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Enchiridion Indulgentiarum de 1999 [texto oficial en latín y trad oficiosa en castellano]

 

Enchiridion de 1986, versión española oficial de 1995, Norma nn, concesión nº n,

Enchiridion Indulgentiarum de 1999, Norma nn, concesión nº n, §

Manual de Indulgencias, cuarta edición de 1999 en español

Traducción oficiosa publicada el 24.12.2016 en: https://veritasl.blogspot.com/2016/12/enchiridion-indulgentiarum-espanol.html
[Una explicación sobre el concepto de indulgencias
aquí ----- https://veritasl.blogspot.com/ ]

Primera edición latina, junio 1968.

Segunda edición latina [1ª edición típica latina], octubre 1968.

Tercera edición latina [2ª edición típica latina], mayo 1986. https://veritasl.blogspot.com/ Hay traducción española aprobada por la CEE en 1995: Manual de Indulgencias 1986 [1995] versión española oficial de 1995 de la segunda edición típica latina del Enchiridion Indulgentiarum de 1986

Cuarta edición latina [3ª edición típica latina], julio 1999. [Hay traducción francesa oficial de enero de 2000]

PENITENCIARÍA APOSTÓLICA

Manual de Indulgencias

DECRETO

Cuarta edición del Manual de Indulgencias

Los méritos de valor infinito de Jesús, Divino Redentor del género humano, y los méritos de la Santísima Virgen María y de todos los santos, que dimanan sobreabundantemente de los de Jesús, todos los cuales constituyen el indefectible tesoro de la Iglesia de Cristo, han sido confiados a ésta en virtud de la potestad de atar y desatar que el mismo Fundador de la Iglesia confirió a Pedro y a los otros Apóstoles, y, a través de ellos, a sus sucesores, el Sumo Pontífice y los Obispos, para que sean aplicados en remisión de los pecados y de sus consecuencias. Este perdón de los pecados se lleva a cabo de modo principal y, cuando se trata del pecado mortal, de modo necesario, mediante el Sacramento de la Reconciliación.

Sin embargo, incluso perdonado el pecado mortal, y por necesaria conexión remitida la pena eterna que esta culpa merece, y perdonado también el pecado leve o venial, el pecador perdonado puede necesitar una purificación ulterior, es decir, puede ser deudor de una pena temporal que ha de satisfacer en la vida terrena o en la otra vida, es decir, en el Purgatorio. Del tesoro admirable de la Iglesia, mencionado anteriormente, fluye la indulgencia, que permite remitir aquella pena temporal. La doctrina de la fe sobre la indulgencia y la práctica laudable de ésta confirman los misterios tan profundamente consoladores del Cuerpo Místico de Cristo y de la Comunión de los Santos, y con gran eficacia contribuyen a la consecución de la santidad.

Sobre este tema ha tratado de manera excelente el Sumo Pontífice Juan Pablo II en la Bula Incarnationis mysterium, de convocación del gran Jubileo [de la Encarnación: 24/12/99--06/01/01].

De acuerdo con esta doctrina, la Penitenciaría Apostólica aprovecha la ocasión del inminente inicio del sagrado Jubileo*[de la Encarnación, 24/12/99] y de la difusión por todo el orbe católico de la mencionada Bula, para proceder de nuevo, por cuarta vez, a la publicación del Manual de Indulgencias, según dispone la edición típica del día 29 de junio de 1968, que fue redactada de acuerdo con las normas establecidas por la Constitución apostólica Indulgentiarum doctrina, [del Papa san Pablo VI, de 1.01.1967].

En esta nueva edición no se han modificado los principios sobre las indulgencias, pero se han revisado algunas normas para adecuarlas a los documentos recientemente emanados de la Sede Apostólica.

Las concesiones, sin embargo, se han reagrupado siguiendo un criterio sistemático, de tal manera que su número no ha disminuido, pero la lista de ellas ha resultado más breve. La razón por la cual se han seleccionado las diversas concesiones es el fomento del afecto piadoso de la caridad en cada uno de los fieles cristianos y en toda la comunidad eclesial.

Así, en primer lugar se ha incorporado una cuarta concesión general, con la cual se otorga indulgencia al testimonio explícito de la fe que se da en determinadas circunstancias de la vida cotidiana. Las restantes concesiones nuevas tienen como objetivo reforzar los fundamentos de la familia cristiana (consagración de las familias), la comunión en la plegaria de la Iglesia universal (participación fructuosa en los días dedicados universalmente a alguna finalidad religiosa o en la semana de oración por la unidad de todos los cristianos), y el culto debido a Jesucristo presente en el Santísimo Sacramento (procesión eucarística).

Además, se extienden algunas de las concesiones precedentes; por ejemplo, la que se refiere al rezo del Rosario mariano o del himno Akáthistos, a las celebraciones jubilares de las Ordenaciones, a la lectura de la Sagrada Escritura o a las visitas de lugares sagrados.

En esta edición del Enchiridion [= Manual] se hace referencia con frecuencia a las facultades de las asambleas episcopales (para las Iglesias orientales según sus propios estatutos, para la Iglesia latina de acuerdo con el canon 447 del Código de derecho canónico, CIC) en lo tocante a las listas de plegarias más difundidas en el propio territorio. Y, de hecho, el número de plegarias consignadas en el Enchiridion [= Manual] ha sido aumentado considerablemente, principalmente las de la Tradición oriental.

Por el presente Decreto se declara auténtico el texto que sigue y se ordena que sea considerado de derecho público, por autoridad del Sumo Pontífice, según se indicó a los responsables de la Penitenciaría Apostólica en la audiencia que les fue concedida el día 5 de julio de 1999.

Esta Penitenciaría Apostólica, por su parte, en armonía con los deseos del Santo Padre, hace votos para que los fieles cristianos, animados por la doctrina y el celo pastoral de los sagrados Pastores, por la práctica de las sagradas indulgencias se apliquen con íntimo afecto religioso del espíritu a acrecentar su piedad, para gloria de la Santísima Trinidad.

Sin que obste en lo más mínimo cualquier cosa contraria.

Dado en Roma, desde la misma Penitenciaría Apostólica, el día 16 de julio de 1999, Conmemoración de la Santísima Virgen del Carmen.

GUILLERMO WAKEFIELD Card. BAUM ------------ Penitenciario Mayor

LUIS DE MAGISTRIS, Obispo titular de Nova ------- Regente

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Abreviaturas y siglas

AA Decr. Apostolicam actuositatem, 18 nov. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 59 [1966] 837-864) 

AAS Acta Apostolicae Sedis, Commentarium officiale AG 

AG Decr. Ad gentes, 7 dec. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 947-990) All. Allocutio 

AP Benedictus PP. XV, m.p. Alloquentes proxime, 25 mart. 1917 (AAS 9 [1917] 167) 

Ap. Apostolica 

can. cann. Canon canones 

CCE Catechismus Catholicae Ecclesiae, 15 augusti 1997 

CD Decr. Christus Dominus, 28 oct. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 673-701) 

CE Caeremoniale Episcoporum ex decreto Sancrosancti Êcumenici Concilii Vaticani II
instauratum auctoritate Ioannis Pauli PP. II promulgatum
, 14 septembris 1984 

CIC 1917 Codex Iuris Canonici Pii X Pontificis Maximi iussu digestus
Benedicti Papae XV auctoritate promulgatus
, 27 maii 1917 

CIC 1983 Codex Iuris Canonici auctoritate Ioannis Pauli PP. II promulgatus, 25 ian. 1983 

conc. concessio concessiones 

Const. Constitutio CS Pius PP. XII, m.p. Cleri sanctitati, 2 iun. 1957 (AAS 49 [1957] 433-600) 

De Ben. Rituale Romanum ex decreto Sancrosancti Êcumenici Concilii Vaticani II
instauratum auctoritate Ioannis Pauli PP. II promulgatum, De benedictionibus
, 31 maii 1984 

Decl. Declaratio 

Decr. Decretum 

DH Decl. Dignitatis humanae, dec. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 929-946) 

DS Denzinger-Schönmetzer, Enchiridion Symbolorum Definitionum et Declarationum de rebus fidei et morum, ed. 33, 1965 

EI 1968 Enchiridion indulgentiarum. Normae et concessiones, 29 iun. 1968 

EI 1986 Enchiridion indulgentiarum. Normae et concessiones, 18 maii 1986 

GS Const. pastoralis Gaudium et Spes, 7 dec. 1966 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 1025-1120) 

ID Paulus PP. VI, Const. Ap. Indulgentiarum doctrina, 1 ian. 1967 (AAS 59 [1967] 5-24) 

IFI SPA, decr. In fere innumeris, 20 iul. 1942 (AAS 34 [1942] 240) 

LG Const. dogmatica Lumen gentium, 21 nov. 1964 [Concilio Vaticano II] (AAS 57 [1965] 5-71) 

LH Officium ex decreto Sacrosancti Êcumenici Concilii Vaticani II instauratum auctoritate Pauli PP. VI promulgatum, Liturgia Horarum iuxta Ritum Romanum,7 apr. 1985 

m.p. Litt. Ap. Motu proprio datae 

MR Missale Romanum ex decreto Sacrosancti Êcumenici Concilii Vaticani II
instauratum auctoritate Pauli PP. VI promulgatum
, 27 mart. 1975 

n.nn. normanormae 

OT Decr. Optatam totius, 28 oct. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 713-727) 

PA Paenitentiaria Apostolica 

Paen. Paulus PP. VI, Const. Ap. Paenitemini, 17 feb. 1966 (AAS 58 [1966] 177-198) 

PB Ioannes Paulus PP. II, Const. Ap. Pastor bonus, 28 iun. 1988 (AAS 80 [1988] 841-912) 

PL Migne J. P., Patrologia latina, 1844-1855 

Resp. Responsum responsio 

REU Paulus PP. VI, Const. Ap. Regimini Ecclesiae Universae, 15 aug. 1967 (AAS 59 [1967] 885-928) 

SCR Sacra Congregatio Rituum 

SPA Sacra Paenitentiaria Apostolica 

tab. tabularium 

Libri sacrae Scripturae illo abbreviato afferuntur modo qui in editione typica Neovulgatae adhibetur.   

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ANOTACIONES PRELIMINARES

1. Cuando este "Manual de Indulgencias" fue editado por primera vez, en junio del año 1968, se puso en práctica la norma 13 de la Constitución apostólica Indulgentiarum doctrina:
«Se revisará el Manual de indulgencias con el criterio de que sólo se enriquezcan con indulgencias las principales preces y las principales obras de piedad, de caridad y de penitencia». Con las sucesivas ediciones, hasta la presente, la Penitenciaría Apostólica ha pretendido hacer más claro el texto, corregir algunos aspectos de menor importancia, de acuerdo con las exigencias de un análisis crítico, y, finalmente, añadir algunos elementos nuevos.

2. Por lo que a esto atañe, se consideran preces y obras principales aquellas que, habida cuenta de la tradición y de los cambios introducidos con el correr de los tiempos, no sólo parecen especialmente aptas para ayudar a los fieles a satisfacer por las penas debidas por sus pecados, sino que también, y principalmente, los impulsan a un mayor fervor de la caridad. En este principio se ha apoyado el plan seguido al reorganizar esta materia. (1)

3. De acuerdo con la tradición, la participación en el Sacrificio de la Misa y en los sacramentos, debido a su altísima eficacia en cuanto a «la santificación y la purificación», no queda enriquecida con indulgencias. 

Cuando con motivo de algún acontecimiento especial (por ejemplo, la primera sagrada Comunión, la primera Misa de un neosacerdote, la Misa al final de un Congreso eucarístico), se concede indulgencia, ésta no se añade a la participación en la Misa o en los sacramentos, sino a las circunstancias extraordinarias que acompañan a este tipo de participación.

Así, con la ayuda de la indulgencia, se promueve, y en cierto modo se premia, el deseo de entrega, propio de estas celebraciones, el buen ejemplo que se da a los demás, el honor que se tributa a la augusta Eucaristía y al sacerdocio. Sin embargo, la indulgencia puede añadirse, de acuerdo con la tradición, a diversas obras de piedad privada y pública; además, pueden dotarse con indulgencias las obras de caridad y penitencia, a las cuales conviene en nuestros tiempos atribuir una mayor importancia Todas estas obras enriquecidas con indulgencias, como, por lo demás, cualquier otra obra buena y cualquier sufrimiento llevado pacientemente, no se separan en modo alguno de la Misa y los sacramentos, puesto que son las fuentes principales de santificación y de purificación (3); las buenas obras, en efecto, y los sufrimientos se convierten en oblación de los fieles, que se une a la oblación de Cristo en el Sacrificio eucarístico (4); la Misa y los sacramentos, en efecto, inducen a los fieles a cumplir sus obligaciones de manera que vivan «de acuerdo con la fe que profesaron» (5); y, a la inversa, el cumplimiento diligente de sus obligaciones los dispone cada día más y más a participar con fruto en la Misa y los sacramentos. (6)

4. De acuerdo con los cambios introducidos con el correr de los tiempos, se atribuye una importancia mayor a la acción del fiel cristiano (opera operantis), por lo cual no se menciona una larga relación de obras de piedad (opus operatum) como separadas de la vida cotidiana del fiel cristiano, sino que se presenta sólo un número reducido de concesiones (7), que ayuden a que la vida de los fieles cristianos sea más útil y más santa, y así se suprime «aquel divorcio entre la fe que profesan y la vida cotidiana de muchos... haciendo una síntesis vital del esfuerzo humano, familiar, profesional, científico o técnico, con los valores religiosos, bajo cuya altísima jerarquía todo se ordena a la gloria de Dios». (8).

La Penitenciaría Apostólica ha tenido interés más bien en dar una mayor cabida a la vida cristiana y en dirigir la atención hacia el espíritu de oración y de penitencia y la práctica de las virtudes teologales,  que en proponer la repetición de fórmulas y de actos.

5. En el Manual de Indulgencias, antes de citar las diversas concesiones, se hace una relación de las normas, tomadas de la Constitución apostólica Indulgentiarum doctrina, del Código de Derecho Canónico y de otros documentos normativos. Ha parecido útil, en efecto, incluso en previsión de las dudas que puedan surgir en esta materia, exponer en conjunto y ordenadamente todas las disposiciones actualmente vigentes acerca de las indulgencias.

6. En el Manual de Indulgencias se enumeran en primer lugar cuatro concesiones generales, que en cierto modo iluminan la práctica cotidiana de la vida cristiana.

A cada una de estas cuatro concesiones generales se han añadido, con vistas a la utilidad e instrucción de los fieles, algunas anotaciones, con las que queda de manifiesto que cada una de las concesiones concuerda con el espíritu del Evangelio y con la renovación propuesta por el Concilio Ecuménico Vaticano II.

7. Sigue la lista de concesiones que corresponden a cada una de las obras de religión. Estas concesiones son pocas, ya que algunas obras están incluidas en las concesiones generales, y, en lo que se refiere a las preces, ha parecido que sólo había que recordar expresamente algunas de índole universal. Las competentes asambleas episcopales procurarán añadir, en las ediciones del Enchiridion en las diversas lenguas, otras fórmulas que sean útiles a la piedad de los fieles y, al mismo tiempo, muy apreciadas tradicionalmente.

8. Además, se ha añadido al Manual de Indulgencias un Apéndice que contiene una lista de invocaciones, y se ha puesto también el texto de la Constitución apostólica Indulgentiarum doctrina.


NORMAS SOBRE LAS INDULGENCIAS

 1. (9) La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados ya borrados en cuanto a la culpa, que el fiel cristiano, debidamente dispuesto y cumpliendo unas ciertas y determinadas condiciones, consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos.

2. (10) La indulgencia es parcial o plenaria, según libre en parte o en todo de la pena temporal debida por los pecados.

3. (11) Cualquier fiel puede ganar indulgencias, tanto plenarias como parciales, para sí mismo o puede aplicarlas a los difuntos como sufragio. 

4. (12) Al fiel cristiano que, al menos arrepentido interiormente, realiza una obra enriquecida con indulgencia parcial, se le concede, por medio de la Iglesia, una remisión de la pena temporal equivalente a la que ya recibe él mismo con su acción. 

5. § 1. (13) Además de la Suprema Autoridad de la Iglesia, sólo pueden otorgar indulgencias aquellos a quienes el derecho reconoce esta potestad o a quienes se la ha concedido el Romano Pontífice.

    § 2. (14) Ninguna autoridad inferior al Romano Pontífice puede otorgar a otros la potestad de conceder indulgencias, a no ser que la Sede Apostólica se la haya otorgado expresamente.

6. (15) En la Curia romana, sólo la Sagrada Penitenciaría tiene encomendado lo que se refiere a la concesión y uso de las indulgencias, quedando a salvo el derecho de la Congregación para la doctrina de la Fe de examinar lo que atañe a la doctrina dogmática sobre las mismas indulgencias.

7. Los Obispos eparquiales o diocesanos y las demás personas equiparadas a ellos por el derecho, aunque no estén revestidas de la dignidad episcopal, desde el comienzo de su misión pastoral, tienen el derecho de:

  1º (16) conceder indulgencia parcial, en su territorio a todos los fieles cristianos, fuera de su territorio a los fieles sometidos a su jurisdicción;

  2º (17) impartir la bendición papal con indulgencia plenaria, según la fórmula prescrita, en su propia eparquía o diócesis, tres veces al año, en las solemnidades o fiestas que ellos determinen, aunque no hayan celebrado ellos la Misa y tan sólo hayan asistido a ella. Esta bendición se imparte al final de la misa en lugar de la bendición acostumbrada, según las normas del respectivo Ceremonial de los Obispos.

 8. (18) Los Metropolitanos pueden conceder indulgencia parcial en las eparquías o diócesis sufragáneas igual que en el propio territorio.

9.  (19) § 1. Los Patriarcas, en todos los lugares de su patriarcado, aun exentos, en las iglesias de su rito fuera de los términos del patriarcado y en cualquier lugar para los fieles de su rito pueden:

 1º conceder indulgencia parcial;

 2º (20) impartir la bendición papal con indulgencia plenaria, como norma general tres veces al añopero también alguna otra vez cuando exista una circunstancia particular o un motivo religioso que, por el bien espiritual de los fieles, exija la indulgencia plenaria.

§ 2. Lo mismo vale para los Arzobispos Mayores.

10. (21) Los Cardenales gozan de la facultad de conceder en cualquier lugar indulgencia parcial, que conseguirán cada vez sólo los presentes.

11. § 1. (22) Se requiere licencia expresa de la Sede Apostólica para editar lícitamente, en cualquier idioma, el Manual de Indulgencias. 

    § 2. (23) No puede editarse ningún libro, folleto, hoja, etc., que contenga concesiones de indulgencias, sin licencia jerárquica o del Ordinario del lugar.

12. (24) De acuerdo con el deseo del Sumo Pontífice, las concesiones de indulgencias solicitadas en favor de todos los fieles sólo comienzan a tener valor después de que los documentos auténticos que las contienen hayan sido revisados por la Penitenciaría Apostólica.

13. (25) La indulgencia aneja a alguna fiesta se considera trasladada al mismo día al que legítimamente se traslada dicha fiesta o su solemnidad externa. 

14. (26) Para obtener la indulgencia asignada a algún día, si se requiere la visita a una iglesia u oratorio, ésta puede efectuarse desde el mediodía del día anterior hasta la medianoche del día establecido.

15. (27) El fiel cristiano puede obtener una indulgencia si usa con devoción algún objeto de piedad debidamente bendecido, a saber, crucifijo o cruz, rosario, escapulario, medalla.  

16 § 1. (28) La indulgencia unida a la visita a una iglesia u oratorio no cesa si el edificio es destruido y reconstruido en un período de cincuenta años, en el mismo lugar o en otro lugar próximo, conservando el mismo título.  

§ 2. (29) La indulgencia aneja al uso de un objeto de piedad cesa solamente cuando este objeto se destruye o se vende.

17 § 1. (30) Para ser capaz de obtener indulgencias, es necesario 1) estar bautizado, 2) no excomulgado, 3) en estado de gracia por lo menos al final de las obras prescritas.

     § 2. (31) Para que el sujeto capaz las obtenga, 4) debe tener intención, por lo menos general, de obtenerlas y 5) cumplir las obras prescritas dentro del tiempo establecido y en la forma debida, a tenor de la concesión.

18 § 1. (32) La indulgencia plenaria sólo puede obtenerse una vez al día; la indulgencia parcial puede obtenerse varias veces al día.

    § 2. (33) Sin embargo, el fiel cristiano podrá alcanzar indulgencia plenaria in articulo mortis, aunque el mismo día haya obtenido ya otra indulgencia plenaria. 

19. (34) La obra prescrita para la obtención de una indulgencia plenaria aneja a una iglesia u oratorio consiste en 1) la visita piadosa a este lugar y 2) el rezo del Padrenuestro y 3) el Credo, a no ser que en algún caso especial se establezcan otras condiciones.

20. § 1. (35) Para obtener una
indulgencia plenaria, además de la exclusión de todo afecto a cualquier pecado, incluso venial, se requiere la ejecución de la obra enriquecida con indulgencia y el cumplimiento de tres condiciones, que son: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice.

     § 2. (36) Con una sola confesión sacramental pueden obtenerse varias indulgencias plenarias; en cambio, con una sola comunión eucarística y una oración por las intenciones del Sumo Pontífice sólo se obtiene una indulgencia plenaria.

    § 3. (37) Las tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la ejecución de la obra prescrita; pero conviene que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el mismo día en que se cumple la obra.

[El Decreto El don de la indulgencia de 29-1-2000 de la Penitenciaria apostólica contiene “indicaciones de índole general sobre las indulgencias”. En ellas se indica que esas tres condiciones requeridas para conseguir indulgencia plenaria, especialmente la confesión, pueden realizarse unos veinte días antes o después del acto indulgenciado].

  § 4. (38) Si falta la plena disposición, o si no se cumple la obra prescrita y las tres condiciones antedichas, salvo lo prescrito en los números 24 y 25 para los que están afectados por algún impedimento, la indulgencia será sólo parcial.

   § 5. (39) La condición de orar por las intenciones del Sumo Pontífice se cumple si se reza según su intención un solo Padrenuestro y una sola Avemaría; pero se concede a cada fiel la facultad de rezar cualquier otra fórmula, según su piedad y devoción.

21. § 1. (40) Una obra que deba cumplirse por ley o por precepto no puede ser indulgenciada, a no ser que en la concesión se diga expresamente lo contrario. 

   § 2. (41) Pero el que cumple una obra impuesta como penitencia sacramental, y que al mismo tiempo está indulgenciada, puede satisfacer la penitencia y obtener las indulgencias al mismo tiempo. 

  § 3. (42) Del mismo modo, los miembros de los Institutos de vida consagrada y de las Sociedades de vida apostólica pueden conseguir indulgencias con las oraciones y las pías acciones que dicen y realizan por disposición de sus reglas, constituciones u otras prescripciones.

22. (43) La indulgencia aneja a una oración puede obtenerse cualquiera que sea el idioma en que se rece la oración, con tal de que la traducción haya sido aprobada por la competente autoridad eclesiástica.

23. (44) Para obtener la indulgencia aneja a una oración es suficiente rezar la oración alternando con otro o siguiéndola mentalmente mientras otro la reza. 
Esto se debe a que lo importante es la disposición del corazón, más que las meras palabras.
24. (45) Los confesores pueden conmutar tanto la obra prescrita como las condiciones, en favor de aquellos que, debido a un legítimo impedimento, no pueden ponerlas en práctica. 

25. (46) Además, los Ordinarios o jerarcas del lugar pueden conceder a los fieles sobre los cuales ejercen su autoridad según las normas del derecho, si viven en lugares donde de ningún modo o, por lo menos, no sin gran dificultad pueden acceder a la confesión o la comunión, que puedan obtener indulgencia plenaria sin la confesión o la comunión actuales, a condición de que estén interiormente arrepentidos y hagan el propósito de recibir, tan pronto como puedan, los mencionados sacramentos. 
Adviértase que no es una exención sino una postergación obligada por la necesidad el hecho de que para la obtención de la indulgencia puedan no recibir los sacramentos. Por tanto, sigue siendo condición necesaria, aunque hubiere sido prorrogada excepcionalmente.


26. (47) Los sordos y los mudos pueden obtener las indulgencias anejas a las preces públicas, si, junto con los demás fieles que rezan en el mismo lugar, elevan a Dios su mente y sus piadosos sentimientos; y, si se trata de oraciones privadas, basta con que las recuerden mentalmente, o que las expresen con signos, o simplemente que las recorran con la vista.

(1) Paulus PP. VI, All. ad Cardinalium Collegium et Curiam Romanam, 23 dec. 1966 (AAS 59 [1967] 57).

(2) Cf. ID 11.

3) ID 11.

(4) Cf. LG 34.

(5) MR, oratio feriae II infra octavam Paschae.

(6) Cf. SC 9-13.

(7) Cf. infra praesertim nn. I-IV, pp. 33-44.

(8) Cf. GS 43.


(9) CIC 1917, can. 911; ID, n. 1; EI 1968, n. 1; CIC 1983, can. 992; EI 1986, n. 1.


(10) ID, n. 2; EI 1968, n. 2; CIC 1983, can. 993; EI 1986, n. 2.


(11) CIC 1917, can. 930; ID, n. 3; EI 1968, nn. 3-4; CIC 1983, can. 994; EI 1986, nn. 3-4.


(12) ID, n. 5; EI 1968, n. 6; EI 1986, n. 5.


(13) § 1: CIC 1917, can. 912; EI 1968, n. 8; CIC 1983, can. 995 § 1; EI 1986, n. 7.


(14) § 2: CIC 1917, can. 913; EI 1968, n. 10, 1°; CIC 1983, can. 995 § 2; EI 1986, n. 9.


(15) AP 4-5; REU 113; EI 1968, n. 9; EI 1986, n. 8; PB 120.


(16) 1°: CIC 1917, can. 349 § 2, 2°; IFI 1; CS, cann. 396 § 2, 2°, 364 § 3, 3°, 367 § 2, 1°, 391; EI 1968, n. 11 § 1; EI 1986, n. 10, 1°.


(17) 2°: CIC 1917, can. 914; IFI 1; EI 1968, n. 11 § 2; CE, 1122-1126 EI 1986, n. 10, 2°.


(18) CIC 1917, can. 274, 2o; SPA, decr. 20 iul. 1942, n. 2; CS, cann. 319, 6°, 320 § 1, 4°; EI 1968, n. 12; EI 1986, n. 11.


(19) § 1, 1°: CS, can. 283, 4°; EI 1968, n. 13; EI 1986, n. 12.


(20) § 2: CS, can. 326 § 1, 10°; EI 1968, n. 13; EI 1968, n. 12.


(21) CIC 1917, can. 239 § 1, 24°; CS, can. 185 § 1, 24°; EI 1968, n. 14; EI 1986, n. 13.


(22) § 1: CIC 1917, can. 1388 § 2; EI 1968, n. 15 § 2; EI 1986, n. 14 § 2.


(23) § 2: CIC 1917, can. 1388 § 1; EI 1968, n. 15 § 1; CIC 1983, can. 826 § 3; EI 1986, n. 14 § 1.


(24) CIC 1917, can. 920; EI 1968, n. 16; EI 1986, n. 15.


(25) CIC 1917, can. 922; EI 1968, n. 17; EI 1986, n. 16.


(26) CIC 1917, can. 923; EI 1968, n. 18; EI 1986, n. 17.


(27) ID, n. 17; EI 1968, n. 19; EI 1986, n. 18.


(28) § 1: CIC 1917, can. 924 § 1 et can. 75; EI 1968, n. 20 § 1; CIC 1983, can. 78 § 3; EI 1986, n. 19 § 1.


(29) § 2: CIC 1917, can. 924 § 2 et can. 75; EI 1968, n. 20 § 2; CIC 1983, can. 78 § 3; EI 1986, n. 19 § 2.


(30) § 1: CIC 1917, can. 925 § 1; EI 1968, n. 22 § 1; CIC 1983, can. 996 § 1; EI 1986, n. 20 § 1.


(31) § 2: CIC 1917, can. 925 § 2; EI 1968, n. 22 § 2;
CIC 1983, can. 996 § 2; EI 1986, n. 20 § 2.

(32) § 1: CIC 1917, can. 928; ID, n. 6; EI 1968, n. 24 §§ 1 et 3; EI 1986, n. 21 §§ 1 et 3.


(33) § 2: ID, n. 18; EI 1968, n. 24 § 2; EI 1986, n. 21 § 2.


(34) ID, n. 16; EI 1968, n. 25; EI 1986, n. 22.


(35) § 1: ID, n. 7; EI 1968, n. 26; EI 1986, n. 23 § 1.


(36) § 2: ID, n. 9; EI 1968, n. 28; EI 1986, n. 23 § 2.


(37) § 3: ID, n. 8; EI 1968, n. 27; EI 1986, n. 23 § 3.


(38) § 4: ID, n. 7, in fine; EI 1968, n. 26, in fine; EI 1986, n. 23 § 4.


(39) § 5: ID, n. 10; EI 1968, n. 29; EI 1986, n. 23 § 5.


(40) § 1: CIC 1917, can. 932; EI 1968, n. 31; EI 1986, n. 24.


(41) § 2: CIC 1917, can. 932; EI 1968, n. 31; EI 1986, n. 24.


(42) § 3: PA, Responsio ad propositum dubium, die 1 iulii 1992 (AAS 84 [1992] 935).


(43) CIC 1917, can. 934 § 2; EI 1968, n. 32; EI 1986, n. 25.


(44) CIC 1917, can. 934 § 3; EI 1968, n. 33; EI 1986, n. 26.


(45) CIC 1917, can. 935; EI 1968, n. 34; EI 1986, n. 27.


(46) ID, n. 11; EI 1968, n. 35; EI 1986, n. 28.
(47) CIC 1917, can. 936; EI 1968, n. 36; EI 1986, n. 29. 

CUATRO CONCESIONES GENERALES

PROEMIO

1. Se ofrecen en primer lugar cuatro concesiones de indulgencias, con las cuales se recuerda al fiel cristiano que impregne de espíritu cristiano las acciones de que está entretejida la vida cotidiana, (1) y que en su estado de vida tienda a la perfección de la caridad. (2)

2. Las cuatro concesiones son efectivamente generales y cada una de ellas abarca varias obras del mismo género. Sin embargo, no se enriquecen con indulgencias todas estas obras, sino únicamente las que se realizan de un modo y con una actitud interna especiales.

Considérese, por ejemplo, la primera concesión, que se expresa en estos términos: «Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, en el cumplimiento de sus obligaciones y en el sufrimiento de las dificultades de la vida, eleva su alma a Dios con humilde confianza, añadiendo —aunque sólo sea mentalmente— alguna piadosa invocación». Con esta concesión, se enriquecen con indulgencia únicamente aquellos actos con los que el fiel cristiano, al cumplir sus obligaciones y soportar las dificultades de la vida, eleva su alma a Dios del modo dicho. Estos determinados actos, debido a la fragilidad humana. no son frecuentes.Y si hay alguien tan diligente y fervoroso que multiplica estos actos muchas veces a lo largo del día, merece —además de un copioso aumento de gracia— una más amplia remisión de la pena, y, por su caridad, puede ayudar a las almas del purgatorio. Lo mismo se puede decir de las otras tres concesiones.

3. Ya que las cuatro concesiones, como es evidente, concuerdan de modo especial con el Evangelio y con la doctrina de la Iglesia, expuesta de manera tan clara por el Concilio Vaticano II, se añaden, en provecho de los fieles, a cada concesión, algunos textos de la Sagrada Escritura y de los documentos del mismo Concilio.

CONCESIONES

I

Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, en el cumplimiento de sus obligaciones y en el sufrimiento de las dificultades de la vida, eleva su alma a Dios con humilde confianza, añadiendo —aunque sólo sea mentalmente— alguna piadosa invocación. (3)

Con esta primera concesión los fieles cristianos son como llevados de la mano a cumplir el mandato de Cristo: «Hay que orar siempre sin desanimarse» (4),
y al mismo tiempo se les enseña a cumplir las propias obligaciones, de manera que conserven y aumenten la unión con Cristo.

La intención de la Iglesia al conceder la indulgencia es ilustrada de manera perfecta con los siguientes textos de la Sagrada Escritura:

«Pedid, y se os dará; buscad, y encontraréis; llamad, y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre». (5).

«Velad y orad para no caer en la tentación». (6).

«Tened cuidado: no se os embote la mente con los agobios de la vida... Estad siempre despiertos, orando». (7).

«Eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones». (8).

«Que la esperanza os tenga alegres, estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración». (9).

«Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios». (10).

«Orad en toda ocasión con la ayuda del Espíritu. Tened vigilias en que oréis con constancia por todos los santos». (11).

«Todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él». (12).

«Sed constantes en la oración; que ella os mantenga en vela, dando gracias a Dios». (13).

«Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión». (14).

Y en los documentos del Concilio Vaticano II puede leerse:

«Todos los fieles cristianos, en las condiciones, ocupaciones o circunstancias de su vida, y a través de todo eso, se santificarán cada día más si lo aceptan todo con fe de la mano del Padre celestial y colaboran con la voluntad divina, haciendo manifiesta a todos, incluso en su dedicación a las tareas temporales, la caridad con que Dios amó al mundo». (15).

«Esta vida de unión íntima con Cristo en la Iglesia se nutre con los auxilios espirituales... Los seglares deben servirse de estos auxilios de tal forma que, al cumplir como es debido los deberes temporales en las circunstancias ordinarias de la vida, no separen la unión con Cristo de su vida personal, sino que crezcan intensamente en ella, realizando sus tareas según la voluntad de Dios... Ni las preocupaciones familiares ni los demás negocios temporales deben ser ajenos a esta orientación espiritual de la vida, según el aviso del apóstol: "Todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él (16)» (17).

«La separación entre la fe que profesan y la vida cotidiana de muchos debe ser considerada como uno de los errores más graves de nuestro tiempo... Por consiguiente, no deben oponerse falsamente entre sí las actividades profesionales y sociales, por una parte, y la vida religiosa por otra... Siguiendo el ejemplo de Cristo, que ejercitó un trabajo manual, alégrense más bien los cristianos de poder ejercer todas sus actividades terrestres, uniendo en una síntesis vital los esfuerzos humanos, domésticos, profesionales, científicos o técnicos con los bienes religiosos, bajo cuya altísima ordenación todo se coordina para la gloria de Dios». (18).

II

Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, movido por el espíritu de fe, pone su persona o sus bienes, con sentimientos de misericordia, al servicio de los hermanos necesitados. (19).

Con la concesión de esta indulgencia, se incita al fiel cristiano a que, siguiendo el ejemplo y el mandamiento de Cristo Jesús (20), practique con más frecuencia obras de caridad o misericordia.

Sin embargo, no se enriquecen con indulgencia todas las obras de caridad, sino tan sólo las que se hacen «al servicio de los hermanos necesitados», como son los que carecen de comida o vestido para el cuerpo, o de instrucción o consuelo para el espíritu.


«Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis. estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme...
Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis» (21)

«Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros, como yo os he amado; amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os améis unos a otros». (22).

«El que se encarga de la distribución, hágalo con generosidad... el que reparte la limosna, con agrado... Como buenos hermanos, sed cariñosos unos con otros, estimando a los demás más que a uno mismo. En la actividad, no seáis descuidados; en el espíritu, manteneos ardientes. Servid constantemente al Señor... Contribuid en las necesidades de los santos; practicad la hospitalidad». (23).

«Podría repartir en limosnas todo lo que tengo..., si no tengo amor, de nada me sirve». (24: 1 Cor 13,3).

[Aunque repartiera todos mis bienes, y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha (1 Cor 13,3). Esto significa que si no se tiene caridad, es decir, si no se está en gracia de Dios, repartir limosnas no aprovecha al que no está en gracia. Pero la misericordia de Dios es infinita y quizá le haga ponerse en gracia].

«Así que, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe». (25).

«Vivid en el amor como Cristo os amó». (26).

«Dios mismo nos ha enseñado a amarnos los unos a los otros». (27).

«Conservad el amor fraterno». (28).

«La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este mundo». (29).

«Ahora que estáis purificados por vuestra obediencia a la verdad y habéis llegado a quereros sinceramente como hermanos, amaos unos a otros de corazón e intensamente». (30).

«Procurad todos tener un mismo pensar y un mismo sentir: con afecto fraternal, con ternura, con humildad.
No devolváis mal por mal o insulto por insulto; al contrario, responded con una bendición, porque para esto habéis sido llamados: para heredar una bendición». (31).

«Poned todo empeño en... la piedad... el cariño fraterno... el amor». (32).

«Si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras». (33).

«Dondequiera que haya hombres carentes de alimentos, vestido, vivienda, medicinas, trabajo, instrucción, medios necesarios para llevar una vida verdaderamente humana, o afligidos por la desgracia o por la falta de salud, o sufriendo el destierro o la cárcel, allí debe buscarlos y encontrarlos la caridad cristiana, consolarlos con diligente cuidado y ayudarles con la prestación de auxilio... Para que este ejercicio de la caridad sea verdaderamente irreprochable y aparezca como tal, es necesario ver en el prójimo la imagen de Dios, según la cual ha sido creado, y a Cristo Señor, a quien en realidad se ofrece lo que se da al necesitado». (34).

«Como las obras de caridad y de misericordia ofrecen un testimonio excelente de la vida cristiana, la formación apostólica debe llevar también a la práctica de tales obras, para que los fieles cristiano aprendan desde niños a compadecerse de los hermanos y a ayudarlos generosamente cuando lo necesiten». (35).

«Los cristianos, recordando las palabras del Señor: "La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os améis unos a otros" (36), no pueden tener otro anhelo mayor que el de servir con creciente generosidad y con suma eficacia a los hombres de hoy... Quiere el Padre que reconozcamos y amemos efectivamente a Cristo, nuestro hermano, en todos los hombres, con la palabra y con las obras». (37).

III

Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, con espíritu de penitencia, se priva voluntariamente de alguna cosa lícita y agradable. (38). 

Esta tercera concesión es muy oportuna en nuestros días, en que, además de la ley, ciertamente muy suave, del ayuno y de la abstinencia de carne, es muy conveniente exhortar a los fieles a la práctica de ejercicios de penitencia. (39).

Así, se estimula al fiel cristiano a que, refrenando sus concupiscencias, aprenda a dominar su propio cuerpo y a identificarse con Cristo pobre y sufriente. (40).

Pero la privación tendrá más valor si va unida a la caridad, según las palabras de san León Magno:
«Consagremos a la virtud lo que negamos al placer. Conviértase en alimento de los pobres la abstinencia del que ayuna» (41).

«El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo. cargue con su cruz cada día y se venga conmigo». (42).

«Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera». (43).

«Si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis». (44).

«Sufrimos con él para ser también con él glorificados». (45).

«Un atleta se impone toda clase de privaciones. Ellos, para ganar una corona que se marchita; nosotros, en cambio, una que no se marchita. Por eso corro yo, pero no al azar; boxeo, pero no contra el aire; mis golpes van a mi cuerpo y lo tengo a mi servicio». (46).

«En toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo». (47).

«Es doctrina segura: si morimos con él, viviremos con él. Si perseveramos, reinaremos con él». (48).

«Enseñándonos a renunciar... a los deseos mundanos y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa». (49).

«Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste en su gloria, reboséis de gozo». (50).

«Con singular cuidado, edúqueseles en la obediencia sacerdotal, en el tenor de vida pobre y en el espíritu de la propia abnegación, de suerte que se habitúen a renunciar con prontitud incluso a las cosas lícitas... Y a asemejarse a Cristo crucificado». (51).

«Los fieles, en virtud de su sacerdocio regio, cooperan a la oblación de la Eucaristía y lo ejercen en la recepción de los sacramentos, en la oración y acción de gracias, mediante el testimonio de una vida santa en la abnegación y caridad operante». (52).

«Una misma es la santidad que cultivan, en los múltiples géneros de vida y ocupaciones, todos los que son guiados por el Espíritu de Dios y, obedientes a la voz del Padre, y adorando a Dios Padre en espíritu y verdad, siguen a Cristo pobre, humilde y cargado con la cruz, a fin de merecer ser hechos partícipes de su gloria». (53).

«La Iglesia exhorta a todos los fieles a que, además de las molestias y sacrificios que forman parte de la vida cotidiana, hagan caso del precepto divino de la penitencia, afligiendo también al cuerpo con algunos actos de mortificación... La Iglesia desea indicar que hay tres formas principales, recibidas de la tradición, con que puede satisfacerse el precepto divino de la penitencia; a saber, la oración, el ayuno y las obras de caridad, aunque se fije de manera especial en la abstinencia de carne y el ayuno. Estas maneras de practicar la penitencia han sido corrientes en todo tiempo, pero en nuestra época se aducen unos motivos por los cuales, según las circunstancias de cada lugar, se insiste en cierto modo de penitencia por encima de los demás. Y así, entre la gente que goza de una superior situación económica, se ha de urgir el testimonio de abnegación de manera que los fieles cristianos no se identifiquen con los criterios de este mundo, y se ha de urgir al mismo tiempo el testimonio de la caridad hacia los hermanos, incluso los que viven en países lejanos, que sufren pobreza y hambre» (54).

IV

Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, en circunstancias particulares de la vida cotidiana, dé testimonio explícito de la fe ante los demás.

 Esta concesión estimula al fiel cristiano a profesar su fe ante los demás, para gloria de Dios y edificación de la Iglesia. 

San Agustín ha escrito: «Tu Símbolo sea para ti como un espejo. Mírate en él, para ver si crees todo aquello que confiesas creer, y alégrate cada día por tu fe» (55).
La vida cristiana de cada día será, de este modo, como el «Amén» con que termina el «Credo» de la profesión de fe de nuestro Bautismo. (56).

«Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo». (57).

«Mejor, dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen». (58).

«Seréis mis testigos». (59).

«A diario acudían al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos, alabando a Dios con alegría y de todo corazón; eran bien vistos de todo el pueblo». (60).

«En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo... Los apóstoles daban testimonio de la Resurrección del Señor Jesús con mucho valor, y Dios los miraba a todos con mucho agrado». (61).

«Vuestra fe es alabada en todo el mundo». (62).

«Si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree, te salvarás. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación». (63).

«Combate el buen combate de la fe. Conquista la vida eterna a la que fuiste llamado, y de la que hiciste noble profesión ante muchos testigos»". (64).

«No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor». (65).

«Que ninguno de vosotros tenga que sufrir por homicida, ladrón, malhechor o entrometido; pero, si sufre por ser cristiano, que no se avergüence, que dé gloria a Dios por este nombre». (66).

«Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios». (67).

«A fin de que la caridad crezca en el alma como una buena semilla y fructifique, debe cada uno de los fieles oír de buena gana la palabra de Dios y cumplir con las obras su voluntad con la ayuda de la gracia, participar frecuentemente en los sacramentos, sobre todo en la Eucaristía, y en otras funciones sagradas, y aplicarse de manera constante a la oración, a la abnegación de sí mismo, al fraterno y solícito servicio de los demás y al ejercicio de todas las virtudes». (68).

«Los cristianos están llamados a ejercer el apostolado individual en las variadas circunstancias de su vida; recuerden, sin embargo, que el hombre es social por naturaleza... Por ello, los cristianos han de ejercer el apostolado aunando sus esfuerzos. Sean apóstoles tanto en el seno de las familias como en las parroquias y diócesis, las cuales expresan el carácter comunitario del apostolado, y en los grupos cuya constitución libremente decidan». (69).

«La naturaleza social del hombre exige que éste manifieste externamente los actos internos de religión, que se comunique con otros en materia religiosa, que profese su religión de forma comunitaria» (70).

«No basta que el pueblo cristiano esté presente y establecido en una nación ni que desarrolle el apostolado del ejemplo; se establece y está presente para anunciar con sus palabras y con su trabajo a Cristo a sus conciudadanos no cristianos y ayudarles a la recepción plena de Cristo» (71).

(1) Cf. 1 Cor 10,31; Col 3,17; AA 2-4, 13.

(2) Cf. LG 39, 40-42.


(3) Cf. SPA, Decr. Pia oblatio quotidiani laboris Indulgentiis ditatur, 25 nov. 1961 (AAS 53 [1961] 827); Decr. Pia oblatio humani doloris Indulgentiis ditatur, 4 iun. 1962 (AAS 54 [1962] 475); EI 1968 et 1986, conc. gen. I.


(4) Lc 18,1.


(5) Mt 7,7-8.


(6) Mt 26,41.


(7) Lc 21,34.36


(8) Act 2,42.


(9) Rom 12,12.


(10) 1 Cor 10,31.


(11) Eph 6,18.


(12) Col 3,17.


(13) Col 4,2.


(14) 1 Thess 5,17-18.


(15) LG 41.


(16) Col 3,17.


(17) AA 4.


(18) GS 43.


(19) Cf. SPA, Indulgentiae apostolicae (AAS 55 [1963] 657-659); EI 1968 et 1986, conc. gen. II.


(20) Cf. Io 13,15; Act 10,38.


(21) Mt 25,35-36.40; cf. etiam Tob 4,7-8; Is 58,7.


(22) Io 13,34-35.


(23) Rom 12,8.10-11.13.


(24)
1 Cor 13,3.

(25) Gal 6,10.


(26) Eph 5,2.


(27) 1 Thess 4,9.


(28) Heb 13,1.


(29) Iac 1,27; cf. Iac 2,15-16.


(30) 1 Pe 1,22.


(31) 1 Pe 3,8-9.


(32) 2 Pe 1,5.7.


(33) 1 Io 3,17-18.


(34) AA 8.


(35) AA 31 c.


(36) Io 13,35.


(37) GS 93.


(38) EI 1968 et 1986, conc. gen. III.


(39) Cf. Paen III, c.


(40) Cf. Mt 8,20; 16,24.


(41) Sermo 13 (alias: 12) De ieiunio decimi mensis, 2 (PL 54, 172).


(42) Lc 9,23: cf. Lc 14,27.


(43) Lc 13,5; cf. Lc 13,3.


(44) Rom 8,13.


(45) Rom 8,17.


(46) 1 Cor 9,25-27.


(47) 2 Cor 4,10.


(48) 2 Tim 2,11-12.


(49) Tit 2,12.


(50) 1 Pe 4,13.


(51) OT 9.

(52) LG 10.

(53) LG 41.

(54) Paen III c.

(55) Sermo 58, 11, 13 (PL 38, 399).

(56) Cf. CCE 1064
.
(57) Mt 10,32.

(58) Lc 11,28.

(59) Act 1,8.

(60) Act 2,46.

(61) Act 4,32-33.

(62) Rom 1,8.

(63) Rom 10,9-10.

(64) 1 Tim 6,12.

(65) 2 Tim 1,8.

(66) 1 Pe 4,15-16.

(67) 1 Io 4,15.

(68) LG 42.

(69) AA 18.

(70) DH 3.

(71) AG 15. 






OTRAS CONCESIONES

PROEMIO

1. A las cuatro concesiones generales de que se ha hablado antes en los números I-IV, se añaden otras pocas concesiones que, teniendo en cuenta tanto las tradiciones del tiempo pasado como las necesidades de nuestra época, tienen un significado especial. (Se trata de la "renovación en la continuidad", que siempre ha caracterizado a la Iglesia).

Todas estas concesiones se complementan mutuamente y, al mismo tiempo que con el don de la indulgencia se estimula a los fieles cristianos a realizar obras de piedad, de caridad y de penitencia, se les induce también a unirse más íntimamente por la caridad a Cristo cabeza y al Cuerpo de la Iglesia. (1).
2. Se citan algunas preces venerables por su inspiración divina o por su antigüedad y que son de uso generalizado (2). Evidentemente, estas preces son citadas a modo de ejemplo. Pero debe tenerse siempre en cuenta lo que se ha dicho en las normas respecto al derecho de los obispos eparquiales y diocesanos, de los metropolitas, de los patriarcas y de los cardenales. (3).
Las indulgencias concedidas por la recitación devota de las preces, cuya lista sigue a continuación pueden ser lucradas por los fieles de cualquier rito y cualquiera que sea la tradición litúrgica a la cual las mencionadas preces pertenezcan (lo que manifiesta la unicidad y la universalidad de la santa Iglesia de Dios).
3. Estas preces, si se consideran las cosas más a fondo, ya están incluidas en la concesión general núm. 1, cuando el fiel cristiano las reza en el transcurso de su vida ordinaria, elevando su alma a Dios con humilde confianza. Así, por ejemplo, están incluidas en esta primera concesión las oraciones Señor, que tu gracia Te damos gracias, que se rezan «en el cumplimiento de las obligaciones».
No obstante, ha parecido conveniente citarlas expresamente en su calidad de preces indulgenciadas, con el fin de evitar cualquier duda y destacar su importancia. Duda en el sentido del origen y la autenticidad del texto, y de su carácter de indulgenciado por la autoridad competente.
4. Es evidente que, si en las concesiones para obtener indulgencia se requiere la recitación de unas preces, de una letanía o de un oficio parvo, los textos de estas preces siempre tienen que haber sido aprobados por la autoridad eclesiástica competente; asimismo, la recitación de ellas, como también la visita a un lugar sagrado, el ejercicio de una obra de piedad o el uso de un objeto sagrado, si están prescritos, deben llevarse a efecto con devoción y afecto piadoso del corazón. En algunas concesiones esta exigencia se indica expresamente, con objeto de ayudar a la piedad de los fieles.
5. Para ganar
indulgencia plenaria, como se establece en la norma 20, se requiere la ejecución de la obra, el cumplimiento de las tres condiciones y una plena disposición interior que excluya toda afección al pecado.
Si se trata de indulgencia parcial, de acuerdo con la norma 4, se requiere la ejecución de la obra y, como mínimo, la
contrición del corazón.
6. Si la obra enriquecida con indulgencia plenaria es susceptible de ser dividida en partes (por ejemplo, el Rosario mariano -que se reza por partes, dividido- en decenas), el que por una causa razonable no realiza la obra completa, puede ganar, por la parte que ha realizado, indulgencia parcial. (4).
7. Son dignas de especial mención las concesiones que se refieren a algunas obras, enriquecidas con
indulgencia plenaria, con las cuales el fiel cristiano puede ganarla todos los días del año, quedando en pie la norma 18 § 1, según la cual sólo puede ganarse una indulgencia al día:

—la
adoración del Santísimo Sacramento durante al menos media hora (conc. 7 § 1, 1.°); —el piadoso ejercicio del Via Crucis (conc. 13, 2.°); —el rezo del Rosario mariano o del himno Akhátistos en una iglesia o un oratorio, o en familia, en una comunidad religiosa, en una asociación piadosa y, en general, siempre que varios fieles se reúnan para un buen fin (conc. 17 § 1, 1.° y conc. 23 § 1); —la lectura piadosa de la Sagrada Escritura durante al menos media hora (conc. 30).

8. Concesiones por orden alfabético. Para esta ordenación, se considera la primera palabra del título (por ejemplo, Acto de consagración de las familias - Eucarística adoración y procesión).

Se indican las fuentes de las cuales se han tomado las preces solo cuando se trata de textos litúrgicos vigentes.

Para que resulte más fácil a los fieles el uso de este Manual, se ponen al final tres índices:

– el de oraciones; 
– la lista de fechas y actos con los que se obtiene indulgencia plenaria; 
– el índice general

***

CONCESIONES

1. 
Acto de consagración de las familias
Se concede
indulgencia plenaria a los miembros de la familia en el día en que por primera vez se consagren al Sagrado Corazón de Jesús o a la Sagrada Familia de Jesús, María y José, si piadosamente recitaren una oración adecuada, debidamente aprobada, ante una imagen del Sagrado Corazón o de la Sagrada Familia, en una celebración ritual que, si fuere posible, será presidida por un sacerdote o un diácono; en el día aniversario de esta consagración la indulgencia será parcial.

2. 
Acto de consagración del género humano a Jesucristo Rey
Se concede
indulgencia plenaria al fiel cristiano que, en la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo, rece públicamente el  acto de consagración del género humano al mismo Jesucristo Rey (Jesús dulcísimo, Redentor); en cualquier otra circunstancia, la indulgencia será parcial. (5)

Acto de consagración del género humano a Jesucristo Rey
Jesús dulcísimo, Redentor del género humano, míranos arrodillados humildemente en tu presencia. Tuyos somos y tuyos queremos ser; y para estar más firmemente unidos a ti, hoy cada uno de nosotros se consagra voluntariamente a tu Sagrado Corazón. Muchos nunca te han conocido; muchos te han rechazado, despreciado tus mandamientos. Compadécete de unos y de otros, benignísimo Jesús, y atráelos a todos a tu Sagrado Corazón. Reina, Señor, no sólo sobre los que nunca se han separado de ti, sino también sobre los hijos pródigos que te han abandonado; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no mueran de miseria y de hambre Reina sobre aquellos que están extraviados por el error o separados por la discordia, y haz que vuelvan al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que pronto no haya más que un solo rebaño y un solo pastor. Concede, Señor, a tu Iglesia una plena libertad y seguridad; concede a todo el mundo la tranquilidad del orden; haz que desde un extremo al otro de la tierra no se oiga más que una sola voz: Alabado sea el Divino Corazón, por quien nos ha venido la salvación; a él la gloria y el honor por los siglos. Amén.

[Al fiel cristiano que rece piadosamente el precedente acto de consagración del género humano a Jesucristo Rey se le concede indulgencia parcial.
La indulgencia será
plenaria si este acto se reza públicamente en la solemnidad de nuestro Señor Jesucristo Rey.
Concesión 27 del Enchiridion Indulgentiarum de 1986 y del de 1968; Concesión 2 del de 1999].

3. Acto de reparación al Sagrado Corazón de Jesús
Se concede
indulgencia plenaria al fiel cristiano que, en la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, rece públicamente el acto de reparación Jesús dulcísimo; en cualquier otra circunstancia la indulgencia será parcial. (6).
[Concesión 26 del Enchiridion Indulgentiarum de 1986 y del de 1968; Concesión 3 del de 1999].

Jesús dulcísimo, cuya caridad derramada sobre los hombres es correspondida ingratamente con tanto olvido, negligencia, desprecio; nosotros, arrodillados en tu presencia, queremos resarcir con especial reverencia tan abominable desidia e injurias con que los hombres afligen en todas partes tu amantísimo Corazón.

Sin embargo, recordando que también nosotros más de una vez hemos sido culpables de tan gran indignidad, e intensamente arrepentidos por ello, imploramos en primer lugar tu misericordia a favor nuestro, dispuestos a compensar con voluntaria expiación no sólo las infamias cometidas por nosotros, sino también las de aquellos que, apartándose totalmente del camino de la salvación, rehúsan seguirte como pastor y guía, obstinados en su infidelidad o, conculcando las promesas del bautismo, han sacudido el suavísimo yugo de tu ley.

Queremos expiar todos estos deplorables delitos y resarcir cada uno de ellos: la inmodestia y deshonestidad en la conducta y en el vestir, tantos lazos de corrupción preparados para las almas inocentes, los días de fiesta profanados, las maldiciones proferidas contra ti y tus santos, las injurias contra tu vicario y el orden sacerdotal, y el mismo sacramento del amor divino olvidado o profanado con horrendos sacrilegios, y finalmente los delitos de las naciones que se oponen a las leyes y al magisterio de la Iglesia que tú fundaste.

¡Ojalá pudiéramos lavar estos pecados con nuestra propia sangre! Entretanto, para resarcir el honor divino profanado, te ofrecemos la satisfacción que tú en otro tiempo ofreciste al Padre en la cruz y que renuevas continuamente en el altar, junto con la expiación de la Virgen María, de todos los santos y de todos los fieles piadosos, prometiendo de corazón compensar, en cuanto nos sea posible, y con la ayuda de tu gracia, los pecados pretéritos, nuestros y de los demás, y tanta falta de amor, con una fe firme, con una conducta inmaculada, con una observancia perfecta de la ley evangélica, sobre todo de la caridad, impedir con todas las fuerzas las injurias contra ti, e incitar a cuantos podamos a tu seguimiento. Acepta, benignísimo Jesús, por intercesión de la Virgen María Reparadora, la ofrenda voluntaria de esta expiación y haz que nos mantengamos con toda fidelidad en tu obediencia y servicio hasta la muerte, otorgándonos el gran don de la perseverancia, para que todos lleguemos finalmente a aquella patria donde tú, con el Padre y el Espíritu Santo, vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

4. Bendición papal
Se concede
indulgencia plenaria al fiel cristiano que reciba piadosa y devotamente, aunque sea sólo a través de la radio o la televisión, la bendición impartida por el Sumo Pontífice Urbi et Orbi, o por el Obispo a los fieles encomendados a su cura pastoral, según la norma 7, 2 de este Manual de Indulgencias.

(Esta bendición Urbi et Orbi se imparte en los días de Pascua de Resurrección y Natividad del Señor; el día de la elección del Papa, o, a veces, en Jubileos)

5. (8). Días destinados a una finalidad religiosa de carácter universal
Se concede
indulgencia plenaria al fiel cristiano que asista a las celebraciones que tienen lugar en cualquiera de los días destinados a una finalidad religiosa de carácter universal

(por ejemplo, para el fomento de las vocaciones sacerdotales y religiosas -como la Jornada Mundial de Oración por las vocaciones, en el Domingo IV de Pascua o "del Buen Pastor"-, para la adecuada pastoral de los enfermos y discapacitados -como la Jornada Mundial del Enfermo, cada 11 de febrero, memoria litúrgica de la Virgen de Lourdes-, para ayudar a los jóvenes a fortalecer su fe y conducirlos por el camino de la santidad, -como la Jornada Mundial de la Juventud, cada dos o tres años- etc.);

el fiel cristiano que se una a dichas celebraciones mediante la oración conseguirá indulgencia parcial.

6. (9) Doctrina cristiana
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que trabaje en enseñar o aprender la doctrina cristiana.

7. Adoración del Santísimo Sacramento y procesión
§ 1. (10) Se concede
indulgencia plenaria al fiel cristiano que:
1.
visite el Santísimo Sacramento para adorarlo por espacio de media hora por lo menos;

2. (11) recite piadosamente las estrofas del himno "Adorad postrados" (
Tantum ergo) delante del Santísimo Sacramento expuesto solemnemente después de la Misa in Cena Domini del Jueves Santo;

3. participe piadosamente en la solemne procesión eucarística, particularmente importante, en la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, tanto si esta procesión transcurre en el interior del templo como si se realiza por el exterior;

 (el jueves, que es el día propio de dicha solemnidad, o el domingo siguiente, al que es trasladada en muchos países).

4. (12) participe devotamente en el solemne rito eucarístico con el que suele celebrarse la conclusión de una reunión eucarística

(La más importante "reunión eucarística" a nivel universal es el Congreso Eucarístico Internacional, cuya Misa de Clausura se llama Statio orbis, y en cada país, el Congreso Eucarístico Nacional).

§ 2. Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que:
1. (13) visite el Santísimo Sacramento para adorarlo;
2. (14) rece a Jesús presente en el Santísimo Sacramento alguna plegaria eucarística legítimamente aprobada (por ejemplo, la oración rimada "Te adoro devotamente" 
(Adoro te devote), la plegaria "Oh, sagrado Banquete" (O sacrum convivium) o las estrofas del himno "Adorad postrados" (Tantum ergo).

O sacrum convivium, in quo Christus sumitur: recolitur memoria passionis eius, mens impletur gratia, et futurae gloriae nobis pignus datur. 
¡Oh, sagrado banquete, en que Cristo es nuestra comida, se celebra el memorial de su pasión, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la gloria futura!

 



Tantum ergo sacramentum 
veneremur cernui: 
et antiquum documentum 
novo cedat ritui: 
praestet fides supplementum 
sensuum defectui. 

Genitori Genitoque 
laus et iubilatio, 
salus, honor, virtus quoque 
sit et benedictio: 
procedenti ab utroque 
compar sit laudatio. Amen. 




V. Panem de caelo praestitisti eis, 

R. Omne delectamentum in se habentem. 

Oremus. – Deus, qui nobis sub sacramento mirabili Passionis tuae memoriam reliquisti: tribue, quaesumus, ita nos Corporis et Sanguinis tui sacra mysteria venerari, ut redemptionis tuae fructum in nobis iugiter sentiamus: Qui vivis et regnas in saecula saeculorum. Amen. 

(De Sacra Communione et de Cultu Mysterii Eucharistici extra Missam, 21 iunii 1973, 200 et 192) 

Texto de la traducción oficial de la Conferencia Episcopal Española del Enchiridion de 1986 que no ha variado

Adorad postrados
este Sacramento.
Cesa el viejo rito;
se establece el nuevo.
Dudan los sentidos
y el entendimiento:
que la fe
lo supla con asentimiento.

Himnos de alabanza,

bendición y obsequio;
por igual la gloria

y el poder y el reino
al eterno Padre

con el Hijo eterno
y el divino Espíritu,

que procede de ellos. Amén.

V. Les diste pan del cielo.

R. Que contiene en sí todo deleite.

Oremos.- Oh, Dios que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives  y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

[Ritual de la Sagrada Comunión y del culto al misterio eucarístico fuera de la misa, 21 de junio de 1973, 200 y 192].

Norma 7 del Enchiridion de 1999 § 1. 2 y § 2. 2 Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que recite piadosamente las estrofas del himno Tantum ergo delante del Santísimo Sacramento expuesto solemnemente después de la Misa in Cena Domini del Jueves Santo
Norma 59 del Enchiridion de 1986

8. Comunión eucarística y espiritual

§ 1. Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que:
1. (15) por primera vez se acerca a la sagrada Comunión o que piadosamente acompaña a los que se acercan por primera vez a la sagrada Comunión 

(es decir, a quien participa en las Misas de Primeras Comuniones);

2. (16) rece piadosamente la oración:
"Mírame, oh, bueno y dulcísimo Jesús" ante la imagen de  Cristo crucificado, después de la Comunión, en cualquier viernes del tiempo de Cuaresma o en el Viernes de la Pasión del Señor.

§ 2. Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, con cualquier fórmula aprobada, recite:
1. (17) un acto de comunión espiritual;
2. una fórmula de acción de gracias después de la comunión (por ejemplo, "Alma de Cristo"; "Mírame, oh, bueno y dulcísimo Jesús").


Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. (18). Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, purifícame.

Pasión de Cristo, confórtame. Oh, Buen Jesús, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de ti. Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame
y mándame ir a ti, para que con tus santos te alabe por los siglos de los siglos. Amén.
(MR, acción de gracias después de la Misa)


Mírame, oh, bueno y dulcísimo Jesús: en tu presencia me postro de rodillas, y con el mayor fervor de mi alma te pido y suplico que imprimas en mi corazón, dulcísimo Jesús, vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad, verdadero dolor de mis pecados y propósito firmísimo de enmendarme; mientras con gran afecto y dolor considero y contemplo en mi alma tus cinco llagas, teniendo ante mis ojos aquello que ya el profeta David ponía en tus labios acerca de ti: «Me taladran las manos y los pies, puedo contar todos mis huesos» (Sal 21 (22), 17-18).

(MR, acción de gracias después de la Misa).

9. Examen de conciencia y acto de contrición
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, especialmente al preparar la confesión sacramental,
1. examine su conciencia con el firme propósito de enmienda;
2. (19) recite piadosamente cualquier fórmula legítima del acto de contrición (por ejemplo, "Yo, pecador"; el salmo «Desde lo hondo» (De profundis); el salmo «Misericordia, Dios mío, por tu bondad» (Miserere); los salmos graduales; los salmos penitenciales).

10. Ejercicios espirituales y retiro mensual
1. (20) Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que practique ejercicios espirituales al menos durante tres días íntegros.
2. (21) Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que participe en un retiro mensual.

11. 
Semana por la unidad de los cristianos

 (del 18 al 25 de enero, a nivel universal; algunas Conferencias Episcopales han solicitado a la Santa Sede llevar a cabo este evento en otra semana, y en la mayoría de los casos, han obtenido la aprobación. Por ejemplo, la Conferencia Episcopal Argentina, ha optado por la semana de Pentecostés, a partir de esta solemnidad).

La Iglesia Católica tiene siempre en su corazón la plegaria que su fundador, el día antes de su Pasión, dirigió al Padre «para que todos sean uno», y, por ello, exhorta constantemente a los fieles a orar por la unidad de todos los cristianos. 
1. Se concede
indulgencia plenaria al fiel cristiano que participe en alguna de las celebraciones de la semana por la unidad de los cristianos y que asista al acto final de la misma. 

(Acto final que en la Ciudad del Vaticano suele ser el encuentro ecuménico con el Rezo de Vísperas presidido por el Santo Padre en la Basílica de San Pablo extramuros, el mismo día 25 de enero, fiesta de la Conversión del Apóstol San Pablo).

  2. (22) Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que recite devotamente una plegaria, debidamente aprobada, por la unidad de los cristianos (por ejemplo, la oración siguiente): Dios omnipotente y misericordioso, que por medio de tu Hijo has querido unir en un solo pueblo a gente tan diversa, haz, te pedimos, que cuantos nos gloriamos de llamarnos cristianos, rechazando toda división, seamos una sola cosa en la verdad y en la caridad, y que todos los hombres, iluminados por la fe verdadera, formemos una misma Iglesia, animada por la comunión fraterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

12. En peligro de muerte inminente
§ 1. El sacerdote que administra los sacramentos a un fiel cristiano que se halla en peligro de muerte inminente no deje de
impartir la bendición apostólica con la adjunta indulgencia plenaria.
§ 2.
Si no es posible la presencia de un sacerdotela piadosa Madre Iglesia concede benignamente indulgencia plenaria, para ganarla en peligro de muerte, al fiel cristiano debidamente dispuesto, con tal que éste, durante su vida, haya rezado habitualmente algunas oraciones; en este caso, (y esto es a manera de excepción) la Iglesia suple las tres condiciones habitualmente requeridas.
§ 3. Para ganar esta indulgencia plenaria es aconsejable utilizar un crucifijo o una cruz.
§ 4. (23) El fiel cristiano podrá ganar esta indulgencia plenaria en peligro de muerte inminente, aunque en el mismo día ya haya ganado otra indulgencia plenaria.

§ 5. En la catequesis, los fieles deben ser informados oportuna y frecuentemente de esta saludable disposición de la Iglesia

13. Conmemoración de la Pasión y Muerte del Señor
Se concede
indulgencia plenaria al fiel cristiano que:
1. (24) el Viernes Santo de la Pasión y Muerte del Señor asista piadosamente a la adoración de la cruz en la solemne Acción litúrgica.
2. (25) practique el piadoso ejercicio del Via Crucisse una piadosamente al que practica el Sumo Pontífice (en el Coliseo Romano) y que es retransmitido por la radio o la televisión.
Con el piadoso ejercicio del Via Crucis se actualiza el recuerdo de los sufrimientos que soportó el divino Redentor en el camino desde el pretorio de Pilato, donde fue condenado a muerte, hasta el monte de la Calavera o Calvario, donde murió en la cruz por nuestra salvación.
Para ganar indulgencia plenaria se establece lo siguiente:
1. El piadoso ejercicio debe practicarse ante las estaciones del Via Crucis legítimamente erigidas.
2. Para erigir el Via Crucis se requieren catorce cruces, a las que provechosamente se acostumbra añadir otros tantos cuadros o imágenes que representan las estaciones de Jerusalén. (Estos cuadros no son obligatorios pero sí las cruces).
3. Según la costumbre más extendida, este piadoso ejercicio consta de catorce lecturas piadosas, a las que se añaden algunas oraciones vocales. No obstante, para realizar este piadoso ejercicio, se requiere únicamente la piadosa meditación de la Pasión y Muerte del Señor, sin que sea necesaria una consideración sobre cada uno de los misterios de las estaciones.
4. Se requiere el paso de una estación a otra.
Si el piadoso ejercicio se practica públicamente y el movimiento de todos los presentes no puede efectuarse sin evitar el desorden, basta con que quien dirige el ejercicio se traslade a cada estación, sin que los demás se muevan de su lugar. De hecho, estarán "peregrinando" con la vista, y, mejor aun, con el corazón.
5. Los que están legítimamente impedidos (es decir, o aquellos que de ninguna manera pueden cumplir con todos los requisitos o los que, de poder cumplimentarlos, no sería sin ocasionarse u ocasionar a otros algún serio prejuicio, como sería, por ejemplo, dejar de cuidar a un enfermo terminal) pueden ganar la misma indulgencia, si al menos por un tiempo, por ejemplo, un cuarto de hora, se dedican a la piadosa lectura y meditación de la Pasión y Muerte del Señor Jesucristo.
6. Al piadoso ejercicio del Via Crucis se asimilan, también en lo que se refiere a la consecución de la indulgencia, otros piadosos ejercicios, aprobados por la autoridad competente, en los que se recuerda la Pasión y Muerte del Señor, manteniendo las dichas catorce estaciones.
Adviértase de paso, que de entre los numerosos ejercicios engendrados por la piedad, el del Vía Crucis ocupa un indiscutido lugar de relevancia.

7. Entre los Orientales, donde no hay costumbre de practicar este piadoso ejercicio, los patriarcas podrán establecer, para ganar esta indulgencia, otro piadoso ejercicio en recuerdo de la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo. 
Lo que demuestra el respeto de la Madre Iglesia por todas las tradiciones y su deseo de no imponer a ninguna sino solo lo verdaderamente necesario en orden a la salvación de las almas.

14. (26) Uso de objetos de piedad
1. Se concede
indulgencia plenaria al fiel cristiano que, en la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo (29 de junio), use con devota actitud interna algún objeto de piedad (norma núm. 15) 
bendecido por el Sumo Pontífice o por
cualquier obispo, añadiendo, además, la profesión de fe con una fórmula legítima. (Puede ser una medalla, un Rosario, un denario, un escapulario...).
2. Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, del mismo modo, use con devota actitud interna algún objeto de piedad debidamente bendecido por cualquier sacerdote o diácono.
La distinción entre indulgencia plenaria y parcial, hecha en los dos números precedentes, destaca la plenitud del Orden sagrado de la que han sido investidos los obispos como sucesores de los apóstoles, con el Sucesor de Pedro a la cabeza.


15. (27) Oración mental
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, para su edificación personal, haga piadosamente oración mental.

16. (28) Participación en la predicación sagrada
  1. Se concede
indulgencia plenaria al fiel cristiano que durante la santa Misión escuche algunos sermones y, además, asista a la solemne conclusión de la Misión.
  2. Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que asista atenta y devotamente a otras formas de predicación sagrada de la Palabra de Dios.

17. Plegarias a la Santísima Virgen María
 § 1. Se concede
indulgencia plenaria al fiel cristiano que
   1. (29) rece devotamente el
Rosario mariano en una iglesia u oratorio, o en familia, en una comunidad religiosa, en una asociación piadosa y, en general, en cualquier reunión de fieles

  2. se una devotamente al rezo de esta plegaria llevado a cabo
por el Sumo Pontífice y retransmitida por radio o por televisión.

Fuera de estas circunstancias, la indulgencia será parcial.

El Rosario es una determinada manera de orar en la que distinguimos quince decenas de Avemarías, [veinte desde 2002], intercalando la oración del Señor, y meditando piadosamente en cada una de estas decenas los misterios de nuestra redención.

[Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae de san Juan Pablo II, del 16 X 2002, en la que establece los misterios de luz]

Respecto a la indulgencia plenaria por el rezo del Rosario mariano, se establece lo siguiente:
  a) Basta el rezo de sólo una tercera parte [de cuando eran 15 misterios]; pero las cinco decenas deben rezarse seguidas.
  b) A la oración vocal hay que añadir la piadosa meditación de los misterios.
  c) En el rezo público, los misterios deben enunciarse de acuerdo con la costumbre admitida en cada lugar; en el rezo privado, basta con que el fiel cristiano junte a la oración vocal la meditación de los misterios.

§ 2. Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que:
    1. (30) rece piadosamente el cántico "Proclama mi alma" (Magníficat);
    2. (31) al amanecer, al mediodía y al atardecer, rece devotamente la plegaria "El ángel del Señor"(Ángelus) con los versículos y la oración propia, o bien en el tiempo pascual la antífona "Reina del cielo" (Regina Caeli), también con su oración correspondiente; 
3. (32) eleve fervorosamente a la Virgen María alguna de las oraciones aprobadas (por ejemplo, "María, Madre de gracia"; "Acuérdate, o piadosísima Virgen María"; "Dios te salve, Reina y Madre"; "Santa María, socorre a los desgraciados"; "Bajo tu protección").
El ángel del Señor (Ángelus)
V. El ángel del Señor anunció a María.
R. Y concibió del Espíritu Santo. (Dios te salve, María).
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra. (Dios te salve, María).
V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros (Dios te salve, María).
V. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.

Oremos.

Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

(MR: Domingo IV de Adviento, oración colecta).
Reina del cielo (Regina Coeli)
Reina del cielo, alégrate, aleluya,porque el Señor, a quien has merecido llevar, aleluya,ha resucitado, según su palabra, aleluya. Ruega al Señor por nosotros, aleluya.
V. Goza y alégrate, Virgen María. Aleluya.
R. Porque resucitó verdaderamente el Señor. Aleluya.
(Cf. LH, tiempo pascual, Completas).

Oremos.

Oh, Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

(MR, Común de santa María Virgen, tiempo pascual, oración colecta).
María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y acógenos en la hora de la muerte.
Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu socorro haya sido desamparado por ti. Yo, pecador, animado con esta confianza, acudo a ti, oh, Madre, Virgen de las vírgenes; a ti vengo, ante ti me presento gimiendo. No desprecies, Madre del Verbo, mis súplicas, antes bien inclina a ellas tus oídos y dígnate atenderlas favorablemente. Amén.
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspirarnos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh, clementísima, oh, piadosa, oh, dulce Virgen María!

(LH, tiempo ordinario, Completas).
Santa María, socorre a los desgraciados, ayuda a los apocados, consuela a los afligidos, ruega por el pueblo, preocúpate por el clero, intercede por las mujeres; que experimenten tu ayuda cuantos te recuerdan con piedad.
Bajo tu protección nos acogemos, santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.

(LH, tiempo ordinario, Completas).
18. (33) Oración al ángel custodio
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que invoque devotamente a su ángel custodio con una oración debidamente aprobada (por ejemplo, la siguiente):
Ángel de Dios, tú que eres mi custodio, a mí, que he sido encomendado a ti por la piedad celestial, ilumíname, guárdame, dirígeme y guíame. Amén.

19. (34) Oraciones en honor de san José
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que invoque devotamente a san José, Esposo de la Virgen María, con una oración debidamente aprobada (por ejemplo, la siguiente):
A ti, bienaventurado san José, acudimos en nuestra tribulación, y después de implorar el auxilio de tu santísima Esposa, solicitamos también confiadamente tu patrocinio. Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, te tuvo unido y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos que vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su sangre adquirió Jesucristo, y por su poder y auxilio socorras nuestras necesidades. Protege, oh, providentísimo custodio de la divina Familia, a la escogida descendencia de Jesucristo; aparta de nosotros, padre amantísimo, toda mancha de error o de corrupción; asístenos propicio desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha con el poder de las tinieblas; y así como en un tiempo salvaste de la muerte la amenazada vida de Jesús Niño, defiende ahora a la Iglesia santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno de nosotros protégenos con perpetuo patrocinio, para que, a ejemplo tuyo y sostenidos por tu auxilio, podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza. Amén.
20 (35) Oraciones en honor de los santos apóstoles Pedro y Pablo
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que rece devotamente una oración a los santos apóstoles Pedro y Pablo.
Santos apóstoles Pedro y Pablo, interceded por nosotros.Protege Señor, a tu pueblo y, ya que confía en la protección de tus apóstoles Pedro y Pablo, guárdalo y protégelo siempre. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

21. Oraciones en honor, de los demás santos y de los beatos
§ 1. (36) Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que en el día de la celebración litúrgica de cualquier santo rece en su honor una oración tomada del Misal Romano, u otra aprobada por la legítima autoridad.
§ 2. (37) Además, para fomentar la veneración y la piedad hacia los nuevos santos y beatos, se concede por una sola vez
 indulgencia plenaria al fiel cristiano que visite devotamente la iglesia u oratorio donde tenga lugar, durante el año, una celebración solemne en honor de aquellos, y rece un Padrenuestro y un Credo. (Puede ser, por ejemplo, en la Misa de acción de gracias por la beatificación o canonización, Misa que siempre tiene lugar en Roma y en otros lugares).
22. Novenas,
letanías y Oficios parvos
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que:
1. (38) participe devotamente en una novena celebrada públicamente (por ejemplo, antes de la solemnidad de la Natividad del Señor, de Pentecostés o de la Inmaculada Concepción de la Virgen María); adviértase que, de entre las numerosas novenas existentes, se destacan estas, tan caras a la piedad popular.
2. (39) recite devotamente una de las letanías aprobadas (por ejemplo, del 
Santísimo Nombre de Jesús, del Sagrado Corazón de Jesús, de la Preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo, de santa María Virgen, de san José, de  los santos);
3. (40) rece devotamente uno de los Oficios parvos legítimamente aprobados (por ejemplo, de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, del Sagrado Corazón de Jesús, de santa María Virgen, de la Inmaculada Concepción, de san José).
23. Oraciones de las Iglesias Orientales
En virtud de la catolicidad de la Iglesia, «cada parte aporta sus dones a las demás y a toda la Iglesia, de manera que el conjunto y cada una de las partes se enriquecen» (LG 13) en cuanto a los dones espirituales de la generosidad divina. De ahí resulta que, especialmente en estos últimos años, se hayan difundido entre los fieles de rito latino oraciones pertenecientes a diversas tradiciones orientales y que hayan sido utilizadas tanto en privado como públicamente, con no poco provecho de la piedad.
 § 1. (41) Se concede
indulgencia plenaria al fiel cristiano que recite devotamente el himno Akáthistos o el oficio Paraclisis en una iglesia u oratorio, en familia, en una comunidad religiosa o en una asociación piadosa y, en general, cuando se reúnan varios fieles con una finalidad honesta. En cualquier otra circunstancia, la indulgencia será parcial.
Para lucrar esta indulgencia plenaria
no es necesario que se recite íntegramente el himno Akáthistos; es suficiente la recitación seguida y coherente de algunos fragmentos, según ha establecido la legítima costumbre.
Entre los fieles cristianos orientales, donde no exista la práctica de esta devoción, los patriarcas pueden establecer otras oraciones en honor de santa María Virgen, que gozarán de las mismas indulgencias antes mencionadas.
§ 2. Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, según el tiempo y la circunstancia, recite devotamente alguna de las oraciones siguientes:
Oración de acción de gracias (de la tradición armenia); Oración vespertina, Oración por los difuntos (de la tradición bizantina); Oración del Santuario, Oración «Lakhu Mara» o «A ti, Señor» (de la tradición caldea); Oración del incienso, Oración por la glorificación de María, Madre de Dios (de la tradición copta); Oración por el perdón de los pecados, Oración para alcanzar el seguimiento de Cristo (de la tradición etíope); Oración por la Iglesia, Oración de despedida después de la celebración litúrgica (de la tradición maronita); Intercesiones por los difuntos de la Liturgia de Santiago (de la tradición siro-antioquena).
24. (42) Oraciones por los bienhechores 
Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que, movido por un afecto sobrenatural de gratitud, recite devotamente una oración por los bienhechores, debidamente aprobada (por ejemplo, la siguiente).
Señor, a todos los que por amor a ti se han hecho nuestros bienhechores, dígnate recompensarlos con la vida eterna. Amén.

25. (43) Oraciones por los pastores de la Iglesia

Se concede indulgencia parcial a los fieles que:

  1. Con espíritu de filial devoción recite por el Sumo Pontífice alguna prez aprobada, como por ejemplo Oremus pro Pontifice nostro N.
  2. De la misma manera, en el inicio del ministerio pastoral del obispo eparquial o diocesano, recite alguna oración por ellos, tomada del Misal.

26. Preces y súplicas en la acción de gracias

§ 1. Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que, en una iglesia u oratorio, se uniere devotamente al canto o recitación solemne de:

    1. (44 EI 1986, conc. 61) El himno Veni Creator, o bien en el primer día del año, invocando la asistencia de Dios para todo el curso del año, o bien en la solemnidad de Pentecostés.

    2. (45) El himno Te Deum, en el último día del año, elevando la acción de gracias a Dios por todos los beneficios recibidos durante el año que concluye.

§2. (46) Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que:

   1° al inicio o al terminar el día;

   2° al comenzar o finalizar un oficio;

   3° antes o después del descanso;

...recitaren devotamente algunas preces de súplica o acción de gracias legítimamente aprobadas, como por ejemplo, Actiones nostras; Adsumus; Agimus Tibi gratias; Benedic, Domine; Domine, Deus omnipotens; Exaudi nos; Te Deum; Veni, Creator; Veni, Sancte Spiritus; Visita, quaesumus, Domine):

Actiones nostras

Te rogamos, Señor, que prevengas nuestras acciones con tu inspiración y que las acompañes con tu ayuda, para que así toda nuestra oración y obra comience siempre en Ti, y por Ti se concluya.


(Prex ad auxilium divinum ante quamlibet actionem implorandum; MR, feria V post Cineres, collecta; LH, I hebd. feria II, ad Laudes)

Adsumus, Domine, Sancte Spiritus

Aquí estamos, Señor, Espíritu Santo, aquí estamos, agobiados por el peso de nuestros pecados, pero particularmente congregados en tu nombre.
Ven a nosotros, quédate con nosotros y dígnate penetrar en nuestros corazones.
Enséñanos lo que tenemos que hacer, hacia dónde hemos de tender y muéstranos cuál ha de ser nuestro objetivo, para que, con tu ayuda, podamos complacerte en todo.
Sé tú el único inspirador y autor de nuestras decisiones, tú que eres el único que, con Dios Padre y su Hijo, posees un nombre glorioso.
No permitas que obremos contra justicia, tú que amas al máximo la equidad. Que la ignorancia no nos extravíe, que el favoritismo no nos doblegue, que no nos dejemos sobornar por favores, dádivas o influencias.
Que el don de tu gracia nos una eficazmente a ti, de manera que estemos identificados contigo y en nada nos desviemos de la verdad; para que así reunidos en tu nombre, en todos los asuntos moderemos la justicia con la piedad; de este modo lograremos en esta vida una plena sintonía contigo, y en la otra alcanzaremos por nuestra buena conducta el premio eterno. Amén.

(Esta oración se acostumbra a rezar antes de una reunión, para tratar en común algún asunto).
Te damos gracias por todos tus beneficios, oh, Dios omnipotente, tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
 (Oración de acción de gracias)
Bendícenos, Señor, a nosotros y estos dones tuyos que vamos a tomar y que hemos recibido de tu generosidad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 
(Bendicional, 785)
Señor, Dios todopoderoso, que nos has hecho llegar al comienzo de este día, sálvanos hoy con tu poder, para que no caigamos en ningún pecado, sino que nuestras palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandamientos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
 (LH, semana II, lunes, en Laudes)
Señor; Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, escucha nuestra oración, y dígnate enviar del cielo a tu santo ángel, para que custodie, anime, proteja, visite y defienda a todos los que moran en esta casa. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor.
 (LH, Domingo de Pentecostés)Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz, y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. (LH, Completas de las solemnidades)
27. Primera Misa de los neosacerdotes y celebraciones jubilares
  § 1. (47) Se concede indulgencia plenaria:
        1. al sacerdote que en un día determinado celebra la primera Misa en presencia del pueblo;
       2. a los fieles que asistan devotamente a esta Misa. (Lo que demuestra que todo neosacerdote es un don de Dios para la entera comunidad eclesial)
  § 2. (48) Se concede indulgencia plenaria:
     1. a los sacerdotes que en el 25.°, 50.°, 60.° y 70.° aniversario de su ordenación sacerdotal renueven ante Dios el propósito de cumplir fielmente los deberes de su vocación.
      2. a los obispos que en el 25.°, 40.° y 50.° aniversario de su ordenación episcopal renueven ante Dios el propósito de cumplir fielmente los deberes de su cargo pastoral.
      3. (49) a los fieles cristianos que acompañen al sacerdote en la celebración de la Misa jubilar.

28. Profesión de fe y actos de las virtudes teologales

§ 1. (50), (51) Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que, en la celebración de la Vigilia pascual (que en su estructura tiene incorporado el rito) o en el día aniversario de su bautismo, renueve las promesas del bautismo, valiéndose de cualquier fórmula legítimamente aprobada.

§ 2. Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que:
    1. renueve las promesas del bautismo, valiéndose de cualquier fórmula usual;
    2. (52). haga devotamente la señal de la cruz, diciendo las palabras de costumbre:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén;
   3. (53) rece piadosamente el Símbolo de los Apóstoles o el Símbolo niceno-constantinopolitano
   4. (54) rece piadosamente los actos de las virtudes teologales, usando para ello cualquier fórmula legítima.

29. Por los fieles difuntos

§ 1. Indulgencia plenaria, aplicable solamente a las almas del Purgatorio

  • Indulgencia plenaria cada uno de los días del 1 al 8 de noviembre
      1. Se concede indulgencia plenaria, aplicable solamente a las almas del Purgatorio, cada uno de los días del 1 al 8 de noviembre:
     al fiel cristiano que visite devotamente el cementerio y haga oración por los difuntos, aunque sea solo mentalmente (
    Enchiridion Indulgentiarum de 1999, concesión 29 § 1, 1°; EI 1986, conc. 13).

  • Indulgencia plenaria el día de la commemoración de todos los fieles Difuntos,
       [2 de noviembre]
    2. Se concede indulgencia plenaria, aplicable solamente a las almas del Purgatorio, al fiel cristiano que, el día de la Conmemoración de los fieles difuntos (o, con el consentimiento del Ordinario, el domingo anterior o posterior, o el día de la solemnidad de Todos los Santos), visite una iglesia u oratorio y rece un Padrenuestro y un Credo.
    (
    Enchiridion Indulgentiarum de 1999, concesión 29 § 1, 2°; EI 1986, conc. 67, véase también, arriba, la norma 19)

Plenaria indulgentia, animabus in Purgatorio detentis tantummodo applicabilis, conceditur christifideli qui 

  • 1. singulis diebus, a primo usque ad octavum novembris, coemeterium devote visitaverit et, vel mente tantum, pro defunctis exoraverit;  (Enchiridion Indulgentiarum de 1999, conc. 29 § 1, 1°; EI 1986, conc. 13).

  • 2. die Commemorationis omnium fidelium defunctorum (vel, de consensu Ordinarii, die Dominico antecedenti aut subsequenti aut die sollemnitatis Omnium Sanctorum) ecclesiam aut oratorium pie visitaverit ibique recitaverit Pater et Credo (Enchiridion Indulgentiarum de 1999, conc. 29 § 1, 2°; EI 1986, conc. 67, vide etiam, supra, normam 19)

§ 2. Se concede indulgencia parcial, aplicable solamente a las Almas del Purgatorio, al fiel cristiano que:

    1. (57) visite (en cualquier día no mencionado en el punto anterior) devotamente el cementerio y haga oración por los difuntos, aunque sea solo mentalmente;
    2. (58) que rece piadosamente Laudes y Vísperas del Oficio de difuntos o la invocación "Dales, Señor, el descanso eterno": Dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz perpetua. Que descansen en paz. Amén. (Ritual de exequias)

30. Lectura de la Sagrada Escritura
   1. (59) Se concede
indulgencia plenaria al fiel cristiano que lea la Sagrada Escritura con la veneración debida a la palabra divina y a manera de lectura espiritual por espacio de media hora, por lo menos.
   2. Si por una causa razonable el fiel cristiano no puede leer, se concede la indulgencia, plenaria o parcial, como se ha indicado, si el texto de la Sagrada Escritura es leído por otra persona o se escucha a través de un aparato de audio o de vídeo.

31. (60) Sínodo diocesano
Se concede una sola vez indulgencia plenaria al fiel cristiano que, mientras dura el Sínodo diocesano, visite piadosamente la iglesia en que se celebra el Sínodo y rece allí el Padrenuestro y el Credo.
32. (61) Visita pastoral
Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que, durante la visita pastoral, asiste a la función sagrada que preside el visitador.

33. Visita a lugares sagrados

§ 1. (62) Se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que visite, y rece allí devotamente el Padrenuestro y el Credo:

    1. una de las cuatro basílicas patriarcales de Roma
[llamadas ahora basílicas papales, que son: San Juan de Letrán, San Pedro, Santa María la Mayor y San Pablo extramuros, que son las únicas basílicas mayores],

sea formando parte de una peregrinación colectiva, sea al menos expresando durante la visita el afecto de filial obediencia al Romano Pontífice;

    2. (63) una basílica menor [lo son todas las basílicas del mundo excepto las cuatro basílicas papales de Roma, que son las únicas basílicas mayores]:

a) en la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, el 29 de junio,
b) en la solemnidad del titular, (u otro día establecido por el Ordinario para utilidad de los fieles),
c) el día 2 de agosto, día de la indulgencia de la Porciúncula, (u otro día establecido por el Ordinario para utilidad de los fieles),
d) una vez al año, en el día escogido por el fiel cristiano;

  3. (64) la iglesia catedral:

a) en la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, el 29 de junio.
b)
en la solemnidad del titular(de dicha catedral),
(u otro día establecido por el Ordinario para utilidad de los fieles),
c) en la celebración litúrgica de la Cátedra de san Pedro, apóstol, el 22 de febrero.
d) en la conmemoración de la dedicación de la archibasílica del Santísimo Salvador, 
[la de San Juan de Letrán, Catedral del Obispo de Roma, el 9 de noviembre].
e) el día 2 de agosto, día de la indulgencia de la Porciúncula, (u otro día establecido por el Ordinario para utilidad de los fieles);

4. (65) un santuario constituido por la competente autoridad, ya sea internacional, nacional o diocesano,

a) en la solemnidad del titular, (u otro día establecido por el Ordinario para utilidad de los fieles),
b) una vez al año, en el día escogido por el fiel cristiano,
c) cada vez que participe en una peregrinación colectiva que tenga lugar en el santuario;

5. (66) la iglesia parroquial:

a) en la solemnidad del titular, (u otro día establecido por el Ordinario para utilidad de los fieles),
b) el día 2 de agosto, en que coincide la indulgencia de la Porciúncula, (u otro día establecido por el Ordinario para utilidad de los fieles);

6. (67) una iglesia o un altar en el mismo día de la dedicación;

7. (68) una iglesia u oratorio de un Instituto religioso o de una Sociedad de vida apostólica, en el día de su santo fundador.

§ 2. (69). Del mismo modo, se concede indulgencia plenaria al fiel cristiano que, en su día propio, participe en las celebraciones sagradas de una iglesia estacional; si sólo realiza una visita por devoción, la indulgencia será parcial.

§ 3. (70) Se concede indulgencia parcial al fiel cristiano que visite devotamente el cementerio de los antiguos cristianos o catacumba.

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Notas:

(1) Cf. ID 11.

(2) E.g. Credo (conc. 28 § 2, 3°); De profundis (conc. 9, 2°); Magnificat (conc. 17 § 2, 1°); Sub tuum praesidium (conc. 17 § 2, 3°); Salve, Regina (ibid.); Actiones nostras (conc. 26 § 2, 2°); Agimus tibi gratias (ibid.).

(3) Cf. nn. 7-10, 11 § 2, 22, 25.

(4) Cf. norma 20 § 4.

(5) EI 1986, conc. 27 (ibidem in EI 1968).

(6) EI 1986, conc. 26.

(7) EI 1986, conc. 12 (cf. SPA, decr. De indulgentiis ope instrumenti televisifici vel radiophonici lucrandis, 14 dec. 1985 (AAS 78 [1986] 293-294).

(8) Cf. EI 1986, conc. 37.

(9) EI 1986, conc. 20 (indulgentia partialis, vi concessionis generalioris II a docente consecuta, per hanc concessionem ad discentem extenditur).

(10) § 1, 1°: EI 1986, conc. 3.

(11) § 1, 2°: EI 1986, conc. 59.

(12) § 1, 4°: EI 1986, conc. 23.

(13) § 2, 1°: EI 1986, conc. 3.

(14) § 2, 2°: EI 1986, conc. 4, 40, 59.

(15) § 1, 1°: EI 1986, conc. 42.

(16) § 1, 2°: EI 1986, conc. 22.

(17) § 2, 1°: EI 1986, conc. 15.

(18) § 2, 2°: EI 1986, conc. 10 et 22.

(19) 2º: EI 1986, conc. 2, 19, 33.

(20) § 1: EI 1986, conc. 25.

(21) § 2: EI 1986, conc. 45.

(22) § 2: EI 1986, conc. 44.

(23) §§ 1-4: EI 1986, conc. 28. (Cf. ID, nn. 6, 18; EI 1968, n. 24 § 2; Ordo unctionis infirmorum eorumque pastoralis curae, 7 dec. 1972, 122; CIC 1983, can. 530; EI 1986, n. 21 § 2).

(24) 1°: EI 1986, conc. 17.

(25) 2°: EI 1986, conc. 63.

(26) EI 1986, conc. 35. Ad pietatis obiecta rite benedicenda sacerdos vel diaconus formulas liturgicas proprii Ritualis servet. In pecularibus adiunctis, minister adhibere potest sequentem formulam brevem: « In nomine Patris et Filii, et Spiritus Sancti. Amen » (De Ben., 1165 et 1182).

(27) EI 1986, conc. 38.

(28) EI 1986, conc. 41.

(29) § 1, 1°: EI 1986, conc. 48 (de hymno Akathistos et officio Paraclisis, vide infra conc. 23).

(30) § 2, 1°: EI 1986, conc. 30.

(31) § 2, 2°: EI 1986, conc. 9.

(32) § 2, 3°: EI 1986, conc. 31, 32, 51, 52, 57 (de precibus novendialibus, litaniis et parvis Officiis in honorem B. Mariae V., vide infra conc. 22).

(33) EI 1986, conc. 8.

(34) EI 1986, conc. 6 (de litaniis et parvo officio S. Ioseph, vide infra conc. 22, 2°-3°).

(35) EI 1986, conc. 53.

(36) § 1: EI 1986, conc. 54 (de litaniis sanctorum, vide infra conc. 22, 2°).

(37) § 2: SPA, decr. 12 sept. 1968. Cf. SCR, Instr. De celebrationibus quae in honorem alicuius Sancti vel Beati intra annum a Canonizatione vel Beatificatione peragi solent (AAS 60 [1968] 602, ad 5).

(38) 1°: EI 1986, conc. 34.

(39) 2°: EI 1986, conc. 29.

(40) 3°: EI 1986, conc. 36.

(41) § 1: EI 1986, conc. 48, ad 4; PA, decr. Mater Christi, 31 maii 1991 (in PA tab. n. 3691I).

(42) EI 1986, conc. 47.

(43) 1°: EI 1986, conc. 39.

(44) § 1, 1°: EI 1986, conc. 61.

(45) § 1, 2°: EI 1986, conc. 60.

(46) § 2: EI 1986, conc. 1, 5, 7, 21, 24, 60, 61, 62, 64.

(47) § 1: EI 1986, conc. 43

(48) § 2, 1°: EI 1986, conc. 49.

(49) § 2, 3°: EI 1986, conc. 49.

(50) § 1: EI 1986, conc. 70.

(51) § 1, 1°: EI 1986, conc. 70.

(52) § 2, 2°: EI 1986, conc. 55.

(53) § 2, 3°: EI 1986, conc. 16.

(54) § 2, 4°: EI 1986, conc. 2 (singuli actus indulgentia ditantur).

(55) § 1, 1°: EI 1986, conc. 13.

(56) § 1, 2°: EI 1986, conc. 67 (vide etiam, supra, normam 19).

(57) § 2, 1°: EI 1986, conc. 13.

(58) § 2, 2°: EI 1986, conc. 18, 46.

(59) § 1: EI 1986, conc. 50.

(60) EI 1986, conc. 58.

(61) EI 1986, conc. 69.

(62) § 1, 1°: EI 1986, conc. 11.

(63) § 1, 2°: cf. SCR, decr. Domus Dei, 6 iunii 1968 (AAS 60 [1968] 536-539). Utraque indulgentia, sub litteris b et c, acquiri poterit vel die supra definito vel alio die ab Ordinario statuendo in fidelium utilitatem (item ad 3, sub litteris b et e; ad 4, sub littera a; ad 5, sub litteris a et b).

(64) § 1, 3°: EI 1986, conc. 65.

(65) § 1, 4°: Cf. CIC, cann. 1230-1234.

(66) § 1, 5°: EI 1986, conc. 65. Iisdem indulgentiis gaudent ecclesia concathedralis – si adsit – etsi forte non sit paroecialis, necnon ecclesiae quasi paroeciales: cf. CIC, can. 516 § 1. Pro navigantibus et maritimis cf. Ioannes Paulus II,m.p. Stella Maris (AAS 89 [1997] 209-216).

(67) § 1, 6°: EI 1986, conc. 66.

(68) § 1, 7°: EI 1986, conc. 68.

(69) § 2: EI 1986, conc. 56. Cf. CE 260-261.

(70) § 3: EI 1986, conc. 14.

APÉNDICE

INVOCACIONES PIADOSAS

Por lo que se refiere a cualquier invocación piadosa, hay que tener en cuenta lo siguiente:
1. La invocación, en cuanto a la indulgencia, ya no se considera una obra distinta o completa, sino como un complemento de la obra, con el cual el fiel cristiano, en el cumplimiento de sus obligaciones y en el sufrimiento de las dificultades de la vida, eleva su alma a Dios con humilde confianza. Por tanto, la invocación piadosa complementa la elevación del alma; y ambas son como una piedra preciosa que se engasta en las actividades corrientes y las embellece, como la sal que condimenta adecuadamente estas actividades.

2. Es preferible aquella invocación que mejor corresponde a las circunstancias y estado de ánimo del momento; y ésta, o bien sale espontáneamente del corazón, o bien se elige entre aquellas que ya hace tiempo han sido admitidas por la práctica de los fieles cristianos, y de las cuales se añade más adelante una breve lista. 

3. La invocación puede ser muy breve, expresada en una o pocas palabras, o concebida sólo mentalmente.

Podemos aducir algunos ejemplos:

"Dios mío";
"Padre" (1);
"Alabado sea Jesucristo" (u otro saludo cristiano en uso);
"Creo en ti, Señor";
"Te adoro";
"Espero en ti";
"Gracias" (o bien: "Demos gracias a Dios");
"Bendito sea Dios" (o bien: "Bendigamos al Señor");
"Venga a nosotros tu reino";
"Hágase tu voluntad";
"Como quiera el Señor";
"Ayúdame, Dios mío";
"Dame fuerzas";
"Escúchame" (o bien: "Escucha mi oración");
"Sálvame";
"Ten piedad de mí";
"Perdóname, Señor";
"No permitas que me aparte de ti";
"No me abandones";
"Dios te salve, María";
"Gloria a Dios en el cielo";
"Señor, tú eres grande" (2);
"Todo tuyo".

Invocaciones introducidas por la costumbre, presentadas a modo de ejemplo (3):

1. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos, porque con tu cruz has redimido al mundo.

2. Bendita sea la santa Trinidad.

3. Cristo vence, Cristo reina, Cristo impera.

4. Corazón de Jesús, ardiente de amor a nosotros, inflama nuestro corazón en el amor a ti.

5. Corazón de Jesús, en ti confío.

6. Corazón de Jesús, todo por ti.

7. Sagrado Corazón de Jesús, ten piedad de nosotros.

8. Dios mío y todo mi bien.

9. ¡Oh, Dios!, ten compasión de este pecador. (4)

10. Permite que te alabe, Virgen sagrada; dame fuerza contra tus enemigos.

11. Enséñame a cumplir tu voluntad ya que tú eres mi Dios. (5)

12. Señor, auméntanos la fe. (6)

13. Señor, que se realice la unidad de las mentes en la verdad y la unidad de los corazones en la caridad.

14. ¡Señor, sálvanos que nos hundimos! (7)

15. ¡Señor mío y Dios mío! (8)

16. Dulce corazón de María, sé mi salvación.

17. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

18. Jesús, María, José.

19. Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía;
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía;
Jesús, José y María, descanse en paz con vos el alma mía.

20. Jesús, manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo.

21. Sea alabado y adorado por siempre el Santísimo Sacramento.

22. Quédate con nosotros, Señor. (9).

23. Madre dolorosa, ruega por nosotros.

24. Madre mía, confianza mía.

25. Envía, Señor, obreros a tu mies. (10)

.26. Que nos bendiga la Virgen María, junto con su santísimo Hijo.

27. Dios te salve, cruz, única esperanza.

28. Santos y santas de Dios, interceded por nosotros.

29. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas deJesucristo.

30. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. (11)

.31. Jesús, Señor compasivo, dales el descanso eterno.

32. Reina concebida sin pecado original, ruega por nosotros.

33. Santa Madre de Dios, siempre Virgen María, intercede por nosotros.

34. Santa María, Madre de Dios, ruega por mí.

35. Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. (12).

(1) Cf. Rom 8,15 et Gal 4,6.

(2) Cf. Idt 16,16 et Ps 85,10.

(3) Aliae invocationes, lingua vernacula expressae, inveniri poterunt in communibus pietatis libris.

(4) Lc 18,13.

(5) Ps 143 [Vg 142] 10.

(6) Lc 17,5.

(7) Mt 8,25.

(8) Io 20,28.


(9) Cf. Lc 24,29.
(10) Cf. Mt 9,38.

(11) Lc 23,46; cf. Ps 31 [Vg 30] 6.

(12) Mt 16,16. 

Constitución apostólica Indulgentiarum Doctrina de 1.1.1967 del Papa san Pablo VI

http://www.vatican.va/content/paul-vi/es/apost_constitutions/documents/hf_p-vi_apc_01011967_indulgentiarum-doctrina.html

[Texto original en latín en AAS 59 (1967), pp. 5-24]

 Pablo Obispo, Siervo de los siervos de Dios, en memoria perpetua de este acto 

I

1. La doctrina y uso de las indulgencias, vigentes en la Iglesia católica desde hace muchos siglos están fundamentados sólidamente en la revelación divina, [1] que, legada por los Apóstoles "progresa en la Iglesia con la asistencia del Espíritu Santo", mientras que "la Iglesia en el decurso de los siglos, tiende constantemente a la plenitud de la verdad divina, hasta que en ella se cumplan las palabras de Dios"[2].

Sin embargo, para el correcto entendimiento de esta doctrina y de su saludable uso es conveniente recordar algunas verdades, en las que siempre creyó toda la Iglesia, iluminada por la palabra de Dios, y los Obispos, sucesores de los Apóstoles, y sobre todo los Romanos Pontífices, sucesores de Pedro, han venido enseñando y enseñan, bien por medio de la praxis pastoral, bien por medio de documentos doctrinales, a lo largo de los siglos.

2. Según nos enseña la divina revelación, las penas son consecuencia de los pecados, infligidas por la santidad y justicia divinas, y han de ser purgadas bien en este mundo, con los dolores, miserias y tristezas de esta vida y especialmente con la muerte[3], o bien por medio del fuego, los tormentos y las penas catharterias en la vida futura[4]. Por ello, los fieles siempre estuvieron persuadidos de que el mal camino tenía muchas dificultades y que era áspero, espinoso y nocivo para los que andaban por él[5].

Estas penas se imponen por justo y misericordioso juicio de Dios para purificar las almas y defender la santidad del orden moral, y restituir la gloria de Dios en su plena majestad. Pues todo pecado lleva consigo la perturbación del orden universal, que Dios ha dispuesto con inefable sabiduría e infinita caridad, y la destrucción de ingentes bienes tanto en relación con el pecador como de toda la comunidad humana. Para toda mente cristiana de cualquier tiempo siempre fue evidente que el pecado era no sólo una trasgresión de la ley divina, sino, además, aunque no siempre directa y abiertamente, el desprecio u olvido de la amistad personal entre Dios y el hombre[6], y una verdadera ofensa de Dios, cuyo alcance escapa a la mente humana; más aún, un ingrato desprecio del amor de Dios que se nos ofrece en Cristo, ya que Cristo llamó a sus discípulos amigos y no siervos[7].

3. Por tanto, es necesario para la plena remisión y reparación de los pecados no sólo restaurar la amistad con Dios por medio de una sincera conversión de la mente, y expiar la ofensa inflingida a su sabiduría y bondad, sino también restaurar plenamente todos los bienes personales, sociales y los relativos al orden universal, destruidos o perturbados por el pecado, bien por medio de una reparación voluntaria, que no será sin sacrificio, o bien por medio de la aceptación de las penas establecidas por la justa y santa sabiduría divina, para que así resplandezca en todo el mundo la santidad y el esplendor de la gloria de Dios. De la existencia y gravedad de las penas se deduce la insensatez y malicia del pecado, y sus malas secuelas.

La doctrina del purgatorio sobradamente demuestra que las penas que hay que pagar o las reliquias del pecado que hay que purificar pueden permanecer, y de hecho frecuentemente permanecen, después de la remisión de la culpa[8]; pues en el purgatorio se purifican, después de la muerte, las almas de los difuntos que "hayan muerto verdaderamente arrepentidos en la caridad de Dios; sin haber satisfecho con dignos frutos de penitencia por las faltas cometidas o por las faltas de omisión"[9]. Las mismas preces litúrgicas, empleadas desde tiempos remotos por la comunidad cristiana reunida en la sagrada misa, lo indican suficientemente diciendo: "Pues estamos afligidos por nuestros pecados: líbranos con amor, para gloria de tu nombre"[10].

Todos los hombres que peregrinan por este mundo cometen por lo menos las llamadas faltas leves y diarias[11], y, por ello, todos están necesitados de la misericordia de Dios "para verse libres de las penas debidas por los pecados.

II

4. Por arcanos y misericordiosos designios de Dios, los hombres están vinculados entre sí por lazos sobrenaturales, de suerte que el pecado de uno daña a los demás, de la misma forma que la santidad de uno beneficia a los otros[12]. De esta suerte, los fieles se prestan ayuda mutua para conseguir el fin sobrenatural. Un testimonio de esta comunión se manifiesta ya en Adán, cuyo pecado se propaga a todos los hombres. Pero el mayor y mas perfecto principio, fundamento y ejemplo de este vínculo sobrenatural es el mismo Cristo, a cuya unión con él Dios nos ha llamado[13].

5. Pues Cristo, que "no cometió pecado", "padeció su pasión por nosotros"[14]; "fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes..., y sus cicatrices nos curaron"[15].

Los fieles, siguiendo las huellas de Cristo[16], siempre han intentado ayudarse mutuamente en el camino hacia el Padre celestial, por medio de la oración, del ejemplo de los bienes espirituales y de la expiación penitencial; cuanto mayor era el fervor de su caridad con más afán seguían los pasos de la pasión de Cristo, llevando su propia cruz como expiación de sus pecados y de los ajenos, teniendo por seguro que podían favorecer sus hermanos ante Dios, Padre de las misericordias, en la consecución de la salvación[17]. Este es el antiquísimos dogma de la comunión de los santos[18], según el cual la vida de cada uno de los hijos de Dios, en Cristo y por Cristo, queda unida con maravilloso vínculo a la vida de todos los demás hermanos cristianos en la unidad sobrenatural del Cuerpo místico de Cristo, formando corno una sola mística persona[19].

Así resulta el "tesoro de la Iglesia"[20]. El cual, ciertamente, no es una especie de suma de los bienes, a imagen de las riquezas materiales, que se van acumulando a lo largo de los siglos, sino que es el infinito e inagotable precio que tienen ante Dios las expiaciones y méritos de Cristo, ofrecidos para que toda la humanidad quedara libre del pecado y fuera conducida a la comunión con el Padre; es el mismo Cristo Redentor en el que están vigentes las satisfacciones y méritos de su redención[21]. A este tesoro también pertenece el precio verdaderamente inmenso e inconmensurable y siempre nuevo que tienen ante Dios las oraciones y obras buenas de la bienaventurada Virgen María y de todos los santos, que, habiendo seguido, por gracia del mismo Cristo, sus huellas, se santificaron ellos mismos, y perfeccionaron la obra recibida del Padre; de suerte que, realizando su propia salvación, también trabajan en favor de la salvación de sus hermanos, en la unidad del Cuerpo místico.

"Porque todos los que son de Cristo, poseyendo su Espíritu crecen juntos y en él se unen entre sí, formando una sola Iglesia [22 Cf Ef 4, 16]. Así que la unión de los peregrinos con los hermanos que durmieron en la paz de Cristo, de ninguna manera se interrumpe, antes bien, según la constante fe de la Iglesia, se fortalece con la comunicación de los bienes espirituales. Por estar los bienaventurados más íntimamente unidos a Cristo, consolidan más eficazmente a toda la Iglesia en la santidad... y contribuyen de múltiples maneras a su más dilatada edificación [23 Cf. 1Co 12, 12- 27]. Porque ellos llegaron ya a la patria y gozan de la presencia del Señor[24]; por él, con él y en él no cesan de interceder por nosotros ante el Padre, presentando por medio del único Mediador de Dios y de los hombres Cristo Jesús[25], los méritos que en la tierra alcanzaron; sirviendo al Señor en todas las cosas y completando en su propia carne, en favor del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, lo que falta a los sufrimientos de Cristo[26]. Su fraterna solicitud ayuda, pues, mucho a nuestra debilidad"[27].

Así, pues, entre los fieles, ya hayan conseguido la patria celestial, ya expíen en el purgatorio sus faltas, o ya peregrinen todavía por la tierra, existe ciertamente un vínculo perenne de caridad y un abundante intercambio de todos los bienes, mediante los cuales, expiados todos los pecados del Cuerpo místico, queda aplacada la justicia divina; y la misericordia divina es movida al perdón, para que los pecadores arrepentidos sean llevados más rápidamente al disfrute completo de los bienes de la familia de Dios.

III

6. La Iglesia, consciente desde un principio de estas verdades, inició diversos caminos para aplicar a cada fiel los frutos de la redención de Cristo, y para que los fieles se esforzaran en favor de la salvación de sus hermanos; y para que de esta suerte todo el cuerpo de la Iglesia estuviera edificado en justicia y santidad para la venida del reino de Dios, cuando Dios lo será todo en todos.
Los mismos Apóstoles exhortaban a sus discípulos a orar por la salvación de los pecadores
[28]; una antiquísima costumbre de la Iglesia ha conservado este modo de hacer[29], especialmente cuando los penitentes suplicaban la intercesión de toda la comunidad[30], y los difuntos eran ayudados con sufragios, especialmente con la ofrenda del sacrificio eucarístico[31]. También las obras buenas, sobre todo las más dificultosas para la fragilidad humana eran ofrecidas a Dios de antiguo en la Iglesia por la salvación de los pecadores[32]. Dado que los sufrimientos que, por la fe y la ley de Dios, soportaban los mártires eran estimados en gran manera, los penitentes les solían rogar, para, ayudados con sus méritos, alcanzar más rápidamente la reconciliación de parte de los Obispos[33]. Pues las oraciones y buenas obras de los justos eran tan estimadas que se tenía la certeza de que el penitente quedaba lavado, limpio y redimido con la ayuda de todo el pueblo cristiano[34].

En esto los fieles no creían que actuaban solamente con sus fuerzas en favor de la de los pecados de los demás hermanos, sino que se creía que la Iglesia, como cuerpo unido a Cristo, su cabeza, era la que satisfacía en cada uno de los miembros[35].

La Iglesia de los santos Padres tenía como cierto que llevaban a cabo la obra salvadora en comunión y bajo la autoridad de los pastores, a los que el Espíritu Santo había designado como Obispos para regir la Iglesia de Dios[36]. De esta suerte, los Obispos, sopesadas todas las cosas con prudencia, establecían la forma y medida de la satisfacción debida e incluso permitían que las penitencias canónicas se pudieran redimir con otras obras quizá más fáciles, convenientes para el bien común, o fomentadoras de la piedad, que eran realizadas por los mismos penitentes, e incluso en ocasiones por otros fieles[37].

IV

7. La vigente persuasión en la Iglesia de que los pastores de la grey del Señor podían librar a los fieles de las reliquias de los pecados por la aplicación de los méritos de Cristo y de los santos, poco a poco, a lo largo de los siglos, por inspiración del Espíritu Santo, alma del pueblo de Dios, sugirió el uso de las indulgencias, por medio del cual se realizó un progreso en esta misma doctrina y disciplina de la Iglesia; fue un progreso y no un cambio[38], y un nuevo bien sacado de la raíz de la revelación para utilidad de los fieles y de toda la Iglesia.

El uso de las indulgencias, propagado poco a poco, fue un acontecimiento notable en la historia de la Iglesia, cuando los Romanos Pontífices decretaron que ciertas obras oportunas para el bien común de la Iglesia "se podían tomar como penitencia general" [39] y que concedían a los fieles "verdaderamente arrepentidos y confesados" y que hubieran realizado estas obras "por la misericordia de Dios omnipotente y... apoyados en los méritos y autoridad de sus Apóstoles", "con la plenitud de la potestad apostólica" "el perdón, no sólo pleno y amplio, sino completísimo, de todos sus pecados"[40]. Porque "el unigénito Hijo de Dios... adquirió un tesoro para la Iglesia militante.,. Y este tesoro... lo confió a de Pedro, clavero del cielo, y a sus sucesores, sus vicarios en la tierra, para distribuirlo saludablemente a los fieles, y por motivos justos y razonables, para ser aplicado a la remisión total o parcial de la pena temporal debida por los pecados, tanto de forma general como especial (según les pareciera voluntad de Dios) a los fieles verdaderamente arrepentidos y confesados. Los méritos... de la bienaventurada Virgen María y de los elegidos son como el complemento de este tesoro acumulado"[41].

8. Esta remisión de la pena temporal debida por los pecados, perdonados ya en lo que se refiere a la culpa, fue designada con el nombre "indulgencia"[42].

Esta indulgencia tiene algo de común con las demás formas instauradas para quitar las reliquias de los pecados, pero, al mismo tiempo, hay razones que la distinguen perfectamente.

Pues en la indulgencia la Iglesia, empleando su potestad de administradora de la redención de Cristo, no solamente pide, sino que con autoridad concede al fiel convenientemente dispuesto el tesoro De las satisfacciones de Cristo y de los santos para la remisión de la pena temporal[43].

El fin que se propone la autoridad eclesiástica en la concesión de las indulgencias consiste no sólo en ayudar a los fieles a lavar las penas debidas, sino también incitarlos a realizar obras de piedad, penitencia y caridad, especialmente aquellas que contribuyen al incremento de la fe y del bien común[44].

Y cuando los fieles ganan las indulgencias en sufragio de los difuntos, realizan la caridad de la forma más eximia, y al pensar en las cosas sobrenaturales trabajan con más rectitud en las cosas de la tierra.

El Magisterio de la Iglesia ha declarado y reivindicado esta doctrina en diversos documentos[45]. Ciertamente que en el uso de las indulgencias a veces han existido abusos, bien porque, "debido a indiscretas y superfluas indulgencias" se menospreciaban los poderes de la Iglesia y se debilitaba la satisfacción penitencial[46], bien porque se vilipendiaba el nombre de las indulgencias por unas "míseras ganancias"[47]. La Iglesia, sin embargo, corrigiendo y enmendando abusos, "enseña y ordena que el uso de las indulgencias ha de conservarse en la Iglesia como muy saludable para el pueblo cristiano y aprobado por la autoridad de los sacrosantos Concilios, y condena con anatema a quienes afirmen que estas son inútiles o que la Iglesia no tiene potestad para concederlas"[48].

9. Hoy también la Iglesia invita a todos sus hijos a que mediten y consideren el gran valor del uso de las indulgencias para la vida individual y para el fomento de la sociedad cristiana.

Si recordamos brevemente los motivos principales, en primer lugar este uso saludable nos enseña que "es malo y amargo abandonar al Señor, tu Dios"[49].Los fieles, al ganar las indulgencias, advierten que no pueden expiar sólo con sus fuerzas al mal que se han infligido al pecar, a sí mismos y a toda la comunidad, y por ello son movidos a una humildad saludable.

Además, el uso de las indulgencias demuestra la íntima unión con que estamos vinculados a Cristo, y la gran importancia que tiene para los demás la vida sobrenatural de cada uno, para poder estar más estrecha y fácilmente unidos al Padre. El uso de las indulgencias fomenta eficazmente la caridad y la ejerce de forma excepcional, al prestar ayuda a los hermanos que duermen en Cristo.

10. Además, las indulgencias aumentan la confianza y la esperanza de una plena reconciliación con Dios Padre, no dando tregua al abandono ni permitiendo descuidar el cultivo de las disposiciones requeridas para una plena comunión con Dios. Pues las indulgencias, a pesar de ser beneficios gratuitos, solamente se conceden, tanto a los vivos como a los difuntos, una vez cumplidas ciertas condiciones, requiriéndose para ganarlas, bien que se hayan llevado a cabo las obras buenas prescritas, bien que el fiel esté dotado de disposiciones debidas, es decir, que ame a Dios, deteste los pecados, tenga confianza en los méritos de Cristo y crea firmemente que la comunión de los santos le es de gran utilidad.

Tampoco se puede dejar pasar por alto que los fieles, al ganar las indulgencias, se someten dócilmente a los legítimos pastores de la Iglesia y de forma especial al sucesor de Pedro, clavero del cielo, a los que el Señor mandó que apacentaran y rigieran su Iglesia.

De esta suerte, la saludable institución de las indulgencias hace a su modo que la Iglesia se presente a Cristo sin mancha ni arruga, santa e inmaculada[50], maravillosamente unida a Cristo por el vínculo sobrenatural de la caridad. Puesto que con la ayuda de las indulgencias los miembros de la Iglesia purgante se suman más rápidamente a la Iglesia celestial, por las mismas indulgencias el reino de Cristo se instaura más y más y con mayor rapidez, "hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud"[51].

11. Basada en estas verdades, la santa Madre Iglesia, al recomendar nuevamente a los fieles el uso de las indulgencias, como uso muy grato al pueblo cristiano a lo largo de muchos siglos y también en nuestros tiempos, como lo prueba la experiencia, no pretende quitar importancia a las demás formas de santificación y purificación, en especial al santo sacrificio de la misa y los sacramentos, sobre todo al sacramento de la penitencia, ni tampoco a los copiosos auxilios denominados bajo el nombre común de sacramentales, ni a las obras de piedad, penitencia y caridad. Todas estas formas tienen de común el que operan con tanta más validez la santificación y la purificación cuánto más estrechamente se está unido a Cristo, cabeza, y al cuerpo de la Iglesia, mediante la caridad. Las indulgencias confirman también la supremacía de la caridad en la vida cristiana. Pues no se pueden ganar sin una sincera metánoia y unión con Dios, a lo que se suma el cumplimiento de las obras prescritas. Sigue en pie, por tanto, el orden de la caridad, en el que se inserta la remisión de las penas por dispensación del tesoro de la Iglesia.

La Iglesia exhorta a sus fieles a que no abandonen ni menosprecien las santas tradiciones de sus mayores, sino que las acepten religiosamente y las estimen como precioso tesoro de la familia católica; sin embargo, permite que cada uno emplee estos auxilios de purificación y santificación con la santa y justa libertad de los hijos de Dios, aunque pone de continuo ante su consideración los requisitos más necesarios, mejores y más eficaces para conseguir la salvación[52].

Y para que el empleo de las indulgencias se tenga en mayor estima y dignidad, la santa Madre Iglesia ha creído oportuno introducir algunas innovaciones en su disciplina y decretar nuevas normas.

V

12. Las normas que siguen a continuación introducen las oportunas variaciones en la disciplina de las indulgencias, habiendo tenido en cuenta los deseos de las Conferencias Episcopales.

Las normas del Código de Derecho Canónico y de los Decretos de la Santa Sede sobre las indulgencias permanecen intactos en lo que concuerden con las nuevas normas.

En la preparación de estas normas se han tenido en cuenta de forma especial tres cosas: establecer una nueva medida para la indulgencia parcial, disminuir oportunamente las indulgencias plenarias, atribuir a las llamadas indulgencias reales y locales una forma más simple y más digna.

En lo referente a la indulgencia parcial, se prescinde de la antigua determinación de días y años, y se ha buscado una nueva norma o medida, según la cual se tendrá en cuenta la acción misma del fiel que ejecuta una obra enriquecida con indulgencia.

Puesto que el fiel, mediante su acción —además del mérito, que es el principal fruto de su acción—, puede conseguir también una remisión de la pena temporal, tanto mayor cuanto mayor es la caridad de quien la realiza y la excelencia de la obra, se ha creído oportuno que esta misma remisión de la pena, ganada por el fiel mediante su acción, sea la medida de la remisión de la pena que la autoridad eclesiástica liberalmente añade por la indulgencia parcial.

Con respecto a la indulgencia plenaria, ha parecido oportuno disminuir convenientemente su número, para que los fieles tengan la debida estima de la indulgencia plenaria y puedan conseguirla con las debidas disposiciones. A lo que está al alcance de la mano se le da poca importancia; lo que se ofrece con abundancia pierde en estimación, dado que la mayoría de fieles necesitan un conveniente espacio de tiempo para prepararse a ganar convenientemente la indulgencia plenaria.

En lo referente a las indulgencias reales o locales, no sólo se ha disminuido notablemente su número, sino que se ha suprimido esta denominación, para que quede más patente que son las acciones de los fieles las que están enriquecidas de indulgencias, y no las cosas o lugares que son solamente ocasión para ganar las indulgencias. Más aún, los miembros de las pías asociaciones pueden ganar sus indulgencias propias, realizando las obras prescritas, sin requerirse el empleo de insignias.

NORMAS

Norma 1. Indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en lo referente a la culpa que gana el fiel, convenientemente preparado, en ciertas y determinadas condiciones, con la ayuda de la Iglesia, que, como administradora de la redención, dispensa y aplica con plena autoridad el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos.

Norma 2. La indulgencia es parcial o plenaria, según libere totalmente o en parte de la pena temporal debida por los pecados.

Norma 3. Las indulgencias, ya parciales ya plenarias, siempre pueden aplicarse por los difuntos a modo de sufragio.

Norma 4. La indulgencia parcial, de ahora en adelante, será indicada exclusivamente por las palabras "indulgencia parcial", sin añadir ninguna determinación de días ni de años.

Norma 5. Al fiel que, al menos con corazón contrito, lleva a cabo una obra enriquecida con indulgencia parcial, se le concede por obra de la Iglesia una remisión tal de la pena temporal cual la que ya recibe por su acción.

Norma 6. La indulgencia plenaria solamente se puede ganar una vez al día, salvo lo prescrito en la norma 18 para los que se encuentran in articulo mortis.

En cambio, la indulgencia parcial se puede ganar muchas veces en un mismo día, a no ser que se advierta expresamente otra cosa.

Norma 7. Para ganar la indulgencia plenaria se requiere la ejecución de la obra enriquecida con la indulgencia y el cumplimiento de las tres condiciones siguientes: la confesión sacramental, la comunión eucarística y la oración por las intenciones del Romano Pontífice. Se requiere además, que se excluya todo afecto al pecado, incluso venial.

Si falta esta completa disposición, y no se cumplen las condiciones arriba indicadas, salvo lo prescrito en la norma 11 para los impedidos, la indulgencia será solamente parcial.

Norma 8. Las tres condiciones pueden cumplirse algunos días antes o después de la ejecución de la obra prescrita; sin embargo, es conveniente que la comunión y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice se realicen el mismo día en que se haga la obra.

Norma 9. Con una sola confesión sacramental se pueden ganar muchas indulgencias plenarias; en cambio, con una sola comunión eucarística y con una sola oración por las intenciones del Sumo Pontífice solamente se puede ganar una indulgencia plenaria.

Norma 10. La condición de orar por las intenciones del Sumo Pontífice se cumple plenamente recitando un Padrenuestro y un Ave María por sus intenciones; aunque cada fiel puede rezar otra oración, según su devoción y piedad por el Romano Pontífice.

Norma 11. Queda en pie la facultad concedida a los confesores por el canon 935 del Código de Derecho Canónico de conmutar a los "impedidos" tanto la obra prescrita como las condiciones. Los Ordinarios de lugar pueden conceder a los fieles sobre los que ejerzan su autoridad según la norma del derecho, y que habiten en lugares donde de ningún modo o difícilmente puedan practicar la confesión y comunión, el poder ganar la indulgencia plenaria sin la comunión y confesión actual, con tal que estén arrepentidos de corazón y tengan propósito de recibir los citados sacramentos en cuanto les sea posible.

Norma 12. Ya no se empleará más la división de las indulgencias en personales, reales y locales, para que quede bien manifiesto que lo que se enriquece con indulgencias son las acciones de los fieles, aunque a veces sigan unidas a una cosa o sitio determinado.

Norma 13. Se revisará el Enchiridion de indulgencias, con el fin de enriquecer con indulgencias solamente las principales oraciones y obras de piedad, caridad y penitencia.

Norma 14. Las listas y sumarios de las indulgencias de las Órdenes, Congregaciones religiosas, Sociedades de vida en común sin votos, Institutos seculares y pías Asociaciones de fieles serán revisados lo antes posible, de forma que la indulgencia plenaria se pueda ganar solamente en unos días peculiares, que determinará la Santa Sede, a propuesta del moderador general o, si se tratara de pías Asociaciones, del Ordinario del lugar.

Norma 15. En todas las iglesias, oratorios públicos o —por parte de quienes los empleen legítimamente— semipúblicos, puede ganarse una indulgencia plenaria aplicable y solamente en favor de los difuntos, el día 2 de noviembre.

Pero en las iglesias parroquiales se puede, además, ganar una indulgencia plenaria dos veces al año: el día de la fiesta del titular y el 2 de agosto, que se celebra la indulgencia de la "Porciúncula", o en otro día más oportuno que establezca el Ordinario.

Todas las citadas indulgencias podrán ganarse o en los días indicados o, con permiso del Ordinario, el domingo anterior y el posterior.

Las demás indulgencias adscritas a iglesias u oratorios serán revisadas cuanto antes.

Norma 16. La obra prescrita para ganar la indulgencia plenaria adscrita a una iglesia u oratorio es una visita piadosa a éstos, en la que se recitan la oración dominical y el símbolo de la fe (Padrenuestro y Credo).

Norma 17. El fiel que emplea con devoción un objeto de piedad (crucifijo, cruz, rosario, escapulario o medalla), bendecido debidamente por cualquier sacerdote, gana una indulgencia parcial.

Y si hubiese sido bendecido por el Sumo Pontífice o por cualquier Obispo, el fiel, empleando devotamente dicho objeto, puede ganar también una indulgencia plenaria en la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, añadiendo alguna fórmula legítima de profesión de fe.

Norma 18. Si no se pudiera tener en la hora de muerte un sacerdote para administrar los sacramentos y la bendición apostólica con su indulgencia plenaria, de la que se habla en el canon 468, § 2, del Código de Derecho Canónico, la Iglesia, Madre piadosa, concede benignamente al que esté debidamente dispuesto la posibilidad de conseguir la indulgencia plenaria in articulo mortis, con tal que durante su vida hubiera rezado habitualmente algunas oraciones. Para conseguir esta indulgencia plenaria se empleará laudablemente un crucifijo o una cruz.

El fiel podrá ganar esta misma indulgencia plenaria in articulo mortis aunque en el mismo día haya ganado ya otra indulgencia plenaria.

Norma 19. Las normas dictadas sobre las indulgencias plenarias, especialmente la número 6, se aplican también a las indulgencia plenarias que hasta hoy se acostumbraban a llamar toties quoties.

Norma 20. La piadosa Madre Iglesia, especialmente solícita con los difuntos, dando por abrogado cualquier otro privilegio en esta materia, determina que se sufrague ampliamente a los difuntos con cualquier sacrificio de la misa.

Las nuevas normas en las que se basa la consecución de las indulgencias entrarán en vigor a partir de los tres meses cumplidos del día en que se publique esta Constitución en Acta Apostolicae Sedis.

Las indulgencias anejas al uso de los objetos de piedad que arriba no se mencionan cesan cumplidos tres meses de la promulgación de esta Constitución en Acta Apostolicae Sedis.

Las revisiones de que se habla en las normas 14 y 15 deben proponerse a la Sagrada Penitenciaria antes de un año; cumplidos dos años del día de esta Constitución, las indulgencias que no fueran confirmadas perderán todo valor.

Queremos que cuanto aquí hemos establecido y prescrito quede firme y eficaz ahora y en el futuro, sin que obste, en lo que fuera preciso, las Constituciones y Ordenaciones apostólicas publicadas por nuestros predecesores, y demás prescripciones, incluso dignas de especial mención y derogación.

Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 1 de enero, Octava de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo del año 1967, cuarto de nuestro pontificado.

Pablo PP. VI

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Notas

(1) Cf. Concilio Tridentino, sesión XXV, Decretum de indulgentiis: "Puesto que Cristo ha otorgado a la Iglesia la potestad de conceder indulgencias, y que ella desde tiempos remotos ha usado de esta potestad que le ha sido dada por Dios...":
DS (Denzinger-Schönmetzer) 1835; cf. Mt 28, 18.

(2Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Dei verbum, sobre la divina revelación, núm. 8: AAS 58 (1966), p. 821; cf. Concilio Vaticano I, Constitución dogmática Dei Filius, sobre la fe católica, cap. 4, De fide et ratione: DS 3020.

(3) Cf Gen 3,16-19: "A la mujer le dijo (Dios):«Mucho te haré sufrir en tu preñez, | parirás hijos con dolor, tendrás ansia de tu marido, y él te dominará». A Adán le dijo: «Por haber hecho caso a tu mujer y haber comido del árbol del que te prohibí, maldito el suelo por tu culpa: comerás de él con fatiga mientras vivas; brotará para ti cardos y espinas, | y comerás hierba del campo. Comerás el pan con sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste sacado; pues eres polvo y al polvo volverás»".

Cf también 

Lc 19,41-44: "Al acercarse [Jesús] y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía: «¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos. Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita»".

 Rom 2,9: "Tribulación y angustia sobre todo ser humano que haga el mal, primero sobre el judío, pero también sobre el griego".

1 Cor 11,30: "Por ello hay entre vosotros muchos enfermos y no pocos han muerto".

Cf. San Agustín, Enarr. in Ps LVII7 1, 13: «Toda iniquidad, grande o pequeña, ha de ser castigada, sea por la penitencia del hombre mismo por el castigo de Dios»: CCL 39, p. 739; PL 36, 701.

Cf. Santo Tomás de Aquino, S. Th. 1-2, q. 87, a. 1: «Siendo el pecado un acto desordenado, está claro que todo el que peca, obra contra algún orden. Por lo que es consecuente que sea reprimido por el mismo orden. Y esta represión es un castigo».

4 Cf. Mt 25, 41-42: "Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer".
Véase también Mc 9, 42-43; Jn 5, 28-29; Rm 2, 9; Gal 6, 6-8.

Cf. II Concilio de Lyon, Sesión IV, Profesión de fe del emperador Miguel Paleólogo: DS 856-858.

Cf. Concilio de Florencia, Decretum pro Graecis: DS 1304-1306.

Cf. AGUSTÍN, Enchiridion, 66, 17: "Parece como si muchas cosas fueran aquí perdonadas y quedaran sin castigo; pero es que este castigo queda reservado para más tarde. No sin razón aquel día se llama con propiedad día del juicio, cuando vendrá el juez de vivos y muertos. Como por el contrario, si algunas cosas son castigadas aquí y, aun si quedan perdonadas, ya no habrá que responder por ellas en el mundo futuro. Por eso, refiriéndose a algunos castigos temporales que sufren en esta vida los pecadores, a ellos, cuyos pecados ya han sido borrados, para que no sean reservados para el castigo final, les dice el Apóstol (1 Co 11, 31-32): "Si nos hiciésemos la debida autocrítica, no seríamos condenados. De cualquier manera, el Señor, al castigarnos, nos corrige para que no seamos condenados junto con el mundo"":
ed. Scheel, Tubinga 1930, p. 42; PL 40, 263.

(5) Cf Hermae pastor, Mand. 6, 1, 3: FUNK, Patres Apostolici 1, p. 487

[5] Cf. El pastor de Hermas, mand. 6, 1,3: F.X. Funk, Patres Apostolici, I, p. 487.

[6] Cf. Is 1, 2-3; cf., también, Dt 8, 11; 32, 15ss.; Sal 105, 21; 118 passimSb 7, 14; Is 7; 10; 44, 21; Jr 33, 8; Ez 20, 27; cf. Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Dei verbum, sobre la divina revelación, núms. 2 y 21.

6 Cf. Is 1, 2-3: "Hijos he criado y educado, y ellos se han rebelado contra mí. Conoce el buey a su amo, y el asno, el pesebre del dueño. Israel no conoce, mi pueblo no recapacita", cf. también Dt 8, 11 y 32, 15 ss; Sal 105, 21 y 118, passim; Sb 7, 14; Is 17, 10 y 44, 21; Jr 33, 88; Ez 20, 27.
Cf. Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Dei verbum sobre la revelación divina, núm. 2: "En esta revelación, Dios invisible (cf. Col 1, 15; 1 Tm 1, 17), por la abundancia de su caridad, habla a los hombres como amigos (cf. Ex 33, 11; Jn 15, 14-15) y convive con ellos (cf. Ba 3, 38), para invitarlos y recibirlos en su compañía": AAS, 58 (1966) p. 818. Cf. también ibid., núm. 21; 1. c. pp. 827-828.

[7] Cf Jn 15, 14-15; cf. Concilio Vaticano II, Constitución pastoral Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, núm. 22; Decreto Ad gentes, sobre la actividad misionera de la Iglesia núm. 13.
Cf. Jn 15, 14-15.

Cf. Concilio Vaticano II, Constitución pastoral Gaudium et spes sobre la Iglesia en el mundo actual, núm. 22: AAS, 58 (1966) p. 1042 y Decreto Ad gentes sobre la actividad misionera de la Iglesia, núm. 13: AAS, 58 (1966) p. 962.

[8] Cf. Nm 20, 12; 27,13-14; 2S 12,13-14; cf. Inocencio IV, Instructio pro Graecis: DS 838; Concilio Tridentino, Sesión VI, can. 30: DS 1580, cf., 1689; S. Agustín, Tractatus in Evangelium Ioannis, tract. 124,5: CPL 35, pp. 683-684, PL 5, 1972-1973.

8 Cf. Nm 20, 12: "El Señor dijo a Moisés y a Aarón: Por no haberme creído, por no haber reconocido mi santidad en presencia de los israelitas, no haréis entrar a esta comunidad en la tierra que les voy a dar."
Cf. Nm 27, 13-14: "Después de verla, te reunirás también tú con los tuyos, como ya Aarón, tu hermano, se ha reunido con ellos. Porque os rebelasteis en el desierto de Sin, cuando la comunidad protestó, y no les hicisteis ver mi santidad junto a la fuente".
Cf. 2 R 12, 13-14: "David respondió a Natán: ¡He pecado contra el Señor! Natán le dijo: El Señor ha perdonado ya tu pecado, no morirás. Pero por haber despreciado al Señor con lo que has hecho, el hijo que te ha nacido morirá".
Cf. INOCENCIO IV, Instructio pro Graecis: DS 838.
Cf. Concilio Tridentino, sesión VI, canon 30: "Si alguien dijere que a cualquier pecador arrepentido, después de haber recibido la gracia de la justificación, se le remite la culpa y se le borra el reato de la pena eterna, de modo que no queda reato de pena temporal por satisfacer en este mundo o en el futuro en el purgatorio, antes de que se le pueda abrir la entrada en el reino de los cielos: sea anatema": DS 1580; cf. también DS 1689, 1693.
Cf. S. AGUSTÍN, In lo. ev. tr 124, 5: "El hombre se ve obligado a soportar (esta vida) incluso después de que se le han perdonado los pecados, aunque el pecado sea la causa que lo ha llevado a esta miseria. Y por eso o para la manifestación de la propia miseria, o para la enmienda de la frágil vida, o para la necesaria penitencia, retiene temporalmente la pena al hombre, al que ya no retiene la culpa como reo de condenación eterna". CCL 36, pp. 683684; PL 35, 1972-1973.

[9] Concilio de Lyón II, Sesión IV: DS 856.
9 Concilio de Lyon II, sesión IV: DS 856.

[10] Cf. Missale Romanum, (edición de 1962), Oración del domingo de Septuagésima; cf. Oración sobre el pueblo del lunes de la primera semana de Cuaresma; Oración después de la comunión del tercer domingo de Cuaresma.

(10) Cf. Misal Romano (1962). Oración colecta del Domingo de Septuagésima: "Escucha, Señor, las oraciones de tu pueblo: para que, los que somos afligidos justamente a causa de nuestros pecados, seamos liberados misericordiosamente por la gloria de tu nombre".
Cf. Ibid., Oración sobre el pueblo del lunes de la I semana de Cuaresma: "Rompe, Señor, las cadenas de nuestros pecados, y aparta de nosotros el castigo que por ellos merecemos".
Cf. Ibid., Oración después de la comunión del Domingo III de Cuaresma:
"Libra, Señor, de toda falta y de todo peligro a quienes hemos participado de tan gran misterio".

[11] Cf. St 3, 2; 1Jn 1, 8; y el comentario de este texto por el Concilio de Cartago: DS 228; cf. Concilio Tridentino, Sesión VI, Decretum de iustificatione, cap. II: DS 1537; cf. Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium, sobre la Iglesia, núm. 40.

(11) "Cf. St 3, 2: "Todos faltamos a menudo".
Cf. 1 Jn, 1, 8: "Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no
somos sinceros". El Concilio Cartaginense comenta así este texto: "Asimismo se ha decidido que aquello de san Juan apóstol: Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros: si alguien pensare que hay que entender que lo dice por razón de humildad, no porque sea así realmente, sea anatema": DS 228.
Cf. Concilio Tridentino, sesión VI, Decr. de iustificatione, cap. 11: DS1537.Cf. Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium sobre la Iglesia, núm. 40: "Puesto que todos faltamos a menudo (cf. St 3, 2), necesitamos continuamente de la misericordia de Dios y debemos pedir cada día: "Perdona nuestras ofensas" (Mt 6, 12)": AAS, 57 (1965) p. 45.

[12] Cf. S. Agustín, De baptismo contra Donatistas, 1,28: PL 43,124.

12 Cf. S. AGUSTÍN De baptismo contra Donatistas 1, 28: PL 43, 124.

[13] Cf. Jn 15, 5; 1Co 1,9. 10,17; 12, 27; Fil, 20- 23; 4, 4; cf. Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium, sobre la Iglesia, núm. 7; Pío XII, Encíclica Mystici CorporisDS 3813, AAS 35 (1943), pp. 230-231; S. Agustín, Enarratio 2 in psalmun 90, 1: CCL 39, p 1266, PL 37, 1159.

13 Cf. Jn 15, 5: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos: el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante".
Cf. 1 Co 12, 27: "Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es miembro". Cf. también 1 Co 1, 9 y 10, 17; Ef 1, 20-23 y 4, 4.
Cf. Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium sobre la Iglesia, núm. 7: AAS, 57 (1965) pp. 10-11.
Cf. Pío XII, Carta encíclica Mystici Corporis: "La comunicación del Espíritu de Cristo hace que... la Iglesia venga a ser como la plenitud y el complemento del Redentor, y que Cristo, en cierto modo, sea complementado en todo por la Iglesia (cf. STO. TOMÁS, Comm. in epist. ad Eph. 1. Lect. 8). Por estas palabras comprendemos la razón por la que la Cabeza mística, que es Cristo, y la Iglesia, que en la tierra, como otro Cristo, representa a su persona, constituyen un hombre nuevo, en el que se unen el cielo y la tierra al perpetuar la obra salvadora de la cruz: llamamos Cristo a la Cabeza y al Cuerpo, al Cristo total": DS 3813: AAS, 35 (1943) pp. 230-231.
Cf. S. AGUSTÍN, Enarr 2 in Ps XC, 1: "Nuestro Señor Jesucristo, como hombre consumado y completo, es cabeza y es cuerpo: reconocemos la cabeza en el hombre concreto que nació de la Virgen María... ésta es la cabeza de la Iglesia. El cuerpo de esta cabeza es la Iglesia, no la que se halla en este lugar, sino la que está en este lugar y en todo el orbe de la tierra; ni tampoco la de este tiempo, sino la que va desde Abel hasta los que nacerán hasta el fin y creerán en Cristo, todo el pueblo de los santos, que pertenecen a una misma ciudad; ciudad que es el cuerpo de Cristo, que tiene a Cristo por Cabeza": CCL 39, p. 1266; PL 37,1159.

[14] 1P 2, 22. 21.

14 Cf. 1 P 2, 22 y 21.

[15] Is 53, 4- 6; con 1P 2, 21-25; cf., también, Jn 1, 29; Rm 4,26; 5, 9ss.; 1Co 15,3; 2Co 5, 21 Ga 1, 4; Ef 1, 7ss.; Hb 1, 3; 1Jn 3, 5.

15 Cf. Is 53, 4-6 con 1 P 2, 21-25; cf. también Jn 1, 29; Rm 4, 25; 5, 9ss.; 1 Co 15, 3; 2 Co 5, 21; Ga 1, 4; Ef 1, 7ss.; Hb 1, 3, etc; 1 Jn 3, 5.

[16] Cf. 1P 2, 21.

16 Cf. 1 P 2, 21.

[17] Cf. Col 1, 24; cf. Clemente de Alejandría, Líber "Quis dives salvetur", 42: GCS Clemens 3, p 190 PG 9, 650 S. Cipriano, De lapsis, 17, 36: CSEL 31, pp. 249-250 y 263, PL 4, 495 y 508; S Jerónimo, Contra Vigilantium, 6 PL 23, 359; S. Basilio Magno, Homilia in martyrem Julittam, 9: PG 31 218- 259; S. Juan Crisóstomo, In epistolam ad Philippenses, 1, homilía 3, 3: PG 62, 203; Sto. Tomás, Summa Theologica, I-II q 87, a. 8.

17 Cf. Col 1, 24: "Me alegro de sufrir por vosotros; así completo en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia".
Cf. S. CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, Lib. Quis dives salvetur (42): San Juan apóstol exhorta al joven ladrón a que se convierta, exclamando: "Yo responderé de ti ante Cristo. Si es necesario sufriré de buena gana tu muerte, del mismo modo que el Señor sufrió la muerte por nosotros. Daré mi vida en vez de la tuya" CGS Clemens 3, p. 190: PG 9, 650.
Cf. S. CIPRIANO, De lapsis 17; 36: "Creemos ciertamente que los mártires y las obras de los justos pesan mucho ante el juez, pero cuando llegue el día del juicio, cuando después del ocaso de este mundo y esta tierra se presente ante el tribunal de Cristo su pueblo". "Puede perdonar con clemencia al que se arrepiente, al que se esfuerza, al que ruega, puede transferir en su favor lo que por ellos pidan los mártires y hagan los sacerdotes"; CSEL 31, pp. 249250 y 263; PL 4, 495 y 508.
Cf. S. JERÓNIMO, Contra Vigilantium 6: "Dices en tu opúsculo que, mientras vivimos, podemos orar los unos por los otros, pero que cuando hayamos muerto ninguna oración a favor de otro será escuchada, sobre todo si tenemos en cuenta que los mártires no han podido lograr que su sangre sea vengada (Ap 6, 10). Si los apóstoles y los mártires cuando aún vivían corporalmente pudieron orar por los demás, a pesar de que todavía debían preocuparse por sí mismos, ¿cuánto más después de haber alcanzado la corona, la victoria y el
triunfo?": PL 23, 359.
Cf. S. BASILIO MAGNO, Homilía in martyrem Julittam 9: "Conviene, por tanto, llorar con los que lloran. Cuando veas a un hermano que llora por el dolor de sus pecados, llora con él y compadécete de él. Así podrás corregir tus males a la vista de los ajenos. Porque quien derrama ardientes lágrimas por el pecado del prójimo, al llorar por su hermano, se pone remedio a sí mismo. Llora por el pecado. El pecado es la enfermedad del alma, es la muerte del alma inmortal; el pecado es digno de llanto y de lamento inconsolable": PG 31, 258-259.
Cf. S. JUAN CRISOSTOMO, In epist. ad Philipp. 1 hom. 3, 3:
"Por tanto, no lloremos indistintamente por los que mueren, ni nos alegremos indistintamente por los que viven. ¿Qué haremos pues? Lloremos por los pecadores, no sólo por los que mueren, sino también por los que viven: alegrémonos por los justos, no sólo mientras viven, sino también después que ellos han muerto". PG 62, 223.
Cf. STO. TOMÁS, S. Th. 1-2, q. 87, a. 8: "Si nos referimos a la pena satisfactoria que uno voluntariamente asume, se da el caso de que uno cargue con la pena del otro, en cuanto que son como una misma cosa... Pero si nos referimos a la pena infligida por el pecado, en cuanto considerada como pena, entonces sólo es castigado cada uno por su propio pecado, ya que el acto pecaminoso es algo personal. Y si nos referimos a la pena de carácter medicinal, entonces se da el caso de que uno es castigado por el pecado del otro. Ya se ha dicho, en efecto, que el deterioro de las cosas corporales, o incluso del mismo cuerpo, es una pena medicinal ordenada a la salvación del alma. Nada, pues, impide que alguien sea castigado con tales penas por el pecado de otro, o por Dios o por el hombre".

[18] Cf. León XIII, Encíclica Mirae caritatis: Mirae caritatis: «Nihil est enim aliud sanctorum communio ... nisi mutua auxilii, expiationis, presum, beneficiorum communicatio inter fideles vel caelesti patria potitos vel igni piaculari addictos vel adhuc in terris peregrinantes, in unam coalescentes civitatem, cuius caput Christus, cuius forma caritas»: Acta Leonis XIII 22 (1902), p. 129; D.S. 3363.

18 Cf. LEÓN XIII, Carta encíclica Mirae caritatis: "La comunión de los santos no es otra cosa... que la mutua comunicación de ayuda, de expiación, de preces, de beneficios, entre los fieles que ya gozan de la patria celestial, o los que están sometidos al fuego purificador, o los que aún peregrinan en la tierra, ya que todos tienden a reunirse en una misma ciudad, cuya cabeza es Cristo, cuya forma es la caridad": Acta Leonis XIII, 22 (1902) p. 129; DS 3363.

[19] Cf 1Co 12, 12-13 cf. Pío XII, Encíclica Mystici CorporisAAS 35 (1943), p. 218; Sto. Tomás, Summa Theologica, III, q 48, a 2 ad 1 y q. 49 a.1.

(19) Cf 1 Cor 12,12-13: «Sicut enim corpus unum est et membra habet multa; omnia autem membra corporis, cum sint multa, unum tamen corpus sunt; ita et Christus. Etenim in uno Spiritu omnes nos in unum corpus baptizati sumus».
Cf PIUS XII, Litt. encycl. Mystici Corporis: «Ita (Christus) in Ecclesia quodammodo vivit, ut ipsa quasi altera Christi persona exsistat. Quod quidem gentium Doctor ad Corinthios scribens affirmat, cum, nihil ahud adiiciens, "Christum" Ecclesiam vocat (cf 1 Cor 12,12), ipsumque profecto Magistrum imitatus, qui eidem Ecclesiae insectanti adclamaverat ex alto: "Saule, Saule, quid me persequeris?" (cf Act 9,4; 22,7; 26,14). Quin immo si Nysseno credimus, saepius ab apostolo Ecclesia "Christus" nuncupatur (cf De vita Moysis: PG 44, 385); nec ignotum vobis est, venerabiles Fratres, illud Augustini effatum: "Christus praedicat Christum" (cf Sermones 354, 1; PL 39, 1563)»: AAS 35 (1943), p. 218.
Cf THOMAS, S. Th. 3, q. 48, a. 2 ad 1 et q. 49, a. 1.

19 Cf. 1 Co 12, 12-13: "Porque lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros... hemos sido bautizados en un mismo espíritu para formar un solo cuerpo".
Cf. Pío XII, Carta encíclica Mystici Corporis: "Así, (Cristo) en cierta manera vive en la Iglesia, de tal modo que ésta sea como otra persona de Cristo. Es lo que afirma el Maestro de los gentiles escribiendo a los Corintios, cuando llama a la Iglesia "Cristo" sin más (cf. 1 Co 12, 12), imitando en esto al divino Maestro, que le había dicho desde el cielo cuando perseguía encarnizadamente a la Iglesia: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" (cf. Hch 9, 4; 22, 7; 26, 14). Más aún, si hemos de creer al Niseno, repetidamente el Apóstol designa a la Iglesia con el nombre de Cristo (cf. De vita Moysis: PG 44, 385) ni os es desconocida, venerables hermanos, aquella expresión de san Agustín: "Cristo predica a Cristo" (Sermones 354, 1: PL 39, 1563); AAS, 35 (1943) p. 218.
Cf. STO. TOMÁS S. Th. 3, q. 48, a. 2 ad 1 y q. 49, a. 1.

(20) Cf CLEMENS VI, Bulla iubilaei Unigenitus Dei Filius: «Unigenitus Dei Filius ... thesaurum militanti Ecclesiae acquisivit ... Quem quidem thesaurum ... per beatum Petrum caeli clavigerum, eiusque successores, sues in terris vicarios, commisit fidelibus salubriter dispensandum ... Ad cuius quidem thesauri cumulum beatae Dei Genitricis omniumque electorum a primo iusto usque ad ultimum merita adminiculum praestare noscuntur ...»: D.S. 1025, 1026, 1027.
Cf SIXTUS IV, Epist. encycl. Romani Pontificis: «... Nos, quibus plenitudo potestatis ex alto est attributi, de thesauro universalis Ecclesiae, qui ex Christi Sanctorumque eius meritis constat, Nobis commisso, auxilium et suffragium animabus purgatorii afferre cupientes ...»: D.S. 1406.
Cf LEO X, Decretum Cum postquam ad Caietanum de Vio legatum papae: «... thesaurum meritorum Iesu Christi et Sanctorum dispensare ...»: DS 1448; cf D.S. 1467 et 2641.

20 Cf. CLEMENTE VI, Bula del jubileo Unigenitus Dei Filius: "El Hijo único de Dios... ganó un tesoro para la Iglesia militante... Tesoro que... encargó que fuera distribuido saludablemente a los fieles por medio de san Pedro, guardián de las llaves del cielo, y de sus sucesores, vicarios suyos en la tierra... Es sabido que los méritos de la santa Madre de Dios y de todos los elegidos, desde el primero al último' justo contribuyen a reforzar la magnitud de este tesoro...": (DS 1025, 1026, 1027).
Cf. SIXTO IV, Carta encíclica Romani Pontíficis: "Nos, que hemos recibido de lo alto la plenitud de la potestad, deseando llevar a las almas del purgatorio ayuda y sufragio del tesoro de la Iglesia universal a Nos encómendado, que consta de los méritos de Cristo y de los santos...": DS 1406.
Cf. LEÓN X, Decreto Cum postquam a Cayetano de Vio, legado papal: "...distribuir el tesoro de los méritos de Jesucristo y de los santos...": DS 1448; cf. DS. 1467 y 2641.

(21) Cf Heb 7,23-25; 9,11-28

[22] [Cf Ef 4, 16]. Aquel que es la Cabeza, Cristo, de quien todo el Cuerpo recibe trabazón y cohesión por medio de toda clase de junturas que llevan la nutrición según la actividad propia de cada una de las partes, realizando así el crecimiento del cuerpo para su edificación en el amor.

[23] [Cf. 1Co 12, 12- 27: Pues del mismo modo que el cuerpo es uno, aunque tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, no obstante su pluralidad, no forman más que un solo cuerpo, así también Cristo.... Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno por su parte].

[24] Cf. 2Co 5, 8[: Estamos, pues, llenos de buen ánimo y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor].

[25] Cf 1Tm 2, 5[: Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también].

[26] Cf. Col 1 24[: Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia].

(27) CONCILIUM VATICANUM II, Const. dogm. de Ecclesia Lumen gentium., n. 49: AAS 57 (1965), pp. 54-55.
[27] Cf. Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium, sobre la Iglesia, núm. 49.

"Porque todos los que son de Cristo por poseer su Espíritu, constituyen una misma Iglesia y mutuamente se unen en El (22 cf. Ef 4, 16). La unión de los viadores con los hermanos que se durmieron en la paz de Cristo, de ninguna manera se interrumpe, antes bien, según la constante fe de la Iglesia, se robustece con la comunicación de bienes espirituales. Por lo mismo que los bienaventurados están más íntimamente unidos a Cristo, consolidan más eficazmente a toda la Iglesia en la santidad, ennoblecen el culto que ella ofrece a Dios aquí en la tierra y contribuyen de múltiples maneras a su más dilatada edificación (23 cf. 1 Co 12, 12-27) [ Véase la exposición sintética de esta doctrina paulina en Pío XII, enc. Mystici Corporis: AAS 35 (1943), 200 y passim]. Porque ellos, habiendo llegado a la patria y estando «en presencia del Señor» (24 cf. 2 Co 5, 8), no cesan de interceder por El, con El y en El a favor nuestro ante el Padre [Conc. Florentino, Decretum pro Graecis: Denz. 693 (1305)], ofreciéndole los méritos que en la tierra consiguieron por el «Mediador único entre Dios y los hombres, Cristo Jesús» (25 cf. 1Tm 2, 5), como fruto de haber servido al Señor en todas las cosas y de haber completado en su carne lo que falta a los padecimientos de Cristo en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia (26cf. Col 1,24) [Cf. Pío XII, enc. Mystici Corporis: AAS 35 (1943) 245]. Su fraterna solicitud contribuye, pues, mucho a remediar nuestra debilidad".
CONCILIUM VATICANUM II, Const. dogm. de Ecclesia Lumen gentium., n. 49: AAS 57 (1965), pp. 54-55.
[27] Cf. Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium, sobre la Iglesia, núm. 49.

[28] Cf. St 5, 16 1Jn 5, 16.

Cf Iac 5,16: «Confitemini ergo alterutrum peccata vestra et orate pro invicem, ut salvemini; multum enim valet deprecatio iusti adsidua». Cf 1 Io 5,16: «Qui scit fratrem suum peccare peccatum non ad mortem petat, et dabitur ei vita peccanti non ad mortem».

Cf. St 5, 16: "Así, pues, confesaos los pecados unos a otros, y rezad unos por otros, para que os curéis. Mucho puede hacer la oración intensa del justo".
Cf. 1 Jn 5, 16: "Si alguno ve que su hermano comete un pecado que no es de muerte, pida y se le dará vida, a los que cometan pecados que no sean de muerte".

[29] Cf. S. Clemente Romano, Ad Corinthios, 56, 1: F.X. Funk, Patres Apostolici, I, p. 171; Martyrium S. Policarpi, 8, 1: F.X. Funk, Patres Apostolici, I, pp. 321 y 323.

Cf CLEMENS ROMANUS, Ad Cor 56, 1: «Oremus igitur et nos pro iis, qui in peccato quoniam versantur, ut moderatio et humilitas iis concedatur, ut non nobis, sed voluntati divinae cedant. Sic enim mentio, quae cum misericordia eorum fit apud Deum et sanctos, ipsis fructuosa erit et perfecta»: FUNK, Patres Apostolici 1, p. 171.
Cf Martyrium s. Polycarpi 8, 1: «Cum autem precationem tandem finiisset, in qua mentionem fecerat omnium, qui aliquando cum ipso versati fuerant, parvocum quidem et magnorum, clarocum et obscurorum totiusque per orbem terrarum catholicae ecclesiae ...»: FUNK, Patres Apostolici 1, p. 321, 323.

Cf. S. CLEMENTE ROMANO, Ad Cor 56, 1: "Oremos pues nosotros por los que están implicados en algún pecado, para que les sea concedida la modera-ción y la humildad, y así se sometan, no a nosotros, sino a la voluntad divina. De este modo, la mención que de ellos se hace con misericordia ante Dios y los santos les será provechosa y perfecta": Funk, Patres Apostolici 1, p. 171.
Cf. Martyrium S. Polycarpi 8, 1: "Cuando por fin terminó su oración, en la que había hecho mención de todos los que con él se habían relacionado alguna vez, tanto pequeños como mayores, tanto ilustres como desconocidos, y de toda la Iglesia católica por doquier de la tierra...": Funk, Patres Apostolici 1. p. 321-323.

[30] Cf. Sozomeno, Historia Ecclesiastica 7, 16: PG 67, 1462.

Cf SOZOMENUS, Hist. Eccl. 7, 16: In paenitentia publica, peractis iam missarum solemnibus, in ecclesia ramana, paenitentes «cum gemitu ac lamentis propos se in terram abiciunt. Tum episcopus cum lacrimis ex adverso occurrens, pariter ipse humi provolvitur; et universa ecclesiae multitudo, simul confitens, lacrimis perfunditur. Posthaec vero primus exurgit episcopus, ac prostratos erigit; factaque, ut decet, precatione pro peccatoribus paenitentiam agentibus, eos dimittit»: PG 67, 1462.

Cf. SOZOMENO, Hist. Eccl. 7, 16: En la penitencia pública terminada ya la misa, los penitentes, en la Iglesia romana, "con gemidos y lamentos se postran en tierra. Entonces el obispo, con lágrimas en los ojos, se dirige hacia ellos desde el lado opuesto y se postra él también en el suelo; y toda la multitud de la Iglesia, uniéndose a su confesión, se baña en lágrimas. Después de esto, se levanta primero el obispo, hace levantar a los postrados y, dicha la conveniente oración por los pecadores que hacen penitencia, los despide": PG 67, 1462.

[31] Cf. S. Cirilo de Jerusalén, Catechesis 23 (mystagogica 5), 9. 10: PG; 33, 1115, 1118; S Agustín, Confessiones, 9, 12, 32: PL 32 777; 9, 11, 27: PL 32, 775; Sermo 172, 2: PL 38, 936; De cura pro mortuis gerenda, 1 3: PL 40, 593.

Cf CYRILLUS HIEROSOLYMITANUS, Catechesis 23 (mystagogica 5), 9; 10: «Deinde et pro defunctis sanctis patribus et episcopis, et omnibus generatim qui inter nos vita functi sunt (oramus); maximum hoc credentes adiumentum illis animabus fore, pro quibus oratio defertur, dum sancta et perquam tremenda coram iacet victima». Re autem confirmata exemplo coronae, quae plectitur imperatori, ut in exsilium pulsis veniam praestet, idem S. Doctor sermonem concludit dicens: «Ad eundem modum et nos pro defunctis, etiamsi peccatores sint, pretes Deo offerentes, non coronam plectimus; sed Christum mactatum pro peccatis nostris offecimus, clementem Deum cum pro illis tum pro nobis demereri et propitiare satagentes»: PG 33, 1115; 1118.

Cf. S. CIRILO DE JERUSALÉN, Catechesis 23 (mystagogica 5), 9; 10: "Luego (oramos) por los santos padres y obispos difuntos y en general por todos los que han muerto entre nosotros, porque creemos firmemente que con la oración podemos ayudar a aquellas almas por las que se ofrece la plegaria, mientras está depositada sobre el altar la sagrada y muy venerada víctima". Confirmando la cuestión con el ejemplo de la corona que se trenza para el emperador para que perdone a los exiliados, el mismo santo doctor concluye su razonamiento, diciendo: "De modo semejante, nosotros, ofreciendo plegarias a Dios por los difuntos, aunque sean pecadores, no trenzamos una corona, sino que ofrecemos a Cristo, inmolado por nuestros pecados, buscando alcanzar el favor del Dios clemente y que nos sea propicio tanto a ellos como a nosotros": PG 33, 1115; 1118.

Cf AUGUSTINUS, Confessiones 9, 12, 32: PL 32, 777; et 9, 11, 27: PL 32, 775; Sermones 172, 2: PL 38, 936; De cura pro mortuis gerenda 1, 3: PL 40, 593.

[32] Cf. Clemente de Alejandría, Liber "Quis dives salvetur", 42: GCS 17, pp. 189- 190, PG 9, 651.

Cf CLEMENS ALEXANDRINUS, Lib. Quis dives salvetur 42: (S. Toarenes Apostolus, in conversione iuvenis latronis) «Exinde partim crebris orationibus Deum deprecans, partim continuatis una cum iuvene ieiuniis simul decertares, variisque denique sermonum illecebris animum eius demulcens, non prius destitit, ut aiunt, quam illum firma constantia Ecclesiae gremio admovisset ...»: CGS 17, pp. 189-190; PG 9, 651

Cf. S. CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, Lib. Quis dives salvetur 42: (San Juan
Apóstol, en la conversión del joven ladrón) "Después de esto, invocando a Dios con repetidas oraciones por una parte, practicando junto con el joven continuos ayunos por otra, mirando finalmente de influir en su ánimo con palabras llenas de dulzura, no cejó, según dicen, hasta que, con firme constancia, lo introdujo en el seno de la Iglesia..." CGS 17, pp. 189-190: PG 9, 651.

[33] Cf. Tertuliano, Ad martyres, 1, 6 CCL 1 p 3, PL 1, 695; S. Cipriano, Epístola 18 (alias: 12),1: CSEL 3 (2 ed) pp. 523 524, PL 4 265; Epístola 19 (alias 13), 2: CSEL 3 (2. ed.), p., 525, PL 4, 267; Eusebio de Cesarea, Historia Ecclesiastica, 1, 6, 42: GCS Eusebius 2, 2, p. 610, PG; 20, 614- 615.

Cf TERTULLIANUS, Ad martyras 1, 6: «Quam pacem quidam in ecclesia non habentes a martyribus in carcere exorare consuevecunt»: CCL 1, p. 3; PL 1, 695. Cf CYPRIANUS, Epist. 18 (alias: 12), 1: «Occucrendum puto fratribus nostris, ut qui libellos a martyribus acceperunt ... manu eis in paenitentiam imposita veniant ad Dominum cum pace quam dari martyres litteris ad nos factis desideraverunt»: CSEL 3Z, pp. 523-524; PL 4, 265; cf ID. Epist. 19 (alias: 13), 2, CSEL 32, p. 525; PL 4, 267.
Cf EUSEBIUS CAESARIENSIS, Hist. Eccl. 1, 6, 42: CGS Eus. 2, 2, 610; PG 20, 614-615.

Cf. TERTULIANO, Ad martyres 1, 6: "Algunos que no estaban reconciliados con la Iglesia, introdujeron la costumbre de suplicar a los mártires que se hallaban en la cárcel": CCL 1, p. 3: PL 1, 695.
Cf. S. CIPRIANO, Epist, 18 (alias: 12), 1: "Pienso que hay que ir al encuentro de nuestros hermanos, de manera que los que han obtenido documentos de los mártires...después de habérseles impuesto la mano en señal de penitencia, vayan al Señor con la reconciliación que los mártires han recomendado en las cartas que nos han escrito": CSEL 3 (2), p. 523-524; PL 4, 265; cf. Id., Epist 19 (alias: 13), 2: CSEL 3 (2), p. 525; PL 4, 267.
Cf. EUSEBIO DE CESAREA, Hist. Eccle. 1, 6, 42: CGS Eus. 2, 2, 610: PG 20, 614-615.

[34] Cf. S. Ambrosio, De paenitentia, 1, 15: PL 16, 511.

Cf AMBROSIUS, De paenitentia 1, 15: «... velut enim operibus quibusdam totius populi purgatur, et plebis lacrimis abluitur, qui orationibus et fletibus plebis redimitur a peccato, et in homine mundatur interiore. Donavit enim Christus ecclesiae suae, ut unum per omnes redimeret, quae domini Iesu mecuit adventum, ut per unum omnes redimerentur»: PL 16, 511.

Cf. S. AMBROSIO, De paenitentia 1, 15: "...del mismo modo que es purificado por determinadas obras de todo el pueblo, y es lavado por las lágrimas del pueblo, aquel que es librado del pecado por las oraciones y lágrimas del pueblo y es limpiado en su interior. Cristo, en efecto, ha concedido a su Iglesia el que uno sea redimido por todos, ella que ha merecido la venida de Jesús, el Santo, para que todos fueran redimidos por uno": PL 16, 511.

[35] Cf. Tertuliano, De paenitentia, 10,5-6: CCL 1, p. 337, PL 1, 1356; cf. S. Agustín, Enarratio in psalmum 85, 1: CCL 39 pp. 1176- 1177, PL 37, 1082

Cf TERTULLIANUS, De paenitentia 10, 5-6: «Non potest corpus de unius membri vexatione laetum agere: condoleat universum et ad remedium conlaboret necesse est. In uno et altero ecclesia est, ecclesia vero Christus: ergo cum te ad fratrum genua protendis Chris tum contrectas, Christum exoras; aeque illi cum super te lacrimae agum Christus patitur, Christus patrem deprecatur. Facile impetratur semper quod filius postulat»: CCL 1, p. 337; PL 1, 1356.
Cf AUGUSTINUS, Enarr. in Ps. LXXXV 1: CCL 39, pp. 1176-1177; PL 37, 1082.

Cf. TERTULIANO, De paenitentia 10, 5-6: "No puede el cuerpo alegrarse de la humillación de un miembro; todo él debe dolerse y ayudar a remediarlo. En uno y en otro está la Iglesia, y la Iglesia es Cristo: por tanto, cuando acudes a la oración de los hermanos, entras en contacto con Cristo, ruegas a Cristo; del mismo modo, cuando ellos lloran por ti, Cristo implora al Padre. Fácilmente se alcanza siempre lo que pide el Hijo": CCL 1, p. 337; PL 1, 1356.
Cf. S. AGUSTÍN, Enarr in Ps LXXXV, 1: CCL 39, pp. 1176-1177; PL 37, 1082.

[36] Cf. Hch 20, 28 cf. Concilio Tridentino, Sesión XXIII, Decretum de sacramento ordinis, cap. 4: DS 1, 1768; Concilio Vaticano I, Sesión IV, Constitución dogmática Pastor aeternus, sobre la Iglesia, cap. 3: DS 3061 Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium, sobre la Iglesia, núm. 20; S. IIgnacio de Antioquía, Ad Smyrnaeos, 8, 1; F.X. Funk, Patres Apostolici, I, p 283.

Cf Act 20,28. Cf etiam CONCILIUM TRIDENTINUM, Sessio XXIII, Decr. de sacramento ordinis, c. 4: D.-S. 1768; CONCILIUM VATICANUM I, Sessio IV, Const. dogm. de Ecclesia Pastor aeternus, c. 3: D.-S. 3061; CONCILIUM VATICANUM II, Const. dogm. de Ecclesia Lumen gentium, n. 20: AAS 57 (1965), p. 23. Cf IGNATIUS ANTIOCHENUS, Ad Smyrnaeos 8, 1: «Separatim ab episcopo nemo quidquam faciat eorum, quae ad ecclesiam spectant ...»: FUNK, Patres Apostolici 1, p. 283

Cf. Hch 20, 28. Cf. también Concilio Tridentino, sesión XXIII. Decr de sacramento ordinis, c. 4; DS 1768; Concilio Vaticano I, sesión IV, Constitución dogmática Pastor ceternus sobre la Iglesia c. 3: DS 3061; Concilio Vaticano II, Constitución dogmática Lumen gentium sobre la Iglesia, núm. 20: AAS, 57 (1965) p. 23.
Cf. S. IGNACIO DE ANTIOQUÍA, Ad Smyrnaeos 8, 1: "Nadie haga nada con independencia del obispo, en las cosas que atañen a la Iglesia...": Funk, Patres Apostolici 1, p. 283.

[37] Cf. Concilio de Nicea I, can. 12: Mansi, SS. Conciliorum collectio, 2, 674; Concilio de Neocesarea, can. 3: loc. cit., 540; Inocencio I, Epístola 25, 7, 10: PL 20, 559; S. León Magno, Epístola 159, 6: PL 54, 1138; S. Basilio Magno, Epístola 217 (canónica 3), 74: PG; 32, 803; S. Ambrosio, De paenitentia, 1,15: PL 16, 511.

Cf CONCILIUM NICAENUM I can. 12: «... quicumque enim et metu, et lacrimis, et tolerantia, et bonis operibus conversionem et opere et habitu ostendunt, hi impleto auditionis tempore quod praefinitum est, merito orationum communionem habebunt, cum eo quod liceat etiam episcopo humanius aliquid de eis statuere ...»: MANSI, SS. Conciliorum collectio 2, 674.
Cf CONCILIUM NEOCAESARIENSE, can. 3: l.c. 540.
Cf INNOCENTIUS I, Epist. 25, 7, 10: PL 20, 559.
Cf LEO MAGNUS, Epist. 159, 6: PL 54, 1138.
Cf BASILIUS MAGNUS, Epist. 217 (Canonica 3), 74; «Quod si unusquisque corum, qui in praedictis peccatis fuere, paenitentiam agens, bonus evaserit, is cui a Dei benignitate ligandi atque solvendi eredita potestas, si clementior fiat, perspecta illius qui peccavit paenitentiae magnitudine, ad diminuendum poenacum tempus, non erit dignus condemnatione, cum ea quae est in Scripturis, historia nos doceat, eos qui cum maiore labore paenitentiam agunt, cito Dei misericordiam consequi»: PG 32, 803.
Cf AMBROSIUS, De paenitentia 1, 15 (vide supra, in nota 34).

Cf. Concilio Niceno I, canon 12: "...todos los que con su temor, sus lágrimas, su paciencia y sus buenas obras hayan dado muestras de conversión en sus costumbres y en sus actos, éstos, una vez terminado el tiempo establecido para su institución, tendrán derecho a beneficiarse de la comunión de oraciones, y ello hará posible una mayor benignidad por parte del obispo...": MANSI, SS. Conciliorum collectio, 2, 674.
Cf. Concilio de Neocesarea, can. 3: 1. c. 540.
Cf. INOCENCIO I, Epist. 25, 7, 10: PL 20, 559.
Cf. LEÓN MAGNO, Epist. 159, 6: PL 54, 1138.
Cf. S. BASILIO MAGNO, Epist. 217 (canónica 3), 74: "Y si alguno de los que están implicados en los pecados antes mencionados hace penitencia y se corrige, si aquel a quien la benignidad de Dios le ha confiado el poder de atar y desatar, considerando la magnitud de la penitencia practicada por el que ha pecado, se inclina a la clemencia y le abrevia el tiempo de las penas, no será digno de condena, ya que la historia bíblica nos enseña que quienes hacen penitencia con mayor rigor pronto alcanzan la misericordia de Dios": PG 32, 803.
Cf. S. AMBROSIO, De paenitentia, 1, 15 (véase antes, en la Nota 29).

[38] Cf. S. Vicente de Lerins, Commonitorium primum, 23: PL 50, 667- 668.

Cf VINCENTIUS LERINENSIS, Commonitorium primum, 23: PL 50, 667-668

33 Cf. S. VICENTE DE LERINS, Commonitorium primum 23; PL 50, 667-668.

[39] Concilio de Clermont, can. 2: Mansi, SS. Conciliorum collectio, 20, 816.

Cf CONCILIUM CLAROMONTANUM, can. 2: «Quicumque pro sola devotione, non pro honoris vel pecuniae adeptione ad liberandam ecclesiam Dei Ierusalem profectus fuerit, iter illud pro omni paenitentia reputetur»: MANSI, SS. Conciliorum collectio 20, 816.

Cf. Concilio de Claromontano, can. 2: "A todo aquel que, sólo por devoción, no para conseguir honores o riquezas, se ponga en marcha para liberar a la Iglesia de Dios de Jerusalén,su marcha le será considerada como substitutiva de cualquier penitencia": MANSI, SS. Conciliorum collectio 20, 816.

[40] Bonifacio VIII, Bula Antiquorum habet: DS 868.

Cf BONIFATIUS VIII, Bulla Antiquorum habet: «Antiquorum habet fida relatio, quod accedentibus ad honorabilem basilicam principis Apostolorum de Urbe concessae sunt magnae remissiones et indulgentiae peccatorum; Nos igitur ... huiusmodi remissiones et indulgentias omnes et singulas ratas et gratas habentes, ipsas auctoritate Apostolica confirmamus et approbamus ... Nos de omnipotentis Dei misericordia et eorundem Apostolorum eius meritis et auctoritate confisi, de fratrum Nostrorum consillo et Apostolicae plenitudine potestatis omnibus ... ad basilicas ipsas accedentibus reverenter, vere paenitentibus et confessis ... in huiusmodi praesenti et quolibet centesimo secuturo annis non solum plenam et largiorem, immo plenissimam omnium suorum concedemus et concedimus veniam peccatorum ...»: D.-S. 868

Cf. BONIFACIO VIII, Bula Antiquorum habet: "Según consta por una fiable relación de los antepasados, se concedieron grandes remisiones e indulgencias de los pecados a los que accedían a la honorable basílica del príncipe de los Apóstoles, en la Urbe; Nos, por tanto, teniendo por ratificadas y conformes todas y cada una de estas remisiones e indulgencias, las confirmamos y aprobamos con la autoridad apostólica... Nos, apoyados en la misericordia de Dios todopoderoso y en los méritos y autoridad de sus Apóstoles, en el beneplácito de Nuestros hermanos y en la plenitud de la autoridad apostólica, a todos los que entren con reverencia en dichas basílicas, verdaderamente arrepentidos y confesados...,en el año presente y en los centenarios que vendrán, concederemos y concedemos, no sólo un pleno y amplio, sino más bien un plenísimo perdón de todos sus pecados...": DS 868.

[41] Cf. Clemente VI, Bula de jubileo Unigenitus Dei FiliusDS 1025, 1026 y 1027.

 CLEMENS VI, Bulla iubilaei Unigenitus Dei Filius. D.-S. 1025, 1026 et 1027

CLEMENTE VI, Bula del jubileo Unigenitus Dei Filius: DS 1025, 1026 y 1027.

[42] Cf. León X, Decreto Cum postquamDS 1447-1448.

Cf LEO X, Decr. Cum postquant: «... tibi significandum duximus, Romanam Ecclesiam, quam reliquae tamquam matrem sequi tenentur, tradidisse: Romanum Pontificem, Petri clavigeri successorem et Iesu Christi in terris vicarium, potestate clavium, quarum est aperire regnum caelorum tollendo illius in Christi fidelibus impedimenta (culpam scilicet et poenam pro actualibus peccatis debitam, culpam quidem mediante sacramento paenitentiae, poenam vero temporalem pro actualibus peccatis secundum divinam iustitiam debitam mediante ecclesiastica indulgentia), posse pro rationabilibus causis concedere eisdem Christi fidelibus, qui tacitate iungente membra sunt Christi, sive in hac vita sint, sive in purgatorio, indulgentias ex superabundantia meritorum Christi et Sanctorum; ac tam pro vivis quam pro defunctis Apostolica auctocitate indulgentiam concedendo, thesaurum meritorum Iesu Christi et Sanctorum dispensare, per modum absolutionis indulgentiam ipsam conferre, vel per modum suffragii illam transferre consuevisse. Ac propterea omnes, tam vivos quam defunctos, qui veraciter omnes indulgentias huiusmodi consecuti fuerint, a tanta temporali poena, secundum divinam iustitiam pro peccatis suis actualibus debita liberaci, quanta concessati et acquisitati indulgentiae aequivalet»: D.-S. 1447-1448

Cf. LEÓN X, Decreto Cum postquam: "... hemos creído oportuno hacerte saber que la Iglesia romana, a la que las demás deben seguir como a una madre, ha enseñado por tradición: que el Romano Pontífice, sucesor de Pedro, guardián de las llaves, y vicario de Jesucristo en la tierra, por el poder de las llaves, al que pertenece abrir el reino de los cielos, quitando en los fieles de Cristo los impedimentos de este reino (a saber, la culpa y la pena merecida por los pecados actuales, la culpa, mediante el sacramento de la penitencia, la pena temporal debida a los pecados actuales, según la justicia divina, mediante la indulgencia eclesiástica), puede, por causas razonables, conceder a los fieles de Cristo, que son miembros de Cristo por la caridad que los une, ya estén en esta vida, ya en el purgatorio, indulgencias procedentes de la sobreabundancia de los méritos de Cristo y de los santos; y que al conceder indulgencia por su autoridad apostólica tanto por los vivos como por los difuntos, ha observado la costumbre de distribuir el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos, de conceder la indulgencia a manera de absolución, o de transferirla a manera de sufragio. Y que por esto todos, vivos y difuntos, los que ganan de verdad estas indulgencias, quedan liberados de la pena temporal, merecida según la justicia divina por sus pecados actuales, equivalentes a la indulgencia concedida y ganada": DS 1447-1448.

[43] Cf. Pablo VI, Carta Sacrosoncta PortiunculaeAAS 58 (1966), pp. 633- 634.

Cf PAULUS VI, Epist. Sacrosancta Portiunculae: «indulgentia, quam paenitentibus Ecclesia largitur, est manifestatio illius mirabilis communionis Sanctorum, quae uno caritatis Christi nexu Beatissimam Virginem Mariam et christifidelium in caelis triumphantium vel in Purgatorio degentium vel in terris peregrinantium coetum mystice devincit. Etenim indulgentia, quae tribuitur ope Ecclesiae, minuitur vel omnino aboletur poena, qua homo quodammodo impeditur, ne arctiocem cum Deo coniunctionem assequatur; quapropter paenitens fidelis praesens reperit auxilium in hac singulari caritatis ecclesialis forma, ut veterem exuat hominem novumque induat, "qui cenovatur in agnitionem secundum imaginem eius qui creavit illum" (Col 3,10)»: AAS 58 (1966), pp. 633-634

Cf. PABLO VI, Carta Sacrosancta Portiunculae: «La indulgencia, que la Iglesia concede a los penitentes, es una manifestación de aquella admirable comunión de los santos que, con un mismo vínculo de la caridad de Cristo, une místicamente a la santísima Virgen María y a la asamblea de los fieles cristianos que triunfan en el cielo, que se hallan en el purgatorio, o que peregrinan en la tierra. En efecto, por la indulgencia concedida por el poder de la Iglesia, se disminuye o se suprime del todo la pena que impide en cierto modo que el hombre alcance una más íntima unión con Dios; por esto el fiel penitente actual encuentra ayuda, en esta singular forma de caridad eclesial, para despojarse del hombre viejo y revestirse del nuevo, "que se va renovando como imagen de su Creador, hasta llegar a conocerlo" (Col 3, 10)»: AAS, 59 (1966) pp. 633-634.

[44] Cf. IbidAAS 58 (1966), p. 632.

Cf PAULUS VI, Epist. cit.: «Iis vero christifidelibus, qui paenitentia ducti hanc "metanoian" adipisci nituntur, eo quod post peccatum eam sanctitatem affectant, qua primum baptismate induti sunt in Christo, obviam it Ecclesia, quae etiam largiendo indulgentias, materno quasi complexu et adiumento debiles infirmosque sustinet filios. Non est igitur indulgentia facilior via, qua necessariam peccatorum paenitentiam devitare possumus, sed est potius fulcimen, quod singoli fildeles, infirmitatis suae cum humilitate nequaquam inscii, inveniunt in mystico Christi corpore, quod totum "eorum conversioni caritate, exemplo, precibus adlaborat" (Const. dogm. de Ecclesia Lumen gentium, c. 2, n. 11)»: AAS 58 (1966), p. 632

Cf. PABLO VI, Carta citada: «A aquellos fieles cristianos que, movidos por el arrepentimiento, se esfuerzan por alcanzar esta "metanoia", en cuanto después del pecado aspiran a aquella santidad con la que antes fueron revestidos en Cristo por el bautismo, la Iglesia les sale al encuentro, ya que ella, con la concesión de indulgencias, sostiene a sus hijos endebles y débiles con una especie de abrazo maternal y con su ayuda. La indulgencia, por tanto, no es un camino más fácil con el que podamos evitar la necesaria penitencia por los pecados, sino más bien un apoyo que todos los fieles, humildemente conscientes de su debilidad, encuentran en el cuerpo místico de Cristo, el cual, todo él, "coopera a su conversión con la caridad, el ejemplo y la oración" (Constitución dogmática Lumen gentium, núm. 11)»: AAS, 58 (1966) p.632.

[45] Cf. Clemente VI, Bula de jubileo Unigenitus Dei Filius: DS 1026; Carta Super quibusdam: DS 1059; Martín V, Bula Inter cunctasDS 1266; SIXTO IV, Bula Salvator nosterDS 1398; Carta encíclica Romani Pontifices provida: DS 1405- 1406; León X, Bula Exsurge DomineDS 1467-1472; Pío VI, Constitución Auctorem fidei, prop. 40: DS 2640; ibid; prop. 41: DS 2641; ibid., prop. 42: DS 2642; Pío XI, Convocatoria del Año Santo extraordinario, Quod nuperAAS 25 (1933), p. 8; Pío XII, Convocatoria del jubileo universal, Iubilaeum, maximumAAS 41 (1949), pp. 258- 259.

CLEMENTE VI, Bula del Jubileo Unigenitus Dei Filius: DS 1026.

CLEMENTE VI, Carta Super quibusdam: DS 1059;

MARTÍN V, Bula ínter cunctas: DS 1266;

SIXTO IV, Bula Salvator noster: DS 1398;

SIXTO IV, Carta Encíclica Romani Pontificis provida: «Nos, queriendo salir al paso de estos escándalos y errores... hemos escrito a los prelados por medio de nuestros Breves, para que declaren a los fieles que la indulgencia plenaria por las almas del purgatorio a manera de sufragio fue concedida por Nos, no para que estos fieles dejaran de lado, por causa de esta indulgencia, las obras piadosas y buenas, sino para que sirvan para la salvación de las almas a manera de sufragio, y para que esta indulgencia sea beneficiosa del mismo modo que si se dijeran y ofrecieran devotas oraciones y piadosas limosnas por la salvación de estas almas..., no que pretendiéramos, como no hemos pretendido, ni queremos tampoco insinuar, que la indulgencia es más provechosa o eficaz que las oraciones o las limosnas, o que las limosnas y oraciones son tan provechosas y eficaces como la indulgencia a manera de sufragio, ya que sabemos que media una gran distancia entre las oraciones y limosnas y la indulgencia a manera de sufragio; lo que dijimos es que la indulgencia es eficaz "del mismo modo", esto es, de la misma manera "que si", esto es, por la cual, son eficaces las oraciones y limosnas. Y, puesto que las oraciones y limosnas tienen eficacia en cuanto sufragio aplicado a las almas, Nos, a quien se nos ha concedido de lo alto la plenitud de la potestad, con el deseo de aportar ayuda y sufragio a las almas del purgatorio, del tesoro, a Nos encomendado, de la Iglesia universal antes mencionada..": DS 1405-1406».

LEÓN X, Bula Exsurge Domine: DS 1467-1472.

PÍO VI, Constitución Auctorem fidei, proposición 40: «La proposición que afirma que "la indulgencia, en su significado exacto, no es otra cosa que la remisión de una parte de la penitencia que los cánones establecían para el pecador", en el sentido de que la indulgencia, fuera de la mera remisión de la pena canónica, no es también eficaz para la remisión de la pena temporal merecida ante la justicia divina por los pecados actuales: -falsa, temeraria, injuriosa para los méritos de Cristo, condenada hace algún tiempo en el artículo 19 de Lutero»: DS 2640.
Ibid., proposición 41:
«Así mismo, en lo que se añade, que "los escolásticos, excediéndose en sus subtilidades, introdujeron un tesoro mal entendido de los méritos de Cristo y de los santos, y substituyeron la clara noción de la absolución de la pena canónica por la noción confusa y falsa de la aplicación de los méritos", en el sentido de que los tesoros de la Iglesia, de donde el Papa da las indulgencias, no son los méritos de Cristo y de los santos: -falsa, temeraria, injuriosa para los méritos de Cristo y de los santos, condenada hace algún tiempo en el artículo 17 de Lutero»: DS 2641.
Ibid., proposición 42:
«Así mismo, en aquello que añade luego, que "es más lamentable todavía que esta quimérica aplicación se haya querido transferir a los difuntos": -falsa, temeraria, ofensiva para los oídos piadosos, injuriosa para los Romanos Pontífices y para la práctica y el sentir de la Iglesia universal, inductora al error tachado de herético en Pedro de Osma, condenado también en el artículo 22 de Lutero». DS 2642.

PÍO XI, Promulgación del Año Santo Quod nuper: "...concedemos e impartimos misericordiosamente en el Señor una indulgencia plenísima de toda la pena, que deben expiar por los pecados, obtenida antes la remisión y el perdón de los mismos": AAS, 25 (1933), p. 8.

PÍO XII, Promulgación del jubileo universal Iubilaeum maximum: "En el transcurso de este año expiatorio, a todos... los fieles cristianos que, debidamente purificados por el sacramento de la penitencia y alimentados por la sagrada comunión...visiten piadosamente...las basílicas...y...oren, concedemos e impartimos misericordiosamente en el Señor una plenísima indulgencia y perdón de toda la pena que deben expiar por los pecados": AAS 41 (1949), pp. 258-259.

[46] Cf CONCILIUM LATERANENSE IV, cap. 62: D.-S. 819

Cf. Concilio de Letrán IV, cap. 62: DS 819.

Concilio Lateranense IV, capítulo 62: DS 819.

[47] Cf CONCILIUM TRIDENTINUM, Decretum de indulgentiis: D.-S. 1835

Cf. Concilio Tridentino, Decretum, de indulgentiis: DS 1835.

Concilio de Trento, Decreto sobre las indulgencias: DS 1835.

[48] IbidDS 1835.

Cf ibid.

[49] Ier 2,19

Jr 2, 19.

[50] Cf Eph 5,27

Cf. Ef 5, 27.

[51] Eph 4,13

  Ef 4, 13.

[52] Cf. Sto. Tomás, In IV Sententiarum, dist. 20, q. 1 a.3, q. la 2, ad. 2 (Summa Theologica. Supplementum, q. 25, a. 2, ad 2).

Cf THOMAS, In 4 Sent. dist. 20, q. 1, a. 3, q.1a 2, ad 2 (S. Th. Suppl. q. 25, a. 2, ad 2): «... quamvis huiusmodi indulgentiae multum valeant ad remissionem poenae, tamen alia opera satisfactionis sunt magis meritoria respectu praemii essentialis; quod in infinitum melius est quam dimissio poenae temporalis».

47 Cf. Sto. TOMÁS, In 4 Sentencias dist. 20, q. 1 a. 3, q. la 2, ad 2 (S. Th. Suppl. q. 25, a2, ad2): "...aunque las indulgencias tengan mucho valor para la remisión de la pena, no obstante, existen también otras obras de satisfacción más meritorias por lo que atañe al premio esencial, y esto es infinitamente mejor que el perdón de la pena temporal".

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A. PRECES

Actiones nostras (conc. 26 § 2)

Adoro te devote (conc. 7 § 2, 2°)
Adsumus (conc. 26 § 2)
Ad te, beate Ioseph (conc. 19)
Agimus tibi gratias (conc. 26 § 2)
Akathistos (conc. 23 § 1)
Angele Dei (conc. 18)
Angelus Domini (conc. 17 § 2, 2°)
Anima Christi (conc. 8 § 2, 2°)
Benedic, Domine (conc. 26 § 2)
Confiteor (conc. 9, 2°)
Credo in Deum (conc. 28 § 2, 3°)
De profundis (conc. 9, 2°)
Domine, Deus omnipotens (conc. 26 § 2)
En ego, o bone et dulcissime Iesu (conc. 8 § 1, 2°; § 2, 2°)
Exaudi nos (conc. 26 § 2)
Iesu dulcissime (conc. 3)
Iesu dulcissime, Redemptor (conc. 2)
Intercessiones pro defunctis ex Liturgia S. Iacobi (ex. trad. Syro-Ant.) (conc. 23 § 2)
Laudes Officii defunctorum (conc. 29 § 2, 2°)
Litaniae (conc. 22, 2°)
Magnificat (conc. 17 § 2, 1°)
Maria, Mater gratiae (conc. 17 § 2, 3°)
Memorare, o piissima Virgo Maria (conc. 17 § 2, 3°)
Miserere (conc. 9, 2°)
Novendiales preces (conc. 22, 1°)
Officia parva (conc. 22, 3°)
Omnipotens et misericors Deus (conc. 11 § 2)
Oratio ad glorificandam Dei Matrem Mariam (ex trad. Copt.) (conc. 23 § 2)
Oratio ad thurificationem (ex trad. Copt.) (conc. 23 § 2)
Oratio « Lakhu Mara » seu « Ad te Domine » (ex trad. Chald.) (conc. 23 § 2)
Oratio post expletam Liturgiam (ex trad. Maron.) (conc. 23 § 2)
Oratio pro adipiscenda sequela Christi (ex trad. Aethio.) (conc. 23 § 2)
Oratio pro defunctis (ex trad. Byz.) (conc. 23 § 2)
Oratio pro Ecclesia (ex trad. Maron.) (conc. 23 § 2)
Oratio pro gratiarum actione (ex trad. Arm.) (conc. 23 § 2)
Oratio pro remissione peccatorum (ex trad. Aethio.) (conc. 23 § 2)
Oratio vespertina (ex trad. Byz.) (conc. 23 § 2)
Oremus pro Pontifice (conc. 25, 1°)
O sacrum convivium (conc. 7 § 2, 2°)
Paraclisis (conc. 23 § 1)
Psalmi graduales (conc. 9, 2°)
Psalmi paenitentiales (conc. 9, 2°)
Regina caeli (conc. 17 § 2, 2°)
Requiem aeternam (conc. 29 § 2, 2°)
Retribuere dignare, Domine (conc. 24)
Rosarium mariale (conc. 17 § 1)
Salve, Regina (conc. 17 § 2, 3°)
Sancta Maria, succurre miseris (conc. 17 § 2, 3°)
Sancti Apostoli Petre et Paule (conc. 20)
Sub tuum praesidium (conc. 17 § 2, 3°)
Tantum ergo (conc. 7 § 1, 2°; § 2, 2°)
Te Deum (conc. 26 § 1, 2°; § 2)
Veni, Creator (conc. 26 § 1, 1°; § 2)
Veni, Sancte Spiritus (conc. 26 § 2)
Vesperae Officii defunctorum (conc. 29 § 2, 2°)
Visita, quaesumus, Domine (conc. 26 § 2)

B. INDULGENTIAE PLENARIAE


1. Indulgentiae plenariae cotidie lucrabiles


Akathistos vel Paraclisis (conc. 23 § 1)

Eucharistica adoratio, per dimidiam saltem horam (conc. 7 § 1, 1°)
Pium exercitium Viae Crucis (conc. 13, 2°)
Rosarium mariale (conc. 17 § 1)
Sacrae Scripturae lectio vel auditio, per dimidiam saltem horam (conc. 30)
Visitatio in forma peregrinationis ad Patriarchales Basilicas in Urbe (conc. 33 § 1, 1°)

2. Indulgentiae plenariae in determinatis diebus concessae


Die 1 ianuarii (conc. 26 § 1, 1°)

Hebdomada pro Christianorum unitate (conc. 11 § 1)
Qualibet feria VI temporis Quadragesimae (conc. 8 § 1, 2°)
Feria V Hebdomadae Sanctae (conc. 7 § 1, 2°)
Feria VI Hebdomadae Sanctae (conc. 13, 1°)
Sabbato Hebdomadae Sanctae (conc. 28 § 1)
In sollemnitate Pentecostes (conc. 26 § 1, 1°)
In sollemnitate Corporis et Sanguinis Christi (conc. 7 § 1, 3°)
In sollemnitate Sacr.mi Cordis Iesu (conc. 3)
In sollemnitate Ss. Apost. Petri et Pauli (conc. 14 § 1; 33 § 1, 2°, 3°)
Die 2 augusti (conc. 33 § 1, 2°, 3°, 5°)
Singulis diebus a die 1 usque ad diem 8 novembris (conc. 29 § 1, 1°)
Die Commemorationis omnium fidelium defunctorum (conc. 29 § 1, 2°)
In sollemnitate Christi Regis (conc. 2)
Die 31 decembris (conc. 26 § 1, 2°)

3. Indulgentiae plenariae pro peculiaribus circumstantiis concessae


Benedictio papalis (conc. 4)

Die ad aliquem religiosum finem celebrandum universaliter dicata (conc. 5)
Die anniversario proprii Baptismatis (conc. 28 § 1)
Die consecrationis familiae (conc. 1)
Die dedicationis ecclesiae vel altaris (conc. 33 § 1, 6°)
Die designato pro stationali ecclesia (conc. 33 § 2)
Eucharisticus conventus (conc. 7 § 1, 4°)
Eucharistica processio (conc. 7 § 1, 3°)
Exercitia spiritalia (conc. 10 § 1)
In articulo mortis (conc. 12)
In liturgica celebratione Fundatoris Institutorum vitae consecratae et Societatum vitae apostolicae (conc. 33 § 1, 7°)
In sollemnitate Titularis basilicae minoris, ecclesiae cathedralis, sanctuarii, ecclesiae paroecialis (conc. 33 § 1, 2°-5°)
Iubilares Ordinationum celebrationes (conc. 27 § 2)
Peregrinatio (concess. 33 § 1, 1°, 4°)
Prima Communio (conc. 8 § 1, 1°)
Prima Missa (conc. 27 § 1)
Sacrae Missiones (conc. 16 § 1)
Semel in anno, die libere eligendo (conc. 33 § 1, 2°, 4°)
Synodus dioecesana (conc. 31)
Visitatio pastoralis (conc. 32)

C. INDEX GENERALIS


Decretum « Iesu humani generis »

Abbreviationes et sigla
Praenotanda
Normae de indulgentiis
Quattuor concessiones generaliores
Proœmium
Prima concessio
Secunda concessio
Tertia concessio
Quarta concessio
Aliae concessiones
Proœmium
1. Actus consecrationis familiarum
2. Actus dedicationis humani generis Iesu Christo Regi
Iesu dulcissime, Redemptor
3. Actus reparationis
Iesu dulcissime
4. Benedictio papalis
5. Dies ad aliquem religiosum finem universaliter dicatae
6. Doctrina christiana
7. Eucharistica adoratio et processio
§ 1 1° Eucharistica adoratio per dimidiam saltem horam
2° Feria V hebdomadae sanctae
3° Eucharistica processio
4° Eucharisticus conventus
§ 2 1° Eucharistica adoratio
2° Preces: Adoro te devote – O sacrum convivium – Tantum ergo
8. Eucharistica et spiritalis communio
§ 1 1° Prima communio
2° Qualibet feria VI temporis quadragesimae
§ 2 1° Spiritalis communionis actus
2° Gratiarum actio post communionem
Anima Christi – En ego, o bone et dulcissime Iesu
9. Examen conscientiae et actus contritionis
1° Examen conscientiae
2° Actus contritionis
Confiteor – Ps De profundis – Ps Miserere – Ps graduales – Ps paenitentiales
10. Exercitia spiritalia et recollectio menstrua
§ 1 Exercitia spiritalia
§ 2 Recollectio menstrua
11. Hebdomada pro christianorum unitate
§ 1 Participatio
§ 2 Prex: Omnipotens et misericors Deus
12. In articulo mortis
§ 1 Si sacerdos aderit
§ 2 Si sacerdos aberit
§ 3 Laudabiliter adhibetur crucifixus vel crux
§ 4 Etiamsi eodem die alia indulgentia plenaria iam obtenta erit
§ 5 Circa hoc fideles instruendi sunt
13. In memoria Passionis et Mortis Domini
1° Sollemnis adoratio crucis
2° Via crucis
14. Obiectorum pietatis usus
§ 1 A Summo Pontifice aut ab Episcopo be nedictorum
§ 2 A sacerdote vel diacono benedictorum
15. Oratio mentalis
16. Praedicationis sacrae participatio
§ 1 Sacrae Missiones
§ 2 Sacrae praedicationes
17. Preces ad Beatissimam Virginem Mariam
§ 1 Rosarium mariale
1° Pia recitatio in variis adiunctis
2° Dum recitatio Summi Pontificis ope instrumenti televisifici vel radiophonici propagatur
§ 2 1° Canticum Magnificat
2° Angelus Domini vel Regina caeli
3° Preces: Maria, Mater gratiae – Memorare, o piissima Virgo Maria – Salve, Regina – Sancta Maria, succurre miseris – Sub tuum praesidium
18. Preces ad custodem Angelum
Angele Dei
19. Preces in honorem S. Ioseph
Ad te, beate Ioseph
20. Preces in honorem Ss. Apostolorum Petri et Pauli
Sancti Apostoli Petre et Paule
21. Preces in honorem aliorum Sanctorum necnon Beatorum
§ 1 Die memorali
§ 2 In honorem novorum sanctorum vel beatorum
22. Preces novendiales, litaniae et parva officia
1° Exercitia novendialia
Ante sollemnitatem Nativitatis Domini
Ante sollemnitatem Pentecostes
Ante sollemnitatem Immaculatae Conceptionis B.M.V
2° Litaniae
Ss.mi Nominis Iesu – Sacr.mi Cordis Iesu – Pretiosissimi Sanguinis D.N.I.C. – B. Mariae. V. – S. Ioseph – Sanctorum
3° Parva officia
Passionis D.N.I.C. – Sacr.mi Cordis Iesu – B. Mariae V. – Immaculatae Conceptionis – S. Ioseph
23. Preces Orientalium Ecclesiarum
§ 1 Akathistos vel Paraclisis
§ 2 Preces:
Oratio pro gratiarum actione – Oratio vespertina – Oratio pro defunctis – Oratio Sanctuarii – Oratio « Lakhu Mara » – Oratio ad thurificationem – Oratio ad glorificandam Dei Matrem Mariam – Oratio pro remissione peccatorum – Oratio pro adipiscenda sequela Christi – Oratio pro Ecclesia – Oratio post expletam Liturgiam – Intercessiones pro defunctis ex Liturgia S. Iacobi
24. Preces pro benefactoribus
Retribuere dignare, Domine
25. Preces pro pastoribus
1° Pro Summo Pontifice
Oremus pro Pontifice
2° Pro Episcopo eparchiali vel dioecesano
26. Preces supplicationis et gratiarum actionis
§ 1 1° Publica recitatio hymni Veni, Creator
2° Publica recitatio hymni Te Deum
§ 2 1° Ineunte et declinante die
2° In incipiendo et explendo proprio officio
3° Ante et post refectionem
Preces:
Actiones nostra – Adsumus – Agimus Tibi gratias – Benedic, Domine – Domine, Deus omnipotens – Exaudi nos – Te Deum – Veni, Creator – Veni, Sante Spiritus – Visita, quaesumus, Domine
27. Prima sacerdotum Missa et iubilares Ordinationum celebrationes
§ 1 Prima sacerdotum Missa
1° Pro sacerdote
2° Pro Missae assistentibus
§ 2 Iubilares Ordinationum celebrationes
1° Pro sacerdote iubilari
2° Pro episcopo iubilari
3° Pro Missae assistentibus
28. Professio Fidei et actus virtutum theologalium
§ 1 Renovatio votorum baptismalium in celebratione Vigiliae Paschalis vel die anniversario proprii baptismatis
§ 2 1° Renovatio votorum baptismalium
2° Signum Crucis
3° Credo
4° Actus Fidei, Spei et Caritatis
29. Pro fidelibus defunctis
§ 1 1° Pia visitatio coemeterii (diebus 1-8 novembris)
2° Pia visitatio ecclesiae vel oratorii (die 2 novembris)
§ 2 1° Pia visitatio coemeterii
2° Preces: Laudes vel Vesperae Officii defunctorum – Invocatio Requiem aeternam
30. Sacrae Scripturae lectio
§ 1 Sacrae Scripturae lectio
§ 2 Sacrae Scripturae auditio
31. Synodus dioecesana
32. Visitatio pastoralis
33. Visitationes locorum sacrorum
§ 1 1° Patriarchalis basilicae in Urbe
[Benedicto XVI dispuso que se denominasen "papales", pero después se han vuelto a llamar "patriarcales"]

2° Basilicae minoris
3° Ecclesiae cathedralis
4° Sanctuarii
5° Ecclesiae paroecialis
6° Ecclesiae vel altaris, ipso dedicationis die
7° Ecclesiae vel oratorii Institutorum vitae consecratae vel Societatum vitae apostolicae, die eorum Fundatoris sacro
§ 2 Stationalis ecclesiae
§ 3 Catacumbae christianae 

Appendix 

Piae invocationes
Documentum: Constitutio apostolica Indulgentiarum doctrina

***
24-25 de diciembre de 2016, solemnidad de la Natividad de nuestro Señor Jesucristo. Entrada dedicada al Niño Jesús, a la Virgen Madre y al justo José.


ENCHIRIDION INDULGENTIARUM quarto editur 1999

[Primera edición latina, junio 1968.

Segunda edición latina [1ª edición típica latina], octubre 1968.

Tercera edición latina [2ª edición típica latina], mayo 1986. https://veritasl.blogspot.com/ [Hay traducción española aprobada por la CEE 1995: Manual de Indulgencias 1986 1995 versión española oficial de 1995 de la segunda edición típica latina del Enchiridion Indulgentiarum de 1986]

Cuarta edición latina [3ª edición típica latina], julio 1999. [Hay traducción francesa oficial de enero de 2000]

PAENITENTIARIA APOSTOLICA

ENCHIRIDION INDULGENTIARUM

DECRETUM 

http://www.vatican.va/roman_curia/tribunals/apost_penit/documents/rc_trib_appen_doc_20020826_enchiridion-indulgentiarum_lt.html

Enchiridion indulgentiarum quarto editur

Iesu, humani generis Divini Redemptoris, merita, quorum infinitum est pretium, superabundantia etiam ex iisdem progenita merita beatissimae Virginis Mariae et omnium Sanctorum, Ecclesiae Christi indeficiens thesaurus commissa sunt ut, vi potestatis ligandi et solvendi, ab Ipso suo Conditore tributae Petro aliisque Apostolis, et per eos successoribus Summis Pontificibus et Episcopis, in remissionem peccatorum et peccatorum sequelarum applicentur. Quod quidem primaria, et, si agitur de peccatis mortalibus, necessaria ratione fit per Reconciliationis Sacramentum. 

Attamen etiam remissa mortali culpa, et necessario nexu remissa aeterna poena, quam haec culpa meretur, et remisso etiam levi seu veniali peccato, purificatione adhuc potest peccator condonationem adeptus indigere, seu temporalis poenae adhuc obligatione teneri, sive in terrena vita sive in altera, videlicet in statu purgatorio, luendae. Remittendae huiusmodi poenae ex mirabili illo thesauro depromitur indulgentia. Cuius itaque credenda doctrina et laudanda praxis complectuntur et peculiari efficacia adipiscendae sanctitati adhibent mysteria tantopere consolatoria Mystici Christi Corporis et Communionis Sanctorum. 

Haec omnia Summus Pontifex Ioannes Paulus II, in Bulla indictionis Magni Iubilaei a verbis incipiente Incarnationis mysterium, luculenter commentatur. 

Iuxta hoc Magisterium, Apostolica Paenitentiaria occasionem sumit ex imminenti initio sacri Iubilaei et ex diffusione per orbem catholicum memoratae Bullae ut iterum - en quarta vice - Enchiridion indulgentiarum edatur, ad regulam typicae illius publicationis diei 29 iunii 1968, quae receperat disciplinam inductam a Constitutione apostolica Indulgentiarum doctrina

Hac autem nova editione principia de indulgentiarum disciplina prorsus non immutantur, sed quaedam normae revisae sunt secundum novissima documenta ab Apostolica Sede emanata. 

Concessiones vero iuxta criterium systematicum expressae sunt, ita quidem ut realis earum numerus non sit imminutus, sed elenchus brevior factus sit; ratio insuper earum significandarum electa est quae foveat pium caritatis affectum, sive in singulis christifidelibus, sive in ecclesiali communitate. 

Ita, in primis, quarta concessio generalior inserta est, quae indulgentia ditat apertum testimonium fidei in peculiaribus cotidianae vitae adiunctis. Ceterae magni momenti novae concessiones respiciunt christianae familiae fundamenta firmanda (consecrationem familiarum); universalis Ecclesiae in supplicando communionem (fructuosam participationem sive dierum ad aliquem religiosum finem universaliter dicatarum sive hebdomadae pro christianorum unitate); cultum reddendum Iesu in Ss.mo Sacramento praesenti (eucharisticam processionem). 

Extensae etiam sunt nonnullae praecedentes concessiones: e.g. quod attinet ad recitationem Rosarii marialis vel hymni Akathistos, ad iubilares Ordinationum celebrationes, ad lectionem Sacrae Scripturae, ad visitationes locorum sacrorum. 

In hac Enchiridii editione ad facultates coetuum episcopalium, pro orientalibus quidem iuxta eorum propria statuta, pro latinis iuxta canonem 447 CIC, circa elenchos precum magis in proprio illorum territorio diffusarum saepius attenditur. Et de facto numerus precum in Enchiridio relatarum notabiliter auctus est, praesertim Traditionum orientalium. 

Per hoc Decretum textus, qui sequitur, declaratur authenticus et publici iuris fieri iubetur, ex auctoritate Summi Pontificis, prout significatum est in audientia diei 5 iulii 1999 Moderatoribus Apostolicae Paenitentiariae concessa. 

Ipsa vero Apostolica Paenitentiaria, mentem Beatissimi Patris secuta, vota promit ut christifideles, Sacrorum Antistitibus doctrina et pastorali navitate praeeuntibus, pietati suae augendae in gloriam Divinae Augustissimae Trinitatis, per sacrarum indulgentiarum usum intimo animi religioso affectu operam dent. 

Contrariis quibuslibet minime obstantibus. 

Datum Romae, ex aedibus Paenitentiariae Apostolicae, die 16 iulii 1999, in commemoratione B.M.V. a Monte Carmelo

Villelmus WakefieldS.R.E. Card. Baum
Paenitentiarius Maior
 

Aloisius de Magistris Ep. tit. Novensis
Regens 

L. e S. 

In PA tab., n. 6999I 

***

ABBREVIATIONES ET SIGLA 

AA Decr. Apostolicam actuositatem, 18 nov. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 59 [1966] 837-864) 

AAS Acta Apostolicae Sedis, Commentarium officiale AG 

AG Decr. Ad gentes, 7 dec. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 947-990) All. Allocutio 

AP Benedictus PP. XV, m.p. Alloquentes proxime, 25 mart. 1917 (AAS 9 [1917] 167) 

Ap. Apostolica 

can. cann. Canon canones 

CCE Catechismus Catholicae Ecclesiae, 15 augusti 1997 

CD Decr. Christus Dominus, 28 oct. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 673-701) 

CE Caeremoniale Episcoporum ex decreto Sancrosancti Êcumenici Concilii Vaticani II
instauratum auctoritate Ioannis Pauli PP. II promulgatum
, 14 septembris 1984 

CIC 1917 Codex Iuris Canonici Pii X Pontificis Maximi iussu digestus
Benedicti Papae XV auctoritate promulgatus
, 27 maii 1917 

CIC 1983 Codex Iuris Canonici auctoritate Ioannis Pauli PP. II promulgatus, 25 ian. 1983 

conc. concessio concessiones 

Const. Constitutio CS Pius PP. XII, m.p. Cleri sanctitati, 2 iun. 1957 (AAS 49 [1957] 433-600) 

De Ben. Rituale Romanum ex decreto Sancrosancti Êcumenici Concilii Vaticani II
instauratum auctoritate Ioannis Pauli PP. II promulgatum, De benedictionibus
, 31 maii 1984 

Decl. Declaratio 

Decr. Decretum 

DH Decl. Dignitatis humanae, dec. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 929-946) 

DS Denzinger-Schönmetzer, Enchiridion Symbolorum Definitionum et Declarationum de rebus fidei et morum, ed. 33, 1965 

EI 1968 Enchiridion indulgentiarum. Normae et concessiones, 29 iun. 1968 

EI 1986 Enchiridion indulgentiarum. Normae et concessiones, 18 maii 1986 

GS Const. pastoralis Gaudium et Spes, 7 dec. 1966 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 1025-1120) 

ID Paulus PP. VI, Const. Ap. Indulgentiarum doctrina, 1 ian. 1967 (AAS 59 [1967] 5-24) 

IFI SPA, decr. In fere innumeris, 20 iul. 1942 (AAS 34 [1942] 240) 

LG Const. dogmatica Lumen gentium, 21 nov. 1964 [Concilio Vaticano II] (AAS 57 [1965] 5-71) 

LH Officium ex decreto Sacrosancti Êcumenici Concilii Vaticani II instauratum auctoritate Pauli PP. VI promulgatum, Liturgia Horarum iuxta Ritum Romanum,7 apr. 1985 

m.p. Litt. Ap. Motu proprio datae 

MR Missale Romanum ex decreto Sacrosancti Êcumenici Concilii Vaticani II
instauratum auctoritate Pauli PP. VI promulgatum
, 27 mart. 1975 

n.nn. normanormae 

OT Decr. Optatam totius, 28 oct. 1965 [Concilio Vaticano II] (AAS 58 [1966] 713-727) 

PA Paenitentiaria Apostolica 

Paen. Paulus PP. VI, Const. Ap. Paenitemini, 17 feb. 1966 (AAS 58 [1966] 177-198) 

PB Ioannes Paulus PP. II, Const. Ap. Pastor bonus, 28 iun. 1988 (AAS 80 [1988] 841-912) 

PL Migne J. P., Patrologia latina, 1844-1855 

Resp. Responsum responsio 

REU Paulus PP. VI, Const. Ap. Regimini Ecclesiae Universae, 15 aug. 1967 (AAS 59 [1967] 885-928) 

SCR Sacra Congregatio Rituum 

SPA Sacra Paenitentiaria Apostolica 

tab. tabularium 

Libri sacrae Scripturae illo abbreviato afferuntur modo qui in editione typica Neovulgatae adhibetur.   

 ***

PRAENOTANDA 

1. Prima editione huius Enchiridii indulgentiarum, quae prodiit mense iunio anni 1968, ad effectum deducta est norma 13 Constitutionis apostolicae Indulgentiarum doctrina: «Enchiridion indulgentiarum recognoscetur eo consilio ut tantum praecipuae preces et praecipua opera pietatis, caritatis et paenitentiae indulgentiis ditentur». Subsequentibus editionibus, nempe usque ad praesentem, Paenitentiaria Apostolica textum clariorem reddere, in quibusdam minoris momenti locis ad artis criticae exigentias emendare et nonnulla additamenta inserere curavit. 

2. Ad hoc quod attinet, preces et opera praecipua putantur illa quae, ratione habita traditionis et temporum condicionis, peculiarem in modum apta esse videntur, quibus fideles non solum adiuventur ad satisfaciendum de poenis pro peccatis suis debitis, sed etiam ac quidem potissimum impellantur ad maiorem caritatis fervorem. Hoc principio, ratio rem apto ordine componendi est innisa.1 

3. Participatio Sacrificii Missae et Sacramentorum indulgentiis, secundum traditionem, non ditatur: nam in seipsis praecelsam habent efficacitatem quoad «sanctificationem et purificationem».2 

Cum vero ob singulares eventus (veluti primam sacram Communionem, primam Missam a sacerdote novensili litandam, Missam in exitu Conventus Eucharistici celebrandam) indulgentia conceditur, haec non participationi Missae vel Sacramentorum adicitur, sed extraordinariis adiunctis ad eiusmodi participationem accedentibus. Itaque ope indulgentiae promovetur et quasi praemio afficitur se devovendi studium, quod huiusmodi celebritatum est proprium, bonum, quod aliis praebetur, exemplum, honor, qui augustae Eucharistiae et Sacerdotio tribuitur. 

Attamen indulgentia addi potest, secundum traditionem, variis operibus pietatis privatae et publicae; praeterea eadem locupletari possunt opera caritatis et paenitentiae, quibus maius momentum nostris temporibus tribui oportet. Omnia autem haec opera indulgentiis praedita, ut alioquin quodvis aliud opus bonum et quivis cruciatus patienter toleratus, a Missa et Sacramentis nullatenus seiunguntur, utpote quae sint fontes praecipui sanctificationis et purificationis;3 siquidem opera bona et cruciatus fiunt oblatio ipsorum fidelium, quae oblationi Christi in Eucharistico Sacrificio adiungitur;4 siquidem Missa et Sacramenta fideles adducunt ad officia sibi imposita exsequenda adeo ut «vivendo teneant quod fide perceperunt»,5 et vicissim officia diligenter impleta animos melius in dies disponunt ad Missam et Sacramenta fructuose participanda.6 

4. Pro pio erga res sacras animo, plus tribuitur actioni christifidelis (operi operantis), qua de causa longo indice non recensentur opera pietatis (opus operatum) quasi a vita quotidiana christifidelis seiuncta, sed modicus tantum numerus concessionum exhibetur,7 quibus christifidelis efficacius permoveatur ad vitam suam utiliorem sanctioremque reddendam, quatenus nempe aufertur «discidium illud inter fidem quam profitentur et vitam quotidianam multorum... conatus humanos, domesticos, professionales, scientificos vel technicos in unam synthesim vitalem cum bonis religiosis colligendo, sub quorum altissima ordinatione omnia in Dei gloriam coordinantur ».8 

Paenitentiariae igitur Apostolicae curae potius est locum amplum dare vitae christianae animosque ad spiritum orationis et paenitentiae et ad exercitationem virtutum theologalium conformare quam iterandas formulas et actus proponere. 

5. In Enchiridio, antequam variae concessiones recenseantur, referuntur Normae, plerumque ex Constitutione apostolica Indulgentiarum doctrina, ex Codice Iuris Canonici, et ex aliis etiam praescriptis desumptae. Utile vero est, ad praecavendas dubitationes de hac re fortasse orituras, una comprehensione et ordinatim exponere omnes dispositiones, quae circa indulgentias in praesenti vigent. 

6. In Enchiridio quattuor concessiones magis generales in primis recensentur, quae quasi praeluceant vitae christianae cotidie ducendae. 

Unicuique ex his quattuor concessionibus generalioribus adduntur, in fidelium utilitatem et eruditionem, nonnullae annotationes, quibus patefit singulas concessiones cum spiritu Evangelico et cum renovatione, in Concilio Ecumenico Vaticano II incepta, congruere

7. Subsequitur elenchus concessionum ad quaedam religionis opera spectantium. Ipsae autem paucae sunt, quia nonnulla opera concessionibus generalioribus comprehenduntur et, ad preces quod attinet, solum quaedam, indolem universalem prae se ferentes, expresse memorandae visae sunt. Competentes Coetus episcopales pro opportunitate curent addere in editionibus Enchiridii pro sermonum varietate alias formulas fidelium pietati utiles et ob traditum morem caras. 

8. Enchiridio praeterea accedit Appendix, in qua elenchus invocationum continetur et textus praebetur Constitutionis apostolicae Indulgentiarum doctrina

***

NORMAE DE INDULGENTIIS 

N. 19Indulgentia est remissio coram Deo poenae temporalis pro peccatis, ad culpam quod attinet iam deletis, quam chrisfidelis, apte dispositus et certis ac definitis condicionibus, consequitur ope Ecclesiae quae, ut ministra redemptionis, thesaurum satisfactionum Christi et Sanctorum auctoritative dispensat et applicat. 

N. 210Indulgentia est partialis vel plenaria prout a poena temporali pro peccatis debita liberat ex parte aut ex toto. 

N. 311Quivis fidelis potest indulgentias sive partiales sive plenarias, aut sibi ipsi lucrari, aut defunctis applicare ad modum suffragii. 

N. 412Christifideli qui, corde saltem contritus, peragit opus indulgentia partiali ditatum, tribuitur ope Ecclesiae poenae temporalis remissio eiusdem valoris, ac ipse sua actione iam percipit. 

N. 5– § 1.13 Praeter supremam Ecclesiae auctoritatem ii tantum possunt indulgentias elargiri, quibus haec potestas iure agnoscitur aut a Romano Pontifice conceditur. 

§ 2.14 Nulla auctoritas infra Romanum Pontificem valet potestatem concedendi indulgentias aliis committere, nisi id ei a Sede Apostolica expresse fuerit indultum. 

N. 615In Romana Curia, Apostolicae dumtaxat Paenitentiariae committuntur ea, quae spectant ad concessionem et usum indulgentiarum, salvo iure Congregationis pro Doctrina Fidei ea videndi, quae doctrinam dogmaticam circa easdem respiciunt. 

N. 7Episcopi eparchiales vel dioecesani, aliique in iure ipsis aequiparati, etiamsi episcopali dignitate careant, ab inito pastorali munere, ius habent: 

16 concedendi indulgentiam partialem, in suo quidem territorio omnibus christifidelibus, extra territorium vero fidelibus eorum iurisdictioni pertinentibus; 

17 Benedictionem papalem cum indulgentia plenaria, secundum praescriptam formulam, impertiendi in sua quisque eparchia vel dioecesi ter in anno, festis sollemnibus ab ipsis designandis, etiamsi Missae adsistant tantum. Haec benedictio datur in fine Missae loco benedictionis consuetae, ad normam uniuscuiusque Caeremonialis Episcoporum. 

N. 818Metropolitae possunt indulgentiam partialem in eparchiis vel dioecesibus suffraganeis sicut in proprio territorio concedere. 

N. 919§ 1. Patriarchae in singulis locis sui patriarchatus, etsi exemptis, in ecclesiis sui ritus extra terminos patriarchatus, et ubique pro fidelibus sui ritus possunt: 

1° indulgentiam partialem concedere; 

Benedictionem papalem cum indulgentia plenaria impertire, ter quidem in anno de lege ordinaria, sed insuper quando peculiaris prorsus religiosa circumstantia seu ratio occurrat, quae pro bono christifidelium concessionem plenariae indulgentiae postulet. 

§ 2.20 Idem valet pro Archiepiscopis Maioribus

N. 10 21S.R.E. Cardinales facultate gaudent concedendi ubique indulgentiam partialem
a praesentibus solummodo, singulis vicibus, acquirendam. 

N. 11– § 1.22 Requiritur expressa licentia Sedis Apostolicae ut typis edere liceat, quovis idiomate, Enchiridion indulgentiarum

§ 2.23 Alii autem indulgentiarum libri omnes, folia, aliaque scripta, in quibus earum concessiones continentur, ne edantur sine licentia Hierarchae vel Ordinarii loci

N. 1224Iuxta mentem Summi Pontificis indulgentiarum pro omnibus fidelibus impetratarum concessiones vigorem suum exserere incipiunt solum postquam authentica exemplaria earumdem ab Apostolica Paenitentiaria sint revisa. 

N. 1325Indulgentia, alicuius liturgicae celebrationis diei adnexa, translata intellegitur in eum diem in quem huiusmodi celebratio, vel conexa externa sollemnitas, legitime transfertur. 

N. 1426 Ad lucrandam indulgentiam alicui diei affixam, si visitatio ecclesiae vel oratorii requiratur, haec fieri potest a meridie diei praecedentis usque ad mediam noctem quae statutum diem claudit. 

N. 1527Christifidelis indulgentiam consequi valet si devote utitur aliquo ex sequentibus pietatis obiectis, rite benedicto: nempe crucifixo vel cruce, corona, scapulari, numismate. 

N. 16– § 1.28 Indulgentia adnexa visitationi ecclesiae vel oratorii non cessat si aedificium funditus evertatur rursusque intra quinquaginta annos extruatur in eodem vel fere eodem loco et sub eodem titulo. 

§ 2.29 Indulgentia adnexa usui pietatis obiecti tunc tantum cessat, cum idem obiectum prorsus desinat esse vel vendatur. 

N. 17– § 1.30 Ut quis capax sit lucrandi indulgentias debet esse baptizatus, non excommunicatus, in statu gratiae saltem in fine operum praescriptorum. 
CIC 1983, can. 996 § 1; EI 1986, n. 20 § 1

§ 2.31 Ut vero subiectum capax eas lucretur, habere debet intentionem saltem generalem eas acquirendi et opera iniuncta implere statuto tempore ac debito modo, secundum concessionis tenorem. 
CIC 1983, can. 996 § 2; EI 1986, n. 20 § 2

N. 18– § 1.32 Indulgentia plenaria semel tantum in die acquiri potest; partialis vero indulgentia pluries. 

§ 2.33 Christifidelis tamen consequi poterit indulgentiam plenariam in articulo mortis, etiamsi eodem die indulgentiam plenariam iam acquisiverit. 

N. 1934Opus praescriptum ad acquirendam indulgentiam plenariam adnexam ecclesiae vel oratorio est eiusdem visitatio pia, qua nimirum durante recitantur oratio Dominica et fidei symbolum, nisi aliter in concessione statutum sit. 

N. 20– § 1.35 Ad indulgentiam plenariam assequendam, praeter omnimodam exclusionem affectus erga quodcumque peccatum etiam veniale, requiruntur exsecutio operis indulgentia ditati et adimpletio trium condicionum, quae sunt: sacramentalis confessio, communio eucharistica et oratio ad mentem Summi Pontificis

§ 2.36 Unica sacramentali confessione plures indulgentiae plenariae acquiri possunt; unica vero communione eucharistica et unica oratione ad mentem Summi Pontificis una tantum indulgentia plenaria acquiritur. 

§ 3.37 Tres condiciones perfici possunt pluribus diebus ante vel post praescripti operis exsecutionem; convenit tamen ut communio et oratio ad mentem Summi Pontificis peragantur ipso die quo instituitur opus

§ 4.38 Si plena dispositio desit vel si opus requisitum et tres praedictae condiciones, salvis praescriptis n. 24 et n. 25 pro «impeditis», non impleantur, indulgentia erit tantum partialis. 

§ 5.39 Condicio precandi ad mentem Summi Pontificis impletur, si recitantur ad eiusdem mentem semel Pater et Ave; data tamen facultate singulis fidelibus quamlibet aliam orationem recitandi iuxta uniuscuiusque pietatem et devotionem. 

N. 21– § 1.40 Opere, cui praestando aliquis lege aut praecepto obligatur, nequit indulgentia lucrifieri, nisi in eiusdem concessione aliud expresse dicatur. 

§ 2. 41Qui tamen praestat opus sibi in sacramentalem paenitentiam iniunctum et indulgentiis forte ditatum, potest simul et paenitentiae satisfacere et indulgentias lucrari. 

§ 3.42 Pariter Institutorum vitae consecratae et Societatum vitae apostolicae sodales, precibus et piis operibus, quae offerre vel peragere vi suarum regularum vel constitutionum vel aliter ex praecepto tenentur, indulgentias consequi valent. 

N. 22 43– Indulgentia alicui orationi adnexa acquiri potest quocumque idiomate oratio recitetur, dummodo versio sit a competente ecclesiastica auctoritate adprobata

N. 23 44– Ad indulgentiarum acquisitionem satis est orationem alternis cum socio recitare, aut mente eam prosequi, dum ab alio recitatur. 

N. 24 45– Confessarii commutare possunt sive opus praescriptum sive condiciones pro iis qui, legitimo detenti impedimento, eadem praestare nequeant. 

N. 25 46– Hierarchae vel Ordinarii locorum possunt insuper concedere fidelibus, in quos ad normam iuris exercent auctoritatem, si hi in locis versentur ubi vel nullo modo vel difficulter ad confessionem vel communionem accedere possint, ut ipsi queant indulgentiam plenariam consequi absque actuali confessione et communione, dummodo sint corde contriti et ad praedicta sacramenta, cum primum poterunt, accedere proponant. 

N. 26 47– Sive surdi sive muti lucrari possunt indulgentias adnexas publicis precibus, si una cum ceteris fidelibus in eodem loco orantibus mentem ac pios sensus ad Deum attollant; et, si agatur de privatis orationibus, satis est ut eas mente recolant signisve patefaciant vel tantummodo oculis percurrant.   


(1) Paulus PP. VI, All. ad Cardinalium Collegium et Curiam Romanam, 23 dec. 1966 (AAS 59 [1967] 57). 

(2) Cf. ID 11. 

(3) ID 11. 

(4) Cf. LG 34. 

(5) MR, oratio feriae II infra octavam Paschae. 

(6) Cf. SC 9-13. 

(7) Cf. infra praesertim nn. I-IV, pp. 33-44. 

(8) Cf. GS 43. 

(9) CIC 1917, can. 911; ID, n. 1; EI 1968, n. 1; CIC 1983, can. 992; EI 1986, n. 1. 

(10) ID, n. 2; EI 1968, n. 2; CIC 1983, can. 993; EI 1986, n. 2. 

(11) CIC 1917, can. 930; ID, n. 3; EI 1968, nn. 3-4; CIC 1983, can. 994; EI 1986, nn. 3-4. 

(12) ID, n. 5; EI 1968, n. 6; EI 1986, n. 5. 

(13) § 1: CIC 1917, can. 912; EI 1968, n. 8; CIC 1983, can. 995 § 1; EI 1986, n. 7. 

(14) § 2: CIC 1917, can. 913; EI 1968, n. 10, 1°; CIC 1983, can. 995 § 2; EI 1986, n. 9. 

(15) AP 4-5; REU 113; EI 1968, n. 9; EI 1986, n. 8; PB 120. 

(16) 1°: CIC 1917, can. 349 § 2, 2°; IFI 1; CS, cann. 396 § 2, 2°, 364 § 3, 3°, 367 § 2, 1°, 391; EI 1968, n. 11 § 1; EI 1986, n. 10, 1°. 

(17) 2°: CIC 1917, can. 914; IFI 1; EI 1968, n. 11 § 2; CE, 1122-1126 EI 1986, n. 10, 2°. 

(18) CIC 1917, can. 274, 2o; SPA, decr. 20 iul. 1942, n. 2; CS, cann. 319, 6°, 320 § 1, 4°; EI 1968, n. 12; EI 1986, n. 11. 

(19) § 1, 1°: CS, can. 283, 4°; EI 1968, n. 13; EI 1986, n. 12. 

(20) § 2: CS, can. 326 § 1, 10°; EI 1968, n. 13; EI 1968, n. 12. 

(21) CIC 1917, can. 239 § 1, 24°; CS, can. 185 § 1, 24°; EI 1968, n. 14; EI 1986, n. 13. 

(22) § 1: CIC 1917, can. 1388 § 2; EI 1968, n. 15 § 2; EI 1986, n. 14 § 2. 

(23) § 2: CIC 1917, can. 1388 § 1; EI 1968, n. 15 § 1; CIC 1983, can. 826 § 3; EI 1986, n. 14 § 1. 

(24) CIC 1917, can. 920; EI 1968, n. 16; EI 1986, n. 15. 

(25) CIC 1917, can. 922; EI 1968, n. 17; EI 1986, n. 16. 

(26) CIC 1917, can. 923; EI 1968, n. 18; EI 1986, n. 17. 

(27) ID, n. 17; EI 1968, n. 19; EI 1986, n. 18. 

(28) § 1: CIC 1917, can. 924 § 1 et can. 75; EI 1968, n. 20 § 1; CIC 1983, can. 78 § 3; EI 1986, n. 19 § 1. 

(29) § 2: CIC 1917, can. 924 § 2 et can. 75; EI 1968, n. 20 § 2; CIC 1983, can. 78 § 3; EI 1986, n. 19 § 2. 

(30) § 1: CIC 1917, can. 925 § 1; EI 1968, n. 22 § 1; CIC 1983, can. 996 § 1; EI 1986, n. 20 § 1

(31) § 2: CIC 1917, can. 925 § 2; EI 1968, n. 22 § 2; CIC 1983, can. 996 § 2; EI 1986, n. 20 § 2

(32) § 1: CIC 1917, can. 928; ID, n. 6; EI 1968, n. 24 §§ 1 et 3; EI 1986, n. 21 §§ 1 et 3. 

(33) § 2: ID, n. 18; EI 1968, n. 24 § 2; EI 1986, n. 21 § 2. 

(34) ID, n. 16; EI 1968, n. 25; EI 1986, n. 22. 

(35) § 1: ID, n. 7; EI 1968, n. 26; EI 1986, n. 23 § 1

(36) § 2: ID, n. 9; EI 1968, n. 28; EI 1986, n. 23 § 2. 

(37) § 3: ID, n. 8; EI 1968, n. 27; EI 1986, n. 23 § 3. 

(38) § 4: ID, n. 7, in fine; EI 1968, n. 26, in fine; EI 1986, n. 23 § 4. 

(39) § 5: ID, n. 10; EI 1968, n. 29; EI 1986, n. 23 § 5. 

(40) § 1: CIC 1917, can. 932; EI 1968, n. 31; EI 1986, n. 24. 

(41) § 2: CIC 1917, can. 932; EI 1968, n. 31; EI 1986, n. 24. 

(42) § 3: PA, Responsio ad propositum dubium, die 1 iulii 1992 (AAS 84 [1992] 935). 

(43) CIC 1917, can. 934 § 2; EI 1968, n. 32; EI 1986, n. 25. 

(44) CIC 1917, can. 934 § 3; EI 1968, n. 33; EI 1986, n. 26. 

(45) CIC 1917, can. 935; EI 1968, n. 34; EI 1986, n. 27. 

(46) ID, n. 11; EI 1968, n. 35; EI 1986, n. 28. 

(47) CIC 1917, can. 936; EI 1968, n. 36; EI 1986, n. 29. 

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QUATTUOR CONCESSIONES GENERALIORES 

Proœmium 

1. Proponuntur imprimis quattuor concessiones indulgentiarum, quibus christifidelis commonetur ut actiones, quibus vita quotidiana veluti intexitur, christiano spiritu informet,1 et in suo vitae ordine ad perfectionem caritatis tendat.2 

2. Quattuor concessiones sunt revera generaliores et earum singulae plura eiusdem generis opera complectuntur. Tamen non omnia huiusmodi opera indulgentiis ditantur, sed ea tantum quae peculiari modo et animo peraguntur. 

Ita prima concessione, cuius haec sunt verba: « Conceditur indulgentia partialis christifideli qui, in officiis suis gerendis et vitae aerumnis tolerandis, animum ad Deum humili fiducia erigit, addita, etiam tantum mente, pia aliqua invocatione », indulgentia ditantur ii tantum actus quibus christifidelis, dum officia sua peragit et vitae aerumnas sustinet, mentem ad Deum uti proponitur elevat. Hi peculiares actus, ob humanam infirmitatem, non sunt frequentes. 

Quod si quis tam diligens et fervens sit ut ad plura diei momenta huiusmodi actus extendat, tunc ipse iuste meretur, praeter gratiae incrementum, ampliorem poenae remissionem et, pro sua caritate, animabus in purgatorio detentis abundantius subvenire potest. 

Simili ratione sentiendum est de tribus ceteris concessionibus. 

3. Quia quattuor concessiones, ut patet, cum Evangelio et cum doctrina Ecclesiae, a Concilio Vaticano II luculenter proposita, apprime congruunt, in fidelium commodum loci de Sacra Scriptura et de actis eiusdem Concilii deprompti ad singulas concessiones infra apponuntur. 

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CONCESSIONES 

I 

Conceditur indulgentia partialis christifideli qui, in officiis suis gerendis et vitae aerumnis tolerandis, animum ad Deum humili fiducia erexerit, addita, etiam tantum mente, pia aliqua invocatione.3 

Hac prima concessione christifideles ad exsequendum mandatum Christi: « Oportet semper orare et non deficere »4 quasi manu ducuntur et simul monentur sua cuiusque officia ita peragere ut unionem cum Christo servent et augeant. 

Quae quidem mens Ecclesiae, indulgentiam concedentis, optime illustratur adductis sequentibus locis ex S. Scriptura: 

« Petite et dabitur vobis; quaerite et invenietis; pulsate et aperietur vobis. Omnis enim qui petit, accipit et qui quaerit, invenit et pulsanti aperietur ».5 

« Vigilate et orate, ut non intretis in tentationem ».6 

« Attendite autem vobis ne forte graventur corda vestra in... curis huius vitae... Vigilate itaque omni tempore orantes ».7 

« Erant autem perseverantes in doctrina apostolorum et communicatione, in fractione panis et orationibus ».8 « Spe gaudentes, in tribulatione patientes, orationi instantes ».9 

« Sive ergo manducatis sive bibitis sive aliud quid facitis, omnia in gloriam Dei facite ».10 

« Per omnem orationem et obsecrationem orantes omni tempore in Spiritu, et in ipso vigilantes in omni instantia et obsecratione pro omnibus Sanctis ».11 

« Et omne, quodcumque facitis in verbo aut in opere, omnia in nomine Domini Iesu, gratias agentes Deo Patri per ipsum ».12 

« Orationi instate, vigilantes in ea in gratiarum actione ».13 

« Sine intermissione orate, in omnibus gratias agite ».14 

Et in actis Concilii Vaticani II legitur: 

« Omnes igitur christifideles in vitae suae conditionibus, officiis, vel circumstantiis, et per illa omnia, in dies magis sanctificabuntur, si cuncta e manu Patris caelestis cum fide suscipiunt et voluntati divinae cooperantur, caritatem qua Deus dilexit mundum in ipso temporali servitio omnibus manifestando ».15 

« Haec vita intimae unionis cum Christo in Ecclesia alitur subsidiis spiritualibus, quae... sunt... ita a laicis adhibenda ut hi, dum ipsa mundi officia in ordinariis vitae condicionibus recte adimplent, unionem cum Christo a vita sua non separent, sed suum opus iuxta voluntatem Dei exercentes in ipsa percrescant... Neque curae familiares neque negotia saecularia extranea debent esse a spirituali vitae ratione, iuxta illud Apostoli: “Omne quodumque facitis in verbo aut in opere, omnia in nomine Domini Iesu Christi, gratias agentes Deo et Patri per ipsum16 ».17 

« Discidium... inter fidem quam profitentur et vitam quotidianam multorum, inter graviores nostri temporis errores recensendum est... Ne igitur perperam inter se opponantur activitates professionales et sociales ex una parte, vita religiosa ex altera... Gaudeant potius christiani, exemplum Christi secuti, qui fabrilem artem exercuit, se omnes suas navitates terrestres exercere posse, conatus humanos, domesticos, professionales, scientificos vel technicos in unam synthesim vitalem cum bonis religiosis colligendo, sub quorum altissima ordinatione omnia in Dei gloriam coordinantur ».18 

II 

Conceditur indulgentia partialis christifideli qui, spiritu fidei ductus, in servitium fratrum necessitate laborantium, se ipsum vel bona sua misericordi animo impenderit.19 

Christifidelis hac indulgentiae concessione allicitur ut, exemplum et mandatum Christi Iesu sequens,20opera caritatis seu misericordiae frequentius peragat. 

Non omnia tamen caritatis opera indulgentia ditantur, sed tantum quae fiunt «in servitium fratrum necessitate laborantium», uti qui cibo vel veste pro corpore aut institutione vel solacio pro animo indigent. 

« Esurivi enim et dedistis mihi manducare, sitivi et dedistis mihi bibere, hospes eram et collegistis me, nudus et operuistis me, infirmus et visitastis me, in carcere eram et venistis ad me... Amen dico vobis: Quamdiu fecistis uni de his fratribus meis minimis, mihi fecistis ».21 

« Mandatum novum do vobis, ut diligatis invicem; sicut dilexi vos ut et vos diligatis invicem. In hoc cognoscent omnes quia mei discipuli estis, si dilectionem habueritis ad invicem ».22 

« Qui tribuit in simplicitate... qui miseretur in hilaritate... caritate fraternitatis invicem diligentes, honore invicem praevenientes, sollicitudine non pigri, spiritu ferventes, Domino servientes... necessitatibus sanctorum communicantes, hospitalitatem sectantes ».23 

« Et si distribuero in cibos omnes facultates meas... caritatem autem non habuero, nihil mihi prodest ».24 

« Dum tempus habemus, operemur bonum ad omnes, maxime autem ad domesticos fidei ».25 

« Ambulate in dilectione, sicut et Christus dilexit nos ».26 

« A Deo edocti estis ut diligatis invicem ».27 

« Caritas fraternitatis maneat ».28 

« Religio munda et immaculata apud Deum et Patrem haec est: visitare pupillos et viduas in tribulatione eorum, immaculatum se custodire ab hoc saeculo ».29 

« Animas vestras castificantes in oboedientia veritatis ad fraternitatis amorem non fictum, ex corde invicem diligite attentius ».30 

« In fine autem omnes unanimes, compatientes, fraternitatis amatores, misericordes, humiles, non reddentes malum pro malo vel maledictum pro maledicto, sed e contrario benedicentes, quia in hoc vocati estis, ut benedictionem hereditate accipiatis ».31 

« Curam omnem subinferentes ministrate... in pietate... amorem fraternitatis, in amore autem fraternitatis caritatem ».32 

« Qui habuerit substantiam mundi et viderit fratrem suum necesse habere et clauserit viscera sua ab eo, quomodo caritas Dei manet in eo? Filioli, non diligamus verbo nec lingua, sed in opere et veritate ».33 

« Ubicumque versantur qui cibo potuque, vestitu, domo, medicinis, opere, instructione, facultatibus ad vitam vere humanam ducendam necessariis carent, aerumnis vel infirma valetudine cruciantur, exilium vel carcerem patiuntur, ibi eos christiana caritas debet quaerere et invenire, impensa cura solari et praestitis auxiliis sublevare... Quo huiusmodi caritatis exercitium omni exceptione maius sit et tale appareat in proximo consideretur imago Dei ad quam creatus est, et Christus Dominus cui re vera offertur quidquid indigenti donatur ».34 

« Cum caritatis et misericordiae opera praeclarissimum testimonium christianae vitae offerant, formatio apostolica ad haec quoque exercenda adducere debet, ut discant christifideles ab ipsa pueritia fratribus compati eisque indigentibus generoso animo subvenire ».35 

« Christiani, memores verbi Domini “in hoc cognoscent omnes quia discipuli mei estis, si dilectionem habueritis ad invicem”,36 nihil ardentius optare possunt quam ut hominibus mundi huius temporis semper generosius et efficacius inserviant... Vult autem Pater ut in omnibus hominibus Christum fratrem agnoscamus et efficaciter diligamus, tam verbo quam opere ».37 

III 

Conceditur indulgentia partialis christifideli qui a re licita et sibi grata, in spiritu paenitentiae, sponte abstinuerit.38 

Haec autem concessio prorsus convenit nostris temporibus in quibus, praeter legem, ceterum sat mitem, abstinentiae a carnibus et ieiunii, omnino expedit ut fideles ad sese paenitentia exercendos excitentur.39 

Christifidelis ita impellitur ut, suas cupiditates refrenans, discat corpus suum in servitutem redigere et Christo pauperi et patienti se conformare.40 

Abstinentia vero praestantior erit si coniungatur caritati, iuxta verba S. Leonis M.: « Impendamus virtuti, quod subtrahimus voluptati. Fiat refectio pauperum abstinentia ieiunantis ».41 

« Si quis vult post me venire, abneget seipsum et tollat crucem suam cotidie et sequatur me ».42 

« Si non paenitentiam egeritis omnes similiter peribitis ».43 

« Si autem Spiritu opera corporis mortificatis, vivetis ».44 

« Si tamen compatimur, ut et conglorificemur ».45 

« Omnis autem qui in agone contendit ab omnibus se abstinet, et illi quidem ut corruptibilem coronam accipiant, nos autem incorruptam. Ego igitur sic curro non quasi in incertum, sic pugno non quasi aërem verberans; sed castigo corpus meum et in servitutem redigo ».46 

« Semper mortificationem Iesu in corpore circumferentes, ut et vita Iesu in corpore nostro manifestetur ».47 

« Fidelis sermo: Nam si commortui sumus, et convivemus; si sustinemus, et conregnabimus ».48 

« Abnegantes... saecularia desideria sobrie et iuste et pie vivamus in hoc saeculo ».49 

« Sed, quemadmodum communicatis Christi passionibus, gaudete, ut et in revelatione gloriae eius gaudeatis exsultantes ».50 

« Peculiari sollicitudine in sacerdotali oboedientia, in pauperis vitae ratione et in sui abnegandi spiritu ita excolantur, ut etiam ea quae licita sunt..., prompte abdicare et Christo crucifixo se conformare assuescant ».51 

« Fideles vero, vi regalis sui sacerdotii, in oblationem Eucharistiae concurrunt, illudque in sacramentis suscipiendis, in oratione et gratiarum actione, testimonio vitae sanctae, abnegatione et actuosa caritate exercent ».52 

« In variis vitae generibus et officiis una sanctitas excolitur ab omnibus, qui a Spiritu Dei aguntur, atque voci Patris oboedientes Deumque Patrem in spiritu et veritate adorantes, Christum pauperem, humilem, et crucem baiulantem sequuntur, ut gloriae Eius mereantur esse consortes ».53 

« Omnes fideles cohortatur Ecclesia ut, praeter incommoda et iacturas, quae cotidianae vitae rationi comitantur, divino paenitentiae praecepto corpus quoque nonnullis castigationis actibus affligendi obtemperent... Ecclesia cupit significare tres esse modos praecipuos, antiquitus traditos, quibus divino paenitentiae praecepto satisfieri possit: scilicet precationem, ieiunium, opera caritatis, quamvis praesertim abstinentiam a carne et ieiunium tuita sit. Hae paenitentiae agendae rationes omnibus aetatibus fuerunt communes; nostris tamen temporibus peculiares afferuntur causae ob quas, pro variis locorum adiunctis, certus quidam paenitentiae modus prae ceteris urgeatur. Itaque apud gentes, quae maiore oeconomicorum bonorum copia fruuntur, urgeatur testimonium abnegationis, ne christifideles ad hoc saeculum conformentur, simulque urgeatur testimonium caritatis erga fratres, etiam dissitas regiones inhabitantes, qui paupertate et fame vexentur ».54 

IV 

Conceditur indulgentia partialis christifideli qui apertum testimonium fidei coram aliis, in pecularibus quotidianae vitae adiunctis, sponte reddiderit. 

Concessio haec christifidelem incitat ad fidem suam coram aliis aperte profitendam, in Dei gloriam et Ecclesiae aedificationem. 

S. Augustinus scripsit: « Sit tamquam speculum tibi Symbolum tuum. Ibi te vide, si credis omnia quae te credere confiteris, et gaude quotidie in fide tua ».55Vita christiana uniuscuiusque diei erit ergo velut « Amen » concludens « Credo » professionis fidei nostri Baptismatis.56 

« Omnis ergo qui confitebitur me coram hominibus, confitebor et ego eum coram Patre meo qui est in caelis ».57 

« Quinimmo beati, qui audiunt verbum Dei et custodiunt! ».58 

« Eritis mihi testes ».59 

« Cotidie quoque perdurantes unanimiter in templo et frangentes circa domos panem, sumebant cibum cum exsultatione et simplicitate cordis, collaudantes Deum et habentes gratiam ad omnem plebem ».60 

« Multitudinis autem credentium erat cor et anima una... Et virtute magna reddebant apostoli testimonium resurrectionis Domini Iesu, et gratia magna erat super omnibus illis ».61 

« Fides vestra annuntiatur in universo mundo ».62 

« Quia si confitearis in ore tuo: “Dominum Iesum!”, et in corde tuo credideris... salvus eris. Cor- de enim creditur ad iustitiam, ore autem confessio fit in salutem ».63 

« Certa bonum certamen fidei, apprehende vitam aeternam, ad quam vocatus es, et confessus es bonam confessionem coram multis testibus ».64 

« Noli... erubescere testimonium Domini nostri ».65 

« Nemo enim vestrum patiatur quasi homicida aut fur aut maleficus aut alienorum speculator; si autem ut christianus, non erubescat, glorificet autem Deum in isto nomine ».66 

« Quisquis confessus fuerit: “Iesus est Filius Dei”, Deus in ipso manet, et ipse in Deo ».67 

« Ut vero caritas tamquam bonum semen in anima increscat et fructificet, unusquisque fidelis debet verbum Dei libenter audire Eiusque voluntatem, opitulante Eius gratia, opere complere, sacramentis, praesertim Eucharistiae, et sacris actionibus frequenter participare, seseque orationi, sui ipsius abnegationi, fraterno actuoso servitio et omnium virtutum exercitationi constanter applicare ».68 

« Christifideles ut singuli ad apostolatum exercendum in variis suae vitae condicionibus vocati sunt; meminerint tamen hominem natura sua socialem esse... Quapropter christifideles apostolatum suum exerceant, in unum conspirantes. Sint apostoli tam in suis communitatibus familiaribus, quam in paroeciis et dioecesibus, quae ipsae exprimunt indolem communitariam apostolatus, atque in liberis coetibus in quos se congregare statuerint ».69 

« Ipsa autem socialis hominis natura exigit, ut homo internos religionis actus externe exprimat, cum aliis in re religiosa communicet, suam religionem modo communitario profiteatur ».70 

« Non sufficit ut populus christianus praesens sit et constitutus in aliqua gente, nec sufficit ut apostolatum exempli exerceat; ad hoc constituitur, ad hoc praesens est, ut concivibus non-christianis Christum verbo et opere annuntiet eosque iuvet ad plenam Christi receptionem ».71

(1) Cf. 1 Cor 10,31; Col 3,17; AA 2-4, 13. 

(2) Cf. LG 39, 40-42. 

(3) Cf. SPA, Decr. Pia oblatio quotidiani laboris Indulgentiis ditatur, 25 nov. 1961 (AAS 53 [1961] 827); Decr. Pia oblatio humani doloris Indulgentiis ditatur, 4 iun. 1962 (AAS 54 [1962] 475); EI 1968 et 1986, conc. gen. I. 

(4) Lc 18,1. 

(5) Mt 7,7-8. 

(6) Mt 26,41. 

(7) Lc 21,34.36. 

(8) Act 2,42. 

(9) Rom 12,12. 

(10) 1 Cor 10,31. 

(11) Eph 6,18. 

(12) Col 3,17. 

(13) Col 4,2. 

(14) 1 Thess 5,17-18. 

(15) LG 41. 

(16) Col 3,17. 

(17) AA 4. 

(18) GS 43. 

(19) Cf. SPA, Indulgentiae apostolicae (AAS 55 [1963] 657-659); EI 1968 et 1986, conc. gen. II. 

(20) Cf. Io 13,15; Act 10,38. 

(21) Mt 25,35-36.40; cf. etiam Tob 4,7-8; Is 58,7. 

(22) Io 13,34-35. 

(23) Rom 12,8.10-11.13. 

(24) 1 Cor 13,3. 

(25) Gal 6,10. 

(26) Eph 5,2. 

(27) 1 Thess 4,9. 

(28) Heb 13,1. 

(29) Iac 1,27; cf. Iac 2,15-16. 

(30) 1 Pe 1,22. 

(31) 1 Pe 3,8-9. 

(32) 2 Pe 1,5.7. 

(33) 1 Io 3,17-18. 

(34) AA 8. 

(35) AA 31 c. 

(36) Io 13,35. 

(37) GS 93. 

(38) EI 1968 et 1986, conc. gen. III. 

(39) Cf. Paen III, c. 

(40) Cf. Mt 8,20; 16,24. 

(41) Sermo 13 (alias: 12) De ieiunio decimi mensis, 2 (PL 54, 172). 

(42) Lc 9,23: cf. Lc 14,27. 

(43) Lc 13,5; cf. Lc 13,3. 

(44) Rom 8,13. 

(45) Rom 8,17. 

(46) 1 Cor 9,25-27. 

(47) 2 Cor 4,10. 

(48) 2 Tim 2,11-12. 

(49) Tit 2,12. 

(50) 1 Pe 4,13. 

(51) OT 9. 

(52) LG 10. 

(53) LG 41. 

(54) Paen III c. 

(55) Sermo 58, 11, 13 (PL 38, 399). 

(56) Cf. CCE 1064. 

(57) Mt 10,32. 

(58) Lc 11,28. 

(59) Act 1,8. 

(60) Act 2,46. 

(61) Act 4,32-33. 

(62) Rom 1,8. 

(63) Rom 10,9-10. 

(64) 1 Tim 6,12. 

(65) 2 Tim 1,8. 

(66) 1 Pe 4,15-16. 

(67) 1 Io 4,15. 

(68) LG 42. 

(69) AA 18. 

(70) DH 3. 

(71) AG 15.   

***

ALIAE CONCESSIONES 

Proœmium 

1. Quattuor concessionibus generalioribus, de quibus supra ad I-IV, adduntur nonnullae aliae concessiones, quae, attentis tum praeteriti temporis traditionibus tum nostrae aetatis necessitatibus, peculiarem significationem praeseferunt. 

Hae omnes concessiones invicem se complent et, dum indulgentiae dono christifideles alliciunt ad peragenda pietatis, caritatis et paenitentiae opera, eosdem adducunt ut artius Christo capiti et Ecclesiae corpori per caritatem coniungantur.1 

2. Referuntur quaedam preces vel divina inspiratione vel antiquitate venerandae et universalioris usus.2 Ut patet, hae exempli gratia citantur. Sed prae oculis habeatur quod in normis dicitur de iure episcoporum eparchialium vel dioecesanorum, metropolitanorum, patriarcharum, cardinaliumque.3 

Indulgentias concessas pro pia recitatione precum, quarum elenchi infra sequuntur, ex natura rei acquirere possunt fideles cuiusvis ritus, quaecumque est traditio liturgica cui per se illae preces pertinent. 

3. Quae preces, si res intimius perspicitur, iam comprehenduntur in concessione generaliore I, cum a christifideli, animo ad Deum humili fiducia erecto, in suo vitae ordine recitantur. Ita, e.g., hac prima concessione continentur orationes « Actiones nostras » et « Agimus tibi gratias », quae « in officiis gerendis » recitantur. 

Placuit tamen singulatim referre ut indulgentiis ditatas, tum ad omne dubium tollendum, tum ad earum excellentiam significandam. 

4. Ut per se patet, quotiescumque in concessionibus ad indulgentiam obtinendam preces vel litaniae vel parvi officii recitatio requiritur, textus eorum semper adprobatus esse debet a competenti Auctoritate ecclesiastica, necnon eadem recitatio sicut, cum praescribuntur, loci sacri visitatio, pii exercitii expletio vel devotionis obiecti usus, ea qua par est devotione et pio cordis affectu fieri debent. Haec vero mens in quibusdam singulis concessionibus expresse notatur ut fidelium pietas adiuvetur. 

5. Ad indulgentiam plenariam assequendam, ut in norma 20 statuitur, requiruntur operis exsecutio, impletio trium condicionum et plena animi dispositio, quae omnem affectum peccaminosum excludat. 

Quod vero attinet ad indulgentiam partialem, ut in norma 4, requiruntur operis exsecutio et cordis saltem contritio. 

6. Si opus, indulgentia plenaria ditatum, apte dividi potest in partes (e.g. Rosarium mariale in decades), qui ex rationabili causa integrum opus non perficit, acquirere potest, pro parte quam peragit, partialem indulgentiam.4 

7. Speciali mentione dignae sunt concessiones quae referuntur ad opera, quibus christifidelis, quodlibet ex ipsis praestans, indulgentiam plenariam singulis anni diebus assequi potest, firma manente norma 18 § 1, iuxta quam indulgentia plenaria semel tantum in die acquiri potest: 

adoratio Ss.mi Sacramenti saltem per dimidiam horam (conc. 7 § 1, 1°)

– pium exercitium Viae Crucis (conc. 13, 2°); 

– recitatio Rosarii marialis vel hymni Akathistos in ecclesia aut oratorio, vel in familia, in religiosa Communitate, in christifidelium consociatione et generatim cum plures ad aliquem honestum finem conveniunt (conc. 17 § 1, 1° et conc. 23 § 1); 

pia lectio vel auditio S. Scripturae saltem per dimidiam horam (conc. 30). 

8. Concessiones ordine alphabetico recensentur. Ad huiusmodi ordinem statuendum, considerantur prima verba in titulis indicata (e.g. Actus consecrationis familiarum - Eucharistica adoratio et processio). 

Indicantur fontes ex quibus preces sunt desumptae, solum quando agitur de textibus liturgicis nunc vigentibus. 

Quo facilior christifidelibus Enchiridi usus reddatur, in fine voluminis tres indices adnectuntur: 

– formulae precationum; 
– elenchus temporum et actuum, quibus indulgentia plenaria obtinetur; 
– index generalis. 

***

CONCESSIONES 


actus consecrationis familiarum 

Plenaria indulgentia conceditur membris familiae, die, qua primum, ritum peragente, si fieri potest, sacerdote vel diacono, fit eiusdem consecratio Sacr.mo Cordi Iesu vel Sacrae Familiae Iesu, Mariae et Ioseph, si orationem legitime adprobatam coram imagine eiusdem Sacr.mi Cordis vel Sacrae Familiae pie recitaverint; die anniversario indulgentia erit partialis. 


actus dedicationis humani generis Iesu Christo Regi 

Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui, in sollemnitate D.N. Iesu Christi Universorum Regis, actum dedicationis humani generis eidem Iesu Christo Regi (Iesu dulcissime, Redemptor) publice recitaverit; in aliis rerum adiunctis indulgentia erit partialis.5 

Iesu dulcissime, Redemptor humani generis, respice nos ante conspectum tuum humillime provolutos. Tui sumus, tui esse volumus; quo autem tibi coniuncti firmius esse possimus, en hodie sacratissimo Cordi tuo se quisque nostrum sponte dedicat. Te quidem multi novere nunquam; te, spretis mandatis tuis, multi repudiarunt. Miserere utrorumque, benignissime Iesu, atque ad sanctuum Cor tuum rape universos. Rex esto, Domine, nec fidelium tantum qui nullo tempore discessere a te, sed etiam prodigorum filiorum qui te reliquerunt: fac ut domum paternam cito repetant, ne miseria et fame pereant. Rex esto eorum, quos aut opinionum error deceptos habet, aut discordia separatos, eosque ad portum veritatis atque ad unitatem fidei revoca, ut brevi fiat unum ovile et unus pastor. Largire, Domine, Ecclesiae tuae securam cum incolumitate libertatem; largire cunctis gentibus tranquillitatem ordinis; perfice, ut ab utroque terrae vertice una resonet vox: Sit laus divino Cordi, per quod nobis parta salus: ipsi gloria et honor in saecula. Amen. 

(5) EI 1986, conc. 27 (idem in EI 1968). 


actus reparationis 

Plenaria indulgentiaconceditur christifideli, qui in sollemnitate Sacr.mi Cordis Iesu, actum reparationis (Iesu dulcissime) publice recitaverit; in aliis rerum adiunctis indulgentia erit partialis.6 

Iesu dulcissime, cuius effusa in homines caritas, tanta oblivione, neglegentia, contemptione, ingratissime rependitur, en nos, ante conspectum tuum provoluti, tam nefariam hominum socordiam iniuriasque, quibus undique amantissimum Cor tuum afficitur, peculiari honore resarcire contendimus. 

Attamen, memores tantae nos quoque indignitatis non expertes aliquando fuisse, indeque vehementissimo dolore commoti, tuam in primis misericordiam nobis imploramus, parati, voluntaria expiatione compensare flagitia non modo quae ipsi patravimus, sed etiam illorum, qui, longe a salutis via aberrantes vel te pastorem ducemque sectari detrectant, in sua infidelitate obstinati, vel, baptismatis promissa conculcantes, suavissimum tuae legis iugum excusserunt. 

Quae deploranda crimina, cum universa expiare contendimus, tum nobis singula resarcienda proponimus: vitae cultusque immodestiam atque turpitudines, tot corruptelae pedicas innocentium animis instructas, dies festos violatos, exsecranda in te tuosque Sanctos iactata maledicta atque in tuum Vicarium ordinemque sacerdotalem convicia irrogata, ipsum denique amoris divini Sacramentum vel neglectum vel horrendis sacrilegiis profanatum, publica postremo nationum delicta, quae Ecclesiae a te institutae iuribus magisterioque reluctantur. 

Quae utinam crimina sanguine ipsi nostro eluere possemus! Interea ad violatum divinum honorem resarciendum, quam Tu olim Patri in Cruce satisfactionem obtulisti quamque cotidie in altaribus renovare pergis, hanc eamdem nos tibi praestamus, cum Virginis Matris, omnium Sanctorum, piorum quoque fidelium expiationibus coniunctam, ex animo spondentes, cum praeterita nostra aliorumque peccata ac tanti amoris incuriam firma fide, candidis vitae moribus, perfecta legis evangelicae, caritatis potissimum, observantia, quantum in nobis erit, gratia tua favente, nos esse compensaturos, tum iniurias tibi inferendas pro viribus prohibituros, et quam plurimos potuerimus ad tui sequelam convocaturos. Excipias, quaesumus, benignissime Iesu, beata Virgine Maria Reparatrice intercedente, voluntarium huius expiationis obsequium nosque in officio tuique servitio fidissimos ad mortem usque velis, magno illo perseverantiae munere, continere, ut ad illam tandem patriam perveniamus omnes, ubi Tu cum Patre et Spiritu Sancto vivis et regnas in saecula saeculorum. Amen. 

(6) EI 1986, conc. 26. 


Benedictio papalis 

Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui Benedictionem impertitam vel a Summo Pontifice Urbi et Orbi vel ab Episcopo fidelibus suae curae commissis iuxta normam 7, 2º, huius Enchiridii, devote acceperit, etsi, rationabili circumstantia, sacris ritibus physice non adfuerit, dummodo ritus ipsos, dum peraguntur, ope instrumenti televisifici vel radiophonici propagatos pia mentis intentione secutus fuerit.7 

58 
Dies ad aliquem religiosum finem celebrandum universaliter dicatae 

Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui, quaque die universaliter destinata ad aliquem religiosum finem assequendum (e.g. ad fovendas vocationes sacerdotales et religiosas, ad peculiarem pastoralem curam dicandam aegrotis et infirmis, ad iuvenes in fidei professione roborandos et in vita sancte ducenda adiuvandos etc.), huiusmodi celebrationibus pie interfuerit; qui autem ad supradictas intentiones oraverit, partialem consequetur indulgentiam. 

69 
Doctrina christiana 

Partialis indulgentia conceditur christifideli qui doctrinae christianae tradendae vel discendae dederit operam. 


Eucharistica adoratio et processio 

§ 1. Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui 

10 Ss.mum Sacramentum visitaverit ad adorandum per dimidiam saltem horam

11 feria V Hebdomadae Sanctae, si in sollemni repositione Ss.mi Sacramenti, post Missam in Cena Domini, strophas Tantum ergo pie recitaverit; 

3° sollemni eucharisticae processioni, quae quidem maximi est momenti in sollemnitate Corporis et Sanguinis Christi, sive introrsum in sacris aedibus sive extra ductae, pie interfuerit; 

12 sollemnem eucharisticum ritum, qui sub exitu eucharistici conventus fieri solet, religiose participaverit. 

§ 2. Partialis indulgentia conceditur christifideli qui 

13Ss.mum Sacramentum visitaverit ad adorandum; 

14ad Iesum in Ss.mo Eucharistiae Sacramento aliquam precem legitime adprobatam effuderit (e.g. rhythmum Adoro te devote, vel precem O sacrum convivium, vel strophas Tantum ergo). 

O sacrum convivium, in quo Christus sumitur: recolitur memoria passionis eius, mens impletur gratia, et futurae gloriae nobis pignus datur. 

Tantum ergo sacramentum 
veneremur cernui: 
et antiquum documentum 
novo cedat ritui: 
praestet fides supplementum 
sensuum defectui. 
Genitori Genitoque 
laus et iubilatio, 
salus, honor, virtus quoque 
sit et benedictio: 
procedenti ab utroque 
compar sit laudatio. Amen. 

V. Panem de caelo praestitisti eis, 

R. Omne delectamentum in se habentem. 

Oremus. – Deus, qui nobis sub sacramento mirabili Passionis tuae memoriam reliquisti: tribue, quaesumus, ita nos Corporis et Sanguinis tui sacra mysteria venerari, ut redemptionis tuae fructum in nobis iugiter sentiamus: Qui vivis et regnas in saecula saeculorum. Amen. 

(De Sacra Communione et de Cultu Mysterii Eucharistici extra Missam, 21 iunii 1973, 200 et 192) 


Eucharistica et spiritalis communio 

§ 1. Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui 

15 primum ipse ad sacram synaxim accesserit vel, aliis primum accedentibus, pie asisterit; 

16 qualibet feria sexta temporis Quadragesimae, orationem En ego, o bone et dulcissime Iesu, coram Iesu Christi Crucifixi imagine post communionem pie recitaverit; 

§ 2. Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, qualibet pia formula legitime adprobata, elicuerit: 

17 spiritalis communionis actum, 

2° gratiarum actionem post communionem (e.g. Anima Christi; En ego, o bone et dulcissime Iesu). 

Anima Christi, sanctifica me. 
Corpus Christi, salva me.18 
Sanguis Christi, inebria me. 
Aqua lateris Christi, lava me. 
Passio Christi, conforta me. 
O bone Iesu, exaudi me. 
Intra tua vulnera absconde me. 
Ne permittas me separari a te. 
Ab hoste maligno defende me. 
In hora mortis meae voca me: 
et iube me venire ad te, 
ut cum Sanctis tuis laudem te, 
in saecula saeculorum. Amen. 
(MR, Gratiarum actio post Missam)
 

En ego, o bone et dulcissime Iesu, ante conspectum tuum genibus me provolvo, ac maximo animi ardore te oro atque obtestor, ut meum in cor vividos fidei, spei et caritatis sensus, atque veram peccatorum meorum paenitentiam, eaque emendandi firmissimam voluntatem velis imprimere; dum magno animi affectu et dolore tua quinque vulnera mecum ipse considero, ac mente contemplor, illud prae oculis habens, quod iam in ore ponebat tuo David Propheta de te, o bone Iesu: « Foderunt manus meas et pedes meos; dinumeraverunt omnia ossa mea » (Ps 22 [Vg 21] 17-18).
(MR, Gratiarum actio post Missam)
 


Examen conscientiae et actus contritionis 

Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, praesertim ad praeparandam confessionem sacramentalem, 

1° suam conscientiam excusserit cum proposito se emendandi; 

19 actum contritionis, quavis legitima formula, pie recitaverit (e.g. Confiteor; Ps De profundis; Ps Miserere; Ps graduales; Ps paenitentiales). 

10 
Exercitia spiritalia et recollectio menstrua 

§ 1.20 Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui exercitiis spiritalibus saltem per tres integros dies vacaverit. 

§ 2.21 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui menstruam recollectionem participaverit. 

11 
Hebdomada pro christianorum unitate 

Catholica Ecclesia Conditoris sui precem pridie quam pateretur ad Patrem prolatam « ut omnes unum sint » maxime cordi habet et ideo christifideles enixe hortantur ut pro christianorum unitate assidue orent. 

§ 1. Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui aliquot functionibus in hebdomada pro christianorum unitate participaverit et eiusdem hebdomadae conclusioni interfuerit. 

§ 2.22 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui orationem legitime adprobatam pro christianorum unitate devote recitaverit (e.g. Omnipotens et misericors Deus)

Omnipotens et misericors Deus, qui diversitatem gentium in unum populum per Filium tuum adunare voluisti, concede propitius ut qui christiano nomine gloriantur, qualibet divisione reiecta, unum sint in veritate et caritate, et omnes homines, verae fidei lumine illustrati, in unam Ecclesiam fraterna communione conveniant. Per Christum Dominum nostrum. Amen. 

12 
In articulo mortis 

§ 1. Sacerdos, qui christifideli in vitae discrimen adducto sacramenta administrat, eidem benedictionem apostolicam cum adiuncta indulgentia plenaria impertire ne omittat. 

§ 2. Quodsi haberi nequit sacerdos, pia Mater Ecclesia eidem christifideli rite disposito benigne indulgentiam plenariam in articulo mortis acquirendam concedit, dummodo ipse durante vita habitualiter aliquas preces fuderit; quo in casu Ecclesia supplet tres condiciones ad indulgentiam plenariam de more requisitas. 

§ 3. Laudabiliter ad hanc indulgentiam plenariam acquirendam adhibetur crucifixus vel crux. 

§ 4. 23 Eamdem indulgentiam plenariam in articulo mortis christifidelis consequi poterit, etiamsi eodem die aliam indulgentiam plenariam iam acquisiverit. 

§ 5. De hac salutari Ecclesiae dispositione in catechesi tradenda fideles opportune et saepe certiores fiant. 

13
In memoria Passionis et Mortis Domini 

Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui 

24 in sollemni actione liturgica feriae VI in Passione et Morte Domini adorationi Crucis pie interfuerit; 

25 vel ipse pium exercitium Viae Crucis peregerit vel, dum illud a Summo Pontifice peragitur et ope instrumenti televisifici vel radiophonici propagatur, ei sese pie univerit. 

Pio Viae Crucis excercitio renovatur memoria dolorum, quos divinus Redemptor passus est in itinere a Pilati praetorio, ubi ad mortem damnatus est, usque ad Calvariae montem, ubi pro nostra salute in cruce mortuus est. 

Ad indulgentiam plenariam assequendam quod attinet, haec statuuntur: 

1. Pium exercitium peragi debet coram Viae Crucis stationibus legitime erectis. 

2. Ad erigendam vero Viam Crucis requiruntur quattuordecim cruces, quibus utiliter adiungi solent totidem tabulae seu imagines, quae repraesentant stationes Hierosolymitanas. 

3. Iuxta communiorem consuetudinem pium exercitium constat quattuordecim piis lectionibus, quibus adduntur aliquae preces vocales. Ad pium excercitium tamen rite peragendum sufficit pia meditatio Passionis et Mortis Domini, ideoque non est necessaria consideratio de singulis stationum mysteriis. 

4. Requiritur motus ab una ad aliam stationem. 

Si pium exercitium publice peragatur et motus omnium praesentium fieri nequeat sine incommodo, sufficit ut saltem qui exercitium dirigit ad singulas stationes se conferat, dum alii suum locum tenent. 

5. Legitime impediti eamdem indulgentiam acquirere poterunt, si piae lectioni et meditationi Passionis et Mortis Domini nostri Iesu Christi saltem per aliquod tempus, e.g. per horae quadrantem, incubuerint. 

6. Pio Viae Crucis exercitio assimilantur, etiam quoad indulgentiam assequendam, alia pia exercitia, a competenti Auctoritate adprobata, quibus memoria Passionis et Mortis Domini recolitur, quattuordecim pariter stationibus statutis. 

7. Apud Orientales, ubi huius pii exercitii usus non habeatur, ad hanc indulgentiam lucrandam, valet aliud pium exercitium in memoriam Passionis et Mortis Domini nostri Iesu Christi, a Patriarchis pro suis cuiusque fidelibus statutum. 

1426
Obiectorum pietatis usus 

§ 1. Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui, in sollemnitate Ss. Apostolorum Petri et Pauli, pietatis obiecto, sub norma n. 15 definito, a Summo Pontifice aut a quolibet Episcopo benedicto, pia mente utitur, addita tamen qualibet legitima formula Fidei professione. 

§ 2. Partialis indulgentia conceditur christifideli qui huiusmodi pietatis obiecto, a quovis sacerdote vel diacono rite benedicto, pia utitur mente. 

1527
Oratio mentalis 

Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, pro personali aedificatione, orationi mentali pie vacaverit. 

1628
Praedicationis sacrae participatio 

§ 1. Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui, tempore sacrarum Missionum, auditis aliquot contionibus, interfuerit insuper sollemni earundem Missionum conclusioni. 

§ 2. Partialis indulgentia conceditur christifideli qui alius generis sacrae verbi Dei praedicationi attente et devote astiterit. 

17
Preces ad Beatissimam Virginem Mariam 

§ 1. Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui 

29Rosarium mariale pie recitaverit in ecclesia aut oratorio, vel in familia, in religiosa Communitate, in christifidelium consociatione et generatim cum plures ad aliquem honestum finem conveniunt; 

2° eiusdem precis recitationi, dum a Summo Pontifice peragitur, et ope instrumenti televisifici vel radiophonici propagatur, sese pie univerit

In aliis rerum adiunctis vero indulgentia erit partialis. 

Est Rosarium certa precandi formula, qua quindecim angelicarum salutationum decades, oratione dominica interiecta, distinguimus et ad earum singulas totidem nostrae reparationis mysteria pia meditatione recolimus. 

Quoad indulgentiam plenariam pro recitatione Rosarii marialis haec statuuntur: 

a) sufficit recitatio tertiae tantum eius partis; sed quinque decades continuo recitari debent; 
[de cuando eran 15 misterios]

b) orationi vocali addenda est pia mysteriorum meditatio; 

c) in publica recitatione, mysteria enuntiari debent iuxta probatam loci consuetudinem; in privata vero recitatione, sufficit ut christifidelis orationi vocali adiungat meditationem mysteriorum. 


Sin embargo, se introdujo la costumbre de llamar también "rosario" a una tercera parte del mismo. (
Manual de Indulgencias de 1986, conc. 48).

[Son veinte decenas desde 2002:
Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae de san Juan Pablo II, del 16 X 2002, en la que establece los misterios de luz].

§ 2. Partialis indulgentia conceditur christifideli qui 

30 canticum Magnificat pie recitaverit; 

31 primo diluculo, vel meridiano tempore, vel sub vesperam precationem Angelus Domini cum statutis versiculis et oratione, aut tempore paschali antiphonam Regina caeli item cum usitata oratione, pie recitaverit; 

32 ad Beatissimam Virginem Mariam aliquam precem adprobatam pie effuderit (e.g. Maria, Mater gratiae; Memorare, o piissima Virgo Maria; Salve, Regina; Sancta Maria, succurre miseris; Sub tuum praesidium). 

Competentes Coetus episcopales curabunt addere in editionibus Enchiridii pro sermonum varietate preces mariales magis in suis territoriis usitatas et christifidelibus caras. 

Angelus Domini 

V. Angelus Domini nuntiavit Mariae, 
R. Et concepit de Spiritu Sancto. 

Ave, Maria. 

V. Ecce ancilla Domini, 
R. Fiat mihi secundum verbum tuum. 

Ave, Maria. 

V. Et Verbum caro factum est, 
R. Et habitavit in nobis. 

Ave, Maria. 

V. Ora pro nobis, sancta Dei Genitrix, 
R. Ut digni efficiamur promissionibus Christi. 

Oremus. Gratiam tuam, quaesumus Domine, mentibus nostris infunde, ut qui, Angelo nuntiante, Christi Filii tui incarnationem cognovimus, per passionem eius et crucem ad resurrectionis gloriam perducamur. Per Christum Dominum nostrum. Amen. 
(MR, Dom. IV, Adv., collecta)
 

Regina caeli 

Regina caeli, laetare, alleluia: 
Quia quem meruisti portare, alleluia, 
Resurrexit, sicut dixit, alleluia. 
Ora pro nobis Deum, alleluia. 

V. Gaude et laetare, virgo Maria, alleluia. 
R. Quia surrexit Dominus vere, alleluia. 
(LH, Ord. temp. pasch. post Compl.)
 

Oremus. Deus, qui per resurrectionem Filii tui Domini nostri Iesu Christi mundum laetificare dignatus es, praesta, quaesumus, ut per eius Genitricem Virginem Mariam perpetuae capiamus gaudia vitae. Per Christum Dominum nostrum. Amen. 
(MR, Commune B.M.V. temp. pasch., collecta)
 

Maria, Mater gratiae, 

Mater misericordiae, 
Tu me ab hoste protege 
et mortis hora suscipe. 

Memorare, o piissima Virgo Maria, non esse auditum a saeculo, quemquam ad tua recurrentem praesidia, tua implorantem auxilia, tua petentem suffragia esse derelictum. Ego tali animatus confidentia ad te, Virgo Virginum, Mater, curro; ad te venio; coram te gemens peccator assisto. Noli, Mater Verbi, verba mea despicere, sed audi propitia et exaudi. Amen. 

Salve, Regina, mater misericordiae; vita, dulcedo et spes nostra, salve. Ad te clamamus, exsules filii Hevae. Ad te suspiramus, gementes et flentes in hac lacrimarum valle. Eia ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte. Et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende. O clemens, o pia, o dulcis Virgo Maria. 
(LH, Ord. ad Compl.)
 

Sancta Maria, succurre miseris, iuva pusillanimes, refove flebiles, ora pro populo, interveni pro clero, intercede pro devoto femineo sexu: sentiant omnes tuum iuvamen, quicumque celebrant tuam sanctam commemorationem. 

Sub tuum praesidium confugimus, sancta Dei Genetrix; nostras deprecationes ne despicias in necessitatibus, sed a periculis cunctis libera nos semper, Virgo gloriosa et benedicta. 
(LH, Ord. ad Compl.) 

1833
Preces ad custodem Angelum 

Partialis indulgentia conceditur christifideli qui proprium Angelum custodem prece legitime adprobata pie invocaverit (e.g. Angele Dei). 

Angele Dei, qui custos es mei, me tibi commissum pietate superna illumina, custodi, rege et guberna. Amen. 

1934
Preces in honorem S. Ioseph 

Partialis indulgentia conceditur christifideli qui S. Ioseph, Sponsum B.M.V., prece legitime adprobata pie invocaverit (e.g. Ad te, beate Ioseph). 

Ad te, beate Ioseph, in tribulatione nostra confugimus, atque, implorato Sponsae tuae sanctissimae auxilio, patrocinium quoque tuum fidenter exposcimus. Per eam, quaesumus, quae te cum immaculata Virgine Dei Genetrice coniunxit, caritatem, perque paternum, quo Puerum Iesum amplexus es, amorem, supplices deprecamur, ut ad hereditatem, quam Iesus Christus acquisivit Sanguine suo, benignus respicias, ac necessitatibus nostris tua virtute et ope succurras. Tuere, o Custos providentissime divinae Familiae, Iesu Christi sobolem electam; prohibe a nobis, amantissime Pater, omnem errorum ac corruptelarum luem; propitius nobis, sospitator noster fortissime, in hoc cum potestate tenebrarum certamine e caelo adesto; et sicut olim Puerum Iesum e summo eripuisti vitae discrimine, ita nunc Ecclesiam sanctam Dei ab hostilibus insidiis atque ab omni adversitate defende: nosque singulos perpetuo tege patrocinio, ut ad tui exemplar et ope tua suffulti, sancte vivere, pie mori, sempiternamque in caelis beatitudinem assequi possimus. Amen. 

2035
Preces in honorem Ss. Apostolorum Petri et Pauli 

Partialis indulgentia conceditur christifideli qui orationem Sancti Apostoli Petre et Paule devote recitaverit. 

Sancti Apostoli Petre et Paule, intercedite pro nobis. 

Protege, Domine, populum tuum; et Apostolorum tuorum Petri et Pauli patrocinio confidentem, perpetua defensione conserva. Per Christum Dominum nostrum. Amen. 

21
Preces in honorem aliorum Sanctorum necnon Beatorum 

§ 1.36 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, die cuiusque Sancti memoriali in kalendario notata, devote recitaverit in eius honorem orationem e Missali desumptam vel aliam legitime adprobatam. 

§ 2.37 Insuper, ad venerationem et pietatem in novos Sanctos vel Beatos fovendas, christifideli, qui ecclesias vel oratoria, in quibus sollemnia in eorum honorem intra annum peraguntur, devote visitaverit ibique Pater et Credo recitaverit, plenaria indulgentia semel conceditur; ei vero, qui, eodem temporis spatio, praefatam visitationem pie peregerit, conceditur partialis. 

22
Preces novendiales, litaniae, et parva Officia 

Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, 

38 novendiali pio exercitio, publice peracto, devote interfuerit (e.g. ante sollemnitatem Nativitatis Domini vel Pentecostes vel Immaculatae Conceptionis B. M. V.); 

39 litanias adprobatas pie recitaverit (e.g. Ss.mi Nominis Iesu, Sacr.mi Cordis Iesu, Pretiosissimi Sanguinis D.N.I.C., B. Mariae V., S. Ioseph, Sanctorum); 

40 parvum officium legitime adprobatum pie recitaverit (e.g. Passionis D.N.I.C., Sacr.mi Cordis Iesu, B. Mariae V., Immaculatae Conceptionis, S. Ioseph). 

23
Preces Orientalium Ecclesiarum 
  

Catholicitatis vi, Ecclesiae « singulae partes propria dona ceteris partibus et toti Ecclesiae afferunt, ita ut totum et singulae partes augeantur » (LG 13) quoad universa spiritalia Divinae largitatis munera: inde factum est ut preces ex variis traditionibus orientalibus, etiam apud fideles latini ritus, ultimis praesertim his annis, sparsae sint, et haud modico cum religiosae pietatis emolumento sive privatim sive publice usurpatae. 

§ 1.41 Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui hymnum Akathistos vel officium Paraclisis in ecclesia aut oratorio, vel in familia, in religiosa Communitate, in christifidelium consociatione et generatim cum plures ad aliquem honestum finem conveniunt pie recitaverit. In aliis rerum adiunctis vero indulgentia erit partialis. 

Quod attinet vero ad hymnum Akathistos pro indulgentia plenaria acquirenda non requiritur recitatio integra, sed sufficit recitatio continua congruae alicuius partis iuxta legitimam consuetudinem. 

Apud christifideles orientales, ubi harum devotionum praxis non habeatur, alia similia exercitia in honorem beatae Mariae V., a Patriarchis statuta, iisdem indulgentiis gaudent. 

§ 2. Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, pro tempore ac pro re, aliquam precem ex sequentibus devote recitaverit: Oratio pro gratiarum actione (ex Traditione Armenorum); Oratio vespertina, Oratio pro defunctis (ex Traditione Byzantina); Oratio Sanctuarii, Oratio « Lakhu Mara » seu « Ad te Domine » (ex Traditione Chaldaeorum); Oratio ad thurificationem, Oratio ad glorificandam Dei Matrem Mariam (ex Traditione Coptica); Oratio pro remissione peccatorum, Oratio pro adipiscenda sequela Christi (ex Traditione Aethiopica); Oratio pro Ecclesia, Oratio post expletam Liturgiam (ex Traditione Maronitarum); Intercessiones pro defunctis ex Liturgia S. Iacobi (ex Traditione Syro-Antiochena). 

2442 
Preces pro benefactoribus 

Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, supernaturali grati animi affectu ductus, orationem pro benefactoribus legitime adprobatam pie recitaverit (e. g. Retribuere dignare, Domine). 

Retribuere dignare, Domine, omnibus nobis bona facientibus propter nomen tuum vitam aeternam. Amen. 

2543 
Preces pro pastoribus 

Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, 

1° spiritu filialis devotionis, pro Summo Pontifice aliquam precem legitime adprobatam pie recitaverit (e.g. Oremus pro Pontifice); 

2° item, pro Episcopo eparchiali vel dioecesano, initio pastoralis ministerii vel in anniversario, precem e Missali desumptam pie recitaverit. 

Oremus pro Pontifice 

V. Oremus pro Pontifice nostro N. 
R. Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum eius. 

26 
Preces supplicationis et gratiarum actionis 

§ 1. Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui, in ecclesia vel oratorio, devote interfuerit sollemni cantui vel recitationi: 

1°44 hymni Veni, Creator, vel prima anni die ad divinam opem pro totius anni decursu implorandam; vel in sollemnitate Pentecostes

2°45 hymni Te Deum, ultima anni die, ad gratias Deo referendas pro beneficiis totius anni decursu acceptis. 

§ 2.46 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, 

1° ineunte et declinante die, 

2° in incipiendo et explendo proprio officio, 

3° ante et post refectionem, 

aliquam legitime adprobatam supplicationis et gratiarum actionis precem devote effuderit (e.g. Actiones nostras; Adsumus; Agimus Tibi gratias; Benedic, Domine; Domine, Deus omnipotens; Exaudi nos; Te Deum; Veni, Creator; Veni, Sancte Spiritus; Visita, quaesumus, Domine). 

Actiones nostras,quaesumus, Domine, aspirando praeveni et adiuvando prosequere: ut cuncta nostra operatio a te semper incipiat et per te coepta finiatur. Per Christum Dominum nostrum. Amen. 

(Prex ad auxilium divinum ante quamlibet actionem implorandum; MR, feria V post Cineres, collecta; LH, I hebd. feria II, ad Laudes) 

Adsumus, Domine Sancte Spiritus, adsumus peccati quidem immanitate detenti, sed in nomine tuo specialiter congregati. 

Veni ad nos et esto nobiscum et dignare illabi cordibus nostris. 

Doce nos quid agamus, quo gradiamur et ostende quid efficere debeamus, ut, te auxiliante, tibi in omnibus placere valeamus. 

Esto solus suggestor et effector iudiciorum nostrorum, qui solus cum Deo Patre et eius Filio nomen possides gloriosum. 

Non nos patiaris perturbatores esse iustitiae qui summam diligis aequitatem. Non in sinistrum nos ignorantia trahat, non favor inflectat, non acceptio muneris vel personae corrumpat. 

Sed iunge nos tibi efficaciter solius tuae gratiae dono, ut simus in te unum et in nullo deviemus a vero; quatenus in nomine tuo collecti, sic in cunctis teneamus cum moderamine pietatis iustitiam, ut et hic a te in nullo dissentiat sententia nostra et in futurum pro bene gestis consequamur praemia sempiterna. Amen. 
(Oratio ante sessionem ad communia negotia) 

Agimus tibi gratias, omnipotens Deus, pro universis beneficiis tuis: Qui vivis et regnas in saecula saeculorum. Amen. 
(Prex pro gratiarum actione) 

Benedic, Domine, nos et haec tua dona, quae de tua largitate sumus sumpturi. Per Christum Dominum nostrum. Amen. 
(De Ben., 785) 

Domine, Deus omnipotens, qui ad principium huius diei nos pervenire fecisti, tua nos hodie salva virtute, ut in hac die ad nullum declinemus peccatum, sed semper ad tuam iustitiam faciendam nostra procedant eloquia, dirigantur cogitationes et opera. Per Christum Dominum nostrum. Amen. 
(LH, II hebd. feria II, ad Laudes) 

Exaudi nos, Domine sancte, Pater omnipotens, aeterne Deus: et mittere digneris sanctum Angelum tuum de caelis, qui custodiat, foveat, protegat, visitet atque defendat omnes habitantes in hoc habitaculo. Per Christum Dominum nostrum. Amen. 

Veni, Sancte Spiritus, reple tuorum corda fidelium et tui amoris in eis ignem accende. 
(LH, Dom. Pentecostes) 

Visita, quaesumus, Domine, habitationem istam, et omnes insidias inimici ab ea longe repelle, angeli tui sancti habitent in ea, qui nos in pace custodiant; et benedictio tua sit super nos semper. Per Christum Dominum nostrum. Amen. 
(LH, Ad Compl. in sollemnitatibus) 

27 
Prima sacerdotum Missa et iubilares Ordinationum celebrationes 

§ 1.47 Plenaria indulgentia conceditur 

1° sacerdoti primam Missam coram populo statuto die celebranti, 

2° christifidelibus qui devote eidem Missae astiterint. 

§ 2.48 Item plenaria indulgentia conceditur 

1° celebrantibus 25um, 50um, 60um et 70um anniversarium suae Ordinationis sacerdotalis, qui coram Deo propositum fideliter exsequendi suae vocationis officia renovaverint; 

2° Episcopis qui in 25°, 40° et 50° anniversario suae Ordinationis episcopalis renovaverint coram Deo propositum fideliter exsequendi sui status officia; 

3°49 christifidelibus qui celebratae Missae iubilari devote astiterint. 

28 
Professio Fidei et actus virtutum theologalium
 

§ 1.50 51Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui, in celebratione Vigiliae Paschalis vel die anniversario sui baptismatis, vota baptismalia qualibet formula legitime adprobata renovaverit. 

§ 2. Partialis indulgentia conceditur christifideli qui, 

1° vota baptismalia qualibet formula renovaverit; 

2°52 se devote signo crucis signaverit, proferens de more verba: In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti. Amen; 

3°53 symbolum Apostolorum vel symbolum Nicaenum-Constantinopolitanum pie recitaverit; 

4°54 actus Fidei, Spei et Caritatis quavis legitima formula recitaverit. 

29 
Pro fidelibus defunctis 

§ 1. Plenaria indulgentia, animabus in Purgatorio detentis tantummodo applicabilis, conceditur christifideli qui 

1°55 singulis diebus, a primo usque ad octavum novembris, coemeterium devote visitaverit et, vel mente tantum, pro defunctis exoraverit; 

2°56 die Commemorationis omnium fidelium defunctorum (vel, de consensu Ordinarii, die Dominico antecedenti aut subsequenti aut die sollemnitatis Omnium Sanctorum) ecclesiam aut oratorium pie visitaverit ibique recitaverit Pater et Credo

§ 2. Partialis indulgentia, animabus in Purgatorio detentis tantummodo applicabilis, conceditur christifideli qui, 

1°57 coemeterium devote visitaverit et, vel mente tantum, pro defunctis exoraverit; 

2°58 Laudes vel Vesperas Officii defunctorum, vel invocationem Requiem aeternam devote recitaverit. 

Competentes Coetus episcopales curabunt addere in editionibus Enchiridii pro sermonum varietate preces pro defunctis magis in suis territoriis usitatas et christifidelibus caras. 

Requiem aeternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis. Requiescant in pace. Amen. 
(Ordo exequiarum) 

30 
Sacrae Scripturae lectio 

§ 1.59 Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui Sacram Scripturam, iuxta textum a competenti auctoritate adprobatum, cum veneratione divino eloquio debita et ad modum lectionis spiritalis, per dimidiam saltem horam legerit; si per minus tempus id egerit indulgentia erit partialis. 

§ 2. Quod si rationabili de causa quis legere non valeat, indulgentia, plenaria vel partialis prout supra, conceditur, si textus ipse Sacrae Scripturae, vel alio legente vel ope instrumentorum, quae « video » vel « audio » vocantur, percipitur

3160 
Synodus dioecesana 

Plenaria indulgentia semel conceditur christifideli qui, tempore dioecesanae Synodi, ecclesiam in qua ipsa Synodus celebratur pie visitaverit ibique recitaverit Pater et Credo. 

3261 
Visitatio pastoralis 

Plenaria indulgentiasemel conceditur christifideli qui, tempore pastoralis visitationis, sacrae functioni astiterit, cui Visitator praefuerit. 

33 
Visitationes locorum sacrorum 

§ 1.62 Plenaria indulgentia conceditur christifideli qui visitaverit, ibique pie recitaverit Pater et Credo

1° unam ex quattuor Patriarchalibus Basilicis in Urbe, vel cum aliis ad ipsam peregrinans, vel saltem durante visitatione eliciens affectum filialis subiectionis erga Romanum Pontificem;  

2°63 basilicam minorem 

a) in sollemnitate SS. Apostolorum Petri et Pauli
b) in sollemnitate Titularis
c) die secunda Augusti, qua «Portiunculae» indulgentia occurrit, 
d) semel in anno, die a christifideli eligendo

3°64 ecclesiam cathedralem 

a) in sollemnitate SS. Apostolorum Petri et Pauli, 
b) in sollemnitate Titularis
c) in celebratione liturgica Cathedrae S. Petri, Apostoli, 
d) in dedicatione Archibasilicae Ss.mi Salvatoris
e) die secunda Augusti, qua «Portiunculae» indulgentia occurrit; 

4°65 sanctuarium a competenti Auctoritate constitutum sive internationale, sive nationale, sive dioecesanum 

a) in sollemnitate Titularis
b) semel in anno, die a christifideli eligendo
c) quoties peregrinationi interfuerit, quae turmatim illuc peragetur; 

5o66 ecclesiam paroecialem 

a) in sollemnitate Titularis
b) die secunda Augusti, qua « Portiunculae » indulgentia occurrit; 

6°67 ecclesiam vel altare, ipso dedicationis die; 

7°68 ecclesiam vel oratorium Institutorum vitae consecratae et Societatum vitae apostolicae, die eorum Fundatori sacro. 

§ 2.69 Itidem plenaria indulgentia conceditur christifideli qui sua die in quaque Stationali Ecclesia sacris functionibus interfuerit; si devote utcumque visitaverit, indulgentia erit partialis. 

§ 3.70 Partialis indulgentia conceditur christifideli qui antiquum christianorum coemeterium seu «catacumbam» devote visitaverit.

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(1) Cf. ID 11. 

(2) E.g. Credo (conc. 28 § 2, 3°); De profundis (conc. 9, 2°); Magnificat (conc. 17 § 2, 1°); Sub tuum praesidium (conc. 17 § 2, 3°); Salve, Regina (ibid.); Actiones nostras (conc. 26 § 2, 2°); Agimus tibi gratias (ibid.). 

(3) Cf. nn. 7-10, 11 § 2, 22, 25. 

(4) Cf. normam 20 § 4. 

(5) EI 1986, conc. 27 (itidem in EI 1968). 

(6) EI 1986, conc. 26. 

(7) EI 1986, conc. 12 (cf. SPA, decr. De indulgentiis ope instrumenti televisifici vel radiophonici lucrandis, 14 dec. 1985 (AAS 78 [1986] 293-294).   

(8) Cf. EI 1986, conc. 37. 

(9) EI 1986, conc. 20 (indulgentia partialis, vi concessionis generalioris II a docente consecuta, per hanc concessionem ad discentem extenditur). 

(10) § 1, 1°: EI 1986, conc. 3. 

(11) § 1, 2°: EI 1986, conc. 59. 

(12) § 1, 4°: EI 1986, conc. 23. 

(13) § 2, 1°: EI 1986, conc. 3. 

(14) § 2, 2°: EI 1986, conc. 4, 40, 59. 

(15) § 1, 1°: EI 1986, conc. 42. 

(16) § 1, 2°: EI 1986, conc. 22. 

(17) § 2, 1°: EI 1986, conc. 15. 

(18) § 2, 2°: EI 1986, conc. 10 et 22. 

(19) 2º: EI 1986, conc. 2, 19, 33. 

(20) § 1: EI 1986, conc. 25. 

(21) § 2: EI 1986, conc. 45. 

(22) § 2: EI 1986, conc. 44. 

(23) §§ 1-4: EI 1986, conc. 28. (Cf. ID, nn. 6, 18; EI 1968, n. 24 § 2; Ordo unctionis infirmorum eorumque pastoralis curae, 7 dec. 1972, 122; CIC 1983, can. 530; EI 1986, n. 21 § 2). 

(24) 1°: EI 1986, conc. 17. 

(25) 2°: EI 1986, conc. 63. 

(26) EI 1986, conc. 35. Ad pietatis obiecta rite benedicenda sacerdos vel diaconus formulas liturgicas proprii Ritualis servet. In pecularibus adiunctis, minister adhibere potest sequentem formulam brevem: « In nomine Patris et Filii, et Spiritus Sancti. Amen » (De Ben., 1165 et 1182). 

(27) EI 1986, conc. 38. 

(28) EI 1986, conc. 41. 

(29) § 1, 1°: EI 1986, conc. 48 (de hymno Akathistos et officio Paraclisis, vide infra conc. 23). 

(30) § 2, 1°: EI 1986, conc. 30. 

(31) § 2, 2°: EI 1986, conc. 9. 

(32) § 2, 3°: EI 1986, conc. 31, 32, 51, 52, 57 (de precibus novendialibus, litaniis et parvis Officiis in honorem B. Mariae V., vide infra conc. 22). 

(33) EI 1986, conc. 8. 

(34) EI 1986, conc. 6 (de litaniis et parvo officio S. Ioseph, vide infra conc. 22, 2°-3°). 

(35) EI 1986, conc. 53. 

(36) § 1: EI 1986, conc. 54 (de litaniis sanctorum, vide infra conc. 22, 2°). 

(37) § 2: SPA, decr. 12 sept. 1968. Cf. SCR, Instr. De celebrationibus quae in honorem alicuius Sancti vel Beati intra annum a Canonizatione vel Beatificatione peragi solent (AAS 60 [1968] 602, ad 5). 

(38) 1°: EI 1986, conc. 34. 

(39) 2°: EI 1986, conc. 29. 

(40) 3°: EI 1986, conc. 36. 

(41) § 1: EI 1986, conc. 48, ad 4; PA, decr. Mater Christi, 31 maii 1991 (in PA tab. n. 3691I). 

(42) EI 1986, conc. 47. 

(43) 1°: EI 1986, conc. 39. 

(44) § 1, 1°: EI 1986, conc. 61. 

(45) § 1, 2°: EI 1986, conc. 60. 

(46) § 2: EI 1986, conc. 1, 5, 7, 21, 24, 60, 61, 62, 64. 

(47) § 1: EI 1986, conc. 43. 

(48) § 2, 1°: EI 1986, conc. 49. 

(49) § 2, 3°: EI 1986, conc. 49. 

(50) § 1: EI 1986, conc. 70. 

(51) § 1, 1°: EI 1986, conc. 70. 

(52) § 2, 2°: EI 1986, conc. 55. 

(53) § 2, 3°: EI 1986, conc. 16. 

(54) § 2, 4°: EI 1986, conc. 2 (singuli actus indulgentia ditantur). 

(55) § 1, 1°: EI 1986, conc. 13. 

(56) § 1, 2°: EI 1986, conc. 67 (vide etiam, supra, normam 19). 

(57) § 2, 1°: EI 1986, conc. 13. 

(58) § 2, 2°: EI 1986, conc. 18, 46. 

(59) § 1: EI 1986, conc. 50. 

(60) EI 1986, conc. 58. 

(61) EI 1986, conc. 69. 

(62) § 1, 1°: EI 1986, conc. 11. 

(63) § 1, 2°: cf. SCR, decr. Domus Dei, 6 iunii 1968 (AAS 60 [1968] 536-539). Utraque indulgentia, sub litteris b et c, acquiri poterit vel die supra definito vel alio die ab Ordinario statuendo in fidelium utilitatem (item ad 3, sub litteris b et e; ad 4, sub littera a; ad 5, sub litteris a et b). 

(64) § 1, 3°: EI 1986, conc. 65. 

(65) § 1, 4°: Cf. CIC, cann. 1230-1234. 

(66) § 1, 5°: EI 1986, conc. 65. Iisdem indulgentiis gaudent ecclesia concathedralis – si adsit – etsi forte non sit paroecialis, necnon ecclesiae quasi paroeciales: cf. CIC, can. 516 § 1. Pro navigantibus et maritimis cf. Ioannes Paulus II,m.p. Stella Maris (AAS 89 [1997] 209-216). 

(67) § 1, 6°: EI 1986, conc. 66. 

(68) § 1, 7°: EI 1986, conc. 68. 

(69) § 2: EI 1986, conc. 56. Cf. CE 260-261. 

(70) § 3: EI 1986, conc. 14.   

  ***

Appendix 

PIAE INVOCATIONES 

Ad quamlibet piam invocationem quod attinet, haec notanda sunt: 

1. Invocatio, quoad indulgentiam, non habetur opus distinctum seu completum, sed uti complementum operis, quo christifidelis in suis officiis gerendis et vitae aerumnis tolerandis animum ad Deum humili fiducia elevat. Unde pia invocatio elevationem mentis complet; et ambae sunt veluti gemma, quae communibus activitatibus inseritur easque exornat, et quasi sal quo eaedem activitates apte condiuntur. 

2. Praeferenda est invocatio, quae rerum et animi adiunctis magis congruit: quaeque vel ex animo sponte oritur vel eligitur ex iis quae diuturno christifidelium usu sunt probatae et quarum infra additur brevis elenchus. 

3. Invocatio potest esse brevissima, uno vel paucis verbis expressa aut mente tantum concepta. 

Nonnulla exempla afferre placet:
Deus meus
– Pater1
– Iesus
– Laudetur Iesus Christus (vel alia usitata christiana salutatio)
– Credo in te, Domine
– Adoro te
– Spero in te
– Amo te
– Omnia pro te
– Gratias ago tibi (vel Deo gratias)
– Deus sit benedictus (vel Benedicamus Domino) – Adveniat regnum tuum
Fiat voluntas tua
– Sicut Domino placet
– Adiuva me, Deus
– Conforta me
– Exaudi me (vel Exaudi orationem meam)
– Salva me
– Miserere mei
– Parce mihi, Domine
– Ne permittas me separari a te
– Ne derelinquas me
– Ave, Maria
– Gloria in excelsis Deo
– Domine, magnus es tu 2
– Totus tuus. 

Invocationes usu receptae quae in exemplum afferuntur3 

Adoramus te, Christe, et benedicimus tibi; quia per Crucem tuam redemisti mundum. 

Benedicta sit sancta Trinitas. 

Christus vincit! Christus regnat! Christus imperat! 

Cor Iesu, flagrans amore nostri, inflamma cor nostrum amore tui. 

Cor Iesu, in te confido. 

Cor Iesu, omnia pro te. 

Cor Iesu sacratissimum, miserere nobis. 

Deus meus et omnia.
 
Deus, propitius esto mihi peccatori.4 

Dignare me laudare te, Virgo sacrata; da mihi virtutem contra hostes tuos. 

Doce me facere voluntatem tuam, quia Deus meus es tu.5 

Domine, adauge nobis fidem.6 
Domine, fiat unitas mentium in veritate et unitas cordium in caritate. 

Domine, salva nos perimus.7 

Dominus meus et Deus meus!8 

Dulce cor Mariae, esto salus mea. 

Gloria Patri et Filio et Spiritui Sancto. 

Iesu, Maria, Ioseph. 

Iesu, Maria, Ioseph, vobis cor et animam meam dono.
 
Iesu, Maria, Ioseph, adstate mihi in extremo agone. 

Iesu, Maria, Ioseph, in pace vobiscum dormiam et requiescam. 

Iesu, mitis et humilis corde, fac cor nostrum secundum Cor tuum. 

Laudetur et adoretur in aeternum sanctissimum Sacramentum. 

Mane nobiscum, Domine.9 Cf. Lc 24,29

Mater dolorosa, ora pro nobis. 

Mater mea, fiducia mea. 

Mitte, Domine, operarios in messem tuam.10 Cf. Mt 9,38

Nos cum prole pia benedicat Virgo Maria. 

O crux, ave, spes unica. 

Omnes Sancti et Sanctae Dei, orate pro nobis. 

Ora pro nobis, sancta Dei Genetrix, ut digni efficiamur promissionibus Christi. 

Pater, in manus tuas commendo spiritum meum.11 Lc 23,46; cf. Ps 31 [Vg 30] 6

Pie Iesu Domine, dona eis requiem. 

Regina sine labe originali concepta, ora pro nobis. 

Sancta Dei Genetrix, semper Virgo Maria, intercede pro nobis. 

Sancta Maria, Mater Dei, ora pro me. 

Tu es Christus, Filius Dei vivi.12   Mt 16,16. 

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(1) Cf. Rom 8,15 et Gal 4,6. 

(2) Cf. Idt 16,16 et Ps 85,10. 

(3) Aliae invocationes, lingua vernacula expressae, inveniri poterunt in communibus pietatis libris. 

(4) Lc 18,13. 

(5) Ps 143 [Vg 142] 10. 

(6) Lc 17,5. 

(7) Mt 8,25. 

(8) Io 20,28. 

(9) Cf. Lc 24,29. 

(10) Cf. Mt 9,38

(11) Lc 23,46; cf. Ps 31 [Vg 30] 6. 

(12) Mt 16,16. 

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Documentum 

CONSTITUTIO APOSTOLICA 
INDULGENTIARUM DOCTRINA 
PAULUS EPISCOPUS 
SERVUS SERVORUM DEI 
AD PERPETUAM REI MEMORIAM 

Indulgentiarum Doctrina

1. Indulgentiarum doctrina et usus, in catholica Ecclesia a pluribus saeculis vigentes, in divina revelatione quasi in solido fundamento innituntur,1 quae, ab Apostolis tradita, « sub assistentia Spiritus Sancti in Ecclesia proficit », dum « Ecclesia ..., volventibus saeculis, ad plenitudinem divinae veritatis iugiter tendit, donec in ipsa consummentur verba Dei ».2 

Ad rectam autem huius doctrinae eiusque salutaris usus intellegentiam quasdam veritates recolamus oportet, quas universa Ecclesia verbo Dei illuminata semper credidit, et Episcopi, Apostolorum successores, atque imprimis Romani Pontifices, successores Beati Petri, sive per pastoralem praxim sive per doctrinalia documenta decursu saeculorum docuerunt et docent. 

2. Quemadmodum divina revelatione docemur, poenae peccata consequuntur a divina sanctitate et iustitia inflictae, sive in hoc mundo tuendae, doloribus, miseriis et aerumnis huius vitae et praesertim morte,3 sive etiam per ignem et tormenta vel poenas catharterias in futuro saeculo.4 Christifideles proinde semper sibi persuasum habebant pravam viam offendicula multa habere, eamque asperam, spinosam et nocivam esse iis, qui ambularent in ea.5 

Quae poenae iusto et misericordia iudicio Dei imponuntur ad purificandas animas et sanctitatem ordinis moralis defendendam, et ad gloriam Dei in plenam eius maiestatem restituendam. Omne enim peccatum secumfert perturbationem ordinis universalis, quem Deus ineffabili sapientia et infinita caritate disposuit, et destructionem ingentium bonorum respectu tum peccatoris ipsius tum communitatis hominum. Menti autem christianorum omnium temporum clare apparebat peccatum, non solum transgressionem legis divinae, sed insuper, etsi non semper directe et aperte, esse contemptum vel neglectum personalis amicitiae inter Deum et hominem,6 et veram ac numquam satis aestimabilem Dei offensam, immo ingratam reiectionem amoris Dei in Christo nobis oblati, cum Christus discipulos suos amicos vocaverit, non servos.7 

3. Necessarium est ergo ad peccatorum plenam remissionem et reparationem, quae dicitur, non solum ut per sinceram conversionem mentis amicitia cum Deo restauretur et offensa sapientiae et bonitati Eius illata expietur, sed etiam ut omnia bona tum personalia tum socialia tum ea, quae ad ipsum ordinem universalem pertinent, per peccatum imminuta vel destructa, plene redintegrentur, vel per voluntariam reparationem quae non erit sine poena, vel per tolerantiam poenarum ab ipsa iusta et sanctissima Dei sapientia statutarum, e quibus elucescant in universo mundo sanctitas et splendor gloriae Dei. Ab existentia autem et gravitate poenarum dignoscuntur peccati insipientia et malitia, eiusque malae sequelae. 

Poenas vero luendas vel reliquias peccatorum purificandas manere posse et revera frequenter manere etiam postquam culpa iam remissa est,8 doctrina de purgatorio luculenter ostendit: in hoc enim animae defunctorum, quae « vere paenitentes in Dei caritate decesserint, antequam dignis paenitentiae fructibus de commissis satisfecerint et omissis »,9 post mortem poenis purgatoriis purificantur. Ipsae quoque liturgicae preces idem satis indicant, quibus ab antiquis, simis temporibus communitas christiana ad sacram synaxim admissa utitur orans « ut qui iuste pro peccatis nostris affligimur, pro tui nominis gloria misericorditer liberemur ».10 

Omnes autem homines in hoc mundo peregrinantes levia saltem et quotidiana peccata, quae dicuntur, committunt:11 ita ut omnes misericordia Dei indigeant, ut a peccatorum sequelis poenalibus liberentur. 

II 

4. Ex arcano ac benigno divinae dispositionis mysterio, homines supernaturali necessitudine inter se coniunguntur, qua peccatum unius etiam ceteris nocet, sicut etiam sanctitas unius beneficium ceteris affert.12 Ita christifideles auxilium sibi invicem praestant ad finem supernaturalem consequendum. Communionis huius testimonium in ipso Adamo manifestatur, cuius peccatum in omnes homines propagatione transit. Sed maius et perfectius necessitudinis huius supernaturalis principium, fundamentum et exemplar est ipse Christus, in cuius societatem Deus non vocavit.13 

5. Etenim Christus, « qui peccatum non fecit », « passus est pro nobis »;14 « vulneratus est propter iniquitates nostras, attritus est propter scelera nostra ... et livore eius sanati sumus ».15 

Christi vestigia secuti,16 christifideles scmper conati sunt se invicem adiuvare in via ad Patrem caelestem, oratione, spiritualium bonorum exhibitione et paenitentiali expiatione; quo ferventiore autem caritate excitabantur, eo magis sectabantur Christum patientem, crucem propriam ferentes in expiationem peccatorum suorum et aliorum, certo scientes se fratribus suis ad salutem adipiscendam opitulari posse apud Deum misericordiarum Patrem.17 Hoc perantiquum communionis Sanctorum dogma est,18 quo vita singulorum filiorum Dei in Christo et per Christum cum vita omnium aliorum fratrum christianorum mirabili nexu coniungitur in supernaturali unitate Corporis mystici Christi, quasi in una mystica persona.19 

Hoc modo exhibetur « thesaurus Ecclesiae ».20 Qui quidem non est quasi summa bonorum ad instar materialium divitiarum, quae per saecula cumulantur, sed est infinitum et inexhaustum pretium, quod apud Deum habent expiationes et merita Christi Domini, oblata ut humanitas tota a peccato liberetur et ad communionem cum Patre perveniat; est ipse Christus Redemptor, in quo sunt et vigent satisfactiones et merita redemptionis eius.21 Praeterea ad Nunc thesaurum pertinet etiam pretium vere immensum et incommensurabile et semper novum, quod coram Deo habent orationes ac bona opera Beatae Mariae Virginis et omnium Sanctorum, qui, Christi Domini per ipsius gratiam vestigia secuti, semetipsos sanctificaverunt, et perfecerunt opus a Patre acceptum; ita ut, propriam salutem operantes, etiam ad salutem fratrum suorum in unitate Corporis mystici contulerint. 

« Universi enim qui Christi sunt, Spiritum eius habentes, in unam Ecclesiam coalescunt et invicem cohaerent in ipso (cf. Eph. 4, 16). Viatorum igitur unio cum fratribus qui in pace Christi dormierunt, minime intermittitur, immo secundum perennem Ecclesiae fidem, spiritualium bonorum communicatione roboratur. Ex eo enim quod caelites intimius cum Christo uniuntur, totam Ecclesiam in sanctitatem firmius consolidant ... ac multipliciter ad ampliorem eius aedificationem contribuunt (cf. 1 Cor. 12, 1227). Nam in patriam recepti et praesentes ad Dominum (cf. 2 Cor. 5, 8), per Ipsum, cum Ipso et in Ipso non desinunt apud Patrem pro nobis intercedere, exhibentes merita quae per unum Mediatorem Dei et hominum, Christum Iesum (cf. 1 Tm. 2, 5), in terris sunt adepti, Domino in omnibus servientes et adimplentes ea quae desunt passionum Christi in carne sua pro Corpore eius quod est Ecclesia (cf. Cor. 1, 24). Eortim proinde fraterna sollicitudine infirmitas nostra plurimum iuvatur ».22 

Unde inter fideles, vel caelesti patria potitos, vel admissa in purgatorio expiantes, vel adhuc in terris peregrinantes, profecto est perenne caritatis vinculum et bonorum omnium abundans permutatio, quibus, peccatis omnibus totius Corporis mystici expiatis, iustitia divina placatur: misericordia autem Dei ad veniam provocatur, quo citius peccatores contriti ad plenam fruitionem bonorum familiae Dei perducantur. 

III 

6. Ecclesia, harum veritatum inde a primis temporibus conscia, varias vias noverat et inut, ut fructus redemptionis Dominicae singulis fidelibus applicarentur, et ut fideles ad salutem fratrum operarentur; et sic totum corpus Ecclesiae in iustitia et sanctitate ad perfectum regni Dei adventum componeretur, quando Deus erit omnia in omnibus. 

Ipsi enim Apostoli exhortabantur discipulos suos, ut pro salute peccatorum orarent;23 quem usum antiquissima Ecclesiae consuetudo sancte servavit,24 maxime cum paenitentes intercessionem totius communitatis invocabant,25 et eo quod defuncti suffragiis, praesertim oblatione sacrificii eucharistici, sublevabantur.26 Etiam opera bona, ea imprimis quae humanae fragilitati difficilia sunt, in Ecclesia iam ab antiquis temporibus pro salute peccatorum Deo offerebantur.27 Cum autem passiones, quas martyres pro fide atque pro lege Dei sustinebant, magni aestimarentur, paenitentes ab iis petere solebant, nt eorundem meritis adiuti celerius ab episcopis reconciliationem acciperent.28 Preces enim et bona opera iustorum tanti aestimabantur, ut paenitentem adiutorio totius plebis christianae lavari, mundari atque redimi affirmaretur.29 

In his omnibus vero non singuli fideles, propriis tantum viribus, pro remissione peccatorum aliorum fratrum operari putabantur; ipsa enim Ecclesia, ut unum corpus, Christo capiti iuncta, in singulis membris satisfacere credebatur.30 

Ecclesia autem Patrum sibi omnino persuasum habebat, se opus salvificum exsequi in communione et sub auctoritate Pastorum, quos Spiritus Sanctus posuit episcopos ad regendam Ecclesiam Dei.31 Episcopi itaque omnibus prudenter perpensis statuebaut modum et mensuram satisfactionis praestandae, immo et permittebant, ut paenitentiae canonicae aliis redimerentur operibus, forte facilioribus, bono communi convenientibus vel pictatem foventibus, quae ab ipsis paenitentibus, immo aliquando ab aliis fidelibus essent peracta.32 

IV 

7. Persuasio in Ecclesia vigens Dominici gregis Pastores per applicationem meritorum Christi et Sanctorum singulos fideles a reliquiis peccatorum liberare posse, paulatim decursu saeculorum, Spiritu Sancto afflante, qui populum Dei iugiter animat, usum indulgentiarum induxit, per quem profectus in doctrina ipsa et disciplina Ecclesiae factus est, non permutatio,33 et ex radice revelationis novum bonum invectum ad utilitatem fidelium ac totius Ecclesiae. 

Usus autem indulgentiarum, paulatim propagatus, tum maxime in historia Ecclesiae ut factum conspicuum apparuit, quando Romani Pontifices, opera quaedam bono communi Ecclesiae convenientia, « pro omni paenitentia reputanda esse » decreverunt,34 atque fidelibus « vere paenitentibus et confessis » atque huiusmodi opera peragentibus « de omnipotentis Dei misericordia et ... Apostolorum eius meritis et auctoritate confisi », « Apostolicae plenitudine potestatis », « non solum plenam et largiorem, immo plenissimam omnium suorum ... veniam peccatorum » concedebant.35 

Nam « Unigenitus Dei Filius ... thesaurum militanti Ecclesiae acqtusivit ... Quem quidem thesaurum ... per beatum Petrum, caeli clavigerum, eiusque successores, suos in terris vicarios, commisit fidelitatis salubriter dispensandum, et propriis et rationabilibus causis, nunc pro totali, nunc pro partiali remissione poenac temporalis pro peccatis debitae, tam generaliter quam specialiter (prout etiam Deo expedire cognoscerent), vere paenitentibus et confessis misericorditer applicandum. Ad cuius quidem thesauri cumulum beatae Dei Genetricis omniumque electorum ... merita adminiculum praestare noscuntur ».36 

8. Haec remissio poenae temporalis debitae pro peccatis, ad culpam quod attinet, iam deletis, proprio nomine « indulgentia » vocata est.37 

Quae indulgentia communia quaedam habet cum aliis rationibus seu viis ad peccatorum reliquias tollendas initis, sed insimul ab iisdem rationibus plane distinguitur. 

In indulgentia enim Ecclesia, sua potestate utens ministrae redemptionis Christi Domini, non tantum orat, sed christifideli apte disposito auctoritative dispensat thesaurum satisfactionem Christi et Sanctorum ad poenae temporalis remissionem.38 

Finis quem ecclesiastica auctoritas sibi proponit in elargiendis indulgentiis, in hoc est positus ut non solum adiuvet christifideles ad paenas debitas luendas, sed etiam eosdem impellat ad pietatis, paenitentiae et caritatis opera peragenda, ea praesertim quae fidei incremento et bono communi conducunt.39 

Quod si christifideles indulgentias in suffragium defunctorum transferant, eximio modo caritatem exercent et, dum superna cogitant, terrena rectius componunt. 

Hanc doctrinam Magisterium Ecclesiae in variis documentis vindicavit atque declaravit.40 In usum quidem indulgentiarum nonnumquam abusus irrepserunt, tum quia « per indiscretas et superfluas indulgentias » claves Ecclesiae contemnebantur et paenitentialis satisfactio enervabatur,41 tum quia propter « pravos quaestus » indulgentiarum nomen blasphemabatur.42 Ecclesia vero, abusus emendans atque corrigens, « indulgentiarum usum, christiano populo maxime salutarem, et sacrorum Conciliorum auctoritate probatum, in Ecclesia retinendum esse docet et praecipit, eosque anathemate damnat, qui aut inutiles esse asserunt, vel eas concedendi in Ecclesia potestatem esse negant ».43 

9. Ecclesia autem etiam hodie omnes suos filios invitat, ut ponderent atque considerent, quantum valeat usus indulgentiarum ad vitam singulorum, immo etiam totius societatis christianae fovendam. 

Ut breviter praecipua commemoremus, primum quidem salutaris hic usus docet: « malum et amarum est reliquisse ... Dominum Deum ».44 Fideles enim, cum indulgentias assequuntur, intellegunt se non posse propriis viribus expiare malum, quod peccando sibi ipsis immo toti communitati intulerunt, et ideo ad humilitatem salutarem excitantur. 

Usus deinde indulgentiarum docet, quam intima unione in Christo inter nos coniungamur, et quantum conferre possit vita supernaturalis uniuscuiusque ad alios, ut et ipsi cum Patre facilius et artius possint uniri. Indulgentiarum itaque usus efficaciter ad caritatem inflammat, eamque eximio modo exercet, cum fratribus in Christo dormientibus adiutorium praebetur. 

10. Item indulgentiarum cultus ad fiduciam ei spem plenae reconciliationis cum Deo Patre erigit; quod tamen ita operatur, ut nullius neglegentiae ansam det, studiumque dispositionum ad plenam communionem cum Deo requisitarum nullo modo remittat. Indulgentiae enim, licet gratuita sint beneficia, tamen tum pro vivis tum pro defunctis tantum certis condicionibus impletis conceduntur, cum ad eas assequendas requiratur, hinc ut opera bona praescripta absoluta sint, illinc ut fidelis debitis dispositionibus praeditus sit: scilicet, ut Deum diligat, peccata detestetur, in meritis Christi Domini fiduciam habeat et communionem Sanctorum magnae utilitati sibi esse firmiter credat. 

Neque omittendum est indulgentias acquirendo fideles dociliter se submittere legitimis Pastoribus Ecclesiae et praesertim successori Beati Petri, Caeli clavigeri, quippe quos ipse Salvator mandaverit, ut pascerent et regerent Ecclesiam suam. 

Institutio itaque salutaris indulgentiarum suo modo confert, ut Christo exhibeatur Ecclesia non habens maculam aut rugam, sed sancta et immaculata,45 supernaturali caritatis vinculo in Christo mirabiliter coniuncta. Cum enim ope indulgentiarum membra Ecclesiae purgantis ad Ecclesiam caelestem citius aggregentur, per easdem indulgentias regnum Christi magis magisque atque celerius instauratur, « donec occurramus omnes in unitatem fidei et agnitionis Filii Dei in virum perfectum, in mansuram aetatis plenitudinis Christi ».46 

11. His igitur veritatibus innixa, sancta Mater Ecclesia, dum denuo commendat fidelibus suis indulgentiarum usum, ut populo christiano plurium saeculorum cursu et temporibus etiam nostris gratissimum, sicut experiendo probatur, nihil omnino detrahere intendit de aliis sanctificationis et purgationis rationibus, imprimis de sanctissimo Missae sacrificio et sacramentis, praesertim paenitentiae sacramento, deinde de copiosis auxiliis, quae uno nomine sacramentalia vocantur, ac demum de pietatis, paenitentiae et caritatis operibus. His omnibus subsidiis hoc commune est quod sanctificationem et purificationem eo validius operantur quanto artius aliquis Christo capiti et Ecclesiae corpori per caritatem coniungitur. Praestantia caritatis in vita christiana etiam indulgentiis confirmatur. Nain indulgentiae acquiri nequeunt sine sincera metanoia et coniunctione cum Deo, quibus additur operum praescriptorum impletio. Servatur ergo ordo caritatis, in quem inseritur poenarum remissio ex dispensatione thesauri Ecclesiae. 

Suos fideles cohortans ne deserant neu parvipendant sanctas traditiones patrum, sed religiose eas accipiant, tamquam pretiosum catholicae familiae thesaurum, iisque obsequantur, Ecclesia tamen sinit unumquemque, in sancta et iusta libertate filiorum Dei, huiusmodi purificationis et sanctificationis subsidiis uti; in eorum mentem autem continenter revocat ea quae ad salutem assecuendam sunt praeponenda, utpote necessaria vel meliora ct efficaciora.47 

Ut autem ipse indulgentiarum usus ad maiorem dignitatem et aestimationem provehatur, aliquid innovandum sancta Mater Ecclesia opportunum duxit in earum disciplina, novasque normas tradendas decrevit. 

V 

12. Normae quae sequuntur variationes opportunas in disciplinam de indulgentiis inducunt, votis quoque Coetuum Episcopalium receptis. 

Ordinationes Codicis Iuris Canonici et Decretorum Sanctae Sedis de indulgentiis, quatenus cum novis normis congruunt, integrae manent. 

In normis apparandis haec tria praesertim spectata sunt: ut nova mensura statueretur pro indulgentia partiali, congrua deminutio in indulgentias plenarias induceretur, et quae ad indulgentias reales et locales, quas dicunt, pertinent in simpliciorem et digniorem formam redigerentur et componerentur. Ad indulgentiam partialem quod attinet, antiqua dierum et annorum determinatione posthabita, nova norma seu mensura exquisita est, iuxta quam actio ipsa consideratur christifidelis, qui opus indulgentia ditatum perficit. 

Cum vero sua actione christifidelis — praeter meritum quod actionis est fructus praecipuus — consequi insuper possit poenae temporalis remissionem, et quidem eo maiorem quo maior est operantis caritas et operis praestantia, placuit hanc ipsam remissionem poenae, quam christifidelis sia actione acquirit, tamquam mensuram sumere remissionis poenae, quam Ecclesiastica Auctoritas per indulgentiam partialem liberaliter addit. 

Ad indulgentiam plenariam quod attinet, opportunum visum est earum numerum congruenter munere, ut christifideles indulgentiae plenariae aequam aestimationem faciant et eam, debitis ornati dispositionibus, acquirere valeant. Quod enim saepius occurrit, parum attenditur; quod copiosius offertur, parvi aestimatur; cum plerique christifideles congruo temporis spatio indigeant, ut ad plenariam indulgentiam assequendam apte se praeparent. 

Quod attinet ad indulgentias reales et locales, non tantum earum numerus valde deminuitus est, sed ipsum nomen sublatum est, quo clarius constet indulgentiis ditari christifidelium actiones, non vero res vel loca, quae sunt tantum occasiones indulgentias acquirendi. Immo piarum Consociationum asseclae indulgentias illis propriam assequi possunt, praescripta opera adimplendo, neque insignium usus requiritur. 

***

NORMAE 

N. 1. Indulgentia est remissio coram Deo poenae temporalis pro peccatis, ad culpam quod attinet, iam deletis, quam christifidelis, apte dispositus et certis ac definitis condicionibus, consequitur ope Ecclesiae quae, ut ministra redemptionis, thesaurum satisfactionum Christi et Sanctorum auctoritative dispensat et applicat. 

N. 2. Indulgentia est partialis vel plenaria prout a poena temporali pro peccatis debita liberat ex parte aut ex toto. 

N. 3. Indulgentiae sive partiales sive plenariae possunt semper defunctis applicari per modum suffragii. 

N. 4. Indulgentia partialis, in posterum, his tantum verbis « indulgentia partialis » significabitur, nulla addita dierum vel annorum determinatione. 

N. 5. Christifideli qui, corde saltem contritus, peragit opus indulgentia partiali ditatum, tribuitur ope Ecclesiae tantadem poenae temporalis remissio, quantam ipse sua actione iam percipit. 

N. 6. Indulgentia plenaria semel tantum in die acquiri potest, salvo praescripto N. 18 pro constitutis « in articulo mortis ». 

Partialis vero indulgentia pluries in die acquiri potest, nisi aliud expresse notetur. 

N. 7. Ad indulgentiam plenariam assequendam requiruntur exsecutio operis indulgentia ditati et impletio trium condicionum, quae sunt: sacramentalis confessio, communio eucharistica et oratio ad mentem Summi Pontificis. Requiritur insuper ut excludatur omnis affectus erga quodecumque peccatum etiam veniale. 

Si plena huiusmodi dispositio desit vel praedictae condiciones, salvo praescripto N. 11 pro « impeditis », non impleantur, indulgentia erit tantum partialis. 

N. 8. Tres condiciones perfici possunt pluribus diebus ante vel post praescripti operis exsecutionem; convenit tamen ut communio et oratio ad mentem Summi Pontificis peragantur ipso die quo instituitur opus. 

N. 9. Unica sacramentali confessione plures indulgentiae plenariae acquiri possunt; unica vero communione eucharistica et unica oratione ad mentem Summi Pontificis una tantum indulgentia plenaria acquiritur. 

N. 10. Condicio precandi ad mentem Summi Pontificis plene impletur, si recitantur ad Eiusdem mentem semel Pater et Ave; data tamen facultate singulis fidelibus quamlibet aliam orationem recitandi iuxta uniuscuiusque pietatem et devotionem erga Romanum Pontificem. 

N. 11. Firma facultate confessariis can. 935 C.I.C. facta commutandi pro « impeditis » sive opus praescriptum sive condiciones, Ordinarii locorum possunt concedere fidelibus, in quos ad normam iuris exercent auctoritatem, si loca inhabitent ubi nullo modo vel saltem admodum difficile ad confessionem vel ad communionem accedere possuit, ut ipsi queant indulgentiam plenariam consequi absque actuali confessione ct communione, dummodo sint corde contriti et ad praedicta sacramenta, cum primum poterunt, accedere proponant. 

N. 12. Divisio indulgentiarum in personales, reales et locales, non amplius adhibetur, quo clarius constet indulgentiis ditari christifidelibus actiones, quamvis cum re vel loco interdum coniungantur. 

N. 13. Enchiridion indulgentiarum recognoscetur eo consilio ut tantum praecipuae preces et praecipua opera pietatis, caritatis et paenitentiae indulgentiis ditentur. 

N. 14. Elenchi et summaria indulgentiarum Ordinum, Congregationum religiosarum, Societatum in communi viventium sine votis, Institutorum saecularium, necnon piarum fidelium Consociationum, quamprimum recognoscentur, ita ut indulgentia plenaria acquiri possit peculiaribus tantum diebus a Sancta Sede statuendis, proponente supremo Moderatore vel, si agatur de piis Consociationibus, Ordinario loci. 

N. 15. In omnibus ecclesiis, oratoriis publicis vel — ab illis qui legitime iis utuntur — semipublicis acquiri potest indulgentia plenaria, quae defunctis tantum applicari potest, die 2 Novembris. 

In ecclesiis vero paroecialibus acquiri insuper potest indulgentia plenaria bis in anno: die festo Titularis, et die 2 Augusti, quo « Portiunculae » indulgentia occurrit, vel alio opportuniore die in Ordinario statuendo. 

Omnes praedictae indulgentiae acquiri poterunt vel diebus supra definitis vel, de consensu Ordinarii, die Dominico antecedenti aut subsequenti. 

Ceterae indulgentiae ecclesiis vel oratoriis adiunctae quamprimum recognoscentur. 

N. 16. Opus praescriptum ad acquirendam indulgentiam plenariam ecclesiae vel oratorio adiunctam est eiusdem pia visitatio, in qua recitantur oratio Dominica et fidei symbolum (Pater et Credo). 

N. 17. Christifidelis qui pietatis obiecto (crucifixo, cruce, corona, scapulari, numismate), a quovis sacerdote rite benedicto, pia utitur mente, consequitur indulgentiam partialem. 

Si autem pietatis obiectum a Summo Pontifice aut a quolibet Episcopo fuerit benedictum, christifidelis, eodem obiecto pia utens mente, assequi potest etiam indulgentiam plenariam die festo SS. Apostolorum Petri et Pauli, addita tamen, qualibet legitima formula, fidei professione. 

N. 18. Pia Mater Ecclesia, si haberi nequit sacerdos qui christifideli in vitae discrimen adducto sacramenta et benedictionem apostolicam cum adiuncta indulgentia plenaria, de qua in can. 468, § 2 C.I.C., administret, benigne eidem, rite disposito, concedit indulgentiam plenariam in articulo mortis acquirendam, dummodo ipse durante vita habitualiter aliquas preces fuderit. Ad hanc indulgentiam plenariam acquirendam laudabiliter adhibetir crucifixus vel crux. 

Eandem indulgentiam plenariam in articulo mortis christifidelis consequi poterit, etiamsi eodem die aliam indulgentiam plenariam iam acquisiverit. 

N. 19. Normae de indulgentiis plenariis editae, praesertim ea quae in N. 6 recensetur, applicantur etiam indulgentiis plenariis, quae « toties quoties » iisque adhuc appellari consueverunt. 

N. 20. Pia Mater Ecclesia, de fidelibus defunctis quam maxime sollicita, quolibet privilegio hac de re abrogato, iisdem defunctis amplissime suffragari constituit quovis Missae sacrificio. 

* * * 

Novae normae, quibus innititur indulgentiarum acquisitio, vigere incipient expletis tribus mensibus a die quo haec Constitutio in Actis Apostolicae Sedis edetur. 

Indulgentiae pietatis obiectorum usui adiunctae, quae supra non recensentur, cessant expletis tribus mensibus a die quo haec Constitutio in Actis Apostolicae Sedis edetur. 

Recognitiones, de quibus in N. 14 et N. 15, proponi debent Sacrae Paenitentiariae Apostolicae intra annum; expleto vero biennio a die huius Constitutionis, indulgentiae, quae confirmatae non fuerint, omnem vim amittent. 

Nostra haec statuta et praescripta nunc et in posterum firma et efficacia esse et fore volumus, non obstantibus, quatenus opus sit, Constitutionibus et Ordinationibus Apostolicis a Nostris Decessoribus editis ceterisque praescriptionibus etiam peculiari mentione et derogatione dignis. 

Datum Romae, apud S. Petrum, die 1 mensis Ianuarii, in Octava Nativitatis D.N.I.C., anno MCMLXVII, Pontificatus Nostri quarto. 

PAULUS PP. VI 

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(1) Cf. Concilium Tridentinum, Sessio XXV, Decretum de indulgentiis: «Cum potestas conferendi indulgentias a Christo Ecclesiae concessa sit, atque huiusmodi potestate divinitus sibi tradita antiquissimis etiam temporibus illa usa fuerit ... »: D.-S. (Denzinger-Schönmetzer) 1835; cf. Mt. 28, 18. 

(2) Concilium Vaticanum II, Const. dogm. de divina revelatione Dei verbum,n. 8: A.A.S., 58 (1966) p. 821; cf. Concilium Vaticanum I, Const. dogm. de fide catholica Dei Filius, cap. 4 De fide et ratione: D.-S. 3020. 

(3) Cf. Gn. 3, 16-19: « Mulieri quoque dixit (Deus): Multiplicabo aerumnas tuas et conceptus tuos; in dolore paries filios et sub viri potestate eris et ipse dominabitur tui. Adae vero dixit: Quia audisti vocem uxoris tuae et comedisti de ligno, ex quo praeceperam tibi ne comederes, maledicta terra in opere tuo: in laboribus comedes ex ea cunctis diebus vitae tuae. Spinas et tribulos germinabit tibi in sudore vultus tui vesceris pane, donec revertaris in terram, de qua sumptus es; quia pulvis es, et in pulverem reverteris ». 

Cf. etiam Lc. 19, 41-44; Rm. 2, 9 et 1 Cor. 11, 30. 

Cf. Augustinus, Enarr. in Ps. LVIII 1, 13: « Iniquitas omnis, parva magnave sit, puniatur necesse est, aut ab ipso homine paenitente, aut a Deo vindicante »: CCL 39, p. 739; PL 36, 701. 

Cf. Thomas, S. Th. 1-2, q. 87, a. 1: « Cum autem peccatum sit actus inordinatus, manifestum est quod quicumque peccat, contra aliquem ordinem agit. Et ideo ab ipso ordine consequens est quod deprimatur. Quae quidem depressio poena est ». 

(4) Cf. Mt. 25, 41-42: « Discedite a me, maledicti, in ignem aeternum, qui paratus est diabolo et angelis eius. Esurivi enim, et non dedisti mihi manducare ». Vide etiam Mr. 9, 42-43; Io. 5, 28-29; Rm. 2, 9; Gal. 6, 6-8. 

Cf. Concilium Lugdunense II, Sessio IV, Professio fidei Michaëlis Palaeologi imperatoris: D.-S. 856-858. 

Cf. Concilium Florentinum, Decretum pro Graecis: D.-S. 1304-1306. 

Cf. Augustinus, Enchiridion, 66, 17: « Multa etiam hic videntur ignosci et nullis supplicis vindicari; sed eorum poenae reservantur in posterum. Neque enim frustra ille proprie dicitur dies iudicii, quando venturus est iudex vivorum atque mortuorum. Sicut e contrario vindicantur hic aliqua, et tamen si remittuntur, profecto in futuro saeculo non nocebunt. Propterea de quibusdam temporalibus poenis, quae in hac vita peccantibus irrogantur, eis quorum peccata delentur, ne reserventur in finem, ait Apostolus (1 Cor. 11, 31-32): “Si enim nos ipsos iudicaremus, a Domino non iudicaremur, cum iudicamur autem a Domino corripimur, ne cum hoc mundo damnemur” »: ed. Scheel, Tubingae 1930, p. 42; PL 40, 263. 

(5) Cf. Hermae pastor, Mand. 6, 1, 3: Funk, Patres Apostolici 1, p. 487. 

(6) Cf. Is. 1, 2-3: « Filios enutrivi et exaltavi, ipsi autem spreverunt me. Cognovit bos possessorem suum, et asinus praesaepe domini sui; Israël autem me non cognovit, et populus meus non intellexit ». Cf. etiam Deut. 8, 11 et 32, 15ss.; Ps. 10.5, 21 et 118, passim; Sap. 7, 14; Is. 17, 10 et 44, 21; Ier. 33, 88; Ez. 20, 27. 

 Cf. Concilium Vaticanum II, Const. dogm. de divina revelatione Dei verbum, n. 2: « Hac Itaque revelatione Deus invisibilis (cf. Col. 1, 15; 1 Tm. 1, 17) ex abundantia caritatis suae homines tamquam amicos alloquitur (cf. Ex. 33, 11; Io. 15, 14-15) et cum eis conversatur (cf. Bar. 3, 38), ut eos ad societatem Secum invitet in eamque suscipiat »: A.A.S., 58 (1966) p. 818. Cf. etiam ibid., n. 21: l. c. pp. 827-828. 

(7) Cf. Io. 15, 14-15. 

 Cf. Concilium Vaticanum II, const. past. de Ecclesia in mundo huius temporis Gaudium et spes, n. 22: A.A.S., 58 (1966) p. 1042; et Decr. de activitate missionali Ecclesiae Ad gentes divinitus, n. 13: A.A.S., 58 (1968) p. 962. 

(8) « Cf. Num. 20, 12: « Dixitque Dominus ad Moysen et Aaron: Quia non credidistis mihi, ut sanctificaretis me coram filiis Israel, non introducetis hos populos in terram iuam dabo eis ». 

Cf. Num. 27, 13-14: « Cumque videris eam, ibis et tu ad populum tuum, sicut ivit frater tuus Aaron, quia offendistis me in deserto Sin in contradictione multitudinis nec snnctificare me voluistis coram ea super aquas ». 

Cf. 2 Reg. 12, 13-14: « Et dixit David ad Nathan: Peccavi Domino. Dixitque Nathan ad David: Dominus quoque transtulit peccatum tuum: non morieris. Veruntamen, quoniam blasphemare fecisti inimicos Domini propter verbum hoc, filius, qui natus est tibi, morte morietur ». 

Cf. Innocentius IV, Instructio pro Graecis: D.-S. 838. 

Cf. Concilium Tridentinum, Sessio VI, can. 30: « Si quis post acceptam iustificationis gratiam cuilibet peccatori paenitenti ita culpam remitti et reatum aeternae poenae deleri dixerit, ut nullus remaneat reatus poenae temporalis, exsolvendae vel in hoc saeculo vel in futuro in purgatorio, antequam ad regna caelorum aditus patere possit: an. s. »: D.-S. 1580; cf. etiam D.-S. 1689, 1693. 

Cf. Augustinus, In Io. ev. tr. 124, 5: « Cogitur homo tolerare (hanc vitam) etiam remissis peccatis; quamvis ut in eum veniret miseriam, primum fuerit causa peccatum. Productlor est enim poena quam culpa, ne parva putaretur culpa, si cum illa finiretur et poena. Ac per hoc vel ad demonstrationem clebitae miseriae, vel ad emendationem labilis vitae, vel ad exercitationem necessariae patientiae, temporaliter hominem detinet poena et quem iam ad damnationem sempiternam reum non detinet culpa »: CCL 36, pp. 683-684; PL 35, 1972-1973. 

(9) Concilium Lugdunense II, Sessio IV: D.-S. 856. 

(10) Cf. Missale Romanum, Oratio Dom. in Septuag.: Preces populi tui, quaesumus, Domine, clementer exaudi: ut, qui iuste pro peccatis nostris affligimur, pro tui nominis gloria misericorditer liberemur. 

Cf. Ibid., Oratio super populum feriae II post dom. I in Quadrag.: Absolve, quaesumus, Domine, nostrorum vincula peccatorum: et, quidquid pro eis meremur, propitiatus averte. 

Cf. Ibid., Postcommunio Dom. III in Quadrag.: A cunctis nos, quaesumus, Domine, reatibus et periculis propitiatus absolve: quos tanti mysterii tribuis esse participes. 

(11) 3 Cf. Iac. 3, 2: « In multis enim offendimus omnes ». 

Cf. 1 Io. 1, 8: « Si dixerimus quoniam peccatum non habemus, ipsi nos seducimus, et veritas in nobis non est ». Quem textum Concilium Carthaginiense sic commentatur: « Item placuit, quod nit S. Ioannes Apostolus: Si dixerimus, quia peccatum non habemus, nos ipsos seducimus, et veritas in nobis non est: quisquis sic accipiendum putaverit, ut dicat propter humilitatem oportere diei, nos habere peccatum, non quia vere ita est, an. s. »: D.-S. 228. 

Cf. Concilium Tridentinum, Sessio VI, Decr. de iustificatione, cap. 11: D.-S. 1537. 

Cf. Concilium Vaticanum II, Const. dogm. de Ecclesia Lumen gentium,n. 40: « Cum vero in multis offendimus omnes (cf. Iac. 3, 2), misericordiae Dei iugiter egemus atque orare quotidie debemus: “Et dimitte nobis debita nostra” (Mt. 6, 12) »: A.A.S., 57 (1965) p. 45. 

(12) Cf. Augustinus, De bapt. contra Donat. 1, 28: PL 43, 124. 

(13) Cf. Io. 15, 5: « Ego sum vitis, vos palmites; qui manet in me, et ego in eo, hic fert fructum multum ». 

Cf. 1 Cor. 12, 27: « Vos autem estis corpus Christi et membra de membro ». Cf. etiam 1 Cor. 1, 9 et 10, 17; Eph. 1, 20-23 et 4, 4. 

Cf. Concilium Vaticanum II, Const. dogm. de Ecclesia Lumen gentium,n. 7: A.A.S., 57 (1965) pp. 10-11. 

Cf. Pius XII, Litt. encycl. Mystici Corporis: « Ex eadem autem Spiritus Christi communicatione efficitur ut ... Ecclesia veluti plenitudo constituatur et complementum Redemptoris, Christus vero quoad omnia in Ecclesia quodammodo adimpleatur (cf. Thomas, Comm. in:, epist ad Eph. 1, lect. 8). Quibus quidem verbis ipsam attigimus rationem, cur ... Caput mysticum quod Christus est, et Ecclesia, quae hisce in terris veluti alter Christus eius personam gerit, unum novum hominem constituunt, quo in salutifero crucis opere perpetuando caelum et terra iunguntur: Christum dicimus Caput et Corpus, Christum totum: D.-S. 3813; A.A.S., 35 (19-13) pp. 230-231. 

Cf. Augustinus, Enarr. 2 in Ps. XC, 1: « Dominus noster Iesus Christus, tamquam totus perfectus vir, et caput, et corpus: caput in illo homine agnoscimus, qui natus de Marta virgine ... Hoc est caput ecclesiae. Corpus huius capitis ecclesia est, non quae hoc loco est, sed et quae hoc loco et per totum orbem terrarum; nec illa quae hoc tempore, sed ab Ipso Abel usque ad eos qui nascituri sunt usque in finem et credituri in Christum, totus populus sanctorum ad unam civitatem pertinentium; quae civitas corpus est Christi, cui caput est Christus »: CCL 39, p. 1266; PL 37, 1159. 

(14) Cf. 1 Pt. 2, 22 et 21. 

(15) Cf. Is. 53, 4-6 cum 1 Pt. 2, 21-25; cf. etiam Io. 1, 29; Rm. 4, 25 et 5, 9ss.; 1 Cor. 15, 3; 2 Cor. 5, 21; Gal. 1, 4; Eph. 1, 7ss.; Heb. 1, 3 etc.; 1 Io. 3, 5. 

(16) Cf. 1 Pt. 2, 21. 

(17) Cf. Col. 1, 24: « Qui nunc gaudeo in passionibus pro vobis et adimpleo ea quae desunt passionum Christi in carne mea pro corpore eius, quod est ecclesia ». 

Cf. Clemens Alexandrinus, - Lib. Quis dives solvetur 42: S. Ioannes Apostolus iuvenem latronem hortatur ad paenitentiam, exclamans: « Ego pro te Christo rationem reddam. Si sit opus, tuam ipse libens mortem sustinebo, quemadmodum Dominus pro nobis mortem tulit. Animam meam pro tua vicarium dabo »: GCS Clemens 3, p. 190; PG 9, 650. 

Cf. Cyprianus, - De lapsis 17; 36: « Credimus quidem posse apud iudicem plurimum martyrum merita et opera iustorum, sed cum iudicii dies venerit, cum post occasum saeculi huius et mundi ante tribunal Christi populus elus adstiterit ». « Paenitenti, operanti, roganti potest clementer ignoscere, potest in acceptum referre quidquid pro talibus et petierint inartyres et fecerint sacerdotes »: CSEL 31, pp. 249-250 et 263; PL 4, 495 et 508. 

Cf. Hieronymus, Contra Vigilantium 6: « Dicis in libello tuo, quod dum vivimus, mutuo pro nobis orare possumus; postquam autem mortui fuerimus, nullius sit pro alio exaudienda oratio: praesertim cum martyres ultionem sui sanguinis obsecrantes, impetrare non quiverint (Apoc. 6, 10). si apostoli et martyres adhuc in corpore constituti possunt orare pro caeteris, quando pro se adhuc debent esse solliciti: quanto magis post coronas, victorias et triumphos? »: PL 23, 350. 

Cf. Basilius Magnus, Homilia in martyrem Julittam 9: « Oportet igitur fiere cum flentibus. Ubi videris fratrem lugentem ob peccatorum paenitentiam, lacrimare cum viro eiusmodi ac illius commiseresce. Ita enim tibi licebit ex malis alienis tuum corrigere. Nam qui fervidas lacrimas pro peccato proximi effundit, dum fratrem defiet, medetur sibimetipsi ... Luge peccati causa. Animae aegritudo est peccatum; mors est animae immortalis; peccatum luctu atque irrequietis lamentis dignum est »: PG 31, 258-259. 

Cf. Ioannes Chrysostomus, In epist. ad philipp. 1, hom. 3, 3: « Igitur non generatim eos qui moriuntur, lugeamus, neque de viventibus generatim gaudeamus; sed quid? Lugeamus peccatores non solum morientes, sed etiam viventes: de iustis gaudeamus, non solum dum vivunt, verum etiam postquam mortui fuerint »: PG 62, 223. 

Cf. Thomas, S. Th. 1-2, q. 87, a. 8: « Si loquamur de poena satisfactoria, quae voluntarie assumitur, contingit quod linus portet poenam alterius, inquantum sunt quodammodo unum ... Si autem loquamur de poena pro peccato inflicta, inquantum habet rationem poenae, sic solum unusquisque pro peccato suo punitur: quia actus peccati aliquid personale est. Si autem loquamur de poena quae habet rationem medicinae, sic contingit quod unus punitur pro peccato alterius. Dictum est enim quod detrimenta corporalium rerum, vel etiam ipsius corporis, sunt quaedam poenales medicinae ordinatae ad salutem animae. Unde nihil prohibet talibus poenis aliquem puniri pro peccato alterius, vel a Deo vel ab homine ». 

(18) Cf. Leo XIII, Epist. encycl. Mirae caritatis: « Nihil est enim aliud sanctorum communio ... nisi mutua auxilii, expiationis, precum, beneficiorum communicatio inter fideles vel caelesti patria potitos vel igni piaculari addictos vel adhuc in terris peregrinantes, in unam coalescentes civitatem, cuius caput Christus, cuius forma caritas »: Acta Leonis XIII, 22 (1902) p. 129; D.-S. 3363. 

(19) Cf. 1 Cor. 12, 12-13: « Sivut enim corpus unum est et membra habet multa; omnia autem membra corporis, cum sint multa, unum tamen corpus sunt; ita et Christus. Etenim in uno Spiritu omnes nos in unum corpus baptizati sumus ». 

Cf. Pius XII, Litt. encycl. Mystici Corporis: « Ita (Christus) in Ecclesia quodammodo vivit, ut ipsa quasi altera Christi persona exsistat. Quod quidem gentium Doctor ad Corinthios scribens affirmat, cum, nihil aliud adiiciens, “Christum” Ecclesiam vocat (cf. 1 Cor. 12, 12), ipsumque profecto Magistrum imitatus, qui eidem Ecclesiam Insectanti adclamaverat ex alto: “Saule, Saule, quid me persequeris?” (cf. Act. 9, 4; 22, 7; 26, 14). Quin immo si Nysseno credimus, saepius ab apostolo Ecclesia “Christus” nuncupatur (cf. De vita Moysis: PG 44, 385); nec ignotum vobis est, venerabiles Fratres, illud Augustini effatum: “Christus praedicat Christum” (cf. Sermones 354, 1; PL 39, 1563) »: A.A.S., 35 (1943) p. 218. 

Cf. Thomas, S. Th. 3. q. 48, a. 2 ad 1 et q. 49, a. 1. 

(20) Cf. Clemens VI, Bulla Iubilaei Unigenitus Dei Filius: « Unigenitus Dei Filius ... thesaurum militanti Eccleslae acquisivit ... Quem quidem thesaurum ... per beatum Petrum caeli clavigerum, eiusque successores, suos in terris vicarios, commisit fidelibus salubriter dispensandum ... Ad cuius quidem thesauri cumulum beatae Dei Genetricis omniumque electorum a primo iusto usque ad ultimum merita adminiculum praestare noscuntur ... »: D.-S. 1025, 1026, 1027. 

Cf. Sixtus IV, Epist. encycl. Romani Pontificis: « ... Nos, quibus plenitudo potestatis ex alto est attributa, de thesauro universalis Ecclesiae, qui ex Christi Sanctorumque eius meritis constat, Nobis commisso, auxilium et suffragium animabus purgatorii afferre cupientes ... »: D.-S. 1406. 

Cf. Leo X, Decretum Cum postquam ad Caietanum de Vio legatum papae: « ... thesaurum meritorum Iesu Christi et Sanctorum dispensare ... »: D.-S. 1448; cf. D.-S. 1467 et 2641. 

(21) cf. Heb. 7, 23-25; 9, 11-28. 

(22) Concilium Vaticanum II, Const. dogm. de Ecclesia Lumen gentium,n. 49: A.A.S., 57 (1965) pp. 54-55. 

(23) Cf. Iac. 5, 16: « Confitemini ergo alterutrum peccata vestra et orate pro invicem, ut salvemini; multum enim valet deprecatio iusti adsidua ». 

Cf. 1 Io. 5, 16: « Qui scit fratrem suum peccare peccatum non ad mortem petat, et dabitur ei vita peccanti non ad mortem ». 

(24) Cf. Clemens Romanus, Ad Cor. 56, 1: « Oremus igitur et nos pro iis, qui in peccato quoniam versantur, ut moderatio et humilitas iis concedatur, ut non nobis, sed voluntati divinae cedant. Sic enim mentio, quae cum misericordia eorum fit apud Deum et sanctos, ipsis fructuosa erit et perfecta »: Funk,Patres Apostolici 1, p. 171. 

Cf. Martyrium s. Polycarpi 8, 1: « Cum autem precationem tandem finiisset, in qua mentionem fecerat omnium, qui aliquando cum ipso versati fuerant, parvorum quidem et magnorum, clarorum et obscurorum totiusque per orbem terrarum catholicae ecclesiae .. - »: Funk, Patres Apostolici 1, p. 321, 323. 

(25) Cf. Sozomenus, Hist. Eccl. 7, 16: In paenitentia publica, peractis iam missarum solemnibus, in ecclesia romana, paenitentes « cum gemitu ac lamentis pronos se in terram abiciunt. Tum episcopus cum lacrimis ex adverso occurrens, pariter ipse humi provolvitur; et universa ecclesiae multitudo, simul confitens, lacrimis perfunditur. Post-haec vero primus exsurgit episcopus, ac prostratos erigit; factaque, ut decet, precatione pro peccatoribus paenitentiam agentibus, eos dimittit »: PG 67, 1462. 

(26) Cf. Cyrillus hierosolymitanus, Catechesis 23 (mystag. 5), 9; 10: « Deinde et pro defunctis sanctis patribus et episcopis, et omnibus generatim qui inter nos vita functi sunt (oramus); maximum hoc credentes adiumentum illis animabus fore, pro quibus oratio defertur, dum sancta et perquam tremenda coram iacet victima ». Re autem confirmata exemplo coronae, quae plectitur imperatori, ut in exsilium pulsis veniam praestet, idem S. Doctor sermonem concludit dicens: « Ad eundem modum et nos pro defunctis, etiamsi peccatores sint, preces Deo offerentes, non coronam plectimus; sed Christum mactatum pro peccatis nostris offerimus, clementem Deum cum pro illis tum pro nobis demereri et propitiare satagentes »: PO 33, 1115; 1118. 

Cf. Augustinus, Confessiones 9, 12, 32: PL 32, 777; et 9, 11, 27: PL 32, 775; Sermones 172, 2: PL 38, 936; De cura pro mortuis gerenda 1, 3: PL 40, 593. 

(27) Cf. Clemens Alexandrinus, Lib. Quis dives salvetur 42: (s. Ioannes Apostolus, in conversione iuvenis latronis) « Exinde partim crebris orationibus Deum deprecans, partim continuatis una cum iuvene ieiuniis simul decertans, variisque denique sermonum illecebris animum eius demulcens, non prius destitit, ut aiunt, quam illum firma constantia Ecclesiae gremio admovisset ... »: CGS 17, pp. 189-190; PG 9, 651. 

(28) Cf. Tertullianus, Ad martyres 1, 6: « Quam pacem quidam in ecclesia non habentes a martyribus in carcere exorare consueveruit »: CCL 1, p. 3; PL 1, 695. 

Cf. Cyprianus, Epist. 18 (alias: 12), 1: « Occurrendum puto fratribus nostris, ut qui libellos a martyribus acceperunt ... manu eis in paenitentiam imposita veniant ad Dominum cum pace quam dari martyres litteris ad nos factis desideraverunt »: CSEL 3, pp. 523-524; PL 4, 265; cf. Id., Epist. 19 (alias: 13), 2: CSEL 3, p. 525; PL 4, 267. 

Cf. Eusebius Caesariensis, Hist. Eccl. 1, 6, 42: CGS Eus. 2, 2, 610; PG 20, 614-615. 

(29) Cf. Ambrosius, De paenitentia 1, 15: « ... velut enim operibus quibusdam totius populi purgatur, et plebis lacrimis abluitur, qui orationibus et fletibus plebis redimitur a peccato, et in homine mundatur interiore. Donavit enim Christus ecclesiae suae, ut unum per omnes redimeret, quae domini Iesu meruit adventum, ut per unum omnes redimerentur »: PL 16, 511. 

(30) Cf. Tertullianus, De paenitentia 10, 5-6: « Non potest corpus de unius membri vexatione laetum agere: condoleat universum et ad remedium conlaboret necesse est. In uno et altero ecclesia est, ecclesia vero Christus: ergo cum te ad fratrum genua protendis Christum contrectas, Christum exoras; aeque illi cum super te lacrimas agunt Christus putitur, Christus patrem deprecatur. Facile impetratur semper quod filius postulat »: CCL 1, p. 337; PL 1, 13541. 

Cf. Augustinus, Enarr. in Ps LXXXV 1: CCL 39, pp. 1176-1177; PL 37, 1082. 

(31) Cf. Act. 20, 28. Cf. etiam Concilium Tridentinum, Sessio XXIII, Decr. de sacramento ordinis, c. 4: D.-8. 1768; Concilium Vaticanum I, Sessio IV, Const. dogm. de Ecclesia Pastor aeternus, c. 3: D.-S. 3061; Concilium vaticanum II, Const. dogm. de Ecclesia Lumen gentium, n. 20: A.A.S., 57 (1965) p. 23. 

Cf. Ignatius Antiochenus, Ad Smyrnaeos 8, 1: « Separatim ab episcopo nemo quidquam faciat eorum, quae ad ecclesiam spectant ... »: Funk, Patres Apostolici 1, p. 283. 

(32) Cf. Concilium Nicaenum I, can. 12: « ... quicumque enim et metu, et lacrimis, et tolerantia, et bonis operibus conversionem et opere et habitu ostendunt, hi impleto auditionis tempore quod praefinitum est, merito orationum communionem habebunt, cum eo quod liceat etiam episcopo humanius aliquid de eis statuere ... »: Mansi, SS. Conciliorum collectio, 2, 674. 

Cf. Concilium Neocaesariense, can. 3: l. c. 540. 

Cf. Innocentius I, Epist. 2-5, 7, 10: PL 20, 559. 

Cf. Leo Magnus, Epist. 159, 6: PL 54, 1138. 

Cf. Basilius Magnus, Epist. 217 (canonica 3), 74: « Quod si unusquisque eorum qui in praedictis peccatis fuere, paenitentiam agens, bonus evaserit, is cui a Dei benignitate ligandi atque solvendi credita potestas, si clementior fiat, perspecta illius qui peccavit paenitentiae magnitudine, ad diminuendum poenarum tempus, non erit dignus condemnatione, cum ea quae est in Scripturis, historia nos doceat, eos qui cum maiore labore paenitentiam agunt, cito Dei misericordiam consequi: PG 32, 803. 

Cf. Ambrosius, De paenitentia 1, 15 (vide Supra, in nota 29). 

(33) Cf. Vincentius Lirinensis, Commonitorium primum 23: PL 50, 667-668. 

(34) Cf. Concilium Claromontanum, can. 2: « Quicumque pro sola devotione, non pro honoris vel pecuniae adeptione ad liberandam ecclesiam Dei Ierusalem profectus fuerit, iter illud pro omni paenitentia reputetur »: MANSI, 25. Conciliorum collectio 20, 816. 

(35) Cf. Bonifatius VIII, Bulla Antiquorum habet: « Antiquorum habet fida relatio, quod accedentibus ad honorabilem basilicam principis Apostolorum de Urbe concessae sunt magnae remissiones et indulgentiae peccatorum; Nos igitur ... huiusmodi remissiones et indulgentias omnes et singulas ratas et gratas habentes, ipsas auctoritate Apostolica confirmamus et approbamus ... Nos de omnipotentis Dei misericordia et eorundem Apostolorum eius meritis et auctoritate confisi, de fratrum Nostrorum consilio et Apostolicae plenitudine potestatis omnibus ... ad basilicas ipsas accedentibus reverenter, vere paenitentibus et confessis ... in huiusmodi praresenti et quolibet centesimo secuturo annis non solum plenam et largiorem, immo plenissimam omnium suorum concedemus et concedimus veniam peccatorum... » D.-S. 868. 

(36) Clemens VI, Bulla Iubilaei Unigenitus Dei Filius: D.-S. 1025, 1026 et 1027. 

(37) Cf. Leo X, Decr. Cum postquam: « ...tibi significandum duximus, Romanam Ecclesiam, quam reliquae tamquam matrem sequi tenentur, tradidisse: Romanum Pontificem, Petri clavigeri successorem et Iesu Christi in terris vicarium, potestate clavium, quarum est aperire regnum caelorum tollendo illius in Christi fidelibus impedimenta (culpam scilicet et poenam pro actualibus peccatis debitam, culpam quidem mediante sacramento paenitentiae, poenam vero temporalem pro actualibus peccatis secundum divinam iustitiam debitam mediante ecclesiastica indulgentia), posse pro rationabilibus causis concedere eisdem Christi fidelibus, qui caritate iungente membra sunt Christi, sive in hac vita sint, sive in purgatorio, indulgentias ex superabundantia meritorum Christi et Sanctorum; ac tam pro vivis quam pro defunctis Apostolica auctoritate indulgentiam concedendo, thesaurum meritorum Iesu Christi et Sanctorum dispensare, per modum absolutionis indulgentiam ipsam conterre, vel per modum suffragii illam transferre consuevisse. Ac propterea omnes, tam vivos quam defunctos, qui veraciter omnes indulgentias huiusmodi consecuti fuerint, a tanta temporali poena, secundum divinam iustitiam pro peccatis suis actualibus debita liberari, quanta concessae et acquisitae indulgentiae aequivalet »: D.-S. 1447-1448. 

(38) Cf. Paulus VI, Epist. Sacrosancta Portiunculae « Indulgentia, quam paenitentibus Ecclesia largitur, est manifestatio illius mirabilis communionis Sanctorum, quae uno caritatis Christi nexu Beatissimam Virginem Mariam et christifidelium in caelis triumphantium vel in Purgatorio degentium vel in terris peregrinantium coetum mystice devincit. Etenim indulgentia, quae tribuitur ope Ecclesiae, minuitur vel omnino aboletur poena, qua homo quodammodo impeditur, ne arctiorem cum Deo coniunctionem assequatur; quapropter paenitens fidelis praesens reperit auxilium in hac singulari caritatis ecclesialis forma, ut veterem exuat hominem novumque induat, “qui renovatur in agnitionem secundum imaginem eius qui creavit illum” (Col. 3, 10) »: A.A.S., 59 (1906) pp. 633-634. 

(39) Cf. Paulus VI, Epist cit.: « Iis vero christifidelibus, qui paenitentia ducti hanc “metanoian” adipisci nituntur, eo quod post peccatum eum sanctitatem affectant, qua primum baptismate induti sunt in Christo, obviam in Ecclesia, quae etiam largiendo indulgentias, materno quasi complexu et adiumento debiles infirmosque sustinet filios. Non est igitur indulgentia facilior via, qua necessarium peccatorum paenitentium devitare possumus, sed est potius fulcimen, quod singuli fideles, infirmitatis suae cum humilitate nequaquam inscii, inveniunt in mystico Christi corpore, quod totum “eorum conversioni caritate, exemplo, precibus adlaborat” (Const. dogm. de Ecclesia Lumen gentium, n. 11) »: A.A.S., 58 (1966) p. 632. 

(40) Clemens VI, Bulla Iubilaei Unigenitus Dei Filius: D.-S. 1026. 

Clemens VI, Epist. Super quibusdam: D.-8. 1059. 

Martinus V, Bulla Inter cunctas: D.-S. 1266. 

Sixtus IV, Bulla Salvator noster: D.-8. 1398. 

Sixtus IV, Epist. encycl. Romani Pontificis provida: « Nos scandalis et erroribus huiusmodi ... obviare volentes per Brevia Nostra ad ... praelatos scripsimus, ut Christi fidelibus declarent, ipsam plenam indulgentiam pro animabus exsistentibus in purgatorio per modum suffragii per Nos fuisse concessam, non ut per indulgentiam praedictam Christi fideles ipsi a piis et bonis operibus revocarentur, sed ut illa in modum suffragii animarum saluti prodesset; perindeque ea indulgentia proficeret, acsi devotae orationes piaeque eleemosynae pro earundem animarum salute dicerentur et offerentur ... non quod intenderemus, prout nec intendimus, neque etlam inferre vellemus, indulgentiam non plus proficere aut valere quam eleemosynae et orationes, aut eleemosynas et orationes tantum proficere tantumque valere quantum indulgentia per modum suffragii, cum sciamus orationes et eleemosynas et indulgentiam per modum suffragii longe distare; sed eam “perinde” valere diximus, id est, per eum modum, “ac si” id est per quem orationes et eleemosynae valent. Et quoniam oratlones et eleemosynae valent tamquam suffragia animabus impensa, Nos, quibus plenitudo potestatis ex alto est attributa, de thesauro universalis Ecclesiae, qui ex Christi Sanctorumque eius meritis constat, Nobis commisso, auxilium et suffragium animabus purgutorii afferre cupientes supradictam concessimus indulgentiam ... »: D.-S. 1405-1406. 

Leo X, Bulla Exsurge Domine: D.-S. 1467-1472. 

Pius VI, Const. Auctorem fidei, prop. 40: « Propositio asserens, “indulgentiam secundum suam praecisam notionem aliud non esse quam remississionem partis eius paenitentiae, quae per canones statuta erat peccanti”; quasi indulgentia praeter nudam remissionem poenae canonicae non etiam valeat ad remissionem poenae temporalis pro peccatis actualibus debitae apud divinam iustitiam: — falsa, temeraria, Christi meritis iniuriosa, dudum in art. 19 Lutheri damnata »: D.-S. 2640. Ibid., prop. 41: « Item in eo, quod subditur, “scholasticos suis subtilitatibus inflatos invexisse thesaurum male intellectum meritorum Christi et Sanctorum, et clarae notioni absolutionis a poena canonica substituisse confusam et falsam applicationis meritorum” quasi thesauri Ecclesiae, unde Papa dat indulgentias, non sint merita Christi et Sanctorum: — falsa, temeraria, Christi et Sanctorum meritis iniuriosa, dudum in art. 17 Lutheri damnata »: D.-S. 2041. Ibid., prop. 42: « Item in eo, quod superaddit, “luctuosius adhuc esse, quod chimaerea isthaec applicatio transferri volita sit in defunctos”: — falsa, temeraria, piarum aurium offensiva, in Romanos Pontifices et in praxim et sensum universalis Ecclesiae iniuriosa, inducens in errorem haereticali nota in Petro de Osma confixum, iterum damnatum in art. 22 Lutheri »: D.-S. 2642. 

Pius XI, Indictio Anni Sancti extra ordinem Quod nuper: « ...plenissimam totius poenae, quam pro peccatis luere debent, indulgentiam misericorditer in Domino concedimus atque impertimus, obtenta prius ab iisdem admissorum cuiusque suorum remissione ac venia »: A.A.S., 25 (1933) p. 8. 

Pius XII, Indictio universalis Iubilaei Iubilaeum maximum: « Hoc igitur piacularis anni decursu, omnibus christifidelibus, qui rite per Paenitentiae Sacramentum expiati et sacra Synaxi refecti, ... Basilicas ... pie inviserint, atque ... preces ... recitaverint, plenissimam totius poenae, quam pro peccatis luere debent, indulgentiam ac veniam misericorditer in Domino concedimus atque impertimus »: A.A.S., 41 (1949), pp. 258-259. 

(41) Cf. Concilium Lateranense IV, cap. 62: D.-S. 819. 

(42) Cf. Concilium Tridentinum, Decretum de indulgentiis: D.-S. 1835. 

(43) Cf. ibid. 

(44) Ier. 2, 19. 

(45) Cf. Eph. 5, 27. 

(46) Eph. 4, 13. 

(47) Cf. Thomas, In 4 Sent. dist. 20, q. 1, a. 3, q. 1a 2, ad 2 (S. Th. Suppl. q. 25, a. 2, ad 2): « ...quamvis huiusmodi indulgentiae multum valeant ad remissionem poenae, tamen alia opera satisfactionis sunt magis meritoria respectu praemii essentialis; quod in infinitum melius est quam dimissio poenae temporalis ».   

***

Indices 

A. PRECES 

Actiones nostras (conc. 26 § 2)
Adoro te devote (conc. 7 § 2, 2°)
Adsumus (conc. 26 § 2) 
Ad te, beate Ioseph (conc. 19)
Agimus tibi gratias (conc. 26 § 2)
Akathistos (conc. 23 § 1)
Angele Dei (conc. 18)
Angelus Domini (conc. 17 § 2, 2°)
Anima Christi (conc. 8 § 2, 2°)
Benedic, Domine (conc. 26 § 2)
Confiteor (conc. 9, 2°)
Credo in Deum (conc. 28 § 2, 3°)
De profundis (conc. 9, 2°)
Domine, Deus omnipotens (conc. 26 § 2)
En ego, o bone et dulcissime Iesu (conc. 8 § 1, 2°; § 2, 2°)
Exaudi nos (conc. 26 § 2)
Iesu dulcissime (conc. 3)
Iesu dulcissime, Redemptor (conc. 2)
Intercessiones pro defunctis ex Liturgia S. Iacobi (ex. trad. Syro-Ant.) (conc. 23 § 2)
Laudes Officii defunctorum (conc. 29 § 2, 2°)
Litaniae (conc. 22, 2°)
Magnificat (conc. 17 § 2, 1°)
Maria, Mater gratiae (conc. 17 § 2, 3°)
Memorare, o piissima Virgo Maria (conc. 17 § 2, 3°)
Miserere (conc. 9, 2°)
Novendiales preces (conc. 22, 1°)
Officia parva (conc. 22, 3°)
Omnipotens et misericors Deus (conc. 11 § 2)
Oratio ad glorificandam Dei Matrem Mariam (ex trad. Copt.) (conc. 23 § 2)
Oratio ad thurificationem (ex trad. Copt.) (conc. 23 § 2)
Oratio « Lakhu Mara » seu « Ad te Domine » (ex trad. Chald.) (conc. 23 § 2)
Oratio post expletam Liturgiam (ex trad. Maron.) (conc. 23 § 2)
Oratio pro adipiscenda sequela Christi (ex trad. Aethio.) (conc. 23 § 2)
Oratio pro defunctis (ex trad. Byz.) (conc. 23 § 2)
Oratio pro Ecclesia (ex trad. Maron.) (conc. 23 § 2)
Oratio pro gratiarum actione (ex trad. Arm.) (conc. 23 § 2)
Oratio pro remissione peccatorum (ex trad. Aethio.) (conc. 23 § 2)
Oratio vespertina (ex trad. Byz.) (conc. 23 § 2)
Oremus pro Pontifice (conc. 25, 1°)
O sacrum convivium (conc. 7 § 2, 2°)
Paraclisis (conc. 23 § 1)
Psalmi graduales (conc. 9, 2°)
Psalmi paenitentiales (conc. 9, 2°)
Regina caeli (conc. 17 § 2, 2°)
Requiem aeternam (conc. 29 § 2, 2°)
Retribuere dignare, Domine (conc. 24)
Rosarium mariale (conc. 17 § 1)
Salve, Regina (conc. 17 § 2, 3°)
Sancta Maria, succurre miseris (conc. 17 § 2, 3°) 
Sancti Apostoli Petre et Paule (conc. 20)
Sub tuum praesidium (conc. 17 § 2, 3°)
Tantum ergo (conc. 7 § 1, 2°; § 2, 2°)
Te Deum (conc. 26 § 1, 2°; § 2)
Veni, Creator (conc. 26 § 1, 1°; § 2)
Veni, Sancte Spiritus (conc. 26 § 2)
Vesperae Officii defunctorum (conc. 29 § 2, 2°)
Visita, quaesumus, Domine (conc. 26 § 2)

B. INDULGENTIAE PLENARIAE 

1. Indulgentiae plenariae cotidie lucrabiles 

Akathistos vel Paraclisis (conc. 23 § 1)
Eucharistica adoratio, per dimidiam saltem horam (conc. 7 § 1, 1°)
Pium exercitium Viae Crucis (conc. 13, 2°)
Rosarium mariale (conc. 17 § 1)
Sacrae Scripturae lectio vel auditio, per dimidiam saltem horam (conc. 30)
Visitatio in forma peregrinationis ad Patriarchales Basilicas in Urbe (conc. 33 § 1, 1°)

2. Indulgentiae plenariae in determinatis diebus concessae 

Die 1 ianuarii (conc. 26 § 1, 1°)
Hebdomada pro Christianorum unitate (conc. 11 § 1)
Qualibet feria VI temporis Quadragesimae (conc. 8 § 1, 2°)
Feria V Hebdomadae Sanctae (conc. 7 § 1, 2°)
Feria VI Hebdomadae Sanctae (conc. 13, 1°)
Sabbato Hebdomadae Sanctae (conc. 28 § 1)
In sollemnitate Pentecostes (conc. 26 § 1, 1°)
In sollemnitate Corporis et Sanguinis Christi (conc. 7 § 1, 3°)
In sollemnitate Sacr.mi Cordis Iesu (conc. 3)
In sollemnitate Ss. Apost. Petri et Pauli (conc. 14 § 1; 33 § 1, 2°, 3°)
Die 2 augusti (conc. 33 § 1, 2°, 3°, 5°)
Singulis diebus a die 1 usque ad diem 8 novembris (conc. 29 § 1, 1°)
Die Commemorationis omnium fidelium defunctorum (conc. 29 § 1, 2°)
In sollemnitate Christi Regis (conc. 2)
Die 31 decembris (conc. 26 § 1, 2°)

3. Indulgentiae plenariae pro peculiaribus circumstantiis concessae 

Benedictio papalis (conc. 4)
Die ad aliquem religiosum finem celebrandum universaliter dicata (conc. 5)
Die anniversario proprii Baptismatis (conc. 28 § 1)
Die consecrationis familiae (conc. 1)
Die dedicationis ecclesiae vel altaris (conc. 33 § 1, 6°)
Die designato pro stationali ecclesia (conc. 33 § 2)
Eucharisticus conventus (conc. 7 § 1, 4°)
Eucharistica processio (conc. 7 § 1, 3°)
Exercitia spiritalia (conc. 10 § 1)
In articulo mortis (conc. 12)
In liturgica celebratione Fundatoris Institutorum vitae consecratae et Societatum vitae apostolicae (conc. 33 § 1, 7°)
In sollemnitate Titularis basilicae minoris, ecclesiae cathedralis, sanctuarii, ecclesiae paroecialis (conc. 33 § 1, 2°-5°)
Iubilares Ordinationum celebrationes (conc. 27 § 2)
Peregrinatio (concess. 33 § 1, 1°, 4°)
Prima Communio (conc. 8 § 1, 1°)
Prima Missa (conc. 27 § 1) 
Sacrae Missiones (conc. 16 § 1)
Semel in anno, die libere eligendo (conc. 33 § 1, 2°, 4°)
Synodus dioecesana (conc. 31)
Visitatio pastoralis (conc. 32)  

C. INDEX GENERALIS 

Decretum « Iesu humani generis »
Abbreviationes et sigla
Praenotanda
Normae de indulgentiis
Quattuor concessiones generaliores 
Proœmium

Prima concessio 
Secunda concessio
Tertia concessio
Quarta concessio 
Aliae concessiones 
Proemium

1. Actus consecrationis familiarum
2. Actus dedicationis humani generis Iesu Christo Regi
Iesu dulcissime, Redemptor
3. Actus reparationis
Iesu dulcissime
  
4. Benedictio papalis
5. Dies ad aliquem religiosum finem universaliter dicatae
6. Doctrina christiana
7. Eucharistica adoratio et processio
§ 1 1° Eucharistica adoratio per dimidiam saltem horam
2° Feria V hebdomadae sanctae
3° Eucharistica processio
4° Eucharisticus conventus
§ 2 1° Eucharistica adoratio
2° Preces: Adoro te devoteO sacrum conviviumTantum ergo  
8. Eucharistica et spiritalis communio
§ 1 1° Prima communio
2° Qualibet feria VI temporis quadragesimae
§ 2 1° Spiritalis communionis actus
2° Gratiarum actio post communionem
Anima Christi
En ego, o bone et dulcissime Iesu
9. Examen conscientiae et actus contritionis
1° Examen conscientiae
2° Actus contritionis
 ConfiteorPs De profundisPs MisererePs gradualesPs paenitentiales
10. Exercitia spiritalia et recollectio menstrua  
§ 1 Exercitia spiritalia
§ 2 Recollectio menstrua
11. Hebdomada pro christianorum unitate
§ 1 Participatio
§ 2 Prex: Omnipotens et misericors Deus
12. In articulo mortis
§ 1 Si sacerdos aderit
§ 2 Si sacerdos aberit
§ 3 Laudabiliter adhibetur crucifixus vel crux
§ 4 Etiamsi eodem die alia indulgentia plenaria iam obtenta erit
§ 5 Circa hoc fideles instruendi sunt
13. In memoria Passionis et Mortis Domini
1° Sollemnis adoratio crucis
2° Via crucis
14. Obiectorum pietatis usus
§ 1 A Summo Pontifice aut ab Episcopo be  nedictorum
§ 2 A sacerdote vel diacono benedictorum
15. Oratio mentalis
16. Praedicationis sacrae participatio
§ 1 Sacrae Missiones
§ 2 Sacrae praedicationes
17. Preces ad Beatissimam Virginem Mariam
§ 1 Rosarium mariale
1° Pia recitatio in variis adiunctis
2° Dum recitatio Summi Pontificis ope instrumenti televisifici vel radiophonici propagatur
§ 2 1° Canticum Magnificat
2° Angelus Domini vel Regina caeli
3° Preces: Maria, Mater gratiaeMemorare, o piissima Virgo MariaSalve, ReginaSancta Maria, succurre miserisSub tuum praesidium  
18. Preces ad custodem Angelum
Angele Dei
19. Preces in honorem S. Ioseph
Ad te, beate Ioseph
  
20. Preces in honorem Ss. Apostolorum Petri et Pauli
Sancti Apostoli Petre et Paule
21. Preces in honorem aliorum Sanctorum necnon Beatorum
§ 1 Die memorali
§ 2 In honorem novorum sanctorum vel beatorum
22. Preces novendiales, litaniae et parva officia
1° Exercitia novendialia
Ante sollemnitatem Nativitatis Domini
Ante sollemnitatem Pentecostes
Ante sollemnitatem Immaculatae Conceptionis B.M.V
2° Litaniae
Ss.mi Nominis Iesu
Sacr.mi Cordis IesuPretiosissimi Sanguinis D.N.I.C.B. Mariae. V.S. IosephSanctorum 
3° Parva officia
Passionis D.N.I.C.
Sacr.mi Cordis IesuB. Mariae V.Immaculatae ConceptionisS. Ioseph 
23. Preces Orientalium Ecclesiarum  
§ 1 Akathistos vel Paraclisis
§ 2 Preces:
Oratio pro gratiarum actione
Oratio vespertinaOratio pro defunctisOratio SanctuariiOratio « Lakhu Mara »Oratio ad thurificationemOratio ad glorificandam Dei Matrem MariamOratio pro remissione peccatorumOratio pro adipiscenda sequela ChristiOratio pro EcclesiaOratio post expletam LiturgiamIntercessiones pro defunctis ex Liturgia S. Iacobi 
24. Preces pro benefactoribus
Retribuere dignare, Domine
25. Preces pro pastoribus
1° Pro Summo Pontifice
Oremus pro Pontifice
  
2° Pro Episcopo eparchiali vel dioecesano 
26. Preces supplicationis et gratiarum actionis  
§ 1 1° Publica recitatio hymni Veni, Creator
2° Publica recitatio hymni Te Deum  
§ 2 1° Ineunte et declinante die
2° In incipiendo et explendo proprio officio
3° Ante et post refectionem
Preces:
Actiones nostra
AdsumusAgimus Tibi gratiasBenedic, DomineDomine, Deus omnipotensExaudi nosTe DeumVeni, CreatorVeni, Sante SpiritusVisita, quaesumus, Domine 
27. Prima sacerdotum Missa et iubilares Ordinationum celebrationes
§ 1 Prima sacerdotum Missa  
1° Pro sacerdote
2° Pro Missae assistentibus
§ 2 Iubilares Ordinationum celebrationes
1° Pro sacerdote iubilari
2° Pro episcopo iubilari
3° Pro Missae assistentibus
28. Professio Fidei et actus virtutum theologalium
§ 1 Renovatio votorum baptismalium in celebratione Vigiliae Paschalis vel die anniversario proprii baptismatis
§ 2 1° Renovatio votorum baptismalium
2° Signum Crucis
3° Credo
4° Actus Fidei, Spei et Caritatis
29. Pro fidelibus defunctis
§ 1 1° Pia visitatio coemeterii (diebus 1-8 novembris)
2° Pia visitatio ecclesiae vel oratorii (die 2 novembris)
§ 2 1° Pia visitatio coemeterii  
2° Preces: Laudes vel Vesperae Officii defunctorum – Invocatio Requiem aeternam
30. Sacrae Scripturae lectio
§ 1 Sacrae Scripturae lectio
§ 2 Sacrae Scripturae auditio
31. Synodus dioecesana
32. Visitatio pastoralis
33. Visitationes locorum sacrorum
§ 1 1° Patriarchalis basilicae in Urbe
2° Basilicae minoris
3° Ecclesiae cathedralis
4° Sanctuarii
5° Ecclesiae paroecialis
6° Ecclesiae vel altaris, ipso dedicationis die
7° Ecclesiae vel oratorii Institutorum vitae consecratae vel Societatum vitae apostolicae, die eorum Fundatoris sacro
§ 2 Stationalis ecclesiae
§ 3 Catacumbae christianae
Appendix
Piae invocationes
Documentum
Constitutio apostolica Indulgentiarum doctrina
dices  

***

- Prima editio, mense iunio 1968
- Secunda editio, mense octobri 1968
- Tertia editio, mense maio 1986
- Quarta editio, mense iulio 1999  

Copyright by Libreria Editrice Vaticana, 1999
















































































































































































































































































































































































































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Enchiridion de 1986, versión española oficial de 1995, Norma nn, concesión nº n,

Enchiridion Indulgentiarum de 1999, Norma nn, concesión nº n, §

Textos......INDEX.

Enchiridion Indulgentiarum de 1999 en latín y castellano

Manual de Indulgencias 1986 1995 [versión oficial en castellano]

Manual de Indulgencias 1986 1995 editado

latín 1999 Enchiridion indulgentiarum quarto editur

Enchiridion indulgentiarum 1999 en español

Manual oficial en francés subrayado Enchiridion des indulgences 1999 2000

latín fran ENCHIRIDION INDULGENTIARUM quarto editur 1999

Indulgencias 2020

17 enero 2020

Aviso de indulgencias

El don de la indulgencia [indicaciones oficiales sobre las normas]

Constitución apostólica Indulgentiarum Doctrina de 1967 del Papa San Pablo VI sobre la revisión de las indulgencias

(Decreto perpetuo de 2002 por el que se concede Indulgencia plenaria el domingo de la Misericordia divina)
http://www.vatican.va/roman_curia/tribunals/apost_penit/documents/rc_trib_appen_doc_20020629_decree-ii_sp.html
http://www.vatican.va/roman_curia/tribunals/apost_penit/documents/rc_trib_appen_doc_20020629_decree-ii_lt.html