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La Cámara baja del Congreso estadounidense aprueba una propuesta que declara antisemita el Nuevo Testamento

La Cámara de Representantes de EE.UU ha aprobado una propuesta para asumir una definición sobre antisemitismo que determina que la tesis de que los judíos estuvieron involucrados en la ejecución de Jesús es antisemita. De esa forma, el Nuevo Testamento, pasa a ser legalmente un texto antisemita.

Al ponerse a votación una propuesta para rechazar como antisemitas las protestas que se vienen realizando en diversas universidades estadounidenses contra la manera de llevar Netanyahu la guerra de Gaza contra Hamás, consideradas por sus críticos como una Intifada en el Campus, la mayoría de los representantes de los dos grandes partidos de dicha Cámara adoptó la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA), que entre otras cosas, considera como antisemita decir que el pueblo judío tuvo algo que ver con la operación de dar muerte a Nuestro Señor Jesucristo. Y el Departamento de Educación deberá vigilar y sancionar a quienes puedan ser calificados de antisemitas según dicha definición.

La Ley de Concieciación sobre el Antisemitismo, HR 6090, cuya aprobación se está tramitando, podría condenar a los cristianos como antisemitas por creer en el Evangelio que dice que Jesús fue entregado por los judíos para ser crucificado, Ilegalizando la Biblia como discurso de odio y descartando además la prohibición en los USA, según la "Primera Enmienda" constitucional, de condenar a alguien por sus opiniones o creencias religiosas. Votaron a favor [yea] de este proyecto de Ley, y de esta definición de antisemitismo, 320 representantes (187 republicanos y 133 demócratas]; votaron en contra [nay] 91 (21 republicanos y 70 demócratas); y no votaron 18 (9republicanos y 9 demócratas). El proyecto de ley pasa ahora al Senado donde los demócratas tienen una ligera mayoría.

Ante este hecho es hora de recordar la diferencia entre los judíos y "los que dicen ser judíos, pero no lo son, sino que mienten y son la Sinagoga de Satanás"

"Conozco... las calumnias de los que se llaman judíos pero que no son sino sinagoga de Satanás" (Ap 2,9).

Algunos de ellos llegarán a ser verdaderos judíos, judíos según el espíritu y no sólo según la carne, porque entrarán en la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo en la Iglesia católica, ya antes de la manifestación del dominio pleno del Anticristo, y por consiguiente, antes de la Parusía:, puesto que esto se produce en la Iglesia de Filadelfia.

"Mira, voy a entregarte algunos de la sinagoga de Satanás, los que se llaman judíos y no lo son, sino que mienten. Mira, los haré venir y postrarse ante tus pies para que sepan que yo te he amado".
(Ap 3,9).

Esto se produce en la época de la Iglesia de Filadelfia. que significa amor de hermanos, nuestra época, en la que continuamente se habla de hermanos separados para referirse a los cristinos separados. Estoocurre desde la época del Concilio Vaticano II (1962-1965) y llega hasta nuestros días (en mayo de 2024 mismo, vemos al papa Francisco recibiendo a los primados de los anglicanos con el de los anglicanos de Inglaterra Welby, y llamándole hermano, como es habitual y cotidiano desde hace más de 60 años, la Iglesia de Filadelfia:

Evidentemente, diferenciarse los verdaderos judíos, de los falsos judíos que les calumnian, no es ser antisemitas los verdaderos, los descendientes de Abraham segú el espìritu, los creyentes en Yahveh, en Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, el Mesías prometido en todo el Antiguo Testamento, en toda la Biblia hebrea, el Verbo hecho carne, que se manifestará en su Parusía, en Su segunda venida en gloria y majestad, cuando venga de forma visible, a reinar de manera no visible intrahistóricamente, "en los vivos y en los muertos", sin que su reino tenga ya fin, pues continuará escatológicamente, en la eternidad, después de dicha época de su reinado intrahistórico en el que establecerá en plenitud el reino de Dios consumado en la tierra, cumpliendo lo prometido y anunciado en toda la Sagrada Escritura, en el Nuevo Testamento, y en el Antiguo, colmando así la esperanza de la Iglesia, proclamada en el Concilio Vaticano II:

La Iglesia cree con los Profetas (cfr Sofonías) y el Apóstol (cfr san Pablo) que todos los pueblos aclamarán a Jesús, el Verbo hecho carne, y le servirán hombro con hombro (Nostra Aetate, 4)

Lo cual es proclamar como esperanza cierta y segura de la Iglesia la catolicidad o universalidad universal de la fiel fidelidad todos los pueblos de la tierra de la fe consecuente, con los judíos a la cabeza de los creyentes en Nuestro Señor Jesucristo; y no por exclusión jurídica o legal de la libertad religiosa, sino porque ltodos los habitantes del planeta serán miembros de la Iglesia católica., porque Jesús eliminará el poder anticristiano que impone cada vez más vivir como si Dios no existiera al evidenciar su existencia con su Parusía visible; y al mismo tiempo realizará la también prometida y anunciada efusión de gracia creada e Increada (el Espíritu Santo), que propiciará y hará efectivo, sin aquel obstáculo del poder anticristiano ya eliminado, el proceso de cristianización y recristianización que implantará el reino de Dios y de su Cristo en todos los corazones, como se nos enseñó, no en vano a pedir, como base de su implantación en todas las naciones, para que se haga la voluntad de Dios en la tierra como también, Jesús, el Verbo hecho carne, nos enseñó, no en vano, a pedir insistentemente.

Todo ello cuando llegue al máximo el sometimiento y el ninguneo de todos al poder anticristiano, hasta ser totalmente asfixiante. De momento, ya en una nueva vielta de tuerca tenemos esta condena calumniosa del Nuevo Tedtamento en el parlamento estadounidense. Son muchas las normas impuestas en Occidente y en el extemo Oriente y en Oriente Medio que condenan los contenidos de la Biblia, en cualquier momento se puede desencadenar la prohibición total de la Sagrada Escritura, como ya de hecho está prohibida, ilegalizada en algunos países. Y como ya es abierta la persecución de la Iglesia en varios de ellos, algunos muy grandes.

La extraordinaria efusión de la Gracia Increada, el Espíritu Santo, que, de parte del Padre, derramará
Jesús, el Verbo hecho carne, con Su segunda venida, en todos los corazones y en todas las naciones
con los judíos a la cabeza de los creyentes en el Mesías Jesús, el Verbo hecho carne

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Jesús, el Verbo hecho carne, con su segunda venida, eliminará el régimen anticristiano e iniciará una extraordinaria efusión de gracia, causando así la plenitud de su reinado en todas las almas y en todas las naciones, como está reiteradamente prometido y profetizado

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"Señor..., te pedimos que los hombres del mundo entero lleguen a ser hijos de Abrahán y miembros del nuevo Israel. Por Jesucristo nuestro Señor". (Oración anterior a la cuarta lectura de la misa de la Vigilia Pascual, 8 de abril de 2023)

[Esta oración litúrgica de la Iglesia, nuestra Santa Madre Iglesia Jerárquica, formula, no en vano, la esperanza firme y segura de la propia Iglesia. Concuerda con las múltiples profecías de la Sagrada Escritura y con la esperanza de la Iglesia, proclamada en el Concilio Vaticano II, de la conversión de Israel al Mesías, a Jesús, el Verbo hecho carne, y de la unidad católica mundial]

La salvación viene de los judíos
(Francisco Canals Vidal, CRISTIANDAD, diciembre 1965)
La vocación de Israel, del «Israel de la carne», y el entronque de la vocación cristiana con la providencia misericordiosa sobre el pueblo de los hijos de Jacob, constituye el tema central de la Teología de la Historia. El Vaticano II señala también en esto una dirección de retorno a las fuentes.

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La profecía del Emmanuel nacido de madre virgen  

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Está doblemente mal traducido el nº 3839 DS del Denzinger en las traducciones a las lenguas modernas. Por una parte porque lo que afirma que está condenado como milenarismo mitigado son profecías reveladas en múltiples pasajes de la Sagrada Escritura, proclamado en la oración litúrgica de la Iglesia y anunciado por el mismo Jesucristo Nuestro Señor en el Evangelio, que Él vendrá visiblemente a reinar [no visiblemente, como es obvio] en la tierra. Y por otra parte, dichas traducciones, dejan sin condenar la afirmación crasamente herética y absurda de que Jesucristo Nuestro Señor vendrá a reinar visiblemente. Esas traducciones erróneas no están promulgadas por la Santa Sede LEER MÁS

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Los que hemos sido admitidos por la gracia de Cristo a la filiación de Abraham y a la dignidad israelítica somos llamados a no ignorar el misterio de la «salvación por los judíos». Es decir, precisamente por la promesa con la que Dios con gratuita misericordia, con independencia de toda obra y mérito humano, con anterioridad a toda justicia por la ley, y con soberana liberalidad frente a la grandeza y sabiduría de los hombres quiso formarse un pueblo según sus designios.

El Israel de Dios de la nueva alianza es también el pueblo de los pobres de Dios, para los que es bueno Yahwe. La satánica deformación ebionita que nutre la más tremenda tentación contemporánea, no podrá, con toda la fuerza de su engaño, sustituir el anhelo de los que confían en el Dios de Israel. De los que «compadecen» el gemido de Aquel cuya tragedia que traspasa los siglos, y por la que es contemporánea de todas las generaciones y protagonista de la historia universal, contiene en sí todos los dolores de la humillación y del sufrimiento, de la opresión y de la injusticia.

El apostolado del Corazón de Cristo Rey, simplemente ejercido en su verdad, no deformado ni minimizado por nuestra incomprensión de los designios del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, podría tener en sí el signo de «preparación de los caminos del Señor», rectificación de las sendas, por las que se colme todo valle y todo monte y collado se abaje. Porque, ejercido en aquella verdad y autenticidad, tendría más que nunca el sello y el signo del advenimiento del Reino de Dios: «la evangelización de los pobres».

Francisco Canals Vidal El culto al Corazón de Cristo ante la problemática de hoy, CRISTIANDAD, enero 1970, en Cristiandad de Barcelona

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La anunciada conversión de Israel al Mesías Jesús, el Verbo hecho carne

La extraordinaria efusión de la Gracia Increada, el Espíritu Santo, que, de parte del Padre, derramará
Jesús, el Verbo hecho carne, con Su segunda venida, en todos los corazones y en todas las naciones
con los judíos a la cabeza de los creyentes en el Mesías Jesús, el Verbo hecho carne

La esperanza de la Iglesia, proclamada en el Concilio Vaticano II, de la conversión de Israel al Mesías, a Jesús, el Verbo hecho carne, y de la unidad católica mundial:

"La Iglesia, juntamente con los profetas y con el mismo Apóstol, espera el día, que sólo Dios conoce, en que todos los pueblos invocarán al Señor con voz unánime y le servirán hombro con hombro" (Nostra aetate, 4).

Lo que es proclamar la esperanza cierta y segura de la futura catolicidad consecuente de todos los pueblos, con los judíos a la cabeza de los creyentes en Jesucristo, el Mesías Jesús, el Verbo hecho carne; la Cristiandad futura; la futura unidad católica mundial, no por exclusión legal de la libertad religiosa, sino cimentada en la aceptación voluntaria del reinado del Sagrado Corazón de Jesús en todos los corazones movidos por Su gracia divina, la extraordinaria efusión de Gracia Increada, el Espíritu Santo, que Jesús, el Verbo hecho carne, derramará con Su Parusía, la segunda venida visible y gloriosa de Jesús, el Verbo hecho carne, con la que, al evidenciar Su existencia, eliminará el poder anticristiano que, cada vez más, impone vivir como si Dios no existiera, y como si nosotros los hombres fuésemos el ser supremo, todos en un todo, pero cada uno un infinitésimo de ese colectivo mundial monolítico anticristiano que nos ningunea del todo.

Canals explica que lo proclamado ahí por el Concilio Vaticano II es el anuncio de la unidad religiosa de la humanidad:

"Tratando de la religión judía, y afirmando la futura conversión de Israel, el texto anuncia la futura unidad religiosa de toda la humanidad".
(La teología de la historia del Padre Orlandis, S. I. y el problema del milenarismo, Francisco Canals, CRISTIANDAD, Barcelona. Año LV. Núms. 801-802. Marzo-Abril 1998. Págs. 23-28)

El Apóstol aludido es san Pablo y el profeta allí citado entre muchos otros, Sofonías.

Bien entendido que es Dios el que concede a todos invocarle y servirle:

Así dice el Señor:
«Purificaré los labios de los pueblos para que invoquen todos ellos el nombre del Señor y todos le sirvan a una.
Aquel día, ya no te avergonzarás de las acciones con que me ofendiste, pues te arrancaré tu orgullosa arrogancia, y dejarás de engreírte en mi santa montaña.
Dejaré en ti un resto, un pueblo humilde y pobre que buscará refugio en el nombre del Señor.
El resto de Israel no hará más el mal, no mentirá ni habrá engaño en su boca.
Pastarán y se descansarán, y no habrá quien los inquiete» (So 3,9; 11-13).

San Pablo anuncia como profeta la conversión de Israel:

No quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, no sea que presumáis de sabios (Pr 3,7): el endurecimiento parcial que sobrevino a Israel durará hasta que entre la totalidad de los gentiles, y así, todo Israel será salvo, como dice la Escritura: «Vendrá de Sión el Libertador; alejará de Jacob las impiedades» (Is 59,20-21). «Y esta será mi Alianza con ellos, cuando haya borrado sus pecados» (Is 27,9).
En cuanto al Evangelio, son enemigos para vuestro bien; pero en cuanto a la elección amados en atención a sus padres. Que los dones y la vocación de Dios son irrevocables.
En efecto, así como vosotros fuisteis en otro tiempo rebeldes contra Dios, mas al presente habéis conseguido misericordia a causa de su rebeldía, así también, ellos al presente se han rebelado con ocasión de la misericordia otorgada a vosotros, a fin de que también ellos consigan ahora misericordia.
Pues Dios encerró a todos los hombres en la rebeldía para usar con todos ellos de misericordia.
(Rom 11,25-32).

"Había en la Iglesia fundada en Antioquía profetas y maestros: Bernabé, Simeón llamado Níger, Lucio el cirenense, Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo".
(Hch 13,1)

Y la Iglesia, en el Catecismo de 1992, reitera su esperanza de la conversión y universalización de Israel

«La Venida del Mesías glorioso, en un momento determinado de la historia se vincula al reconocimiento del Mesías por "todo Israel" (Rm 11, 26; Mt 23, 39) ... San Pedro dice a los judíos de Jerusalén después de Pentecostés: "Arrepentíos, pues, y convertíos para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que del Señor venga el tiempo de la consolación y envíe al Cristo que os había sido destinado, a Jesús, a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de que Dios habló por boca de sus profetas" (Hch 3, 19-21)» (CEC 674).

La oración litúrgica de nuestra Santa Madre Iglesia Jerárquica, formula, no en vano, la esperanza firme y segura de la propia Iglesia, como la prolamada en el sagrado Concilio Vaticano II (Nostra aetate, 4) en concordancia con las múltiples profecías de la Sagrada Escritura, la reiterada profecía de la conversión y universalización de Israel, de la catolicidad de Israel:

"Señor..., te pedimos que los hombres del mundo entero lleguen a ser hijos de Abrahán y miembros del nuevo Israel. Por Jesucristo nuestro Señor". (Oración anterior a la cuarta lectura de la misa de la Vigilia Pascual, 8 de abril de 2023)

Hiciste de tu siervo Abrahán el padre de todas las naciones...
Te pedimos que los hombres del mundo entero lleguen a ser hijos de Abrahán y miembros del nuevo Israel.
Oraciones en los Salmos responsoriales de la Vigilia Pascual del 3.04.2021

Como esta otra formulación litúrgica de nuestra Santa Madre Iglesia Católica Jerárquica, expresa la visibilidad de la Parusía de Jesús, el Verbo hecho carne, cuando venga de forma visible a reinar de manera no visible:

«La Santa Cruz es ensalzada como trofeo pascual de la victoria de Cristo y signo que aparecerá en el cielo anunciando a todos su segunda venida».
(Martirologio Romano, 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz).

«Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces se golpearán el pecho todas las razas de la tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria». (Mt 24,11-12;30).

Mirad, viene acompañado de nubes: todo ojo le verá, hasta lk,lk

a tu nombre. (Sal 86,9).

Esto dice el Señor Dios:
«Recogeré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde han ido, los reuniré de todas partes para llevarlos a su tierra. Los haré una sola nación en mi tierra, en los montes de Israel. Un solo rey reinará sobre todos ellos. Ya no serán dos naciones ni volverán a dividirse en dos reinos.
No volverán a contaminarse con sus ídolos, sus acciones detestables y todas sus transgresiones. Los liberaré de los lugares donde habitaban y en los cuales pecaron. Los purificaré: ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Mi siervo David será su rey, el único pastor de todos ellos. Caminarán según mis preceptos, cumplirán mis prescripciones y las pondrán en práctica. Habitarán en la tierra que yo di a mi siervo Jacob, en la que habitaron sus padres: allí habitaran ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre, y mi siervo David será su príncipe para siempre.
Haré con ellos una alianza de paz, una alianza eterna. Los estableceré, los multiplicaré y pondré entre ellos mi santuario para siempre; tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y reconocerán las naciones que yo soy el Señor que consagra a Israel, cuando esté mi santuario en medio de ellos para siempre».
Ezequiel 37, 21-28

He aquí que días vienen - oráculo de Yahveh - en que yo pactaré con la casa de Israel (y con la casa de Judá) una nueva alianza; no como la alianza que pacté con sus padres, cuando les tomé de la mano para sacarles de Egipto; que ellos rompieron mi alianza, y yo hice estrago en ellos - oráculo de Yahveh -.

Sino que esta será la alianza que yo pacte con la casa de Israel, después de aquellos días -oráculo de Yahveh-: pondré mi Ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su hermano, diciendo: «Conoced a Yahveh», pues todos ellos me conocerán del más chico al más grande -oráculo de Yahveh- cuando perdone su culpa, y de su pecado no vuelva a acordarme.
(Jer 31,31-34)

«Di a la casa de Israel:
... »Yo santificaré mi gran nombre profanado entre las naciones, profanado allí por vosotros. Y las naciones sabrán que yo soy Yahveh - oráculo del Señor Yahveh - cuando yo, por medio de vosotros, manifieste mi santidad a la vista de ellos.
»Os tomaré de entre las naciones, os recogeré de todos los países y os llevaré a vuestro suelo.
»Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; de todas vuestras impurezas y de todas vuestras basuras os purificar
»Os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.
»Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas.
Habitaréis la tierra que yo di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios».
(Ez 36,22-28).

Saldrá un vástago del tronco de Jesé... Reposará sobre él el espíritu de Yahveh... con el soplo de sus labios matará al malvado... Nadie hará daño, nadie hará mal... porque la tierra estará llena de conocimiento de Yahveh, como cubren las aguas el mar.
Aquel día la raíz de Jesé que estará enhiesta para estandarte de pueblos, las gentes la buscarán... Aquel día volverá el Señor a mostrar su mano para recobrar el resto de su pueblo... Izará bandera a los gentiles, reunirá a los dispersos de Israel, y a los desperdigados de Judá agrupará de los cuatro puntos cardinales.
(Isaías 11,1-12).

Sucederá en días futuros que el monte de la Casa de Yahveh será asentado en la cima de los montes y se alzará por encima de las colinas. Confluirán a él todas las naciones, y acudirán pueblos numerosos.
Dirán: «Venid, subamos al monte de Yahveh, a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos».
Pues de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh. Juzgará entre las gentes, será árbitro de pueblos numerosos.
Forjarán de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantará espada nación contra nación, ni se ejercitarán más en la guerra.
Casa de Jacob, andando, y vayamos, caminemos a la luz de Yahveh.
Los ojos altivos del hombre serán abajados, se humillará la altanería humana, y será exaltado Yahveh solo en aquel día.
Pues será aquel día de Yahveh Sebaot para toda depresión, que sea enaltecida, y para todo lo levantado, que será rebajado:
contra todos los cedros del Líbano altos y elevados, contra todas las encinas del Basán,
contra todos los montes altos, contra todos los cerros elevados,
contra toda torre prominente, contra todo muro inaccesible,
contra todas las naves de Tarsis, contra todos los barcos cargados de tesoros.
Se humillará la altivez del hombre, y se abajará la altanería humana; será exaltado Yahveh solo, en aquel día,
y los ídolos completamente abatidos.
(Isaías 2,2-5; 11-18).

Sucederá en días futuros que el monte de la Casa de Yahveh será asentado en la cima de los montes, y se alzará por encima de las colinas. Y afluirán a él los pueblos,
acudirán naciones numerosas y dirán: «Venid, subamos al monte de Yahveh, a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos, y nosotros sigamos sus senderos».
Pues de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh.
El juzgará entre pueblos numerosos, y corregirá a naciones poderosas; forjarán ellas sus espadas en azadones, y sus lanzas en podaderas. No blandirá más la espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.
Se sentará cada cual bajo su parra, y bajo su higuera, sin que nadie le inquiete, ¡la boca de Yahveh Sebaot ha hablado!
Pues todos los pueblos caminan cada uno en el nombre de sus dioses, pero nosotros caminamos en el nombre de Yahveh nuestro Dios, para siempre jamás.
Aquel día - oráculo de Yahveh - yo recogeré a la oveja coja, reuniré a la perseguida, y a la que yo había maltratado.
De las cojas haré un Resto, de las alejadas una nación fuerte. Entonces reinará Yahveh sobre ellos en el monte Sión, desde ahora y por siempre.
(Miqueas 4,1-7).

«Para vosotros en primer lugar ha resucitado Dios a su Siervo y le ha enviado para bendeciros, apartándoos a cada uno de vuestras iniquidades».
(Hch 3,26).

Apartad de vosotros todos vuestros delitos - dice el Señor -, renovad vuestro corazón y vuestro espíritu
Ez 18, 31

En los últimos días vendrán hombres llenos de sarcasmo, guiados por sus propias pasiones, que dirán en son de burla: «¿Dónde queda la promesa de su Venida? Pues desde que murieron los Padres, todo sigue como al principio de la creación»... No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen, sino que usa de paciencia con vosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión.
(II P 3,3-4;9)

¿Por qué te quejas de tu quebranto? Irremediable es tu sufrimiento; por tu gran culpa, por ser enormes tus pecados te he hecho esto.
No obstante todos los que te devoran serán devorados, y todos tus opresores, todos ellos, irán al cautiverio; serán tus despojadores despojados, y a todos tus saqueadores los entregaré al saqueo.
Sí; haré que tengas alivio, de tus llagas te curaré - oráculo de Yahveh -. Porque «La Repudiada» te llamaron. «Sión de la que nadie se preocupa».
Así dice Yahveh: He aquí que yo hago volver a los cautivos de las tiendas de Jacob y de sus mansiones me apiadaré; será reedificada la ciudad sobre su montículo de ruinas y el alcázar tal como era será restablecido.
Y saldrá de entre ellos loor y voz de gente alegre; los multiplicaré y no serán pocos, los honraré y no serán menguados, sino que serán sus hijos como antes, su comunidad ante mí estará en pie, y yo visitaré a todos sus opresores.
Será su soberano uno de ellos, su jefe de entre ellos saldrá, y le haré acercarse y él llegará hasta mí, porque ¿quién es el que se jugaría la vida por llegarse hasta mí? - oráculo de Yahveh -.
Y vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.
(Jer 30,15-22)

Habrá un día en que griten los centinelas en la montaña de Efraím: «¡Levantaos y subamos a Sión, adonde Yahveh, el Dios nuestro!»
Pues así dice Yahveh: Dad hurras por Jacob con alegría, y gritos por la capital de las naciones; hacedlo oír, alabad y decid: «¡Ha salvado Yahveh a su pueblo, al Resto de Israel!»
Mirad que yo los traigo del país del norte, y los recojo de los confines de la tierra. Entre ellos, el ciego y el cojo, la preñada y la parida a una. Gran asamblea vuelve acá.
Con lloro vienen y con súplicas los devuelvo, los llevo a arroyos de agua por camino llano, en que no tropiecen. Porque yo soy para Israel un padre, y Efraím es mi primogénito.
Oíd la palabra de Yahveh, naciones, y anunciad por las islas a lo lejos, y decid: «El que dispersó a Israel le reunirá y le guardará cual un pastor su hato.»
Porque ha rescatado Yahveh a Jacob, y le ha redimido de la mano de otro más fuerte.
(Jer 31,6-11)

¿Es un hijo tan caro para mí Efraím, o niño tan mimado, que tras haberme dado tanto que hablar, tenga que recordarlo todavía? Pues, en efecto, se han conmovido mis entrañas por él; ternura hacia él no ha de faltarme - oráculo de Yahveh -.
(Jer 31,20)

Tú no temas, siervo mío Jacob - oráculo de Yahveh - ni desmayes, Israel, pues mira que yo acudo a salvarte desde lejos y tu linaje del país de su cautiverio; volverá Jacob, se sosegará y estará tranquilo, y no habrá quien le inquiete, pues contigo estoy yo - oráculo de Yahveh - para salvarte: pues acabaré con todas las naciones entre las cuales te dispersé. pero contigo no acabaré; aunque sí te corregiré como conviene, ya que impune no te dejaré.
(Jer 30,10-11)

He aquí que días vienen - oráculo de Yahveh - en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombres y ganados.
Entonces, del mismo modo que anduve presto contra ellos para extirpar, destruir, arruinar, perder y dañar, así andaré respecto a ellos para reconstruir y replantar - oráculo de Yahveh -.
(Jer 31,27-28)

«Sabréis que yo soy Yahveh cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestras tumbas, pueblo mío. Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis; Os llevaré de nuevo al suelo de Israel. os estableceré en vuestro suelo y sabréis que yo, Yahveh, lo digo y lo haga, oráculo de Yahveh». (Ez 37,12-14).,

«Aquel día ... derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración; y mirarán hacia mí. En cuanto a aquél a quien traspasaron, harán lamentación por él como lamentación por hijo único, y le llorarán amargamente como se llora amargamente a un primogénito». (Za 12, 9-10).

Y será Yahveh rey sobre toda la tierra: ¡el día aquel será único Yahveh y único su nombre!
(Za 14,9).

Grita de gozo y regocíjate, hija de Sión, pues he aquí que yo vengo a morar dentro de ti, oráculo de Yahveh.
Muchas naciones se unirán a Yahveh aquel día: serán para mí un pueblo, y yo moraré en medio de ti. Sabrás así que Yahveh Sebaot me ha enviado a ti.
Poseerá Yahveh a Judá, porción suya en la Tierra Santa, y elegirá de nuevo a Jerusalén.
(Za 2,14-16).

Y temerán las naciones el nombre de Yahveh, y todos los reyes de la tierra tu gloria; cuando Yahveh reconstruya a Sión, y aparezca en su gloria, volverá su rostro a la oración del despojado, su oración no despreciará. Se escribirá esto para la edad futura, y en pueblo renovado alabará a Yahveh: que se ha inclinado Yahveh desde su altura santa, desde los cielos ha mirado a la tierra, para oír el suspiro del cautivo, para librar a los hijos de la muerte. Para pregonar en Sión el nombre de Yahveh, y su alabanza en Jerusalén, cuando a una se congreguen los pueblos, y los reinos para servir a Yahveh. (Sal 102,16-23).

«Sois una carta de Cristo, redactada por ministerio nuestro, escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, en los corazones». (2 Cor 3,3)

«Nuestra capacidad viene de Dios, el cual nos capacitó para ser ministros de una nueva Alianza, no de la letra, sino del Espíritu. Pues la letra mata mas el Espíritu da vida». (2 Cor 3,5-6).

Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les dijo: «... Es lo que dijo el profeta [Jl 3,1-2]:
Sucederá en los últimos días, dice Dios: Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños. Y yo sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu».
(Hch 2,16-18)

«Derramaré mi Espíritu en toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Hasta en los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días». (Jl 3,1-2).

[A la casa de Israel], «Yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu nuevo: quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne,
para que caminen según mis preceptos, observen mis normas y las pongan en práctica , y así sean mi pueblo y yo sea su Dios».
(Ez 11,19-20).

«Sabréis que yo soy Yahveh cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestras tumbas, pueblo mío. Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis; Os llevaré de nuevo al suelo de Israel. os estableceré en vuestro suelo y sabréis que yo, Yahveh, lo digo y lo haga, oráculo de Yahveh». (Ez 37,12-14).,

«Aquel día ... derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración; y mirarán hacia mí. En cuanto a aquél a quien traspasaron, harán lamentación por él como lamentación por hijo único, y le llorarán amargamente como se llora amargamente a un primogénito». (Za 12, 9-10).

Y será Yahveh rey sobre toda la tierra: ¡el día aquel será único Yahveh y único su nombre!
(Za 14,9).

Grita de gozo y regocíjate, hija de Sión, pues he aquí que yo vengo a morar dentro de ti, oráculo de Yahveh.
Muchas naciones se unirán a Yahveh aquel día: serán para mí un pueblo, y yo moraré en medio de ti. Sabrás así que Yahveh Sebaot me ha enviado a ti.
Poseerá Yahveh a Judá, porción suya en la Tierra Santa, y elegirá de nuevo a Jerusalén.
(Za 2,14-16).

Y temerán las naciones el nombre de Yahveh, y todos los reyes de la tierra tu gloria; cuando Yahveh reconstruya a Sión, y aparezca en su gloria, volverá su rostro a la oración del despojado, su oración no despreciará. Se escribirá esto para la edad futura, y en pueblo renovado alabará a Yahveh: que se ha inclinado Yahveh desde su altura santa, desde los cielos ha mirado a la tierra, para oír el suspiro del cautivo, para librar a los hijos de la muerte. Para pregonar en Sión el nombre de Yahveh, y su alabanza en Jerusalén, cuando a una se congreguen los pueblos, y los reinos para servir a Yahveh. (Sal 102,16-23).

Convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas (Jer 31)

«José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados».
(Mt 1,20-21).

Jesús, el Verbo hecho carne, con su segunda venida, eliminará el régimen anticristiano e iniciará una extraordinaria efusión de gracia, causando así la plenitud de su reinado en todas las almas y en todas las naciones, como está reiteradamente prometido y profetizado

"Os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré ... Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir" (Jn 16,7;13).

"El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Jn 14,26).

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La Resurrección de Jesús, el Verbo hecho carne, es el principio de la plenitud consumada del Reino de Dios en nuestra alma, en las de todos los demás y en todas las naciones
Si se subraya que Jesús resucitó, se está testimoniando que primero murió. No se puede obviar la muerte de Jesús, el Verbo hecho carne. Hay que agradecérselo en todo momento, pidiéndole su reino.
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Llena de gracia

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La Parusía de Jesús, el Verbo hecho carne, Su segunda venida gloriosa a la vista de todos,
con la que al evidenciar Su existencia, eliminará el poder anticristiano que,
cada vez más, impone vivir como si Dios no existiera, y como si nosotros los hombres fuésemos el ser supremo, todos en un todo; pero cada uno, un infinitésimo del supuesto colectivo mundial monolítico, en nombre del cual, ese poder anticristiano nos ningunea crecientemente del todo.

La esperanza de la Iglesia, proclamada en el Concilio Vaticano II,
de la conversión de Israel al Mesías, a Jesús, el Verbo hecho carne,
y de la unidad católica mundial

La extraordinaria efusión de la Gracia Increada, el Espíritu Santo, que, de parte del Padre, derramará Jesús, el Verbo hecho carne, con Su segunda venida, en todos los corazones y en todas las naciones, con los judíos a la cabeza de los creyentes en el Mesías Jesús, el Verbo hecho carne

El malentendido sobre el cielo en la tierra tras la Parusía
No es lo mismo el cielo que el reino de Dios en la tierra tras la Parusía.
Difieren tanto, como la Iglesia militante que vive en la tierra, difiere de la Iglesia triunfante que vive en el cielo.

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