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ORACIONES

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Se anuncia el 20.06.2020 que el Sumo Pontífice FRANCISCO ha dispuesto que en las Letanías Lauretanas de la Bienaventurada Virgen María se inserten las invocaciones "Mater misericordiae", "Mater spei" y "Solacium migrantium" [Alivio de los migrantes]. La primera invocación se colocará después de "Mater Ecclesiae", la segunda después de "Mater divinae gratiae", la tercera después de "Refugium peccatorum".

Carta de 20.06.2020 del cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, a los presidentes de las Conferencias Episcopales sobre las invocaciones "Mater misericordiae", "Mater spei", y "Solacium migrantium" para ser incluidas en las Letanías Lauretanas

Las letanías lauretanas aparecen así traducidas en 2021 en la web de la Santa Sede: Letanía de la Virgen 2021

¡Mas tú, Yahveh, no te estés lejos, corre en mi ayuda, oh fuerza mía!
(Sal 22, 20)

La oración de san Carlos de Foucauld para pedir la protección de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

San Simón Stock escribió esta piadosa oración a la Virgen del Carmen:

¡Oh Bellísima Flor del Carmelo, fructífera viña, resplandor del cielo, Madre singular del Hijo de Dios, Virgen siempre pura!

Madre Santísima, después de habernos traído el Hijo de Dios, permanecisteis intacta y sin mancha ninguna. ¡Oh bienaventurada siempre Virgen, asistidme en esta necesidad!¡Oh Estrella del Mar, auxiliadme y protegedme! ¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a vos!¡Madre y ornamento del Carmelo, rogad por nosotros! ¡Virgen, Flor del Carmelo, rogad por nosotros! ¡Patrona de los que visten el santo escapulario, rogad por nosotros!¡San José, fiel amigo del Sagrado Corazón, rogad por nosotros!

¡San José, castísimo esposo de María Santísima, rogad por nosotros! ¡San José, nuestro gran protector, rogad por nosotros!¡Dulce Corazón de María, sed nuestra salvación! Amén.

Dueño de la mies, te rogamos que envíes ya muchos y buenos obreros a Tu mies (Mt 9,38), pastores según Tu corazón (Jr 3,15), y que afiances urgentemente a los ya enviados empezando por el Papa
Y te pedimos, Dios Padre misericordioso, que se cumpla esto que Tu amado Hijo Jesús, el Verbo hecho carne, le dijo a san Pedro:
"Yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos" (Lc 22, 32). 
Que es aplicable a "la Iglesia de todos los tiempos", como explicó Benedicto XVI en su homilía del 29 de junio de 2006.
Date prisa, Señor, en socorrernos.

El Vía Crucis bíblico de san Juan Pablo II en 1991

Los Ejercicios Espirituales de san Ignacio

Texto de los Ejercicios Espirituales de san Ignacio en castellano actual

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Tu scendi dalle stelle,
Villancico de san Alfonso María Ligorio

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Nuestra Señora la Virgen de Guadalupe, reina de México y emperatriz de Las Indias

Texto del decreto por el que por mandato del Papa se conceden indulgencias especiales con ocasión del Año de San José hasta el 8 12 2021

Se concede indulgencia plenaria:

--a aquellos que mediten durante al menos 30 minutos en el rezo del Padre Nuestro, o que participen en un retiro espiritual de al menos un día que incluya una meditación sobre San José;

-- a aquellos que, siguiendo el ejemplo de San José, realicen una obra de misericordia corporal o espiritual;

--por el rezo del Santo Rosario en las familias y entre los novios;

--a todo aquel que confíe diariamente su trabajo a la protección de San José

--a todo creyente que invoque con sus oraciones la intercesión del obrero de Nazaret, para que los que buscan trabajo lo encuentren y para que el trabajo de todos sea más digno.

--a los fieles que recen la letanía de San José (para la tradición latina),

--a los fieles que recen el Akathistos a San José, en su totalidad o al menos una parte de ella (para la tradición bizantina),

--a los fieles que recen alguna otra oración a San José, propia de las otras tradiciones litúrgicas, en favor de la Iglesia perseguida ad intra y ad extra y para el alivio de todos los cristianos que sufren toda forma de persecución.

--a los fieles que recen cualquier oración o acto de piedad legítimamente aprobado en honor de San José, por ejemplo "A ti, oh bienaventurado José", especialmente el 19 de marzo y el 1 de mayo, fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, el domingo de San José (según la tradición bizantina), el 19 de cada mes y cada miércoles, día dedicado a la memoria del Santo según la tradición latina.

--el don de la indulgencia plenaria se extiende particularmente a los ancianos, los enfermos, los moribundos y todos aquellos que por razones legítimas no pueden salir de su casa, los cuales, con el ánimo desprendido de cualquier pecado y con la intención de cumplir, tan pronto como sea posible, las tres condiciones habituales, en su propia casa o dondequiera que el impedimento les retenga, recen un acto de piedad en honor de San José, consuelo de los enfermos y patrono de la buena muerte, ofreciendo con confianza a Dios los dolores y las dificultades de su vida.

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Se pueden utilizar para conseguir estas indulgencias las dos oraciones que incluye el papa Francisco en su Carta Apostólica Patris Corde:

Una oración a san José tomada de un libro de devociones francés del siglo XIX, de la Congregación de las Religiosas de Jesús y María, que expresa devoción, confianza y un cierto reto a san José:

“Glorioso patriarca san José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad. Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una buena solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con Jesús y María, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder. Amén”.

Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén.

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Y obviamente la oración indicada "A ti, oh bienaventurado José", que envió el Papa León XIII junto con su enciclica Quamquam pluries de 1889:

"Disponemos que durante todo el mes de octubre, durante el rezo del Rosario, sobre el cual ya hemos legislado, se añada una oración a San José, cuya fórmula será enviada junto con la presente, y que esta costumbre sea repetida todos los años":

A ti, bienaventurado san José, acudimos en nuestra tribulación, y después de implorar el auxilio de tu santísima esposa, solicitamos también confiadamente tu patrocinio.

Con aquella caridad que te tuvo unido con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos que vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.

Protege, oh providentísimo Custodio de la divina Familia, la escogida descendencia de Jesucristo; aleja de nosotros, oh padre amantísimo, este flagelo de errores y vicios. Asístenos propicio desde el cielo, en esta lucha contra el poder de las tinieblas; y como en otro tiempo libraste de la muerte la vida amenazada del Niño Jesús, así ahora defiende a la santa Iglesia de

Dios de las hostiles insidias y de toda adversidad.
Y a cada uno de nosotros protégenos con tu constante patrocinio, para que, a ejemplo tuyo, y sostenidos por tu auxilio, podamos vivir y morir santamente y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza. Amén

Oración a la Santa Madre de Dios, María Santísima, reina de Navarra

A santa Teresita, reinecita de Navarra

Novena a la Virgen de la Merced

La conversión de san Pedro y la nuestra

Las asechanzas de Satanás

Actos de consagración y de reparación al Sagrado Corazón de Jesús vigentes en la Santa Iglesia Católica

Ejercicio del Vía Crucis

ORACIONES EN LATÍN y en inglés

Letanía rezada por el papa Francisco ante la imagen de María Inmaculada de la Plaza de España de Roma el 8 12 2013

LETANÍAS DE LA VIRGEN

Quince minutos en compañía de Jesús Sacramentado

Dolores y gozos de san José

Novena a la Virgen del Pilar por la unidad de España

Oración del Venerable Siervo de Dios don Ángel Riesco por los sacerdotes

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Cristo en todas las almas y en el mundo Su reinado y Su paz

Reine Cristo en todas las almas y en todas las naciones, y en el mundo Su paz en Su reinado

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Nada te turbe, nada te espante, 
todo se pasa, Dios no se muda;
la paciencia todo lo alcanza; 
quien a Dios tiene nada le falta:
Sólo Dios basta.

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Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios.
No desoigas nuestras súplicas en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos siempre de todos los peligros,
Virgen gloriosa y bendita.
Amén.

Sub tuum Praesidium confugimus,
Sancta Dei Genetrix.
Nostras deprecationes ne despicias in necessitatibus,
sed a periculis cunctis libera nos sempre,
Virgo gloriosa et benedicta.
Amén.
(La versión más antigua en un papiro egipcio del siglo III)

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha,
sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del demonio.
Sométale Dios, pedimos suplicantes.
Y tú, Príncipe de la celestial milicia, con el divino poder,
arroja al infierno a Satanás y a los otros espíritus malignos,
que vagan por el mundo para la perdición de las almas.
Amen.

Sancte Michael Archangele, defende nos in proelio,
contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium.
Imperet illi Deus, supplices deprecamur:
tuque, Princeps militiae coelestis,
Satanam aliosque spiritus malignos,
qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo,
divina virtute, in infernum detrude. Amen.

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Ajustes sugeridos en el texto de la Oración de la renovación de la Consagración de España al Corazón de Jesús del 30 de junio de 2019
enviados el 20.06.2019 a JLGA y a InfoCatólica

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Por el Papa: "Yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca. Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos" (Lc 22, 32). 

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Unámonos a la oración de Jesús pidiendo que se cumpla esto que le dijo Él, el Verbo hecho carne, a san Pedro:

"Yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca. Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos" (Lc 22,32). 

Y que es aplicable a "la Iglesia de todos los tiempos", como explicó Benedicto XVI en su homilía del 29 de junio de 2006.

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Suplico a nuestros pastores que promuevan rogativas junto con sacrificios para pedir al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies y que afiance a los ya enviados.

Para que podamos cumplir lo que Jesús, el Verbo hecho carne, dijo a todos según el evangelio de san Mateo y a san Pedro según el evangelio de san Lucas:

«La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies» (Mt 9,37-38).

«Yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca. Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos» (Lc 22,32). 

Que es aplicable a "la Iglesia de todos los tiempos", como explicó Benedicto XVI en su homilía del 29 de junio de 2006.
Y que señaló como lo prioritario el mismo Benedicto XVI en su carta a los obispos de 10 de marzo de 2009:
"La primera prioridad para el Sucesor de Pedro fue fijada por el Señor en el Cenáculo de manera inequívoca: «Tú… confirma a tus hermanos» (Lc 22,32)".

Y el Papa Francisco insistentemente pide que recemos por él.

Así conseguiremos que Dios envíe muchos y buenos sacerdotes y religiosos y los sostenga.

Y conseguiremos el fin primordial de toda oración: unirnos a Dios haciendo nuestros los anhelos del Corazón de Jesús.

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Me uno a la oración de Jesús pidiendo que se cumpla esto que le dijo Él, el Verbo hecho carne, a san Pedro:

"Yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca. Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos" (Lc 22,32). 

Y que es aplicable a "la Iglesia de todos los tiempos", como explicó Benedicto XVI en su homilía del 29 de junio de 2006.
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JMI.-Amén, amén, amén. 22/05/19 6:32 AM

Publicado em Infocatólica,
http://www.infocatolica.com/blog/reforma.php/1905210514-548-asis-marzo-2020-leconomy , el 22/05/19 6:32 AM

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Pidamos a los mártires que intensifiquen su "hasta cuándo"

Vi debajo del altar las almas de los degollados a causa de la Palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron.
Se pusieron a gritar con fuerte voz: «¿Hasta cuándo, Dueño santo y veraz, vas a estar sin hacer justicia y sin tomar venganza por nuestra sangre de los habitantes de la tierra?»
(Ap 6,9-10)

 


Roguemos con Jesús insistentemente que se cumpla esto que le dijo Él, el Verbo hecho carne, a san Pedro:
"Yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca. Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos" (Lc 22, 32). 
Y que es aplicable a "la Iglesia de todos los tiempos", como explicó Benedicto XVI en su homilía del 29 de junio de 2006.
El Papa Francisco insistentemente pide que oremos por él.

Falta de vocaciones... ¿Y si hiciésemos lo que Jesús dice?
"Rogad al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies" (Mt 9,38).
Siendo así que es el mismo Jesús el que dice lo que hay que hacer ante el hecho que Él plantea de que la mies es mucha y los obreros, pocos.
Lo prioritario es pedirle a Dios más sacerdotes y rezar con insistencia por los sacerdotes y obispos que ya ha enviado.
Ofrecer por ellos nuestras oraciones acompañadas de ayunos y otras mortificaciones, no sea que seamos nosotros los que pequemos de omisión y disociemos el predicar del dar trigo.
Obviamente el amor tiene que ser verdadero, es decir, amor con locura. Como el de Jesús por nosotros.

Nada te turbe, nada te espante, 
todo se pasa, Dios no se muda;
la paciencia todo lo alcanza; 
quien a Dios tiene nada le falta:
Sólo Dios basta.

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Me uno a la petición del cardenal Eijk de que el Papa haga una aclaración sobre Amoris Laetitia y la incluyo en nuestra oración con Jesús pidiendo
que se cumpla esto que le dijo Él, el Verbo hecho carne, a san Pedro:

«Yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca. Y tú, una vez convertido, confirma a tus hermanos» (Lc 22,32). 



Publicado en InfoCatólica el 22/05/19 7:23 AM
http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=34913

El cardenal Eijk sigue pidiendo en mayo de 2019 que el Papa haga una aclaración sobre Amoris Laetitia

...Advertencias de cardenales y obispos fieles.

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La traducción italiana del padrenuestro se asimila a la española en 2019 como hizo la francesa en 2017

La Razón, Efe, 6.06.2019, https://www.larazon.es/religion/asi-es-el-nuevo-padrenuestro-aprobado-por-el-papa-AO23692424

La Conferencia Episcopal Italiana (CEI) ha adoptado en su Asamblea General del 22 de mayo una nueva versión del Misal Romano, aprobada por el Papa Francisco, que incluye cambios en la oración del Padrenuestro y del Gloria in Excelsis.

El Padrenuestro en italiano incluía la frase "non ci indurre in tentazione", que en español se traduciría como "no nos induzcas a la tentación", y ahora ha sido cambiada por "non abbandonarci alla tentazione", es decir "no nos abandones a la tentación" en español.

En 2017 el Papa Francisco defendió que esa frase en la versión en italiano no era correcta, porque dijo que Dios no puede inducir a los hombres a la tentación y que por ello era más adecuado utilizar una frase similar a "no nos dejes caer en la tentación".

"En la oración del Padrenuestro, que Dios nos induzca en tentación no es una buena traducción. También los franceses han cambiado el texto con una traducción que dice: 'no nos dejes caer en la tentación'. Soy yo quien cae, no Dios quien me arroja", sostuvo.

La nueva fórmula adoptada por la Iglesia italiana es por lo tanto similar a la empleada desde hace muchos años en España, "no nos dejes caer en la tentación", o por la asumida en Francia desde 2017.

Las Conferencias Episcopales del mundo pueden elegir si siguen la decisión de los obispos de Italia de revisar el rezo más extendido del catolicismo.

Asimismo, la CEI ha cambiado la oración del Gloria, en concreto la parte en la que dice "pace in terra agli uomini di buona volontà" ("paz en la tierra a los hombres de buena voluntad") por "pace in terra agli uomini, amati dal Signore" ("paz en la tierra a los hombres, amados por el Señor").

[Bonae voluntatis significa la buena voluntad, o sea amor, de Dios para con ellos. Hombres de buena voluntad significa que Dios tiene para con ellos buena voluntad, amor. O sea, hombres amados por el Señor].

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http://www.ucam.edu/capellania/santoral/abril/santoral29_30.htm

A modo de introducción

Antes de presentar algunas de las oraciones, exponemos aquí las palabras de Cristo en las que nuestro Hermano nos da algunas indicaciones de cómo debe ser nuestra oración:

Que tu oración sea íntima: "Tú, cuando ores, entra en tu habitación y, cerrada la puerta, ora a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo escondido, te recompensará" (Mt 6, 6).

Que tu oración sea sencilla: "En verdad os digo: quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él." (mc 10, 15).

Que tu oración sea continua: "Velad, pues, en todo tiempo y orad, para que podáis evitar todo esto que ha de venir y comparecer ante el Hijo del hombre." (Lc 21, 36)

Que tu oración sea suplicante: "Os digo, pues: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, y quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, si el hijo le pide un pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará, en vez del pez, una serpiente? ¿O si le pide un huevo le dará un escorpión? Si vosotros, pues, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el espíritu Santo a los que se lo piden?" (Lc 11, 9-13)

Que vuestra oración sea filial: "Y por ser hijos envió Dios a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que grita ¡Abba!, ¡Padre!" (Gal 4, 6).

Que nuestra oración favorita sea el Padrenuestro (Mt 6, 9-14) y el Avemaría (Lc 1, 28.42).

Oración de la mañana:

Levántate con prontitud y ofrécele el nuevo día a Dios nuestro Padre y a nuestra Madre María.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Te doy gracias, Dios mío, por haberme creado, redimido, hecho cristiano y conservado la vida. Te ofrezco mis pensamientos, palabras y obras de este día. No permitas que Te ofenda y dame fortaleza para huir de las ocasiones de pecar. Haz que crezca mi amor hacia Ti y hacia los demás.

Ofrecimiento de obras

AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Divino Corazón de Jesús, por medio del Corazón Inmaculado de María,

yo me ofrezco a Ti, yo me consagro a Ti,

y contigo me ofrezco a Dios Padre en el santo sacrificio del altar,

con todas mis penas y alegrías, trabajos, oraciones y sufrimientos del día de hoy,

en reparación de nuestros pecados,

para que venga a nosotros Tu Reino,

y por las dos intenciones confiadas este mes por el Papa al Apostolado de la oración.

A la Santísima Virgen María

Oh, Señora mía. Oh, Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a Vos; y en prueba de mi filial afecto os consagro en este día mi ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo vuestro, Madre de bondad, guardadme , defendedme como cosa y posesión vuestra. Amén.

Oración al Ángel de la Guarda

Ángel de Dios, bajo cuya custodia me puso el Señor con amorosa piedad, a mí que soy vuestro encomendado, alumbradme hoy, guardadme, regidme y gobernadme. Amén.

Ángel de la guarda, dulce compañía, no me dejes sólo ni de noche ni de día, si me desamparas, yo me perdería.

Ofrecimiento de tu trabajo:

Es bueno que antes de ponerte a trabajar le digas al Señor una oración Como ésta:

Te ofrezco, Señor, este mi trabajo. Ayúdame a hacerlo bien, por amor a Ti y a los demás. Santa María, Ángel de mi Guarda, interceded por mí.

La señal de la Santa Cruz

Es la señal del cristiano. En la Cruz murió Jesús para salvar a los hombres de sus pecados.

Esta oración es un exorcismo originario de España en la época hispanovisigoda:

"Por la señal + de la Santa Cruz de nuestros + enemigos líbranos, Señor, + Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén."

El padrenuestro

Jesús mismo nos enseñó esta oración. Es la oración de los hijos de Dios:

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

El Ave María

En ella repetimos muchas veces las palabras del Ángel y de Santa Isabel a la Virgen y también las súplicas que le han dirigido desde siempre los buenos hijos de la Iglesia.

"Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. "

El Gloria

Es un canto de alabanza a la Santísima Trinidad

"Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. "

 

Actos de consagración y de reparación al Sagrado Corazón de Jesús vigentes en la Santa Iglesia Católica

Privadamente se puede usar como acto de consagración al Corazón de Jesús el que se prefiera de los que figuran en las obras de los santos o en los devocionarios. Los lefebristas dicen ellos que no es “válido”  más que el que se puso en la época de san Pío XI. Pero la Iglesia Jerárquica, con el poder de las llaves que le dio Jesús y que los lefebristas no tienen, ha ido variando algo el de consagración al que concede indulgencias. El que está en vigor para conseguir indulgencias es el que está en el último Enchiridion Indulgentiarum aprobado. Y lo mismo el de expiación. Ambos están dirigidos al Corazón de Jesús. Los dos tienen indulgencias parciales cada vez que se usan individualmente o en grupo. El de consagración tiene indulgencia plenaria cuando se hace en una función pública el día de Cristo Rey. El de expiación tiene indulgencia plenaria cuando se hace en una función pública el día del Sagrado Corazón. El de consagración es más utilizable para el mes del Sagrado Corazón, después de las deprecaciones, en vez del acto de consagración que viene en los devocionarios. El de expiación es muy largo y muy solemne, muy apropiado para la función solemne de expiación del día del Sagrado Corazón.


Ver los textos

La proclamación de Cristo como rey fue el 11 de junio de 1899


Veni Creator

Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles
y llena de la divina gracia los corazones,
que Tú mismo creaste.
Tú eres nuestro Consolador,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego, caridad
y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tu, el dedo de la mano de Dios;
Tú, el prometido del Padre;
Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece nuestra débil carne.
Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé Tú mismo nuestro guía,
y puestos bajo tu dirección, evitaremos todo lo nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre,
y también al Hijo;
y que en Ti, Espíritu de entrambos,
creamos en todo tiempo.

Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos infinitos. Amén.


El Credo

Es el resumen de todo lo que Dios mi Padre ha revelado a los hombres y que yo ahora confieso porque soy hijo de Dios

"Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo; la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos; el perdón de los pecados; la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. "

La Salve

Una súplica confiada a mi Madre del cielo, la Virgen Santísima. Reina del Universo y Madre también de todos los cristianos.

"Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén. "

Ángelus

V. El ángel del Señor anunció a María;

R. y concibió por obra del Espíritu Santo. Dios te salve María...

V. He aquí la esclava del Señor;

R. Hágase en mí según tu palabra. Dios te salve María...

V. Y el Hijo de Dios se hizo Hombre;

R. Y habitó entre nosotros. Dios te salve María...

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oremos:

Infunde, Señor, tu gracia en nuestras almas para que los que hemos conocido por el anuncio del ángel la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, Nuestro Señor, por los méritos de su Pasión y su Cruz alcancemos la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén

Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que habiendo conocido por la voz del Ángel la Encarnación de

tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, alcancemos la gloria de su Resurrección. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor Amén

 

Regina caeli, laetare, alleluia,

quia quem meruisti portare, alleluia,

resurrexit sicut dixit, alleluia;

ora pro nobis Deum, alleluia.

V/ Gaude et laetare, Virgo Maria, alleluia.

R/ Quia surrexit Dominus vere, alleluia.

Orémus

Deus, qui per resurrectiónem Fílii tui
Dómini nostri Iesu Christi
mundum laetificáre dignátus es,
praesta, quaesumus, ut per eius Generatrícem Vírgínem Maríam perpétuae
capiámus gáudia vitae.
Per Christum Dóminum nostrum.
Amen.

Reina del cielo, alégrate, aleluya.

Porque aquel a quien mereciste llevar, aleluya,

resucitó según su palabra, aleluya.

Ruega al Señor por nosotros, aleluya.

V/ Alégrate y goza, Virgen María, alleluya.

R/ Porque el Señor resucitó verdaderamente, alleluya.

Oración:

¡Oh Dios!, que por la resurrección de tu Hijo
Jesucristo, Nuestro Señor,
te dignaste alegrar al mundo,
te rogamos nos concedas
por su Santísima Madre la Virgen María
que alcancemos el gozo de la vida eterna.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.
Amen.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desoigas nuestras súplicas en las necesidades que te presentamos, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.

SANTO ROSARIO

El rezo del Santo Rosario es la devoción mariana más popular y la mejor manera de tratar a la Virgen María. Ella misma se la encargó a Santo Domingo de Guzmán y más recientemente a los niños videntes de Lourdes y Fátima. Los Papas han recomendado siempre esta devoción mariana. Los que quieren mucho a la Virgen rezan todos los días el Santo Rosario, bien solos, bien en familia. Si quieres, puedes empezar rezando sólo algún misterio, pronto llegarás a rezarlo entero. Los s6bados y fiestas de la Virgen no dejéis de rezarlo

Modo de rezar el Santo Rosario:

V. Por la señal de la Santa Cruz...

Señor mío Jesucristo...

Abre Tú, Señor, mis labios.

R. y mi boca cantará tus alabanzas.

V. Ven, oh Dios, en mi ayuda-

R. Apresúrate, Señor, a socorrerme.

V. Gloria al Padre...

Busca los Misterios que corresponden al día:

Misterios gozosos (Lunes y Sábados):

1º La Encarnación del Hijo de Dios y Anunciación de su Santísima Madre.

2º La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.

3º El Nacimiento del Niño Jesús en el portal de Belén.

4º La Presentación del Niño Jesús en el Templo y Purificación de Nuestra Señora.

5º El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo.

Misterios luminosos (Jueves):

1º El Bautismo de Jesús en el Jordán.

2º La autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.

3º El anuncio por Jesús del Reino de Dios invitando a la conversión.

4º La Transfiguración de Jesús.

5º La institución de la Eucaristía por Jesús, expresión sacramental del misterio pascual.

Misterios dolorosos (Martes y Viernes):

1º La Oración de Nuestro Señor Jesucristo en el huerto de Getsemaní.

2º La Flagelación del Señor.

3º La Coronación de espinas.

4º Jesús con la cruz a cuestas camino del Calvario.

5º La crucifixión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo .

Misterios gloriosos (Miércoles y Domingos):

1º La Resurrección del Señor.

2º La Ascensión del Señor.

3º La venida del Espíritu Santo sobre el Colegio Apostólico y la Virgen reunidos en el Cenáculo.

4º La Asunción de Nuestra Señora a los cielos.

5º La Coronación de María Santísima como reina de cielos y tierra.

Después de recordar el misterio correspondiente, se reza un Padrenuestro, diez Avemarías y el Gloria.

Luego, la jaculatoria: María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Y la mandada de parte de Dios por el ángel en Fátima: ¡Oh, buen Jesús! Perdona nuestros pecados. Presérvanos de las penas eternas del infierno. Lleva al cielo todas las almas. Socorre especialmente a las más necesitadas de Tu misericordia.

Letanías lauretanas de la Santísima Virgen

Se anuncia el 20.06.2020 que el Sumo Pontífice FRANCISCO ha dispuesto que en las Letanías Lauretanas de la Bienaventurada Virgen María se inserten las invocaciones "Mater misericordiae", "Mater spei" y "Solacium migrantium" [Alivio de los migrantes]. La primera invocación se colocará después de "Mater Ecclesiae", la segunda después de "Mater divinae gratiae", la tercera después de "Refugium peccatorum".

LITANIAE LAURETANAE

Kyrie, eleison.

Christe, eleison.

Kyrie, eleison.

Christe, audi nos.

Christe, exaudi nos.

Pater de caelis, Deus, …………………. miserere nobis.

Fili, Redemptor mundi, Deus,

Spiritus Sancte, Deus,

Sancta Trinitas, unus Deus,

Sancta Maria, ………………………….. ora pro nobis.

Sancta Dei Genetrix,

Sancta Virgo virginum,

Mater Christi,

Mater Ecclesiae,

Mater misericordiae,

Mater divinae gratiae,

Mater spei,

Mater purissima,

Mater castissima,

Mater inviolata,

Mater intemerata,

Mater inmaculata

Mater amabilis,

Mater admirabilis,

Mater boni consilii,

Mater Creatoris,

Mater Salvatoris,

Virgo prudentissima,

Virgo veneranda,

Virgo praedicanda,

Virgo potens,

Virgo clemens,

Virgo fidelis,

Speculum iustitiae,

Sedes sapientiae,

Causa nostrae laetitiae,

Vas spirituale,

Vas honorabile,

Vas insigne devotionis,

Rosa mystica,

Turris Davidica,

Turris eburnea,

Domus aurea,

Foederis arca,

Ianua caeli,

Stella matutina,

Salus infirmorum,

Refugium peccatorum,

Solacium migrantium,

Consolatrix afflictorum,

Auxilium Christianorum,

Regina Angelorum,

Regina Patriarcharum,

Regina Prophetarum,

Regina Apostolorum,.

Regina Martyrum,

Regina Confessorum,

Regina Virginum,

Regina Sanctorum omnium,

Regina sine labe originali concepta,

Regina in caelum assumpta,

Regina sacratissimi Rosarii,

Regina familiae,

Regina pacis,

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi,

parce nobis, Domine.

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi,

exaudi nos, Domine.

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi,

miserere nobis.

V. Ora pro nobis, sancta Dei Genetrix.

R. Ut digni efficiamur promissionibus Christi.

Oremus.
Concede nos famulos tuos,
quaesumus, Domine Deus,
perpetua mentis et corporis sanitate gaudere,
et gloriosae beatae Mariae semper Virginis intercessione,
a praesenti liberari tristitia,
et aeterna perfrui laetitia.
Per Christum Dominum nostrum.

R. Amen.

Letanías lauretanas de la Santísima Virgen

Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

Dios Padre celestial ................... Ten misericordia de nosotros

Dios Hijo, redentor del mundo, "

Dios Espíritu Santo, "

Trinidad Santa, un solo Dios, "

Santa María ................................. Ruega por nosotros

Santa Madre de Dios, "

Santa Virgen de las vírgenes, "

Madre de Cristo, "

Madre de la Iglesia, "

Madre de la misericordia,

Madre de la divina gracia, "

Madre de la esperanza

Madre purísima, "

Madre castísima, "

Madre siempre virgen, "

Madre sin corrupción, "

Madre inmaculada, "

Madre amable, "

Madre admirable, "

Madre del buen consejo, "

Madre del Creador, "

Madre del Salvador, "

Virgen prudentísima, "

Virgen digna de veneración, "

Virgen digna de alabanza, "

Virgen poderosa, "

Virgen clemente, "

Virgen fiel, "

Espejo de justicia, "

Trono de sabiduría, "

Causa de nuestra alegría, "

Vaso espiritual. "

Vaso digno de honor, "

Vaso insigne de devoción, "

Rosa mística, "

Torre de David, "

Torre de Marfil. "

Casa de oro, "

Arca de la alianza, "

Puerta del cielo, "

Estrella de la mañana, "

Salud de los enfermos, "

Refugio de los pecadores, "

Alivio de los migrantes, "

Consoladora de los afligidos, "

Auxilio de los cristianos, "

Reina de los ángeles, "

Reina de los patriarcas, "

Reina de los profetas, "

Reina de los apóstoles, "

Reina de los mártires, "

Reina de los confesores, "

Reina de las vírgenes, "

Reina de todos los santos, "

Reina concebida sin pecado original, "

Reina asumpta al cielo, "

Reina del santísimo Rosario, "

Reina de la familia, "

Reina de la paz, "

V. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.

R. Perdónanos, Señor.

V. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.

R. Escúchanos, Señor.

V. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo.

R. Ten misericordia de nosotros.

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

R. Para que seamos dignas de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oración:
Concédenos, Señor, a nosotros, tus siervos,
gozar de perpetua salud de alma y cuerpo
y por la gloriosa intercesión de la
Bienaventurada siempre Virgen María
vernos libres de las tristezas de esta vida
y gozar de las alegrías eternas.
Por Jesucristo, Nuestro Señor.

Amén.

NOVENA DE LA GRACIA POR INTERCESIÓN DE SAN FRANCISCO JAVIER (se reza del 4 al 12 de Marzo)

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Oración de san Bernardo a la herida del hombro de Jesús producida por la pesada cruz que llevó camino del Calvario

La oración se atribuye a san Bernardo de Claraval porque él refiere que, al preguntarle un día a Jesús cuál de sus heridas le había producido más dolor, el Señor le respondió:

“Mientras llevaba la Cruz en la Vía Dolorosa, sufrí una gran llaga en mi hombro que me hizo sufrir más que las otras y que los hombres no conocen. Honra esta herida con tu devoción y te concederé lo que pidas por su virtud y mérito. Así perdonaré los pecados veniales y no me acordaré de los pecados mortales de aquellos que veneren esta herida".

O Iesu amantissime, Agne Dei mansuetissime, ego miser peccator saluto et veneror sacratissimum vulnus, quod in humero tuo, dum gravem crucis tuae trabem portares, persensisti: ob quod singularem dolorem et cruciatum in benedicto corpore tuo sustinuisti. Adoro te, Iesu afflictissime, et ex intimo corde laudo, benedico et glorifico te gratiasque ago pro hoc sacratissimo poenosissimoque vulnere humeri tui, humiliter deprecans, ut ob nimium illum dolorem, quem illud tibi inflixit, et propter grave onus crucis tuae, quod te tam dire afflixit, miserearis mihi peccatori, peccata mea venialia et mortalia remittas meque per viam crucis tuae ad caelum deducas. Amen.

Oh amorosísimo Jesús, cordero de Dios tan manso, yo miserable pecador saludo y venero la sacratísima herida que sufriste en tu hombro al llevar a cuestas la pesada cruz, de la que tan singular dolor y crucifixión en tu sagrado cuerpo soportaste. Te adoro, oh Jesús tan agobiado, y desde lo íntimo del corazón te alabo, te bendigo, te glorifico y te doy gracias por esta sacratísima y penosísima herida de tu hombro, pidiéndote humildemente que, por el enorme dolor que te produjo y por la pesada carga de tu cruz que tanto te agobió, tengas misericordia de este pecador, me perdones mis pecados veniales y mortales y me conduzcas al cielo por el camino de tu cruz. Amén.

 

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El 18 de septiembre es el día de San José de Cupertino, protector de los estudiantes, al que se le pide ayuda para aprobar con esta oración:
"Haz que me toquen en suerte puntos en los que yo esté más fuerte".
O sea que algo hay que saber y además se necesita suerte y esto es lo que se le pide a Dios por medio de este santo. LEER MÁS.

Novena a San José de Cupertino para aprobar los exámenes

Poderoso san José de Cupertino

Tú que con tus oraciones conseguías de Dios

que te preguntaran en los exámenes sobra la única materia que sabías,

intercede por mí ante el Altísimo y permíteme que apruebe como tú

los exámenes para los que me estoy preparando.

Prometo darte a conocer y amar.

AMÉN

Petición:

Haz que me toquen en suerte puntos en los que yo estoy más fuerte.

Un padrenuestro por intercesión de san José de Cupertino


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ORACIONES COMUNES EN EL COMPENDIO DEL CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA DE 28.06.2005
© Copyright 2005 - Libreria Editrice Vaticana

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre
y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.

Signum Crucis

In nómine Patris,
et Fílii,
et Spíritus Sancti. Amen

Gloria al Padre

Gloria al Padre
y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Gloria Patri

Glória Patri,
et Fílio,
et Spirítui Sancto.
Sicut erat in princípio,
et nunc et semper
et in saecula saeculórum. Amen

Padre nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo, 
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Pater Noster

Pater noster qui es in caelis:
sanctificetur Nomen Tuum;
adveniat Regnum Tuum;
fiat voluntas Tua,
sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum
quotidianum da nobis hodie;
et dimitte nobis debita nostra,
sicut et nos dimittimus
debitoribus nostris;
et ne nos indúcas in tentationem;
sed libera nos a Malo. Amen

Ave María

Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén

Ave, Maríæ

Ave, María,
grátia plena,
Dóminus tecum.
Benedícta tu
in muliéribus,
et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta María, Mater Dei,
ora pro nobis peccatóribus,
nunc et in hora mortis nostræ. Amen.

Ángel de Dios

Ángel de Dios,
que eres mi custodio,
pues la bondad divina
me ha encomendado a ti,
ilumíname, guárdame, defiéndeme
y gobiérname.
Amén.

Angele Dei

Ángele Dei,
qui custos es mei,
me, tibi commíssum
pietáte supérna,
illúmina, custódi, rege
et gubérna.
Amen.

El eterno reposo

Dale Señor el descanso eterno.
Brille para él la luz perpetua.
Descanse en paz. Amén

Requiem Æternam

Réquiem aetérnam dona eis, Dómine,
et lux perpétua lúceat eis.
Requiéscant in pace. Amen

Ángelus

El ángel del Señor anunció a María.

Y concibió
por obra y gracia del Espíritu Santo.

Dios te salve, María...

He aquí la esclava del Señor.
Hágase en mí según tu palabra.

Dios te salve, María...

Y el Verbo de Dios se hizo carne.
Y habitó entre nosotros.

Dios te salve, María...

Ruega por nosotros,
Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Jesucristo.

Oremos

Infunde, Señor,
tu gracia en nuestras almas,
para que, los que hemos conocido,
por el anuncio del Ángel,
la Encarnación de tu Hijo Jesucristo,
lleguemos por los Méritos de su Pasión y su Cruz, a la gloria de la Resurrección.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Gloria al Padre...

Angelus Domini

Ángelus Dómini nuntiávit María.

Et concépit
de Spíritu Sancto.

Ave, María...

Ecce ancílla Dómini.
Fiat mihi secúndum verbum tuum.

Ave, María...

Et Verbum caro factum est.
Et habitávit in nobis.

Ave, María...

Ora pro nobis,
sancta Dei génetrix.
Ut digni efficiámur
promissiónibus Christi.

Orémus

Grátiam tuam, quasumus,
Dómine, méntibus nostris infúnde;
ut qui, Ángelo nuntiánte,
Christi Fílii tui incarnatiónem
cognóvimus,
per passiónem eius et crucem,
ad resurrectiónis glóriam perducámur.
Per eúndem Christum Dóminum nostrum. Amen.

Glória Patri...

Regina Caeli (en tiempo pascual)

Reina del cielo alégrate; aleluya.
Porque el Señor a quien has merecido llevar;
aleluya.
Ha resucitado según su palabra;
aleluya.
Ruega al Señor por nosotros;
aleluya.
Gózate y alégrate, Virgen María;
aleluya.
Porque verdaderamente ha resucitado el Señor;
aleluya.

Oremos

Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
has llenado el mundo de alegría,
concédenos, por intercesión de su Madre,
la Virgen María,
llegar a alcanzar los gozos eternos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

Regina Caeli

Regina caeli laetáre, allelúia.
Quia quem meruísti portáre,
allelúia.
Resurréxit, sicut dixit,
allelúia.
Ora pro nobis Deum,
allelúia.
Gaude et laetáre, Virgo María,
allelúia.
Quia surréxit Dóminus vere,
allelúia.

Orémus

Deus, qui per resurrectiónem Fílii tui
Dómini nostri Iesu Christi
mundum laetificáre dignátus es,
praesta, quaesumus, ut per eius Genetrícem Vírgínem Maríam perpétuae
capiámus gáudia vitae.
Per Christum Dóminum nostrum.
Amen.

Salve Regina

Dios te salve, Reina
y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti clamamos
los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos;
y después de este destierro,
muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.

¡Oh, clementísima, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!

Salve, Regina

Salve, Regina,
Mater misericórdiae,
vita, dulcédo et spes nostra,
salve.
Ad te clamámus,
éxsules fílii Eva.
Ad te suspirámus geméntes
et flentes in hac lacrimárum valle.
Eia ergo, advocáta nostra,
illos tuos misericórdes óculos
ad nos convérte.
Et Iesum benedíctum fructum
ventris tui,
nobis, post hoc exsílium, osténde.

O clemens, o pia,
o dulcis Virgo Maríae!

Magnificat

Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios,
mi salvador;
porque ha mirado la humillación
de su esclava.

Desde ahora me felicitarán
todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
–como lo había prometido a nuestros padres–
en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.

Magnificat

Magníficat
ánima mea Dóminum,
et exsultávit spíritus meus
in Deo salvatóre meo,
quia respéxit humilitátem
ancíllae suae.

Ecce enim ex hoc beátam me dicent
omnes generatiónes,
quia fecit mihi magna,
qui potens est,
et sanctum nomen eius,
et misericórdia eius in progénies
et progénies timéntibus eum.

Fecit poténtiam in bráchio suo,
dispérsit supérbos mente cordis sui;
depósuit poténtes de sede
et exaltávit húmiles,
esuriéntes implévit bonis
et dívites dimísit inánes.

Suscépit Ísrael púerum suum,
recordátus misericórdiae,
sicut locútus est ad patres nostros,
Abraham et sémini
eius in sæcula

Glória Patri, et Filio,
et Spirítui Sancto.
Sicut erat in princípio,
et nunc et semper,
et in sæcula sæculórum.
Amen.


Bajo tu protección

Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos
en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre
de todo peligro,
¡Oh Virgen gloriosa y bendita!


Sub tuum præsidium

Sub tuum præsídium confúgimus,
sancta Dei Génetrix;
nostras deprecatiónes
ne despícias
in necessitátibus;
sed a perículis cunctis
libera nos semper,
Virgo gloriósa et benedícta.

Benedictus

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado
y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza
de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho
desde antiguo
por boca de sus santos Profetas.

Es la salvación que nos libra
de nuestros enemigos
y de la mano de todos
los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró
a nuestro padre Abrahán.

Para concedernos que,
libres de temor,
arrancados de la mano
de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño,
te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia
de nuestro Dios,
nos visitará el sol
que nace de lo alto,
para iluminar
a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.

Benedictus

Benedíctus Dóminus, Deus Ísrael,
quia visitávit
et fecit redemptiónem plebi suæ,
et eréxit cornu
salútis nobis
in domo David púeri sui,
sicut locútus
est per os sanctórum,
qui a sæcula sunt, prophetárum eius,

salútem ex inimícis nostris
et de manu ónmium,
qui odérunt nos;
ad faciéndam misericórdiam
cum pátribus nostris
et memorári testaménti
sui sancti,
iusiurándum, quod iurávit
ad Abraham patrem nostrum,

datúrum se nobis,
ut sine timóre,
de manu inimicórum liberáti,
serviámus illi
in sanctitáte et iustítia coram ipso
ómnibus diébus nostris.

Et tu, puer,
prophéta Altíssimi vocáberis:
praeíbis enim ante fáciem Dómini
paráre vias eius,
ad dandam sciéntiam salútis plebi eius
in remissiónem peccatórum eórum,

Per víscera misericórdiae
Dei nostri,
in quibus visitábit
nos óriens ex alto,
illumináre his,
qui in ténebris
et in umbra mortis sedent,
ad dirigéndos pedes nostros
in viam pacis.

Glória Patri, et Filio,
et Spirítui Sancto.
Sicut erat in principio,
et nunc et semper,
et in sæcula sæculórum.
Amen.

Te Deum

A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.

A ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.

Los ángeles todos,
los cielos y todas las potestades te honran.

Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.

Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.

A ti te ensalza
el glorioso coro de los Apóstoles,
la multitud admirable de los Profetas,
el blanco ejército de los mártires.

A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra, te proclama:

Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.

Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.

Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.

Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el reino del cielo.

Tú te sientas a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.

Creemos que un día
has de venir como juez.

Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.

Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.

Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.

Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.

Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.

Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.

Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

En ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.

Te Deum

Te Deum laudámus:
te Dóminum confitémur.

Te aetérnum Patrem,
omnis terra venerátur.

tibi omnes ángeli, tibi caeli
et univérse potestátes:

tibi chérubim et séraphim
incessábili voce proclámant:

Sanctus, Sanctus, Sanctus,
Dóminus Deus Sábaoth.

Pleni sunt caeli et tema
maiestátis glóriae tuae.

Te gloriósus
apostolórum chorus,
te prophetárum laudábilis númerus,
te mártyrum candidátus laudat exércitus.

Te per orbem terrárum
sancta confitétur Ecclésia,

Patrem imménsae maiestátis;
venerándum tuum verum et únicum Fílium; Sanctum quoque Paráclitum Spíritum.

Tu rex glóriae, Christe.
Tu Patris sempitérnus es Fílius.

Tu, ad liberándum susceptúrus
hóminem,
non horruísti Vírginis úterum.

Tu, devícto mortis acúleo,
aperuísti credéntibus regna caelórum.

Tu ad déxteram Dei sedes,
in glória Patris.

Iudex créderis
esse ventúrus.

Te ergo quaésumus,
tuis fámulis súbveni, quos pretióso
sánguine redemísti.

Ætérna fac cum sanctis tuis
in glória numerári.

Salvum fac pópulum tuum, Dómine,
et bénedic hereditáti tuae.

Et rege eos, et extólle illos
usque in aetérnum.

Per síngulos dies benedícimus te;
et laudámus nomen tuum
in sæculum, et in sæculum sæculi.

Dignáre, Dómine,
die isto sine peccáto nos custodíre.

Miserére nostri, Dómine,
miserére nostri.

Fiat misericórdia tua,
Dómine, super nos,
quemádmodum sperávimus in te.

In te, Dómine, sperávi:
non confúndar in aetérnum.

Veni Creator

Ven, Espíritu Creador,
visita las almas de tus fieles
llena con tu divina gracia,
los corazones que creaste.

Tú, a quien llamamos Paráclito,
don de Dios Altísimo,
fuente viva, fuego,
caridad y espiritual unción.

Tú derramas sobre nosotros los siete dones;
Tú, dedo de la diestra del Padre;
Tú, fiel promesa del Padre;
que inspiras nuestras palabras.

Ilumina nuestros sentidos;
infunde tu amor en nuestros corazones;
y, con tu perpetuo auxilio,
fortalece la debilidad de nuestro cuerpo.

Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz,
sé nuestro director y nuestro guía,
para que evitemos todo mal.

Por ti conozcamos al Padre,
al Hijo revélanos también;
Creamos en ti, su Espíritu,
por los siglos de los siglos

Gloria a Dios Padre,
y al Hijo que resucitó,
y al Espíritu Consolador,
por los siglos de los siglos. Amén.

Veni, Creator Spiritus

Veni, Creátor Spíritus,
mentes tuórum vísita,
imple supérna grátia,
quæ tu creásti péctora.

Qui díceris Paráclitus,
altíssimi donum Dei,
fons vivus, ignis, cáritas,
et spiritális únctio.

Tu septifórmis múnere,
dígitus patérnae déxterae,
tu rite promíssum Patris,
sermóne ditans gúttura.

Accénde lumen sénsibus,
infúnde amórem córdibus,
infírma nostri córporis
virtúte firmans pérpeti.

Hostem repéllas lóngius
pacémque dones prótinus;
ductóre sic te praévio
vitémus omne nóxium.

Per Te sciámus da Patrem
noscámus atque Fílium,
teque utriúsque Spíritum
Credámus omni témpore.

Deo Patri sit glória,
et Fílio, qui a mórtuis surréxit,
ac Paráclito,
in sæculórum sæcula. Amen.

Ven Santo Espíritu

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.

Veni, Sancte Spiritus

Veni, Sancte Spíritus,
et emítte cælitus lucis
tuæ rádium.
Veni, pater páuperum,
veni, dator múnerum,
veni, lumen córdium.

Consolátor óptime,
dulcis hospes ánimæ,
dulce refrigérium.
In labóre réquies,
in æstu tempéries,
in fletu solácium.

O lux beatíssima,
reple cordis íntima
tuórum fidélium.
Sine tuo númine,
nihil est in hómine
nihil est innóxium.

Lava quod est sórdidum,
riga quod est áridum,
sana quod est sáucium.
Flecte quod est rígidum,
fove quod est frígidum,
rege quod est dévium.

Da tuis fidélibus,
in te confidéntibus,
sacrum septenárium.
Da virtútis méritum,
da salútis éxitum,
da perénne gáudium. Amen.

Alma de Cristo

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén

Anima Christi

Ánima Christi, sanctífica me.
Corpus Christi, salva me.
Sanguis Christi, inébria me.
Aqua láteris Christi, lava me.
Pássio Christi, confórta me.
O bone Iesu, exáudi me.
Intra tua vúlnera abscónde me.
Ne permíttas me separári a te.
Ab hoste maligno defénde me.
In hora mortis meæ voca me.
Et iube me veníre ad te,
ut cum Sanctis tuis laudem te
in sæcula sæculórum. Amen

Acordaos

Acordaos,
oh piadosísima Virgen María,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que han acudido
a tu protección,
implorando tu asistencia
y reclamando tu socorro,
haya sido abandonado de ti.
Animado con esta confianza,
a ti también acudo, oh Madre,
Virgen de las vírgenes,
y aunque gimiendo
bajo el peso de mis pecados,
me atrevo a comparecer
ante tu presencia soberana.
No deseches mis humildes súplicas,
oh Madre del Verbo divino,
antes bien, escúchalas
y acógelas benignamente. Amén

Memorare

Memoráre,
o piíssima Virgo María,
non esse audítum a sæculo,
quemquam ad tua curréntem
præsídia,
tua implorántem auxilia,
tua peténtem suffrágia,
esse derelíctum.
Ego tali animátus confidéntia,
ad te, Virgo Vírginum, Mater,
curro, ad te vénio,
coram te gemens
peccátor assísto.
Noli, Mater Verbi,
verba mea despícere;
sed áudi propítia et exáudi.
Amen.

Rosario

Misterios gozosos
(lunes y sábado)

1. La encarnación del Hijo de Dios.
2. La visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.
3. El nacimiento del Hijo de Dios.
4. La Presentación de Jesús en el templo.
5. El Niño Jesús perdido y hallado en el templo.

Misterios luminosos (jueves)

1. El Bautismo de Jesús en el Jordán.
2. La autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.
3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.
4. La Transfiguración.
5. La Institución de la Eucaristía.

Misterios dolorosos
(martes y viernes)

1. La Oración de Jesús en el Huerto.
2. La Flagelación del Señor.
3. La Coronación de espinas.
4. Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario.
5. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.

Misterios gloriosos
(miércoles y domingo)

1. La Resurrección del Hijo de Dios.
2. La Ascensión del Señor a los Cielos.
3. La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen como Reina de Cielos y Tierra.

Oración tras el rosario

Ruega por nosotros,
Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Oremos
Oh Dios,
cuyo Hijo por medio de su vida,
muerte y resurrección,
nos otorgó los premios
de la vida eterna,
te rogamos que
venerando humildemente
los misterios del Rosario
de la Santísima Virgen María,
imitemos lo que contienen
y consigamos lo que nos prometen.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

Oremos (tradición española)

Te pedimos Señor,
nos concedas a nosotros tus siervos,
gozar de perpetua salud de alma y cuerpo,
y por la gloriosa intercesión
de la bienaventurada siempre Virgen María, seamos librados de las tristezas presentes
y gocemos de la eterna alegría.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Rosarium

Mystéria gaudiósa
(in feria secunda et sabbato)

Annuntiátio.
Visitátio.
Natívitas.
Praesentátio.
Invéntio in Templo.

Mystéria luminósa (in feria quinta)

Baptísma apud Iordánem.
Autorevelátio apud Cananénse matrimónium.
Regni Dei proclamátio coniúncta cum invitaménto ad conversiónem.
Transfigurátio.
Eucharístiae Institútio.

Mystéria dolorósa
(in feria tertia et feria sexta)

Agonía in Hortu.
Flagellátio.
Coronátio Spinis.
Baiulátio Crucis.
Crucifixio et Mors.

Mystéria gloriósa
(in feria quanta et Dominica)

Resurréctio.
Ascénsio.
Descénsus Spíritus Sancti.
Assúmptio.
Coronátio in Cælo.
 

Oratio ad finem Rosarii dicenda

Ora pro nobis,
sancta Dei génetrix.
Ut digni efficiámur
promissiónibus Christi.

Orémus
Deus,
cuius Unigénitus per vitam,
mortem et resurrectiónem suam
nobis salútis ætérnæ
præmia comparávit,
concéde, quaésumus:
ut hæc mystéria sacratíssimo
beátæ Maríæ Vírginis
Rosário recoléntes,
et imitémur quod cóntinent,
et quod promíttunt assequámur.
Per Christum Dóminum nostrum. Amen.

Oración del incienso
(Tradición copta)

Oh Rey de la Paz, danos tu Paz
y perdona nuestros pecados.
Aleja a los enemigos de la Iglesia
y guárdala, para que no desfallezca.

Emmanuel, Dios con nosotros,
está entre nosotros
en la gloria del Padre
y del Espíritu Santo

Bendícenos
y purifica nuestro corazón
y sana las enfermedades
del alma y del cuerpo.

Te adoramos, oh Cristo,
con el Padre de bondad
y con el Espíritu Santo,
porque has venido, nos has salvado.

 
Oración de «Adiós al Altar», antes de salir del templo después de la liturgia
(Tradición siro-maronita)

Queda en paz, oh Altar de Dios.
La oblación que hoy he ofrecido sobre ti,
sea para la remisión de las culpas
y el perdón de los pecados
y me alcance estar
ante el tribunal de Cristo
sin condena y sin confusión.

No sé si se me concederá
volver a ofrecer sobre ti
otro Sacrificio.
Protégeme, Señor,
y conserva a tu Santa Iglesia,
que es camino de verdad
y de salvación. Amén

 
Oración por los difuntos
(Tradición bizantina)

Dios de los espíritus y de toda carne,
que sepultaste la muerte,
venciste al demonio
y diste la vida al mundo.
Tú, Señor, concede al alma
de tu difunto siervo N.,
el descanso en un lugar luminoso,
en un oasis, en un lugar de frescura,
lejos de todo sufrimiento,
dolor o lamento.

Perdona las culpas por él cometidas
de pensamiento, palabra y obra,
Dios de bondad y misericordia;
puesto que no hay hombre
que viva y no peque,
ya que Tú sólo eres Perfecto
y tu Justicia es justicia eterna
y tu Palabra es la Verdad.

Tú eres la Resurrección,
la Vida y el descanso del difunto,
tu siervo N.

Oh Cristo Dios nuestro.
Te glorificamos junto con el Padre
no engendrado
y con tu santísimo, bueno
y vivificante Espíritu.

 
Acto de Fe

Señor Dios, creo firmemente
y confieso todas y cada una de las verdades
que la Santa Iglesia Católica propone,
porque tú las revelaste,
oh Dios, que eres la eterna Verdad y Sabiduría, que ni se engaña
ni nos puede engañar.
Quiero vivir y morir en esta fe.
Amén

Acto de Fe
(tradición española)

Creo en Dios Padre;
Creo en Dios Hijo;
Creo en Dios Espíritu Santo;
Creo en la Santísima Trinidad;
Creo en mi Señor Jesucristo,
Dios y hombre verdadero.

Actus Fidei

Dómine Deus, firma fide credo
et confíteor ómnia et síngula quae
sancta Ecclésia Cathólica propónit
quia tu, Deus, ea ómnia revelásti,
qui es aetérna véritas et sapiéntia
quæ nec fállere
nec fallí potest.
In hac fide vívere et mori státuo.
Amen.

Acto de Esperanza

Señor Dios mío, espero por tu gracia
la remisión de todos mis pecados;
y después de esta vida,
alcanzar la eterna felicidad,
porque tú lo prometiste que eres
infinitamente poderoso,
fiel, benigno y lleno de misericordia.
Quiero vivir y morir en esta esperanza. Amén.

Acto de Esperanza
(tradición española)

Espero en Dios Padre;
Espero en Dios Hijo;
Espero en Dios Espíritu Santo;
Espero en la Santísima Trinidad;
Espero en mi Señor Jesucristo,
Dios y hombre verdadero.

Actus Spei

Dómine Deus, spero per grátiam
tuam remissiónem
ómnium peccatórum,
et post hanc vitam ætérnam
felicitátem me esse consecutúrum:
quia tu promisísti, qui es infiníte
potens, fidélis, benígnus, et miséricors.
In hac spe vívere et mori státuo. Amen.

Acto de caridad

Dios mío, te amo sobre todas las cosas
y al prójimo por ti,
porque Tú eres el infinito,
sumo y perfecto Bien,
digno de todo amor. 
Quiero vivir y morir en este amor. Amén

Acto de Caridad
(tradición española)

Amo a Dios Padre;
Amo a Dios Hijo;
Amo a Dios Espíritu Santo;
Amo a la Santísima Trinidad;
Amo a mi Señor Jesucristo,
Dios y hombre verdadero.
Amo a María santísima, madre de Dios
y madre nuestra y amo a mi prójimo
como a mí mismo.

Actus caritatis

Dómine Deus, amo te super ómnia
et próximum meum propter te,
quia tu es summum, infinítum,
et perfectíssimum bonum,
omni dilectióne dignum.
In hac caritáte vívere et mori státuo. Amen.

Acto de Contrición

Dios mío,
me arrepiento de todo corazón
de todos mis pecados
y los aborrezco,
porque al pecar, no sólo merezco
las penas establecidas por ti
justamente,
sino principalmente porque te ofendí,
a ti sumo Bien y digno de amor
por encima de todas las cosas.
Por eso propongo firmemente,
con ayuda de tu gracia,
no pecar más en adelante
y huir de toda ocasión de pecado.
Amén.

Acto de Contrición
(tradición española)

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío.
Por ser tú quien eres, Bondad infinita,
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa que puedas castigarme
con las penas del infierno.
Ayudado de tu divina gracia propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén

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Liturgia del día de Corpus Christi compuesta por Santo Tomás de Aquino: los tres himnos del Oficio Divino del día de Corpus Christi, el de Vísperas, de Maitines y el de Laudes
Traducción de Schola Veritatis:
http://infocatolica.com/blog/schola.php/1706130357-corpus-christi-liturgia-y-ort
Himno de Vísperas

Pange, língua, gloriósi Córporis mystérium.

Sanguinísque pretiósi, quem in mundi prétium,

fructus ventris generósi Rex effúdit géntium.

Nobis datus, nobis natus ex intácta Vírgine,

et in mundo conversátus, sparso verbi sémine,

sui moras incolátus miro cláusit órdine.

In suprémæ nocte cœnæ, recumbens cum frátribus,

observáta lege plene, cibis in legálibus,

cibum turbæ duodénæ se dat suis mánibus.

Verbum caro, panem verum, Verbo carnem éfficit,

fitque sanguis Christi merum, et si sensus déficit,

ad firmándum cor sincérum sola fides súfficit.

Tantum ergo Sacraméntum venerémur cérnui;

et antíquum documéntum novo cedat rítui;

præstet fides supplementum sénsuum deféctui.

Genitóri, Genitóque laus et iubilátio;

salus, honor, virtus quoque sit et benedíctio;

procedénti ab utróque compar sit laudátio. Amen.

Traducción:

Canta, lengua, el misterio del cuerpo glorioso

y de la sangre preciosa que el Rey de las naciones,

fruto de un vientre generoso, derramó como rescate del mundo.

Nos fue dado, nos nació de una Virgen sin mancilla;

y después de pasar su vida en el mundo, una vez esparcida la semilla de su palabra,

terminó el tiempo de su destierro dando una admirable disposición.

En la noche de la última cena, recostado a la mesa con los hermanos,

después de observar plenamente la ley sobre la comida legal,

se da con sus propias manos como alimento para los Doce.

El Verbo hecho carne convierte con su palabra el pan verdadero en su carne,

y el vino puro se convierte en la sangre de Cristo.

Y aunque fallan los sentidos, basta la sola fe para confirmar al corazón recto en esa verdad.

Veneremos, pues, inclinados tan gran Sacramento;

y la antigua figura ceda el puesto al nuevo rito;

la fe supla la incapacidad de los sentidos.


Al Padre y al Hijo sean dadas alabanza y júbilo,

salud, honor, poder y bendición;

una gloria igual sea dada al que de uno y de otro procede. Amén.

Himno de Maitines:

Sacris solemnis juncta sint gaudia,

Et ex praecordiis sonent praeconia;

Recedant vetera, nova sint omnia:

Corda, voces et opera.

Noctis recolitur coena novissima,

Qua Christus creditur agnum et azyma,

Dedisse fratribus, juxta legitima

Priscis indulta patribus.

Post agnum typicum, expletis epulis,

Corpus Dominicum datum discipulis,

Sic totum omnibus quod totum singulis,

Ejus fatemur manibus.

Dedit fragilibus corporis ferculum,

Dedit et tristibus sanguinis poculum,

Dicens: Accipite quod trado vasculum,

Omnes ex eo bibite.

Sic sacrificium istud instituit,

Cujus officium committi voluit

Solis presbyteris, quibus sic congruit,

Ut sumant, et dent ceteris.

Panis Angelicus fit panis hominum:

Dat panis caelicus liguris terminum:

O res mira bilis! manducat Dominum

Pauper, servus, et humilis.

Te, trina Deitas unaque, poscimus,

Sic nos tu visita, sicut te colimus:

Per tuas semitas duc nos quo tendimus,

Ad lucem quam inhabitas.

Traducción:

Acompañe el júbilo la solemnidad sagrada de este día

y broten alabanzas de los corazones;

muera todo lo viejo y renuévese todo,

sentimientos, palabras y obras.

Hoy evocamos la última Cena de aquella noche,

en la que creemos que Cristo dio a sus hermanos

el Cordero y los Ázimos,

según la ley dada a los antiguos patriarcas.

Creemos que, acabada la cena, tras el Cordero ritual,

el Cuerpo del Señor fue dado por El mismo,

con sus propias manos, a los discípulos,

tan entero a todos como a cada uno.

Dio a los débiles el alimento de su cuerpo,

y a los tristes la bebida de su sangre,

diciendo: tomad este cáliz que os doy,

bebed todos de él.

Así instituyó este Sacrificio,

cuyo ministerio quiso confiar sólo a los presbíteros,

a quienes incumbe tomarlo para sí,

y administrarlo a los demás.

El pan de los ángeles se hace pan de los hombres,

el pan del cielo acaba con las figuras:

¡Oh qué cosa tan admirable!:

el pobre, el siervo y el súbdito come a su Señor.

A ti, Deidad Una y Trina, te pedimos:

que tú nos visites, como nosotros te adoramos;

guíanos por tus senderos a la meta hacia la cual caminamos,

a la luz en la que tú habitas.

Himno de Laudes:

Verbum supernum prodiens,

Nec Patris linquens dexteram;

Ad opus suum exiens,

Venit ad vitae vesperam.

In mortem a discipulo

Suis tradendus aemulis,

Prius in vitae ferculo

Se tradidit discipulis.

Quibus sub bina specie

Carnem dedit et sanguinem:

Ut duplicis substantiae

Totum cibaret hominem.

Se nascens dedit socium,

Convescens in edulium,

Se moriens in pretium,

Se regnans dat in praemium.

O salutaris hostia,

Quae caeli pandis ostium;

Bella premunt hostilia;

Da robur, fer auxilium.

Uni trinoque Domino

Sic sempiterna gloria,

Qui vitam sine termino

Nobis donet in patria.

Traducción:

El Verbo que viene desde lo alto

y que no abandona la derecha del Padre,

que sale a (realizar) su obra,

ha venido al atardecer de la vida.

Quien por su discípulo a la muerte

sería entregado a sus enemigos.

Antes como comida de vida,

se entregó a los discípulos.

A ellos, bajo doble especie

dio (su) carne y sangre

para que en esta doble sustancia

se alimentara todo el hombre.

Al nacer se entregó como compañero,

al comer (se entregó) como alimento;

al morir (se entregó) cual precio;

al reinar se da como premio.

Oh, salvadora hostia

que abres la puerta del cielo,

Guerras implacables (nos) oprimen:

da(nos) fuerza, danos auxilio.

Al Señor Uno y Trino

sea gloria eterna.

Que una vida sin término

nos regale en la patria.

Amén

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APPENDICE

PREGHIERE COMUNI

 

Segno della Croce

Nel nome del Padre
e del Figlio
e dello Spirito Santo. Amen.
 

Gloria al Padre

Gloria al Padre
e al Figlio
e allo Spirito Santo.
Come era nel principio,
ora e sempre,
nei secoli dei secoli. Amen.
 

Ave, Maria

Ave, o Maria, piena di grazia,
il Signore è con te.
Tu sei benedetta fra le donne
e benedetto è il frutto del tuo seno,
Gesù.
Santa Maria, Madre di Dio,
prega per noi peccatori,
adesso e nell'ora della nostra morte.
Amen.
 

Angelo di Dio

Angelo di Dio,
che sei il mio custode
illumina, custodisci,
reggi e governa me
che ti fui affidato
dalla pietà celeste.
Amen.
 

L'Eterno riposo

L'eterno riposo dona loro, o Signore,
e splenda ad essi la luce perpetua.
Riposino in pace. Amen.
 

Angelus
 
L'Angelo del Signore
portò l'annunzio a Maria
- Ed ella concepì
per opera dello Spirito Santo.
Ave Maria...
Eccomi, sono la serva del Signore.
- Si compia in me
la tua parola.
Ave Maria...
E il Verbo si fece carne.
- E venne ad abitare in mezzo a noi.
Ave Maria...
Prega per noi, santa Madre di Dio.
Perché siamo resi degni
delle promesse di Cristo.

Preghiamo.
Infondi nel nostro spirito la tua grazia,
o Padre;
tu, che nell'annunzio dell'angelo
ci hai rivelato l'incarnazione
del tuo Figlio,
per la sua passione e la sua croce
guidaci alla gloria della risurrezione.
Per Cristo nostro Signore.
Amen.
Gloria al Padre...
 

Regina Cæli

Regina dei cieli, rallegrati,
alleluia.
- Cristo, che hai portato nel grembo,
alleluia,
è risorto, come aveva promesso,
alleluia.
- Prega il Signore per noi,
alleluia.
Rallegrati, Vergine Maria,
alleluia.
- Il Signore è veramente risorto, alleluia.

Preghiamo.
O Dio, che nella gloriosa risurrezione del tuo Figlio hai ridato la gioia al mondo intero, per intercessione di Maria Vergine, concedi a noi di godere la gioia della vita senza fine.
Per Cristo nostro Signore.
Amen.
 

Salve, Regina

Salve, Regina,
madre di misericordia,
vita, dolcezza e speranza nostra, salve.
A te ricorriamo,
esuli figli di Eva;
a te sospiriamo, gementi e
piangenti in questa valle di lacrime.
Orsù dunque, avvocata nostra,
rivolgi a noi gli occhi
tuoi misericordiosi.
E mostraci, dopo questo esilio, Gesù,
il frutto benedetto del tuo Seno.
O clemente, o pia,
o dolce Vergine Maria!
 

Magnificat

L'anima mia magnifica il Signore
e il mio spirito esulta in Dio,
mio salvatore,
perché ha guardato l'umiltà
della sua serva.
D'ora in poi tutte le generazioni
mi chiameranno beata.
Grandi cose ha fatto in me
l'Onnipotente e santo é il suo nome:
di generazione in generazione
la sua misericordia
si stende su quelli che lo temono.
Ha spiegato la potenza del suo braccio,
ha disperso i superbi nei pensieri
del loro cuore;
ha rovesciato i potenti dai troni,
ha innalzato gli umili;
ha ricolmato di beni gli affamati,
ha rimandato i ricchi a mani vuote.
Ha soccorso Israele, suo servo,
ricordandosi della sua
misericordia, come aveva promesso ai nostri padri,
ad Abramo e alla sua discendenza,
per sempre.
Gloria al Padre e al Figlio
e allo Spirito Santo.
Come era nel principio, e ora e sempre
nei secoli dei secoli. Amen.
 

Sotto la tua protezione

Sotto la tua protezione
cerchiamo rifugio,
santa Madre di Dio:
non disprezzare le suppliche
di noi che siamo nella prova,
ma liberaci da ogni pericolo,
o Vergine gloriosa e benedetta.
 

Benedictus

Benedetto il Signore, Dio d'Israele,
perché ha visitato
e redento il suo popolo,
e ha suscitato per noi
una salvezza potente
nella casa di Davide, suo servo,
come aveva promesso
per bocca dei suoi santi profeti
d'un tempo:
salvezza dai nostri nemici,
e dalle mani di quanti ei odiano.
Cosi egli ha concesso misericordia
ai nostri padri
e si è ricordato
della sua santa alleanza,
del giuramento fatto ad Abramo,
nostro padre, di concederci,
liberati dalle mani dei nemici,
di servirlo senza timore,
in santità e giustizia al suo cospetto,
per tutti i nostri giorni.
E tu, bambino, sarai chiamato
profeta dell'Altissimo
perché andrai innanzi al Signore
a preparargli le strade,
per dare al suo popolo
la conoscenza della salvezza
nella remissione dei suoi peccati,
grazie alla bontà misericordiosa
del nostro Dio,
per cui verrà a visitarci dall'alto
un sole che sorge,
per rischiarare quelli che stanno
nelle tenebre e nell'ombra
della morte e dirigere i nostri passi sulla via della pace.
Gloria al Padre e al Figlio
e allo Spirito Santo.
Come era nel principio, e ora e sempre nei secoli dei secoli.
Amen.
 

Te Deum

Noi ti lodiamo, Dio,
ti proclamiamo Signore.
O eterno Padre,
tutta la terra ti adora.
A te cantano gli angeli
e tutte le potenze dei cieli:
Santo, Santo, Santo
il Signore Dio dell'universo.
I cieli e la terra sono pieni
della tua gloria.
Ti acclama
il coro degli apostoli
e la candida schiera dei martiri;
le voci dei profeti si uniscono
nella tua lode;
la santa Chiesa proclama
la tua gloria,
adora il tuo unico Figlio,
e lo Spirito Santo Paraclito.
O Cristo, re della gloria,
eterno Figlio del Padre,
tu nascesti
dalla Vergine Madre
per la salvezza dell'uomo.
Vincitore della morte,
hai aperto
ai credenti
il regno dei cieli.
Tu siedi alla destra di Dio,
nella gloria del Padre.
Verrai a giudicare il mondo
alla fine dei tempi.
Soccorri i tuoi figli, Signore,
che hai redento
col tuo sangue prezioso.
Accoglici nella tua gloria
nell'assemblea dei santi.
Salva il tuo popolo, Signore,
guida e proteggi i tuoi figli.
Ogni giorno
ti benediciamo,
lodiamo il tuo nome
per sempre.
Degnati oggi, Signore,
di custodirci senza peccato.
Sia sempre con noi
la tua misericordia: in te abbiamo sperato.
Pietà di noi,
Signore,
pietà di noi.
Tu sei la nostra speranza,
non saremo confusi in eterno.
 

Vieni, o Spirito Creatore

Vieni, o Spirito creatore,
visita le nostre menti,
riempi della tua grazia
i cuori che hai creato.

O dolce consolatore,
dono del Padre altissimo,
acqua viva, fuoco, amore,
santo crisma dell'anima.

Dito della mano di Dio,
promesso dal Salvatore,
irradia i tuoi sette doni,
suscita in noi la parola.

Sii luce all'intelletto,
fiamma ardente nel cuore;
sana le nostre ferite
col balsamo del tuo amore.

Difendici dal nemico,
reca in dono la pace,
la tua guida invincibile
ci preservi dal male.

Luce d'eterna sapienza,
svelaci il grande mistero
di Dio Padre e del Figlio
uniti in un solo Amore. Amen.
 

Vieni, Santo Spirito

Vieni, Santo Spirito,
manda a noi dal cielo
un raggio della tua luce.

Vieni, padre dei poveri,
vieni; datare dei doni,
vieni, luce dei cuori.

Consolatore perfetto,
ospite dolce dell'anima,
dolcissimo sollievo.

Nella fatica, riposo,
nella calura, riparo,
nel pianto, conforto.

O luce beatissima,
invadi nell'intimo
il cuore dei tuoi fedeli.

Senza la tua forza,
nulla è nell'uomo,
nulla senza colpa.

Lava ciò che è sordido,
bagna ciò che è arido,
sana ciò che sanguina.

Piega ciò che è rigido,
scalda ciò che è gelido,
raddrizza ciò ch'è sviato.

Dona ai tuoi fedeli
che solo in te confidano
i tuoi santi doni.

Dona virtù e premio,
dona morte santa,
dona gioia eterna. Amen.
 

Anima di Cristo

Anima di Cristo, santificami.
Corpo di Cristo, salvami.
Sangue di Cristo, inebriami.
Acqua del costato di Cristo, lavami.
Passione di Cristo, confortami.
O buon Gesù, esaudiscimi.
Dentro le tue ferite nascondimi.
Non permettere che io
mi separi da te.
Dal nemico maligno difendimi.
Nell'ora della mia morte chiamami.
Comandami di venire a te,
perché con i tuoi Santi io ti lodi.
nei secoli dei secoli. Amen.
 

Memorare

Ricordati, o piissima Vergine Maria, non essersi mai udito al mondo che alcuno abbia ricorso al tuo patrocinio, implorato il tuo aiuto, chiesto la tua protezione e sia stato abbandonato. Animato da tale confidenza, a te ricorro, o Madre, Vergine delle Vergini, a te vengo e, peccatore contrito, innanzi a te mi prostro.
Non volere, o Madre del Verbo, disprezzare le mie preghiere, ma ascoltami propizia ed esaudiscimi. Amen.
 

Rosario

Misteri della gioia
(da recitare lunedì e sabato)

L'annuncio dell' Angelo a Maria.
La visita di Maria a Elisabetta.
La nascita di Gesù a Betlemme.
La presentazione di Gesù al Tempio.
Il ritrovamento di Gesù nel Tempio.

Misteri della luce
(da recitare giovedì)

Il battesimo di Gesù al Giordano.
L'auto-rivelazione di Gesù
alle nozze di Cana.
L'annuncio del Regno di Dio
con l'invito alla conversione.
La trasfigurazione di Gesù
sul Tabor.
L'istituzione dell'Eucaristia.

Misteri del dolore
(da recitare martedì e venerdì)

Gesù nell'orto degli ulivi.
Gesù flagellato alla colonna.
Gesù è coronato di spine.
Gesù sale al Calvario.
Gesù muore in Croce.

Misteri della gloria
(da recitare mercoledì e domenica)

Gesù risorge da morte.
Gesù ascende al cielo.
La discesa dello Spirito Santo.
L'assunzione di Maria al cielo.
Maria, Regina del cielo e della terra.

Preghiera alla fine del SRosario

Prega per noi. santa Madre di Dio.
Affinché siamo fatti degni
delle promesse di Cristo.

Preghiamo.
O Dio, il tuo unico Figlio ci ha acquistato con la sua vita, morte e risurrezione i beni della salvezza eterna: concedi a noi che, venerando questi misteri del santo Rosario della Vergine Maria, imitiamo ciò che contengono e otteniamo ciò che promettono. Per Cristo nostro Signore. Amen.
 

Preghiera dell'incenso
(Tradizione Copta)

O Re della pace, dacci la tua pace e perdona i nostri peccati. Allontana i nemici della Chiesa e custodiscila, affinché non venga meno.
L'Emmanuele nostro Dio è in mezzo a noi nella gloria del Padre e dello Spirito Santo.
Ci benedica e purifichi il nostro cuore e risani le malattie dell'anima e del corpo.
Ti adoriamo, o Cristo, con il tuo Padre buono e lo Spirito Santo, perché sei venuto e ci hai salvati.

Preghiera di «addio all'altare» dopo la liturgia
(Tradizione Siro-Maronita)

Sta in pace, o Altare di Dio. L'oblazione che ho preso da te, sia per la remissione dei debiti e il perdono dei peccati, e mi ottenga di stare davanti al tribunale di Cristo senza dannazione e senza confusione. Non so se mi sarà dato di ritornare e offrire sopra di te un altro Sacrificio. Proteggimi, Signore, e conserva la tua santa Chiesa, quale via di verità e di salvezza. Amen.

Preghiera per i defunti
(Tradizione Bizantina)

Dio degli spiriti e di ogni carne, che calpestasti la morte e annientasti il diavolo e la vita al tuo mondo donasti; tu stesso o Signore, dona all'anima del tuo servo N. defunto il riposo in un luogo luminoso, in un luogo verdeggiante, in un luogo di freschezza, donde sono lontani sofferenza, dolore e gemito. Quale Dio buono e benigno perdona ogni colpa da lui commessa con parola, con opera o con la mente; poiché non v'è uomo che viva e non pecchi; giacché tu solo sei senza peccato, e la tua giustizia è giustizia nei secoli e la tua parola è verità.
Poiché tu sei la risurrezione, la vita e il riposo del tuo servo N. defunto, o Cristo nostro Dio, noi ti rendiamo gloria, assieme al Padre tuo ingenito, con il santissimo buono e vivificante tuo Spirito, ora e sempre e nei secoli dei secoli. Riposino in pace. Amen.
 

Atto di fede

Mio Dio, perché sei verità infallibile, credo tutto quello che tu hai rivelato e la Santa Chiesa ci propone a credere. Credo in te, unico vero Dio in tre persone uguali e distinte, Padre e Figlio e Spirito Santo.
Credo in Gesù Cristo, Figlio di Dio incarnato, morto e risorto per noi, il quale darà a ciascuno, secondo i meriti, il premio o la pena eterna. Conforme a questa fede voglio sempre vivere. Signore, accresci la mia fede. Amen.
 

Atto di speranza

Mio Dio, spero dalla tua bontà, per le tue promesse e per i meriti di Gesù Cristo, nostro Salvatore, la vita eterna e le grazie necessarie per meritarla con le buone opere, che io debbo e voglio fare. Signore, che io possa goderti in eterno. Amen.
 

Atto di carità

Mio Dio, ti amo con tutto il cuore sopra ogni cosa, perché sei bene infinito e nostra eterna felicità; e per amar tuo amo il prossimo come me stesso e perdono le offese ricevute. Signore, che io ti ami sempre più. Amen.
 

Atto di dolore

Mio Dio, mi pento e mi dolgo con tutto il cuore dei miei peccati, perché peccando ho meritato i tuoi castighi, e molto più perché ho offeso te, infinitamente buono e degno di essere amato sopra ogni cosa.
Propongo con il tuo santo aiuto di non offenderti mai più e di fuggire le occasioni prossime di peccato. Signore, misericordia, perdonami.
  

 

Signum Crucis

In nómine Patris
et Filii
et Spíritus Sancii. Amen.
 

Gloria Patri

Glória Patri
et Fílio
et Spirítui Sancto.
Sicut erat in princípio,
et nunc et semper
et in s?cula sæculórum. Amen.
 

Ave, Maria

Ave, Maria, grátia plena,
Dóminus tecum.
Benedícta tu in muliéribus,
et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.
Sancta María, Mater Dei,
ora pro nobis peccatóribus, nunc et in hora mortis nostræ.
Amen.
 

Angele Dei

Ángele Dei,
qui custos es mei,
me, tibi commíssum pietáte supérna,
illúmina, custódi,
rege et gubérna.
Amen.
 

Requiem Æternam

Réquiem ætérnam dona eis, Dómine,
et lux perpétua lúceat eis.
Requiéscant in pace. Amen.
 

Angelus Domini

Ángelus Dómini
nuntiávit Mariæ.
Et concépit
de Spíritu Sancto.
Ave, María...
Ecce ancílla Dómini.
Fiat mihi secúndum
verbum tuum.
Ave, María...
Et Verbum caro factum est.
Et habitávit in nobis.
Ave, Maria...
Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.
Ut digni efficiámur
promissiónibus Christi.

Orémus.
Grátiam tuam, qu?sumus,
Dómine, méntibus nostris infunde;
ut qui, Ángelo nuntiánte,
Christi Fílii tui incarnatiónem
cognóvimus,
per passiónem eius et crucem,
ad resurrectiónis glóriam perducámur.
Per eúndem Christum
Dóminum nostrum. Amen.
Glória Patri...
 

Regina Cæli

Regína cæli lætáre,
allelúia.
Quia quelli merúisti portáre,
allelúia.
Resurréxit, sicut dixit,
allelúia.
Ora pro nobis Deum,
allelúia.
Gaude et lætáre, Virgo María,
allelúia.

Quia surréxit Dominus vere,
allelúia.

Orémus.
Deus, qui per resurrectiónem Filii tui Dómini nostri Iesu Christi mundum lætificáre dignátus es, præsta, qu?sumus, ut per eius Genetrícem Virginem Maríam perpétuæ capiámus gáudia vitæ.
Per Christum Dóminum nostrum. Amen.
 

Salve, Regina

Salve, Regína,
Mater misericórdiæ,
vita, dulcédo et spes nostra, salve.
Ad te clamámus,
éxsules filii Evæ.
Ad te suspirámus geméntes et flentes
in hac lacrimárum valle.
Eia ergo, advocáta nostra,
illos tuos misericórdes óculos
ad nos convérte.
Et Iesum benedíctum fructum
ventris tui,
nobis, posi hoc exsílium, osténde.
O clemens, o pia, o dulcis Virgo María!
 

Magnificat

Magníficat ánima mea Dóminum,
et exsultávit spíritus meus
in Deo salvatóre meo,
quia respéxit humilitátem
ancíllæ suæ.
Ecce enim ex hoc beátam
me dicent omnes generatiónes,
quia fecit mihi magna,
qui potens est,
et sanctum nomen eius,
et misericórdia eius in progénies
et progénies timéntibus eum.
Fecit poténtiam in bráchio suo,
dispérsit supérbos mente cordis sui;
depósuit poténtes de sede
et exaltávit húmiles.
Esuriéntes implévit bonis
et divites dimisit inanes.
Suscépit Ísrael púerum suum,
recordátus misericórdiæ,
sicut locútus est ad patres nostros,
Àbraham et sémini eius in s?cula.

Glória Patri et Fílio
et Spirítui Sancto.
Sicut erat in princípio,
et nunc et semper,
et in s?cula sæculórum.
Amen.
 

Sub tuum præsidium

Sub tuum præsídium confúgimus,
sancta Dei Génetrix;
nostras deprecatiónes ne despícias
in necessitátibus;
sed a perículis cunctis
líbera nos semper,
Virgo gloriósa et benedícta.
 

Benedictus

Benedíctus Dóminus, Deus Ísrael,
quia visitávit
et fecit redemptiónem plebi suæ,
et eréxit cornu salútis nobis
in domo David púeri sui,
sieut locútus est per os sanctórum,
qui a sæculo sunt, prophetárum eius,
salútem ex inimícis nostris
et de manu ómnium,
qui odérunt nos;
ad faciéndam misericórdiam
eum pátribus nostris
et memorári testaménti sui sancti,
iusiurándum, quod iurávit
ad Ábraham patrem nostrum,
datúrum se nobis,
ut sine timóre,
de manu inimicórum liberáti,
serviámus illi
in sanetitáte et iustítia coram ipso
omnibus diébus nostris.
Et tu, puer,
prophéta Altíssimi vocáberis:
præíbis enim ante fáciem Dómini
paráre vias eius,
ad dandam sciéntiam salútis
plebi eius
in remissiònem peccatòrum eòrum,
per víscera misericòrdiæ Dei nostri,
in quibus visitábit nos óriens ex alto,
illumináre his, qui in ténebris
et in umbra mortis sedent,
ad dirigéndos pedes nostros
in viam pacis.
Glória Patri et Fílio
et Spirítui Sancto.
Sicut erat in princípio,
et nunc
et semper,
et in saecula sæculòrum. Amen.
 

Te Deum

Te Deum laudámus:
te Dóminum confitémur.
Te ætérnum Patrem,
omnis terra venerátur.
tibi omnes ángeli,
tibi cæli
et univérsæ potestátes:
tibi chérubim et séraphim
incessábili voce proclámant:
Sanctus, Sanctus, Sanctus,
Dòminus Deus Sábaoth.
Pleni sunt cæli et terra
maiestátis glóriæ tuæ.
Te gloriòsus
apostolòrum chorus,
te prophetárum
laudábilis númerus,
te mártyrum candidátus
laudat exércitus.
Te per orbem terrarum
sancta confitétur Ecclésia,
Patrem imménsæ maiestátis;
venerándum tuum verum
et únicum Filium;
Sanctum quoque
Paráclitum Spíritum.
Tu rex glòriæ, Christe.
Tu Patris sempitérnus es Filius.
Tu, ad liberándum susceptúrus
hóminem,
non horrúisti Virginis úterum.
Tu, devícto mortis acúleo,
aperuísti credéntibus regna cælórum.
Tu ad déxteram Dei sedes,
in glória Patris.
Iudex créderis esse ventúrus.
Te ergo quaesumus,
tuis famulis súbveni,
quos pretiòso sanguine redemísti.
Ætérna fac curo sanctis tuis
in glória numerári.
Salvum fac pópulum tuum, Dómine,
et bénedic hereditáti tuæ.
Et rege eos, et extólle illos
usque in ætérnum.
Per síngulos dies benedícimus te;
et laudámus nomen tuum
in s?culum, et in s?culum s?culi.
Dignáre, Dòmine,
die isto sine peccáto nos custodíre.
Miserére nostri, Dómine, miserére nostri.
Fiat misericórdia tua,
Dómine, super nos,
quemádmodum sperávimus in te.
In te, Dómine, sperávi:
non confúndar in ætérnum.
 

Veni, Creator Spiritus

Veni, creátor Spíritus,
mentes tuòrum vísita,
imple supérna grátia,
quæ tu creásti péctora.

Qui díceris Paráclitus,
altíssimi donum Dei,
fons vivus, ignis, cáritas,
et spiritális únctio.

Tu septifòrmis múnere,
dígitus patérnæ déxteræ,
tu rite promíssum Patris,
sermóne ditans gúttura.

Accénde lumen sénsibus,
infúnde amórem córdibus,
infírma nostri córporis
virtúte firmans pérpeti.

Hostem repéllas lóngius
pacémque dones prótinus;
ductóre sic te prævio
vitémus omne nóxium.

Per Te sciámus da Patrem
noscámus atque Fílium,
teque utriúsque Spíritum
credámus omni témpore.

Deo Patri sit glória,
et Fílio, qui a mórtuis
surréxit, ac Parác1ito,
in sæculórum s?cula. Amen.
 

Veni, Sancte Spiritus

Veni, Sancte Spíritus,
et emítte c?litus
lucis tuæ rádium.

Veni, pater páuperum,
veni, dator múnerum,
veni, lumen córdium.

Consolátor óptime,
dulcis hospes ánimæ,
dulce refrigérium.

In labóre réquies,
in æstu tempéries,
in fletu solácium.

O lux beatíssima,
reple cordis íntima
tuórum fidélium.

Sine tuo númine,
nihil est in hómine
nihil est innóxium.

Lava quod est sórdidum,
riga quod est áridum,
sana quod est sáueium.

Flecte quod est rígidum,
fove quod est frígidum,
rege quod est dévium.
Da tuis fidélibus,
in te confidéntibus,
sacrum septenárium.

Da virtútis méritum,
da salútis éxitum,
da perénne gáudium.
Amen.
 

Anima Christi

Ánima Christi, sanctífica me.
Corpus Christi, salva me.
Sanguis Christi, inébria me,
Aqua láteris Christi, lava me.
Pássio Christi, confórta me,
O bone Iesu, exáudi me.
Intra tua vúlnera abscónde me.
Ne permíttas me separári a te.
Ab hoste malígno defénde me.
In hora mortis meæ voca me.
Et iube me veníre ad te,
ut cum Sanctis tuis laudem te
in s?cula sæculórum.
Amen.
 

Memorare

Memoráre, o piíssima Virgo María, non esse auditum a s?culo, quemquam ad tua curréntem præsidia, tua implorántem auxilia, tua peténtem suffrágia, esse derelíctum. Ego tali animátus confidéntia, ad te, Virgo Virginum, Mater, curro, ad te vénio, coram te gemens peccator assisto. Noli, Mater Verbi, verba mea despícere; sed áudi propitia et exáudi.
Amen.
 

Rosarium

Mystéria gaudiosa
(in feria secunda et sabbato)

Annuntiátio.
Visitátio.
Natívitas.
Præsentátio.
Invéntio in Tempio.
 
(in feria quinta)

Baptísma apud Iordánem.
Autorevelátio apud Cananénse
matrimónium.
Regni Dei proclamátio
coniúcta cum invitaménto
ad conversiónem.
Transfigurátio.
Eucharístiæ Institútio.

Mystéria dolorósa
(in feria tertia et feria sexta)

Agonía in Hortu.
Flagellátio.
Coronátio Spinis.
Baiulátio Crucis.
Crucifíxio et Mors.

Mystéria gloriósa
(in feria quarta et Dorninica)

Resurréctio.
Ascénsio.
Descénsus Spíritus Sancti.
Assúmptio.
Coronátio in Cælo.

Oratio ad finem Rosarii dicenda

Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.
Ut digni efficiámur
promissiónibus Christi.
Orémus.
Deus, cuius Unigénitus per vitam, mortem et resurrectiónem suam nobis salútis ætérnæ pr?mia comparávit, concéde, qu?sumus: ut hæc mystéria sacratíssimo beátæ Maríæ Virginis Rosário recoléntes, et imitémur quod cóntinent, et quod promíttunt assequámur. Per Christum Dóminum nostrum. Amen.
 

Actus fidei

Dómine Deus, firma fide credo et confíteor ómnia et síngula quæ sancta Ecclésia Cathólica propónit, quia tu, Deus, ea ómnia revelásti, qui es ætérna véritas et sapiéntia quæ nec fállere nec falli potest.
In hac fíde vívere et mori státuo. Amen.
 

Actus spei

Dómine Deus, spero per grátiam tuam remissiónem ómnium peccatórum, et post hanc vitam ætérnam felicitátem me esse consecutúrum: quia tu promisísti, qui es infiníte potens, fidélis, benígnus, et miséricors.
In hac spe vívere et mori státuo.
Amen.
 

Actus caritatis

Dómine Deus, amo te super ómnia et próximum meum propter te, quia tu es summum, infinítum, et perfectíssimum bonum, omni dilectióne dignum. In hac caritáte vívere et mori státuo. Amen.

Actus contritionis

Deus meus, ex toto corde p?nitet me ómnium meórum peccatórum, éaque detéstor, quia peccándo, non solum pœnas a te iuste statútas proméritus sum, sed præsértim quia offéndi te, summum bonum, ac dignum qui super ómnia diligáris. Ideo fírmiter propóno, adiuvánte grátia tua, de cétero me non peccatúrum peccandíque occasiónes próximas fugitúrum. Amen.
 

 

 

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Jacinto Verdaguer a la Inmaculada, reina de España

Oh Verge Immaculada,
per vostra Concepció,
d´Espanya Reina amada,
salvau vostra nació.

Concebuda sou Maria,
és lo càntic celestial,
que la terra al cel envia
com un himne triomfal.
Concebuda sou Maria,
sens pecat original.

Vós, Maria, sou l´estrella,
que guià Espanya al Nou Món,
la de l´alba hermosa i bella
de la glòria que se´ns pon.
Oh Maria, hermosa estrella
resplendiu d´Espanya al front.

Quan sa Reina era Maria,
nostre regne era el més gran:
sa bandera el món cobria
des d´Amèrica a Lepant.
Si a regnar torna Maria,
ses grandeses tornaran.

Vós d´Espanya sou la glòria,
Vós lo sol del Principat:
nostra pàtria i nostra història
Vós, oh Verge ens ho heu donat:
tronos són de vostra glòria
Covadonga i Montserrat.

Patrimoni ets de Maria
Oh d´Espanya hermós país!
Més avui l´error hi nia
Que et farà poble infeliç
Oh ! xafau-li el cap, Maria
que és la serp del paradís
Oh Virgen Inmaculada
por tu santa Concepción
de España, oh Reina amada,
salva ya a tu nación.

Concebida eres María
es el canto celestial
que la tierra al cielo envía
como un himno triunfal.
Concebida eres María
sin pecado original.

Tú María eres la estrella
que guió a España a Ultramar,
la del alba hermosa y bella
que a gloria nos fue a guiar.
Oh María, hermosa estrella
Ven a España a iluminar.

Cuando reinaba María,
nuestro reino daba espanto:
su enseña el mundo cubría
desde América a Lepanto.
Si a reinar vuelve María,
nuestro reino será santo.

Tú de España eres la gloria,
Tú el sol de este Principado:
nuestra patria y nuestra historia
Tú nos las has otorgado:
vivo está en nuestra memoria
el amor de tu cuidado.

¡Patrimonio es de María,
de España el bello país!
Pero hoy aquí el error anida
que lo hará un pueblo infeliz.
¡Oh, aplástalo ya María,
que es de la sierpe cerviz!

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