esta
obra&hellip.
Acepta, oh piadosísimo Jesús, mi pobre ofrenda que hoy
Te hice en presencia del cielo y de la tierra. Que Tu Sagrado
Corazón, lleno de misericordia, supla lo que le falta y la
ofrezca a Tu Padre por la conversión de los pecadores. Tengo sed
de almas, oh Cristo.
- + En aquel momento me penetró la luz
divina y me sentí la propiedad exclusiva de Dios y
sentí la máxima libertad de espíritu de la que antes
no tenia ni idea; y en aquel mismo instante vi la gloria
de la Divina Misericordia y la muchedumbre inconcebible
de almas que glorificaban su bondad Mi alma se sumergió
totalmente en Dios y oí estas palabras: Tu eres Mi
hija muy querida. La viva presencia de Dios duró
todo el día.
- (59) + 1 V [1938]. Esta noche Jesús me
dijo: Hija Mía, ¿no te falta nada? Contesté: Oh
Amor mío, cuando te tengo a Ti, tengo todo. Y el Señor
a su vez contestó: Si las almas se abandonaron
totalmente a Mí, Yo Mismo Me encargaría de
santificarlas y las colmaría de gracias aun mayores. Hay
almas que frustran Mis esfuerzos, pero no Me desanimo;
siempre que se dirigen a Mí, Me apresuro a ayudarlas,
protegiéndolas con Mi misericordia y les doy el primer
lugar en Mi compasivo Corazón.
- Escribe para las almas de los
religiosos que es Mi deleite venir a sus corazones en la
Santa Comunión, pero si en sus corazones está alguien.
Yo no puedo soportarlo y salgo de ellos cuanto antes
llevándome todos los dones y las gracias que les he
preparado y tal alma ni siquiera se da cuenta de Mi
salida. Después de algún tiempo, el vacío interior y
el descontento le llamarán la atención. Oh, si entonces
se dirigiera a Mí, (60) la ayudaría a limpiar el
corazón, realizaría todo en su alma, pero sin su
conocimiento y consentimiento no puedo administrar en su
corazón.
1684 + Me relaciono a menudo con almas agonizantes
impetrando para ellas la misericordia de Dios. Oh, qué grande es
la bondad de Dios, mas grande de lo que nosotros podemos
comprender. Hay momentos y misterios de la Divina Misericordia de
los cuales se asombran los cielos. Que callen nuestros juicios
sobre las almas, porque la Divina Misericordia es admirable para
con ellas.
(61) Hoy, durante la Hora Santa pedí al Señor Jesús
que se digne instruirme sobre la vida interior.
1685 Jesús me contestó: Hija Mía, observa
fielmente las palabras que te voy a decir: no valores demasiado
ninguna cosa exterior, aunque te parezca muy preciosa. Olvídate
de ti misma y permanece continuamente Conmigo. Confíame todo y
no hagas nada por tu cuenta y tendrás siempre una gran libertad
de espíritu; ninguna circunstancia ni acontecimiento llegará a
turbártela. No prestes mucha atención a lo que dice la gente,
deja que cada uno te juzgue según le guste. No te justifiques,
eso no te causará daño. Dalo todo a la primera alusión de
petición, aunque fueran las cosas más necesarias; no pidas nada
sin consultarme. Deja que te quiten incluso lo que te mereces; la
estima, el buen nombre; que tu espíritu esté por encima de todo
esto. Y así liberada de todo, descansa junto a Mi Corazón, no
permitas que nada turbe tu paz. Discípula, analiza (62) las
palabras que te he dicho.
- Oh Amor mío, mi Maestro eterno, qué
bueno es obedecer, porque [con la obediencia] entra en el
alma la fortaleza y la fuerza para obrar.
1687 Hoy vi al Señor Jesús crucificado. De la herida
de su Corazón caían perlas preciosas y brillantes. Veía que
muchísimas almas recogían estos dones, pero había allí un
alma que estaba mas cerca de su Corazón y ella recogía con gran
generosidad no solamente para si, sino también para otros
conociendo la grandeza del don. El Salvador me dijo: He aquí
los tesoros de las gracias que fluyen sobre las almas, pero no
todas las almas saben aprovecharse de Mi generosidad.
1688 Hoy el Señor me dijo: Hija Mía, observa Mi
Corazón misericordioso y reproduce su compasión en tu corazón
y en tus acciones, de modo que tú misma, que proclamas al mundo
Mi misericordia, seas inflamada por ella.
- (63) 8 V [1938]. Hoy vi dos pilares muy
grandes clavados en la tierra, uno lo había plantado yo
y el otro, cierta persona, Sor M., con un inaudito
esfuerzo, fatiga y empeño. Y al plantar aquel pilar yo
misma me extrañé de dónde había sacado tanta fuerza.
Y supe que no lo había hecho con mis propias fuerzas,
sino con el vigor [que me fue dado] de lo alto. Estos dos
pilares estaban muy cerca uno del otro, a distancia de
esta imagen y he visto esta imagen colgada en estos dos
pilares, muy alto. En un solo instante surgió un gran
templo de estos dos pilares, tanto la parte interior como
la exterior. Percibí una mano que daba el último toque
al templo, pero no vi a la persona. Una gran multitud de
personas estaba fuera y dentro del templo y los torrentes
que salían del piadosísimo Corazón de Jesús se
derramaban sobre todos.
- Hoy, después de la Santa Comunión,
Jesús me dijo: Hija Mía, dame almas; has de saber
que tu misión es (64) la de conquistarme almas
con la oración y el sacrificio, animándolas a la
confianza en Mi misericordia.
- Oh, cuánto deseo la gloria de Tu
misericordia. Para mi la amargura y el sufrimiento.
Cuando veo la gloria de Tu misericordia, estoy
desmesuradamente feliz. Que caigan sobre mi toda deshonra,
humillación y degradación, con tal de que resuene la
gloria y el culto a Tu misericordia, a mi esto me basta.
- El creador y la criatura
Te adoro, Creador y Señor, oculto en el Santísimo
Sacramento. Te adoro por todas las obras de Tus manos, en las
cuales se me revela tanta sabiduría, bondad y misericordia. Oh
Señor, has esparcido tanta belleza sobre la tierra y ella me
habla de Tu belleza, aunque es sólo un pálido reflejo de Ti,
belleza incomprensible. Y aunque Te has escondido y ocultado, y
has ocultado (65) Tu belleza, mi ojo, iluminado por la fe, llega
hasta Ti y mi alma reconoce a su Creador, a su Bien supremo y mi
corazón se sumerge completamente en una plegaria de adoración.
Creador y Señor mío, Tu bondad me animó a conversar
Contigo. Tu misericordia hace que desaparezco el abismo que
separa al creador de la criatura. Hablar Contigo, oh Señor, es
el deleite de mi corazón. En Ti encuentro todo lo que mi
corazón puede desear. Aquí Tu luz ilumina mi mente
permitiéndole conocerte a Ti cada vez mas profundamente. Aquí
torrentes de gracias fluyen sobre mi corazón, aquí mi alma
obtiene la vida eterna. Oh Creador y Señor mío, además de
ofrecerme estos dones, Tu Mismo Te entregas a mí y Te unes
íntimamente a Tu criatura miserable. Aquí nuestros corazones se
entienden sin buscar palabras; aquí nadie es capaz de
interrumpir nuestra conversación. Aquello de lo cual hablo
Contigo, oh Jesús, es nuestro secreto que otras criaturas (66)
desconocerán y por el cual los ángeles no se atreven a
preguntar. Son los perdones secretos que conocemos sólo Jesús y
yo, es el misterio de su misericordia que abraza a cada alma
individualmente. A causa de esta inconcebible bondad Tuya. Te
adoro, oh Creador y Señor, con todo mi corazón y toda mi alma.
Esta adoración mía es muy miserable e insignificante, no
obstante estoy serena, porque sé que Tu sabes que es sincera
aunque tan imperfecta&hellip..
- Mientras escribía las palabras antedichas,
vi al Señor Je3sus inclinado sobre mí, y me preguntó: Hija
Mía, ¿qué estás escribiendo? Contesté: Escribo
sobre Ti, oh Jesús, sobre Tu presencia oculta en el
Santísimo Sacramento, sobre Tu amor inconcebible y Tu
misericordia hacia los hombres. Y Jesús me dijo: Secretaria
de Mi mas profundo misterio, has de saber que estás en
confidencia exclusiva Conmigo; tu misión es la de
escribir todo lo que te hago conocer sobre Mi
misericordia para el provecho de aquellos que leyendo (67)
estos escritos, encontrarán en sus almas consuelo y
adquirirán valor para acercarse a Mi. Así, pues, deseo
que todos los momentos libres los dediques a escribir.
Oh Señor, ¿tendré siempre al menos un breve momento
para anotar algo? Y Jesús me contestó: No es cosa
tuya pensar en esto, haz solamente lo que puedas; Yo
dispondré siempre las circunstancias de tal modo que
cumplas fácilmente lo que exijo&hellip&hellip
- Hoy me visitó una persona seglar a causa
de la cual tuve grandes disgustos, que abusó de mi
bondad mintiendo mucho. En un primer momento, apenas la
vi. se me heló la sangre en las venas, puesto que se me
presentó ante los ojos lo que había sufrido por su
culpa, aunque con una sola palabra hubiera podido
librarme de esto. Y me pasó por la cabeza la idea de
hacerle conocer la verdad de modo decidido e inmediato.
Pero en seguida se me presentó antes los ojos (68) la
Divina Misericordia y decidí comportarme como se hubiera
comportado Jesús en mi lugar. Comencé a hablar con ella
dulcemente y, como quiso conversar conmigo a solas, le
hice conocer claramente y de manera muy delicada, el
triste estado de su alma. Vi su profunda conmoción, a
pesar de que trató de ocultarla. En aquel momento entró
la tercera persona y nuestra conversación íntima
terminó. Esa persona me pidió un vaso de agua y dos
otras cosas y la atendí con agrado. Pero, si no fuera
por la gracia de Dios, no sería capaz de portarme así
con ella. Cuando se fueron agradecí a Dios por la gracia
que me sostuvo en ese tiempo.
- Entonces escuché estas palabras: Me
alegro de que te hayas comportado como Mi verdadera hija.
Sé siempre misericordiosa como Yo soy misericordioso.
Ama a todos por amor a Mí, también a tus más grandes
enemigos, para que (69) Mi misericordia pueda
reflejarse plenamente en tu corazón.
- Oh Cristo, es verdad que se necesitan
esfuerzos muy grandes, pero con Tu gracia se puede [hacer]
todo.
- Hoy me sentí bastante bien y me alegré
de poder hacer la Hora Santa. Pero al empezar la Hora
Santa aumentaron mis sufrimientos físicos hasta tal
punto que no fui capaz de orar. Cuando la Hora Santa
pasó, cesaron también mis dolores y me quejé al Señor
de que deseaba muchísimo sumergirme en su amarga Pasión
y los sufrimientos no me lo permitieron. Entonces Jesús
me contestó: Hija Mía, has de saber que si te
permito experimentar y conocer mas profundamente Mis
sufrimientos, es Mi gracia; pero cuando experimentas un
ofuscamiento de la mente y tus sufrimientos son grandes,
entonces participas activamente en Mi Pasión y te hago
completamente semejante a Mi. Tu deber es someterte a Mi
voluntad más en esos momentos que en cualquier otro&hellip.
- (70) Acompaño frecuentemente a las almas
agonizantes [415] e impetro para ellas la confianza en la
Divina Misericordia y suplico a Dios la magnanimidad de
la gracia de Dios que siempre triunfa. La Divina
Misericordia alcanza al pecador a veces en el último
momento, de modo particular y misterioso. Por fuera
parece como si todo estuviera perdido, pero no es así;
el alma iluminada por un rayo de la fuerte, y ultima,
gracia divina, se dirige a Dios en el último momento con
tanta fuerza de amor que en ese ultimo momento obtiene de
Dios [el perdón] de las culpas y de las penas, sin
darnos, por fuera, alguna señal de arrepentimiento o de
contrición, porque ya no reacciona a las cosas
exteriores. Oh qué insondable es la Divina Misericordia.
Pero, ¡qué horror! También hay almas que rechazan
voluntaria y conscientemente esta gracia y la desprecian.
Aun ya en la agonía misma Dios misericordioso de al alma
un momento de lucidez interior y si el alma quiere, tiene
la posibilidad de volver a Dios. Pero a veces, en las
almas hay una dureza (71) tan grande que conscientemente
eligen el infierno; frustran todas las oraciones que
otras almas elevan a Dios por ellas e incluso los mismos
esfuerzos de Dios&hellip.
1699 JMJ Soledad, mis momentos preferidos,
Soledad, pero siempre Contigo, Oh Jesús y Señor.
Junto a Tu Corazón el tiempo me pasa agradablemente
Y mi alma encuentra descanso.
Cuando el corazón [está] colmado de Ti y lleno de amor
Y el alma arde de un fuego puro,
Entonces en el mayor abandono no sentirá soledad,
Porque descansa en Tu seno.
Oh soledad momentos de la mas intensa compañía,
Aunque abandonada de todas las criaturas
Me sumerjo por completo en el océano de Tu divinidad
Y Tú escuchas dulcemente mis confidencias.
1700 (72) Esta noche el Señor me preguntó: ¿No
tienes algún deseo en el corazón? Contesté: Tengo un deseo
grandísimo y es el de unirme a Ti por la eternidad. Y el Señor
me contestó: Eso sucederá dentro de poco. Mi amadísima
niña, cada movimiento tuyo se refleja en Mi corazón. Mi mirada
se posa con benevolencia sobre ti antes que sobre otras criaturas.
- Hoy pedí al Señor que se dignara
instruirme sobre la vida interior, porque de por mi no
alcanzo a comprender nada ni pensar en nada perfecto. Y
el Señor me contestó: He sido tu Maestro; lo soy lo
seré. Procura que tu corazón se asemeje a Mi Corazón
manso y humilde. No reclames nunca tus derechos. Soporta
con gran calma y paciencia todo lo que te pase; no te
defiendas cuando toda la vergüenza recaiga sobre ti
injustamente; deja que triunfen los demás. No dejes de (73)
ser buena si adviertes que abusan de tu bondad; cuando
sea necesario Yo Mismo intervendré a favor de ti.
Agradece por la más pequeña gracia mía, porque esta
gratitud Me obliga a concederte nuevas gracias&hellip.
- Al final del Vía Crucis que yo estaba
haciendo, el Señor Jesús empezó a quejarse de las
almas de los religiosos y de los sacerdotes, de la falta
de amor en las almas elegidas. Permitiré destruir los
conventos y las iglesias. Contesté: Jesús, pero son
tan numerosas las almas que Te alaban en los conventos.
El Señor contestó: Esta alabanza hiere Mi Corazón,
porque el amor ha sido expulsado de los conventos. Almas
sin amor y sin devoción, almas llenas de egoísmo y de
amor propio, almas soberbias y arrogantes, almas llenas
de engaños e hipocresía, almas tibias que apenas tienen
el calor suficiente para mantenerse vivas. Mi Corazón no
puede soportarlo. (74) Todas las gracias que
derramo sobre ellas cada día, se resbalan como sobre una
roca. No puedo soportarlas, porque no son ni buenas ni
malas. He instituido conventos para santificar el mundo a
través de ellos. De ellos ha de brotan una potente llama
de amor y de sacrificio. Y si no se convierten y no se
inflaman de su amor inicial, las entregaré al exterminio
de este mundo&hellip..
¿Cómo podrán sentarse en el trono prometido, a
juzgar el mundo, si sus culpas pesan más que las del mundo? Ni
penitencia ni reparación&hellip. Oh corazón que Me has
recibido por la mañana y al mediodía ardes de odio contra Mi
bajo las formas mas variadas. Oh corazón, ¿habrás sido elegido
especialmente por Mí para hacerme sufrir más? Los grandes
pecados del mundo hieren Mi Corazón algo superficialmente, pero
los pecados de un alma elegida traspasan Mi Corazón por completo&hellip.
- Cuando traté de intervenir a favor de
ellas no pude encontrar nada para (75) justificarlas y
sin poder imaginar nada en aquel momento en su defensa,
se me partió el corazón de dolor y lloré amargamente.
Entonces, el Señor me miró amablemente y me consoló
con estas palabras: No llores, todavía hay un gran
número de almas que Me aman mucho, pero Mi Corazón
desea ser amado de todos y, debido a que Mi amor es
grande, los amenazo y los castigo.
- + La lucha contra cierta tentación.
Había una persona que me abordaba continuamente con
palabras lisonjeras y conociendo la hora en que yo salía
a la capilla o a la veranda, me cortaba el camino y no
atreviéndose a acercarse solo, se había buscado a un
compañero semejante a él, pero ninguno se atrevía a
acercarse. Mientras iba al oficio del mes de mayo, [vi
que] esas personas ya estaban allí por donde yo tenia
que pasar; antes de llegar allí donde estaban oí (76)
palabras aduladoras dirigidas a mi. Y el Señor me dio a
conocer los pensamientos de sus corazones, que no eran
buenos. Intuí que después del oficio me cerrarían el
paso y entonces tendría que hablar con ellos, porque
hasta el momento por mi parte no hubo ni una palabra.
Cuando Salí de la capilla, vi. a estas personas armadas,
esperando mí paso y esa vez si me infundieron miedo. De
repente Jesús se puso a mi lado y dijo: No tengas
miedo, Yo voy contigo. Súbitamente sentí en el alma
tanta fuerza que no alcanzo a expresarla y como estaba a
unos pasos de ellos, dije en voz alta y sin miedo:
Alabado sea Jesucristo. Y ellos, cediendo el paso
contestaron: Ahora y siempre. Amen. Como si los partiera
un rayo, bajaron las cabezas sin atreverse ni siquiera a
mirarme. Soltaron algunas palabras maliciosas cuando
pasé. A partir de aquel momento, cuando me veía esa
persona, huía para no encontrarse conmigo y yo, gracias
al Señor, quedaba tranquila&hellip&hellip
- (77) Una vez, después de la Santa Misa
Salí al jardín para hacer la meditación; como a esa
hora todavía no había pacientes, estaba relajada.
Cuando meditaba sobre los beneficios de Dios, mi corazón
se inflamó de un amor tan fuerte que me parecía que me
reventaría el pecho. De repente Jesús se puso a mi lado
y dijo: ¿Qué haces por aquí tan temprano?
Contesté: Medito sobre Ti, sobre Tu misericordia y sobre
la bondad hacia nosotros. Y Tu, Jesús, ¿qué haces
aquí? He salido a tu encuentro para colmarte de
nuevas gracias. Busco las almas que quieran aceptar Mi
gracia.
- Hoy, durante las vísperas, el Señor me
hizo saber cuánto le agrada el corazón puro y libre.
Sentí que es una delicia para Dios mirar tal corazón&hellip..
Pero tales corazones son los corazones de guerreros, su
vida es una continua batalla&hellip..
- (78) + Cuando iba a la terraza, entré un
momento en la capilla. Mi corazón se sumergió en una
profunda plegaria de adoración, glorificando la
inconcebible bondad de Dios y su misericordia. Entonces
escuché palabras: Soy y seré para ti tal como Me
alabas; ya en esta vida experimentarás Mi bondad y en la
vida futura [la gozarás] en toda su plenitud.
- Oh Cristo, tengo mi mayor deleite cuando
veo que Tú eres amado, que resuenan Tu honor y gloria y
especialmente la alabanza a Tu misericordia. Oh Cristo,
hasta el último instante de mi vida no dejaré de
glorificar Tu bondad y misericordia. Con cada gota de mi
sangre, con cada latido de mi corazón glorifico Tu
misericordia. Deseo transformarme por completo en un
himno de Tu adoración. Cuando me encuentr5e en mi lecho
de muerte, que el ultimo latido de mi corazón sea un
himno amoroso de alabanza a tu insondable misericordia.
- (79) + Hoy el Señor me dijo: Antes de
la venida del Espíritu Santo harás tres días de
ejercicios espirituales. Yo Mismo te guiaré. No te
atendrás a ninguna regla vigente en los ejercicios
espirituales, ni usarás libros de meditación. Tu tarea
consiste en prestar oído a Mis palabras. Como lectura
espiritual leerás un capitulo del Evangelio de San Juan.
[En el manuscrito aquí viene media página en blanco].
- (80) 26 V (1838). Hoy acompañaba a Jesús
mientras ascendía al cielo [416]. Pasado el mediodía,
se apoderó de mí una grandísima añoranza de Dios. Una
cosa extraña, cuanto más sentía la presencia de Dios,
tanto mas ardientemente lo deseaba. Luego me vi entre una
gran multitud de discípulos y apóstoles y la Madre de
Dios. Jesús dijo que fueran por el mundo entero y enseñaran
en Mi [su] nombre extendió los brazos, los
bendijo y desapareció en una nube. Vi la nostalgia de la
Santísima Virgen. Su alma añoró a Jesús con toda la
fuerza del amor, pero estaba tan tranquila y abandonada a
dios que en su corazón no había ni un solo destello
contrario a la voluntad de Dios.
- Cuando me quedé a solas con la Santísima
Virgen, me instruyó sobre la vida interior. Me dijo: La
verdadera grandeza del alma consiste en amar a Dios y
humillarse en su presencia, olvidarse por completo a si
mismo y tenerse por nada, porque el Señor es grande,
pero se complace sólo en los humildes mientras rechaza
siempre a los soberbios.
- (81) Cuando me visitó nuevamente cierta
persona que ya mencioné en otro lugar [y] cuando me di
cuenta que empezó a hundirse en mentiras, le hice
conocer que sabia que mentía. Se avergonzó muchísimo y
calló. Entonces le hablé de los grandes juicios de Dios.
Y conocí también que atraía almas inocentes a caminos
peligrosos. Le revelé todo lo que tenia oculto en el
corazón. Tuve que esforzarme para conversar con ella;
para demostrar a Jesús que amaba a los enemigos le di mi
merienda. Se alejó con la luz en el alma, pero los
hechos [estaban] lejos de ella&hellip&hellip
- Hay momentos cuando el Señor Jesús
cumple mis más pequeños deseos. Hoy dijo que deseaba
mirar las espigas de trigo que no se ven desde nuestro
sanatorio. Lo había oído uno de los pacientes y al día
siguiente salió del sanatorio al campo y me trajo unas
bellísimas (82) espigas. Mi habitación aislada está
siempre adornada de flores frescas, pero mi espíritu no
encuentra satisfacción en nada; añoro a Dios con más
fuerza cada vez.
- Hoy he pedido ardientemente al Señor
Jesús por nuestra casa y que se digne quitar esa
pequeña cruz con la cual ha visitado el convento [417].
El Señor me contestó: Tus plegarias han sido
aceptadas para otras intenciones y esa pequeña cruz no
la puedo quitar hasta que conozcan lo que significa. Yo,
sin embargo, no dejé de rezar.
- Una fuerte tentación. Cuando el Señor me
hizo saber cuánto le es agradable el corazón puro,
conocí más profundamente mi propia miseria; y cuando
comencé a prepararme a la confesión me asaltaron
fuertes tentaciones contra los confesores. Yo no veía a
Satanás, pero si lo sentía a él y su tremenda maldad.
Si, es un hombre como los demás. No es como los demás,
porque tiene el poder de Dios. Si, (83) acusarse de los
pecados no es difícil, pero descubrir los mas escondidos
secretos del corazón, rendir cuenta de la actuación de
la gracia de Dios, hablar de cada deseo de Dios, de todo
lo que pasa entre yo y Dios decir esto a un hombre, eso
está por encima de las fuerzas. Y sentía que luchaba
contra fuerzas poderosas y exclamé: Oh Cristo, Tú y el
sacerdote son uno, me acercaré a la confesión como a Ti
y no a un hombre. Al acercarme a la rejilla, descubrí
primero mis dificultades. El sacerdote dijo que no había
podido hacer mejor que revelar en primer lugar esas
fuertes tentaciones. Y después de la confesión se
dispersaron todas quién sabe dónde; mi alma disfruta de
la paz.
- Una vez, durante el recreo una de las
Hermanas Directoras dijo que las Hermanas Conversas [418]
no tenían sentimientos y por lo tanto se las podía
tratar con dureza. Me entristecí de que las Hermanas
Directoras conocían tan poco las Hermanas Conversas y
juzgaban sólo según las apariencias.
- (84) Hoy hablé con el Señor que me dijo:
Hay almas en las cuales no puedo hacer nada; son las
almas que investigan continuamente a los demás sin ver
lo que pasa en su propio interior. No dejan de hablar de
los demás hasta durante el silencio riguroso que está
dedicado para hablar Conmigo. Pobres almas, no oyen Mis
palabras, quedan vacías en su interior, no Me buscan
dentro de sus corazones sino en las habladurías donde Yo
nunca estoy. Sienten su vacío, pero no reconocen su
culpa y las almas en las cuales Yo reino con plenitud son
su continuo remordimiento de conciencia. En vez de
enmendar tienen los corazones donde crece la envidia y si
no se arrepienten, se hunden más. El corazón, hasta
ahora envidioso, empieza a cultivar el odio. Y ya están
cerca del abismo, envidian a otras almas Mis dones, pero
ellas mismas no saben y no quieren aceptarlos.
1718 (85) Permanecer a Tus pies, oh Dios oculto,
Es el deleite y el paraíso de mi alma.
Allí Te revelas a mi, oh Infinito,
Y me dices dulcemente: dame el corazón, dámelo.
Una silenciosa conversación Contigo, a solas,
Es como vivir momentos celestiales,
Y decir a Dios: Te daré mi corazón, Señor, Te lo
daré,
Y Tu, grande e infinito, lo aceptas amablemente.
El amor y la dulzura, he aquí la vida de mi alma
Con Tu continua presencia en ella.
Vivo en la tierra en un éxtasis perenne
Y como un Serafín repito Hosanna.
Oh, Oculto, con el cuerpo, el alma y la divinidad,
Bajo las tenues apariencias del pan,
Tú eres mi vida, de Ti las gracias brotan para mí en
abundancia,
Tú eres para mí por encima de las delicias del cielo.
Cuando Te unes a mi en la Comunión, oh Dios,
Entonces siento mi grandeza inconcebible,
(86) Que me viene de Ti, oh Señor, lo reconozco
humildemente,
Y, a pesar de mi miseria, con Tu ayuda puedo volverme
santa.
1719 + Durante la Santa misa conocí que cierto
sacerdote no obraba mucho en las almas, porque pensaba en si
mismo, por lo tanto estaba solo, la gracia de Dios huía de él.
Se basaba sobre bagatelas, cosas exteriores que a los ojos de
Dios no tienen ninguna importancia; y tan soberbio que sacaba del
vacío y vertía en el vacío, fatigándose inútilmente.
- Hay momentos en que Jesús me da un
entendimiento interior, y entonces todo lo que existe en
la tierra está a mi servicio: los amigos y los enemigos,
el éxito y las adversidades; todo, quiera o no quiera,
tiene que servirme. No pienso nada en esto, trato de ser
fiel a Dios y amarlo hasta olvidarme completamente de mi
misma. Él Mismo me cuida y lucha contra mis enemigos.
- (87) Después de la Santa Comunión, al
introducir a Jesús a mi corazón, le dije: Amor mío,
reina en los mas secretos rincones de mi corazón, allí
donde se engendran mis pensamientos mas secretos, donde
sólo Tu, Señor, tienes acceso; en este mas profundo
santuario donde el pensamiento humano no es capaz de
llegar. Permanece allí sólo Tú y que de Ti provenga
todo lo que haga por fuera. Deseo ardientemente y hago
todo lo posible con todas las fuerzas de mi alma para que
en este santuario Te sientas, oh Señor, como en Tu casa.
- Oí estas palabras: Si no Me ataras las
manos, enviaría muchos castigos sobre la tierra. Hija
Mía, tu mirada desarma Mi ira; aunque tu boca calle, Me
llamas con tal fuerza que todo el cielo se estremece. No
puedo regir tu súplica, porque no Me persigues a mucha
distancia sino en tu propio corazón.
- (88) Una noche vino a verme el alma de
cierta jovencita y me hizo sentir su presencia dándome a
conocer que necesitaba mi oración. Recé un momento,
pero su espíritu no se alejó de mí. Entonces dije
dentro de mí: si eres un espíritu bueno, déjame en paz
y las indulgencias de mañana serán para ti. En aquel
momento, ese espíritu abandonó mi habitación; conocí
que estaba en el purgatorio.
- Hoy, mas que nunca sentí la Pasión del
Señor en mi cuerpo. Sentí que fue por un pecador
agonizante.
- Hoy, el Señor volvió a instruirme cómo
debo acercarme al sacramento de la penitencia: Hija
Mía, como te preparas en Mi presencia, así te confiesas
ante Mí; el sacerdote es para Mí sólo una pantalla. No
analices nunca de qué clase de sacerdote (89) Me
estoy valiendo y abre el alma al confesarte como lo
harías Conmigo, y Yo llenaré tu alma con Mi luz.
- Cristo y Señor, me conduces sobre tales
precipicios que cuando los miro, me infunden miedo, pero
en el mismo instante me lleno de paz, abrazándome a Tu
Corazón. Junto a Tu Corazón no tengo miedo de nada. En
los momentos de peligro me comporto como una niña que
está en los brazos de la madre: al ver alguna amenaza,
abraza con más fuerza el cuello de la madre y se siente
segura.
- + A veces veo las redes tendidas contra
mí por las almas que no deberían hacerlo. No me
defiendo, sino confío mas en Dios que ve mi interior y
me doy cuenta de que esas almas se enredan ellas mismas.
Oh Dios, qué justo y bueno eres.
- (90) Escribe: Soy santo, tres veces
santo y siento aversión por el menor pecado. No puedo
amar al alma manchada por un pecado, pero cuando se
arrepiente, entonces Mi generosidad para ella no conoce
límites. Mi misericordia la abraza y justifica. Persigo
a los pecadores con Mi misericordia en todos sus caminos
y Mi Corazón se alegra cuando ellos vuelven a Mí.
Olvido las amarguras que dieron a beber a Mi Corazón y
Me alegro de su retorno. Di a los pecadores que ninguna
escapará de Mis manos. Si huyen de Mi Corazón
misericordioso, caerán en Mis manos justas. Di a los
pecadores que siempre los espero, escucho atentamente el
latir de sus corazones [para saber] cuándo
latirán para Mí. Escribe que les hablo a través de los
remordimientos de conciencia, a través de los fracasos y
los sufrimientos, a través de las tormentas y los rayos,
hablo con la voz de la Iglesia y si frustran todas Mis
gracias, Me molesto con ellos dejándoles a si mismos y
les doy lo que desean.
- Oh Jesús mío, únicamente Tú conoces
mis esfuerzos; parece que estoy mejor, pero mejor sólo
para poder ir a la terraza y no estar en la cama. Veo y
me doy cuenta claramente de lo que pasa conmigo; a pesar
del cuidado de las Superioras y los esfuerzos de los
médicos mi salud está agotándose y huyendo, pero me
alegro enormemente de Tu llamada, oh Dios mío, Amor mío,
porque sé que en el momento de la muerte empezará mi
misión. Oh, cuánto deseo ser librada de este cuerpo. Oh
Jesús mío, Tu sabes que en todos mis deseos quiero ver
siempre Tu voluntad. De por mi no quisiera morir ni un
minuto antes ni tampoco vivir un minuto mas, ni que
disminuyan (92) los sufrimientos ni que aumenten, sino
que deseo únicamente lo que sea conforme a Tu santa
voluntad.
Aunque mi entusiasmo es grande, y mis grandes deseos
arden en el corazón, pero nunca es por encima de Tu voluntad.
- Acudo a Tu misericordia, Dios compasivo,
ya que sólo Tú eres bondad. Aunque mi miseria es grande
y mis ofensas muchas, confío en Tu misericordia y desde
tiempo inmemorial nunca se ha oído, ni el cielo ni la
tierra recuerdan que un alma confiada en Tu misericordia
haya quedado decepcionada. Oh Dios de piedad, sólo Tu
puedes justificarme y jamás me rechazaras, cuando yo,
arrepentida, me acerque a Tu Corazón misericordioso, del
cual nadie ha sido rechazado jamás, aunque haya sido el
pecador mas grande.
- (93) Hoy me despertó una gran tormenta,
el viento estaba enfurecido y llovía como si hubiera un
huracán, a cada rato caían rayos. Me puse a rogar que
la tempestad no causara ningún daño; de repente oí
estas palabras: Reza la coronilla que te he enseñado
y la tempestad cesará. En seguida he comenzado a
rezar la coronilla y ni siquiera la he terminado cuando
el temporal ha cesado y oí estas palabras: A través
de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo
con Mi voluntad.
- Mientras rezaba por Polonia, oí estas
palabras: He amado a Polonia de modo especial y si
obedece Mi voluntad, la enalteceré en poder y en
santidad. De ella saldrá una chispa que preparará el
mundo para Mi última venida.
- (94) + Te saludo, amor oculto, vida de mi
alma. Te saludo, Jesús, bajo las tenues apariencias del
pan. Te saludo, mi dulcísima misericordia que Te
derramas sobre todas las almas. Te salud, bondad infinita
que derramas torrentes de gracias a Tu alrededor. Te
saludo, resplandor oscurecido, luz de las almas. Te
saludo, fuente de la misericordia inagotable, manantial
purísimo del cual brotan para nosotros la vida y la
santidad. Te saludo, deleite de los corazones puros. Te
saludo, única esperanza de las almas pecadoras.
- Oh Jesús mío, Tu sabes que hay momentos
en los cuales no tengo ni pensamientos elevados, ni ardor
de espíritu. Me soporto pacientemente y reconozco que
ésta soy precisamente yo, ya que todo lo que es bello en
mi es gracia de Dios. En aquellos momentos me humillo
profundamente e invoco Tu ayuda y la gracia de Tu
presencia no tarde en llegar a un corazón humilde.
1735 (95) Oh virgen, flor preciosa,
Ya no permanecerás mucho tiempo en este mundo,
Oh, qué bello es tu encanto,
Oh Mi casta esposa.
Ninguna cifra puede indicar
Lo preciosa que es tu flor virginal.
Y tu resplandor no ofuscado por nada
Es valiente, fuerte, invencible.
El resplandor mismo del sol de mediodía
Se apaga y oscurece frente a un corazón virginal.
No veo nada más grande que la virginidad,
Es una flor sacada del Corazón de Dios.
Oh virgen mansa, rosa perfumada,
Aunque son muchas las cruces en la tierra,
Pero ojo no vio ni pasó por la mente humana,
Lo que espera a una virgen en el cielo.
Oh virgen, azucena blanca como la nieve,
Tú vives entera sólo por Jesús,
(96) Y en el puro cáliz de tu corazón
Hay una agradable morada para Dios Mismo.
Oh virgen, nadie logra cantar tu himno,
En tu canción está escondido el amor de Dios,
Los mismos ángeles no comprenden
Lo que las vírgenes cantan a Dios.
Oh virgen, tú flor de paraíso
Ensombrece todos los esplendores de este mundo,
Y aunque el mundo no logra comprenderte,
No obstante, inclina humildemente ante Ti la frente.
Aunque el camino de la virgen está sembrado de espinas,
Y su vida erizada de varias cruces,
Pero ¿quién es tan valiente como ella?
Nada la quebrantará, es invencible.
Oh virgen, ángel en la tierra,
Tu grandeza es famosa en toda la Iglesia,
Tú haces guardia delante del tabernáculo
Y como un serafín te transformas toda en amor.
1736 (97) Una vez, en la terraza, supe que cierta
persona era atormentada por graves tentaciones respecto a la
confesión, dudando de su carácter secreto. Aunque conocía el
estado de aquella alma, no inicié la conversación. Cuando nos
quedamos a solas, ella abrió su corazón y me contó todo. Tras
unos momentos de conversación me dijo: Ya estoy tranquila, mucha
luz ha sido concedida a mi alma.
- Hoy Jesús me previno que hablara poco con
cierta religiosa. Una gracia particular de Dios me
sostuvo durante esa conversación, que en caso contrario
no habría sido para la gloria de Dios.
1738 El Señor me dijo: Entra a menudo en el
purgatorio, ya que allí te necesitan. Entiendo, oh Jesús,
el significado de estas palabras que me diriges, pero permíteme
primero entrar en el tesoro (98) de Tu misericordia.
1739 Escribe, hija Mía, que para un alma arrepentida
soy la misericordia misma. La más grande miseria de un alma no
enciende Mi ira, sino que Mi Corazón siente una gran
misericordia por ella.
- Oh Jesús, dame fuerza para soportar los
sufrimientos y para que no haga mala cara cuando bebo el
cáliz de la amargura. Ayúdame Tú Mismo para que mi
sacrificio Te sea agradable, que no lo profane mi amor
propio, aunque se prolongue en años. Que la pureza de la
intención Te lo haga agradable y nuevo y vivo. Una lucha
perenne, un esfuerzo continuo, ésta es mi vida para
cumplir tu santa voluntad, pero que Te alabe, oh Señor,
todo lo que hay dentro de mi la miseria y la fuerza.
1741 (99) La infinita bondad de Dios en la creación de
los ángeles.
Oh Dios, que eres la felicidad en ti Mismo y para esta
felicidad no necesitas a ninguna criatura, ya que eres en Ti
Mismo la plenitud del amor, pero por tu insondable misericordia
llamas a las criaturas a la existencia y las haces participes de
Tu felicidad eterna y de Tu eterna vida interior divina que vives
Tu, Único Dios, Trinitario en Personas. En Tu insondable
misericordia has creado los espíritus angélicos y los has
admitido a Tu amor, a Tu familiaridad divina. Los has hecho
capaces de amar eternamente; aunque los has colmado, oh Señor,
tan generosamente del resplandor de belleza y de amor, no
obstante no ha disminuido nada Tu plenitud, oh Dios, ni tampoco
su belleza y amor Te han completado a Ti, porque Tu en Ti Mismo
eres todo. Y si los has hecho participes de Tu felicidad y les
permites existir y amarte, es únicamente gracias al abismo de Tu
misericordia, a tu bondad insondable por la cual Te glorifican
sin cesar (100), humillándose a los pies de Tu Majestad y
cantando sus himnos eternos: Santo, Santo, Santo&hellip
1742 Adorado seas, Único en la Santísima Trinidad,
Dios misericordioso,
Insondable, infinito, inconcebible.
Sumergiéndose en Ti, su mente no logra comprenderte,
Por lo tanto repiten sin cesar su eterno: Santo.
Glorificado seas, nuestro misericordioso Creador y
Señor, Omnipotente, pero lleno de piedad inconcebible.
Amarte es una tarea de nuestra existencia,
Cantando nuestro himno eterno Santo&hellip..
Bendito seas, oh Dios misericordioso,
Amor eterno,
Tú estás por encima de los cielos, zafiros y
firmamentos,
La pura legión de espíritus Te alaba así,
Con su himno eterno, tres veces Santo.
Contemplándote cara a cara, oh Dios,
Veo que antes de ellos habrías podido llamar a otras
criaturas,
Por eso me postro ante Ti con gran humildad,
Porque veo bien que esta gracia se debe únicamente a la
misericordia.
(101) Uno de los espíritus mas bellos no quiso
Reconocer Tu misericordia,
Arrastró consigo a otros, cegado por su soberbia,
Y de un ángel tan bello se volvió demonio,
Y en un momento de lo alto del cielo, fue precipitado
al infierno.
De repente los espíritus fieles exclamaron:
¡Gloria a la misericordia de Dios!
Y resistieron felizmente la prueba de fuego.
Gloria a Jesús, a Cristo humillado,
Gloria a su Madre, a la Virgen humilde y pura.
Después de aquella lucha, estos espíritus puros
se sumergieron en el océano de la Divinidad,
Meditando, adoran el abismo de su misericordia,
Se sumergen en su belleza
y en su inmenso resplandor,
Conociendo la Trinidad de las Personas,
pero la unidad de la Divinidad.
- + La infinita bondad de Dios en la
creación de los hombres
Oh Dios que por Tu misericordia Te has dignado llamar de
la nada a la existencia al género humano colmándolo
generosamente de la naturaleza y de la gracia. Pero para Tu
bondad eso no [ha sido] suficiente. Tu, oh Señor, en Tu
misericordia nos das (102) la vida eterna. Nos admites a Tu
felicidad eterna y nos haces participes de Tu vida intima y lo
haces únicamente por Tu misericordia. Nos concedes Tu gracia
únicamente porque eres bueno y lleno de amor. No éramos nada
necesarios para Tu felicidad, pero Tú, Señor, quieres compartir
con nosotros Tu propia felicidad. Pero el hombre no resistió la
prueba; habrías podido castigarlo como a los ángeles
rechazándolo eternamente, pero aquí se manifestó Tu
misericordia y Tus entrañas fueron sacudidas por una gran piedad
y Tu Mismo prometiste reparar nuestra salvación. No nos
castigaste como lo habíamos merecido debido al inconcebible
abismo de Tu compasión. Que sea adorada Tu misericordia, oh
Señor; la glorificaremos por los siglos. Y los ángeles se
asombraron de la grandeza de misericordia que manifestaste a los
hombres&hellip..
1744 Adorado seas, nuestro Dios misericordioso,
Nuestro omnipotente Creador y Señor,
Te rendimos honor en la humildad más profunda,
Sumergiéndonos en el océano de Tu Divinidad.
(103) Pero el hombre no resistió en la hora de la
prueba, Por la instigación del maligno, Te fue infiel,
Perdió la gracia y los dones y le quedó sólo la
miseria,
Lágrimas, sufrimientos, dolor, amargura, hasta
descansar en la tumba.
Pero Tú, oh Dios misericordioso, no permitiste perecer
a la humanidad
Y le prometiste el Redentor.
No nos dejaste desesperar, a pesar de nuestras grandes
maldades,
Y enviaste a Tus profetas a Israel.
Pero la humanidad Te grita día y noche,
Desde el abismo de la miseria, de los pecados y de cada
dolor.
Escucha los gemidos y las lágrimas. Tú que reinas en
el cielo,
Dios de gran misericordia, Dios de piedad.
El hombre pecó, pero no está en condiciones de pedir
perdón,
Porque un abismo infinito se abrió entre Dios y el
hombre,
Y llama con la voz de su miseria: envíanos Tu piedad,
Pero Jahvé calla&hellip. Y pasa un siglo tras otro.
Aumenta la añoranza de toda la humanidad
De Aquel que le había sido prometido.
(104) Ven, Cordero de Dios y quita nuestras culpas,
Ven, alumbra nuestras tinieblas como un rayo luminoso.
Y la humanidad sin cesar clama a Ti, Señor de los
señores,
A tu insondable misericordia, a Tu piedad.
Oh gran Yahvé déjate aplacar,
Recuerda Tu bondad y perdona nuestras maldades.
1745 + La infinita bondad de Dios al enviarnos
Su Hijo Unigénito
Oh Dios, que no has exterminado al hombre después de la
caída, sino que en Tu misericordia lo has perdonado como Dios,
es decir, no sólo le has perdonado la culpa, sino que le has
colmado de toda gracia. La misericordia Te ha empujado a dignarte
descender hacia nosotros y levantarnos de nuestra miseria. Dios
descenderá a la tierra, el Señor de los señores, el Inmortal
se humillará. Pero ¿dónde descenderás, Señor? ¿Al templo de
Salomón o haces construir un santuario nuevo al que piensas
descender? Oh Señor, qué templo Te prepararemos, (105) visto
que toda la tierra es Tu escabel? Tú Mismo Te has preparado un
templo, la Santísima Virgen. Sus entrañas inmaculadas son Tu
morada y se hace el milagro de Tu misericordia, oh Señor. El
Verbo se hace Carne, Dios habita entre nosotros, el Verbo de Dios,
la Misericordia Encarnada. Nos has elevado a tu divinidad a
través de tu humillación; es el exceso de Tu amor, es el abismo
de Tu misericordia. Los cielos se asombran de este exceso de Tu
amor, ahora nadie tiene miedo de acercarse a Ti. Tu eres Dios de
la misericordia, tienes piedad de la miseria, eres nuestro Dios y
nosotros Tu pueblo. Tú eres nuestro Padre y nosotros por Tu
gracia somos Tus hijos. Sea glorificada Tu misericordia por
haberte dignado descender a nosotros.
1746 Adorado seas, oh Dios misericordioso,
Por haberte dignado descender de los cielos a esta
tierra.
Te adoramos en gran humildad,
Por haberte dignado elevar todo el género humano.
(106) Insondable en Tu misericordia, inconcebible,
Por amor a nosotros has tomado el cuerpo
De la Virgen Inmaculada, jamás rozada por el pecado,
Porque así lo has establecido desde la eternidad.
La Santísima Virgen, esta azucena blanca como la nieve,
Es la primera en adorar la omnipotencia de Tu
misericordia.
Su corazón puro se abre con amor a la venida del verbo,
Cree en las palabras del mensajero divino y se fortalece
en la confianza.
El cielo se asombró de que Dios se hubiera hecho hombre,
Que hubiera en la tierra un corazón digno de Dios Mismo.
¿Por qué no Te unes a un Serafín, Señor, sino a un
pecador?
Oh, éste es un misterio de Tu misericordia,
A pesar del puro regazo de la Virgen.
Oh misterio de la Divina Misericordia, oh Dios de la
piedad,
Que te has dignado abandonar el trono celestial,
Y has bajado a nuestra miseria, a la debilidad humana,
Porque no son los ángeles sino los hombres los
Que necesitan Tu misericordia.
Para expresar dignamente la misericordia del Señor,
Nos unimos a Tu Madre Inmaculada,
(107) Porque así nuestro himno Te será mas agradable
Ya que Ella ha sido elegida entre los ángeles y los
hombres
A través de Ella, como a través del cristal puro,
Ha llegado a nosotros Tu misericordia,
Por su merito el hombre se hizo agradable a Dios,
Por su merito todos los torrentes de gracias
fluyen sobre nosotros.
- + La infinita bondad de Dios en la
redención del hombre Oh Dios que con una sola palabra
habrías podido salvar miles de mundos, un suspiro de
Jesús habría satisfecho Tu justicia. Pero Tu, oh Jesús.
Te entregaste por nosotros a tan asombrosa pasión
únicamente por amor. La justicia de Tu Padre habría
sido expiada con un solo suspiro Tuyo y todos Tus
anonadamientos son exclusivamente actos de Tu
misericordia y Tu amor inconcebible. Tú, oh Señor,
partiendo de esta tierra deseaste quedarte con nosotros y
Tú dejaste a Ti Mismo en el Sacramento del Altar y nos
abriste de par en par Tu misericordia. No hay miseria que
(108). Te pueda agotar; llamaste a todos a esta fuente de
amor, a este manantial de piedad divina. Aquí está el
trono de Tu misericordia, aquí el remedio para nuestras
enfermedades. Hacia Ti, oh Fuente viva de Misericordia
corren todas las almas: unas como ciervos, sedientos de
Tu amor, otras para lavar la herida de sus pecados; otras
todavía, cansadas de la vida, para tomar fuerzas. Cuando
estabas muriendo en la cruz, en aquel momento nos donaste
la vida eterna; al haber permitido abrir Tu sacratísimo
costado nos abriste una inagotable Fuente de Tu
Misericordia; nos ofreciste lo mas valioso que tenias, es
decir, la Sangre y el agua de Tu Corazón. He aquí la
omnipotencia de Tu misericordia, de ella toda gracia
fluye hacia nosotros.
1748 Adorado seas, oh Dios, en la obra
De Tu misericordia,
Bendecido seas por todos los corazones fieles
Sobre los cuales se posa Tu mirada,
En los cuales está Tu vida inmortal.
(109) Oh mi Jesús de la misericordia, Tu santa vida
sobre la tierra ha sido dolorosa.
Y terminarás Tu obra entre terribles tormentos,
Suspendido y extendido en el árbol de la cruz,
Y todo esto por amor a nuestras almas.
Por un amor inconcebible has permitido abrir
Tu sacratísimo costado,
Y de Tu Corazón brotaron torrentes de Sangre y Agua
Aquí está la Fuente viva de Tu Misericordia,
Aquí las almas encuentran consuelo y alivio.
En el Santísimo Sacramento nos has dejado
Tu misericordia.
Tu amor ha proveído
Que caminando por la vida, los sufrimientos y las
fatigas,
No dude yo nunca de Tu bondad y Tu misericordia.
Aunque sobre mi alma pesen las miserias del mundo entero,
No puedo dudar ni un solo instante,
Sino que confiar en la fuerza de la Divina Misericordia,
Porque Dios acoge siempre con bondad un alma arrepentida.
Oh inefable misericordia de nuestro Señor,
Fuente de piedad y de toda dulzura.
(110) Confía, confía oh alma, a pesar de estar
manchada por el pecado,
Porque cuando te acerques a Dios no probarás amargura.
Porque Él es la llama viva de un gran amor,
Cuando nos acercamos a Él
Desaparecen nuestras miserias, pecados y maldades,
Él salda nuestras deudas cuando nos entregamos a Él.
1749 + La infinita bondad de Dios por haber adornado
el mundo entero para hacer agradable
La estancia del hombre en la tierra.
Oh Dios, con qué generosidad derramas Tu misericordia y
todo esto lo haces por el hombre. Oh cuánto amas al hombre si Tu
amor hacia él es tan activo. Oh Creador mío y Señor, en todas
partes veo las huellas de Tu mano y el sello de Tu misericordia
que abraza todo lo que está creado. Oh Creador mío piadosísimo,
deseo rendirte homenaje en nombre de todas las criaturas con alma
y (111) sin alma y llamo al mundo entero a adorar Tu misericordia.
Oh, qué grande es Tu bondad, oh Dios.
1750 Adorado seas, Creador y Señor nuestro.
Oh universo entero, adora al Señor en humildad.
Agradece a tu Creador con todas tus fuerzas
Y exalta su inconcebible misericordia.
Ven, tierra entera con tu verde,
Ven, también tú, mar insondable,
Que tu agradecimiento se transforme en un himno
delicioso
Y cante lo grande que es la Divina Misericordia.
Ven, sol bello y fulgurante,
Id, antes de Él, auroras luminosas,
Uníos en un solo himno, que vuestras limpias voces
Canten al unísono la gran Misericordia de Dios.
Venid, montes y colinas, bosques rumorosos y matorrales
espesos,
Venid, bellas flores en la madrugada,
Que vuestra fragancia exclusiva
Exalte, adore la misericordia de Dios.
- Venid, todas las maravillas de la
tierra,
De las cuales el hombre no deja de asombrarse jamás,
Venid en armonía a adorar a Dios,
Exaltando la inconcebible misericordia de Dios.
Ven, oh belleza indeleble de toda la tierra,
Y adora a tu Creador [con] gran humildad,
Porque todo está encerrado en su misericordia,
Todo grita con una voz potente lo grande que es la
Divina Misericordia.
Pero, por encima de todas estas bellezas
La adoración más agradable a Dios
Es el alma inocente y llena de confianza del niño
Que se une estrechamente a Él a través de la gracia.
1751 + Oh Jesús oculto en el Santísimo Sacramento del
Altar, mi único amor y misericordia. Te recomiendo todas las
necesidades de mi alma y de mi cuerpo. Tu puedes ayudarme, porque
eres la Misericordia misma, en Ti toda mi esperanza.
- [En el manuscrito aquí viene una
página entera en blanco].
+
(114) JMJ Cracovia &ndash Pradnik, 2 VI 1938
Ejercicios espirituales de tres días
- Bajo la dirección del Maestro, Jesús.
Él Mismo me ordenó hacer estos ejercicios espirituales
y Él Mismo estableció los días para hacerlos, es decir
tres días antes de la venida del Espíritu Santo y Él
Mismo los dirigió.
Sin embargo, pedí al confesor el permiso para poder
hacer estos ejercicios y lo obtuve. Lo pedí también a la Madre
Superiora y también de ella lo obtuve. Había decidido que sin
el permiso de las Superioras no los haría. Empecé la novena al
Espíritu Santo y esperaba la respuesta de la Madre Superiora.
(115) Hoy deberían comenzar los ejercicios espirituales
y yo no tengo ninguna noticia sobre cuál es la opinión de la
Madre Superiora.
Por la noche, cuando fui al oficio, durante las
letanías vi al Señor Jesús: Hija Mía, empezamos los
ejercicios espirituales. Contesté: Jesús, mi amadísimo
Maestro, discúlpame, pero no voy a hacerlos, porque no sé si la
Madre Superiora me da su permiso o no. Quédate tranquila,
hija Mía, la Superiora te ha dado su permiso, lo sabrás mañana
por la mañana, pero comenzamos los ejercicios esta noche&hellip.
Y efectivamente, por la noche la Madre Superiora
telefoneó a la hermana [419] que me asiste en esta enfermedad
para que me dijera que me permitía hacer los ejercicios
espirituales; sin embargo la hermana se olvidó decírmelo y me
lo dijo sólo a la mañana del día siguiente (116)
disculpándose mucho conmigo por no habérmelo dicho el día.
Anterior. Le contesté: Esté tranquila, yo ya he empezado los
ejercicios espirituales según el deseo de la Superiora.
1753 + Primer día
Por la noche Jesús me dio el tema de la meditación. En
el primer momento el temor y .la alegría penetraron mi corazón.
Entonces me estreché a su Corazón y el temor desapareció y se
quedó la alegría. Me sentí por completo como hija de Dios, y
el Señor me dijo: No tengas miedo de nada, lo que está
vedado a los demás, te está concedido a ti; las gracias que a
otras almas no les está concedido ver ni siquiera desde lejos,
te nutren a ti cada día como el pan cotidiano.
1754 Considera, hija Mía, quién es Aquél al cual
tu corazón está estrechamente unido por los votos&hellip.
Antes de crear el mundo, te amaba con el amor que ahora
experimenta tu corazón y por todos los siglos (117) Mi
amor no cambiará jamás.
- Aplicación: Al solo recuerdo de Aquél
con quien mi corazón estaba esposado, mi alma entró en
un recogimiento mas profundo y una hora me pasó como un
minuto. En este recogimiento conocí los atributos de
Dios. Inflamada así interiormente de amor, Salí al
jardín para refrescarme; al mirar al cielo, una nueva
llama de amor me inundó el corazón. Luego oí estas
palabras:
- Hija Mía, si has agotado el tema que
te ha sido propuesto, te daré otro. Contesté: Oh
Majestad infinita, no me bastará la eternidad para
conocerte&hellip. Sin embargo, mi amor hacia Ti ha
crecido muchísimo. Como un acto de agradecimiento
deposito mi corazón a Tus pies, como un capullo de rosa:
que su perfume encante Tu Divino Corazón ahora y en la
eternidad. Qué paraíso [hay] en el alma cuando el
corazón siente ser tan amado por Dios&hellip.
- (118) Hoy vas a leer el capitulo quince
[del] Evangelio de San Juan. Deseo que leas muy
despacio.
Meditación
segunda
- Hija mía, medita sobre la vida divina
que se encuentra en la Iglesia para la salvación y la
santificación de tu alma. Considera cómo aprovechas
estos tesoros de gracias, estos esfuerzos de Mi amor.
- Aplicación: Oh Jesús tan compasivo, no
siempre he sabido aprovechar estos dones inestimables,
porque no reparaba en el don mismo sino que me fijaba
demasiado en el recipiente, en el que me entregabas tus
dones. Oh mi dulcísimo Maestro, a partir de ahora ya
será de otro modo: aprovecharé Tu gracia según pueda
mi alma. Me sostendrá la fe viva; la gracia que me
enviarás bajo cualquier aspecto, la aceptaré
directamente de Ti sin pensar en el recipiente en (119)
el cual me la enviarás. Si no siempre está en mi poder
de recibirla con alegría, lo haré siempre sometiéndome
a Tu santa voluntad.
- + Conferencia sobre la lucha espiritual
Hija Mía, quiero instruirte sobre la lucha
espiritual. Nunca confíes en ti misma, sino que abandónate
totalmente a Mi voluntad. En el abandono, en las tinieblas y en
diferentes dudas recurre a Mí y a tu director espiritual, él te
responderá siempre en Mi nombre. No te pongas a discutir con
ninguna tentación, enciérrate inmediatamente en Mi Corazón y a
la primera oportunidad, revélala al confesor. Pon el amor propio
en el último lugar para que no contamine tus acciones.
Sopórtate a ti misma con gran paciencia. No descuides las
mortificaciones interiores. Justifica siempre dentro de ti la
opinión de las Superioras y del confesor. Aléjate de los
murmuradores como de una peste. (120) Que todos se
comporten como quieran, tu compórtate como Yo exijo de ti.
Observa la regla con máxima fidelidad. Después de sufrir un
disgusto, piensa qué cosa buena podrías hacer para la persona
que te ha hecho sufrir. Evita la disipación. Calla cuando te
amonestan; no preguntes la opinión de todos sino de tu director
espiritual; con él sé sincera y sencilla como una niña. No te
desanimes por la ingratitud; no examines con curiosidad los
caminos por los cuales te conduzco. Cuando el aburrimiento y el
desanimo llamen a tu corazón, huye de ti misma y escóndete en
Mi Corazón. No tengas miedo de la lucha a menudo el solo valor
atemoriza las tentaciones, y no se atreven a atacarnos. Lucha
siempre con esta profunda convicción de que Yo estoy a tu lado.
No te dejes guiar por el sentimiento, porque él no siempre está
en tu poder, todo el merito está en la voluntad. Depende siempre
de las Superioras en las cosas más pequeñas. No te hago
ilusiones con la paz (121) y los consuelos, sino que
prepárate a grandes batallas. Has de saber que ahora estas sobre
un escenario donde te observan la tierra y todo el cielo, lucha
como un guerrero para que pueda concederte el premio; no tengas
mucho miedo, porque no estás sola.
Segundo día
- Hija Mía, hoy considera Mi dolorosa
Pasión, toda su inmensidad; medítala como si hubiera
sido emprendida exclusivamente por ti.
- Aplicación: Cuando empecé a sumergirme
en la divina Pasión, descubrí el gran valor del alma
humana y toda la maldad del pecado y conocí cómo yo no
sabia sufrir. Para adquirir meritos por los sufrimientos,
uniré mis sufrimientos a la Pasión del Señor Jesús
pidiendo gracia para las almas agonizantes a fin de que
la misericordia de Dios las envuelva en ese importante
momento&hellip&hellip.
(122) Segunda meditación
- Hija Mía, medita sobre la regla y los
votos que Me has hecho a Mi. Tú sabes cuánto los
aprecio y todas las gracias que tengo para las almas de
los religiosos se relacionan con la regla y los votos.
- Aplicación: Oh Jesús mío, advierto
aquí muchas faltas, pero por merito de Tu gracia no
recuerdo una infracción consciente y voluntaria de la
regla o de los votos religiosos; sigue guardándome, oh
mi buen Jesús, porque por mi misma soy débil.
- Hoy, hija Mía, tomarás por lectura el
capitulo diecinueve del Evangelio de San Juan y lee no
sólo con los labios sino con el corazón&hellip.
- Durante esta lectura mi alma estaba
colmada de una profunda tristeza. Conocí toda la
ingratitud de las criaturas para con su Creador y Señor.
Pedí que Dios me perseverara de la ceguera del intelecto.
- Conferencia sobre el sacrificio y la
oración.
(123) Hija Mía, quiero enseñarte a salvar las almas
con el sacrificio y la oración. Con la oración y el sacrificio
salvarás mas almas que un misionero sólo a través de predicas
y sermones. Quiero ver en ti una ofrenda de amor vivo, ya que
sólo entonces tiene el poder frente a Mí. Tienes que ser
aniquilada, destruida, vivir como si estuvieras muerta en tu
esencia más secreta. Tienes que ser destruida en este rinconcito
secreto donde el ojo humano no llega nunca y entonces serás para
Mi una ofrenda agradable, un holocausto, lleno de dulzura y
perfume y tu fuerza será potente cuando intercedas por alguien.
Por fuera tu sacrificio debe ser: escondido, silencioso,
impregnado de amor, saturado de oración. Exijo de ti, hija Mía,
que tu sacrificio sea puro y lleno de humildad para que pueda
complacerme en él. No te escatimaré Mi gracia para que puedas
cumplir lo que exijo de ti. Ahora te instruiré (124) en
qué consistirá este holocausto en la vida cotidiana para
preservarte de las ilusiones. Aceptarás con amor todos los
sufrimientos; no te aflijas si muchas veces tu corazón siente
repugnancia y aversión por este sacrificio. Todo su poder está
encerrado en la voluntad, por lo tanto los sentimientos
contrarios no sólo no disminuyen este sacrificio a Mis ojos,
sino que lo hacen más grande. Has de saber que tu cuerpo y tu
alma estarán a menudo en el fuego. Aunque en algunas horas no Me
sientas, pero Yo estaré junto a ti. No tengas miedo, Mi gracia
estará contigo&hellip.
Tercer día
- Hija Mía, en esta meditación
considera el amor al prójimo: ¿es Mi amor lo que te
guía en el amor al prójimo?, ¿rezas por los enemigos?,
¿deseas el bien a quienes te han entristecido o te han
ofendido de cualquier modo?
Has de saber que cualquier (125) cosa buena
que hagas a cualquier alma, la acojo como si la hubieras hecho a
Mi Mismo.
1769 Aplicación: Oh Jesús, Amor mío. Tu sabes que en
las relaciones con el prójimo, sólo desde hace poco me guío
exclusivamente por Tu amor. Solamente Tú conoces mis esfuerzos
encaminados a alcanzar este fin. Ahora me resulta más fácil,
pero si Tú Mismo no hubieras encendido este amor en mi alma, no
habría logrado perseverar en él. Es gracias a Tu amor
Eucarístico que me inflama cada día.
Segunda
meditación
1770 Ahora vas a meditar sobre Mi amor en el
Santísimo Sacramento. Aquí estoy entero para ti, con el cuerpo,
el alma y la divinidad, como tu Esposo. Tú sabes lo que exige el
amor, una sola cosa, es decir, la reciprocidad&hellip.
- Aplicación: Oh Jesús mío, Tu sabes que
deseo amarte con el amor con el cual (126) hasta ahora
ningún alma Te ha amado. Desearía que el mundo entero
se transformara en el amor hacia ti, Esposo mío. Tú me
alimentas con la leche y la miel de Tu Corazón. Desde
los años más tempranos me has criado Tu Mismo para Ti,
con el fin de que ahora sepa amarte. Tú sabes que Te amo,
porque sólo Tú conoces la profundidad del sacrificio
que Te ofrezco cada día.
- Jesús me dijo: Hija Mía, ¿tienes
alguna dificultad en estos ejercicios espirituales? Contesté
que no tenía. Durante estos ejercicios espirituales mi
mente es como un relámpago. Con gran facilidad penetro
todos los misterios de la fe, Maestro mío y Guía. Bajo
el rayo de tu luz toda la oscuridad desaparece de mi
mente.
- Hoy, como lectura tomarás el santo
Evangelio escrito por San Juan, capitulo 21. Vívelo más
con el corazón que con la mente.
- (127) + Durante el oficio que se celebra
en el mes de junio, el Señor me dijo: Hija Mía, en
tu corazón he depositado Mi complacencia. Cuando Me
quedé en el Santísimo Sacramento el Jueves Santo, has
contado mucho en Mi mente.
- Después de estas palabras mi amor se
esforzó para expresarle lo que Él era para mí y no
logré encontrar palabras y rompí a llorar por mi
impotencia. Y Jesús dijo: Soy para ti la Misericordia
Misma, por lo tanto te pido que Me ofrezcas tu miseria y
esta impotencia tuya, y con esto alegrarás Mi Corazón.
- Hoy, en mi alma ha entrado una llama de
amor divino tan viva que si hubiera durado mas tiempo, me
habría quemado en este fuego, liberándome de las
ataduras del momento actual. Me parecía que bastaba un
momentito más para que me hundiera en el océano de amor.
No sé describir estas flechas de amor que traspasan mi
alma.
1777 (128) + Conferencia sobre la misericordia
Has de saber, hija Mía, que Mi Corazón es la
Misericordia Misma. De este mar de misericordia las gracias se
derraman sobre el mundo entero. Ningún alma que se haya acercado
a Mi, se ha retirado sin consuelo. Toda miseria se hunde [en]
Mi misericordia y de este manantial brota toda gracia,
salvadora y santificante. Hija Mía, deseo que tu corazón sea la
sede de Mi misericordia. Deseo que esta misericordia se derrame
sobre el mundo entero a través de tu corazón. Cualquiera que se
acerque a ti, no puede retirarse sin confiar en esta misericordia
mía que tanto deseo para las almas. Reza, cuanto puedas, por los
agonizantes, impetra para ellos la confianza en Mi misericordia,
porque son ellos los que mas necesitan la confianza quienes la
tienen muy poca. Has de saber que la gracia de la salvación
eterna de algunas almas en el último momento dependió de tu
oración. Tu conoces todo el abismo de Mi misericordia, (129)
entonces recoge de ella para ti y especialmente para los
pobres pecadores. Antes el cielo y la tierra se vuelven a la nada,
que Mi misericordia deje de abrazar a un alma confiada.
1778 Mi propósito sigue siendo el mismo: la unión con
Cristo Misericordia.
1779 Fin de los ejercicios espirituales; última
conversación con el Señor.
Te agradezco, Amor eterno, por Tu inconcebible
benevolencia para mí, por ocuparte Tu Mismo directamente de Mi
santificación. Hija Mía, que te adornen especialmente tres
virtudes; humildad, pureza de intención [y] amor. No
hagas nada mas, sino lo que exijo de ti y acepta todo lo que te
dé Mi mano. Procura vivir en el recogimiento para oír Mi voz
que es tan bajita que solo la pueden oír las almas recogidas&hellip..
1780 (130) Hoy, hasta la medianoche no he conseguido
dormirme por estar tan preocupada de la renovación de los votos
al día siguiente. La grandeza de Dios envolvía todo mi ser.
- Pentecostés [420]. Renovación de los
votos.
Me levanté mucho [421] antes que de costumbre y fui a
la capilla sumergiéndome en el amor de Dios. Antes de recibir la
Santa Comunión renové mis votos religiosos en voz baja.
Después de la Santa Comunión me ha abrazado el inconcebible
amor de Dios. Mi alma estaba en comunión con el Espíritu Santo
que es el Mismo Señor que el Padre y el Hijo. Su soplo llena mi
alma de tanto deleite que me esforzaría en vano si quisiera dar
aunque en parte la idea de lo que vivía mi corazón. A lo largo
de todo el día, en todas partes donde estaba y durante cada
conversación, me ha acompañado la viva presencia de Dios; mi
alma se ha sumergido en agradecimiento por estas grandísimas
gracias.
- (131) + Hoy, cuando Salí al jardín, el
Señor me dijo: Vuelve a tu habitación aislada,
porque te esperaré allí. Al volver, vi
inmediatamente al Señor Jesús que estaba sentado a la
mesa y me esperaba. Mirándome bondadosamente me dijo: Hija
Mía, deseo que ahora escribas, porque ese paseo no
habría sido conforme a Mi voluntad. Me he quedado
sola y en seguida me he puesto a escribir.
- + Al sumergirme en la oración y unirme a
todas las Misas que en ese momento se estaban celebrando
en el mundo entero, rogué a Dios, a través de todas
esas Santas Misas, la misericordia para el mundo y
especialmente para los pobres pecadores que en ese
momento estaban en agonía. Y en aquel momento dentro de
mi recibí la respuesta de Dios, de que mil almas (132)
habían recibido la gracia a través de la oración que
yo había elevado a Dios. No sabemos qué numero de almas
que podemos salvar con nuestras oraciones y nuestro
sacrificio, por eso oremos siempre por los pecadores.
- Hoy, durante una conversación más larga,
el Señor me dijo: Cuánto deseo la salvación de las
almas. Mi queridísima secretaria, escribe que deseo
derramar Mi vida divina en las almas humanas y
santificarlas, con tal de que quieran acoger Mi gracia.
Los más grandes pecadores llegarían a una gran santidad
si confiaran en Mi misericordia. Mis entrañas están
colmadas de misericordia que está derramada sobre todo
lo que he creado. Mi deleite es obrar en el alma humana,
llenarla de Mi misericordia (133) y justificarla.
Mi reino en la tierra es Mi vida en las almas de los
hombres. Escribe, secretaria mía, que el director de las
almas lo soy Yo Mismo directamente, mientras
indirectamente las guío por medio de los sacerdotes y
conduzco a cada una a la santidad por el camino que
conozco solamente Yo.
- Hoy me visitó la Madre Superiora pero por
muy breve momento. Al mirar a su alrededor me ha dicho
que lo que me rodeaba era demasiado bonito. Y realmente,
las hermanas tratan de hacerme amena la estancia en el
sanatorio. Pero toda la belleza no disminuye mi
sacrificio que solamente Dios ve y que terminará en el
momento en que mi corazón dejará de latir. Ninguna
belleza de toda la tierra ni del cielo mismo borrará el
tormento de mi alma que es vivo a cada momento (134)
aunque muy intimo. Terminará cuando Tu Mismo, Autor de
mi tormento, me digas: &ldquoBasta&rdquo. Nada
tiene el poder de reducir mi sacrificio.
1786 Primer viernes después de Corpus Cristo [422]
[17 VI 1938].
Ya el viernes después de Corpus Cristo me sentí tan
mal que pensé que se acercaba el momento deseado. Apareció una
fiebre alta y por la noche escupí mucha sangre. Sin embargo, en
la mañana fui a recibir al Señor Jesús, pero yo no pude
quedarme a la Santa Misa. Por la tarde, la fiebre bajó
repentinamente a 35,8. Me sentía tan débil que tuve la
sensación como si todo en mi estuviera muriendo. Pero cuando me
sumergí en una oración más profunda, conocí que no era
todavía el momento de la liberación, sino una llamada más
cercana del Esposo.
1787 Al encontrarme con el Señor, (135) le dije: Me
engañas, Jesús, me enseñas la puerta abierta del cielo y me
dejas nuevamente en la tierra. Y el Señor me dijo: Cuando
veas en el cielo tus días actuales, te alegrarás y querrás ver
tantos como sea posible. No Me extraña, hija Mía, que ahora no
logres comprender esto, ya que tu corazón esta desbordado de
dolor y de anhelo por Mi. Me gusta tu vigilancia; te baste Mi
palabra que ya no queda mucho.
Y otra vez mi alma se encontró en el destierro. Me uní
cariñosamente a la voluntad de Dios, sometiéndome a sus
amorosos designios.
- + Las conversaciones sobre las cosas del
mundo que escucho aquí me cansan tanto que estoy a punto
de desmayarme. Lo han notado las hermanas que me asisten,
ya que esto se refleja por fuera.
- (136) + Hoy [423] he visto la gloria de
Dios que fluye de esta imagen. Muchas almas reciben
gracias aunque no lo digan abiertamente. Aunque su suerte
varia, Dios recibe gloria a través de ella y los
esfuerzos de Satanás y de la gente mala se estrellan y
vuelven a la nada. A pesar de la maldad de Satanás, la
Divina Misericordia triunfará en el mundo entero y
recibirá el culto de todas las almas.
- He aprendido que para que Dios pueda obrar
en un alma, ésta tiene que renunciar a actuar por su
propia cuenta, ya que en el caso contrario Dios no
realizará en ella su voluntad.
- Cuando se acercaba una gran tormenta, me
puse a rezar la coronilla. De repente oí la voz de un
ángel: No puedo acercarme con (137) la
tempestad, porque el resplandor que sale de su boca me
rechaza a mí y a la tormenta. Se quejaba el ángel
con Dios. De súbito conocí lo mucho que había de
devastar con esa tempestad, pero conocí también que esa
oración era agradable a Dios y lo potente que es la
coronilla.
- Conocí que cierta alma que es muy
agradable a Dios, a pesar de distintas persecuciones, es
revestida por Dios de una dignidad más elevada, por lo
cual mi corazón experimentó un gozo muy grande.
- Mis momentos más gratos son aquellos
cuando estoy conversando con el Señor dentro de mí.
Procuro, según está en mi poder, que no esté solo; a
Él le gusta estar siempre con nosotros&hellip..
- (138) + Oh Jesús, Dios eterno, Te
agradezco por tus innumerables gracias y bendiciones. Que
cada latido de mi corazón sea un himno nuevo de
agradecimiento a Ti, oh Dios. Que cada gota de mi sangre
circule para Ti, Señor. Mi alma es todo un himno de
adoración a Tu misericordia. Te amo, Dios, por ser Tu
Mismo.
- Oh Dios mío, aunque los sufrimientos son
grandes y se prolongan, los acepto de tu mano como un
magnifico regalo. Los acepto todos, también aquellos que
otras almas no han querido aceptar. Puedes venir a mi, oh
Jesús, con todo, no Te negaré nada; Te pido una sola
cosa, dame la fuerza para soportarlos y haz que sean
meritorios. Aquí tienes todo mi ser, haz conmigo lo que
quieras.
- (139) Hoy he visto el Sagrado Corazón de
Jesús en el cielo [en] una gran claridad; de la herida
salían los rayos y se difundían por el mundo entero.
- Hoy el Señor entro en mi [habitación] y
me dijo: Hija Mía, ayúdame a salvar las almas. Irás
a casa de un pecador agonizante y rezarás esta coronilla
con lo cual obtendrás para él la confianza en Mi
misericordia, porque ya está en la desesperación.
- De repente me encontré en una cabaña
desconocida donde, entre terribles tormentos, agonizaba
un hombre ya avanzado en años. Alrededor de la cama
había una multitud de demonios y la familia estaba
llorando. Cuando empecé a rezar, los espíritus de las
tinieblas se dispersaron con silbidos y amenazas
dirigidas a mí. Esa alma se tranquilizó y llena de
confianza descansó en el Señor.
En el mismo instante me encontré en mi habitación.
Cómo esto sucede, no lo sé.
+
- (140) JMJ. Siento que alguna fuerza me
defiende y protege de las flechas del enemigo. Me
custodia y defiende, lo siento muy bien, estoy protegida
como si estuviera a la sombra de sus alas.
- Oh Jesús mío, sólo Tú eres bueno.
Aunque mi corazón se esforzara para describir al menos
una pequeña parte de Tu bondad, no seria capaz; eso
supera cualquier imaginación nuestra.
- Un día, durante la Santa Misa, el Señor
me hizo conocer mas profundamente su santidad y su
Majestad y al mismo tiempo conocí mi miseria. Me
regocijé de ese conocimiento y toda mi alma se sumergió
en su misericordia; me siento sumamente (141) feliz.
- Al día siguiente sentí evidentemente las
palabras: Ves, Dios es tan santo y tú eres pecadora. No
te acerques a Él y confiésate cada día. Y
efectivamente, cada cosa en que pensé me pareció pecado.
Sin embargo, no abandoné la Santa Comunión y decidí ir
a confesarme a su debido tiempo, no teniendo un
impedimento evidente. No obstante, cuando se acercó el
día de la confesión, preparé una gran cantidad de
pecados para acusarme de ellos.
Pero al acercarme a la rejilla, Dios me permitió
acusarme de dos imperfecciones, a pesar de que me esforzaba por
confesarme según me había preparado. Cuando me alejé del
confesionario, el Señor me dijo: Hija Mía, todos los pecados
que quisiste confesar no son pecados a [142] Mis ojos, por lo
tanto te he quitado la posibilidad de decirlos. Conocí que
Satanás, queriendo turbar mi paz, me sugiere pensamientos
exagerados. Oh Salvador, qué grande es Tu bondad.
- Un día, mientras me preparaba para la
Santa Comunión y me di cuenta de que no tenia nada por
ofrecerle, me caí a sus pies invocando toda su
misericordia para mi pobre alma. Tu gracia que fluye
sobre mi de tu Corazón compasivo me fortifique para la
lucha y los sufrimientos para que te permanezca fiel, y
aunque soy una gran miseria, no Te tengo miedo, porque
conozco bien Tu misericordia. Nada me alejará de Ti, oh
Dios, porque todo es mas pequeño (143) del conocimiento
que tengo [de ti] lo veo claramente.
[Aquí termina el sexto y ultimo cuaderno de los apuntes
de Sor Faustina Kowalska religiosa profesa con votos perpetuos de
la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia].
MI PREPARACION
PARA LA SANTA COMUNION
+
(1) JMJ
Cracovia, 10 I 1938
Mi preparación para la Santa Comunión
Sor Maria Faustina
Del Santísimo Sacramento
Congregación de las Hermanas
de la Madre de Dios de la Misericordia
1804 (2) El momento mas solemne de mi vida es cuando
recibo la Santa Comunión. Anhelo cada Santa Comunión y
agradezco a la Santísima Trinidad por cada Santa Comunión.
Si los ángeles pudieran envidiar, nos envidiarían dos
cosas: primero, La Santa Comunión y segundo, el sufrimiento.
1805 1.+ Hoy me preparo para Tu llegada como la esposa
para la llegada de su Esposo. Este Esposo mío es un gran Señor.
Los cielos no logran contenerlo. Los serafines que está más
cerca de Él cubren sus rostros y repiten sin cesar: Santo,
Santo, Santo.
Este gran Señor es mi Esposo. A Él le cantan los Coros,
ante Él se postran los Tronos, frente a su resplandor se apaga
el sol. Y sin embargo este gran Señor es mi Esposo. Corazón
mío, sal de este profundo asombro sobre cómo lo adoran los
demás, porque no tienes tiempo, visto que se acerca y ya está a
tu puerta.
- Salgo a su encuentro y lo invito a la
morada de mi corazón humillándome profundamente ante su
Majestad. Pero el Señor me levanta del polvo y, como a
su esposa, me invita a sentarme junto a Él y a confiarle
todo (3) lo que tengo en mi corazón. Y yo, animada por
su bondad, inclino mi sien sobre su pecho y le cuento
todo. En primer lugar le digo lo que no diría jamás a
ninguna criatura. Y luego hablo de las necesidades de la
Iglesia, de las almas de los pobres pecadores, de cuánto
necesitan su misericordia. Pero el tiempo pasa
rápidamente. Jesús, tengo que salir de aquí a los
deberes que me esperan. Jesús me dice que queda todavía
un momento para despedirse. Una profunda mirada
recíproca y por un rato nos separamos aparentemente,
pero nunca realmente. Nuestros corazones están unidos
continuamente; aunque por fuera estoy ocupada por
distintos deberes, pero la presencia de Jesús me sumerge
constantemente en un profundo recogimiento.
- 2. + Hoy mi preparación para la venida de
Jesús es breve, pero marcada por un amor intenso. La
presencia de Dios me penetra e inflama mi amor hacia Él.
No hay ninguna palabra, sólo hay un entendimiento
interior. Me sumerjo toda en dios a través del amor. El
Señor se acerca a la morada de mi corazón. Después de
recibir la Comunión apenas estoy consciente para volver
a mi reclinatorio. En ese mismo momento mi alma (4) se
sumerge totalmente en Dios y no sé lo que pasa alrededor.
Dios me da el conocimiento interior de su Ser Divino.
Estos momentos son breves, pero penetrantes. El alma sale
de la capilla profundamente recogida y no es fácil
distraerla. Entonces me parece que toco la tierra con un
solo pie. Ningún sacrifico durante el día resulta
difícil ni pesado. Cada circunstancia despierta un nuevo
acto de amor.
- 3. + Hoy invité a Jesús a mi corazón
como al amor. Tú eres el amor mismo. Todo el cielo se
enciende y llena de Tu amor. Por lo tanto mi alma Te
desea como una flor anhela el sol. Jesús, ven
rápidamente a mi corazón, porque ves que como la flor
requiere el sol, así mi corazón se [lanza] hacia Ti.
Abro el cáliz de mi corazón para acoger Tu amor.
- Cuando Jesús vino a mi corazón, todo
vibró de vida y de calor en mi alma. Jesús, retira mi
amor del corazón y llénalo con el Tuyo. Un amor
ardiente y luminoso que sabe llevar el sacrificio, que
sabe olvidarse completamente de si mismo.
Hoy mi día está marcado por el sacrificio&hellip&hellip
1810 (5) 4. + Hoy me preparo para la venida del Rey.
Qué soy yo y qué eres Tú, Señor, Rey de la gloria,
gloria inmortal. Oh corazón mío, ¿te das cuenta de quién
viene a visitarte hoy? Sí, lo sé, pero es curioso que no puedo
comprenderlo. Oh, si fuera solamente un rey, pero éste es el Rey
de reyes, Señor de los señores. Antes Él tiembla todo poder y
autoridad. Hoy Él viene a mi corazón. Lo oigo acercarse, salgo
a su encuentro y lo invito. Cuando entró en la morada de mi
corazón, mi alma se llenó de un respeto tan grande que se
desmayó atemorizada, cayendo a sus pies. Jesús le dio su mano y
le permitió bondadosamente sentarse a su lado. La tranquilizó: Ves,
he dejado el trono de los cielos para unirme a ti. Lo que estás
viendo es apenas una pequeña muestra y tu alma se desmaya de
amor. ¡Cuánto se asombrará tu corazón cuando Me veas en toda
la plenitud de la gloria! Quiero decirte, sin embargo, que la
vida eterna debe iniciarse ya aquí en la tierra a través de la
Santa Comunión. Cada Santa Comunión te hace más capaz para la
comunión con Dios por toda la eternidad.
1811 Así que, Rey mío, no Te pido nada aunque sé que
(6) me puedes dar todo. Te pido sólo una cosa: sé el Rey de mi
corazón por los siglos, eso me basta.
- Hoy renuevo la sumisión a mi Rey a
través de la fidelidad de las inspiraciones interiores.
- 5. + Hoy no me esfuerzo en ninguna
preparación especial. No sé pensar nada aunque siento
mucho. Añoro el momento en que Dios venga a mi corazón.
Me arrojo en sus brazos y hablo de mi incapacidad y de mi
miseria. Derramo todo el dolor de mi corazón: que no soy
capaz de amarle tal como deseo. Despierto los actos de fe,
esperanza y amor, y de ellos vivo durante todo el día.
- 6. Hoy mi preparación es breve. Una fe
viva y fuerte casi desgarra el velo de amor. La presencia
de Dios atraviesa mi corazón como un rayo de sol el
cristal. En el momento de recibir a Dios, todo mi ser
está sumergido en Él. Me envuelve el asombro y la
admiración viendo la gran Majestad de Dios que se rebaja
hacia mí que soy la miseria misma. De mi alma brota el
agradecimiento (7) por todas las gracias que me concede y
especialmente por la gracia de haberme llamado a su
exclusivo servicio sagrado.
- 7. + Hoy, en la Santa Comunión, deseo
unirme a Jesús lo mas estrechamente posible a través
del amor. Deseo a Dios tan ardientemente que me parece
que no llegaré al momento en que el sacerdote me dé la
Santa Comunión. Mi alma cae como en un desmayo por
anhelar a Dios.
- Después de recibirlo en mi corazón, se
desgarró el velo de la fe. Vi a Jesús que me dijo: Hija
Mía, tu amor Me compensa por la frialdad de muchas almas.
Después de estas palabras me quedé sola, pero
durante todo el día viví del acto de reparación.
- 8. + Hoy siento en mi alma el abismo de
miseria. Deseo acercarme a la Santa Comunión como a la
Fuente de Misericordia y sumergirme toda en este océano
de amor.
Al recibir al Señor Jesús, me arroje en Él como en el
abismo de misericordia insondable y cuanto mas sentía que era la
miseria misma tanto mas aumentaba mi confianza en Él.
En esta humillación pasé el día entero.
- (8) 9. + Hoy mi alma tiene la naturaleza
de un niño. Me uno a Dios como el niño al Padre. Me
siento plenamente la hija de Dios.
- Al recibir la Santa Comunión, tuve un
conocimiento mas profundo del Padre celestial y de su
paternidad para con las almas.
Hoy vivo de la adoración de la Santísima Trinidad.
Agradezco a Dios por haberse dignado adoptarnos, por medio de la
gracia, como a sus hijos.
- 10. + Hoy deseo transformarme toda en el
amor de Jesús y ofrecerme junto con Él al Padre
celestial.
Durante la Santa Misa vi a Jesús pequeñito, en un
cáliz y me dijo: Vivo en tu corazón tal y como Me ves en
este cáliz.
- Después de la Santa Comunión sentí en
mi propio corazón los latidos del Corazón de Jesús.
Aunque desde hace mucho estoy consciente de que la Santa
Comunión dura en mí hasta la siguiente Comunión, hoy
todo el día adoro a Jesús en mi corazón y le pido que
con su gracia proteja a los niños pequeños del mal que
les amenaza. La viva presencia de Dios que se deja sentir
incluso físicamente dura el día entero, no me impide
absolutamente cumplir con mis deberes.
- (9) 11. + Hoy mi alma desea mostrar a
Jesús su amor de modo particular. Cuando el Señor
entró en mi corazón, me arrojé a sus pies como un
capullo de rosa. Deseo que la fragancia de mi amor
ascienda continuamente a los pies de Tu trono. Ves, oh
Jesús, en este capullo de rosa todo mi amor a Ti; pero
no solamente en este momento cuando mi corazón arde amor,
sino que durante el día te daré pruebas de mi amor a
través de la fidelidad a la gracia de Dios.
Hoy todas las dificultades y sufrimientos que enfrento,
los captaré apresuradamente como un capullo de rosa para
arrojarlos a los pies de Jesús. No importa que la mano, o más
bien el corazón se cubra de sangre&hellip..
1823 12. + Hoy mi alma se prepara para la venida del
Salvador que es la bondad y la misericordia misma. Las
tentaciones y distracciones me sacuden y no me dejan prepararme
para la venida del Señor. Deseo fervientemente recibirte, oh
Señor, porque sé que cuando vengas, me liberarás de estos
tormentos. Y si Tu voluntad es que sufra, entonces fortaléceme
para la lucha.
Jesús, Salvador que Te dignaste (10) venir a mi
corazón, aleja estas distracciones que me impiden hablar Contigo.
Jesús me contestó: Quiero que seas como un oficial
entrenado en la lucha que, entre el estruendo de las balas, sabe
dar órdenes a los demás. Igualmente tu, hija Mía, entre las
mas grandes dificultades, has de saber dominarte y que nada te
aleje de Mi, ni siquiera tus caídas.
Hoy he luchado todo el día contra cierta dificultad que
Tu, Jesús, conoces&hellip..
1824 13. + Hoy mi corazón tiembla de alegría. Deseo
mucho que Jesús venga a mi corazón. Estoy llena de un deseo
ardiente, mi corazón ansioso de verlo se enciende con un amor
cada vez mas fuerte.
Cuando Jesús vino, me arrojé en sus brazos como una
niña pequeña. Le conté mi alegría. Jesús escuchaba estas
manifestaciones de mi amor. Cuando le pedí perdón por no
haberme preparado a la Santa Comunión, ya que pensaba
continuamente en compartir [con él] esta alegría, Jesús me
contestó: La mas agradable para Mi es la preparación con la
cual Me has acogido hoy en tu corazón. Hoy bendigo esta alegría
tuya de modo especial. Nada te turbará esta alegría en el día
de hoy&hellip..
- (11) 14. + Hoy mi alma se prepara para la
venida del Señor que lo puede todo, que me puede hacer
perfecta y santa. Me preparo mucho para acogerle, pero de
súbito tuve una dificultad: ¿cómo presentársela? La
rechacé en seguida. La presentaré tal como me lo
dictará el corazón.
- Cuando recibí a Jesús en la Santa
Comunión, mi corazón exclamó con toda la fuerza:
Jesús, transfórmame en una segunda hostia. Quiero ser
una hostia viva para Ti. Tu eres el gran Señor,
omnipotente, Tu puedes hacerme esta gracia. Y el Señor
me contestó: Tú eres una hostia viva, agradable al
Padre celestial, pero medita ¿qué es una hostia? Una
ofrenda. ¿Entonces&hellip..?
Oh Jesús mío, comprendo el significado de la hostia,
comprendo el significado de la ofrenda. Deseo ser una hostia viva
delante de Tu Majestad, es decir, una ofrenda viva que arde para
Tu gloria cada día.
Cuando mis fuerzas empiecen a disminuir, entonces la
Santa Comunión me sostendrá y fortalecerá. De verdad, temo el
día en que no reciba la Santa Comunión. Mi alma recibe una
fuerza admirable de la Santa Comunión.
¡Oh Hostia viva, luz de mi alma!
- (12) 15. + Hoy mi alma se prepara para la
Santa Comunión como para un banquete de bodas en que
todos los participantes lucen una belleza inexpresable. Y
yo también estoy invitada a este banquete, pero no veo
en mi esta belleza, sino un abismo de miseria. Y aunque
no me siento digna de sentarme a la mesa, sin embargo me
deslizaré por debajo de la mesa, y a los pies de Jesús
mendigaré al menos las migas que caigan debajo de la
mesa. Conociendo Tu misericordia me acerco a Ti, Jesús,
porque antes faltará mi miseria que se agote la piedad
de Tu Corazón.
Por eso, en el día de hoy alentaré mi confianza en la
Divina Misericordia.
1828 16. + Hoy me envuelve la Majestad de Dios. No logro
ayudarme de ningún modo para prepararme mejor. Estoy envuelta
totalmente por Dios. Mi alma se inflama de su amor. Sé solamente
que amo y que soy amada. Eso me basta. Procuro ser fiel al
Espíritu Santo durante el día y satisfacer sus exigencias.
Procuro el silencio interior para poder oír su voz&hellip
NOTAS
Primer
Cuaderno
[1]
El 22 de febrero de 1931, durante su estancia en Plock, Sor
Faustina recibió la orden de Jesús de pintar su imagen según
el modelo que le fue mostrado (ver Diario, 47). Intentó cumplir
esta orden, pero sin conocer las técnicas pictóricas, no pudo
realizar la obra. Sin embargo no renunció a la idea de pintar la
imagen. Volvió a ella buscando la ayuda de las hermanas y de los
confesores (Archivo de la Postulación de Sor Faustina &ndash
Recuerdo). En 1933, cuando Sor Faustina llegó a Vilna, su
confesor, el Padre Sopocko propuso al pintor Eugenio Kazimirowski
pintar la imagen según las indicaciones de Sor Faustina. Hasta
1988 el apellido del artista venia citado erróneamente como
Kazimirowski (ver el &ldquoDiccionario de Artistas Polacos y
Extranjeros que trabajaron en Polonia&rdquo de Janusz
Derwojed Ossolineum, t. III, 1979). La imagen fue terminada en
junio de 1934 y colocada en el pasillo del convento de las
Hermanas Bernardas junto a la iglesia de San Miguel en Vilna,
donde el Padre Sopocko era rector.
En
1935, durante las celebraciones con motivo de la clausura del
Año de Jubileo de la Redención del Mundo, la imagen de la
Divina Misericordia fue trasladada a Ostra Brama, y ubicada en lo
alto de un ventanal, para que se viera desde lejos, y estuvo
allí desde el 16 hasta el 28 de abril de 1935. El 4 de abril de
1937, con la autorización del metropolitano de Vilna, arzobispo
Mons. Romualdo Jalbrzykowski, la imagen fue bendecida y colgada
en la iglesia de San Miguel de Vilna. En 1941 por iniciativa del
mismo arzobispo fue convocada una comisión de expertos para
evaluar la imagen. La comisión declaró que la imagen de la
Divina Misericordia pintada por Eugenio Kazimirowski representaba
importantes valores religiosos y artísticos.
En
1942, por encargo de la Congregación de las Hermanas de la Madre
de Dios de la Misericordia, el artista Estanislao Batowski pintó
en Lvov otra imagen de la Divina Misericordia que fue colocada en
la capilla de la Congregación en Varsovia, en la calle Zytnia 3/9.
Durante la insurrección de Varsovia la capilla y con ella la
imagen fueron consumidas por el fuego. Como la imagen pintada por
Batowski gustó mucho, la Superiora General de la Congregación
encomendó al artista pintar otra para la capilla de Cracovia.
Mientras
tanto a la casa cracoviana de la Congregación se dirigió el
pintor Adolfo Hyla con la propuesta de pintar un cuadro como voto
por haberse salvado en la guerra. La Superiora, Madre Irene
Krzyzanowska y el Padre José Andrasz (director espiritual del
alma de Sor Faustina de Cracovia) le dieron una estampa de la
Divina Misericordia (reproducción de la copia de la imagen de
Kazimirowski) así como una descripción de la visión de Sor
Faustina. El trabajo iniciado en noviembre de 1942 fue terminado
en marzo de 1943. El 7 de marzo de 1943 la imagen de Jesús
Misericordioso de autoría de A. Hyla fue bendecida con
solemnidad en la capilla por el Padre J. Andrasz.
El
6 de octubre de 1943 llegó también el cuadro de Batowski.
Surgió, entonces, un problema: ¿cuál de las dos imágenes
había de quedar en la capilla? El asunto fue solucionado por el
cardenal Adan Sapieha durante su inesperada visita. Al ver las
dos imágenes dijo: Dado que el señor Hyla ha pintado el cuadro
como voto, que quede en la capilla de las hermanas.
Resultó,
sin embargo, que la imagen de A. Hyla no cabía en el altar donde
se la colocaba para celebrar oficios a la Divina Misericordia.
Entonces la Superiora de la casa, Madre Irene Krzyzanowska pidió
a este mismo artista otra imagen de Jesús Misericordioso, de
tamaño y forma adecuados al nicho del altar lateral. El primer
domingo después de Pascua, 16 de abril de 1944, celebrado por
primera vez en esta capilla de la Divina Misericordia, el Padre J.
Andrasz bendijo la nueva imagen del pincel de A. Hyla que
presentaba a Jesús Misericordioso con una pradera y un matorral
al fondo. En 1954 A. Hyla repintó el lienzo eliminando la
pradera y el matorral, haciendo el fondo oscuro y pintando el
suelo bajo los pies de Jesús.
La
imagen de la Divina Misericordia del pincel de A. Hyla de la
capilla de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios
de la Misericordia de Cracovia &ndash Lagiewniki pronto se
hizo famosa por las gracias allí otorgadas y sus reproducciones
se divulgaron por el mundo entero. Así se cumplió el deseo del
Señor Jesús expresado a Sor Faustina ya en la primera visión
de la imagen en Plock: Deseo que esta imagen sea venerada
primero en su capilla y en el mundo entero (ver Diario, 47).
[2]
&ldquoAquí&rdquo, es decir en la imagen de la Divina
Misericordia.
[3]
Durante su estancia en Vilna Sor Faustina recibió de su confesor
la recomendación de poner por escrito sus vivencias interiores.
Preguntado por la Congregación ¿por qué Sor Faustina escribió
el Diario?, su confesor, Padre Miguel Sopocko contestó: &ldquoEn
aquel entonces yo era profesor del seminario y en la facultad de
Teología de la Universidad &lsquoStefan Batory&rsquo de
Vilna. No tenia tiempo para escuchar sus largas confidencias en
el confesionario, le recomendé de escribirlas en un cuaderno y
dármelas a leer de vez en cuando. Así nació el Diario&rdquo
(Carta del Padre Sopocko del 6 de marzo de 1972).
Además
de la orden del confesor, en muchas paginas del Diario Sor
Faustina menciona una orden clara de escribir el Diario, hecha
por Jesús Mismo (ver Diario, 372, 459, 895, 965, 1160, 1457,
1665 y otros).
[4]
Con la expresión &ldquolas vanidades de la vida&rdquo
comprendía la vida común de la gente del mundo en el que se
presta poca atención a las inspiraciones interiores de la gracia.
[5]
El baile tuvo lugar en el parque &ldquoVenecia&rdquo de
Lódz cerca de la catedral de San Estanislao Kostka. En el baile
estuvo también la amiga de Elena, Lucina Strzelecka, luego Sor
Julia, ursulina S.J.K. (Recuerdos de las hermanas Ursulinas S.J.K.
de 1991).
[6]
No se logró establecer qué aldea fue.
[7]
Era la iglesia de Santiago Apóstol que se encuentra en Varsovia,
en la calle Grójecka {Plaza Narutowicza, barrio de Ochota).
[8]
Se trata del Padre Santiago Dabrowski (nacido el 18 de agosto de
1862), párroco de la parroquia Santiago Apóstol en Varsovia y
luego decano en el decanato suburbano de Varsovia. Falleció
durante la II Guerra Mundial.
&ldquoMi
marido&rdquo, recuerda Aldona Lipsyc, &ldquohabía pedido
al párroco de la parroquia de San Santiago Apóstol del barrio
de Ochota de encontrar una persona que me ayudara en la casa. El
canónigo Santiago Dabrowski había sido anteriormente párroco
en Klembów y era amigo de mi marido. Lo bautizó, nos casó y
bautizó a todos nuestros hijos. El canónigo nos mandó, en
verano de 1924, a Elena Kowalska con una hojita en la que decía
que no la conocía, y nos deseaba que tuviéramos suerte.&rdquo
[9]
Aldona Lipszyc vivía entonces en Ostrówek, municipio de
Klembów, distrito de Radzymin. Nacida el 14 de abril de 1896 en
Tblisi, hija de Serafín Jastrzebski y Maria Lemke. En los años
1965 &ndash 1966 fue una de los testigos en el proceso
informativo de Sor Faustina.
[10]
No se logró establecer en qué conventos pidió ser recibida.
[11]
Por fin Elena Kowalska se presentó en la Congregación de las
Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia en Varsovia,
calle Zytnia 3/9, la cual, en este lugar, define como &ldquonuestra
puerta&rdquo.
[12]
Recibió a Elena la Madre Micaela Moraczewska, en aquel entonces
Superiora de la casa de Varsovia en la calle Zytnia 3/9.
Micaela
Moraczewska, Olga Moraczewska, nacida en 1873, obtuvo una sólida
instrucción, dominaba varios idiomas, se graduó en el
conservatorio de música. Había entrado en la Congregación
siendo ya una persona plenamente madura. Después de los votos
perpetuos fue nombrada Superiora de la casa de Varsovia.
Desempeñó este cargo hasta 1928. Luego sustituyó a la Madre
Leonarda Cielecka en la función de Superiora General. Cuando
ocupaba este cargo fueron aprobadas las Constituciones de la
Congregación. Fundó nuevas casas en Varsovia (en el barrio de
Grochów), en Rabka, en Lvov y una filial de la casa de Plock en
el pueblo de Biala (a 10 kms. De Plock). Falleció en Cracovia,
el 15 de noviembre de 1966 y fue sepultada en el cementerio del
convento.
[13]
Elena Kowalska trabajó un año mas en casa de Aldona Lipszyc y
luego, sin volver a la casa familiar entró en la Congregación.
[14]
Fue en junio de 1925. La fiesta de Corpus Cristi cayó el
18 de junio y la octava duró hasta el 25 de junio.
[15]
Elena Kowalska, obedeciendo la voluntad de las Superioras,
volvió a presentarse en la Congregación un año después, es
decir, el 1 de agosto de 1925 y aquel día fue recibida
definitivamente.
[16]
Con la Madre Micaela Moraczewska.
[17]
En Varsovia, en la calle Zytnia, la capilla se encontraba en una
casa aparte, no muy alejada de aquella donde vivían las hermanas.
Por eso había sido hecha otra en el primer piso de la casa
ocupada por las hermanas donde se guardaba el Santísimo
Sacramento y donde, de vez en cuando, se celebraban Misas. Las
hermanas la llamaban familiarmente &ldquola capillita&rdquo
o el &ldquoPequeño Señor Jesús&rdquo.
[18]
Según la costumbre de la Congregación, después de las 9 de la
noche era obligatorio el silencio canónico. En aquella hora las
hermanas iban a descansar en recogimiento. Naturalmente no estaba
prohibido rezar en silencio sus oraciones privadas. Probablemente
Elena consideraba una transgresión a esta costumbre orar tendida
en el piso, lo que podía distraer a otras hermanas.
[19]
En aquella época, en la casa de la Congregación en la calle
Zytnia, actuaban como confesores ordinarios (que confesaban cada
semana): el Padre Pedro Loeve y el Padre Bronislao Kulesza. El
confesor extraordinario era el Padre Aloisio Bukowski, S. J. Es
difícil establecer con cuál de ellos se confesó aquel día la
joven aspirante.
El
Padre Pedro Loeve, nacido el 18 de noviembre de 1875, fue
ordenado sacerdote el 31 de mayo de 1898. Era profesor del
seminario de Varsovia, notario y luego viceoficial del tribunal
Arzobispal de Varsovia. Falleció el 19 de septiembre de 1951.
El
Padre Bronislao Kulesza, nacido el 11 de junio de 1885, fue
ordenado sacerdote el 18 de octubre de 1908. Era prefecto en
muchas escuelas. Falleció el 5 de mayo de 1975.
El
Padre Aloisio Bukowski, S. J., nacido el 29 de agosto de 1873,
fue ordenado sacerdote en Peplin el 25 de marzo de 1897. Tras dos
años de trabajo pastoral en la diócesis ingresó en la
Compañía de Jesús. Fue profesor de teología dogmática en el
seminario de Widnawa y después en la Universidad de Varsovia.
Falleció el 7 de julio de 1941.
[20]
Debido a las vivencias espirituales, el trabajo espiritual
demasiado intenso y el cambio del estilo de vida, en Elena
Kowalska se produjo un agotamiento general que inquietó a las
Superioras y la joven postulante fue enviada a Skolimów cerca de
Varsovia.
[21]
Las crónicas de la casa de Varsovia en la calle Zytnia fueron
quemadas durante la guerra, por lo tanto es difícil establecer
con cuáles hermanas la joven postulante salió a Skolimów.
[22]
Por &ldquosuperioras&rdquo se debe entender: la Superiora
General y la Maestra de postulantes, porque ellas decidieron
admitir a Elena Kowalska a la toma de hábito y enviarla al
noviciado en Cracovia.
La
Superiora General era en aquel entonces la Madre Leonarda,
Estefanía Cielecka. Nació el 24 de diciembre de 1850 en Paplin
(la tierra de Siedlce). Provenía de una familia de propietarios
rurales, recibió una instrucción superior, dominaba varios
idiomas. Entró en la Congregación el 1 de octubre de 1885, hizo
los votos perpetuos en 1893 en Varsovia. En 1908 fue nombrada
Superiora en Derdy cerca de Varsovia. Desde 1912 tuvo el cargo de
Superiora en Varsovia y desde 1918 en Walendów. Cuando las casas
de la Congregación en Polonia se hicieron autónomas (hasta
entonces dependían de la casa general en Francia), en el primer
capitulo, celebrado en 1922 en Varsovia, fue elegida primera
Superiora General de la Congregación en Polonia. Desempeñó
este cargo durante 6 años, es decir, hasta 1928 y después fue
asistente de la Superiora General. Falleció el 1 de noviembre de
1933.
La
Maestra de postulantes era entonces la Madre Juana Olga
Bartkiewicz, nacida el 31 de julio de 1858. Entró en la
Congregación el 10 de diciembre de 1877, hizo los votos
perpetuos en Laval, Francia, en 1885. Durante la época en que la
Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia dependía de la casa general en Francia, la Madre
Juana fue Vicaria General para las casas de Polonia. Era una
persona enérgica, exigente, a veces despótica. Manifestaba
mucho cariño a las religiosas jóvenes, pero al mismo tiempo las
dirigía con una mano dura, lo que provocaba una atmósfera de
temor. Terminado el periodo de Vicaria General, durante algún
tiempo fue Maestra del noviciado y de la tercera probación. Por
esta razón, en toda su vida se sintió autorizada para hacer
observaciones a las hermanas jóvenes. Falleció el 1 de julio de
1940 en Varsovia.
[23]
Terminada &ldquola probación&rdquo (el postulantazo), la
candidata hace ocho días de ejercicios espirituales. Durante la
toma de hábito recibe el hábito y el nombre, e inicia el
noviciado.
En
la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia el noviciado dura dos años. El primer año, llamado
&ldquocanónico&rdquo está dedicado a profundizar la
vida interior y conocer la espiritualidad de la Congregación.
Durante aquella etapa la novicia no puede frecuentar ninguna
escuela, dedicarse a los estudios ni a las tareas que la absorban
excesivamente. En el segundo año del noviciado, las novicias
además de dedicarse a sus ejercicios religiosos, pueden estudiar
o trabajar bajo la dirección de las hermanas profesas. Si la
prueba resulta satisfactoria, tanto para la Congregación como
para la novicia, esta última tras dos años de noviciado hace
los votos temporales por un año, para renovarlos después cada
año durante 5 años consecutivos. Sólo después de este periodo
puede ser admitida a hacer los votos perpetuos.
[24]
El Padre M. Sopocko recomendó a Sor Faustina no escribir en el
Diario los nombres de las hermanas. Elena Kowalska vino a
Cracovia el 23 de enero de 1926 para terminar allí el
postulantado. El mismo día murió en Cracovia Sor Enriqueta
Losinska, nacida el 20 de enero de 1897, entró en la
Congregación en 1920, trabajó de zapatera.
[25]
La Maestra del noviciado era entonces la Madre Margarita Ana
Gimbutt, nacida el 10 de octubre de 1857, entró en la
Congregación en 1893. Era Maestra del Noviciado, luego Superiora
en la casa de Vilna, y más tarde todavía Instructora de la
tercera probación. Se distinguió por el espíritu de
abnegación y mortificación. Humilde, amable, absorta en la
oración, era un ejemplo para otras hermanas. Falleció el 8 de
mayo de 1942.
[26]
El Padre Estanislao Respond, nacido el 30 de septiembre de 1877
en Liszki cerca de Cracovia, fue ordenado sacerdote el 10 de
agosto de 1901. Desempeñó el cargo de prefecto y después
rector en el seminario de Cracovia. El 12 de junio de 1927 fue
consagrado obispo. Durante muchos años fue Vicario General de la
arquidiócesis de Cracovia. Lo unían cordiales lazos a la
Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia. Falleció el 4 de febrero de 1958 y fue sepultado
en su pueblo natal de Liszki.
[27]
Fue el día de la toma de hábito, el 30 de abril de 1926.
Recuerda este momento Sor Clemenza Buczek que durante la
ceremonia ponía el hábito religioso a las candidatas: &ldquoEn
mayo de 1926 me fue encomendado asistir a la toma de hábito de
Elenita Kowalska. Cuando la candidata recibió el habito delante
del altar, le dije: Elenita, démonos prisa para poner el hábito.
Elenita se desmayó. Fui corriendo a buscar colonia para
reanimarla&hellip. Después la bromeaba diciendo que había
sido porque le daba lástima dejar el mundo. Sólo después de su
muerte me enteré de que la causa del desmayo no fue el pesar por
el mundo sino otra cosa.&rdquo
[28]
En aquel entonces la Maestra era Sor Maria Josefa Estefanía
Brzoza, nacida en 1889, entró en la Congregación en 1909, hizo
los votos perpetuos el 15 de mayo de 1917. Desempeñaba el cargo
de Maestra de las jovencitas en el instituto de Cracovia. En 1925
fue enviada a Laval en Francia para observar de cerca la
formación de las novicias y para compenetrarse del espíritu de
la Congregación. Tras volver de Laval, el 20 de junio d 1926
tomó la dirección del noviciado y la mantuvo hasta el 30 de
octubre de 1934. Era una Maestra ejemplar y una gran conocedora
de las almas. Exigente, pero a la vez llena de cariño materno y
de cordialidad para cada novicia. En 1934 el capitulo general la
nombró Consejera General y al mismo tiempo fue elegida Superiora
de la casa general en Varsovia. Cinco años más tarde, el 9 de
noviembre de 1939, murió de cáncer.
[29]
Confesaba a las novicias el Padre Teodoro Czaputa. Nacido en 1884,
fue ordenado sacerdote el 7 de julio de 1907. Tras graduarse en
la facultad de Teología en la Universidad Jagellona fue nombrado
rector del seminario menor y juez prosinodal. Desde noviembre de
1925 fue confesor del noviciado de la Congregación de las
Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia en Cracovia.
Desempeñó esta función casi hasta su muerte (2 III 1945),
gozando de gran confianza entre las novicias.
[30]
Fue Sor Plácida Antonio Putyra. Nacida en 1903 entró en la
Congregación en 1924. Falleció el 7 de octubre de 1985.
[31]
En la Congregación, las Superioras pueden dar ordenes &ldquoen
nombre de la santa obediencia&rdquo a las hermanas profesas (las
hermanas que han hecho los votos perpetuos). De hecho la Maestra
no tuvo tal derecho; tampoco Sor Faustina, siendo novicia o sea
antes de pronunciar los votos, tenía la obligación de escuchar
la orden. Si la Maestra usó estas palabras fue porque contaba
con la buena voluntad y la piedad de la novicia y quiso ayudarla
a liberarse de su estado de ánimo desagradable.
[32]
Los ejercicios espirituales obligatorios en la Congregación: la
meditación de media hora por la mañana, una parte del rosario,
el Vía Crucis, el rezo del Pequeño Oficio a la Inmaculada
Concepción.
[33]
Sor Maestra, al igual que otras Superioras religiosas tiene el
poder de eximir una novicia de las prácticas de piedad
obligatorias o cambiarlas por otras.
[34]
En 1927 el Viernes Santo cayó el 15 de abril.
[35]
Sor Faustina pronunció la profesión temporal el 30 de abril de
1928.
[36]
De otras declaraciones de Sor Faustina se puede deducir que eso
sucedió en Varsovia. La entonces Superiora de la casa de
Varsovia, Madre Rafaela Catalina Buczynska, nació el 23 de
diciembre de 1879, entró en la Congregación el 18 de octubre de
1900, falleció el 23 de diciembre de 1956. Era una Superiora
eminente. Se distinguió por sus juicios claros y sanos sobre
personas y cosas y por muy buen sentido práctico. Le importaba
mucho el desarrollo exterior e interior de la Congregación. En
sus relaciones con las hermanas era cordial, espontánea y
perspicaz. Sabía valorar a cada hermana y aprovechar sus
virtudes para el bien común.
[37]
El &ldquocilicio&rdquo es &ldquoun instrumento de
penitencia&rdquo en forma de cinturón tejido de cerda
punzante.
[38]
De la descripción que sigue se deriva que se trata de la capilla
en la casa de la congregación en Varsovia, en la calle Zytnia.
La capilla se encontraba en un edificio aparte, no muy alejado de
la casa donde vivían las hermanas. Se entraba por el patio. En
aquella época la capilla servia exclusivamente a las hermanas y
a las alumnas del instituto. Los laicos apenas tenían acceso a
ella.
[39]
&ldquoAlumnas&rdquo: la Congregación dirigía institutos
de educación para muchachas moralmente descuidadas y difíciles.
Familiarmente se las solía llamar &ldquoalumnas&rdquo o
&ldquoniñas&rdquo. Estaban divididas en grupos (clases)
dirigidos por hermanas educadoras, llamadas &ldquoMadre de la
clase&rdquo.
[40]
En aquel tiempo eran confesores en la casa de Varsovia, en la
calle Zytnia los Padres: Bronislao Kulesza y Francisco Roslaniec,
mientras el Padre Aloisio Bukowski, S. J. era el confesor
extraordinario.
[41]
El padre Miguel Sopocko, nacido el 1 de noviembre de 1888 en
Nowosady en la región de Vilna, fue ordenado sacerdote en 1914,
en Vilna; desde 1928 fue profesor en la facultad Teológica de la
Universidad &ldquoStefan Batory&rdquo en Vilna, y
después de la guerra, en el seminario de Bialystok; desde el 1
de enero de 1933 hasta el 1 de enero de 1942 fue confesor
ordinario de las hermanas de la Congregación. Falleció el 15 de
febrero de 1975 en Bialystok. El Padre Sopocko es candidato a los
altares. El proceso informativo para su beatificación se
desarrolla actualmente en la diócesis de Bialystok.
[42]
Antes de venir a Vilna, Sor Faustina dos veces vio interiormente
a su futuro director espiritual. Una vez fue en Varsovia durante
la tercera probación, y la segunda vez en Cracovia.
[43]
En aquel entonces Sor Faustina no padecía todavía la
tuberculosis que después dominó todo su organismo, sin embargo
estaba muy débil y agotada.
[44]
En aquel tiempo Sor Faustina trabajaba en la cocina de las
alumnas donde se preparaban comidas para mas de 200 personas.
[45]
Como los médicos no le habían diagnosticado enfermedades
orgánicas, otras hermanas pensaban que fingía estar enferma por
no tener ganas de trabajar y preferir rezar.
[46]
En la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia, después de hacer los ejercicios espirituales de
ocho y de tres días todas las hermanas renuevan los votos
rezando juntas la formula de los votos y terminándola con las
palabras: &ldquoDios mío, concédeme la gracia de
observarlos con mas fidelidad que hasta ahora.&rdquo
[47]
&ldquoJózefinek&rdquo, así fue llamada la nueva casa de
la Congregación en Varsovia, en el barrio de Grochów, calle
Hetmanska 44, que era administrada entonces por la Superiora de
la casa general en Varsovia, en la calle Zytnia.
[48]
En aquellos tiempos eran confesores en Plock:
Mons.
Adolfo Modzelewski (1862-1942), prelado del Capitulo Catedral de
Plock. Tras de graduarse en los seminarios de Plock y Roma y
recibir el orden sacerdotal (24 IV 1887) fue profesor en el
seminario de Petersburgo y luego de Plock. El 27 de febrero de
1941, junto con otros sacerdotes fue deportado al campo de
concentración de Dzialdowo y allí asesinado por el invasor
alemán.
El
prelado Luís Wilkonski (1866 &ndash 1940), canónigo,
penitenciario de la catedral de Plock. Ingresó en el seminario
siendo maestro de escuela. Recibió el orden sacerdotal el 5 de
julio de 1891. Fue vicario de la catedral de Plock, luego Padre
espiritual en el seminario de Plock y desde 1909 penitenciario de
la catedral de Plock y capellán de obispo de Plock. El 28 de
febrero de 1940 fue internado con los obispos en Slupno donde
murió el 2 de junio del mismo año. Durante muchos años fue
confesor &ldquoocasional&rdquo de la Congregación de las
Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia en Plock.
El
Padre Venceslao Jezusek, nacido en 1896, fue ordenado sacerdote
en 1920. Entre los años 1923 a 1972 fue profesor del derecho
canónico en el seminario de Plock, desempeñó también el cargo
del canciller de la Curia Diocesana de Plock y durante la guerra
el del Vicario General de la diócesis de Plock. Falleció el 5
de diciembre de 1982.
Actualmente
es imposible establecer con cuál de estos sacerdotes se confesó
Sor Faustina.
[49]
La Superiora de la casa de Plock era entonces la Madre Rosa Juana
Klobukowska, nacida en 1882. Entró en el convento en 1902. Fue
Superiora en varias casas de la Congregación. En los años 1934
-1945 fue asistente de la Superiora General y desde 1946 hasta
1952 Superiora General. Falleció el 18 de noviembre de 1974.
[50]
El Padre José Andrasz, S.J., nacido el 16 de octubre de 1891 en
Wielopole cerca de Nowy Sacz, entró en la Compañía de Jesús
el 22 de septiembre de 1906 y fue ordenado sacerdote el 19 de
marzo de 1919. Casi toda la vida sacerdotal del Padre Andrasz
estuvo unida a la editorial del Apostolado de la Oración. Era su
autor, director y redactor jefe de la revista mensual &ldquoEl
Mensajero del Sagrado Corazón de Jesús&rdquo (1930 &ndash
1938). Falleció el 1 de febrero de 1963.
[51]
Es imposible establecer en qué confesor piensa Sor Faustina. En
este fragmento del Diario recuerda sus vivencias anteriores sin
mencionar la fecha ni el lugar; se refiere solamente a una
declaración del confesor sobre los designios de Dios con
respecto a ella.
[52]
El confesor ordinario del noviciado era entonces el Padre Teodoro
Czaputa.
[53]
Es una referencia al suceso de que habla San Lucas 8, 44-48.
[54]
Ver nota [42].
[55]
La &ldquotercera probación&rdquo es un periodo
preparatorio antes de pronunciar la profesión perpetua. En la
Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia ese periodo dura cinco meses. Faustina hizo la
tercera probación en 1932/33 en Varsovia, bajo la dirección de
la Madre Margarita Gimbutt.
[56]
&ldquoKalwaria&rdquo &ndash &ldquoCalvario&rdquo,
así se solía llamar en Vilna las estaciones del Vía Crucis que
se encontraban en los cerros cubiertos de bosques. Las distancias
entre las estaciones se solían llamar &ldquodrózki&rdquo
&ndash &ldquocaminitos&rdquo, de allí &ldquoel
paseo de los caminitos&rdquo. De la casa de la Congregación
en Antokol (Vilna) se podía llegar al &ldquoCalvario&rdquo
en un barco.
[57]
En aquel tiempo salió de Vilna para su tercera probación Sor
Petronila que trabajaba en la cocina. Sor Faustina fue a
sustituirla.
[58]
La Superiora en Vilna era entonces la Madre Irene Maria
Krzyzanowska, nacida el 25 de noviembre de 1889. Entró en la
Congregación el 7 de diciembre de 1916. Fue educadora en un
instituto para las muchachas, colaboradora de la Maestra de las
novicias, Superiora de distintas casas y asistente de la
Superiora General. Falleció el 3 de diciembre de 1971 en Wroclaw.
[59]
La hermana que iba a acompañar a Sor Faustina era probablemente
Justina Golofit. Los lazos de amistad unían a las dos religiosas
desde el noviciado, y seguramente por esta razón la Madre Irene,
para agradar a Sor Faustina, le asignó como compañera de viaje
a su amiga del noviciado.
Sor
Justina Mariana Golfit, nacida el 5 de julio de 1908, entró en
la Congregación en agosto de 1927. Después de los votos
trabajó en la cocina en Varsovia, Vilna, Radom. Fue una de los
testigos en el proceso informativo de Sor Faustina. Falleció el
28 de abril de 1989.
[60]
Las hermanas que trabajaban en la cocina alternaban cada semana
en los distintos trabajos.
[61]
Probablemente era ya el comienzo de la tuberculosis, pero los
médicos no la reconocieron.
[62]
La Madre Rafaela Buczynksa.
[63]
Biala, una localidad cerca de Plock donde la Congregación
compró las casitas de una antigua finca e hizo allí una casa de
descanso para las hermanas y las alumnas de la casa de Plock. Las
habitaciones de las hermanas se encontraban en una pequeña casa
solariega, rodeada de un jardín. Se entraba por un pórtico.
[64]
En los institutos dirigidos por la Congregación y destinados a
las muchachas y mujeres abandonadas moralmente, se encontraban
con frecuencia personas rebeldes y hostiles a la religión y a
los santos sacramentos. Se necesitaba a veces mucho tiempo y una
gracia especial de Dios para que en sus posturas se diera un
cambio.
[65]
Las palabras &ldquoAunque me mataras, yo confiaré en Ti&rdquo,
son una referencia a las conocidas palabras de Job 13, 15.
[66]
Muy posiblemente el Padre Miguel Sopocko.
[67]
Eran las alumnas del instituto de Vilna: Imelda, Edzia, Ignacia,
Margarita y Enviga Owar (ver Archivo de la Postulación de Sor
Faustina, Carta de J. Owar). Las cuatro primeras ya fallecieron.
J. Owar fue testigo en el proceso informativo de Sor Faustina.
Un
acta correspondiente sobre esta visión de Sor Faustina fue hecha
en Vilna el 28 de noviembre de 1934 y firmada por Sor Faustina,
Sor Taida, que escribió las declaraciones de Sor Faustina, y la
alumna Imelda. La autenticidad de las declaraciones fue
confirmada por la Madre Irene Krzyzanowska, Superiora de la casa.
[68]
La imagen de la Divina Misericordia, pintada por Eugenio
Kazimirowski, por primera vez fue expuesta al publico gracias a
las gestiones del Padre M. Sopocko, durante el triduo antes de
las celebraciones con motivo de la clausura del Jubileo de la
Redención del Mundo, entre los días 26 y 28 de abril de 1935.
Fue ubicada en lo alto, en un ventanal de Ostra Brama de modo que
se la veía desde lejos. La ceremonia coincidió con el primer
domingo después de Pascua que según Sor Faustina debía ser la
Fiesta de la Misericordia, tal y como pidió Jesús. El Padre M.
Sopocko dijo entonces un sermón sobre la Divina Misericordia.
[69]
El catecismo de los votos religiosos. En la Congregación de las
Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia las Maestras de
las novicias se servían de la pequeña obra del Padre Pedro
Cotel, S.J. titulada &ldquoCatecismo de los votos&rdquo.
Con base en él las Maestras elaboraban su propio manual para la
enseñanza de los votos religiosos, en forma de preguntas y
respuestas, y cada hermana tomaba apuntes en su cuaderno que
debía aprender de memoria.
[70]
Después de la palabra &ldquosalía&rdquo la frase queda
interrumpida y la frase siguiente habla ya de otra cosa. Sabemos
que Sor Faustina escribía su Diario en secreto. Posiblemente en
aquel momento alguien la habrá interrumpido y después ya no
continuó la idea iniciada.
[71]
Pudieron ser la Madre Micaela Moraczewska, Superiora General de
la Congregación, o Sor Maria Josefa Brzoza, Maestra del
noviciado.
[72]
Se trata probablemente de las adversidades relacionadas con el
cumplimiento de los deberes cotidianos y la falta de comprensión
por parte de las personas que la rodeaban.
[73]
En la Congregación las hermanas no disponen de habitaciones
individuales, sino que varias ocupan una sola sala. El lugar de
cada hermana está separado por un biombo fijo. La parte de la
sala así separada, en la Congregación se llama &ldquocelda&rdquo.
[74]
Con la palabra &ldquodescuidarme&rdquo Sor Faustina quiso
definir su consciente huida de las inspiraciones interiores y
hasta una distracción intencional. Pero de estos &ldquodescuidos&rdquo
sabia sólo ella. No se notaban por fuera.
[75]
&ldquoEn otro lugar&rdquo, en otra página del Diario.
Durante largo tiempo Sor Faustina no apuntaba sus vivencias, los
estados de su espíritu ni las gracias recibidas. Sólo por una
expresa recomendación del confesor, Padre M. Sopocko, comenzó a
describir sus vivencias actuales y también las anteriores que
recordaba. Después de algún tiempo quemó sus apuntes.
El
Padre M. Sopocko lo relata así: &ldquoCuando fui por un par
de semanas a la Tierra Santa, ella, bajo la sugerencia de un
supuesto ángel, quemó el Diario. Como penitencia le ordené
escribir de nuevo lo que había destruido. Mientras tanto venían
otras vivencias que ella apuntaba entrelazándolas con los
recuerdos del cuaderno quemado. Por esta razón su Diario carece
del orden cronológico.&rdquo
[76]
&ldquoLos votos perpetuos&rdquo, en la Congregación de
las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia se hacen tras
cinco años de profesión temporal. La Superiora General después
de escuchar la opinión de su consejo, admite a la profesa a
hacer los votos perpetuos o la despide.
[77]
Por el Padre J. Andrasz, S. J. (durante los ejercicios
espirituales del 20 al 30 de abril de 1933) que la comprendió y
le dio consejos oportunos.
[78]
Muy probablemente que Sor Faustina se refiere aquí al Padre M.
Sopocko.
[79]
Pintar la imagen de Cristo con la firma &ldquoJesús, en Ti
confío&rdquo, exponerla al culto publico, divulgar la
coronilla de la Divina Misericordia. Todos estos &ldquodeseos
del Señor&rdquo fueron cumplidos gracias a las gestiones del
Padre M. Sopocko.
[80]
El director espiritual, Padre M. Sopocko.
[81]
Probablemente la Madre Margarita Gimbutt.
[82]
Sor Faustina era entonces postulante y trabajaba en la cocina con
Sor Marciana Oswiecinek que le había recomendado limpiar y lavar
los platos después del almuerzo. Sor Marciana salió. Elena, la
futura Sor Faustina, se puso a trabajar, pero como las hermanas
seguían llegando y a cada momento alguna pedía la comida u otra
cosa, el trabajo que le había sido encomendado quedó sin ser
hecho. Al volver a la cocina Sor Marciana, al ver los platos sin
lavar, le ordenó como penitencia sentarse sobre la mesa y quedar
allí, mientras ella misma se puso a trabajar.
Sor
Marcia, Julia Oswiecimek, nacida en 1897, entró en la
Congregación en 1919. Durante largos años trabajó de cocinera.
Falleció el 20 de abril de 1979.
[83]
Sor Marciana no podía dar una orden &ldquobajo obediencia&rdquo.
Según se deriva de sus recuerdos, dijo a Elena, que no había
hecho el trabajo encomendado, que se sentara en la mesa y la
mirara a ella hacer aquel trabajo. Elena, sorprendida por este
tipo de penitencia, tardaba en cumplirla. Entonces, Sor Marciana
la preguntó: ¿Es tan obediente la pequeña Elena? Sor Faustina
comprendió esa pregunta como una orden &ldquoen virtud de la
obediencia&rdquo.
[84]
En algunas casas de la Congregación y entre otras también en la
de Varsovia, en la calle Zytnia 3/9, las hermanas hacían guardia
nocturna para impedir que entraran ladrones. Las hermanas que
estaban de guardia rondaban la casa, iluminaban el patio, miraban
por las ventanas para evitar un eventual robo.
[85]
La Congregación de las Franciscanas de la Familia de Maria fue
fundada en 1857 por el arzobispo Segismundo Felinski. La casa
general de esta Congregación se encuentra en Varsovia, en la
calle Zelazna y es vecina a la casa general de la Congregación
de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia.
[86]
El &ldquoPequeño Jesús&rdquo ver nota [17].
[87]
En 1929, Sor Faustina estuvo algún tiempo en la casa de la
Congregación en Kiekrz, cerca de la ciudad de Poznan.
[88]
Sustituía, probablemente, a Sor Modesta Rzeczkowska que en aquel
tiempo estaba enferma y tuvo que ir a Varsovia para someterse a
un tratamiento.
[89]
Al comienzo de cada mes todas las hermanas dedican un día a la
renovación del espíritu, es decir, a los ejercicios
espirituales mensuales. Aquel día no hay recreo, las hermanas
observan el silencio y un mayor recogimiento, hacen una hora de
meditación, el Vía Crucis, y también el examen de conciencia,
que incluye el trabajo interior de todo el mes y además durante
media hora meditan sobre la muerte.
[90]
Un día al mes, establecido por la Maestra, cada novicia lo
vivía como &ldquodía de la cruzada&rdquo. Aquel día
debía procurar un mayor recogimiento y unión a Jesús
Eucarístico, pedía también a la Maestra una mortificación
adicional y ofrecía a Jesús todo su trabajo, plegarias y
sufrimientos en compensación por los pecadores. Algunas hermanas
continuaban esta práctica después de terminar el noviciado.
[91]
Ver nota [55].
[92]
La Maestra de la tercera probación era entonces la Madre
Margarita Gimbutt.
[93]
Walendów, una localidad cercana de Varsovia (parroquia de
Nadarzyn). Las hermanas tenían allí un instituto para la
educación de muchachas. En 1936, a pedido del Ministerio de
Justicia, la Congregación abrió en Walendów un pabellón para
muchachas y mujeres sentenciadas por los tribunales por primera
vez.
Sor
Faustina estuvo en Walendów con ocasión de los ejercicios
espirituales y también desde el 25 de marzo hasta abril de 1936.
[94]
La Madre Micaela Moraczewska.
[95]
Los ejercicios espirituales fueron predicados por el Padre
Edmundo Elter, S. J. Nacido el 14 de noviembre de 1887, entró en
la orden de los jesuitas el 15 de julio de 1905. Sacerdote de
vasta erudición, estudió en la Universidad de Varsovia y luego
en Roma y Paris. En 1926 fue nombrado profesor de ética en la
Universidad Gregoriana de Roma. En 1932 volvió a Varsovia
dedicándose a dirigir los ejercicios espirituales. En los años
1945 a 1948 administró la provincia Polonia Mayor &ndash
Mazovia de los jesuitas. Después volvió a la Universidad
Gregoriana. Falleció en Roma, el 27 de agosto de 1955.
[96]
Ver nota [19]
[97]
Era, probablemente, la Madre Juana Bartkiewicz.
[98]
Derdy, una localidad perteneciente a la parroquia de Nadarzyn,
cerca de Walendów. La princesa Czetwertynska regaló a la
Congregación un terreno con bosque y dependencias, con el fin de
instalar allí un instituto para huérfanos marginados. Hasta
1947 la casa estaba bajo la administración de la Superiora de
Walendów, después se convirtió en un instituto autónomo de la
Congregación.
[99]
A la tercera probación de Sor Faustina asistieron: Sor
Buenaventura Edelman Glowacka (1902 &ndash 1936), Sor
Florentina Pajak (1905 &ndash 1950), Sor Enriqueta
Skolimowska (1900 &ndash 1974), Sor Renata Jodlowska (1903
&ndash 1962).
[100]
&ldquoVestuario&rdquo, almacén de ropa de las hermanas y
también taller de costura de la ropa para las religiosas. Las
hermanas que trabajaban en el vestuario lavaban, reparaban y
llevaban a otras hermanas la ropa limpia, y cuidaban también que
no faltara ropa en el almacén.
[101]
En aquellos tiempos las Hermanas de la Congregación de la Madre
de Dios de la Misericordia se dividían en dos coros, es decir,
las Hermanas Directoras y las coadjutoras (ayudantes). De la
pertenencia al coro decidía la dirección de la Congregación
tomando en cuenta el nivel intelectual, la edad y los talentos de
la candidata.
Las
Hermanas Directoras dirigían la Congregación y los institutos
de educación de jóvenes, mientras que las hermanas coadjutoras
servían de ayuda, especialmente en los trabajos físicos.
[102]
&ldquoEl cinturón de hierro&rdquo, especie de cinturón
semejante a una red punzante de alambre. Era uno de los
instrumentos de penitencia.
[103]
La Madre Micaela Moraczewska.
[104]
En la casa de la Congregación en la calle Zytnia de Varsovia
confesaban: el Padre Aloisio Bukowski, S. J., confesor
extraordinario, el Padre Pedro Loeve, confesor ordinario; el
Padre Francisco Roslaniec, confesor ordinario; el Padre Bronislao
Kulesza, confesor ordinario.
[105]
Enfrente de la pequeña capilla, al otro lado del pasillo, había
una sala donde se celebraban las reuniones de las hermanas.
[106]
&ldquoEl recreo&rdquo: tiempo dedicado para el descanso
de las hermanas después del trabajo.
[107]
La Superiora de la casa de Varsovia era entonces la Madre Rafaela
Buczynska (ver también nota [36]).
[108]
La hermana menor de Elena, Wanda Kowalska, nacida en 1920. Según
las palabras de Josefa Kowalska, hermana mayor de sor Faustina,
poco antes de la segunda Guerra Mundial, Wanda entró en la
Congregación de las Hermanas Ursulinas del Corazón de Jesús
Agonizante. Durante la guerra fue deportada por los alemanes a
los territorios del Reich. Después de la liberación no volvió
a Polonia, se casó con un inglés y se fue con él a Inglaterra.
[109]
La Madre Margarita Gimbutt.
[110]
Probablemente uno de los confesores ordinarios en Varsovia.
[111]
Sor Maria Josefa Brzoza.
[112]
Los supuestos permisos consisten en que un religioso hace algo
sin que el Superior lo sepa, pero tiene la certeza de que el
Superior le hubiera dado su permiso.
[113]
Las hermanas terminaban la tercera probación en la casa del
noviciado.
[114]
Ver Diario, 55.
[115]
Sor Faustina tenía miedo de que sus vivencias pudieran ser
ilusiones, tanto más que lo sospechaban algunos confesores, así
como las Superioras.
[116]
&ldquoLos votos perpetuos&rdquo, son los últimos votos
religiosos con los cuales la profesa promete a Dios para siempre
la castidad, la pobreza y la obediencia. Sólo la Sede
Apostólica tiene el poder de dispensar de estos votos.
[117]
El paño funeral, un gran trozo de tela negra con una cruz blanca
en el centro que se usaba para cubrir el féretro. Según el
ritual de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia,
antes de hacer los votos perpetuos, es decir, antes de leer la
fórmula de la profesión, las hermanas se postraban en cruz
delante del altar y se las cubría con este paño fúnebre en
señal de que habían muerto para el mundo. Al mismo tiempo las
hermanas que presenciaban la ceremonia, rezaban en voz alta el
Salmo 129 (De Profundis), y las campanas tocaban como
durante un entierro. El celebrante, generalmente un obispo,
rociaba con agua bendita a las hermanas postradas en cruz debajo
del paño y después decía: &ldquoLevántense las que están
muertas al mundo, y Jesucristo las iluminará&hellip..&rdquo
[118]
El Padre M. Sopocko.
[119]
En la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia había la costumbre de que cada mes las hermanas
pedían a la Superiora el permiso de hacer pequeñas
mortificaciones y de rezar otras plegarias que las de uso en la
Congregación, pedían también la dispensa de observar algunas
normas a las cuales, por el momento, no podían someterse y
muchas otras cosas según las necesidades de cada hermana.
[120]
El obispo Estanislao Rospond que en aquella época presidía la
ceremonia de la toma de hábito y la de los votos en la
Congregación de las Hermanas de la Madre de dios de la
Misericordia.
[121]
La Madre Micaela Moraczewska.
[122]
La Superiora en Czestochowa era entonces la Madre Serafina
Salomea Kukulska, nacida el 30 de noviembre de 1873. Entró en la
Congregación el 18 de julio de 1894. Fue educadora y luego
Superiora en Cracovia, Czestochowa y Walendów. Falleció el 10
de junio de 1964.
[123]
Ver nota [59].
[124]
La fiesta de la Madre de Dios de la Misericordia que se celebra
el 5 de agosto es la fiesta patronal de la Congregación.
[125]
Ver Is. 53, 2-9.
[126]
Ver Diario, 53 y 67
[127]
El Padre Casimiro Dabrowski, S. J., nacido el 8 de febrero de
1890, fue ordenado sacerdote el 29 de mayo de 1920 y después de
seis años de trabajo en la diócesis, el 30 de julio de 1926,
entró en la Compañía de Jesús, donde fue misionero,
conferenciante y confesor. Falleció el 16 de abril de 1976.
[128]
Es decir, pintar la imagen de la Divina Misericordia, instituir
la Fiesta de la Divina Misericordia.
[129]
La madre Irene Krzyzanowska.
[130]
&ldquoDirector&rdquo, director espiritual, el Padre M.
Sopocko.
[131]
Se trata de la imagen pintada en Vilna por Eugenio Kazimirowski.
[132]
&ldquoSiervo fiel&rdquo, es decir, el Padre M. Sopocko.
[133]
El Padre. M. Sopocko.
[134]
Sucedió en la iglesia de San Miguel, donde el Padre Sopocko era
rector y donde celebraba las Santas Misas.
[135]
Eugenio Kazimirowski.
[136]
La Madre Irene Krzyzanowska.
[137]
Posiblemente era Sor Filomena Andrejko que falleció el 13 de
julio de 1934 a las 4. 45 por la tarde. Desde hacia cuatro años
estaba gravemente enferma de asma del corazón. Su agonía duró
14 horas. Sor Filomena Victoria Andrejko, nacida el 25 de mayo de
1878, entró en la Congregación el 25 de noviembre de 1894,
trabajó como educadora, sacristana, ecónomo de la casa de la
Congregación en Varsovia.
[138]
En la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia había la costumbre de que todas las hermanas sanas,
cada jueves, de nueve a diez de la noche, hacían la adoración
reparadora, &ldquola Hora Santa&rdquo. En los jueves que
precedían el primer viernes del mes, la adoración duraba toda
la noche, pero las hermanas hacían turnos de una hora.
[139]
La doctora Elena Maciejewska (1888 &ndash 1965) era entonces
medico de las hermanas de la casa de Vilna.
[140]
El Padre M. Sopocko.
[141]
La Madre Irene Krzyzanowska.
[142]
La meditación sobre las verdades divinas, terminada con un
propósito practico. En la Congregación de la Madre de Dios de
la Misericordia las hermanas hacen diariamente media hora de
meditación. Por la noche preparan los llamados puntos, es decir,
temas para la meditación de la mañana siguiente.
[143]
La propagación del culto a la Divina Misericordia (ver Diario,
47-50).
[144]
El Padre M. Sopocko.
[145]
&ldquoNuestra gente&rdquo, es decir, las personas que
todos los días traían pan al convento.
[146]
En Cracovia, en la calle Smolenska, está la iglesia de la Divina
Misericordia, construida en los años 1626 &ndash 1629,
consagrada el 25 de octubre de 1665. Su fiesta patronal se
celebra el 14 de septiembre, el día de la Exaltación de la
Santa Cruz.
[147]
&ldquoEl capitulo&rdquo, así se llamaba la reunión de
las hermanas durante la cual la Superiora de la casa daba una
conferencia ascética, hacia observaciones sobre la observancia
de las normas religiosas y las hermanas se acusaban de sus
transgresiones en la observancia de la regla.
[148]
&ldquoLa Madre&rdquo, es decir, Superiora de la casa. En
aquel tiempo, en Vilna era Superiora Sor Borgia Enviga Tichy.
Nacida el 25 de enero de 1887, entró en la Congregación en 1913.
Fue enfermera y Superiora en Vilna y Walendów. Falleció el 26
de abril de 1970 en Wroclaw. Fue testigo en el proceso
informativo de Sor Faustina.
[149]
&ldquoLa bendición&rdquo, un breve oficio con la
bendición con el Santísimo Sacramento.
[150]
Una de las costumbres vigentes en la Congregación de las
Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia &ndash en el
dorso de las estampitas o en trozos de papel se escriben nombres
de Divinas personas y de distintos santos y el día del Año
Nuevo, durante el desayuno, cada hermana saca uno recibiendo, de
este modo, a su patrono para el año que empieza.
[151]
Llevar &ldquola cadenita&rdquo como el cinturón (ver
nota [101]) era una de las practicas de penitencia.
[152]
De la carta del Padre M. Sopocko a Sor Faustina, de noviembre de
1937, se deriva, que él habló de la institución de la Fiesta
de la Divina Misericordia con el nuncio apostólico en Polonia,
arzobispo Felipe Cortesi y esperaba que el nuncio presentara el
asunto al Santo Padre.
[153]
En el manuscrito de Sor Faustina este propósito está escrito en
una hoja aparte.
[154]
Esta visión se refiere a la historia del culto a la Divina
Misericordia en las formas propuestas por Sor Faustina. La
Notificación de la Congregación del Santo Oficio del 6 de marzo
de 1959 (Acta Apostolicae Sedis LI [1959] p.271) prohibía la
difusión del culto a la Divina Misericordia en las formas
propuestas por Sor Faustina. Como consecuencia, de las iglesias
fueron retiradas las imágenes de la Divina Misericordia pintadas
según la visión de Sor Faustina y los sacerdotes dejaron de
predicar sobre esta forma de culto a la Divina Misericordia. El
mismo Padre M. Sopocko fue amonestado severamente por la Sede
Apostólica y tuvo también otros disgustos.
También
la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia tenía prohibido difundir el culto y en consecuencia
dejó de distribuir las estampitas, la coronilla y otras
oraciones de Sor Faustina. Parecía que la misión de Sor
Faustina iba a ser completamente aniquilada.
Hasta el momento de publicar la Notificación, en la casa
cracoviana de la Divina Misericordia había sido objeto de gran
veneración y estaba toda cubierta de agradecimientos por las
gracias obtenidas. Cada tercer domingo del mes se celebraba una
Misa Solemne y los sacerdotes predicaban sobre la Divina
Misericordia, mientras que el primer domingo después de Pascua
se celebraba como la Fiesta de la Divina Misericordia. En 1951,
el cardenal Adán Sapieha concedió la indulgencia plenaria por
el periodo de siete años a los asistentes a los oficios que se
celebraban el día de la Fiesta.
Ante
la prohibición de la Sede Apostólica las hermanas se dirigieron
al arzobispo Eugenio Baziak, entonces Ordinario de Cracovia, para
preguntar qué hacer con la imagen de la Divina Misericordia que
se encontraba en el altar lateral de la capilla de las hermanas
recibiendo la veneración por parte de los fieles, y también
qué actitud tomar ante los actos celebrados hasta entonces. En
respuesta el arzobispo E. Baziak recomendó dejar la imagen en su
lugar, no prohibir a los fieles de pedir las gracias necesarias
delante de la imagen, ni tampoco eliminar los actos que hasta
entonces se celebraban en honor de la Divina Misericordia. De
este modo el culto a la Divina Misericordia en las formas
propuestas por Sor Faustina resistió la prueba del tiempo en un
pequeño centro de la Congregación en la calle Wronia (actualmente
de Sor Faustina) 3/9, en Cracovia, donde yacen los restos
mortales de Sor Faustina.
Y
algo más importante: el 30 de junio de 1978 la Sede Apostólica
levantó la prohibición de la Notificación del Santo Oficio de
1959. La Sagrada Congregación por la Doctrina de la Fe hizo
pública la Notificación (AAS LXX [1978] p. 3501) firmada el 15
de abril de 1978 por el prefecto de la misma, cardenal Franjo
Súper y el secretario, arzobispo Jerome Hamer, O.P. del
siguiente contenido: &ldquoDe varias partes, especialmente de
Polonia, también por vía oficial, se venia preguntando si se
debe mantener vigentes las prohibiciones de la Notificación de
la Congregación del Santo Oficio, publicadas en el &lsquoActa
Apostolicae Sedis&rsquo en 1959, p. 271, referentes al culto
a la Divina Misericordia en las formas propuestas por Sor
Faustina Kowalska. La Sagrada Congregación, al tomar en cuenta
los muchos documentos originales, desconocidos en 1959,
consideradas las circunstancias fundamentalmente cambiadas y al
tomar en cuenta las opiniones de muchos Ordinarios polacos,
declara que las prohibiciones contenidas en la Notificación
citada anteriormente, dejan de ser válidas.&rdquo
El
12 de julio de 1979, en respuesta al Superior General de la
Congregación de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción
de la Santísima Virgen Maria, que en nombre del Superior de la
provincia estadounidense de San Estanislao Kostka de la misma
Congregación, había pedido una autorizada explicación del
contenido de la Notificación de 1978 que levantaba la
prohibición de la divulgación del culto en las formas
propuestas por Sor Faustina Kowalska, el prefecto de la Sagrada
Congregación por la Doctrina de la Fe, cardenal Franjo Súper
hizo constar: &ldquoRespecto al asunto (tratado en la carta
del Padre General) me agrada hacerle saber que con la
Notificación publicada el 30 de junio de 1978 (AAS LXX [1978] p.
350), madurada a la luz de la documentación original escogida,
también por la esmerada intervención informativa del entonces
arzobispo de Cracovia, cardenal Farol Wojtyla la Santa Sede ha
determinado abrogar la prohibición contenida en la anterior
Notificación de 1959 (AAS, 1959, p. 271), por lo cual se estima
que no existe mas, por parte de esta Sagrada Congregación,
ningún impedimento a la difusión de la devoción a la Divina
Misericordia en las autenticas formas propuestas por la religiosa
ya mencionada&rdquo (Faustina Kowalska).
Actualmente
el culto se divulga con un nuevo ímpetu, suscita también un
creciente interés por parte de los teólogos. Parece que se
está cumpliendo lo que predijo Sor Faustina.
[155]
De la descripción de una visión Sor Faustina pasó en este
momento a citar las palabras que oía dentro de sí, sin marcarlo
con la puntuación adecuada.
[156] Los ejercicios espirituales en Vilna ( 4 &ndash 12 de
febrero de 1935) fueron dirigidos por el Padre Pablo Macewicz, S.
J. Durante la Santa Misa al final del retiro espiritual las
hermanas recibieron la Santa Comunión bajo las dos especies.
[157]
Con la palabra &ldquosí&rdquo, sin ningún signo grafico,
Sor Faustina empieza a citar las palabras de Jesús que oyó
dentro de sí.
[158]
&ldquoLa renovación&rdquo, así se llama en la
Congregación la renovación de los votos religiosos. Las
Constituciones de la Congregación de las Hermanas de la Madre de
Dios de la Misericordia ordenaban que dos veces al año, es decir,
después de los ejercicios espirituales de ocho y de tres días,
cada hermana renovara los votos de castidad, pobreza y obediencia.
[159]
&ldquoEl dueño de casa&rdquo, Jesús escondido en la
Eucaristía.
[160]
La Madre María Josefa Brzoza, Maestra de Sor Faustina en el
noviciado y después Superiora en Varsovia.
[161]
&ldquoJózefinek&rdquo, ver nota [47].
[162]
La Superiora General, Madre Micaela Moaraczewska estuvo entonces
algunos días en la casa en el barrio de Grochów.
[163]
La Madre Borgia Tichy.
[164]
Sor Maria Salomea Olszakowska, fallecida en junio de 1962.
[165]
Se trata de la imagen de la Divina Misericordia pintada por
Eugenio Kazimirowski. La imagen fue expuesta en publico en Ostra
Brama al final de las celebraciones del Jubileo de la Redención
del Mundo, en los días 16-28 de abril de 1935 (ver Diario, 419 y
nota [1]).
[166]
El Padre M. Sopocko.
[167]
El Padre M. Sopocko.
[168]
En el manuscrito aparece una palabra polaca anticuada que
significa &ldquoatajar el paso&rdquo.
[169]
El Padre M. Sopocko.
[170]
En el manuscrito viene la expresión &ldquooficio de cuarenta
días&rdquo. Sor Faustina se equivocó, ya que se trata del
oficio de cuarenta horas que consiste en exponer al Señor Jesús
en la custodia durante 40 horas para la veneración pública.
Este oficio tiene carácter expiatorio, de reparación. En las
casas de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de
la Misericordia este oficio se solía celebrar antes de la fiesta
de San José, el 19 de marzo o antes del día de Protección de
San José, el miércoles después del segundo domingo después de
Pascua.
[171]
Sor Faustina creía que debía salir de la Congregación de las
Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia y fundar una
Congregación nueva cuyo fin seria difundir la devoción a la
Divina Misericordia e implorar misericordia para el mundo.
[172]
El Padre M. Sopocko. Don Sopocko resalta en sus recuerdos que sin
poder escuchar largas confidencias de Sor Faustina en el
confesionario le recomendó apuntar todas las vivencias
interiores en el Diario. Mientras tanto los asuntos que
requerían ser tratados verbalmente, Sor Faustina los presentaba
en la habitación del confesor.
[173]
Este deseo de Jesús maduró poco a poco en la mente de Sor
Faustina, teniendo cierta evolución: de la orden estrictamente
contemplativa (que al principio quiso fundar y para la cual
escribió el resumen de la regla) al movimiento formado también
por Congregaciones activas, así como por seglares (ver Diario,
1155-1158).
La
tarea de fundar una nueva Congregación en la vida de Sor
Faustina misma hay que mirarla por la óptica de las experiencias
de la noche pasiva del espíritu, lo que indica el análisis
estructural de las descripciones de sus vivencias que contienen
los mismos elementos de los cuales habla San Juan de la Cruz en
&ldquoLa noche oscura&rdquo. A través de estas
experiencias Dios la elevó a las cumbres de la mística,
mostrando con ella un ejemplo del cumplimiento perfecto de las
tareas y del espíritu de la nueva Congregación.
Después
de la muerte de Sor Faustina la idea de la nueva Congregación
fue interpretada y llevada a la práctica de varios modos.
Algunos
incluyen a sus viejas estructuras las tareas y el espíritu de la
nueva Congregación, convergente con la idea de renovación del
Concilio Vaticano II. Cuenta entre ellos la Congregación de las
Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia que, siendo
heredero de la misión de Sor Faustina, ha incluido a sus tareas
la de divulgar la Divina Misericordia e impetrarla para el mundo
entero, así como ha enriquecido su espiritualidad de la &ldquomisericordia&rdquo
con nuevas formas de culto y con la profundidad teológica que
ofrece el Diario.
Otros
fundan nuevas comunidades que se proponen realizar esta idea.
Cuenta entre ellos la Congregación de las Hermanas de Jesús
Misericordioso. Las primeras candidatas (J. Osinska e I.
Naborowska) hicieron los votos privados ante el Padre Sopocko
durante la II Guerra Mundial, en Vilna. Cuando vinieron a Polonia
se establecieron en Myslibórz. El 25 de agosto de 1947 la nueva
Congregación empezó la vida comunitaria. Existe también el
Instituto laico de la Divina Misericordia, fundado por los Padres
Sopocko y L. Nowak, S. J. Además, en Polonia y allende sus
fronteras existen otras comunidades comprometidas en la
realización de la idea de la nueva Congregación y un gran
movimiento de seglares que actúan en grupos o individualmente.
En
su encíclica Dives in misericordia, el Santo Padre Juan
Pablo II planteó ante toda la Iglesia en la etapa actual de su
historia las tareas definidas por Jesús para &ldquola nueva
Congregación&rdquo.
[174]
En 1935 el Corpus Cristi cayó el 20 de junio. La imagen
de la Divina Misericordia, del pincel de Eugenio Kazimirowski,
fue colocada en uno de los altares que se construyen para la
procesión de Corpus Cristi.
[175]
El Padre M. Sopocko.
[176]
Fue la confesión de hermanas de la casa de la Congregación en
Vilna. Confesaba el Padre Sopocko.
[177]
Los ejercicios espirituales de tres días (12-16 VIII 1935)
fueron dirigidos por el Padre Emilio Zyczkowski, S. J. (1899
&ndash 1945) director del colegio de jesuitas y luego
Superior de la provincia Polonia Mayor &ndash Mazovia de los
mismos.
[178]
El Padre M. Sopocko.
[179]
El Padre M. Sopocko.
[180]
El arzobispo Romualdo Jalbrzykowski.
[181]
La coronilla a la Divina Misericordia. Por gestiones del Padre M.
Sopocko fue impresa al dorso de la estampita de la Divina
Misericordia (reproducción de la copia de la imagen de E.
Kazimirowski), en Cracovia.
[182]
El arzobispo Romualdo Jalbrzykowski.
[183]
La fiesta de San Miguel Arcángel se celebra el 29 de septiembre.
[184]
El Padre M. Sopocko sin estar seguro de las inspiraciones de Sor
Faustina relacionadas a la fundación de la nueva Congregación,
quiso someter esta cuestión al examen de otro sacerdote, por lo
tanto le recomendó presentar todos los mandatos interiores a su
confesor de Cracovia, Padre J. Andrasz, S. J.
[185]
Hasta 1969 la fiesta de Cristo Rey se celebraba el ultimo domingo
de octubre. En 1935 cayó el 27 de octubre.
[186]
La Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia tiene en Cracovia su propio cementerio que se
encuentra al fondo del jardín que rodea el convento. En ese
cementerio están enterradas todas las hermanas y alumnas
fallecidas en Cracovia. En el mismo cementerio fue sepultada
también Sor Faustina y descansó allí hasta el momento de la
exhumación, es decir, hasta el 25 de noviembre de 1966.
[187]
Era Sor Vitalina Bárbara Maslowska, nacida el 4 de diciembre de
1852, falleció el 6 de enero de 1939.
[188]
Durante las conversaciones individuales mensuales con la
Superiora, las hermanas pedían permiso de poder rezar, en el
tiempo libre, sus propias oraciones, fuera de la regla y las
costumbres de la Congregación.
Segundo
Cuaderno
[189]
A Sor Faustina le ordenó escribir el Diario su confesor, Padre M.
Sopocko. Sor Faustina consideraba su mandato tan importante como
las ordenes en nombre del voto de obediencia (ver Diario, 894).
En las posteriores paginas del Diario encontramos palabras que
dan prueba de que la orden de escribir le fue dada también por
Jesús Mismo.
[190]
En la Congregación de las hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia no se agrega al nombre religioso otro nombre, pero
las hermanas lo pueden hacer no oficialmente. Y así Sor Faustina
agregó a su nombre el &ldquodel Santísimo Sacramento&rdquo.
[191]
En aquel entonces, en la Congregación se practicaban adoraciones
nocturnas antes del primer viernes del mes. En este caso se trata
de otra adoración. Las Superioras podían dar permiso para hacer
una adoración y en ciertas circunstancias incluso ordenar
hacerla.
[192]
Se trata del 15 de noviembre, porque el 16 del mismo cae la
fiesta de la Virgen de Ostra Brama.
[193]
La Superiora de la casa en Vilna era entonces Sor Borgia Tichy.
[194]
El confesor de las hermanas era entonces el Padre M. Sopocko.
[195]
En el refectorio había una tablilla en la que la Superiora de la
casa ponía las tarjetas con nombres de las hermanas a las que
correspondían distintas tareas. En este caso se trataba de estar
de guardia en la puerta durante las comidas de la Comunidad.
[196]
La disposición de los capítulos se basa sobre las
Constituciones de la Congregación de las Hermanas de la Madre de
Dios de la Misericordia, editadas en 1930.
[197]
Según las viejas Constituciones de la Congregación el titulo de
&ldquoMadre&rdquo correspondía a las miembros de la
dirección general y a todas las Superioras de la casas. Para
crear un ambiente más familiar en los institutos de educación
dirigidas por la Congregación, las alumnas daban el titulo de
&ldquoMadre&rdquo también a sus Maestras.
[198]
El oficio (Liturgia de las Horas): oración litúrgica de la
Iglesia compuesta por salmos y lecturas.
[199]
La clausura es la parte del convento donde no pueden pasar las
personas de fuera.
[200]
Sor Faustina tuvo la visión de la casa destinada para la sede de
la nueva Congregación. Era una casa completamente destruida en
la calle Santa Ana 12, en Vilna. El confesor de Sor Faustina,
Padre M. Sopocko la restauró de sus propios fondos, con la
intención de destinarla a la nueva Congregación. Sin embargo,
la guerra impidió la realización de estos planes.
[201]
La imagen de la Divina Misericordia con la firma &ldquoJesús,
en Ti confío&rdquo.
[202]
El Padre M. Sopocko.
[203]
Sor Faustina usa una palabra que tiene varios significados en
polaco. Puede ser una pequeña capa, un delantal sobre la falda y
también una camisita de niño. Aquí Sor Faustina la utiliza en
este último sentido.
[204]
&ldquoSe someterán a la disciplina&rdquo, se flagelarán.
[205]
Es difícil decir en qué ayunos pensaba Sor Faustina.
Probablemente se refería al Miércoles de Ceniza y al Viernes
Santo.
[206]
Llamados popularmente &ldquodías secos&rdquo. Eran tres
días en cada trimestre (miércoles, viernes y sábado) con el
ayuno obligatorio.
[207]
En aquel tiempo, era obligatorio ayunar en las vigilias de las
siguientes festividades: Pentecostés, Asunción de la Santísima
Virgen Maria y Todos los Santos.
[208]
La Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia, al igual que algunas otras Congregaciones, ha
elegido a la Virgen Santísima como Superiora general de la
Congregación confiándole todos los problemas temporales y
eternos. El acto en que participaron las Superioras de todas las
casas tuvo lugar el 5 de agosto de 1937 en la casa general de
Varsovia, calle Zytnia 3/9. Luego fue repetido en todas las casas
de la Congregación el 15 de agosto de 1937.
[209]
&ldquoInvernadero&rdquo, invernáculo.
[210]
El Padre M. Sopocko.
[211]
Ver nota [200].
[212]
El arzobispo Romualdo Jalbrzykowski.
[213]
Posiblemente se trata del arzobispo R. Jalbrzykowski y sus
reservas respecto a la idea de Sor Faustina de fundar la nueva
Congregación.
[214]
Probablemente el Padre M. Sopocko. En sus recuerdos sobre Sor
Faustina escribe lo siguiente: &ldquoMis dificultades
llegaron al punto culminante en enero de 1936. No hablé de ellas
a nadie hasta el día crítico cuando pedí la oración a Sor
Faustina. Con gran sorpresa mía, aquel día todas las
dificultades reventaron como una pompa de jabón, mientras Sor
Faustina me confesó que se había encargado de mis sufrimientos
y aquel día los padeció tantos como nunca en su vida.&rdquo
[215]
&ldquoTe Deum laudamus&rdquo, &ldquoTe
alabamos, Señor&rdquo es un himno de agradecimiento.
[216]
El Padre M. Sopocko.
[217]
Se trata probablemente de Sor Verónica Marciana Rapisz, nacida
el 18 de marzo de 1853. Entró en la Congregación el 16 de
diciembre de 1881. Toda su vida religiosa trabajó en la huerta.
Falleció el 28 de enero de 1936 en Vilna.
[218]
&ldquoToda la Comunidad&rdquo, en este caso las hermanas
de la casa en Vilna.
[219]
La Superiora de la casa en Vilna era entonces Sor Borgia Tichy.
[220]
Lo mas probable es que era el Padre M. Sopocko. Dan prueba de
ello las palabras sobre &ldquola triple corona: de la que ya
se habló anteriormente (Diario, 596) en relación a su persona.
[221]
&ldquoEl abuelito santo&rdquo así llama Sor Faustina a
San José de acuerdo con cierta tradición cristiana según la
cual San José era anciano cuando nació Jesús.
[222]
Probablemente se trata del Padre M. Sopocko.
[223]
A aquella visión de Sor Faustina el Padre M. Sopocko hace
referencia en su carta del 31 de marzo de 1972.
[224]
Al igual que en otras casas de la Congregación de las hermanas
de la Madre de Dios de la Misericordia también en Vilna había
un instituto para jovencitas. A veces las alumnas adoraban a
Jesús junto a las hermanas en reparación por sus pecados y los
de los demás.
[225]
Es de suponer que trata aquí de la fundación de la nueva
Congregación.
[226]
La Madre Borgia Tichy.
[227]
Ver Diario, 506.
[228]
La Madre Borgia Tichy.
[229]
La Madre Micaela Moraczewska.
[230]
El oficio vespertino con la bendición con el Santísimo
Sacramento.
[231]
Probablemente era Sor Antonia Grejweul que en sus recuerdos sobre
Sor Faustina escribió lo siguiente: &ldquoDespués de la
confesión estaba inquieta y tenia dudas de si el Señor Jesús
me había perdonado. Llorando pedí a Sor Faustina que rogara por
mi. A la mañana siguiente me dijo: Usted está en la gracia del
Señor Jesús, porque me contestó en seguida que no estaba
disgustado por sus culpas, pero si le duele la falta de confianza
en su perdón. Rezaré para pedirle perdón por usted.&rdquo
Sor
Antonia Agueda Grejwel, nacida el 13 de septiembre de 1877,
entró en la Congregación el 29 de junio de 1909 en Vilna donde
permaneció hasta 1945 cuando la casa fue cerrada. Durante la II
Guerra Mundial, y precisamente en 1939, junto con otras hermanas,
fue detenida en la prisión de Lukiszki en Vilna, pero siendo
letona, algún tiempo después fue puesta en libertad. Tras la
evacuación de las hermanas de Vilna fue destinada a la casa de
la Congregación en Biala, cerca de Plock, donde murió el 22 de
enero de 1960.
[232]
Por equivocación al final de la frase Sor Faustina repitió el
verbo &ldquoveía&rdquo.
[233]
Probablemente era Sor Regina que había conocido a Sor Faustina
en el noviciado. Sor Regina (Valeria Jaworska), nacida el 28 de
noviembre de 1905, entró en la Congregación en 1926. Fue
testigo en el proceso informativo de Sor Faustina. Falleció el
27 de abril de 1984.
[234]
La casa de Walendów se encontraba en una situación económica
muy difícil.
[235]
En aquella época confesaba a las hermanas en Walendów el Padre
Césalo Maliszewski (1880 &ndash 1957), párroco de Nadarzyn.
No se sabe si Sor Faustina se confesaba con él.
[236]
El Padre José Andrasz, S. J.
[237]
Es decir, salía de la Congregación de las Hermanas de la Madre
de Dios de la Misericordia para fundar una Congregación nueva,
apremiada por las inspiraciones interiores.
[238]
La Madre Micaela Moraczewska.
[239]
&ldquoAnteriormente&rdquo, es decir, antes de los votos
perpetuos en 1933 en Cracovia (ver Diario, 52).
[240]
La carta del Padre M. Sopocki, escrita en Vilna que data del 10
de julio de 1936.
[241]
Se trata probablemente del folleto del Padre M. Sopocko titulado
&ldquoLa Divina Misericordia&rdquo, editado en 1936, en
Vilna.
[242]
En la cubierta estaba la imagen en color de Jesús Misericordioso,
copia del cuadro de Eugenio Kazimirowski.
[243]
En el manuscrito, después de la palabra &ldquoconmovió&rdquo
Sor Faustina agregó por error las palabras (me el momento).
[244]
El medico del Sanatorio de Pradnik, doctor Adán Silberg, judío
convertido al catolicismo, nació en 1896. En los años 1937
&ndash 1939 (hasta el estallido de la II Guerra Mundial) fue
director de los Institutos Sanitarios Urbanos en Cracovia y
precisamente en el hospital de Pradnik, llamado comúnmente &ldquosanatorio&rdquo
(actualmente es el Hospital Urbano Especializado que lleva en
nombre de Juan Pablo II). Son poco seguras las informaciones que
se tiene sobre la suerte del doctor desde el comienzo de la
guerra.
[245]
La Superiora de Sor Faustina en la casa cracoviana de la
Congregación era la Madre Irene Krzyzanowska.
[246]
El medico del &ldquosanatorio&rdquo en Pradnik
diagnosticó la tuberculosis de los pulmones y para que la
enferma no contagiara a otras hermanas recomendó separarla. Sor
Faustina fue instalada en una habitación destinada para los
enfermos graves, en la llamada enfermería.
[247]
En este caso &ndash puntos (ideas principales) para la
meditación dictadas por el Padre Ladislao Wojton, S. J. que en
los días 20 &ndash 29 de octubre de 1936 dirigió los
ejercicios espirituales antes de los votos de las hermanas.
[248]
&ldquoBetania&rdquo aquí significa el lugar de descanso.
En la Betania evangélica Jesús tenia amigos a los que iba a
visitar con gusto para descansar (comparar Jn 12, 1-11).
[249]
La renovación de los votos después de los ejercicios
espirituales tuvo lugar el viernes, 30 X 1936.
[250]
En el cementerio, al fondo del jardín del convento.
[251]
La Madre Micaela Moraczewska.
[252]
Ver Diario, 46.
[253]
Sor Faustina hizo los votos temporales (llamados por ella &ldquoanuales&rdquo)
el 30 de abril de 1928.
[254]
Es de suponer que el Padre M. Sopocko examinaba los asuntos
referentes a la propagación del culto a la Divina Misericordia,
la institución de la Fiesta de la Divina Misericordia y la
fundación de la nueva Congregación.
[255]
En la carta que data del 21 de noviembre de 1936, el Padre M.
Sopocko informó a Sor Faustina sobre la divulgación del culto a
la Divina Misericordia y sobre los asuntos relacionados a la
fundación de la nueva Congregación.
[256]
Parece que Sor Faustina se equivocó al hablar de su edad, puesto
que según sus propias palabras (Diario, 15) recibió esta gracia
en 1925 durante la octave de Corpus Cristo. Dado que
nació en 1905, entonces en 1925 tenia 20 y no 18 años (ver
Diario, 16 y nota [14]).
[257]
Sor Faustina repitió, por error, la palabra &ldquoalma&rdquo,
después de la palabra &ldquofelicidad&rdquo.
[258]
Es decir la adoración de pocos minutos de Jesús en el
Santísimo Sacramento.
[259]
El doctor Adán Silberg.
[260]
Sor Davida (Antonia Cedro, nacida el 17 de septiembre de 1898) de
la Congregación de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús.
Las hermanas de esta Congregación trabajaron en el hospital de
Pradnik.
[261]
Sor Faustina usó una palabra polaca que puede ser traducida
también como &ldquofundamento&rdquo.
[262]
Fue el primer descanso en la terraza del hospital.
[263]
Sor Felicia Juana Zakowiecka, nacida en 1900, entró en la
Congregación en 1926. Fue ecónomo en las casas de Vilna y
Cracovia y luego Superiora en la casa de la Congregación en
Rabka y más tarde en Derdy. Encontró a Sor Faustina en Vilna y
Cracovia (1936- 1938). Fue testigo en el proceso informativo de
Sor Faustina. Falleció en la casa de la Congregación en Wroclaw,
el 7 de noviembre de 1975.
[264]
La Casa cracoviana de la Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia (en el barrio de Lagiewniki) se
encontraba a unos 10 kms de Pradnik donde estaba internada Sor
Faustina. Con el transporte de entonces, se necesitaba mucho
tiempo y esfuerzo para llegar al hospital. Esto explica las pocos
frecuentes visitas a Sor Faustina.
[265]
Se trata de los sufrimientos y humillaciones que soportó el
Padre M. Sopocko con relación a sus gestiones por la
divulgación del culto a la Divina Misericordia y la fundación
de la nueva Congregación. Sor Faustina tuvo una visión interior
de esos sufrimientos y escribió de ella al Padre Sopocko (mencionó
este hecho el mismo Padre Sopocko en la carta del 6 de marzo de
1972).
[266]
Sor Crisóstomo Maria Korczak, nacida en 1892, entró en la
Congregación en 1921. Trabajó como educadora y luego como
enfermera. Encontró a Sor Faustina en Vilna y después en
Cracovia poco antes de su muerte. En el proceso informativo fue
testigo de oficio.
[267]
El doctor A. Silberg.
[268]
Sor Cayetana Maria Bartkowiak, nacida el 19 de enero de 1911,
entró en la Congregación en 1933. Con Sor Faustina estuvo en
las casas de Varsovia y Cracovia. Fue testigo en el proceso
informativo.
[269]
Ver nota [221].
[270]
La habitación aislada en el hospital de Pradnik.
[271]
Después de las fiestas de Navidad Sor Damiana Ziólek acompañó
a Sor Faustina al hospital de Pradnik. He aquí su relato: &ldquoEn
la noche cerca de la puerta de nuestro convento fue abandonado un
recién nacido. A la mañana siguiente Sor Francisca encontró el
niñito, se ocupó de él, lo lavó, le dio a comer y se puso a
buscar a alguien que lo adoptara. Se enteró de ello una de
nuestras vecinas que no tenía hijos y deseaba tomar uno para
criar. A propuesta de la Congregación aceptó al niño y
expresó el deseo de registrarlo a su nombre. Aprovechando la
calesa que acompañaba a Sor Faustina a Pradnik, fue con el niño
a la parroquia de Podgórze para bautizarlo e inscribir en los
registros parroquiales. A esa persona se refiere Sor Faustina en
el Diario.&rdquo Sor Damiana Sofía Ziólek, nacida el 18 de
octubre de 1911, entró en la Congregación en 1927. Con Sor
Faustina se relacionó en 1932 en Plock y luego en Cracovia. Fue
testigo en el proceso informativo. Falleció el 12 de junio de
1990.
[272]
La iglesia parroquial de San José en Cracovia, barrio de
Podgórze.
[273]
Sor Damiana Ziólek.
[274]
El arzobispo Romualdo Jalbrzykowski.
[275]
Posiblemente el folleto de que se habla en la nota [241].
[276]
Posiblemente el arzobispo R. Jalbrzykowski, el Padre M. Sopocko y
el Padre J. Andrasz, S. J.
[277]
Sor Faustina recuerda aquí el día 2 de enero de 1934 cuando fue
por primera vez al taller del pintor Eugenio Kazimirowski para
hablar de la imagen de la Divina Misericordia.
[278]
La Superiora de las Siervas de Dios del Sagrado Corazón en el
hospital de Pradnik era Sor Sebastiana Elena Wasik.
[279]
Para fundar la Congregación cuyo fin era propagar la confianza
en la Divina Misericordia e invocarla por el mundo.
[280]
Sor Faustina estaba internada en el primer pabellón de
tuberculosos que estaba a unos 70 pasos de la capilla.
[281]
Comparar San Lucas 2, 34-35.
[282]
&ldquoUn recado confidencial&rdquo, una pequeña carta
sin sobre con bordes pegados.
[283]
Posiblemente el arzobispo R. Jalbrzykowski, el Padre M. Sopocko y
el Padre J. Andrasz, S. J.
[284]
Se celebró en Manila, Filipinas, del 3 al 7 de febrero de 1937.
[285]
El director espiritual de Sor Faustina era entonces el Padre J.
Andrasz, S. J. Es de suponer, pues, que a él fue dirigida la
carta para pedir permiso para ciertas prácticas de penitencia.
[286]
&ldquoLa Pasión&rdquo, aquí, un oficio que se celebra
en Cuaresma durante el cual se cantan las &ldquoPenas
amargas&rdquo, himnos paralitúrgicos polacos
particularmente conmovedores que se cantan por todo el pueblo
alternativamente como salmos para meditar y celebrar la Pasión
del Señor.
[287]
A base de estas invocaciones el Padre M. Sopocko compuso las
letanías a la Divina Misericordia, corrigiendo algunas y
agregando mas de diez nuevas.
[288]
El onomástico religioso de Sor Faustina era el 15 de febrero.
[288a]
La idea de los últimos tiempos y de la proximidad del terrible
día de la justicia vuelve a mencionarse en las dos revelaciones
siguientes: (42) del 17 de febrero de 1937 y la (43) del 28 de
febrero de 1937. Jesús se refiere en ellas a la última tabla de
salvación para la humanidad. El 17 de febrero, clavado en la
cruz, dijo: Las almas mueren a pesar de Mi amarga Pasión. Les
ofrezco la última tabla de salvación, es decir, la Fiesta de Mi
Misericordia. Si no adoran Mi Misericordia, morirán para siempre.
Las
mismas ideas, pero expresadas en otra secuencia, se encuentran en
la revelación (43): Deseo que Mi Misericordia sea venerada;
le doy a la humanidad la ultima tabla de salvación, es decir, el
refugio en Mi Misericordia. Mi corazón se regocija de esta
Fiesta.
Estas
dos citas tienen tres ideas: de la última tabla de salvación,
de la Fiesta y del refugio en la Misericordia. Sin embargo,
existe entre ellas una diferencia grande y notable en lo que se
refiere a esta última tabla: ¿qué es? En la primera
revelación se lee que es la Fiesta de la Misericordia. Esta
discordancia impone tres interrogantes: 1) ¿Permite una
teología correcta que la Fiesta de la Misericordia sea para las
almas su ultima tabla de salvación? 2) ¿Es posible un acuerdo
entre las dos revelaciones? 3) ¿Cuál de las dos revelaciones
reproduce, sin deformarlas, las palabras de Jesús?
Si
se atribuye a las palabras su sentido propio, no se puede afirmar,
ni en una teología correcta, ni con buen sentido, que la Fiesta
de la Misericordia, con las grandes promesas, es la última tabla
de salvación para las almas. Lo seria en el caso de que las
almas no tuvieran ningún otro medio para salvarse; lo seria, si
la celebración de la Fiesta fuera necesaria para salvarse. Ahora
bien, en primer lugar, esta afirmación de lo escrito en
la (42) revelación contradice la estructura de la devoción que
ofrece, a todas las almas, otro medio extraordinario de
salvación, a saber, la recitación, con fe y con firmeza de la
coronilla a la Divina Misericordia. En segundo lugar, el
tenor mismo de la presente relación no atribuye la cualidad de
tabla de salvación (es decir el hecho de ser necesaria a la
salvación) a la Fiesta, sino a la adoración de la Misericordia;
esta afirmación contradice, por consiguiente, lo restante de la
revelación. Y este culto, de acuerdo con la buena teología y
según las revelaciones concernientes a la devoción, se hace
sobre todo fuera de la Fiesta, cada día de nuestra vida. Porque,
según las revelaciones, consiste esencialmente en la confianza
en la Misericordia de Dios, y es un género de vida cristiana,
más bien que una devoción. En tercer lugar, muchas almas
se han salvado y han alcanzado una santidad heroica sin haber
celebrado la Fiesta de la Misericordia.
La
Fiesta de la Misericordia, por lo tanto, debe verse en este
contexto como una ocasión que sirve como un atractivo poderoso
para que los pecadores se aprovechen de las promesas que Jesús
les extiende en esta celebración que los motiva a confiar en que
Él les responderá. El mostrar esa confianza mediante el
cumplimiento con las condiciones de Jesús para recibir ese día
el perdón total de los pecados y penas, como un verdadero &ldquosegundo
bautismo&rdquo, será para algunas almas la oportunidad de
reconciliarse con Dios. Esto permitirá que Él las presente «resplandecientes
a si mismo; sin que tengan mancha ni arruga ni cosa parecida,
sino que sean santas e inmaculadas» (Efesios 5, 27), y así
serán salvadas &ldquopara toda la eternidad.&rdquo
[289]
El Padre M. Sopocko, siendo director espiritual de Sor Faustina,
le recomendó subrayar cuidadosamente en su Diario todo lo que,
según ella, provenía de Dios, y especialmente todo lo que se
refería a instituir la Fiesta de la Divina Misericordia y fundar
la nueva Congregación.
[290]
En la capilla del sanatorio donde se guardaba el Santísimo
Sacramento.
[291]
El doctor Adán Silberg.
[292]
El 15 de febrero de `1937 falleció en Plock Sor Cornelio Sofía
Trzaska. Nació en 1888, en 1905 entró en la Congregación donde
trabajó de zapatera.
[293]
El Padre Buenaventura Madeja de la orden de los Padres Escolapios
vivía entonces en Cracovia en la calle Pijarska. Nacido en 1906,
fue ordenado sacerdote en 1932. Fue Superior de la casa,
Consejero General, Provincial. En los años 1965 &ndash 1966
fue juez en el proceso informativo de Sor Faustina. Falleció el
13 de septiembre de 1980.
[294]
Durante la Cuaresma, en la capilla del sanatorio se cantaban las
&ldquoPenas amargas&rdquo.
[295]
En el lenguaje sacerdotal la palabra &ldquocosecha&rdquo
significa la Cuaresma como tiempo de ejercicios espirituales y
confesión de los fieles.
[296]
Sor Faustina escribió sobre esta cuestión en la carta del 10 de
junio de 1938 a sus hermanas Natalia y Wanda.
[297]
Haciendo los ejercicios espirituales de un día (el día de
recogimiento mensual), Sor Faustina escuchó predicaciones del
Padre Buenaventura Madeja para el personal del sanatorio.
Tercer
Cuaderno
[298]
JMJ &ndash Jesús, María, José.
[299]
La palabra en plural &ldquoconfesores&rdquo parece
indicar que Sor Faustina recibió la recomendación de escribir
el Diario no solamente del Padre M. Sopocko, sino también del
Padre J. Andrasz, S. J.
[300]
El director espiritual de Sor Faustina en Vilna, Padre M. Sopocko
recuerda que ella tenia dones extraordinarios como: visiones,
iluminaciones, oía voces interiores. Aquí sabemos de uno de
estos dones, el de conocer interiormente las vivencias de las
personas que tenían relaciones con ella.
[301]
A fundar la nueva Congregación.
[302]
A &ldquola Pasión&rdquo, para cantar las &ldquoPenas
amargas&rdquo.
[303]
Durante los primeros votos las Hermanas de la Congregación de la
Madre de Dios de la Misericordia recibían el velo negro, una
pequeña cruz, el rosario y el cinturón. Sor Faustina hace
referencia a esta pequeña cruz.
[304]
Se trata de instituir la Fiesta de la Divina Misericordia el
primer domingo después de Pascua.
[305]
En aquella época, tenían acceso a la capilla de la
Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia solamente las hermanas y las alumnas del instituto.
Sólo durante la ocupación alemana (durante la II Guerra Mundial)
fue abierta a todos los fieles.
[306]
&ldquoLa oscuridad&rdquo: lugar (altar o capilla) donde
se conservaba el Santísimo Sacramento el Jueves Santo.
[307]
Radio Polaca transmitía las celebraciones del Jueves Santo.
[308]
El Padre J. Andrasz.
[309]
Probablemente el Padre Teodoro Czaputa que siendo capellán de la
casa de Cracovia, predicaba en la capilla de la Congregación
todos los domingos.
[310]
La Maestra del noviciado era entonces Sor Calixto Elena
Piekarczyk, nacida el 30 de marzo de 1900. Entró en la
Congregación en 1920. Asumió el cargo de Maestra de novicias el
10 de diciembre de 1934, después de Sor M. J. Brzoza y lo tuvo
hasta el 8 de septiembre de 1945. Falleció el 11 de septiembre
de 1947.
[311]
&ldquoCausa&rdquo, &ldquoasunto&rdquo, &ldquoobra&rdquo:
con estas palabras Sor Faustina llama en el Diario su misión de
divulgar el culto a la Divina Misericordia, por ejemplo, a
través de instituir la nueva Fiesta y fundar la nueva
Congregación.
[312]
Se trata del articulo sobre la Divina Misericordia publicado por
el Padre M. Sopocko en el semanario de Vilna &ldquoTygodnik
Katolicki &ndash Nasz Przyjaciel&rdquo (&ldquoSemanario
Católico &ndash Nuestro Amigo&rdquo), 1937, número 14.
[313]
En el manuscrito: &ldquoantes que&rdquo.
[314]
En la casa cracoviana de la Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia, todas las semanas el capellán
daba conferencias sobre temas ascéticos, llamadas comúnmente
&ldquoclases de catecismo&rdquo.
[315]
Ver Diario, 40 &ndash a partir de las palabras &ldquoAl
levantarnos de los reclinatorios&hellip..&rdquo
[316]
Todos los años, las Hermanas de la Congregación de la Madre de
dios de la Misericordia hacen los ejercicios espirituales de tres
días, además del recogimiento de ocho días.
[317]
En la casa cracoviana de la Congregación se celebraban entonces
(20 &ndash 29 IV 1937) los ejercicios espirituales de ocho
días antes de los votos y la toma de hábitos por las hermanas.
Dirigió esos ejercicios espirituales el Padre José Plaza, S. J.
(1884 &ndash 1950), el entonces Superior de la casa
provincial de los jesuitas en Cracovia (Maly Rynek).
[318]
Se trata de una de las predicaciones del Padre J. Plaza, S. J.
[319]
Es difícil relacionar esta frase del Diario con algunas
discusiones concretas en el Vaticano sobre la institución de la
Fiesta de la Divina Misericordia. El cardenal Eugenio Pacelli era
entonces Secretario de Estado en la Sede Apostólica.
[320]
La Superiora General, Madre Micaela Moraczewska se encontraba
entonces en Cracovia con motivo de los votos de las hermanas y
por visitar la casa.
[321]
Los confesores ordinarios de las Hermanas de la Congregación en
Cracovia eran entonces los Padres Golab y Czaputa. No se sabe al
cuál de los dos se refiere Sor Faustina.
[322]
El Padre J. Andrasz.
[323]
Se trata de la procesión de Corpus Cristi que salía de
la iglesia parroquial de Borek Falecki y terminaba en el ultimo
altar que se encontraba en el jardín de la Congregación. El
Santísimo Sacramento se quedaba entonces en la capilla de las
hermanas.
[324]
La procesión en la octava de Corpus Cristi. En la Congregación
de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia se
celebraba en el jardín del convento.
[325]
La fiesta del Sagrado Corazón de Jesús se celebra el viernes
después de la octava de Corpus Cristi.
[326]
Comparar: Diario 435-438; 559; 563; 573; 1155-1158, y otras.
[327]
Este lugar donde jugaban las alumnas del instituto, se solía
llamar &ldquocuadrado&rdquo debido a la forma que tenia.
[328]
Sor Yolanda Alejandra Wozniak, educadora en el instituto de la
Congregación en Vilna. En aquel tiempo, julio 1937, estaba en un
curso para educadoras en Cracovia. Nacida en 1909, entró en la
Congregación en 1929. Trabajó como educadora en varios
institutos de la Congregación y luego, fue Superiora en Radom,
Czestochowa y Cracovia. Falleció el 14 de junio de 1988.
[329]
Los patronos de la Congregación de las Hermanas de la Madre de
Dios de la Misericordia eran: Nuestra Señora de la Misericordia
(5 de agosto). San Ignacio de Loyola (31 de julio); San José (19
de marzo, San Miguel Arcángel (29 de septiembre), Santa Maria
Magdalena (22 de julio), Santa Teresa de Jesús (15 de octubre),
San Antonio de Papua (13 de junio).
[330]
La Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia tiene en la localidad de Rabka una pequeña casa de
descanso, llamado &ldquoLoretto&rdquo.
[331]
&ldquoAcuérdate&hellip.&rdquo , oración a
San José, anteriormente rezada en la Congregación diariamente.
[332]
La novena fue publicada con ciertos cambios en 1937, en el
librito titulado &ldquoCristo, Rey de Misericordia&rdquo
(por J. Cebuski, Cracovia). La portada llevaba una imagen en
color de Cristo Misericordioso con los rayos y la firma: &ldquoJesús,
en Tí confío&rdquo. Además de la novena, el librito
contenía las letanías y la coronilla.
La
Superiora de la casa, Madre Irene Krzyzanowska, envió los
libritos a las casas de la Congregación.
[333]
En el manuscrito &ldquose cicatrizan&rdquo.
Cuarto
Cuaderno
[334]
Ver Diario, 585.
[335]
Fue el acto de la elección de Nuestra Señora de la Misericordia
como superiora General de la Congregación.
[336]
Para poder imprimir textos sobre temas religiosos es necesario
disponer de la autorización (imprimatur) de una entidad
eclesiástica correspondiente. El Padre M. Sopocko obtuvo la
autorización para imprimir las mencionadas oraciones.
[337]
Sor Faustina por equivocación escribió 5 VIII en lugar de 5 IX.
[338]
La portera, debido al carácter de sus deberes, durante la gran
parte del día estaba fuera de la comunidad de las hermanas. Por
esta razón, Sor Faustina llama &ldquodesierto&rdquo a la
puerta.
[339]
El Padre M. Sopocko.
[340]
Sor Faustina tenía dos hermanos, Estanislao y Miecislao. De lo
que se dice a continuación del Diario nos enteramos de que la
visitó Estanislao.
[341]
&ldquoMensajero del Sagrado Corazón de Jesús&rdquo:
revista mensual que se editaba desde 1872 por los jesuitas en
Cracovia.
[342]
Probablemente para hablar de las cuestiones relacionadas con
imprimir los libritos con la novena, la coronilla y las letanías
a la Divina Misericordia.
[343]
Posiblemente J. Cybulski, propietario de una gran tienda de los
artículos religiosos.
[344]
Las letanías a la Divina Misericordia (ver Diario, 949).
[345]
La coronilla a la divina Misericordia (ver Diario, 475-476).
[346]
La autorización de las autoridades eclesiásticas para poder
imprimir.
[347]
La copia de la imagen de Eugenio Kazimirowski, del pincel de
Lucia Balzukiewiczówna de Vilna, solicitada por los Padres
Redentoristas. La copia se encontró, después, en Cracovia.
[348]
La Madre Irene Krzyzanowska.
[349]
La imagen del pincel de Eugenio Kazimirowski.
[350]
Al instituto de educación, cuyas alumnas se solían llamar
familiarmente &ldquoniñas&rdquo.
[351]
El Padre José Andrasz.
Quinto
Cuaderno
[352]
&ldquoBrazaletes&rdquo &ndash instrumento de
penitencia en forma de una estrecha cadenita de espinas.
[353]
Cinturón de hierro.
[354]
Las hermanas solían apuntar victorias y derrotas en el
adelantado espiritual sobre si mismas.
[355]
Al final de los ejercicios espirituales Sor Faustina fue a la
iglesia de los jesuitas para confesarse con el Padre J. Andrasz;
lo que se puede suponer del Diario es que fortaleció su
espíritu.
[356]
La ceremonia de la toma de hábito y de los votos religiosos.
[357]
El Padre M. Sopocko.
[358]
Se trata de la Madre Irene Krzyzanowska que era Superiora de Sor
Faustina durante su estancia en Cracovia (desde el 12 de mayo de
1936 hasta su muerte el 5 de octubre de 1938). Las hermanas la
llamaban familiarmente &ldquoMadrecita&rdquo.
[359]
El librito con la novena, la coronilla y las letanías a la
Divina Misericordia.
[360]
Sor Doménica Josefa Szymanska, nacida el 28 de noviembre de 1875,
entró en la Congregación en 1897. Durante 30 años trabajó en
la casa cracoviana de la Congregación como zapatera. Falleció
el 15 de noviembre de 1937.
[361]
La enfermera era Sor Crisóstomo Korczak.
[362]
Ver nota 314.
[363]
El Padre M. Sopocko emprendía gestiones relacionadas con la
divulgación del culto a la Divina Misericordia, la institución
de la Fiesta de la Divina Misericordia y la fundación de la
nueva Congregación.
[364]
Cristo llama a Satanás &ldquopadre de la mentira”
ver Jn 8, 44.
[365]
Es una cita del &ldquoMartirologio Romano&rdquo que
era leído en el refectorio después de la oración y antes de la
comida.
[366]
La frase queda interrumpida tras la palabra &ldquoque&rdquo.
Es de suponer que alguien interrumpió a Sor Faustina que
después no volvió más a esa frase.
[367]
En el sacramento de la penitencia.
[368]
La hermana enfermera, Sor Crisóstomo Korczak.
[369]
Sobre instituir la Fiesta de la Divina Misericordia.
[370]
La Madre Irene Krzyzanowska fue testigo en el proceso informativo
de Sor Faustina. No se conocen, sin embargo, ningunas
declaraciones de Sor Maria Josefa Brzoza (murió en 1939).
[371]
Con el Padre Teodoro Czaputa.
[372]
Sobre el Padre M. Sopocko.
[373]
En el manuscrito: &ldquoantes que&rdquo.
[374]
En el manuscrito: &ldquofracasaron&rdquo.
[375]
La palabra &ldquopara&rdquo fue escrita por equivocación.
[376]
En el manuscrito: &ldquoen mi interior&rdquo.
[377]
Es decir confesores, directores espirituales, Superiores.
[378]
Durante la enfermedad Sor Faustina hacia bordados para adornar
los manteles de los altares.
[379]
El Padre M. Sopocko.
[380]
Según era costumbre, por los agonizantes en la Congregación se
rezaba la plegaria &ldquoOh benignísimo Jesús&hellip.&rdquo
Y el Salmo 129, &ldquoDe Profundis&rdquo.
[381]
El Padre Jose Andrasz, S. J.
[382]
La Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la
Misericordia no tiene todavía una santa canonizada.
[383]
El Padre J. Andrasz, S. J.
[384]
El Padre M. Sopocko.
[385]
Las Superioras de Sor Faustina a lo largo de su vida eran: Madre
Margarita gimbutt, el comienzo del noviciado y la tercera
probación antes de los votos perpetuos; Madre Rafaela Buczynska
en Cracovia y Varsovia; Madre Rosa Klobukowska en Plock; Madre
Javiera Olszamowska en Kiekrz; Madre Borgia Tichy en Vilna; Madre
Serafina Kikulska en Walendów.
[386]
La Madre Micaela Moraczewska.
[387]
La Madre Maria Josefa Brzoza, Maestra de Sor Faustina en el
noviciado.
[388]
El Padre Jose Andrasz, S. J.
Sexto
Cuaderno
[389]
Ver 2 Co 12, 1-6.
[390]
Ver 1 Co 2,9.
[391]
Ver Sal 68, 21.
[392]
El Padre T. Czaputa era confesor del noviciado. Se confesaban con
él tambien algunas hermanas profesas. El director espiritual de
Sor Faustina era entonces el Padre J. Andrasz, S. J. Sor Faustina
hace aquí una clara diferencia entre el confesor y su director
espiritual.
[393]
Sor Tarcisia Casimira Piotrowicz, nacida en 1891, entró en la
Congregación en 1912. Durante cierto tiempo fue enfermera en la
casa cracoviana de la Congregación. Falleció el 2 de diciembre
de 1978.
[394]
Probablemente se trata de Sor Amelia Socha, muy amiga de Sor
Faustina.
[395]
El Padre Jose Andrasz.
[396]
La frase queda interrumpida despues de las palabras &ldquoAl
volver&hellip.&rdquo.
[397]
En el manuscrito Sor Faustina dejó media página en blanco. Tal
vez tenia la intencion de continuar la poesia.
[398]
Según la costumbre de la Congregación, primero se confesaban
las novicias y luego las hermanas profesas. Por eso la Superiora
recomendó a Sor Faustina pedir a la Maestra del noviciado el
permiso de confesarse antes de las novicias.
[399]
La Maestra del noviciado era Sor Calixta Piekarczyk.
[400]
En el manuscrito la frase es: &ldquoConoci cuanto se necesita,
falta, (31) el espiritu, la letra sola no hace crecer el amor.&rdquo
[401]
Probablemente era viernes, 25 de marzo de 1938. Frecuentemente,
los viernes, Sor Faustina sentia dolores en los lugares de las
heridas de Jesús (ver Diario 759, 942, 1010, 1055, 1196, 1247,
1468, 1627).
[402]
En la Congregación no hay costumbre de que las hermanas guarden
en sus celdas alimentos o bebidas.
[403]
Se trata del &ldquoMensajero del Corazón de Jesús&rdquo.
[404]
La capilla de las hermanas en Cracovia se comunica con la casa de
modo que por el pasillo del primer piso de la casa se entra
directamente en el coro de la capilla. Encontrandose en el coro,
Sor Faustina participaba en la Misa, sin embargo no tuvo fuerzas
suficientes para bajar y tomar parte en la Procesion de los Ramos.
[405]
El Padre Andrés Zukowicz, S. J. (1886 &ndash 1962), gran
propagador de la idea del Apostolado de la Oracion y redactor del
&ldquoMensajero del Corazón de Jesús&rdquo. En
los años 1933 &ndash 1957 secretario del provincial de los
jesuitas. Amigo de la Congregación de las hermanas de la Madre
de Dios de la Misericordia.
[406]
14 IV 1938.
[407]
Sor Cayetana Bartkowiak.
[408]
Junto a Sor Faustina estuvieron en el noviciado:
Las
novicias mayores: Sor Alicia Dabrowska, Sor Querubina Kowieska,
Sor Ernesto Szczyrba, Sor ICONA Goebel, Sor Joaquina Gluc, Sor
Kinga Knopik, Sor Crescencia Bogdanik, Sor Laurenta Kosinska, Sor
Longina Suchowska, Sor lucina Tomaszewska, Sor Natalia Fiszer,
Sor Plácida Putyra, Sor Renata Jodlowska, Sor Simeona Nalewajk,
Sor Valentina Leszczynska;
Las
novicias menores: Sor Anunciada Peraj, Sor Bernarda Wilczek, Sor
Celina Bronikowska, Sor Felicia Zakowiecka, Sor Justina Golofit,
Sor Clementina Gluc, Sor Ludwina Gadzina, Sor Martina Górecka,
Sor Regina Jaworska, Sor Severina Marciniak, Sor Terezyta
Kaczmarek, Sor Zenobia Saja.
Junto
a Sor Faustina tomaron el hábito: Sor Bernarda Federowicz, Sor
Buenaventura Edelmann Glowacka, Sor Florentina Pajak, Sor
Enriqueta Skulimowska.
Se
escribian con Sor Faustina: Sor Justina Golofit, Sor Ludwina
Gadzina, Sor Regina Jaworska y, tal vez, otras cuyas cartas no se
conservaron.
[409]
Al hospital de Pradnik.
[410]
Sor Felicia Zakowiecka, ecónomo de la casa de Cracovia.
[411]
Las Hermanas de la Congregación de las Siervas del Sagrado
Corazón de Jesús que trabajaban en el hospital de Pradnik.
[412]
Sor Davida Cedro, Sor Alana Wilusz y Sor Medarda Podrazik.
[413]
Sor Davida Cedro, enfermera del pabellón.
[414]
El doctor Adán Silberg, director del hospital de Pradnik.
[415]
Era una practica preferida de Sor Faustina, aun de antes de
ingresar en el convento.
[416]
26 V 1938 &ndash solemnidad de la Ascensión del Señor.
[417]
Posiblemente Sor Faustina se refiere a la epidemia de gripe que
empezó en febrero de aquel año y duró algunos meses, con
recaidas.
[418]
Las hermanas coadjutoras (del segundo coro).
[419]
A Sor Davida Cedro, enfermera en el hospital de Pradnik.
[420]
En 1938 el dia de Pentecostés cayó el 5 de junio.
[421]
En el manuscrito: &ldquocuánto&rdquo.
[422]
En 1938 Corpus Cristi cayó el 16 de junio, entonces el
viernes despues de Corpus Cristi cayó el 17 de junio.
[423]
Es difícil establecer qué dia fue. Desde aquí hasta el final
del Diario Sor Faustina no da mas fechas exactas, sino que
escribe solamente &ldquohoy&rdquo.
INDICE
DE TEMAS *
Amor
a Dios &ndash 27, 57, 140, 201, 279, 283, 293, 303, 338, 373,
392, 427, 470, 481, 502, 507, 513, 586, 587,
589, 616, 702, 708, 742, 778, 781, 802, 807, 889, 890,
947, 984, 990, 995, 997, 1022, 1050, 1092, 1098, 1121, 1132, 1191,
1241, 1309, 1358, 1369, 1409, 1415, 1500, 1523, 1542, 1624, 1643,
1644,
1653, 1776, 1779, 1781, 1808, 1811, 1828.
Amor al prójimo &ndash 117, 118, 155, 192, 241, 243,
373, 383, 426, 550, 567, 568, 579, 632, 633, 742, 766, 781,
789, 871, 901, 1029, 1031, 1039, 1063, 1194, 1269, 1297,
1305, 1313, 1348, 1382, 1509, 1510, 1634,
1636, 1649, 1695, 1768, 1769, 1779.
Ángel
- 20, 334, 412, 419, 471, 474, 490, 522, 630, 635, 651, 667, 683,
706, 820, 1049m, 1174, 1202, 1271, 1553, 1676, 1677.
Añoranza de Dios &ndash 15, 26, 77, 180, 413, 469-471,
657, 807, 850, 853, 885, 918, 946, 1050, 1054, 1121, 1137, 1145,
1186, 1303, 1304, 1573, 1589, 1600, 1710, 1713.
Apostolado &ndash 302, 305, 314, 325, 350, 396, 401,
404, 421, 459, 537, 539, 551, 641, 648, 679, 741, 745, 759, 875,
927, 931, 1249, 1283, 1305, 1366, 1399, 1475, 1581, 1645, 1741.
Confesión (su importancia) &ndash 113, 115, 132,
139, 169, 225, 377, 496, 497, 557, 560, 640, 647, 654, 671, 975,
1205, 1448, 1464, 1469, 1602, 1637, 1677, 1715, 1725, 1802.
Confianza en la Divina Misericordia &ndash 69, 72,
178, 189, 237, 244, 249, 275, 283, 294, 300, 309, 505, 681, 718,
723, 742, 852, 929, 930, 944, 992, 1059, 1065, 1144, 1182, 1195,
1273, 1318, 1337, 1361, 1406, 1452, 1520, 1541, 1567, 1578, 1602,
1679, 1690, 1730, 1777, 1783, 1797, 1817.
Congregación &ndash 435-438, 463, 473, 506, 536-559,
563, 565, 567, 568, 585, 664, 765, 892, 1154.
Diablo &ndash ver Satanás.
Diario espiritual &ndash 6, 106, 459, 523, 710, 839,
895, 1006, 1142, 1338, 1457, 1471, 1540, 1567, 1593, 1665, 1666,
1693, 1782, 1784.
Dios (atributos de Dios) -16, 30, 60, 85, 95, 180, 231,
275, 281, 300, 304, 320, 411, 458, 507, 620, 703, 762, 770, 870,
1074, 1133, 1153, 1172, 1307, 1338, 1339, 1406, 1417, 1466, 1470,
1523, 1675, 1713, 1741, 1743, 1745, 1747, 1749, 1755, 1800, 1802,
1802, ver Dios Misericordioso.
Dirección espiritual &ndash 34, 35, 51, 53, 61, 75,
108, 112, 113, 121, 122, 127, 132, 139, 144, 174, 232-234, 331,
333, 337, 362, 436, 444, 504, 406, 595, 639, 643, 644, 647, 653,
654, 658, 659, 671, 680, 721, 749, 763, 773, 792, 895, 910, 937-941,
967, 968, 979, 981, 1117, 1118, 1163, 1205, 1255, 1260, 1308,
1374, 1489, 1544, 1550, 1561, 1644, 1760, 1784.
Divina Misericordia:
Dios Misericordioso &ndash 3, 56, 72, 83, 88, 163,
180, 207, 239, 281, 299, 301, 367, 378, 458, 483, 611, 651, 654,
660, 664, 692, 835, 951, 1073, 1074, 1146, 1148, 1172, 1273, 1396,
1439, 1485, 1570, 1576, 1602, 1605, 1673, 1684, 1741, 1743.
Corazón Misericordioso de Jesús &ndash 72, 167,
177, 223, 229, 299, 367, 385, 395, 465, 522, 528, 592, 595, 628,
655, 657, 699, 733, 836, 886, 906, 1053, 1074, 1142, 1148, 1183,
1190, 1242, 1298, 1309, 1318, 1321, 1327, 1432, 1447, 1450, 1478,
1486, 1520, 1535, 1537, 1550, 1570, 1588, 1621, 1663, 1702, 1703,
1739, 1777, 1821.
Culto a la Divina Misericordia:
Hora de la Misericordia &ndash 1320, 1572.
Coronilla &ndash 474-476, 687, 714, 752, 754, 796,
810, 811, 847, 848, 851, 926, 1035, 1036, 1128, 1255, 1379, 1541,
1565, 1731, 1791, 1797.
Letanias &ndash 949, 1255, 1379.
Novena &ndash 341, 476, 796, 851, 1059, 1255, 1379.
Imagen &ndash 1, 47, 48, 49, 51, 52, 74, 88, 89, 125,
152, 154, 299, 313, 326, 327, 341, 414, 416, 417, 420, 421, 441,
473, 500, 570, 742, 851, 916, 1299, 1300, 1379, 1789.
Fiesta &ndash 49, 74, 88, 206, 280, 299, 300, 341,
420, 458, 463, 505, 570, 699, 715, 742, 796, 1041, 1042, 1059,
1073, 1082, 1109, 1517, 1530.
Gracias de la Divina Misericordia &ndash 20, 23, 48,
51, 225, 271, 300, 378, 639, 687, 699, 754, 811, 848, 927, 1074,
1075, 1146, 1275, 1397, 1517, 1521, 1540, 1541, 1577, 1649, 1684,
1698, 1728.
Dones extraordinarios de Sor Faustina:
Unión espiritual con los agonizantes &ndash 207,
314, 810, 820, 828, 835, 880, 935, 936, 971, 973, 1015, 1536,
1565, 1639, 1684, 1798.
Elaciones con almas del purgatorio &ndash 21, 58,
515, 519, 520, 594, 748, 809, 1185, 1186, 1375, 1382, 1723.
Conocimiento del estado de alma de otras personas &ndash
603, 604, 685, 690, 705, 759, 1079, 1196, 1247, 1277, 1280, 1283,
1305, 1335, 1357.
Enseñanzas divinas &ndash 267, 274, 527, 528, 588,
599, 733, 744, 749, 758, 808, 815, 828, 840, 852, 904, 961, 969,
970, 996, 997, 1019, 1020, 1023, `1029, 1034, 1048, 1058, 1069,
1075, 1078, 1082, 1102, 1123, 1131, 1143, 1172, 1250, 1270, 1279,
1329, 1394, 1433, 1437, 1458, 1477, 1499, 1546, 1566, 1571, 1578,
1588, 1599, 1602, 1641, 1643, 1645, 1674, 1701, 1702, 1711, 1728,
1760.
Eucaristía &ndash 105, 223, 355, 356, 360, 486, 524,
558, 717, 814, 826, 840, 902, 1037, 1231, 1233, 1324, 1350, 1392,
1394, 1404, 1427, 1458, 1509, 1569, 1591, 1678, 1718, 1748, 1803,
1804-1828.
Examen de conciencia &ndash 65, 162, 377, 547, 619,
703, 743, 861, 905, 1250, 1352-1355, 1544, 1659, 1789.
Fe - 62, 97, 132, 210, 352, 567, 742, 763, 890, 944,
1123, 1248, 1420, 1473, 1522, 1549, 1618, 1759, 1814, 1815.
Fidelidad &ndash 106, 156, 170, 175, 189, 294, 263,
291, 306, 352, 434, 507, 544, 637, 666, 683, 716, 743, 756, 771,
787, 893, 1071, 1166, 1173, 1235, 1239, 1243, 1347, 1353, 1394,
1409, 1462, 1548, 1760, 1812, 1822.
Gracia de Dios &ndash 8, 15, 31, 55, 56, 62, 71, 109,
113, 121, 139, 142, 158, 164, 240, 255, 256, 263, 266, 283, 287,
291, 380, 400, 561, 579, 606, 622, 642, 715, 738, 739, 768, 769,
770, 786, 912, 916, 1017, 1020, 1043, 1056, 1057, 1069, 1074,
1086, 1099, 1100, 1143, 1220, 1256, 1260, 1279, 1294, 1315, 1336,
1341, 1343, 1357, 1416, 1432, 1486, 1511, 1532, 1548, 1559, 1602,
1630, 1658, 1701, 1705, 1734, 1753, 1759, 1776, 1777, 1783, 1799,
1801, 1814.
Ver Dones extraordinarios de Sor Faustina.
Humildad &ndash 55, 113, 115, 122, 132, 133, 144,
182, 253, 298, 427, 436, 440, 506, 512, 538, 544, 550, 573, 587,
591, 593, 602, 625, 758, 779, 785, 786, 793, 831, 1021, 1049,
1092, 1099, 1220, 1293, 1306, 1398, 1436, 1502, 1503, 1597, 1602,
1624, 1661, 1701, 1779.
Iglesia &ndash 112, 180, 197, 481, 482, 508, 551,
623, 641, 664, 740, 749, 939, 1123, 1364, 1366, 1469, 1475, 1489,
1505, 1758, 1806.
Infancia divina &ndash 241, 290, 295, 332, 333, 722,
992, 1481, 1485, 1818, 1819.
Intención 0 38, 66, 128, 341, 484, 550, 615, 619, 621,
632, 800, 822, 1234, 1310, 1325, 1549, 1566, 1640, 1647, 1740,
1779.
Madre de Dios &ndash 10, 32, 45, 169, 186, 190, 191,
206, 267, 308, 325, 341, 352-354, 372, 435, 443, 494, 526, 570,
588, 599, 627, 635, 687, 699, 714, 796, 797, 881, 961, 965, 966,
967, 968, 979. 975, 980, 998, 1023, 1032, 1034, 1035, 1053, 1058,
1059, 1061, 1069, 1070, 1072, 1074, 1075, 1076, 1078, 1082, 1130,
1142, 1209, 1210, 1212, 1214, 1216, 1218, 1220, 1224, 1226, 1228,
1244, 1374, 1381, 1414, 1458, 1492, 1516, 1519, 1539, 1540, 1541,
1542, 1543, 1544, 1559, 1560, 1561, 1563, 1565, 1566, 1567, 1571,
1572, 1577, 1578, 1587, 1588, 1599, 1603, 1628, 1641, 1643, 1644,
1645, 1650, 1655, 1663, 1664, 1666, 1674, 1683, 1685, 1688, 1690,
1693, 1695m, 1697, 1701, 2701, 1703, 1709, 1725, 1728, 1731, 1738,
1739, 1754, 1757, 1758, 1760, 1761, 1763, 1765, 1767, 1768, 1770,
1773, 1775, 1777, 1779, 1782, 1784, 1787, 1797.
Misión de Sor Faustina &ndash 52, 154, 177, 281,
302, 331, 436, 441, 482, 483, 491, 570, 580, 598, 635, 682, 694,
697, 699, 729, 971, 998, 1072, 1074, 1142, 1160, 1199, 1242, 1275,
1298, 1325, 1342, 1362, 1389, 1396, 1401, 1446, 1448, 1452, 1519,
1521, 1553, 1559, 1567, 1605, 1659, 1660, 1666, 1690, 1693, 1695,
1728.
Muerte &ndash 201, 321, 342, 694, 696, 697, 825, 854,
899, 918, 952, 1036, 1230, 1343, 1344, 1435, 1520, 1530, 1543,
1573, 1679, 1729, 1787.
Nueva Congregación &ndash ver Congregación
Oracion (importancia, valor) &ndash 95, 114, 146,
147, 157, 166, 202, 245, 288, 320, 325, 392, 480, 488, 516, 860,
872, 927, 944, 1035, 1103, 1290, 1313, 1387, 1401, 1465, 1690,
1717, 1783.
Fórmulas de Sor Faustina &ndash 4, 5, 66, 69, 72,
73, 76, 79, 80, 81, 84, 91, 94, 110, 116, 119, 187, 195, 223, 230,
239, 240, 242, 247, 249, 256, 264, 273, 278, 283, 286, 296, 297,
298, 306, 315, 328, 334, 338, 340, 343, 356, 357, 363, 366, 371,
376, 382, 410, 423, 428, 460, 465, 475, 483, 492, 495, 497, 501,
505, 507, 514, 525, 571, 576, 591, 609, 611, 617, 631, 650, 660,
670, 679, 688, 692, 697, 725, 727, 761, 791, 813, 819, 830-832,
836, 841, 843, 845, 867, 869, 874, 885, 896, 898, 908, 915, 918,
949, 950, 951, 952, 957, 984, 989, 1003, 1005, 1007, 1030, 1040,
1052, 1064, 1071, 1093, 1122, 1161, 1178, 1183, 1204, 1208, 1211,
1213, 1215, 1217, 1219, 1221, 1223, 1225, 1227, 1229, 1234, 1237,
1239, 1245, 1264, 1265, 1289, 1307, 1319, 1323, 1325, 1326, 1328,
1331, 1340, 1342, 1345, 1350, 1351, 1356, 1360, 1365, 1366, 1403,
1418, 1426, 1456, 1466, 1473, 1474, 1480, 1482, 1484, 1490, 1506,
1518, 1523, 1524, 1535, 1553, 1557, 1562, 1563, 1568, 1570, 1573,
1574, 1575, 1581, 1582, 1584, 1590, 1595, 1596, 1600, 1606, 1609,
1620, 1622, 1630, 1631, 1655, 1661, 1680, 1691, 1692, 1696, 1708,
1729, 1730, 1733, 1734, 1740, 1741, 1743, 1745, 1747, 1749, 1751,
1759, 1764, 1769, 1771, 1779, 1794, 1795, 1800, 1803, 1805, 1810,
1811.
Paciencia &ndash 37, 86, 509, 607, 632, 885, 901,
920, 944, 1084, 1152, 1163, 1236, 1311, 1376, 1394, 1514, 1550.
Pecado, pecador &ndash 72, 112, 118, 190, 207, 239,
308, 350, 378, 408, 445, 612, 630, 687, 699, 741, 866, 901, 926,
927, 948, 975, 987, 999, 1016, 1076, 1122, 1170, 1181, 1241, 1274,
1322, 1334, 1396, 1428, 1434, 1451, 1486, 1521, 1572, 1579, 1641,
1645, 1665, 1673, 1702, 1728, 1730, 1777, 1783.
Pobreza &ndash 532, 533.
Propósitos de Sor Faustina &ndash 82, 163, 176, 224-226,
239, 241, 243, 245, 246, 253, 255, 277, 375, 377, 380, 385, 389-391,
504, 671, 680, 735, 743, 789, 790, 792, 861, 905, 1105, 1175,
1177, 1198, 1351, 1352, 1356, 1367, 1368, 1398, 1549, 1550, 1621,
1623, 1624, 1759, 1762, 1764, 1769, 1771, 1778.
Pureza &ndash 17, 40, 55, 79, 109, 115, 534, 558,
573, 770, 805, 852, 874, 1094-1099, 1316, 1415, 1575, 1624, 1706.
Purgatorio &ndash 20, 1226, 1227, 1738.
Sacrificio &ndash 80, 135, 136, 137, 190, 235, 325,
482, 483, 641, 648, 668, 686, 745, 751, 784, 904, 908, 915, 923,
954, 957, 961, 1035, 1064, 1103, 1316, 1318, 1341, 1358, 1386,
1401, 1647, 1680, 1690, 1740, 1767, 1783, 1785, 1809, 1826.
Santidad &ndash 23, 92, 102, 118, 233, 283, 291, 377,
552, 584, 603, 666, 678, 758, 938, 1053, 1107, 1122, 1165, 1306,
1331, 1333, 1343, 1361-1364, 1372, 1505, 1556, 1571, 1581, 1601,
1650, 1783.
Satanás &ndash 97, 320, 323, 378, 412, 418, 520,
540, 601, 666, 713, 764, 812, 873, 938, 939, 1127, 1167, 1287,
1338, 1384, 1405, 1465, 1497, 1499, 1583, 1789, 1802.
Seguimiento a Jesús &ndash 1351, 1505, 1694.
Silencio &ndash 92, 118, 119, 127, 171, 375, 407,
434, 452, 477, 487 , 552, 682, 739, 743, 790, 837, 888, 896, 905,
944, 1105, 1119, 1164, 1177, 1200, 1249.
Sufrimiento (importancia y valor_ - 389, 41, 57, 67, 102,
109, 114, 190, 293, 227, 268, 270, 276, 303, 321, 324, 342, 351,
384, 394, 487, 515 538, 573, 578, 596, 614, 669, 678, 709, 735,
740, 746, 755, 776, 786, 838, 843, 893, 913, 953, 963, 976, 981,
995, 996, 999, 1028, 1054, 1055, 1060, 1061, 1103, 1117, 1119,
1184, 1276, 1357, 1369, 1394, 1418, 1425, 1459, 1515, 1612, 1619
1647, 1661, 1697, 1762, 1767, 1808.
Sufrimiento espiritual &ndash 23, 24, 25, 36, 37, 38,
67, 68, 70, 78, 96-102, 128, 190, 211, 213, 268, 284, 311, 456,
496, 615, 644, 653, 667, 672, 702, 708, 770, 774, 893, 927. 943,
1108, 1113, 1115, 1116, 1120, 1124, 1199, 1235, 1236, 1237, 1263,
1268, 1274, 1277, 1315, 1428, 1430, 1431, 1453, 1464, 1496, 1558,
1559, 1657, 1785, 1788.
Sufrimiento estigmático &ndash 46, 203, 384, 614,
705, 759, 913, 931, 942, 976, 1010, 1054, 1055, 1196, 1247, 1425,
1468, 1627, 1646, 1663, 1724.
Sufrimiento físico &ndash 26, 37, 316, 325, 694,
696, 710, 760, 782, 783, 801, 842, 878, 894, 897, 902, 923, 934,
970, 972, 999, 1051, 1062, 1085, 1088, 1089, 1201, 1202, 1268,
1276, 1319, 1428, 1451, 1454, 1554, 1619, 1633, 1636, 1640, 1647,
1652, 1658, 1668, 1679, 1697, 1729, 1730, 1787.
Tentación &ndash 18, 23, 77, 98-101, 129, 173, 192,
673, 872, 1086, 1115, 1117, 1405, 1497, 1558, 1560, 1580, 1611,
1648, 1704, 1715, 1760, 1802, 1824, ver Satanás.
Unión con Dios &ndash 115, 121, 123, 135, 137, 142,
185, 193, 254, 268, 318, 346, 451, 457, 462, 466, 467, 472, 478,
480, 482, 486, 491, 560, 575, 577, 581, 582, 604, 605, 622, 627,
629, 640, 703, 707, 725, 729, 747, 767, 769-772, 799, 821, 824,
838, 841, 843, 867, 882, 883, 887, 891, 903, 911, 970, 983, 987,
994, 1012, 1019, 1024, 1049, 1057, 1073, 1090, 1094, 1135, 1136,
1145, 1181, 1205, 1278, 1281, 1302, 1306, 1334, 1366, 1391, 1416,
1425, 1439, 1443, 1522, 1556, 1573, 1581, 1595, 1609, 1625, 1669,
1681, 1699, 1710, 1718, 1721, 1781, 1806.
Voluntad de Dios &ndash 12, 19, 40, 56, 136, 170,
195, 240, 386, 443, 444, 449, 462, 479, 493, 515, 518, 603, 615,
618, 643-644, 650, 652, 663, 665, 666, 678, 698, 715, 724, 775,
787, 795, 821, 886, 897, 904, 950, 952, 1001, 1003, 1085, 1145,
1169, 1190, 1204, 1205, 1208, 1264, 1265, 1356, 1360, 1394, 1403,
1450, 1493, 1498.
______________________________________________________________________________________
* Las cifras que siguen cada vocablo en los índices de
temas, personas y lugares corresponden a los números al margen
del texto del Diario de Sor Faustina.
INDICE DE PERSONAS
Andrasz José, sacerdote, S. J. &ndash 52, 55, 61,
111, 141, 142, 215, 219, 233, 240, 257, 258, 489, 494, 506, 623,
655, 658, 659, 665, 675, 676, 677, 683, 712, 714, 749, 817, 847,
879, 932, 967, 978, 1012, 1068, 1118, 1161, 1162, 1168, 1198,
1243, 1255, 1346, 1368, 1388, 1405, 1453, 1460, 1529, 1544, 1558,
1581, 1585, 1596, 1617, 1618, 1623.
Bartkowiak Cayetana, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 844
Buczynska Rafaela, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 28, 68, 183, 196.
Bukowski Aloisio, sacerdote, S. J. &ndash 173, 643,
646.
Brzoza Maria Josefa, Congregación de las Hermanas de la
Madre de dios de la Misericordia &ndash 23, 24, 55, 65, 99,
102, 105, 112, 216, 217, 222, 240, 406, 1112, 1158.
Cedro David, Sierva del Sagrado Corazón de Jesús &ndash
802, 1676, 1752.
Confesor &ndash 19, 21, 68, 74, 77, 111, 122, 127,
132, 173, 174, 192, 196, 203, 211, 240, 269, 290, 330, 333, 363,
577, 637, 653, 763, 1117, 1205, 1715.
Czaputa Teodoro, sacerdote &ndash 23, 240, 1462,
1469, 1509, 1611.
Dabrowski Casimiro, sacerdote, S. J. - 272, 272
Dabrowski Santiago, sacerdote &ndash 12, 13.
Elter Edmundo &ndash sacerdote, s. J. &ndash 172,
174.
Familia de Sor Faustina &ndash 8, 31, 202, 207, 240,
346, 395, 397-403, 535, 567, 835, 857, 8983, 982, 987, 1290, 1581,
1798.
Gimbutt Margarita, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 21, 138, 167, 178,
204.
Golofit Justina, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 64, 261.
Goslicka Aloisia, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 28.
Grjwul Antonia, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 628.
Ignacio Loyola, santo &ndash 448.
Jalbrzykowski Romualdo, arzobispo &ndash 473, 479,
585, 586, 595, 693, 711, 851, 1243.
Jaworska Regina, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 636.
Kadeja Buenaventura, Padre escolapio &ndash 974, 998.
Kazimirowski Eugenio, pintor &ndash 313.
Klobukowska Rosa, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 51.
Korczak Crisóstomo, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 798, 842.
Krzyzanowska Irene, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 64, 274, 313, 379,
696, 700, 714, 842, 924, 936, 1070, 1081, 1091, 1162, 1187, 1198,
1268, 1290, 1296, 1299, 1301, 1348, 1377, 1378, 1380, 1386, 1421,
1422, 1429, 1440, 1453, 1463, 1558, 1567, 1568, 1581, 1613, 1633,
1637, 1638, 1648, 1649, 1752, 1785.
Kakulska Serafina, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 260.
Lipszycowa Aldona -15.
Macewicz Pablo, sacerdote, S. J. &ndash 381.
Maciejewska Elena, mädico &ndash 325.
Maslowska Vitalina, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 517.
Médico &ndash 316, 325, 694, 710, 801, 842, 878,
894, 902, 923, 934, 970, 972, 999, 1029, 1276, 1633, 1634, 1636,
1679, 1729.
Moraczewska Micaela, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 13, 14, 18, 20, 28,
42, 43, 45, 167, 191, 196, 240, 251, 405, 594, 624, 646, 656, 750,
752, 794, 857, 1115, 1130, 1244, 1581.
Nyka Tecla, Congregación de las Hermanas de la Madre de
Dios de la Misericordia &ndash 71.
Oswiecimek Marciana, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 151.
Pacelli Eugenio, cardenal &ndash 1110.
Piekarczyk Calixto, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 1637, 1647.
Piotrowicz Tarcisia, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 1613.
Plaza José, sacerdote, S. J. &ndash 1101.
Podrazik Medarda, Sierva del Sagrado Corazón de Jesús
&ndash 1675.
Rapisz Verónica, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 601.
Rospond Estanislao, obispo &ndash 21, 248, 254.
Silberg Adán, médico &ndash 694, 710, 801, 842,
878, 894, 972, 1679.
Socha Amelia, Congregación de las Hermanas de la Madre
de Dios de la Misericordia &ndash 1614.
Sopocki Miguel, sacerdote &ndash 34, 53, 61, 63, 86,
88, 90, 111, 141, 263, 270, 271, 272, 293, 311, 312, 327, 337,
362, 364, 365, 417, 421, 430, 433, 436, 442, 466, 473, 506, 530,
562, 563, 573, 596, 597, 618, 619, 646, 675, 676, 711, 752, 762,
764, 838, 851, 959, 1081, 1088, 1206, 1238, 1256, 1264, 1390,
1401, 1405, 1408, 1497, 1547, 1586.
Szymanska Dominica, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 1382.
Teresa del Niño Jesús, santa &ndash 150.
Tichy Borgia, Congregación de las Hermanas de la Madre
de Dios de la Misericordia &ndash 352, 363, 395, 412, 421,
530, 601, 615, 624.
Trzaska Cornelio, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 973.
Wasik Sebastiana, Sierva del Sagrado Corazón de Jesús
&ndash 864.
Wilczynska Valeria, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 167.
Wilusz Ala, Sierva del Sagrado Corazón de Jesús &ndash
1675.
Wojton Ladislao, sacerdote, S. J. &ndash 733.
Wozniak Yolanda, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 1171.
Ziólek Damiana, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 849.
Zakowiecka Felicia, Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia &ndash 816, 1675.
Zukowicz Andrés, sacerdote, S. J. &ndash 1658.
yczkowski Emilio, sacerdote, S. J. &ndash 456, 458,
461.
INDICE DE LUGARES
Biala &ndash 71.
Borek Falecki ( Cracovia ) &ndash 1136.
Cracovia &ndash 21, 61, 214, 216, 218, 251, 489, 490,
492, 504, 506, 521, 655, 725, 794, 859, 1004, 1005, 1081, 1207,
1233, 1234, 1236. 1238, 1301, 1324, 1325, 1590, 1752, 1804.
Czestochowa &ndash 169, 521.
Derdy &ndash 177, 646.
Kiekrz &ndash 158
Plock &ndash 71.
Podgórze (Cracovia) &ndash 849.
Pradnik (Cracovia) &ndash 794, 798, 849, 859, 1066,
1674, 1752.
Rabka &ndash 251, 1198, 1199, 1201, 1236.
Roma &ndash 1044, 1118, 1168.
Skolimów &ndash 20.
Tierra Santa -- 271
Varsovia -- 7, 10, 20, 42, 61, 164, 167, 192, 314, 397,
403, 405, 488, 490, 624, 631, 634, 1112.
Vaticano -- 1110.
Vilna -- 4, 5, 34, 53, 64, 85, 87, 89, 240, 251, 257,
258, 259, 261, 299, 314, 371, 375, 395, 407, 456, 489, 521, 525,
563, 628, 1171, 1301, 1497.
Walendów -- 167, 636, 653.
INDICE GENERAL
Prólogo de la primera edicion
Padre Estanislao Serafín Michalenko, M.I.C. 2
Introducción a la primera edicion en polaco
Arzobispo Andrzej Deskur 4
Introducción
Sor Ma. Elzbieta Siepak,
de la Congregación de las Hermanas
de la Madre de Dios de la Misericordia 6
Cuadro Cronológico de la vida de Santa Maria Faustina
Kowalska de la Congregación
de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia
12
Diario
Primer Cuaderno 17
Segundo Cuaderno 136
Tercer Cuaderno 217
Cuarto Cuaderno 251
Quinto Cuaderno 268
Sexto Cuaderno 315
Mi preparación para la Santa Comunión 355
Notas 361
Indice de Temas 394
Indice de Personas 399
Indice de Lugares 402
La Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios
de la Misericordia
Desde un principio la Congregación
Unia su mision con el misterio de la Dviina
Misericordia
Y el misterio deMaria, Madre de la Misericordia.
La
historia de la Congregación tiene sus raíces en las comunidades
religiosas francesas. La Madre Teresa Eva de los príncipes
Sulkowski Potocka, basándose sobre la vida espiritual y los
métodos de trabajo apostólico de la Madre Teresa Rondeau de
Laval, fundó el 1 de noviembre de 1862 en Varsovia, en la calle
Zytnia, la primera Casa de Caridad polaca. Ese día es
considerado como la fecha de la fundación de la Congregación de
las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia en Polonia.
Las
Casas de Caridad, o sea las casas de actividad apostólica de la
Congregación, agrupaban a muchachas y mujeres que deseaban un
profundo cambio moral. Un ambiente familiar, el aislamiento del
mundo, cierto anonimato, la oración y el trabajo traían los
efectos esperados. Muchas centenas de muchachas y mujeres
empezaron una vida nueva con el sentido de la dignidad personal,
con el respeto para si mismas y para los demás, convencidas del
valor y el sentido de la vida humana y su fin definitivo.
Dios
llamó a esta Congregación al apóstol de la Divina Misericordia,
Sor Maria Faustina Kowalska (1905-1938), conocida hoy en el mundo
entero. Su misión consistió en recordar la eterna verdad sobre
el amor misericordioso de Dios y en transmitir las nuevas formas
de culto a la Divina Misericordia. La Congregación es la
heredera de esta misión tratando de cumplirla de acuerdo a los
mandatos de la Iglesia. La capilla de la Congregación en
Cracovia &ndash Lagiewniki, donde es venerada la milagrosa
imagen de Jesús Misericordioso y donde yacen los restos mortales
de Sor Faustina, se convirtió en el santuario de la Divina
Misericordia al que peregrinan personas de todos los rincones de
Polonia, de muchos países de Europa y también del mundo.
Para
recibir más información sobre la vida espiritual y la actividad
apostólica de la Congregación, así como sobre las condiciones
de ingreso para las candidatas, diríjanse a:
Casa
General de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios
de la Misericordia
Zytnia
3/9 01-014 Warszawa Polonia
O
Casa
del Noviciado Siostry Faustyny 3/9 30-420 Kraków Polonia
La Congregación de los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción
de la Santísima Virgen Maria
Esta versión autorizada del DIARIO de Santa Maria
Fautina Kowalska, traducida directamente del original polaco al
castellano, es el fruto de una cooperación, de mucho tiempo
atrás, entre la Congregación de los Padres Marianos en Norte
América y la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios
de la Misericordia, en Polonia, de la cual la autora del DIARIO
ha sido declarada como una Cofundadora.
Los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción quienes
fueron los primeros en introducir el mensaje de la Divina
Misericordia, y en devoción, a Norte América y a México, en
los primeros años cuarenta, fueron fundados en Polonia en 1673,
por el Venerable Siervo de Dios, Rev. P. Estanislao de Jesús
Maria Papczynski y reformados en 1909 por el beato arzobispo
Jorge Matulaitis. Las metas principales de esta familia religiosa,
son el fomentar la debida veneración a la Santísima Virgen
Maria en el misterio de su Inmaculada Concepción, aplicar por
todos los medios posibles el amor purificado a las almas
detenidas en el Purgatorio, y asistir al clero en el ministerio
educativo y sacramental a los fieles.
Los Padres Marianos de la Provincia de San Estanislao
Kostka en Norte América emprendieron "la obra de la Divina
Misericordia" en 1941, apenas tres años después de la
santa muerte de Sor Faustina, logrando que al cabo de diez años
propagaran el mensaje y la devoción por todos los continentes.
Fueron así mismos, responsables de la publicación de la primera
edición en polaco del DIARIO de Santa Ma. Faustina en 1981, en
el quincuagésimo aniversario de la primera revelación concedida
a Santa Ma. Faustina, que inauguró su misión al mundo. De igual
manera proporcionaron ayuda oportuna hacia la terminación del
Proceso de Beatificación y de Canonización de Sor Faustina en
Roma. Estuvieron también involucrados en forma íntima en la
obtención y verificación de los milagros aceptados por la
Iglesia para la elevación de Sor Faustina a los honores del
altar.
Durante la audiencia concedida al Capitulo General de
los Marianos en 1993, el Papa Juan Pablo II encargó a la
Congregación entera a "ser apóstoles de la Divina
Misericordia, bajo la guía maternal y amorosa de Maria", implicando
que este programa de vida y de actividad pastoral se fundamente
en la tradición de la Congregación, está acorde con su
apostolado tradicional, y encuentra su lugar adecuado en el
contexto de la Nueva Evangelización que abarco a todo el Pueblo
de Dios.
El 20 de marzo de 1996 la capilla, en la cual los Padres
Marianos han mantenido una tradición de 50 años implorando la
Divina Misericordia sobre el mundo, de acuerdo a las formas
autenticas de devoción reveladas a Santa Ma. Faustina, y a la
cual un numero cada vez mayor de fieles de todo el país, y más
allá, continuaría viniendo en peregrinación, fue designada
como &ldquoEl Santuario Nacional de la Divina Misericordia&rdquo,
por la Conferencia de Obispos Católicos.
Se puede obtener mas información sobre la historia,
espiritualidad y el ministerio de la Congregación de los Padres
Marianos, escribiendo a:
Marians of the Immaculate Conception
Eden Hill
Stockbridge, MA 01262, U.S.A.