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Aportaciones urgentes a la teología de la historia_2

La máxima urgencia para la teología de nuestro tiempo radica, nos parece, en la tarea de fundamentar una interpretación teológica del sentido de la historia.
(Canals, El culto al Corazón de Cristo ante la problemática de hoy, CRISTIANDAD, enero 1970)

En los tiempos de fe más viva preocupaba hondamente la aparición del Anticristo; ahora casi ha desaparecido del cuadro de las preocupaciones humanas».
(R. Orlandis, SJ:
Advertencia previa, 1 de mayo de 1945)

¡Marana Ta!¡Señor, Ven! ¡Ven Señor Jesús! "Ven ya"

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"La vocación de Israel, del «Israel de la carne», y el entronque de la vocación cristiana con la providencia misericordiosa sobre el pueblo de los hijos de Jacob, constituye el tema central de la Teología de la Historia. El Vaticano II señala también en esto una dirección de retorno a las fuentes".
(
Francisco Canals Vidal: La salvación viene de los judíos. Cristiandad, Barcelona. Año XXVI, nº 418, diciembre de 1965)

Judíos y cristianos

El verdadero Israel, heredero del Israel bíblico, es la Iglesia

La profecía del Emmanuel nacido de madre virgen  

La esperanza de la Iglesia, proclamada en el Concilio Vaticano II,
de la conversión de Israel al Mesías, a Jesús, el Verbo hecho carne,
y de la unidad católica mundial

La Parusía de Jesús, el Verbo hecho carne, Su segunda venida gloriosa a la vista de todos,
con la que al evidenciar Su existencia, eliminará el poder anticristiano que,
cada vez más, impone vivir como si Dios no existiera, y como si nosotros los hombres fuésemos el ser supremo, todos en un todo; pero cada uno, un infinitésimo del supuesto colectivo mundial monolítico, en nombre del cual, ese poder anticristiano nos ningunea crecientemente del todo.

La extraordinaria efusión de la Gracia Increada, el Espíritu Santo, que, de parte del Padre, derramará Jesús, el Verbo hecho carne, con Su segunda venida, en todos los corazones y en todas las naciones, con los judíos a la cabeza de los creyentes en el Mesías Jesús, el Verbo hecho carne

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En el padrenuestro, Jesús, el Verbo hecho carne, nos enseñó a pedirle a Dios Padre, entre otras cosas, "venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo". En ambas peticiones, pedimos vivir y obrar según la voluntad de Dios, que es nuestro máximo bien, el máximo designio divino para con nosotros y lo que más desea Jesús con su corazón de hombre que aceptemos como un retorno de amor receptivo nuestro a su amor donante.
En la primera, "venga a nosotros tu reino", le pedimos al propio Dios, cumplir ya siempre la voluntad divina, le pedimos que nos conceda someternos definitivamente de forma efectiva a la voluntad divina en la propia persona, ya; en la presente situación, en la que cada vez más se impone generalizadamente vivir como si Dios no existiera; se impone generalizadamente, masivamente, en nombre de todo el colectivo humano, ante el cual, cada uno de sus miembros somos cada vez más ninguneados. Y aun así pedimos vivir según Dios cada uno, le pedimos que reine en uno mismo. Y lo pedimos en plural. Pedimos que todos y cada uno vivamos y obremos según Dios. No según el cada vez más enorme colectivo fáctico anticristiano. La otra petición, "hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo" es que reine Dios en todas las naciones, en el colectivo humano mundial. El reino de Dios. Además en la tierra. En el cielo no hay naciones. Pero es que además pedimos explícitamente el Reino de Dios en la tierra. Así nos lo enseñó Jesús. Y lo pedimos no en vano. Se hará. Está concedido. Se realizará cuando Dios quiera. En cualquier momento desde la Ascensión, puede ser ya. Y será por intervención divina en el momento peor y de mayor ninguneamiento persecutorio anticristiano.

La Inquisición

La limpieza de sangre

La expulsión de los judíos

La expulsión de los moriscos

Canals: La doctrina escatológica del Vaticano II en el Catecismo de la Iglesia católica, Cristiandad, Barcelona, mayo de 1993

Dice Canals, refiriéndose al Concilio Vaticano II:
"La gran asamblea ecuménica contiene en el capítulo mariológico de su Constitución Dogmática sobre la Iglesia, el texto conciliar más importante después de Éfeso sobre María, la Virgen Madre de Dios".
(F.C.V.: Bajo la protección de María y José. Un concilio en la era mariana, Cristiandad, Barcelona, abril-junio 1988, pág. 58). [Véase aquí este gran texto mariológico del Concilio Vaticano II]

. La Iglesia avanza y progresa homogéneamente en la formulación de la nueva escatología:
"Tengo por evidente que la renovación de la escatología iniciada por el Concilio Vaticano II, decisivamente impulsada por el nuevo Catecismo, nos lleva a una comprensión esperanzada del «acabamiento» del Reino, ya presente en la Iglesia, con el advenimiento del Rey a la tierra con gran poder y gloria.
Si el entonces Arzobispo de Cracovia, el Cardenal Karol Wojtyla pudo decir hace algunos años [1976]: «estamos en los umbrales de una nueva escatología», parece que ahora tendríamos que reconocer que ya ha sido sobrepasado este umbral con los textos del nuevo Catecismo [1992]".
(Francisco Canals Vidal:  La doctrina escatológica del Vaticano II en el Catecismo de la Iglesia católica, CRISTIANDAD, Barcelona, Año L, nn. 743-745, abril-junio 1993).

F. Canals: Sobre el carácter "científico" del conocimiento histórico

F. Canals: El mensaje de Fátima es el mensaje de Roma

F. Canals: San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino

F. Canals: La Iglesia consumada en la escatología intrahistórica de San Buenaventura

"Después de muchos años de estudio personal del tema -en el que fui estimulado y aconsejado después de la muerte del Padre Orlandis, por el Padre Francisco de Paula Solá, que participaba, con el Padre Francisco Segarra S.I., de las convicciones del Padre Rovira- no puedo menos de decir francamente que me parece que, por la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica en 11 de octubre de 1992, se ha entrado en aquella etapa de renovación de la escatología de la que hablaba en 1976 el entonces Cardenal Arzobispo de Cracovia Karol Wojtyla ante Pablo VI.
La escatología de «la culminación del Reino en la tierra» y del «cumplimiento de las esperanzas de Israel en el Segundo Advenimiento» (Cat., 671 y 674) parece mejor explicada por las interpretaciones del Padre Rovira y del Padre Orlandis: a la conversión del pueblo judío se une como algo inseparable
la unidad de todos los hombres, que con una sola voz y hombro con hombro adorarán al Dios de Israel (Con. Vaticano II. Nostra aetate, 4)".
Fco. Canals,
Mis recuerdos del padre Orlandis. Acerca de su milenarismo, CRISTIANDAD, mayo-junio de 1999

F. Canals:

La esperanza cristiana en la liturgia de Adviento
CRISTIANDAD, diciembre de 1995 Págs. 23-28

La teología de la historia del Padre Orlandis, S. I. y el problema del milenarismo
CRISTIANDAD. Marzo-Abril, 1998. Págs. 23-28

Mis recuerdos del padre Orlandis. Acerca de su milenarismo, CRISTIANDAD, mayo-junio de 1999

Mis recuerdos del Padre Orlandis: Pensando hoy su teología de la historia
CRISTIANDAD, nº 861 Abril 2003

Recuerdos y reflexiones actuales sobre la teología de la historia del padre Ramón Orlandis,
...................................... CRISTIANDAD, enero-marzo de 1992, págs. 19 a 23
(Conferencia pronunciada en la clausura de la XXIX Reunión de amigos de la Ciudad Católica.
Poblet, 14 de octubre de 1990. Publicada en
la revista Verbo, núm. 301-302 (1992), págs. 191-201)

La doctrina escatológica del Vaticano II en el Catecismo de la Iglesia católica
CRISTIANDAD, abril-junio 1993

La esperanza cristiana en la liturgia de Adviento
CRISTIANDAD, diciembre 1995

La Iglesia consumada en la escatología intrahistórica de San Buenaventura
CRISTIANDAD, julio-octubre 1983

La salvación viene de los judíos CRISTIANDAD, diciembre 1965
La vocación de Israel, del «Israel de la carne», y el entronque de la vocación cristiana con la providencia misericordiosa sobre el pueblo de los hijos de Jacob,
constituye el tema central de la Teología de la Historia.

Monismo y pluralismo en la vida social CRISTIANDAD, febrero 1968
La soberanía de Dios, único principio que puede asegurar en lo político la armonía sintética y ordenada de la unidad y de la multiplicidad ... una unidad que salve, potencie y lleve a su perfección consumada toda pluralidad ordenada. Y esto sólo se encuentra en el Reinado de Cristo.

La tentación de las antítesis maniqueas. Reflexiones de actualidad CRISTIANDAD, agosto-septiembre 1971

El reino mesiánico CRISTIANDAD, diciembre 1969

El culto al Corazón de Cristo ante la problemática de hoy
CRISTIANDAD, enero 1970

El triunfo de la Virgen prepara el triunfo de Jesucristo y la plena revelación de sus misericordias
CRISTIANDAD, 15-IX-1947 y abril-junio 1988

El milenarismo carnal, condenado incluso bajo su forma mitigada, es herético si se entendiera que el Reino de Cristo en la tierra coincide con una presencia «visible» de Cristo reinando no en cuerpo glorioso, sino en una «corporeidad visible empíricamente». (Francisco Canals, «Mis recuerdos del Padre Orlandis: acerca de su “milenarismo”», Cristiandad, Barcelona, núm. 815, 1999).

"El Padre Orlandis citaba a Knabenbauer -que seguía a Cornelio a Lapide en este punto-: «derribado el imperio del Anticristo, la Iglesia reinará en todas partes, y se hará tanto de los judíos como de los gentiles un solo rebaño y un solo pastor»".
Fco. Canals,
Mis recuerdos del padre Orlandis. Acerca de su milenarismo, CRISTIANDAD, mayo-junio de 1999

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"El Apocalipsis es libro profético"
(Francisco Canals Vidal,
Actualidad de la reparación • Cristiandad de Barcelona, núm. 728, enero 1992. Conferencia de Canals el 31.05.1991 en el Monasterio de las Salesas de Barcelona).

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La salvación viene de los judíos
(Francisco Canals Vidal, CRISTIANDAD, diciembre 1965)
La vocación de Israel, del «Israel de la carne», y el entronque de la vocación cristiana con la providencia misericordiosa sobre el pueblo de los hijos de Jacob, constituye el tema central de la Teología de la Historia. El Vaticano II señala también en esto una dirección de retorno a las fuentes.

 

El Padre Orlandis dijo el 25 de octubre 1942, dentro de una serie de conferencias orientadoras de la tarea de los socios de Schola Cordis Iesu, que estaban formando el propósito de fundar la revista Cristiandad:

«Tenemos por cierto que Jesucristo centra en la devoción al Sagrado Corazón el remedio social del mundo actual y que como consecuencia del triunfo de esta devoción ha de venir la época profetizada de paz y prosperidad en la Iglesia, coincidente con el reinado social de Jesucristo».

[Sï, la consecuencia, sí; mas la causa de ese triunfo será la Parusía con la que será derribado y cesará el imperio del Anticristo
y con la que se iniciará
la extraordinaria efusión de gracia que iniciará Jesús, el Verbo hecho carne, con Su segunda venida]

En la misma revista, en un artículo publicado el 1 de abril de 1947 escribía el Padre Orlandis:

«A quienquiera que haya leído con atención siquiera mediana los números de Cristiandad publicados hasta ahora le habrá debido de entrar por los ojos la expresión insistente de una idea, la reiteración incesante de una esperanza: la idea de la Realeza de Cristo, la esperanza de una realización del Reinado de Cristo sobre la tierra con una perfección mayor que la que ha alcanzado hasta ahora».

A esta convicción cierta la llamaba el Padre Orlandis el optimismo nuclear, del que sostenía que «habrían de participar lodos los cristianos» (ibídem). De él distinguía el sistema desarrollado por el Padre Enrique Ramière, y su propio pensamiento en el campo de la Teología de la Historia, al que aludía como «mi sistema».

Fco. Canals, Mis recuerdos del padre Orlandis. Acerca de su milenarismo, CRISTIANDAD, mayo-junio de 1999

"La conversión de Israel «que la Iglesia espera con los profetas y el Apóstol» (Conc. Vaticano II, Nostra aetate,4) no se dará sino después del derribo del imperio del Anticristo. Porque el pueblo de Israel, como pueblo, recibirá aquel imperio anticristiano y antiteístico como si en él se realizasen sus esperanzas mesiánicas, las que no habían querido reconocer en Cristo. Tal era la interpretación tradicional de las palabras de Jesús en el Evangelio de San Juan:
«Yo he venido en nombre de mi Padre y no me habéis recibido. Otro vendrá en su propio nombre y a éste le recibiréis» (Jn 5, 43).

Fco. Canals,
Mis recuerdos del padre Orlandis. Acerca de su milenarismo, CRISTIANDAD, mayo-junio de 1999.

"Supuesto que la ruina del imperio del Anticristo no se obrará sino por la «epifanía del Advenimiento del Señor» (II Tes 2, 8) y supuesto también que no se darán tres advenimientos, este advenimiento segundo por el que cesa el imperio del Anticristo en el mundo es aquel por el que Jesucristo viene de nuevo con gloria para juzgar, es decir para reinar en el mundo".

De él habla así San Luis María Grignion de Montfort:

«Así como por María vino Dios al mundo la vez primera en humildad y anonadamiento, ¿no podría también decirse que por María vendrá la segunda vez, como toda la Iglesia le espera, para reinar en todas partes y juzgar a los vivos y a los muertos? ¿Cómo y cuándo, quién lo sabe? Pero, yo bien sé que Dios, cuyos pensamientos se apartan de los nuestros más que el cielo de la tierra, vendrá en el tiempo y modo menos esperado de los hombres, aún de los más sabios y entendidos en la Escritura, que está en este punto muy oscura».

«Al fin de los tiempos, y tal vez más pronto de lo que se piensa… esta Divina Soberana hará grandes maravillas en la tierra para destruir en ella el pecado y establecer el reinado de Jesucristo, su hijo, sobre el corrompido mundo» («El secreto de María», núm. 57).

El Catecismo nos dice ahora que «el Reino de Cristo, presente ya en su Iglesia, no ha llegado todavía a su culminación, por el advenimiento del Rey a la tierra»". (Catecismo, núm. 671).

Fco. Canals, Mis recuerdos del padre Orlandis. Acerca de su milenarismo, CRISTIANDAD, mayo-junio de 1999

"El Padre Orlandis entendía que el milenarismo prohibido, incluso en su forma mitigada por el decreto del Santo Oficio de 21 de julio de 1944, hubiera podido ser condenado formalmente como herético. Porque el milenarismo propiamente dicho entendía la segunda venida y el Reino de Cristo en la tierra en la perspectiva de la «visibilidad» del Rey, es decir, interpretando la segunda venida como una vuelta triunfante del Señor a estar visiblemente presente en el mundo: no en cuerpo glorioso, como consta por las Sagradas Escrituras que estuvo en los días desde la resurrección a la ascensión a los cielos, sino con una corporeidad visible empíricamente, del mismo tipo que la que quiso tener desde su nacimiento a su muerte en la cruz.
Con esta «visibilidad» del Rey estaba conexa en el pensamiento de los antiguos milenaristas -«herederos del error judío» según San Jerónimo, y «que rechazaban el vino celeste y no querían ser sino agua secular», según San Ireneo-,
una comprensión del Reino en el horizonte terreno y mundano que llevó a los dirigentes del pueblo judío al desconocimiento de la salvación que traía a este mundo el Hijo de Dios encarnado.
Fco. Canals,
Mis recuerdos del padre Orlandis. Acerca de su milenarismo, CRISTIANDAD, mayo-junio de 1999.

Comentando este versículo,

«Has guardado mi Palabra y no has renegado de mi nombre» (Ap 3,8).

Canals decía que esta expresión "has guardado mi palabra", significa que las autoridades eclesiásticas de la época simplemente no han desechado la palabra de Dios, no la "han tirado por la ventana", decía Canals textualmente. [Ciertamente en el propio versículo, el Apocalipsis explica esta expresión, has guardado mi Palabra, diciendo que consiste en que no has renegado de mi nombre. Y lo dice como un elogio. Y se está refiriendo a los fieles con las autoridades eclesiásticas y el Papa a la cabeza. Sólo no renegar ellos ya es elogiable. Considerando la que está cayendo].

La futura unidad católica mundial

Canals decía que "la dialéctica es el álgebra de la revolución". Y también lo dejó escrito, por ejemplo en Diálogo y dialéctica. y en la introducción del informe "Grupos proféticos" que insertó al final de Dialéctica y esperanza. La dialéctica hegeliana era uno de sus temas clave y lo desarrollaba y aplicaba continuamente en su enseñanza oral y escrita.

La definición de "la dialéctica como álgebra de la revolución" la dejó por escrito Canals asimismo en su Política española: pasado y futuro. Ediciones Acervo. Barcelona. 1977, pg. 10.

Una de las principales trampas dialécticas tiene como objetivo el Concilio Vaticano II

Para comprender el mundo moderno nos conviene atender a la intención profunda del pensamiento hegeliano, del sentido de su «Dialéctica» y de su Filosofía del Absoluto. Reflexión teológica sobre la situación contemporánea
(FRANCISCO CANALS VIDAL Cristiandad. Barcelona. Jul-Ago 1999, nn. 817-818)

Canals explica el origen y la base intuicionista de la dialéctica de Hegel en Sobre la Esencia del Conocimiento, 1987, que es la triunfal culminación de la tarea iniciada por Canals cuarenta años antes.

La tentación de las antítesis maniqueas
FRANCISCO CANALS VIDAL. CRISTIANDAD. Barcelona, agosto-septiembre de 1971, págs. 201-204...

.La dialéctica de la revisión del Concordato
Artículo editorial por F. C. V. [Francisco Canals Vidal]. Cristiandad. Barcelona. Febrero de 1971. Nº. 480, portada (pág. 33)...

Diálogo y dialéctica
F. C. V. CRISTIANDAD. Barcelona. Febrero, 1969. Nº. 456, pág. 35.

Dialéctica y esperanza
FRANCISCO CANALS VIDAL. CRISTIANDAD. Barcelona. Febrero, 1969. Nº. 456, pág. 37.

ANALOGÍA y DIALÉCTICA
FRANCISCO CANALS VIDAL. CONVIVIUM,1967.

Algunas notas sobre Analogía y Dialéctica
FRANCISCO CANALS VIDAL. 1980
Donde concluye que la dialéctica hegeliana, basada en la pretendida antítesis de la nada al ser, que el intuicionismo de Hegel deja totalmente vacío, no es más que «uno de los más aparatosos juegos de palabras que se hayan dado en la historia del pensamiento humano».

GRUPOS PROFÉTICOS Informe publicado en ECCLESIA de 1969.01.11 y reproducido en CRISTIANDAD. Barcelona. Febrero, 1969. Nº. 456, pág. 40
"No puede decirse que las desviaciones que se observan dentro de la Iglesia tengan exclusivamente su origen en Hegel pero sí que reciben de él, casi siempre, su método, su "álgebra". El contenido, como ha señalado recientemente Paulo VI, hay que buscarlo en el protestantismo modernista. Así nace este mesianismo nuevo... que conduce irremisiblemente al marxismo".
[F. CANALS].

El reino mesiánico, FRANCISCO CANALS VIDAL, CRISTIANDAD, diciembre 1969
"Hegel llegó a considerar la dialéctica como el método absoluto a partir de una reflexión sobre la historia de la filosofía griega. La historia de los errores religiosos muestra también movimientos de oposición y de superación sintética de contrarios, cuya correcta interpretación no podría conducir a un determinismo racionalista ni al reconocimiento del carácter absoluto del devenir dialéctico; antes al contrario, pondría de manifiesto la inestabilidad, e inconsistencia del error.
En cuanto mal en el orden intelectual, todo error proviene de un cerrarse soberbio del hombre sobre sí mismo. Siempre se "recortará" así la realidad; y la parcialidad de las afirmaciones impulsará el movimiento de contradicción y de superación de los opuestos. Pero la síntesis de los momentos opuestos no podrá alcanzar la integridad y coherencia de la verdad y de la unidad ontológicas.
Desde los primeros siglos hallamos un enfrentamiento antitético en los errores y herejías que deforman la vida cristiana: la antítesis entre el error judío, el ebionismo negador de la divinidad de Cristo, y la gnosis antinomista, hostil al orden creado, despreciadora de lo humano en odio al Creador.
El reflexionar sobre esta dialéctica del error, escisión satánica del misterio, que contrapone aspectos parciales para dar fueza y apariencia de verdad cristiana a la herejía, puede ayudamos hoy a comprender nuestra situación".

"Entender la bendición divina como enriquecedora del pobre: es la revancha de los elegidos, que toman los despojos de sus opresores y se sitúan por encima de ellos, para ser ahora los elegidos los tiranos y tener los gentiles a su servicio. Esto es propiamente el milenarismo.
Los Padres que se enfrentan a él aducen textos en que se interpretan las bienaventuranzas
como si prometiesen a los santos resucitados en el reino milenario el ciento por uno en riquezas y placeres en premio de la renuncia y de la pobreza. Y esto, que no ocurrirá en la resurrección, lo hemos visto realizado en la fundación del capitalismo occidental".

El reino mesiánico FRANCISCO CANALS VIDAL.CRISTIANDAD. Barcelona, diciembre 1969

Monismo y pluralismo en la vida social
FRANCISCO CANALS VIDAL. CRISTIANDAD. Barcelona, nº 444, febrero de 1968

Continuará, Dios mediante

"Por la muerte redentora de Jesucristo ha llegado su Resurrección, que es el principio de nuestra salvación en la reinstauración de todas las cosas en el orden divino".
Actualidad de la reparación Francisco Canals Vidal (1922 † 2009) • Revista Cristiandad de Barcelona, núm. 728, enero de 1992, págs. 9 - 14
Conferencia pronunciada por Canals el 31 de mayo de 1991 en el Monasterio de las Salesas de Barcelona.

La máxima urgencia para la teología de nuestro tiempo radica, nos parece, en la tarea de fundamentar una interpretación teológica del sentido de la historia. Debemos convencernos en primer lugar [de] que la fuerza desintegradora de los errores sociales de la modernidad anticristiana consiste en aquel su carácter de reducción secularizada, gnóstico-ebionita, de la esperanza mesiánica enunciada por los dos Testamentos.

Ante una humanidad universalmente impulsada por el anhelo de conseguir en la inmanencia y en la historia la plena racionalidad de lo real y el sentido absoluto de la vida, se anunciaría estéril y fragmentariamente el mensaje del Corazón de Cristo, síntesis del evangelio del Reino, si se olvidase su constitutiva inserción en el dinamismo de anhelo y esperanza hacia el reinado del amor de Cristo sobre la universal sociedad humana.

El sensus fidei del pueblo cristiano, sintonizado con la liturgia, la enseñanza del Magisterio, y la doctrina de los grandes apóstoles del Corazón de Cristo, en la línea que se expresó característicamente en la tarea no superada del padre Enrique Ramière, ofrecen las más preciosas posibilidades de anuncio al mundo de hoy del evangelio del Reino de Cristo.

Esta perspectiva exige el más decidido retorno a las fuentes. Hay que anunciar con el lenguaje de la Escritura y de los grandes doctores de la Encarnación, y según la letra y el espíritu de los antiguos concilios, a Jesucristo, el Verbo de Dios encarnado, el Hijo de David, el Rey de Israel, el Hijo de Dios que no asumió naturaleza angélica, sino el linaje de Abraham.

El Corazón que nos patentiza a Dios que es Amor, y cuyo clamor divino y humano, espiritual y sensible, expresa en universalidad concreta el argumento de la historia entera de la humanidad, es el del Hijo del Hombre, en quien Dios Padre ha querido consumar lo prometido a los Patriarcas y Profetas del pueblo que eligió para que en él fuesen bendecidas todas las naciones.

Los que hemos sido admitidos por la gracia de Cristo a la filiación de Abraham y a la dignidad israelítica somos llamados a no ignorar el misterio de la «salvación por los judíos». Es decir, precisamente por la promesa con la que Dios, con gratuita misericordia, con independencia de toda obra y mérito humano, con anterioridad a toda justicia por la ley, y con soberana liberalidad frente a la grandeza y sabiduría de los hombres, quiso formarse un pueblo según sus designios.

El Israel de Dios de la nueva alianza es también el pueblo de los pobres de Dios, para los que es bueno Yahwe. La satánica deformación ebionita que nutre la más tremenda tentación contemporánea, no podrá, con toda la fuerza de su engaño, sustituir el anhelo de los que confían en el Dios de Israel. De los que «compadecen» el gemido de Aquel cuya tragedia que traspasa los siglos, y por la que es contemporánea de todas las generaciones y protagonista de la historia universal, contiene en sí todos los dolores de la humillación y del sufrimiento, de la opresión y de la injusticia.

El apostolado del Corazón de Cristo Rey, simplemente ejercido en su verdad, no deformado ni minimizado por nuestra incomprensión de los designios del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, podría tener en sí el signo de «preparación de los caminos del Señor», rectificación de las sendas, por las que se colme todo valle y todo monte y collado se abaje. Porque, ejercido en aquella verdad y autenticidad, tendría más que nunca el sello y el signo del advenimiento del Reino de Dios: «la evangelización de los pobres».

Francisco Canals Vidal El culto al Corazón de Cristo ante la problemática de hoy, CRISTIANDAD, enero 1970, en Cristiandad de Barcelona

Reflexión teológica sobre la situación contemporánea
(FRANCISCO CANALS VIDAL Cristiandad. Barcelona. Jul-Ago 1999, nn. 817-818)