....Textos.....Artículos.....INDEX
No te desvíes a la derecha, ni a la izquierda, ni al centro
«No te desvíes a derecha ni a
izquierda, aparta tus pasos de la maldad; pues el Señor conoce
los caminos que están a la derecha, mas los que están a
siniestra son perversos. Pero Él mismo dirigirá tu carrera y
guiará tus rutas en la paz».
(Prov 4, 27. Versión griega de los LXX y Vulgata latina).
--------------
«No te desvíes a derecha ni a izquierda, aparta tus pasos de la maldad» (Pr 4, 27. Versión de la CEE, oficial en la Iglesia en España).
En la versión de la Biblia de los LXX y en la Vulgata, este versículo lleva una adición y dice así:
«No te desvíes a derecha ni a izquierda, aparta tus pasos de la maldad; pues el Señor conoce los caminos que están a la derecha, mas los que están a siniestra son perversos. Pero Él mismo dirigirá tu carrera y guiará tus rutas en la paz» (Cf. Biblia Bover-Cantera, texto Prov 4, 27, pág. 1063; y nota, pág. 1.105, ed 1947; y cfr. Biblia Cantera-Pabón, nota a Prov 4, 27, págs. 599-600, ed. 1967).
«No te desvíes ni hacia la derecha ni hacia la izquierda, y aparta tu pie de la mala senda. Porque el Señor conoce los caminos que hay a la derecha, pero los que están hacia la izquierda son torcidos. El hará rectas tus sendas Y hará seguir en paz tus caminos» (Pr 4, 27, Versión de los LXX).
«Ne declines ad dexteram neque ad sinistram; avertem pedem tuum a malo: vias enim quae ad dextris sunt novit Dominus: perversae vero sunt quae a sinistris sunt. Ipse autem rectos faciet cursus tuos, itinera autem tua in pace producet» (Pr 4, 27. Vulgata Clementina).
Traducción propia:
«No te desvíes ni a la diestra ni a la siniestra; aparta tu pie del mal; porque los caminos que están a la derecha el Señor los conoce, y los que están a la siniestra son perversos. Mas Él hará correcta tu ruta, y que tengas buen viaje». (Pr 4, 26-27. Vulgata Clementina).
San Agustín explica así la versión alargada de este versículo:
"Hemos de entender que se desvía hacia la derecha quien quiere asignarse a sí mismo, y no a Dios, las mismas obras buenas que pertenecen a los caminos que hay a la derecha".
"Por eso añadió a continuación: «El hará rectas tus sendas y hará seguir en paz tus caminos».
"Cuando te manda: «Haz rectos los senderos para tus pies y dirige tus caminos», entiéndelo de modo que sepas que, cuando así lo haces, Dios te otorga el que lo hagas. Así no te desviarás a la derecha, aunque vayas por los caminos que hay a la derecha, porque no confiarás en tu virtud, y tu virtud será justamente aquel que «hará rectas tus sendas y hará seguir en paz tus caminos»".
(San Agustín, Epistulae a los monjes del abad Valentín, 215, 5).«Pero no conoce el Señor los caminos de la izquierda, los torcidos, esto es, los caminos de los impíos, porque no los hizo Él para el hombre, sino que el hombre se los hizo para sí».
(San Agustín, Epistulae a los monjes del abad Valentín, 215, 6).«Dicen: Hagamos el mal para que venga el bien, ésos se desvían hacia la izquierda».
«No defendáis el libre albedrío de manera que le atribuyáis las buenas obras sin la ayuda de la gracia divina; pero tampoco defendáis la gracia de manera que, como si ya estuvieseis seguros de ella, améis las malas obras. Que la gracia de Dios os libre de tal cosa».
(San Agustín, Epistulae a los monjes del abad Valentín, 215, 8).
«Irse a la derecha es engañarse a sí mismo teniéndose por inmaculado; irse a la izquierda es, con no sé qué perversa y criminal seguridad, entregarse a toda clase de crímenes, como si no hubiera ningún castigo» (San Agustín, De peccatorum meritis et remissione et de baptismo parvulorum, II, 5, 5.).
«Los caminos que están a la derecha los conoce el Señor, pues sólo Él está sin pecado y puede borrar nuestros delitos. Los caminos de la izquierda son malvados y como tales pueden considerarse las codicias pecaminosas».
«A este propósito nos ofrecen una figura del Nuevo Testamento aquellos jóvenes de veinte años de quienes se dice que entraron en la tierra prometida (Num 14, 29 ss.) sin torcerse a la derecha ni a la izquierda (Jos 23, 6)».
«Sin torcerse a la derecha con una soberbia presunción de su propia justicia, ni a la izquierda con una complacencia segura en el pecado, entrará en la tierra de promisión. Allí no imploraremos ya el perdón de los pecados ni temeremos su castigo, porque viviremos libres por la gracia del Redentor, el cual, sin ser esclavo de pecado, redimió a Israel de todas sus iniquidades, ora de las cometidas con la vida propia, ora de las contraídas por el origen».
(San Agustín, De peccatorum meritis et remissione et de baptismo parvulorum, II, 35, 57)."Ésta fue la orden que di a vuestros padres: «Escuchad mi voz.
Yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo; caminad por el camino que os mando, para que os vaya bien».
Pero no escucharon ni prestaron oído, caminaban según sus ideas, según la maldad de su corazón obstinado, me daban la espalda y no la frente" (Jer 7, 23-24).
Explicación propia añadida a las de san Agustín, que se asumen totalmente y se prolongan:
Los caminos de la izquierda son contrarios o ajenos a la naturaleza de las cosas y de las personas de los hombres (varones y mujeres). Incluso hay quienes, para justificar que siguen esos caminos, pretenden que no hay naturaleza. Porque vivir y obrar correctamente, es decir, conforme a la ley natural (que es el conjunto de normas cognoscibles por los hombres, varones y mujeres, con la luz de su razón natural) es vivir y obrar conforme a la propia naturaleza humana, que, por cierto, no nos la hemos dado nosotros mismos, sino que nos ha sido dada por el Autor de dicha naturaleza y Promulgador de la ley natural, por consiguiente. Y estas personas que, para seguir esos caminos contrarios o ajenos a la naturaleza de las cosas y de las personas de los hombres (varones y mujeres), pretenden que no hay naturaleza, están construyendo así la ideología de género, mediante la que, con tal de autofundamentar su propio poder decisorio no sólo pretenden excluir a base de avestrucismo la ley de Dios natural y revelada, sino la naturaleza, y su propia categoría y dignidad de personas, tanto en su modalidad varonil, como en la femenil.
Está claro que los caminos de la izquierda son perversos, seguirlos es una aberración. Es una desviación. Y hay personas que no sólo piensan que son antinaturales e irracionales, sino a las que les producen repulsión esas normas, actividades y prácticas contrarias o ajenas a la naturaleza de las cosas y de las personas de los hombres (varones y mujeres).
Desde hace unas décadas se ha ido extendiendo una ideología y una práctica política antinatural, perversa, y que repugna a los que no se han desviado de lo natural, de lo humano. Y está cundiendo posteriormente un derechismo cimentado no en Dios y en su Iglesia, sino en la repugnancia natural a lo inhumano. Está Milei y los que Milei enumeró en enero de 2025 en el foro de Davos, en la misma meca de lo perverso instalado en la alta finanza mundial.
Milei dice en Davos 2025 que ese foro es promotor de la agenda siniestra que destruye Occidente y que la ideología woke es la gran epidemia de nuestra época que debe ser curada
Pero sus ideas y su política, como las de sus homólogos internacionales de la llamada "extrema derecha", a los que Milei cita, provocadas por el horror de las aberraciones izquierdistas, pero sin cimentarse en Dios y en su Iglesia, no solucionarán nada, sino que servirán a los del foro para enrolar también a quienes sienten ese horror, en el barco que lleva a vivir como si Dios no existiera. (LEER UN EXTRACTO)."El presidente argentino asegura que no se siente solo en su tarea de combatir la ideología imperante en Davos, pues «a lo largo de este año he podido encontrar compañeros en esta pelea por las ideas de la libertad en todos los rincones del planeta. Desde el maravilloso Elon Musk hasta la feroz dama italiana, mi querida amiga, Giorgia Meloni; desde Bukele en El Salvador hasta Víctor Orbán en Hungría; desde Benjamín Netanyahu en Israel, hasta Donald Trump en Estados Unidos. Lentamente se ha ido formando una alianza internacional de todas aquellas naciones que queremos ser libres y que creemos en las ideas de la libertad»". (Infocatólica, 23.01.2025).
[Notemos que Milei no incluye a la hija de Le Pen, que admite y asume el homosexualismo].
Los izquierdistas les llaman a estos "la ultraderecha".
Pero lo nuestro es seguir la voluntad de Dios, vivir según Dios, unidos a Dios; hacer lo que Dios quiere, porque es lo que Dios quiere; no hacer lo que Dios quiere, porque es lo que nosotros apetecemos.
Es una desviación seguir los caminos de la derecha por apetencia propia, como una opción personal, por repugnancia natural a lo inhumano, a lo antinatural, y no porque Dios quiere que sigamos los caminos que son conformes con lo que Él quiere.
Lo nuestro es hacer lo que Dios quiere, porque Él lo quiere, como Él lo quiere y cuando Él lo quiere. En una palabra vivir y obrar según Dios formalmente y no sólo materialmente. No sólo es tener los mandamientos de la ley natural, sino seguirlos como hijos de Dios por su gracia redentora, regeneradora, por amor de Dios, por el amor de Dios infundido en nuestros corazones con el Espíritu Santo que nos ha sido dado (cfr. Rm 5,5), por la caridad, hábito infuso en nuestras almas por el Espíritu Santo que nos hace obedecerle a Dios, hacer su voluntad (Santo Tomás de Aquino: Suma Teológica, 2a-2ae, q. 24, a. 12c).
La desviación por la derecha es, no sólo desear hacer lo que Dios quiere apoyados en "nuestras" fuerzas naturales y no en Dios, sino desear obrar y vivir conforme a nuestra naturaleza, porque nosotros así lo hemos decidido, porque es nuestra opción, porque "es lo que nos pide el cuerpo", "lo que nos sale de dentro". Esto ya es una deviación esencial hacia el antropocentrismo e inmanentismo; es decir a obrar y vivir según nuestro propio yo, que es lo que quiere Satanás que hagamos, como explica precisamente san Agustín (La Ciudad de Dios, libro XIV, cap. 3. BAC, 1958, pág. 927; y cap. 4, págs. 927-928). Es por consiguiente, captar a los de temperamento derechista para el sometimiento al imperio de Satanás; y además, por este camino, poniendo en nosotros mismos la guía directriz y decisoria, el centro absoluto de acción y de decisión, podemos llegar a concesiones, pactos y componendas, que incluyan algunas perversidades, como la impunidad del aborto en algunos supuestos, etc., etc.
No te desvíes al centro, que también es perverso
La desviación al centro es la que incluye, por parte de los que son derechistas sólo materialmente, varios de esos etcéteras perversos. Y hay tambien centristas a los que les repugna lo izquierdista, pero se sitúan como antiderechistas por un esnobismo ridículo en su narcisismo; y al final perverso también. Y para demostrarlo y demostrárselo se hacen medioizquierdistas. "Se tragan el sapo cada día". [Las veces que se ofrezca, se preste y se regale, cada día]. Los malminoristas, hacen de la hipótesis, tesis y por ahí llegan y hacen llegar a las mayores aberraciones. Con anestesia. Han convertido la doctrina del mal menor en una estructura de pecado. Han contribuido, los que más, a la descristianización de las naciones de Occidente y encima se quejan de que no se les reconozca y remunere con los elogios que mendigan.
El centro forma parte de lo perverso vergonzantemente y con retraso.
Repito: lo nuestro es hacer lo que Dios quiere, porque Él lo quiere, como Él lo quiere y cuando Él lo quiere. En una palabra, vivir y obrar según Dios, movidos por Su Gracia, formalmente y no sólo materialmente.
Dios no gana nada con que nosoros hagamos su voluntad y vivamos según ella. Él ya lo tiene todo. No obstante, ocurren las siguientes cosas:
Por una parte ocurre que Dios no puede permitir que haya una voluntad suprema que no sea la suya, no va a aceptar un ser supremo por encima de Él, un ser supremo que no sea Él; siendo así que todos los demás seres son creados por Él y además por pura misericordia, por puro amor misericordioso, que es infinito. Dios no puede dejar de ser Dios y no va a dejar de ser Dios. Por consiguiente, Dios no va a permitir que nadie, que ningún otro ser, obre y viva según ningún otro ser que no sea Dios. Y lo que ha hecho Dios con nosotros los hombres, varones y mujeres, es redimirnos, obrar nuestra redención, asumiendo una naturaleza humana la segunda persona de la santísima Trinidad, el Verbo de Dios, el Hijo, para ser obediente hasta la muerte en medio de los más atroces padecimientos. Y lo que además hace Dios es darnos la gracia, la operante y la cooperante; la creada y la Increada, el Espíritu Santo, para que podamos obrar y vivir, y para que obremos y vivamos, según Dios, según su voluntad.
Por otra parte, somos nosotros los que salimos ganando si obramos y vivimos conforme a la voluntad de Dios, a causa de que ese es nuestro bien. Y ocurre que, al darnos cuenta de ello por la gracia, principalmente por la acción del Espíritu Santo, nos sobrevenga el deseo de vivir y obrar según Dios, porque es un bien apetecible para nosotros. Y eso es la esperanza, la virtud teologal por la que anhelamos a Dios en nuestra alma, porque ese es nuestro bien y lo apetecemos; y por la que tenemos la seguridad de que Dios se nos va a dar y nos va a dar ese supremamente apetecible bien nuestro de que obremos y vivamos según Dios.
Mas por otra parte, ocurre que Nuestro Señor Jesucristo, el Verbo hecho carne, ha asumido una naturaleza humana para siempre. Sin dejar de ser Dios, sigue siendo hombre después de su muerte y de su resurrección, y nos ha amado y nos ama con corazón de hombre, como recuerda el Concilio Vaticano II, y por consiguiente, aunque como Dios no gana nada con que le obedezcamos, como es hombre, se muere de ganas de que tengamos ese supremo bien nuestro que es que vivamos y obremos según su voluntad, obedeciéndole, cumpliendo sus mandamientos. Lo expresa diciendo: "tengo sed". Es decir que desea con un ansia tan perentoria como la de calmar la sed, que no nos perdamos ese bien nuestro por el que se dejó matar, derramando toda su sangre, lo cual le causaba en la cruz una sed física insoportable. Y tiene dicho que nos suplica algún retorno de amor hasta el extemo de que, para conseguirlo, aún padecería más por nosotros si fuera posible. Y ese retorno de amor es que consigamos nuestro bien de vivir y obrar según Dios y no según nosotros mismos, que es lo que quiere Satanás que hagamos. Por lo que no vivir y obrar según Dios, sino según nosotros mismos, es hacer lo que quiere Satanás, es vivir sometidos al imperio de Satanás.
Además está claro que Dios puede forzarnos, a nosotros los hombres, varones y mujeres, a vivir y obrar según su voluntad; y también está claro que no lo hace, ni lo va a hacer. De igual modo que podría destruir nuestra existencia, pero no lo hace, ni lo va a hacer. Lo que hace es hacernos saber que quiere nuestro amor; nuestra obediencia; que ese es nuestro bien; que es de justicia; que es imposible que pueda consentir que otro pretenda ser más que Dios; que no nos va a dejar sometidos al imperio de Satanás, que nos va a liberar Él, porque sabe perfectamente que nosotros, con nuestras propias fuerzas, no podemos liberarnos y vivir en obediencia a Dios; que vendrá el Reino de Dios; que esa es la buena noticia, el Evangelio; que Nuestro Señor Jesús, el Verbo hecho carne, reinará, por el infinito amor misericordioso que nos tiene, como lo tiene reiteradísimamente prometido y anunciado, también por el amor infinitamente misericordioso que nos tiene: que reinará a pesar de sus enemigos y de los que a ello quieran oponerse; que establecerá su reino y su reinado sobre las ruinas del imperio de Satanás, como, no en vano, nos enseñó a pedir: venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra, como en el cielo; en la tierra, sí, intrahistóricamente, y después en la eternidad; en todas las almas y en todas las naciones, con sinodalidad, sí, en nosotros, no sólo pedirlo para uno mismo.
Por consiguiente, tenemos un motivo adicional, para pedir y desear el Reino de Dios, que Jesús, el Verbo hecho carne, anunció y trajo incoadamente e incipientemente en su primera venida y traerá plenamente a su vuelta; y es que, además de que es nuestro gustoso y deseable bien, Dios quiere nuestra voluntad; no nos la va a quitar, nos la ha dado para siempre al hacernos personas, pero la quiere; y el Verbo hecho carne la requiere perentoriamente, porque es nuestro máximo bien dársela -¡eso es amarnos y desearnos!-; y nosotros al saberlo, al saber a Jesús necesitado, y no sólo en la persona de los menesterosos, sino en la suya, mucho más en la suya, tenemos otro motivo que Él nos da para quererle y para correr a socorrerle, porque el amor ha sido infundido en nuestros corazones con el Espíritu Santo que nos ha sido dado. Y nosotros, que no podemos con nuestras escasas fuerzas amarle, debemos ofrecernos a Jesús, el Verbo hecho carne, como víctimas de Su amor y de Su reinado, pidiéndole confiadamente para serlo que nos infunda al Espíritu Santo.
------------------------------
Segundo post de Netanyahu contra el Deep State en horas
Trump contra el Deep state [the military-industrial complex]
EEUU en la encrucijada del Deep State [the military-industrial complex]..
-------------------------------
Vivir y obrar según uno mismo es lo que quiere Satanás que hagamos. Es vivir sometidos al imperio de Satanás.
Tenemos prometida nuestra liberación por Jesús, el Verbo hecho carne, por el amor infinitamente misericordioso que nos tiene, en la que es la mayor de sus promesas:
"Reinaré a pesar de mis enemigos y de los que a ello se quieran oponer. Reinaré sobre las ruinas del imperio de Satanás", dice el Señor.
--------------------------------------
Aceptar el reinado de Jesús es ser víctima de su amor..
Para poder un día
contemplarte en tu gloria,
lo sé, debo aceptar el fuego del dolor;
por eso he escogido para mi purgatorio
tu amor consumidor, ¡Corazón de mi Dios!
(Santa Teresita del Niño Jesús, Poema 23, Al Sagrado
Corazón de Jesús, escrito en 1895 para su hermana María
del Sagrado Corazón).
El 9 de Junio de 1895 santa Teresita del Niño Jesús realiza su ofrenda al Amor Misericordioso de Dios
Cómo llegó santa Teresita a ofrecerse
como víctima de holocausto al amor de Dios
"¿Será solo tu Justicia la que recibirá a
las almas que se inmolan como víctimas?
¿Acaso tu Amor
Misericordioso no las necesita también?
Por todos lados es
incomprendido, rechazado; los corazones a quienes deseas
prodigarla se vuelven hacia las criaturas que les piden felicidad
con su miserable afecto, en lugar de arrojarse en tus brazos y
aceptar tu infinito Amor
¡Oh, Dios mío! ¿Permanecerá tu
Amor despreciado en tu Corazón? Me parece que si encontraras
almas ofreciéndose como Víctimas de holocaustos a tu Amor, las
consumirías rápidamente; me parece que serías feliz de no
reprimir las inundaciones de infinita ternura que hay en ti
Si tu Justicia ama descargarse, la que se extiende solo en la
tierra, cuánto más desea tu Amor Misericordioso encender almas,
ya que tu Misericordia se eleva hasta los Cielos
¡Oh,
Jesús mío! Permíteme ser esa víctima feliz". (Manuscrito
A, folio 84r). [LEER MÁS].
Acto de santa Teresita de ofrenda de sí
misma como víctima de holocausto al amor de Dios
¡Oh Dios mío! Santísima Trinidad, deseo amarte
y hacerte amar... Deseo cumplir perfectamente tu voluntad...
deseo ser santa, pero siento mi impotencia y te pido, oh Dios
mío, que seas tú mismo mi Santidad.
...con confianza te pido que vengas a tomar posesión de mi alma...
te suplico que me quites la libertad de desagradarte...
Para vivir en un acto de perfecto Amor, me ofrezco como víctima
de holocausto a tu Amor misericordioso, suplicándote que me
consumas sin cesar, dejando desbordar en mi alma las aguas de
ternura infinita que encierras y que así me convierta en mártir
de tu Amor, ¡oh Dios mío! [LEER MÁS].