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La Cámara baja del Congreso estadounidense aprueba una propuesta que declara antisemita el Nuevo Testamento
La Cámara de Representantes de EE.UU ha aprobado en mayo de 2024 la propuesta de asumir una definición sobre antisemitismo que determina que la tesis de que los judíos estuvieron involucrados en la ejecución de Jesús es antisemita. De ser esto aprobado también por el Senado estadounidense, el Nuevo Testamento, pasará a ser legalmente un texto antisemita.
Al ponerse a votación una propuesta para rechazar como antisemitas las protestas que se vienen realizando en diversas universidades estadounidenses contra la manera de llevar Netanyahu la guerra de Gaza contra Hamás, consideradas por sus críticos como una Intifada en el Campus, la mayoría de los representantes de los dos grandes partidos de dicha Cámara adoptó la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA), que entre otras cosas, considera como antisemita decir que el pueblo judío tuvo algo que ver con la operación de dar muerte a Nuestro Señor Jesucristo. Y el Departamento de Educación deberá vigilar y sancionar a quienes puedan ser calificados de antisemitas según dicha definición.
La Ley de Concieciación sobre el Antisemitismo, HR 6090, cuya aprobación se está tramitando, podría condenar a los cristianos como antisemitas por creer en el Nuevo Testmento que dice que Jesús fue entregado por los judíos para ser crucificado, ilegalizando la Biblia como discurso de odio y descartando además la prohibición en los USA, según la "Primera Enmienda" constitucional, de condenar a alguien por sus opiniones o creencias religiosas. Votaron a favor [yea] de este proyecto de Ley, y de esta definición de antisemitismo, 320 representantes (187 republicanos y 133 demócratas]; votaron en contra [nay] 91 (21 republicanos y 70 demócratas); y no votaron 18 (9republicanos y 9 demócratas). El proyecto de ley pasa ahora al Senado donde los demócratas tienen una ligera mayoría (de 51-49, hasta que el 3 de enero de 2025, la correlación será de 47-53 a favor de los republicanos).
El libro de Los Hechos de los Apóstoles, trae estas palabras pronunciadas por san Pedro tras la venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés. Es una proclamación del kerigma o núcleo del anuncio de la fe cristiana. Y contiene efectivamente la declaración de que los israelitas mataron a Jesús por manos de hombres inicuos, formulada por el primer Papa ante los propios israelitas:
"Israelitas, escuchad estas palabras: a Jesús el Nazareno, varón acreditado por Dios ante vosotros con los milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de él, como vosotros mismos sabéis, a este, entregado conforme al plan que Dios tenía establecido y previsto, lo matasteis, clavándolo a una cruz por manos de hombres inicuos. Pero Dios lo resucitó, librándolo de los dolores de la muerte".
(Hch 2,22-24; cfr. 3,13-26; 4,5-12; 4,27-28; 5,29-32; 10,34-43; 13,16-41).
Veamos las otras proclamaciones del kerigma o núcleo del anuncio de la fe cristiana y del llamamiento a la conversión que vienen en Los Hechos de los Apóstoles. Esta formulación, realizada después de curar al lisiado de la Puerta Hermosa del Templo de Jerusalén, es más completa. Contiene el anuncio de la futura venida del Mesías Jesús en el tiempo futuro de la restauración universal, [que para los judíos carnales será la primera venida, por no haberle recibido cuando vino a padecer], e incluye también el recordatorio de que estaban profetizadas por Dios mediante los antiguos profetas esas dos cosas: que el Mesías tenía que padecer y la restauración universal, cuando Dios envíe al Mesías Jesús; y contiene incluso el recuerdo de la alianza de Dios con Abrahán, del que descienden según la carne los israelitas a los que se dirige san Pedro, el primer Papa, que les recuerda que esa alianza literalmente es la bendición de todos los linajes de la tierra como descendencia de Abrahán y nosotros podemos comprender que es por consiguiente la descendencia espiritual de Abrahán, los que tienen la fe de Abrahán, los judíos espirituales, que somos los cristianos, al decir de san Juan XXIII, y que los israelitas carnales, descendientes de Abrahán según la carne a los que se dirige san Pedro, son los llamados en primer lugar a recibir la bendición de ser descendientes espiritualmente de Abrahán según la fe, recibiendo al Mesías Jesús que Dios les envía. Y no sólo es el esperanzador recordatorio de la alianza y las profecías, sino el testimonio de la resurrección de Jesús, que ya implica el testimonio de la muerte de Jesús, que de nuevo les atribuye directamente san Pedro a los "israelitas... vosotros entregasteis... matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos". Y contiene efectivamente la declaración de que los israelitas mataron a Jesús por manos de hombres inicuos, formulada ante los propios israelitas:
Pedro dirigió la palabra a la gente: «Israelitas, ¿por qué os admiráis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a este con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y de quien renegasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo. Vosotros renegasteis del Santo y del Justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos de ello. Por la fe en su nombre, este, que veis aquí y que conocéis, ha recobrado el vigor por medio de su nombre; la fe que viene por medio de él le ha restituido completamente la salud, a la vista de todos vosotros. Ahora bien, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, al igual que vuestras autoridades; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; para que vengan tiempos de consuelo de parte de Dios, y envíe a Jesús, el Mesías que os estaba destinado, al que debe recibir el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de la que Dios habló desde antiguo por boca de sus santos profetas. Moisés dijo: El Señor Dios vuestro hará surgir de entre vuestros hermanos un profeta como yo: escuchadle todo lo que os diga; y quien no escuche a ese profeta será excluido del pueblo. Y, desde Samuel en adelante, todos los profetas que hablaron anunciaron también estos días. Vosotros sois los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: En tu descendencia serán bendecidas todos los linajes de la tierra [Gn 12,3; cf.18,18; 22,18; 26,4; 28,14; Si 44,2]. Dios resucitó a su Siervo y os lo envía en primer lugar a vosotros para que os traiga la bendición, apartándoos a cada uno de vuestras maldades».
(Hch 3,12-26).
Ese mismo día, las autoridades del Templo encarcelaron a Pedro y Juan. Un día después, estos, sometidos a interrogatorio, volvieron a proclamar, de labios de san Pedro, el kerigma o núcleo del anuncio de la fe cristiana y del llamamiento a la conversión; y de nuevo responsabilizaron explícitamente de la muerte de Jesús a los judíos carnales en las personas de sus jefes:
"Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, junto con el sumo sacerdote Anás, y con Caifás y Alejandro, y los demás que eran familia de sumos sacerdotes. Hicieron comparecer en medio de ellos a Pedro y a Juan y se pusieron a interrogarlos: «¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso vosotros?». Entonces Pedro, lleno de Espíritu Santo, les dijo: «Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; quede bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido el Nombre de Jesucristo el Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por este Nombre, se presenta este sano ante vosotros. Él es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular; no hay salvación en ningún otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos» (Hch 4,5-12)
Esta responsabilización consta en los siguientes lugares:
"En verdad se aliaron en esta ciudad Herodes y Poncio Pilato con los gentiles y el pueblo de Israel contra tu santo siervo Jesús, a quien ungiste, para realizar cuanto tu mano y tu voluntad habían determinado que debía suceder".
"Les hicieron comparecer ante el Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó, diciendo: «¿No os habíamos ordenado formalmente no enseñar en ese Nombre? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre». Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. Dios lo ha exaltado con su diestra, haciéndolo jefe y salvador, para otorgar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que lo obedecen».
(Hch 4,27-28).
(Hch 5,27-32)."Pedro tomó la palabra y dijo: «Ahora comprendo con toda verdad que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su palabra a los hijos de Israel, anunciando la Buena Nueva de la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. A este lo mataron, colgándolo de un madero".
(Hch 10,34-43)."Los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús ni entendieron las palabras de los profetas que se leen los sábados, pero las cumplieron al condenarlo. Y, aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y, cuando cumplieron todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del madero y lo enterraron. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos".
[San Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia (Hch 13,27-30)].
Ante este hecho es hora de recordar la diferencia entre los judíos espirituales, que son los que, siendo de cualquier nación o linaje, participan de la fe de Abrahán y los judíos carnales, que son los que dicen ser judíos por ser descendientes de Abrahán, pero sin participar de su fe en Dios,"los que dicen ser judíos, pero no lo son, sino que mienten y son la Sinagoga de Satanás"
"Conozco... las calumnias de los que se llaman judíos pero que no son sino sinagoga de Satanás" (Ap 2,9).
Algunos de ellos llegarán a ser verdaderos judíos, judíos cabales, judíos según el espíritu y no sólo según la carne, porque entrarán en la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo, en la Iglesia católica, ya antes de la manifestación del dominio pleno del Anticristo, y por consiguiente, antes de la Parusía:, puesto que esto se produce en la época de la Iglesia de Filadelfia. Palabra esta última que significa amor de hermanos, por lo que Iglesia de Filadelfia es la época, en la que continuamente se habla de hermanos separados para referirse a los cristianos separados, desde la época del Concilio Vaticano II (1962-1965) y continúa en el siglo XXI: en mayo de 2024 mismo, el papa Francisco recibió a los primados de las diversas comunidades de anglicanos, con el de los anglicanos de Inglaterra Welby al frente, llamándole hermano, como es habitual y cotidiano desde hacía más de 60 años.
"Mira, voy a entregarte algunos de la sinagoga de Satanás, los que se llaman judíos y no lo son, sino que mienten. Mira, los haré venir y postrarse ante tus pies para que sepan que yo te he amado".
(Ap 3,9).
La época de la Iglesia de Filadelfia (Ap 3,7-13) es la anterior a la época de la Iglesia de Laodicea (Ap 3 14-22), que significa la época del juicio o reinado, que se inicia con la Parusía, la segunda venida gloriosa de Jesús, el Verbo hecho carne, haciéndose ver por todos, de manera que, al evidenciar su existencia, eliminará el poder del Anticristo colectivo que impone cada vez más vivir como si Dios no existiera, cuando su dominación sea mayor y esté compuesto por casi todos los habitantes del planeta cada uno de los cuales se verá totalmente ninguneado, excepto un pequeño resto que seguirá perseverando en su fe en Dios.
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Evidentemente, diferenciarse los verdaderos judíos, de los falsos judíos que les calumnian, no es ser antisemitas los verdaderos, los descendientes de Abraham según el espìritu, los creyentes en Yahveh, en Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, el Mesías prometido en todo el Antiguo Testamento, en toda la Biblia hebrea, el Verbo hecho carne, que se manifestará en su Parusía, en Su segunda venida en gloria y majestad, cuando venga de forma visible, a reinar de manera no visible intrahistóricamente, "en los vivos y en los muertos", sin que su reino tenga ya fin, pues continuará escatológicamente, en la eternidad, "y su reino no tendrá fin", después de dicha época de su reinado intrahistórico en el que establecerá en plenitud el reino de Dios consumado en la tierra, cumpliendo lo prometido y anunciado en toda la Sagrada Escritura, en el Nuevo Testamento, y en el Antiguo, "reinará por siglos y por los siglos de los siglos", colmando así la esperanza de la Iglesia, proclamada en el Concilio Vaticano II:
La Iglesia cree con los Profetas (cfr. Sofonías) y el Apóstol (cfr. san Pablo) que todos los pueblos aclamarán a Jesús, el Verbo hecho carne, y le servirán hombro con hombro (Nostra Aetate, 4)
Lo cual es proclamar como esperanza cierta y segura de la Iglesia la catolicidad o universalidad universal de la fiel fidelidad de todos los pueblos de la tierra, de la fe consecuente de todos los habitantes del planeta y de todas las naciones, con los judíos a la cabeza de los creyentes en Nuestro Señor Jesucristo; y no por exclusión jurídica o legal de la libertad religiosa, sino porque todos los habitantes del planeta serán miembros de la Iglesia católica., porque Jesús, el Verbo hecho carne, por el infinito amor misericordioso que nos tiene, eliminará el poder anticristiano que impone cada vez más vivir como si Dios no existiera al evidenciar su existencia con su Parusía visible; y al mismo tiempo realizará la también prometida y anunciada efusión de gracia creada e Increada (el Espíritu Santo), que propiciará y hará efectivo, sin aquel obstáculo del poder anticristiano ya eliminado, el proceso de cristianización y recristianización que implantará el reino de Dios y de su Cristo en todos los corazones, como se nos enseñó, no en vano a pedir, como base de su implantación en todas las naciones, para que se haga la voluntad de Dios en la tierra como también, Jesús, el Verbo hecho carne, nos enseñó, no en vano, a pedir insistentemente. Y será en esta época del reinado de Jesús, el Verbo hecho carne, en la Tierra intrahistóricamente de manera plena (Cfr. Cat. Igl. Cat. nº. 674).
Todo ello, cuando llegue al máximo el sometimiento al poder anticristiano y el ninguneo de todos por él, hasta ser totalmente asfixiante. De momento, ya en una nueva vuelta de tuerca tenemos esta condena calumniosa del Nuevo Testamento en el parlamento estadounidense. Son muchas las normas impuestas en Occidente, en el extemo Oriente y en Oriente Medio que condenan los contenidos de la Biblia, por lo que en cualquier momento se puede desencadenar la prohibición total de la Sagrada Escritura, como ya de hecho está prohibida, ilegalizada en algunos países. Y como ya es abierta la persecución de la Iglesia en varios de ellos, algunos muy grandes.
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Los que hemos sido admitidos por la gracia de Cristo a la filiación de Abraham y a la dignidad israelítica somos llamados a no ignorar el misterio de la «salvación por los judíos». Es decir, precisamente por la promesa con la que Dios con gratuita misericordia, con independencia de toda obra y mérito humano, con anterioridad a toda justicia por la ley, y con soberana liberalidad frente a la grandeza y sabiduría de los hombres quiso formarse un pueblo según sus designios.
El Israel de Dios de la nueva alianza es también el pueblo de los pobres de Dios, para los que es bueno Yahwe. La satánica deformación ebionita que nutre la más tremenda tentación contemporánea, no podrá, con toda la fuerza de su engaño, sustituir el anhelo de los que confían en el Dios de Israel. De los que «compadecen» el gemido de Aquel cuya tragedia que traspasa los siglos, y por la que es contemporánea de todas las generaciones y protagonista de la historia universal, contiene en sí todos los dolores de la humillación y del sufrimiento, de la opresión y de la injusticia.
El apostolado del Corazón de Cristo Rey, simplemente ejercido en su verdad, no deformado ni minimizado por nuestra incomprensión de los designios del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, podría tener en sí el signo de «preparación de los caminos del Señor», rectificación de las sendas, por las que se colme todo valle y todo monte y collado se abaje. Porque, ejercido en aquella verdad y autenticidad, tendría más que nunca el sello y el signo del advenimiento del Reino de Dios: «la evangelización de los pobres».
Francisco Canals Vidal El culto al Corazón de Cristo ante la problemática de hoy, CRISTIANDAD, enero 1970, en Cristiandad de Barcelona
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La extraordinaria efusión de la
Gracia Increada, el Espíritu Santo, que, de parte del Padre,
derramará
Jesús, el Verbo hecho carne,
con Su segunda venida, en todos los corazones y en todas las
naciones
con los judíos a la cabeza de
los creyentes en el Mesías Jesús, el Verbo hecho carne
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Jesús, el Verbo hecho carne, con su segunda venida, eliminará el régimen anticristiano e iniciará una extraordinaria efusión de gracia, causando así la plenitud de su reinado en todas las almas y en todas las naciones, como está reiteradamente prometido y profetizado
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"Señor..., te pedimos que los hombres del mundo entero lleguen a ser hijos de Abrahán y miembros del nuevo Israel. Por Jesucristo nuestro Señor". (Oración anterior a la cuarta lectura de la misa de la Vigilia Pascual, 8 de abril de 2023)
[Esta oración litúrgica de la Iglesia, nuestra Santa Madre Iglesia Jerárquica, formula, no en vano, la esperanza firme y segura de la propia Iglesia. Concuerda con las múltiples profecías de la Sagrada Escritura y con la esperanza de la Iglesia, proclamada en el Concilio Vaticano II, de la conversión de Israel al Mesías, a Jesús, el Verbo hecho carne, y de la unidad católica mundial]
La salvación viene de los
judíos
(Francisco Canals Vidal, CRISTIANDAD,
diciembre 1965)
La vocación de Israel,
del «Israel de la carne», y el entronque de la vocación
cristiana con la providencia misericordiosa sobre el pueblo de
los hijos de Jacob, constituye
el tema central de la Teología de la Historia. El Vaticano II señala también en
esto una dirección de retorno a las fuentes.
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La profecía del Emmanuel nacido de madre virgen
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Está doblemente mal traducido el nº 3839 DS del Denzinger en las traducciones a las lenguas modernas. Por una parte porque lo que afirma que está condenado como milenarismo mitigado son profecías reveladas en múltiples pasajes de la Sagrada Escritura, proclamado en la oración litúrgica de la Iglesia y anunciado por el mismo Jesucristo Nuestro Señor en el Evangelio, que Él vendrá visiblemente a reinar [no visiblemente, como es obvio] en la tierra. Y por otra parte, dichas traducciones, dejan sin condenar la afirmación crasamente herética y absurda de que Jesucristo Nuestro Señor vendrá a reinar visiblemente. Esas traducciones erróneas no están promulgadas por la Santa Sede LEER MÁS
La anunciada conversión de Israel al Mesías Jesús, el Verbo hecho carne
La extraordinaria efusión de la
Gracia Increada, el Espíritu Santo, que, de parte del Padre,
derramará
Jesús, el Verbo hecho carne,
con Su segunda venida, en todos los corazones y en todas las
naciones
con los judíos a la cabeza de
los creyentes en el Mesías Jesús, el Verbo hecho carne
La esperanza de la Iglesia, proclamada en el Concilio Vaticano II, de la conversión de Israel al Mesías, a Jesús, el Verbo hecho carne, y de la unidad católica mundial:
"La Iglesia, juntamente con los profetas y con el mismo Apóstol, espera el día, que sólo Dios conoce, en que todos los pueblos invocarán al Señor con voz unánime y le servirán hombro con hombro" (Nostra aetate, 4).
Lo que es proclamar la esperanza cierta y segura de la futura catolicidad consecuente de todos los pueblos, con los judíos a la cabeza de los creyentes en Jesucristo, el Mesías Jesús, el Verbo hecho carne; la Cristiandad futura; la futura unidad católica mundial, no por exclusión legal de la libertad religiosa, sino cimentada en la aceptación voluntaria del reinado del Sagrado Corazón de Jesús en todos los corazones movidos por Su gracia divina, la extraordinaria efusión de Gracia Increada, el Espíritu Santo, que Jesús, el Verbo hecho carne, derramará con Su Parusía, la segunda venida visible y gloriosa de Jesús, el Verbo hecho carne, con la que, al evidenciar Su existencia, eliminará el poder anticristiano que, cada vez más, impone vivir como si Dios no existiera, y como si nosotros los hombres fuésemos el ser supremo, todos en un todo, pero cada uno un infinitésimo de ese colectivo mundial monolítico anticristiano que nos ningunea del todo.
Canals explica que lo proclamado ahí por el Concilio Vaticano II es el anuncio de la unidad religiosa de la humanidad:
"Tratando de la religión judía, y afirmando la futura conversión de Israel, el texto anuncia la futura unidad religiosa de toda la humanidad".
(La teología de la historia del Padre Orlandis, S. I. y el problema del milenarismo, Francisco Canals, CRISTIANDAD, Barcelona. Año LV. Núms. 801-802. Marzo-Abril 1998. Págs. 23-28)
El Apóstol aludido es san Pablo y el profeta allí citado entre muchos otros, Sofonías.
Bien entendido que es Dios el que concede a todos invocarle y servirle:
Así dice el Señor:
«Purificaré los labios de los pueblos para que invoquen todos ellos el nombre del Señor y todos le sirvan a una.
Aquel día, ya no te avergonzarás de las acciones con que me ofendiste, pues te arrancaré tu orgullosa arrogancia, y dejarás de engreírte en mi santa montaña.
Dejaré en ti un resto, un pueblo humilde y pobre que buscará refugio en el nombre del Señor.
El resto de Israel no hará más el mal, no mentirá ni habrá engaño en su boca.
Pastarán y se descansarán, y no habrá quien los inquiete» (So 3,9; 11-13).
San Pablo anuncia como profeta la conversión de Israel:
No quiero que ignoréis, hermanos, este misterio, no sea que presumáis de sabios (Pr 3,7): el endurecimiento parcial que sobrevino a Israel durará hasta que entre la totalidad de los gentiles, y así, todo Israel será salvo, como dice la Escritura: «Vendrá de Sión el Libertador; alejará de Jacob las impiedades» (Is 59,20-21). «Y esta será mi Alianza con ellos, cuando haya borrado sus pecados» (Is 27,9).
En cuanto al Evangelio, son enemigos para vuestro bien; pero en cuanto a la elección amados en atención a sus padres. Que los dones y la vocación de Dios son irrevocables.
En efecto, así como vosotros fuisteis en otro tiempo rebeldes contra Dios, mas al presente habéis conseguido misericordia a causa de su rebeldía, así también, ellos al presente se han rebelado con ocasión de la misericordia otorgada a vosotros, a fin de que también ellos consigan ahora misericordia.
Pues Dios encerró a todos los hombres en la rebeldía para usar con todos ellos de misericordia.
(Rom 11,25-32).
"Había en la Iglesia fundada en Antioquía profetas y maestros: Bernabé, Simeón llamado Níger, Lucio el cirenense, Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo".
(Hch 13,1)
Y la Iglesia, en el Catecismo de 1992, reitera su esperanza de la conversión y universalización de Israel
«La Venida del Mesías glorioso, en un momento determinado de la historia se vincula al reconocimiento del Mesías por "todo Israel" (Rm 11, 26; Mt 23, 39) ... San Pedro dice a los judíos de Jerusalén después de Pentecostés: "Arrepentíos, pues, y convertíos para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que del Señor venga el tiempo de la consolación y envíe al Cristo que os había sido destinado, a Jesús, a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de que Dios habló por boca de sus profetas" (Hch 3, 19-21)» (CEC 674).
La oración litúrgica de nuestra Santa Madre Iglesia Jerárquica, formula, no en vano, la esperanza firme y segura de la propia Iglesia, como la prolamada en el sagrado Concilio Vaticano II (Nostra aetate, 4) en concordancia con las múltiples profecías de la Sagrada Escritura, la reiterada profecía de la conversión y universalización de Israel, de la catolicidad de Israel:
"Señor..., te pedimos que los hombres del mundo entero lleguen a ser hijos de Abrahán y miembros del nuevo Israel. Por Jesucristo nuestro Señor". (Oración anterior a la cuarta lectura de la misa de la Vigilia Pascual, 8 de abril de 2023)
Hiciste de tu siervo Abrahán el padre de todas las naciones...
Te pedimos que los hombres del mundo entero lleguen a ser hijos de Abrahán y miembros del nuevo Israel.
Oraciones en los Salmos responsoriales de la Vigilia Pascual del 3.04.2021
Como esta otra formulación litúrgica de nuestra Santa Madre Iglesia Católica Jerárquica, expresa la visibilidad de la Parusía de Jesús, el Verbo hecho carne, cuando venga de forma visible a reinar de manera no visible:
«La Santa Cruz es ensalzada como trofeo pascual de la victoria de Cristo y signo que aparecerá en el cielo anunciando a todos su segunda venida».
(Martirologio Romano, 14 de septiembre, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz).
«Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y entonces se golpearán el pecho todas las razas de la tierra y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria». (Mt 24,11-12;30).
Mirad, viene acompañado de nubes: todo ojo le verá, hasta lk,lka tu nombre. (Sal 86,9).
Esto dice el Señor Dios:
«Recogeré a los hijos de Israel de entre las naciones adonde han ido, los reuniré de todas partes para llevarlos a su tierra. Los haré una sola nación en mi tierra, en los montes de Israel. Un solo rey reinará sobre todos ellos. Ya no serán dos naciones ni volverán a dividirse en dos reinos.
No volverán a contaminarse con sus ídolos, sus acciones detestables y todas sus transgresiones. Los liberaré de los lugares donde habitaban y en los cuales pecaron. Los purificaré: ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios.
Mi siervo David será su rey, el único pastor de todos ellos. Caminarán según mis preceptos, cumplirán mis prescripciones y las pondrán en práctica. Habitarán en la tierra que yo di a mi siervo Jacob, en la que habitaron sus padres: allí habitaran ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre, y mi siervo David será su príncipe para siempre.
Haré con ellos una alianza de paz, una alianza eterna. Los estableceré, los multiplicaré y pondré entre ellos mi santuario para siempre; tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y reconocerán las naciones que yo soy el Señor que consagra a Israel, cuando esté mi santuario en medio de ellos para siempre».
Ezequiel 37, 21-28He aquí que días vienen - oráculo de Yahveh - en que yo pactaré con la casa de Israel (y con la casa de Judá) una nueva alianza; no como la alianza que pacté con sus padres, cuando les tomé de la mano para sacarles de Egipto; que ellos rompieron mi alianza, y yo hice estrago en ellos - oráculo de Yahveh -.
Sino que esta será la alianza que yo pacte con la casa de Israel, después de aquellos días -oráculo de Yahveh-: pondré mi Ley en su interior y sobre sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
Ya no tendrán que adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su hermano, diciendo: «Conoced a Yahveh», pues todos ellos me conocerán del más chico al más grande -oráculo de Yahveh- cuando perdone su culpa, y de su pecado no vuelva a acordarme.
(Jer 31,31-34)«Di a la casa de Israel:
... »Yo santificaré mi gran nombre profanado entre las naciones, profanado allí por vosotros. Y las naciones sabrán que yo soy Yahveh - oráculo del Señor Yahveh - cuando yo, por medio de vosotros, manifieste mi santidad a la vista de ellos.
»Os tomaré de entre las naciones, os recogeré de todos los países y os llevaré a vuestro suelo.
»Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; de todas vuestras impurezas y de todas vuestras basuras os purificar
»Os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.
»Infundiré mi espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas.
Habitaréis la tierra que yo di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios».
(Ez 36,22-28).Saldrá un vástago del tronco de Jesé... Reposará sobre él el espíritu de Yahveh... con el soplo de sus labios matará al malvado... Nadie hará daño, nadie hará mal... porque la tierra estará llena de conocimiento de Yahveh, como cubren las aguas el mar.
Aquel día la raíz de Jesé que estará enhiesta para estandarte de pueblos, las gentes la buscarán... Aquel día volverá el Señor a mostrar su mano para recobrar el resto de su pueblo... Izará bandera a los gentiles, reunirá a los dispersos de Israel, y a los desperdigados de Judá agrupará de los cuatro puntos cardinales.
(Isaías 11,1-12).Sucederá en días futuros que el monte de la Casa de Yahveh será asentado en la cima de los montes y se alzará por encima de las colinas. Confluirán a él todas las naciones, y acudirán pueblos numerosos.
Dirán: «Venid, subamos al monte de Yahveh, a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos».
Pues de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh. Juzgará entre las gentes, será árbitro de pueblos numerosos.
Forjarán de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas. No levantará espada nación contra nación, ni se ejercitarán más en la guerra.
Casa de Jacob, andando, y vayamos, caminemos a la luz de Yahveh.
Los ojos altivos del hombre serán abajados, se humillará la altanería humana, y será exaltado Yahveh solo en aquel día.
Pues será aquel día de Yahveh Sebaot para toda depresión, que sea enaltecida, y para todo lo levantado, que será rebajado:
contra todos los cedros del Líbano altos y elevados, contra todas las encinas del Basán,
contra todos los montes altos, contra todos los cerros elevados,
contra toda torre prominente, contra todo muro inaccesible,
contra todas las naves de Tarsis, contra todos los barcos cargados de tesoros.
Se humillará la altivez del hombre, y se abajará la altanería humana; será exaltado Yahveh solo, en aquel día,
y los ídolos completamente abatidos.
(Isaías 2,2-5; 11-18).Sucederá en días futuros que el monte de la Casa de Yahveh será asentado en la cima de los montes, y se alzará por encima de las colinas. Y afluirán a él los pueblos,
acudirán naciones numerosas y dirán: «Venid, subamos al monte de Yahveh, a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos, y nosotros sigamos sus senderos».
Pues de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh.
El juzgará entre pueblos numerosos, y corregirá a naciones poderosas; forjarán ellas sus espadas en azadones, y sus lanzas en podaderas. No blandirá más la espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.
Se sentará cada cual bajo su parra, y bajo su higuera, sin que nadie le inquiete, ¡la boca de Yahveh Sebaot ha hablado!
Pues todos los pueblos caminan cada uno en el nombre de sus dioses, pero nosotros caminamos en el nombre de Yahveh nuestro Dios, para siempre jamás.
Aquel día - oráculo de Yahveh - yo recogeré a la oveja coja, reuniré a la perseguida, y a la que yo había maltratado.
De las cojas haré un Resto, de las alejadas una nación fuerte. Entonces reinará Yahveh sobre ellos en el monte Sión, desde ahora y por siempre.
(Miqueas 4,1-7).«Para vosotros en primer lugar ha resucitado Dios a su Siervo y le ha enviado para bendeciros, apartándoos a cada uno de vuestras iniquidades».
(Hch 3,26).Apartad de vosotros todos vuestros delitos - dice el Señor -, renovad vuestro corazón y vuestro espíritu
Ez 18, 31En los últimos días vendrán hombres llenos de sarcasmo, guiados por sus propias pasiones, que dirán en son de burla: «¿Dónde queda la promesa de su Venida? Pues desde que murieron los Padres, todo sigue como al principio de la creación»... No se retrasa el Señor en el cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen, sino que usa de paciencia con vosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión.
(II P 3,3-4;9)¿Por qué te quejas de tu quebranto? Irremediable es tu sufrimiento; por tu gran culpa, por ser enormes tus pecados te he hecho esto.
No obstante todos los que te devoran serán devorados, y todos tus opresores, todos ellos, irán al cautiverio; serán tus despojadores despojados, y a todos tus saqueadores los entregaré al saqueo.
Sí; haré que tengas alivio, de tus llagas te curaré - oráculo de Yahveh -. Porque «La Repudiada» te llamaron. «Sión de la que nadie se preocupa».
Así dice Yahveh: He aquí que yo hago volver a los cautivos de las tiendas de Jacob y de sus mansiones me apiadaré; será reedificada la ciudad sobre su montículo de ruinas y el alcázar tal como era será restablecido.
Y saldrá de entre ellos loor y voz de gente alegre; los multiplicaré y no serán pocos, los honraré y no serán menguados, sino que serán sus hijos como antes, su comunidad ante mí estará en pie, y yo visitaré a todos sus opresores.
Será su soberano uno de ellos, su jefe de entre ellos saldrá, y le haré acercarse y él llegará hasta mí, porque ¿quién es el que se jugaría la vida por llegarse hasta mí? - oráculo de Yahveh -.
Y vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.
(Jer 30,15-22)Habrá un día en que griten los centinelas en la montaña de Efraím: «¡Levantaos y subamos a Sión, adonde Yahveh, el Dios nuestro!»
Pues así dice Yahveh: Dad hurras por Jacob con alegría, y gritos por la capital de las naciones; hacedlo oír, alabad y decid: «¡Ha salvado Yahveh a su pueblo, al Resto de Israel!»
Mirad que yo los traigo del país del norte, y los recojo de los confines de la tierra. Entre ellos, el ciego y el cojo, la preñada y la parida a una. Gran asamblea vuelve acá.
Con lloro vienen y con súplicas los devuelvo, los llevo a arroyos de agua por camino llano, en que no tropiecen. Porque yo soy para Israel un padre, y Efraím es mi primogénito.
Oíd la palabra de Yahveh, naciones, y anunciad por las islas a lo lejos, y decid: «El que dispersó a Israel le reunirá y le guardará cual un pastor su hato.»
Porque ha rescatado Yahveh a Jacob, y le ha redimido de la mano de otro más fuerte.
(Jer 31,6-11)¿Es un hijo tan caro para mí Efraím, o niño tan mimado, que tras haberme dado tanto que hablar, tenga que recordarlo todavía? Pues, en efecto, se han conmovido mis entrañas por él; ternura hacia él no ha de faltarme - oráculo de Yahveh -.
(Jer 31,20)Tú no temas, siervo mío Jacob - oráculo de Yahveh - ni desmayes, Israel, pues mira que yo acudo a salvarte desde lejos y tu linaje del país de su cautiverio; volverá Jacob, se sosegará y estará tranquilo, y no habrá quien le inquiete, pues contigo estoy yo - oráculo de Yahveh - para salvarte: pues acabaré con todas las naciones entre las cuales te dispersé. pero contigo no acabaré; aunque sí te corregiré como conviene, ya que impune no te dejaré.
(Jer 30,10-11)He aquí que días vienen - oráculo de Yahveh - en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombres y ganados.
Entonces, del mismo modo que anduve presto contra ellos para extirpar, destruir, arruinar, perder y dañar, así andaré respecto a ellos para reconstruir y replantar - oráculo de Yahveh -.
(Jer 31,27-28)«Sabréis que yo soy Yahveh cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestras tumbas, pueblo mío. Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis; Os llevaré de nuevo al suelo de Israel. os estableceré en vuestro suelo y sabréis que yo, Yahveh, lo digo y lo haga, oráculo de Yahveh». (Ez 37,12-14).,
«Aquel día ... derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración; y mirarán hacia mí. En cuanto a aquél a quien traspasaron, harán lamentación por él como lamentación por hijo único, y le llorarán amargamente como se llora amargamente a un primogénito». (Za 12, 9-10).
Y será Yahveh rey sobre toda la tierra: ¡el día aquel será único Yahveh y único su nombre!
(Za 14,9).Grita de gozo y regocíjate, hija de Sión, pues he aquí que yo vengo a morar dentro de ti, oráculo de Yahveh.
Muchas naciones se unirán a Yahveh aquel día: serán para mí un pueblo, y yo moraré en medio de ti. Sabrás así que Yahveh Sebaot me ha enviado a ti.
Poseerá Yahveh a Judá, porción suya en la Tierra Santa, y elegirá de nuevo a Jerusalén.
(Za 2,14-16).Y temerán las naciones el nombre de Yahveh, y todos los reyes de la tierra tu gloria; cuando Yahveh reconstruya a Sión, y aparezca en su gloria, volverá su rostro a la oración del despojado, su oración no despreciará. Se escribirá esto para la edad futura, y en pueblo renovado alabará a Yahveh: que se ha inclinado Yahveh desde su altura santa, desde los cielos ha mirado a la tierra, para oír el suspiro del cautivo, para librar a los hijos de la muerte. Para pregonar en Sión el nombre de Yahveh, y su alabanza en Jerusalén, cuando a una se congreguen los pueblos, y los reinos para servir a Yahveh. (Sal 102,16-23).
«Sois una carta de Cristo, redactada por ministerio nuestro, escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, en los corazones». (2 Cor 3,3)
«Nuestra capacidad viene de Dios, el cual nos capacitó para ser ministros de una nueva Alianza, no de la letra, sino del Espíritu. Pues la letra mata mas el Espíritu da vida». (2 Cor 3,5-6).
Pedro, presentándose con los Once, levantó su voz y les dijo: «... Es lo que dijo el profeta [Jl 3,1-2]:
Sucederá en los últimos días, dice Dios: Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños. Y yo sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré mi Espíritu».
(Hch 2,16-18)«Derramaré mi Espíritu en toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Hasta en los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días». (Jl 3,1-2).[A la casa de Israel], «Yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu nuevo: quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne,
para que caminen según mis preceptos, observen mis normas y las pongan en práctica , y así sean mi pueblo y yo sea su Dios».
(Ez 11,19-20).«Sabréis que yo soy Yahveh cuando abra vuestras tumbas y os haga salir de vuestras tumbas, pueblo mío. Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis; Os llevaré de nuevo al suelo de Israel. os estableceré en vuestro suelo y sabréis que yo, Yahveh, lo digo y lo haga, oráculo de Yahveh». (Ez 37,12-14).,
«Aquel día ... derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de oración; y mirarán hacia mí. En cuanto a aquél a quien traspasaron, harán lamentación por él como lamentación por hijo único, y le llorarán amargamente como se llora amargamente a un primogénito». (Za 12, 9-10).
Y será Yahveh rey sobre toda la tierra: ¡el día aquel será único Yahveh y único su nombre!
(Za 14,9).Grita de gozo y regocíjate, hija de Sión, pues he aquí que yo vengo a morar dentro de ti, oráculo de Yahveh.
Muchas naciones se unirán a Yahveh aquel día: serán para mí un pueblo, y yo moraré en medio de ti. Sabrás así que Yahveh Sebaot me ha enviado a ti.
Poseerá Yahveh a Judá, porción suya en la Tierra Santa, y elegirá de nuevo a Jerusalén.
(Za 2,14-16).Y temerán las naciones el nombre de Yahveh, y todos los reyes de la tierra tu gloria; cuando Yahveh reconstruya a Sión, y aparezca en su gloria, volverá su rostro a la oración del despojado, su oración no despreciará. Se escribirá esto para la edad futura, y en pueblo renovado alabará a Yahveh: que se ha inclinado Yahveh desde su altura santa, desde los cielos ha mirado a la tierra, para oír el suspiro del cautivo, para librar a los hijos de la muerte. Para pregonar en Sión el nombre de Yahveh, y su alabanza en Jerusalén, cuando a una se congreguen los pueblos, y los reinos para servir a Yahveh. (Sal 102,16-23).
Convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas (Jer 31)«José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados».
(Mt 1,20-21).
Jesús, el Verbo hecho carne, con su segunda venida, eliminará el régimen anticristiano e iniciará una extraordinaria efusión de gracia, causando así la plenitud de su reinado en todas las almas y en todas las naciones, como está reiteradamente prometido y profetizado
"Os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré ... Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir" (Jn 16,7;13).
"El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Jn 14,26).
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La Resurrección de Jesús, el Verbo hecho carne,
es el principio de la plenitud consumada del Reino de Dios
en nuestra alma, en las de todos
los demás y en todas las naciones
Si se subraya que Jesús resucitó, se está
testimoniando que primero murió. No se puede
obviar la muerte de Jesús, el Verbo hecho carne. Hay que agradecérselo
en todo momento, pidiéndole su reino. LEER MÁS
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La profecía del Emmanuel nacido de madre virgen
El verdadero Israel, heredero del Israel bíblico, es la Iglesia
La Parusía de Jesús, el Verbo hecho carne, Su
segunda venida gloriosa a la vista de todos,
con la que al evidenciar Su existencia,
eliminará el poder anticristiano que,
cada vez más, impone vivir como si Dios no existiera, y
como si nosotros los hombres fuésemos el ser supremo,
todos en un todo; pero cada uno, un infinitésimo del supuesto
colectivo mundial monolítico, en nombre del cual, ese poder
anticristiano nos ningunea crecientemente del todo.
La esperanza de la Iglesia,
proclamada en el Concilio Vaticano II,
de la conversión de Israel al
Mesías, a Jesús, el Verbo hecho carne,
y de la unidad católica mundial
El malentendido sobre el cielo
en la tierra tras la Parusía
No es lo mismo el cielo que el
reino de Dios en la tierra tras la Parusía.
Difieren tanto, como la Iglesia militante
que vive en la tierra, difiere de la Iglesia triunfante
que vive en el cielo.
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La profecía del Emmanuel nacido de madre
virgen
..Judíos y cristianos....El
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