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Vid. ¿Filosofía escolástica o filosofía tomista? II, Jaime Bofill nº 28:225..¿Filosofía escolástica o filosofía tomista?, Jaime Bofill nº 23:110.
Artículos del Padre Orlandis
La Realeza de Cristo, la esperanza de
una realización del Reinado de Cristo sobre la tierra con una
perfección mayor que la que ha alcanzado hasta ahora,
no es sino la herencia recibida por la Iglesia, de
Cristo y de sus Apóstoles, que encierra el impulso de expansión
vital de la verdad evangélica hasta conseguir la
adecuación del Reino de Cristo de hecho con el de derecho,
o lo que es lo mismo, la aceptación plena del encargo de
Jesucristo docete omnes gentes: haced que todas
las naciones acepten y acaten vuestro magisterio,
admitan la buena nueva de que sois mensajeros, disfruten de los
bienes que en esta buena nueva se les ofrecen. (¿Somos
pesimistas? CRISTIANDAD, núm. 73. 1.04.1947,
págs. 145-148).
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Canals recordaba que el Padre Orlandis decía insistentemente:
"En el cielo nos vamos a llevar muchas sorpresas".
"Ya le pueden dar vueltas; en el Reino de Cristo lo que habrá será democracia"
Decía frecuentemente: «por más vueltas que le den la futura sociedad cristiana será democrática». Pero la democracia moderna sabía que era la aplicación a la política de una concepción del mundo naturalista, antiteística y anticristiana.
«Es una corriente que lleva a la pérdida de la fe», repetía el Padre Orlandis, refiriéndose al catolicismo liberal y a su evolución democrática y socialista.
"Aquí, aquí, aquí, aquí, aquí...". (Hay que estar en Schola, en el local de Schola).
"Mira, noi, pietat". (Lo que hay que hacer es rezar).
Colaboreu, colaboreu, colaboreu, colaboreu, colaboreu, colaboreu.
«Buscad en todo la unidad» decía insistentemente el Padre Orlandis. Por inspiración suya la revista Cristiandad tituló una de sus secciones habituales con el lema Plura ut unum.
«Lo nuestro es la devoción al Corazón de Jesús», decía; e insistía en advertir que el demonio «pasa por todo», con tal de que no nos entreguemos al servicio del Corazón de Jesús.
«Contemplen... a Cristo presente en su Iglesia no con la presencia corporal y visible que soñaron los milenarios...».
(33. «R. Orlandis S. I.: «Sobre la actualidad de la idea de Cristo Rey». CRISTIANDAD, núm. 39 (1-11-1945), págs. 465-468).
Se apoyaba insistentemente nuestro maestro en un texto del escriturista Knabenbauer, que a su vez remitía a Cornelio a Lapide: «Entonces, derribado el Reino del Anticristo, la Iglesia reinará en todas partes de la tierra, y se hará, de los Judíos y de los Gentiles, un solo rebaño y un solo pastor».
Recuerdos y reflexiones actuales sobre la teología de la historia del padre Ramón Orlandis, ...................................... CRISTIANDAD, núm. 728-730, enero-marzo de 1992, págs. 19 a 23
(Conferencia pronunciada en la clausura de la XXIX Reunión de amigos de la Ciudad Católica. Poblet, 14 de octubre de 1990. Publicada en la revista Verbo, núm. 301-302 (1992), págs. 191-201)Siguiendo al Padre Orlandis. decía Canals a menudo:
"No dejes de bañarte siete veces en el Jordán".
Y recordaba muchas veces la gran enseñanza de la formidable historia de Naamán el sirio (II Reyes 5)
Canals decía que el Padre Orlandis leía a Julio Verne a menudo para relajarse.
Véase La relación de Julio Verne con la fe católica, artículo de Marco Roncalli en Avvenire, en el centenario del fallecimiento de Julio Verne, reproducido por Aldobrando Vals en CRISTIANDAD, año LXII, nº 886, mayo de 2005, pág. 43.
Recuérdese también la obra El conde de Chanteleine, escrita en 1864 por Julio Verne (1828-1905), en la que la sublevación de la población católica de la Vendée contra la revolución Francesa era presentada de una manera que el editor de Verne consideró favorable a los católicos sublevados y, por esa consideración, no se la publicó. Y Julio Verne tuvo que conformarse con la publicación de esa novela histórica ya realizada ese mismo año 1864 en tres entregas en la revista Musée des Familles).
Julio Verne personificó en el conde de Chanteleine al personaje histórico de La Championnière, lugarteniente de Charette, uno de los principales jefes del alzamiento vendeano. Julio Verne, que era bretón, nacido en Nantes, conoció en casa de su tío Prudent a los hijos de La Championnière y puede que leyera el manuscrito entonces inédito de sus Memorias sobre la guerra de VendéeVéase también https://www.religionenlibertad.com/cultura/682782834/novela-desconocida-julio-verne-epopeya-catolica-vendee.html
Y https://fr.wikipedia.org/wiki/Le_Comte_de_Chanteleine
Y, por otra parte, Jules Verne et Dieu
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Canals dice que Dios crea la capacidad de los entes finitos para recibir los bienes que crea en ellos al crear en ellos esos bienes que les comunica. Y dice que esta es una tesis tomista fundamental. Y que así lo enseñaba el padre Orlandis.
Incluye Canals entre las 27 tesis tomistas que propone como suplementarias a las veinticuatro tesis tomistas de 1914, con el nº 20, la siguiente:
20º. La estructura del ente finito, bueno participativamente, constituído por capacidad de acto, que participa del acto de ser por el que tiene su perfección,
es como el reflejo del correlativo del bien infinito de Dios,operante por pura liberalidad, comunicando a los entes liberalmente los bienes que en ellos crea,
creando simultáneamente -no sólo en sentido cronológico sino ontológico-su capacidad para recibir los bienes comunicados por el acto creador.
(Del magisterio oral de mi maestro Ramón Orlandis). (La síntesis filosófica de santo Tomás de Aquino [y 27 tesis tomistas suplementarias]
conferencia de Canals el 26 de enero de 2001, en el acto en honor de Santo Tomás de Aquino del Instituto Filosófico de Balmesiana y la sección barcelonesa de la SITA).-----------------------------------
La manifestación al mundo del Sagrado Corazón de Jesús en las revelaciones de Paray-le-Monial a santa Margarita María Alacoque "es una verdadera profecía de que Él reinará en el mundo a pesar de sus enemigos y esto porque por esta nueva redención destruirá el imperio de Satanás y sobre las ruinas del mismo levantará el imperio de su Amor".
(Ramón Orlandis, S. I.: Pensamientos y Ocurrencias. 1934. Cristiandad, núm. 269, de 1 de junio de 1955).La doctrina del Reino de Cristo es la carta magna de Cristo Rey que vive en el cielo y gobierna y quiere gobernar a los hombres para darles la felicidad verdadera y para unirlos en la paz, en la justicia, en el amor (Orlandis)
La idea de la Realeza de Cristo, la esperanza de una realización del Reinado de Cristo sobre la tierra con una perfección mayor que la que ha alcanzado hasta ahora
Conseguir la adecuación del Reino de Cristo de hecho con el de derecho
Que todas las naciones acepten y acaten el magisterio de la Iglesia y disfruten de los bienes que en esta buena nueva se les ofrecen
La aceptación voluntaria por las naciones de la Soberanía Social de Jesucristo, de todas las naciones
La Iglesia que posee la sangre de Cristo y el don del Espíritu no puede ser más rica, porque su riqueza es infinita.
Mas de estas riquezas de la Iglesia no participan todos los hombres llamados a ser miembros de ella, y aun los que de ellas participan, podrían adquirirlas y poseerlas en grado superior a aquél en que las poseen.Cuanto más dista el mundo de la plena realización de este ideal, cuanto mayores son las exigencias malaventuradas de la hipótesis, más necesario es conservar puro y vivo en la mente y en el corazón este ideal, y profesarlo públicamente.
Lejos de nosotros fantasear una era de una santidad dulzona, sin cruz ni mortificación.
¿Podríase admitir como probable la presencia visible de Cristo Rey en la tierra, como defienden los milenaristas? En modo alguno.
¿Somos pesimistas? Ramón Orlandis, S. I. CRISTIANDAD Barcelona, Año IV, nº 73, 1 de abril de 1947, página 148
En la teología de la historia: el fin del imperio romano
Elementos de la perfección creada
La bondad divina, participada por semejanza en las criaturas, fin del acto creador
Sobre la actualidad de la fiesta de Cristo Rey
El arco iris de la «Pax Romana»
Valores de persona y valores de cosa
La actualidad a la que aspiramos
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«¿Podríase admitir como probable la presencia
visible de Cristo Rey en la tierra, como defienden los
milenaristas? En modo alguno...».
(¿Somos pesimistas? CRISTIANDAD
Barcelona, Año IV, nº 73, 1
de abril de 1947, página 145).
LA TRADICIÓN Y EL TRADICIONALISMO Fundamento ontológico de que la tradición es recibir lo bueno, asimilarlo, seleccionarlo, perfeccionarlo, acrecentarlo y transmitirlo El padre Orlandis dice que, por ser el
bien difusivo, el hombre, como todo ser, se dedica
primero a "buscar para sí el
complemento de su perfección" para después
"comunicarla a los demás". |
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«Reinaré a pesar de mis enemigos» ¡Las promesas de Paray-Ie-Monial!. ¡Reinaré a pesar de mis enemigos! Estas palabras resonaban de continuo en el oído de Santa Margarita. [...] Tal vez los primeros devotos del Corazón de Jesús no atendieron lo bastante a estas significativas palabras. Extendióse, muerta la santa, la devoción al Divino Corazón pedida en las revelaciones, pero la idea del reino más bien parece esfumarse. Mas llegando a su mitad el siglo XIX, al choque de la antítesis impía y liberal, la idea del reino de Cristo cobra vigencia, claridad y precisión. RAMÓN ORLANDIS, S.I.: «Sobre la actualidad de la fiesta de Cristo Rey», Cristiandad, núm. 39, 1 de noviembre de 1945. |
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La idea de la
Realeza de Cristo, la esperanza de una
realización del Reinado de Cristo sobre la tierra con
una perfección mayor que la que ha alcanzado hasta ahora Conseguir la adecuación del Reino de Cristo de hecho con el de derecho Que todas las naciones acepten y acaten el magisterio de la Iglesia y disfruten de los bienes que en esta buena nueva se les ofrecen La aceptación voluntaria por las naciones de la Soberanía Social de Jesucristo, de todas las naciones La Iglesia que posee la sangre
de Cristo y el don del Espíritu no puede ser más rica,
porque su riqueza es infinita. Cuanto más dista el mundo de la plena realización de este ideal, cuanto mayores son las exigencias malaventuradas de la hipótesis, más necesario es conservar puro y vivo en la mente y en el corazón este ideal, y profesarlo públicamente. Lejos de nosotros fantasear una era de una santidad dulzona, sin cruz ni mortificación. ¿Podríase admitir como probable la presencia visible de Cristo Rey en la tierra, como defienden los milenaristas? En modo alguno... ¿Somos pesimistas? Ramón Orlandis, S. I. CRISTIANDAD Barcelona, Año IV, nº 73, 1 de abril de 1947, página 145
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El padre Orlandis
nos conduce a la verdad de la creación en el Santuario
de Dios de la mano de santo Tomás de Aquino Tome nuestro buen amigo de nuestra buena
voluntad los datos imperfectos que nos es dado prestarle;
conténtese con que le conduzcamos hasta la puerta del
Santuario y no tema penetrar en el interior. ¡Oh!
¡cómo nos sentiríamos pagados con creces por nuestros
peores trabajos, con sólo verle a Vd. entrar sin temor
ni cobardía hasta el centro de aquel místico palacio de
luz, de belleza y de amor! Allí, entre las sombras
luminosas del arcano, habrá Vd. de entrever a Dios,
océano de ser sin fondo y sin orillas, por su
omnipotencia creadora, solamente por ser bueno,
solamente por el impulso de su liberalísimo amor,
hacer brotar del seno de su divinidad, sin menoscabo
alguno de su eterna inmutabilidad, hacer brotar de Sí el
arroyo de la creación, fijar en ella la huella
de arte divino, y llegar a dibujar en la criatura
racional el admirable trasunto de su imagen;
allí le contemplará Vd. clavando en lo más hondo del
ser de la criatura la necesaria indigencia de su
propia divina bondad; allí le habrá de mirar
como soberano artista, modelando su obra divina,
imprimiendo en cada una de sus realizaciones aquellos tres
elementos de perfección que, asemejándola al
Creador, la capacitan para recibir en sí el hálito
divino de actualidad existencial: la forma
o especie, realidad esencial, fundamento básico
de la semejanza con la divina perfección; el modo
o medida individuante o individual, que concretando la
forma, la dispone a la existencia; el orden u
ordenación íntima a lo perfecto, que
radicando en la criatura la necesidad de lo
divino, lo necesitará para desarrollar su
ingénita energía, para buscar para sí el
complemento de su perfección y para comunicarla
a los demás seres. Allí contemplará Vd. el
universo y sus partes y elementos constitutivos e
integrantes, reflejo de la divina
perfección y belleza, con sus insondables misterios, con
sus inexplicables claroscuros, con su heterogeneidad conectada
y armónica; allí intuirá realizadas las leyes sublimes,
incomprensibles y encauzadoras del ser
creado y de la actividad creada; allí
verá Vd. esta actividad múltiple hasta la imposibilidad
de abarcarla, regida suave e indefectiblemente por el
gobierno de Dios según la eterna teleología
acordada. Todo esto y mucho más verá Vd. en el arcano
del santuario. En una palabra, Vd. alcanzará la
contemplación íntima e incomunicable de aquello que los
no iniciados sabemos sólo de oídas. Ya ve Vd. cómo de
nuevo me involucro en preparaciones para Vd. inútiles y
enojosas. Atribúyalo al miedo que no puedo menos de
sentir de defraudar sus nobles anhelos, al oscurecer las
simplicísimas ideas del doctor Angélico por unos
análisis minuciosos de su pensamiento.
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Sobre el Padre Orlandis
El Padre Ramón Orlandis Despuig................Biografía por el padre Francisco de Paula Solá, S.I., CRISTIANDAD nn708-709, abril-junio de 1990, pág. 5
Biografía en http://www.riial.org/stda/resenya.htm
Cuatro etapas en la vida del padre Orlandis ................Biografía por José Mª Romero Baró
La consolación en los Ejercicios, por el Padre Pedro Leturia, S. I. Año LV - Núms. 801-802 Marzo-Abril 1998. Págs. 12-13
El Padre Ramón Orlandis y «Cristiandad», por JOSÉ Mª PETIT SULLÁ. CRISTIANDAD, Barcelona. Año LV - Núms. 801-802 Marzo-Abril 1998. Pág. 48
AMOR Y CONTEMPLACIÓN . Una tesis nuclear de la doctrina tomista de Ramón Orlandis.......................... por EUDALDO FORMENT, CRISTIANDAD, Barcelona. Año LV - Núms. 801-802 Marzo-Abril 1998. Págs. 6-9
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«Esta es la necesidad más urgente de nuestro tiempo: sobrenaturalizarlo todo»
En la Edad Media, ya pretérita, miraban los
hombres en el Papa, y con razón porque lo es, al Vicario de
Jesucristo; mas sucedió no pocas veces que su vista se fijaba en
demasía en el Vicario, queremos decir en el hombre, y con esto
se olvidaban de Jesucristo y así se sublevaban contra la
supremacía del Papa, porque su orgullo les hacía ver en él a
un soberano temporal que pretendía dominarles.
En la idea del Reino de Cristo, en el primer término se nos
presenta Jesucristo viviente en su Iglesia, viviente en su
representante en la tierra. Si así llegara a mirarse por todo el
mundo al Vicario de Jesucristo, se le vería siempre
sobrenaturalizado, más aún, divinizado.
Esta es la necesidad más urgente de nuestro tiempo:
sobrenaturalizarlo todo, incluso el Romano Pontífice. Esta vida
sobrenatural es la que trae consigo el reinado de Jesucristo;
ésta es la que implora sin darse cuenta la indigencia de nuestro
tiempo, ésta es la que reclama el alma de nuestra sociedad.
El Reinado de Jesucristo, la idea de Cristo Reyes de actualidad
vital para el alma del género humano, es una actualidad
psicológica.
Ramón Orlandis: «Sobre la actualidad de la fiesta de Cristo
Rey», Cristiandad, núm. 39, 1 de noviembre de 1945.
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«Reinaré a pesar de mis enemigos» ¡Las
promesas de Paray-Ie-Monial!. ¡Reinaré a pesar de mis enemigos!
Estas palabras resonaban de continuo en el oído de Santa
Margarita. [...] Tal vez los primeros devotos del Corazón de
Jesús no atendieron lo bastante a estas significativas palabras.
Extendióse, muerta la santa, la devoción al Divino Corazón
pedida en las revelaciones, pero la idea del reino más bien
parece esfumarse. Mas llegando a su mitad el siglo XIX, al choque
de la antítesis impía y liberal, la idea del reino de Cristo
cobra vigencia, claridad y precisión
RAMÓN ORLANDIS, S.I.: «Sobre la actualidad de la fiesta de
Cristo Rey», Cristiandad, núm. 39, 1 de noviembre de 1945.
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El Reinado del Corazón de Jesús Es innegable
que el pueblo cristiano y piadoso, el devoto fervoroso del
Corazón de Jesús, vive en la esperanza de su reinado de
justicia y caridad. ¿Pero sabe el pueblo piadoso, en realidad,
lo que espera? ¿Qué se promete, por ejemplo, el pueblo español
cuando confía en la conocida promesa hecha al P. Bernardo de
Hoyos? ¿Qué cuando a voz en cuello entona «Corazón santo, tú
reinarás»? Por lo demás, ¿quién le inspira esta creencia?
¿es el Espíritu Santo o es pura ilusión popular? Desde luego
hay que reconocer que en el pueblo cristiano se infiltran a las
veces vanas opiniones y hasta supersticiones ridículas. Pero
dado que un espíritu discreto sabrá fácilmente distinguir
entre aquellas mentiras transitorias y localizadas, y esta
esperanza general, que lejos de desvanecerse con el tiempo, va
creciendo, ¿será esta diferencia prueba suficiente de
intervención providencial del espíritu de Dios? Inclinará no
poco la balanza en favor del influjo de Dios en la difusión y
consolidación de la piadosa esperanza la indiscutible autoridad
de las revelaciones de Paray, de donde toma su origen. ¿Qué es
la piadosa creencia si no una interpretación razonable de las
promesas de Paray?
RAMÓN ORLANDIS, S.I.: «El arco iris de la "Pax romana"»,
Cristiandad, núm. 54, 15 de junio de 1946
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La sobrenaturalidad de la vida en los Ejercicios
Creemos deber insistir en la denuncia de un peligro -y tal vez de un hecho- en la manera de entender, de enfocar y de proponer las enseñanzas y prescripciones de San Ignacio en sus Ejercicios... El peligro que tememos es el de que la doctrina y el arte de San Ignacio quede mutilado y por ende falseado por quienquiera que lo mire, lo enfoque y lo aplique de una manera parcial, dejando a un lado, o poco menos, los elementos más valiosos y característicos del libro de los Ejercicios.
Nos mueve a recelar este peligro la
observación... de la importancia excesiva y casi exclusiva que a
nuestro humilde parecer se da tal vez en los Ejercicios a
elementos y procesos en que la vida espiritual se presenta más
por su aspecto humano y natural que por el divino y sobrenatural.
Algunos ejemplos darán luz a nuestros recelos. El ponderar la
sencillez y eficacia de la meditación discursiva... dejando en
la penumbra otros modos de orar ulteriores, tales como la
contemplación de personas, palabras y obras, etc., sin
discernirla de la meditación discursiva; el inculcar con más
ahínco la meditación y las convicciones intelectuales, que de
ella se esperan, que el allegamiento a Dios por medio de la
humilde oración; el insistir de una manera predominante en la
necesidad del conato e industria del hombre, y no tanto en el
valor y virtualidad de la gracia sobrenatural; el hablar de tal
manera de las virtudes, que se dé pretexto a pensar que las
peculiares y características de la vida espiritual son fruto del
ejercicio humano y no de la infusión divina sobrenatural... el
hacer resaltar insistentemente que los Ejercicios son para
desarraigar las afecciones desordenadas y menos para fomentar
santos y sobrenaturales afectos, en especial de amor y de caridad...
RAMÓN ORLANDIS, S.I.: Manresa, abril de 1936, pp. 30-31
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"La paz a que aspiran los pontífices
romanos, la paz que esperan del Corazón de Jesús, la
paz de Cristo en el Reino de Cristo, no es aquella paz
precaria y circunstancial que puede dar la diplomacia,
o los tratados internacionales. No es una paz condicionada a las
tristes circunstancias actuales. Esta es la paz del mal
menor, a la cual es prudente acogerse, cuando no puede alcanzarse
el bien mayor. Será una paz que un pontífice romano
admitirá prudentemente, como la habrían admitido tantos
pontífices romanos. Pero no es la auténtica Pax Romana: la
paz de Cristo en el Reino de Cristo".
(Padre Ramón Orlandis, SI: El arco
iris de la «Pax Romana»).
El siglo XIII, edad de las geniales adivinaciones y construcciones sintéticas (Padre Ramón Orlandis, SI: Carta a un amigo imaginario. Publicado póstumamente en el libro PENSAMIENTOS Y OCURRENCIAS, Ed. Balmes, Barcelona, 2000)
El criticismo condujo a las inteligencias al nominalismo, que no es sino una metafísica sin alma (Carta a un amigo imaginario)
Dios fija en la creación la huella de su arte divino, y llega a "dibujar en la criatura racional el admirable trasunto de su imagen" (Carta a un amigo imaginario)
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Padre Ramón Orlandis, SI:
Dos concepciones del hombre y de la vida se hallan frente a frente: la concepción cristiana, única base de verdadera civilización, y la sostenida por la civilización moderna. La primera, fundada en el Evangelio y la Iglesia de Cristo. La segunda, nacida de la Reforma, del filosofismo y de la Revolución, este fenómeno histórico característico de los tiempos modernos que, bajo diferentes formas, ora agresiva y brutal, ora suave y astuta, y hasta alguna vez beata, pero en el fondo siempre la misma, viene minando nuestra sociedad desde su primer estallido en 1789.
Así, aparentemente vencida era 1815, abandona el radicalismo primitivo para reaparecer en su forma "liberal" con la monarquía de julio. "El Romano Pontífice puede y debe reconciliarse con el progreso, con el liberalismo y con la civilización moderna", es la nueva consigna de la Revolución, que ha ganado a su causa a los elementos "moderados", y llegado incluso a infiltrarse en el campo católico. Y Pío IX, aclamado en los primeros días de su Pontificado como el "Papa liberal" (máxima aspiración de las sectas), tiene que salir en defensa de la civilización verdadera, condenando aquella proposición con otras setenta y nueve en el "Syllabus" de los errores modernos. (N.º 4.)
León XIII. Su Pontificado, al que dedicamos los números 10 y 11, representa un supremo intento de reconciliación con los poderes civiles. A este fin consagra todas sus fuerzas, su experiencia y su tacto, su talento y su gran caridad; pero todo fue inútil. De ahí la profunda tristeza que le embargó en los últimos años de su vida, y que le hace exclamar: "en tan difícil y lamentable estado, puesto que los males son humanamente incurables, no nos queda más camino que pedir a la virtud divina el remedio completo a todos ellos".
Pero la obra imperecedera de su Pontificado es el cuerpo admirable de sus Encíclicas, en las que mantuvo íntegramente la línea fijada por Pío IX y sus antecesores, recogiendo y ampliando la doctrina de la Iglesia sobre las más importantes cuestiones que agitan la sociedad moderna (la autoridad, la libertad, las relaciones de la Iglesia y el Estado, la situación de los obreros, la masonería, etc.), y coronando esta obra, la Encíclica "Annum Sacrum", estimada por León XIII como "el acto más importante de su Pontificado", en la que consagró "todo el linaje humano al Augustísimo Corazón de Jesús".
El Padre Orlandis y el mal menor
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Juan Rovira Orlandis, sobrino del
padre Ramón Orlandis, y él mismo sacerdote jesuita, nacido en
Palma de Mallorca en 1937, asesinado por odio a la fe el 3 de
noviembre de 1936, durante la persecución religiosa en la zona
roja durante la Guerra de España de 1936
En proceso de canonización: http://newsaints.faithweb.com/martyrs/MSPC01.htm
Autor del estudio El Reino de Cristo
consumado en la tierra