Cuando Franco se hace con el poder el 1.10.1936, los nacionales son suplantados por los franquistas, como caracterizadores de su bando. Sobre todo desde el Decreto de Unificación de 1937
Porque en julio de 1936, cuando se sublevan son los nacionales y su zona es por ellos denominada la zona nacional y lo seguirá siendo, incluso por el franquismo dominante desde octubre de 1936
La característica ideológica general de los nacionales es el carácter de cruzada "por Dios y por España" de su lucha, porque
esta aportación del carácter de cruzada que le dan los requetés carlistas a la guerra y que proclaman las jerarquías eclesiásticas española, va siendo secundada por los combatientes y partidarios de la zona nacional y
es asumida y encabezada por el propio general Franco, aunque, aparte de su bando declarando el estado de guerra en Canarias, tanto en su manifiesto de Santa Cruz de Tenerife, publicado por el diario tinerfeño La Tarde el 18-VII-1936, como en su manifiesto de Tetuán, había proclamado que él se sublevaba para realizar "por primera vez y en este orden la trilogía fraternidad, libertad, e iguladad".También aportan los requetés carlistas la reimplantación del himno y de la bandera de España, que habían sido desechados por los dirigentes de la II República dicienso que eran de la monarquía.
En su acuerdo con los carlistas, Sanjurjo impone a Mola que acepte que los requetés carlistas luchen utilizando la bandera de España, que la II República había declarado que era la bandera monárquica, regalándoles así la bandera de España a los monárquicos -a diferencia de la I República, que había utilizado como bandera de la república la bandera rojigualda que venía de Carlos III y de Isabel II.
Esta bandera bicolor, rojigualda, la utilizan de hecho los requetés, lo mismo que utilizan la Marcha Real como himno de España. Ambos símbolos van siendo utilizados también por los demás combatientes sucesiva y generalizadamente y acabarán por ser también reestablecidos oficialmente como bandera de España e himno de España, cuando los mandos militares de los nacionales así lo asumen: el 15.08.1936 oficialmente el general Queipo de Llano en Sevilla, la capital de su mando, y por decreto de la Junta de Defensa Nacional de 29.08.1936, que aparece con la firma del general Cabanellas en el Boletín Oficial de dicha junta del 30.08.1936 en toda su zona. Ambos generales habían sido declaradamente republicanos. La bandera de España reimplantada
Lo del carácter de cruzada "por Dios y por España" de su lucha, es porque los nacionales y después los franquistas, dejaron aparcada la cuestión de la monarquía, por un lado porque los altos mandos militares en su mayor parte pretendían sólamente poner orden en la república, no eliminarla, no volver a la monarquía, y muchos de ellos eran republicanos; por otro lado, el rey carlista, Alfonso Carlos, era muy anciano y no tenía descendencia, por lo que había designado un regente que era Javier de Borbón Parma. Los autodenominados "los" monárquicos, que eran los alfonsinos, fieles al destronado Alfonso XIII, (que estaba dejando de ser liberal, "escaldado" según decía), que eran pocos, aunque contaban con personas muy adineradas, con aristócratas de nuevo cuño y algunos de antiguo, con algunos generales, con las docenas de miembros de Acción Española, que también habían dejado de ser liberales, con el genial Muñoz Seca, con algunos periodistas de ABC y con sus otros miles de lectores, no se veían con posibilidades de reivindicar ya la monarquía. La mayoritaria CEDA había proclamado la accidentalidad de las formas de gobierno. Y al propio Franco, que era relativamente monárquico, le venía muy bien para su poder personal la reducción a un movimiento "por Dios y por España".
Dictadura permanente, no provisional, a diferencia de la de Primo de Rivera, cuya política sigue y modifica. Sobre todo insiste en no ser un poder "interino".
«Yo no haré la tontería de Primo de Rivera. Yo no dimito, de aquí al cementerio».
"Ahora no cabe pensar más que en terminar la guerra. Luego habrá que liquidarla, después construir un Estado sobre bases firmes... Entretanto, yo no puedo ser un poder interino".
(Entrevista de Juan Ignacio Luca de Tena a Franco publicada en ABC de Sevilla el 18 de julio de 1937)Durará hasta su muerte, no será derribado, lo está siendo después.
En 1975, se nos dijo que no nos íbamos a pasar otros 40 años hablando de la dictadura de 40 años, pero más de ochenta años después del final de la Guerra de España de 1936, siguen hablando mucho de ello los medios oficiales y los programas deseducativos oficiales; y continúan después inculcando la versión oficial izquierdista en los escasos niños y jóvenes que dejan nacer y en la población en general. Se ve que los que no derribaron a Franco, o incluso lo apoyaron cuando estaba en el poder, creen que necesitan demostrar que estaban en contra y seguirlo demostrando otros tantos años, o más, para tener el poder para siempre jamás y también para justificar su inoperancia en su disfrute; y para continuar haciendo a todos incurrir en "la indecencia de subirse al carro de los vencidos", en expresión del último presidente de la República en el exilio, Claudio Sánchez Albornoz.En 2019, el gobierno socialista-podemista consiguió, tras un año de esfuerzos, desenterrar los restos del cadáver de Franco, inhumados en la abadía del Valle de los Caídos de Cuelgamuros, y enterrarlos en el cementerio de El Pardo.
Los nacionales son reemplazados por los franquistas, Sobre todo desde el Decreto de Unificación de 1937
La dictadura de Franco se limitó al anticomunismo y desvirtuó la Cruzada, sustituyéndola por un poder personal que vinculó España a Occidente, que es la suplantación de la Cristiandad por su versión descristianizada por el liberalismo.
Pero la dictadura de Franco reducida al anticomunismo impedía en gran parte que sufriese el terror marxista la población española, en especial los asalariados. Y sin el terror podían trabajar y así hicieron el desarrollo. Y sin el terror el marxismo no pudo hacer nada, porque sin el terror no es nada el marxismo.Posteriormente el franquismo se autoinsertaba en lo que llamaba "la Cruzada de Occidente" y Franco se dejaba llamar por sus aduladores "Centinela de Occidente". Y después, en la segunda mitad de su dictadura, los gobiernos de Franco dejaron de hablar de Cruzada, los tecnócratas iniciaron y desarrollaron el crepúsculo de la ideología de la Cruzada, amplios sectores de eclesiásticos españoles y de sus jerarquías se desvincularon de la guerra como Cruzada y en 1971 se posicionaron en contra.
Stanley G. Payne se equivoca en el prólogo de la segunda edición de Requetés (2011), los carlistas no aceptaron el régimen de Franco, ni siquiera como mal menor. Los carlistas rechazaban el Movimiento y consideraban una usurpación la sustitución de la expresión el Alzamiento por la expresión el Movimiento. Que en 1869 los carlistas hubiesen empleado la expresión Glorioso Movimiento Nacional, no demuestra para nada que fuese de origen carlista denominar el Movimiento a la sublevación de 1936, puesto que en cambio hay evidencias constantes de que los carlistas siguieron empleando la expresión Alzamiento precisamente para rechazar la expresión Movimiento, porque rechazaban al Movimiento Nacional como la organización con la que Franco se adueñó del Alzamiento y del poder, usurpando la victoria. Acierta en cambio por consiguiente Hugh Thomas en el epílogo de esa segunda edición de Requetés (2011), cuando expresa que la victoria resultó "ser usurpadora de los ideales de los que lucharon bajo las banderas de España y de la Cruz de San Andrés, tocados con la boina roja", la usurpación de los ideales por los que lucharon los carlistas, de los que dice que él debe reconsiderar lo que había dicho de ellos en su propio libro famoso sobre la Guerra de España de 1936, "reconsiderar la visión que yo tenía de las personas que, desde esa opción política tan idealista, habían participado en la guerra de España" -dice Hugh Thomas-; que añade que leer ahora este libro de testimonios, Requetés, le ha "transmitido otra imagen de aquellos requetés" y que le "ha hecho valorar y apreciar de otra manera ese contingente de fuerzas voluntarias del bando nacional que tan importante fue por lo que representaba".
Españolismo y anticomunismo, elementos ideológicos permanentes de Franco.
"Donde yo esté, no habrá comunismo", tenía dicho Franco.
Asume el catolicismo, que se reactiva en la sociedad española de la zona nacional durante la guerra y de toda España en la posguerra.
La etiqueta de nacionalcatolicismo, que se le suele endosar, proviene de ese vocablo, cuya difusión empezó a extenderse en España a raíz del anuncio, en 1964, del compromiso, seguido del matrimonio, del príncipe carlista Carlos Hugo de Borbón Parma con la princesa Irene de Holanda, la cual, para casarse con este príncipe, entonces tradicionalista, se hizo católica. A raíz de todo esto, se desencadenó en Holanada una gran polémica de la que llegaron salpicaduras a España. Se conoce que a algunos para defenderse allí de ser sospechosos de colaboracionismo cuando la ocupación alemana en la II Gª Mundial les pareció acertado atacar desde el protestantismo arrojando ese vocablo, por sus similitudes con el de nacionalsocialismo, del que se ve que sabían mucho, como los que lo han seguido utilizando desde posiciones que entroncan con el régimen imperante en la URSS cuando firmó con los nazis de Hitler el Pacto Germano Soviético el 23.08.1939. Al ser desde esas posiciones, se comprende que no lo utilicen para calificar de nacionalcatolicismo a lo que caracteriza a la llamada Iglesia Patriótica China, ya que es una dependencia de la dictadura totalitaria comunista que tiene sometida a la China continental, ni tampoco a los clérigos que extienden en sus iglesias banderas e ideas nacionalistas, si son contrarias a España. En esta, la revitalización católica de la guerra y la posguerra, no llegó a esos niveles de sometimiento al poder político, pese al privilegio de presentación de candidatos al episcopado, que la Santa Sede concedió al gobierno de Franco en el Concordato de 1953, de forma similar a lo que concedió en el Concordato de 1851 a los gobiernos del régimen liberal de la época de Isabel II y de la posterior Restauración; y similarmente indebida .La reanudación del proceso de descristianización de la población española vendría después, al configurarse el régimen de Franco como entroncado, no con la Cristiandad sino con "Occidente", con la "civilización occidental".
"Occidente" es la suplantación de la Cristiandad descristianizada progresivamente por la implantación en ella del liberalismo.La Cristiandad es el conjunto de Estados que, en virtud de su fe en la divinidad de Jesucristo, desde la Edad Media incipientemente acataban en la moral la autoridad de la Iglesia lo cual proclama la Iglesia en el Concilio Vaticano II que se producirá plenamente en el futuro de forma universal y consecuente:
"La Iglesia, juntamente con los profetas y con el mismo Apóstol, espera el día, que sólo Dios conoce, en que todos los pueblos invocarán al Señor con voz unánime y le servirán hombro con hombro" (Nostra aetate, 4).
Lo que es proclamar con toda seguridad como esperanza firme de la Iglesia la catolicidad consecuente de todos los pueblos en el futuro, la unidad católica mundial, y no mediante la exclusión legal de la libertad religiosa, sino porque todos con plena y libre voluntad serán católicos de corazón con los judíos a la cabeza de los creyentes en el Mesías Jesús, el Verbo hecho carne.Pero la dictadura de Franco, reducida al anticomunismo, impedía en gran parte que sufriese el terror marxista la población española, en especial los asalariados. Y sin el terror los españoles podían trabajar y así hicieron el desarrollo. Y sin el terror, el marxismo no pudo hacer nada, porque sin el terror no es nada el marxismo.
Régimen autoritario, no fascista, sino pragmático. Dictatorial, no totalitario.
Según el estadounidense Stanley G. Payne, entre 1937 y 1943, el franquismo constituyó un régimen "semi-fascista", pero nunca un régimen fascista cien por cien. Después pasó treinta y dos años evolucionando como un sistema autoritario "posfascista", aunque no consiguió eliminar completamente todos los vestigios residuales del fascismo.
Franco consiguió ya en 1947 soslayar la máxima presión contra su régimen con el inicio de la guerra fría y con la maniobra que realizó con la ratificación en referéndum de la ley de Sucesión en la que incluyó su pleno poder vitalicio.
Pero fue en 1953 cuando esa consolidación de Franco y su aceptación internacional se visualizó plenamente al coincidir en ese año la firma del concordato con la Santa Sede y de los acuerdos con Estados Unidos que convertían a España en su aliado directo, ya que había sido excluida de formar parte de la OTAN, por tener el régimen dictatorial de Franco y no un régimen demócrataliberal de partidos políticos. España quedaba así integrada por Franco en el bloque occidental, con la contrapartida de su inserción en la "civilización occidental" en sustitución de su pertenencia a la Cristiandad.
Los llamados Pactos de Madrid de 1953 fueron tres «acuerdos ejecutivos» (agreements) firmados en Madrid el 23 de septiembre de 1953 entre Estados Unidos y España.
Según los mismos se instalarían en territorio español cinco bases militares estadounidenses a cambio de ayuda económica y militar. Para el régimen franquista supusieron, junto con el concordato con la Iglesia católica firmado un mes antes, la integración definitiva en el bloque occidental tras el aislamiento que había padecido desde el final de la Segunda Guerra Mundial por su vinculación con las potencias del Eje. El gobierno español recibió otras ayudas conocidas como "ayuda americana" (Wikipedia).https://www.dolcacatalunya.com/2014/03/cuando-franco-premiaba-libros-en-catalan/
Se fue dejando de hablar de la guerra como "Cruzada por Dios y por España" y se empezó a hablar de la "Cruzada de Occidente" y Franco se dejaba llamar por sus aduladores "Centinela de Occidente".
Franco hizo en 1962 que su gobierno firmara la solicitud de una asociación susceptible de llegar en su día a la plena integración en la Comunidad Económica Europea, CEE, hoy UE, en la que ya estaba vigente entonces la doctrina Birckelbach exigía para ser miembro tener un sistema demoliberal de partidos políticos. Es la conexión que sitúa el inicio de la transición en 1962, como mínimo. El europeísmo fue el vehículo de la transición. La Europa del europeísmo es contraria a la Europa de la Cristiandad. El núcleo del europeísmo es el liberalismo enemigo de la Cristiandad, porque propugna la separación, no la autonomía de la vida política en lo técnico respecto a la autoridad de la Iglesia, a la que debe estar vinculada como autoridad infalible en lo moral, que es obligatorio para todos incluidos los políticos.
La Cristiandad es el conjunto de Estados que desde la Edad Media incipientemente acataban en la moral la autoridad de la Iglesia en virtud de su fe en la divinidad de Jesucristo, lo cual proclama la Iglesia en el Concilio Vaticano II que se producirá plenamente en el futuro de forma universal y consecuente:
"La Iglesia, juntamente con los profetas y con el mismo Apóstol, espera el día, que sólo Dios conoce, en que todos los pueblos invocarán al Señor con voz unánime y le servirán hombro con hombro" (Nostra aetate, 4).
Lo que es proclamar con toda seguridad como esperanza firme de la Iglesia la catolicidad consecuente de todos los pueblos en el futuro, la unidad católica mundial, no mediante la exclusión legal de la libertad religiosa, sino porque todos con plena y libre voluntad serán católicos de corazón con los judíos a la cabeza de los creyentes en el Mesías Jesús, el Verbo hecho carne.En 1964, se dejó de conmemorar el 1 de abril como día de la Victoria para conmemorar "los XXV años de paz".
Siendo así que los militares tienen como axioma que "nada reemplaza a la victoria". Por consiguiente, reemplazarla es una derrota, es dar la victoria al bando contrario.
La organización de esa conmemoración de "los XXV años de paz" estuvo a cargo de Fraga, que era ministro en los gobiernos de los tecnócratas del Opus, pero no era de ese grupo, sino que rivalizaba con él.En el franquismo, que anteriormente había sustituido resaltar su procedencia de la "Cruzada por Dios y por España" por su inserción en lo que llamaba "la Cruzada de Occidente" y Franco había permitido ser llamado por sus aduladores "Centinela de Occidente",
posteriormente, en la segunda mitad de su dictadura, los gobiernos de Franco dejaron de hablar de Cruzada, los tecnócratas iniciaron y desarrollaron el crepúsculo de la ideología de la Cruzada, amplios sectores de eclesiásticos españoles y de sus jerarquías se desvincularon de la guerra como Cruzada y en 1971 se posicionaron en contra.Es característico el pragmatismo de Franco, su no vinculación a ninguna ideología, sino su adaptación a lo imperante en el mundo, para mantener su poder.
Los gobiernos de Franco fueron gobiernos de concentración de todas las "familias políticas del régimen", que es como se denominaba a los partidos, que oficialmente no existían, porque Franco impuso, mediante el Decreto de Unificación de 1937, la supresión de los partidos del bando republicano y la integración bajo su jefatura de los del bando que al final él acaudilló en el partido único de su dictadura, denominado inicialmente Falange Española Tradicionalista, FET, y posteriormente Movimiento Nacional.
Pero Franco tiene muy en cuenta y utiliza a esos grupos en proporciones variables, según su conveniencia, en cada época.
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Moneda de un duro, 5 pesetas, acuñada en 1949. En el anverso la efigie del general Franco con la inscripción Francisco Franco Caudillo de España por la G. [Gracia] de Dios. En el reverso el nuevo escudo de España. Esta moneda contenía cierta cantidad de plata. Y con la inflación, el valor intrínseco del material de estas monedas llegó a sobrepasar su valor facial, por lo que se decidió dejar de acuñarlas, de darles curso legal y de sustituirlas por billetes de papel. Y no es que no valiesen nada, sino que por el contrario, en el momento de quitarles su curso legal estos duros valían ocho pesetas. También hubo billetes de una peseta que coexistían con las monedas metálicas de peseta, las "rubias".
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Decreto de Unificación de 1937: Texto y análisis
Texto completo del Decreto de Unificación de 1937
Leyes Fundamentales (Constitucionales) del franquismo
Textos refundidos de las Leyes fundamentales,
El Fuero del Trabajo de 1938
Ley Constitutiva de las Cortes de 1942
.El Fuero de los Españoles. Texto inicial de 1945
El Fuero de los Españoles. Texto modificado tras el referéndum de 1966
Ley de Referéndum de 1945
Ley de Sucesión de 1947
Ley de Principios del Movimiento de 1958
Ley Orgánica del Estado de 1967
Potestades y prerrogativas de Franco
Leyes de 1936 a 1939 que atribuyen plenos poderes al General Franco
y Leyes de Prerrogativa de 1972Ley de 30 de enero de 1938
Ley de 8 de agosto de 1939
La Ley de Reorganización de la Administración Central del Estado, promulgada por el propio Franco cuatro meses después del final de la guerra atribuye al «Caudillo invicto y providencial», todos los poderes ejecutivos y legislativos:
Artículo 7. Correspondiendo al Jefe del Estado la suprema potestad de dictar normas de carácter general, conforme al artículo 17.º de la Ley de 30 de enero de 1938, y radicando en él de modo permanente las funciones de gobierno, sus disposiciones y resoluciones, adopten la forma de Leyes o Decretos, podrán dictarse, aunque no vayan precedidas de la deliberación del Consejo de Ministros, cuando razones de urgencia así lo aconsejen, si bien el Jefe del Estado dará después conocimiento a aquél de tales disposiciones o resoluciones.
Artículos 14 y 15 de la Ley Orgánica del Estado,
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La guerra de España fue una Cruzada "por Dios y por España", no sólo para acabar con el terror persecutorio marxista, sino para sanear la sociedad permitiéndola ser cristiana.
Franco asume el catolicismo, que se reactiva en la sociedad durante la guerra de 1936.
La reanudación del proceso de descristianización vendría después al configurarse el régimen de Franco como entrocado, no con la Cristiandad sino con "Occidente", con la "civilización occidental".
"Occidente" es la suplantación de la Cristiandad descristianizada progresivamente por la implantación en ella del liberalismo.La dictadura de Franco se limitó al anticomunismo y desvirtuó la Cruzada por Dios y por España, sustituyéndola por un poder personal que se acercó a Occidente y a la Europa del europeísmo basado en el laicismo liberal y socialista. Occidente, que es la suplantación de la Cristiandad por su versión descristianizada por el liberalismo.
Aunque la dictadura de Franco reducida al anticomunismo impedía en gran parte que sufriese el terror marxista la población española, en especial los asalariados. Y sin el terror podían trabajar y así hicieron el desarrollo. Y sin el terror el marxismo no pudo hacer nada, porque sin el terror no es nada el marxismo.
Franco se dejaba llamar por sus aduladores "Centinela de Occidente". Hizo en 1962 que su gobierno firmara la solicitud de "asociación susceptible de llegar en sudía a la plena adhesión" en la hoy llamada UE, entonces lCEE, Comunidad Económica Europea, en las que la doctrina Birckelbach vigente ya, exigía para ser miembro tener un sistema liberal de partidos políticos. Es la conexión con el europeísmo que marca el inicio de la transición. El europeísmo fue el vehículo de la transición al régimen laicista liberal y socialista. La Europa del europeísmo es contraria a la Europa de la Cristiandad. El núcleo del europeísmo es el liberalismo enemigo de la Cristiandad, porque propugna la separación, no la autonomía de la vida política en lo técnico respecto a la autoridad de la Iglesia, a la que debe estar vinculada como autoridad infalible en la moral, que es obligatoria para todos incluidos los políticos. La Cristiandad es el conjunto de Estados que incipientemente en la Edad Media acataban en la fe y la moral la autoridad de la Iglesia en virtud de su fe en la divinidad de Jesucristo, lo cual proclamó la Iglesia en el Concilio Vaticano II que es su esperanza firme que se producirá plenamente en el futuro de forma universal: "La Iglesia, juntamente con los profetas y con el mismo Apóstol, espera el día, que sólo Dios conoce, en que todos los pueblos invocarán al Señor con voz unánime y le servirán hombro con hombro" (Nostra aetate, 4).
Lo que es proclamar como esperanza firme y segura de la Iglesia la catolicidad consecuente de todos los pueblos en el futuro, la unidad católica mundial, y no por la exclusión legal de la libertad religiosa, sino porque todos los pueblos, con los judíos a la cabeza, creerán unánimes en el Mesías, Jesús, el Verbo hecho carne, y le servirán unidos.El régimen de Franco será eliminado por los políticos franquistas con la colaboración de los eclesiásticos que venían evolucionando desde el distanciamiento de la ideología de la Cruzada de los nacionales a la proclamación de su rechazo desde 1971 y a la queja en el siglo XXI de que les rechazan también a ellos. El europeísmo fue el vehículo de la transición al régimen laicista liberal y socialista.
Intentar desmarcarse de la dictadura de Franco los eclesiásticos en los años 70, rechazando su vinculación a la Cruzada, era lo mismo que hacían los gobiernos de Franco. Pero declararse enemigos de la guerra de España de 1936 como Cruzada era oponerse a lo que apartó la hegemonía del terror sobre la población, abrirle de nuevo el camino.
Franco no es el salvador de la religión católica ni de España, sino el que se hizo con el poder en la guerra, lo retuvo e hizo involucionar a España desde el Alzamiento nacional y la Cruzada de los nacionales al Movimiento de los franquistas y luego a su lugar en Occidente y en la Europa del europeísmo basado en el laicismo liberal y socialista, todo ello bajo su dictadura
(La transición hacia la actual democracia en España).----------------------------------
c. ¿Qué familias políticas apoyaron esos principios y qué apoyos sociales tuvo la dictadura?
- Las "familias políticas del régimen" de Franco son
- Inicialmente
- Los unificados en la FET como núcleos básicos
- los carlistas
- y los falangistas (con la fusión previa de la Falange Española y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista, las JONS).
- Los integrados en la FET y de las JONS
- Restos de la CEDA, predemocristianos acaudillados durante la II República por Gil Robles, y después evolucionados como plenamente demócratacristianos, a los que Franco denominaba "los del cardenal", en alusión a Herrera Oria, director durante la II República de El Debate, el diario de la CEDA, que se hizo sacerdote después de la guerra y fue nombrado obispo de Málaga y cardenal por el Papa.
- Residuos del antiguo partido Radical de Lerroux, republicanos. Aunque no actúan con esta etiqueta, sino que parecen franquistas puros.
- "Los"monárquicos, como se autodenominan los juanistas, seguidores de don Juan (el padre de don Juan Carlos I), antes alfonsinos (seguidores de Alfonso XIII). Entre ellos los nuevos monárquicos de Acción Española.
- Posteriormente los tecnócratas del Opus. Aunque Orella dice que "ni todos los del Opus Dei fueron tecnócratas, ni todos los tecnócratas fueron del Opus Dei".
Predomina una de dichas "familias políticas del régimen" o partido en cada etapa. Con el factor común superpuesto que es el franquismo, la plena dictadura vitalicia de Franco. Los nacionales son suplantados por los franquistas, con la llegada de Franco al poder y su empoderamiento pleno.
Etapas del Régimen de Franco:
- La dura mitad inicial (1936 - 1956): guerra y aislamiento; escasez y reconstrucción
- 1936-1945 Etapa Azul: predominan crecientemente los falangistas. Suplantación de los nacionales por los franquistas desde el Decreto de Unificación de 1937. Punto de inflexión en 1942 con la defenestración del cuñadísimo Serrano Suñer.
- 1945-1956 Etapa Blanca: caracterización democristiana, por el nombramiento del navarro Martín-Artajo, como Ministro de Asuntos Exteriores; aunque no hay más que otros dos ministros demócratacristianos colaboracionistas con Franco, mientras Gil-Robles se sitúa al frente de los juanistas y se sube al carro de los vencidos, que le parece más prometedor, mientras otros "monárquicos" son colaboracionistas con Franco. En realidad, Franco se consolida en el poder al soslayar en 1947 la máxima presión, pero integra ya a España en Occidente en 1953.
- La blanda mitad final (1956 - 1975): aperturismo y permisividad; desarrollo y desarrollismo.
- 1956-1973 otra Etapa Blanca, pero "de un blanco más blanco": la época del aperturismo de los tecnócratas y de Fraga (inventor del centro según él, como Aranguren ex-falangista patenta el talante, que hizo ideología propia Zp). Inicio en 1962 de la transición a la situación actual mediante el aperturismo por parte de los franquistas y de Franco.
El atentado mortal contra Carrero Blanco quita el control de la transición a los liberales no demócratas. Se irá a la democracia liberal y socialista.- 1974-1975 Etapa Gris: el primer gobierno franquista puro
Apoyos sociales
Franco trató de apoyarse en todos los sectores sociales: militares, eclesiásticos, civiles, y de estos últimos, en todos los niveles sociales, especialmente en los más numerosos. De la población urbana y de la población rural. Las migraciones del campo a la ciudad, intensificadas por el desarrollo económico y cultural promovido ahora en el medio urbano resuelven el problema secular del jornalerismo, intensifican el proceso de urbanización, proporcionan mano de obra abundante, barata y de mayor cualificación para potenciar la industrialización desde la producción y la oferta; y mayores ingresos y, por consiguiente, mayor nivel de consumo que potencia la industrialización desde la demanda. Y mediante el aumento de nivel cultural y económico así logrado, consigue que la clase media pase a ser la más numerosa; lo que no deja sin mencionar como su éxito más trascendental.
La contrapartida negativa es que la confluencia en el franquismo del superávit de consumo con el déficit moral y religioso, la sustitución de los ideales humanos cristianos por la idealización del consumo, es decir, el desarrollismo que consiste en presentar como un ideal el desarrollo económico, fue maleando a la población que fue así presa fácil del materialismo liberal occidental y, de ahí, del materialismo socialista y, de ahí, de los activistas revolucionarios. El aperturismo y la permisividad hizo el resto. Y la transición, no sólo fue a la democracia liberal y socialista, sino a la descristianización. Esa transición fue realizada y finalizada, después de la dictadura vitalicia de Franco, pero ya incoada por él. Y ya la desvinculación de España de la Cristiandad realizada, ejecutada y perpetrada por el franquismo llevó consigo la devirtuación en España de lo combatiente y militante de la Cristiandad, que es la hispanidad. La desvinculación de España de la Cristiandad perpetrada por el franquismo llevó consigo la amputación en España de su hispanidad, dejando el europeísmo a España amputada de su característica europeidad de la Cristiandad, militante y combatiente.
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La guerra de España fue una Cruzada "por Dios y por España", no sólo para acabar con el terror persecutorio marxista, sino para sanear la sociedad permitiéndola ser cristiana.
Franco asume el catolicismo, que se reactiva en la sociedad durante la guerra de 1936.
La reanudación del proceso de
descristianización vendría después al configurarse el
régimen de Franco como entrocado, no con la Cristiandad sino
con "Occidente", con la "civilización
occidental".
"Occidente" es la suplantación de la
Cristiandad descristianizada progresivamente por la
implantación en ella del liberalismo.
La dictadura de Franco se limitó al anticomunismo y desvirtuó la Cruzada por Dios y por España, sustituyéndola por un poder personal que se acercó a Occidente y a la Europa del europeísmo basado en el laicismo liberal y socialista. Occidente, que es la suplantación de la Cristiandad por su versión descristianizada por el liberalismo.
Aunque la dictadura de Franco reducida al anticomunismo impedía en gran parte que sufriese el terror marxista la población española, en especial los asalariados. Y sin el terror podían trabajar y así hicieron el desarrollo. Y sin el terror el marxismo no pudo hacer nada, porque sin el terror no es nada el marxismo.
Franco se dejaba llamar por sus aduladores
"Centinela de Occidente". Hizo en 1962 que su
gobierno firmara la solicitud de "asociación
susceptible de llegar en sudía a la plena adhesión" en
la hoy llamada UE, entonces lCEE, Comunidad Económica
Europea, en las que la doctrina Birckelbach vigente ya,
exigía para ser miembro tener un sistema liberal de partidos
políticos. Es la conexión con el europeísmo que marca el
inicio de la transición. El europeísmo fue
el vehículo de la transición al régimen laicista liberal y
socialista. La Europa del europeísmo es contraria a la
Europa de la Cristiandad. El núcleo del europeísmo es el
liberalismo enemigo de la Cristiandad, porque propugna la
separación, no la autonomía de la vida política en lo
técnico respecto a la autoridad de la Iglesia, a la que debe
estar vinculada como autoridad infalible en la moral, que es
obligatoria para todos incluidos los políticos. La
Cristiandad es el conjunto de Estados que incipientemente en
la Edad Media acataban en la fe y la moral la autoridad de la
Iglesia en virtud de su fe en la divinidad de Jesucristo, lo
cual proclamó la Iglesia en el Concilio Vaticano II que es
su esperanza firme que se producirá plenamente en el futuro
de forma universal: "La Iglesia, juntamente con los
profetas y con el mismo Apóstol, espera el día, que sólo
Dios conoce, en que todos los pueblos invocarán al
Señor con voz unánime y le servirán
hombro con hombro" (Nostra
aetate, 4).
Lo que es proclamar como esperanza firme y segura de la
Iglesia la catolicidad consecuente de todos los
pueblos en el futuro, la unidad católica
mundial, y no por la exclusión legal de la libertad
religiosa, sino porque todos los pueblos, con los judíos a
la cabeza, creerán unánimes en el Mesías, Jesús, el Verbo
hecho carne, y le servirán unidos.
El régimen de Franco será eliminado por los políticos franquistas con la colaboración de los eclesiásticos que venían evolucionando desde el distanciamiento de la ideología de la Cruzada de los nacionales a la proclamación de su rechazo desde 1971 y a la queja en el siglo XXI de que les rechazan también a ellos. El europeísmo fue el vehículo de la transición al régimen laicista liberal y socialista.
Intentar desmarcarse de la dictadura de Franco los eclesiásticos en los años 70, rechazando su vinculación a la Cruzada, era lo mismo que hacían los gobiernos de Franco. Pero declararse enemigos de la guerra de España de 1936 como Cruzada era oponerse a lo que apartó la hegemonía del terror sobre la población, abrirle de nuevo el camino.
| Franco no es
el salvador de la religión católica ni de
España, sino el que se hizo con el poder en la
guerra, lo retuvo e hizo involucionar
a España desde el Alzamiento nacional y la Cruzada
de los nacionales al Movimiento de los franquistas y
luego a su lugar en Occidente y en la Europa del
europeísmo basado en el laicismo liberal y
socialista, todo ello bajo su dictadura (La transición hacia la actual democracia en España). |
