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Dialéctica y esperanza

FRANCISCO CANALS VIDAL. CRISTIANDAD. Barcelona. Febrero 1969. Nº. 456, pág. 37

El mal no obra sino por virtud del bien. La fuerza destructora de la dialéctica marxista ha de poder ser explicada ontológica y teológicamente, de modo que pueda darse razón de la aparente irreversibilidad de su proceso, que se muestra como rigiendo el movimiento, ritmado y oscilante, de desplazamiento hacia la izquierda de las concepciones y sistemas de valores del mundo contemporáneo.

Para el idealismo absoluto de Hegel es el movimiento de las esencias puras, el pensamiento en sí y para sí, el que fundamenta el desarrollo de la naturaleza y del espíritu finito. El devenir dialéctico es el desarrollo de lo Absoluto. Pero es un hegeliano de izquierda como Bloch el que nos sugiere que el motor de la dialéctica está constituido por el enfrentarse de la subjetividad a las objetivaciones "todavía" insuficientes, en que no se consigue la plena racionalidad de lo real.

La lectura del fragmento que citamos a continuación puede hacernos pensar a nosotros, desde una perspectiva de esperanza en la plenitud del Reino de Cristo.

Si se propugna un abrirse hacia los movimientos de rebeldía, hay que dar por sentado a la vez, y por lo mismo, que quien así se abre tiene conciencia de no pertenecer a la corriente expresada en la insatisfacción revolucionaria, es decir, que no se comparte el descontento e inconformismo (quien se abre a la izquierda, parece ser "de derecha"). Por otra parte se muestra claramente que no se tiene la convicción, el valor, o la buena conciencia, que exigiría la tarea de defender el orden que la rebeldía combate. (Quien se abre a la izquierda, parece claro que no es "de derecha").

La clave del enigma es que no se defiende el orden, o por mejor decir, que no hay orden que defender frente a la desintegración. Lo que se conserva es la revolución ya conseguida y que pretende establecerse. Pero el que es liberal porque es conservador, o socialdemócrata porque es monárquico-liberal, o coexistencialista porque es capitalista, está destinado a la derrota ante la "oposición".

Y a la vez, la oposición que acepta apoyar al sistema que combate y que a ella se abre patentiza también su ambición egoísta como la corriente central del resentimiento que nutre su proclamada rebeldía.

El dinamismo y la fuerza pertenecen así sólo a lo antitético en cuanto tal, es decir, en el momento anterior a su conciliación con la tesis. Pero esto es así por cuanto la misma "tesis", lo establecido, o el "sistema" que inmediatamente combate lo satánico, es sólo una síntesis de egoísmo conservador y resentimiento revolucionario.

***

La contrafigura antiteística de la esperanza mesiánica muestra en este sentido una intencionalidad por la que el "necesario" hundimiento de "lo puesto" -la tesis en cuanto no conciliada todavía con la antítesis-, obra la destrucción de la inhumana ciudad terrena edificada por la soberbia del hombre.

En actitud bien diversa de la expresada en las páginas de Bloch, podemos a partir de ellas sentir también nosotros la alegría por el hundimiento de la Babilonia sentada sobre la bestia apocalíptica; aunque sea destruida, como nos dice el libro de la Revelación, por las fuerzas del orgullo y voluntad de poder sobre las que la ciudad se asienta.

La soberbia satisfecha, el edificio inhabitable de lo construido por la idolatría del hombre, sucumbe ante el resentimiento cuya fuerza satánica ejecuta misteriosamente un designio de Dios, ordenado a la manifestación de su Reino. ¡Quidquid latet apparebit!.

FRANCISCO CANALS VIDAL

Descontento y dialéctica

(De la obra de ERNST BLOCH El Pensamiento de Hegel. Fondo de Cultura Económica. México, 1949)

CRISTIANDAD. Barcelona. Febrero 1969. Nº. 456, pág. 38

... la dialéctica misma es una relación de sujeto-objeto y no otra cosa; es la subjetividad que pugna constantemente por superar y romper la objetivación y objetividad que va produciendo. En última instancia el motor de las contradicciones que se presentan históricamente es siempre el sujeto humano, al encontrarse indebidamente objetivado. Es el motor intensivo que, como consecuencia de la inadecuación de la forma de existencia alcanzada en cada caso, se pone en marcha frente a ella y hasta en ella misma. Omnia sub luna caduca, todo bajo la Luna es caduco (y sobre la Luna, también); sin embargo, esta caducidad, esta deficiencia y finitud, presupone los irrenunciables afanes de un sujeto, presupone la existencia en el universo de una posibilidad real aún no anquilosada para que se puedan ver por todas partes barreras y barreras franqueables. Jamás se ha llegado a un punto en que la sociedad no pudiera seguir adelante, en que la historia fuese un esfuerzo vano. Y mucho menos se divisa punto alguno, como no sea en las anticipaciones de la dirección, donde la totalidad de lo genuino y absoluto pudiera, siquiera de momento, reclinar la cabeza.

Sería lo mismo que la verdad, pero no abstracta; no es la verdad inauténtica o mera verdad empírica como la verdad estática de lo devenido ya; pero no es tampoco la verdad que se hace pasar por panlógica y que busca y encuentra su paz con el mundo en el hecho de presentar lo que ha llegado a ser como lo conseguido.

Hegel no sólo renueva, como hemos visto en varias ocasiones, la vieja determinación inmutable de la verdad como coincidencia del conocimiento con su objeto, sino que llega al punto de convertirla en una identificación objetiva según la cual la verdad es la coincidencia del objeto consigo mismo, de tal modo que la realidad sea adecuada a su concepto, a la razón. Y no cabe duda de que con esta determinación, por muy adherida que permanezca a la forma de existencia acusada en cada caso o entelequia, influye ya aquel carácter volitivo y, por tanto, predicativo de valor, de la verdad en el segundo sentido. Influye en ella, para decirlo en otros términos, la idea del bien.

Lo falso viene a significar, así, lo malo, lo inadecuado. En este sentido, un Estado malo es un Estado que no responde a la verdad, y lo malo, y lo falso en general consiste en la contradicción existente entre la determinación y el concepto y la existencia de un objeto.

Y, más adelante, con el pathos henchido de confianza en aquello genuino a que la dialéctica sirve de vehículo.

Todas las cosas finitas entrañan una cierta falsedad, en cuanto tienen un concepto y una existencia inadecuada a su concepto. Por eso tienen necesariamente que perecer, y en ello se manifiesta la inadecuación entre su concepto y su existencia (Enciclopedia, § 24, adición 2; Werke, t. VI, p. 52).

No hace falta esforzarse mucho para llegar a ese pesimismo, que es, al mismo tiempo, un optimismo militante, consistente en pensar que la verdad en el segundo sentido, en el sentido de una evidencia de intención (intentio) positiva, necesita todavía una cantidad extraordinariamente grande de historia para que figure como apareciendo, con tenue resplandor, en ella. Podríamos llamar a esta realidad de verdad en la totalidad, que es una realidad de verdad utópica, la entelequia de la totalidad; instancias o ejemplo tenemos de sobra; pero no se puede pensar en una decisión definitiva, pues que el proceso marcha.

3. La dialéctica obra como crítica creadora, sabiendo lo que ahora quiere y vislumbrando lo que quiere en general. Discurre por donde quiera que se mueven y cambian las cosas. Cuando los hombres cobran conciencia de ella, adquiere fuerza incisiva su acción creadora-destructora frente a lo puramente devenido, pero no logrado.

Y si el factor subjetivo es su motor intensivo, el verdadero aceite con que marcha este motor es el descontento, es decir, la contradicción activada y comprendida con las formas en que hasta ahora se ha visto encajado y devenido el sujeto. Este algo que ha llegado a ser es inadecuado al sujeto, tanto por la forma como por el contenido, o va manifestándose como inadecuado en el transcurso del desarrollo. De este modo van acumulándose las fuerzas explosivas a medida que se levanta el edificio; las contradicciones -nacidas de la inadecuación y las discordancias en la misma realidad objetiva devenida-, se acumulan conforme asciende la historia de las mismas formas de producción. Y si el factor subjetivo es el motor intensivo de toda dialéctica, la no enajenación es la meta hacia la que ese motor marcha, hacia donde se orienta su fuerza encaminada a contrarrestar todo lo que sea "cosificación" dentro de cada realidad históricamente devenida. La no enajenación o el ser para sí es la meta, proyectada en futuro y que anima a todos los momentos históricos, de lo genuino y absoluto, de la totalidad pretendida. El descontento, como conciencia activa de la objetivación todavía insuficiente y, por lo tanto, falsa, se dirige contra la enajenación.

Ahora bien, en cuanto que el descontento, este motor de la dialéctica, se pone en marcha solamente por razón de la totalidad inquieta, pero aún no manifiesta, es, positivamente, lo mismo que la esperanza. En el descontento, con sus impulsos inquietos, el contenido teleológico de la totalidad existe, negativamente, como su propia privación, como el no tenerse a sí misma; en la esperanza, que ilumina inquietamente el camino, el contenido teleológico existe, positivamente, como su propia atracción, como la posibilidad de tenerse a sí mismo. En el descontento labora el caos todavía informe como la x de lo indeterminado; en la esperanza labora como la x de lo determinable o como la posibilidad de la estrella que el caos alumbra y que pone fin a ese caos, por ser su determinación realmente adecuada. Y, como descontento y esperanza son, en su inquietud, una y la misma cosa, también esta inquietud y el fin a que tiende, este impulso cósmico y la totalidad de su contenido-meta son, en su fondo inalcanzado, uno y lo mismo.

En conjunto, todo lo que se halla construido todavía en torno al no de donde proviene el hombre. Por no haberse logrado aún nuestra causa, por eso se agita siempre, contradiciendo, en lo que ya le ha devenido. Los hombres no son esclavos, pero tampoco señores; no son siervos, pero tampoco señores feudales; no son proletarios, pero tampoco, indudablemente, capitalistas. Lo que son no se ve claramente dentro de la división del trabajo de las sociedades clasistas que hasta hoy han existido. Los cambiantes tipos orientadores de la vida verdadera, las grandes obras de la cultura se hallan, en más de su mitad, mezcladas con la ideología de la sociedad clasista de cada época.

Y lo mismo que entre los hombres ocurre en todo el mundo que nos rodea y con el que nos hallamos en una relación de intercambio: la causa de la totalidad no se ha destacado aún; de otro modo no existiría un proceso, tampoco en la naturaleza, ni existiría la dialéctica de este proceso. El descontento y la esperanza son la referencia constantemente propulsora a esta causa de la totalidad, como la causa del ser sin la enajenación de sí mismo.

La radicalidad de esta esperanza no permitió que se le alterara el apetito por lo genuino, ni con el pretexto de falsos hechos, ni con el embellecimiento ideológico de un estado de cosas insuficiente, ni con hipóstasis celestiales que se empeñan en completar lo que se reconoce como fragmentario.

Hegel, que tan lejos quería estar de aquel descontento e incluso de toda esperanza al descubierto, señalaba, sin embargo, a su modo, es decir, de un modo idealista, la verdad de la esperanza, al mismo tiempo, como la de la libertad; es decir, como la verdad en que "el sujeto no ve en aquello con que se enfrenta nada extraño, un límite, ni una barrera, sino que se encuentra solamente a sí mismo" (Werke, t. X, p. 126). Allí donde la dialéctica hegeliana dice: "El ser ha alcanzado el significado de la verdad", de tal modo que a lo absoluto ya no le cuelga nada de objetividad, pero tampoco nada de simple subjetividad o ideal, allí se halla el contenido de la esperanza.

Era necesario, sin embargo, que viniese la dialéctica materialista para que se conociera e impulsara este contenido en el proceso real, superando así al idealista Hegel, quien no hace más que desdoblar lo que de por sí existe ya en el espacio y en el tiempo. He aquí el límite de la dialéctica idealista: es el límite de la simple contemplación, referida per se ipsum al pasado y a sus horizontes, a una esencia revelada ya en los fenómenos que han llegado a ser. La totalidad del descontento-esperanza del contenido-meta no encuentra su función sino en una dialéctica que no se desarrolla ya en la cabeza de los hombres ni se mueve de un modo puramente idealista a través de un algo objetivamente estático.

S no es aún P, el proletariado no ha sido superado aún, la naturaleza aún no se ha convertido en patria, lo genuino no es aún realidad predicada. Precisamente por eso, el agente dialéctico que empuja, a través de todas las interrupciones y de todas las "cosificaciones", a la predicación y manifestación de su propio contenido enigmático, de su contenido-meta, no es nada más ni nada menos que esperanza. Y, como esperanza contrastada, como docta spes, es el saber críticamente anticipante, que se halla mediado y combinado con el proceso objetivo. S no es aún P: este principio dialéctico significa, frente a lo inadecuadamente determinado (a lo devenido obstaculizante), tanto como Ceterum censeo Carthaginem esse delendam. Y frente a determinabilidad todavía no apagada (lo nuevo por el contenido), este principio significa: Quidquid latet apparebit. (págs. 462 y sig.)

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GRUPOS PROFÉTICOS

CRISTIANDAD. Barcelona. Febrero 1969. Nº. 456, pág. 40

[Introducción de Francisco Canals Vidal]

El espíritu dialéctico hegeliano, que en su genuina manera de expresarse se halla a un nivel de difícil comprensión, se plasma en la realidad en ideas y actitudes más asequibles a trueque de parecer desligadas de su primitivo impulso. Pero los hechos son siempre resultado de unas ideas. No puede decirse que las desviaciones que se observan dentro de la Iglesia tengan exclusivamente su origen en Hegel pero sí que reciben de él, casi siempre, su método, su "álgebra". El contenido, como ha señalado recientemente Paulo VI, hay que buscarlo en el protestantismo modernista. Así nace este mesianismo nuevo, esta esperanza "profética", que en su expresión completa y definitiva conduce irremisiblemente al marxismo. Pero, antes que nadie, la Iglesia ha tenido una esperanza de plenitud y de consumación. Así lo ha expresado siempre a través de sus hombres, de su doctrina, de su liturgia, y recientemente en el Concilio Vaticano II.

En el estudio que reproducimos a continuación, publicado en "ECCLESIA" (n.º 1.423, de 11-1-69), se ve claramente la influencia de las ideas hegelianas expuestas en el segundo editorial de este número y la ignorancia de la auténtica esperanza cristiana.

CRISTIANDAD. Barcelona. Febrero 1969. Nº. 456, pág. 40

GRUPOS PROFÉTICOS

ADVERTENCIA PRELIMINAR [de Ecclesia]

Este estudio no pretende dar una visión exhaustiva y total de la "ideología profética", sino señalar solamente aquellos aspectos que nos han parecido más relevantes y fáciles de comprobar, y que, a la vez, puedan proporcionar una pequeña ayuda para análisis y estudios más completos y profundos. Se trata, pues, de una modesta aportación a un posible estudio sobre las corrientes ideológicas, de carácter religioso, más frecuentes o extendidas en el mundo y de cuya influencia y presencia España no se encuentra exenta.

Para la exposición de los datos que en el presente trabajo se transcriben hemos tomado como principal referencia las siguientes fuentes: el Centro lDO-C y la revista Informations Catholiques Internationales (que en el texto haremos constar, para abreviar, bajo las siglas I. C. I.), ambas consideradas como las principales apoyaturas del "movimiento profético". El primero, en cuanto que suministra el contenido ideológico y elabora las líneas a seguir; y la segunda, en cuanto que, por su extraordinario alcance en los medios católicos, difunde y pone como ejemplo las manifestaciones concretas de este "movimiento profético".

Examinamos, en primer lugar, algunos aspectos de la "corriente profética", que se asemejan notablemente al pensamiento de los "teólogos de la muerte de Dios". Damos, después, una breve información sobre "los grupos proféticos": su misión, naturaleza, etc., y su desarrollo y concretas manifestaciones.

Sólo nos resta hacer público nuestro agradecimiento a cuantas personas han colaborado en la elaboración de este trabajo cuyo valor, por sí mismo, patentiza la competencia de aquéllas y pone de manifiesto el ingente esfuerzo que han realizado. Creemos, sinceramente, que han prestado un excelente servicio a la Iglesia, y esto, aunque fuese sólo esto, ya es merecedor de nuestor reconocimiento más sincero.

CONTENIDO, ESTRUCTURA Y MANIFESTACIONES

I INTRODUCCIÓN

1. LOS PEQUEÑOS GRUPOS

Al observar el panorama del apostolado seglar encontramos un fenómeno: la aparición y proliferación de pequeños grupos independientes, desligados de toda organización apostólica concreta (1).

(1) I. C. I., núm. 303. pág. 6. FRANÇOIS HOUTART:
"Es necesario descubrir, como un fenómeno reciente y en vías de aceleración, la aparición de pequeños grupos de laicos que a veces toman verdadera importancia y se establecen fuera de los cuadros oficiales, sin vínculo orgánico con la jerarquía, si bien permaneciendo dentro de la Iglesia".

J. GROTAERS: Estructuras y comunidades vivientes en la Iglesia posconciliar. IDOC. 15 de mayo de 1967, pág. 14:
"Desde hace veinte años asistimos al nacimiento espontáneo de innumerables grupos de seglares que representan una de las formas del porvenir del apostolado seglar en una sociedad secularizada".

Este hecho puede obedecer, entre otras causas, a la aspiración natural del hombre moderno -inserto en una sociedad de masas en la que a menudo y de infinitas formas se siente despersonalizado, diluido- a integrarse en pequeñas comunidades donde, en un clima de cálida amistad, su individualidad, su personalidad, sea reconocida y valorada, y encuentre un cauce de expresión a través de una participación responsable.

Junto a esta aspiración hay que señalar también la tendencia -bastante acusada en algunos sectores- al rechazo de toda estructura que implique una organización compleja.

Desde este punto de vista, se trata de tendencias legítimas y respetables, propias de nuestra época, que tienen su repercusión dentro de la Iglesia. En ella, y concretamente en el campo del apostolado seglar, hay multiplicidad de vocaciones, de opciones, de formas, que son perfectamente legítimas.

Por ello los pequeños grupos pueden tener aún razón de ser hoy dia, e incluso su dinámica puede ofrecer un cauce a sectores de la Iglesia hasta ahora pasivos, que no hubieran participado de otro modo en las tareas de la evangelización. No se nos oculta que esta estructura tiene también sus riesgos, que pueden ser, entre otros:

-Desmembrarse horizontalmente de la comunidad y constituirse en "ghetto" con complejo de élite.
-Vivir y actuar al margen de las necesidades de la comunidad eclesial, constituyendo un factor de disgregación en la unidad de la Iglesia.
-Desvincularse de la jerarquia, de una forma más o menos consciente.

Si estos riesgos se superan -a través de una conexión con las comunidades básicas de la Iglesia (parroquia, etc.), y de una vigilante atención y docilidad a las orientaciones del Magisterio (Papa, obispos)-, la fórmula es perfectamente válida y enriquecedora, y no creemos que ofrezca motivo alguno de inquietud. Simplemente coincide con tendencias naturales que se insertan en los nueyos cauces abiertos por el Vaticano II: el apostolado seglar.

Sin embargo, esta nueva forma de inserción del apostolado seglar en la Iglesia presenta -en un número creciente de casos- unas características realmente alarmantes, que merecen seria reflexión y estudio.

En efecto, dentro de la estructura flexible de los pequeños grupos hay algunos que se caracterizan por unas constantes determinadas, que los hacen inconfundibles y los sitúan en la órbita de una "corriente". que responde a un sistema de pensamiento y a unas actitudes concretas. Esta corriente se autodefme como "corriente profética" (2).

(2) J. GROTAERS: Conferencia citada, págs. 14 y sigs.

De ella -tanto en sus ideas como en sus actitudes- participan, en mayor o menor grado y de manera más o menos consciente, todos los miembros de estos grupos.

Esto se debe a que - a pesar de su aparente dispersión y variada fisonomía en el ámbito de la Iglesia universal- los grupos están conectados entre sí, tanto a través de personas como de ideas y técnicas comunes. Conexiones que, en la mayoría de los casos, no suelen ser captadas por sus miembros.

Sin embargo, esto no quiere decir que la "corriente profética" se reduzca sólo a estos grupos. Ellos son sus principales difusores, pero la corriente en si les rebasa ampliamente, y llega a invadir sectores cada vez más dilatados de la Iglesia universal.

Así, gracias al dinamismo y a las eficaces técnicas de difusión que caracterizan a sus miembros, éstos logran introducirse en seminarios, organizaciones apostólicas, órdenes religiosas, centros de pastoral, prensa y editoriales católicas, congresos, donde personalmente o a través de figuras representativas del clero y laicado católico realizan una siembra de ideas que prende maravillosamente en el clima de aggiornamento posconciliar.

2. SUS CARACTERÍSTICAS

Entre las características más acusadas de "los grupos proféticos" se encuentran las siguientes:

1ª. Nacen estos grupos, de ordinario, no tanto a impulsos de una vocación apostólica específica, cuanto de un enfrentamiento más o menos visible con la jerarquia eclesiástica, que les lleva a desgajarse de las organizaciones.

2ª. Se constituyen no como una forma más de apostolado, sino como la única forma válida para dar testimonio y presentar "el verdadero rostro de la Iglesia".

3ª. Se consideran especialmente asistidos por los carismas del Espíritu Santo -al que atribuyen su asombrosa y "espontánea" proliferación en todos los continentes para cumplir una misión profética. Misión que consiste en la denuncia de la corrupción de las estructuras de la sociedad y de la Iglesia, y en la presentación de una nueva Iglesia, adaptada a las exigencias de un mundo secularizado y de un laicado adulto (3). «que la Iglesia espera con los profetas y el Apóstol»

(3) I.C.I., núm. 303, pág. 8. GUNNEL VALQUIST: Le reveil du prophetisme.
«Por todas partes he encontrado lo mismo: de una parte, la "joven Iglesia" o la "nueva Iglesia", representada por una gran parte de jóvenes, estudiantes, obreros y sacerdotes, por otra parte, la "Iglesia establecida", con su jerarquía a la cabeza, con muy pocas excepciones salvo el caso de Holanda, donde el episcopado ha tenido el coraje de asumir también la responsabilidad de la "joven Iglesia"».

4." Por ello consideran absolutamente necesario:

a) Una reforma radical, realizada por la "Iglesia carismática" (laical), de los aspectos fundamentales de la "Iglesia-institución": magisterio, teología, moral, sacramentos, liturgia, etc.

b) La aceptación de que el único testimonio cristiano válido ante los hombres es el "compromiso temporal encarnado", es decir, la colaboración con marxistas y miembros de otras confesiones cristianas para la "liberación de los oprimidos y explotados", recurriendo a toda clase de medios, incluso a la violencia.

5ª. Se distinguen por una crítica acerba:

-De todo apostolado vinculado a la jerarquia, al que consideran desfasado, superado e incapaz de sintonizar con el mundo para dar una respuesta adecuada a las necesidades de nuestro tíempo.
-Del Magisterio. El fundamento de estas criticas, que centran en los obispos, e incluso en el Papa y en el Concilio, se basa en la resistencia -según ellos- del episcopado de la Iglesia universal a aceptar las nuevas ideas sobre la misión de la Iglesia en el mundo y el compromiso temporal.

Estas características dan luz para comprender el trasfondo de algunas situaciones que se están produciendo hoy en la Iglesia.

Por ejemplo, muchos piensan que las tensiones, las "crisis" que se dan hoy en el interior de la Acción Católica de diferentes países (Francia, Italia, Bélgica, España, etc.) se deben simplemente a discrepancias entre el episcopado y los dirigentes más "dinámícos", sobre la forma concreta de adaptación de los principios fundamentales del apostolado seglar, formulados por el Concilio, a las diversas situaciones y países.

La realidad es muy distinta. Lo que es objeto de polémica son esos mismos principios fundamentales. Lo que está en juego es la esencia misma del apostolado seglar en su conjunto. No se trata de hacer un riguroso reajuste de las estructuras de Acción Católica, ni del acceso de otros movimientos a un nível de diálogo institucionalizado, ni del reconocimiento de otras formas de apostolado más flexibles.

En definitiva, se trata de la vinculación o separación de la jerarquia eclesiástica, según ésta acepte o no determinados compromisos temporales. Y esto afecta a todos los sectores del apostolado seglar, organizado o no.

Esta separación es una de las caracteristicas de la "corriente profética". Su objetivo a corto plazo es "la liberación de estructuras demasiado pesadas", es decir, el rechazo del mandato jerárquico y la creación de . "grupos proféticos" comprometidos en la acción temporal.

Detrás de esta fórmula inicial -que pretende aparecer como una necesaria reforma de las estructuras del apostolado seglar organizado, en la línea conciliar, para su mejor encuadramiento en una sociedad secularizada- está latente, sin embargo, una nueva concepción de la Iglesia que opone, de hecho, la "Iglesia comunidad de hombres" a la "Iglesia institución" y el "profetismo laical" al magisterio eclesiástico.

II CONTENIDO IDEOLÓGICO DE LA CORRIENTE PROFÉTICA

1. VISIÓN DEL MUNDO

En primer lugar, se dedica un especial interés al descubrimiento de la realidad del mundo actual, como presupuesto indispensable para la deseada adaptación de la Iglesia a estas realidades.

Para descubrir "los signos de los tiempos" utilizan las modernas técnicas de investigación social: sociología y estadística. Esta utilización, que es necesaria, adolece, en este caso, de algunos vicios fundamentales:

-Por un lado, se prescinde de cualquier otro tipo de realidades que no puedan ser captadas o explicadas a través de estas técnicas. El resultado es que desorbitando un realismo necesario se proyectan exclusivamente criterios sociopoliticos en el enfoque de las realidades de la misma Iglesia, lo que desemboca fatalmente en un relativismo.
-Con el agravante de que muchas de las encuestas que promueven no se limitan a sondear y recoger una opinión, sino que están claramente dirigidas a CREARLA en un determinado sentido que interesa al encuestador. Las preguntas suelen estar elaboradas de tal forma que ponen al encuestado en la disyuntiva de decidirse por algo arcaico y superado o por la respuesta exacta que los encuestadores quieren obtener y que siempre se presenta como "la atractiva". El resultado es obvio: ante algo que se realiza de forma apresurada y sin tiempo para reflexionar, o sobre temas que no se conocen a fondo, hoy dia todos preferimos pasar como "avanzados" y no como "atrasados".
-Por otra parte, se da a estas ciencias un valor tan absoluto que de indicativas se convierten en normatívas. Al señalar unos hechos marcan "lo que es", y ante esto no cabe siquiera plantearse "lo que deberia ser"; sencillamente, "lo que es" es igual a "lo que debería ser".

Ya no se trata de que estas ciencias puedan indicarnos, entre otras cosas, "los signos de los tiempos", sino que indefectiblemente todo lo que ellas señalan son "los signos de los tiempos" (en el sentido de un "signo" que debe ser recogido y aceptado por la Iglesia).

En consecuencia, todo lo que ellas señalan son "procesos ineluctables", que no admiten oposición ni reajuste, sino que, por el contrario, imponen un cambio y una adaptación. Por ello, como veremos más adelante, no hay que intentar, por ejemplo, "resacralizar el mundo", sino "desacralizar la religión" (4).

(4) El P. Congar señaló y refutó esta idea en su conferencia "El llamado de Dios", dirigida al III Congreso Mundial de Apostolado Seglar, celebrado en Roma en octubre de 1967. El texto íntegro de esta conferencia lo recoge la obra de Congar A mes frères. Editions du Cerf, 1968, capítulo III, págs. 77-104.

El ateísmo y la secularización

Como resultado de este estudio del mundo se encuentran ante un hecho evidente: el fenómeno masi'vo del ateísmo. Esta realidad innegable se generaliza y radicaliza de tal forma, que llegan a la conclusión de que el hombre es hoy esencialmente ateo, rechaza toda religión y sólo admite ayuda para promocionarse cultural y socialmente. Profundizando en las causas del ateismo, las resumen diciendo que se trata de un fenómeno coherente y lógico que responde en su totalidad al "contratestimonio" dado por los cristianos, tanto individual como comunitariamente.

-"El mundo no es ateo por culpa suya. sino por culpa nuestra".
-"De nuestro Dios y de nuestra Ige!sia hemos hecho un espantajo, que es lógico desprecien todos aquellos que aman la sinceridad, la libertad, la responsabilidad, al cual, sin embargo, hemos permanecido nosotros fieles para vergüenza nuestra".
-"Hemos desfigurado de tal forma el rostro de la Iglesia que no puede ser aceptada por los hombres".
-"En lugar de presentar un Dios vivo, encarnado, realista, los cristianos nos hemos alimentado con tanta frecuencia de leyendas y mitos religiosos, que hemos sido incapaces de convencer." (5)

(5) L. EVELY: Una religión para nuestro tiempo, págs. 27 y 28.

Por otra parte, afirman que el ateismo puede resultar un hecho positivo: más que de "pérdida de fe" debía hablarse de un proceso de purificación y de madurez. El hombre de hoy, liberado por el progreso científico de un estado ancestral de mitificación, sustituye los mitos religiosos por algo más racional, por tanto, más en consonancia con su naturaleza.

La figura del ateo adquiere a sus ojos una nueva dimensión. No se trata ele una persona disminuida e incompleta, como se nos ha hecho creer repetidamente. Por el contrario, resulta a menudo un hombre "de elevada estatura" que "camina en vanguardia ", que tiene la valentia de ir cara a sus problemas y a los del mundo, sin la ayuda de "un Dios soporte" o "un Dios explicación ".

Esta admiración les lleva a preguntarse en qué se diferencia un cristiano de un ateo. Su respuesta es desconcertante:

- "Varias veces hemos tocado este punto en las discusiones sin haber obtenido respuestas satisfactorias." (6)

(6) L. EVELY: Ob. cit., pág. 31.

La valoración del ateo se extiende también al ideal moderno y ateo del mundo; un ideal que consideran ha alcanzado metas ante las cuales los cristianos hemos fracasado estrepitosamente, y que tarde o temprano acabará por imponerse.

Esa sensación de frustración, junto a la valoración de la eficacia inmediata, es la causa de su deslumbramiento ante el marxismo, que les lleva a aceptar una colaboración estable en las tareas de transformación de la sociedad, especialmente en el campo sindical y político. La conclusión de este análisis es que el ateísmo no es, en definitiva, sino un proceso de secularización.

Su concepto de secularización no se limita a:

-El reconocimiento de la autonomia de las leyes naturales.
-La valoración, en su justa medida, de las realidades temporales, sin referencias o explicaciones pseudo-sagradas o pseuclo-religiosas.
-La supresión de los abusos en que el hombre y el cristiano hayan podido caer en determinadas épocas o situaciones, sino que entienden la secularización como una supresión radical por desfasamiento, de todo lo que signifique signo o presencia en el mundo de otras realidades de orden superior a las puramente humanas, naturales, comunes a todos los hombres y aceptables por todos (7).

(7) Una manifesación concreta y expresiva de esto es, quizá, junto al olvido o desprestigio de los mártires cristianos, el enaltecimiento de los "santos laicos": hombres sin fe, pero con una "mística laica", que les lleva a entregar su vida por una causa humana.
Alceu Amoroso, miembro de la Comisión Pontificia Justicia y Paz, escribe en un artículo titulado A propósito de las víctimas de la violencia: Camilo Torres, Che Guevara y Regis Debray (I.C.I., núm. 301, pág. 21):
"Puedo alabar sin miedo el heroísmo de estos tres hombres poco comunes: un sacerdote, un filósofo y un médico ... No puedo negar que estas tres víctimas de la violencia representan, en nuestra época de pragmatismo tecnológico, no solamente un ejemplo de lo que hay más puro en la naturaleza humana, a saber: la capacidad de sacrificio por una causa justa, sino también una protesta desesperada de la dignidad humana contra el pesimismo, la falsa felicidad y la injusticia de la civilización: contra la prosperidad fundada sobre la injusticia."

En este mundo secularizado la única posibilidad de acercamiento de la Iglesia al hombre se encontrará en la realización de un humanismo coincidente con el que practican otros grupos de distinto signo. Por tanto, la consecuencia de su análisis es que la Iglesia tiene que ser objeto de una reforma drástica, para estar en condiciones de adaptarse al mundo actual que le exige:

(8) J. GROTAERS: Conf. cit., págs. 14-16.

2. CRÍTICA DE LA IGLESIA

El presupuesto indispensable para la edificación de la "nueva Iglesia" es la crítica, porque:

lº. Aporta el convencimiento de que la corrupción actual de la Iglesia exige un cambio radical.
2º. Evidencia que la reforma tiene que partir de los seglares, porque de la Jerarquia no hay nada que esperar.

Esta critica -a la que acompañan en ocasiones actos llamativos de "contestación" (protesta global)- despierta con frecuencia cierto recelo por su radicalismo (9).

(9) I. C. I., núm. 321 págs. 11, 12, 13: "Los jóvenes irrumpen en la Katholikentag" .
Ibid., núm. 321, pág. 13: "Ocupación de la catedral de Parma".
Ibíd., núm. 319, pág. 7: "Ocupación de la catedral de Chile".
Ibíd., núm. 315, págs. 36 y sigs.: "Les agitacions de l'Église 'contestatrice' Lille".
Textos recogidos en el apartado IIII, 4, de este estudio, "desarrollo y manifestaciones concretas",

Por eso tratan de justificarla:

lº. Enmarcándola en un clima de profunda inquietud por la pervivencia de la Iqlesia, abocada -segun ellos- al fracaso "por haber traicionado su misión".
2." Considerándola signo inequívoco de vitalidad, en una Iglesia de adultos que ha superado la fase de "pasivisidad bovina" de los laicos (10).

(10) I. C. I., núm. 319, pág.1. Editorial:
"La autoridad del magisterio pontificio es hoy objeto de vehementes debates. En varios países se oye hablar de "crisis de autoridad". Nosotros no somos indiferentes ni ajenos a este debate. Nos parece inevitable y sano en una Iglesia viva".

Por otra parte, como se basa algunas veces en hechos ciertos o medias verdadcs, prende fácilmente, llegando a asimilarse hasta en sus aspectos más corrosivos.

Lejos de impulsar al que la escucha a la edificación de "la nueva Iglesia", esta crítica conduce en muchos casos a una situación de amargura, frustración y resentimiento, que termina con la ruptura total con la comunidad eclesial (11).

(11) I. C. I., núms. 313-314, pág. 15: "Se ven incluso grupos de estos cristianos que abandonan la Iglesia, se separan prácticamente de ella. Hay movimientos de jóvenes cristianos comprometidos, en los que no se habla ya de la Iglesia, en los que no se siente ninguna angustia ante la situación de la Iglesia: estos cristianos se mantienen fuera de ella: aun conservando la fe cristiana no ven ninguna razón para permanecer en las comunidades cristianas".

Los promotores de la "corriente profética" captan esta realidad, pero no se inmutan. Según ellos, los que no son capaces de superar este choque y depurar su fe, pertenecen a las "masas alienadas" que tarde o temprano irán alejándose, quedando así la Iglesia reducida a una pequeña minoría sin triunfalismos ni manifestaciones de poder (12).

(12) G. CASALLIS, en I. C. I., núm. 303, pág. 8, cita la teoría de Robinson según la cual la Iglesia debe aceptar la muerte como realidad social para "participar en el anonadamiento de Cristo".

Todo el pasado de la Iglesia, analizado con criterios sociopolíticos, se juzga de manera despiadada y negativa.

Para ellos la Iglesia empieza a corromperse a partir de Constantino, y todo su desarrollo posterior ha sido condicionado por este hecho.

Así una Iglesia escondida, de catacumbas, se convierte en:

"Hace siglos que no hacemos sino fracasar, y no pensamos sino en presumir. Hemos fracasado en el viraje republicano democrático; hemos fracasado en la cuestión social; hemos fracasado en la cuestión bíblica... "
"El fracaso de las misiones católicas es trágicamente evidente".
"La cuestión de la ciencia moderna, de la filosofía, moderna, de las técnicas modernas, es cosa que hemos ignorado o maltratado hasta el punto de que parece que no estamos en el mundo".
"La historia de estos dos últimos siglos no es, ante todo, como piensan muchos historiadores católicos: la revolución del hombre contra Dios, sino la resistencia empedernida de algunos cristianos conservadores, perezosos y tiránicos, retardatarios en política, en economía, sociología, ciencia y filosofía, e incluso en teología, exégesis, liturgia y Dios sabe cuántas cosas más han opuesto a todos los que querían avanzar." (14)

(14) L. Evely: Ob. cit., págs. 27-29

Las censuras recaen de modo especial sobre los obispos, ya que, según los "proféticos", son los responsables del anquilosamiento de la Iglesia, porque" lejos de comprometerse con los problemas ele nuestro tiempo constituyen el mayor obstáculo para la renovación".

Plantean sus acusaciones del modo siguiente:

. La mayoría de edad y el dinamismo actual de los laicos da a éstos una nueva visión del testimonio y del compromiso temporal.
. En una sociedad secularizada es utópico intentar la conquista de los ambientes desde el interior, tal como la propugnó Cardijn. Hoy el cristiano debe aceptar la sociedad secularizada tal como es, mezclarse con todos los hombres sin distiguirse en nada de ellos. En consecuencia, hay que rechazar de plano las acciones o grupos confesionales, es decir, que lleven la etiqueta de cristianos.
. Por tanto, el único compromiso tempora1 válido, el único testimonio, es el enrolamiento con cualquier grupo que pretenda elevar la condición de los oprimidos. El compromiso ha de ser tan radical que no vacile en llegar a una revolución violenta (15). (15) Revista Croissance des Jeunes Nations, núm. 67, pág. 24.
En un artículo de Georges Hourdin (director de I. C. I.), sobre "La justa violencia de los oprimidos", se cita a Arlino Souza (ex coordinador de juventudes católicas).
Este, en la revista Tiempos Modernos (abril 1967), afirma: "Cristianismo y revolución son conciliables Se debería poder ser comunista y cristiano ... ¿ Cristiano y guerrillero? ¿ Por qué no, si no hay otro remedio? ..."
En Uruguay, la revista Víspera (enero 1968), de los estudiantes de Pax Romana, dedica casi dos tercios de sus páginas al Che Guevara, a la revolución y a la guerrilla, y no para situarse en contra", (I. C. I., núm. 306, pág. 6).
Carta abierta al Papa de la Confederación Latinoamericana de Sindicatos Cristianos (C. L. A. S. C.): "En cuanto a la revolución, el punto más importante no es el de la violencia o no violencia: lo que hay que hacer, sencillamente, es la revolución hasta sus últimas consecuencias". (I. C. I., núm. 321, pág. 8).
Carta de ochocientos sacerdotes del continente latinoamericano al episcopado, pidiendo "un amplio margen de libertad en la elección de los medios más aptos para liherar a los pueblos de la violencia pasiva". (I. C. I., núm. 321, pág. 8).
Ver también apartado III-3 de este estudio. "Manifestaciones concretas": Francia, la revolución y la revolución en la Iglesia.
4º. La jerarquia debería respaldar esta nueva concepción del compromiso temporal, e impulsar a las organizaciones a adoptarlo, para no obstaculizar la marcha de la Historia.
Pero no lo hace:
• Porque está desfasada.
• Anclada en posiciones superadas.
• Atada por compromisos constantinianos.
Su postura apolítica no es, en el fondo, sino "una forma larvada de conservadurismo".
Su quietismo puede interpretarse como "la aceptación del desorden establecido".
Al aferrarse a estructuras arcaicas, como el mandato jerárquico, se opone, de hecho, a la renovación del apostolaelo seguar (16). (16) J. GROTAERS: Conf. cit., págs. 8, 11, 13. El ideal de esta situación es liberar a las organizaciones elel control de la jerarquía. Pero a mcnudo esto no es posible, por 10 que sc impone la necesidad de abandonarlas para constituir grupos flexibles, con plena libertad de movimiento a la hora de tomar compromisos temporales (17). (17) Un ejemplo de esto es el caso de la JEC/F francesa en la crisis de 1965. Los dirigentes que dimitieron, para mantener sus compromisos con la U. N. E. F. (Unión Nacional de Estudiantes Franceses, integrada en la Internacional marxista U. I. F.) fundaron un movimiento -la J.U.C.- que se autodefinió como "profético".

Ver anexo 1 sobre" la crisis de la Acción Católica" francesa y el nacimiento de la J. U. C.

Respecto al Concilio opinan que fue una esperanza, pero se quedó tan corto que está ya superado:

Las críticas al Concilio se centran principalmente en el Decreto sobre Apotolado de los Seglares, que consideran "un documento conciliar de segundo orden que no tendrá gran porvenir", y que debe su existencia al respaldo de episcopados que querían a toda costa conservar las estructuras existentes (Alemania, Francia, España).

Achacan al Decreto dos fallos importantes:
-La ratificación del mandato jerárquico.
-El establecimiento de una dualidad temporal-espiritual hoy superada.

Sus juicios respecto al mandato son los siguientes:
-Perjudica la noción de responsahilidad del seglar en la Iglesia.
-El laicado que está sujeto a él está destinado a ser un "interlocutor sumiso" de una jerarquía que, en lugar de llegar a un diálogo, sigue su monólogo.
-Si hay algunos dirigentes que lo admiten es "por el prestigio y ventajas morales que proporciona la sumisión a la jerarquía ". (Véase nota 19).

(19) J. GROTAERS: Conf. cit., págs. 13 y sigs.

Respecto al dualismo temporal-espiritual (20):

(20) J. GROTAERS: Conf. cit., pág. 9.

-Niegan que la acción temporal haya de ser inspirada por principios cristianos.
-Niegan que el mismo apostolado seglar tenga una misión directa y propiamente evangelizadora. Todo lo más, esta acción directamente evangelizadora sólo tendrá lugar cuando los problemas más urgentes ele la humanidad (hambre, justicia, desarrollo) sean solucionados.
-Identifican historia de la salvación e historia cósmica, reino de Dios y progreso de la civilización. Creen que el crecimiento de la humanidad -según su propio movimiento- es el crecimiento del cuerpo místico de Cristo.

3. IGLESIA NUEVA

El examen de la situación y la crítica ponen de manifiesto un hecho evidente: que la Iglesia, tal como está, no es válida en un mundo nuevo. Por tanto, si quiere servir al hombre de hoy no tiene más remedio que "romper sus estructuras y entrar por la vía de la secularización".

Se sienten llamados, por tanto, a una apasionante tarea: reformar la Iglesia, darle "un nuevo rostro". Esta reforma implica:

-un nuevo concepto de Iglesia,
-con unos nuevos contenidos,
-una radical revisión de algunos aspectos concretos,
-y una democratización, como único medio de realizar tal reforma.

A) NUEVO CONCEPTO DE IGLESIA

"Las críticas, las llamadas, las exigencias de los ateos, nos trazan un auténtico programa, al señalar los rasgos que deberían caracterizar y caracterizan a la vercladera Iglesia del verdadero Dios." (21)

(21) L. EVELY: Ob. rit., pág. 28.

Para responder a estas críticas y seguir este programa, y para poder subsistir en un mundo secularizado -ateizado--, la única posibilidad que tiene la Iglesia es la "forma profética".

Esta forma implica un concepto revolucionario de Iglesia:

B) NUEVOS CONTENIDOS

Una Iglesia pobre, una Iglesia de los pobres

1.º La primera riqueza de que tiene que ser desposeída la Iglesia es de "la insoportable suficieucia de poseer la Verdad" (22).

(22) L. EVELY: Ob. cit., pág. 28.

Durante siglos nos hemos fabricado "un Dios explicación" de todo cuanto existe, "un Dios soporte" de la debilidad humana. Hemos utilizado la religión como morfina.

Hemos presentado la Verdad como un bloque monolítico y granitico. Hemos hecho de la educación religiosa una coraza de protección que nos ha situado en una postura "ofensiva": evitar ser seducidos, pero conservando la capacidad de seducir.

Frente a esta suficiencia superada -que encubre un infantilismo larvado- se impone hoy un nuevo tipo de cristiano maduro y adulto:

En una palabra, un verdadero "pobre". Pobre es aquel con el que todos se encuentran a gusto, porque considera que no tiene riqueza alguna que comunicar y está siempre dispuesto a recibir.

2.° Asimismo, la Iglesia no será pobre, no estará preparada para entrar por la via de la secularización, mientras no se desprenda de "sus catedrales", de sus instituciones, de sus obras; mientras no abandone toda manifestación externa, masiva, organizada.

a) En consecuencia, la Iglesia debe desprenderse de sus instituciones docentes a todos los niveles (23):

(23) I. C. I., núm. 321, págs. 31-32. I. C. I., núm. 319, pág. 18. La Vie Catholique Illustrée, núm. 1.156, págs. 34 y sigs.: "Yo llevo a mi hijo a la escuela laica para que su fe sea más verdadera. La constatación de otras confesiones religiosas y del ateísmo en profesores y alumnos le obliga constantemente a pensar en su fe y depurarla, reduciéndola a lo esencial".

b) Las obras asistencialcs de la Iglesia (benéficas, culturales, formativas, etc.) deben limitarse a actuar en la linea de un simple humanismo en el que se practique la ayuda del hombre por el hombre, sin ninguna referencia de tipo religioso (24).

(24) Fetes et Saisons, agosto-septicmbre l967, núm. 217 (dedicado íntegramente a la preparación del III Congreso Mundial de Apostolado Seglar), pág. 9.

c) Las organizaciones apostólicas se encuentran ante una disyuntiva:

(25) J. GROTAERS: Conf. cit., págs. 14-16.

d) Los cristianos deben abandonar toda acción política o social que implique la defensa de una concepción de la sociedad conforme a los principios cristianos. Por tanto, debe ser rechazado cualquier tipo de partido politico o sindicato confesional que impida u obstaculice la unión de los cristianos con los demás hombres, especialmente con los marxistas (26).

(26) J. GROTAERS: Conf. cit.. págs. 14-16.

Iglesia encarnada, desacralizada, desmitificada, antropologizada

Reducida a pequeñas comunidacles, sin manifestaciones de poder, sin idealismos ni triunfalismos.

Comprometida en la lucha por los pobres, dando exclusivamente sus miembros una respnesta a los problemas del hambre, de la justicia, del desarrollo.

Alejada de la filosofía del pasado.

Dando testimonio no por la palabra ni por el culto, sino por la acción y el compromiso temporal: "justicia social y amor a los demás y nada de cultos idolátricos" .

Iglesia libre, sin compromisos constantinianos. Es decir, desvinculada totalmente del poder temporal de tal manera que se prescinda no sólo de concordatos, sino de cualquier tipo de relación de carácter estable.

La colaboración y participación de los cristianos en los Gobiernos de los países capitalistas (occidentales) se considera como un compromiso con el "desorden establecido", y debe ser sustituido por una acción de oposición y guerrilla desde una Iglesia" en catacumbas".

Ahora bien, esta norma sólo es válida en los países occidentales. En los socialistas, por el contrario, la Iglesia como tal Iglesia y los cristianos como cristianos deben colaborar con los regimenes de su nación y ocupar puestos en el Gobierno.

Especialmente los alemanes tienen una misión histórica providencial: hacer de puente entre el Este y el Oeste, reconciliar las dos Alemanias a través de la reconciliación de cristianos v comunistas dentro de la "Iglesia profética" (27).

(27) Ver apartado III-3, manifestaciones concretas: Alemania Federal y del Este

- Iglesia carismática

Conducida y dirigida no por el Magisterio jerárquico, sino por los "carismas" que se manifiestan preferentemente en la Iglesia laical.

Por el hecho ele estar bautizado, el seglar recibe del Espiritu Santo unos carismas que escapan por sí mismos al juicio y valoración de la Iglesia jerárquica.

Esta independencia ha sido arrinconada y sofocada en la Iglesia, especialmente a partir de la Reforma protestante y como reacción a ella. Solamente después de cuatro siglos, en el Vaticano II, la Iglesia ha reconocido su error.

Sin embargo, el Magisterio signe resistiéndose a aceptar "el profetismo laical" en todas sus consecuencias.

Esto hace necesario que los seglares unidos reivindiquen, frente a la Iglesia institucional, su auténtico derecho a fiscalizar las últimas decisiones del Magisterio; de tal manera que éste no pueda adoptar postura alguna que vaya en contra del sentir general de los laicos (28).

(28) I. C. I., núm. 30.1, pág. 8. Marietta Peitz:

"El problema de 'las dos Iglesias' se plantea quizá más en Latinoamérica que en Europa... En Perú he encontrado un abismo trágico entre la Iglesia jerárquica oficial, omnipotente, y una juventud que lucha sola y está sola. Sólo he encontrado diez sacerdotes que hayan comprendido lo que es la Iglesia de los pobres: están en oposición al nuncio".

Esta idea estuvo muy presente en determinados sectores del III Congreso Mundial de Apostolado Seglar (Roma, octubre 1968).

En apoyo de esta teoría uno de los textos más manejados es la reciente obra de Hans Kung La Iglesia, especialmente el capítulo dedicado al estudio de • La Iglesia carismática".

C) REVISION RADICAL DE ALGUNOS ASPECTOS CONCRETOS

Una nueva moral (29)

(29) Fetes et Saisons, agosto-septiembre 1967, núm 217, págs. 12 y siguientes.

La moral tradicional del pasado, casuística, ínficionada de "tabús" y de sentido del pecado, delimitada en normas concretas, debe ser superada por una nueva moral, más amplia y general, para hombres maduros, libres.

El cristianismo es sólo una actitud vital, una ética que emana de la consideración y presentación de Jesucristo como hombre perfecto, una antropologia, una moral social.

La conciencia individual, según la situación concreta de cada hombre, tiene una primacía absoluta sobre cualquier norma objetiva. La Iglesia no debe entrometerse dictando normas o principios generales sobre problemas concretos.

El Derecho canónico no debe ser reformado, sino eliminado.

La moral cristiana debe ser reformada por el seglar, no por la jerarquia (Papa, obispos, sacerdotes), que a causa de su celibato y de su alejamiento de los problemas del mundo se encuentran incapacitados para afrontar algunas de las cuestiones más candentes. Los Sacramentos

La Creación y la Encarnación son los dos hechos fundamentales de la historia de la salvación. A través de ellos Dios ha purificado, dignificado y realzado de tal modo la materia (el mundo) y el hombre, que éstos son los dos únicos "sacramentos" importantes.

Lo que sea añadir, superponer algo a esta elevación del mundo y del hombre, es sacralizar, mitificar, restar autonomía al orden de lo creado.

En consecuencia, los sacramentos cristianos no añaden nada nuevo, o añaden muy poco. Y así no se puede decir que el primer acto religioso del hombre sea el bautismo, sino, simplemente, su nacimiento (30).

(30) Citado por Congar en su conferencia al III Congreso Mundial de Apostolado Seglar (Roma, octubre 1967).

•. Lo esencial es amar y ordenar el comportamiento al amor. La moral conyugal no tiene sentido para una pareja que se ame de verdad ... El pecado es no amar."

I. C. I., núm. 319, pág. 25.

La administración del bautismo a los niños supone un atropello a la dignidad y libertad de la persona humana. Son ellos quienes deben decir el bautismo cuando tengan madurez para captar los compromisos que encierra este sacramento.

La penitencia es puesta en cuestión por el cristiano, ya que tal como se practica es algo extraño e intolerable para el hombre de hoy. Debe ser sustituida por liturgias penitenciales colectivas Lo único importante es que el hombre se reconozca y adopte una actitud de pecador. La relación de pecados al sacerdote es un añadido, algo que hemos inventado por masoquismo, por afán de incorporar a nuestra religión todo que sea desagradable (31).

(31) Fetes el Saisons, núm. 217, págs. 14 a 18, y núm. 218, pág. W. Encuesta: "¿ Por qué no quieren confesarse?" .

La Misa purifica, justifica por si misma al hombre que se halla en pecado mortal, sin necesidad de confesión.

Las homilías colectivas son la mejor manera de llevar a la Iglesia, en la libre confrontación y discusión de los seglares, todos los problemas que actualmente se plantean en el mundo y en la Iglesia (doctrinales, teológicos, políticos, sociales, etc.) (32).

(32) I. C. I., núm. .105, págs. .12, y sigs. Alemania Federal: "Como nos es imposible dialogar con nuestro obispo, no queda más que una solución: provocar la institución. ¿Cómo? Pronunciándonos en favor del Vietnam o haciendo entrar la política en la misa."

El vínculo matrimonial queda automáticamente roto con la desaparición del amor.

En caso de separación, el cónyuge inocente debe ser autorizado por la Iglesia a contraer nuevas nupcias (33).

(33) Fetes et Saisons, núm. 217, pág. 35: "La Iglesia ha hablado demasiado a la mujer de resignación y sacrificio, lo que supone a veces rehuir el esfuerzo... Otros maestros aconsejan hoy a ésta que rechace la fe cristiana, ligada a esos valores más o menos deformados". "La Iglesia debe admitir una solución al problema de las parejas separadas, aceptando la posibilidad de que vuelvan a casarse las mujeres abandonadas por sus maridos." .

Los votos religiosos suponen una "consagración" hoy superada, que separa del mundo a los que la realizan, alienando asi a grandes masas de la Iglesia.

Despersonalizan y deshumanizan, creando el tipo de religioso cerrado a las realidades temporales. Sobre todo, las monjas son una nota anacrónica en la sociedad secularizada del siglo xx.

El celibato crea un tipo de persona tarada, asexual, realmente repelente. Debe ser abolido y los curas deben casarse para evitar, de esta forma, la consideración de la sexualidad y del matrimonio como algo imperfecto.

Las causas del abandono masivo del sacerdocio que presenciamos hoy son:

El término "consagración" está superado; debe ser sustituido por el de "ordenación" y por la consideración del sacerdote como funcionario al servicio del pueblo de Dios y de todos los hombres.

Las diferencias entre sacerdote y seglar deben ser superadas, desacralizando así la figura del sacerdote al considerarlo como "laico ordenado". El sacerdote dedicará solamente media jornada a su ministerio, empleando el resto del día en un trabajo manual o actividad profesional. Esto por razones económicas y de eficacia pastoral (34).

(34) ROGER SERROU: Paris-Match, núm. 992, 13 de junio de 1968, págs. 88 y sigs. "El sacerdote de mañana está ya entre nosotros". I. C. I., núm. 315, págs. 11.

El aspirante al sacerdocio debe formarse en los "grupos proféticos". Comenzará asistiendo como miembro, para ejercitarse más tarde en el diaconado y llegar por fin al sacerdocio, después de cursar estudios de teologia en régimen de externado.

Por tanto, los seminarios deben ser suprimidos (35).

(35) Fetes et Saisons, agosto-septiembre 1967, núm. 217, págs. 24-25.

El culto y la parroquia (36)

(36) Fetes et Saisons, agosto-septiembre 1967. núm. 217, págs. 8 y 19.

ROGER SERROU: Blanco y Negro, núm. 2.946, 19 de octubre de 1968, págs. 36-56.

La parroquia debe prescindir de todas las actividades organizadas bajo su tutela: escuela, patronatos, obras de caridad, bibliotecas, clubs deportivos, etc.

Esto no quiere decir que los cristianos deban desinteresarse de todas estas actividades y formas de acción. Lo que antes hacían como miembros de la parroquia lo harán después en instituciones estatales, en colaboración con los no creyentes.

La parroquia se fracciona en pequeños grupos, cuyos miembros se integran libremente, según sus afinidades y compromisos temporales:

"Yo no experimento el sentimiento de ser iglesia más que cuando tomo parte en una reunión restringida de amigos, en la que rezamos y trabajamos juntos, unidos por un mínimum de opciones comunes."

Los grupos se reúnen en las casas particulares, donde celebran la Eucaristía sentados alrededor de una mesa, después de una cena frugal.

Se celebran estas misas en un clima de acusada "desacralización": el sacerdote prescinde de sus ornamentos, consagra trozos de pan corriente, del que todos comen, y el vino común en una copa grande, de la que todos beben.

La liturgia está sujeta a la libre creación, según la inspiración de cada uno.

El templo no es necesario. A Dios se le encuentra en los hombres y no en el templo.

La iglesia no debe ser considerada como un lugar sagrado, como" casa de Dios". Al ser "casa del pueblo de Dios" el templo debe ser utilizado, al servicio del pueblo, para otros usos profanos (sala de lectura, conferencias, reuniones...), y estar abierto a todos los hombres, sin discriminaciones ideológicas.

D) LA DEMOCRATIZACIÓN (37)

(37) I. C. I., núm. 315, págs. 11, 38 y 39. Ver propuesta de la delegación filipina en el III Congreso Mundial de Apostolado Seglar (Roma, octubre 1968).

El único medio para que la Iglesia adquiera este" nuevo rostro" es "la democratización radical", ya que, frente a una je

rarquía siempre reacia, sólo la presión de los seglares puede hacer realidad los cambios necesarios. Esta democratización de la Iglesia supone:

1.º Que el "sensus fidelium" condiciona de manera efectiva las decisiones de la jerarquía.

2.° La creación de "órganos institucionalizados" de seglares que:

Esto será posible cuando se constituya una organización mundial de laicos, con la fuerza suficiente para colocarse ante la jerarquía en plano de igualdad. Las minorías proféticas, por sus carismas, su dinamismo y su situación en los puestos claves de los órganos de captación de la opinión pública de la Iglesia, son las llamadas a ocupar los puestos representativos en los órganos de diálogo institucionalizados, como portavoces de las aspiraciones del pueblo de Dios.

3.° La participación de los seglares en la elección de cargos, especialmcnte dc los obispos. Si los privilegios estatales, en este terreno, resultan una injerencia inaceptable, tampoco es conveniente dejar esta cuestión cn manos de las Conferencias Episcopales, que podrían ser igualmente sectarias.

4.° Acceso de los seglares a la vida interna de la Iglesia en lo que a información se refiere, aun en aquellas cuestiones hasta ahora reservadas a las más altas esferas jerárquicas. La información elebe ser asequible a todos los niyeles, mediante una total publicidad.

III LOS GRUPOS PROFÉTICOS

1. SU MISIÓN HISTÓRICA SEGÚN LA CORRIENTE PROFÉTICA

"El apostolado seglar organizado ha llegado hoy al momento de la liberación de estructuras demasiado pesadas, al momento de la desencarnación temporal, para encontrar una forma profética con vistas a nuevos compromisos".

Por tanto, la evolución del apostolado seglar hacia la formación de grupos proféticos es un fenómeno que se encuadra en el proceso del avance ineluctable de la historia, y que sería inútil querer detener.

En esta evolución, la primera etapa -antes de la Segunda Guerra Mundial- fue la etapa de las" obras católicas ", que pretendían preservar al mundo cristiano del proceso de secularización. En esta etapa se desarrolla la Acción Católica unitaria.

En el segundo momento, la Iglesia pretende pasar a la ofensiva, reconquistando los ambientes desde el interior. Para ello nacen los movimientos especializados. Pero estos movimientos -que alcanzaron su cénit de dinamismo poco antes de la Segunda Guerra Mundial- inician después de ésta su curva descendente y comienza a hablarse de "la crisis de la Acción Católica".

La postguerra es la hora de los movimientos proféticos, que no tratan ya de conquistar los ambientes, sino de aceptar la sociedad seculariazda, adaptándose a ella (38).

(38) J. GROTAERS: Conf. cit., pág. 14.

Esta evolución natural explica sociológicamente la asombrosa proliferación de los grupos proféticos no sólo en Europa (Alemania Federal y del Este, Bélgica, Francia, Italia, España, Holanda, etc.), sino en América del Norte y del Sur y en los países del tercer mundo.

En éstos el movimiento profético está muy desarrollado gracias al impulso dado a los grupos "Ad lucem", con sede en Francia, por su dirigente internacional Louis Evely. Estos grupos orientan su acción hacia los países asiáticos y africanos y cuentan, a los veinte años de su nacimiento, con miembros en más de veinte nacíones (39).

(39) L. EVELY: Ob. cit., págs. 11 y 14.

Actualmente son muchos los movimientos de Acción Católica que han evolucionado hacia el profetismo, y se espera que otros tantos, entre los que se cuentan los de España, sigan su ejemplo muy en breve (40).

(40) J. GROTAERS: Conf. cit., págs. 8 y 16.

2. NATURALEZA Y ESTRUCTURA

Son grupos muy flexibles, creados por la influencia de un seglar, un sacerdote "profeta" o una revista, y fuertemente respaldados a nivel internacional por organismos tan potentes como el IDO-C.

(La revista IDO-C publicó en mayo de 1967 un número monográfico dedicado a una conferencia de su cofundador, Jean Grotaers, en la que éste señalaba como tarea primordial a los participantes del III Congreso Mundial para el Apostolado de los Seglares: liberar el apostolado seglar de "estructuras demasiado pesadas", desvinculándose de la jerarquia "para constituir grupos proféticos").

En los grupos proféticos se integran indistintamente católicos, protestantes y marxistas, unidos por un compromiso temporal "encarnado" de interés común.

Los miembros de los grupos proféticos son hombres y mujeres, solteros o casados, de todas las edades y estamentos sociales; en su mayoría son técnicos de gran competencia que ejercen diferentes profesiones y carreras. Entre ellos hay sacerdotes, pero trabajan igual que los seglares; son, según ellos, "laicos ordenados".

Se caracterizan por relaciones no de paternalismo, sino de fraternidad, animados por un equipo profético en el que la distinción entre clero y laicado se halla superada.

No son grupos aislados. En la conferencia indicada, Grotaers hablaba de una reunión de fin de semana en la Bélgica flamenca, en la que tomó parte; en ella, los grupos de intelectuales participantes (veinte) quedaron conectados entre si.

Tampoco se hallan siempre al margen del apostolado organizado. Pueden surgir y constituirse en el seno de las mismas organizaciones apostólicas. En este caso su misión en acceder a los órganos directivos para imprimir en la organización el "signo profético".

3. REUNIONES y TÉCNICAS

a) Cada grupo se constituye por medio de un "profeta" -seglar o "laico ordenado"- con tres o cuatro personas -preferentemente obreros y estudiantes-. También matrimonios, etc.

b) En una primera etapa se busca con gran interés la "confesionalidad", es decir, el respaldo real o aparente de la parroquia o cualquier otra organización o edificio religioso o apostólico. Incluso, en ocasiones, se invita al obispo a una reunión para que bendiga y apoye la "obra", permitiendo su establecimiento en la diócesis.

Esto es necesario para no "espantar" a los simpatizantes. "Todavia tenemos poca fuerza y hay que contar con el obispo y el cura para dar los primeros pasos, pero más tarde se prescinde de esto".

"Nadie sospecha nada, nadie recela nada, porque esto nace dentro de la Iglesia".

c) Las primeras reuniones se enfocan hacia la captación de posibles miembros. Adoptan, en general, la forma de una "liturgia de la palabra" realizada en un clima de amistad, en la que se tratan temas tan atrayentes como la caridad, la paz, etc., a base de lecturas biblicas, cánticos y recitación de salmos, acompañados de un coloquio final.

d) Después se organiza y propone una convivencia, a la que se invita a las personas más "inquietas" e "impresionadas".

En esta convivencia se trata de conseguir la "conversión", es decir:

-El reconocerse pecador por no haber vivido la caridad y tener una falsa religión.

-No basta un reconocimiento individual, es necesario tomar conciencia también de los pecados de la Iglesia.

-Hay que humillarse y tomar una actitud pobre. Adquirir la conciencia de ser un pobre en una Iglesia de pobres.

-Pedir perdón. Al ser aceptado en la comunidad por los hermanos y empezar a amar, todo queda perdonado.

e) Hay también un catecunenado. Para asistir a él es necesano ir en "blanco". Olvidar todo vestigio de esa falsa religión superada. Esto es imprescindible para abrirse a los demás y amarlos en la nueva Iglesia.

Si falta esta plasticidad receptiva, el nuevo miembro es invitado de una u otra forma a abandonar el grupo.

f) Respecto al Magisterio y a la jerarquia, la postura es evolutiva, de acuerdo con un proceso de radicalización.

-En un primer momento se omite toda referencia a ella. La "caridad ", la "paz", etc., ocupan todo el tiempo, agotan toda la materia.

-Después se pasa de una ridiculización, a través de bromas o chistes más o menos espaciados, a una crítica totalmente negativa.

-Para terminar en un auténtico clima de enfrentamiento, desconexión y oposición.

g) En los primeros contactos del grupo se insiste en que las reuniones no obedecen a preparación alguna, ni existen apenas técnicas ele acción. "Todo es espontáneo, porque únicamente actúan los carismas del Espiritu Santo".

Sin embargo, las reuniones litúrgicas se preparan con antelación, de tal manera que si alguno de los asistentes pregunta o pone sobre el tapete algún tema no previsto, se silencia o se pasa por alto.

h) Ocultan la vinculación de unos grupos con otros y niegan la existencia de dirigentes, en esta corriente que atribuyen únicamente al Espiritu Santo, de quien procede también su enorme difusión en toda la Iglesia.

i) Únicamente los dirigentes de los grupos conocen el contenido total de la ideologia profética que van dejando caer suavemente y con mucha precaución, sobre todo en las primeras etapas. Ellos mismos reconocen que sus puntos de vista sobre la "nueva Iglesia" (el bautismo, la confesión y sus relaciones con el Magisterio, el Papa, etc.) no son conocidos más que por una pequeña parte de los miembros de sus grupos.

4. DESARROLLO Y MANIFESTACIONES CONCRETAS

HOLANDA

El Centro "De Horstink", que fue hasta 1965 Centro Nacional de Acción Católica, abandonó el "mandato" para convertirse en un "Centro de Comunicaciones entre la Iglesia y el Mundo", que realiza su trabajo en colaboración con protestantes y ateos. (Grotaers, conferencia citada, pág. 15).

BELGICA

La posguerra es la hora de los grupos proféticos, que surgen por todas partes, a causa de las limitaciones impuestas por la jerarquia al compromiso temporal de los movimientos apostólicos. (Grotaers, conferencia citada, pág. 11).

ITALIA

El "clericalismo politico" -que da a la República un matiz confesional en virtud del concordato- frena la acción misionera. En esta situación las vocaciones más dinámicas del apostolado seglar se han desvinculado de la Acción Católica, derivando hacia grupos de estructura más flexible, sin mandato, que proliferan de modo increíble. (Grotaers, conferencia citada, página 12).

ALEMANIA DEL ESTE

Las experiencias son particularmente interesantes: Existen en primer lugar los "Cristianos del Diálogo". Son pequeños grupos de católicos que. abandonando la postura de la Iglesia institucional, y en oposición a la mayoria de los católicos, asumen "la gran misión" de ocupar puestos en el Gobierno y colaborar con el régimen, en un intento de hacer compatibles con el cristianismo los presupuestos de la sociedad comunista. Al actuar de este modo creen cumplir una misión histórica providencial.

Junto a ellos, los grupos de la "Gossner Mission", fuertemente influenciados por Bonhoffer y los sacerdotes obreros franceses de la primera hora, que pretenden demostrar que se puede ser cristiano y vivir en una sociedad socialista, e incluso hacerse comunista sin dejar de ser cristiano. Niegan que el comunismo tenga que ser necesariamente ateo. Combaten duramente el abstencionismo de los católicos fieles al Mragisterio. El estilo de vida de estos grupos está en la linea de otros muchos occidentales. Celebran también la Eucaristia en las casas particulares, por considerar superado el culto en el templo.

También los qrupos "Studentengemeiden", formados por protestantes y católicos, dan prueba de un gran "dinamismo" en el mundo estudiantil. Agrupan a estudiantes, futuros profesores, humanistas y teólogos. Se encuentran, "como es natural", en una cierta oposición a la Iglesia oficial. Su compromiso implica una reforma teológica, especialmente en las relaciones Iglesia-mundo, asi como la búsqueda de nuevos caminos en la celebración litúrgica.

Paralelos a este grupo las "Academias Evangélicas" ponen en cuestión la tradición eclesiástica en nombre de la "Iglesia del mañana". En sus jornadas de estudio tratan todos los problemas posibles e imaginables que tengan relación con el compromiso ."con la nueva sociedad". Tanto estas academias como algunos centros católicos de pastoral intentan llegar a nuevas creaciones teológicas, partiendo de consideraciones tales como "el sacerdote como laico y el laico como teólogo".
(I. C. I., 15 de febrero de 1968, págs. 30 sigs.).

ALEMANIA FEDERAL

Frente a una Iglesia "ahogada y enredada en el contenido sociopolítico en el que está comprometida", surgen pequeños grupos que se esfuerzan en renovar las estructuras eclesiales y en sacar a los católicos de su "confort espiritual y moral".

El movimiento "Catolicismo Crítico" (llamado también "Kapo", oposición católica extraparlamentaria) nace en 1968 de la reagrupación de varias asociaciones, entre ellas "Pax Christi". Se propone como fin renovar y democratizar la Iglesia. Su pensamiento dice inspirarse en las teorías del teólogo de Münster Juan B. Metz, según las cuales la Iglesia debe desempeñar un papel critico frente a la sociedad.

Sus miembros intervinieron en el LXXXII Katholikentag, celebrado en Essen del 4 al 8 de septiembre de 1968. En él su crítica y su acción -como la de los" grupúsculos" franceses del mes de mayo en los medios estudiantiles- encontraron un terreno favorable. Unidos a los representantes de la B. D. K. J. (Federación de Asociaciones Católicas de Jóvenes, "antes conocida por su docilidad") pidieron:

El "Grupo 55" y el "Grupo de Munich" trabajan en silencio, pero publican la revista mensual más izquierdista del catolicismo alemán. Es la revista Verkhefte, "revista para los problemas de la sociedad y el catolicismo". En agosto de 1968 organizó un coloquio con los marxistas.

Otro grupo es el de "Universitarios del Rühr". La parroquia de estudiantes católicos de Bochum está muy unida a los protestantes. Un estudiante de teología dice: "Como nos es imposible dialogar con nuestro obispo, no queda más que una solución: provocar a la Institución. ¿ Cómo? Pronunciándonos a favor del Vietnam o haciendo entrar la política en la misa".

En octubre de 1967 se fundó un "Grupo de trabajo democrático y católico" bajo la presidencia de un profesor, un periodista y un estudiante. Este círculo se propone la democratización del pensamiento y las estructuras de la Iglesia católica, o, al menos -como dice Hans Friemund, que trabaja en Radio Berlín-, "hacer ver la urgencia de esta democratización". (I. C. I., número 325, págs. 11 a 13).

FRANCIA

La Iglesia y la revolución (I. e. 1., núm. 315, págs. 36-40).

A raíz de los acontecimientos de mayo los cristianos ele izquierda acusan a la Iglesia institucional:

Los "grupúsculos" organizan numerosos forums sobre "Los cristianos y la revolución". Entre ellos, uno organizado el 8 de junio en la "Sorbona Libre" por sor María Edmon, auxiliar y directora de la revista Echanges, a petición del C.R.A.C. (Comité Revolucionario de Agitación Cultural), sobre el tema: "De Che Guevara a Jesucristo".

La revolución en la Iglesia (I. C. I., ibíd.).

Los cristianos de izquierda "contestan" (protesta global) en las estructuras eclesiásticas; esta "contestación" reviste formas variadas, desde las extremadamente revolucionarias hasta las más "dialogantes":

1.º El movimiento "Biblia y Revolución".

2.° La federación de los grupos "Temoignage Chrétien"

Esta federación "se alegra" de que haya "contestacíón" también en la Iglesia, y hace una proposición concreta: la creación por elección, a todos los niveles de la unidad cristiana, de consejos de laicos dotados de grandes poderes de organización y orientación.

3.° Asamblea celebrada en la iglesia de San Pedro y San Pablo de Lille. Se formó un equipo de trabajo con el fin de buscar nuevas estructuras que permitan descubrir las causas del malestar reinante en la comunidad eclesial.

Una veintena de cristianos, hombres y mujeres, médticos, ingenieros, economistas, sociólogos, estudiantes, catedráticos, convocaron una asamblea tan heterogénea como numerosa, para plantear una cuestión:

El párroco, pese a la oposición de una parte del clero parroquial, dio su consentimiento, y el obispo, la autorización.

El ayudante de la cátedra de Geografía de la Facultad de Letras, M. Jean Pierre Augrand, abrió el debate y expuso el porqué y el cómo de la asamblea. Partiendo ele los puntos que indicamos a continuación:

4.º Forum permanente organizado en París -durante los acontecimientos de mayo- en el "Centro de Saint-Yves" de estudiantes católicos de Derecho, dirigido por los dominicos.

En la fachada un gran cartel: "Estudiantes, trabajadores, la revolución y los cristianos".

Participan en los debates abiertos, al igual que en la Sorbona, estudiantes, jóvenes obreros, personas de edad adulta y de diferentes ambientes, no creyentes, y, a veces, los transeúntes que al pasar se interesan.

Se habla: de la actitud de los cristianos ante los acontecimientos, de las relaciones entre marxistas y cristianos, de la necesidad de la revolución.

Un antiguo dirigente de un movimiento estudiante cristiano se presentó como revolucionario par état y denunció ante la concurrencia:

Un sacerdote dijo también:

Se oyeron algunas intervenciones por parte de cristianos sobre "los profundos traumatismos" provocados por "las estructuras eclesiales superadas".

5.º Forum en el Instituto Católico de París

Se pidió que se desarrollara en el Instituto Católico "un movimiento en coherencia con el movimiento de la Sorbona" y, más generalmente, "que fueran puestos en práctica, en el interior de la Iglesia, los principios que reconocemos como válidos para la "contestación" de la sociedad".

6.º Grupos de estudiantes de la Facultad de Teología protestante de París:

Protestan contra:

7.° Grupo ecuménico de catorce sacerdotes, pastores y laicos de París.

Lanzan un llamamiento a los cristianos proponiéndoles "agruparse según las iniciativas que crean más adaptadas y eficaces, para definir, en la mayor libertad, y para crear las condiciones de esta renovación de la existencia cristiana" .

(I. C. I., núms. 313-314, págs. 21 sigs.)

ITALIA

Ocupación de la catedral de Parma (I. C. I., n im. 325, pág. 13).

Los participantes explicaron así el objetive de la ocupación:

CHILE

Ocupación de la Catedral de Santiago de Chile (2-VIII-68)

Unos doscientos cristianos, que se declararon miembros del Movimiento "Joven Iglesia", celebraron la Eucaristía entre elloss y después una rueda de prensa.

El 13 de agosto los ocupantes explicaron el sentido de su gesto en un manifiesto publicado en el periódico comunista El Siglo, bajo el título: "Las estructuras de la Iglesia impiden el compromiso con el pueblo y su lucha".

El manifiesto es una requisitoria "contra la estructura del poder de dominación y riqueza en la que se ejerce a menudo la acción de la Iglesia, y contra la mentalidad de las organizaciones que condicionan y adulteran el trabajo de la jerarquía eclesiástica".

Es al mismo tiempo un alegato:

Todo es objeto de criba y "contestación" (protesta global):

"Como no creemos en las posibilidades de diálogo en la Iglesia, hemos recurrido a un gesto violento: la ocupación de la catedral."

MEJICO

Cuarenta y ocho organizaciones de laicos mejicanos piden la reforma de la estructuras y autoridad de la Iglesia. "El estilo de la vida católica no da lugar a la honradez, la crítica, la discusión abierta y pública."

(I. C. I., 1 de septiembre de 1968, pág. 7).

Una formación estudiantil a escala mundial. (I. C. I., núms. 313- 314, junio 1968, págs. 14-15.)

Pequeñas minorías de carácter "carismático" y "profético" han arrastrado a la agitación en todo el mundo a las masas de estudiantes. Los diferentes pretextos de orden material o moral, que constituían punto de partida de esta agitación:

Han sido constituidos por un sentimiento revolucionario más general: la "constestación" global de la sociedad.

Esta "contestación" de la sociedad civil incluye también la "contestaciém" de las estructuras actuales de la comunidad eclesial.

Y esto ocurre también tanto en las Universidades católicas como en las Facultades de Teologia católica y protestante.

En todas partes, pero sobre todo en América latina, los estudiantes revolucionarios adoptan "una forma de renovación marxista". Sin excluir a los estudiantes cristianos, que, como todos, han llegado a ver en un marxismo renovado (científico, pero rehusando la ortodoxia de Moscú) la única fuerza viril capaz de afrontar la revolución.

Los cristianos partiendo de un mismo análisis de la situación y de las mismas reflexiones que los marxistas, entran a tomar parte en los mismos compromisos.

No creen que haya que tomar "una actitud cristiana específica" ante los acontecimientos.

No ven que haya contradicción entre el marxismo científico y su fe cristiana. Por el contrario, piensan que su fe tomará una nueva forma de expresión en este combate revolucionario.

Entre ellos hay grupos que se separan prácticamente de la Iglesia. Hay movimientos de jóvenes cristianos comprometidos, en los que ya no se habla de la Iglesia, porque no importa la Iglesia. Aunque dicen que conservan la fe, no ven la razón ya de permanecer en las comunidades cristianas.

Ante la negación de la Iglesia a autorizar el compromiso politico de los movimientos de estudiantes cristianos como tales, los elementos más dinámicos de estos movimientos se salen de la Iglesia.

En Europa las juventudes estudiantes cristianas están todavia absorbidas por sus relaciones jurídicas con la jerarquía eclesiástica, pero en algunos países (entre los que se halla España) empiezan ya a reflexionar seria y abiertamente sobre los problemas actuales de nuestra sociedad.

* * *

Su Santidad Pablo VI se ha referido en múltiples ocasiones a las corrientes a que se contrae el presente estudio y ha puesto en guardia contra no pocos de los errores y desviaciones implicados en ellas. Para facilitar al lector la búsqueda y comprobación de los textos pontificios relacionamos a continuación los números de "Ecclesia" en que aparecieron los discursos relativos a dichas corrientes.

1. Grupos carismáticos (proféticos), núm. 1.408.

3. Antropocentrismo, núm. 1.399.

2. Iglesia carismática (profética), núms. 1.387, 1.405, 1.407.

4. Secularización, Laicismo. Ateísmo, núms. 1.389, 1.392, 1.395, 1.405, 1.417.

5. El verdadero humanismo, núms. 1.391, 1.402, 1.403.

6. Relativismo. Historicismo, núms. 1.388, 1.392, 1.405, 1.415.

7. Reforma de la Iglesia, núms. 1.389, 1.403.

8. Liturgia, núms. 1.405, 1.410.

9. Moral sin pecado, núms. 1.381, 1.406.

10. Penitencia. Bautismo, núm. 1.381.

11. Magisterio. Jerarquía, núms. 1.360, 1.362

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ESCATOLOGIAS DE HORIZONTE TERRENO

CRISTIANDAD. Barcelona. Febrero 1969. Nº. 456, pág. 52

Bertrand Russell en su Historia de la Filosofía Occidental, (t. 1, pág. 393. Espasa-Calpe, 1947), alude al entronque bíblico de las concepciones que constituyen el contenido emocional del marxismo. Sus palabras pueden sugerirnos la comprensión del carácter de redenciones inmanentes que deforman y se enfrentan a la auténtica redención sobrenatural de muchas ideologías contemporáneas.

La presentación judía de la Historia, del pasado y futuro es de una índole que apela poderosamente a los oprimidos y desafortunados de todos los tiempos. San Agustín adaptó esto a la cristiandad, Marx, al socialismo. Para comprender a Marx psicológicamente, se debía emplear el siguiente diccionario:

Los términos del lado izquierdo dan el contenido emotivo de los términos de la derecha, y es este contenido emocional, familiar a los que han tenido una educación cristiana o judía, lo que hace posible la escatología de Marx. Un diccionario análogo podría hacerse para los nazis, pero sus conceptos son más puramente estilo Antiguo Testamento y menos cristianos que los de Marx, y su Mesías más análogo a los Macabeos que a Cristo.

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En la línea sugerida por Russell, este diccionario podría ser:

Aun podía haber añadido Russell en estas sugerentes comparaciones a los gentiles que en el comunismo serían los burgueses y en el nazismo la burguesía judía.

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EL VERDADERO REINO MESIANICO

La Iglesia de Cristo, Israel del espíritu, germen de unidad y de salvación para la humanidad, (Del Concilio Vaticano II Lumen gentium, núms. 2, 6 y 9.)

CRISTIANDAD. Barcelona. Febrero 1969. Nº. 456, pág. 52

[El Padre Eterno] Determinó convocar a los creyentes en Cristo en la Santa Iglesia, que fue ya prefigurada desde el origen del mundo, preparada admirablemente en la historia del pueblo de Israel y en el Antiguo Testamento, constituida en los últimos tiempos, manifestada por la efusión del Espíritu Santo, y se perfeccionará gloriosamente al fin de los tiempos. Entonces, como se lee en los Santos Padres, todos los justos descendientes de Adán, "desde Abel el justo hasta el último elegido", se congregarán delante del Padre en una Iglesia universal.

...

La Iglesia es "agricultura" o campo de Dios (1 Cor 3, 9). En este campo crece el vetusto olivo, cuya santa raíz fueron los patriarcas en la cual se efectuó y concluirá la reconciliación de los judíos y de los gentiles (Rom 11, 13-26).

...

En todo tiempo y lugar son aceptos a Dios los que le temen y practican la justicia (cf. Act 10, 35). Quiso, sin embargo, el Señor santificar y salvar a los hombres no individualmente y aislados entre sí, sino constituir un pueblo que le conociera en la verdad y le sirviera santamente. Eligió como pueblo suyo el pueblo de Israel, con quien estableció un pacto y a quien instruyó gradualmente manifestándosele a Sí mismo y sus divinos designios a través de su historia, y santificándolo para Sí. Pero todo esto lo realizó como preparación y símbolo del nuevo pacto perfecto que había de efectuarse en Cristo, y de la plena revelación que había de hacer por el mismo Verbo de Dios hecho carne. He aquí que llega el tiempo, dice el Señor, y haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. Pondré mi ley en sus entrañas y la escribiré en sus corazones, y seré Dios para ellos, y ellos serán mi pueblo... Todos, desde el pequeño al mayor, me conocerán, afirma el Señor (Ier 31,31-34). Pacto nuevo que estableció Cristo, es decir, el Nuevo Testamento en su sangre (cfr. 1 Cor 11,25), convocando un pueblo de entre los judíos y los gentiles, que se condensará en unidad no según la carne, sino en el Espíritu, y constituirá un nuevo pueblo de Dios. Pues los que creen en Cristo, renacidos de germen no corruptible, sino incorruptible, por la palabra de Dios vivo (cf. 1 Petr 1, 23), no de la carne, sino del agua y del Espíritu Santo (cf. Io 3,5-6), son hechos por fin linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo de adquisición, ..., que en un tiempo no era pueblo, y ahora es pueblo de Dios (1 Petr 2,9-10).

Este pueblo mesiánico tiene por Cabeza a Cristo, que fue entregado por nuestros pecados y resucitó para nuestra salvación (Rom 4,25), Y habiendo conseguido un nombre que está sobre todo nombre, reina ahora gloriosamente en los cielos. Tiene por suerte la dignidad y libertad de los hijos de Dios, en cuyos corazones habita el Espíritu Santo como en un templo. Tiene por ley el mandato del amor, como el mismo Cristo nos amó (cf. Io 13, 34). Tiene últimamente como fin la dilatación del reino de Dios, incoado por el mismo Dios en la tierra, hasta que sea consumado por Él mismo al fin de los tiempos, cuando se manifieste Cristo, nuestra vida (cf. Col 3,4), y la misma criatura será liberada de la servidumbre de la corrupción para participar en la libertad de los hijos de Dios (Rom 8, 21). Aquel pueblo mesiánico, por tanto, aunque de momento no contenga a todos los hombres y muchas veces aparezca como una pequeña grey, es, sin embargo, el germen firmísimo de unidad, de esperanza y de salvación para todo el género humano. Constituido por Cristo en orden a la comunión de vida, de caridad y de verdad, es empleado también por Él como instrumento de la redención universal y es enviado a todo el mundo como luz del mundo y sal de la tierra (cf. Mt 5,13-16).

Así como el pueblo de Israel según la carne, el peregrino del desierto, es llamado alguna vez Iglesia (cf. Num 20,4, etc.), así el nuevo Israel que va avanzando en este mundo hacia la ciudad futura y permanente (cf. Hebr 13,14) se llama Iglesia de Cristo (cf. Mt 16,18), porque Él la adquirió con su sangre (cf. Act 20,28), la llenó de su Espíritu y la proveyó de medios aptos para una unión visible y social. La congregación de todos los creyentes que miran a Jesús como autor de la salvación y principio de la unidad y de la paz, es la Iglesia convocada y constituida por Dios para que sea sacramento visible de esta unidad salutífera para todos y cada uno. Rebasando todos los límites de tiempo y de lugares, entra en la historia humana con la obligación de extendernos a todas las naciones. Caminando, pues, la Iglesia a través de peligros y de tribulaciones, de tal forma se ve confortada por la fuerza de la gracia de Dios que el Señor le prometió, que en la debilidad de la carne no pierde su fidelidad absoluta, sino que persevera siendo digna esposa de su Señor, y no deja de renovarse a sí misma bajo la acción del Espíritu Santo hasta que por la cruz llegue a la luz sin ocaso.