...Historia de España para Bachillerato.......¿Qué es ser "un español puro"?.......Historia
Universal... HISTORIA
DE ESPAÑA.......INDEX.
Tema 2.3
Fases de la época de Fernando VII (1808-1833)
1 Fase previa. Proclamado rey en el motín de
Aranjuez, que obliga a abdicar a su padre Carlos IV, así
destronado (1808), inmediatamente se desarrolla la Guerra de la Independencia (1808-1814) en la que Fernando VII, cautivo en Francia, no es rey
más que nominalmente.
Consecuencias de la Gª de la
Independencia (1808-1814):
- Ruina
- Radicalización de la
división:
- Liberalismo
contagiado, extendido e intensificado entre
- los jefes
guerrilleros
- los
militares (oficiales del ejército)
- realistas (ideas tradicionales)
- Fernando VII y su Gobierno:
absolutistas antitradicionales.
- Inicio del nacionalismo en España (de
momento españolista en los dos primeros tercios del
siglo XIX, después antiespañol).
- Militarismo golpista: pronunciamientos,
manifiestos. Intervención de los militares en la
política. El liberalismo se implanta a base golpes y
guerras.
- En América nacionalismo antiespañol
independentista, liberal revolucionario, frente a los
hispanoamericanos realistas:
- Guerra civil y guerra contra
España
- Intervención de Inglaterra
- Consecuencias para España
2 Absolutismo (1814-1820).
En el plano de la historia universal es la época de la Restauración del Antiguo Régimen, que no es de
ideas tradicionales como los realistas,
sino que es la vuelta a la Ilustración de los monarcas absolutos,
reforzada con sus pactos para mantener a raya los estallidos
revolucionarios con el intervencionismo militar.
Esto es el sistema Metternich, que es la instrumentalización
política de la Santa Alianza. Porque la revolución, después de
Waterloo, no ha sido eliminada, ni los liberales tampoco. (En
Hispanoamérica prosiguen su revolución. En los EUA (USA) están
en el poder. Y en Inglaterra impera el parlamentarismo desde 1689).
- Navarra, Reino otra vez.
- Se descarta la política realista.
- Se margina y se persigue a los liberales.
- Golpes militares de los liberales que van
fracasando. El de Espoz y Mina, que se vuelve liberal al
no recibir toda la recompensa con la que valoraba sus
méritos, en 1814.
- Fernando VII firma en 1817 secretamente su
adhesión a la Santa Alianza, que era una declaración en
pro de la paz de los monarcas de la Restauración ,
basada en una fraternidad pseudocristiana al margen de la
Iglesia , y que fue instrumentalizada por el canciller de
Austria Metternich como un sistema de intervención, con
tropas aportadas por los monarcas aliados, para cortar
cualquier estallido revolucionario, sin esperar a que se
propagase dando origen a guerras, como las que acababan
de superar en Waterloo.
- La insurrección
liberal e independentista en Hispanoamérica (1810-1825).
- El golpe militar
de 1820.
El teniente coronel Riego sublevó a los soldados de su
batallón en Cabezas de San Juan (Sevilla) con la promesa
de que la proclamación, ahora el 1 de enero de 1820, de
la Constitución de Cádiz de 1812 apaciguaría la
insurrección de América y haría innecesaria la guerra
de la que así se librarían los soldados:
"a vosotros os arrebatan al paterno seno, para que
en lejanos y opuestos climas vayáis a sostener una
guerra inútil, que podría fácilmente terminarse
con sólo reintegrar en sus derechos a la nación
española. La Constitución, ¡sí, sólo la
Constitución basta para apaciguar a nuestros
hermanos de América!
Esto era dejar solos a sus compañeros de armas
que combatían en América al lado de los realistas
americanos contra los insurrectos respaldados por Inglaterra;
porque la revolución que así contribuyó Riego a
imponer en España en realidad estaba destinada a
incrementar la insurrección en América, hasta triunfar
lógicamente y consolidar allí el poder de la
oligarquía criolla mediante el separatismo. Fue
una traición a España en beneficio de los que mandaban
en Inglaterra y en beneficio de la oligarquía
que ya mandaba en lo que en el futuro se llanmará
latinoamérica a cuyos sectores populares así
explotarán aún más abusivamente.
- La insurrección de Riego
en Cabezas de San Juan, 1820, instigada desde las logias
masónicas de Gibraltar por cuenta de la logia Lautaro de
los insurrectos americanos independentistas, para
entorpecer el envío de tropas españolas a combatirles,
desencadena, por la dinámica del trinomio miedo +
simpatía + interés, el triunfo de la revolución
liberal en España, que impera durante el Trienio
Constitucional o Liberal (1820-23) con la proclamación
en 1820 de la Constitución
de Cádiz de 1812 (Las Constituciones españolas).
3 El Trienio Constitucional o Liberal (1820-1823).
Cuando en marzo de 1820 se une a la
insurrección la guarnición de Madrid, Fernando VII se ve
forzado a proclamar: "Marchemos
todos juntos, y yo el primero, por la senda constitucional".
La proclamación en 1820 de la Constitución de Cádiz de 1812 lleva consigo el centralismo: todo el poder en "la Nación"
o Estado monolítico. Navarra pasa otra vez a ser reducida de
reino a provincia. Ya le ocurrió en 1812, cuando las Cortes de
Cádiz proclaman la Constitución de Cádiz de 1812. Lo que
implica la supresión total de sus fueros e instituciones: las Cortes
de Navarra, la Diputación del Reino de Navarra,
el virrey de Navarra, el Consejo Real de Navarra,
la Cámara de Comptos y todas las demás instituciones autónomas
subordinadas.
Subdivisión de los liberales en exaltados
y doceañistas (moderados); porque los exaltados
no le dejan ejercer al rey el poder ejecutivo, sino que pretenden
controlar desde el parlamento (las Cortes) el nombramiento de los
ministros del gobierno, superponiendo el parlamentarismo a la
división de poderes, que es anulada así desde esta segunda fase
decimonónica del liberalismo.
Los realistas
se sublevan y se lanzan a la guerra de guerrillas.
La sublevación de
los realistas cristaliza en 1822, dando lugar a una guerra civil,
precedente de las guerras carlistas.
Los realistas son de
ideas tradicionales:
Las ideas tradicionales parten de que la libertad y de la
justicia sólo se pueden conseguir si se basan en la religión,
en la Iglesia Católica; mientras que los liberales, aunque son
católicos, lo basan todo en el poder del Parlamento en nombre
del Pueblo Soberano, de la Nación, como poder supremo.
Los realistas defienden los fueros frente al centralismo de los
liberales, que han reducido a Navarra de reino a provincia.
Los liberales les llaman absolutistas, pero los liberales
suprimen las Cortes de Navarra y todos sus fueros. También los
de las Vascongadas.
Mientras que los realistas proclaman la defensa de los fueros de
Navarra, de Vascongadas e incluso los de Cataluña, suprimidos
desde los decretos de Nueva Planta del XVIII.
No sólo son los de
Navarra los realistas que se sublevan, sino que lo hacen en el
contexto de una sublevación más amplia y generalizada, que
tiene como principales campos de actividades todas las regiones
del norte, en especial Cataluña donde se constituye la Regencia
de Urgel, que se pone al frente de la insurreción realista en
toda España y a la que presta acatamiento la Junta Interina del
Reino de Navarra, el organismo dirigente de los reslistas
navarros insurrectos.
En Navarra se
caracteriza así la sublevación de los realistas:
"El día 11 de diciembre de 1821 formará época
memorable en los anales de Navarra. Entonces fue cuando los
católicos realistas de este Reyno salieron al campo diciendo con
los Macabeos: "Más vale que muramos en la guerra, que ver
tantos males como padece nuestra gente". Entonces juraron
defender hasta morir los intereses de Dios, los derechos del Rey
y las leyes patrias del suelo natal"
(Andrés Martín, cura de Ustárroz: Historia de la Guerra de la
División Real de Navarra contra el intruso sistema llamado
constitucional. 1825).
Los liberales, pese a contar con el
aparato oficial del Estado y con el Ejército oficial, al no
tener apoyo popular, no consiguen vencer a los realistas.
Lo que inclina la balanza es un
ejército francés que envían las potencias de la Santa Alianza
contra la revolución liberal española. Es denominado por los
liberales los Cien Mil Hijos de San Luis y así
lo denomina la versión oficial. Ese ejército, al que se unen
los realistas cuando pasa la frontera en 1823, vence fácilmente
a los liberales carentes de apoyo popular.
Los liberales se van retirando hacia
el sur llevándose como rehén a Fernando VII. Las tropas
francesas que venían a conseguir victorias que equiparar a las
napoleónicas, avanzan casi sin lucha, en en un paseo militar.
Sólo pueden exhibir como acción de armas "gloriosa"
el asalto al Trocadero. Al comprobar los liberales que ni
siquiera en Cádiz eran capaces de resistir, optan por huir al
exilio dejando en libertad a Fernando VII. Y éste se apresura a
anular toda la legislación del Trienio Constitucional, empezando
por la Constitución de Cádiz de 1812 alegando que al aceptarla
había obrado por la fuerza y que por lo tanto eran nulos todos
sus actos,
Uno de los protagonistas del golpe militar
revolucionario de 1820, reconocía años después el escaso apoyo
popular con el que contaban y el protagonismo de la masonería y
otras sectas secretas en la acción que les llevó a adueñarse
del poder:
"La revolución de España había sido
obra de la conjuración de unos pocos y de la quietud y
asombro de la muchedumbre, y la nueva forma de gobierno
establecida no descansaba ni en la opinión general ni en el
interés de clases poderosas, y antes teniendo mucho contra
sí, había menester algo que la mantuviese trabada y sólida,
y este algo podía encontrarse en el interés y aun en las
pasiones de secta. Fuerza es aquí anticipar una opinión, no
tanto encaminada a disculpar ciertos errores, aunque a ello
también propenda, cuanto a explicar las causas de donde
nacieron y que los perpetuaron, siendo bueno entender que
sólo por medios forzados y vituperables se mantienen las
situaciones violentas. En 1820, los constitucionales en
España eran pocos, y para aumentar su número era
indispensable crear un núcleo considerable de sectarios"
(Memorias de D. Antonio Alcalá Galiano, 2ª parte,
cap 5. T II, pág 68. BAE).
La cristalización de la independización de Hispanoamérica.
4 La Ominosa
Década. (1823-33).
- Absolutismo otra vez.
- Anulación de la Constitución de Cádiz
de 1812 (Las
Constituciones españolas) y de la restante legislación liberal.
Navarra, Reino otra vez.
- Pero Fernando VII no basó su
nueva etapa absolutista en los planteamientos de la
anterior etapa absolutista (1814-1820), sino que mantuvo
algunas de las medidas liberales basadas
en la política liberal de los afrancesados,
repescados durante el Trienio Constitucional y con los
que Fernando VII mantuvo las conexiones y a los que
utilizó en el gobierno .
- La Inquisición, que
había sido suprimida por decreto el 9 de marzo de 1820,
al comienzo del Trienio
Constitucional, no fue
restablecida por Fernando VII cuando reanudó el
absolutismo en 1823. En
1824 se creó en España la Policía.
- Persecución de los liberales y
marginación de los realistas.
- La conspiración de los moderados (1826). Javier de Burgos formó parte de la
conspiración de los moderados, "aconsejando" a
Fernando VII en 1826 que le convenía dar
entrada a los liberales moderados en el gobierno y la
creación del Ministerio del Interior. Le remitió para
ello la Exposición dirigida a S.M.
Fernando VII desde París en 24 enero 1826,
sobre los males que según ellos aquejaban a España en
aquella época. Los realistas son marginados durante la
Ominosa Década por Fernando VII, que se acerca a los
liberales sin dejar de ser absolutista.
- La Guerra de
los Agraviados o Malcontents (1827). Sublevación de los realistas contra el
monarca absolutista Fernando VII por sus contactos con
los liberales y por marginar a los realistas. La provocan
los agentes de Fernando VII para que se sublevase don
Carlos y eliminarlo de la sucesión. Ni don Carlos ni la
mayor paarte de los realistas cae en la provocación,
sólo los de Cataluña. De todos modos la insurrección
demuestra una vez más que los realistas no tenían como
primer objetivo el absolutismo.
- El infante Carlos Mª Isidro de Borbón,
conocido por sus ideas tradicionales y por eso cabeza
visible de los realistas, se mantenía fiel a su hermano
el rey Fernando VII. Don Carlos era heredero del trono,
porque Fernando VII no tenía sucesión.
- Cuarto matrimonio de Fernando VII en
diciembre de 1829 con María Cristina de Borbón.
- Manipulación
sucesoria (1830): firma por el
rey de la Pragmática Sanción: el gobierno anuncia que
el rey ha firmado el cambio de la Ley de Sucesión sin
convocar a las Cortes, sino utilizando el proyecto de ley
de cambio de la ley de Sucesión de las Cortes de 1789,
que había quedado sin promulgar por el rey Carlos IV,
pero añadiéndole ahora la firma por el rey Fernando VII
mediante la Pragmática Sanción. Y que tiene preferencia
la sucesión al trono femenina de parentesco más cercano
sobre la masculina si es de parentesco más lejano.
- Posteriormente, del cuarto matrimonio de
Fernando VII nacen dos hijas: Isabel (1830) y Luisa
Fernanda (1832), aunque esto no bastaba para apartar a
Don Carlos de la sucesión al trono, ni por tanto para
eliminar la posibilidad de que el sistema tradicional
fuera reinstaurado, mientras siguiese en vigor la ley
sucesoria de 1713, que daba prioridad a la sucesión
masculina, aunque fuese de parentesco más lejano.
- Los Sucesos de La Granja
(1832): ante la falta de apoyos para que fuera sucesora
del trono la infanta Isabel, el gobierno y la reina Mª
Cristina de Borbón le hacen firmar al rey, aparentemente
moribundo, la anulación de la Pragmática Sanción y
pretenden que, sin reunir a las Cortes ha vuelto a quedar
cambiada la Ley de Sucesión, deshaciendo el cambio
anterior.
A continuación, como el rey no se muere, le hacen firmar
la anulación de esa anulación, con lo que pretenden que
sin convocar a las Cortes ha vuelto a cambiar la Ley de
Sucesión, en esta ocasión declarando otra vez heredera
del Trono a la hija del rey, la infanta Isabel, la futura
Isabel II. Se trata de la decisión más absolutista del
rey más absolutista, Fernando VII: imponer como sucesora
a su hija saltándose las leyes en beneficio de su
familia y dejando al país abocado a la guerra civil y a
la revolución.
- El desenlace de los Sucesos de la Granja
es que el rey otorga plenos poderes a la reina, y que
ésta, de acuerdo con el gobierno absolutista, llega al pacto
con los liberales, mediante el que apoyan esa decisión,
la más absolutista del rey más absolutista, de
dejar en el trono a su hija, porque les proporciona la
clara posibilidad de llegar al poder y de establecer el
liberalismo desde arriba, utilizando el aparato oficial
del Estado y el Ejército.
Este es el pacto entre el Trono y la Revolución,
que traerá la implantación del liberalismo, y que es de
esta época de Fernando VII.
- Durante el año que resta hasta la muerte
de Fernando VII en 1833 son separados de sus cargos toda
la multitud de pequeños y medianos funcionarios y
oficiales del ejército considerados realistas, es decir
de ideas tradicionales, contrarios a todas estas
maniobras del gobierno absolutista de Fernando VII y a
los liberales, y partidarios del infante don Carlos.
Mientras que a los liberales se les amnistía para que
puedan regresar del exilio y apoyar la sucesión al trono
decidida por Fernando VII.
- Los Sucesos de la Granja de 1832 son como
un golpe de Estado, que tiene dos componentes: proclamar
sucesora sobre el papel a la futura Isabel II y hacer
operativa esa proclamación políticamente, consiguiendo
apoyos y restándolos a sus oponentes los realistas y el
infante Don Carlos.
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Codo con codo Es penoso oír a personajes políticos decir que
van a actuar codo con codo queriendo decir que van a
actuar unánimemente. Emplear la expresión con este
significado es una incorrección resultante de mezclar
las expresiones: hombro con hombro, que
significa que todos colaboran unánimemente; y codo
a codo, que significa que todos actúan
hermanados
En cambio codo con codo
lo que significa es formar parte de una cuerda de presos.
Que es como antiguamente eran conducidos. Se puede
visualizar en el cuadro realizado por Antonio Gisbert en
1888, El fusilamiento de
Torrijos en la playa de Málaga, que se encuentra en el Museo del Prado. Se
observa como va atado por los codos Torrijos a otros de
sus compañeros. (Véase
la imagen).
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La expresión repetida tópicamente de la
"alianza del Altar y del Trono", expresa también en
cierto sentido la realidad: en el sentido de que algunos
eclesiásticos, a veces numerosos e importantes, pactan con el
poder especialmente cuando es revolucionario. Basta ver la
gran cantidad de eclesiásticos que fueron miembros de las Cortes
de Cádiz (1810-1813). (Gráfica 1). Esas Cortes se hacían dar el tratamiento de "majestad",
por actuar en nombre del Pueblo Soberano e impusieron la
Constitución más radicalmente liberal, o al menos así se
decía y se dice tópicamente.