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Fases de la época de Fernando VII (1814-1833)

Proclama del Ejército de Cádiz en 1820

"El ejército nacional, al pronunciarse por la Constitución de la Monarquía Española, promulgada en Cádiz por sus legítimos representantes no trata de ningún modo de atentar a los derechos del legítimo monarca que ella reconoce: mas convencido de que todas las operaciones de su Gobierno, por una fatalidad tan funesta como incomprensible, sólo han contribuido a hacer desgraciada a una Nación, que hizo tantos sacrificios para sancionarla, cree que sólo este pronunciamiento puede salvarla, tanto a ella como a su Príncipe, del estado de nulidad en que se encuentra. No trata el ejército de atentar a las propiedades ni a las personas; ni tampoco de hacer innovaciones que la equidad, la justicia y la religión de nuestros padres nos autorizan; no es un espíritu de sedición; no son los movimientos de una efervescencia efímera los resortes que le animan; el más puro patriotismo, los deseos más ardientes por la felicidad de su país, le han dictado el juramento más solemne de derramar hasta la última gota de sangre por verlos satisfechos. El resto de la milicia española, que no ha perdonado sacrificio alguno para la salvación, el honor y la gloria de la patria; la Nación entera que ha dado al universo tan brillantes pruebas de heroísmo, no podrá menos que aplaudir los sentimientos y resolución tan firmes de sus individuos. Esta idea tan satisfactoria será el premio de sus trabajos; y su ejemplo será seguido de cuantos abriguen un corazón elevado y generoso.
"Pueblo español, en tu mano está el seguirle: en tu mano está el volver a tus pasadas glorias, o hundirte para siempre en un abismo de ignominia. La alternativa no es dudosa; y la Europa entera, cuya atención ocupas tanto, no perderá las esperanzas que tiene concebidas en la nación que hace seis años la sacó de su letargo, y decidió entonces sus destinos. -
De orden y por ausencia del General en Jefe en el cuartel general". - El Jefe del Estado Mayor, Felipe de Arco Agüero

Según Luis FERNANDEZ MARTIN. (1886), Vol. III, p.694, tal Proclama está
fechada en el Puerto de Santa María, 6 de enero de 1820.

La proclama fue publicada en el

Correo Universal de Literatura y política, por M. M., núm I, mes de abril, págs. 18 y 19, sin año, probablemente 1820;

y se puede ver, entre otros lugares, en

Las Memorias de Antonio Alcalá Galiano, que traen muchos datos de esos golpistas, se pueden ver en la Biblioteca virtual Cervantes, tecleando aquí mismo:
http://www.cervantesvirtual.com/FichaObra.html?Ref=1133 .

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Referencias del autor, significado de la época y lugar:

Es uno de los jefes del golpe militar que pone en marcha la revolución liberal de 1820 (caudillos, dicen ellos).

Viene firmada esta proclama, "de orden y por ausencia del General en Jefe en el cuartel general", por "el Jefe del Estado Mayor, Felipe de Arco Agüero", comandante graduado de coronel. Pero el que se la redactó pudo ser uno de los ideólogos de la conspiración. Se sabe por sus Memorias que Alcalá Galiano, uno de los principales agentes de la masonería en la trama del golpe, había redactado la proclama que debía ser el manifiesto inicial del golpe para ser leído por Quiroga, cabeza visible de los golpistas, al que, según habían acordado, iban a proclamar "General en Jefe" al sublevarse. Pero no es la proclama del presente texto. En esa proclama redactada por Alcalá Galiano no se citaba la Constitución de Cádiz de 1812 y sí en cambio en la proclama del presente texto, porque Riego se anticipó al lanzarse a la insurrección antes que los otros militares y les sobrepasó en radicalismo al sublevarse en 1820 y lo hizo proclamando esa Constitución de 1812. El redactor material de la presente proclama, pudo ser Evaristo San Miguel, otro jefe de los militares golpistas, pero al mismo tiempo uno de los ideólogos del liberalismo, muy significado por su radicalismo y muy identificado con la postura de Riego, frente a la de Quiroga, mientras que Arco-Agüero aparecía como "neutral" entre ambos, según las Memorias de Alcalá Galiano.

Al desencadenar el golpe, los golpistas revolucionarios proclaman efectivamente al coronel Quiroga como General en Jefe y al comandante graduado de coronel Felipe de Arco-Agüero Yalif lo sitúan como segundo de a bordo con el cargo de Jefe del Estado Mayor de Quiroga.
Al teniente coronel Riego le dan el rango de general de división, aunque siguió usando los galones que tenía nada más.
Fue dos meses después, al triunfar la revolución, cuando fueron ascendidos con la firma del rey al grado de Mariscales de Campo, equivalente al actual de general de división, Arco-Agüero, Quiroga y Riego, además de otros dos jefes del golpe, López Baños y O’Daly.

Clasificación del texto:

Contexto histórico remoto y antecedentes lejanos

La introducción del liberalismo durante la Guerra de la Independencia.

La captación de militares por la masonería y por el liberalismo.

La Constitución de Cádiz de 1812.

Su anulación por Fernando VII en el Decreto de Valencia de 4.05.1814.

La insurrección en Hispanoamérica: liberal e independentista.

El objetivo de Inglaterra de adueñarse del mercado de Hispanoamérica y para ello apoyar esa insurrección independentista, como venía ya haciendo desde la época del Precursor Miranda en el XVIII y continuaba ahora en la época de los caudillos libertadores.

La decisión de los que toman las decisiones en el mundo, los que mandan en los que mandan, de liquidar la Hispanidad, desmembrar el imperio español y extender la revolución liberal por América, por España y por el resto de Europa. Hay que tener en cuenta que era la masonería la que llevaba las riendas del plan de la revolución en América y en Europa.
[Esto está prohibido decirlo, por ser políticamente incorrecto y porque el que lo diga incurre en las iras de los negacionistas y en la descalificación de ser partidario de la teoría de la conspiración; pero no se puede omitir la verdad sólo por ponerse a salvo, y ¿qué es una raya más para un tigre?].

Contexto histórico próximo y antecedentes cercanos

A fines de 1816, por orden del gobierno de Fernando VII, comenzó a acantonarse en torno a la ciudad de Cádiz un ejército expedicionario destinado a sofocar la revolución liberal e independentista en Hispanoamérica.
La logia Lautaro de los revolucionarios criollos americanos independentistas, a través de las logias masónicas de Gibraltar, para entorpecer o impedir el envío de esas tropas españolas a combatirles, traza el plan de instigar amotinamientos en esas tropas utilizando a los oficiales que en ellas eran liberales y masones, según la versión que la propia masonería ha tenido interés en difundir.
Obedeciendo al plan de la masonería, varios oficiales sembraron en las tropas el temor a las bajas que producía la guerra revolucionaria hispanoamericana y no les fue difícil presentar la expedición como odiosa. Finalmente tramaron un plan para una sublevación liberal en España aprovechando el malestar de los soldados.
En 1819, había sido descubierta y abortada parcialmente la conspiración y arrestados algunos de los golpistas
, entre ellos los jefes militares Quiroga, López Baños, Evaristo San Miguel, O'Daly y Arco-Agüero.
Pero siguieron preparando el golpe los que no habían sido descubiertos ni arrestados, entre ellos Riego, que al frente de su batallón, se disponía a lanzarse a la insurrección, e incluso siguieron organizando la sublevación los que habían sido arrestados, que conspiraban con toda libertad por la permisividad de los militares encargados de custodiarles. Unos, porque eran liberales y conspiraban también, y los que no lo eran, por miedo a quedar en una situación peligrosa, si se significaban contra los golpistas y estos triunfasen.
Este binomio miedo más simpatía se fue reproduciendo en todas las regiones cuando se produjo la insurrección y dio como resultante el triunfo efectivo del golpe sin necesidad de que fuese apoyado por la mayoría del ejército, ni por nada más que una pequeña minoría del pueblo con minúscula.

La revolución de 1820 se desencadenó como consecuencia de esos amotinamientos y de esa inacción o complicidad.

El 1 de enero de 1820 se subleva Riego en Cabezas de San Juan (Sevilla) poniendo en marcha el proceso que desemboca en la expansión del golpe militar y al final en el triunfo de la revolución. Riego se subleva proclamando la Constitución de Cádiz de 1812. Esto obligaba a redactar un manifiesto como el del presente texto proclamando esa constitución.
El teniente coronel Riego sublevó a los soldados de su batallón en Cabezas de San Juan (Sevilla) con la promesa de que la proclamación de la Constitución de Cádiz de 1812, ahora el 1 de enero de 1820, apaciguaría la insurrección de América y haría innecesaria la guerra de la que así se librarían:

"a vosotros os arrebatan al paterno seno, para que en lejanos y opuestos climas vayáis a sostener una guerra inútil, que podría fácilmente terminarse con sólo reintegrar en sus derechos a la nación española. La Constitución, ¡sí, sólo la Constitución basta para apaciguar a nuestros hermanos de América!”

Esto era dejar solos a sus compañeros de armas que combatían en América a los insurrectos respaldados por Inglaterra, porque la revolución que así contribuyó Riego a imponer en España en realidad estaba destinada a incrementar la insurrección en América, hasta triunfar lógicamente y consolidar allí el poder de la alta burguesía criolla mediante el separatismo. Fue una traición a España en beneficio de los que mandaban en Inglaterra y en beneficio de la oligarquía que ya mandaba en lo que en el futuro se llamará Latinoamérica a cuyos sectores populares así explotarán aún más abusivamente.

Cuando días después consiguen unirse a la insurrección los otros conjurados (Quiroga, Arco-Agüero, etc.), y cuando lanzan el manifiesto o proclama del presente texto, Alcalá Galiano, uno de los dirigentes de la trama del golpe de 1820 informa en sus Memorias que no pensaban proclamar la Constitución de 1812, pero Riego así lo hizo al iniciar la insurrección antes y más audazmente que los demás conjurados, lo cual fue uno de los motivos para que los demás conjurados tuviesen que secundar, contra lo acordado, la proclamación de esa Constitución. Los otros motivos fueron, según el mismo Alcalá Galiano, que la población de Cádiz consideraría temible una sublevación militar sin objeto y tendría como "desagradable" ese golpe, que, sin una proclama de la Constitución, lo vería sólo como un medio de impedir la expedición que tenía como objetivo "reconquistar" América, dice.
También en esas Memorias de Alcalá Galiano viene el dato de que Arco-Agüero, el firmante del presente texto, era neutral en el enfrentamiento entre Quiroga y Riego, motivado por haberse éste anticipado a proclamar la Constitución de Cádiz de 1812, lo que era según las Memorias de Alcalá Galiano "atarse las manos con la adopción de esta ley o aparecer resueltos a dictársela a la nación y al trono". Ésta disparidad de posturas queda reflejada en el hecho de que no sea Quiroga, sino Arco-Agüero, el firmante del presente texto de esta proclama del pronunciamiento en nombre de la Constitución de Cádiz de 1812, ahora en enero de 1820.

Forma parte del contexto lógicamente ante todo la parte del texto que aquí no aparece, y en este caso la parte final, porque es significativo que no firme el texto el jefe de los golpistas, Quiroga, que no es partidario del contenido en el que se proclama la la Constitución de Cádiz de 1812 por el hecho consumado de que Riego ya la había proclamado al sublevarse, aunque no era el jefe de la sublevación, ni ése era el plan.

También hay que tener en cuenta que la Constitución de Cádiz de 1812 era considerada demasiado radical por los propios revolucionarios liberales, empezando por los que la habían implantado en 1812, los "doceañistas", que serán uno de los núcleos de los moderados. Pero incluso los más radicales no mantendrán la Constitución de Cádiz de 1812, y serán ellos los que acabarán por reemplazarla por la de 1837, por considerarla como demasiado radical. Esta es la versión oficial. La realidad es que la Constitución de Cádiz de 1812 era atípica en el liberalismo europeo porque establecía el sufragio universal, aunque indirecto (artículo 45), y esto llevaba consigo el riesgo cierto de no poder controlar el poder, porque las ideas liberales sólo eran sostenidas en aquella época por una parte de la alta sociedad. Por eso ya había sectores entre los liberales que se oponían a la Constitución de Cádiz de 1812, pero ocultando el verdadero motivo pretextando que era demasiado radical.

Y ya en la presente trama, la revolución de 1820 no se tenía que haber realizado con la Constitución de Cádiz de 1812, según Alcalá Galiano, que era el agente principal de la masonería en esa trama.

Esta disparidad de posturas queda reflejada en la parte del contexto que contiene la firma: hay tres posiciones políticas en la situación y tres nombres en la proclama, uno de los cuales, el de Riego, no aparece, sino que brilla por su ausencia:

  1. Los que se creían todavía que la Constitución de 1812 era la expresión del liberalismo: es la postura de Riego, que no firma la presente proclama o manifiesto, porque no es el jefe, pero que, aunque no lo sea, es el que ha provocado que la revolución de 1820 sea con esa Constitución por "haberla puesto Riego por lema en su levantada bandera", como dice en sus Memorias Alcalá Galiano.
  2. Los que querían hacer la revolución, pero no ya con la Constitución de Cádiz de 1812, es la postura de Quiroga, que pese a ser la cabeza visible del golpe, el "General en Jefe", no firma esta proclamación de la Constitución de 1812, "por ausencia" oportuna o diplomática más que inoportuna. Y que sabemos que está enfrentado con Riego por todo ello. No aparece su nombre, pero sí su cargo, "General en Jefe", en la firma de este texto.
  3. Los que hacen esta revolución de 1820 con esta bandera de la Constitución de 1812 por la fuerza de los hechos consumados. Arco-Agüero, neutral políticamente entre Quiroga y Riego es el firmante del texto de esta proclama, "de orden y por ausencia del General en Jefe en el cuartel general".

También hay que tener en cuenta la llegada de las nuevas generaciones de liberales que se presentan como más radicales que sus antecesores y aún creían que era signo de radicalismo la Constitución de 1812, son los ahora llamados "los exaltados", aunque serán ellos, los radicales, los que, en 1837, acabarán eliminando definitivamente esta Constitución de Cádiz de 1812.

Significado del texto en función de esas circunstancias

Es la proclamación de la revolución liberal con la Constitución de Cádiz de 1812, considerada verbalmente demasiado radical por la mayor parte de los que la habían hecho. Como se va haciendo habitual, esta revolución se realiza por la fuerza, manu militari. Al frente de cada tendencia del liberalismo aparece un caudillo militar.