Enchiridion Indulgentiarum de 1999 [texto oficial en latín y trad oficiosa en castellano]
Enchiridion de 1986, versión española oficial de 1995, Norma nn, concesión nº n,
Enchiridion Indulgentiarum de 1999, Norma nn, concesión nº n, §
Manual de
Indulgencias, cuarta edición de 1999 en español Traducción oficiosa publicada el 24.12.2016
en: https://veritasl.blogspot.com/2016/12/enchiridion-indulgentiarum-espanol.html Primera edición latina, junio 1968. Segunda edición latina [1ª edición típica latina], octubre 1968. Tercera edición latina [2ª edición típica latina], mayo 1986. https://veritasl.blogspot.com/ Hay traducción española aprobada por la CEE en 1995: Manual de Indulgencias 1986 [1995] versión española oficial de 1995 de la segunda edición típica latina del Enchiridion Indulgentiarum de 1986 Cuarta edición latina [3ª edición típica latina], julio 1999. [Hay traducción francesa oficial de enero de 2000] PENITENCIARÍA APOSTÓLICA Manual de Indulgencias DECRETO Cuarta edición del Manual
de Indulgencias Sin embargo, incluso perdonado el pecado mortal, y por necesaria conexión remitida la pena eterna que esta culpa merece, y perdonado también el pecado leve o venial, el pecador perdonado puede necesitar una purificación ulterior, es decir, puede ser deudor de una pena temporal que ha de satisfacer en la vida terrena o en la otra vida, es decir, en el Purgatorio. Del tesoro admirable de la Iglesia, mencionado anteriormente, fluye la indulgencia, que permite remitir aquella pena temporal. La doctrina de la fe sobre la indulgencia y la práctica laudable de ésta confirman los misterios tan profundamente consoladores del Cuerpo Místico de Cristo y de la Comunión de los Santos, y con gran eficacia contribuyen a la consecución de la santidad. Sobre este tema ha tratado de manera excelente el Sumo Pontífice Juan Pablo II en la Bula Incarnationis mysterium, de convocación del gran Jubileo [de la Encarnación: 24/12/99--06/01/01]. De acuerdo con esta doctrina, la Penitenciaría Apostólica aprovecha la ocasión del inminente inicio del sagrado Jubileo*[de la Encarnación, 24/12/99] y de la difusión por todo el orbe católico de la mencionada Bula, para proceder de nuevo, por cuarta vez, a la publicación del Manual de Indulgencias, según dispone la edición típica del día 29 de junio de 1968, que fue redactada de acuerdo con las normas establecidas por la Constitución apostólica Indulgentiarum doctrina, [del Papa san Pablo VI, de 1.01.1967]. En esta nueva edición no se han modificado los principios sobre las indulgencias, pero se han revisado algunas normas para adecuarlas a los documentos recientemente emanados de la Sede Apostólica. Las concesiones, sin embargo, se han reagrupado siguiendo un criterio sistemático, de tal manera que su número no ha disminuido, pero la lista de ellas ha resultado más breve. La razón por la cual se han seleccionado las diversas concesiones es el fomento del afecto piadoso de la caridad en cada uno de los fieles cristianos y en toda la comunidad eclesial. Así, en primer lugar se ha incorporado una cuarta concesión general, con la cual se otorga indulgencia al testimonio explícito de la fe que se da en determinadas circunstancias de la vida cotidiana. Las restantes concesiones nuevas tienen como objetivo reforzar los fundamentos de la familia cristiana (consagración de las familias), la comunión en la plegaria de la Iglesia universal (participación fructuosa en los días dedicados universalmente a alguna finalidad religiosa o en la semana de oración por la unidad de todos los cristianos), y el culto debido a Jesucristo presente en el Santísimo Sacramento (procesión eucarística). Además, se extienden algunas de las concesiones precedentes; por ejemplo, la que se refiere al rezo del Rosario mariano o del himno Akáthistos, a las celebraciones jubilares de las Ordenaciones, a la lectura de la Sagrada Escritura o a las visitas de lugares sagrados. En esta edición del Enchiridion [= Manual] se hace referencia con frecuencia a las facultades de las asambleas episcopales (para las Iglesias orientales según sus propios estatutos, para la Iglesia latina de acuerdo con el canon 447 del Código de derecho canónico, CIC) en lo tocante a las listas de plegarias más difundidas en el propio territorio. Y, de hecho, el número de plegarias consignadas en el Enchiridion [= Manual] ha sido aumentado considerablemente, principalmente las de la Tradición oriental. Por el presente Decreto se declara auténtico el texto que sigue y se ordena que sea considerado de derecho público, por autoridad del Sumo Pontífice, según se indicó a los responsables de la Penitenciaría Apostólica en la audiencia que les fue concedida el día 5 de julio de 1999. Esta Penitenciaría Apostólica, por su parte, en armonía con los deseos del Santo Padre, hace votos para que los fieles cristianos, animados por la doctrina y el celo pastoral de los sagrados Pastores, por la práctica de las sagradas indulgencias se apliquen con íntimo afecto religioso del espíritu a acrecentar su piedad, para gloria de la Santísima Trinidad. Sin que obste en lo más mínimo cualquier cosa contraria. Dado en Roma, desde la misma
Penitenciaría Apostólica, el día 16 de julio de 1999,
Conmemoración de la Santísima Virgen del Carmen. *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** Abreviaturas y siglas AA Decr. Apostolicam actuositatem, 18 nov. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 59 [1966] 837-864) AAS Acta Apostolicae Sedis, Commentarium officiale AG AG Decr. Ad gentes, 7 dec. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 947-990) All. Allocutio AP Benedictus PP. XV, m.p. Alloquentes proxime, 25 mart. 1917 (AAS 9 [1917] 167) Ap. Apostolica can. cann. Canon canones CCE Catechismus Catholicae Ecclesiae, 15 augusti 1997 CD Decr. Christus Dominus, 28 oct. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 673-701) CE Caeremoniale
Episcoporum ex decreto Sancrosancti
Êcumenici Concilii Vaticani II CIC 1917 Codex
Iuris Canonici Pii X Pontificis Maximi iussu digestus CIC 1983 Codex Iuris Canonici auctoritate Ioannis Pauli PP. II promulgatus, 25 ian. 1983 conc. concessio concessiones Const. Constitutio CS Pius PP. XII, m.p. Cleri sanctitati, 2 iun. 1957 (AAS 49 [1957] 433-600) De Ben. Rituale
Romanum ex decreto Sancrosancti
Êcumenici Concilii Vaticani II Decl. Declaratio Decr. Decretum DH Decl. Dignitatis humanae, dec. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 929-946) DS Denzinger-Schönmetzer, Enchiridion Symbolorum Definitionum et Declarationum de rebus fidei et morum, ed. 33, 1965 EI 1968 Enchiridion indulgentiarum. Normae et concessiones, 29 iun. 1968 EI 1986 Enchiridion indulgentiarum. Normae et concessiones, 18 maii 1986 GS Const. pastoralis Gaudium et Spes, 7 dec. 1966 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 1025-1120) ID Paulus PP. VI, Const. Ap. Indulgentiarum doctrina, 1 ian. 1967 (AAS 59 [1967] 5-24) IFI SPA, decr. In fere innumeris, 20 iul. 1942 (AAS 34 [1942] 240) LG Const. dogmatica Lumen gentium, 21 nov. 1964 [Concilio Vaticano II] (AAS 57 [1965] 5-71) LH Officium ex decreto Sacrosancti Êcumenici Concilii Vaticani II instauratum auctoritate Pauli PP. VI promulgatum, Liturgia Horarum iuxta Ritum Romanum,7 apr. 1985 m.p. Litt. Ap. Motu proprio datae MR Missale
Romanum ex decreto Sacrosancti
Êcumenici Concilii Vaticani II n.nn. normanormae OT Decr. Optatam totius, 28 oct. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 713-727) PA Paenitentiaria Apostolica Paen. Paulus PP. VI, Const. Ap. Paenitemini, 17 feb. 1966 (AAS 58 [1966] 177-198) PB Ioannes Paulus PP. II, Const. Ap. Pastor bonus, 28 iun. 1988 (AAS 80 [1988] 841-912) PL Migne J. P., Patrologia latina, 1844-1855 Resp. Responsum responsio REU Paulus PP. VI, Const. Ap. Regimini Ecclesiae Universae, 15 aug. 1967 (AAS 59 [1967] 885-928) SCR Sacra Congregatio Rituum SPA Sacra Paenitentiaria Apostolica tab. tabularium Libri sacrae Scripturae illo abbreviato afferuntur modo qui in editione typica Neovulgatae adhibetur. *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** *** ANOTACIONES PRELIMINARES 1. Cuando este "Manual
de Indulgencias" fue editado por primera
vez, en junio del año 1968, se puso en práctica la
norma 13 de la Constitución apostólica Indulgentiarum doctrina: 2. Por lo que a esto atañe, se consideran preces y obras principales aquellas que, habida cuenta de la tradición y de los cambios introducidos con el correr de los tiempos, no sólo parecen especialmente aptas para ayudar a los fieles a satisfacer por las penas debidas por sus pecados, sino que también, y principalmente, los impulsan a un mayor fervor de la caridad. En este principio se ha apoyado el plan seguido al reorganizar esta materia. (1) 3. De acuerdo con la tradición, la participación en el Sacrificio de la Misa y en los sacramentos, debido a su altísima eficacia en cuanto a «la santificación y la purificación», no queda enriquecida con indulgencias. Cuando con motivo de algún acontecimiento especial (por ejemplo, la primera sagrada Comunión, la primera Misa de un neosacerdote, la Misa al final de un Congreso eucarístico), se concede indulgencia, ésta no se añade a la participación en la Misa o en los sacramentos, sino a las circunstancias extraordinarias que acompañan a este tipo de participación. Así, con la ayuda de la indulgencia, se promueve, y en cierto modo se premia, el deseo de entrega, propio de estas celebraciones, el buen ejemplo que se da a los demás, el honor que se tributa a la augusta Eucaristía y al sacerdocio. Sin embargo, la indulgencia puede añadirse, de acuerdo con la tradición, a diversas obras de piedad privada y pública; además, pueden dotarse con indulgencias las obras de caridad y penitencia, a las cuales conviene en nuestros tiempos atribuir una mayor importancia Todas estas obras enriquecidas con indulgencias, como, por lo demás, cualquier otra obra buena y cualquier sufrimiento llevado pacientemente, no se separan en modo alguno de la Misa y los sacramentos, puesto que son las fuentes principales de santificación y de purificación (3); las buenas obras, en efecto, y los sufrimientos se convierten en oblación de los fieles, que se une a la oblación de Cristo en el Sacrificio eucarístico (4); la Misa y los sacramentos, en efecto, inducen a los fieles a cumplir sus obligaciones de manera que vivan «de acuerdo con la fe que profesaron» (5); y, a la inversa, el cumplimiento diligente de sus obligaciones los dispone cada día más y más a participar con fruto en la Misa y los sacramentos. (6) 4. De acuerdo con los cambios introducidos con el correr de los tiempos, se atribuye una importancia mayor a la acción del fiel cristiano (opera operantis), por lo cual no se menciona una larga relación de obras de piedad (opus operatum) como separadas de la vida cotidiana del fiel cristiano, sino que se presenta sólo un número reducido de concesiones (7), que ayuden a que la vida de los fieles cristianos sea más útil y más santa, y así se suprime «aquel divorcio entre la fe que profesan y la vida cotidiana de muchos... haciendo una síntesis vital del esfuerzo humano, familiar, profesional, científico o técnico, con los valores religiosos, bajo cuya altísima jerarquía todo se ordena a la gloria de Dios». (8). La Penitenciaría Apostólica ha tenido interés más bien en dar una mayor cabida a la vida cristiana y en dirigir la atención hacia el espíritu de oración y de penitencia y la práctica de las virtudes teologales, que en proponer la repetición de fórmulas y de actos. 5. En el Manual de Indulgencias, antes de citar las diversas concesiones, se hace una relación de las normas, tomadas de la Constitución apostólica Indulgentiarum doctrina, del Código de Derecho Canónico y de otros documentos normativos. Ha parecido útil, en efecto, incluso en previsión de las dudas que puedan surgir en esta materia, exponer en conjunto y ordenadamente todas las disposiciones actualmente vigentes acerca de las indulgencias. 6. En el Manual de Indulgencias se enumeran en primer lugar cuatro concesiones generales, que en cierto modo iluminan la práctica cotidiana de la vida cristiana. A cada una de estas cuatro concesiones generales se han añadido, con vistas a la utilidad e instrucción de los fieles, algunas anotaciones, con las que queda de manifiesto que cada una de las concesiones concuerda con el espíritu del Evangelio y con la renovación propuesta por el Concilio Ecuménico Vaticano II. 7. Sigue la lista de concesiones que corresponden a cada una de las obras de religión. Estas concesiones son pocas, ya que algunas obras están incluidas en las concesiones generales, y, en lo que se refiere a las preces, ha parecido que sólo había que recordar expresamente algunas de índole universal. Las competentes asambleas episcopales procurarán añadir, en las ediciones del Enchiridion en las diversas lenguas, otras fórmulas que sean útiles a la piedad de los fieles y, al mismo tiempo, muy apreciadas tradicionalmente. 8. Además, se ha añadido
al Manual de Indulgencias un Apéndice que contiene una
lista de invocaciones, y se ha puesto también el texto
de la Constitución apostólica Indulgentiarum doctrina. 2. (10) La indulgencia es parcial o plenaria, según libre en parte o en todo de la pena temporal debida por los pecados. 3. (11) Cualquier fiel puede ganar indulgencias, tanto plenarias como parciales, para sí mismo o puede aplicarlas a los difuntos como sufragio. 4. (12) Al fiel cristiano que, al menos arrepentido interiormente, realiza una obra enriquecida con indulgencia parcial, se le concede, por medio de la Iglesia, una remisión de la pena temporal equivalente a la que ya recibe él mismo con su acción. 5. § 1. (13) Además de la Suprema Autoridad de la Iglesia, sólo pueden otorgar indulgencias aquellos a quienes el derecho reconoce esta potestad o a quienes se la ha concedido el Romano Pontífice. § 2. (14) Ninguna autoridad inferior al Romano Pontífice puede otorgar a otros la potestad de conceder indulgencias, a no ser que la Sede Apostólica se la haya otorgado expresamente. 6. (15) En la Curia romana, sólo la Sagrada Penitenciaría tiene encomendado lo que se refiere a la concesión y uso de las indulgencias, quedando a salvo el derecho de la Congregación para la doctrina de la Fe de examinar lo que atañe a la doctrina dogmática sobre las mismas indulgencias. 7. Los Obispos eparquiales o diocesanos y las demás personas equiparadas a ellos por el derecho, aunque no estén revestidas de la dignidad episcopal, desde el comienzo de su misión pastoral, tienen el derecho de:
8. (18) Los Metropolitanos pueden conceder indulgencia parcial en las eparquías o diócesis sufragáneas igual que en el propio territorio. 9. (19) § 1. Los Patriarcas, en todos los lugares de su patriarcado, aun exentos, en las iglesias de su rito fuera de los términos del patriarcado y en cualquier lugar para los fieles de su rito pueden:
10. (21) Los Cardenales gozan de la facultad de conceder en cualquier lugar indulgencia parcial, que conseguirán cada vez sólo los presentes. 11. § 1. (22) Se requiere licencia expresa de la Sede Apostólica para editar lícitamente, en cualquier idioma, el Manual de Indulgencias. § 2. (23) No puede editarse ningún libro, folleto, hoja, etc., que contenga concesiones de indulgencias, sin licencia jerárquica o del Ordinario del lugar. 12. (24) De acuerdo con el deseo del Sumo Pontífice, las concesiones de indulgencias solicitadas en favor de todos los fieles sólo comienzan a tener valor después de que los documentos auténticos que las contienen hayan sido revisados por la Penitenciaría Apostólica. 13. (25) La indulgencia aneja a alguna fiesta se considera trasladada al mismo día al que legítimamente se traslada dicha fiesta o su solemnidad externa. 14. (26) Para obtener la indulgencia asignada a algún día, si se requiere la visita a una iglesia u oratorio, ésta puede efectuarse desde el mediodía del día anterior hasta la medianoche del día establecido. 15. (27) El fiel cristiano puede obtener una indulgencia si usa con devoción algún objeto de piedad debidamente bendecido, a saber, crucifijo o cruz, rosario, escapulario, medalla. 16 § 1. (28) La indulgencia unida a la visita a una iglesia u oratorio no cesa si el edificio es destruido y reconstruido en un período de cincuenta años, en el mismo lugar o en otro lugar próximo, conservando el mismo título. § 2. (29) La indulgencia aneja al uso de un objeto de piedad cesa solamente cuando este objeto se destruye o se vende. 17 § 1. (30) Para ser capaz de obtener indulgencias, es necesario 1) estar bautizado, 2) no excomulgado, 3) en estado de gracia por lo menos al final de las obras prescritas. § 2. (31) Para que el sujeto capaz las obtenga, 4) debe tener intención, por lo menos general, de obtenerlas y 5) cumplir las obras prescritas dentro del tiempo establecido y en la forma debida, a tenor de la concesión. 18 § 1. (32) La indulgencia plenaria sólo puede obtenerse una vez al día; la indulgencia parcial puede obtenerse varias veces al día. § 2. (33) Sin embargo, el fiel cristiano podrá alcanzar indulgencia plenaria in articulo mortis, aunque el mismo día haya obtenido ya otra indulgencia plenaria. 19. (34) La obra prescrita para la
obtención de una indulgencia
plenaria aneja a una iglesia u
oratorio consiste en 1) la visita
piadosa a este lugar y 2) el rezo del Padrenuestro
y 3) el Credo, a no ser que en
algún caso especial se establezcan otras condiciones. § 2. (36) Con una sola confesión sacramental pueden obtenerse varias indulgencias plenarias; en cambio, con una sola comunión eucarística y una oración por las intenciones del Sumo Pontífice sólo se obtiene una indulgencia plenaria. § 3. (37) Las tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la ejecución de la obra prescrita; pero conviene que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el mismo día en que se cumple la obra.
§ 4. (38) Si falta la plena disposición, o si no se cumple la obra prescrita y las tres condiciones antedichas, salvo lo prescrito en los números 24 y 25 para los que están afectados por algún impedimento, la indulgencia será sólo parcial. § 5. (39) La condición de orar por las intenciones del Sumo Pontífice se cumple si se reza según su intención un solo Padrenuestro y una sola Avemaría; pero se concede a cada fiel la facultad de rezar cualquier otra fórmula, según su piedad y devoción. 21. § 1. (40) Una obra que deba cumplirse por ley o por precepto no puede ser indulgenciada, a no ser que en la concesión se diga expresamente lo contrario.
22. (43) La indulgencia aneja a una oración puede obtenerse cualquiera que sea el idioma en que se rece la oración, con tal de que la traducción haya sido aprobada por la competente autoridad eclesiástica. 23. (44) Para obtener la indulgencia
aneja a una oración es suficiente rezar la
oración alternando con otro o siguiéndola mentalmente
mientras otro la reza. (1) Paulus PP. VI, All. ad Cardinalium Collegium et Curiam Romanam, 23 dec. 1966 (AAS 59 [1967] 57). (2) Cf. ID 11. 3) ID 11. (4) Cf. LG 34. (5) MR, oratio feriae II infra octavam Paschae. (6) Cf. SC 9-13. (7) Cf. infra praesertim nn. I-IV,
pp. 33-44. CUATRO CONCESIONES GENERALES CONCESIONES I Se concede indulgencia parcial al fiel
cristiano que, en el cumplimiento de sus obligaciones y
en el sufrimiento de las dificultades de la vida, eleva
su alma a Dios con humilde confianza, añadiendo aunque
sólo sea mentalmente alguna piadosa invocación. (3) II Se concede indulgencia parcial al fiel
cristiano que, movido por el espíritu de fe, pone su
persona o sus bienes, con sentimientos de
misericordia, al servicio de los hermanos necesitados. (19). Sin embargo, no se enriquecen
con indulgencia todas las obras de caridad, sino tan
sólo las que se hacen «al servicio de los hermanos
necesitados», como son los que carecen de
comida o vestido para el cuerpo, o de instrucción o
consuelo para el espíritu.
«Así que, mientras tengamos
oportunidad, hagamos el bien a todos, pero especialmente
a nuestros hermanos en la fe». (25). III Se concede indulgencia parcial al fiel
cristiano que, con espíritu de penitencia, se
priva voluntariamente de alguna cosa lícita y agradable.
(38). IV Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, en circunstancias particulares de la vida cotidiana, dé testimonio explícito de la fe ante los demás. Esta concesión estimula al fiel cristiano a profesar su fe ante los demás, para gloria de Dios y edificación de la Iglesia. San Agustín ha escrito: «Tu Símbolo sea
para ti como un espejo. Mírate en él, para ver si crees
todo aquello que confiesas creer, y alégrate cada día
por tu fe» (55). «Mejor, dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen». (58). «Seréis mis testigos». (59). «A diario acudían al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos, alabando a Dios con alegría y de todo corazón; eran bien vistos de todo el pueblo». (60). «En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo... Los apóstoles daban testimonio de la Resurrección del Señor Jesús con mucho valor, y Dios los miraba a todos con mucho agrado». (61). «Vuestra fe es alabada en todo el mundo». (62). «Si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree, te salvarás. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación». (63). «Combate el buen combate de la fe. Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado, y de la que hiciste noble profesión ante muchos testigos»". (64). «No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor». (65). «Que ninguno de vosotros tenga que sufrir por homicida, ladrón, malhechor o entrometido; pero, si sufre por ser cristiano, que no se avergüence, que dé gloria a Dios por este nombre». (66). «Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios». (67). «A fin de que la caridad crezca en el alma como una buena semilla y fructifique, debe cada uno de los fieles oír de buena gana la palabra de Dios y cumplir con las obras su voluntad con la ayuda de la gracia, participar frecuentemente en los sacramentos, sobre todo en la Eucaristía, y en otras funciones sagradas, y aplicarse de manera constante a la oración, a la abnegación de sí mismo, al fraterno y solícito servicio de los demás y al ejercicio de todas las virtudes». (68). «Los cristianos están llamados a ejercer el apostolado individual en las variadas circunstancias de su vida; recuerden, sin embargo, que el hombre es social por naturaleza... Por ello, los cristianos han de ejercer el apostolado aunando sus esfuerzos. Sean apóstoles tanto en el seno de las familias como en las parroquias y diócesis, las cuales expresan el carácter comunitario del apostolado, y en los grupos cuya constitución libremente decidan». (69). «La naturaleza social del hombre exige que éste manifieste externamente los actos internos de religión, que se comunique con otros en materia religiosa, que profese su religión de forma comunitaria» (70). «No basta que el pueblo cristiano
esté presente y establecido en una nación ni que
desarrolle el apostolado del ejemplo; se establece y
está presente para anunciar con sus palabras y
con su trabajo a Cristo a sus conciudadanos no
cristianos y ayudarles a la recepción plena de Cristo»
(71). PROEMIO 1. A las cuatro concesiones
generales de que se ha hablado antes en los números I-IV,
se añaden otras pocas concesiones que, teniendo
en cuenta tanto las tradiciones del tiempo pasado como
las necesidades de nuestra época, tienen un
significado especial. (Se trata de la "renovación
en la continuidad", que siempre ha caracterizado a
la Iglesia). 8. Concesiones por orden alfabético. Para esta ordenación, se considera la primera palabra del título (por ejemplo, Acto de consagración de las familias - Eucarística adoración y procesión). Se indican las fuentes de las cuales se han tomado las preces solo cuando se trata de textos litúrgicos vigentes. Para que resulte más fácil a los fieles el uso de este Manual, se ponen al final tres índices: el de oraciones; *** CONCESIONES
[Al fiel cristiano que rece
piadosamente el precedente acto de consagración del
género humano a Jesucristo Rey se le concede indulgencia
parcial. 3. Acto
de reparación al Sagrado Corazón de Jesús
4. Bendición papal (Esta bendición Urbi et Orbi se imparte en los días de Pascua de Resurrección y Natividad del Señor; el día de la elección del Papa, o, a veces, en Jubileos) 5. (8). Días destinados a
una finalidad religiosa de carácter universal (por ejemplo, para el fomento de las vocaciones sacerdotales y religiosas -como la Jornada Mundial de Oración por las vocaciones, en el Domingo IV de Pascua o "del Buen Pastor"-, para la adecuada pastoral de los enfermos y discapacitados -como la Jornada Mundial del Enfermo, cada 11 de febrero, memoria litúrgica de la Virgen de Lourdes-, para ayudar a los jóvenes a fortalecer su fe y conducirlos por el camino de la santidad, -como la Jornada Mundial de la Juventud, cada dos o tres años- etc.); el fiel cristiano que se una a dichas
celebraciones mediante la oración conseguirá
indulgencia parcial. (el jueves, que es el día propio de dicha solemnidad, o el domingo siguiente, al que es trasladada en muchos países). 4. (12) participe devotamente en el solemne rito eucarístico con el que suele celebrarse la conclusión de una reunión eucarística. (La más importante "reunión eucarística" a nivel universal es el Congreso Eucarístico Internacional, cuya Misa de Clausura se llama Statio orbis, y en cada país, el Congreso Eucarístico Nacional). § 2. Se concede indulgencia parcial
al fiel cristiano que: O sacrum convivium, in quo
Christus sumitur: recolitur memoria passionis eius, mens
impletur gratia, et futurae gloriae nobis pignus datur.
Norma 7 del
Enchiridion de 1999 § 1. 2 y § 2. 2 Se concede
indulgencia plenaria al fiel cristiano
que recite piadosamente las estrofas del himno Tantum
ergo delante del Santísimo Sacramento
expuesto solemnemente después de la Misa in Cena
Domini del Jueves Santo 8. Comunión
eucarística y espiritual
2. (16) rece piadosamente la oración: § 2. Se concede indulgencia parcial al
fiel cristiano que, con cualquier fórmula aprobada,
recite:
9. Examen
de conciencia y acto de contrición
La Iglesia Católica tiene siempre en
su corazón la plegaria que su fundador, el día antes de
su Pasión, dirigió al Padre «para
que todos sean uno», y, por ello,
exhorta constantemente a los fieles a orar por la unidad
de todos los cristianos.
2. (22) Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que recite devotamente una plegaria, debidamente aprobada, por la unidad de los cristianos (por ejemplo, la oración siguiente): Dios omnipotente y misericordioso, que por medio de tu Hijo has querido unir en un solo pueblo a gente tan diversa, haz, te pedimos, que cuantos nos gloriamos de llamarnos cristianos, rechazando toda división, seamos una sola cosa en la verdad y en la caridad, y que todos los hombres, iluminados por la fe verdadera, formemos una misma Iglesia, animada por la comunión fraterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 12. En
peligro de muerte inminente § 5. En la catequesis, los fieles deben ser informados oportuna y frecuentemente de esta saludable disposición de la Iglesia. 13. Conmemoración
de la Pasión y Muerte del Señor 17. Plegarias a la
Santísima Virgen María Fuera de estas circunstancias, la indulgencia será parcial. El Rosario es una determinada manera de orar en la que distinguimos quince decenas de Avemarías, [veinte desde 2002], intercalando la oración del Señor, y meditando piadosamente en cada una de estas decenas los misterios de nuestra redención. Respecto a la indulgencia plenaria por
el rezo del Rosario mariano, se establece lo siguiente: § 2. Se concede indulgencia parcial al
fiel cristiano que: 28. Profesión de fe y actos de las virtudes teologales
29. Por los fieles difuntos § 1. Indulgencia plenaria, aplicable solamente a las almas del Purgatorio
§ 2. Se concede indulgencia parcial, aplicable solamente a las Almas del Purgatorio, al fiel cristiano que:
30. Lectura de la Sagrada Escritura 31. (60) Sínodo diocesano 33. Visita a lugares sagrados § 1. (62) Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que visite, y rece allí devotamente el Padrenuestro y el Credo:
§ 2. (69). Del mismo modo, se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que, en su día propio, participe en las celebraciones sagradas de una iglesia estacional; si sólo realiza una visita por devoción, la indulgencia será parcial. § 3. (70) Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que visite devotamente el cementerio de los antiguos cristianos o catacumba. ---------------------------- Notas: (1) Cf. ID 11. (2) E.g. Credo (conc. 28 § 2, 3°); De profundis (conc. 9, 2°); Magnificat (conc. 17 § 2, 1°); Sub tuum praesidium (conc. 17 § 2, 3°); Salve, Regina (ibid.); Actiones nostras (conc. 26 § 2, 2°); Agimus tibi gratias (ibid.). (3) Cf. nn. 7-10, 11 § 2, 22, 25. (4) Cf. norma 20 § 4. (5) EI 1986, conc. 27 (ibidem in EI 1968). (6) EI 1986, conc. 26. (7) EI 1986, conc. 12 (cf. SPA, decr. De indulgentiis ope instrumenti televisifici vel radiophonici lucrandis, 14 dec. 1985 (AAS 78 [1986] 293-294). (8) Cf. EI 1986, conc. 37. (9) EI 1986, conc. 20 (indulgentia partialis, vi concessionis generalioris II a docente consecuta, per hanc concessionem ad discentem extenditur). (10) § 1, 1°: EI 1986, conc. 3. (11) § 1, 2°: EI 1986, conc. 59. (12) § 1, 4°: EI 1986, conc. 23. (13) § 2, 1°: EI 1986, conc. 3. (14) § 2, 2°: EI 1986, conc. 4, 40, 59. (15) § 1, 1°: EI 1986, conc. 42. (16) § 1, 2°: EI 1986, conc. 22. (17) § 2, 1°: EI 1986, conc. 15. (18) § 2, 2°: EI 1986, conc. 10 et 22. (19) 2º: EI 1986, conc. 2, 19, 33. (20) § 1: EI 1986, conc. 25. (21) § 2: EI 1986, conc. 45. (22) § 2: EI 1986, conc. 44. (23) §§ 1-4: EI 1986, conc. 28. (Cf. ID, nn. 6, 18; EI 1968, n. 24 § 2; Ordo unctionis infirmorum eorumque pastoralis curae, 7 dec. 1972, 122; CIC 1983, can. 530; EI 1986, n. 21 § 2). (24) 1°: EI 1986, conc. 17. (25) 2°: EI 1986, conc. 63. (26) EI 1986, conc. 35. Ad pietatis obiecta rite benedicenda sacerdos vel diaconus formulas liturgicas proprii Ritualis servet. In pecularibus adiunctis, minister adhibere potest sequentem formulam brevem: « In nomine Patris et Filii, et Spiritus Sancti. Amen » (De Ben., 1165 et 1182). (27) EI 1986, conc. 38. (28) EI 1986, conc. 41. (29) § 1, 1°: EI 1986, conc. 48 (de hymno Akathistos et officio Paraclisis, vide infra conc. 23). (30) § 2, 1°: EI 1986, conc. 30. (31) § 2, 2°: EI 1986, conc. 9. (32) § 2, 3°: EI 1986, conc. 31, 32, 51, 52, 57 (de precibus novendialibus, litaniis et parvis Officiis in honorem B. Mariae V., vide infra conc. 22). (33) EI 1986, conc. 8. (34) EI 1986, conc. 6 (de litaniis et parvo officio S. Ioseph, vide infra conc. 22, 2°-3°). (35) EI 1986, conc. 53. (36) § 1: EI 1986, conc. 54 (de litaniis sanctorum, vide infra conc. 22, 2°). (37) § 2: SPA, decr. 12 sept. 1968. Cf. SCR, Instr. De celebrationibus quae in honorem alicuius Sancti vel Beati intra annum a Canonizatione vel Beatificatione peragi solent (AAS 60 [1968] 602, ad 5). (38) 1°: EI 1986, conc. 34. (39) 2°: EI 1986, conc. 29. (40) 3°: EI 1986, conc. 36. (41) § 1: EI 1986, conc. 48, ad 4; PA, decr. Mater Christi, 31 maii 1991 (in PA tab. n. 3691I). (42) EI 1986, conc. 47. (43) 1°: EI 1986, conc. 39. (44) § 1, 1°: EI 1986, conc. 61. (45) § 1, 2°: EI 1986, conc. 60. (46) § 2: EI 1986, conc. 1, 5, 7, 21, 24, 60, 61, 62, 64. (47) § 1: EI 1986, conc. 43 (48) § 2, 1°: EI 1986, conc. 49. (49) § 2, 3°: EI 1986, conc. 49. (50) § 1: EI 1986, conc. 70. (51) § 1, 1°: EI 1986, conc. 70. (52) § 2, 2°: EI 1986, conc. 55. (53) § 2, 3°: EI 1986, conc. 16. (54) § 2, 4°: EI 1986, conc. 2 (singuli actus indulgentia ditantur). (55) § 1, 1°: EI 1986, conc. 13. (56) § 1, 2°: EI 1986, conc. 67 (vide etiam, supra, normam 19). (57) § 2, 1°: EI 1986, conc. 13. (58) § 2, 2°: EI 1986, conc. 18, 46. (59) § 1: EI 1986, conc. 50. (60) EI 1986, conc. 58. (61) EI 1986, conc. 69. (62) § 1, 1°: EI 1986, conc. 11. (63) § 1, 2°: cf. SCR, decr. Domus
Dei, 6 iunii 1968 (AAS 60 [1968] 536-539). Utraque
indulgentia, sub litteris b et c, acquiri poterit vel die
supra definito vel alio die ab Ordinario statuendo in
fidelium utilitatem (item ad 3, sub litteris b et e; ad 4,
sub littera a; ad 5, sub litteris a et b). (64) § 1, 3°: EI 1986, conc. 65. (65) § 1, 4°: Cf. CIC, cann. 1230-1234. (66) § 1, 5°: EI 1986, conc. 65.
Iisdem indulgentiis gaudent ecclesia concathedralis
si adsit etsi forte non sit paroecialis,
necnon ecclesiae quasi paroeciales: cf. CIC, can. 516 §
1. Pro navigantibus et maritimis cf. Ioannes Paulus II,m.p.
Stella Maris (AAS 89 [1997] 209-216). (67) § 1, 6°: EI 1986, conc. 66. (68) § 1, 7°: EI 1986, conc. 68. (69) § 2: EI 1986, conc. 56. Cf. CE 260-261. (70) § 3: EI 1986, conc. 14. APÉNDICE INVOCACIONES PIADOSAS Por lo que se refiere a cualquier
invocación piadosa, hay que tener en cuenta lo siguiente: 3. La invocación puede ser muy breve, expresada
en una o pocas palabras, o concebida sólo
mentalmente. (1) Cf. Rom 8,15 et Gal 4,6. (2) Cf. Idt 16,16 et Ps 85,10. (3) Aliae invocationes, lingua vernacula expressae, inveniri poterunt in communibus pietatis libris. (4) Lc 18,13. (5) Ps 143 [Vg 142] 10. (6) Lc 17,5. (7) Mt 8,25. (8) Io 20,28.
(11) Lc 23,46; cf. Ps 31 [Vg 30] 6. (12) Mt 16,16. Constitución apostólica Indulgentiarum Doctrina de 1.1.1967 del Papa san Pablo VI [Texto original en latín en AAS 59 (1967), pp. 5-24] Pablo Obispo, Siervo de los siervos de Dios, en memoria perpetua de este acto I 1. La doctrina y uso de las indulgencias, vigentes en la Iglesia católica desde hace muchos siglos están fundamentados sólidamente en la revelación divina, [1] que, legada por los Apóstoles "progresa en la Iglesia con la asistencia del Espíritu Santo", mientras que "la Iglesia en el decurso de los siglos, tiende constantemente a la plenitud de la verdad divina, hasta que en ella se cumplan las palabras de Dios"[2]. Sin embargo, para el correcto entendimiento de esta doctrina y de su saludable uso es conveniente recordar algunas verdades, en las que siempre creyó toda la Iglesia, iluminada por la palabra de Dios, y los Obispos, sucesores de los Apóstoles, y sobre todo los Romanos Pontífices, sucesores de Pedro, han venido enseñando y enseñan, bien por medio de la praxis pastoral, bien por medio de documentos doctrinales, a lo largo de los siglos. 2. Según nos enseña la divina revelación, las penas son consecuencia de los pecados, infligidas por la santidad y justicia divinas, y han de ser purgadas bien en este mundo, con los dolores, miserias y tristezas de esta vida y especialmente con la muerte[3], o bien por medio del fuego, los tormentos y las penas catharterias en la vida futura[4]. Por ello, los fieles siempre estuvieron persuadidos de que el mal camino tenía muchas dificultades y que era áspero, espinoso y nocivo para los que andaban por él[5]. Estas penas se imponen por justo y misericordioso juicio de Dios para purificar las almas y defender la santidad del orden moral, y restituir la gloria de Dios en su plena majestad. Pues todo pecado lleva consigo la perturbación del orden universal, que Dios ha dispuesto con inefable sabiduría e infinita caridad, y la destrucción de ingentes bienes tanto en relación con el pecador como de toda la comunidad humana. Para toda mente cristiana de cualquier tiempo siempre fue evidente que el pecado era no sólo una trasgresión de la ley divina, sino, además, aunque no siempre directa y abiertamente, el desprecio u olvido de la amistad personal entre Dios y el hombre[6], y una verdadera ofensa de Dios, cuyo alcance escapa a la mente humana; más aún, un ingrato desprecio del amor de Dios que se nos ofrece en Cristo, ya que Cristo llamó a sus discípulos amigos y no siervos[7]. 3. Por tanto, es necesario para la plena remisión y reparación de los pecados no sólo restaurar la amistad con Dios por medio de una sincera conversión de la mente, y expiar la ofensa inflingida a su sabiduría y bondad, sino también restaurar plenamente todos los bienes personales, sociales y los relativos al orden universal, destruidos o perturbados por el pecado, bien por medio de una reparación voluntaria, que no será sin sacrificio, o bien por medio de la aceptación de las penas establecidas por la justa y santa sabiduría divina, para que así resplandezca en todo el mundo la santidad y el esplendor de la gloria de Dios. De la existencia y gravedad de las penas se deduce la insensatez y malicia del pecado, y sus malas secuelas. La doctrina del purgatorio sobradamente demuestra que las penas que hay que pagar o las reliquias del pecado que hay que purificar pueden permanecer, y de hecho frecuentemente permanecen, después de la remisión de la culpa[8]; pues en el purgatorio se purifican, después de la muerte, las almas de los difuntos que "hayan muerto verdaderamente arrepentidos en la caridad de Dios; sin haber satisfecho con dignos frutos de penitencia por las faltas cometidas o por las faltas de omisión"[9]. Las mismas preces litúrgicas, empleadas desde tiempos remotos por la comunidad cristiana reunida en la sagrada misa, lo indican suficientemente diciendo: "Pues estamos afligidos por nuestros pecados: líbranos con amor, para gloria de tu nombre"[10]. Todos los hombres que peregrinan por este mundo cometen por lo menos las llamadas faltas leves y diarias[11], y, por ello, todos están necesitados de la misericordia de Dios "para verse libres de las penas debidas por los pecados. II 4. Por arcanos y misericordiosos designios de Dios, los hombres están vinculados entre sí por lazos sobrenaturales, de suerte que el pecado de uno daña a los demás, de la misma forma que la santidad de uno beneficia a los otros[12]. De esta suerte, los fieles se prestan ayuda mutua para conseguir el fin sobrenatural. Un testimonio de esta comunión se manifiesta ya en Adán, cuyo pecado se propaga a todos los hombres. Pero el mayor y mas perfecto principio, fundamento y ejemplo de este vínculo sobrenatural es el mismo Cristo, a cuya unión con él Dios nos ha llamado[13]. 5. Pues Cristo, que "no cometió pecado", "padeció su pasión por nosotros"[14]; "fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes..., y sus cicatrices nos curaron"[15]. Los fieles, siguiendo las huellas de Cristo[16], siempre han intentado ayudarse mutuamente en el camino hacia el Padre celestial, por medio de la oración, del ejemplo de los bienes espirituales y de la expiación penitencial; cuanto mayor era el fervor de su caridad con más afán seguían los pasos de la pasión de Cristo, llevando su propia cruz como expiación de sus pecados y de los ajenos, teniendo por seguro que podían favorecer sus hermanos ante Dios, Padre de las misericordias, en la consecución de la salvación[17]. Este es el antiquísimos dogma de la comunión de los santos[18], según el cual la vida de cada uno de los hijos de Dios, en Cristo y por Cristo, queda unida con maravilloso vínculo a la vida de todos los demás hermanos cristianos en la unidad sobrenatural del Cuerpo místico de Cristo, formando corno una sola mística persona[19]. Así resulta el "tesoro de la Iglesia"[20]. El cual, ciertamente, no es una especie de suma de los bienes, a imagen de las riquezas materiales, que se van acumulando a lo largo de los siglos, sino que es el infinito e inagotable precio que tienen ante Dios las expiaciones y méritos de Cristo, ofrecidos para que toda la humanidad quedara libre del pecado y fuera conducida a la comunión con el Padre; es el mismo Cristo Redentor en el que están vigentes las satisfacciones y méritos de su redención[21]. A este tesoro también pertenece el precio verdaderamente inmenso e inconmensurable y siempre nuevo que tienen ante Dios las oraciones y obras buenas de la bienaventurada Virgen María y de todos los santos, que, habiendo seguido, por gracia del mismo Cristo, sus huellas, se santificaron ellos mismos, y perfeccionaron la obra recibida del Padre; de suerte que, realizando su propia salvación, también trabajan en favor de la salvación de sus hermanos, en la unidad del Cuerpo místico. "Porque todos los que son de Cristo, poseyendo su Espíritu crecen juntos y en él se unen entre sí, formando una sola Iglesia [22 Cf Ef 4, 16]. Así que la unión de los peregrinos con los hermanos que durmieron en la paz de Cristo, de ninguna manera se interrumpe, antes bien, según la constante fe de la Iglesia, se fortalece con la comunicación de los bienes espirituales. Por estar los bienaventurados más íntimamente unidos a Cristo, consolidan más eficazmente a toda la Iglesia en la santidad... y contribuyen de múltiples maneras a su más dilatada edificación [23 Cf. 1Co 12, 12- 27]. Porque ellos llegaron ya a la patria y gozan de la presencia del Señor[24]; por él, con él y en él no cesan de interceder por nosotros ante el Padre, presentando por medio del único Mediador de Dios y de los hombres Cristo Jesús[25], los méritos que en la tierra alcanzaron; sirviendo al Señor en todas las cosas y completando en su propia carne, en favor del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, lo que falta a los sufrimientos de Cristo[26]. Su fraterna solicitud ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad"[27]. Así, pues, entre los fieles, ya hayan conseguido la patria celestial, ya expíen en el purgatorio sus faltas, o ya peregrinen todavía por la tierra, existe ciertamente un vínculo perenne de caridad y un abundante intercambio de todos los bienes, mediante los cuales, expiados todos los pecados del Cuerpo místico, queda aplacada la justicia divina; y la misericordia divina es movida al perdón, para que los pecadores arrepentidos sean llevados más rápidamente al disfrute completo de los bienes de la familia de Dios. III 6. La Iglesia, consciente desde un principio de
estas verdades, inició diversos caminos para aplicar a
cada fiel los frutos de la redención de Cristo, y para
que los fieles se esforzaran en favor de la salvación de
sus hermanos; y para que de esta suerte todo el cuerpo de
la Iglesia estuviera edificado en justicia y santidad
para la venida del reino de Dios, cuando Dios lo será
todo en todos. En esto los fieles no creían que actuaban solamente con sus fuerzas en favor de la de los pecados de los demás hermanos, sino que se creía que la Iglesia, como cuerpo unido a Cristo, su cabeza, era la que satisfacía en cada uno de los miembros[35]. La Iglesia de los santos Padres tenía como cierto que llevaban a cabo la obra salvadora en comunión y bajo la autoridad de los pastores, a los que el Espíritu Santo había designado como Obispos para regir la Iglesia de Dios[36]. De esta suerte, los Obispos, sopesadas todas las cosas con prudencia, establecían la forma y medida de la satisfacción debida e incluso permitían que las penitencias canónicas se pudieran redimir con otras obras quizá más fáciles, convenientes para el bien común, o fomentadoras de la piedad, que eran realizadas por los mismos penitentes, e incluso en ocasiones por otros fieles[37]. IV 7. La vigente persuasión en la Iglesia de que los pastores de la grey del Señor podían librar a los fieles de las reliquias de los pecados por la aplicación de los méritos de Cristo y de los santos, poco a poco, a lo largo de los siglos, por inspiración del Espíritu Santo, alma del pueblo de Dios, sugirió el uso de las indulgencias, por medio del cual se realizó un progreso en esta misma doctrina y disciplina de la Iglesia; fue un progreso y no un cambio[38], y un nuevo bien sacado de la raíz de la revelación para utilidad de los fieles y de toda la Iglesia. El uso de las indulgencias, propagado poco a poco, fue un acontecimiento notable en la historia de la Iglesia, cuando los Romanos Pontífices decretaron que ciertas obras oportunas para el bien común de la Iglesia "se podían tomar como penitencia general" [39] y que concedían a los fieles "verdaderamente arrepentidos y confesados" y que hubieran realizado estas obras "por la misericordia de Dios omnipotente y... apoyados en los méritos y autoridad de sus Apóstoles", "con la plenitud de la potestad apostólica" "el perdón, no sólo pleno y amplio, sino completísimo, de todos sus pecados"[40]. Porque "el unigénito Hijo de Dios... adquirió un tesoro para la Iglesia militante.,. Y este tesoro... lo confió a de Pedro, clavero del cielo, y a sus sucesores, sus vicarios en la tierra, para distribuirlo saludablemente a los fieles, y por motivos justos y razonables, para ser aplicado a la remisión total o parcial de la pena temporal debida por los pecados, tanto de forma general como especial (según les pareciera voluntad de Dios) a los fieles verdaderamente arrepentidos y confesados. Los méritos... de la bienaventurada Virgen María y de los elegidos son como el complemento de este tesoro acumulado"[41]. 8. Esta remisión de la pena temporal debida por los pecados, perdonados ya en lo que se refiere a la culpa, fue designada con el nombre "indulgencia"[42]. Esta indulgencia tiene algo de común con las demás formas instauradas para quitar las reliquias de los pecados, pero, al mismo tiempo, hay razones que la distinguen perfectamente. Pues en la indulgencia la Iglesia, empleando su potestad de administradora de la redención de Cristo, no solamente pide, sino que con autoridad concede al fiel convenientemente dispuesto el tesoro De las satisfacciones de Cristo y de los santos para la remisión de la pena temporal[43]. El fin que se propone la autoridad eclesiástica en la concesión de las indulgencias consiste no sólo en ayudar a los fieles a lavar las penas debidas, sino también incitarlos a realizar obras de piedad, penitencia y caridad, especialmente aquellas que contribuyen al incremento de la fe y del bien común[44]. Y cuando los fieles ganan las indulgencias en sufragio de los difuntos, realizan la caridad de la forma más eximia, y al pensar en las cosas sobrenaturales trabajan con más rectitud en las cosas de la tierra. El Magisterio de la Iglesia ha declarado y reivindicado esta doctrina en diversos documentos[45]. Ciertamente que en el uso de las indulgencias a veces han existido abusos, bien porque, "debido a indiscretas y superfluas indulgencias" se menospreciaban los poderes de la Iglesia y se debilitaba la satisfacción penitencial[46], bien porque se vilipendiaba el nombre de las indulgencias por unas "míseras ganancias"[47]. La Iglesia, sin embargo, corrigiendo y enmendando abusos, "enseña y ordena que el uso de las indulgencias ha de conservarse en la Iglesia como muy saludable para el pueblo cristiano y aprobado por la autoridad de los sacrosantos Concilios, y condena con anatema a quienes afirmen que estas son inútiles o que la Iglesia no tiene potestad para concederlas"[48]. 9. Hoy también la Iglesia invita a todos sus hijos a que mediten y consideren el gran valor del uso de las indulgencias para la vida individual y para el fomento de la sociedad cristiana. Si recordamos brevemente los motivos principales, en primer lugar este uso saludable nos enseña que "es malo y amargo abandonar al Señor, tu Dios"[49].Los fieles, al ganar las indulgencias, advierten que no pueden expiar sólo con sus fuerzas al mal que se han infligido al pecar, a sí mismos y a toda la comunidad, y por ello son movidos a una humildad saludable. Además, el uso de las indulgencias demuestra la íntima unión con que estamos vinculados a Cristo, y la gran importancia que tiene para los demás la vida sobrenatural de cada uno, para poder estar más estrecha y fácilmente unidos al Padre. El uso de las indulgencias fomenta eficazmente la caridad y la ejerce de forma excepcional, al prestar ayuda a los hermanos que duermen en Cristo. 10. Además, las indulgencias aumentan la confianza y la esperanza de una plena reconciliación con Dios Padre, no dando tregua al abandono ni permitiendo descuidar el cultivo de las disposiciones requeridas para una plena comunión con Dios. Pues las indulgencias, a pesar de ser beneficios gratuitos, solamente se conceden, tanto a los vivos como a los difuntos, una vez cumplidas ciertas condiciones, requiriéndose para ganarlas, bien que se hayan llevado a cabo las obras buenas prescritas, bien que el fiel esté dotado de disposiciones debidas, es decir, que ame a Dios, deteste los pecados, tenga confianza en los méritos de Cristo y crea firmemente que la comunión de los santos le es de gran utilidad. Tampoco se puede dejar pasar por alto que los fieles, al ganar las indulgencias, se someten dócilmente a los legítimos pastores de la Iglesia y de forma especial al sucesor de Pedro, clavero del cielo, a los que el Señor mandó que apacentaran y rigieran su Iglesia. De esta suerte, la saludable institución de las indulgencias hace a su modo que la Iglesia se presente a Cristo sin mancha ni arruga, santa e inmaculada[50], maravillosamente unida a Cristo por el vínculo sobrenatural de la caridad. Puesto que con la ayuda de las indulgencias los miembros de la Iglesia purgante se suman más rápidamente a la Iglesia celestial, por las mismas indulgencias el reino de Cristo se instaura más y más y con mayor rapidez, "hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud"[51]. 11. Basada en estas verdades, la santa Madre Iglesia, al recomendar nuevamente a los fieles el uso de las indulgencias, como uso muy grato al pueblo cristiano a lo largo de muchos siglos y también en nuestros tiempos, como lo prueba la experiencia, no pretende quitar importancia a las demás formas de santificación y purificación, en especial al santo sacrificio de la misa y los sacramentos, sobre todo al sacramento de la penitencia, ni tampoco a los copiosos auxilios denominados bajo el nombre común de sacramentales, ni a las obras de piedad, penitencia y caridad. Todas estas formas tienen de común el que operan con tanta más validez la santificación y la purificación cuánto más estrechamente se está unido a Cristo, cabeza, y al cuerpo de la Iglesia, mediante la caridad. Las indulgencias confirman también la supremacía de la caridad en la vida cristiana. Pues no se pueden ganar sin una sincera metánoia y unión con Dios, a lo que se suma el cumplimiento de las obras prescritas. Sigue en pie, por tanto, el orden de la caridad, en el que se inserta la remisión de las penas por dispensación del tesoro de la Iglesia. La Iglesia exhorta a sus fieles a que no abandonen ni menosprecien las santas tradiciones de sus mayores, sino que las acepten religiosamente y las estimen como precioso tesoro de la familia católica; sin embargo, permite que cada uno emplee estos auxilios de purificación y santificación con la santa y justa libertad de los hijos de Dios, aunque pone de continuo ante su consideración los requisitos más necesarios, mejores y más eficaces para conseguir la salvación[52]. Y para que el empleo de las indulgencias se tenga en mayor estima y dignidad, la santa Madre Iglesia ha creído oportuno introducir algunas innovaciones en su disciplina y decretar nuevas normas. V 12. Las normas que siguen a continuación introducen las oportunas variaciones en la disciplina de las indulgencias, habiendo tenido en cuenta los deseos de las Conferencias Episcopales. Las normas del Código de Derecho Canónico y de los Decretos de la Santa Sede sobre las indulgencias permanecen intactos en lo que concuerden con las nuevas normas. En la preparación de estas normas se han tenido en cuenta de forma especial tres cosas: establecer una nueva medida para la indulgencia parcial, disminuir oportunamente las indulgencias plenarias, atribuir a las llamadas indulgencias reales y locales una forma más simple y más digna. En lo referente a la indulgencia parcial, se prescinde de la antigua determinación de días y años, y se ha buscado una nueva norma o medida, según la cual se tendrá en cuenta la acción misma del fiel que ejecuta una obra enriquecida con indulgencia. Puesto que el fiel, mediante su acción además del mérito, que es el principal fruto de su acción, puede conseguir también una remisión de la pena temporal, tanto mayor cuanto mayor es la caridad de quien la realiza y la excelencia de la obra, se ha creído oportuno que esta misma remisión de la pena, ganada por el fiel mediante su acción, sea la medida de la remisión de la pena que la autoridad eclesiástica liberalmente añade por la indulgencia parcial. Con respecto a la indulgencia plenaria, ha parecido oportuno disminuir convenientemente su número, para que los fieles tengan la debida estima de la indulgencia plenaria y puedan conseguirla con las debidas disposiciones. A lo que está al alcance de la mano se le da poca importancia; lo que se ofrece con abundancia pierde en estimación, dado que la mayoría de fieles necesitan un conveniente espacio de tiempo para prepararse a ganar convenientemente la indulgencia plenaria. En lo referente a las indulgencias reales o locales, no sólo se ha disminuido notablemente su número, sino que se ha suprimido esta denominación, para que quede más patente que son las acciones de los fieles las que están enriquecidas de indulgencias, y no las cosas o lugares que son solamente ocasión para ganar las indulgencias. Más aún, los miembros de las pías asociaciones pueden ganar sus indulgencias propias, realizando las obras prescritas, sin requerirse el empleo de insignias. NORMAS Norma 1. Indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en lo referente a la culpa que gana el fiel, convenientemente preparado, en ciertas y determinadas condiciones, con la ayuda de la Iglesia, que, como administradora de la redención, dispensa y aplica con plena autoridad el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos. Norma 2. La indulgencia es parcial o plenaria, según libere totalmente o en parte de la pena temporal debida por los pecados. Norma 3. Las indulgencias, ya parciales ya plenarias, siempre pueden aplicarse por los difuntos a modo de sufragio. Norma 4. La indulgencia parcial, de ahora en adelante, será indicada exclusivamente por las palabras "indulgencia parcial", sin añadir ninguna determinación de días ni de años. Norma 5. Al fiel que, al menos con corazón contrito, lleva a cabo una obra enriquecida con indulgencia parcial, se le concede por obra de la Iglesia una remisión tal de la pena temporal cual la que ya recibe por su acción. Norma 6. La indulgencia plenaria solamente se puede ganar una vez al día, salvo lo prescrito en la norma 18 para los que se encuentran in articulo mortis. En cambio, la indulgencia parcial se puede ganar muchas veces en un mismo día, a no ser que se advierta expresamente otra cosa. Norma 7. Para ganar la indulgencia plenaria se requiere la ejecución de la obra enriquecida con la indulgencia y el cumplimiento de las tres condiciones siguientes: la confesión sacramental, la comunión eucarística y la oración por las intenciones del Romano Pontífice. Se requiere además, que se excluya todo afecto al pecado, incluso venial. Si falta esta completa disposición, y no se cumplen las condiciones arriba indicadas, salvo lo prescrito en la norma 11 para los impedidos, la indulgencia será solamente parcial. Norma 8. Las tres condiciones pueden cumplirse algunos días antes o después de la ejecución de la obra prescrita; sin embargo, es conveniente que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el mismo día en que se haga la obra. Norma 9. Con una sola confesión sacramental se pueden ganar muchas indulgencias plenarias; en cambio, con una sola comunión eucarística y con una sola oración por las intenciones del Sumo Pontífice solamente se puede ganar una indulgencia plenaria. Norma 10. La condición de orar por las intenciones del Sumo Pontífice se cumple plenamente recitando un Padrenuestro y un Ave María por sus intenciones; aunque cada fiel puede rezar otra oración, según su devoción y piedad por el Romano Pontífice. Norma 11. Queda en pie la facultad concedida a los confesores por el canon 935 del Código de Derecho Canónico de conmutar a los "impedidos" tanto la obra prescrita como las condiciones. Los Ordinarios de lugar pueden conceder a los fieles sobre los que ejerzan su autoridad según la norma del derecho, y que habiten en lugares donde de ningún modo o difícilmente puedan practicar la confesión y comunión, el poder ganar la indulgencia plenaria sin la comunión y confesión actual, con tal que estén arrepentidos de corazón y tengan propósito de recibir los citados sacramentos en cuanto les sea posible. Norma 12. Ya no se empleará más la división de las indulgencias en personales, reales y locales, para que quede bien manifiesto que lo que se enriquece con indulgencias son las acciones de los fieles, aunque a veces sigan unidas a una cosa o sitio determinado. Norma 13. Se revisará el Enchiridion de indulgencias, con el fin de enriquecer con indulgencias solamente las principales oraciones y obras de piedad, caridad y penitencia. Norma 14. Las listas y sumarios de las indulgencias de las Órdenes, Congregaciones religiosas, Sociedades de vida en común sin votos, Institutos seculares y pías Asociaciones de fieles serán revisados lo antes posible, de forma que la indulgencia plenaria se pueda ganar solamente en unos días peculiares, que determinará la Santa Sede, a propuesta del moderador general o, si se tratara de pías Asociaciones, del Ordinario del lugar. Norma 15. En todas las iglesias, oratorios públicos o por parte de quienes los empleen legítimamente semipúblicos, puede ganarse una indulgencia plenaria aplicable y solamente en favor de los difuntos, el día 2 de noviembre. Pero en las iglesias parroquiales se puede, además, ganar una indulgencia plenaria dos veces al año: el día de la fiesta del titular y el 2 de agosto, que se celebra la indulgencia de la "Porciúncula", o en otro día más oportuno que establezca el Ordinario. Todas las citadas indulgencias podrán ganarse o en los días indicados o, con permiso del Ordinario, el domingo anterior y el posterior. Las demás indulgencias adscritas a iglesias u oratorios serán revisadas cuanto antes. Norma 16. La obra prescrita para ganar la indulgencia plenaria adscrita a una iglesia u oratorio es una visita piadosa a éstos, en la que se recitan la oración dominical y el símbolo de la fe (Padrenuestro y Credo). Norma 17. El fiel que emplea con devoción un objeto de piedad (crucifijo, cruz, rosario, escapulario o medalla), bendecido debidamente por cualquier sacerdote, gana una indulgencia parcial. Y si hubiese sido bendecido por el Sumo Pontífice o por cualquier Obispo, el fiel, empleando devotamente dicho objeto, puede ganar también una indulgencia plenaria en la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, añadiendo alguna fórmula legítima de profesión de fe. Norma 18. Si no se pudiera tener en la hora de muerte un sacerdote para administrar los sacramentos y la bendición apostólica con su indulgencia plenaria, de la que se habla en el canon 468, § 2, del Código de Derecho Canónico, la Iglesia, Madre piadosa, concede benignamente al que esté debidamente dispuesto la posibilidad de conseguir la indulgencia plenaria in articulo mortis, con tal que durante su vida hubiera rezado habitualmente algunas oraciones. Para conseguir esta indulgencia plenaria se empleará laudablemente un crucifijo o una cruz. El fiel podrá ganar esta misma indulgencia plenaria in articulo mortis aunque en el mismo día haya ganado ya otra indulgencia plenaria. Norma 19. Las normas dictadas sobre las indulgencias plenarias, especialmente la número 6, se aplican también a las indulgencia plenarias que hasta hoy se acostumbraban a llamar toties quoties. Norma 20. La piadosa Madre Iglesia, especialmente solícita con los difuntos, dando por abrogado cualquier otro privilegio en esta materia, determina que se sufrague ampliamente a los difuntos con cualquier sacrificio de la misa. Las nuevas normas en las que se basa la consecución de las indulgencias entrarán en vigor a partir de los tres meses cumplidos del día en que se publique esta Constitución en Acta Apostolicae Sedis. Las indulgencias anejas al uso de los objetos de piedad que arriba no se mencionan cesan cumplidos tres meses de la promulgación de esta Constitución en Acta Apostolicae Sedis. Las revisiones de que se habla en las normas 14 y 15 deben proponerse a la Sagrada Penitenciaria antes de un año; cumplidos dos años del día de esta Constitución, las indulgencias que no fueran confirmadas perderán todo valor. Queremos que cuanto aquí hemos establecido y prescrito quede firme y eficaz ahora y en el futuro, sin que obste, en lo que fuera preciso, las Constituciones y Ordenaciones apostólicas publicadas por nuestros predecesores, y demás prescripciones, incluso dignas de especial mención y derogación. Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 1 de enero, Octava de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo del año 1967, cuarto de nuestro pontificado. Pablo PP. VI ------------------------------- Notas (1) Cf. Concilio Tridentino, sesión XXV,
Decretum de indulgentiis: "Puesto que Cristo ha
otorgado a la Iglesia la potestad de conceder
indulgencias, y que ella desde tiempos remotos ha usado
de esta potestad que le ha sido dada por Dios...": (2) Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Dei verbum, sobre la divina revelación, núm. 8: AAS 58 (1966), p. 821; cf. Concilio Vaticano I, Constitución dogmática Dei Filius, sobre la fe católica, cap. 4, De fide et ratione: DS 3020. (3) Cf Gen 3,16-19: "A la mujer le dijo (Dios):«Mucho te haré sufrir en tu preñez, | parirás hijos con dolor, tendrás ansia de tu marido, y él te dominará». A Adán le dijo: «Por haber hecho caso a tu mujer y haber comido del árbol del que te prohibí, maldito el suelo por tu culpa: comerás de él con fatiga mientras vivas; brotará para ti cardos y espinas, | y comerás hierba del campo. Comerás el pan con sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste sacado; pues eres polvo y al polvo volverás»". Cf también Lc 19,41-44: "Al acercarse [Jesús] y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía: «¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos. Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita»". Rom 2,9: "Tribulación y angustia sobre todo ser humano que haga el mal, primero sobre el judío, pero también sobre el griego". y 1 Cor 11,30: "Por ello hay entre vosotros muchos enfermos y no pocos han muerto". Cf. San Agustín, Enarr. in Ps LVII7 1, 13: «Toda iniquidad, grande o pequeña, ha de ser castigada, sea por la penitencia del hombre mismo por el castigo de Dios»: CCL 39, p. 739; PL 36, 701. Cf. Santo Tomás de Aquino, S. Th. 1-2, q. 87, a. 1: «Siendo el pecado un acto desordenado, está claro que todo el que peca, obra contra algún orden. Por lo que es consecuente que sea reprimido por el mismo orden. Y esta represión es un castigo». 4 Cf. Mt 25, 41-42: "Apartaos de mí,
malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y
sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer".
Cf. II Concilio de Lyon, Sesión IV, Profesión de fe del emperador Miguel Paleólogo: DS 856-858. Cf. Concilio de Florencia, Decretum pro Graecis: DS 1304-1306. Cf. AGUSTÍN, Enchiridion, 66, 17: "Parece
como si muchas cosas fueran aquí perdonadas y quedaran
sin castigo; pero es que este castigo queda reservado
para más tarde. No sin razón aquel día se llama con
propiedad día del juicio, cuando vendrá el juez de
vivos y muertos. Como por el contrario, si algunas cosas
son castigadas aquí y, aun si quedan perdonadas, ya no
habrá que responder por ellas en el mundo futuro. Por
eso, refiriéndose a algunos castigos temporales que
sufren en esta vida los pecadores, a ellos, cuyos pecados
ya han sido borrados, para que no sean reservados para el
castigo final, les dice el Apóstol (1 Co 11, 31-32):
"Si nos hiciésemos la debida autocrítica, no
seríamos condenados. De cualquier manera, el Señor, al
castigarnos, nos corrige para que no seamos condenados
junto con el mundo"": (5) Cf Hermae pastor, Mand. 6, 1, 3: FUNK, Patres Apostolici 1, p. 487
[6] Cf. Is 1, 2-3; cf., también, Dt 8, 11; 32, 15ss.; Sal 105, 21; 118 passim; Sb 7, 14; Is 7; 10; 44, 21; Jr 33, 8; Ez 20, 27; cf. Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Dei verbum, sobre la divina revelación, núms. 2 y 21.
[7] Cf Jn 15,
14-15; cf. Concilio Vaticano II, Constitución pastoral Gaudium et
spes, sobre la Iglesia en
el mundo actual, núm. 22; Decreto Ad gentes,
sobre la actividad misionera de la Iglesia núm. 13.
[8] Cf. Nm 20, 12; 27,13-14; 2S 12,13-14; cf. Inocencio IV, Instructio pro Graecis: DS 838; Concilio Tridentino, Sesión VI, can. 30: DS 1580, cf., 1689; S. Agustín, Tractatus in Evangelium Ioannis, tract. 124,5: CPL 35, pp. 683-684, PL 5, 1972-1973.
[9] Concilio de
Lyón II, Sesión IV: DS 856. [10] Cf. Missale Romanum, (edición de 1962), Oración del domingo de Septuagésima; cf. Oración sobre el pueblo del lunes de la primera semana de Cuaresma; Oración después de la comunión del tercer domingo de Cuaresma.
[11] Cf. St 3, 2; 1Jn 1, 8; y el comentario de este texto por el Concilio de Cartago: DS 228; cf. Concilio Tridentino, Sesión VI, Decretum de iustificatione, cap. II: DS 1537; cf. Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium, sobre la Iglesia, núm. 40.
[12] Cf. S. Agustín, De baptismo contra Donatistas, 1,28: PL 43,124.
[13] Cf. Jn 15, 5; 1Co 1,9. 10,17; 12, 27; Fil, 20- 23; 4, 4; cf. Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium, sobre la Iglesia, núm. 7; Pío XII, Encíclica Mystici Corporis: DS 3813, AAS 35 (1943), pp. 230-231; S. Agustín, Enarratio 2 in psalmun 90, 1: CCL 39, p 1266, PL 37, 1159.
[14] 1P 2, 22. 21.
[15] Is 53, 4- 6; con 1P 2, 21-25; cf., también, Jn 1, 29; Rm 4,26; 5, 9ss.; 1Co 15,3; 2Co 5, 21 Ga 1, 4; Ef 1, 7ss.; Hb 1, 3; 1Jn 3, 5.
[16] Cf. 1P 2, 21.
[17] Cf. Col 1, 24; cf. Clemente de Alejandría, Líber "Quis dives salvetur", 42: GCS Clemens 3, p 190 PG 9, 650 S. Cipriano, De lapsis, 17, 36: CSEL 31, pp. 249-250 y 263, PL 4, 495 y 508; S Jerónimo, Contra Vigilantium, 6 PL 23, 359; S. Basilio Magno, Homilia in martyrem Julittam, 9: PG 31 218- 259; S. Juan Crisóstomo, In epistolam ad Philippenses, 1, homilía 3, 3: PG 62, 203; Sto. Tomás, Summa Theologica, I-II q 87, a. 8.
[18] Cf. León XIII, Encíclica Mirae caritatis: Mirae caritatis: «Nihil est enim aliud sanctorum communio ... nisi mutua auxilii, expiationis, presum, beneficiorum communicatio inter fideles vel caelesti patria potitos vel igni piaculari addictos vel adhuc in terris peregrinantes, in unam coalescentes civitatem, cuius caput Christus, cuius forma caritas»: Acta Leonis XIII 22 (1902), p. 129; D.S. 3363.
[19] Cf 1Co 12, 12-13 cf. Pío XII, Encíclica Mystici Corporis: AAS 35 (1943), p. 218; Sto. Tomás, Summa Theologica, III, q 48, a 2 ad 1 y q. 49 a.1.
(20) Cf CLEMENS VI, Bulla
iubilaei Unigenitus Dei Filius: «Unigenitus Dei
Filius ... thesaurum militanti Ecclesiae acquisivit ...
Quem quidem thesaurum ... per beatum Petrum caeli
clavigerum, eiusque successores, sues in terris vicarios,
commisit fidelibus salubriter dispensandum ... Ad cuius
quidem thesauri cumulum beatae Dei
Genitricis omniumque electorum a primo iusto usque ad
ultimum merita adminiculum praestare noscuntur ...»: D.S.
1025, 1026, 1027.
[22] [Cf Ef 4, 16]. Aquel que es la Cabeza, Cristo, de quien todo el Cuerpo recibe trabazón y cohesión por medio de toda clase de junturas que llevan la nutrición según la actividad propia de cada una de las partes, realizando así el crecimiento del cuerpo para su edificación en el amor. [23] [Cf. 1Co 12, 12- 27: Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo.... Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte]. [24] Cf. 2Co 5, 8[: Estamos, pues, llenos de buen ánimo y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor]. [25] Cf 1Tm 2, 5[: Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también]. [26] Cf. Col 1 24[: Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia]. (27) CONCILIUM VATICANUM II, Const.
dogm. de Ecclesia Lumen gentium., n. 49: AAS
57 (1965), pp. 54-55.
[28] Cf. St 5, 16 1Jn 5, 16.
[29] Cf. S. Clemente Romano, Ad Corinthios, 56, 1: F.X. Funk, Patres Apostolici, I, p. 171; Martyrium S. Policarpi, 8, 1: F.X. Funk, Patres Apostolici, I, pp. 321 y 323.
[30] Cf. Sozomeno, Historia Ecclesiastica 7, 16: PG 67, 1462.
[31] Cf. S. Cirilo de Jerusalén, Catechesis 23 (mystagogica 5), 9. 10: PG; 33, 1115, 1118; S Agustín, Confessiones, 9, 12, 32: PL 32 777; 9, 11, 27: PL 32, 775; Sermo 172, 2: PL 38, 936; De cura pro mortuis gerenda, 1 3: PL 40, 593.
[32] Cf. Clemente de Alejandría, Liber "Quis dives salvetur", 42: GCS 17, pp. 189- 190, PG 9, 651.
[33] Cf. Tertuliano, Ad martyres, 1, 6 CCL 1 p 3, PL 1, 695; S. Cipriano, Epístola 18 (alias: 12),1: CSEL 3 (2 ed) pp. 523 524, PL 4 265; Epístola 19 (alias 13), 2: CSEL 3 (2. ed.), p., 525, PL 4, 267; Eusebio de Cesarea, Historia Ecclesiastica, 1, 6, 42: GCS Eusebius 2, 2, p. 610, PG; 20, 614- 615.
[34] Cf. S. Ambrosio, De paenitentia, 1, 15: PL 16, 511.
[35] Cf. Tertuliano, De paenitentia, 10,5-6: CCL 1, p. 337, PL 1, 1356; cf. S. Agustín, Enarratio in psalmum 85, 1: CCL 39 pp. 1176- 1177, PL 37, 1082
[36] Cf. Hch 20, 28 cf. Concilio Tridentino, Sesión XXIII, Decretum de sacramento ordinis, cap. 4: DS 1, 1768; Concilio Vaticano I, Sesión IV, Constitución dogmática Pastor aeternus, sobre la Iglesia, cap. 3: DS 3061 Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium, sobre la Iglesia, núm. 20; S. IIgnacio de Antioquía, Ad Smyrnaeos, 8, 1; F.X. Funk, Patres Apostolici, I, p 283.
[37] Cf. Concilio de Nicea I, can. 12: Mansi, SS. Conciliorum collectio, 2, 674; Concilio de Neocesarea, can. 3: loc. cit., 540; Inocencio I, Epístola 25, 7, 10: PL 20, 559; S. León Magno, Epístola 159, 6: PL 54, 1138; S. Basilio Magno, Epístola 217 (canónica 3), 74: PG; 32, 803; S. Ambrosio, De paenitentia, 1,15: PL 16, 511.
[38] Cf. S. Vicente de Lerins, Commonitorium primum, 23: PL 50, 667- 668.
[39] Concilio de Clermont, can. 2: Mansi, SS. Conciliorum collectio, 20, 816.
[40] Bonifacio VIII, Bula Antiquorum habet: DS 868.
[41] Cf. Clemente VI, Bula de jubileo Unigenitus Dei Filius: DS 1025, 1026 y 1027.
[42] Cf. León X, Decreto Cum postquam: DS 1447-1448.
[43] Cf. Pablo VI, Carta Sacrosoncta Portiunculae: AAS 58 (1966), pp. 633- 634.
[44] Cf. Ibid; AAS 58 (1966), p. 632.
[45] Cf. Clemente VI, Bula de jubileo Unigenitus Dei Filius: DS 1026; Carta Super quibusdam: DS 1059; Martín V, Bula Inter cunctas: DS 1266; SIXTO IV, Bula Salvator noster: DS 1398; Carta encíclica Romani Pontifices provida: DS 1405- 1406; León X, Bula Exsurge Domine: DS 1467-1472; Pío VI, Constitución Auctorem fidei, prop. 40: DS 2640; ibid; prop. 41: DS 2641; ibid., prop. 42: DS 2642; Pío XI, Convocatoria del Año Santo extraordinario, Quod nuper: AAS 25 (1933), p. 8; Pío XII, Convocatoria del jubileo universal, Iubilaeum, maximum: AAS 41 (1949), pp. 258- 259.
[46] Cf CONCILIUM LATERANENSE IV, cap. 62: D.-S. 819
[47] Cf CONCILIUM TRIDENTINUM, Decretum de indulgentiis: D.-S. 1835
[48] Ibid: DS 1835.
[49] Ier 2,19
[50] Cf Eph 5,27
[51] Eph 4,13
[52] Cf. Sto. Tomás, In IV Sententiarum, dist. 20, q. 1 a.3, q. la 2, ad. 2 (Summa Theologica. Supplementum, q. 25, a. 2, ad 2).
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ENCHIRIDION
INDULGENTIARUM quarto
editur 1999 [Primera edición latina, junio 1968. Segunda edición latina [1ª edición típica latina], octubre 1968. Tercera edición latina [2ª edición típica latina], mayo 1986. https://veritasl.blogspot.com/ [Hay traducción española aprobada por la CEE 1995: Manual de Indulgencias 1986 1995 versión española oficial de 1995 de la segunda edición típica latina del Enchiridion Indulgentiarum de 1986] Cuarta edición latina [3ª edición típica latina], julio 1999. [Hay traducción francesa oficial de enero de 2000] PAENITENTIARIA APOSTOLICA ENCHIRIDION INDULGENTIARUM DECRETUM Enchiridion indulgentiarum quarto editur Iesu, humani generis Divini Redemptoris, merita, quorum infinitum est pretium, superabundantia etiam ex iisdem progenita merita beatissimae Virginis Mariae et omnium Sanctorum, Ecclesiae Christi indeficiens thesaurus commissa sunt ut, vi potestatis ligandi et solvendi, ab Ipso suo Conditore tributae Petro aliisque Apostolis, et per eos successoribus Summis Pontificibus et Episcopis, in remissionem peccatorum et peccatorum sequelarum applicentur. Quod quidem primaria, et, si agitur de peccatis mortalibus, necessaria ratione fit per Reconciliationis Sacramentum. Attamen etiam remissa mortali culpa, et necessario nexu remissa aeterna poena, quam haec culpa meretur, et remisso etiam levi seu veniali peccato, purificatione adhuc potest peccator condonationem adeptus indigere, seu temporalis poenae adhuc obligatione teneri, sive in terrena vita sive in altera, videlicet in statu purgatorio, luendae. Remittendae huiusmodi poenae ex mirabili illo thesauro depromitur indulgentia. Cuius itaque credenda doctrina et laudanda praxis complectuntur et peculiari efficacia adipiscendae sanctitati adhibent mysteria tantopere consolatoria Mystici Christi Corporis et Communionis Sanctorum. Haec omnia Summus Pontifex Ioannes Paulus II, in Bulla indictionis Magni Iubilaei a verbis incipiente Incarnationis mysterium, luculenter commentatur. Iuxta hoc Magisterium, Apostolica Paenitentiaria occasionem sumit ex imminenti initio sacri Iubilaei et ex diffusione per orbem catholicum memoratae Bullae ut iterum - en quarta vice - Enchiridion indulgentiarum edatur, ad regulam typicae illius publicationis diei 29 iunii 1968, quae receperat disciplinam inductam a Constitutione apostolica Indulgentiarum doctrina. Hac autem nova editione principia de indulgentiarum disciplina prorsus non immutantur, sed quaedam normae revisae sunt secundum novissima documenta ab Apostolica Sede emanata. Concessiones vero iuxta criterium systematicum expressae sunt, ita quidem ut realis earum numerus non sit imminutus, sed elenchus brevior factus sit; ratio insuper earum significandarum electa est quae foveat pium caritatis affectum, sive in singulis christifidelibus, sive in ecclesiali communitate. Ita, in primis, quarta concessio generalior inserta est, quae indulgentia ditat apertum testimonium fidei in peculiaribus cotidianae vitae adiunctis. Ceterae magni momenti novae concessiones respiciunt christianae familiae fundamenta firmanda (consecrationem familiarum); universalis Ecclesiae in supplicando communionem (fructuosam participationem sive dierum ad aliquem religiosum finem universaliter dicatarum sive hebdomadae pro christianorum unitate); cultum reddendum Iesu in Ss.mo Sacramento praesenti (eucharisticam processionem). Extensae etiam sunt nonnullae praecedentes concessiones: e.g. quod attinet ad recitationem Rosarii marialis vel hymni Akathistos, ad iubilares Ordinationum celebrationes, ad lectionem Sacrae Scripturae, ad visitationes locorum sacrorum. In hac Enchiridii editione ad facultates coetuum episcopalium, pro orientalibus quidem iuxta eorum propria statuta, pro latinis iuxta canonem 447 CIC, circa elenchos precum magis in proprio illorum territorio diffusarum saepius attenditur. Et de facto numerus precum in Enchiridio relatarum notabiliter auctus est, praesertim Traditionum orientalium. Per hoc Decretum textus, qui sequitur, declaratur authenticus et publici iuris fieri iubetur, ex auctoritate Summi Pontificis, prout significatum est in audientia diei 5 iulii 1999 Moderatoribus Apostolicae Paenitentiariae concessa. Ipsa vero Apostolica Paenitentiaria, mentem Beatissimi Patris secuta, vota promit ut christifideles, Sacrorum Antistitibus doctrina et pastorali navitate praeeuntibus, pietati suae augendae in gloriam Divinae Augustissimae Trinitatis, per sacrarum indulgentiarum usum intimo animi religioso affectu operam dent. Contrariis quibuslibet minime obstantibus. Datum Romae, ex aedibus Paenitentiariae Apostolicae, die 16 iulii 1999, in commemoratione B.M.V. a Monte Carmelo. Villelmus WakefieldS.R.E.
Card. Baum Aloisius de Magistris
Ep. tit. Novensis L. e S. In PA tab., n. 6999I *** ABBREVIATIONES ET SIGLA AA Decr. Apostolicam actuositatem, 18 nov. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 59 [1966] 837-864) AAS Acta Apostolicae Sedis, Commentarium officiale AG AG Decr. Ad gentes, 7 dec. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 947-990) All. Allocutio AP Benedictus PP. XV, m.p. Alloquentes proxime, 25 mart. 1917 (AAS 9 [1917] 167) Ap. Apostolica can. cann. Canon canones CCE Catechismus Catholicae Ecclesiae, 15 augusti 1997 CD Decr. Christus Dominus, 28 oct. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 673-701) CE Caeremoniale
Episcoporum ex decreto Sancrosancti
Êcumenici Concilii Vaticani II CIC 1917 Codex
Iuris Canonici Pii X Pontificis Maximi iussu digestus CIC 1983 Codex Iuris Canonici auctoritate Ioannis Pauli PP. II promulgatus, 25 ian. 1983 conc. concessio concessiones Const. Constitutio CS Pius PP. XII, m.p. Cleri sanctitati, 2 iun. 1957 (AAS 49 [1957] 433-600) De Ben. Rituale
Romanum ex decreto Sancrosancti
Êcumenici Concilii Vaticani II Decl. Declaratio Decr. Decretum DH Decl. Dignitatis humanae, dec. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 929-946) DS Denzinger-Schönmetzer, Enchiridion Symbolorum Definitionum et Declarationum de rebus fidei et morum, ed. 33, 1965 EI 1968 Enchiridion indulgentiarum. Normae et concessiones, 29 iun. 1968 EI 1986 Enchiridion indulgentiarum. Normae et concessiones, 18 maii 1986 GS Const. pastoralis Gaudium et Spes, 7 dec. 1966 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 1025-1120) ID Paulus PP. VI, Const. Ap. Indulgentiarum doctrina, 1 ian. 1967 (AAS 59 [1967] 5-24) IFI SPA, decr. In fere innumeris, 20 iul. 1942 (AAS 34 [1942] 240) LG Const. dogmatica Lumen gentium, 21 nov. 1964 [Concilio Vaticano II] (AAS 57 [1965] 5-71) LH Officium ex decreto Sacrosancti Êcumenici Concilii Vaticani II instauratum auctoritate Pauli PP. VI promulgatum, Liturgia Horarum iuxta Ritum Romanum,7 apr. 1985 m.p. Litt. Ap. Motu proprio datae MR Missale
Romanum ex decreto Sacrosancti
Êcumenici Concilii Vaticani II n.nn. normanormae OT Decr. Optatam totius, 28 oct. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 713-727) PA Paenitentiaria Apostolica Paen. Paulus PP. VI, Const. Ap. Paenitemini, 17 feb. 1966 (AAS 58 [1966] 177-198) PB Ioannes Paulus PP. II, Const. Ap. Pastor bonus, 28 iun. 1988 (AAS 80 [1988] 841-912) PL Migne J. P., Patrologia latina, 1844-1855 Resp. Responsum responsio REU Paulus PP. VI, Const. Ap. Regimini Ecclesiae Universae, 15 aug. 1967 (AAS 59 [1967] 885-928) SCR Sacra Congregatio Rituum SPA Sacra Paenitentiaria Apostolica tab. tabularium Libri sacrae Scripturae illo abbreviato afferuntur modo qui in editione typica Neovulgatae adhibetur. *** PRAENOTANDA 1. Prima editione huius Enchiridii indulgentiarum, quae prodiit mense iunio anni 1968, ad effectum deducta est norma 13 Constitutionis apostolicae Indulgentiarum doctrina: «Enchiridion indulgentiarum recognoscetur eo consilio ut tantum praecipuae preces et praecipua opera pietatis, caritatis et paenitentiae indulgentiis ditentur». Subsequentibus editionibus, nempe usque ad praesentem, Paenitentiaria Apostolica textum clariorem reddere, in quibusdam minoris momenti locis ad artis criticae exigentias emendare et nonnulla additamenta inserere curavit. 2. Ad hoc quod attinet, preces et opera praecipua putantur illa quae, ratione habita traditionis et temporum condicionis, peculiarem in modum apta esse videntur, quibus fideles non solum adiuventur ad satisfaciendum de poenis pro peccatis suis debitis, sed etiam ac quidem potissimum impellantur ad maiorem caritatis fervorem. Hoc principio, ratio rem apto ordine componendi est innisa.1 3. Participatio Sacrificii Missae et Sacramentorum indulgentiis, secundum traditionem, non ditatur: nam in seipsis praecelsam habent efficacitatem quoad «sanctificationem et purificationem».2 Cum vero ob singulares eventus (veluti primam sacram Communionem, primam Missam a sacerdote novensili litandam, Missam in exitu Conventus Eucharistici celebrandam) indulgentia conceditur, haec non participationi Missae vel Sacramentorum adicitur, sed extraordinariis adiunctis ad eiusmodi participationem accedentibus. Itaque ope indulgentiae promovetur et quasi praemio afficitur se devovendi studium, quod huiusmodi celebritatum est proprium, bonum, quod aliis praebetur, exemplum, honor, qui augustae Eucharistiae et Sacerdotio tribuitur. Attamen indulgentia addi potest, secundum traditionem, variis operibus pietatis privatae et publicae; praeterea eadem locupletari possunt opera caritatis et paenitentiae, quibus maius momentum nostris temporibus tribui oportet. Omnia autem haec opera indulgentiis praedita, ut alioquin quodvis aliud opus bonum et quivis cruciatus patienter toleratus, a Missa et Sacramentis nullatenus seiunguntur, utpote quae sint fontes praecipui sanctificationis et purificationis;3 siquidem opera bona et cruciatus fiunt oblatio ipsorum fidelium, quae oblationi Christi in Eucharistico Sacrificio adiungitur;4 siquidem Missa et Sacramenta fideles adducunt ad officia sibi imposita exsequenda adeo ut «vivendo teneant quod fide perceperunt»,5 et vicissim officia diligenter impleta animos melius in dies disponunt ad Missam et Sacramenta fructuose participanda.6 4. Pro pio erga res sacras animo, plus tribuitur actioni christifidelis (operi operantis), qua de causa longo indice non recensentur opera pietatis (opus operatum) quasi a vita quotidiana christifidelis seiuncta, sed modicus tantum numerus concessionum exhibetur,7 quibus christifidelis efficacius permoveatur ad vitam suam utiliorem sanctioremque reddendam, quatenus nempe aufertur «discidium illud inter fidem quam profitentur et vitam quotidianam multorum... conatus humanos, domesticos, professionales, scientificos vel technicos in unam synthesim vitalem cum bonis religiosis colligendo, sub quorum altissima ordinatione omnia in Dei gloriam coordinantur ».8 Paenitentiariae igitur Apostolicae curae potius est locum amplum dare vitae christianae animosque ad spiritum orationis et paenitentiae et ad exercitationem virtutum theologalium conformare quam iterandas formulas et actus proponere. 5. In Enchiridio, antequam variae concessiones recenseantur, referuntur Normae, plerumque ex Constitutione apostolica Indulgentiarum doctrina, ex Codice Iuris Canonici, et ex aliis etiam praescriptis desumptae. Utile vero est, ad praecavendas dubitationes de hac re fortasse orituras, una comprehensione et ordinatim exponere omnes dispositiones, quae circa indulgentias in praesenti vigent. 6. In Enchiridio quattuor concessiones magis generales in primis recensentur, quae quasi praeluceant vitae christianae cotidie ducendae. Unicuique ex his quattuor concessionibus generalioribus adduntur, in fidelium utilitatem et eruditionem, nonnullae annotationes, quibus patefit singulas concessiones cum spiritu Evangelico et cum renovatione, in Concilio Ecumenico Vaticano II incepta, congruere. 7. Subsequitur elenchus concessionum ad quaedam religionis opera spectantium. Ipsae autem paucae sunt, quia nonnulla opera concessionibus generalioribus comprehenduntur et, ad preces quod attinet, solum quaedam, indolem universalem prae se ferentes, expresse memorandae visae sunt. Competentes Coetus episcopales pro opportunitate curent addere in editionibus Enchiridii pro sermonum varietate alias formulas fidelium pietati utiles et ob traditum morem caras. 8. Enchiridio praeterea accedit Appendix, in qua elenchus invocationum continetur et textus praebetur Constitutionis apostolicae Indulgentiarum doctrina. *** NORMAE DE INDULGENTIIS N. 1 9Indulgentia est remissio coram Deo poenae temporalis pro peccatis, ad culpam quod attinet iam deletis, quam chrisfidelis, apte dispositus et certis ac definitis condicionibus, consequitur ope Ecclesiae quae, ut ministra redemptionis, thesaurum satisfactionum Christi et Sanctorum auctoritative dispensat et applicat. N. 2 10Indulgentia est partialis vel plenaria prout a poena temporali pro peccatis debita liberat ex parte aut ex toto. N. 3 11Quivis fidelis potest indulgentias sive partiales sive plenarias, aut sibi ipsi lucrari, aut defunctis applicare ad modum suffragii. N. 4 12Christifideli qui, corde saltem contritus, peragit opus indulgentia partiali ditatum, tribuitur ope Ecclesiae poenae temporalis remissio eiusdem valoris, ac ipse sua actione iam percipit. N. 5 § 1.13 Praeter supremam Ecclesiae auctoritatem ii tantum possunt indulgentias elargiri, quibus haec potestas iure agnoscitur aut a Romano Pontifice conceditur. § 2.14 Nulla auctoritas infra Romanum Pontificem valet potestatem concedendi indulgentias aliis committere, nisi id ei a Sede Apostolica expresse fuerit indultum. N. 6 15In Romana Curia, Apostolicae dumtaxat Paenitentiariae committuntur ea, quae spectant ad concessionem et usum indulgentiarum, salvo iure Congregationis pro Doctrina Fidei ea videndi, quae doctrinam dogmaticam circa easdem respiciunt. N. 7 Episcopi eparchiales vel dioecesani, aliique in iure ipsis aequiparati, etiamsi episcopali dignitate careant, ab inito pastorali munere, ius habent:
N. 8 18Metropolitae possunt indulgentiam partialem in eparchiis vel dioecesibus suffraganeis sicut in proprio territorio concedere. N. 9 19§ 1. Patriarchae in singulis locis sui patriarchatus, etsi exemptis, in ecclesiis sui ritus extra terminos patriarchatus, et ubique pro fidelibus sui ritus possunt:
N. 10 21
S.R.E. Cardinales facultate gaudent
concedendi ubique indulgentiam partialem N. 11 § 1.22 Requiritur expressa licentia Sedis Apostolicae ut typis edere liceat, quovis idiomate, Enchiridion indulgentiarum. § 2.23 Alii autem indulgentiarum libri omnes, folia, aliaque scripta, in quibus earum concessiones continentur, ne edantur sine licentia Hierarchae vel Ordinarii loci. N. 12 24Iuxta mentem Summi Pontificis indulgentiarum pro omnibus fidelibus impetratarum concessiones vigorem suum exserere incipiunt solum postquam authentica exemplaria earumdem ab Apostolica Paenitentiaria sint revisa. N. 13 25Indulgentia, alicuius liturgicae celebrationis diei adnexa, translata intellegitur in eum diem in quem huiusmodi celebratio, vel conexa externa sollemnitas, legitime transfertur. N. 1426 Ad lucrandam indulgentiam alicui diei affixam, si visitatio ecclesiae vel oratorii requiratur, haec fieri potest a meridie diei praecedentis usque ad mediam noctem quae statutum diem claudit. N. 15 27Christifidelis indulgentiam consequi valet si devote utitur aliquo ex sequentibus pietatis obiectis, rite benedicto: nempe crucifixo vel cruce, corona, scapulari, numismate. N. 16 § 1.28 Indulgentia adnexa visitationi ecclesiae vel oratorii non cessat si aedificium funditus evertatur rursusque intra quinquaginta annos extruatur in eodem vel fere eodem loco et sub eodem titulo. § 2.29 Indulgentia adnexa usui pietatis obiecti tunc tantum cessat, cum idem obiectum prorsus desinat esse vel vendatur. N. 17 § 1.30
Ut quis capax sit lucrandi indulgentias
debet esse baptizatus, non excommunicatus, in
statu gratiae saltem in fine operum
praescriptorum. § 2.31 Ut vero
subiectum capax eas lucretur, habere debet intentionem saltem generalem eas acquirendi et opera iniuncta implere statuto
tempore ac debito modo, secundum
concessionis tenorem. N. 18 § 1.32 Indulgentia plenaria semel tantum in die acquiri potest; partialis vero indulgentia pluries. § 2.33 Christifidelis tamen consequi poterit indulgentiam plenariam in articulo mortis, etiamsi eodem die indulgentiam plenariam iam acquisiverit. N. 19 34Opus praescriptum ad acquirendam indulgentiam plenariam adnexam ecclesiae vel oratorio est eiusdem visitatio pia, qua nimirum durante recitantur oratio Dominica et fidei symbolum, nisi aliter in concessione statutum sit. N. 20 § 1.35 Ad indulgentiam plenariam assequendam, praeter omnimodam exclusionem affectus erga quodcumque peccatum etiam veniale, requiruntur exsecutio operis indulgentia ditati et adimpletio trium condicionum, quae sunt: sacramentalis confessio, communio eucharistica et oratio ad mentem Summi Pontificis.
N. 21 § 1.40 Opere, cui praestando aliquis lege aut praecepto obligatur, nequit indulgentia lucrifieri, nisi in eiusdem concessione aliud expresse dicatur.
N. 22 43 Indulgentia alicui orationi adnexa acquiri potest quocumque idiomate oratio recitetur, dummodo versio sit a competente ecclesiastica auctoritate adprobata. N. 23 44 Ad indulgentiarum acquisitionem satis est orationem alternis cum socio recitare, aut mente eam prosequi, dum ab alio recitatur. N. 24 45 Confessarii commutare possunt sive opus praescriptum sive condiciones pro iis qui, legitimo detenti impedimento, eadem praestare nequeant. N. 25 46 Hierarchae vel Ordinarii locorum possunt insuper concedere fidelibus, in quos ad normam iuris exercent auctoritatem, si hi in locis versentur ubi vel nullo modo vel difficulter ad confessionem vel communionem accedere possint, ut ipsi queant indulgentiam plenariam consequi absque actuali confessione et communione, dummodo sint corde contriti et ad praedicta sacramenta, cum primum poterunt, accedere proponant. N. 26 47
Sive surdi sive muti lucrari possunt
indulgentias adnexas publicis precibus, si una cum
ceteris fidelibus in eodem loco orantibus mentem ac pios
sensus ad Deum attollant; et, si agatur de privatis
orationibus, satis est ut eas mente recolant signisve
patefaciant vel tantummodo oculis percurrant. (2) Cf. ID 11. (3) ID 11. (4) Cf. LG 34. (5) MR, oratio feriae II infra octavam Paschae. (6) Cf. SC 9-13. (7) Cf. infra praesertim nn. I-IV, pp. 33-44. (8) Cf. GS 43. (9) CIC 1917, can. 911; ID, n. 1; EI 1968, n. 1; CIC 1983, can. 992; EI 1986, n. 1. (10) ID, n. 2; EI 1968, n. 2; CIC 1983, can. 993; EI 1986, n. 2. (11) CIC 1917, can. 930; ID, n. 3; EI 1968, nn. 3-4; CIC 1983, can. 994; EI 1986, nn. 3-4. (12) ID, n. 5; EI 1968, n. 6; EI 1986, n. 5. (13) § 1: CIC 1917, can. 912; EI 1968, n. 8; CIC 1983, can. 995 § 1; EI 1986, n. 7. (14) § 2: CIC 1917, can. 913; EI 1968, n. 10, 1°; CIC 1983, can. 995 § 2; EI 1986, n. 9. (15) AP 4-5; REU 113; EI 1968, n. 9; EI 1986, n. 8; PB 120. (16) 1°: CIC 1917, can. 349 § 2, 2°; IFI 1; CS, cann. 396 § 2, 2°, 364 § 3, 3°, 367 § 2, 1°, 391; EI 1968, n. 11 § 1; EI 1986, n. 10, 1°. (17) 2°: CIC 1917, can. 914; IFI 1; EI 1968, n. 11 § 2; CE, 1122-1126 EI 1986, n. 10, 2°. (18) CIC 1917, can. 274, 2o; SPA, decr. 20 iul. 1942, n. 2; CS, cann. 319, 6°, 320 § 1, 4°; EI 1968, n. 12; EI 1986, n. 11. (19) § 1, 1°: CS, can. 283, 4°; EI 1968, n. 13; EI 1986, n. 12. (20) § 2: CS, can. 326 § 1, 10°; EI 1968, n. 13; EI 1968, n. 12. (21) CIC 1917, can. 239 § 1, 24°; CS, can. 185 § 1, 24°; EI 1968, n. 14; EI 1986, n. 13. (22) § 1: CIC 1917, can. 1388 § 2; EI 1968, n. 15 § 2; EI 1986, n. 14 § 2. (23) § 2: CIC 1917, can. 1388 § 1; EI 1968, n. 15 § 1; CIC 1983, can. 826 § 3; EI 1986, n. 14 § 1. (24) CIC 1917, can. 920; EI 1968, n. 16; EI 1986, n. 15. (25) CIC 1917, can. 922; EI 1968, n. 17; EI 1986, n. 16. (26) CIC 1917, can. 923; EI 1968, n. 18; EI 1986, n. 17. (27) ID, n. 17; EI 1968, n. 19; EI 1986, n. 18. (28) § 1: CIC 1917, can. 924 § 1 et can. 75; EI 1968, n. 20 § 1; CIC 1983, can. 78 § 3; EI 1986, n. 19 § 1. (29) § 2: CIC 1917, can. 924 § 2 et can. 75; EI 1968, n. 20 § 2; CIC 1983, can. 78 § 3; EI 1986, n. 19 § 2. (30) § 1: CIC 1917, can. 925 § 1; EI 1968, n. 22 § 1; CIC 1983, can. 996 § 1; EI 1986, n. 20 § 1. (31) § 2: CIC 1917, can. 925 § 2; EI 1968, n. 22 § 2; CIC 1983, can. 996 § 2; EI 1986, n. 20 § 2. (32) § 1: CIC 1917, can. 928; ID, n. 6; EI 1968, n. 24 §§ 1 et 3; EI 1986, n. 21 §§ 1 et 3. (33) § 2: ID, n. 18; EI 1968, n. 24 § 2; EI 1986, n. 21 § 2. (34) ID, n. 16; EI 1968, n. 25; EI 1986, n. 22. (35) § 1: ID, n. 7; EI 1968, n. 26; EI 1986, n. 23 § 1. (36) § 2: ID, n. 9; EI 1968, n. 28; EI 1986, n. 23 § 2. (37) § 3: ID, n. 8; EI 1968, n. 27; EI 1986, n. 23 § 3. (38) § 4: ID, n. 7, in fine; EI 1968, n. 26, in fine; EI 1986, n. 23 § 4. (39) § 5: ID, n. 10; EI 1968, n. 29; EI 1986, n. 23 § 5. (40) § 1: CIC 1917, can. 932; EI 1968, n. 31; EI 1986, n. 24. (41) § 2: CIC 1917, can. 932; EI 1968, n. 31; EI 1986, n. 24. (42) § 3: PA, Responsio ad propositum dubium, die 1 iulii 1992 (AAS 84 [1992] 935). (43) CIC 1917, can. 934 § 2; EI 1968, n. 32; EI 1986, n. 25. (44) CIC 1917, can. 934 § 3; EI 1968, n. 33; EI 1986, n. 26. (45) CIC 1917, can. 935; EI 1968, n. 34; EI 1986, n. 27. (46) ID, n. 11; EI 1968, n. 35; EI 1986, n. 28. (47) CIC 1917, can. 936; EI 1968, n. 36; EI 1986, n. 29. *** QUATTUOR CONCESSIONES GENERALIORES Promium 1. Proponuntur imprimis quattuor concessiones indulgentiarum, quibus christifidelis commonetur ut actiones, quibus vita quotidiana veluti intexitur, christiano spiritu informet,1 et in suo vitae ordine ad perfectionem caritatis tendat.2 2. Quattuor concessiones sunt revera generaliores et earum singulae plura eiusdem generis opera complectuntur. Tamen non omnia huiusmodi opera indulgentiis ditantur, sed ea tantum quae peculiari modo et animo peraguntur. Ita prima concessione, cuius haec sunt verba: « Conceditur indulgentia partialis christifideli qui, in officiis suis gerendis et vitae aerumnis tolerandis, animum ad Deum humili fiducia erigit, addita, etiam tantum mente, pia aliqua invocatione », indulgentia ditantur ii tantum actus quibus christifidelis, dum officia sua peragit et vitae aerumnas sustinet, mentem ad Deum uti proponitur elevat. Hi peculiares actus, ob humanam infirmitatem, non sunt frequentes. Quod si quis tam diligens et fervens sit ut ad plura diei momenta huiusmodi actus extendat, tunc ipse iuste meretur, praeter gratiae incrementum, ampliorem poenae remissionem et, pro sua caritate, animabus in purgatorio detentis abundantius subvenire potest. Simili ratione sentiendum est de tribus ceteris concessionibus. 3. Quia quattuor concessiones, ut patet, cum Evangelio et cum doctrina Ecclesiae, a Concilio Vaticano II luculenter proposita, apprime congruunt, in fidelium commodum loci de Sacra Scriptura et de actis eiusdem Concilii deprompti ad singulas concessiones infra apponuntur. *** CONCESSIONES I Conceditur indulgentia partialis christifideli qui, in officiis suis gerendis et vitae aerumnis tolerandis, animum ad Deum humili fiducia erexerit, addita, etiam tantum mente, pia aliqua invocatione.3 Hac prima concessione christifideles ad exsequendum mandatum Christi: « Oportet semper orare et non deficere »4 quasi manu ducuntur et simul monentur sua cuiusque officia ita peragere ut unionem cum Christo servent et augeant. Quae quidem mens Ecclesiae, indulgentiam concedentis, optime illustratur adductis sequentibus locis ex S. Scriptura: « Petite et dabitur vobis; quaerite et invenietis; pulsate et aperietur vobis. Omnis enim qui petit, accipit et qui quaerit, invenit et pulsanti aperietur ».5 « Vigilate et orate, ut non intretis in tentationem ».6 « Attendite autem vobis ne forte graventur corda vestra in... curis huius vitae... Vigilate itaque omni tempore orantes ».7 « Erant autem perseverantes in doctrina apostolorum et communicatione, in fractione panis et orationibus ».8 « Spe gaudentes, in tribulatione patientes, orationi instantes ».9 « Sive ergo manducatis sive bibitis sive aliud quid facitis, omnia in gloriam Dei facite ».10 « Per omnem orationem et obsecrationem orantes omni tempore in Spiritu, et in ipso vigilantes in omni instantia et obsecratione pro omnibus Sanctis ».11 « Et omne, quodcumque facitis in verbo aut in opere, omnia in nomine Domini Iesu, gratias agentes Deo Patri per ipsum ».12 « Orationi instate, vigilantes in ea in gratiarum actione ».13 « Sine intermissione orate, in omnibus gratias agite ».14 Et in actis Concilii Vaticani II legitur: « Omnes igitur christifideles in vitae suae conditionibus, officiis, vel circumstantiis, et per illa omnia, in dies magis sanctificabuntur, si cuncta e manu Patris caelestis cum fide suscipiunt et voluntati divinae cooperantur, caritatem qua Deus dilexit mundum in ipso temporali servitio omnibus manifestando ».15 « Haec vita intimae unionis cum Christo in Ecclesia alitur subsidiis spiritualibus, quae... sunt... ita a laicis adhibenda ut hi, dum ipsa mundi officia in ordinariis vitae condicionibus recte adimplent, unionem cum Christo a vita sua non separent, sed suum opus iuxta voluntatem Dei exercentes in ipsa percrescant... Neque curae familiares neque negotia saecularia extranea debent esse a spirituali vitae ratione, iuxta illud Apostoli: Omne quodumque facitis in verbo aut in opere, omnia in nomine Domini Iesu Christi, gratias agentes Deo et Patri per ipsum16 ».17 « Discidium... inter fidem quam profitentur et vitam quotidianam multorum, inter graviores nostri temporis errores recensendum est... Ne igitur perperam inter se opponantur activitates professionales et sociales ex una parte, vita religiosa ex altera... Gaudeant potius christiani, exemplum Christi secuti, qui fabrilem artem exercuit, se omnes suas navitates terrestres exercere posse, conatus humanos, domesticos, professionales, scientificos vel technicos in unam synthesim vitalem cum bonis religiosis colligendo, sub quorum altissima ordinatione omnia in Dei gloriam coordinantur ».18 II Conceditur indulgentia partialis christifideli qui, spiritu fidei ductus, in servitium fratrum necessitate laborantium, se ipsum vel bona sua misericordi animo impenderit.19 Christifidelis hac indulgentiae concessione allicitur ut, exemplum et mandatum Christi Iesu sequens,20opera caritatis seu misericordiae frequentius peragat. Non omnia tamen caritatis opera indulgentia ditantur, sed tantum quae fiunt «in servitium fratrum necessitate laborantium», uti qui cibo vel veste pro corpore aut institutione vel solacio pro animo indigent. « Esurivi enim et dedistis mihi manducare, sitivi et dedistis mihi bibere, hospes eram et collegistis me, nudus et operuistis me, infirmus et visitastis me, in carcere eram et venistis ad me... Amen dico vobis: Quamdiu fecistis uni de his fratribus meis minimis, mihi fecistis ».21 « Mandatum novum do vobis, ut diligatis invicem; sicut dilexi vos ut et vos diligatis invicem. In hoc cognoscent omnes quia mei discipuli estis, si dilectionem habueritis ad invicem ».22 « Qui tribuit in simplicitate... qui miseretur in hilaritate... caritate fraternitatis invicem diligentes, honore invicem praevenientes, sollicitudine non pigri, spiritu ferventes, Domino servientes... necessitatibus sanctorum communicantes, hospitalitatem sectantes ».23 « Et si distribuero in cibos omnes facultates meas... caritatem autem non habuero, nihil mihi prodest ».24 « Dum tempus habemus, operemur bonum ad omnes, maxime autem ad domesticos fidei ».25 « Ambulate in dilectione, sicut et Christus dilexit nos ».26 « A Deo edocti estis ut diligatis invicem ».27 « Caritas fraternitatis maneat ».28 « Religio munda et immaculata apud Deum et Patrem haec est: visitare pupillos et viduas in tribulatione eorum, immaculatum se custodire ab hoc saeculo ».29 « Animas vestras castificantes in oboedientia veritatis ad fraternitatis amorem non fictum, ex corde invicem diligite attentius ».30 « In fine autem omnes unanimes, compatientes, fraternitatis amatores, misericordes, humiles, non reddentes malum pro malo vel maledictum pro maledicto, sed e contrario benedicentes, quia in hoc vocati estis, ut benedictionem hereditate accipiatis ».31 « Curam omnem subinferentes ministrate... in pietate... amorem fraternitatis, in amore autem fraternitatis caritatem ».32 « Qui habuerit substantiam mundi et viderit fratrem suum necesse habere et clauserit viscera sua ab eo, quomodo caritas Dei manet in eo? Filioli, non diligamus verbo nec lingua, sed in opere et veritate ».33 « Ubicumque versantur qui cibo potuque, vestitu, domo, medicinis, opere, instructione, facultatibus ad vitam vere humanam ducendam necessariis carent, aerumnis vel infirma valetudine cruciantur, exilium vel carcerem patiuntur, ibi eos christiana caritas debet quaerere et invenire, impensa cura solari et praestitis auxiliis sublevare... Quo huiusmodi caritatis exercitium omni exceptione maius sit et tale appareat in proximo consideretur imago Dei ad quam creatus est, et Christus Dominus cui re vera offertur quidquid indigenti donatur ».34 « Cum caritatis et misericordiae opera praeclarissimum testimonium christianae vitae offerant, formatio apostolica ad haec quoque exercenda adducere debet, ut discant christifideles ab ipsa pueritia fratribus compati eisque indigentibus generoso animo subvenire ».35 « Christiani, memores verbi Domini in hoc cognoscent omnes quia discipuli mei estis, si dilectionem habueritis ad invicem,36 nihil ardentius optare possunt quam ut hominibus mundi huius temporis semper generosius et efficacius inserviant... Vult autem Pater ut in omnibus hominibus Christum fratrem agnoscamus et efficaciter diligamus, tam verbo quam opere ».37 III Conceditur indulgentia partialis christifideli qui a re licita et sibi grata, in spiritu paenitentiae, sponte abstinuerit.38 Haec autem concessio prorsus convenit nostris temporibus in quibus, praeter legem, ceterum sat mitem, abstinentiae a carnibus et ieiunii, omnino expedit ut fideles ad sese paenitentia exercendos excitentur.39 Christifidelis ita impellitur ut, suas cupiditates refrenans, discat corpus suum in servitutem redigere et Christo pauperi et patienti se conformare.40 Abstinentia vero praestantior erit si coniungatur caritati, iuxta verba S. Leonis M.: « Impendamus virtuti, quod subtrahimus voluptati. Fiat refectio pauperum abstinentia ieiunantis ».41 « Si quis vult post me venire, abneget seipsum et tollat crucem suam cotidie et sequatur me ».42 « Si non paenitentiam egeritis omnes similiter peribitis ».43 « Si autem Spiritu opera corporis mortificatis, vivetis ».44 « Si tamen compatimur, ut et conglorificemur ».45 « Omnis autem qui in agone contendit ab omnibus se abstinet, et illi quidem ut corruptibilem coronam accipiant, nos autem incorruptam. Ego igitur sic curro non quasi in incertum, sic pugno non quasi aërem verberans; sed castigo corpus meum et in servitutem redigo ».46 « Semper mortificationem Iesu in corpore circumferentes, ut et vita Iesu in corpore nostro manifestetur ».47 « Fidelis sermo: Nam si commortui sumus, et convivemus; si sustinemus, et conregnabimus ».48 « Abnegantes... saecularia desideria sobrie et iuste et pie vivamus in hoc saeculo ».49 « Sed, quemadmodum communicatis Christi passionibus, gaudete, ut et in revelatione gloriae eius gaudeatis exsultantes ».50 « Peculiari sollicitudine in sacerdotali oboedientia, in pauperis vitae ratione et in sui abnegandi spiritu ita excolantur, ut etiam ea quae licita sunt..., prompte abdicare et Christo crucifixo se conformare assuescant ».51 « Fideles vero, vi regalis sui sacerdotii, in oblationem Eucharistiae concurrunt, illudque in sacramentis suscipiendis, in oratione et gratiarum actione, testimonio vitae sanctae, abnegatione et actuosa caritate exercent ».52 « In variis vitae generibus et officiis una sanctitas excolitur ab omnibus, qui a Spiritu Dei aguntur, atque voci Patris oboedientes Deumque Patrem in spiritu et veritate adorantes, Christum pauperem, humilem, et crucem baiulantem sequuntur, ut gloriae Eius mereantur esse consortes ».53 « Omnes fideles cohortatur Ecclesia ut, praeter incommoda et iacturas, quae cotidianae vitae rationi comitantur, divino paenitentiae praecepto corpus quoque nonnullis castigationis actibus affligendi obtemperent... Ecclesia cupit significare tres esse modos praecipuos, antiquitus traditos, quibus divino paenitentiae praecepto satisfieri possit: scilicet precationem, ieiunium, opera caritatis, quamvis praesertim abstinentiam a carne et ieiunium tuita sit. Hae paenitentiae agendae rationes omnibus aetatibus fuerunt communes; nostris tamen temporibus peculiares afferuntur causae ob quas, pro variis locorum adiunctis, certus quidam paenitentiae modus prae ceteris urgeatur. Itaque apud gentes, quae maiore oeconomicorum bonorum copia fruuntur, urgeatur testimonium abnegationis, ne christifideles ad hoc saeculum conformentur, simulque urgeatur testimonium caritatis erga fratres, etiam dissitas regiones inhabitantes, qui paupertate et fame vexentur ».54 IV Conceditur indulgentia partialis christifideli qui apertum testimonium fidei coram aliis, in pecularibus quotidianae vitae adiunctis, sponte reddiderit. Concessio haec christifidelem incitat ad fidem suam coram aliis aperte profitendam, in Dei gloriam et Ecclesiae aedificationem. S. Augustinus scripsit: « Sit tamquam speculum tibi Symbolum tuum. Ibi te vide, si credis omnia quae te credere confiteris, et gaude quotidie in fide tua ».55Vita christiana uniuscuiusque diei erit ergo velut « Amen » concludens « Credo » professionis fidei nostri Baptismatis.56 « Omnis ergo qui confitebitur me coram hominibus, confitebor et ego eum coram Patre meo qui est in caelis ».57 « Quinimmo beati, qui audiunt verbum Dei et custodiunt! ».58 « Eritis mihi testes ».59 « Cotidie quoque perdurantes unanimiter in templo et frangentes circa domos panem, sumebant cibum cum exsultatione et simplicitate cordis, collaudantes Deum et habentes gratiam ad omnem plebem ».60 « Multitudinis autem credentium erat cor et anima una... Et virtute magna reddebant apostoli testimonium resurrectionis Domini Iesu, et gratia magna erat super omnibus illis ».61 « Fides vestra annuntiatur in universo mundo ».62 « Quia si confitearis in ore tuo: Dominum Iesum!, et in corde tuo credideris... salvus eris. Cor- de enim creditur ad iustitiam, ore autem confessio fit in salutem ».63 « Certa bonum certamen fidei, apprehende vitam aeternam, ad quam vocatus es, et confessus es bonam confessionem coram multis testibus ».64 « Noli... erubescere testimonium Domini nostri ».65 « Nemo enim vestrum patiatur quasi homicida aut fur aut maleficus aut alienorum speculator; si autem ut christianus, non erubescat, glorificet autem Deum in isto nomine ».66 « Quisquis confessus fuerit: Iesus est Filius Dei, Deus in ipso manet, et ipse in Deo ».67 « Ut vero caritas tamquam bonum semen in anima increscat et fructificet, unusquisque fidelis debet verbum Dei libenter audire Eiusque voluntatem, opitulante Eius gratia, opere complere, sacramentis, praesertim Eucharistiae, et sacris actionibus frequenter participare, seseque orationi, sui ipsius abnegationi, fraterno actuoso servitio et omnium virtutum exercitationi constanter applicare ».68 « Christifideles ut singuli ad apostolatum exercendum in variis suae vitae condicionibus vocati sunt; meminerint tamen hominem natura sua socialem esse... Quapropter christifideles apostolatum suum exerceant, in unum conspirantes. Sint apostoli tam in suis communitatibus familiaribus, quam in paroeciis et dioecesibus, quae ipsae exprimunt indolem communitariam apostolatus, atque in liberis coetibus in quos se congregare statuerint ».69 « Ipsa autem socialis hominis natura exigit, ut homo internos religionis actus externe exprimat, cum aliis in re religiosa communicet, suam religionem modo communitario profiteatur ».70 « Non sufficit ut populus christianus praesens sit et constitutus in aliqua gente, nec sufficit ut apostolatum exempli exerceat; ad hoc constituitur, ad hoc praesens est, ut concivibus non-christianis Christum verbo et opere annuntiet eosque iuvet ad plenam Christi receptionem ».71 (1) Cf. 1 Cor 10,31; Col 3,17; AA 2-4, 13. (2) Cf. LG 39, 40-42. (3) Cf. SPA, Decr. Pia oblatio quotidiani laboris Indulgentiis ditatur, 25 nov. 1961 (AAS 53 [1961] 827); Decr. Pia oblatio humani doloris Indulgentiis ditatur, 4 iun. 1962 (AAS 54 [1962] 475); EI 1968 et 1986, conc. gen. I. (4) Lc 18,1. (5) Mt 7,7-8. (6) Mt 26,41. (7) Lc 21,34.36. (8) Act 2,42. (9) Rom 12,12. (10) 1 Cor 10,31. (11) Eph 6,18. (12) Col 3,17. (13) Col 4,2. (14) 1 Thess 5,17-18. (15) LG 41. (16) Col 3,17. (17) AA 4. (18) GS 43. (19) Cf. SPA, Indulgentiae apostolicae (AAS 55 [1963] 657-659); EI 1968 et 1986, conc. gen. II. (20) Cf. Io 13,15; Act 10,38. (21) Mt 25,35-36.40; cf. etiam Tob 4,7-8; Is 58,7. (22) Io 13,34-35. (23) Rom 12,8.10-11.13. (24) 1 Cor 13,3. (25) Gal 6,10. (26) Eph 5,2. (27) 1 Thess 4,9. (28) Heb 13,1. (29) Iac 1,27; cf. Iac 2,15-16. (30) 1 Pe 1,22. (31) 1 Pe 3,8-9. (32) 2 Pe 1,5.7. (33) 1 Io 3,17-18. (34) AA 8. (35) AA 31 c. (36) Io 13,35. (37) GS 93. (38) EI 1968 et 1986, conc. gen. III. (39) Cf. Paen III, c. (40) Cf. Mt 8,20; 16,24. (41) Sermo 13 (alias: 12) De ieiunio decimi mensis, 2 (PL 54, 172). (42) Lc 9,23: cf. Lc 14,27. (43) Lc 13,5; cf. Lc 13,3. (44) Rom 8,13. (45) Rom 8,17. (46) 1 Cor 9,25-27. (47) 2 Cor 4,10. (48) 2 Tim 2,11-12. (49) Tit 2,12. (50) 1 Pe 4,13. (51) OT 9. (52) LG 10. (53) LG 41. (54) Paen III c. (55) Sermo 58, 11, 13 (PL 38, 399). (56) Cf. CCE 1064. (57) Mt 10,32. (58) Lc 11,28. (59) Act 1,8. (60) Act 2,46. (61) Act 4,32-33. (62) Rom 1,8. (63) Rom 10,9-10. (64) 1 Tim 6,12. (65) 2 Tim 1,8. (66) 1 Pe 4,15-16. (67) 1 Io 4,15. (68) LG 42. (69) AA 18. (70) DH 3. (71) AG 15. *** ALIAE CONCESSIONES Promium 1. Quattuor concessionibus generalioribus, de quibus supra ad I-IV, adduntur nonnullae aliae concessiones, quae, attentis tum praeteriti temporis traditionibus tum nostrae aetatis necessitatibus, peculiarem significationem praeseferunt. Hae omnes concessiones invicem se complent et, dum indulgentiae dono christifideles alliciunt ad peragenda pietatis, caritatis et paenitentiae opera, eosdem adducunt ut artius Christo capiti et Ecclesiae corpori per caritatem coniungantur.1 2. Referuntur quaedam preces vel divina inspiratione vel antiquitate venerandae et universalioris usus.2 Ut patet, hae exempli gratia citantur. Sed prae oculis habeatur quod in normis dicitur de iure episcoporum eparchialium vel dioecesanorum, metropolitanorum, patriarcharum, cardinaliumque.3 Indulgentias concessas pro pia recitatione precum, quarum elenchi infra sequuntur, ex natura rei acquirere possunt fideles cuiusvis ritus, quaecumque est traditio liturgica cui per se illae preces pertinent. 3. Quae preces, si res intimius perspicitur, iam comprehenduntur in concessione generaliore I, cum a christifideli, animo ad Deum humili fiducia erecto, in suo vitae ordine recitantur. Ita, e.g., hac prima concessione continentur orationes « Actiones nostras » et « Agimus tibi gratias », quae « in officiis gerendis » recitantur. Placuit tamen singulatim referre ut indulgentiis ditatas, tum ad omne dubium tollendum, tum ad earum excellentiam significandam. 4. Ut per se patet, quotiescumque in concessionibus ad indulgentiam obtinendam preces vel litaniae vel parvi officii recitatio requiritur, textus eorum semper adprobatus esse debet a competenti Auctoritate ecclesiastica, necnon eadem recitatio sicut, cum praescribuntur, loci sacri visitatio, pii exercitii expletio vel devotionis obiecti usus, ea qua par est devotione et pio cordis affectu fieri debent. Haec vero mens in quibusdam singulis concessionibus expresse notatur ut fidelium pietas adiuvetur. 5. Ad indulgentiam plenariam assequendam, ut in norma 20 statuitur, requiruntur operis exsecutio, impletio trium condicionum et plena animi dispositio, quae omnem affectum peccaminosum excludat. Quod vero attinet ad indulgentiam partialem, ut in norma 4, requiruntur operis exsecutio et cordis saltem contritio. 6. Si opus, indulgentia plenaria ditatum, apte dividi potest in partes (e.g. Rosarium mariale in decades), qui ex rationabili causa integrum opus non perficit, acquirere potest, pro parte quam peragit, partialem indulgentiam.4 7. Speciali mentione dignae sunt concessiones quae referuntur ad opera, quibus christifidelis, quodlibet ex ipsis praestans, indulgentiam plenariam singulis anni diebus assequi potest, firma manente norma 18 § 1, iuxta quam indulgentia plenaria semel tantum in die acquiri potest: adoratio Ss.mi Sacramenti saltem per dimidiam horam (conc. 7 § 1, 1°); pium exercitium Viae Crucis (conc. 13, 2°); recitatio Rosarii marialis vel hymni Akathistos in ecclesia aut oratorio, vel in familia, in religiosa Communitate, in christifidelium consociatione et generatim cum plures ad aliquem honestum finem conveniunt (conc. 17 § 1, 1° et conc. 23 § 1); pia lectio vel auditio S. Scripturae saltem per dimidiam horam (conc. 30). 8. Concessiones ordine alphabetico recensentur. Ad huiusmodi ordinem statuendum, considerantur prima verba in titulis indicata (e.g. Actus consecrationis familiarum - Eucharistica adoratio et processio). Indicantur fontes ex quibus preces sunt desumptae, solum quando agitur de textibus liturgicis nunc vigentibus. Quo facilior christifidelibus Enchiridi usus reddatur, in fine voluminis tres indices adnectuntur: formulae
precationum; *** CONCESSIONES 1 Plenaria indulgentia conceditur membris familiae, die, qua primum, ritum peragente, si fieri potest, sacerdote vel diacono, fit eiusdem consecratio Sacr.mo Cordi Iesu vel Sacrae Familiae Iesu, Mariae et Ioseph, si orationem legitime adprobatam coram imagine eiusdem Sacr.mi Cordis vel Sacrae Familiae pie recitaverint; die anniversario indulgentia erit partialis. 2 Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui, in sollemnitate D.N. Iesu Christi Universorum Regis, actum dedicationis humani generis eidem Iesu Christo Regi (Iesu dulcissime, Redemptor) publice recitaverit; in aliis rerum adiunctis indulgentia erit partialis.5 Iesu dulcissime, Redemptor humani generis, respice nos ante conspectum tuum humillime provolutos. Tui sumus, tui esse volumus; quo autem tibi coniuncti firmius esse possimus, en hodie sacratissimo Cordi tuo se quisque nostrum sponte dedicat. Te quidem multi novere nunquam; te, spretis mandatis tuis, multi repudiarunt. Miserere utrorumque, benignissime Iesu, atque ad sanctuum Cor tuum rape universos. Rex esto, Domine, nec fidelium tantum qui nullo tempore discessere a te, sed etiam prodigorum filiorum qui te reliquerunt: fac ut domum paternam cito repetant, ne miseria et fame pereant. Rex esto eorum, quos aut opinionum error deceptos habet, aut discordia separatos, eosque ad portum veritatis atque ad unitatem fidei revoca, ut brevi fiat unum ovile et unus pastor. Largire, Domine, Ecclesiae tuae securam cum incolumitate libertatem; largire cunctis gentibus tranquillitatem ordinis; perfice, ut ab utroque terrae vertice una resonet vox: Sit laus divino Cordi, per quod nobis parta salus: ipsi gloria et honor in saecula. Amen. (5) EI 1986, conc. 27 (idem in EI 1968). 3 Plenaria indulgentiaconceditur christifideli, qui in sollemnitate Sacr.mi Cordis Iesu, actum reparationis (Iesu dulcissime) publice recitaverit; in aliis rerum adiunctis indulgentia erit partialis.6 Iesu dulcissime, cuius effusa in homines caritas, tanta oblivione, neglegentia, contemptione, ingratissime rependitur, en nos, ante conspectum tuum provoluti, tam nefariam hominum socordiam iniuriasque, quibus undique amantissimum Cor tuum afficitur, peculiari honore resarcire contendimus. Attamen, memores tantae nos quoque indignitatis non expertes aliquando fuisse, indeque vehementissimo dolore commoti, tuam in primis misericordiam nobis imploramus, parati, voluntaria expiatione compensare flagitia non modo quae ipsi patravimus, sed etiam illorum, qui, longe a salutis via aberrantes vel te pastorem ducemque sectari detrectant, in sua infidelitate obstinati, vel, baptismatis promissa conculcantes, suavissimum tuae legis iugum excusserunt. Quae deploranda crimina, cum universa expiare contendimus, tum nobis singula resarcienda proponimus: vitae cultusque immodestiam atque turpitudines, tot corruptelae pedicas innocentium animis instructas, dies festos violatos, exsecranda in te tuosque Sanctos iactata maledicta atque in tuum Vicarium ordinemque sacerdotalem convicia irrogata, ipsum denique amoris divini Sacramentum vel neglectum vel horrendis sacrilegiis profanatum, publica postremo nationum delicta, quae Ecclesiae a te institutae iuribus magisterioque reluctantur. Quae utinam crimina sanguine ipsi nostro eluere possemus! Interea ad violatum divinum honorem resarciendum, quam Tu olim Patri in Cruce satisfactionem obtulisti quamque cotidie in altaribus renovare pergis, hanc eamdem nos tibi praestamus, cum Virginis Matris, omnium Sanctorum, piorum quoque fidelium expiationibus coniunctam, ex animo spondentes, cum praeterita nostra aliorumque peccata ac tanti amoris incuriam firma fide, candidis vitae moribus, perfecta legis evangelicae, caritatis potissimum, observantia, quantum in nobis erit, gratia tua favente, nos esse compensaturos, tum iniurias tibi inferendas pro viribus prohibituros, et quam plurimos potuerimus ad tui sequelam convocaturos. Excipias, quaesumus, benignissime Iesu, beata Virgine Maria Reparatrice intercedente, voluntarium huius expiationis obsequium nosque in officio tuique servitio fidissimos ad mortem usque velis, magno illo perseverantiae munere, continere, ut ad illam tandem patriam perveniamus omnes, ubi Tu cum Patre et Spiritu Sancto vivis et regnas in saecula saeculorum. Amen. (6) EI 1986, conc. 26. 4 Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui Benedictionem impertitam vel a Summo Pontifice Urbi et Orbi vel ab Episcopo fidelibus suae curae commissis iuxta normam 7, 2º, huius Enchiridii, devote acceperit, etsi, rationabili circumstantia, sacris ritibus physice non adfuerit, dummodo ritus ipsos, dum peraguntur, ope instrumenti televisifici vel radiophonici propagatos pia mentis intentione secutus fuerit.7 58 Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui, quaque die universaliter destinata ad aliquem religiosum finem assequendum (e.g. ad fovendas vocationes sacerdotales et religiosas, ad peculiarem pastoralem curam dicandam aegrotis et infirmis, ad iuvenes in fidei professione roborandos et in vita sancte ducenda adiuvandos etc.), huiusmodi celebrationibus pie interfuerit; qui autem ad supradictas intentiones oraverit, partialem consequetur indulgentiam. 69 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui doctrinae christianae tradendae vel discendae dederit operam. 7 § 1. Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui 1°10 Ss.mum Sacramentum visitaverit ad adorandum per dimidiam saltem horam; 2°11 feria V Hebdomadae Sanctae, si in sollemni repositione Ss.mi Sacramenti, post Missam in Cena Domini, strophas Tantum ergo pie recitaverit; 3° sollemni eucharisticae processioni, quae quidem maximi est momenti in sollemnitate Corporis et Sanguinis Christi, sive introrsum in sacris aedibus sive extra ductae, pie interfuerit; 4°12 sollemnem eucharisticum ritum, qui sub exitu eucharistici conventus fieri solet, religiose participaverit. § 2. Partialis indulgentia conceditur christifideli qui 1° 13Ss.mum Sacramentum visitaverit ad adorandum; 2° 14ad Iesum in Ss.mo Eucharistiae Sacramento aliquam precem legitime adprobatam effuderit (e.g. rhythmum Adoro te devote, vel precem O sacrum convivium, vel strophas Tantum ergo). O sacrum convivium, in quo Christus sumitur: recolitur memoria passionis eius, mens impletur gratia, et futurae gloriae nobis pignus datur. Tantum ergo sacramentum V. Panem de caelo praestitisti eis, R. Omne delectamentum in se habentem. Oremus. Deus, qui nobis sub sacramento mirabili Passionis tuae memoriam reliquisti: tribue, quaesumus, ita nos Corporis et Sanguinis tui sacra mysteria venerari, ut redemptionis tuae fructum in nobis iugiter sentiamus: Qui vivis et regnas in saecula saeculorum. Amen. (De Sacra Communione et de Cultu Mysterii Eucharistici extra Missam, 21 iunii 1973, 200 et 192) 8 § 1. Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui 1°15 primum ipse ad sacram synaxim accesserit vel, aliis primum accedentibus, pie asisterit; 2°16 qualibet feria sexta temporis Quadragesimae, orationem En ego, o bone et dulcissime Iesu, coram Iesu Christi Crucifixi imagine post communionem pie recitaverit; § 2. Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, qualibet pia formula legitime adprobata, elicuerit: 1°17 spiritalis communionis actum, 2° gratiarum actionem post communionem (e.g. Anima Christi; En ego, o bone et dulcissime Iesu). Anima Christi,
sanctifica me. En ego, o bone et
dulcissime Iesu, ante conspectum tuum genibus me
provolvo, ac maximo animi ardore te oro atque obtestor,
ut meum in cor vividos fidei, spei et caritatis sensus,
atque veram peccatorum meorum paenitentiam, eaque
emendandi firmissimam voluntatem velis imprimere; dum
magno animi affectu et dolore tua quinque vulnera mecum
ipse considero, ac mente contemplor, illud prae oculis
habens, quod iam in ore ponebat tuo David Propheta de te,
o bone Iesu: « Foderunt manus meas et pedes meos;
dinumeraverunt omnia ossa mea » (Ps 22 [Vg 21] 17-18). 9 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, praesertim ad praeparandam confessionem sacramentalem, 1° suam conscientiam excusserit cum proposito se emendandi; 2°19 actum contritionis, quavis legitima formula, pie recitaverit (e.g. Confiteor; Ps De profundis; Ps Miserere; Ps graduales; Ps paenitentiales). 10 § 1.20 Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui exercitiis spiritalibus saltem per tres integros dies vacaverit. § 2.21 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui menstruam recollectionem participaverit. 11 Catholica Ecclesia Conditoris sui precem pridie quam pateretur ad Patrem prolatam « ut omnes unum sint » maxime cordi habet et ideo christifideles enixe hortantur ut pro christianorum unitate assidue orent. § 1. Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui aliquot functionibus in hebdomada pro christianorum unitate participaverit et eiusdem hebdomadae conclusioni interfuerit. § 2.22 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui orationem legitime adprobatam pro christianorum unitate devote recitaverit (e.g. Omnipotens et misericors Deus). Omnipotens et misericors Deus, qui diversitatem gentium in unum populum per Filium tuum adunare voluisti, concede propitius ut qui christiano nomine gloriantur, qualibet divisione reiecta, unum sint in veritate et caritate, et omnes homines, verae fidei lumine illustrati, in unam Ecclesiam fraterna communione conveniant. Per Christum Dominum nostrum. Amen. 12 § 1. Sacerdos, qui christifideli in vitae discrimen adducto sacramenta administrat, eidem benedictionem apostolicam cum adiuncta indulgentia plenaria impertire ne omittat. § 2. Quodsi haberi nequit sacerdos, pia Mater Ecclesia eidem christifideli rite disposito benigne indulgentiam plenariam in articulo mortis acquirendam concedit, dummodo ipse durante vita habitualiter aliquas preces fuderit; quo in casu Ecclesia supplet tres condiciones ad indulgentiam plenariam de more requisitas. § 3. Laudabiliter ad hanc indulgentiam plenariam acquirendam adhibetur crucifixus vel crux. § 4. 23 Eamdem indulgentiam plenariam in articulo mortis christifidelis consequi poterit, etiamsi eodem die aliam indulgentiam plenariam iam acquisiverit. § 5. De hac salutari Ecclesiae dispositione in catechesi tradenda fideles opportune et saepe certiores fiant. 13 Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui 1°24 in sollemni actione liturgica feriae VI in Passione et Morte Domini adorationi Crucis pie interfuerit; 2°25 vel ipse pium exercitium Viae Crucis peregerit vel, dum illud a Summo Pontifice peragitur et ope instrumenti televisifici vel radiophonici propagatur, ei sese pie univerit. Pio Viae Crucis excercitio renovatur memoria dolorum, quos divinus Redemptor passus est in itinere a Pilati praetorio, ubi ad mortem damnatus est, usque ad Calvariae montem, ubi pro nostra salute in cruce mortuus est. Ad indulgentiam plenariam assequendam quod attinet, haec statuuntur: 1. Pium exercitium peragi debet coram Viae Crucis stationibus legitime erectis. 2. Ad erigendam vero Viam Crucis requiruntur quattuordecim cruces, quibus utiliter adiungi solent totidem tabulae seu imagines, quae repraesentant stationes Hierosolymitanas. 3. Iuxta communiorem consuetudinem pium exercitium constat quattuordecim piis lectionibus, quibus adduntur aliquae preces vocales. Ad pium excercitium tamen rite peragendum sufficit pia meditatio Passionis et Mortis Domini, ideoque non est necessaria consideratio de singulis stationum mysteriis. 4. Requiritur motus ab una ad aliam stationem. Si pium exercitium publice peragatur et motus omnium praesentium fieri nequeat sine incommodo, sufficit ut saltem qui exercitium dirigit ad singulas stationes se conferat, dum alii suum locum tenent. 5. Legitime impediti eamdem indulgentiam acquirere poterunt, si piae lectioni et meditationi Passionis et Mortis Domini nostri Iesu Christi saltem per aliquod tempus, e.g. per horae quadrantem, incubuerint. 6. Pio Viae Crucis exercitio assimilantur, etiam quoad indulgentiam assequendam, alia pia exercitia, a competenti Auctoritate adprobata, quibus memoria Passionis et Mortis Domini recolitur, quattuordecim pariter stationibus statutis. 7. Apud Orientales, ubi huius pii exercitii usus non habeatur, ad hanc indulgentiam lucrandam, valet aliud pium exercitium in memoriam Passionis et Mortis Domini nostri Iesu Christi, a Patriarchis pro suis cuiusque fidelibus statutum. 1426 § 1. Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui, in sollemnitate Ss. Apostolorum Petri et Pauli, pietatis obiecto, sub norma n. 15 definito, a Summo Pontifice aut a quolibet Episcopo benedicto, pia mente utitur, addita tamen qualibet legitima formula Fidei professione. § 2. Partialis indulgentia conceditur christifideli qui huiusmodi pietatis obiecto, a quovis sacerdote vel diacono rite benedicto, pia utitur mente. 1527 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, pro personali aedificatione, orationi mentali pie vacaverit. 1628 § 1. Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui, tempore sacrarum Missionum, auditis aliquot contionibus, interfuerit insuper sollemni earundem Missionum conclusioni. § 2. Partialis indulgentia conceditur christifideli qui alius generis sacrae verbi Dei praedicationi attente et devote astiterit. 17 § 1. Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui 1°29Rosarium mariale pie recitaverit in ecclesia aut oratorio, vel in familia, in religiosa Communitate, in christifidelium consociatione et generatim cum plures ad aliquem honestum finem conveniunt; 2° eiusdem precis recitationi, dum a Summo Pontifice peragitur, et ope instrumenti televisifici vel radiophonici propagatur, sese pie univerit. In aliis rerum adiunctis vero indulgentia erit partialis. Est Rosarium certa precandi formula, qua quindecim angelicarum salutationum decades, oratione dominica interiecta, distinguimus et ad earum singulas totidem nostrae reparationis mysteria pia meditatione recolimus. Quoad indulgentiam plenariam pro recitatione Rosarii marialis haec statuuntur: a) sufficit recitatio
tertiae tantum eius partis; sed quinque decades continuo
recitari debent; b) orationi vocali addenda est pia mysteriorum meditatio; c) in publica recitatione, mysteria enuntiari debent iuxta probatam loci consuetudinem; in privata vero recitatione, sufficit ut christifidelis orationi vocali adiungat meditationem mysteriorum.
§ 2. Partialis indulgentia conceditur christifideli qui 1°30 canticum Magnificat pie recitaverit; 2°31 primo diluculo, vel meridiano tempore, vel sub vesperam precationem Angelus Domini cum statutis versiculis et oratione, aut tempore paschali antiphonam Regina caeli item cum usitata oratione, pie recitaverit; 3°32 ad Beatissimam Virginem Mariam aliquam precem adprobatam pie effuderit (e.g. Maria, Mater gratiae; Memorare, o piissima Virgo Maria; Salve, Regina; Sancta Maria, succurre miseris; Sub tuum praesidium). Competentes Coetus episcopales curabunt addere in editionibus Enchiridii pro sermonum varietate preces mariales magis in suis territoriis usitatas et christifidelibus caras. Angelus Domini V. Angelus Domini
nuntiavit Mariae, Ave, Maria. V. Ecce ancilla Domini, Ave, Maria. V. Et Verbum caro factum
est, Ave, Maria. V. Ora pro nobis, sancta
Dei Genitrix, Oremus. Gratiam tuam,
quaesumus Domine, mentibus nostris infunde, ut qui,
Angelo nuntiante, Christi Filii tui incarnationem
cognovimus, per passionem eius et crucem ad
resurrectionis gloriam perducamur. Per Christum Dominum
nostrum. Amen. Regina caeli Regina caeli, laetare,
alleluia: V. Gaude et laetare, virgo
Maria, alleluia. Oremus. Deus, qui per
resurrectionem Filii tui Domini nostri Iesu Christi
mundum laetificare dignatus es, praesta, quaesumus, ut
per eius Genitricem Virginem Mariam perpetuae capiamus
gaudia vitae. Per Christum Dominum nostrum. Amen. Maria, Mater gratiae, Mater misericordiae, Memorare, o piissima Virgo Maria, non esse auditum a saeculo, quemquam ad tua recurrentem praesidia, tua implorantem auxilia, tua petentem suffragia esse derelictum. Ego tali animatus confidentia ad te, Virgo Virginum, Mater, curro; ad te venio; coram te gemens peccator assisto. Noli, Mater Verbi, verba mea despicere, sed audi propitia et exaudi. Amen. Salve, Regina,
mater misericordiae; vita, dulcedo et spes nostra, salve.
Ad te clamamus, exsules filii Hevae. Ad te suspiramus,
gementes et flentes in hac lacrimarum valle. Eia ergo,
advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos
converte. Et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis
post hoc exsilium ostende. O clemens, o pia, o dulcis
Virgo Maria. Sancta Maria, succurre miseris, iuva pusillanimes, refove flebiles, ora pro populo, interveni pro clero, intercede pro devoto femineo sexu: sentiant omnes tuum iuvamen, quicumque celebrant tuam sanctam commemorationem. Sub tuum praesidium confugimus,
sancta Dei Genetrix; nostras deprecationes ne despicias
in necessitatibus, sed a periculis cunctis libera nos
semper, Virgo gloriosa et benedicta. 1833 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui proprium Angelum custodem prece legitime adprobata pie invocaverit (e.g. Angele Dei). Angele Dei, qui custos es mei, me tibi commissum pietate superna illumina, custodi, rege et guberna. Amen. 1934 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui S. Ioseph, Sponsum B.M.V., prece legitime adprobata pie invocaverit (e.g. Ad te, beate Ioseph). Ad te, beate Ioseph, in tribulatione nostra confugimus, atque, implorato Sponsae tuae sanctissimae auxilio, patrocinium quoque tuum fidenter exposcimus. Per eam, quaesumus, quae te cum immaculata Virgine Dei Genetrice coniunxit, caritatem, perque paternum, quo Puerum Iesum amplexus es, amorem, supplices deprecamur, ut ad hereditatem, quam Iesus Christus acquisivit Sanguine suo, benignus respicias, ac necessitatibus nostris tua virtute et ope succurras. Tuere, o Custos providentissime divinae Familiae, Iesu Christi sobolem electam; prohibe a nobis, amantissime Pater, omnem errorum ac corruptelarum luem; propitius nobis, sospitator noster fortissime, in hoc cum potestate tenebrarum certamine e caelo adesto; et sicut olim Puerum Iesum e summo eripuisti vitae discrimine, ita nunc Ecclesiam sanctam Dei ab hostilibus insidiis atque ab omni adversitate defende: nosque singulos perpetuo tege patrocinio, ut ad tui exemplar et ope tua suffulti, sancte vivere, pie mori, sempiternamque in caelis beatitudinem assequi possimus. Amen. 2035 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui orationem Sancti Apostoli Petre et Paule devote recitaverit. Sancti Apostoli Petre et Paule, intercedite pro nobis. Protege, Domine, populum tuum; et Apostolorum tuorum Petri et Pauli patrocinio confidentem, perpetua defensione conserva. Per Christum Dominum nostrum. Amen. 21 § 1.36 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, die cuiusque Sancti memoriali in kalendario notata, devote recitaverit in eius honorem orationem e Missali desumptam vel aliam legitime adprobatam. § 2.37 Insuper, ad venerationem et pietatem in novos Sanctos vel Beatos fovendas, christifideli, qui ecclesias vel oratoria, in quibus sollemnia in eorum honorem intra annum peraguntur, devote visitaverit ibique Pater et Credo recitaverit, plenaria indulgentia semel conceditur; ei vero, qui, eodem temporis spatio, praefatam visitationem pie peregerit, conceditur partialis. 22 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, 1°38 novendiali pio exercitio, publice peracto, devote interfuerit (e.g. ante sollemnitatem Nativitatis Domini vel Pentecostes vel Immaculatae Conceptionis B. M. V.); 2°39 litanias adprobatas pie recitaverit (e.g. Ss.mi Nominis Iesu, Sacr.mi Cordis Iesu, Pretiosissimi Sanguinis D.N.I.C., B. Mariae V., S. Ioseph, Sanctorum); 3°40 parvum officium legitime adprobatum pie recitaverit (e.g. Passionis D.N.I.C., Sacr.mi Cordis Iesu, B. Mariae V., Immaculatae Conceptionis, S. Ioseph). 23 Catholicitatis vi, Ecclesiae « singulae partes propria dona ceteris partibus et toti Ecclesiae afferunt, ita ut totum et singulae partes augeantur » (LG 13) quoad universa spiritalia Divinae largitatis munera: inde factum est ut preces ex variis traditionibus orientalibus, etiam apud fideles latini ritus, ultimis praesertim his annis, sparsae sint, et haud modico cum religiosae pietatis emolumento sive privatim sive publice usurpatae. § 1.41 Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui hymnum Akathistos vel officium Paraclisis in ecclesia aut oratorio, vel in familia, in religiosa Communitate, in christifidelium consociatione et generatim cum plures ad aliquem honestum finem conveniunt pie recitaverit. In aliis rerum adiunctis vero indulgentia erit partialis. Quod attinet vero ad hymnum Akathistos pro indulgentia plenaria acquirenda non requiritur recitatio integra, sed sufficit recitatio continua congruae alicuius partis iuxta legitimam consuetudinem. Apud christifideles orientales, ubi harum devotionum praxis non habeatur, alia similia exercitia in honorem beatae Mariae V., a Patriarchis statuta, iisdem indulgentiis gaudent. § 2. Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, pro tempore ac pro re, aliquam precem ex sequentibus devote recitaverit: Oratio pro gratiarum actione (ex Traditione Armenorum); Oratio vespertina, Oratio pro defunctis (ex Traditione Byzantina); Oratio Sanctuarii, Oratio « Lakhu Mara » seu « Ad te Domine » (ex Traditione Chaldaeorum); Oratio ad thurificationem, Oratio ad glorificandam Dei Matrem Mariam (ex Traditione Coptica); Oratio pro remissione peccatorum, Oratio pro adipiscenda sequela Christi (ex Traditione Aethiopica); Oratio pro Ecclesia, Oratio post expletam Liturgiam (ex Traditione Maronitarum); Intercessiones pro defunctis ex Liturgia S. Iacobi (ex Traditione Syro-Antiochena). 2442 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, supernaturali grati animi affectu ductus, orationem pro benefactoribus legitime adprobatam pie recitaverit (e. g. Retribuere dignare, Domine). Retribuere dignare, Domine, omnibus nobis bona facientibus propter nomen tuum vitam aeternam. Amen. 2543 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, 1° spiritu filialis devotionis, pro Summo Pontifice aliquam precem legitime adprobatam pie recitaverit (e.g. Oremus pro Pontifice); 2° item, pro Episcopo eparchiali vel dioecesano, initio pastoralis ministerii vel in anniversario, precem e Missali desumptam pie recitaverit. Oremus pro Pontifice V. Oremus pro
Pontifice nostro N. 26 § 1. Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui, in ecclesia vel oratorio, devote interfuerit sollemni cantui vel recitationi: 1°44 hymni Veni, Creator, vel prima anni die ad divinam opem pro totius anni decursu implorandam; vel in sollemnitate Pentecostes; 2°45 hymni Te Deum, ultima anni die, ad gratias Deo referendas pro beneficiis totius anni decursu acceptis. § 2.46 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, 1° ineunte et declinante die, 2° in incipiendo et explendo proprio officio, 3° ante et post refectionem, aliquam legitime adprobatam supplicationis et gratiarum actionis precem devote effuderit (e.g. Actiones nostras; Adsumus; Agimus Tibi gratias; Benedic, Domine; Domine, Deus omnipotens; Exaudi nos; Te Deum; Veni, Creator; Veni, Sancte Spiritus; Visita, quaesumus, Domine). Actiones nostras,quaesumus, Domine, aspirando praeveni et adiuvando prosequere: ut cuncta nostra operatio a te semper incipiat et per te coepta finiatur. Per Christum Dominum nostrum. Amen. (Prex ad auxilium divinum ante quamlibet actionem implorandum; MR, feria V post Cineres, collecta; LH, I hebd. feria II, ad Laudes) Adsumus, Domine Sancte Spiritus, adsumus peccati quidem immanitate detenti, sed in nomine tuo specialiter congregati. Veni ad nos et esto nobiscum et dignare illabi cordibus nostris. Doce nos quid agamus, quo gradiamur et ostende quid efficere debeamus, ut, te auxiliante, tibi in omnibus placere valeamus. Esto solus suggestor et effector iudiciorum nostrorum, qui solus cum Deo Patre et eius Filio nomen possides gloriosum. Non nos patiaris perturbatores esse iustitiae qui summam diligis aequitatem. Non in sinistrum nos ignorantia trahat, non favor inflectat, non acceptio muneris vel personae corrumpat. Sed iunge nos tibi
efficaciter solius tuae gratiae dono, ut simus in te unum
et in nullo deviemus a vero; quatenus in nomine tuo
collecti, sic in cunctis teneamus cum moderamine pietatis
iustitiam, ut et hic a te in nullo dissentiat sententia
nostra et in futurum pro bene gestis consequamur praemia
sempiterna. Amen. Agimus tibi gratias,
omnipotens Deus, pro universis beneficiis tuis: Qui vivis
et regnas in saecula saeculorum. Amen. Benedic, Domine,
nos et haec tua dona, quae de tua largitate sumus
sumpturi. Per Christum Dominum nostrum. Amen. Domine, Deus omnipotens,
qui ad principium huius diei nos pervenire fecisti, tua
nos hodie salva virtute, ut in hac die ad nullum
declinemus peccatum, sed semper ad tuam iustitiam
faciendam nostra procedant eloquia, dirigantur
cogitationes et opera. Per Christum Dominum nostrum. Amen. Exaudi nos, Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus: et mittere digneris sanctum Angelum tuum de caelis, qui custodiat, foveat, protegat, visitet atque defendat omnes habitantes in hoc habitaculo. Per Christum Dominum nostrum. Amen. Veni, Sancte Spiritus,
reple tuorum corda fidelium et tui amoris in eis ignem
accende. Visita, quaesumus,
Domine, habitationem istam, et omnes insidias inimici
ab ea longe repelle, angeli tui sancti habitent in ea,
qui nos in pace custodiant; et benedictio tua sit super
nos semper. Per Christum Dominum nostrum. Amen. 27 § 1.47 Plenaria indulgentia conceditur 1° sacerdoti primam Missam coram populo statuto die celebranti, 2° christifidelibus qui devote eidem Missae astiterint. § 2.48 Item plenaria indulgentia conceditur 1° celebrantibus 25um, 50um, 60um et 70um anniversarium suae Ordinationis sacerdotalis, qui coram Deo propositum fideliter exsequendi suae vocationis officia renovaverint; 2° Episcopis qui in 25°, 40° et 50° anniversario suae Ordinationis episcopalis renovaverint coram Deo propositum fideliter exsequendi sui status officia; 3°49 christifidelibus qui celebratae Missae iubilari devote astiterint. 28 § 1.50 51Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui, in celebratione Vigiliae Paschalis vel die anniversario sui baptismatis, vota baptismalia qualibet formula legitime adprobata renovaverit. § 2. Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, 1° vota baptismalia qualibet formula renovaverit; 2°52 se devote signo crucis signaverit, proferens de more verba: In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti. Amen; 3°53 symbolum Apostolorum vel symbolum Nicaenum-Constantinopolitanum pie recitaverit; 4°54 actus Fidei, Spei et Caritatis quavis legitima formula recitaverit. 29 § 1. Plenaria indulgentia, animabus in Purgatorio detentis tantummodo applicabilis, conceditur christifideli qui 1°55 singulis diebus, a primo usque ad octavum novembris, coemeterium devote visitaverit et, vel mente tantum, pro defunctis exoraverit; 2°56 die Commemorationis omnium fidelium defunctorum (vel, de consensu Ordinarii, die Dominico antecedenti aut subsequenti aut die sollemnitatis Omnium Sanctorum) ecclesiam aut oratorium pie visitaverit ibique recitaverit Pater et Credo. § 2. Partialis indulgentia, animabus in Purgatorio detentis tantummodo applicabilis, conceditur christifideli qui, 1°57 coemeterium devote visitaverit et, vel mente tantum, pro defunctis exoraverit; 2°58 Laudes vel Vesperas Officii defunctorum, vel invocationem Requiem aeternam devote recitaverit. Competentes Coetus episcopales curabunt addere in editionibus Enchiridii pro sermonum varietate preces pro defunctis magis in suis territoriis usitatas et christifidelibus caras. Requiem aeternam
dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis. Requiescant
in pace. Amen. 30 § 1.59 Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui Sacram Scripturam, iuxta textum a competenti auctoritate adprobatum, cum veneratione divino eloquio debita et ad modum lectionis spiritalis, per dimidiam saltem horam legerit; si per minus tempus id egerit indulgentia erit partialis. § 2. Quod si rationabili de causa quis legere non valeat, indulgentia, plenaria vel partialis prout supra, conceditur, si textus ipse Sacrae Scripturae, vel alio legente vel ope instrumentorum, quae « video » vel « audio » vocantur, percipitur. 3160 Plenaria indulgentia semel conceditur christifideli qui, tempore dioecesanae Synodi, ecclesiam in qua ipsa Synodus celebratur pie visitaverit ibique recitaverit Pater et Credo. 3261 Plenaria indulgentiasemel conceditur christifideli qui, tempore pastoralis visitationis, sacrae functioni astiterit, cui Visitator praefuerit. 33 § 1.62 Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui visitaverit, ibique pie recitaverit Pater et Credo, 1° unam ex quattuor Patriarchalibus Basilicis in Urbe, vel cum aliis ad ipsam peregrinans, vel saltem durante visitatione eliciens affectum filialis subiectionis erga Romanum Pontificem; 2°63 basilicam minorem a) in sollemnitate SS.
Apostolorum Petri et Pauli, 3°64 ecclesiam cathedralem a) in sollemnitate SS.
Apostolorum Petri et Pauli, 4°65 sanctuarium a competenti Auctoritate constitutum sive internationale, sive nationale, sive dioecesanum a) in sollemnitate Titularis, 5o66 ecclesiam paroecialem a) in sollemnitate Titularis, 6°67 ecclesiam vel altare, ipso dedicationis die; 7°68 ecclesiam vel oratorium Institutorum vitae consecratae et Societatum vitae apostolicae, die eorum Fundatori sacro. § 2.69 Itidem plenaria indulgentia conceditur christifideli qui sua die in quaque Stationali Ecclesia sacris functionibus interfuerit; si devote utcumque visitaverit, indulgentia erit partialis. § 3.70 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui antiquum christianorum coemeterium seu «catacumbam» devote visitaverit. ------------------------------------------------------------------------ (1) Cf. ID 11. (2) E.g. Credo (conc. 28 § 2, 3°); De profundis (conc. 9, 2°); Magnificat (conc. 17 § 2, 1°); Sub tuum praesidium (conc. 17 § 2, 3°); Salve, Regina (ibid.); Actiones nostras (conc. 26 § 2, 2°); Agimus tibi gratias (ibid.). (3) Cf. nn. 7-10, 11 § 2, 22, 25. (4) Cf. normam 20 § 4. (5) EI 1986, conc. 27 (itidem in EI 1968). (6) EI 1986, conc. 26. (7) EI 1986, conc. 12 (cf. SPA, decr. De indulgentiis ope instrumenti televisifici vel radiophonici lucrandis, 14 dec. 1985 (AAS 78 [1986] 293-294). (8) Cf. EI 1986, conc. 37. (9) EI 1986, conc. 20 (indulgentia partialis, vi concessionis generalioris II a docente consecuta, per hanc concessionem ad discentem extenditur). (10) § 1, 1°: EI 1986, conc. 3. (11) § 1, 2°: EI 1986, conc. 59. (12) § 1, 4°: EI 1986, conc. 23. (13) § 2, 1°: EI 1986, conc. 3. (14) § 2, 2°: EI 1986, conc. 4, 40, 59. (15) § 1, 1°: EI 1986, conc. 42. (16) § 1, 2°: EI 1986, conc. 22. (17) § 2, 1°: EI 1986, conc. 15. (18) § 2, 2°: EI 1986, conc. 10 et 22. (19) 2º: EI 1986, conc. 2, 19, 33. (20) § 1: EI 1986, conc. 25. (21) § 2: EI 1986, conc. 45. (22) § 2: EI 1986, conc. 44. (23) §§ 1-4: EI 1986, conc. 28. (Cf. ID, nn. 6, 18; EI 1968, n. 24 § 2; Ordo unctionis infirmorum eorumque pastoralis curae, 7 dec. 1972, 122; CIC 1983, can. 530; EI 1986, n. 21 § 2). (24) 1°: EI 1986, conc. 17. (25) 2°: EI 1986, conc. 63. (26) EI 1986, conc. 35. Ad pietatis obiecta rite benedicenda sacerdos vel diaconus formulas liturgicas proprii Ritualis servet. In pecularibus adiunctis, minister adhibere potest sequentem formulam brevem: « In nomine Patris et Filii, et Spiritus Sancti. Amen » (De Ben., 1165 et 1182). (27) EI 1986, conc. 38. (28) EI 1986, conc. 41. (29) § 1, 1°: EI 1986, conc. 48 (de hymno Akathistos et officio Paraclisis, vide infra conc. 23). (30) § 2, 1°: EI 1986, conc. 30. (31) § 2, 2°: EI 1986, conc. 9. (32) § 2, 3°: EI 1986, conc. 31, 32, 51, 52, 57 (de precibus novendialibus, litaniis et parvis Officiis in honorem B. Mariae V., vide infra conc. 22). (33) EI 1986, conc. 8. (34) EI 1986, conc. 6 (de litaniis et parvo officio S. Ioseph, vide infra conc. 22, 2°-3°). (35) EI 1986, conc. 53. (36) § 1: EI 1986, conc. 54 (de litaniis sanctorum, vide infra conc. 22, 2°). (37) § 2: SPA, decr. 12 sept. 1968. Cf. SCR, Instr. De celebrationibus quae in honorem alicuius Sancti vel Beati intra annum a Canonizatione vel Beatificatione peragi solent (AAS 60 [1968] 602, ad 5). (38) 1°: EI 1986, conc. 34. (39) 2°: EI 1986, conc. 29. (40) 3°: EI 1986, conc. 36. (41) § 1: EI 1986, conc. 48, ad 4; PA, decr. Mater Christi, 31 maii 1991 (in PA tab. n. 3691I). (42) EI 1986, conc. 47. (43) 1°: EI 1986, conc. 39. (44) § 1, 1°: EI 1986, conc. 61. (45) § 1, 2°: EI 1986, conc. 60. (46) § 2: EI 1986, conc. 1, 5, 7, 21, 24, 60, 61, 62, 64. (47) § 1: EI 1986, conc. 43. (48) § 2, 1°: EI 1986, conc. 49. (49) § 2, 3°: EI 1986, conc. 49. (50) § 1: EI 1986, conc. 70. (51) § 1, 1°: EI 1986, conc. 70. (52) § 2, 2°: EI 1986, conc. 55. (53) § 2, 3°: EI 1986, conc. 16. (54) § 2, 4°: EI 1986, conc. 2 (singuli actus indulgentia ditantur). (55) § 1, 1°: EI 1986, conc. 13. (56) § 1, 2°: EI 1986, conc. 67 (vide etiam, supra, normam 19). (57) § 2, 1°: EI 1986, conc. 13. (58) § 2, 2°: EI 1986, conc. 18, 46. (59) § 1: EI 1986, conc. 50. (60) EI 1986, conc. 58. (61) EI 1986, conc. 69. (62) § 1, 1°: EI 1986, conc. 11. (63) § 1, 2°: cf. SCR, decr. Domus Dei, 6 iunii 1968 (AAS 60 [1968] 536-539). Utraque indulgentia, sub litteris b et c, acquiri poterit vel die supra definito vel alio die ab Ordinario statuendo in fidelium utilitatem (item ad 3, sub litteris b et e; ad 4, sub littera a; ad 5, sub litteris a et b). (64) § 1, 3°: EI 1986, conc. 65. (65) § 1, 4°: Cf. CIC, cann. 1230-1234. (66) § 1, 5°: EI 1986, conc. 65. Iisdem indulgentiis gaudent ecclesia concathedralis si adsit etsi forte non sit paroecialis, necnon ecclesiae quasi paroeciales: cf. CIC, can. 516 § 1. Pro navigantibus et maritimis cf. Ioannes Paulus II,m.p. Stella Maris (AAS 89 [1997] 209-216). (67) § 1, 6°: EI 1986, conc. 66. (68) § 1, 7°: EI 1986, conc. 68. (69) § 2: EI 1986, conc. 56. Cf. CE 260-261. (70) § 3: EI 1986, conc. 14. *** Appendix PIAE INVOCATIONES Ad quamlibet piam invocationem quod attinet, haec notanda sunt: 1. Invocatio, quoad indulgentiam, non habetur opus distinctum seu completum, sed uti complementum operis, quo christifidelis in suis officiis gerendis et vitae aerumnis tolerandis animum ad Deum humili fiducia elevat. Unde pia invocatio elevationem mentis complet; et ambae sunt veluti gemma, quae communibus activitatibus inseritur easque exornat, et quasi sal quo eaedem activitates apte condiuntur. 2. Praeferenda est invocatio, quae rerum et animi adiunctis magis congruit: quaeque vel ex animo sponte oritur vel eligitur ex iis quae diuturno christifidelium usu sunt probatae et quarum infra additur brevis elenchus. 3. Invocatio potest esse brevissima, uno vel paucis verbis expressa aut mente tantum concepta. Nonnulla exempla afferre
placet: Invocationes usu receptae quae in exemplum afferuntur3 Adoramus te, Christe, et
benedicimus tibi; quia per Crucem tuam redemisti mundum. ------------------------------------------------------------------- (1) Cf. Rom 8,15 et Gal 4,6. (2) Cf. Idt 16,16 et Ps 85,10. (3) Aliae invocationes, lingua vernacula expressae, inveniri poterunt in communibus pietatis libris. (4) Lc 18,13. (5) Ps 143 [Vg 142] 10. (6) Lc 17,5. (7) Mt 8,25. (8) Io 20,28. (9) Cf. Lc 24,29. (10) Cf. Mt 9,38. (11) Lc 23,46; cf. Ps 31 [Vg 30] 6. (12) Mt 16,16. ---------------- *** Documentum CONSTITUTIO APOSTOLICA 1. Indulgentiarum doctrina et usus, in catholica Ecclesia a pluribus saeculis vigentes, in divina revelatione quasi in solido fundamento innituntur,1 quae, ab Apostolis tradita, « sub assistentia Spiritus Sancti in Ecclesia proficit », dum « Ecclesia ..., volventibus saeculis, ad plenitudinem divinae veritatis iugiter tendit, donec in ipsa consummentur verba Dei ».2 Ad rectam autem huius doctrinae eiusque salutaris usus intellegentiam quasdam veritates recolamus oportet, quas universa Ecclesia verbo Dei illuminata semper credidit, et Episcopi, Apostolorum successores, atque imprimis Romani Pontifices, successores Beati Petri, sive per pastoralem praxim sive per doctrinalia documenta decursu saeculorum docuerunt et docent. 2. Quemadmodum divina revelatione docemur, poenae peccata consequuntur a divina sanctitate et iustitia inflictae, sive in hoc mundo tuendae, doloribus, miseriis et aerumnis huius vitae et praesertim morte,3 sive etiam per ignem et tormenta vel poenas catharterias in futuro saeculo.4 Christifideles proinde semper sibi persuasum habebant pravam viam offendicula multa habere, eamque asperam, spinosam et nocivam esse iis, qui ambularent in ea.5 Quae poenae iusto et misericordia iudicio Dei imponuntur ad purificandas animas et sanctitatem ordinis moralis defendendam, et ad gloriam Dei in plenam eius maiestatem restituendam. Omne enim peccatum secumfert perturbationem ordinis universalis, quem Deus ineffabili sapientia et infinita caritate disposuit, et destructionem ingentium bonorum respectu tum peccatoris ipsius tum communitatis hominum. Menti autem christianorum omnium temporum clare apparebat peccatum, non solum transgressionem legis divinae, sed insuper, etsi non semper directe et aperte, esse contemptum vel neglectum personalis amicitiae inter Deum et hominem,6 et veram ac numquam satis aestimabilem Dei offensam, immo ingratam reiectionem amoris Dei in Christo nobis oblati, cum Christus discipulos suos amicos vocaverit, non servos.7 3. Necessarium est ergo ad peccatorum plenam remissionem et reparationem, quae dicitur, non solum ut per sinceram conversionem mentis amicitia cum Deo restauretur et offensa sapientiae et bonitati Eius illata expietur, sed etiam ut omnia bona tum personalia tum socialia tum ea, quae ad ipsum ordinem universalem pertinent, per peccatum imminuta vel destructa, plene redintegrentur, vel per voluntariam reparationem quae non erit sine poena, vel per tolerantiam poenarum ab ipsa iusta et sanctissima Dei sapientia statutarum, e quibus elucescant in universo mundo sanctitas et splendor gloriae Dei. Ab existentia autem et gravitate poenarum dignoscuntur peccati insipientia et malitia, eiusque malae sequelae. Poenas vero luendas vel reliquias peccatorum purificandas manere posse et revera frequenter manere etiam postquam culpa iam remissa est,8 doctrina de purgatorio luculenter ostendit: in hoc enim animae defunctorum, quae « vere paenitentes in Dei caritate decesserint, antequam dignis paenitentiae fructibus de commissis satisfecerint et omissis »,9 post mortem poenis purgatoriis purificantur. Ipsae quoque liturgicae preces idem satis indicant, quibus ab antiquis, simis temporibus communitas christiana ad sacram synaxim admissa utitur orans « ut qui iuste pro peccatis nostris affligimur, pro tui nominis gloria misericorditer liberemur ».10 Omnes autem homines in hoc mundo peregrinantes levia saltem et quotidiana peccata, quae dicuntur, committunt:11 ita ut omnes misericordia Dei indigeant, ut a peccatorum sequelis poenalibus liberentur. II 4. Ex arcano ac benigno divinae dispositionis mysterio, homines supernaturali necessitudine inter se coniunguntur, qua peccatum unius etiam ceteris nocet, sicut etiam sanctitas unius beneficium ceteris affert.12 Ita christifideles auxilium sibi invicem praestant ad finem supernaturalem consequendum. Communionis huius testimonium in ipso Adamo manifestatur, cuius peccatum in omnes homines propagatione transit. Sed maius et perfectius necessitudinis huius supernaturalis principium, fundamentum et exemplar est ipse Christus, in cuius societatem Deus non vocavit.13 5. Etenim Christus, « qui peccatum non fecit », « passus est pro nobis »;14 « vulneratus est propter iniquitates nostras, attritus est propter scelera nostra ... et livore eius sanati sumus ».15 Christi vestigia secuti,16 christifideles scmper conati sunt se invicem adiuvare in via ad Patrem caelestem, oratione, spiritualium bonorum exhibitione et paenitentiali expiatione; quo ferventiore autem caritate excitabantur, eo magis sectabantur Christum patientem, crucem propriam ferentes in expiationem peccatorum suorum et aliorum, certo scientes se fratribus suis ad salutem adipiscendam opitulari posse apud Deum misericordiarum Patrem.17 Hoc perantiquum communionis Sanctorum dogma est,18 quo vita singulorum filiorum Dei in Christo et per Christum cum vita omnium aliorum fratrum christianorum mirabili nexu coniungitur in supernaturali unitate Corporis mystici Christi, quasi in una mystica persona.19 Hoc modo exhibetur « thesaurus Ecclesiae ».20 Qui quidem non est quasi summa bonorum ad instar materialium divitiarum, quae per saecula cumulantur, sed est infinitum et inexhaustum pretium, quod apud Deum habent expiationes et merita Christi Domini, oblata ut humanitas tota a peccato liberetur et ad communionem cum Patre perveniat; est ipse Christus Redemptor, in quo sunt et vigent satisfactiones et merita redemptionis eius.21 Praeterea ad Nunc thesaurum pertinet etiam pretium vere immensum et incommensurabile et semper novum, quod coram Deo habent orationes ac bona opera Beatae Mariae Virginis et omnium Sanctorum, qui, Christi Domini per ipsius gratiam vestigia secuti, semetipsos sanctificaverunt, et perfecerunt opus a Patre acceptum; ita ut, propriam salutem operantes, etiam ad salutem fratrum suorum in unitate Corporis mystici contulerint. « Universi enim qui Christi sunt, Spiritum eius habentes, in unam Ecclesiam coalescunt et invicem cohaerent in ipso (cf. Eph. 4, 16). Viatorum igitur unio cum fratribus qui in pace Christi dormierunt, minime intermittitur, immo secundum perennem Ecclesiae fidem, spiritualium bonorum communicatione roboratur. Ex eo enim quod caelites intimius cum Christo uniuntur, totam Ecclesiam in sanctitatem firmius consolidant ... ac multipliciter ad ampliorem eius aedificationem contribuunt (cf. 1 Cor. 12, 1227). Nam in patriam recepti et praesentes ad Dominum (cf. 2 Cor. 5, 8), per Ipsum, cum Ipso et in Ipso non desinunt apud Patrem pro nobis intercedere, exhibentes merita quae per unum Mediatorem Dei et hominum, Christum Iesum (cf. 1 Tm. 2, 5), in terris sunt adepti, Domino in omnibus servientes et adimplentes ea quae desunt passionum Christi in carne sua pro Corpore eius quod est Ecclesia (cf. Cor. 1, 24). Eortim proinde fraterna sollicitudine infirmitas nostra plurimum iuvatur ».22 Unde inter fideles, vel caelesti patria potitos, vel admissa in purgatorio expiantes, vel adhuc in terris peregrinantes, profecto est perenne caritatis vinculum et bonorum omnium abundans permutatio, quibus, peccatis omnibus totius Corporis mystici expiatis, iustitia divina placatur: misericordia autem Dei ad veniam provocatur, quo citius peccatores contriti ad plenam fruitionem bonorum familiae Dei perducantur. III 6. Ecclesia, harum veritatum inde a primis temporibus conscia, varias vias noverat et inut, ut fructus redemptionis Dominicae singulis fidelibus applicarentur, et ut fideles ad salutem fratrum operarentur; et sic totum corpus Ecclesiae in iustitia et sanctitate ad perfectum regni Dei adventum componeretur, quando Deus erit omnia in omnibus. Ipsi enim Apostoli exhortabantur discipulos suos, ut pro salute peccatorum orarent;23 quem usum antiquissima Ecclesiae consuetudo sancte servavit,24 maxime cum paenitentes intercessionem totius communitatis invocabant,25 et eo quod defuncti suffragiis, praesertim oblatione sacrificii eucharistici, sublevabantur.26 Etiam opera bona, ea imprimis quae humanae fragilitati difficilia sunt, in Ecclesia iam ab antiquis temporibus pro salute peccatorum Deo offerebantur.27 Cum autem passiones, quas martyres pro fide atque pro lege Dei sustinebant, magni aestimarentur, paenitentes ab iis petere solebant, nt eorundem meritis adiuti celerius ab episcopis reconciliationem acciperent.28 Preces enim et bona opera iustorum tanti aestimabantur, ut paenitentem adiutorio totius plebis christianae lavari, mundari atque redimi affirmaretur.29 In his omnibus vero non singuli fideles, propriis tantum viribus, pro remissione peccatorum aliorum fratrum operari putabantur; ipsa enim Ecclesia, ut unum corpus, Christo capiti iuncta, in singulis membris satisfacere credebatur.30 Ecclesia autem Patrum sibi omnino persuasum habebat, se opus salvificum exsequi in communione et sub auctoritate Pastorum, quos Spiritus Sanctus posuit episcopos ad regendam Ecclesiam Dei.31 Episcopi itaque omnibus prudenter perpensis statuebaut modum et mensuram satisfactionis praestandae, immo et permittebant, ut paenitentiae canonicae aliis redimerentur operibus, forte facilioribus, bono communi convenientibus vel pictatem foventibus, quae ab ipsis paenitentibus, immo aliquando ab aliis fidelibus essent peracta.32 IV 7. Persuasio in Ecclesia vigens Dominici gregis Pastores per applicationem meritorum Christi et Sanctorum singulos fideles a reliquiis peccatorum liberare posse, paulatim decursu saeculorum, Spiritu Sancto afflante, qui populum Dei iugiter animat, usum indulgentiarum induxit, per quem profectus in doctrina ipsa et disciplina Ecclesiae factus est, non permutatio,33 et ex radice revelationis novum bonum invectum ad utilitatem fidelium ac totius Ecclesiae. Usus autem indulgentiarum, paulatim propagatus, tum maxime in historia Ecclesiae ut factum conspicuum apparuit, quando Romani Pontifices, opera quaedam bono communi Ecclesiae convenientia, « pro omni paenitentia reputanda esse » decreverunt,34 atque fidelibus « vere paenitentibus et confessis » atque huiusmodi opera peragentibus « de omnipotentis Dei misericordia et ... Apostolorum eius meritis et auctoritate confisi », « Apostolicae plenitudine potestatis », « non solum plenam et largiorem, immo plenissimam omnium suorum ... veniam peccatorum » concedebant.35 Nam « Unigenitus Dei Filius ... thesaurum militanti Ecclesiae acqtusivit ... Quem quidem thesaurum ... per beatum Petrum, caeli clavigerum, eiusque successores, suos in terris vicarios, commisit fidelitatis salubriter dispensandum, et propriis et rationabilibus causis, nunc pro totali, nunc pro partiali remissione poenac temporalis pro peccatis debitae, tam generaliter quam specialiter (prout etiam Deo expedire cognoscerent), vere paenitentibus et confessis misericorditer applicandum. Ad cuius quidem thesauri cumulum beatae Dei Genetricis omniumque electorum ... merita adminiculum praestare noscuntur ».36 8. Haec remissio poenae temporalis debitae pro peccatis, ad culpam quod attinet, iam deletis, proprio nomine « indulgentia » vocata est.37 Quae indulgentia communia quaedam habet cum aliis rationibus seu viis ad peccatorum reliquias tollendas initis, sed insimul ab iisdem rationibus plane distinguitur. In indulgentia enim Ecclesia, sua potestate utens ministrae redemptionis Christi Domini, non tantum orat, sed christifideli apte disposito auctoritative dispensat thesaurum satisfactionem Christi et Sanctorum ad poenae temporalis remissionem.38 Finis quem ecclesiastica auctoritas sibi proponit in elargiendis indulgentiis, in hoc est positus ut non solum adiuvet christifideles ad paenas debitas luendas, sed etiam eosdem impellat ad pietatis, paenitentiae et caritatis opera peragenda, ea praesertim quae fidei incremento et bono communi conducunt.39 Quod si christifideles indulgentias in suffragium defunctorum transferant, eximio modo caritatem exercent et, dum superna cogitant, terrena rectius componunt. Hanc doctrinam Magisterium Ecclesiae in variis documentis vindicavit atque declaravit.40 In usum quidem indulgentiarum nonnumquam abusus irrepserunt, tum quia « per indiscretas et superfluas indulgentias » claves Ecclesiae contemnebantur et paenitentialis satisfactio enervabatur,41 tum quia propter « pravos quaestus » indulgentiarum nomen blasphemabatur.42 Ecclesia vero, abusus emendans atque corrigens, « indulgentiarum usum, christiano populo maxime salutarem, et sacrorum Conciliorum auctoritate probatum, in Ecclesia retinendum esse docet et praecipit, eosque anathemate damnat, qui aut inutiles esse asserunt, vel eas concedendi in Ecclesia potestatem esse negant ».43 9. Ecclesia autem etiam hodie omnes suos filios invitat, ut ponderent atque considerent, quantum valeat usus indulgentiarum ad vitam singulorum, immo etiam totius societatis christianae fovendam. Ut breviter praecipua commemoremus, primum quidem salutaris hic usus docet: « malum et amarum est reliquisse ... Dominum Deum ».44 Fideles enim, cum indulgentias assequuntur, intellegunt se non posse propriis viribus expiare malum, quod peccando sibi ipsis immo toti communitati intulerunt, et ideo ad humilitatem salutarem excitantur. Usus deinde indulgentiarum docet, quam intima unione in Christo inter nos coniungamur, et quantum conferre possit vita supernaturalis uniuscuiusque ad alios, ut et ipsi cum Patre facilius et artius possint uniri. Indulgentiarum itaque usus efficaciter ad caritatem inflammat, eamque eximio modo exercet, cum fratribus in Christo dormientibus adiutorium praebetur. 10. Item indulgentiarum cultus ad fiduciam ei spem plenae reconciliationis cum Deo Patre erigit; quod tamen ita operatur, ut nullius neglegentiae ansam det, studiumque dispositionum ad plenam communionem cum Deo requisitarum nullo modo remittat. Indulgentiae enim, licet gratuita sint beneficia, tamen tum pro vivis tum pro defunctis tantum certis condicionibus impletis conceduntur, cum ad eas assequendas requiratur, hinc ut opera bona praescripta absoluta sint, illinc ut fidelis debitis dispositionibus praeditus sit: scilicet, ut Deum diligat, peccata detestetur, in meritis Christi Domini fiduciam habeat et communionem Sanctorum magnae utilitati sibi esse firmiter credat. Neque omittendum est indulgentias acquirendo fideles dociliter se submittere legitimis Pastoribus Ecclesiae et praesertim successori Beati Petri, Caeli clavigeri, quippe quos ipse Salvator mandaverit, ut pascerent et regerent Ecclesiam suam. Institutio itaque salutaris indulgentiarum suo modo confert, ut Christo exhibeatur Ecclesia non habens maculam aut rugam, sed sancta et immaculata,45 supernaturali caritatis vinculo in Christo mirabiliter coniuncta. Cum enim ope indulgentiarum membra Ecclesiae purgantis ad Ecclesiam caelestem citius aggregentur, per easdem indulgentias regnum Christi magis magisque atque celerius instauratur, « donec occurramus omnes in unitatem fidei et agnitionis Filii Dei in virum perfectum, in mansuram aetatis plenitudinis Christi ».46 11. His igitur veritatibus innixa, sancta Mater Ecclesia, dum denuo commendat fidelibus suis indulgentiarum usum, ut populo christiano plurium saeculorum cursu et temporibus etiam nostris gratissimum, sicut experiendo probatur, nihil omnino detrahere intendit de aliis sanctificationis et purgationis rationibus, imprimis de sanctissimo Missae sacrificio et sacramentis, praesertim paenitentiae sacramento, deinde de copiosis auxiliis, quae uno nomine sacramentalia vocantur, ac demum de pietatis, paenitentiae et caritatis operibus. His omnibus subsidiis hoc commune est quod sanctificationem et purificationem eo validius operantur quanto artius aliquis Christo capiti et Ecclesiae corpori per caritatem coniungitur. Praestantia caritatis in vita christiana etiam indulgentiis confirmatur. Nain indulgentiae acquiri nequeunt sine sincera metanoia et coniunctione cum Deo, quibus additur operum praescriptorum impletio. Servatur ergo ordo caritatis, in quem inseritur poenarum remissio ex dispensatione thesauri Ecclesiae. Suos fideles cohortans ne deserant neu parvipendant sanctas traditiones patrum, sed religiose eas accipiant, tamquam pretiosum catholicae familiae thesaurum, iisque obsequantur, Ecclesia tamen sinit unumquemque, in sancta et iusta libertate filiorum Dei, huiusmodi purificationis et sanctificationis subsidiis uti; in eorum mentem autem continenter revocat ea quae ad salutem assecuendam sunt praeponenda, utpote necessaria vel meliora ct efficaciora.47 Ut autem ipse indulgentiarum usus ad maiorem dignitatem et aestimationem provehatur, aliquid innovandum sancta Mater Ecclesia opportunum duxit in earum disciplina, novasque normas tradendas decrevit. V 12. Normae quae sequuntur variationes opportunas in disciplinam de indulgentiis inducunt, votis quoque Coetuum Episcopalium receptis. Ordinationes Codicis Iuris Canonici et Decretorum Sanctae Sedis de indulgentiis, quatenus cum novis normis congruunt, integrae manent. In normis apparandis haec tria praesertim spectata sunt: ut nova mensura statueretur pro indulgentia partiali, congrua deminutio in indulgentias plenarias induceretur, et quae ad indulgentias reales et locales, quas dicunt, pertinent in simpliciorem et digniorem formam redigerentur et componerentur. Ad indulgentiam partialem quod attinet, antiqua dierum et annorum determinatione posthabita, nova norma seu mensura exquisita est, iuxta quam actio ipsa consideratur christifidelis, qui opus indulgentia ditatum perficit. Cum vero sua actione christifidelis praeter meritum quod actionis est fructus praecipuus consequi insuper possit poenae temporalis remissionem, et quidem eo maiorem quo maior est operantis caritas et operis praestantia, placuit hanc ipsam remissionem poenae, quam christifidelis sia actione acquirit, tamquam mensuram sumere remissionis poenae, quam Ecclesiastica Auctoritas per indulgentiam partialem liberaliter addit. Ad indulgentiam plenariam quod attinet, opportunum visum est earum numerum congruenter munere, ut christifideles indulgentiae plenariae aequam aestimationem faciant et eam, debitis ornati dispositionibus, acquirere valeant. Quod enim saepius occurrit, parum attenditur; quod copiosius offertur, parvi aestimatur; cum plerique christifideles congruo temporis spatio indigeant, ut ad plenariam indulgentiam assequendam apte se praeparent. Quod attinet ad indulgentias reales et locales, non tantum earum numerus valde deminuitus est, sed ipsum nomen sublatum est, quo clarius constet indulgentiis ditari christifidelium actiones, non vero res vel loca, quae sunt tantum occasiones indulgentias acquirendi. Immo piarum Consociationum asseclae indulgentias illis propriam assequi possunt, praescripta opera adimplendo, neque insignium usus requiritur. *** NORMAE N. 1. Indulgentia est remissio coram Deo poenae temporalis pro peccatis, ad culpam quod attinet, iam deletis, quam christifidelis, apte dispositus et certis ac definitis condicionibus, consequitur ope Ecclesiae quae, ut ministra redemptionis, thesaurum satisfactionum Christi et Sanctorum auctoritative dispensat et applicat. N. 2. Indulgentia est partialis vel plenaria prout a poena temporali pro peccatis debita liberat ex parte aut ex toto. N. 3. Indulgentiae sive partiales sive plenariae possunt semper defunctis applicari per modum suffragii. N. 4. Indulgentia partialis, in posterum, his tantum verbis « indulgentia partialis » significabitur, nulla addita dierum vel annorum determinatione. N. 5. Christifideli qui, corde saltem contritus, peragit opus indulgentia partiali ditatum, tribuitur ope Ecclesiae tantadem poenae temporalis remissio, quantam ipse sua actione iam percipit. N. 6. Indulgentia plenaria semel tantum in die acquiri potest, salvo praescripto N. 18 pro constitutis « in articulo mortis ». Partialis vero indulgentia pluries in die acquiri potest, nisi aliud expresse notetur. N. 7. Ad indulgentiam plenariam assequendam requiruntur exsecutio operis indulgentia ditati et impletio trium condicionum, quae sunt: sacramentalis confessio, communio eucharistica et oratio ad mentem Summi Pontificis. Requiritur insuper ut excludatur omnis affectus erga quodecumque peccatum etiam veniale. Si plena huiusmodi dispositio desit vel praedictae condiciones, salvo praescripto N. 11 pro « impeditis », non impleantur, indulgentia erit tantum partialis. N. 8. Tres condiciones perfici possunt pluribus diebus ante vel post praescripti operis exsecutionem; convenit tamen ut communio et oratio ad mentem Summi Pontificis peragantur ipso die quo instituitur opus. N. 9. Unica sacramentali confessione plures indulgentiae plenariae acquiri possunt; unica vero communione eucharistica et unica oratione ad mentem Summi Pontificis una tantum indulgentia plenaria acquiritur. N. 10. Condicio precandi ad mentem Summi Pontificis plene impletur, si recitantur ad Eiusdem mentem semel Pater et Ave; data tamen facultate singulis fidelibus quamlibet aliam orationem recitandi iuxta uniuscuiusque pietatem et devotionem erga Romanum Pontificem. N. 11. Firma facultate confessariis can. 935 C.I.C. facta commutandi pro « impeditis » sive opus praescriptum sive condiciones, Ordinarii locorum possunt concedere fidelibus, in quos ad normam iuris exercent auctoritatem, si loca inhabitent ubi nullo modo vel saltem admodum difficile ad confessionem vel ad communionem accedere possuit, ut ipsi queant indulgentiam plenariam consequi absque actuali confessione ct communione, dummodo sint corde contriti et ad praedicta sacramenta, cum primum poterunt, accedere proponant. N. 12. Divisio indulgentiarum in personales, reales et locales, non amplius adhibetur, quo clarius constet indulgentiis ditari christifidelibus actiones, quamvis cum re vel loco interdum coniungantur. N. 13. Enchiridion indulgentiarum recognoscetur eo consilio ut tantum praecipuae preces et praecipua opera pietatis, caritatis et paenitentiae indulgentiis ditentur. N. 14. Elenchi et summaria indulgentiarum Ordinum, Congregationum religiosarum, Societatum in communi viventium sine votis, Institutorum saecularium, necnon piarum fidelium Consociationum, quamprimum recognoscentur, ita ut indulgentia plenaria acquiri possit peculiaribus tantum diebus a Sancta Sede statuendis, proponente supremo Moderatore vel, si agatur de piis Consociationibus, Ordinario loci. N. 15. In omnibus ecclesiis, oratoriis publicis vel ab illis qui legitime iis utuntur semipublicis acquiri potest indulgentia plenaria, quae defunctis tantum applicari potest, die 2 Novembris. In ecclesiis vero paroecialibus acquiri insuper potest indulgentia plenaria bis in anno: die festo Titularis, et die 2 Augusti, quo « Portiunculae » indulgentia occurrit, vel alio opportuniore die in Ordinario statuendo. Omnes praedictae indulgentiae acquiri poterunt vel diebus supra definitis vel, de consensu Ordinarii, die Dominico antecedenti aut subsequenti. Ceterae indulgentiae ecclesiis vel oratoriis adiunctae quamprimum recognoscentur. N. 16. Opus praescriptum ad acquirendam indulgentiam plenariam ecclesiae vel oratorio adiunctam est eiusdem pia visitatio, in qua recitantur oratio Dominica et fidei symbolum (Pater et Credo). N. 17. Christifidelis qui pietatis obiecto (crucifixo, cruce, corona, scapulari, numismate), a quovis sacerdote rite benedicto, pia utitur mente, consequitur indulgentiam partialem. Si autem pietatis obiectum a Summo Pontifice aut a quolibet Episcopo fuerit benedictum, christifidelis, eodem obiecto pia utens mente, assequi potest etiam indulgentiam plenariam die festo SS. Apostolorum Petri et Pauli, addita tamen, qualibet legitima formula, fidei professione. N. 18. Pia Mater Ecclesia, si haberi nequit sacerdos qui christifideli in vitae discrimen adducto sacramenta et benedictionem apostolicam cum adiuncta indulgentia plenaria, de qua in can. 468, § 2 C.I.C., administret, benigne eidem, rite disposito, concedit indulgentiam plenariam in articulo mortis acquirendam, dummodo ipse durante vita habitualiter aliquas preces fuderit. Ad hanc indulgentiam plenariam acquirendam laudabiliter adhibetir crucifixus vel crux. Eandem indulgentiam plenariam in articulo mortis christifidelis consequi poterit, etiamsi eodem die aliam indulgentiam plenariam iam acquisiverit. N. 19. Normae de indulgentiis plenariis editae, praesertim ea quae in N. 6 recensetur, applicantur etiam indulgentiis plenariis, quae « toties quoties » iisque adhuc appellari consueverunt. N. 20. Pia Mater Ecclesia, de fidelibus defunctis quam maxime sollicita, quolibet privilegio hac de re abrogato, iisdem defunctis amplissime suffragari constituit quovis Missae sacrificio. * * * Novae normae, quibus innititur indulgentiarum acquisitio, vigere incipient expletis tribus mensibus a die quo haec Constitutio in Actis Apostolicae Sedis edetur. Indulgentiae pietatis obiectorum usui adiunctae, quae supra non recensentur, cessant expletis tribus mensibus a die quo haec Constitutio in Actis Apostolicae Sedis edetur. Recognitiones, de quibus in N. 14 et N. 15, proponi debent Sacrae Paenitentiariae Apostolicae intra annum; expleto vero biennio a die huius Constitutionis, indulgentiae, quae confirmatae non fuerint, omnem vim amittent. Nostra haec statuta et praescripta nunc et in posterum firma et efficacia esse et fore volumus, non obstantibus, quatenus opus sit, Constitutionibus et Ordinationibus Apostolicis a Nostris Decessoribus editis ceterisque praescriptionibus etiam peculiari mentione et derogatione dignis. Datum Romae, apud S. Petrum, die 1 mensis Ianuarii, in Octava Nativitatis D.N.I.C., anno MCMLXVII, Pontificatus Nostri quarto. PAULUS PP. VI ------------------------------------------------------------------- (1) Cf. Concilium Tridentinum, Sessio XXV, Decretum de indulgentiis: «Cum potestas conferendi indulgentias a Christo Ecclesiae concessa sit, atque huiusmodi potestate divinitus sibi tradita antiquissimis etiam temporibus illa usa fuerit ... »: D.-S. (Denzinger-Schönmetzer) 1835; cf. Mt. 28, 18. (2) Concilium Vaticanum II, Const. dogm. de divina revelatione Dei verbum,n. 8: A.A.S., 58 (1966) p. 821; cf. Concilium Vaticanum I, Const. dogm. de fide catholica Dei Filius, cap. 4 De fide et ratione: D.-S. 3020. (3) Cf. Gn. 3, 16-19: « Mulieri quoque dixit (Deus): Multiplicabo aerumnas tuas et conceptus tuos; in dolore paries filios et sub viri potestate eris et ipse dominabitur tui. Adae vero dixit: Quia audisti vocem uxoris tuae et comedisti de ligno, ex quo praeceperam tibi ne comederes, maledicta terra in opere tuo: in laboribus comedes ex ea cunctis diebus vitae tuae. Spinas et tribulos germinabit tibi in sudore vultus tui vesceris pane, donec revertaris in terram, de qua sumptus es; quia pulvis es, et in pulverem reverteris ».
(4) Cf. Mt. 25, 41-42: « Discedite a me, maledicti, in ignem aeternum, qui paratus est diabolo et angelis eius. Esurivi enim, et non dedisti mihi manducare ». Vide etiam Mr. 9, 42-43; Io. 5, 28-29; Rm. 2, 9; Gal. 6, 6-8. Cf. Concilium Lugdunense II, Sessio IV, Professio fidei Michaëlis Palaeologi imperatoris: D.-S. 856-858. Cf. Concilium Florentinum, Decretum pro Graecis: D.-S. 1304-1306. Cf. Augustinus, Enchiridion, 66, 17: « Multa etiam hic videntur ignosci et nullis supplicis vindicari; sed eorum poenae reservantur in posterum. Neque enim frustra ille proprie dicitur dies iudicii, quando venturus est iudex vivorum atque mortuorum. Sicut e contrario vindicantur hic aliqua, et tamen si remittuntur, profecto in futuro saeculo non nocebunt. Propterea de quibusdam temporalibus poenis, quae in hac vita peccantibus irrogantur, eis quorum peccata delentur, ne reserventur in finem, ait Apostolus (1 Cor. 11, 31-32): Si enim nos ipsos iudicaremus, a Domino non iudicaremur, cum iudicamur autem a Domino corripimur, ne cum hoc mundo damnemur »: ed. Scheel, Tubingae 1930, p. 42; PL 40, 263. (5) Cf. Hermae pastor, Mand. 6, 1, 3: Funk, Patres Apostolici 1, p. 487. (6) Cf. Is. 1, 2-3: « Filios enutrivi et exaltavi, ipsi autem spreverunt me. Cognovit bos possessorem suum, et asinus praesaepe domini sui; Israël autem me non cognovit, et populus meus non intellexit ». Cf. etiam Deut. 8, 11 et 32, 15ss.; Ps. 10.5, 21 et 118, passim; Sap. 7, 14; Is. 17, 10 et 44, 21; Ier. 33, 88; Ez. 20, 27.
(7) Cf. Io. 15, 14-15.
(8) « Cf. Num. 20, 12: « Dixitque Dominus ad Moysen et Aaron: Quia non credidistis mihi, ut sanctificaretis me coram filiis Israel, non introducetis hos populos in terram iuam dabo eis ».
(9) Concilium Lugdunense II, Sessio IV: D.-S. 856. (10) Cf. Missale Romanum, Oratio Dom. in Septuag.: Preces populi tui, quaesumus, Domine, clementer exaudi: ut, qui iuste pro peccatis nostris affligimur, pro tui nominis gloria misericorditer liberemur.
(11) 3 Cf. Iac. 3, 2: « In multis enim offendimus omnes ».
(12) Cf. Augustinus, De bapt. contra Donat. 1, 28: PL 43, 124. (13) Cf. Io. 15, 5: « Ego sum vitis, vos palmites; qui manet in me, et ego in eo, hic fert fructum multum ».
(14) Cf. 1 Pt. 2, 22 et 21. (15) Cf. Is. 53, 4-6 cum 1 Pt. 2, 21-25; cf. etiam Io. 1, 29; Rm. 4, 25 et 5, 9ss.; 1 Cor. 15, 3; 2 Cor. 5, 21; Gal. 1, 4; Eph. 1, 7ss.; Heb. 1, 3 etc.; 1 Io. 3, 5. (16) Cf. 1 Pt. 2, 21. (17) Cf. Col. 1, 24: « Qui nunc gaudeo in passionibus pro vobis et adimpleo ea quae desunt passionum Christi in carne mea pro corpore eius, quod est ecclesia ».
Cf. Cyprianus, - De lapsis 17; 36: « Credimus quidem posse apud iudicem plurimum martyrum merita et opera iustorum, sed cum iudicii dies venerit, cum post occasum saeculi huius et mundi ante tribunal Christi populus elus adstiterit ». « Paenitenti, operanti, roganti potest clementer ignoscere, potest in acceptum referre quidquid pro talibus et petierint inartyres et fecerint sacerdotes »: CSEL 31, pp. 249-250 et 263; PL 4, 495 et 508.
(18) Cf. Leo XIII, Epist. encycl. Mirae caritatis: « Nihil est enim aliud sanctorum communio ... nisi mutua auxilii, expiationis, precum, beneficiorum communicatio inter fideles vel caelesti patria potitos vel igni piaculari addictos vel adhuc in terris peregrinantes, in unam coalescentes civitatem, cuius caput Christus, cuius forma caritas »: Acta Leonis XIII, 22 (1902) p. 129; D.-S. 3363. (19) Cf. 1 Cor. 12, 12-13: « Sivut enim corpus unum est et membra habet multa; omnia autem membra corporis, cum sint multa, unum tamen corpus sunt; ita et Christus. Etenim in uno Spiritu omnes nos in unum corpus baptizati sumus ». Cf. Pius XII, Litt. encycl. Mystici Corporis: « Ita (Christus) in Ecclesia quodammodo vivit, ut ipsa quasi altera Christi persona exsistat. Quod quidem gentium Doctor ad Corinthios scribens affirmat, cum, nihil aliud adiiciens, Christum Ecclesiam vocat (cf. 1 Cor. 12, 12), ipsumque profecto Magistrum imitatus, qui eidem Ecclesiam Insectanti adclamaverat ex alto: Saule, Saule, quid me persequeris? (cf. Act. 9, 4; 22, 7; 26, 14). Quin immo si Nysseno credimus, saepius ab apostolo Ecclesia Christus nuncupatur (cf. De vita Moysis: PG 44, 385); nec ignotum vobis est, venerabiles Fratres, illud Augustini effatum: Christus praedicat Christum (cf. Sermones 354, 1; PL 39, 1563) »: A.A.S., 35 (1943) p. 218.
(20) Cf. Clemens VI, Bulla Iubilaei Unigenitus Dei Filius: « Unigenitus Dei Filius ... thesaurum militanti Eccleslae acquisivit ... Quem quidem thesaurum ... per beatum Petrum caeli clavigerum, eiusque successores, suos in terris vicarios, commisit fidelibus salubriter dispensandum ... Ad cuius quidem thesauri cumulum beatae Dei Genetricis omniumque electorum a primo iusto usque ad ultimum merita adminiculum praestare noscuntur ... »: D.-S. 1025, 1026, 1027.
Cf. Leo X, Decretum Cum postquam ad Caietanum de Vio legatum papae: « ... thesaurum meritorum Iesu Christi et Sanctorum dispensare ... »: D.-S. 1448; cf. D.-S. 1467 et 2641. (21) cf. Heb. 7, 23-25; 9, 11-28. (22) Concilium Vaticanum II, Const. dogm. de Ecclesia Lumen gentium,n. 49: A.A.S., 57 (1965) pp. 54-55. (23) Cf. Iac. 5, 16: « Confitemini ergo alterutrum peccata vestra et orate pro invicem, ut salvemini; multum enim valet deprecatio iusti adsidua ». Cf. 1 Io. 5, 16: « Qui scit fratrem suum peccare peccatum non ad mortem petat, et dabitur ei vita peccanti non ad mortem ». (24) Cf. Clemens Romanus, Ad Cor. 56, 1: « Oremus igitur et nos pro iis, qui in peccato quoniam versantur, ut moderatio et humilitas iis concedatur, ut non nobis, sed voluntati divinae cedant. Sic enim mentio, quae cum misericordia eorum fit apud Deum et sanctos, ipsis fructuosa erit et perfecta »: Funk,Patres Apostolici 1, p. 171. Cf. Martyrium s. Polycarpi 8, 1: « Cum autem precationem tandem finiisset, in qua mentionem fecerat omnium, qui aliquando cum ipso versati fuerant, parvorum quidem et magnorum, clarorum et obscurorum totiusque per orbem terrarum catholicae ecclesiae .. - »: Funk, Patres Apostolici 1, p. 321, 323. (25) Cf. Sozomenus, Hist. Eccl. 7, 16: In paenitentia publica, peractis iam missarum solemnibus, in ecclesia romana, paenitentes « cum gemitu ac lamentis pronos se in terram abiciunt. Tum episcopus cum lacrimis ex adverso occurrens, pariter ipse humi provolvitur; et universa ecclesiae multitudo, simul confitens, lacrimis perfunditur. Post-haec vero primus exsurgit episcopus, ac prostratos erigit; factaque, ut decet, precatione pro peccatoribus paenitentiam agentibus, eos dimittit »: PG 67, 1462. (26) Cf. Cyrillus hierosolymitanus, Catechesis 23 (mystag. 5), 9; 10: « Deinde et pro defunctis sanctis patribus et episcopis, et omnibus generatim qui inter nos vita functi sunt (oramus); maximum hoc credentes adiumentum illis animabus fore, pro quibus oratio defertur, dum sancta et perquam tremenda coram iacet victima ». Re autem confirmata exemplo coronae, quae plectitur imperatori, ut in exsilium pulsis veniam praestet, idem S. Doctor sermonem concludit dicens: « Ad eundem modum et nos pro defunctis, etiamsi peccatores sint, preces Deo offerentes, non coronam plectimus; sed Christum mactatum pro peccatis nostris offerimus, clementem Deum cum pro illis tum pro nobis demereri et propitiare satagentes »: PO 33, 1115; 1118.
(27) Cf. Clemens Alexandrinus, Lib. Quis dives salvetur 42: (s. Ioannes Apostolus, in conversione iuvenis latronis) « Exinde partim crebris orationibus Deum deprecans, partim continuatis una cum iuvene ieiuniis simul decertans, variisque denique sermonum illecebris animum eius demulcens, non prius destitit, ut aiunt, quam illum firma constantia Ecclesiae gremio admovisset ... »: CGS 17, pp. 189-190; PG 9, 651. (28) Cf. Tertullianus, Ad martyres 1, 6: « Quam pacem quidam in ecclesia non habentes a martyribus in carcere exorare consueveruit »: CCL 1, p. 3; PL 1, 695.
Cf. Eusebius Caesariensis, Hist. Eccl. 1, 6, 42: CGS Eus. 2, 2, 610; PG 20, 614-615. (29) Cf. Ambrosius, De paenitentia 1, 15: « ... velut enim operibus quibusdam totius populi purgatur, et plebis lacrimis abluitur, qui orationibus et fletibus plebis redimitur a peccato, et in homine mundatur interiore. Donavit enim Christus ecclesiae suae, ut unum per omnes redimeret, quae domini Iesu meruit adventum, ut per unum omnes redimerentur »: PL 16, 511. (30) Cf. Tertullianus, De paenitentia 10, 5-6: « Non potest corpus de unius membri vexatione laetum agere: condoleat universum et ad remedium conlaboret necesse est. In uno et altero ecclesia est, ecclesia vero Christus: ergo cum te ad fratrum genua protendis Christum contrectas, Christum exoras; aeque illi cum super te lacrimas agunt Christus putitur, Christus patrem deprecatur. Facile impetratur semper quod filius postulat »: CCL 1, p. 337; PL 1, 13541.
(31) Cf. Act. 20, 28. Cf. etiam Concilium Tridentinum, Sessio XXIII, Decr. de sacramento ordinis, c. 4: D.-8. 1768; Concilium Vaticanum I, Sessio IV, Const. dogm. de Ecclesia Pastor aeternus, c. 3: D.-S. 3061; Concilium vaticanum II, Const. dogm. de Ecclesia Lumen gentium, n. 20: A.A.S., 57 (1965) p. 23.
(32) Cf. Concilium Nicaenum I, can. 12: « ... quicumque enim et metu, et lacrimis, et tolerantia, et bonis operibus conversionem et opere et habitu ostendunt, hi impleto auditionis tempore quod praefinitum est, merito orationum communionem habebunt, cum eo quod liceat etiam episcopo humanius aliquid de eis statuere ... »: Mansi, SS. Conciliorum collectio, 2, 674.
Cf. Ambrosius, De paenitentia 1, 15 (vide Supra, in nota 29). (33) Cf. Vincentius Lirinensis, Commonitorium primum 23: PL 50, 667-668. (34) Cf. Concilium Claromontanum, can. 2: « Quicumque pro sola devotione, non pro honoris vel pecuniae adeptione ad liberandam ecclesiam Dei Ierusalem profectus fuerit, iter illud pro omni paenitentia reputetur »: MANSI, 25. Conciliorum collectio 20, 816. (35) Cf. Bonifatius VIII, Bulla Antiquorum habet: « Antiquorum habet fida relatio, quod accedentibus ad honorabilem basilicam principis Apostolorum de Urbe concessae sunt magnae remissiones et indulgentiae peccatorum; Nos igitur ... huiusmodi remissiones et indulgentias omnes et singulas ratas et gratas habentes, ipsas auctoritate Apostolica confirmamus et approbamus ... Nos de omnipotentis Dei misericordia et eorundem Apostolorum eius meritis et auctoritate confisi, de fratrum Nostrorum consilio et Apostolicae plenitudine potestatis omnibus ... ad basilicas ipsas accedentibus reverenter, vere paenitentibus et confessis ... in huiusmodi praresenti et quolibet centesimo secuturo annis non solum plenam et largiorem, immo plenissimam omnium suorum concedemus et concedimus veniam peccatorum... » D.-S. 868. (36) Clemens VI, Bulla Iubilaei Unigenitus Dei Filius: D.-S. 1025, 1026 et 1027. (37) Cf. Leo X, Decr. Cum postquam: « ...tibi significandum duximus, Romanam Ecclesiam, quam reliquae tamquam matrem sequi tenentur, tradidisse: Romanum Pontificem, Petri clavigeri successorem et Iesu Christi in terris vicarium, potestate clavium, quarum est aperire regnum caelorum tollendo illius in Christi fidelibus impedimenta (culpam scilicet et poenam pro actualibus peccatis debitam, culpam quidem mediante sacramento paenitentiae, poenam vero temporalem pro actualibus peccatis secundum divinam iustitiam debitam mediante ecclesiastica indulgentia), posse pro rationabilibus causis concedere eisdem Christi fidelibus, qui caritate iungente membra sunt Christi, sive in hac vita sint, sive in purgatorio, indulgentias ex superabundantia meritorum Christi et Sanctorum; ac tam pro vivis quam pro defunctis Apostolica auctoritate indulgentiam concedendo, thesaurum meritorum Iesu Christi et Sanctorum dispensare, per modum absolutionis indulgentiam ipsam conterre, vel per modum suffragii illam transferre consuevisse. Ac propterea omnes, tam vivos quam defunctos, qui veraciter omnes indulgentias huiusmodi consecuti fuerint, a tanta temporali poena, secundum divinam iustitiam pro peccatis suis actualibus debita liberari, quanta concessae et acquisitae indulgentiae aequivalet »: D.-S. 1447-1448. (38) Cf. Paulus VI, Epist. Sacrosancta Portiunculae « Indulgentia, quam paenitentibus Ecclesia largitur, est manifestatio illius mirabilis communionis Sanctorum, quae uno caritatis Christi nexu Beatissimam Virginem Mariam et christifidelium in caelis triumphantium vel in Purgatorio degentium vel in terris peregrinantium coetum mystice devincit. Etenim indulgentia, quae tribuitur ope Ecclesiae, minuitur vel omnino aboletur poena, qua homo quodammodo impeditur, ne arctiorem cum Deo coniunctionem assequatur; quapropter paenitens fidelis praesens reperit auxilium in hac singulari caritatis ecclesialis forma, ut veterem exuat hominem novumque induat, qui renovatur in agnitionem secundum imaginem eius qui creavit illum (Col. 3, 10) »: A.A.S., 59 (1906) pp. 633-634. (39) Cf. Paulus VI, Epist cit.: « Iis vero christifidelibus, qui paenitentia ducti hanc metanoian adipisci nituntur, eo quod post peccatum eum sanctitatem affectant, qua primum baptismate induti sunt in Christo, obviam in Ecclesia, quae etiam largiendo indulgentias, materno quasi complexu et adiumento debiles infirmosque sustinet filios. Non est igitur indulgentia facilior via, qua necessarium peccatorum paenitentium devitare possumus, sed est potius fulcimen, quod singuli fideles, infirmitatis suae cum humilitate nequaquam inscii, inveniunt in mystico Christi corpore, quod totum eorum conversioni caritate, exemplo, precibus adlaborat (Const. dogm. de Ecclesia Lumen gentium, n. 11) »: A.A.S., 58 (1966) p. 632. (40) Clemens VI, Bulla Iubilaei Unigenitus Dei Filius: D.-S. 1026.
(41) Cf. Concilium Lateranense IV, cap. 62: D.-S. 819. (42) Cf. Concilium Tridentinum, Decretum de indulgentiis: D.-S. 1835. (43) Cf. ibid. (44) Ier. 2, 19. (45) Cf. Eph. 5, 27. (46) Eph. 4, 13. (47) Cf. Thomas, In 4 Sent. dist. 20, q. 1, a. 3, q. 1a 2, ad 2 (S. Th. Suppl. q. 25, a. 2, ad 2): « ...quamvis huiusmodi indulgentiae multum valeant ad remissionem poenae, tamen alia opera satisfactionis sunt magis meritoria respectu praemii essentialis; quod in infinitum melius est quam dimissio poenae temporalis ». *** Indices A. PRECES Actiones nostras (conc. 26
§ 2) B. INDULGENTIAE PLENARIAE 1. Indulgentiae plenariae cotidie lucrabiles Akathistos
vel Paraclisis (conc. 23 § 1) 2. Indulgentiae plenariae in determinatis diebus concessae Die 1 ianuarii
(conc. 26 § 1, 1°) 3. Indulgentiae plenariae pro peculiaribus circumstantiis concessae Benedictio papalis
(conc. 4) C. INDEX GENERALIS Decretum « Iesu humani
generis » *** - Prima editio, mense
iunio 1968 Copyright by Libreria Editrice Vaticana, 1999
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Enchiridion de 1986, versión española oficial de 1995, Norma nn, concesión nº n,
Enchiridion Indulgentiarum de 1999, Norma nn, concesión nº n, §
Enchiridion Indulgentiarum de 1999 en latín y castellano
Manual de Indulgencias 1986 1995 [versión oficial en castellano]
Manual de Indulgencias 1986 1995 editado
latín 1999 Enchiridion indulgentiarum quarto editur
Enchiridion indulgentiarum 1999 en español
Manual oficial en francés subrayado Enchiridion des indulgences 1999 2000
latín fran ENCHIRIDION INDULGENTIARUM quarto editur 1999
El don de la indulgencia [indicaciones oficiales sobre las normas]
(Decreto perpetuo de 2002 por el
que se concede Indulgencia plenaria el
domingo de la Misericordia divina)
http://www.vatican.va/roman_curia/tribunals/apost_penit/documents/rc_trib_appen_doc_20020629_decree-ii_sp.html
http://www.vatican.va/roman_curia/tribunals/apost_penit/documents/rc_trib_appen_doc_20020629_decree-ii_lt.html