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Textos 2022 - 3
«»
«No menoscabar en nada la saludable doctrina de Cristo es una forma de caridad eminente hacia las almas» (Humanae Vitae, 29: AAS 60 (1968), 501).
Sobrenaturalizar al Papa
Sucede no pocas veces, respecto al Papa, Vicario de Jesucristo, que la vista se fija en demasía en el Vicario, en el hombre, y en sus ideas particulares, y con esto se olvida a Jesucristo y así no faltan los que suponen ilusoriamente que esas ideas particulares suplantarán o suplantan ya las doctrinas de la Iglesia. Siendo esta ilusoria y heterodoxa suposición la raíz común de los lefebvrianos, afines y similares, en todos sus grados, por un lado, y de los progres de dentro y fuera de la Iglesia por el lado contrario. Ambos lados sublevados contra la autoridad del Papa.
La solución del padre Orlandis es la idea del Reino de Cristo:
"En la idea del Reino de Cristo nos parece ver invertidos los términos. En el primer término se nos presenta Jesucristo viviente en su Iglesia, viviente en su representante en la tierra. Si así llegara a mirarse por todo el mundo al Vicario de Jesucristo, se le vería siempre sobrenaturalizado, más aún, divinizado.
Esta es la necesidad más urgente de nuestro tiempo: sobrenaturalizarlo todo, incluso el Romano Pontífice. Esta vida sobrenatural es la que trae consigo el Reinado de Jesucristo; ésta es la que implora sin darse cuenta la indigencia de nuestro tiempo, ésta es la que reclama el alma de nuestra sociedad" (Sobre la actualidad de la fiesta de Cristo Rey. 1945).
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Semejanzas y diferencias de lefebvrianos y progres
La Iglesia Católica es la Iglesia que asume
todos los Sagrados Concilios Ecuménicos incluido el Sagrado
Concilio Ecuménico Vaticano II. Se equivocan doblemente los que
no asumen las actas del Sagrado Concilio Ecuménico Vaticano II y
llaman Iglesia católica a su lefebvriana organización. Una de
esas equivocaciones es no asumir las actas del Sagrado Concilio
Ecuménico Vaticano II: estas actas las firmó incluso el
fundador de su organización, Mons. Lefebvre, antes de
convertirse en lefebvriano. Su segunda equivocación es llamar
Iglesia católica a su organización. Si quieren serlo deben
asumir todos los Concilios ecuménicos, incluido el que ellos no
asumen. Y todavía incurren en un tercer error al pretender
negarle a la Iglesia Católica este nombre y carácter de Iglesia
Católica, a base de denominarla Iglesia Conciliar y
contraponerla a su propia organización a la que pretenden que le
corresponde el nombre de Iglesia Católica por rechazar y no
asumir las actas del Sagrado Concilio Ecuménico Vaticano II,
como hacen los progres de todo tipo y gradación al falsearlas y
suplantarlas por un inventado "espíritu del concilio".
Ambas equivocaciones coinciden en decir errónea o mendazmente
que el Concilio Vaticano II es modernista; elogiosamente los
progres de todo tipo y gradación; peyorativamente los
lefebrianos, afines y similares, en todos sus grados. Ambos o
yerran, o mienten y calumnian.
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"Lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a
los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para
humillar lo poderoso. Aún más, ha escogido la gente baja del
mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que
cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del
Señor. A Él se debe que vosotros estéis en Cristo Jesús, el
cual se ha hecho para nosotros sabiduría de parte de Dios,
justicia, santificación y redención. Y así como está
escrito: el que se gloríe, que se gloríe en el Señor".
(I Cor 1,27-31)
La intención habitual y la persona de la
Iglesia entera
Se deduce, que análogamente, es válida nuestra oración,
aunque tengamos alguna distracción,
si tenemos la intención habitual de hacerla del todo bien
Documental completo sobre la Sábana Santa >>>
Poner, en buscar de YouTube, Adjema. Sábana Santa
https://www.youtube.com/?gl=ES&tab=r1
«La inteligencia no se limita sólo a los fenómenos, sino que es capaz de alcanzar con verdadera certeza la realidad inteligible, aunque a consecuencia del pecado se encuentre parcialmente oscurecida y debilitada». (Concilio Vaticano II: Gaudium et spes,15. Fides et Ratio, 82)
"La inteligencia, que nos ha sido dada
por Dios, puede llegar a lo que
es, no sólo a significaciones
subjetivas de lo que llaman estructuras, o de la evolución de la
conciencia humana".
(San Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios de 1968, nº 5)
La teología es inteligencia de
la Revelación
(Concilio Vaticano II: Gaudium et spes,15. Fides et Ratio, 92)
La
tergiversación del pensamiento de Karol Wojtyla-Juan
Pablo II
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EL PAÍS 3.04.2022 Reportaje | Así muere un colegio público en España. El cierre por falta de alumnos de una escuela en un barrio humilde de Mérida evidencia el problema de la caída de la natalidad en España
De una vez por todas: la superpoblación es un mito
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El Señor dijo a Moisés:
«Anda, baja de la montaña, que se ha pervertido tu pueblo, el
que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviado del camino que
yo les había señalado. Se han hecho un becerro de metal, se
postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: Éste
es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto».
Y el Señor añadió a Moisés:
«Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso,
déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos.
Y de ti haré un gran pueblo».
Moisés suplicó al Señor, su Dios:
«¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo,
que tú sacaste de Egipto, con gran poder y mano robusta? ¿Por
qué han de decir los egipcios: Con mala intención los
sacó, para hacerlos morir en las montañas y exterminarlos de la
superficie de la tierra? Aleja el incendio de tu ira,
arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo. Acuérdate
de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por
ti mismo: Multiplicaré vuestra descendencia como las
estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la
daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre».
Entonces se arrepintió el Señor de la amenaza que
había pronunciado contra su pueblo.
(Ex 32,10-14)
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«Uno de los
acontecimientos revelados como futuros en la Sagrada
Escritura es la aparición en su tiempo del hombre
llamado del pecado, del Anticristo, supremo perseguidor
de la Iglesia. En los tiempos de fe más viva
preocupaba hondamente este hecho profetizado; ahora casi
ha desaparecido del cuadro de las preocupaciones
humanas». (R. Orlandis, SJ: Advertencia previa, 1 de mayo de 1945) «La máxima
urgencia para la teología de nuestro tiempo
radica, nos parece, en la tarea de fundamentar una interpretación
teológica del sentido de la historia. Debemos
convencernos en primer lugar de que la fuerza
desintegradora de los errores sociales de la modernidad
anticristiana consiste en aquel su carácter de
reducción secularizada, gnóstico-ebionita,
de la esperanza mesiánica enunciada por
los dos Testamentos». Plegaria de la Consagración al
Inmaculado Corazón de María del 25 de marzo de 2022 Textos
de las tres partes del secreto de Fátima en facsímil,
La tercera parte del secreto de Fátima y la versión acomodaticia de su significado Fátima.. "Queremos más a los que nos une el origen, o
un trato habitual, o algo semejante, que a los que nos
une solamente la sociedad de la naturaleza humana" Benedicto XV diagnosticó en 2011: "La civilización del amor debe ser el verdadero punto de llegada de la historia humana" (San Juan Pablo II, 3.11.1991). ."Sólo
quienes estén «arraigados y fundados en la
caridad» (Ef 3, 17) saben oponerse
a la civilización de la muerte y construir,
sobre los escombros del odio, del desprecio y de la
injusticia, una civilización que tiene su fuente en el
Corazón del Salvador". CEC 2818 «En la Oración del Señor, se trata principalmente de la venida final del Reino de Dios por medio del retorno de Cristo (cf Tt 2,13). Pero este deseo no distrae a la Iglesia de su misión en este mundo, más bien la compromete. Porque desde Pentecostés, la venida del Reino es obra del Espíritu del Señor a fin de santificar todas las cosas llevando a plenitud su obra en el mundo (cf Plegaria eucarística IV, 118: Misal Romano)» Fco. Canals:
Teoría y Praxis en la perspectiva de la dignidad del ser personal 1976 Encuentro con estudiantes (2) Dos textos de Carlos Marx Sobre la prudencia de los santos El Alcázar 29.VIII.1986 http://canals.orlandis.org/archivos/sobre-la-prudencia-de-los-santos/ |
Plegaria de la Consagración al
Inmaculado Corazón de María del 25 de marzo de 2022
Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente
encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado nuestras
personas, la Iglesia y la humanidad entera, de manera
especial Rusia y Ucrania. Acoge este acto nuestro que
realizamos con confianza y amor, haz que cese la guerra, provee
al mundo de paz.
Antecedentes de la consagración de Rusia del 25 03 2022
Preparación de la consagración Rusia del 25 03 2022
La prudencia y sus desviaciones y
reducciones
Y la excepción
Lema de los cartujos: «Stat crux dum volvitur orbis», la cruz se mantiene firme mientras el mundo gira
"Lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a
los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para
humillar lo poderoso. Aún más, ha escogido la gente baja del
mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que
cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del
Señor. A Él se debe que vosotros estéis en Cristo Jesús, el
cual se ha hecho para nosotros sabiduría de parte de Dios,
justicia, santificación y redención. Y así como está
escrito: el que se gloríe, que se gloríe en el Señor".
(I Cor 1,27-31)
Adulescentulus sum ego et contemptus
Si se nos injuria por atenernos a esto, Deo gratias
Agradecimiento de santa Bernadette por sus miserias y esaborisiones (Testamento de santa Bernardita)
La verdadera y perfecta alegría según san Francisco de Asís
La perfecta alegría
de santa Teresa del Niño Jesús en la terrible noche oscura del
alma
Yo me considero un débil pajarito cubierto
únicamente por un ligero plumón. Yo no soy un águila, sólo tengo
de águila los ojos y el corazón, pues, a pesar de mi
extrema pequeñez, me atrevo a mirar fijamente al Sol divino, al
Sol del Amor, y mi corazón siente en sí todas las [5rº]
aspiraciones del águila...
...
Es cierto que, a veces, el corazón del
pajarito se ve embestido por la tormenta, y no le parece
que pueda existir otra cosa que las nubes que le rodean.
Esa es la hora de la alegría perfecta para ese
pobre y débil ser. ¡Qué dicha para él seguir
allí, a pesar de todo, mirando fijamente a la
luz invisible que se
oculta a su fe...!
(SANTA
TERESA del NIÑO JESÚS: Carta a sor María del Sagrado
Corazón, 1896, folio 4v y 5r)
La tristeza y la alegría según Dios
El nombre de Jesús, el Verbo hecho carne
La entrada del obispo Munilla en Orihuela
el 12.02.2022
"¡JESÚS, JESÚS, JESÚS! Podéis
olvidar todo lo que he dicho en esta homilía, menos la
invocación del nombre de Jesús, que es el único que puede
salvarnos (cfr. Hch 4, 12)".
"Queremos más a los que nos une el origen, o un trato
habitual, o algo semejante, que a los que nos une solamente la
sociedad de la naturaleza humana"
(Santo Tomás de Aquino: Suma contra gentes).
Benedicto XV diagnosticó en 2011:
«Está en marcha un cambio cultural, alimentado también por la
globalización, por movimientos de pensamiento y por el
relativismo imperante, un cambio que lleva a una mentalidad y a
un estilo de vida que prescinden del Mensaje evangélico, como
si Dios no existiese».
(Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones
2011).
"La civilización del amor debe ser el verdadero punto de llegada de la historia humana" (San Juan Pablo II, 3.11.1991).
."Sólo
quienes estén «arraigados y fundados en la caridad»
(Ef 3, 17) saben oponerse a la civilización
de la muerte y construir, sobre los escombros
del odio, del desprecio y de la injusticia, una civilización que
tiene su fuente en el Corazón del Salvador".
(San Juan Pablo II, Homilía en la Fiesta del Sagrado Corazón,
11.06.1999. Cristiandad, Barcelona, julio-agosto 1999. Pág. 9 LEER
MÁS)
CEC 2818 «En la Oración del Señor, se trata principalmente de la venida final del Reino de Dios por medio del retorno de Cristo (cf Tt 2, 13). Pero este deseo no distrae a la Iglesia de su misión en este mundo, más bien la compromete. Porque desde Pentecostés, la venida del Reino es obra del Espíritu del Señor a fin de santificar todas las cosas llevando a plenitud su obra en el mundo (cf Plegaria eucarística IV, 118: Misal Romano)»
La máxima
urgencia para la teología de nuestro tiempo
radica, nos parece, en la tarea de fundamentar una interpretación
teológica del sentido de la historia. Debemos
convencernos en primer lugar que la fuerza desintegradora
de los errores sociales de la modernidad anticristiana
consiste en aquel su carácter de reducción secularizada,
gnóstico-ebionita, de la
esperanza mesiánica enunciada por los dos
Testamentos. Ante una humanidad universalmente impulsada por el anhelo de conseguir en la inmanencia y en la historia la plena racionalidad de lo real y el sentido absoluto de la vida, se anunciaría estéril y fragmentariamente el mensaje del Corazón de Cristo, síntesis del evangelio del Reino, si se olvidase su constitutiva inserción en el dinamismo de anhelo y esperanza hacia el reinado del amor de Cristo sobre la universal sociedad humana. El sensus fidei del pueblo cristiano, sintonizado con la liturgia, la enseñanza del Magisterio, y la doctrina de los grandes apóstoles del Corazón de Cristo, en la línea que se expresó característicamente en la tarea no superada del padre Enrique Ramière, ofrecen las más preciosas posibilidades de anuncio al mundo de hoy del evangelio del Reino de Cristo. Esta perspectiva exige el más decidido retorno a las fuentes. Hay que anunciar con el lenguaje de la Escritura y de los grandes doctores de la Encarnación, y según la letra y el espíritu de los antiguos concilios, a Jesucristo, el Verbo de Dios encarnado, el Hijo de David, el Rey de Israel, el Hijo de Dios que no asumió naturaleza angélica, sino el linaje de Abraham. El Corazón que nos patentiza a Dios que es Amor, y cuyo clamor divino y humano, espiritual y sensible, expresa en universalidad concreta el argumento de la historia entera de la humanidad, es el del Hijo del Hombre, en quien Dios Padre ha querido consumar lo prometido a los Patriarcas y Profetas del pueblo que eligió para que en él fuesen bendecidas todas las naciones. Los que hemos sido admitidos por la gracia de Cristo a la filiación de Abraham y a la dignidad israelítica somos llamados a no ignorar el misterio de la «salvación por los judíos». Es decir, precisamente por la promesa con la que Dios con gratuita misericordia, con independencia de toda obra y mérito humano, con anterioridad a toda justicia por la ley, y con soberana liberalidad frente a la grandeza y sabiduría de los hombres quiso formarse un pueblo según sus designios. El Israel de Dios de la nueva alianza es también el pueblo de los pobres de Dios, para los que es bueno Yahwe. La satánica deformación ebionita que nutre la más tremenda tentación contemporánea, no podrá, con toda la fuerza de su engaño, sustituir el anhelo de los que confían en el Dios de Israel. De los que «compadecen» el gemido de Aquel cuya tragedia que traspasa los siglos, y por la que es contemporánea de todas las generaciones y protagonista de la historia universal, contiene en sí todos los dolores de la humillación y del sufrimiento, de la opresión y de la injusticia. El apostolado del Corazón de Cristo Rey, simplemente ejercido en su verdad, no deformado ni minimizado por nuestra incomprensión de los designios del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, podría tener en sí el signo de «preparación de los caminos del Señor», rectificación de las sendas, por las que se colme todo valle y todo monte y collado se abaje. Porque, ejercido en aquella verdad y autenticidad, tendría más que nunca el sello y el signo del advenimiento del Reino de Dios: «la evangelización de los pobres». Francisco Canals Vidal El culto al Corazón de Cristo ante la problemática de hoy, CRISTIANDAD, enero 1970, en Cristiandad de Barcelona |
«Esperábamos la paz, y este bien no vino; el tiempo de la curación, y he aquí el terror» [Jer 8,15 y Jer 14,19].
Aportaciones
urgentes La máxima
urgencia para la teología de nuestro tiempo
radica, nos parece, en la tarea de fundamentar una interpretación
teológica del sentido de la historia. Debemos
convencernos en primer lugar que la fuerza desintegradora
de los errores sociales de la modernidad anticristiana
consiste en aquel su carácter de reducción secularizada,
gnóstico-ebionita, de la
esperanza mesiánica enunciada por los dos
Testamentos. «Uno de los acontecimientos revelados
como futuros en la Sagrada Escritura es la aparición en
su tiempo del hombre llamado del pecado, del Anticristo,
supremo perseguidor de la Iglesia. En los tiempos
de fe más viva preocupaba hondamente este hecho
profetizado; ahora
casi ha desaparecido del cuadro de las preocupaciones
humanas». "Después de muchos años de
estudio personal del tema -en el que fui estimulado y
aconsejado después de la muerte del Padre Orlandis, por
el Padre Francisco de Paula Solá, que participaba, con
el Padre Francisco Segarra S.I., de las convicciones del
Padre Rovira- no puedo menos de decir francamente que me
parece que, por la publicación del Catecismo de
la Iglesia Católica en 11 de octubre de 1992, se ha entrado en aquella etapa de
renovación de la escatología de la que hablaba en 1976 el entonces
Cardenal Arzobispo de Cracovia Karol Wojtyla ante Pablo
VI. "La conversión de Israel «que la
Iglesia espera con los profetas y el Apóstol» (Conc.
Vaticano II, Nostra aetate,4) no se dará sino después
del derribo del
imperio del Anticristo. Porque el
pueblo de Israel como pueblo recibirá aquel imperio
anticristiano y antiteístico como
si en él se realizasen sus esperanzas mesiánicas, las
que no habían querido reconocer en Cristo. Tal era la
interpretación tradicional de las palabras de Jesús en
el Evangelio de San Juan:
«Yo he venido en nombre de mi Padre y no me habéis
recibido. Otro vendrá en su propio nombre y a éste le
recibiréis» (Jn 5, 43). "Supuesto que la ruina del imperio
del Anticristo no se obrará sino por la
«epifanía del Advenimiento del Señor» (II
Tes 2, 8) y supuesto también que no se darán tres
advenimientos, este advenimiento segundo por el que cesa
el imperio del Anticristo
en el mundo es aquel por el que Jesucristo viene de nuevo
con gloria para juzgar, es decir para reinar en
el mundo. "El Padre Orlandis entendía que
el milenarismo prohibido, incluso en su forma mitigada
por el decreto del Santo Oficio de 21 de julio de 1944,
hubiera podido ser condenado formalmente como herético.
Porque el milenarismo propiamente dicho entendía la
segunda venida y el Reino de Cristo en la tierra en la
perspectiva de la «visibilidad» del Rey,
es decir, interpretando la segunda venida como una vuelta
triunfante del Señor a estar visiblemente
presente en el mundo: no en cuerpo glorioso,
como consta por las Sagradas Escrituras que estuvo en los
días desde la resurrección a la ascensión a los cielos,
sino con una corporeidad visible empíricamente, del
mismo tipo que la que quiso tener desde
su nacimiento a su muerte en la cruz.
"El Padre
Orlandis citaba a Knabenbauer
-que seguía a Cornelio a Lapide en
este punto-: «derribado el
imperio del Anticristo, la Iglesia reinará en todas
partes, y se hará tanto de los judíos como de
los gentiles un solo rebaño y un solo pastor»".
"La historia va
hacia la humanidad unida en Cristo" |