Aportaciones urgentes a la teología de la historia: el reino de Dios...Escritos 2022..... Escritos 2021....Artículos......Textos 2022 ....Textos 2021....Textos....INDEX.
El doble exkatejon en vano lleva espada
El katejon es, según los Santos Padres, el Imperio romano y el emperador, considerado no simplemente en su aspecto material, como el nombre o el título, sino en su aspecto formal que es el ejercicio del principio de autoridad, ejercer la autoridad, que impide que se imponga generalizada y masivamente el misterio de iniquidad o de transgresión, vivir y obrar según uno mismo, como si Dios no existiera, vivir como si uno mismo fuese dios, o una partícula del ser supremo colectivo, vivir según esa gran mentira satánica. En la propia Biblia aparecen emperadores del Antiguo Testamento como Nabucodonosor y Ciro como instrumentos de los designios de Dios como si fueran, por decirlo así, prekatejones, como prefiguraciones o tipos que son los personajes y figuras del Antiguo Testamento de los del Nuevo. Nerón en su primera época era el katejon del momento en que san Pablo envía la II epístola a los Tesalonicenses
Pero hay dos espadas:
Los poderes eclesiásticos tienen la autoridad religiosa.
Las autoridades políticas tienen la espada secular.
Las dos espadas en vano se llevan en esta época.
No se ejerce la autoridad, ni se usa el poder, la espada.
Prohibido prohibir es la consigna desde mayo del 68 en París.
Si se usa el poder, la espada, si se ejerce la autoridad contra los izquierdistas, se desencadena la represión a la autoridad mediante la agresión del victimismo. Y los escraches.
La sentencia del prusés fue seguida de manifestaciones gigantescas y disturbios ultravandálicos exigiendo la impunidad. La misma impunidad que se venía exigiendo para los terroristas capturados que aún estaban presos.
La sentencia a los agresores de Alsasua también fue seguida de manifestaciones gigantescas exigiendo la impunidad.
Los semiarrianos procuraban estar en regla con el credo para que no les pudieran tachar de herejes arrianos, pero se oponían a rajatabla a los antiarrianos y los combatían intransigentemente.
A los anticomunistas había que combatirlos y rechazarlos, según la gran burguesía y los que aspiraban a ella.
Es maniqueísmo,
gnosticismo, decir que la autoridad es mala. Ahí está
la raíz del rechazo del principio de autoridad por los
sistemas surgidos de las revoluciones de la Edad
Contemporánea. Es maniqueísmo, es gnosticismo, lo que
hay en el liberalismo y en lo que ha venido después. Esa
actitud tan simpática de condenar las normas, las leyes,
las obligatoriedades, los castigos, es maniqueísmo. El liberalismo y lo que ha venido después, es
consecuencia de la creencia racionalista de que
no hay nada por encima de la razón humana.
Spinoza, el máximo filósofo racionalista, ya proclamaba
en el siglo XVII que el hombre en estado de naturaleza
tiene derecho a todo, hasta donde llegue su
fuerza. También se basa Spinoza en el mito del
Contrato Social precediendo a Hobbes, Locke y Rousseau. Es el liberalismo, el gnosticismo, el
que al condenar la autoridad la equipara a la
subyugación, al sometimiento, a la explotación. Es
mucho más absolutista el estado liberal basado en la
Soberanía Nacional, en la doctrina del Pueblo Soberano,
que la monarquía absoluta, e inmensamente más que la
monarquía tradicional. |
Combatir al katejon por todas partes es lo que cada vez más impera. Sobre todo por la parte de dentro. Esto es lo peor de lo malo.
Ante la actual persecución comunista, hinduista e islámica, la consigna desde lo más alto es dialogar.
En el discurso inaugural del Concilio Vaticano II, san Juan XXIII dijo que en estos tiempos la Iglesia prefiere no condenar:
«Al iniciarse el Concilio Ecuménico Vaticano II, es evidente como nunca que la verdad del Señor permanece siempre. Vemos... que los errores, apenas nacidos, se desvanecen como la niebla ante el sol. Siempre la Iglesia se opuso a estos errores. Frecuentemente los condenó con la mayor severidad. En nuestro tiempo, sin embargo, la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia más que la de la severidad. Ella quiere venir al encuentro de las necesidades actuales, mostrando la validez de su doctrina más bien que renovando condenas... La Iglesia Católica, al elevar por medio de este Concilio Ecuménico la antorcha de la verdad religiosa, quiere mostrarse madre amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella».
(San Juan XXIII: Discurso en la solemne apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, 11 de octubre de 1962).
«Ineunte Concilio Oecumenico Vaticano Secundo, manifesto ut alias numquam patet, veritatem Domini in aeternum manere. Siquidem, dum aetas aetati succedit, incertas cernimus hominum opinationes alias excipere, atque enascentes errores saepe cito velut nebulam sole depulsam evanescere.
Quibus erroribus Ecclesia nullo non tempore obstitit, eos saepe etiam damnavit, et quidem severitate firmissima. Ad praesens tempus quod attinet, Christi Sponsae placet misericordiae medicinam adhibere, potius quam severitatis arma suscipere; magis quam damnando, suae doctrinae vim uberius explicando putat hodiernis necessitatibus esse consulendum... Catholica Ecclesia, dum per Oecumenicum hoc Concilium religiosae veritatis facem attollit, amantissimam omnium matrem se vult praebere, benignam, patientem, atque erga filios a se seiunctos misericordia ac bonitate».
(San Juan XXIII: Discurso en la solemne apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II; 11 de octubre de 1962). (Texto en latín en A.A.S., vol. LIV (1962), n. 14, pp. 786-796).
Pero se interpretó y se interpreta indebidamente que la misericordia es con los errores, siendo así que esto no es lo que dijo el papa san Juan XXIII, sino "la Iglesia quiere mostrarse madre amable de todos", madre de los hombres (varones y mujeres), aunque tengan errores, no madre de los errores; "llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados", dijo, y no llena de misericordia con los errores de los hijos separados.
Siempre ha sido la norma en la Iglesia que hay que condenar el pecado y tener misericordia con el pecador. Y san Juan XXIII no presenta una novedad en este discurso. Lo que sí hizo, y esta es la cuestión, es plantear que la Iglesia quiere en este Concilio ayudar a los necesitados "explicando su doctrina", más que condenando.
Pero se le llamó el Papa bueno, como si el Papa cuando condena errores fuese malo. Esto es puro gnosticismo maniqueo. Y filológicamente la frase "Juan XXIII, el Papa bueno" no es un ejemplo correcto de utilización de la palabra bueno "en el buen sentido de la palabra bueno", según el famoso verso de Antonio Machado en Campos de Castilla: "soy, en el buen sentido de la palabra, bueno". Lo que significa que Antonio Machado pensaba que la palabra bueno puede tener un mal sentido y se puede emplear peyorativamente en ese sentido. Y Antonio Machado acertaba en esto. El mal sentido de la palabra bueno es, entre otros, el sentido maniqueo de identificar bueno con indebidamente permisivo; bueno, con misericordioso con los agresores en vez de con sus víctimas inocentes; bueno, con el que no combate a los explotadores y a los abusadores; bueno, con el que no combate a los sembradores de malas doctrinas; bueno, con favorecedor de la impunidad de las agresiones, la siembra de malas doctrinas, los abusos y las explotaciones. Pero pensar que el bueno es tonto es también maniqueísmo.
Hay de nombre, poli malo y poli bueno. Pero estos no son permisivos, ninguno de los dos. En los interrogatorios, es más peligroso para los interrogados el "poli bueno".
Pero no es lo mismo el Papa "bueno" que el "poli bueno". Si hay dos papas al mismo tiempo, es un cisma.
Se ve que de las palabras del papa san Juan XXIII en el discurso inaugural del Concilio Vaticano II sacaron algunos la conclusión de que era obligatorio ser permisivo, que también en la Iglesia quedaba prohibido prohibir y que había que imponer una intransingencia total con las condenas y prohibiciones de lo inmoral y de lo heterodoxo.
Pero un Papa permisivo o un obispo permisivo es el que no cumple con su ministerio de vigilar y, en su caso, reprimir:
"Guardar silencio no es ya decoroso, si no queremos aparecer infieles al más sacrosanto de nuestros deberes, y si la bondad de que hasta aquí hemos hecho uso, con esperanza de enmienda, no ha de ser censurada ya como un olvido de nuestro ministerio... Se trata de la religión católica y de su seguridad. Basta, pues, de silencio; prolongarlo sería un crimen".
(San Pío X, Pascendi. 1907).
San Pío X era un Papa bueno y santo y un buen Papa.
El katejon también es
persona moral,
porque, al representar y ejercer la autoridad, detiene en todas
las épocas la implantación generalizada del misterio de
iniquidad, vivir y obrar según uno mismo, como si Dios
no existiera, e impide así la generalización o
globalización masiva del Anticristo. Hasta que sea quitado el
katejon que obstaculiza dicha globalización masiva. El doble
katejon; porque hay dos espadas.
Obispo, epíscopo, significa el que supervisa o vigila que los
sacerdotes enseñan lo que Jesús, el Verbo, hecho carne, mandó
que enseñaran, y que todos, sacerdotes y fieles, viven la fe
como Dios manda, tal como enseña la Iglesia, nuestra Santa Madre
Iglesia Católica Jerárquica.
Como decía Canals, ha habido dos documentos de dos papas que
cerraron del todo el paso a la heterodoxia: el Syllabus (1864) del beato Pío IX y la
encíclica Pascendi (1907) de san Pío X, [junto con sus
prescripciones del decreto Lamentabili (1907), del motu
proprio Sacrorum antistitum (1910) y del Juramento antimodernista (1910)]. De eso hemos vivido la Iglesia
y el mundo 100 años. En 1962 se dijo que era preferible no
condenar las malas doctrinas, y llamaron misericordia a no
condenar los errores para salvar de ellos misericordiosamente a
los equivocados y a sus oyentes.
Lo mismo hay que afirmar, por consiguiente, de los papas y obispos de los sesenta años anteriores y de todos en general. No sólo es tarea del papa Francisco, sino del oficio de Papa. "Hay que sobrenaturalizarlo todo, incluso al soberano Pontífice".
El discurso del papa san Pablo VI, sucesor de san Juan XXIII, al comienzo de la segunda sesión del Concilio Vaticano II presenta matices aclaratorios de las palabras antes citadas del papa san Juan XXIII del comienzo de la primera sesión. Dijo allí san Pablo VI que san Juan XXIII lo que venía a decir es que la doctrina cristiana no se debía limitar a condenar errores, sino a explicar la doctrina de Cristo, con lo cual no excluía que había que condenar los errores:
"¡Oh, querido y venerado Papa Juan...! ... Has reavivado en la conciencia del magisterio eclesiástico la persuasión de que la doctrina cristiana ... no se debe limitar en la disciplina de la fe sólo a condenar los errores que la perjudican, sino que se debe extender a proclamar las enseñanzas positivas y vitales que la fecundan".
(San Pablo VI, Discurso de apertura de la Segunda Sesión del Concilio Ecuménico Vaticano II, 29 de septiembre de 1963)"O carum et venerandum Ioannem Pontificem...! ... Insuper in iis, ex quibus magisterium ecclesiasticum constituitur, opinionem confirmasti, doctrinam christianam non esse solummodo veritatem ratione, quam fides illustraverit, investigandam, sed etiam verbum, vitam et operationem gignens; neque tantum Ecclesiae auctoritatem eo spectare debere, ut errores coargueret, qui eam polluissent, sed documenta etiam pronuntiare debere directa et vitalia, quorum eadem est ferax. Cum igitur magisterii ecclesiastici munus neque dumtaxat spectativum sit neque solum negans, necesse idcirco est, ut illud in hoc Concilio magis magisque vim virtutemque demonstret doctrinae Christo
Pero aunque no se excluía teóricamente de las tareas del magisterio la de condenar errores, continuó prevaleciendo la idea de que era mejor exponer la doctrina verdadera para que al entenderla la gente se la aplicase y así ya no habría errores.
Y se fueron quitando incluso condenaciones y barreras existentes.
El 17 de julio de 1967, san Pablo VI, autorizó que fuese eliminada la obligatoriedad del Juramento antimodernista que se venía exigiendo desde 1910 a todo el clero y que fuese sustituida la Profesión de fe del Vaticano I y de Trento prescrita por Pío IX en 1877 por una fórmula mucho menos completa.
Y se siguió (y se sigue) reiterando que la pastoral de nuestro tiempo requería que en vez de condenar errores había que explicar la doctrina cristiana. El resultado de esa pastoral está a la vista: los errores, herejías y transgresiones lo inundan todo cada vez más y la doctrina cristiana se ignora cada vez más.
Es evidente que no fue un acierto. La "medicina" de no condenar los errores como la llamó el papa san Juan XXIII estaba contraindicada con la salud de la población católica y mundial. Algo después se tuvieron que reconocer los males que habían sobrevenido en vez de los bienes que se creía que vendrían. Lo tuvo que reconocer el papa reinante en 1972, que, fallecido san Juan XXIII en 1963, era san Pablo VI:
"Se diría que a través de alguna grieta ha entrado, el humo de Satanás en el templo de Dios. Hay dudas, incertidumbre, problemática, inquietud, insatisfacción, confrontación...
Se creía que después del Concilio vendría un día de sol para la historia de la Iglesia. Por el contrario, ha venido un día de nubes, de tempestad, de oscuridad, de búsqueda, de incertidumbre y se siente fatiga en dar la alegría de la fe. Predicamos el ecumenismo y nos alejamos cada vez más de los otros. Procuramos excavar abismos en vez de colmarlos... ¿Cómo ha ocurrido todo esto? Nos, os confiaremos nuestro pensamiento: ha habido un poder, un poder adverso. Digamos su nombre: él Demonio. Este misterioso ser que está en la propia carta de San Pedro que estamos comentando y al que se hace alusión tantas y cuantas veces en el Evangelio en los labios de Cristo vuelve la mención de este enemigo del hombre. Creemos en algo preternatural venido al mundo precisamente para perturbar, para sofocar los frutos del Concilio ecuménico y para impedir que la Iglesia prorrumpiera en el himno de júbilo por tener de nuevo plena conciencia de sí misma. Precisamente por esto, quisiéramos ser capaces, ahora más que nunca, de ejercer la función que Dios encomendó a Pedro de confirmar en la fe a los hermanos. Quisiéramos comunicarnos este carisma de la certeza que el Señor da a quien le representa, incluso indignamente, en esta tierra".
(San Pablo VI, Homilía del 29.06.1972).
El mismo año el papa san Pablo VI concretó algo más sobre las fisuras por donde penetraba el Maligno. Y mencionaba entre ellas precisamente las inmoralidades y la seducción de los errores de moda para los que en 1962 se prescribió como "medicina" no condenarlos:
"Hoy prefieren algunos mostrarse valientes y libres de prejuicios, tomar actitudes positivistas, prestando luego fe a tantas gratuitas supersticiones mágicas o populares; o peor aún, abrir la propia alma ¡la propia alma bautizada, visitada tantas veces por la presencia eucarística y habitada por el Espíritu Santo! a las experiencias libertinas de los sentidos, a aquellas otras deletéreas de los estupefacientes, como igualmente a las seducciones ideológicas de los errores de moda; fisuras estas a través de las cuales puede penetrar fácilmente el Maligno y alterar la mentalidad humana. No se ha dicho que todo pecado se deba directamente a la acción diabólica (cf ST, I, 104, 3); pero es, sin embargo, cierto que quien no vigila con cierto rigor moral sobre sí mismo (cf Mt 12, 45; Ef 6, 11) se expone a la influencia del "mysterium iniquitatis", a que se refiere san Pablo (2Ts 2, 3-12), y que hace problemática la alternativa de nuestra salvación".
(San Pablo VI, 15.11.1972).
Sí, en diez años habían sobrevenido muchos males. Y no tiene interés entonar la melopea de la culpabilización. Nosotros los hombres, varones y mujeres, no disponemos de la máquina del tiempo pasado.
Sólo procede constatar cómo se fue quitando el katejon. Y las consecuencias, que todos podemos ver después de seis décadas y no sólo las que lamentaba san Pablo VI después de la primera década.
Después siguió el papa san Pablo VI practicando esa pastoral basada en que era mejor no condenar los errores, sino explicar la sana doctrina, para que así se nutran todas las personas.
La cuestión es ¿y si no se convencen algunos de las sanas doctrinas y siguen doctrinas erróneas y prácticas deshonestas?
La respuesta quedó patente con la promulgación de la Humanae Vitae por Pablo VI como desembocadura del asunto de la píldora anticonceptiva anovulatoria.
La píldora anticonceptiva anovulatoria, disponible en el mercado desde 1957, se difundía desde 1960. San Pablo VI no la condenaba; mantuvo la comisión de teólogos que estudiaba el asunto, pero muchos de ellos se declaraban partidarios de que se autorizase, lo cual iba contra la ya formulada doctrina de la Iglesia. San Pablo VI creó otra comisión; y pasó lo mismo; pero peor cada vez, porque se abonaba la idea de que se iba a autorizar; y se difundía en los confesonarios, predicaciones y escritos.
Hasta que san Pablo VI inspirado por el Espíritu Santo se convenció de que tenía que hablar como Papa y condenar y condenó la píldora anticonceptiva anovulatoria, promulgando la Humanae Vitae en 1968.
Véase más información en: Pablo VI y la comisión papal sobre el control de natalidad desde el 23 de junio de 1963
Pero los papas siguientes siguieron sin condenar a los eclesiásticos que no enseñaban buenas doctrinas y dándoles cargos y más cargos.
Si hay obispos y cardenales que no enseñan buenas doctrinas no es porque se hayan autonombrado ellos.
¿Y cómo se arreglará esto, según Dios? Esas malas consecuencias son las ya profetizadas por san Pablo precisamente en ese texto de la Biblia (2 Tes 2) que cita el papa san Pablo VI sobre el misterio de iniquidad. Ahí Dios anuncia los males, pero también la solución. San Pablo no es uno de esos profetas de desgracias que decía el papa san Juan XXIII que no aportan soluciones. Ahí se ve en ese texto de san Pablo que la solución la aporta Jesús, el Verbo hecho carne: Él lo va a hacer todo para salvar del Anticristo al resto fiel no apóstata y también a todos los demás hombres, varones y mujeres, que vivan entonces, cuando la Parusía. Es la implantación en plenitud consumada en la tierra del reino de Dios en su dimensión social. Lo mismo que, en el plano individual, aparece en el caminito que para cada persona nos descubre santa Teresa del Niño Jesús, nuestra doctora, cuando explica que el ascensor divino para subirnos hasta la faz amorosa de Jesús ¡son Sus brazos! Como el padre que hace que su bebé suba hasta su rostro, así Jesús, el Verbo hecho carne, nos concede afrontar todos los trabajos, padecimientos, humillaciones, menosprecios y autonegaciones para vivir según Dios y amar al prójimo. Y ese caminito lo expone también nuestra doctora cuando explica su "locura", dice, de que siendo un pajarito pequeñito volará hasta lo más alto llevada por el gran Águila. Jesús, el Verbo hecho carne lo hace todo. Nos concede que lo hagamos todo con su gracia. Ahí en 2Tes 2 explica san Pablo que, cuando todo esté perdido, al aparecer Jesús, el Verbo hecho carne, en su Parusía, su segunda venida gloriosa a la vista de todos, al evidenciar su existencia, eliminará el poder anticristiano que, cada vez más, impone vivir como si Dios no existiera, y como si nosotros los hombres fuésemos el ser supremo, todos en un todo, cada uno un infinitésimo de ese Anticristo colectivo mundial monolítico que a cada uno nos ningunea del todo. Lo mismo se dice en muchos otros lugares de la Escritura y se transmitía en la Tradición revelada. Y en muchos otros de esos lugares viene también la promesa y el anuncio de la extraordinaria efusión de gracia que Jesús, el Verbo hecho carne, iniciará con Su Parusía y que causará la cristianización de todos los hombres, varones y mujeres, que vivan entonces, y a partir de entonces, con los judíos a la cabeza de los creyentes en el Mesías Jesús, el Verbo hecho carne, que es la esperanza de la Iglesia, proclamada en el Concilio Vaticano II, de la conversión de Israel al Mesías, a Jesús, el Verbo hecho carne, y de la unidad católica mundial. Y después, el desarrollo de la civilización cristiana, la civilización del amor, el reinado en plena efectividad en la tierra de Jesús, el Verbo hecho carne, no solo en todas las almas, sino en todas las naciones. En todas, sí, en todas. En unas con mucha veneración y en alguna con más todavía. La civilización del amor es la plenitud intrahistórica del reinado social del Sagrado Corazón de Jesús, el Verbo hecho carne; es la civilización cristiana, la ciudad católica, la unidad católica mundial plenamente consecuente, la ciudad de Dios en la tierra:.
Y no, no hay ningún motivo para ninguna esperanza basada en nuestras fuerzas. Y sí, la Iglesia tiene y nos da la esperanza cierta, total y segura de la victoria final de Jesús, el Verbo hecho carne, cuyo reino no tendrá fin. Continuará en el cielo. Y nosotros los hombres tendremos así nuestro mayor bien, lo que nos enseñó a pedir no en vano Jesús en el padrenuestro: venga a nosotros Tu reino, hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo. En la tierra, sí en la tierra. Ante todo pedimos que venga su reino a nuestra propia alma; y enseguida a las de los demás, desde nuestros prójimos más cercanos hasta todos los demás; y después, cuando Dios sabe, que reine en todas las naciones. Él lo hará todo. Y nos dará que lo aceptemos. Que aceptemos hacerlo todo con su gracia. Con la Gracia Increada, el Espíritu Santo, que Jesús el Verbo hecho carne, nos da de parte del Padre. Lo hace ya a nivel individual. Él nos da que renunciemos a vivir según nuestro yo, que aceptemos el sufrimiento que esa renunciación nos cuesta y que nos abandonemos en sus brazos y aceptemos su reino en nuestro corazón y nos da así su reinado en nuestra alma. De regalo, gratis total, divinamente nos da que aceptemos el gozo de su reinado y soportar el sufrimiento para alcanzarlo. Que podamos ofrecernos como víctimas de su amor, o lo que es lo mismo, como víctimas de su reinado y que esto sea efectivo con su gracia.
Catecismo de la Iglesia de 1992, nº 2806: "Mediante las tres primeras peticiones [del padrenuestro] somos afirmados en la fe, colmados de esperanza y abrasados por la caridad".
ib. nº 2817: "Esta petición [venga a nosotros Tu reino] es el Marana Tha, el grito del Espíritu y de la Esposa: Ven, Señor Jesús..."
-----------------------
El 14.01.2022 se anuncia que el cardenal Woelki
reanuda, Dios mediante, el ejercicio de su pontificado
episcopal en Colonia el miércoles de Ceniza [2.03.2022]
https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=42419
Y cuando llega el miércoles de ceniza de 2022, anuncia Woelki
que, durante el retiro temporal del gobierno de la archidiócesis
de Colonia, desde mediados de octubre de 2021 hasta el comienzo
de la Cuaresma de 2022, que le concedió el papa Francisco, él
puso a disposición del Papa su cargo de arzobispo de Colonia: «he
puesto mi ministerio y mi cargo de arzobispo de Colonia a
disposición del Santo Padre, para que él
también sea libre de decidir lo que mejor sirva a los intereses
de la Iglesia de Colonia».
El Papa había nombrado administrador apostólico sede
plena y ad nutum Sanctae Sedis de la archidiócesis
metropolitana de Colonia (Alemania) a S.E. Mons. Rolf
Steinhäuser, obispo auxiliar de la misma
https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2021/10/12/rem.html
Mons. Munilla deja de ser obispo
de San Sebastián, por decisión de Francisco El papa Francisco nombra a Mons. Don José Ignacio Munilla obispo de Orihuela Alicante el 7 de diciembre de 2021, por lo que a partir de esta fecha deja de ser obispo de la Diócesis de San Sebastián, aunque continuará como Administrador Apostólico de ésta, hasta su entrada oficial en la diócesis de Orihuela Alicante, el 12 de febrero de 2022, Dios mediante. Mons.
Munilla, en un comunicado del mismo 7.12.2021, dice:
"Acojo con paz, gratitud y confianza la nueva
encomienda que la Iglesia me hace, al tiempo que le doy
gracias a Dios por estos 12 años como obispo de San
Sebastián. |
-----------------------
El Papa Francisco y el Papa san Pablo VI y sus dos consejeros...
..Reflexiones en la beatificación de Pablo VI....
...El humo de Satanás en la Iglesia...
El Papa explica en 2017 que el demonio está detrás de las persecuciones
San Pablo VI: «La Iglesia se
encuentra ahora en una hora inquieta de autocrítica o, mejor
dicho, de autodemolición
Está
prácticamente golpeándose a sí misma (7-XII-1968)
«se ha introducido el humo de Satanás en el templo de Dios» (29-VI-1972).
Es lamentable «la división, la disgregación, que por desgracia
se encuentra en no pocos sectores de la Iglesia» (30-VIII-1973)
-San Juan Pablo II: «se han esparcido a manos llenas ideas contrastantes con la verdad revelada y enseñada desde siempre. Se han propalado verdaderas y propias herejías en el campo dogmático y moral, creando dudas, confusiones, rebeliones. Se ha manipulado incluso la liturgia» (6-2-1981).
«Hablaban de progreso cuando retrocedían, de ascensión a la madurez cuando se esclavizaban» (Pío XII, Summi Pontificatus).
Y frente a esto... que "no iba a haber condenas", "usaré muy poco mi autoridad", "levanto las condenas, quito las excomuniones".... P E R M I S I V I D A D.
Una manera de quitar el katejon envainando una de las dos espadas, para enseguida ir haciendo lo mismo con la otra.
Pero al final reconocer:
Y recordar y darse cuenta:
|
León XIII reconoció en privado que había cometido un error con la táctica del Ralliement.
El mismo papa León XIII mandó que en las oraciones añadidas al final de la misa se incluyera una oración-exorcismo para que, por intercesión de san Miguel, Dios nos libre de Satanás. Lo que está en consonancia con lo que Jesús, el Verbo hecho carne, nos enseñó a pedirle a Dios en el padrenuestro: libera nos a malo.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha,
sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del Demonio.
Sométale Dios, pedimos suplicantes;
y tú, príncipe de la celestial milicia,
con el divino poder, arroja al infierno a Satanás
y a los otros malignos espíritus
que vagan por el mundo para la perdición de las almas.
Amén
Lo estableció León XIII en 1886. Hizo publicar una versión larga de la oración-exorcismo por intercesión de san Miguel en las Acta Apostolicicae Sedis de 1890 (pág. 743, 18.05.1890. https://www.arguments.es/rosario/oracion-a-san-miguel-arcangel/ ).
Las oraciones del final de la misa incluían además tres avemarías y una salve, desde 1859 en que el beato Pío IX las estableció, y , por cierto, mandó que se rezasen no en el latín que imperaba, sino en la lengua corriente o vernácula para que las pudiese rezar todo el mundo. Se rezaban de rodillas, por cierto. En 1904, San Pío X mandó añadir la jaculatoria tres veces repetida: "Sagrado Corazón de Jesús, ten misericordia de nosotros". El sacerdote celebrante rezaba en latín la antífona junto con el versículo, la oración-exorcismo por intercesión de san Miguel y la oración Deus refugium nostrum et virtus.
Oremos. -¡Oh Dios, nuestro refugio y fortaleza! Mira propicio al pueblo que a Ti clama; y por la intercesión de la gloriosa e inmaculada siempre Virgen María, Madre de Dios, de San José, su esposo, y de tus santos Apóstoles Pedro y Pablo, y de todos los Santos; Escucha misericordioso y benigno las suplicas que te dirigimos pidiéndote la conversión de los pecadores, la exaltación y libertad de la Santa Madre Iglesia. Por J. N. S. R./ Amén
Pío XI en 1930, y Pío XII en 1952 señalaron como intención de estas preces pedir por Rusia (Act. Ap. Sedis, 22 [1930] 301; 44 [1952] 308).
En 1964 fueron suprimidas estas
oraciones mediante la Instrucción Interoecumenica del 26
de septiembre de 1964, que entró en vigor el 7 de marzo
de 1965; como si ya
estuviesen encadenados los demonios. Pero ya el papa san Pablo VI
se tuvo que lamentar de la entrada del humo de Satanás por
alguna grieta en la Iglesia.
Después, en el siglo XXI, el papa Francisco, sin duda
por inspiración divina a la que hizo caso, volvió a
poner en vigor el rezo de aquella plegaría de León XIII contra
Satanás. Lo hizo Francisco el 29.09.2018, en las instrucciones
para que, junto con el Sub tuum presidium se rezase al
final del rosario en octubre de aquel año y no hay motivo para
no seguir rezándola al final del rosario, sino todo lo contrario.
Hace unos años, en una fase preparatoria del prusés, aparecieron en Cataluña ciertos contenidos indebidos en Hojas Dominicales. Cuando la polémica finalizaba, una nota de algunos obispados de Cataluña decía que, sobre esas hojas dominicales, "los obispos tienen la autoridad, pero no la ejercen".
Este es el problema que alimenta el misterio de anomía o de transgresión. Ahí fue expresado el problema:
Tienen la autoridad, pero no la ejercen. Aunque fue una expresión parcial. Omitía un sobreentendido. Algo que se da por sabido. Pero es muy necesario hacerlo explícito:
En realidad, no ejercen la autoridad contra las desviaciones a la izquierda.
Así pues:
Los poderes eclesiásticos tienen la autoridad religiosa, pero muchos no la ejercen contra las desviaciones a la izquierda, progres, heterodoxas, inmorales, etecé.
Las autoridades políticas tienen la espada secular pero generalizadamente no la ejercen contra las transgresiones izquierdistas, progres, inmorales...
Perros mudos.
"Sométanse todos a las autoridades constituidas, pues no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que existen, por Dios han sido constituidas.
De modo que, quien se opone a la autoridad, se rebela contra el orden divino, y los rebeldes se atraerán sobre sí mismos la condenación.
En efecto, los magistrados no son de temer cuando se obra el bien, sino cuando se obra el mal. ¿Quieres no temer la autoridad? Obra el bien, y obtendrás de ella elogios,
pues es para ti un servidor de Dios para el bien. Pero, si obras el mal, teme: pues no en vano lleva espada: pues es un servidor de Dios para hacer justicia y castigar al que obra el mal.
Por tanto, es preciso someterse, no sólo por temor al castigo, sino también en conciencia".
(Rom 13,1-5)
"Sus vigías son ciegos, ninguno sabe nada; todos son perros mudos, no pueden ladrar; ven visiones, se acuestan, amigos de dormir.
Son perros voraces, no conocen hartura, y ni los pastores saben entender. Cada uno sigue su propio camino cada cual, hasta el último, busca su provecho
«Venid, voy a sacar vino y nos emborracharemos de licor, que el día de mañana será como el de hoy, o muchísimo mejor»".
(Is 56, 10-12).
Y ya lo tenemos reiteradamente advertido por Dios mediante la profecía de Ezequiel:
El Señor me dirigió esta palabra: 17 «Hijo de hombre, te he constituido centinela de Israel. Cuando escuches una palabra de mi boca, los amonestarás de parte mía. 18 Si yo digo al malvado morirás inexorablemente, y tú no lo habías amonestado ni le habías advertido que se apartara de su perversa conducta para conservar la vida, el malvado morirá por su culpa; pero a ti te pediré cuenta de su vida. 19 En cambio, si amonestas al malvado y él no se convierte de su maldad y de su perversa conducta, entonces él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida. 20 Si, al contrario, el justo se desvía de su justicia y obra mal, yo le pondré una trampa y morirá. Como tú no lo has amonestado, él morirá por su pecado, y no se tendrán en cuenta las obras buenas que había hecho; pero a ti te pediré cuenta de su vida. 21 Pero si tú amonestas al justo para que no peque, y no peca, ciertamente él conservará la vida, porque había sido amonestado, y tú habrás salvado la tuya».
(Ez 3,16-21)1 Me fue dirigida esta palabra del Señor: 2 «Hijo de hombre, habla a tu pueblo y diles: Si yo envío al enemigo contra un país, y la gente escoge a un hombre del lugar y lo pone de centinela, 3 y este, viendo venir al enemigo contra el país, toca la trompeta para dar la alarma al pueblo; 4 si alguien oye el toque de trompeta y no hace caso, y el enemigo llega y le sorprende, él mismo es responsable de su muerte. 5 Había oído el toque de trompeta, pero no hizo caso: es responsable de su muerte. Si hubiera hecho caso habría salvado su vida. 6 Pero si el centinela que ve venir al enemigo no toca la trompeta y el pueblo no es puesto en alarma, llega el enemigo y se cobra algunas vidas, estos habrán perecido por su maldad, pero yo pediré cuenta de su sangre al centinela. 7 A ti, hijo de hombre, te he puesto de centinela en la casa de Israel; cuando escuches una palabra de mi boca, les advertirás de mi parte. 8 Si yo digo al malvado: Malvado, eres reo de muerte, pero tú no hablas para advertir al malvado que cambie de conducta, él es un malvado y morirá por su culpa, pero a ti te pediré cuenta de su sangre. 9 Pero si tú adviertes al malvado que cambie de conducta, y no lo hace, él morirá por su culpa, pero tú habrás salvado la vida». 10 Y tú, hijo de hombre, di a la casa de Israel: «Vosotros andáis diciendo: Nuestros delitos y nuestros pecados pesan sobre nosotros, y por eso nos estamos consumiendo. ¿Cómo podemos vivir así?. 11 Pues diles: Por mi vida oráculo del Señor Dios que yo no me complazco en la muerte del malvado, sino en que el malvado se convierta y viva. Convertíos, convertíos de vuestra perversa conducta. ¿Por qué os obstináis en morir, casa de Israel?. 12 Y tú, hijo de hombre, di a la gente de tu pueblo: La buena conducta del hombre justo no lo salvará el día de su delito, ni la maldad del malvado será para él un obstáculo el día de su conversión. El hombre justo no podrá seguir viviendo por su buena conducta el día de su pecado. 13 Si yo digo al justo: Ciertamente vivirás, pero él, confiado en su buena conducta, comete un acto inicuo, su buena conducta no será recordada. Deberá morir por causa del acto inicuo cometido. 14 Y si digo al malvado: Irremediablemente morirás, pero él se convierte de su pecado y actúa con rectitud y justicia, 15 devuelve la fianza que había exigido, restituye lo robado, practica los preceptos que dan vida y no hace ningún mal, ciertamente vivirá y no morirá. 16 Ninguno de los pecados que había cometido será recordado. Ha actuado con rectitud y justicia. Ciertamente vivirá. 17 Y si la gente del pueblo replica: No es justo el proceder del Señor, son ellos los que no proceden rectamente. 18 Si el hombre justo se aparta de su buena conducta y comete actos inicuos, morirá por su causa. 19 Y si el malvado se convierte de su maldad y actúa con rectitud y justicia, a causa de ello ciertamente vivirá. 20 Entonces, ¿cómo decís: No es justo el proceder del Señor? Yo os juzgaré a cada uno según vuestra conducta, casa de Israel»
(Ez 33,1-20)
También ha sido el papa Francisco el que ha cumplido por fin la petición formulada de parte de Dios por la Virgen de Fátima de que el Papa, junto con todos los obispos, consagrase Rusia a su Corazón Inmaculado.
El 25 de marzo de 2022, el papa Francisco
consagra al Inmaculado Corazón de María Rusia y Ucrania, y el
mundo entero
"Madre de Dios y nuestra, nosotros
solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado
nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de
manera especial Rusia y Ucrania. Acoge este acto nuestro
que realizamos con confianza y amor, haz que cese la guerra,
provee al mundo de paz".
.Fátima.
..Fátima en el Año Santo 1974.
Antecedentes de la consagración de Rusia del 25 03 2022
--------------------------
La tercera parte del secreto de Fátima y la versión acomodaticia de su significado
--------------------------
En 2022, de momento hay dos
hechos que cambian la historia; el tercero,
la Guerra
de Ucrania y la crisis,
veremos a ver en qué para El 25 de marzo de 2022, el papa
Francisco consagra al Inmaculado Corazón de María Rusia
y Ucrania, y el mundo entero San Ireneo de Lyon es proclamado
doctor de la Iglesia por el papa Francisco el 21.01.2022 |